Virgen Maria completa - Escritura y Verdad

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La Virgen María, página 24Muy bien, este es, hay que decirlo, el tono justo. Esta es la osadía de la fe, que no seescandaliza de la aspereza de la encarnación, porque sabe que en el evangelio se produceuna gran inversión de los valores, que el nacimiento de Cristo es la señal de esa inversiónal comienzo de su vida, como lo es su muerte en la cruz al término de la misma. Pero talvez los tiempos no estuvieron maduros para este reconocimiento, que sería la conquistade la piedad medieval. Retomando contra Joviniano la argumentación del obispo deMilán, Jerónimo, en una carta a Pammachio, escrita para defender su libro de laacusación de envilecer demasiado el matrimonio y exaltar la virginidad, agregaba unnuevo argumento en favor de la virginidad "in partu" de María."Cristo es virgen, la Madre de nuestro Virgen es la Virgen perpetua, madre y virgen.Jesús entró por las puertas cerradas , y en el sepulcro, que era nuevo y excavado endurísima roca, nadie fue puesto, ni antes ni después . . . Respóndeme de qué manera Jesúsentró por las puertas cerradas cuando dio a palpar sus manos y a ver su costado, y sucarne y sus huesos, para que su cuerpo real no fuera tomado por un fantasma; yresponderé de qué manera la santa María es al mismo tiempo madre y virgen. Virgendespués del parto, madre antes que esposa." 31¿Pero la comparación con el cuerpo de Cristo después de la resurrección no es quizá unpoco engañoso? Los relatos evangélicos parecen sugerir que el cuerpo con el cual Cristosalió del sepulcro era un cuerpo glorificado, capacitado para ascender a esferas más altasde existencia. ¿Se puede transferir simplemente al cuerpo de la humillación de Jesús loque se dice acerca de su cuerpo glorioso? No aflora quizá, involuntariamente, en esatransferencia, una vez más cierta sensibilidad docética?Efectivamente, apenas se quiere ir más allá de una postulación pura y simple delprodigio, ni bien se intenta hacerlo en alguna medida intuible, parece inevitable entrar enel terreno de las figuraciones docéticas. El Padre Roschini, en su Catechismo mariano,tratando de explicar la virginidad de María en el parto, dice: "Como un puro rayo de luzatraviesa un cristal sin alterarlo, pero comunicándole su esplendor, así el Verboencarnado, verdadera luz del mundo, pasó a través de su Santísima Madre, no sólo sinocasionarle daño alguno, sino irradiándolo con su luz". 32 Los gnósticos seguramente nohubieran desdeñado este parangón.31Jerónimo, Epistula 48, seu Liber apologeticus Pammachium pro libro contraJovinianum, cap. 21. Las últimas palabras: “madre antes que esposa” son una alusión auna réplica a la sentencia de Tertuliano, De carne Christi 23. citada por nosotros (nota 9),P. L. 22, 510.32 Roschini, Chi é María? Catecismo mariano, p. 61; cf. Mariología, II, 2, p. 260. Laimagen se remonta a Bernardo de Claivaux. La objeción que nosotros hacemos ya la vioJoviniano, y la recogió Tomás de Aquino, Summa Theol. Pars III, quesito 28, art. 2. Elobjeta que en el cuerpo de Cristo están unidas la humildad y la gloria: “Para demostrar larealidad de su cuerpo, nació de una mujer; para demostrar su divinidad, nació de unavirgen”; no admite que el cuerpo de Cristo haya asumido, al nacer, una virtud especial de

La Virgen María, página 25Los elementos de la doctrina de la virginidad perpetua de María están todos presentes afines del siglo IV. El consenso de la Iglesia acepta desde la época neotestamentaria laconcepción milagrosa de Jesús. La virginidad de María en el parto y después del parto esobjeto de discusión y definiciones. Serían declaradas dogma de la Iglesia en el Conciliolateranense del 649, siendo obispo de Roma Martín I.La decisión dogmática había sido precedida por la imaginación popular. Hacia fines delsiglo V empezó a circular en la cristiandad occidental un escrito titulado Libro delnacimiento de la Bienaventurada Virgen María y de la infancia del Salvador, que pasabapor ser traducción del hebreo de un evangelio de Mateo hecha por Jerónimo a pedido delos obispos. Naturalmente el atribuirlo a Jerónimo es una ficción literaria que demuestrala fama que gozaba el gran escritor, no sólo como hebraísta, sino también como cultor deMaría. El libro es una compilación de materiales bastante antiguos, que presentan muchasafinidades con las leyendas que, más o menos en la misma época, debían llegar a integrarel Protoevangelio de Santiago.Cuando salió el decreto de Augusto ordenando el censo, narra el pseudo Mateo, José yMaría partieron para Belén. En el camino, María le dijo a José: "Veo delante de mí dospueblos, uno que llora, y el otro que se alegra". José la exhorta a no moverse y a nohablar, para no cansarse; pero un ángel en forma de joven resplandeciente, explica quelos dos pueblos son los judíos, que se han alejado de Dios, y los gentiles, que "seránbenditos en la simiente de Abraham"."En este punto el ángel hizo detener la cabalgadura, porque había llegado el tiempo dealumbramiento; ordenó a María descender del animal y entrar en una cueva subterránea,en la cual nunca había entrado luz alguna, sino siempre tinieblas, porque no penetraba enella la luz del día. Pero al entrar María, toda la cueva empezó a resplandecer como sihubiera sol; y la luz divina iluminó la gruta, como si fuera pleno mediodía; y esa luz durónoche y día, mientras estuvo María allí. Y allí dio a luz un varón, que los ángelesrodearon al nacer y adoraron ya nacido diciendo: "Gloria a Dios en las alturas, y en latierra paz a los hombres de buena voluntad."Entretanto, José había ido en busca de parteras. Cuando regresó a la cueva, María yahabía dado a luz un niño. Y José le dijo a María: "Te he traido las parteras Zeloni ySalomé, que están afuera de la cueva y no se atreven a entrar por la gran claridad". Maríaal oír esto sonrió. José le dijo: "No sonrías, sé prudente, para que no tengas necesidad demedicinas". Entonces hizo entrar a una de aquellas. Y habiendo entrado, Zeloni dijo aMaría: "Permíteme que le toque." Y habiéndose permitido María, la partera exclamó agran voz: "¡Señor, Señor grande, ten piedad! Jamás se ha oído no sospechado esto: lospechos están llenos de leche y el niño nacido muestra a su madre virgen. No hay ningúnrastro de sangre en el recién nacido ni ningún dolor en la parturienta. ¡Virgen concibió,“subtilitas”, ni que poseyera ya la calidad del cuerpo glorioso; y se limita en últimoanálisis, a la afirmación del milagro.

