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El-Cartel-de-los-Sapos

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•ta es la<strong>de</strong> <strong>los</strong> más po<strong>de</strong>rosos carteles <strong>de</strong>l narcotranco enel mundo: el cartel <strong>de</strong>t Norte <strong>de</strong>l Valle. Tan po<strong>de</strong>roso yviolento como el cartel <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llln <strong>de</strong> Pablo Escobar,y tan Influyente y multimillonario como el cartel <strong>de</strong> Cali<strong>de</strong> <strong>los</strong> hermanos Rodríguez, <strong>los</strong> sucedió a ambos en elnegocio Internacional <strong>de</strong>l tráfico <strong>de</strong> cocaína y extendiósus tentácu<strong>los</strong> hasta México, Venezuela, EstadosUnidos y varios países <strong>de</strong> Europa.Pronto <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> sus jefes entraron a formarparte <strong>de</strong> una leyenda negra, por sus cuantiosasoperaciones y sus extravagancias, y al final por sussanguinarias venganzas. Chupeta, Rasguño, DonDiego, Orlando y Arcángel Henao, Wllber Várela, VíctorPatino, Iván Urdí ñola, entre otros, a pesar <strong>de</strong> auaesfuerzos por llevar una vida dlacreta, ae convirtieronen el blanco <strong>de</strong> las agencias antlnarcótlcoa.Este libro testimonia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus entrañas la<strong>de</strong>spiadada lucha por el po<strong>de</strong>r y el dinero, y tambiénpor las mujeres, en el cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle.Conspiraciones, venganzas, traiciones, tejen una tramaque se lee como una novela <strong>de</strong> suspenso. En estsIntensa historia se baaa un exitoso seriado <strong>de</strong> CARACOLTlLIVIDÓNiEn (i ü»n§l d# lo» »apo§ sus oscuros protagonistasy su vida Infernal causan asombro y perplejidad, talcual suce<strong>de</strong> siempre que se <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> a <strong>los</strong> abismos<strong>de</strong> la auténtica mafia.e <strong>los</strong>La historia secreta <strong>de</strong>una <strong>de</strong> las mafias <strong>de</strong>l narcotráficonás po<strong>de</strong>rosas en el mundo:


ANDRÉS LÓPEZ LÓPEZ<strong>El</strong> cartel <strong>de</strong> <strong>los</strong> saposi Planeta


1Nacimiento <strong>de</strong>l narco tráfico y su máximoexponente: Pablo EscobarCubierta: Juliana Gutiérrez© Andrés López López, 20G8© Editorial Planeta Colombiana S. A., 2008Callu 73 No. 7-60, BogotáISBN 1} (rústica): 978-9.58-42-1820-9ISBN 10 (rustica): 958-42-1820-4ISBN 13 (tapa dura): 978-958-42-1824-7ISBN 10 (tapa dura): 958-42-1824-7Primera edición: marzo <strong>de</strong> 2008Armada electrónica: Editorial Planeta Colombiana S, A.Impresión y encua<strong>de</strong>mación: Quebecor Vvorld Bogotá S. A.Este libro no podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin elprevio permiso escrito <strong>de</strong>l editor, lodos les <strong>de</strong>rechos reservados."Quien no conoce la historia corre el riesgo <strong>de</strong> repetirla", dijoalguien en un momento <strong>de</strong> reflexión. Des<strong>de</strong> aquel día la frase, trascendióy se hizo celebre porque es cierta. <strong>El</strong> inconveniente radicaen que al final muy pocas personas tienen acceso a la verdad.;,, ala cruda y <strong>de</strong>scarnada verdad.No estoy hablando <strong>de</strong> la versión callejera, modificada, maquilladay acomodada en beneficio <strong>de</strong> alguien. No, estoy hablando<strong>de</strong> una verdad reconstruida con base en las diferentes versiones<strong>de</strong> <strong>los</strong> grupos involucrados en el conflicto.Al final ¿quién escribe la historia? Obvio: <strong>los</strong> vencedores,lo? sobrevivientes.Con respecto a nuestra historia reciente, y al <strong>de</strong>cir recienteme re£ero a <strong>los</strong> últimos 30 años, no he podido encontrar unaexposición medianamente acertada <strong>de</strong> la innegable influenciaque han tenido la narcoactividad y sus carteles en el <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> nuestra economía y, sobre todo, <strong>de</strong> nuestra gente.7


ANDRÉS LÓPEZ LÓPEZSólo <strong>los</strong> vencedores, <strong>los</strong> sobrevivientes <strong>de</strong> este maremágnumcomo es el mundo <strong>de</strong>l narcotráfico pudiéramos tener un conceptoun poco más claro <strong>de</strong> esta historia. <strong>El</strong> hecho <strong>de</strong> estar vivo, <strong>de</strong>haber caminado por las brasas <strong>de</strong> ese infierno y estar sentadofrente a este escrito y con la totalidad <strong>de</strong> mis capacida<strong>de</strong>s físicas—aunque sigo privado <strong>de</strong> la libertad— me convierte en vencedor,en privilegiado.Sin embargo, esto no es suficiente para <strong>de</strong>senredar esa turbiama<strong>de</strong>ja llamada historia <strong>de</strong>l narcotráfico. Se necesita a<strong>de</strong>mástiempo suficiente, claridad mental, posibilidad <strong>de</strong> escuchar, <strong>de</strong>intercambiar i<strong>de</strong>as con nuestros antiguos enemigos y no <strong>de</strong>spreciarese gusanito interno que nunca <strong>de</strong>scansa llamado sed <strong>de</strong>conocimiento.<strong>El</strong> universo conspiró a nuestro alre<strong>de</strong>dor y unió estos elementosen el único lugar don<strong>de</strong> esto podría suce<strong>de</strong>r: la cárcel.Horas, días, semanas y meses <strong>de</strong> mascar, rumiar y digerir toda lainformación recogida en una prisión fe<strong>de</strong>ral me permiten <strong>de</strong>cirque ahora sí entiendo por qué, aunque esté vestido <strong>de</strong> ver<strong>de</strong>, soyun ser afortunado y ben<strong>de</strong>cido por Dios.<strong>El</strong> dolor que producen las largas horas <strong>de</strong> la noche en unacelda, las interminables horas <strong>de</strong> espera en un salón <strong>de</strong> visita y elletargo infinito <strong>de</strong> un día en un calabozo, me hicieron enten<strong>de</strong>rque al narcotráfico hay que conocerlo y compren<strong>de</strong>rlo para po<strong>de</strong>rodiarlo con todas las fuerzas <strong>de</strong>l corazón. No me importa confesarque me revolqué en las sucias entrañas <strong>de</strong> ese monstruo para servomitado por él mismo y al final convertirme en un afortunadosobreviviente, lleno <strong>de</strong> marcas y cicatrices, pero sobreviviente alfin y al cabo.Por tanto, lo mínimo que puedo hacer en retribución conese ser divino que me cuidó es contar mi propia verdad y esperarque las generaciones futuras capitalicen nuestras heridas en subeneficio y no repitan esa funesta historia,I tagarnos un pequeño viaje en el túnel <strong>de</strong>l tiempo y regresemosa comienzos di <strong>los</strong> setenta, don<strong>de</strong> personajes <strong>de</strong> la talla <strong>de</strong> llamón(¡achaco, un reconocido contrabandista <strong>de</strong> cigarril<strong>los</strong> y licor, eneEL CARTEL DE LOS SAPOSmigo número uno <strong>de</strong> las rentas <strong>de</strong>partamentales, <strong>de</strong>scubrió unasustancia química blancuzca llamada cocaína, que se producíaen <strong>los</strong> vecinos países <strong>de</strong>l sur y que era altamente apetecida por elvecino <strong>de</strong>l norte. También sabía que el margen <strong>de</strong> rentabilida<strong>de</strong>ra muchísimo mayor que el <strong>de</strong> la hierba, el tabaco y el alcohol.Pero no fue sólo Ramón Cachaco. También lo hicieron otrospersonajes <strong>de</strong> la Costa Atlántica, La Guajira, Antioquia, Valle <strong>de</strong>lCauca y Bogotá, que no tardaron en conocer las ventajas <strong>de</strong> estenaciente disparador <strong>de</strong> la economía. Estos oscuros personajesempezaron a aparecer en la sociedad como una clase emergente,muy valiente y astuta, que logró mantenerse con vida porqueconocía perfectamente el significado <strong>de</strong> las palabras respeto yionor. Posteriormente, estos emergentes sociales, conocidos comomágicos por su habilidad para producir fortunas en un abrir ycerrar <strong>de</strong> ojos, se agruparon geográficamente y dieron paso a <strong>los</strong>temidos carteles <strong>de</strong> la droga.Este po<strong>de</strong>r creciente se sintió capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>safiar a la oligarquíaclásica, a la cíase política y al propio Estado. <strong>El</strong> primer episodio<strong>de</strong> este <strong>de</strong>safío frontal al Estado fue el asesinato <strong>de</strong>l ministro <strong>de</strong>usticia Rodrigo Lara Bonilla, el 30 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1984, a manos<strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín. Este funcionario, enconado enemigo <strong>de</strong>la naciente estirpe narcotraficante, fue eliminado a balazos corao<strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> que nada ni nadie podría atravesarse en <strong>los</strong> <strong>de</strong>seos<strong>de</strong> la máquina <strong>de</strong> muerte <strong>de</strong> este po<strong>de</strong>roso cartel lí<strong>de</strong>radopor Pablo Escobar.Sin embargo, en sus orígenes <strong>los</strong> mañosos interactuaban unoson otros y prueba <strong>de</strong> ello fue el arresto <strong>de</strong> Jorge Luís Ochoa<strong>de</strong>stacado integrante <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín— en compañíadi' (¡liberto Rodríguez Orejuela —cabeza visible <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>ali— el 21 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1984 en Madrid, España. Los doslibraron una batalla legal conjunta para evitar su extradición aSitados Unidos y finalmente lograron burlarse <strong>de</strong> <strong>los</strong> sistemas|udiciales español y estadouni<strong>de</strong>nse y a finales <strong>de</strong> 1986 fueronreptil Hados a Colombia don<strong>de</strong> recobraron la libertad al cabo <strong>de</strong>ii breve v amañado proceso legal,


l.ii ,inil>i< Ion lis limito v U led 'le po<strong>de</strong>i <strong>de</strong>imedldo < n/¡non a causas estragos entra estos perioiifljei. Lns leyes <strong>de</strong> lanaturaleza indican que ciertos clámen<strong>los</strong> no si 1 pue<strong>de</strong>n mezclar,como el agua y el aceite. Pero aquí sí ocurrió: se unieron faldas,orgullo, po<strong>de</strong>r, dinero y traición. <strong>El</strong> resultado no pudo ser otroque la primera gran guerra entre <strong>los</strong> principales barones <strong>de</strong> ladroga.Sucedió cuando <strong>El</strong> Negro Pabón, un empleado <strong>de</strong> Pablo Escobaren Nueva York, compartía plaza con <strong>El</strong> Pina, quien trabajabapara Hélmer Pacho Herrera, uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> principales socios <strong>de</strong> <strong>los</strong>hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez.En uno <strong>de</strong> esos ires y venires <strong>de</strong> la vida, <strong>El</strong> Pina terminó involucradocon la mujer <strong>de</strong>l Negro Pabón que, ofendido e incapaz<strong>de</strong> limpiar su honor mancillado, le pidió a Escobar que intercedieraante Herrera para que este hiciera regresar a Colombia asu empleado.En su conocido tono autoritario, Escobar hizo la petición,pero Herrera le dio una respuesta inesperada.—Pablo, olvídate, yo no entrego a mi gente.—<strong>El</strong> que no está conmigo está en contra mía y por lo tantoes mi enemigo —respondió Escobar, furioso.f—-Pablo, te repito: yo no entrego a mi gente.Hasta ese momento nadie había tenido la osadía <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>rlea Pablo Escobar en esos términos y <strong>de</strong> inmediato llamóa <strong>los</strong> hermanos Rodríguez a Cali y <strong>los</strong> conminó a entregarles aPacho Herrera,—No hay problema, Pablo, déjanos tomar medidas al respectoy en menos <strong>de</strong> una semana te haremos saber nuestra respuesta—dijeron <strong>los</strong> hermanos Rodríguez, diplomáticos.Luego <strong>de</strong> colgar la llamada con Escobar, <strong>los</strong> Rodríguez secomunicaron con Herrera.—Pacho, ¿qué opinas? Pablo nos pi<strong>de</strong> que te entreguemos.—Muy bien, señores, vamos a hacerle saber nuestra respuesta—replicó Herrera en tono enigmático.10Beta leríe llevudí a domicilio el M <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> I I JNK a las2 <strong>de</strong> la madrugada. <strong>El</strong> objetivo fue el Edificio Monaco en MeiJcilín,don<strong>de</strong> l.íswbar vivía suntuosamente con su familia. Losencargados <strong>de</strong> la misión fueron hombres <strong>de</strong> esa ciudad al servicio<strong>de</strong> Pacho Herrera. Gabí, Chapola y <strong>El</strong> Pecoso encabezaron elKRipo que <strong>de</strong>jó un carro bomba con 150 kilogramos <strong>de</strong> dinamita.La guerra estaba casada.Las heridas causadas al oído <strong>de</strong> Manuela —sil hija menor— yel honor mancillado, más que la <strong>de</strong>strucción y las pérdidas materiales,<strong>de</strong>satarían la furia sin límites <strong>de</strong> Escobar.Paralelo a este nuevo conflicto, Escobar continuaba su guerracontra el Estado. Su siguiente gran golpe fue el asesinato, el 18<strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1989, <strong>de</strong>l candidato presi<strong>de</strong>ncial Luis Car<strong>los</strong> Galán,quien se perfilaba como seguro ganador <strong>de</strong> las elecciones y fungíacomo enemigo acérrimo <strong>de</strong> <strong>los</strong> carteles <strong>de</strong> la droga.Escobar no olvidó el atentado <strong>de</strong> Pacho Herrera y muy prontose vengó. La tarea fue or<strong>de</strong>nada a Brances Muñoz Mosquera Tysony a Car<strong>los</strong> Álzate Urquijo <strong>El</strong> Arete, quienes organizaron un ataquesorpresa en Can<strong>de</strong>laria, Valle, en una finca <strong>de</strong> Pacho Herrera,durante un partido <strong>de</strong> fútbol. Era el 25 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1990.La operación hacía necesaria la complicidad <strong>de</strong> alguien en Calíy para ello engañaron a un hombre i<strong>de</strong>ntificado como Leonel,quien en forma inocente les prestó una finca don<strong>de</strong> guardaronlas armas y escondieron a <strong>los</strong> sicarios.La incursión comenzó <strong>de</strong> manera sorpresiva una vez confirmaronla información <strong>de</strong>l partido <strong>de</strong> fútbol, pero <strong>los</strong> atacantes notenían i<strong>de</strong>ntificado plenamente a Herrera, quien estaba sentadoen las gra<strong>de</strong>rías y no en el campo <strong>de</strong> juego, don<strong>de</strong> <strong>de</strong>bería estar.<strong>El</strong> saldo fue <strong>de</strong> 13 bajas <strong>de</strong>l bando <strong>de</strong> Herrera y dos <strong>de</strong>l cartel<strong>de</strong> Medcllín.Una vez ejecutado el golpe, <strong>los</strong> sicarios se refugiaron en lafinca <strong>de</strong> Leonel. Mientras tanto, la Policía local sacó encapuchadoa Herrera y lo subió a un campero Trooper blanco para que iosmedios <strong>de</strong> comunicación no pudieran i<strong>de</strong>ntificarlo. Sólo entoncesLeonel comprendió la magnitud <strong>de</strong> su error. Pero ya era muy11


tar<strong>de</strong>. Sólo le queda guardar silencio y Im^ii <strong>de</strong>mencia, pefo susuerte estaba echada porque lu boca <strong>de</strong> <strong>los</strong> sica vi os ea más rápiday ágil que sus gatil<strong>los</strong>.Los contactos <strong>de</strong> Herrera en las empresas <strong>de</strong> teléfonos interceptaronalgunas llamadas en Me<strong>de</strong>llín y en muy poco tiempodieron con el nombre <strong>de</strong> Leonel, quien fue secuestrado <strong>de</strong> inmediato.<strong>El</strong> hombre sobrevivió a las torturas y no sólo confesó lo quesabía sino que entregó las armas utilizadas en el ataque. Con esainformación, Herrera <strong>de</strong>sarticuló la célula infiltrada por Escobary dio la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> asesinar a Leonel y arrojarlo a! río Cauca.La historia <strong>de</strong>muestra que la <strong>de</strong>gradación <strong>de</strong> un conflictoes directamente proporcional a su duración. Por eso, mientrasPablo Escobar y su cartel se enfrascaban en una guerra contra el<strong>de</strong> Cali, optó por abrir otro frente <strong>de</strong> batalla simultáneo, pero nomenos peligroso y <strong>de</strong>sgastante: la guerra contra el Estado paratumbar la extradición.Bombas contra civiles in<strong>de</strong>fensos, asesinato masivo <strong>de</strong> policías,secuestro <strong>de</strong> miembros <strong>de</strong> la clase política y dirigente. En fin,entre 1989 y 1993, la población tuvo que soportar las peoresbarbarida<strong>de</strong>s porque Escobar <strong>de</strong>sató una época tristemente recordadacomo el narcoterrorismo. Con sus atentados, secuestrosy asesinatos, Escobar contribuyó a estigmatizar y satanizar elnarcotráfico alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l mundo. Pero, <strong>de</strong> todas maneras, no sepue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sconocer que logró arrodillar al Gobierno colombianoy posicionó a <strong>los</strong> narcotraficantes colombianos como asesinos<strong>de</strong>salmados y monstruos sin principios.Finalmente, tras un año <strong>de</strong> negociaciones secretas, la expedicióny posterior modificación <strong>de</strong> <strong>de</strong>cretos presi<strong>de</strong>nciales como el2047, el 3030 o el 2372, que tenían como único objetivo adaptar lasleyes a <strong>los</strong> caprichos <strong>de</strong> Escobar, el Gobierno expidió el <strong>de</strong>cretofinal, el 303, que cumplía todas las exigencias <strong>de</strong>l capo para sureclusión en una finca <strong>de</strong> recreo en total impunidad. Así, el 29 <strong>de</strong>junio <strong>de</strong> 1991, Escobar logró el triunfo total cuando la AsambleaConstituyente convocada por Gaviria modificó la Constitución yabolió en forma <strong>de</strong>finitiva la extradición <strong>de</strong> nacionales.Dos días <strong>de</strong>tpuiíj aJ i", <strong>de</strong> ¡ulio, Eioobar llegó en un helicóptero <strong>de</strong> La Gobernación] <strong>de</strong> A.ntioqula o su club campestre—lamal Llamada prisión <strong>de</strong> máxima seguridad <strong>de</strong> la Catedral— enLis montañas <strong>de</strong> Envigado; en compañía <strong>de</strong> su séquito <strong>de</strong> lugarimientes,Ahora, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí, podía dirigir tranquilamente, y conla protección <strong>de</strong>l Estado, las rutas <strong>de</strong>l narcotráfico y la guerracontra ei cartel <strong>de</strong> Cali.Sin embargo, <strong>los</strong> hermanos Rodríguez, José Santacruz yHélmer Pacho Herrera continuaron elaborando planes para volarpor <strong>los</strong> aires a Escobar y sus secuaces, incluido su club privado<strong>de</strong> La Catedral.Pero otro elemento inesperado aparecería en esta balanza paraacabar <strong>de</strong> <strong>de</strong>sequilibrar las cargas. Mientras la cúpula <strong>de</strong> Cali seconcentraba en la guerra, muchos <strong>de</strong> sus antiguos servidores sehabían <strong>de</strong>dicado a poner en práctica lo que habían aprendidoal lado <strong>de</strong> sus ex patrones: construir rutas <strong>de</strong> tráfico <strong>de</strong> cocaínahacía México y Estados Unidos.Por esa razón, en poco tiempo Orlando Henao, Óscar 1; VíctorPatino Fómeque, La Fiera; Luis Alfonso Ocampo, Tocayo; EfraínHernán<strong>de</strong>z, Don E/ra; Hernando Gómez Bustamante, Rasguño;Diego Montoya, Don Diego; Iván Urdinola, <strong>El</strong> Enano; Juan Car<strong>los</strong>Ramírez, Chupeta, y Juan Car<strong>los</strong> Ortiz, Cuchilla, enviaron flotillas<strong>de</strong> aviones repletos <strong>de</strong> cocaína hacia Centroamérica, Bahamas yMéxico, con <strong>de</strong>stino final Estados Unidos.Así se convirtieron en <strong>los</strong> nuevos barones <strong>de</strong> la droga y muypronto en capos más importantes que <strong>los</strong> otrora po<strong>de</strong>rosos jefes<strong>de</strong> <strong>los</strong> carteles <strong>de</strong> la mafia <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín o Cali. Y aunque fueroncalificados como traidores, estos personajes fundaron el cartel<strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle, un sanguinario y po<strong>de</strong>roso aparato que superóal cartel <strong>de</strong> Cali en astucia militar, po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> corrupción ycapacidad económica. A nadie le interesaba si eran o no cultos otenían modales refinados.Esta nueva organización criminal pasaría a la historia no sólopor su po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>structor sino por haber permanecido en e! anonimatodurante muchos años gracias al ingenio y sagacidad <strong>de</strong> su jefe12


máximo, (triando I tenso Montoyn, quién utilizó todoi Loi mediosa su alcance para comprar el silencio <strong>de</strong> un lector <strong>de</strong>l» Policía, laFiscalía, la clase política y <strong>los</strong> medios <strong>de</strong> comunicación,No obstante, el naciente cartel sufrió la primera gran baja el26 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1992 en la hacienda La Porcelana, en La Uribe,Valle, don<strong>de</strong> fue arrestado Iván Urdinola Grajales, socio, cuñadoy amigo <strong>de</strong>l alma <strong>de</strong> Henao Montoya. Allí también cayeron suslugartenientes Óscar Uribe, Octavio Pabón y Nelson Urrego.La operación fue encabezada por Cruz Helena Aguilar, unamujer conocida como la fiscal <strong>de</strong> hierro. En realidad, a Urdinolale avisaron con media hora <strong>de</strong> anticipación a la llegada <strong>de</strong> lastropas y <strong>los</strong> helicópteros cíe combate, pero él <strong>de</strong>cidió enfrentarlo que se venía. Diez años <strong>de</strong>spués la muerte lo visitó en su lugar<strong>de</strong> reclusión en Bogotá, sin darle la oportunidad <strong>de</strong> cumplir suviejo sueño <strong>de</strong> correr libremente por las calles <strong>de</strong> <strong>El</strong> Dovio, Valle,su amado pueblo natal.Simultáneamente, en Me<strong>de</strong>llín la situación se hacía insostenibleporque Escobar les daba <strong>de</strong>masiadas liberta<strong>de</strong>s a <strong>los</strong> miembros<strong>de</strong> su círculo cercano para no per<strong>de</strong>r el control <strong>de</strong> las calles.Al mismo tiempo, su ambición era tan <strong>de</strong>smedida que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> LaCatedral, siguió traficando, extorsionando, robando, secuestrandoy matando a diestra y siniestra a propios y extraños, a amigos yenemigos.Su locura era tal que incluso llegó a traicionar a la columnavertebral <strong>de</strong> su organización, la que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía años le suministrabael soporte financiero para la guerra, y prefirió apoyar a suala militar, a su ejército <strong>de</strong> sicarios.Uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> socios incondicionales <strong>de</strong> Escobar era FernandoGaleano, <strong>El</strong> Negro, quien controlaba el funcionamiento <strong>de</strong>lcartel <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su natal ítagüí. Era uno dé<strong>los</strong> narcotraficantes másadinerados <strong>de</strong> la época y podía darse el lujo <strong>de</strong> tener <strong>de</strong>pósitos<strong>de</strong> dinero en efectivo.Una <strong>de</strong> esas caletas, con 20 millones <strong>de</strong> dólares, era custodiadapor un hombre <strong>de</strong> avanzada edad, que vivía con su hija enun barrio <strong>de</strong> ítagüí. Diariamente, el viejo sacaba a asolear <strong>los</strong>bultos <strong>de</strong> dolurcs pan que no se dañara») pesó <strong>de</strong> vez ^-ii cuandosu liijii robaba iiiut que otro billete <strong>de</strong> alta <strong>de</strong>nominación, queluego cambiaba por peBos para comprarla rega<strong>los</strong> a su novio, unn ii incido sicario <strong>de</strong> la ciudad. Pero pudo más la curiosidad y un díael joven enamorado se las arregló para preguntar por el origen<strong>de</strong>l dinero y ella, ingenua, respondió que lo había obtenido en sucasa, don<strong>de</strong> estaba guardada una fortuna.Poco <strong>de</strong>spués, el novio <strong>de</strong> la joven le reveló el secreto a Tití,d jefe <strong>de</strong> la banda, y este a su vez a Mario Castaño, <strong>El</strong> Chopo, unsanguinario asesino que por aquella época gozaba <strong>de</strong> la confianza<strong>de</strong> Escobar. Este episodio sólo podía tener un final: el viejito ysu hija muertos y <strong>los</strong> <strong>de</strong>lincuentes <strong>de</strong> fiesta con 20 millones <strong>de</strong>dólares <strong>de</strong> las arcas <strong>de</strong> Fernando Galeano.Con el botín en las manos, <strong>El</strong> Chopo visitó a su jefe en la cárcel<strong>de</strong> La Catedral y le entregó la mitad <strong>de</strong>l dinero. Entonces, todosse prepararon para enfrentar el inevitable reclamo <strong>de</strong>l dueño <strong>de</strong>la caleta, Galeano tardó muy poco en <strong>de</strong>scifrar la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong><strong>los</strong> autores <strong>de</strong> la afrenta y <strong>de</strong> inmediato se dirigió a La Catedral,acompañado por Francisco Kiko Moneada —otro adinerado narcotraficanteque hacía parte <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>ilín —a quejarseante Escobar por lo que habían hecho sus hombres.—Pablo, esta rata me robó 20 millones <strong>de</strong> dólares y necesitoque le exijas que me <strong>los</strong> <strong>de</strong>vuelva —dijo Galeano señalando a <strong>El</strong>Chopo.—Señor, a este maricón no tengo que <strong>de</strong>volverle nada. A<strong>de</strong>más,hace un mes usted les pidió un aporte para la guerra contrala extradición y contra la gente <strong>de</strong> Cali y este mentiroso le mandóinfelices 200.000 dólares con el cuento <strong>de</strong> que no tenía más, que lascosas estaban duras. Y mire, usted poniendo el pecho para que el<strong>los</strong>vivan bueno, con toda la plata guardada, pudriéndose. Quién sabecuántas caletas más <strong>de</strong> esas tendrán guardadas este par <strong>de</strong> mariconesque dicen llamarse sus amigos —respondió <strong>El</strong> Chopo.—En eso tienes razón, Chopo —intervino Escobar—. Estosse me están torciendo y yo aquí, frenteando todas las broncas anombre <strong>de</strong>l cartel.15


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Los PepesPor cuenta <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sbordada capacidad <strong>de</strong> hacer daño, PabloEscobar se convirtió en enemigo público número uno y fue catalogadocomo un asunto <strong>de</strong> seguridad nacional. Para enfrentarlo,el Gobierno creó el Bloque <strong>de</strong> Búsqueda y recibió asistenciaestratégica y tecnológica <strong>de</strong> la DEA, el FBI y la CÍA.En forma paralela, el cartel <strong>de</strong> Cali, <strong>los</strong> <strong>de</strong>sertores <strong>de</strong>l cartel<strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín, <strong>los</strong> hermanos Fi<strong>de</strong>l y Car<strong>los</strong> Castaño y todo el que<strong>de</strong> alguna manera pudiera verse amenazado por Escobar, dieronorigen a la temible organización <strong>de</strong> Los Pepes, Perseguidos porPablo Escobar.A estas alturas <strong>de</strong>l partido, a casi nadie le importaban lasminucias. <strong>El</strong> objetivo <strong>de</strong> recapturar vivo o muerto a Escobar hizoque surgieran alianzas entre Dios y el diablo. Por eso se volvieronfrecuentes las reuniones en la Escuela Car<strong>los</strong> Holguín —<strong>de</strong>s<strong>de</strong>don<strong>de</strong> operaba el Bloque <strong>de</strong> Búsqueda —<strong>de</strong> policías, agentes extranjeros,sicarios y narcotrafícantes. Allí discutían y analizabantoda la información que habían obtenido.Las ngcnclaa estadouni<strong>de</strong>nses grabnbin conversaciones, elBloque <strong>de</strong> Búsqueda hgcía <strong>los</strong> allanamientos y Los Pepes, lasejecuciones. Si EBCobiir ponía una bomba, Los Pepes ponían tresen sus propieda<strong>de</strong>s; si Escobar or<strong>de</strong>naba matar a un miembro<strong>de</strong> Los Pepes, éstos asesinaban un abogado, una secretaría, unmayordomo... La i<strong>de</strong>a era mostrarle a Escobar que ya no habíareglas y que ahora alguien podría ser más <strong>de</strong>spiadado que él:Los Pepes.<strong>El</strong> grupo clan<strong>de</strong>stino se fortaleció poco a poco. Cali <strong>los</strong>alimentaba con ríos <strong>de</strong> dinero, algunos policías suministrabantodo tipo <strong>de</strong> permisos y salvoconductos, las agencias americanasaportaban información <strong>de</strong> inteligencia y todos comían sentadosen la misma mesa, al tiempo que el Gobierno miraba para otrolado, sin hacer ní <strong>de</strong>cir nada. La moral, <strong>los</strong> principios, <strong>los</strong> <strong>de</strong>rechoshumanos y cualquier rasgo <strong>de</strong> conciencia fueron archivadosdurante 16 intensos meses <strong>de</strong> persecución sin tregua.Finalmente, el 2 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1993, a las 2 <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, elBloque <strong>de</strong> Búsqueda, dirigido por <strong>los</strong> coroneles Danilo Gonzálezy Hugo Aguilar, acompañados por algunos miembros <strong>de</strong> LosPepes, abatieron en el techo <strong>de</strong> una casa <strong>de</strong>l barrio Los Olivos<strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín a un arrinconado, disminuido y <strong>de</strong>sdibujado PabloEscobar. La pesadilla había terminado.Ese personaje que se había convertido en leyenda terminó contres tiros en su cuerpo y sin zapatos, con la barba mal cuidada, unsobrepeso notable y un sólo escolta apodado <strong>El</strong> Limón. A su lado,sín disparar, quedó la pistola Sigsauer que tanto daño hizo.Una vez logrado eí objetivo, Los Pepes <strong>de</strong>saparecieron. La alianzaperdió sentido y cada quien regresó a sus quehaceres habituales.Los policías recibieron medallas <strong>los</strong> oficiales americanos,ascensos; <strong>los</strong> sicarios, algo <strong>de</strong> dinero; <strong>los</strong> narcos se repartieronel botín <strong>de</strong> guerra y un síndrome extraño se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong> todos:fingieron <strong>de</strong>mencia y una pérdida selectiva <strong>de</strong> la memoria porquesólo recordaban lo que les convenía.19


