Virgen Maria completa - Escritura y Verdad

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12.07.2015 Views

La Virgen María, página 82La definición del dogma de la Inmaculada Concepción es un acontecimiento preñado devastísimas consecuencias. Fue la primera definición dogmática pronunciada por el papacomo tal, desde la cátedra de San Pedro. Todavía no había sido definido el dogma de lainfalibilidad papal pero lo fue pocos años después en el Concilio Vaticano de 1870. Ladefinición de la Inmaculada fue en cierto modo el ensayo general de la nuevaprerrogativa papal, y una suerte de sondeo de la opinión católica mundial, para ver cómoreaccionara al ejercicio, exceptuando una severa minoría de altos espíritus descontentos,fue tal que permitió sin más lanzar el decreto que pondría término a toda la evolución dela autoridad papal en la Iglesia. La objeción del cardenal Lépicier, de que el papaconsultó al cuerpo episcopal antes de pronunciar el dogma, 138 no anula la circunstancia delo que lo pronunció en su propio nombre, y no en el del episcopado; por lo demás, sepuede suponer que en cualquier futura definición dogmática, el papa jamás procederásino después de la más amplia consulta a la Iglesia; como aconteció recientemente en ladefinición del dogma de la Asunción; pero esto no cambia en nada la realidad de que,desde 1854 de hecho, y desde 1870 de derecho, el papa es el órgano normal y suficiente,aun por sí solo, de las definiciones dogmáticas de la Iglesia. 139No se puede exagerar la importancia de la definición del dogma de la InmaculadaConcepción, para la doctrina mariológica que aquí nos interesa. Ella dio un impulso tal aldesarrollo de la mariología, que se puede parangonar, por su importancia dogmática, sólocon la definición de la Theotókos, en el Concilio de Efeso en el 431. De hecho, losmariólogos modernos consideran estas dos definiciones como el fundamento teológico detoda la doctrina mariana; y si, como veremos en los capítulos siguientes, hacen remontara la maternidad divina, en modo particular, la misión de María como madremisericordiosa mediadora y “corredentora”, en la inmaculada concepción ven el principiode todas sus perfecciones personales. Busquemos su exposición sucinta en el catecismomariano de Roschini. 140Las perfecciones de María consisten ante todo en la inmunidad del “impulso” de laconcupiscencia, y de la inmunidad de todo pecado actual; doctrina esta última que fuedefinida por el Concilio de Trento, 141 y provocó una réplica sarcástica de Calvino. 142método de investigación se puede surgir de la Escritura una verdad que no se advierte niremotamente.138 Citado en Roschini, Mariol., II, p. 23.139 . . . “eiusmondi Romani Pontificis definiones ex sesees, non autem ex consensuEcclesiae, irreformabiles esse.” Conc. Vatic. Ses. IV, Constit. De Eccl. Christi, Denz, n.1839.140 Roschini, Chi é María? cit., pp. 52-63. Ver la demostración en Mariol., II, 2.141 Canon 23 de la VI sesión, Denz, n. 833.142 Johannis Calvini, Acta Synodi Tridentínae cum Antidoto, Ginerbra 1547. Se refiere anuestra cuestión en un breve párrafo, comentando el citado canon. Este, después de haberdeclarado que nadie, entre los justificados puede evitar por toda la vida todo pecadovenial, agrega la reserva ; “sino por un privilegio especial de Dios, como piensa la Iglesiaacerca de la bienaventurada Virgen” (quemadmodum de Beata Virgine tenet Ecclesia).

La Virgen María, página 83Luego, la plenitud de gracia, para cuyo fin María recibió desde su nacimiento un grado degracia superior al que haya recibido cualquier otro santo, más aún, superior al de todoslos ángeles. “La gracia inicial de María . . . comparada con la de todos los santos es comoun sol con respecto al rayo, como un océano respecto a una gota.” 143 Y esa gracia inicialcreció de continuo, mediante el ejercicio de las buenas obras y de algunos sacramentos,como el bautismo y la eucaristía. María tuvo así todas las virtudes “convenientes a sucondición”, a saber las virtudes morales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza; en elsentido de que las virtudes que pueden ser adquiridas naturalmente mediante el ejerciciode la razón y de la voluntad, le fueron infundidas por la gracia desde el primer instante desu vida. 144 Tuvo además todos los dones del Espíritu Santo: sabiduría, intelecto, consejo,fortaleza, ciencia, piedad, temor de Dios; tuvo todos los frutos del Espíritu: caridad, gozo,paz, paciencia, benignidad, bondad, longanimidad, mansedumbre, fe, modestia.continencia, castidad. Tuvo las ocho bienaventuranzas: pobreza de espíritu,mansedumbre, hambre y sed de justicia, misericordia, ternura de corazón, ánimo pacífico,persecución por la justicia. Tuvo todos los carismas: palabra de sabiduría, palabra deciencia, don de fe, don de curaciones, don de milagros, don de profecía, discernimientode espíritus, don de lenguas y don de interpretación: los tuvo “virtualmente” y tuvo enacción aquellos que eran convenientes a su condición y a su misión. Tuvo cienciaadquirida, en grado ciertamente excelente; tuvo una excelente “ciencia infusa”, la cienciapropia de los ángeles; tuvo “probablemente” si no permanentemente, la “ciencia beata”,es decir, la visión directa de Dios, que es propia de Dios mismo.Tales privilegios del alma van acompañados por los del cuerpo. María fue noble, siendode estirpe real; su complexión fue perfectísima, porque “disfrutó siempre de un perenneequilibrio de todos los elementos corporales”. Fue por lo tanto inmune a todaenfermedad; fue bellísima, “de una belleza encantadora, especialmente porque en ella sereflejaba todo el esplendor celestial de su alma”. 145 Quien quiera tener la demostraciónapodíctica, lea las páginas que Roschini dedica a la belleza de María en su granMariología latina 146 . Aunque, a decir verdad, no habría necesidad: basta la demostraciónque nos han dado nuestros pintores del Renacimiento. Pero allí se encontrará el temaordenadamente, scholatico more: primero la definición de la belleza, objetiva y subjetiva,y de sus tres elementos, según Santo Tomás: integritas, debita proportio, splendor; luegohallará la tesis: Virgo singularia corporis pulchritudine excelluit. “La virgen sobresalióCalvino observa que la Iglesia incluye también a Agustín, el cual si en un lugar, pormotivo de consideración (amolliendae individiae causa) que citamos en el texto), en otroslugares casi abiertamente la pone en el número de los pecadores (eam in peccatorumordine aggregat) ; y también forman parte de la Iglesia Crisóstomo y Ambrosio, loscuales sospechan que la Virgen fue tentada por la ambición (qui ambitione tentatemfuisse suspicantur) ; y agrega que recuerda estas cosas solamente para hacer entender asus lectores que no hay ninguna ficción tan vana que no sea considerada como artículo defe (nullum esse tam negatorium figmentatus theologici omnes, ) Ginebra 1597, p. 358.143 Roschini, Chi é María, p. 55.144 Roschini, Mariología, II, 2, 162.145 Roschini, Chi é María?, p. 59.146 Roschini, Mariología, II, 2, pp. 202 sgs.