La <strong>Virgen</strong> María, página 24Muy bien, este es, hay que decirlo, el tono justo. Esta es la osadía de la fe, que no seescandaliza de la aspereza de la encarnación, porque sabe que en el evangelio se produceuna gran inversión de los valores, que el nacimiento de Cristo es la señal de esa inversiónal comienzo de su vida, como lo es su muerte en la cruz al término de la misma. Pero talvez los tiempos no estuvieron maduros para este reconocimiento, que sería la conquistade la piedad medieval. Retomando contra Joviniano la argumentación del obispo deMilán, Jerónimo, en una carta a Pammachio, escrita para defender su libro de laacusación de envilecer demasiado el matrimonio y exaltar la virginidad, agregaba unnuevo argumento en favor de la virginidad "in partu" de María."Cristo es virgen, la Madre de nuestro <strong>Virgen</strong> es la <strong>Virgen</strong> perpetua, madre y virgen.Jesús entró por las puertas cerradas , y en el sepulcro, que era nuevo y excavado endurísima roca, nadie fue puesto, ni antes ni después . . . Respóndeme de qué manera Jesúsentró por las puertas cerradas cuando dio a palpar sus manos y a ver su costado, y sucarne y sus huesos, para que su cuerpo real no fuera tomado por un fantasma; yresponderé de qué manera la santa María es al mismo tiempo madre y virgen. <strong>Virgen</strong>después del parto, madre antes que esposa." 31¿Pero la comparación con el cuerpo de Cristo después de la resurrección no es quizá unpoco engañoso? Los relatos evangélicos parecen sugerir que el cuerpo con el cual Cristosalió del sepulcro era un cuerpo glorificado, capacitado para ascender a esferas más altasde existencia. ¿Se puede transferir simplemente al cuerpo de la humillación de Jesús loque se dice acerca de su cuerpo glorioso? No aflora quizá, involuntariamente, en esatransferencia, una vez más cierta sensibilidad docética?Efectivamente, apenas se quiere ir más allá de una postulación pura y simple delprodigio, ni bien se intenta hacerlo en alguna medida intuible, parece inevitable entrar enel terreno de las figuraciones docéticas. El Padre Roschini, en su Catechismo mariano,tratando de explicar la virginidad de María en el parto, dice: "Como un puro rayo de luzatraviesa un cristal sin alterarlo, pero comunicándole su esplendor, así el Verboencarnado, verdadera luz del mundo, pasó a través de su Santísima Madre, no sólo sinocasionarle daño alguno, sino irradiándolo con su luz". 32 Los gnósticos seguramente nohubieran desdeñado este parangón.31Jerónimo, Epistula 48, seu Liber apologeticus Pammachium pro libro contraJovinianum, cap. 21. Las últimas palabras: “madre antes que esposa” son una alusión auna réplica a la sentencia de Tertuliano, De carne Christi 23. citada por nosotros (nota 9),P. L. 22, 510.32 Roschini, Chi é María? Catecismo mariano, p. 61; cf. Mariología, II, 2, p. 260. Laimagen se remonta a Bernardo de Claivaux. La objeción que nosotros hacemos ya la vioJoviniano, y la recogió Tomás de Aquino, Summa Theol. Pars III, quesito 28, art. 2. Elobjeta que en el cuerpo de Cristo están unidas la humildad y la gloria: “Para demostrar larealidad de su cuerpo, nació de una mujer; para demostrar su divinidad, nació de unavirgen”; no admite que el cuerpo de Cristo haya asumido, al nacer, una virtud especial de

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