3Llora AndrésTerminada la cruenta guerra, <strong>los</strong> capos <strong>de</strong> Cali se preguntaron:sin Escobar en el panorama nacional ¿quién sería el centro<strong>de</strong> atención <strong>de</strong> las páginas judiciales y el próximo objetivo <strong>de</strong>Estados Unidos? La respuesta era aterradora: el<strong>los</strong> mismos, <strong>los</strong>jefes <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Cali.Entonces, <strong>de</strong>cidieron aprovechar la relativa cercanía quetenían con el fiscal general Gustavo <strong>de</strong> Greiff—el hombre <strong>de</strong> lapipa, como era conocido en el mundo <strong>de</strong> la mafia— para ofrecerun sometimiento voluntario y general <strong>de</strong> <strong>los</strong> narcotraficantes quesobrevivieron a la guerra y el <strong>de</strong>smonte total <strong>de</strong> la narcoactivida<strong>de</strong>n Colombia. A cambio, estaban dispuestos a recibir sentencias<strong>de</strong> cinco años <strong>de</strong> cárcel, que pagarían en sus casas.Para la cúpula <strong>de</strong> Cali esa fórmula era su salvación y De Greiffhabía enviado señales en el sentido <strong>de</strong> que estaba <strong>de</strong> actierdo yque el gobierno <strong>de</strong> César Gaviria no pondría mayores objeciones.Sin embargo, varios episodios futuros convertirían la iniciativaen un rotundo fracaso.Kl preti<strong>de</strong>ntfi liiiviriii estaba drdii ;ulu ;i luivi luhby paraobtener 1¡i Secretaría (leñera] i\v \¡\ OEA <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> terminar suiiKimlutoui agosto <strong>de</strong> 1994. Poresb fio le convenía otro escándaloque lo relacionara con algún tipo <strong>de</strong> beneficios para <strong>los</strong> narcotraficantes,A duras penas había logrado reponerse <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sgastet|inj le produjo el sometimiento voluntario <strong>de</strong> Escobar, que sóloremedió en buena parte con su muerte.Pero volver a abrir esa caja <strong>de</strong> Pandora a nombre <strong>de</strong>l cartel<strong>de</strong> Cali era algo a lo que no estaba dispuesto y menos a poner enjuego su credibilidad y per<strong>de</strong>r el influyente puesto en la OEA.Pero no sólo esto influiría en el fracaso. La cúpula <strong>de</strong>l cartel<strong>de</strong> Cali citó a una reunión general y extraordinaria en una mansión<strong>de</strong> Hélmer Pacho Herrera en el barrio Ciudad Jardín <strong>de</strong> Cali. Erael 22 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1994 y el encuentro tenía un objetivo: anunciarel <strong>de</strong>smonte general <strong>de</strong> la narcoactividad en Colombia, para unHometímiento voluntario y masivo al fiscal De Greiff. La reuniónera encabezada, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> Herrera, por <strong>los</strong> hermanos Miguel yGilberto Rodríguez, José Chepe Santacruz y Fi<strong>de</strong>l Castaño, entreotros.Pero la sorpresa <strong>de</strong> <strong>los</strong> capos <strong>de</strong> Cali fue gran<strong>de</strong> cuandocomprobaron que el 80% <strong>de</strong> <strong>los</strong> asistentes pertenecían aí Valle<strong>de</strong>l Cauca y sólo había unos pocos miembros <strong>de</strong> <strong>los</strong> carteles <strong>de</strong>la Costa, Me<strong>de</strong>llín y Bogotá.Aún así, Gilberto, Miguel, Hélmer y Fi<strong>de</strong>l hablaron por largorato y luego les cedieron la palabra a algunos jóvenes y a antiguostrabajadores <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Cali.—Don Gilberto, <strong>los</strong> mexicanos me <strong>de</strong>ben 18 millones <strong>de</strong> dólares.Si vamos a parar ¿usted me <strong>los</strong> paga? —dijo uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong>.—Don Pacho, yo le <strong>de</strong>bo a <strong>los</strong> cocineros casi 8 millones <strong>de</strong>dólares. Entonces quedamos en paz ¿o qué? Preguntó un jovencitoque no pasaba <strong>de</strong> <strong>los</strong> 25 años.—Señores, acabo <strong>de</strong> comprar seis aviones para trabajar. ¿Quése supone que hago con el<strong>los</strong>? —preguntó un ex empleado <strong>de</strong>Miguel Rodríguez.20 21


Mi rutíca está llevando 12.000 kilogramo!, ¿Ustcdca medicen que tengo que pararla? preguntó Inquieto un morenito<strong>de</strong> Buenaventura,En la cumbre reinaron el caos y la confusión y <strong>los</strong> asistentescomenzaron a retirarse. Al final, lo único que obtuvieron <strong>los</strong> jefes<strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Cali fue el compromiso <strong>de</strong> que <strong>los</strong> laboratorios, laspistas y las bo<strong>de</strong>gas <strong>de</strong> almacenaje <strong>de</strong> droga serían sacadas <strong>de</strong> <strong>los</strong>límites <strong>de</strong>l Valle <strong>de</strong>l Cauca.Los jefes <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Cali <strong>de</strong>bieron resignarse a comprobarque, mientras peleaban contra Escobar, sus ex empleados y unosmuchachitos nuevos habían tomado tal vuelo que ya eran incontrolablesy, peor aún, no <strong>los</strong> veían a el<strong>los</strong> como sus patrones naturales.<strong>El</strong> cartel <strong>de</strong> Cali empieza a sentir pasos <strong>de</strong> animal gran<strong>de</strong>y es claro que el naciente cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle <strong>de</strong>sconoce elpo<strong>de</strong>r absoluto <strong>de</strong> la llamada vieja guardia <strong>de</strong> la mafia.Con este panorama nada halagador, pero aún saboreando lasmieles <strong>de</strong> la victoria por la muerte <strong>de</strong> Escobar y el sometimientosin condiciones <strong>de</strong> sus lugartenientes en una cárcel <strong>de</strong> máximaseguridad, <strong>los</strong> jefes <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Calí comenzaron a fraguar unplan B. Si en el gobierno <strong>de</strong> Gaviría ya no había nada qué hacer,pues habría que negociar con el nuevo presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Repúblicay qué mejor lazo <strong>de</strong> unión con este que ñnanciar su campaña.La oportunidad se presentó en ban<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> plata. La primeravuelta electoral entre Ernesto Samper y Andrés Pastrana habíaarrojado un escaso margen <strong>de</strong> diferencia y se requería ir a unasegunda votación. Como había que moverse con rapi<strong>de</strong>z, <strong>los</strong>Rodríguez aceitaron la maquinaria y activaron sus contactos conla clase política. Por eso buscaron a Ignacio Londoño, Nacho;Alberto Giraldo, <strong>El</strong> Loco; <strong>El</strong>izabeth Montoya <strong>de</strong> Sarria, La MónitaRetrechera, y Guillermo Villa Álzate, Súper Ratón.A través <strong>de</strong> el<strong>los</strong>, <strong>los</strong> Rodríguez le hicieron saber a SantiagoMedina, tesorero <strong>de</strong> la campaña <strong>de</strong>l candidato liberal ErnestoSamper, que podían dar un empujoncito para que lograran elobjetivo <strong>de</strong> llegar a la Presi<strong>de</strong>ncia, Así, entre varios carteles <strong>de</strong> lamafia <strong>los</strong> Rodríguez recogieron más <strong>de</strong> seis millones <strong>de</strong> dókresv t miM Ibuyeron t ic elocí lón <strong>de</strong> Samper como pretl<strong>de</strong>nte. l itravoz ION ¡efes <strong>de</strong>J cartel levantaban loa brazos, jubi<strong>los</strong>os.tPastraña lloro su <strong>de</strong>rrota y el 7 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1994 Samperse posesiono auno nuevo jefe <strong>de</strong>l Estado. Pero <strong>los</strong> Rodríguez ysus socios sólo pudieron cantar victoria por poco tiempo <strong>de</strong>bido;i 1.1 filtración <strong>de</strong> <strong>los</strong> narcocasetes, unas cintas <strong>de</strong> grabación que<strong>de</strong>jaban en evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> manera directa el aporte en dinero y laConexión entre el cartel <strong>de</strong> Cali y la campaña <strong>de</strong> Samper,Es innegable que las agencias estadouni<strong>de</strong>nses <strong>de</strong> intelígeni¡a pusieron un granito <strong>de</strong> arena en este escándalo, que muypronto sería conocido como el Proceso 8.000. La verdad es queUna casualidad fue la razón por la que esta investigación fuerai<strong>de</strong>ntificada así.Todo empezó el día en que el Ejército allanó la oficina <strong>de</strong>lcontador <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Cali, Guillermo Palomari, en el edificioSiglo xxi <strong>de</strong>l barrio Centenario. <strong>El</strong> fiscal encargado <strong>de</strong>l caso entendióla magnitud <strong>de</strong> la información que tenía en sus manos y<strong>de</strong>cidió trasladar a Palomari a la se<strong>de</strong> <strong>de</strong> la Fiscalía, en el centro<strong>de</strong> la ciudad, para una ampliación <strong>de</strong> indagatoria.Hacia las 11 <strong>de</strong> la noche, cuando terminó la diligencia, el fiscalle entregó varías copias a Francisco Malaver, jefe <strong>de</strong> la secretaríacomún <strong>de</strong> la Fiscalía Regional, para que procediera a enumerarel nuevo expediente, No obstante, el funcionario intentó sinéxito localizar a la persona encargada <strong>de</strong> enumerar y radicar <strong>los</strong>procesos y por ello se dirigió a la sección <strong>de</strong> archivos con el fin<strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar el número <strong>de</strong>l último proceso abierto.En medio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n reinante <strong>de</strong>scubrió que <strong>los</strong> expedientespasaban <strong>de</strong>l 7.640 al 7.865 y <strong>de</strong> ahí al 7.916. Cansado y con elconvencimiento <strong>de</strong> que no rompería el or<strong>de</strong>n consecutivo, giró laperilla <strong>de</strong>l sello hasta llegar al número 8.000. Así quedó radicadoesa noche el interrogatorio <strong>de</strong> Guillermo Palomari.Los casetes y el escándalo posterior no le <strong>de</strong>jaron otra opción aSamper que <strong>de</strong>clararles la guerra a sus benefactores. Nuevamente,plan B: encargar al jefe <strong>de</strong> la Policía, el general Rosso José Serrano,la tarea <strong>de</strong> encabezar esa dura cruzada. Lo único que podría


d nombro <strong>de</strong>l prenidanto are li obte i coito plieodaresultados poBltivoay contun<strong>de</strong>nte». I [abía quedttipiu: las duda*Luego, la ropa sucia se podría lavar en casa¡Las cosas empezaron a complicarse porque Santiago Medinano soportaba la presión y continuaba reclamando la prometidaEmbajada en España. En tres ocasiones, Nacho Londoño, elemisario <strong>de</strong> <strong>los</strong> Rodríguez, visitó a Fernando Botero, ministro <strong>de</strong>Defensa, y le dijo que era urgente cumplir el compromiso con eltesorero <strong>de</strong> la campaña. Pero pudieron más la soberbia <strong>de</strong> Boteroy la indiferencia <strong>de</strong>l Gobierno, que <strong>de</strong>sconocieron el peligro queimplicaba hacerle conejo a Medina. Por eso, en poco tiempo, lamazorca comenzó a <strong>de</strong>sgranarse.<strong>El</strong> primer gran golpe al cartel <strong>de</strong> Calí ocurrió el 9 <strong>de</strong> junio<strong>de</strong> 1995 en una casa al oeste <strong>de</strong> Cali, don<strong>de</strong> el coronel Car<strong>los</strong>Barragán capturó a Gilberto Rodríguez Orejuela; y unas semanas<strong>de</strong>spués, el 4 <strong>de</strong> julio siguiente, la Policía <strong>de</strong>tuvo a José SantacruzLondoño, Chepe, cuya presencia en el restaurante Carbón <strong>de</strong> Paloen Bogotá fue <strong>de</strong>latada por un informante.Pese a estas aparentes victorias contra el narcotráfico, el 20<strong>de</strong> julio empeoró la situación <strong>de</strong>l Gobierno luego <strong>de</strong> que SantiagoMedina, que había sido abandonado y se sentía traicionado yutilizado, <strong>de</strong>cidió contar toda la verdad en la Fiscalía y aceptarque <strong>los</strong> millones enviados por el cartel <strong>de</strong> Cali entraron a lacampaña <strong>de</strong> Samper.Pero sólo 15 días <strong>de</strong>spués, el 6 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1995, en el edificioNormandía, al oeste <strong>de</strong> Calí, fue capturado Miguel RodríguezOrejuela. Es en ese momento cuando el general Serrano empiezaa perfilarse como el mejor policía <strong>de</strong>l mundo porque ningunaautoridad en el globo terráqueo había podido dar tantos golpes ytan contun<strong>de</strong>ntes en muy poco tiempo. <strong>El</strong> cartel <strong>de</strong> Cali agoniza.Ya están tras las rejas Phanor Arizabaleta Arzayuz, Víctor Patinoy Henry Loaiza, quienes se entregaron <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la captura acuentagotas <strong>de</strong> sus antiguos socios.i 1 mcsbfl pecho t mi l;i vertiginoso <strong>de</strong>struccióndi-l caite) dc< inli.ci inundo tic hi rmrcoaclivklad lúe sacudido pori\n* episodios que <strong>de</strong> alguna manera le ayudaron al Gobierno.En enero <strong>de</strong> 1996, la muerte en extrañas circunstancias <strong>de</strong>jSlizabetb Montoya <strong>de</strong> Sarria, esposa <strong>de</strong> Jesús Amado Sarria, <strong>El</strong>Bru/o, integrante <strong>de</strong> primera línea <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Calí, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>¡imiga personal y patrocinadora <strong>de</strong> la campaña <strong>de</strong> Samper. Ocurriócuando Hélmer Pacho Herrera —entonces único fugitivo <strong>de</strong> lacúpula <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Cali-— organizó un encuentro con La Mónitacu la casa <strong>de</strong> una pitonisa en Bogotá. La ingenua mujer esperabati un emisario <strong>de</strong> Herrera que la conduciría hasta el lugar don<strong>de</strong>el capo estaba oculto, pero no contaba con que él le reportaríasu localización al mayor <strong>de</strong> la Policía Germán Osorio, e<strong>de</strong>cán <strong>de</strong>Samper en la campaña presi<strong>de</strong>ncial. <strong>El</strong> resultado fue la muerte atitos <strong>de</strong> la célebre Mónita Retrechera,Luego, el 5 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1996, se produjo la muerte <strong>de</strong>l fugitivofosé Chepe Santacruz, quien se había fugado espectacularmente<strong>de</strong> la cárcel La Picota en enero anterior. <strong>El</strong> capo se <strong>de</strong>splazabahacia Me<strong>de</strong>llín para reunirse con su socio y amigo Hélmer PachoHerrera, pero <strong>de</strong> repente recibió una llamada <strong>de</strong>l coronel DaniloGonzález, quien le dijo que Car<strong>los</strong> Castaño lo esperaba junto conHerrera.Sin embargo, cuando salía a cumplir la cita, Herrera recibióuna llamada <strong>de</strong> Castaño, quien le dijo que por razones <strong>de</strong> seguridadno era conveniente asistir juntos a la reunión. Pacho Herreraaceptó la recomendación y envió en su representación paraencuentro con Santacruz a Gaby, su secretario y compañero,quien años atrás hizo parte <strong>de</strong>l grupo que activó la bomba en eledificio Monaco contra Pablo Escobar.Gaby y Chepe se encontraron a las 10 <strong>de</strong> la mañana y a las7 la noche sus cadáveres fueron presentados en <strong>los</strong> noticieros <strong>de</strong>televisión como el nuevo gran golpe contra la mafia. Fueron abatidosen un enfrentamiento con la Policía cuando se <strong>de</strong>splazabanen un campero rojo en la vía a Las Palmas.24 25


Luego


i totlfio hizo que uno célula <strong>de</strong> su organización montará esi recha vigilancia a la salida di 1 l¡i airevl durante el lin (!(.• semana ínque estaban autorizadas las visitas familiares. Muy fápído fueronsecuestradas la esposa, la hija y la hermana <strong>de</strong> Boch ica que, <strong>de</strong>sesperado,le refirió el hecho a Patino, a quien le pidió ayuda. <strong>El</strong> capo,con<strong>de</strong>scendiente, le prometió una reunión urgente con el coronelGonzález en uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> patios <strong>de</strong> La Picota.Al día siguiente, el coronel, que tenía fama <strong>de</strong> bien informado,le dijo al <strong>de</strong>sconcertado Bonica:—Yo sé quién tiene a su familia.,. pero también sé que ustedtiene a Juan Car<strong>los</strong> Gaviria. así que lo único que puedo prometerlees un trueque equitativo.Sorprendido por la afirmación <strong>de</strong> su interlocutor, Bochicacomprendió que había sido víctima <strong>de</strong> su propio invento y esclavo<strong>de</strong> sus palabras. Estaba al <strong>de</strong>scubierto y sólo le quedaba negociar:la <strong>de</strong>volución <strong>de</strong> su familia y su salida <strong>de</strong>l país a cambio <strong>de</strong> laliberación <strong>de</strong>l secuestrado.Des<strong>de</strong> su secuestro, Juan Car<strong>los</strong> Gaviria había sido sometidoa todo tipo <strong>de</strong> vejámenes y estaba muy bien escondido en algúnlugar <strong>de</strong>l Cañón <strong>de</strong> Garrapatas en el Valle <strong>de</strong>l Cauca. Los hombres<strong>de</strong> Bochica se lo entregaron a Richard Martínez, un colaborador<strong>de</strong> Várela, quien a su vez se lo entregó a Danilo González y estea sus superiores.<strong>El</strong> genera] Serrano viajó a Roldanillo y recogió al secuestrado,al tiempo que la familia <strong>de</strong> Bochica salió rumbo a Cuba.Poco tiempo <strong>de</strong>spués, el 31 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1997, el comandanteBochica, su segundo en el Jega, Freddy Llanos Moncayo, y LuisFernando Acosta, Ñangas, ex miembro <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>líín,escaparon <strong>de</strong> La Picota sin que nadie se explicara la manera comorebasaron todos <strong>los</strong> controles.<strong>El</strong> segundo hecho importante <strong>de</strong> 1996 ocurrió el 26 <strong>de</strong> mayoen el restaurante Rodizzio Río <strong>de</strong> Enero en el barrio Santa Mónicaal norte <strong>de</strong> Calí.Todo empezó poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las 12:00 p.m. cuando WílberVárela y Luis Alfonso Ocampo, Tocayo, estaban reunidosgl n J0V6I] lulero


Richard prendieron al testo bosta i|iu- no qu< dd oídla parado.Luego Comba se le íue encima y lo remató, Sülinios ven l;i rrl ¡rudamatamos a <strong>los</strong> dos <strong>de</strong> abajo y nos llevamos <strong>los</strong> nidios.— : ¿Dón<strong>de</strong> están <strong>los</strong> radios? —-interrumpió Várela,—Los tiene Don Richard, son dos o tres, no estoy seguro—respondió Chamizo.—Ok, perfecto. ¿Usted les avisó que se fueran para la finquitadon<strong>de</strong> estuvimos jugando fútbol hace como tres días?—Sí, señor., ya van en camino para la finquita <strong>de</strong> La Flor. Esoya estaba habíado —explicó <strong>El</strong> Chamizo.—Muy bien, ya le digo a Óscar 1 que le avise a La Fíor paraque <strong>los</strong> atienda. <strong>El</strong> no <strong>de</strong>be saber qué pasó. Coronamos, cosa fea,matamos a esa pecueca y ahora se va a pren<strong>de</strong>r la guerra —finalizóVárela mientras celebraba con sus brazos en alto.Poco <strong>de</strong>spués <strong>los</strong> noticieros <strong>de</strong> radio y televisión hicieronavances informativos en <strong>los</strong> cuales dieron a conocer el brutalatentado contra William Rodríguez, el hijo <strong>de</strong> Miguel RodríguezOrejuela, jefe <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Cali.William había recibido cuatro impactos <strong>de</strong> bala, pero su jefe<strong>de</strong> seguridad, Nicol Antonio Parra, lo cubrió con su cuerpo y conello evitó que recibiera más impactos. Al final, William y uno<strong>de</strong> sus escoltas sobrevivieron con heridas <strong>de</strong> gravedad y cuatrocadáveres quedaron a su alre<strong>de</strong>dor, entre el<strong>los</strong> el <strong>de</strong> Nicol Parra,Óscar Echeverri —hermano <strong>de</strong> Martha Lucía Echeverrí, esposa <strong>de</strong>Miguel Rodríguez— y dos hombres más que <strong>los</strong> acompañaban.Lo que el país no sabía era que el objetivo <strong>de</strong>l atentado eraen realidad Nicol Parra y no William Rodríguez, quien había sidoun invitado <strong>de</strong> última hora. Los sucesos <strong>de</strong> <strong>los</strong> dos días siguienteslo confirmarían.Al día siguiente <strong>de</strong> la balacera, <strong>El</strong> Capí, un importante jefe <strong>de</strong>sicarios <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Cali, y su escolta cayeron abatidos cuandocumplían una cita frente a la discoteca Village Game <strong>de</strong> la avenidaRoosevelt <strong>de</strong> Cali. Horas más tar<strong>de</strong> una nueva emboscada <strong>de</strong>lcartel <strong>de</strong>l Norte en la vía a Palmira cobró otros siete muertos. Losdos carros en que se <strong>de</strong>splazaban <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Califueron Interceptados pot loa sicarios <strong>de</strong> Varelí que <strong>los</strong> esperabanen ambos sentidos <strong>de</strong> la autopista <strong>de</strong>spués tic pagar el peaje.La ofensiva <strong>de</strong>l Norte era avasalladora y parecía no tenerlímites. Los enlaces <strong>de</strong>l cartel en la Policía reportaron quejóseAlci<strong>de</strong>s Loaiza, Cejo, el hombre que había ayudado a escapar aChepe Santacruz <strong>de</strong> la prisión, estaba escondido en Barranquillatratando <strong>de</strong> reorganizar la estructura <strong>de</strong> su difunto patrón. <strong>El</strong> 3<strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1996 llegaron hasta allí <strong>los</strong> tentácu<strong>los</strong> <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>lNorte, que encargó a un hombre conocido como Combatientepara asesinar al Cejo en un supermercado.Miguel Rodríguez sentía pasos <strong>de</strong> animal gran<strong>de</strong> porque yaeran <strong>de</strong>masiadas las bajas y la violencia había tocado su círculofamiliar más cercano. Era el momento <strong>de</strong> moverse rápido y nopodía continuar con <strong>los</strong> brazos cruzados mientras la máquina <strong>de</strong>la muerte arrollaba todo a su paso. Por eso <strong>de</strong>cidió escribirlesuna carta a <strong>los</strong> integrantes <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte y hacerla llegarpor medio <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> sus abogados, que se la entregó a Rasguño,uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> más irracionales miembros <strong>de</strong> este cartel y quizás elmás peligroso.<strong>El</strong> mensaje <strong>de</strong> Rodríguez era claro y <strong>de</strong>cidido: si el cartel <strong>de</strong>lNorte persistía en su intención <strong>de</strong> atacarlo, eliminarle sistemáticamentesu gente y, sobre todo, si se repetía cualquier tipo <strong>de</strong>agresión contra su familia, no le quedaría otra salida que <strong>de</strong>nunciarla realidad <strong>de</strong> <strong>los</strong> atropel<strong>los</strong> y <strong>de</strong>nunciar con nombres propios lasi<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>los</strong> funcionarios y miembros <strong>de</strong> la Fuerza Públicaque colaboraban con el Norte <strong>de</strong>l Valle.Cuando terminó.<strong>de</strong> leer el mensaje, Rasguño dijo que nopodían menospreciar el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>los</strong> Rodríguez y en respuestaenvió un emisario a la cárcel La Picota, don<strong>de</strong> sostuvo una charlacorta pero tirante con Miguel Rodríguez. <strong>El</strong> mensajero fuedirecto al grano.—Uste<strong>de</strong>s saben que Javier Baena or<strong>de</strong>nó que Capulina vinieraa hablar con Chepe. Y ¿qué hizo el hijueputa?; lo mató a la salida.Habíamos quedado en que no violaríamos las entregas ni permitiríamosque la gente se fugara <strong>de</strong> las cárceles porque eso se podía31


en i niitrii. Y f'iiin 1 lini i-1 ihepe? Sa vuela v < aliento codoy lue^o sulc a organizar U* m¡l¡ri¡is da Mrdclhn parí bollarnos.Ahora, uste<strong>de</strong>s, con ese maricón <strong>de</strong>l Nlcol, estaban organizandobandidos en Calí para arrancarnos. ¿Les parece poquito esto?—Las explicaciones que tenga que dar las daré. Lo <strong>de</strong> ChepéSantacruz fueron cagadas <strong>de</strong> él y ni siquiera contó con nosotros.Lo que no me parece es que hayan atentado contra William, mihijo, que no tiene nada que ver —replicó Miguel Rodríguez.—-La intención no era matarle a su hijo porque si así hubierasido <strong>de</strong> ahí no sale vivo. Al que queríamos matar era a ese híjueputa<strong>de</strong> Nicol.—Lo que menos queremos ahora es una guerra. Hablando seentien<strong>de</strong>n <strong>los</strong> hombres —terminó Miguel Rodríguez.Vientos <strong>de</strong> paz circularon por La Picota ese día y estos llegaron<strong>de</strong> inmediato a las calles <strong>de</strong> Cali y <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> <strong>de</strong>l Valle durante<strong>los</strong> siguientes 16 meses. Las agresiones entre <strong>los</strong> carteles <strong>de</strong> Caliy <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle disminuyeron notablemente y sólo persisten<strong>de</strong> manera ocasional algunos roces y rivalida<strong>de</strong>s callejeras entre<strong>los</strong> integrantes <strong>de</strong> <strong>los</strong> niveles inferiores, como escoltas, estafetas ypersonal <strong>de</strong> seguridad, que, exacerbados por el licor, unos senosprotuberantes y sus pistolas nueve milímetros, se <strong>de</strong>safían en <strong>los</strong>parquea<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> las discotecas <strong>de</strong> Cali.<strong>El</strong> ambiente <strong>de</strong> paz que reinaba por aquel<strong>los</strong> días fue complementadoel 20 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1996 con la entrega a las autorida<strong>de</strong>sen una iglesia <strong>de</strong> Yumbo <strong>de</strong> Hélmer Pacho Herrera, el más invisible<strong>de</strong> <strong>los</strong> jefes <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Cali. <strong>El</strong> capo, acompañado por suabogado Gustavo Salazar, se sometió a la justicia con la condición<strong>de</strong> que su lugar <strong>de</strong> reclusión fuera la cárcel <strong>de</strong> Palmira, cerca asu Cali <strong>de</strong>l alma, don<strong>de</strong> tenía organizada toda su estructura <strong>de</strong>segundad. Y lo más importante: separado <strong>de</strong> <strong>los</strong> hermanos RodríguezOrejuela para evitar un atentado que <strong>de</strong>jara a la <strong>de</strong>rivaal cartel <strong>de</strong> Cali.1Purga internaEfraín Hernán<strong>de</strong>z, Don Efra, era uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> cuatro jefes naturales<strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong> Valle. Los otros tres eran Hernando<strong>de</strong>strepo, HR, <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín; Javier Baena, J, <strong>de</strong> Cali; OrlandoI lenao, Óscar 1, <strong>de</strong> <strong>El</strong> Águila, Valle <strong>de</strong>l Cauca; y Don Efra f <strong>de</strong>Buenaventura.Los lugares <strong>de</strong> origen <strong>de</strong> estos cuatro po<strong>de</strong>rosos personajesndican que el cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle no tuvo raíces geográficassino políticas. Estos cuatro hombres terminaron alineadosen una nueva organización porque no siguieron las directricesilc la cúpula <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Cali y por ello fueron calificados comodisi<strong>de</strong>ntes, ruedas sueltas.Don Efra era un hombre inmensamente rico, con gran<strong>de</strong>sinversiones en negocios comerciales y en construcción, en Caliy Bogotá. Su mano <strong>de</strong>recha, su secretario, su protegido, su consentido,era Fernando Cifuentes, el menor <strong>de</strong> tres hermanos <strong>de</strong>una familia <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín. Al lado <strong>de</strong> Fernando, Don Efra siemprecontaba con Jorge, su principal socio, quien <strong>de</strong>sarrollaba susactivida<strong>de</strong>s en México, y con Pachito, que vivía en Me<strong>de</strong>llín y3233


