La <strong>Virgen</strong> María, página 146no sólo por derecho natural, sino también por derecho adquirido, es decir por laredención”. Ahora bien, prosigue nuestra encíclica, en el cumplimiento de la obra deredención, María Santísima estuvo por cierto íntimamente asociada con Cristo, por locual se canta justamente en la liturgia sagrada: “Santa María, reina del cielo y señora delmundo, presa del dolor, estaba en pie cerca de la cruz de nuestro Señor Jesucristo”. 260Ella fue quien, según la Mystici Corporis, “exenta de toda culpa personal o hereditaria,estrechamente unida con su Hijo, lo ofreció sobre el Gólgota al Eterno Padre,sacrificando juntos el amor y los derechos maternos, cual nueva Eva por toda laposteridad de Adán, manchada por su caída miseranda.” 261 Y nuestra encíclica agrega:“Se puede concluir legítimamente de esto que, así com0o Cristo, como el nuevo Adán, esnuestro rey no sólo porque es Hijo de Dios, sino también como nuestro Redentor, segúncierta analogía (quodam analogías modo) se puede afirmar que la Bienaventurada <strong>Virgen</strong>es reina, no sólo por ser Madre de Dios, sino también porque cual nueva Eva, estuvoasociada con el nuevo Adán” (par. 35-36).Una vez más, debemos observar que la doctrina todavía no definida de la corredención,se invoca como elemento de prueba en el cuerpo de la mariología; y nótese, lacorredención en su forma “activa”, esto es, en el sentido más audaz y problemático, elque asocia a María con el sacrificio mismo del Calvario. 262Después de esto, no falta tampoco la referencia a la corredención pasiva, es decir, a laobra de María como mediadora y distribuidora de la gracia adquirida por Cristo. Con estamediación se conecta, sobre todo, el ejercicio verdadero y propio de la soberanía deMaría, que es soberanía de intercesión y de concesión de gracias. Desde su concepción, laBienaventurada <strong>Virgen</strong> fue colmada de una abundancia tal de gracias que supera la graciade todos los santos”; pero a consecuencia de su asociación con la redención de Cristotuvo también “una participación en aquel influjo con el cual su Hijo nuestro redentor sedice justamente que reina sobre la mente y la voluntad de los hombres. Si de hecho elVerbo obra milagros e infunde la gracia por medio de la humanidad que ha asumido, si sesirve de sacramentos, y de sus santos como instrumentos para la salvación de las almas,¿por qué no puede servirse de oficio y de la obra de esa Madre santísima paradistribuirnos los frutos de su redención”? (par. 39-40).260 Fiesta de los siete dolores en la B.V.261 Pío XII, Encicl. Mystici corporis, 29 junio 1943, en A.A.S. 35 (1943), 247.262 También el P. Roschini, en su Mariología, considera como fundamentos de la realezade María <strong>Virgen</strong> su maternidad divina y la corredención. Estos títulos corresponden a losdos aspectos de la realeza de Cristo, por naturaleza y por derecho adquirido, aconsecuencia de la redención. María participa en los dos aspectos de su realeza: es reinapor derecho natural como Madre del Rey; y lo es por derecho adquirido, en virtud de lacorredención. Señala, además, que María no participa en la realeza propiamente dicha,esto es, no participa en el triple poder legislativo, ejecutivo y judicial de su Hijo, sino enmodo análogo, como corresponde a una reina, a saber por el esplendor de su dignidad, ypor su poder de intercesión (op. cit., II, 1, pp. 424-525).
La <strong>Virgen</strong> María, página 147En conclusión, la maternidad divina, la corredención activa, la participación en el reinoespiritual de Cristo sobre las almas: he aquí los fundamentos teológicos de la dignidadreal de María.Realeza “aunque de manera limitada y analógica”. Solamente Jesús, acentúa la encíclica,es rey en sentido pleno, propio y absoluto (par. 37). Pero también como simple dignidadde participación y por analogía, la realeza de María es de una sublimidad tan espléndidaque supera la excelencia de todas las cosas creadas (ídem) ; por lo cual todos los fielesdeben gloriarse de “someterse al imperio de la <strong>Virgen</strong> Madre de Dios”, la cual aunquedispone de un poder real, arde en amor materno” (par. 41).La encíclica prosigue con una breve exhortación a los teólogos y predicadores para que“se guardan de opiniones desprovistas de fundamento, y que con expresiones exageradassobrepasan los límites de la verdad”, y viceversa, a guardarse de “una excesiva estrictezmental al considerar aquella singular, sublime, aun cuasi divina dignidad de la Madre deDios” (par. 42). Y agrega la advertencia de que “en este como en otros campos de ladoctrina cristiana, la norma próxima y universal de la verdad es para todos el magisteriovivo de la Iglesia, que Cristo ha constituido también para ilustrar y explicar aquellascosas que en el depósito de la fe están contenidas sólo oscuramente y casiimplícitamente”, según el principio establecido en la Humani Generis. 263La última parte de la encíclica contiene la institución de la fiesta de María Reina, acelebrarse todos los años en todo el mundo, el día 31 de mayo, y la orden de que “endicho día sea renovada la consagración del género humano al Corazón Inmaculado de laBienaventurada <strong>Virgen</strong> María”. En este gesto, en realidad, “está depositada una granesperanza de que pueda surgir una nueva era, alegrada por la paz cristiana y por el triunfode la religión.” Sigue la exhortación a “imitar las grandes virtudes de la reina celeste”.Tal el documento papal; su interés, decíamos, reside sobre todo en su estrecha afinidadmetodológica con la Bula Munificentissimus Deus. Como ésta, reduce la prueba bíblicaaun mínimo indispensable, reconoce el desarrollo de la doctrina en cuestión a través de lahistoria del dogma, y compensa la reconocida debilidad de la prueba bíblica y de latradicional, recurriendo a la autoridad del magisterio vivo; y tiene en común con la bulade la Asunción el método de demostración teológica, fundada sobre principios deanalogía y de la conveniencia y la apelación al sentimiento, propia del pietismo de laContrarreforma.La advertencia que contiene, de guardarse de las expresiones exageradas que sobrepasanlos límites de la verdad, sugiere al lector no católico la observación de que queda muypoco que agregar en materia de expresiones hiperbólicas, al lenguaje mismo de laencíclica, y más en general a la glorificación mariana fomentada por el magisterio vivoen este último siglo, y que iniciada por Pío IX con la definición de la InmaculadaConcepción en 1854, halla su conclusión procesional en la institución en 1954 de la fiestade María Reina, gloriosamente ascendida al cielo en cuerpo y alma.263 Denz., 3014.
