Virgen Maria completa - Escritura y Verdad

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12.07.2015 Views

La Virgen María, página 46En este caso, la superposición significa también una asimilación, que no es solamentegenérica, como en el caso de las otras vírgenes y madres, sino que tiene una explícitareferencia teológica. En la teología bizantina del siglo XI la Virgen María seráidentificada con la Sabiduría, y con la Iglesia. 61 Se producirá pues un desplazamiento delos términos de la antigua teología cristiana, según la cual la Sabiduría se identificabíblicamente con el Logos, es decir con Cristo; desplazamiento que está en armonía conalgunos puntos de vista gnósticos. Se puede pensar que el simple hecho gramatical de queSofía es femenina haya contribuido a su identificación con María más bien que con Jesús;¿pero le será ajena la superposición ya producida de María a Minerva, la más sabia de lasdiosas?La superposición de la figura de María a las vírgenes y madres del antiguo panteónpagano tiene también como efecto una sustitución de funciones: María sustituye a JunoLucina como protectora de las parturientas, a Atenas Poliade como protectora de lasciudades, o según los lugares, a Tyche, a Fortuna; 62 a Isis, reina del cielo y estrella delmar como protectora de los navegantes; a Cibeles, nodriza de Roma; a las varias otrasdiosas propiciadas por los cultos naturalistas paganos. 63La sustitución de las divinidades paganas por la Virgen María se produce en parte poruna espontánea transferencia de la piedad popular de las masas convertidas, y después deConstantino, convertidas imperfectamente; en parte corresponde a un programa deexorcización de los cultos paganos por obra de la Iglesia, que destruyó todo lo que pudoal paganismo, y cuando no pudo hacerlo o halló preferible la otra vía, lo sustituyótransformándolo. Las reconsagraciones de templos, las colocaciones de nuevos santuariosen las cercanías de los paganos, son evidentemente deliberadas. Se puede presumir quefueron realizados ponderativamente con la plena conciencia de los peligros quepresentaban; ya esa conciencia se puede atribuir el hecho de que, en conjunto, lasreconsagraciones fueron raras, y en general se prefirió construir solamente en lasvecindades de los santuarios paganos más celebrados, como para oponer el cultoverdadero al "diabólico"; y que, por lo tanto, en la superposición de María a las diosaspaganas, el motivo polémico fuera seguramente más importante que la asimilación. Sepuede, pues, concordar con Cechelli, cuando en el curso de su profunda indagaciónartística, arqueológica y teológica sobre el origen del culto de María, declara:"La contribución de la devoción pagana a las divinidades femeninas fuecoeficiente genérico, que debió hacerse más sensible ulteriormente en algunasmanifestaciones de la piedad popular . . . Por lo demás, no se puede negar que en el sesgoque tomó en cierto momento el culto de la Virgen, no haya habido esa inclinación general61 Ibid., p. 238 sgs. Bibliografía y discusión en las notas. Ver también el Apéndice: “Mássobre la Sofía y el Logos”, pp. 279 sgs.62 Ibid., pp. 198, 90.63 En la liturgia copta. Como veremos al tratar de la Asunción, las fiestas de María – 26de diciembre, 15 de mayo y 13 de agosto – están destinadas a asegurar la bendición deMaría sobre las semillas, las mieses y la vendimia.

La Virgen María, página 47de las civilizaciones mediterráneas hacia la señora celestial: Virgen o verdaderamenteMadre, o verdaderamente asociada a un misterio de amor". 64Estas expresiones prudentes, convalidadas por la aprobación eclesiástica, pueden serconsideradas como la expresión de la ciencia católica más seria sobre nuestro argumento.Están ciertamente más bien por debajo que por encima de la verdad. El campo en el cualse extendió la fantasía creadora y asimiladora de la piedad popular fue por ciertovastísimo. Las manifestaciones oficiales, en parte guiaron, pero en parte mayor aúnsiguieron, al sentimiento popular. La instintiva transferencia de los atributos y de lasfunciones de las diosas madres a la Virgen María fue como una marea ascendente, a lacual los órganos dirigentes de la Iglesia no pudieron oponer una resistencia insuperable,porque tenía connivencias en el propio ánimo de sus representantes.Por consiguiente, importa admitir que hubo un impulso genérico, por obra del cultomediterráneo de la diosa madre, y debemos tenerlo en cuenta. No deja de ser interesanteconfrontar con esto las declaraciones de un teólogo protestante insospechable denostalgia hacia el catolicismo, Karl Barth:"Nuestro rechazo del culto de María no descansa esencialmente en las afirmaciones deque es el aporte, desde la esfera del paganismo, de la representación de una divinidadfemenina o materna, más o menos central o originaria, contenida en muchas religionesextracristianas. Con los paralelos tomados de la historia de las religiones se puede, endogmática, llegar a cualquier conclusión, o a ninguna. Los mismos escritos bíblicos, quecontienen el testimonio de la revelación, operan en toda la línea con representaciones oelementos representativos "paganos", y lo hacen por necesidad: tan cierto como que elmundo al cual piden que escuche es el mundo pagano. Aunque la afirmación queantecede es cierta, déjennos en paz sobre este punto nuestros interlocutores católicos.Aquella afirmación no es en ningún caso un artículo de fe evangélica. Y no puedeconstituir un problema serio opuesto al catolicismo."Estas declaraciones de Barth deben ser colocadas en el clima de reacción a la escuela"histórico-religiosa", con sus paralelos atrevidos y especiosos en el plano de la historiacomparada de la religiones: reacción muy difundida entre los teólogos protestantes,precisamente de la generación de Barth. En su acuerdo sustancial con las que hemoscitado de Cechelli, circunscriben un problema, definen un método; nos advierten que elculto de María es objeto de la historia del dogma, y sólo secundariamente de la historiade las religiones. Pero tal vez el mismo carácter de reacción que tienen, limita en algunamedida su importancia para nuestro problema. Tenemos derecho de preguntarnos si elculto de María tomó prestado de los cultos femeninos paganos solamente el lenguaje, loselementos representativos, o si no sacó de ellos algún elemento sustancial; en suma, si fuerealmente sólo un impulso "genérico", o si tuvo también algún aspecto específico.64 Cecchelli, ibid., I, p. 150. Naturalmente, no suscribiríamos el resto del periodo:“Impulso muy genérico, como se ve, que no disminuye en realidad la importanciacristiana del culto de la Virgen, porque debemos reconocerle una predestinación y unaespera.”