BC encargabí dsl i rebajo <strong>de</strong> campo v (!*• Los trasla<strong>de</strong>n tata noi <strong>de</strong>cocaína.Pero Don Efra tenía una especia] predilección por FernandoCifuentes, un personaje brillante, caristnático einteligente que seganó el cariño y el respeto <strong>de</strong>l capo que, para retenerlo, lo hacíasocio en sus proyectos y le prestaba dinero al 1 % mensual. De estamanera, Cifuentes le llegó a <strong>de</strong>ber 20 millones <strong>de</strong> dólares a DonEfra, pero no podía pagarle porque este no le recibía abonosparciales.Esta situación era aprovechada por Don Efra para insultarconstantemente a Cifuentes y cuando estaba <strong>de</strong> mal genio le dabacachetadas en la cara o lo golpeaba en las espinillas sin importarquién estuviera presente.Orlando Henao fue testigo <strong>de</strong> excepción <strong>de</strong> las agresiones <strong>de</strong>Don Efra con Cifuentes y un par <strong>de</strong> veces lo vio llorar, en silencio.En una <strong>de</strong> esas ocasiones, Henao se quedó a solas con Cifuentesy no <strong>de</strong>sperdició la oportunidad <strong>de</strong> hablar con él.—Mijo, yo sé lo que usted está pensando. Lo que tenga quehacer hágalo, usted también es un hombre y merece respeto. Nadiese meterá en esto. Es usted y Don Efra, so<strong>los</strong>. Él es mi amigo,pero usted también es un hombre, es un problema <strong>de</strong> honor yusted tiene <strong>de</strong>recho a hacerse respetar.Las palabras <strong>de</strong> Henao retumbaron por varios días en lacabeza <strong>de</strong> Fernando Cifuentes, hasta que sólo aguantó, tres insultosmás y <strong>de</strong>cidió actuar. <strong>El</strong> 7 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1996, <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> calcularlo milimétricamente, llegó a la oficina <strong>de</strong> Don Efracon vestido, corbata y zapatos negros, perfectamente afeitado,peinado y engominado. En el centro comercial Santa Bárbaraningún vigilante se dio cuenta <strong>de</strong> que Cifuentes llevaba una pistolanueve milímetros en la pretina <strong>de</strong> su pantalón y el silenciador enel bolsillo <strong>de</strong> su saco.Poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las 11 <strong>de</strong> la mañana Cifuentes ingresó a laoficina <strong>de</strong> Don Efra pero se encontró con que en el lugar tambiénestaban Germán Wezzler, uno <strong>de</strong> sus colaboradores, y AlfredoHadad, un importante lavador <strong>de</strong> dólares <strong>de</strong>l cartel.l!)i eie momento) Don Efra hablaba con mi Instructor <strong>de</strong>buceo dr Miiitni al I|IK' le polín el envío <strong>de</strong> un equipo completoI mía su próxima aventura e.n las islas <strong>de</strong>l Caribe. Luego <strong>de</strong> colgarel teléfono se paró <strong>de</strong> su escritorio y se sentó en un sofá al lado<strong>de</strong> Wezzler y Hadad.Cifuentes se llenó <strong>de</strong> paciencia y también se sentó en otrasilla a esperar que Don Efra se quedara sólo. Pero <strong>los</strong> visitantesno tenían ninguna intención <strong>de</strong> irse pronto. Cifuentes entró tresveces al baño y empezó a impacientarse. Hasta que en la cuartaocasión conectó el silenciador a su pistola, respiró profundo ytomó la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>finitiva.Cifuentes era un experto tirador y sin pensarlo más se abalanzósobre <strong>los</strong> tres contertulios y le disparó en dos ocasiones a1 Don Efra, que cayó al suelo. Uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> proyectiles le dio en lacara y el otro en el abdomen. Luego dirigió el cañón <strong>de</strong> su armatil pecho <strong>de</strong> Hadad y <strong>de</strong> un sólo disparo lo arrojó a dos metros<strong>de</strong> distancia. También hizo lo mismo con Wezzler,Una vez vio <strong>los</strong> tres cuerpos en el piso <strong>de</strong>sarmó el silenciador,guardó el arma, regresó al baño, se peinó, se arregló la corbata,salió <strong>de</strong> la oficina, cerró con seguro por <strong>de</strong>ntro para que nadiepudiera ingresar, se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> la secretaria, caminó al sótano<strong>de</strong>l centro comercial, subió a su vehículo, tomó su celular y llamóti Orlando Henao.—Señor, ¡lo hice!, ahora que venga lo que venga; estoy ensus manos.—-Mijo, vayase con un sólo escolta, no le diga a nadie dón<strong>de</strong> va¡i estar, escóndase las primeras 24 horas mientras tanteo la situacióny luego lo saco para don<strong>de</strong> su hermano en México mientras acabo<strong>de</strong> cuadrar todo. Apague <strong>los</strong> teléfonos y no le conteste a nadie, no sepreocupe que todo va a estar bien —respondió el jefe <strong>de</strong>l cartel.Con un escolta <strong>de</strong> confianza, Cifuentes se dirigió a una bo<strong>de</strong>gablindada <strong>de</strong> su propiedad en el norte <strong>de</strong> Bogotá, a la que lehabía instalado un anillo <strong>de</strong> seguridad con exp<strong>los</strong>ivos. Mientraslauto, el teléfono <strong>de</strong> Henao repicó <strong>de</strong> nuevo. Era alguien <strong>de</strong> laoficina <strong>de</strong> Don Efra.


;1;: !; |- I1 . , . • • • . • • ; • , . •!:!Señor¡ cenomoi un problejna. tmagíncio qui Farnnndo(lifuentes Be enloqueció y mató ¡i I )oo Effíi y fl Allivdo, (retinanWezzler está herido, sobrevivió porque se lii/oi'l BiuertO y cuantíoFernando salió contó todo lo que había pasado. ¿Qué hacemos?—dijo el <strong>de</strong>sconocido al otro lado <strong>de</strong> la línea.—Véngase a mí oficina y acá tomamos <strong>de</strong>cisiones —respondióHenao, <strong>de</strong>sconcertado porque había quedado un testigo <strong>de</strong> lamatanza. En las siguientes tres horas su teléfono no <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> timbrarporque <strong>los</strong> <strong>de</strong>más membros <strong>de</strong> la organización querían escucharuna señal, una explicación. Por un largo rato meditó, calculó susmovimientos y como buen estratega <strong>de</strong>cidió actuar y el primerpaso consistió en llamar al escolta <strong>de</strong> Cifuentes.—Mijo, habla Orlando, ya sabemos lo que pasó. No quieroque se involucre en esto, este no es su problema. Usted sabe quelo conozco hace tiempo, lo mismo que a su familia y no quierover a ninguno <strong>de</strong> el<strong>los</strong> afectado, Dígame dón<strong>de</strong> están.<strong>El</strong> escolta entendió el mensaje amenazante y <strong>de</strong> inmediato lesuministró la dirección <strong>de</strong> la bo<strong>de</strong>ga.^—Mijo, un último favor, Julito y mí gente van para allá. Cuando<strong>los</strong> vea llegar no le avise a Fernando. Sólo ábrales la puerta-rrinstruyó Orlando Henao.Poco <strong>de</strong>spués, Julio López Peña, Juiüo y su jauría rabiosallegaron a la bo<strong>de</strong>ga ubicada al norte <strong>de</strong> la ciudad, y como habíanpactado, el escolta les abrió la puerta y les señaló el lugar don<strong>de</strong>Cifuentes <strong>de</strong>scansaba medio adormilado. Dos tiros acabaron conel homicida <strong>de</strong> Don Efra.En escasas seis horas, Orlando Henao vengó la muerte <strong>de</strong> susocio y amigo Don Efra y quedó como jefe único y solitario <strong>de</strong>lcartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle. Rápidamente se convirtió en héroe <strong>de</strong>la jornada y fue reconocido como el verda<strong>de</strong>ro capo que mantuvoel or<strong>de</strong>n y-la unidad en su organización.i <strong>El</strong> trabajo <strong>de</strong> carpintería vendría luego. Los contadores <strong>de</strong>Heíiao, encabezados por Car<strong>los</strong> Pérez, organizaron las cosas <strong>de</strong> talmanera que Don Efra apareció con una gran cantidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>udascon el jefe <strong>de</strong>l cartel y <strong>de</strong> las cuales sólo el<strong>los</strong> dos eran testigos.l\ in ¿quién Iba a poner cu ilml¡i !.i palabra <strong>de</strong>l grun jefe? Ln <strong>los</strong>ligulentes


Vientos <strong>de</strong> guerraCon <strong>los</strong> jefes <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Cali tras las rejas, la suerte pareciósonreírle a Orlando Henao, Óscar í, jefe <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>lValle, porque <strong>de</strong> manera inesperada se produjo la captura enVenezuela <strong>de</strong> otro <strong>de</strong> sus fuertes rivales en la narcoactividad:Pastor Perafán, capo <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Bogotá.Una <strong>de</strong> ías novias <strong>de</strong>l narcotraficante fue rastreada con cuidadoy muy pronto <strong>los</strong> llevó a su escondite en Venezuela, don<strong>de</strong>fue arrestado 17 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1997 y extraditado a Estados Unidosuna semana <strong>de</strong>spués.Con sus principales enemigos en la cárcel, Henao y sus asesoresconsi<strong>de</strong>raron que era el momento <strong>de</strong> entregarse a la justicia porqueestaban convencidos <strong>de</strong> que sus enlaces en la Fiscalía, en la Policíay en algunos círcu<strong>los</strong> <strong>de</strong>l Gobierno le harían más lleva<strong>de</strong>ra supermanencia en prisión. Finalmente, el 29 <strong>de</strong> septiembre, Henaose sometió voluntariamente a la justicia para, según él, pasar uncorto período vacacional <strong>de</strong> tres años en el pabellón <strong>de</strong> máximaseguridad <strong>de</strong> la cárcel Mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Bogotá.Pero hiilu iii¡!i< ¡i que Mfl movidft Fue cquivocadií poique eli irtel <strong>de</strong> ( ;il¡ tomó un segundo aire y se aventuró a eliminar a|U niiís enconado enemigo y <strong>de</strong>tractor en el ala militar <strong>de</strong>l cartel<strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle: Wílber Várela, Jabón.Pacho Herrera fue el encargado <strong>de</strong> organizar un comandoque sus secueces reclutaron en Me<strong>de</strong>llín. La i<strong>de</strong>a era sorpren<strong>de</strong>rn V;n*eln en un momento <strong>de</strong> <strong>de</strong>scuido. Ese instante ocurrió el 23<strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1997 cuando tres vehícu<strong>los</strong> alcanzaron en la víaUnzo, cerca <strong>de</strong> Calí, un automóvil Renault 18 blanco, con blindajenivel tres, en el que se <strong>de</strong>splazaban Várela y sus escoltas. Atrás,cubriendo la retaguardia, iba un campero Toyota.La caravana alcanzó al Renault <strong>de</strong> Jabón y <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong>'I lerrera sacaron sus fusiles por la ventanilla e ímpactaron <strong>los</strong>vidrios, que volaron por <strong>los</strong> aires. Algunos proyectiles entraronuI vehículo e hicieron blanco en el abdomen <strong>de</strong> Várela. Pero <strong>los</strong>Escoltas <strong>de</strong>l Toyota respondieron con rapi<strong>de</strong>z y lograron sacardo la carretera el vehículo agresor. Los otros dos automotoresen <strong>los</strong> que se <strong>de</strong>splazaban <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong> Herrera no pudieronreaccionar a tiempo y se quedaron atrás.Al final, dos <strong>de</strong> <strong>los</strong> sicarios <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Cali y tres escoltasJe Várela murieron, pero el capo sobrevivió. Dos dé<strong>los</strong> agresores'nerón capturados y luego <strong>de</strong> ser sometidos a torturas confesaronque Herrera y un misterioso hombre conocido como Trompa <strong>de</strong>arrano promovieron el ataque.Lo más gran<strong>de</strong> estaba por venir. Fuentes fi<strong>de</strong>dignas <strong>de</strong> OrnndoHenao le reportaron en la cárcel que Pacho Herrera habíaus ten ido dos reuniones con un conocido mediador entre las¡ip.encias antidrogas estadouni<strong>de</strong>nses y <strong>los</strong> narcos que <strong>de</strong> una uDI ra manera querían cooperar y cambiar <strong>de</strong> bando. Se trataba <strong>de</strong>Biiruch Vega, conocido en la mafia como <strong>El</strong> Fotógrafo.Según le dijeron a Henao, ías intenciones <strong>de</strong> Herrera no eranotras que revelar sus secretos en Estados Unidos y lo que sabía <strong>de</strong>lartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle, que por aquel<strong>los</strong> días parecía intocable.Las fuentes <strong>de</strong> Henao también le revelaron que Vega recibíainstrucciones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Miamí <strong>de</strong> David Tinsley, supervisor <strong>de</strong>l38


grupo 43, <strong>de</strong> IB DEA V concidida poi icr s) mil fuortíi encobadoy ilcuL'iniK'titiidn enemigo dd Norte <strong>de</strong>l Valleí Efa Agenta fuequien recopiló la totalidad <strong>de</strong>] afcfifvq probatorio contra IvtinUrdinola e intervino varias veces para evitar que recuperara sulibertad.Henao entendió el peligro y. por ello se vio forzado a tomaruna <strong>de</strong>cisión que siempre quiso posponer: liberara Várela <strong>de</strong> larestricción que le había impuesto para matar a Pacho Herrera.Para hacer sabersu <strong>de</strong>terminación, el jefe <strong>de</strong>l cartel utilizó a -síihermano Fernando, quien no tardó en localizar a Várela.—Varelita, mi hermano :le manda <strong>de</strong>cir que tiene vía librepara que se saque el clavito con Pacho Herrera <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el atentado<strong>de</strong> la vía Rozo, Pero que tiene que ser ya porque el maricón estáque se ;va y <strong>de</strong> pronto nos <strong>de</strong>ja viendo un chispero.Várela tomó cartas en el asunto dé manera inmediata y sólotuvo que hacer una llamada porque <strong>de</strong> tiempo atrás tenía en elpabellón contiguo al <strong>de</strong> Pacho Herrera a Ángel Uribe Serna,Babása-i uno <strong>de</strong> sus hombres <strong>de</strong> confianza.Babasa estaba preparado para cumplir su parte. Tenía elarma apropiada, <strong>los</strong> guardias necesarios para acce<strong>de</strong>r a Herreray el valor suficiente para realizar la tarea personalmente. Lo queninguno <strong>de</strong> el<strong>los</strong> imaginó fue que la oportunidad se presentaríamásfácil <strong>de</strong> lo esperado.Ocurrió el 5 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1998. Como era habitual, Herrerasalió con <strong>los</strong> <strong>de</strong>más presos <strong>de</strong> su patío a jugar un: partido<strong>de</strong> fútbol en la cancha común <strong>de</strong> la prisión. Informado por <strong>los</strong>guardias, Babasa se dirigió al lugar con su arma escondida <strong>de</strong>bajo<strong>de</strong> la camisa.^Pacientemente, Babasa esperó que Herrera jugara 15 minutosy pidiera su relevo acostumbrado mientras tomaba aire para unsegundo ingreso al partida. Sin saberlo, Herrera se sentó en lagra<strong>de</strong>ría a cinco metros <strong>de</strong>l sicario, que <strong>de</strong> inmediato se abrió pasoentre <strong>los</strong> asistentes al partido^ metió su mano en la camisa, empuñóla pistola y <strong>de</strong>scargó el proveedor completo sobre la humanidad <strong>de</strong>uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> máximos capos <strong>de</strong>í cartel <strong>de</strong> Cali. Los tres escoltas <strong>de</strong>1 terrera Intentaron reaccionar y golpearon en repetidas ocasiones¡i Habnsa, pero ya la suerte estaba echada,Enterado <strong>de</strong> la noticia, Orlando Henao sintió una vez másque era el jefe máximo, único y verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> cartelesporque su máximo enemigo había sido abatido un día <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> que él autorizara su muerte. Indiscutiblemente era el mejor, elmás gran<strong>de</strong>, el más sanguinario y el más po<strong>de</strong>roso. Paso a seguir:impartió instrucciones para que la mayoría <strong>de</strong> sus lugartenientesse atrincheraran y esperaran una oleada <strong>de</strong> retaliaciones <strong>de</strong> parte<strong>de</strong>l restante clan Herrera.Como si fuera poco, en la mafia era conocido que, en una<strong>de</strong>mostración más <strong>de</strong> su formación maquiavélica, Orlando Henaose había hecho cargo <strong>de</strong>l cuidado <strong>de</strong> José Manuel Herrera,<strong>El</strong> Invalido, uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> hermanos <strong>de</strong> Pacho Herrera. Los doscompartían el mismo patio <strong>de</strong> la cárcel Mo<strong>de</strong>lo.<strong>El</strong> Inválido, que se <strong>de</strong>splazaba en una mo<strong>de</strong>rna silla eléctricacon controles especiales que Henao le había regalado, era un in<strong>de</strong>fensopersonaje que sólo podría mover el brazo <strong>de</strong>recho porquesus otras tres extremida<strong>de</strong>s estaban completamente inmóviles.En el colmo <strong>de</strong>l cinismo, el día <strong>de</strong>l asesinato <strong>de</strong> Herrera,Henao consoló a José Manuel y le dijo que Várela estaba fuera<strong>de</strong> control y que él no habría autorizado romper <strong>de</strong> esa manerala paz pactada meses atrás. Prometió confrontar a Várela y si erael caso lo castigaría <strong>de</strong> manera ejemplar.José Manuel Herrera estaba disminuido física pero no mentalmente.Y con el paso <strong>de</strong> <strong>los</strong> días Henao quedó convencido <strong>de</strong>que tenía control sobre el más inválido <strong>de</strong> <strong>los</strong> Herrera. Pero estabaequivocado y eso sería mortal para él.<strong>El</strong> 13 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1998, una semana <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l asesinato<strong>de</strong> su hermano, José Manuel se levantó notablemente <strong>de</strong>primido.Era un día frío y húmedo, más <strong>de</strong> lo acostumbrado <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lacárcel. Se dirigió a la habitación <strong>de</strong> Henao y le pidió un buentrago <strong>de</strong> whisky para mejorar su estado <strong>de</strong> ánimo. <strong>El</strong> capo sacóuna botella <strong>de</strong> sello azul, se la regaló y le dio una palmada <strong>de</strong>apoyo en la espalda.40


I'II Inviiluln iri'ü :..> ¡i MI celda y se encerró ¡i oír músico vieja,Bebió l¡i tttayor parte <strong>de</strong> la botella y se armó di* valor para vengarla muerte <strong>de</strong> su hermano. Entonces puso ui marcha su silenciosoplan. Sacó <strong>de</strong> su nochero una pistola calibre 9 milímetros, revisóel magazín y con mucha dificultad logró montar una bala en larecámara. Luego bajó el percutor <strong>de</strong> la pistola con el pulgar <strong>de</strong>su única mano, miró el arma <strong>de</strong> un lado a otro y luego la pusobajo su pierna <strong>de</strong>recha.Acto seguido sacó un revólver calibre 38 <strong>de</strong> un hueco hechoen la pared. Abrió el tambor y lo puso a girar mientras revisabaque las seis balas estuvieran en su sitio. Puso el arma a la altura<strong>de</strong> su frente para calcular imaginariamente sus disparos y luegola puso sobre sus mus<strong>los</strong> y la cubrió con la vieja cobija <strong>de</strong> lanaque usaba todo el tiempo.Herrera estaba a punto <strong>de</strong> poner en marcha el plan que urdió<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el día en que sus enemigos <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valleasesinaron a su hermano. Pese a su enfermedad, se las había arregladopara ingresar las dos armas <strong>de</strong> fuego a la cárcel, las mismasque ahora tenía listas para ejecutar su solitaria venganza.<strong>El</strong> Inválido respiró profundo y tomó un último trago <strong>de</strong>whisky. Salió <strong>de</strong> la celda y se dirigió a la habitación <strong>de</strong> Henao,quien trabajaba en su escritorio en la impresión <strong>de</strong> algunos lapiceros.A su lado estaba Edgar Fernán<strong>de</strong>z, Nono, compañero <strong>de</strong><strong>de</strong>sventura y escolta personal <strong>de</strong>l capo, quien estaba a un lado<strong>de</strong> la mesa, comiendo,Después <strong>de</strong> un corto saludo, Henao aprovechó el reflejo <strong>de</strong>lsol en la ventana para mostrarle a Herrera cómo le estaban quedando<strong>los</strong> lapiceros marcados. <strong>El</strong> Inválido aprovechó que en esemomento Henao le dio la espalda y sin pensarlo dos veces metiósu mano bajo la cobija, sacó el revólver y disparó cuatro vecesseguidas. Las tres primeras balas impactaron en ía espalda <strong>de</strong>lcapo, que giró sobre su cuerpo y recibió otro impacto en la partebaja <strong>de</strong> la oreja <strong>de</strong>recha.Henao se <strong>de</strong>splomó a <strong>los</strong> pies <strong>de</strong> José Manuel. Ñoño reaccionótar<strong>de</strong> y sólo atinó a saltar con su tenedor sobre el homicida y seId i liivn an i'l antebrazo que aún citaba en alto. Pero ero tar<strong>de</strong>.l',l Jefe <strong>de</strong>l cáftel <strong>de</strong>l Notte <strong>de</strong>l Valle yacía en


Tocó calentarlo un poquitoAun cuando las divisiones internas y las rencillas en la cúpula<strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle eran inocultables, entre el<strong>los</strong>prevalecía un objetivo común: arrasar cualquier vestigio <strong>de</strong> supervivencia<strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Cali.Por eso, 1999 sería <strong>de</strong>terminante en la reorganización ycreación <strong>de</strong> una nueva estructura <strong>de</strong> mando en el tormentosomundo <strong>de</strong> la narcoactividad. La estrategia consistió entonces enatacar las alas financiera y productiva <strong>de</strong> <strong>los</strong> hermanos RodríguezOrejuela y Hélmer Herrera, las tres cabezas visibles <strong>de</strong>l cartel<strong>de</strong> Cali.<strong>El</strong> hombre <strong>de</strong> coníianza <strong>de</strong> <strong>los</strong> Rodríguez era Orlando SánchezCristancho, quien controlaba las rutas más importantes <strong>de</strong>la organización. Por <strong>los</strong> lados <strong>de</strong> Herrera, su segundo a bordoera Juan Car<strong>los</strong> Velasco, Trompa <strong>de</strong> Marrano —quien participóen el atentado contra Várela.Recor<strong>de</strong>mos que en <strong>los</strong> inicios <strong>de</strong>l conflicto se produjo lamuerte <strong>de</strong> <strong>El</strong>izabeth <strong>de</strong> Sarria, La Mónita Retrechera, una <strong>de</strong> lasprimeras bajas <strong>de</strong> Cali, en enero <strong>de</strong> 1996. En marzo fue eliminadoÍ ¡hepo Siiniai niz, Ü liiialfs <strong>de</strong> mayo Niuil Parra y a comienzos <strong>de</strong>[unió José Aici<strong>de</strong>i Loalza, Cejo.EatoS cuatro crímenes ejecutados por el Norte <strong>de</strong>l Valle con-11 ;i i-l po<strong>de</strong>roso cartel <strong>de</strong> Cali <strong>de</strong>jaron al <strong>de</strong>scubierto a OrlandoSánchez Cristancho, un personaje <strong>de</strong>sconocido en el país perocon una amplia trayectoria en el mundo <strong>de</strong>l narcotráfico <strong>de</strong>l Valle,don<strong>de</strong> era i<strong>de</strong>ntificado como Martín y como uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> principalescolaboradores <strong>de</strong> <strong>los</strong> hermanos Rodríguez.Su habilidad era tal que manejaba con éxito las operacionesaéreas <strong>de</strong> la organización <strong>de</strong> Cali y obtenía sin problema avionesl ipo Caravelle, Antonov y DC-3 en <strong>los</strong> que cargaba entre cuatro ylueve toneladas <strong>de</strong> cocaína con <strong>de</strong>stino a diversos aeropuertos<strong>de</strong> México, Con inmensa osadía, utilizó potentes jets 727 <strong>de</strong> unalínea aérea comercial en <strong>los</strong> que llegó a transportar 14 toneladasen vue<strong>los</strong> directos al aeropuerto internacional <strong>de</strong> Cancán.Sánchez Cristancho logró trabajar por años a la sombra <strong>de</strong><strong>los</strong> hermanos Rodríguez, pero su vida cambió <strong>de</strong> repente en mayo<strong>de</strong> 1996 tras el atentado a William Rodríguez don<strong>de</strong> murió NicolParra. Luego <strong>de</strong>l ataque, <strong>los</strong> organismos <strong>de</strong> seguridad interceptaronuna conversación telefónica entre Miguel Rodríguez, recluido en lacárcel La Picota <strong>de</strong> Bogotá, y Hélmer Pacho Herrera, quien en esemomento no se había sometido a la Justicia.—Oíste, pero este sí nos salió más malo que Pablo —dijoRodríguez.—Pero ¿quién <strong>de</strong>cís vos? —preguntó Herrera.—Pues O, este O, el <strong>de</strong> la O —explicó Rodríguez en clave.—¿Cuál <strong>de</strong> la O? —replicó Herrera.—Pues el <strong>de</strong> la O, el <strong>de</strong>l Overol —insistió Rodríguez.— ¡ Ah! ¡Sí, claro!, nos salió más peligroso que todos juntos—exclamó Herrera.Cuando se vio forzado a explicar a quién se refería, MiguelRodríguez no tuvo el valor suficiente para <strong>de</strong>cir que el misteriosohombre <strong>de</strong>l overol, el autor <strong>de</strong>l atentado contra su hijo, era suarchienemigo Orlando Henao y por eso optó por mencionar al<strong>de</strong>sconocido Orlando Sánchez Cristancho.44


(ititi esa <strong>de</strong>claración, Rodríguez puio en peligro .1 IU hombre<strong>de</strong> confianza y <strong>de</strong> paso a toda su Familia, Y luego 1 cató <strong>de</strong> aniñendar su error con una disculpa; "Disculpe, mijo, toco calcularloun poquito porque si no el otro Orlando ahí sí me mata. Así queescóndase mientras esto se caima".Como era previsible, Sánchez se convirtió en objetivo <strong>de</strong>lcartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle y por eso no tuvo otra opción que buscarrefugio en sus socios <strong>de</strong> <strong>los</strong> carteles mexicanos. <strong>El</strong> primeroen darle protección fue Amado Carrillo, <strong>El</strong> Señor <strong>de</strong> <strong>los</strong> Cie<strong>los</strong>,pero no tardó en enten<strong>de</strong>r que su vida estaría en peligro porqueel po<strong>de</strong>roso capo también tenía buenas relaciones personales con<strong>los</strong> jefes <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle y especialmente con Rasguño.Para curarse en salud, Sánchez Cristancho prefirió buscar laprotección <strong>de</strong> Manuel Aguirre, <strong>El</strong> Promotor, un joven capo quese abría paso al margen <strong>de</strong> <strong>los</strong> dos gran<strong>de</strong>s carteles mexicanos.Allí se sintió más seguro.Sin embargo, en Colombia Wílber Várela, Jabón, seguía alfrente <strong>de</strong> la operación para localizar a Sánchez Crístancho encualquier lugar <strong>de</strong>l planeta. En octubre <strong>de</strong> 1996 recibió informesque creyó confiables en el sentido <strong>de</strong> que Juan Car<strong>los</strong> Velasco,Trompa <strong>de</strong> Marrano, hombre cercano a Hélmer Herrera, sabía elpara<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> Sánchez Cristancho y por eso or<strong>de</strong>nó interrogarlo.Várela le encomendó la tarea a su lugarteniente RichardMartínez, pero no tuvo en cuenta que él y Trompa <strong>de</strong> Marranoeran buenos amigos.—Mompita, vea que Várela me mandó a recogerlo porqueél dice que usted sabe dón<strong>de</strong> está Martín y por ahí <strong>de</strong>recho lequiere dar su patadita en las huevas a Pacho cascándole a usted.A mí me queda muy duro hacerle algo a usted, así que por lomenos ayú<strong>de</strong>me a encontrar a Martín y ábrase <strong>de</strong>l parche queestá como poroso. Yo le digo a Várela que usted me va a ayudarcon lo <strong>de</strong> Martín y le doy unos días para que usted se pierda.Lo mejor es que corra —le dijo Martínez a Trompa <strong>de</strong> Marranoen una compraventa <strong>de</strong> vehícu<strong>los</strong> en Cali.46•()k ( mompitfti muchas gracias. Mi/lana Le tengo el datlcoConcreto <strong>de</strong> Martín.Esta fue la UIIÍHKI vez que Martínez creo que vio aTrompita,porque este salpicó inmediatamente, <strong>de</strong>sempolvó su pasaporte ycompró un tiquete a Miami <strong>de</strong> una sola vía, sin regreso próximo.S;il>¡a <strong>de</strong>cisión ante la inminencia <strong>de</strong> un ataque <strong>de</strong> Várela y sucombo.AI llegar a Miami, lo primero que hizo Trompa <strong>de</strong> Marranofue avisarle a su amigo Orlando Sánchez Crisancho, Martín, que labúsqueda exhaustiva estaba dirigida contra él y que ni <strong>de</strong> fundasregresara a Colombia o a México.A finales <strong>de</strong> 1996, Martín y Trompa <strong>de</strong> Marrano, <strong>los</strong> jefesoperativos <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Cali, montaban a caballo plácidamenteen el rancho <strong>de</strong>l primero en el sector <strong>de</strong> Kendall en Miami. Sinembargo Martín sabía que esa situación no era sostenible pormucho tiempo y que en cuestión <strong>de</strong> días <strong>los</strong> largos tentácu<strong>los</strong> <strong>de</strong>lcartel <strong>de</strong>l Norte lo localizarían o que las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> EstadosUnidos <strong>de</strong>scubrirían quién era realmente en las entrañas <strong>de</strong>lcartel <strong>de</strong> Cali.Así que contra todos <strong>los</strong> consejos, Martín <strong>de</strong>cidió regresar aMéxico, don<strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrió que su antiguo amigo, Manuel Aguirre,<strong>El</strong> Promotor, ya era un narco cotizado y poco confiable.Martín entendió que tenía pocas opciones <strong>de</strong> vida y por eso<strong>de</strong>cidió buscar a su viejo amigo colombiano Román Suárez, unex convicto <strong>de</strong>l sistema judicial estadouni<strong>de</strong>nse que ya conocía afondo el esquema <strong>de</strong> colaboración e infiltraciones <strong>de</strong> las agencias<strong>de</strong> investigación. Inmediatamente, Suárez lo conectó con agentes<strong>de</strong>l FBI <strong>de</strong> Houston, Texas, que lo acogieron sin pensarlo. En lasegunda semana <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1997, Orlando Sánchez Cristanchoencontró en el FBI el mejor aliado que hubiera podido tener ensu guerra personal contra el Norte <strong>de</strong>l Valle.Una vez concretado el esquema <strong>de</strong> colaboración, Martíncambió las balas por dardos <strong>de</strong> información e inteligencia y porprimera vez en mucho tiempo <strong>los</strong> investigadores estadouni<strong>de</strong>nsesempezaron a compren<strong>de</strong>r cómo había evolucionado el narcotrá-47