- Page 1 and 2:
La Virgen María, página 1LA VIRGE
- Page 3:
La Virgen María, página 3Ahora bi
- Page 6 and 7:
La Virgen María, página 6El Padre
- Page 8 and 9:
La Virgen María, página 8jamás p
- Page 10 and 11:
La Virgen María, página 10recibi
- Page 12 and 13:
La Virgen María, página 12según
- Page 14 and 15:
La Virgen María, página 14de los
- Page 16 and 17:
La Virgen María, página 16mirada
- Page 18 and 19:
La Virgen María, página 18habiend
- Page 20 and 21:
La Virgen María, página 20Elvidio
- Page 22 and 23:
La Virgen María, página 22Este ha
- Page 24 and 25:
La Virgen María, página 24Muy bie
- Page 26 and 27:
La Virgen María, página 26virgen
- Page 28 and 29:
La Virgen María, página 28esa lit
- Page 30 and 31:
La Virgen María, página 30ilimita
- Page 32 and 33:
La Virgen María, página 32transfi
- Page 34 and 35:
La Virgen María, página 34aquí u
- Page 36 and 37:
La Virgen María, página 36fervor,
- Page 38 and 39:
La Virgen María, página 38Y ahora
- Page 40 and 41:
La Virgen María, página 40A su in
- Page 42 and 43:
La Virgen María, página 42crític
- Page 44 and 45:
La Virgen María, página 44dialéc
- Page 46 and 47:
La Virgen María, página 46En este
- Page 48 and 49:
La Virgen María, página 48Si aten
- Page 50 and 51:
La Virgen María, página 50La Virg
- Page 52 and 53:
La Virgen María, página 52En real
- Page 54 and 55:
La Virgen María, página 54tu serv
- Page 56 and 57:
La Virgen María, página 56recuerd
- Page 58 and 59:
La Virgen María, página 58parece
- Page 60 and 61:
La Virgen María, página 60agnosti
- Page 62 and 63:
La Virgen María, página 62et beat
- Page 64 and 65:
La Virgen María, página 64desiert
- Page 66 and 67:
La Virgen María, página 66Para lo
- Page 68 and 69:
La Virgen María, página 68interpr
- Page 70 and 71:
La Virgen María, página 70confies
- Page 72 and 73:
La Virgen María, página 72superst
- Page 74 and 75:
La Virgen María, página 74produjo
- Page 76 and 77:
La Virgen María, página 76La inma
- Page 78 and 79:
La Virgen María, página 78la Igle
- Page 80 and 81:
La Virgen María, página 80singula
- Page 82 and 83:
La Virgen María, página 82La defi
- Page 84 and 85:
La Virgen María, página 84por la
- Page 86 and 87:
La Virgen María, página 86problem
- Page 88 and 89:
La Virgen María, página 88leche y
- Page 90 and 91:
La Virgen María, página 90En los
- Page 92 and 93:
La Virgen María, página 92feminid
- Page 94 and 95:
La Virgen María, página 94como Sa
- Page 96 and 97: La Virgen María, página 96La inte
- Page 98 and 99: La Virgen María, página 98Sin emb
- Page 100 and 101: La Virgen María, página 100la pie
- Page 102 and 103: La Virgen María, página 102está
- Page 104 and 105: La Virgen María, página 104El seg
- Page 106 and 107: La Virgen María, página 106mérit
- Page 108 and 109: La Virgen María, página 108a cier
- Page 110 and 111: La Virgen María, página 110consid
- Page 112 and 113: La Virgen María, página 112mujer
- Page 114 and 115: La Virgen María, página 114el ace
- Page 116 and 117: La Virgen María, página 116lo div
- Page 118 and 119: La Virgen María, página 118muere
- Page 120 and 121: La Virgen María, página 120Sabidu
- Page 122 and 123: La Virgen María, página 122catoli
- Page 124 and 125: La Virgen María, página 124interp
- Page 126 and 127: La Virgen María, página 126misió
- Page 128 and 129: La Virgen María, página 128benevo
- Page 130 and 131: La Virgen María, página 130confor
- Page 132 and 133: La Virgen María, página 132un nue
- Page 134 and 135: La Virgen María, página 134los gu
- Page 136 and 137: La Virgen María, página 136“Cel
- Page 138 and 139: La Virgen María, página 138trabaj
- Page 140 and 141: La Virgen María, página 140El pen
- Page 142 and 143: La Virgen María, página 142la ver
- Page 144 and 145: La Virgen María, página 144En rea
- Page 148: La Virgen María, página 148Si est