La <strong>Virgen</strong> María, página 46En este caso, la superposición significa también una asimilación, que no es solamentegenérica, como en el caso de las otras vírgenes y madres, sino que tiene una explícitareferencia teológica. En la teología bizantina del siglo XI la <strong>Virgen</strong> María seráidentificada con la Sabiduría, y con la Iglesia. 61 Se producirá pues un desplazamiento delos términos de la antigua teología cristiana, según la cual la Sabiduría se identificabíblicamente con el Logos, es decir con Cristo; desplazamiento que está en armonía conalgunos puntos de vista gnósticos. Se puede pensar que el simple hecho gramatical de queSofía es femenina haya contribuido a su identificación con María más bien que con Jesús;¿pero le será ajena la superposición ya producida de María a Minerva, la más sabia de lasdiosas?La superposición de la figura de María a las vírgenes y madres del antiguo panteónpagano tiene también como efecto una sustitución de funciones: María sustituye a JunoLucina como protectora de las parturientas, a Atenas Poliade como protectora de lasciudades, o según los lugares, a Tyche, a Fortuna; 62 a Isis, reina del cielo y estrella delmar como protectora de los navegantes; a Cibeles, nodriza de Roma; a las varias otrasdiosas propiciadas por los cultos naturalistas paganos. 63La sustitución de las divinidades paganas por la <strong>Virgen</strong> María se produce en parte poruna espontánea transferencia de la piedad popular de las masas convertidas, y después deConstantino, convertidas imperfectamente; en parte corresponde a un programa deexorcización de los cultos paganos por obra de la Iglesia, que destruyó todo lo que pudoal paganismo, y cuando no pudo hacerlo o halló preferible la otra vía, lo sustituyótransformándolo. Las reconsagraciones de templos, las colocaciones de nuevos santuariosen las cercanías de los paganos, son evidentemente deliberadas. Se puede presumir quefueron realizados ponderativamente con la plena conciencia de los peligros quepresentaban; ya esa conciencia se puede atribuir el hecho de que, en conjunto, lasreconsagraciones fueron raras, y en general se prefirió construir solamente en lasvecindades de los santuarios paganos más celebrados, como para oponer el cultoverdadero al "diabólico"; y que, por lo tanto, en la superposición de María a las diosaspaganas, el motivo polémico fuera seguramente más importante que la asimilación. Sepuede, pues, concordar con Cechelli, cuando en el curso de su profunda indagaciónartística, arqueológica y teológica sobre el origen del culto de María, declara:"La contribución de la devoción pagana a las divinidades femeninas fuecoeficiente genérico, que debió hacerse más sensible ulteriormente en algunasmanifestaciones de la piedad popular . . . Por lo demás, no se puede negar que en el sesgoque tomó en cierto momento el culto de la <strong>Virgen</strong>, no haya habido esa inclinación general61 Ibid., p. 238 sgs. Bibliografía y discusión en las notas. Ver también el Apéndice: “Mássobre la Sofía y el Logos”, pp. 279 sgs.62 Ibid., pp. 198, 90.63 En la liturgia copta. Como veremos al tratar de la Asunción, las fiestas de María – 26de diciembre, 15 de mayo y 13 de agosto – están destinadas a asegurar la bendición deMaría sobre las semillas, las mieses y la vendimia.

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