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Síi patroncitOi yn quo me quedé sin K>:. infiríanitos puesunos Ciibiillinni no me caen m¡il insisiio Várela.—Ok, déjeme trato <strong>de</strong> hablar con ese aniquilo en mu feriadle mando el catálogo para que usted vea bien <strong>los</strong> cabal<strong>los</strong> y escoja—explicó La Flor.Después <strong>de</strong> que La Flor se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> Várela, la mujer quelo acompañaba se acercó, curiosa.—Niño, ¿quién era ese que llamó?.—Várela, Marielli, era Várela <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Cali —respondió Lalor.—Me lo imaginé. La vida es muy irónica porque él no tienei<strong>de</strong>a <strong>de</strong> quién le contestó el teléfono. ¿Cierto que estaba preguntandopor el <strong>de</strong> <strong>los</strong> cabal<strong>los</strong>, por Orlando Sánchez?—Sí, es eso lo que me está preguntando hace días. Várela sabeque Martín se pasó para Miami y tiene la gente lista para matarlo.Los he visto en la cancha <strong>de</strong> fútbol <strong>de</strong> Brian Piccolo en Broward,pero no saben dón<strong>de</strong> buscarlo, son sólo un grupo <strong>de</strong> sicarios. Várelame pi<strong>de</strong> que se lo localice, pero la verdad yo no he querido.Si quisiera, Marielli, sé que hay un muchachito <strong>de</strong> Cali que estásaliendo con la hija mayor <strong>de</strong> Orlando. La otra noche fuimos allevarla a la casa <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> rumbear y ella no sabía quién era yo.Ahí estaba Orlando, lo sé, pero yo no estoy para esas guerras.—Niño, yo te creo —replicó Marielli —pero quiero que sepasalgo: la vida da muchas vueltas. Mira nada más esta situación.Soy tu niñera, cuido tus hijos, vivo a dos cuadras <strong>de</strong> tu casa en unapartamento que tú me pagas y le contesto el teléfono a Várela sinque él sepa quién soy yo. ¿Te acuerdas quién era yo hace tres años?La hermana <strong>de</strong> <strong>El</strong>ízabeth <strong>de</strong> Sarria. Teníamos todo y ¿quién ibaa pensar que esas ratas que antes nos limpiaban <strong>los</strong> zapatos ibana matar a mi hermana, nos quitarían todo y tendríamos que salircorriendo <strong>de</strong> nuestras propias casas, <strong>de</strong> nuestra ciudad y <strong>de</strong>l país?¿Quién iba a pensar que esos infelices nos iban a arrinconar comolo han hecho? Si no fuera por ti, por la relación <strong>de</strong> amistad que <strong>de</strong>tiempo atrás te une con mí hija Sandra, si no fuera porque ella fuela estrella <strong>de</strong> tu equipo <strong>de</strong> raquetball profesional y te llevaba lasbolitas cargadal a (¡olombín con tus primeros dokrcltos, cuandoipenas empezabas este duro y <strong>de</strong>sagra<strong>de</strong>cido camino, si no fuera|)iir fso, yo estaría limpiando casas o haciendo quién sabe quépuní ganarme la comida.Pero mira cómo es la vida, mira que sí hay un Dios en elcielo. Yo, ía hermana <strong>de</strong> <strong>El</strong>izabeth, tengo que contestarle el teléfonoal sicario <strong>de</strong> Orlando Henao que llama para preguntartepor Orlando Sánchez. Lo único que te puedo <strong>de</strong>cir es que estoySegura <strong>de</strong> que ese señor no tuvo nada qué ver en la muerte <strong>de</strong> miliermanita, que todo ese montaje es obra <strong>de</strong> Chucho Sarria paraquedarse con todas las propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> mí hermana, por vengarse<strong>de</strong> ella, porque él y todos sabían que ella era 70 veces más berracaque el<strong>los</strong>. Por eso, sólo por eso te pido, te ruego que no le vayasa ayudar a Várela con io <strong>de</strong> Orlando. Te lo suplico —terminóMarielli visiblemente afectada.—Marielli, tú me conoces hace mucho tiempo, sabes que hetrabajado con ese grupo pero a la vez soy muy distinto a el<strong>los</strong>.Eso no es lo mío, yo estoy en otra cosa, yo no me presto para esoy mucho menos sabiendo que ese señor es inocente y a<strong>de</strong>más tuamigo —respondió La Flor.—Niño, te agra<strong>de</strong>zco. Es más, te voy a contar algo: le quieroayudar a Orlando <strong>de</strong> alguna manera con esa acusación que tieneen Colombia. Entre tu señora y yo hemos estado pensando cómoelaborar una carta firmada por mí para enviarla a la Fiscalía enColombia y explicar la verdad <strong>de</strong> todo esto que está pasando y<strong>de</strong> paso limpiar el nombre <strong>de</strong> Orlando Sánchez, para evitar queChucho <strong>de</strong>svíe la atención <strong>de</strong> la investigación por la muerte <strong>de</strong><strong>El</strong>izabeth cuando el verda<strong>de</strong>ro culpable es él.—Marielli, una cosa es que yo no les ayu<strong>de</strong> a localizar ni aJuan Car<strong>los</strong> Velasco {Trompa <strong>de</strong> Marrano) ni a Orlando acá; perootra cosa muy distinta es que uste<strong>de</strong>s se pongan en esas, en esamierda <strong>de</strong> mandar cartas <strong>de</strong> acá para allá y <strong>de</strong> allá para acá porqueahí sí que Várela me arranca hasta las huevas. Ni se les ocurrauna mierda <strong>de</strong> esas, ni por el putas ¿entendido? —dijo La Florsubiendo el tono <strong>de</strong> la voz..50


Pero MI conicjo no fue wcuchado porque fin ln segundasemana <strong>de</strong> abiÜ <strong>de</strong> 1999, cuando estaba sentado en ln sala <strong>de</strong> sucasa, recibió larcvistA Semana y cuál sería su sorpresa al encontraren las páginas interiores la noticia <strong>de</strong> que una supuesta hermana<strong>de</strong> <strong>El</strong>izabeth <strong>de</strong> Sarria le había enviado a la Fiscalía una carta<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Miamí.—•Hijuepuía, Marielli, Socorro, vengan acá, ¿Qué es estamarkada ?8Todo está bien-1:<strong>El</strong> teléfono <strong>de</strong> La Flor no <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> sonar. Con mucha frecuenciaa su casa en Miami llegaban noticias buenas y noticiasmalas relacionadas con el mundo <strong>de</strong>l narcotráfico... especialmente<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Colombia. Una <strong>de</strong> esas comunicaciones corrió por cuenta<strong>de</strong> Salserín, estafeta <strong>de</strong>l narcotraficante Jorge <strong>El</strong>iécer AsprillaPerea, <strong>El</strong> Negro.—¿Qué hubo, señor? Lo estoy llamando <strong>de</strong> parte <strong>de</strong>l Negrito—saludó Salserín a La Flor.—Salserín, ¿dón<strong>de</strong> putas anda <strong>El</strong> Negro?; no me contestahace dos días. ¿Es que anda estrenando novia y está <strong>de</strong> luna<strong>de</strong> miel en la finca o qué? ¿Por qué ese marica no me contestaningún teléfono?—Lo que pasó fue que acá llegó la Fiscalía. La verdad el negritosí andaba por fuera, evadido, <strong>de</strong> paseo en el lago con unasamigas y con la colombinita (Chupeta) —respondió el emisario<strong>de</strong> Asprilla.—¿Y <strong>los</strong> pescaron? —indagó La Flor.5253


No, señor, <strong>de</strong> chiripa habían llegado la mocha anterior cagados <strong>de</strong> l¡i perra y <strong>El</strong> Negro estaba enguayabado, En esa momentole llegó la Fiscalía <strong>de</strong> Bogotá a su celda —explicó Salserín,—Y si ya había llegado ¿cuál es el problema? —insistió LaFlor.—<strong>El</strong> problema no es que anduviera <strong>de</strong> 6esta, lo malo era quelo buscaban a él no más y traían dos ór<strong>de</strong>nes, una <strong>de</strong> traslado a laDijin en Bogotá y otra dizque <strong>de</strong> extradición a Estados Unidos.—¿Extradición? ¿Cómo así que extradición? —indagó LaFlor cada vez más inquieto.—Lo que pasa es que esas letras eran como en inglés y ustedsabe que el negrito a duras penas entien<strong>de</strong> español. Cuando se lofueron a llevar sólo alcanzó a <strong>de</strong>cirme que le avisara a dos personas,entre ellas a usted. La razón es que esté tranquilo, que es unaequivocación, que ya está arreglando todo, que no se preocupe yque no pare nada <strong>de</strong> lo que hay pendiente y que apenas terminelas cositas venga a Colombia para que hable con él personalmente—respondió Salserín, más tranquilo.Después <strong>de</strong> colgar el teléfono y <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirle a Salserín que seguiríalas indicaciones <strong>de</strong> Asprilla, La Flor se recostó en su sofápreferido y empezó a mirar <strong>de</strong>scuidadamente <strong>los</strong> visos amaril<strong>los</strong>que la lámpara <strong>de</strong> su estudio dibujaba sobre la marquesina <strong>de</strong>ltecho. Estaba seguro <strong>de</strong> que las figuras eran diferentes pese a queel lugar siempre era el mismo y por eso pensó que se avecinabauna gran tormenta. No sabía qué, pero su intuición nunca lohabía engañado,Aún así <strong>de</strong>cidió moverse con rapi<strong>de</strong>z para finiquitar lo pendienteporque estaban por entregarles a <strong>los</strong> clientes habituales <strong>de</strong>Miamí 200 kilogramos <strong>de</strong> perico (cocaína) que quedaban <strong>de</strong> uncargamento <strong>de</strong> 800 que había coronado exitosamente en la Ciudad<strong>de</strong>l Sol. Y <strong>de</strong> las costas colombianas había zarpado diez díasatrás un barco con siete toneladas <strong>de</strong> coca para Nacho Coronel,el mejor <strong>de</strong> <strong>los</strong> socios mexicanos <strong>de</strong> Asprilla. Al mismo tiempo,<strong>los</strong> empleados <strong>de</strong> Coronel seguían <strong>de</strong>spachando hacia Colombiapasajeros con maletas cargadas con el último millón y medio <strong>de</strong>dólares re< íbldoscomo puf- 11 <strong>de</strong>l barco anterior, Bn fin, trabajoaralo que había y un era c\ muiin-nln di.- presagios <strong>de</strong> mal agüero,Pasarían dos meses para que La Flor pudiera visitara! Negro,lo que ocurrió a finales <strong>de</strong> abril. En ese momento Asprilla ya eraamo y señor <strong>de</strong>l pabellón B <strong>de</strong> máxima seguridad <strong>de</strong> la cárcel LaPicota tte Bogotá. Por eso no tuvo problema alguno para autorizarel ingreso <strong>de</strong> La Flor con el procedimiento <strong>de</strong> siempre: cédulasfalsas y visita a nombre <strong>de</strong> otro preso.—¿Qué hubo, negrito? ¿Cómo va todo? ¿Qué es lo que pasa?—preguntó La Flor <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> sobrevivir al conocido abrazoquiebrahuesos <strong>de</strong> Asprilla, que es un negro <strong>de</strong> dos metros <strong>de</strong>estatura.—Nada, panita, todo eso es pura bulla. Es sólo un cambio<strong>de</strong> hotel porque me pasaron al clima frío pero todo está exactamenteigual. Usted sabe que yo estaba preso en Villahermosa<strong>de</strong>s<strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1997, cuando me arrestaron en Calí con MaríaFernanda. Esa vez me la cantaron pero yo ya estaba mamado <strong>de</strong>estar corriendo y por eso me quedé a f rentear a ver si cuadraba esetropel <strong>de</strong> una vez y al final me fui <strong>de</strong> canasto. Eso fue lo mejor queme pudo pasar porque en Villahermosa empaté bien con Víctor ycon Chupeta y mire en esos 16 meses cuántos barcos mandamosa México. Que pa' Vicente Carrillo, que pa' <strong>los</strong> Beltrán, que pa'Nacho Coronel, mejor dicho, lo que hicieron fue centralizarnosla oficina y ahí si fue que traficamos bien duro —respondió Asprilla,confiado.—Pues claro, panita, cómo se me va a olvidar ese susto tanhijueputa si yo estaba con Fernandito Henao y Loma Pelada en elrestaurante Ilusiones, en Kendall, en Miami, viendo el partido <strong>de</strong>la Selección Colombia en las eliminatorias <strong>de</strong>l Mundial cuando víel avance informativo: capturado en Cali, Colombia, Jorge <strong>El</strong>iécerAsprilla Perea, cabecilla <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle. Hasta ahíllegó el partidito a Fernando, que casi le da un infarto porqueen ese momento usted le llevaba una merquita a él y a MiguelitoSolano para México. Fernando ni siquiera pensaba en usted sinoen la merca que se había caído •—respondió La Flor mientras se


i'ii un confortable sofá que Aspiillii teníi en su celda<strong>de</strong> seguridad.—Acuér<strong>de</strong>se <strong>de</strong> queen esc (.•monees Millón Perla/.atTíi amigomío y a- cada rato me visitaba en Villahermosa y me <strong>de</strong>cía: "Campeón,usted es el único que me pue<strong>de</strong> ayudar, no me <strong>de</strong>je botadoque estoy colgado <strong>de</strong> la brocha y en cambio usted anda ganando,campeón. Acá vive con <strong>los</strong> patrones y lo que le sobra es camello.No se le olvi<strong>de</strong> que somos <strong>de</strong>l mismo barrio y nos criamos conla misma hambre. No me vaya a <strong>de</strong>cir que no, campeón, sólonecesito que me preste 300 kilitos para mi vueltecita <strong>de</strong> Panamáque va <strong>de</strong>recho a Nueva York. Tengo todo listo, sólo me falta lamerquita, préstemela, por favor, que 300 kilitos para usted noson nada", explicó Asprilla.—Sí, recuerdo que no fue una, sino que tres o cuatro vecesusted me dijo que le iba a prestar una merquita a Milton. Peroeso ¿qué tiene qué ver? —indagó La Flor.—Pues, panita, que efectivamente el maricón <strong>de</strong> Milton hacíala vuelta con negritos <strong>de</strong> Buenaventura a <strong>los</strong> que les <strong>de</strong>cían LosNiches. Los kilitos llegaban <strong>de</strong>rechito a Nueva York. La ruta erabuenísima. Pero había un problemíta: que el que le recibía en NuevaYork era la DEA —concluyó Asprilla con una sonora carcajada.—¿Pero usted no tenía nada que ver con eso, verdad? —volvióa preguntar La Flor.—No, Florecita, yo no tenía nada qué ver en eso, pero como<strong>de</strong> marica yo le prestaba la merca y como lo tenían infiltrado, le<strong>de</strong>jaban entrar la droga para pegarle a todo el mundo. En sus grabacionesese maricón <strong>de</strong>l Milton siempre <strong>de</strong>cía que el "Campeón"era el que daba la merca, o sea yo. Cuando <strong>los</strong> tombos armarontodo el numerito, pues me pusieron a mí arriba <strong>de</strong> jefe <strong>de</strong> todos<strong>los</strong> negritos, <strong>de</strong> <strong>los</strong> tales Niches. ¿Cómo la ve pues, florecita? Degancho ciego me gané ese puto muerto sin tener nada que ver—explicó Asprilla con cierta pesadumbre,—-Negrito, pero entonces la cosa no está tan fácil. ¿Por qué<strong>de</strong>cís que no pasa nada?Panita, no le preocupe, A Milu.ni lo tienen acá en otroBfltio y yo le mafidé ;i fflÍB abogados, que por 500,000 dólares van¡i conseguir <strong>de</strong>claraciones juradas <strong>de</strong> <strong>los</strong> tales Niches en las quelimpian mi nombre, A<strong>de</strong>más, yo no salgo en ninguna grabación,son el<strong>los</strong> quienes me mencionan, así que esas son sólo conversaciones<strong>de</strong> terceros —insistió Asprilla un poco más confiado.—¿Usted está seguro <strong>de</strong> que eso es así <strong>de</strong> fácil?—Pues claro, panita, no se preocupe que esto está mamao.Ya hablé con Víctor y con Chupeta y todo sigue igual, vamos aseguir camellando como hasta ahora. Póngase las pilas a camellaren lo suyo que yo cuadro todo lo mío acá.—-Negrito, y ¿si algo sale mal con esos abogados?—preguntóescéptico La Flor.—-Pues, mi pana, usted sabe que yo no soy ningún marica yya tengo el plan A, el plan B y el plan C. Con <strong>de</strong>cirle que el C, elúltimo, el <strong>de</strong> emergencia, es que si veo que la cosa se está poniendomuy <strong>de</strong> pa'rriba, pues les mando una razón a <strong>los</strong> tombitos <strong>de</strong>la DEA. Acuér<strong>de</strong>se que en el 84 ya pagué cárcel allá. Yo sé cómoes la vuelta con el<strong>los</strong>: les entregamos información <strong>de</strong> uno o dosbarquitos y arreglamos esa vuelta facilito. SÍ no, pues me les abro<strong>de</strong> este parche y listo, pero eso lo hablamos <strong>de</strong>spués. Más bienpóngase a hacer su trabajo que lo veo muy lento. Truchas, pues,truchas, Florecita, a camellar.—Ok, Negrito, la verdad me voy más tranquilo. Hagámosleasí como usted dice, seguro que todo va a salir bien. Mañana viajoa México a cuadrar a Vicente Carrillo, que anda como arisco conusted por tanto chisme y runruneo.De esta manera La Flor partió a coordinar <strong>los</strong> cargamentosque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cárcel <strong>de</strong> máxima comodidad, perdón <strong>de</strong> máximaseguridad, Asprilla les transportaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las costas colombianashasta las mexicanas a <strong>los</strong> gran<strong>de</strong>s capos <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong>l Valle comoVíctor Patino, Chupeta, Car<strong>los</strong> Alberto Rentería, Beto; Luis AlfredoGuzmán, Maracuyá; Miguel Solano, Miguelüo; FernandoHenao, Arcángel Henao <strong>El</strong> Mocho; Diego Montoya y un innumerableetc., etc.57


l'.s forzoio reconoce! qiu. 1 eJ Nsgro Asprilli tcníi ctíón enun jxinln: las prisiones cu Colombin sirven |i¡u;i ci'iil nili/ar yfacilitar las socieda<strong>de</strong>s non sanana c ilícitas cjnhv <strong>los</strong> gran<strong>de</strong>scapos <strong>de</strong> la droga.Fuera <strong>de</strong> circulación-La guerra estaba más que <strong>de</strong>clarada y <strong>los</strong> bandos plenamentei<strong>de</strong>ntificados: a un lado, Los Pachos, apoyados por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> lamesa por ios hermanos Rodríguez, que suministraban apoyo financieroy <strong>de</strong> inteligencia. En el otro lado, el Norte <strong>de</strong>l Valle enpleno, con sus facciones activas para el combate.<strong>El</strong> eje operativo y cabeza <strong>de</strong>l ala militar era Richard Martínez,aguerrido y valiente <strong>de</strong>lincuente fiel a <strong>los</strong> mandatos <strong>de</strong> Várela,jefe máximo <strong>de</strong> la ofensiva <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong>l Valle. Los Pachos teníanmuy claro el organigrama y el modus operandi <strong>de</strong> Várela y suslabores <strong>de</strong> inteligencia nq eran nada <strong>de</strong>spreciables porque tambiénchuzaban teléfonos, interceptaban radios e infiltraban y volteabana algunos <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres más cercanos al mando superior <strong>de</strong>lcartel <strong>de</strong>l Norte,A mediados <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1999, cuando estaba acuarteladoen alguna <strong>de</strong> las fincas <strong>de</strong> <strong>los</strong> capos <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle entreBuga y Roldanillo, Martínez recibió una llamada <strong>de</strong> Várela, quelo necesitaba para una misión importante. La conversación fueinterceptada, pero Los Pachos necesitaban confirmar <strong>los</strong> datos.


cumplió su parta y llamó o su esposo, uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> estol tus <strong>de</strong>Martille*,—Anota este número que es nuevo —-dijo la informante.Lo importante es una razón <strong>de</strong>l patrón. Várela mandó una gente<strong>de</strong> él para darle una información a Richard (Martínez) sobre elatentado. Son unos policías que están afuera en un carro rojo.Abriles rápido que están que se abren <strong>de</strong>l parche.<strong>El</strong> escolta miró por una ventana, vio <strong>los</strong> policías que se dirigíanhacia la casa e inmediatamente abrió la puerta blindada queprotegía la fortaleza. Tres uniformados ingresaron primero y elcuarto, que llevaba una 9 milímetros con silenciador, eliminó alescolta con un certero disparo en la frente.Sin hacer ruido, <strong>los</strong> cuatro falsos policías coparon la plantabaja <strong>de</strong> la vivienda y al final, en la última sala, encontraron aMartínez sentado frente al televisor, en pantaloneta y sin camisa.Aún tenía las gasas en el estómago que cubrían las heridas enproceso <strong>de</strong> cicatrización. Estaba <strong>de</strong>sarmado y en su mano <strong>de</strong>rechamaniobraba el control remoto <strong>de</strong>l televisor. Su escolta, el únicoque quedaba, preparaba sánduches <strong>de</strong> pemil <strong>de</strong> cerdo.Martínez y el hombre que lo acompañaba prácticamente no sedieron cuenta <strong>de</strong> nada. Fueron abatidos en cuestión <strong>de</strong> segundos.Cuando terminaron su tarea, <strong>los</strong> uniformados subieron a la segundaplanta <strong>de</strong> la casa don<strong>de</strong> encontraron a la esposa <strong>de</strong> Martínezy a sus dos hijos, pero no <strong>los</strong> atacaron, sólo <strong>los</strong> amarraron y <strong>los</strong>encerraron en un baño.Cuando la gente <strong>de</strong> Várela llegó a la escena <strong>de</strong>l crimen recuperaronel teléfono celular que el escolta muerto en la entrada <strong>de</strong>la casa tenía en su mano. La última llamada era <strong>de</strong> un teléfono<strong>de</strong>sconocido que a esas horas ya bajaba por las aguas <strong>de</strong>l río Calí.No hubo rastro alguno... golpe perfecto.Várela no sólo sintió pasos <strong>de</strong> animal gran<strong>de</strong> sino que entendióque a él también lo podían infiltrar y traicionar y que él tambiéntenía un Judas en sus filas. Por semanas se le notó bajo <strong>de</strong> moraly por primera vez contempló con alguna seriedad la posibilidad<strong>de</strong> viajar ¡i Estados l luidos para negoi \&t eon lai autorida<strong>de</strong>s quelo perseguían y entregarles la información que había recopiladopor anos sobre <strong>los</strong> Rodríguez y <strong>los</strong> Herrera, La i<strong>de</strong>a no era <strong>de</strong>llodo mala. Pegar el brinco hacía Norteamérica era una opciónque <strong>de</strong>bía explorar más <strong>de</strong>tenidamente.6263


10Crossover o cambio <strong>de</strong> bandoLos frescos vientos <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1999 traerían consigo nuevas yrenovadoras opciones para algunos <strong>de</strong> <strong>los</strong> gran<strong>de</strong>s eapos porqueuna pequeña ventanita <strong>de</strong> esperanza se abría <strong>de</strong> nuevo. ¿Por qué<strong>de</strong> nuevo? Porque esa ventanita estuvo abierta anteriormentepara la crema y nata <strong>de</strong> <strong>los</strong> principales carteles <strong>de</strong> Colombia.La lucecita que aparecía en ocasiones en el oscuro túnel <strong>de</strong> lanarcoactividad era un secreto compartido única y exclusivamenteen las primeras líneas <strong>de</strong> mando <strong>de</strong> <strong>los</strong> carteles: el crossover ocambio <strong>de</strong> bando <strong>de</strong>finitivo.La única diferencia era que antes era permitido para el top5 <strong>de</strong>l narcotráfico, pero no era un crossover total sino un dobleespionaje selectiva y camuflado que gozaba <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s comodida<strong>de</strong>sy ventajas.En julio <strong>de</strong> ese año tres gran<strong>de</strong>s protagonistas <strong>de</strong>l narcotráfico<strong>de</strong>l Valle <strong>de</strong>ambulaban plácidamente por las calles <strong>de</strong> South Beach,en Miamí, bajo la mirada atónita y <strong>de</strong>sconcertada <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong>sus trabajadores, que por simple casualidad se encontraban consus patrones en l¡i entrado <strong>de</strong> unn discotei .i o <strong>de</strong> un restaurantedi 1 moda,Mientras estos hacían fila y se apiñaban frente a una ca<strong>de</strong>na<strong>de</strong> terciopelo rojo a la espera <strong>de</strong> que el portero se apiadara <strong>de</strong>el<strong>los</strong> y autorizara su entrada, sus jefes entraban raudos y velocescun sólo mencionar una palabra mágica; permiso, permiso, VIP.—.¿Oíste, ese no es Marroco? <strong>El</strong><strong>los</strong> no pue<strong>de</strong>n venir poracá, imposible —preguntó un caleñito a la entrada <strong>de</strong> una discoteca.Esa misma pregunta se la hicieron cinco típicas exponentes<strong>de</strong>l gremio, es <strong>de</strong>cir, hermosas mujeres con pelo largo rubio conextensiones, pechos a reventar cubiertos con una diminuta camisaomblíguera, cintura <strong>de</strong> avispa y pantalón intravenoso o unamícrominifalda que <strong>de</strong>jaba claro que el <strong>de</strong>rriére sólo podía serfruto <strong>de</strong> cuatro horas diarias <strong>de</strong> gimnasio o <strong>de</strong> una corta sesión<strong>de</strong> 2.000 dólares con Angie, la gran maestra <strong>de</strong> la prótesis <strong>de</strong>silicona para las nalgas en Cali.—Se parece, pero yo no creo. ¿Cómo va a estar ese man poracá? —respondió una <strong>de</strong> ellas, incrédula,—Oí, marica, mira a Miguelito; velo, velo —dijo otra.—No, mija, ese no pue<strong>de</strong> ser, imposible; sí se parece, perono, imposible.—Cómo que no, mira. Sí, ahí va con su sombra, Chepe Fuello.—Huy, sí míra<strong>los</strong>. Qué calentón.Pues sí. Eran nada más y nada menos que Edgar Marroquín,más conocido como Marroco o Versace,, capo <strong>de</strong>l ala financiera <strong>de</strong>Pacho Herrera, y Miguel Solano, gran capo <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valley en su momento uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> tres más gran<strong>de</strong>s narcotraficantes<strong>de</strong>l. mundo, acompañado <strong>de</strong> José Manuel Puello, Chepe Fuello, suinseparable gerente general <strong>de</strong> asuntos sin importancia.Marroquín ya conocía las ventajas <strong>de</strong>l crossover <strong>de</strong>s<strong>de</strong> dosaños atrás, cuando su gran amigo Juan Car<strong>los</strong> Velasco, Trompa<strong>de</strong> Marrano, le reveló sus secretos para manejar a su favor el difícilsistema judicial americano. Marroco se reunió con agentesfe<strong>de</strong>rales y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> resumir su pasado y hacer una gran lista64


