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Virgen Maria completa - Escritura y Verdad

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La <strong>Virgen</strong> María, página 5consideración más objetiva; y puede suceder que se encuentre aun en obras devulgarización, destinadas a los laicos, la admisión de que tal o cuál aspecto de la doctrinamariana como la inmaculada concepción, la asunción, la corredención, no se afirmanexplícitamente en los escritos neotestamentarios ni en los padres más antiguos. 4 El dogmamariana no es considerado como una construcción de la piedad y del pensamientoteológico de la Iglesia, a partir de ciertas premisas contenidas explícita o implícitamenteen el Nuevo Testamento. La concepción histórica del cardenal Newman parece inspirarcada vez más a los historiadores católicos del dogma. Este gran católico, que de su origenanglicano había conservado ciertas exigencias de libertad y de modernidad, enseñaba,como se sabe, que el dogma es un organismo vivo, que se desarrolla en la línea de suspremisas y según su intrínseca dinámica. Esta tesis constituye el gran descubrimiento delmodernismo, y por haberla sostenido con intenciones de renovación dogmática, muchoscatólicos eminentes, a principios de este siglo, hubieron de conocer los rigores de laexcomunión; lo que nadie parece recordar cuando hoy la concepción dinámica del dogmase pone al servicio de la mariología. La Iglesia, como se ha dicho mastica lentamente,pero termina siempre por asimilar los descubrimientos útiles, aunque al principio los hayacondenado.Esta nueva posición que se va perfilando en el campo católico, no puede desagradar a losestudiosos libres. Ella purifica la atmósfera de las muchas preguntas ociosas, dejando elcampo más libre para una discusión franca de los problemas reales. La crítica, segúnnosotros necesaria, de los desarrollos de la mariología, no se ha tornado por cierto másfácil: ha pasado el tiempo en que se podía tener la ilusión de confutar el dogma marianocon la sencilla demostración de que la palabra Deipara no está en el Evangelio, o queJesús tuvo cuatro hermanos y varias hermanas. Si los teólogos católicos continúanmanteniendo las interpretaciones tradicionales de los datos evangélicos, lo hacen enhomenaje a la tradición exegética de su Iglesia y dentro de los límites en que talesinterpretaciones son al menos sostenibles; pero desde hace mucho tiempo su interésprincipal se dirige hacia otra parte; y es en ese campo más vasto donde debe seguirlos lacrítica: en el campo de la creación dogmática o litúrgica de la Iglesia; de esa viva piedadpopular que escoge según leyes que le son propias sus objetos de culto, y con lasexpresiones espontáneas de su devoción crea la sustancia y traza las líneas necesarias deldesarrollo doctrinal. Para tal desarrollo orgánico basta tener en el Nuevo Testamento elpunto adecuado de partida : se diría que un punto geométrico, sin dimensión.4 Neubert, op. cit.; “La revelación con respecto a María tal como fue hecha a los primeroscristianos, no contiene la afirmación explícita de la Inmaculada Concepción, pero permitepresumirla y predispone la mente a aferrarla” (p. 82). “No poseemos documentos segurosque nos aseguren la creencia de los primeros cristianos en cuanto a la Asunción deMaría” (p. 174). “No existían en aquella época motivos particulares para llamar laatención de los fieles sobre el concurso prestado por María en tal obra (la redención. Eranecesario, ante todo, hacer comprender la parte desempeñada por Cristo. Sin embargo,desde entonces se podía adivinar la parte que tuvo la <strong>Virgen</strong> en el ministerio de nuestrorescate” (p. 205).

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