La <strong>Virgen</strong> María, página 83Luego, la plenitud de gracia, para cuyo fin María recibió desde su nacimiento un grado degracia superior al que haya recibido cualquier otro santo, más aún, superior al de todoslos ángeles. “La gracia inicial de María . . . comparada con la de todos los santos es comoun sol con respecto al rayo, como un océano respecto a una gota.” 143 Y esa gracia inicialcreció de continuo, mediante el ejercicio de las buenas obras y de algunos sacramentos,como el bautismo y la eucaristía. María tuvo así todas las virtudes “convenientes a sucondición”, a saber las virtudes morales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza; en elsentido de que las virtudes que pueden ser adquiridas naturalmente mediante el ejerciciode la razón y de la voluntad, le fueron infundidas por la gracia desde el primer instante desu vida. 144 Tuvo además todos los dones del Espíritu Santo: sabiduría, intelecto, consejo,fortaleza, ciencia, piedad, temor de Dios; tuvo todos los frutos del Espíritu: caridad, gozo,paz, paciencia, benignidad, bondad, longanimidad, mansedumbre, fe, modestia.continencia, castidad. Tuvo las ocho bienaventuranzas: pobreza de espíritu,mansedumbre, hambre y sed de justicia, misericordia, ternura de corazón, ánimo pacífico,persecución por la justicia. Tuvo todos los carismas: palabra de sabiduría, palabra deciencia, don de fe, don de curaciones, don de milagros, don de profecía, discernimientode espíritus, don de lenguas y don de interpretación: los tuvo “virtualmente” y tuvo enacción aquellos que eran convenientes a su condición y a su misión. Tuvo cienciaadquirida, en grado ciertamente excelente; tuvo una excelente “ciencia infusa”, la cienciapropia de los ángeles; tuvo “probablemente” si no permanentemente, la “ciencia beata”,es decir, la visión directa de Dios, que es propia de Dios mismo.Tales privilegios del alma van acompañados por los del cuerpo. María fue noble, siendode estirpe real; su complexión fue perfectísima, porque “disfrutó siempre de un perenneequilibrio de todos los elementos corporales”. Fue por lo tanto inmune a todaenfermedad; fue bellísima, “de una belleza encantadora, especialmente porque en ella sereflejaba todo el esplendor celestial de su alma”. 145 Quien quiera tener la demostraciónapodíctica, lea las páginas que Roschini dedica a la belleza de María en su granMariología latina 146 . Aunque, a decir verdad, no habría necesidad: basta la demostraciónque nos han dado nuestros pintores del Renacimiento. Pero allí se encontrará el temaordenadamente, scholatico more: primero la definición de la belleza, objetiva y subjetiva,y de sus tres elementos, según Santo Tomás: integritas, debita proportio, splendor; luegohallará la tesis: Virgo singularia corporis pulchritudine excelluit. “La virgen sobresalióCalvino observa que la Iglesia incluye también a Agustín, el cual si en un lugar, pormotivo de consideración (amolliendae individiae causa) que citamos en el texto), en otroslugares casi abiertamente la pone en el número de los pecadores (eam in peccatorumordine aggregat) ; y también forman parte de la Iglesia Crisóstomo y Ambrosio, loscuales sospechan que la <strong>Virgen</strong> fue tentada por la ambición (qui ambitione tentatemfuisse suspicantur) ; y agrega que recuerda estas cosas solamente para hacer entender asus lectores que no hay ninguna ficción tan vana que no sea considerada como artículo defe (nullum esse tam negatorium figmentatus theologici omnes, ) Ginebra 1597, p. 358.143 Roschini, Chi é María, p. 55.144 Roschini, Mariología, II, 2, 162.145 Roschini, Chi é María?, p. 59.146 Roschini, Mariología, II, 2, pp. 202 sgs.

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