Ac promesas, regreió ;in cuanto nfcrcp incautose cruzara en su camino.Claro, las rutas fracasaban en el último momento por algún<strong>de</strong>talle menor, pero ¿quién pondría en duda la palabra <strong>de</strong>l granMarroco? Nadie. A<strong>de</strong>más, todo lo solucionaba <strong>de</strong> manera muysimple: "Tranquilo, mijitico, estuvimos <strong>de</strong> malas esta vez, pero asíes el juego, unas veces se gana y otras se pier<strong>de</strong>. Desquitémonos,vamos con la segunda vuelta que esa sí la coronamos. Así hayamosperdido unos centavkos celebremos, con estas indiecitas que letraje para que lo atiendan. Déjese aten<strong>de</strong>r, mijitico, tranquilo".Durante dos años, <strong>de</strong> manera muy hábil, Marroco ganóindulgencias con avemarias ajenas. De un lado, era un exitosoun<strong>de</strong>rcover para la agencia americana y <strong>de</strong>l otro manejaba susverda<strong>de</strong>ras y exitosas rutas con su sanedrín.Sin embargo, a finales <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1999 las tensiones con elcartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle eran crecientes por <strong>los</strong> rumores <strong>de</strong> quehabía infiltrados en las altas esferas <strong>de</strong> la organización. Nadie seexplicaba <strong>los</strong> sucesivos fracasos, Por eso Marroco tomó la <strong>de</strong>cisión<strong>de</strong> radicarse en Miami. Años <strong>de</strong>spués viajó a Venezuela a continuarcon su exitoso crossover, pero fue <strong>de</strong>scubierto y ejecutado abalazos por el ala sicarial <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte.Mientras tanto, Wílber Várela y Luís Alfonso Ocampo, Tocayo,hermano medio <strong>de</strong> Víctor Patino, <strong>de</strong>cidieron darse su paseíto porMiami. Des<strong>de</strong> hacía más <strong>de</strong> tres años, Várela y Tocayo les hacíancontrainteligencia a <strong>los</strong> hermanos Rodríguez, sus archienemigos ycomo producto <strong>de</strong> ello habían acumulado cajas y cajas <strong>de</strong> casetesy vi<strong>de</strong>os.Como en el mundo <strong>de</strong> la narcoactividad todo se sabe, muypronto entraron en escena el abogado colombiano Horacio Luna,<strong>de</strong> quien <strong>de</strong>cían era muy cercano a Várela, y el agente <strong>de</strong>l servicio<strong>de</strong> aduanas Edward Kaserosky, quienes se enteraron <strong>de</strong> queel cartel <strong>de</strong>l Norte podría tener pruebas <strong>de</strong> que <strong>los</strong> hermanosRodríguez continuaban <strong>de</strong>linquiendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cárcel. Y lo másImportante) que lo hacían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> di< iembre <strong>de</strong> 1997 y por lo tantopodrían ser v\\ raditados.Luna convenció a Várela <strong>de</strong> que esa sería la mejor arma contra<strong>los</strong> viejitos Rodríguez para precipitar su extradición. Una vezOrganizados <strong>los</strong> <strong>de</strong>talles con Kaserosky, Várela y Tocayo volaron<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Venezuela a Miami, don<strong>de</strong> <strong>los</strong> esperaban agentes especialesque les facilitaron el ingreso a Estados Unidos.Sin embargo, fue imposible mantener en secreto la visita <strong>de</strong>tan refinados personajes porque las <strong>de</strong>más agencias fe<strong>de</strong>rales reclamaronhablar con Várela y Tocayo para sacarles información.Para Kaserosky, <strong>los</strong> dos mañosos colombianos eran narcos <strong>de</strong>loca monta que según sus investigaciones nunca habían enviadoa Estados Unidos más <strong>de</strong> 50 ki<strong>los</strong> <strong>de</strong> cocaína.Algo muy distinto pensaban la DKA y el FBi, que conocían ala perfección sus andanzas en el tráfico <strong>de</strong> drogas y la estela <strong>de</strong>muerte que habían <strong>de</strong>jado a su paso en las entrañas <strong>de</strong>l cartel.Los organismos <strong>de</strong> inteligencia americanos querían exprimir aVárela y a Tocayo para sepultar<strong>los</strong> luego en una prisión <strong>de</strong> muyalta seguridad. Sin embargo, Kaserosky conoció a tiempo las intenciones<strong>de</strong> sus colegas y <strong>de</strong>bió hacer uso <strong>de</strong> todo su po<strong>de</strong>r pararespetar la inmunidad que les había conseguido a sus honorableshuéspe<strong>de</strong>s.Presionado, Kaserosky no tuvo otra opción que <strong>de</strong>cirles aVárela y a Tocayo que tenían 24 horas para salir <strong>de</strong> Miami y quea partir <strong>de</strong> ese momento ya no podía respon<strong>de</strong>r por su seguridad.<strong>El</strong> agente <strong>de</strong> aduanas fue leal y aunque no pudo recibirles la evi<strong>de</strong>nciaporque se trataba <strong>de</strong> un procedimiento ilegal, sí obtuvo la informaciónnecesaria para atacar <strong>de</strong> nuevo a <strong>los</strong> Rodríguez. Ya sabíadón<strong>de</strong> hurgar para cumplir el sueño <strong>de</strong> su vida: extraditar a <strong>los</strong>hermanos Rodríguez, como en efecto lo logró años <strong>de</strong>spués.A Várela y a Tocayo el intento fallido <strong>de</strong> cooperar con el gobiernoestadouni<strong>de</strong>nse les <strong>de</strong>jó en claro que si querían ver el downtown<strong>de</strong> Miami, tendrían que hacerlo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una celda <strong>de</strong>l Fe<strong>de</strong>ralDetention Center, FDC, con uniforme anaranjado que encandilaa cualquiera y tres tallas más que las camisas Versace que solían


w:;i II cit( Iflli, Sin opción alguna regraiaron ¡i< 'olomblta vía BuenosAiivs y juraron C[IK: en a<strong>de</strong>lante eJ que lograre conseguir lo queel<strong>los</strong> no pudieron se conven i ría en su enemigo <strong>El</strong> muerte.De otro lado, Miguel Solano y su gran amigo Chepe Poelloencontraron un camino diferente para acce<strong>de</strong>r a South Beach.Lo hicieron <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> un regor<strong>de</strong>te y retorcido investigadorcubano-americano que les explicó su versión light <strong>de</strong> cómo podíaser su crossover."Únicamente —les dijo— hay que reconocer uno que otrocargamento, <strong>de</strong>cir que pertenecieron a un grupito in<strong>de</strong>pendiente<strong>de</strong> narcos, que hacían sus propias vueltecitas <strong>de</strong> 200 y 300 ki<strong>los</strong>,que nunca se metieron en guerras y que no conocían a nadierealmente importante". Y les aclaró: "Eso sí, dos o tres veces alaño tumban una vueltecíta gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> un enemigo y le dan <strong>de</strong>do aquien no sea su amigo. Así quedan bien con la agencia y pue<strong>de</strong>nvivir tranqui<strong>los</strong> en Estados Unidos sin que nadie <strong>los</strong> moleste".Solano y Puello cumplieron las indicaciones y por un tiemporealmente breve gozaron <strong>de</strong> las mieles <strong>de</strong> la impunidad haciéndolescreer a las agencias americanas que eran narcos <strong>de</strong> quinta categoríaarrepentidos <strong>de</strong> haber participado <strong>de</strong> ese sucio negocio.Mientras se ufanaban <strong>de</strong> su <strong>de</strong>senfrenada libertad en Miami—apartamentos, casas, yates, rumba, licor y por supuesto mujeres—asistían a una que otra reunioncita <strong>de</strong> 2 a 5 <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> en elheadquarter <strong>de</strong> la DEA en Doral, don<strong>de</strong> <strong>de</strong>cían algunas mentiraspara acabar con algún enemigo o competidor. En esas charlaselegían un objetivo a conveniencia.Por ejemplo, Solano sabía que La Flor trabajaba con <strong>El</strong> NegroAsprilía y que acababa <strong>de</strong> coronar un barco en las costas <strong>de</strong> Méxicocon ocho toneladas <strong>de</strong> cocaína y que <strong>de</strong>bía pagarle al Negro enMéxico. Solano también estaba enterado <strong>de</strong> que la persona que<strong>de</strong>bía recibir el dinero en México era La Flor y por eso calculó queera la oportunidad perfecta para sacar <strong>de</strong>l camino a un elementoque en el futuro podría convertirse en una piedra en el zapato,Así que a la vez que organizó la cita en Ciudad <strong>de</strong> Méxicopara entregarle el dinero a La Flor como contraprestación por el<strong>de</strong>ber cumplido, Solano la reportó a la DEA que tenia Información<strong>de</strong> una entrega <strong>de</strong> dinero en las tullas <strong>de</strong>l n.r. pura pague cuentas<strong>de</strong> narcotráfico.La Flor <strong>de</strong>legó como emisario <strong>de</strong> la recepción <strong>de</strong>l dinero a unamigo cercano y este a su vez envió a su amigo <strong>El</strong> Sardíno. Peroel tiempo pasó y el emisario, preocupado porque <strong>El</strong> Sardíno noaparecía, llamó a La Flor y le reportó la <strong>de</strong>mora. Siguiendo instrucciones<strong>de</strong> La Flor, el emisario bajó <strong>de</strong>l carro, dobló la esquinay vio que <strong>El</strong> Sardino caminaba hacia el automotor con varios<strong>de</strong>sconocidos, que resultaron ser agentes fe<strong>de</strong>rales. Afortunadamente,<strong>El</strong> Sardino no miró al emisario y este tampoco.<strong>El</strong> sardino purga aún una con<strong>de</strong>na <strong>de</strong> diez años por narcotráficoen la prisión <strong>de</strong> Almoloya <strong>de</strong> Juárez en México. <strong>El</strong> emisariocompró boleto <strong>de</strong> avión <strong>de</strong> regreso a Colombia y Miguel Solanoperdió la oportunidad <strong>de</strong> quitarse <strong>de</strong> encima a La Flor,Miguelito continuó sus planes y más a<strong>de</strong>lante convenció asu socio Fernando Henao, quien vivía en Colombia, <strong>de</strong> enfilarbaterías contra La Flor. En poco tiempo y por cuenta <strong>de</strong> las cosasque el<strong>los</strong> <strong>de</strong>cían, La Flor se convirtió en el mayor narcotrafícante<strong>de</strong>l continente americano. La cúpula <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>] Valle y <strong>los</strong>carteles mexicanos eran unos simples boy scouts al lado <strong>de</strong> hpeligrosa y po<strong>de</strong>rosa Flor.Mientras La Flor se las arreglaba para sobrevivir en Miami,Solano regresó a Colombia y no tuvo que hacer mucho esfuerzopara convencer a Henao <strong>de</strong> las ventajas <strong>de</strong> su nueva vida.Henao estaba cansado <strong>de</strong> la guerra en Colombia y aburrido<strong>de</strong> que la confrontación le tocara el bolsillo, un lugar sagradoal que sólo se <strong>de</strong>bía acce<strong>de</strong>r para guardar, no para sacar. Seguirvivo y ser el chacho <strong>de</strong> la película costaba mucho dinero y poreso Henao consi<strong>de</strong>ró que la propuesta <strong>de</strong> Solano era perfecta:brinco a Miami y adiós guerra, adiós Iván Urdinola, adiós familiaHerrera, adiós Várela y adiós aportes económicos. Playa, rumbay sol. Nueva vida.No contentos con haber logrado beneficiarse <strong>de</strong> la versiónlight <strong>de</strong>l crossover, Solano, Henao y Puello no <strong>de</strong>jaron su gusto


insaciable poi el dinero v dé vtt un difltido organlxübiin i queotra vuelta ¡i México sin levantar muchas sospechas, Pitó ahí fueTroya porque las huellas <strong>de</strong> sus actos adorarían en breve y comosi fuera poco en su contra jugaría la estampida ¿fe narcos queBaruch Vega atrajo a Estados Unidos con su versión líollywood<strong>de</strong>l crossover.La carrera criminal <strong>de</strong> estos tres jóvenes prospectos <strong>de</strong>l narcotráficoterminó cuando <strong>los</strong> agentes fe<strong>de</strong>rales les preguntaron a <strong>los</strong>amnistiados <strong>de</strong> Vega por <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> <strong>los</strong> seis narcotraneantesmás gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mundo—Rasguño, Diego Montoya, Miguelito Solano, Várela, Chupeta,Fernandíto —respondieron sin titubear.—¿Cómo? ¿Cuál Miguelito, cuál Fernandito? —indagaron<strong>los</strong> fe<strong>de</strong>rales.Cuando confirmaron que entre <strong>los</strong> seis narcotraficantes másimportantes estaban Migue Solano y Fernando Henao, a quienesel<strong>los</strong> habían acogido en Estados Unidos, <strong>los</strong> investigadores notuvieron otro remedio que reconocer que <strong>los</strong> habían engañado.Esa es una ofensa que el FBI no perdona. Al terminar 2001, elFBI y la Fiscalía <strong>de</strong> Nueva York abrieron un nuevo proceso contraFernando Henao, lo que <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nó en su captura y la fuga<strong>de</strong> su socio y amigo Miguel Solano a Colombia. Puello tambiénhuyó. Pero así como en Norteamérica no <strong>los</strong> querían, en Colombiatampoco: Várela. Al poco tiempo, sus nombres aparecerían en <strong>los</strong>obituarios <strong>de</strong> las salas <strong>de</strong> velación <strong>de</strong> sus respectivas ciuda<strong>de</strong>s.Al final, estos narcos <strong>de</strong>l Valle no <strong>de</strong>mostraron mucha habilidadpara asimilar lo que implica pasar la línea entre un narcotraficanteactivo y un ex narco que coopera con las agenciasamericanas. Quienes entendieron mejor el fenómeno fueron <strong>los</strong>primeros capos <strong>de</strong> <strong>los</strong> carteles, que a la vez fueron pioneros <strong>de</strong>este crossover. Está muy equivocado quien piense que este tipo<strong>de</strong> cooperación es nuevo, Básicamente <strong>de</strong>muestra el <strong>de</strong>sconocimiento<strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l narcomundo.Des<strong>de</strong> <strong>los</strong> años ochenta las estructuras <strong>de</strong> Rodríguez Gacha,Escobar, <strong>los</strong> hermanos Rodríguez y Pacho Herrera fueron víctimassilenciosas <strong>de</strong> hombres que Luego <strong>de</strong> su arreito han sido liberadosúnica y exclusivamente con la tarea <strong>de</strong> infiltrar y <strong>de</strong>smantelar estasOrganizaciones- Lo que pasaba en esas épocas era que <strong>los</strong> agentesfe<strong>de</strong>rales protegían y cuidaban al máximo al infiltrado para no<strong>de</strong>jarlo en evi<strong>de</strong>ncia y evitar futuras venganzas colectivas.Con el paso <strong>de</strong>l tiempo y con el incremento notable <strong>de</strong> estetipo <strong>de</strong> reinsertados <strong>de</strong> las mafias, las agencias fe<strong>de</strong>rales se han<strong>de</strong>scuidado y no se preocupan por ocultar la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> susinformantes. Son tantos que no importa quemar uno que otro ypermitir que la selección natural en <strong>los</strong> carteles haga su trabajoy que sobreviva el más fuerte.Sin embargo, en <strong>los</strong> años noventa, con el inicio <strong>de</strong> la guerracontra Pablo Escobar, la conformación <strong>de</strong> <strong>los</strong> Pepes y las alianzasnon sanctas entre narcos <strong>de</strong>l Valle y Me<strong>de</strong>llín con agentes <strong>de</strong> laDEA y el FBI, entró en escena el agente doble, una categoría que sóloestaba reservada para jefes-jefes, el lop ten <strong>de</strong>l narcotráfico.Es así como cada uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong> utilizaba <strong>de</strong> manera directao indirecta <strong>los</strong> contactos que había conseguido en la guerra conEscobar para lesionar al enemigo. Para no ir muy lejos, el maestro<strong>de</strong> maestros en este arte era el coronel Danilo González, miembroimportante <strong>de</strong>l Bloque <strong>de</strong> Búsqueda en la guerra contra PabloEscobar y con buenos amigos y contactos claves en las agenciasnorteamericanas. González se hizo célebre porque utilizó sin escrúpuloalguno sus contactos para aliarse con el cartel <strong>de</strong>l Norte<strong>de</strong>l Valle y acabar con el cartel <strong>de</strong> Cali.Un ejemplo <strong>de</strong> este secreto a voces en el top ten <strong>de</strong>l narcotráficoeran las relaciones entre Efraín Hernán<strong>de</strong>z y las agenciasestadouni<strong>de</strong>nses con la bendición <strong>de</strong> Danilo González. Don Efratenía información privilegiada y por ello sus rutas personales eranexitosas, a la vez que <strong>de</strong>struía fácilmente las <strong>de</strong> sus enemigos.<strong>El</strong> brillante manejo que Don Efra les daba a sus relacionesinternacionales sería la causa principal <strong>de</strong> su muerte porquecada vez era más evi<strong>de</strong>nte su ventaja sobre Orlando Henao enel aspecto financiero. Cualquier elemento que atentara contra laestabilidad <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r como cabeza <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle era una71


,iiiirii;i/,n, i iciuu quería wr él v sólo él en IB cúpula drl Norte<strong>de</strong>l Valle,I Iciiiio consi<strong>de</strong>ró que Don Kíni <strong>de</strong>bía salir <strong>de</strong> circulación ypor eso optó por capitalizar a su favor las conexiones que lo enriquecían<strong>de</strong>smesuradamente. Si alguien trataba <strong>de</strong> oponerse a sueliminación, qué mejor explicación que una sospecha <strong>de</strong> víncu<strong>los</strong>con las autorida<strong>de</strong>s americanas.Como caído <strong>de</strong>l cíelo apareció en ese momento Fernando Cifuentesy sus crisis <strong>de</strong> esquizofrenia y sus problemas <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad,Cifuentes no tenía valor para atentar contra su mentor; necesitaba elapoyo y la seguridad que le brindaba Orlando Henao para asesinara Don Efra, y lo hizo. Nunca contó con que Henao lo ejecutaríapocas horas <strong>de</strong>spués para no levantar sospechas y quedar comoun héroe y único dueño <strong>de</strong>l botín <strong>de</strong> Efraín Hernán<strong>de</strong>z.Otro que gozó y aún goza <strong>de</strong> su cuarto <strong>de</strong> hora es Jorge Cifuentes,el encargado <strong>de</strong> las operaciones en México <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> DonEfra. Aún así, surgieron ciertos problemas cuando uno <strong>de</strong> sus trabajadoresse convirtió en el más buscado por el FBI. Se trataba <strong>de</strong> JulioCésar Correa, Julio Fierro, consi<strong>de</strong>rado en 1995 como uno <strong>de</strong> <strong>los</strong>fugitivos más buscados por las autorida<strong>de</strong>s estadouni<strong>de</strong>nses.Pese a que el caso <strong>de</strong> Fierro era muy sonado, Don Efra y JorgeCifuentes lo autorizaron a acercarse a Baruch Vega —conocidoen la mafia como <strong>El</strong> Fotógrafo y reconocido intermediario <strong>de</strong> estetipo <strong>de</strong> negociaciones —para que solucionara sus problemas conla justicia americana.Fierro cumplía su parte en el trato, pero la muerte <strong>de</strong> DonEfra y el retiro voluntario <strong>de</strong> Cifuentes <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong>l narcotráficoy su pronta metamorfosis en un exitoso inversionista mexicano,hicieron que empezara a comportarse como una rueda suelta,Hábil como era, Fierro no tardó en <strong>de</strong>generar el crossoverporque en el mundo <strong>de</strong> la narcoactividad se sabía que en 1996 erael cuarto entre <strong>los</strong> diez <strong>de</strong>lincuentes más buscados <strong>de</strong>l planeta. Esepuesto fue superado años más tar<strong>de</strong> por Osama Bin La<strong>de</strong>n y DiegoMontoya, primero y segundo, respectivamente, en las listas <strong>de</strong>l raí,lo que <strong>de</strong>muestra el gran espíritu <strong>de</strong> superación <strong>de</strong> nuestra raza.<strong>El</strong> cartel <strong>de</strong> <strong>los</strong> saposEn 1998, Julio Fierro se paseaba orondo por <strong>los</strong> lugares másexclusivos <strong>de</strong> Miami, acompañado <strong>de</strong> bellas mo<strong>de</strong><strong>los</strong> y en especial <strong>de</strong> su famosa esposa Natalia París, la más reconocida mo<strong>de</strong>locolombiana <strong>de</strong> esa época. Ambos sucumbieron a la te&tación<strong>de</strong>l jet set <strong>de</strong> South Beach y muy pronto el cerrado mundo <strong>de</strong>lnarcotráfico empezó a preguntarse cómo era que Fierro salía conNatalia en Colombia y Estados Unidos.Fierro no era muy brillante y sus explicaciones <strong>de</strong>jaban muchoqué <strong>de</strong>sear. ¿Es un sapo?, se preguntaban con insistencia en Miamí.En realidad Fierro <strong>de</strong>sacreditó el acuerdo que suscribió con<strong>los</strong> fe<strong>de</strong>rales y violó el sagrado principio <strong>de</strong> la discreción. Por esocometió el grave error <strong>de</strong> comentar su situación personal e invitara la peor ralea <strong>de</strong> <strong>los</strong> carteles a participar en las negociaciones.Raúl Castro, Jitnmy Aloha, y Nicolás Bergonzoli, Gato Negro,no dudaron en ingresar a la pequeña cofradía secreta y con ello seperdió el misterio que <strong>de</strong>bía ro<strong>de</strong>ar el asunto. De un momento aotro, más narcotraficantes conocían la verdad <strong>de</strong>l acuerdo. Y pararematar, Bergonzoli y Fierro sacaron provecho <strong>de</strong> las negocia-73


i .i i.mi i ni un i.un i1 íi ., ii!nni|)iil;iit)n a Baruch Vega y empezaron d ven<strong>de</strong>rlesfranquicias y amnisi [as EI <strong>los</strong> criminales.Entre 1997 y 1998 cambiaban perdones por sumas qm- oscilabanentre cuatro y diez millones <strong>de</strong> dólares por narco. Mástar<strong>de</strong>, a finales <strong>de</strong> 1999, luego <strong>de</strong> la Operación Milenio en la quecayó Fabío Ochoa Vásquez, Bergonzoli y Fierro hicieron su agostoporque vendieron perdones por docenas en Panamá y convirtieronel original, exclusivo y elegante crossover en un bazar que laprensa bautizó como el cartel <strong>de</strong> <strong>los</strong> sapos.Mientras tanto, en Colombia <strong>los</strong> vientos <strong>de</strong> guerra habíanvuelto a aparecer y nada hacia pensar que la tormenta amainaría.Por el contrario. <strong>El</strong> intento fallido <strong>de</strong>l crossover <strong>de</strong> Várela yTocayo acentuó más las diferencias y la-guerra total parecía laúnica salida. Fernando Henao y Miguel Solano habían logradocolarse en el sistema americano con su versión lighl <strong>de</strong>l asunto,pero Várela y Tocayo <strong>de</strong>bían resignarse a mantener su po<strong>de</strong>río asangre y fuego.La arremetida contra el clan Herrera comenzó a producirfrutos pese a que Rasguño, Víctor Patino, Diego Montoya y JuanCar<strong>los</strong> Ramírez, Chupeta, se apartaron <strong>de</strong> la confrontación y <strong>de</strong>jaronsólo a Várela. Sin embargo, este contó con el apoyo <strong>de</strong> Tocayoy a última hora se sumó a la causa el coronel Danilo González,quien terminaría por la<strong>de</strong>ar la balanza.<strong>El</strong> 21 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1999, Alvaro Herrera, hermano menor<strong>de</strong> Hélmer Pacho Herrera, fue asesinado en un falso retén <strong>de</strong> laPolicía. De nada sirvió la discreta camioneta pick up blindaje 5porque Herrera atendió la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> pare, quitó el seguro, abrióla puerta y acto seguido fue baleado <strong>de</strong> manera inclemente.<strong>El</strong> segundo golpe contra Los Pachos ocurrió muy pronto.A comienzos <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1999 el abogado Vladimir IllichMosquera, Don Via, jugaba en <strong>los</strong> dos bandos porque no sólo leshacía pensar a <strong>los</strong> Herrera que era su <strong>de</strong>fensor y testaferro, sinoque le hacía sentir a Várela que podría ser su aliado en la luchacontra <strong>los</strong> Herrera.Mosquera te <strong>de</strong>splazaba pe» Cali si r> escoltas, convencido<strong>de</strong> que era necesaria para <strong>los</strong> dos bandos y que ninguno <strong>de</strong> <strong>los</strong>tíos lo tocaría 1 . Pero nunca sospechó, que Várela se las arreglaríapara localizar a José Fernando Lopera, otro <strong>de</strong> <strong>los</strong> abogados <strong>de</strong>lclan Herrera, a quien le sacaría dos datos valiosos: el primero,que ios Herrera ya no confiaban en Mosquera y, el segundo, queMosquera no era <strong>de</strong>positario <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> secretos <strong>de</strong> <strong>los</strong> Herreray por lo tanto ya no era útil para Várela. Lopera confesó que él yno Mosquera tenía en su po<strong>de</strong>r la base <strong>de</strong> datos <strong>de</strong> buena parte<strong>de</strong> las propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sus enemigos.Várela confirmó la información y se aseguró <strong>de</strong> que en efectoLopera era su llave al botín <strong>de</strong> escrituras, bonos y cuentas en elexterior <strong>de</strong> <strong>los</strong> Herrera. Sólo en ese momento tomó la <strong>de</strong>cisión<strong>de</strong> cumplir un <strong>de</strong>seo reprimido hacía mucho tiempo: eliminar alprepotente Vladimir Mosquera. Para cumplir su propósito, Várelale pidió a Lopera que le ayudara a localizar a Mosquera.—Doctor, ¿cómo está?, soy yo, José Fernando-—dijo Loperaluego <strong>de</strong> sacar un celular <strong>de</strong> su maletín ejecutivo.—Sí, mijo, ¿cómo anda? —respondió Mosquera en su conocidoacento grave.—Don Vía, es que necesito contarle una cosita personalmente.¿Dón<strong>de</strong> está?—Estoy en el restaurante Los Girasoles; iba a almorzar, SÍ quierelo espero.—Sí, señor, en 15 minutos le caigo allá.Mosquera hizo una pausa y pidió un whisky para esperar aLopera, pero quien llegó al lugar fue Car<strong>los</strong> Calle, Combatiente,que no tuvo inconveniente en <strong>de</strong>scargar el proveedor <strong>de</strong> su pistolaSíg Sauer sobre la humanidad <strong>de</strong>l in<strong>de</strong>fenso abogado.Como era <strong>de</strong> esperarse, <strong>los</strong> Herrera <strong>de</strong>dujeron que Loperaera el traidor porque sólo él y Mosquera conocían sus secretos.Dos días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Mosquera, <strong>los</strong> sicarios <strong>de</strong> <strong>los</strong>Herrera eliminaron a Lopera, que <strong>de</strong> todas maneras estaba sentenciadopor Várela, quien les dijo a sus colaboradores que <strong>de</strong>\74


inil.ií, maneras lo habría mandado matar porque no confiaba enél; "Si vendió a BUS patrones igual nos habría vendido a nosotrosen la primera curva", comentó d capo por aquel<strong>los</strong> días,Mientras tanto, en Bogotá, el coronel Danilo González aprovechóel raido producido por la Operación Milenio, en la quefueron capturados 31 extraditables, para golpear <strong>de</strong> nuevo a <strong>los</strong>Herrera. Era la segunda semana <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1999.La i<strong>de</strong>a era secuestrar a William Herrera, el segundo <strong>de</strong>l clany para ello fueron utilizados falsos policías que lo siguieron con laintención <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenerlo en un retén, como habían hecho con Alvaro.Sin embargo, William sospechó, aceleró su automóvil blindadoy llamó por celular a su casa para que le abrieran la puerta <strong>de</strong>lgaraje.La vivienda está situada en un barrio común y corriente <strong>de</strong>Bogotá y su lachada daba una apariencia normal. Pocos minutos<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> entrar a la casa, llegaron <strong>los</strong> falsos policías, que no tardaronen <strong>de</strong>scubrir que estaban ante una verda<strong>de</strong>ra fortaleza.Herrera sabía que las puertas y vidrios blindados no aguantaríanmás y por ello llamó a la Policía real para anunciarle que alguientrataba <strong>de</strong> matarlo. La telefonista <strong>de</strong>l 911 le aseguró que enviaríaayuda inmediata. No conforme, Herrera se comunicó con variosmedios <strong>de</strong> comunicación.Los atacantes, que estaban a punto <strong>de</strong> <strong>de</strong>rribar <strong>los</strong> vidriosblindados <strong>de</strong> la casa don<strong>de</strong> estaba refugiado Herrera, se vieronforzados a huir por el arribo <strong>de</strong> un teniente y ocho agentes quellegaron <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> oír el reporte <strong>de</strong> la radio policial. Poco<strong>de</strong>spués llegaron algunos periodistas y Herrera aprovechó paraentregarse al teniente Villamizar, que al cabo <strong>de</strong> varias horas<strong>de</strong> inspección encontró una sofisticada caleta con cinco millones <strong>de</strong>dólares en efectivo.Finalmente, William Herrera sobrevivió al atentado y fueprocesado en la Fiscalía por enriquecimiento ilícito. Al mismotiempo, el teniente Villamizar fue llamado a calificar servicios.Seis meses <strong>de</strong>spués, Villamizar cayó en el aeropuerto <strong>de</strong>Miamí con un kilogramo <strong>de</strong> heroína que le entregó un amigoque Lo t uiivriu in do usar su fuero <strong>de</strong> policía paro engañar a lusjigentes <strong>de</strong> aduánase Sin esperanza alguna y ante la posibilidad<strong>de</strong> enfrentar una sentencia d© 10-a15 años <strong>de</strong> prisión, el oficialttceptó reunirse con un agente <strong>de</strong> la DEA dispuesto a escuchar suhistoria en la policía colombiana.Sus rezos <strong>de</strong>bieron ser escuchados porque pocos días <strong>de</strong>spuésllegó a su celda, la número 16 <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> <strong>de</strong>tención fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong>Miami, un sobre <strong>de</strong> manila <strong>de</strong> la Corte Fe<strong>de</strong>ral que contenía unaaplicación <strong>de</strong> solicitud <strong>de</strong> ingreso al cartel <strong>de</strong> <strong>los</strong> sapos.Por meses, la guerra pareció amainar y las cabezas visibles <strong>de</strong><strong>los</strong> carteles en contienda optaron por una discreta retirada, Porunos meses, porque en ios primeros días <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 20Ü0Várela recibió informes <strong>de</strong> sus contactos en la Guardia Nacional<strong>de</strong> Venezuela en el sentido <strong>de</strong> que William Herrera, que habíarecobrado su libertad tras el fallido atentado <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1999,se escondía en Caracas con un pasaporte falso.De inmediato, Várela envió a Caracas a Jorge Botero, Fofe,con su banda <strong>de</strong> perros rabiosos para confirmar que en efectoHerrera estaba allí. <strong>El</strong> 6 <strong>de</strong> septiembre <strong>los</strong> oficiales venezolanosllevaron a <strong>los</strong> sicarios <strong>de</strong> Várela hasta el edificio don<strong>de</strong> Herreravivía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> julio anterior.En <strong>los</strong> siguientes días, Fofe siguió a su víctima para i<strong>de</strong>ntificarloplenamente porque se había pintado el pelo, usaba barbay lentes oscuros. <strong>El</strong> 9, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> confirmar que en efecto eraWilliam Herrera, <strong>los</strong> asesinos esperaron que este ingresara aledificio y lo siguieron hasta el parquea<strong>de</strong>ro, don<strong>de</strong> tue abordadoviolentamente. Pero no lo mataron ahí mismo porque Várelanecesitaba mucha información <strong>de</strong> él. <strong>El</strong> sorprendido Herrera fuesubido hasta su apartamento y luego <strong>de</strong> abrir la puerta con susllaves, encontraron a su esposa, que estaba acostada en pijamaen la cama.Tras <strong>los</strong> golpes <strong>de</strong> costumbre, las amenazas <strong>de</strong> rigor y unoque otro irrespeto con la señora, Herrera reveló la existencia <strong>de</strong>una caleta con seis millones <strong>de</strong> dólares. Acto seguido Fofe y sus


Ilumines [levaron ¡i I [si rera v 0 IU espoia .1 i>n lugar en (laracaspara Interrogar<strong>los</strong>, Una ve/ allí, tos golpi-s, l¡i bolsa en ls cat&, Latoalla húmeda y <strong>de</strong>más oprobios, hicieron que Herrera contaracon lujo <strong>de</strong> <strong>de</strong>talles <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> sus aliados en la guerra, suscaletas, sus abogados, sus testaferros, sus bandidos... En fin, loque en la mafia se conoce como un botín <strong>de</strong> guerra.Pero la tarea no había terminado y lo peor estaba por venir.Fofe sintió que a Herrera le faltaba algo por contar y para presionarloautorizó a sus secuaces a violar a su esposa. <strong>El</strong> in<strong>de</strong>fensoHerrera accedió a contar sus más recónditos secretos. Una vezsaciada su curiosidad, Fofe <strong>de</strong>golló a la joven mujer y luego aHerrera, cuya cabeza fue introducida en una mo<strong>de</strong>rna neveraportátil para llevarla hasta Calí para probarles a sus patrones eléxito <strong>de</strong> su operación.Dos días <strong>de</strong>spués, el 11 <strong>de</strong> septiembre, Fofe llegó a una fincaen Yotoco, cerca a Calí, don<strong>de</strong> estaban Chupeta, Tocayo, Várelay Arcángel Henao, la plana mayor <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte y con granparsimonia abrió la nevera y exhibió su trofeo <strong>de</strong> guerra. Chupetamiró hacia otro lado, Henao se retiró <strong>de</strong>l salón y Várela y Tocayose acercaron con curiosidad para confirmar que su archienemigoestaba muerto.—Viéndolo bien, este perro no parece tan bravo como <strong>de</strong>cía—dijo Várela en tono socarrón,Después <strong>de</strong> recibir el reconocimiento <strong>de</strong> sus patrones, Fofese dirigió al centro comercial Pasoancho don<strong>de</strong> se encontró conel ex teniente Jorge Rodríguez, <strong>El</strong> Mono o Cincuenta, y le contósu proeza en Venezuela.Rodríguez tampoco se había quedado quieto en ausencia <strong>de</strong>Fofe. Según relató, su amigo Juan Car<strong>los</strong> Castaño, <strong>El</strong> Engendro,conocía a Andrés González, un hombre común y corriente ennoviadocon una abogada llamada Sandra Fúquene Torres, quientrabajaba para Los Pachos y ya estaba enterada <strong>de</strong> que su jefeWilliam Herrera había sido asesinado.Lo interesante <strong>de</strong>l dato era que la abogada tenía en su po<strong>de</strong>rcientos <strong>de</strong> escrituras <strong>de</strong> propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l clan Herrera y eslaba muyasustada porque notabía qué hacer en a<strong>de</strong>lante, Según Rodríguez,el novio <strong>de</strong> l¡i abogada y <strong>El</strong> Engendro ya le habían aconsejadopasarse al bando tic Várela antes <strong>de</strong> que este la localizara. Sinembargo, la abogada Fúquene empezó a dudar <strong>de</strong> la propuestaporque el sucesor <strong>de</strong> Herrera era <strong>El</strong> Secre, que seguramente laiba a buscar.La presión <strong>de</strong> su novio Andrés y su cercanía con <strong>El</strong> Engendroprevaleció y muy pronto la abogada les entregó la lista <strong>de</strong>propieda<strong>de</strong>s, varios álbumes con fotos y <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> algunosabogados y testaferros. Con el trofeo <strong>de</strong> <strong>los</strong> Herrera en sus manos,González y <strong>El</strong> Engendro se dirigieron raudos a la oficina <strong>de</strong>l exteniente Rodríguez en una compraventa <strong>de</strong> carros en la avenidaVásquez Cobo <strong>de</strong> Cali, administrada <strong>de</strong> tiempo atrás por el famosoviejito Amado,Después <strong>de</strong> evaluar <strong>los</strong> documentos recibidos <strong>de</strong> la abogada,Rodríguez recibió instrucciones <strong>de</strong> Tocayo para dirigirse a lacancha <strong>de</strong> fútbol <strong>de</strong>l municipio <strong>de</strong> Yumbo don<strong>de</strong> lo esperaríanPlatanote, La Guala y <strong>El</strong> Chamo. Allí compartieron <strong>los</strong> datos yacordaron una nueva reunión a finales <strong>de</strong> septiembre para organizaruna nueva ofensiva contra Los Pachos. <strong>El</strong> encuentro seprodujo y a él acudieron representantes <strong>de</strong> las tres cabezas <strong>de</strong>lcartel <strong>de</strong>l Norte: el teniente, por Chupeta; Platanote por Tocayoy Fofe por Várela.Octubre fue funesto para el clan <strong>de</strong> Los Pachos porque granparte <strong>de</strong> sus abogados, testaferros y principales gatüleros cayeronabatidos en todo el país. A<strong>de</strong>más, en las dos semanas siguientesperdieron más <strong>de</strong> 2.000. escrituras <strong>de</strong> propieda<strong>de</strong>s. En medio <strong>de</strong>la repartición, el teniente Rodríguez llamó a Chupeta para entregarlesu parte pero este se negó y <strong>los</strong> autorizó a que se repartierantodo entre el<strong>los</strong>.<strong>El</strong> mochito Arcángel Henao sí pidió su porción y para cobrarlaenvió a la oficina <strong>de</strong>l teniente a Tortuga, su empleado <strong>de</strong> confianza,con 150 millones <strong>de</strong> pesos en efectivo. A cambio recibió tres cajas<strong>de</strong> cartón repletas <strong>de</strong> escrituras y títu<strong>los</strong> valores, todos el<strong>los</strong> <strong>de</strong>lclan <strong>de</strong> <strong>los</strong> Herrera.


Entre tanto, <strong>El</strong> Secta <strong>de</strong>cidió apersonarse <strong>de</strong> la limación vver con sus propios ojos qué |ia.s¡il>¡i en < .uli. En l;i primetiB seniana <strong>de</strong> noviembre ingresó a la ciudad en una caravana <strong>de</strong> nuevecamionetas Toyota Prado blindadas, <strong>El</strong> teniente Rodríguez seenteró <strong>de</strong> inmediato y les dio la or<strong>de</strong>n a sus aliados <strong>de</strong> salir a lacalle para enfrentarlo y darlo <strong>de</strong> baja.La caravana <strong>de</strong> <strong>El</strong> Secre fue interceptada por un retén enla avenida Tercera frente al supermercado Ley <strong>de</strong>l Norte, pero<strong>los</strong> uniformados <strong>los</strong> <strong>de</strong>jaron pasar <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> recibir una buenatajada. La gente <strong>de</strong> Chupeta llegó tar<strong>de</strong> y las camionetas se esfumaronen la bulliciosa noche pachanguera <strong>de</strong> Cali. Aún así, <strong>El</strong>Secre tampoco logró muchas cosas. <strong>El</strong> golpe <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norteestaba dado y no pudo recuperar mayor cosa <strong>de</strong> lo que se habíaperdido. A <strong>El</strong> Secre sólo le quedaba la satisfacción <strong>de</strong> cazar aalgunos <strong>de</strong> <strong>los</strong> traidores.<strong>El</strong> primero en sucumbir fue <strong>El</strong> Engendro. Fue el 14 <strong>de</strong> diciembre<strong>de</strong> 2002, cuando salía <strong>de</strong>l garaje <strong>de</strong> su apartamento en eledificio Sol <strong>de</strong>l Oeste <strong>de</strong>l barrio Santa Rita. Hizo la parada obligadapara entrar a la calle, miró a la izquierda, luego a la <strong>de</strong>rechay comprobó que no venía ningún auto en la vía para tomar sucamino. Pero cuando giró nuevamente sobre la izquierda y levantóel pie <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l pedal <strong>de</strong>l freno, vio <strong>de</strong> repente el cañón <strong>de</strong> unapistola. Instintivamente volteó la cara hacia la <strong>de</strong>recha y vio a otrohombre que le apuntaba a la frente. Luego las <strong>de</strong>tonaciones.<strong>El</strong> segundo en caer fue el viejo Amado, el encargado <strong>de</strong> lacompraventa <strong>de</strong> la avenida Vásquez Cobo. Sólo tres semanas <strong>de</strong>spués<strong>de</strong>l entierro <strong>de</strong> <strong>El</strong> Engendro, dos jóvenes bien vestidos, conacento <strong>de</strong> otra ciudad, se presentaron en el negocio y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>mirar varios vehícu<strong>los</strong> se inclinaron por un Merce<strong>de</strong>s Benz CLK430, convertible. Luego <strong>de</strong> preguntar por el precio y discutir laforma <strong>de</strong> pago, <strong>los</strong> compradores requirieron la presencia <strong>de</strong> Amado,quien llegó raudo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar servida una taza <strong>de</strong> café.Amado se acercó, dio su nombre con amabilidad y se puso a laor<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>los</strong> dos clientes, que preguntaron <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> la cojinería<strong>de</strong>l vehículo. <strong>El</strong> viejito, <strong>de</strong>sprevenido, dio la espalda, abrió unado las puertas y aflipteó* ¡i explicar tai ventajas <strong>de</strong>l cueto nejjfó.Sobre e$e mismo cuero negro, don Amado encontró la muerte.Loa asesinos abordaron un carro que <strong>los</strong> esperaba en frente y<strong>los</strong> <strong>de</strong>más empleados <strong>de</strong> la compraventa-iiuyeron presurosos <strong>de</strong>llugar.La última víctima <strong>de</strong> esta tanda fue Andrés González, cuyohomicidio se produjo dos años <strong>de</strong>spués, en agosto <strong>de</strong> 2004. Estehombre llegó a pensar que <strong>El</strong> Secre se había olvidado <strong>de</strong> él porquetras la muerte <strong>de</strong> <strong>El</strong> Engendro y <strong>de</strong>l viejo Amado había escapadoa España con Sandra Fúquene, la abogada. Pasaron cerca <strong>de</strong> dosaños y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>rrochar dinero sin límite empezó a haceralgunos viajes esporádicos a Calí bajo la protección <strong>de</strong> su nuevopadrino, el teniente Rodríguez,En marzo <strong>de</strong> 2004, Rodríguez murió en extrañas circunstanciasen Me<strong>de</strong>llín, pero a González no le pareció que el fallecimientotuviera que ver con la guerra <strong>de</strong> <strong>los</strong> carteles. Por eso se tomóconfianza y sus viajes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Madrid se hicieron muy frecuentes.En más <strong>de</strong> una ocasión la abogada se mostró caute<strong>los</strong>a y retrecheray <strong>de</strong>cía con insistencia: "Por allá no se me ha perdido nada. A Calino vuelvo ni a <strong>de</strong>shacer <strong>los</strong> pasos. <strong>El</strong> Secre aún no me olvida".Tenía razón. <strong>El</strong> Secre aún no la olvidaba, como tampocoa González, a quien calificaba como un traidor. Hasta que eseagosto <strong>de</strong> 2004, cuando la llamó en el instante en que salía <strong>de</strong>una compraventa <strong>de</strong> carros en el barrio Alameda para anunciarlesu pronto regreso a España.Después <strong>de</strong> colgar, a González lo inquietaron <strong>los</strong> ocupantes<strong>de</strong>l carro <strong>de</strong> al lado que lo miraron varias veces y dieron la sensación<strong>de</strong> que hablaban por radio. Se tranquilizó un poco porquese <strong>de</strong>tuvieron en la luz roja <strong>de</strong>l semáforo y ni siquiera lo miraron.Falsa alarma, pensó. La luz cambió a ver<strong>de</strong>, pero notó que el carro<strong>de</strong> a<strong>de</strong>lante no se movía como tampoco <strong>los</strong> hombres que le habíanparecido sospechosos. Tocó la bocina y <strong>de</strong> repente bajaron doshombres con fusiles AK-47. Instintivamente miró al lado y observóque <strong>los</strong> ocupantes <strong>de</strong>l vehículo <strong>de</strong> al lado lo miraban con el radíoen la mano y una sonrisa <strong>de</strong> satisfacción que más bien parecía


••••muí <strong>de</strong>spedida. Acorralfldoi hundid su cabeza entfo <strong>los</strong> brazostratando di' protegerse, l J em ya la suerte estaba echada.La abogada que traicionó a Los Hachos ¡iiin <strong>de</strong>ambula errantepor pueb<strong>los</strong>-y ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> España. <strong>El</strong> pánico no la <strong>de</strong>ja permanecermás <strong>de</strong> un mes en una ciudad y siempre tiene la extrañasensación <strong>de</strong> que la siguen. Aún está con vida, pero llora cuandoescucha Cali Pachanguero, su canción preferida.12Carta <strong>de</strong> presentación.La Operación Milenio partió en dos la historia <strong>de</strong>l narcotráficopues mostró la vulnerabilidad <strong>de</strong> <strong>los</strong> narcos colombianos. Nadasería igual al interior <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> la narcoactividad <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>ese 13 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1999.Otro tipo <strong>de</strong> consecuencias se <strong>de</strong>sprendieron <strong>de</strong> esta operación,que planteó dos escenarios simultáneos: el primero, con 32<strong>de</strong>tenidos en Cali, Me<strong>de</strong>llín, Bogotá y México, <strong>de</strong> <strong>los</strong> cuales 30fueron recluidos en <strong>los</strong> estrechos e incómodos calabozos <strong>de</strong> laDijin en Bogotá y dos más en la prisión <strong>de</strong> Almoloya <strong>de</strong> Juárez,en México.<strong>El</strong> segundo, nueve fugitivos que evadieron la justicia. Unosse escondieron cerca a Me<strong>de</strong>llín y otros en la frontera entreMéxico y Estados Unidos. Los <strong>de</strong>tenidos y <strong>los</strong> prófugos teníanalgo en común: <strong>de</strong> una u otra manera todos habían participadoen alguna actividad relacionada con el narcotráfico. Ninguno lopodía negar. Pero tampoco eran, como <strong>de</strong>cían las autorida<strong>de</strong>s,<strong>los</strong> gran<strong>de</strong>s barones <strong>de</strong> la droga que <strong>de</strong>spachaban mensualmente30 toneladas <strong>de</strong> cocaína hacia Estados Unidos.


Entre todos toa comprometidos en l;i operación no habíamás <strong>de</strong> ocho personas <strong>de</strong> real importancia en el narcotráfico; <strong>los</strong><strong>de</strong>más se podían catalogar, por su bajo perfil, como miembros<strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> <strong>los</strong> Tintos Fríos. No hay duda <strong>de</strong> que el informanteque dio origen a <strong>los</strong> seguimientos, así como la cúpula <strong>de</strong> la Policía<strong>de</strong> aquel entonces, sobredimensionaron la importancia <strong>de</strong><strong>los</strong> capturados.Una vez terminó la Operación Milenio <strong>los</strong> narcos se preguntaban:¿Por qué en ese momento no se a<strong>de</strong>lantó algún operativohacia Chupeta, Víctor Patino, Arcángel Henao o cualquiera <strong>de</strong>sus hermanitos? ¿Por qué nadie se fue contra Rasguño, MiguelSolano o Diego Montoya? ¿Será que nunca tuvieron en la miraal más escurridizo <strong>de</strong> todos: Wílber Várela? <strong>El</strong><strong>los</strong> sí eran <strong>los</strong>verda<strong>de</strong>ros capos que enviaban 30 y más toneladas al mes hacialas costas mexicanas, con <strong>de</strong>stino final Estados Unidos. A todos<strong>los</strong> protegía el cartel <strong>de</strong> <strong>los</strong> Diab<strong>los</strong>, como en ese momento elgrupo HTDTA (Highy Intcnsity Drugs Trafic Área) adscrito a laDEA en Miamí, catalogaba a ex miembros <strong>de</strong> la Policía Nacional,lí<strong>de</strong>rados por el coronel retirado Danilo González, que habían<strong>de</strong>jado el uniforme para irse a trabajar al lado <strong>de</strong> quienes antesperseguían.Aprovechando que <strong>los</strong> oficiales <strong>de</strong> la Dijin pusieron micrófonosen su celda, <strong>los</strong> <strong>de</strong>tenidos comenzaron a lanzar comentariosvenenosos, a sabiendas <strong>de</strong> que éstos llegarían a oídos <strong>de</strong>l ex coronelGonzález. En el<strong>los</strong> <strong>de</strong>spotricaban <strong>de</strong> todo el mundo y enespecial <strong>de</strong>l ex oficial o sus amigos <strong>de</strong>l cartel. A algunos comoVíctor Patino lo asociaban sentimentalmente con la ex reina LadyNoriega. Las conversaciones <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las celdas <strong>de</strong> la Díjin fueron<strong>de</strong>masiado ofensivas y al parecer a <strong>los</strong> presos se les fue la manoen su intención <strong>de</strong> irritar al ex coronel González, quien les <strong>de</strong>jóver su irritación: en la última semana <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1999, sicariosasesinaron en la carrera 15 con calle 8.5 al norte <strong>de</strong> Bogotáa Diego Cuadros, Luigi.E] mensaje para Los <strong>de</strong>tenidos era claro: si persistían con suscomentarios, venenosos empezarían a caer uno a uno <strong>los</strong> narcosque habían escapado a la Operación Milenio.Algunos medios <strong>de</strong> información pubítearon que Gonzálezhabía pasado <strong>de</strong> cazador a cazado y que ahora era target <strong>de</strong>l grupo43 <strong>de</strong> la DEA en Míami, encabezado por David Tinsley y suagente estrella Larry Castillo, quienes llevaban un buen tiemporecogiendo evi<strong>de</strong>ncia en contra <strong>de</strong>l <strong>Cartel</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Diab<strong>los</strong> y enespecial <strong>de</strong>l coronel Danilo González.La campana casi salva a González <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que a mediados<strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 2000 Tinsley y Castillo fueron suspendidos <strong>de</strong>sus cargos a raíz <strong>de</strong> una investigación interna por parte <strong>de</strong>l FBIcontra <strong>los</strong> miembros <strong>de</strong> la DEA por supuesta corrupción. No sepue<strong>de</strong> negar que el<strong>los</strong> sí la tenían clara y estaban muy cerca <strong>de</strong>conseguir su objetivo: <strong>de</strong>mostrar <strong>los</strong> víncu<strong>los</strong> que por años hansostenido ciertos sectores <strong>de</strong> la Policía y el Ejército <strong>de</strong> Colombiacon el cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle.Esta convivencia y protección fueron la causa principal porla cual ese cartel tuvo el po<strong>de</strong>r tan <strong>de</strong>smedido que hoy ostentaante las autorida<strong>de</strong>s colombianas y americanas.Después <strong>de</strong> una ardua investigación interna <strong>de</strong> la agenciafe<strong>de</strong>ral, llevada a cabo por el FBI con e! apoyo <strong>de</strong> algunos informantes,<strong>los</strong> dos oficiales <strong>de</strong> la DEA fueron absueltos y al pocotiempo regresaron a su lugar <strong>de</strong> trabajo.Sin embargo, esta historia aún no termina porque entrecielo y tierra nada queda oculto. <strong>El</strong> cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle hacomenzado a <strong>de</strong>smoronarse poco a poco y uno a uno <strong>los</strong> sobrevivienteshan comenzado a <strong>de</strong>sfilar por las cortes americanas. Aúnes posible que a algún fiscal inquieto le dé por armar ese rompecabezasy cumpla el sueño <strong>de</strong> muchos <strong>de</strong> <strong>los</strong> narcotraficantes: vera <strong>los</strong> corruptos que <strong>de</strong>jan mal el nombre <strong>de</strong> la institución con eluniforme <strong>de</strong> preso <strong>de</strong> una prisión americana.8:5


13La versión Hollywood <strong>de</strong>l asunto<strong>El</strong> escenario para <strong>los</strong> nueve fugitivos <strong>de</strong> la Operación Milenioera diferente. Su prioridad consistía en evadir <strong>los</strong> continuos cercosmilitares sobre sus zonas <strong>de</strong> influencia don<strong>de</strong> sus movimientos yano eran <strong>de</strong>sconocidos para las autorida<strong>de</strong>s locales y americanas.<strong>El</strong> grupo se abrió en <strong>de</strong>sbandada y lo más seguro era andarso<strong>los</strong>, cada cual por su lado; finca acá, finca allá, movimientos en lanoche, cero teléfonos, cambio <strong>de</strong> ciudad en tractomulas o en camiones<strong>de</strong> la leche, en fin, todo tipo <strong>de</strong> artimañas antinaturalese ilógicas para <strong>de</strong>spistar al enemigo.En uno <strong>de</strong> esto ires y venires, Julio Correa y Nicolás Bergonzoli,dos <strong>de</strong> <strong>los</strong> narcotraficantes <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín que fungíancomo <strong>los</strong> mejores exponentes <strong>de</strong>l crossover versión Hollywood,<strong>de</strong>scaradamente le enviaron un mensaje a tres <strong>de</strong> <strong>los</strong> fugitivos <strong>de</strong>la Operación Milenio, que el<strong>los</strong> mero<strong>de</strong>aban <strong>de</strong> linca en finca,cerca <strong>de</strong> su hacienda en Montería, <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Córdoba.La invitación era sencilla; un almuerzo con sancocho <strong>de</strong> gallina y unjnensaje que podría consi<strong>de</strong>rarse interesante, por <strong>de</strong>cir lo menos,j ulio era <strong>de</strong> toda la confianza <strong>de</strong> <strong>los</strong> fugitivos y no hubo problemapilen cumplir la cita eri su hacienda al I 1 - 1 <strong>de</strong> octubre, solo seis Jr¡is<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> es lar ail a logados como fugitivos.Una vez allí, luego <strong>de</strong> <strong>los</strong> saludos <strong>de</strong> rigor, llegó el momento<strong>de</strong> las confesiones y por ello Fierro y Bergonzolí terminaron coníesandoque <strong>de</strong> tiempo atrás habían solucionado sus problemascon la justicia americana a cambio <strong>de</strong> la entrega <strong>de</strong> entre seis yocho millones <strong>de</strong> dólares y el compromiso <strong>de</strong> que el Tío Sam <strong>los</strong><strong>de</strong>jaría a paz y salvo, sin récord, sin cárcel, sin cargos y, lo másimportante, sin <strong>de</strong>latar a nadie y con la opción <strong>de</strong> vivir en EstadosUnidos.Eso era realmente una versión Hollywood <strong>de</strong> cómo solucionartodos <strong>los</strong> problemas. ¿Podía existir algo mejor que esa opción?Claro que no, única y exclusivamente por unos cuantos millones<strong>de</strong> dólares. Era una maravilla. Si querían aclarar alguna duda alrespecto y concretar la negociación, podían hablar por teléfonocon Baruch Vega, el mago artífice <strong>de</strong> toda esta propuesta.Efectivamente la comunicación se hizo y luego <strong>de</strong> hablar unosminutos, Baruch invitó al grupo sin ningún tipo <strong>de</strong> compromisoa una reunión cara a cara en un país neutral, <strong>de</strong>jando claro queél no podía ir a Colombia,Hubo dudas por parte <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> fugitivos, pero finalmenteJulio y Nicolás se ofrecieron para viajar con el<strong>los</strong> como garantes<strong>de</strong> que nada extraño, como un arresto, pudiera suce<strong>de</strong>r. Las diferenciasse zanjaron en un punto medio y Panamá fue elegidopaís neutral a don<strong>de</strong> sólo iría uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> capos a negociar.Así, el 20 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1999, Fierro y Bergonzoli y <strong>El</strong> Médico,representante <strong>de</strong> <strong>los</strong> prófugos, viajaron a Ciudad <strong>de</strong> Panamá<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el aeropuerto <strong>de</strong> Barranquilla y se alojaron en el HotelMiramar, Muy pronto arribaron Baruch Vega y su inseparablesocio y amigo Román Suárez.La reunión se realizó en la habitación <strong>de</strong> <strong>El</strong> Médico. Tras laspresentaciones <strong>de</strong> rigor, Vega tomó la palabra.—Señores, hay una comisión en Washington llamada la BlitzCommissíon, integrada por altos funcionarios <strong>de</strong> la DEA, FBI,CUSTOM, CÍA, IRS, Secret Service, en fin, todas las agencias ame-


t|lltciK's estudian y ¡iiiiili/.iin v.\ pscfil <strong>de</strong>l ii;m uimlpropuesto y li nal menie aprueban o HÍCgan l;i incorporación <strong>de</strong> esteal selecto grupo vi i 1 . Una vez superado este paso, el cual uste<strong>de</strong>shan cumplido cabalmente, viene el contacto con las agencias,específicamente en el caso <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s, la DEA. Con el<strong>los</strong> uste<strong>de</strong>sharán un exhaustivo resumen <strong>de</strong> sus actos <strong>de</strong>lictivos relacionadoscon el tráfico <strong>de</strong> drogas, una especie <strong>de</strong> confesión personal <strong>de</strong>sus pecados que no tiene por qué involucrar a nadie que usted noquiera mencionar; lo más importante es que uste<strong>de</strong>s se comprometana <strong>de</strong>smontar todas sus estructuras y rutas <strong>de</strong> narcotráficoo entregárselas con todo y la mercancía (cocaína) a sus agentes.De esta manera hacen suficientes méritos como para una rebajasustancial <strong>de</strong> la pena ante una Corte americana. La tercera parte,contratar un abogado americano que se encargará <strong>de</strong> su representaciónante la Corte, se enten<strong>de</strong>rá con la Fiscalía y lo llevaráante el juez; así que usted inmediatamente recibirá una fianzay saldrá nuevamente <strong>de</strong> la Corte para po<strong>de</strong>r terminar el trabajocon sus agentes. Finalmente, al terminar todo este proceso, quepue<strong>de</strong> durar uno o dos años, usted va nuevamente ante un juez yrecibe una sentencia <strong>de</strong> tiempo servido. No toca la cárcel y pue<strong>de</strong>venir a vivir con su familia a <strong>los</strong> Estados Unidos, con sus papeleslegales, bajo protección <strong>de</strong>l gobierno y con el dinerito que hayaquedado, ya legalizado <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo el proceso.—Y ¿eso es todo? —preguntó <strong>El</strong> Médico.—Bueno, hay un último <strong>de</strong>tallito que tienen que conocer yes que no todo el mundo pue<strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r a este club VIP porquees un poco costoso.—¿Cómo así que costoso? —inquirió <strong>El</strong> Médico.—Mira, la Blitz Commission financia causas secretas <strong>de</strong>lgobierno americano que se realizan alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l mundo, comola lucha anticomunista, <strong>los</strong> Irán-contras, las milicias en Angolay <strong>los</strong> paramilitares en Colombia. Por lo tanto hay que pagar unatarifa para subvencionar en parte estos compromisos; por ejemploJulio Fierro pagó seis millones por su ingreso y Nicolás ocho.La Blitz Commission hace un estudio <strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong> cada unoy estipula una tarifa, que para el taso <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s es tic 1¿ millonespor cadfl uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> integrantes <strong>de</strong> su grupo y ocho millones porel hermano menor <strong>de</strong> Juan Gabriel Üsuga, por Gustavo Usuga,para un total <strong>de</strong> 56 millones —respondió'Vega.—Pero, Baruch, Gustavo no tiene nada qué ver con esto —interrumpió<strong>El</strong> Médico al tiempo que Vega sacó su computadora <strong>de</strong>lmaletín <strong>de</strong> mano, ía puso sobre la mesa, la abrió, la encendió y loprimera que apareció en la pantalla <strong>de</strong>l computador fue el águila<strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> Estados Unidos sobre fondo azul. Una imagenimpactante. Luego metió el nombre <strong>de</strong> un integrante <strong>de</strong>l grupo<strong>de</strong> fugitivos, presionó la tecla enter y apareció la lista completa<strong>de</strong> <strong>los</strong> familiares, allegados, colaboradores, amigos cercanos o noy en general toda la organización.•—Mire, Médico, tenemos todos <strong>los</strong> datos <strong>de</strong> inteligenciasuficientes para judicializar a todos <strong>los</strong> integrantes <strong>de</strong> su familiay <strong>de</strong> su organización. Si no lo hacemos en una próxima y cercanaoperación Milenio II que viene en camino, es porque partimos <strong>de</strong>la base <strong>de</strong> que en esta reunión va a haber un entendimiento.—Sí, Baruch, pero ese precio hay que negociarlo.Después <strong>de</strong> una hora <strong>de</strong> argumentaciones <strong>de</strong> lado y lado yvarias llamadas a un integrante <strong>de</strong> la supuesta Blitz Commission,hubo un acuerdo <strong>de</strong> palabra por 42 millones <strong>de</strong> dólares y unapretón <strong>de</strong> manos que sellaba el negocio,—Baruch, en una semana comienzas a recibir el dinero, no tepreocupes, el negocio es por el grupo completo y creo que quedaclaro que toda la familia queda blindada en el mejor sentido <strong>de</strong>la palabra —finalizó <strong>El</strong> Médico.—¿Paso a seguir? —preguntó <strong>El</strong> Médico.—¿Quieres conocer a <strong>los</strong> agentes <strong>de</strong> la DEA? —dijo Vega.—Y ¿dón<strong>de</strong> están? —preguntó <strong>El</strong> Médico.—-En la habitación <strong>de</strong>l lado —respondió Vega y <strong>de</strong> inmediatole pidió a Bergonzoli que llamara a <strong>los</strong> agentes estadouni<strong>de</strong>nses.—Médico, una última indicación y no la olvi<strong>de</strong>s. Conmigotratas todo lo que es dinero <strong>de</strong> la Blitz Commission, con tu abogadotu proceso legal y con <strong>los</strong> agentes única y exclusivamente lo


con cus mías,cargamentos y <strong>de</strong>smantclamlantoiU ¡ laorganización; a<strong>de</strong>más quiero que sepas que parte <strong>de</strong> ese dineroque nos vas a entregar será usado para ayudar en la construcción<strong>de</strong> algunos "positivos" para <strong>los</strong> agentes, pero el<strong>los</strong> .no tienen porqué enterarse; eso es entre nosotros y otra parte <strong>de</strong>l dinero va afinanciar la lucha que <strong>los</strong> paramilítares libran en Colombia contrala guerrilla, así que con el<strong>los</strong> no hables <strong>de</strong> dinero, es mejor así.¿Está bien? —resumió Vega.—Ok, no hay ningún problema —asintió <strong>El</strong> Médico.Minutos <strong>de</strong>spués entraron tres personajes rubios, altos, gran<strong>de</strong>s...tal y como cualquier narcotraficante se había imaginado aun agente <strong>de</strong> la DEA.— ¡Dios mío, en qué me metí! —pensó Él Médico pero secalmó al observar que la actitud <strong>de</strong> <strong>los</strong> americanos no era hostil.Por el contrario, la conversación transcurrió sin tensiones y enun tono informal y relajado. Por momentos <strong>El</strong> Médico olvidó queestaba al frente <strong>de</strong> simples policías que realizan su trabajo parasacar toda la información posible. Definitivamente todo eso erala maravilla.Al cabo ele dos días <strong>de</strong> amables conversaciones, <strong>El</strong> Médico,entusiasmado, propuso.—Hombre, sí esto es así como lo estamos viendo, la verdadLarry yo te puedo traer a 12 gran<strong>de</strong>s narcotraficantes <strong>de</strong> Colombia;como están las cosas ¿quién no va a querer participar <strong>de</strong>este selecto club? Cualquiera que tenga dos <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> frente vaa querer estar sentado en esta misma mesa. Yo creo que la genteprecisa para esto serían unos amiguitos míos <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong>l Valle,con Rasguño a la cabeza.—Médico, ¿<strong>de</strong> verdad tú crees que pue<strong>de</strong>s convencer a Rasguño<strong>de</strong> venir a hablar conmigo? —preguntó entusiasmado eloficial Larry Castillo.—Déjeme ir y explicarle todo esto; por lo menos creo que síva a querer escucharlo <strong>de</strong> tu propia boca, Baruch.Al cabo <strong>de</strong> vütiiiN rmniniK's en Panamá oui la pimía mayor<strong>de</strong> <strong>los</strong> fugitivos <strong>de</strong> la ()perución Milenio, el proveció iba tomando¡forma y se convertía en una realidad. !',1 programa <strong>de</strong> resocialización<strong>de</strong> narcotraíicantes colombianos no ciaba abasto y todosIns narcos querían tener un carné <strong>de</strong> membresía <strong>de</strong> tan cotizadoclub. Este fenómeno quedó reflejado entre noviembre <strong>de</strong> 1999 yenero <strong>de</strong> 2000 en las maratónicas y concurridas reuniones en <strong>los</strong>hoteles Miramar y Marriot <strong>de</strong> la capital panameña.Todo narco <strong>de</strong> categoría que se respetara asistía, enviaba unemisario o en su <strong>de</strong>fecto hacía llegar cartas selladas y firmadas consus huellas expresando su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> abordar el tren que conducía„ a la felicidad y libertad sin límites. Entre el<strong>los</strong> estaban Chupeta,Víctor Patino, Arcángel Henao, Rasguño, Car<strong>los</strong> y AlfredoTascón, Diego Montoya, Óscar Uribe, Jorge Asprilla, OrlandoSánchez, Car<strong>los</strong> Castaño, Vicente Castaño, Salvatore Mancusoy Don Berna..•9091


*•14La versión light <strong>de</strong>l asuntoSimultáneamente, otra pequeña facción <strong>de</strong> <strong>los</strong> fugitivos <strong>de</strong>la Operación Milenio encabezada por Mario Astaíza, Marciano,quien se escondía en México, optaron por una segunda vía porrecomendación <strong>de</strong> Fernando Henao y Miguel Solano. Era otraversión light <strong>de</strong>l asunto, muy similar a la hollywo<strong>de</strong>nse <strong>de</strong> Vega,pero con una pequeña diferencia: en vez <strong>de</strong> entregarle entre ochoy diez millones <strong>de</strong> dólares a la Blitz Commission, <strong>de</strong>bían pagarleentre tres y cuatro millones al regor<strong>de</strong>te y retorcido investigadorprivado cubano-americano Lief Hernán<strong>de</strong>z, quien se encargaba<strong>de</strong> contratar al abogado y <strong>de</strong> dirigir <strong>los</strong> hi<strong>los</strong> que había que moverpara llegar al mismo objetivo <strong>de</strong> Baruch Vega: la impunidad yfelicidad total.Así comenzó el <strong>de</strong>sfile <strong>de</strong> narcos hacia Estados Unidos conlas versiones light y hollywoo<strong>de</strong>nse <strong>de</strong>l crossover, al tiempo quesurgió la franquicia pirateada por Bergonzoli y Fierro y conocidacomo la versión <strong>de</strong>scarada <strong>de</strong> dicho crossover. Pasarían pocosmeses para que este esquema <strong>de</strong> negociación les explotara en lac;ir;i ii uulu'i. (¡o dlríi nti celebré percador griego ¡i ofillai <strong>de</strong>lmur EgeO! "No fiiiy sueño que resista la <strong>de</strong>scarnada luz <strong>de</strong>l día,jii L-J frío estilete dé l¡i realidad",Mientras tanto, la promoción que <strong>El</strong> Médico hizo <strong>de</strong>l esquema<strong>de</strong> negociación planteado por Vega empezó a dar frutos.La opción pacífica <strong>de</strong> sometimiento voluntario era más valiosacon <strong>los</strong> capos <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle que el sometimiento<strong>de</strong> 10 o 15 cabezas <strong>de</strong> carteles con importancia relativa. Por eso aI \\ Médico no le quedó otra alternativa que informarle a Rasguño<strong>de</strong> las reuniones en Panamá. Pero conociendo su temperamento¿quién sería capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirle?Decidieron lanzarse al agua en un almuerzo en la finca <strong>de</strong> Rasguñoal que asistieron Julio Fierro, Nicolás Bergonzoli y algunosfugitivos <strong>de</strong> Milenio. Comieron, hablaron <strong>de</strong> ganado, <strong>de</strong> pastos, <strong>de</strong>narcotráfico, <strong>de</strong> política y <strong>de</strong> otros asuntos, pero nadie se atrevíaa tocar el tema porque la reacción <strong>de</strong> Rasguño era impre<strong>de</strong>cible.Al final <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, sentados en un quiosco, recibiendo el frescoviento vespertino <strong>de</strong> la sabana cordobesa, Fierro se dirigió a <strong>El</strong>Médico y le pidió un relato <strong>de</strong> su viaje a Panamá.<strong>El</strong> silencio fue tenso. <strong>El</strong> Médico tomó aire, se encomendó alEspíritu Santo, al Milagroso <strong>de</strong> Buga, a la Virgen <strong>de</strong> Guadalupe,a la Virgen <strong>de</strong> la Caridad <strong>de</strong>l Cobre y a todos <strong>los</strong> santos. Pasósaliva y sintió que algo se le atoraba en la garganta.—Señor, ¿supo que estuvimos en Panamá hablando con unosoficiales <strong>de</strong> la DEA y un tal Baruch Vega que trabajaba con el<strong>los</strong>?•—-indagó <strong>El</strong> Médico sin ocultar su temor.Nuevo silencio. Rasguño se acomodó en la mecedora, sequitó la gorra <strong>de</strong> beisbolista y se dirigió al Médico en tono amenazante.—Algo oí <strong>de</strong> eso. Estaba esperando que alguien me contaralo que pasó. ¿O es que yo no puedo saberlo?Absoluto silencio. Los acompañantes <strong>de</strong> <strong>El</strong> Médico mirabancon <strong>de</strong>sconfianza a <strong>los</strong> escoltas <strong>de</strong> Rasguño que <strong>de</strong>ambulaban por<strong>los</strong> corredores cercanos. <strong>El</strong> Médico vio <strong>de</strong> reojo el fusil AK-47 que<strong>de</strong>scansaba en la parte trasera <strong>de</strong> la mecedora <strong>de</strong> Rasguño.


que m>, sefior?i si » eso vinimos pn i llámente, ¡icontarle lo que pasó, ;i pedirla su opinión y si es posible pedirleque nos acompañe en U propuesta.—¿Que <strong>los</strong> acompañe? Eso ya es mucho pedir, Médico.—No, señor, por lo menos permítame contarle lo que pasó yusted sacará sus propias conclusiones.—Ok, cuénteme a ver.Mientras hablaba, <strong>El</strong> Médico no <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> mirar <strong>de</strong> reojo elfusil <strong>de</strong> Rasguño, pero se tomó confianza al ver que el capo no se<strong>de</strong>scompuso ante el relato y, contrario a todas las suposiciones,se mostró atento e interesado en el tema. Incluso hizo aportespositivos mejorando la propuesta. <strong>El</strong> médico olvidó por completoel fusíl y muy pronto empezó a revelar <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> la reunión enPanamá.Relajado, Rasguño se levantó <strong>de</strong> la mecedora, se acercó a labaranda <strong>de</strong>l quiosco, fijó su mirada en un lote <strong>de</strong> novillas cebú,se volteó y dijo:—Médico, ¿sabe algo? Si eso es así estoy dispuesto a pagarhasta cinco años <strong>de</strong> cárcel en Estados Unidos. Cinco añitos síles pago.—No, señor, usted no me está entendiendo. Escúcheme bien.No hay que pagar ni un día <strong>de</strong> cárcel si manejamos las cosas comodice Baruch Vega y hacemos un grupito bueno para ir a negociar;le aseguro que no tenemos que pasar ni un sólo día en la cárcel—explicó <strong>El</strong> Médico.•—Olví<strong>de</strong>se. Verá que hay que pagar un tiempito, pero dadaslas circunstancias cinco añitos no son nada para salir <strong>de</strong> este hoyonegro en el que estamos metidos. Créanme que así va a ser. Lo quesí le digo es que si manejamos esto a<strong>de</strong>cuadamente po<strong>de</strong>mos darleun giro <strong>de</strong> 180 grados a la historia <strong>de</strong> este país. Usted sabe, mijo,que el Norte <strong>de</strong>l Valle maneja el 60% <strong>de</strong> la cocaína que entra aMéxico y Estados Unidos. Si yo hablo con mis amiguitos y <strong>los</strong>convenzo <strong>de</strong> que hagamos un solo grupo sólido y uste<strong>de</strong>s enfilansu gente, tenemos casi el 80% <strong>de</strong> la producción nacional, Y sile pedímos a Car<strong>los</strong> Castaño que nos acompañe en esta misión,dándonos al apoyo y el uval di las auto<strong>de</strong>foniaii po<strong>de</strong>mos ofrecescu ]¡i tnesn el <strong>de</strong>smotitfi loinl <strong>de</strong> la narcoactivldad en Colombia.Sí logramos eso, Medico, allí sí creo que no pagamos ni un día<strong>de</strong> cárcel, Pero es una tarea difícil, mks no imposible. Hay quetrabajar duro. ¿Qué le parece?—Señor, esas ya son palabras mayores. Si usted convence asus amiguitos y Castaño nos apoya, no es difícil que volteemosal resto <strong>de</strong> la gente. Eso suena buenísimo, De pronto ahora lagente sí está dispuesta a evaluar una opción diferente a la guerrao morir por ahí en un tejado, como le tocó a Pablo Escobar —dijo<strong>El</strong> Médico con confianza,—Sí, es posible. Está interesante la cosa —replicó Rasguño,entre convencido y pensativo,—Señor, ¿quiere hablar con Baruch Vega?, porque no es sinomarcarle al celular, le da un saludito y le dice qué piensa.—¿Ese señor Baruch habla español? —indagó el capo.—iSíí Es colombiano. Nació en Bogotá pero vive en EstadosUnidos hace 25 años, Hable con él —explicó <strong>El</strong> Médico y le pidióa Bergonzolí que marcara el celular <strong>de</strong> Vega.Después <strong>de</strong> varios intentos en vano, Bergonzoli concluyó quela señal era muy <strong>de</strong>ficiente y que <strong>de</strong> esa manera no sería posiblela comunicación.—Vamos al corral que ahí sí entra perfecta la señal —intervinoRasguño y señaló un lugar a don<strong>de</strong> el grupo se <strong>de</strong>splazó <strong>de</strong>inmediato. Era un corral <strong>de</strong> bestias lleno <strong>de</strong> polvo y boñiga en elque no tardaron en <strong>de</strong>scubrir un enorme toro que <strong>los</strong> miraba con<strong>de</strong>sconfianza. Allí, finalmente, lograron comunicarse con Vega.—Baruch, por acá está un amiguito que lo quiere saludar...es el <strong>de</strong> la cicatriz, el <strong>de</strong>l arañazo. ¿Me copia? —-dijo Bergonzoliy le pasó el teléfono a Rasguño, que al cabo <strong>de</strong> varios minutos <strong>de</strong>conversación con Vega se animó a hacer una propuesta.—Vea, señor, hagamos una cosa: esto hay que hablarlo personalmentey yo por allá no puedo ir. Hable con sus amigos yhacemos una reunioncita acá, en mi tierra. Le garantizo que austed y a el<strong>los</strong> no les pasa nada, yo les brindo toda la seguridad


<strong>de</strong>l mundo. Confíe cu rol que yo soy el mus Intereiiido cu quetodo termine bien¡—Señor, esto no es tan sencillo porque es necesario conseguirunos permisos <strong>de</strong>l Gobierno para que todo sea oficial. De todasmaneras déjeme consultar y yo le envío una razón —intervinoVega y dio por terminada la conversación.Al final <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, el almuerzo en la finca <strong>de</strong> Rasguño fuetodo un éxito porque no sólo respaldó la propuesta sino que ahoraera el más ferviente seguidor <strong>de</strong>l programa <strong>de</strong> resocialización <strong>de</strong>narcotraficantes.De ahí en a<strong>de</strong>lante el trabajo fue arduo y agotador: reuniones<strong>de</strong> promoción en la gallera <strong>de</strong> Córdoba con Car<strong>los</strong> Castañoy Don Berna, en representación <strong>de</strong> las auto<strong>de</strong>fensas; reunionesen <strong>El</strong> Vergel, la hacienda <strong>de</strong> Rasguño en las goteras <strong>de</strong> Cartago,con lo más granado <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte; emisarios a la cárcel <strong>de</strong>Víllahermosa para hablar con Chupeta y Víctor Patino; reunionesen el perímetro <strong>de</strong> Calí con Tocayo y Várela; viaje a Panamá areportar<strong>los</strong> avances y a pulir el proyecto; reuniones en Miralíndo,la hacienda <strong>de</strong> Arcángel Henao, con el grupo <strong>de</strong>l Mochíto,compuesto por Dagoberto Flores, Chuma, Francisco Cifuentesy otros; reuniones en la hacienda La Loma <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>líín con <strong>los</strong>hermanos Jorge Luis y Juan David Ochoa; regreso a Panamá.En fin, <strong>los</strong> aviones privados y <strong>los</strong> helicópteros no <strong>de</strong>scansaban<strong>de</strong> una ciudad a otra y al aeropuerto <strong>de</strong> Tocumen en Ciudad <strong>de</strong>Panamá; el hotel Marriot estaba congestionado con la crema ynata <strong>de</strong>l narcotráfico mundial.Finalmente y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> semejante ajetreo, a mediados <strong>de</strong>diciembre <strong>de</strong> 1999, Barucb Vega y oficiales <strong>de</strong>l. grupo 43 <strong>de</strong>la DEA fueron autorizados a reunirse en Bogotá con Rasguño.La operación fue organizada milimétricamente. Danilo Gonzálezse encargó <strong>de</strong>l esquema <strong>de</strong> seguridad en un lujoso penthouse<strong>de</strong> Rasguño en el barrio La Carolina. Nadie sabía <strong>de</strong>l sitio <strong>de</strong> lareunión.Un día antes <strong>de</strong>l encuentro, Eduardo Martínez, conocidocomo <strong>El</strong> Costeño o Mamaburro, hombre <strong>de</strong> confianza <strong>de</strong> Rasguño,i un e <strong>El</strong> Médico an eJ parque <strong>de</strong> \t 93 en Bogotá v le dijo quep;iriiii;ii! un día antea bada el tugar di la reunión,—Pero yo no le be avisado a Julio, ni a Nicolás. Nadie sabecuándo o dón<strong>de</strong> es la reunión —interpeló <strong>El</strong> Médico, molesto.—Esa es la i<strong>de</strong>a. Hace mucho rato que el señor no le sale anadie a la ciudad, Esta es una excepción gigantesca y él no confíani en Nicolás ni en Julio, así que el<strong>los</strong> son <strong>los</strong> que menos tienenque saber <strong>de</strong> esto. Usted les informa a Baruch y a <strong>los</strong> agentes fe<strong>de</strong>ralesdón<strong>de</strong> <strong>los</strong> recogemos nosotros. Es mejor para la seguridad<strong>de</strong> <strong>los</strong> gringos y <strong>de</strong>l señor —replicó Martínez.<strong>El</strong> Médico aceptó y poco tiempo <strong>de</strong>spués llegó con Martínezal penthouse don<strong>de</strong> se encontraron con Jaime Maya, <strong>El</strong> Mono.Al caer la tar<strong>de</strong> apareció Rasguño, quien <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> saludar lepidió al Médico que se comunicara con Baruch Vega para sabea qué hora llegaban.—Hubo un inconveniente <strong>de</strong> última hora, un <strong>de</strong>tallito pen<strong>de</strong>jopero todo está bien. Mañana estaremos allá temprano —le explicóVega al Médico, que luego <strong>de</strong> consultar con Rasguño respondióque no había problema,La noche transcurrió en medio <strong>de</strong> una amena conversaciónen torno al narcotráfico y al vertiginoso crecimiento <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>lNorte <strong>de</strong>l Valle. Al atar<strong>de</strong>cer <strong>de</strong>l segundo día Rasguño empezóa ponerse nervioso.—Baruch, ¿qué pasa, viejo? Estoy quedando como un zapatocon este señor. ¿Vos crees que es fácil tener a este personaje dosdías en un sólo lugar esperando? —le dijo <strong>El</strong> Médico a Vega porteléfono.—Médico, con seguridad mañana temprano estamos allá, selo prometo —respondió Vega sin dudar.Acostumbrado como estaba a andar <strong>de</strong> sitio en sitio, en lanoche Rasguño propuso salir a dar una vuelta. <strong>El</strong> bloque <strong>de</strong> seguridadse movilizó lo más inadvertidamente posible al centrocomercial Unicentro y luego a un restaurante <strong>de</strong> carnes <strong>de</strong>l norte<strong>de</strong> la ciudad.


Lfltenildn aumentó en la mañana <strong>de</strong>! tercer din <strong>de</strong> i api rn porqueVega no contestaba d teléfono. <strong>El</strong> Médico, <strong>de</strong>sesperado) habló conun contacto suyo en Miami y le pidió ayuda páFfl Joinli/iir a Vegao a <strong>los</strong> agentes fe<strong>de</strong>rales, A las 8 p.m. obtuvo una respuesta.—-Médico, el<strong>los</strong> están en Miami. No han viajado, no sé quépasó y nadie me da una explicación. A mí tampoco me contestan,pero, confirmado, siguen en Miami —explicó el contacto.<strong>El</strong> Médico se dirigió a la habitación cíe Rasguño y le dijo queestaba muy apenado porque Vega y <strong>los</strong> fe<strong>de</strong>rales continuaban enMiami.—Médico, yo tampoco entiendo y déjemele digo algo: esperoque acá no haya nada torcido y menos que usted tenga que ver eneso. Llevo tres días esperando en un mismo lugar y eso me hace muyvulnerable, no me gusta nada. Le repito, aclare qué pasa porqueesto no me está gustando —respondió Rasguño indispuesto.—Señor, hoy no tengo explicación alguna, pero mañana harétodo lo posible por enten<strong>de</strong>r qué pasa, créame. Igual que usted,estoy <strong>de</strong>sconcertado —respondió <strong>El</strong> Médico, que <strong>de</strong> paso sintióla mirada inquisidora <strong>de</strong> <strong>El</strong> Costeño.—Vamos a dormir y mañana hablamos —terminó Rasguñoy cerró la puerta <strong>de</strong> un golpe.Poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las 7 a.m. <strong>de</strong>l cuarto día y sin haber conciliadoel sueño durante la noche, <strong>El</strong> Médico llegó al comedory encontró a <strong>El</strong> Costeño, que sin levantar la mirada <strong>de</strong>l platoexpresó con sorna;"<strong>El</strong> señor se fue <strong>de</strong>s<strong>de</strong> anoche, ya llamó y dijo que llegó biena su zona <strong>de</strong> seguridad. <strong>El</strong> sabe que no era una trampa y por esoestaba alterado. Quiere que usted averigüe qué pasó", resumió <strong>El</strong>Costeño y <strong>El</strong> Médico <strong>de</strong>jó escapar un suspiro <strong>de</strong> alivio.Pocas horas <strong>de</strong>spués, el oficial Larry Castillo se comunicó con<strong>El</strong> Médico y le explicó que la cita se frustró porque la embajada<strong>de</strong> Estados Unidos en Bogotá <strong>de</strong>bía ser notificada <strong>de</strong>l arribo alpaís <strong>de</strong> <strong>los</strong> agentes fe<strong>de</strong>rales, así como <strong>de</strong> <strong>los</strong> motivos <strong>de</strong>l viaje.Cuando revelaron que el objeto no era otro que una entrevista conRasguño, algunos funcionarios y agentes <strong>de</strong> la DEA pidieron estarpresentes. Castillo [e explicó ;il Médico que di- un momento ;i ol rohabían perdido el control <strong>de</strong> la situación y por eso <strong>de</strong>cícTIeron noviajar A Bogotá a encontrarse con Rasguño.<strong>El</strong> Médico viajó al norte <strong>de</strong>l Valle y le contó a Rasguño <strong>los</strong><strong>de</strong>talles <strong>de</strong>l inci<strong>de</strong>nte, Al día siguiente llegó Danílo González,quien reveló que sus contactos en la embajada estadouni<strong>de</strong>nsehabían presenciado la furia <strong>de</strong> <strong>los</strong> agentes <strong>de</strong> la DEA porque suscolegas <strong>de</strong> Miami prefirieron cancelar la cita a ponerles a Rasguñoen ban<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> plata.Resuelto el impasse, Baruch Vega propuso invitar a un emisario<strong>de</strong> Rasguño a Estados Unidos para <strong>de</strong>mostrarle que el interés<strong>de</strong> las agencias en él seguía vigente. Como era obvio, el escogidofue Eduardo Martínez, <strong>El</strong> Costeño, pero surgió el problema <strong>de</strong>que este había sido extraditado a finales <strong>de</strong> <strong>los</strong> ochenta y luego<strong>de</strong> pagar una con<strong>de</strong>na fue <strong>de</strong>portado. En otras palabras, no eraelegible para otorgarle visa, pero Vega se las arregló a su manerapara que este impedimento no frustrara <strong>de</strong> nuevo la opción <strong>de</strong>acercarse a Rasguño,Vega les explicó que el mejor puerto <strong>de</strong> salida hacia Miamiera Panamá y por eso les pidió que viajaran al aeropuerto <strong>de</strong> Tocumén,don<strong>de</strong> él <strong>los</strong> esperaría. Así ocurrió y el 21 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong>1999 <strong>El</strong> Médico y <strong>El</strong> Costeño aterrizaron en un vuelo privado enei aeropuerto panameño, don<strong>de</strong> <strong>los</strong> esperaba Pipo, un pintorescopersonaje conocido como el tramitador oficial <strong>de</strong> <strong>los</strong> vue<strong>los</strong> privadosque en un abrir y cerrar <strong>de</strong> ojos resolvía todos <strong>los</strong> trámitesaduaneros o <strong>de</strong> inmigración con las autorida<strong>de</strong>s locales.—Señores, <strong>los</strong> está esperando ese avión americano parahacer la conexión. Entréguenme <strong>los</strong> pasaportes para sellar<strong>los</strong>en Emigración y a mi hijo el equipaje para que lo acomo<strong>de</strong> enel otro avión —explicó Pipo, que <strong>de</strong> inmediato salió a hacer <strong>los</strong>trámites respectivos.En efecto, el <strong>de</strong> al lado era un Jet Hawker <strong>de</strong> matrículaamericana, con su tripulación uniformada. En la escalerilla <strong>de</strong>abordaje estaban Baruch Vega y Román Suárez, que agitaban <strong>los</strong>brazos en señal <strong>de</strong> saludo.99


Pipo cegtasó 13 inimiius dospuéi con Ins pasaportes Bollados¡con un nuevo plan <strong>de</strong> vuelo: Nassau, líahamas.—¿Nassau, luego no vamos para Miami? —preguntó <strong>El</strong>Médico, sorprendido.—Tuvimos un pequeño percance con la visa <strong>de</strong> <strong>El</strong> Costeño, asíque haremos una escala técnica en Nassau y mañana seguiremoshacia Miami. No se preocupen, todo está bajo control —-respondióVega, confiado.En realidad nada estaba bajo control porque <strong>de</strong> allí en a<strong>de</strong>lantetodo fue caos. Una locura que terminaría el 24 <strong>de</strong> diciembre en unbote <strong>de</strong> pesca cargado <strong>de</strong> niños y señoras fingiendo ser turistas queatracaban ilegalmente en el muelle <strong>de</strong> Baysi<strong>de</strong> en el Downtown<strong>de</strong> Miami, proveniente <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Bimini. En semejante grupoestaban camuflados <strong>El</strong> Costeño y <strong>El</strong> Médico, que olvidaron <strong>los</strong>sinsabores <strong>de</strong>l viaje cuando llegaron a un apartamento <strong>de</strong> BrickeílAvenue don<strong>de</strong> el Costeño se reencontró con su familia.Al día siguiente <strong>de</strong> Navidad, el 25 <strong>de</strong> diciembre, el oficialLarry Castillo citó a <strong>El</strong> Médico y a <strong>El</strong> Costeño a su oficina enDoral, se<strong>de</strong> <strong>de</strong>l grupo 43 <strong>de</strong> la DEA, y <strong>los</strong> recibió en una espaciosay solitaria sala <strong>de</strong> reuniones llena <strong>de</strong> emblemas <strong>de</strong> las diferentesagencias americanas.Convencido <strong>de</strong> que todo era cierto y que la DEA actuaba conseriedad, <strong>El</strong> Costeño sacó su celular, se sentó en la mullida silla<strong>de</strong> cuero en una <strong>de</strong> las cabeceras <strong>de</strong> la sala <strong>de</strong> conferencias yllamó a su jefe Rasguño.—Señor, ¿cómo está? Le cuento que estoy finalmente enMiami, sentado al lado <strong>de</strong>l oficial Larry Castillo y <strong>de</strong> <strong>El</strong> Médico,en las oficinas principales <strong>de</strong> la DEA. LO único que le puedo<strong>de</strong>cir es que todo es cierto, esta gente sí quiere hablar con ustedy el interés es serio, señor. Como dice <strong>El</strong> Médico: ¡Esto es unamaravilla!<strong>El</strong> Costeño pasó unas cortas vacaciones en Miami con sufamilia. Fue a las playas, a <strong>los</strong> centros comerciales y hasta tuvotiempo <strong>de</strong> visitar a Míckey Mouse en Orlando.100La Blitz Commission<strong>El</strong> Médico no cesaba un segundo en su labor <strong>de</strong> promoción<strong>de</strong> tan espectacular proyecto. Y lo hacía acompañado por su granamiga Cristina, quien lo acompañó a las reuniones en Ciudad <strong>de</strong>Panamá y Miamí. <strong>El</strong> Médico vivía en el lujoso Portofino Tower,en ese entonces el edificio más lujoso <strong>de</strong> South Beach, cuandoella conoció a un narco <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>] Valle que posaba<strong>de</strong> exitoso hombre <strong>de</strong> negocios que había conocido las mieles <strong>de</strong>la fortuna a temprana edad.<strong>El</strong> Médico y el amigo <strong>de</strong> Cristina se habían cruzado en repetidasocasiones en la piscina y en el íobby <strong>de</strong>l edificio, pero ninguno seanimaba a entablar conversación alguna para no quedar al <strong>de</strong>scubierto.Cuando se cruzaban en el valet parking <strong>de</strong>l condominio,uno en su Porsche Boxter en compañía <strong>de</strong> alguna mo<strong>de</strong>lito ensu cuarto <strong>de</strong> hora <strong>de</strong> fama, y el otro en su Lexus 3ÜÜ blanco, conuna actriz haciendo sus primeros pinitos en la televisión internacional,se miraban con precaución y pensaban <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sí: "Estees un traqueto. Estoy seguro, no <strong>de</strong>mora en venír a calentarme eledificio". Los dos hacían uso <strong>de</strong> ese olfato nato <strong>de</strong> <strong>los</strong> narcos con101


el que [<strong>de</strong>tti tficon o Ion especímenes <strong>de</strong> su mismn caliñs, por mascamulliu<strong>los</strong> que es<strong>los</strong> crean e.stiir, aún en [ierras IqaiuiM,Cristina tenía como objetivo conectar a es ios dos personajescjue por sí so<strong>los</strong> jamás se hubieran dirigido la palabra, así estahubiera sido la llave para entrar al cielo. La cita fue pactada énun apartamento <strong>de</strong> Brickell Key, habitado por una hermosa jovenque ambos compartían sin saberlo. Era el tipo <strong>de</strong> mujer queabunda en Miami: jóvenes, hermosas, agradables, in<strong>de</strong>pendientesy dispuestas a todo, con tal <strong>de</strong> encontrar un voluntario y no necesariamenteapuesto caballero que pague su renta, su celular, suscuentas y una que otra visita a una tienda <strong>de</strong> ropa en el malí <strong>de</strong>Bal Harbour. No importa que sea por corto tiempo pues siemprehay un nuevo y adinerado incauto dispuesto a pagar el precio <strong>de</strong>una agradable compañía sin preguntar por su pasado.—Cristina, ¿este no es el apartamento <strong>de</strong> Lina Rodríguez?—preguntó extrañado La Flor.—Sí, ¿porqué? ¿Tú la conoces?—No, exactamente —respondió La Flor. En ese instante <strong>El</strong>Médico salió <strong>de</strong> la habitación principal y se acomodó plácidamenteen el sofá <strong>de</strong> colores <strong>de</strong> la sala. Actuaba con la seguridad que dapagar la renta <strong>de</strong> la dama.—¿Qué hubo, viejo? —yo soy Florecita.—¿Qué más, viejo? —yo soy <strong>El</strong> Médico.—¿Vos vivís en el Portofino?—-Sí, y vos también, te he visto unas cuantas veces.—Sí, al parecer tenemos algunas cosas en común, aparte <strong>de</strong><strong>los</strong> negocios —respondió La Flor al tiempo que clavó su miradaen el sofá a colores <strong>de</strong> la sala <strong>de</strong>l apartamento, porque se le hacíaconocido.—Sí, viejo, este mundo <strong>de</strong> la playa es muy pequeño —dijo<strong>El</strong> Médico dando a enten<strong>de</strong>r que había captado el mensaje <strong>de</strong> LaFlor. Ambos sonrieron mientras Cristina intentaba <strong>de</strong>scifrar loque entre líneas se <strong>de</strong>cían sus dos amigos.—Cristina me dice que querés explicarme algo —interrumpióLa Flor.—Te voy ¡l ser hoilOStO, Ciislmii iIK- li.i explicado muy pofencima quien eres y me ím&giilQ que ya <strong>de</strong>bes sajber quién soy.(¡reo que tenemos otro tipo <strong>de</strong> amista<strong>de</strong>s en Colombia, específicamenteen el norte <strong>de</strong>l Valle —intervino <strong>El</strong> Médico.—Sí, claro —respondió La Flor, interesado en las palabras<strong>de</strong> <strong>El</strong> Médico.—Yo soy muy cercano a Rasguño y quiero que sepas que ély algunos <strong>de</strong> sus amigos más cercanos <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong>l Valle, eniivel<strong>los</strong> Chupeta, Diego Montoya y Víctor Patino, a<strong>de</strong>lantan unanegociación con agentes <strong>de</strong> la DEA en Miami. Esta negociaciónno implica <strong>de</strong>lación alguna y menos en bloque, como lo estamosproponiendo. Lo que sí se necesita es billete porque la entradna este VIP es costosa, más costosa que la entrada al VIP <strong>de</strong>l LivingRoom (la discoteca <strong>de</strong> moda en aquel momento en Miami)•—explicó <strong>El</strong> Médico.—Me suena mucho, pero déme más <strong>de</strong>talles —respondióLa Flor.—Tu tarifa es <strong>de</strong> ocho millones <strong>de</strong> dólares. A propósito,Florecita, ¿has oído hablar <strong>de</strong> Baruch Vega, un fotógrafo <strong>de</strong> laplaya? —-preguntó <strong>El</strong> Médico.—Me suena, pero no estoy seguro —respondió La Flor tratando<strong>de</strong> engañar al Médico porque él sí conocía en <strong>de</strong>talle a Vega.—Ese señor es una especie <strong>de</strong> agente encubierto que trabajapara las agencias americanas y nos está haciendo lobby con laBlítz Commission.Tras esa palabra vino la retahila <strong>de</strong> explicaciones que <strong>El</strong>Médico ya repetía <strong>de</strong> manera casi mecánica alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l tema.Cuarenta minutos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una amplia exposición y cuatrobotellas <strong>de</strong> vino tinto terminó su ya aprendida perorata. La Florse <strong>de</strong>spedía <strong>de</strong> <strong>El</strong> Médico en la puerta <strong>de</strong>l apartamento <strong>de</strong>l YachtClub don<strong>de</strong> vivía la amiga que compartían y que se utilizó paraesta reunión.—Viejo, me voy contento con esa explicación y creo que pue<strong>de</strong>contar conmigo, yo tengo otros amiguitos acá que andan enalgo parecido, pero el<strong>los</strong> están un poco perdidos pues no tienen103


icceso :i cs¡i liliiz Commission que rs Lo bueno <strong>de</strong> este Arreglo,porque así nos vamos por Iti alto, liso <strong>de</strong> mis a m Ígnitos es i michomás barato pero creo que <strong>los</strong> están robando y el<strong>los</strong> no tienen <strong>los</strong>contactos que tiene el fotógrafo; yo voy a hablar con el<strong>los</strong> paraver si lo hacemos todos por este lado.La Flor se refería a Miguel Solano, Chepe Puello y FernandoHenao, que por ese entonces seguían <strong>los</strong> consejos <strong>de</strong>l investigadorLief Hernán<strong>de</strong>z en su versión light <strong>de</strong>l crossover americano.Cuando La Flor llegó al parquea<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>l Yacht Club, tomósu Lexus 300 y mientras cruzaba el pequeño puente que separaBrickell Key <strong>de</strong>l Downtown <strong>de</strong> Miami, pensaba: "Mi panita es unáspero; cómo es que el negro Aspriíla <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cárcel La Picota enBogotá ya conocía al fotógrafo y yo acá en Miami no sabía nada<strong>de</strong> él. Ahora entiendo por qué <strong>El</strong> Negro me mandó a entregarle200.000 dólares al fotógrafo hace diez días para que le averiguaraunas cositas. <strong>El</strong> Negro ya sabe por dón<strong>de</strong> es que va la vuelta".Efectivamente <strong>los</strong> oficios <strong>de</strong> promoción <strong>de</strong> <strong>El</strong> Médico habíantrascendido todas y cada una <strong>de</strong> las prisiones <strong>de</strong> máxima segurida<strong>de</strong>n Colombia y ningún capo <strong>de</strong>l narcotráfico que se respetaraquerría quedar por fuera <strong>de</strong>l exclusivo club VIP, que se cocinabaen las cal<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> <strong>los</strong> Headquarters o Cuarteles Generales <strong>de</strong> laDEA en Miami.Apenas terminando las festivida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> fin <strong>de</strong> año y el nuevomileno, el Costeño volvió a Colombia para explicarle personalmentea Rasguño lo sucedido en Miami, su estadía en el Headquarter<strong>de</strong> ITIDTA y sus reuniones en Brickell Key con abogados y agentes<strong>de</strong>l grupo 43 <strong>de</strong> la DEA.<strong>El</strong> 11 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 2000, a las 5 p.m., sonó el teléfono celular<strong>de</strong> <strong>El</strong> Médico.-—¿Qué hubo, Médico?, soy yo, <strong>El</strong> Costeño. Lo estoy llamandohace rato porque ando en la casa <strong>de</strong>l amiguito y él me diceque está listo para reunirse personalmente con sus amiguitos <strong>de</strong>lgobierno.—¿Ah sí? Qué bien y ¿cuándo quiere eso? —respondió <strong>El</strong>Médico aún asombrado.104Él un 1 dice que en dos ilíus i'shi llegando don<strong>de</strong> cambiamosdtr avión con al Fotógrafo, Lin la casa <strong>de</strong> Pipo, ¿me entien<strong>de</strong>?—Claro, claro, ya le copié, pero vea, dígale que me confirmeexactamente la fecha, porque tengo que prepararle todo paraevitar una sorpresa, ¿me copia?— ¡Sí, claro! confirme, confirme, el 13, pasado mañana.—OK, ya mismo le digo a mis amiguitos para que arreglentodo, pues finalmente el<strong>los</strong> son <strong>los</strong> que tienen que cuadrar lafiesta, las mujeres, el traguito, la música, todo.—Médico, dos cositas importantes: no invite al peludito (JulioFierro) ni a Gato Negro (Nicolás Bergonzoli), vaya sólito. Ustedsabe que el amiguito es muy <strong>de</strong>sconfiado con el<strong>los</strong>, mejor dicho,ni siquiera se tienen que enterar, ¿OK? La segunda cosita es queél va a ir, confiando en su palabra. Ojalá todo salga bien porquesu palabra está <strong>de</strong> por medio. Que no vaya a haber una sorpresa,mejor dicho, que la visita no se complique y <strong>de</strong> pronto pongana viajar a mi amiguito por allá bien lejos. Él lleva ropita pa' dosdías y pa' ese clima, que no lo vayan a poner a viajar a otro lado,¿me copia? —resumió <strong>El</strong> Costeño.—Sí, claro, viejo, no se preocupe, Nos vemos allá en dos días;me está llamando al numerito <strong>de</strong> allá por si algo cambia ¿OK?—Sí, yo tengo ese numerito anotado. Nos vemos y ya sabe:¡mucho cuidado!<strong>El</strong> Médico colgó, se volvió a recostar en la asoleadora junto ala piscina, se acomodó las gafas <strong>de</strong> sol y pensó en voz alta mientrasllenaba <strong>de</strong> nuevo su copa vacía <strong>de</strong> Pinot Grígio, su vino preferidopara esas situaciones: "Si algo sale mal y enredan a Rasguño, másme valdría no haber nacido porque <strong>los</strong> <strong>de</strong>l Norte acaban conmigo,mis siete generaciones anteriores y me pren<strong>de</strong>n la motosierra.¡Dios mío, que sea lo que tú quieras!".Dos días <strong>de</strong>spués Rasguño aterrizó en el aeropuerto <strong>de</strong> Tocumenen Ciudad <strong>de</strong> Panamá, don<strong>de</strong> lo esperaban el grupo 43<strong>de</strong> la DEA <strong>de</strong> Miami y <strong>los</strong> agentes <strong>de</strong> la DEA <strong>de</strong> Panamá, quienescreían que el personaje central <strong>de</strong> aquella reunión era <strong>El</strong> Costeño.<strong>El</strong><strong>los</strong> no tenían i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> quién era ese otro personaje cachetón,105


con gorra dé beisbolista v una pequeña dcetrla en ln mejilla.Es más, nunca lo supieron.La reunión se realizó en la suite presi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong>l hotel Marriot<strong>de</strong> Ciudad <strong>de</strong> Panamá, en el octavo piso. Había suficientecomida y sobre todo abundante café porque había mucho <strong>de</strong> quéhablar. <strong>El</strong> Médico, que se encontraba en la habitación contigua,<strong>de</strong>cidió entrar repentinamente para cerciorarse por sí mismo <strong>de</strong>que Rasguño y <strong>los</strong> oficiales <strong>de</strong> la DEA estuvieran ahí y que efectivamentenada diferente a la reunión hubiera pasado. Al cruzarla puerta que separaba una habitación <strong>de</strong> la otra encontró a suprotegido dando explicaciones sobre sus rutas, sus trabajadoresy sus socios.— ¡Eh, señor! a usted sí lo anestesiaron rapidito, le aplicaronmorfina pura directo a la vena. Al menos yo me <strong>de</strong>moré unasemana, pero usted ni un día..., dijo <strong>El</strong> Médico con su sonrisasocarrona.<strong>El</strong> Médico salió directamente por don<strong>de</strong> entró sin <strong>de</strong>jar queRasguño le replicara. Unas horas <strong>de</strong>spués, este lo habría <strong>de</strong> visitaren su habitación mientras se entretenía con las noticias locales.—Esto parece que va bien, esta gente es seria y tienen interésen lo que yo les estoy proponiendo (el <strong>de</strong>smonte total <strong>de</strong> lanarcoactividad en Colombia, comenzando con el norte <strong>de</strong>l Valle)—replicó Rasguño.—Usted que no me creía —respondió <strong>El</strong> Médico apagandoel televisor con su control remoto. Pa'que vea que con plata solucionamoscualquier problema.—Pero me ha llamado la atención que esta gente sabe muchísimo<strong>de</strong> nosotros, conoce a todo el combo, están muy biendocumentados y nos han hecho inteligencia <strong>de</strong> la buena. Quiénsabe cuánta gente tenemos infiltrada hace tiempo y ni siquierasabemos —contestó Rasguño.—Quién sabe, señor, uno nanea sabe —respondió <strong>El</strong> Médico.—Le cuento que <strong>los</strong> amíguitos <strong>de</strong> nosotros, <strong>los</strong> generales, tampocose quedan por fuera. A el<strong>los</strong> también les están siguiendo <strong>los</strong>pasos hace días y <strong>los</strong> tienen más que ubicados —explicó el capo.106Sefioc, el Fotógrafo quiere bablar con usted <strong>de</strong> la platica<strong>de</strong> la Biitz Gommission. ¿Qué le digo?•—Dígale que venga y lo aten<strong>de</strong>mos en la habitación. Salgamos<strong>de</strong> eso <strong>de</strong> una vez —respondió Rasguño.Minutos <strong>de</strong>spués, Baruch Vega llegó a la habitación e hizouna exposición amplia y <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> la organización que recibiríael dinero, el uso que le darían y <strong>los</strong> beneficios <strong>de</strong> tomar esecamino. No sin antes recalcarle a Rasguño que la primera reunión<strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> había sido todo un éxito y que <strong>los</strong> oficiales <strong>de</strong> la DEAse habían llevado una muy buena impresión <strong>de</strong> él. Luego vendríala parte dolorosa.—Señor Baruch, cuénteme pues^cuánto ha estipulado la BlitzCommission que <strong>de</strong>bo pagar para acce<strong>de</strong>r a estos beneficios—preguntó Rasguño.—Don Hernando, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un estudio muy <strong>de</strong>tallado yteniendo en cuenta su posición y su capacidad económica, el<strong>los</strong>han estimado un precio <strong>de</strong> 50 millones <strong>de</strong> dólares —respondióVega sin inmutarse.Hubo silencio total en la habitación, miradas nerviosas que secruzaban <strong>de</strong> un extremo a otro <strong>de</strong> la sala; <strong>El</strong> Médico miraba a <strong>El</strong>Costeño, <strong>El</strong> Costeño miraba a Rasguño, Rasguño miraba a Baruchy Baruch permanecía sereno, tranquilo intercalando su miradaentre su copa <strong>de</strong> vino y don Hernando. Parecía como si le estuvieradando el precio <strong>de</strong>l último mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Merce<strong>de</strong>s Benz.—Baruch, ¿no cree que se les fue la mano? —indagó Rasguño.—Usted sabe que no, señor. Eso no es nada para solucionar unproblema <strong>de</strong> vida. Este señor recibió una tarifa <strong>de</strong> diez millones.¿No cree usted que las tarifas son muy acor<strong>de</strong>s con la realidad?Yo sólo le puedo hablar <strong>de</strong> mi realidad, pero vea, vamos a haceralgo, comencemos con diez millones y cuando arriben mis <strong>de</strong>másamiguitos vamos cuadrando —propuso el narcotraficante.—Me parece bien, señor, en el camino vamos cuadrando.<strong>El</strong> día siguiente nuevamente fue extenso e intenso. llorasy horas <strong>de</strong> conversaciones sobre la trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l programa107


<strong>de</strong> sometimiento masivo y voluntario poi parte <strong>de</strong> <strong>los</strong> narcoscolombianos, Cuarenta y odio horas <strong>de</strong> diálogo faetón más quesuficientes para abrir las puertas <strong>de</strong>l entendimiento en ambos lados.Fe<strong>de</strong>rales y mañosos vislumbraban un futuro promisorio y lleno<strong>de</strong> éxitos en aras <strong>de</strong> un objetivo común: el <strong>de</strong>smantelamiento <strong>de</strong>la narcoactivídad en Colombia.16Esto es una maravilla• »' ;No todos <strong>los</strong> miembros <strong>de</strong> la DEA en Miami pensaban lomismo. En ese preciso instante el grupo 9 hacía cumplir unaor<strong>de</strong>n <strong>de</strong> arresto que un juez fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong>l Distrito Sur <strong>de</strong> la Floridahabía librado sobre todos <strong>los</strong> miembros <strong>de</strong> la organización<strong>de</strong> <strong>El</strong> Médico por la incautación en septiembre <strong>de</strong> 1999 <strong>de</strong> uncargamento <strong>de</strong> 500 kilogramos <strong>de</strong> cocaína en un expressway <strong>de</strong>North Miami Beach.Lejos <strong>de</strong> allí, ignorando lo que sucedía en Miami, <strong>El</strong> Medicoveía <strong>de</strong>colar el avión privado <strong>de</strong> Hernando Gome?, Bustamente hacíaun lugar <strong>de</strong>sconocido <strong>de</strong> la selvática República <strong>de</strong> Colombia.Vega y <strong>El</strong> Médico se dirigieron al aeropuerto <strong>de</strong> Panamá paravolar a Miami, pero el itinerario estaba retrasado. <strong>El</strong> Médicollamó a Miami a dar el nuevo horario para que lo recogieran,pero en respuesta su esposa le contó que la DEA había capturadoa todo su grupo.—Pero cómo que la DEA si yo estoy con la DEA acá. Los <strong>de</strong> laDEA son mis amigos, <strong>de</strong>be ser un error —respondió <strong>El</strong> Médico ycolgó presuroso.IOS109


Luego <strong>de</strong> confirmar lo miln noticio con ol ágante LarryCastillo, <strong>El</strong> Médico entendió his rivalida<strong>de</strong>s en el 8CHO dí la nilAy <strong>de</strong> todas las agencias fe<strong>de</strong>rales americanas y <strong>los</strong> tropiezos queestas Se causan constantemente. <strong>El</strong> grupo 9 <strong>de</strong> Miami no teníani i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que <strong>El</strong> Médico estaba en Panamá con <strong>los</strong> agentes <strong>de</strong>lgrupo 43 haciendo un acercamiento con un capo <strong>de</strong>l Norte<strong>de</strong>l Valle.—-Sólo te puedo <strong>de</strong>cir que algo está fuera <strong>de</strong> control. Miscompañeros en Miami me informaron lo sucedido y por ahoratú no pue<strong>de</strong>s ir conmigo porque tienes una or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> arresto.Si llegas al aeropuerto ni siquiera yo lo podré evitar —explicó elagente fe<strong>de</strong>ral.—Larry, esa or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> arresto estaba sin vigencia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> noviembre<strong>de</strong>l 99, cuando regresé con uste<strong>de</strong>s luego <strong>de</strong> la OperaciónMilenio —replicó <strong>El</strong> Médico, <strong>de</strong>scompuesto.—No, es una larga historia y ahora no te la puedo explicar.Vuelve a Colombia y llámame en cuatro o cinco días y yo te tendréalguna respuesta concreta. Lo único que te puedo <strong>de</strong>cir es queme voy a encargar <strong>de</strong> que tu gente salga lo más pronto posible.Voy a hablar con mis jefes y el<strong>los</strong> se van a encargar <strong>de</strong> todo, note preocupes.Así, cada cual volvió a su país con cara <strong>de</strong> pocos amigos,una gran preocupación y la corazonada <strong>de</strong> que algo andaba mal,muy mal.Dos días <strong>de</strong>spués, <strong>El</strong> Médico llegó nuevamente a la hacienda<strong>de</strong> Rasguño en Cartago y le contó que nadie le había dado unarespuesta satisfactoria.—Lo único que tengo claro es que toda mi gente está arrestadaen Miami. Son ocho en total y yo me salvé <strong>de</strong> chiripa porque llaméa mi casa antes <strong>de</strong> montarme al avión. Allá estaría preso con el<strong>los</strong>—-le explicó <strong>El</strong> Médico a Rasguño, que no entendía nada.Rasguño le dijo al Médico que se acercara y en tono bajo, casien secreto, le preguntó que si en el arreglo con <strong>los</strong> estadouni<strong>de</strong>nseshabía entregado a su gente.•—¿Cómo? —respondió <strong>El</strong> Médico, <strong>de</strong>subicado.110lí.s muy raro quu usted haya sido el único qua la ialvópor estar en Panamá conmigo, Si es así dígamelo para ver quépo<strong>de</strong>mos hacer.—Señor, ¿cómo se le ocurre una cosa <strong>de</strong> esas? Mi gente essagrada, no es negociable y jamás se me hubiera ocurrido unacosa <strong>de</strong> esas. Estoy igual <strong>de</strong> sorprendido que usted, créame queLarry me está averiguando qué pasó. Es más, usted pue<strong>de</strong> hablarcon Larry y que él mismo se lo diga.—Yo le creo, mijo, pero la verdad sí me pasó por la cabeza esai<strong>de</strong>a. Y-no sólo a mí. A más gente. Pero vea, cambiando <strong>de</strong> tema,¿será que me querían coger preso a mí también en Panamá?—No sé, señor, la verdad ya no sé ni qué <strong>de</strong>cir. Cada vez entiendomenos esto y cada vez me tiene más preocupado lo que todoel gremio está pensando: que yo entregué a mis trabajadores.\E1 asunto quedó ahí hasta que dos semanas <strong>de</strong>spués Vega secomunicó con <strong>El</strong> Médico.—Médico, le cuento que estoy con Larry, que quiere hablarcon usted. Quiero que sepa que su gente tiene abogados y lo quenecesitan. Están bien y sólo esperan que este malentendido se aclare—-le dijo Vega a <strong>El</strong> Médico y le anunció a Larry Castillo.—Helio, Médico, ¿how are you? •—-saludó el agente.—Fine, Larry. Cuéntame qué pasa con mi gente, qué pasaconmigo y con todo lo que planeamos. O es que todo era menticontestó<strong>El</strong> Médico en su inglés chapuceado, en el que <strong>los</strong>rainmigrantes conjugan plurales con singulares.—-Mira, Médico, esto es-una historia muy larga y complicaday no te la puedo explicar por teléfono. Sólo te puedo <strong>de</strong>cir algo:la libertad y la seguridad <strong>de</strong> tu gente <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rán <strong>de</strong> ti. Hayun gran malentendido con el grupo 9 y el único que lo pue<strong>de</strong>aclarar eres tú. Les prometí a mis jefes que tú te ibas a entregarpara comprobar que todo está bajo control. Si no, esto va a lucircomo que cada cual hace lo que le da la gana. Necesitamos quetú te entregues y continuemos con el plan original porque <strong>de</strong> locontrario lo que hablamos se va al piso. Confía en mí.111


I',I Médico le transmitió d oieniaje 0 Ratgufio siperahdo unconsejo sabio.—Pues, mijo, usted verá, finalmente es su <strong>de</strong>cisión, Larrytiene razón en algo: si usted no se entrega, hasta aquí llegó todo.Ya es hora <strong>de</strong> que alguien se tire al agua. Usted lleva tres mesespromocionando <strong>los</strong> arreg<strong>los</strong>. Acuér<strong>de</strong>se <strong>de</strong> la duda <strong>de</strong> su gente.Si usted no aclara eso va a quedar muy mal con todo el gremio yla duda siempre estará ahí.Lo único que <strong>El</strong> Médico tenía claro era que las cosas estabanpeor que al comienzo. Ahora no sólo <strong>los</strong> narcos <strong>de</strong> Colombia sabíanque él iba y venía <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> <strong>los</strong> policías <strong>de</strong> la DEA sinoque sus empleados estaban presos en Miami. No estaba entre laespada y la pared, estaba entre la espada, el cuchillo, el sable,la navaja, la motosierra y un muro lleno <strong>de</strong> clavos. <strong>El</strong> panorama nopodía ser más <strong>de</strong>salentador. Le tocaba entregarse voluntariamentea <strong>los</strong> agentes <strong>de</strong>l grupo 9 <strong>de</strong> Miami, cerrar <strong>los</strong> ojos y zambullirseen las turbulentas y <strong>de</strong>sconocidas aguas que lo ro<strong>de</strong>aban, con laesperanza <strong>de</strong> llegar a una orilla sano y salvo.<strong>El</strong> 9 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 2000, un Lear Jet 35 proveniente <strong>de</strong> Panamáaterrizó en el aeropuerto <strong>de</strong> Fort Lau<strong>de</strong>rdale con <strong>El</strong> Médico ysu abogado, don<strong>de</strong> lo esperaban <strong>los</strong> oficiales <strong>de</strong>l grupo 43 <strong>de</strong> laDEA. Luego, <strong>El</strong> Médico abordó la camioneta Lexus 300 <strong>de</strong> LarryCastillo y mientras se dirigían a comer algo en South Beach, estele hizo un pequeño resumen <strong>de</strong> la situación.—Médico, todo está bien, tranquilo. Lo que pasó es que elgrupo 9 tenía un Indictment Sealed, un enjuiciamiento selladocontra toda su gente y no lo <strong>de</strong>tectamos a tiempo. Ahora el<strong>los</strong>quieren controlarte a tí, pero mis jefes están cuadrando todo paraevitar eso. Te voy a llevar a don<strong>de</strong> el<strong>los</strong> y te les vas a entregar oficialmente,te van a hacer unas preguntas simples sobre tu caso yluego te van a llevar a la prisión <strong>de</strong> Miami. Mañana te llevan anteel juez y te leen <strong>los</strong> cargos, pasas el fin <strong>de</strong> semana en la prisión yel lunes o el martes, que tu fiscal ya este acá, te sacamos en fianzaa trabajar conmigo en nuestro proyecto,—Larry, ¿y mi gente? —preguntó <strong>El</strong> Médico.Eso también lo vamos ¡1 ceiolver, pero vaínoi por partes.Primero lo tuyo y luego <strong>los</strong> sacamos a el<strong>los</strong>,Hasta ahí todo sonaba muy fácil. Era un procedimientosencillo y no estaría nada mal conocer una prisión fe<strong>de</strong>ral porcinco días. "Sería una buena experiencia", pensaba <strong>El</strong> Médicoen silencio. Mientras cruzaban las atiborradas calles <strong>de</strong> SouthBeach, algo lucia diferente ahora. La playa se sentía lenta, pesada.¿Sería acaso algún presentimiento? Era mejor alejar esos ma<strong>los</strong>pensamientos y pensar que esto es una maravilla. Es mejor gastarel tiempo en pensar qué vino escogería al llegar a China Grillantes <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nar su ensalada <strong>de</strong> pato preferida.A las 11:30 p.m,, luego <strong>de</strong> una <strong>de</strong>liciosa comida y una sentimental<strong>de</strong>spedida <strong>de</strong> su amiga Cristina, que a su vez manteníainformado a La Flor, <strong>El</strong> Médico llegó al Headquarter <strong>de</strong> la DEAen el Doral, don<strong>de</strong> no tuvo problema en respon<strong>de</strong>r algunas preguntas<strong>de</strong> <strong>los</strong> agentes <strong>de</strong>l grupo 9. Luego <strong>de</strong> las fotos <strong>de</strong> rigor y<strong>de</strong> la sesión <strong>de</strong> huellas, <strong>El</strong> Médico fue conducido esa noche a laprisión <strong>de</strong> Miami don<strong>de</strong> durmió plácidamente.Al día siguiente, confiado, <strong>El</strong> Médico llegó a la Corte Fe<strong>de</strong>raldon<strong>de</strong> la hermosa fiscal Jackie Arango no se inmutó en pedir LifeOnly, es <strong>de</strong>cir, prisión <strong>de</strong> por vida para el colombiano.—Daniel, ¿cómo que Life Only? Yo no maté a nadie. Decileal juez que vine voluntariamente y que esto es un arreglo, que laDEA sabe todo —le dijo <strong>El</strong> Médico, muy asustado, a sú abogadoDaniel Forman,—Tranquilo, que todo está bien. Esto es normal —respondióe] <strong>de</strong>fensor en voz baja, sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> mirar al juez,—Cómo que tranquilo, Flaz algo Daniel. Esto ya no me estágustando. ¿No era que mi fiscal no estaba? Si está ahí pedile fianza,pedícela —-insistió <strong>El</strong> Médico al tiempo que sacudía el costosotraje Ermenegildo Zegna <strong>de</strong>l abogado, que le pidió pacienciaporque había que respetar el procedimiento.<strong>El</strong> lunes llegó, pero la fianza, no. Lo único que hubo ese díafue entrevistas con todo tipo <strong>de</strong> agentes <strong>de</strong> la DEA <strong>de</strong> Miami, <strong>de</strong>Nueva York, <strong>de</strong> Houston, <strong>de</strong> Los Ángeles, <strong>de</strong> Bogotá, el grupo112113


9, anallítai <strong>de</strong> Washington. Tbdoi taenoi süi amigoi <strong>de</strong>] grupo4* <strong>de</strong> la DEA,—Daniel, ¿don<strong>de</strong> está Larry, dón<strong>de</strong> está Baruch, qué pasacon,1a fianza? Estoy mamado <strong>de</strong> que me levanten todos <strong>los</strong> díasa las 4 a.m. y me metan a una celda cinco horas y luego me cojantodos <strong>los</strong> policías <strong>de</strong> todas las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mundo a preguntarmey preguntarme <strong>de</strong> atrás a a<strong>de</strong>lante, cíe a<strong>de</strong>lante a atrás, hasta las 6p.m. ¿Qué es esto, viejo? Esto no es lo que hablamos —le replicó<strong>El</strong> Médico a Forman, que ya no tenía más excusas para dar.Entre tanto el oficial Larry Castillo hacía todo tipo <strong>de</strong> promesasy compromisos con sus jefes para cumplir su palabra con<strong>El</strong> Médico y controlar <strong>de</strong> nuevo la situación. Pero las cosas noeran tan sencillas como todos se lo imaginaron porque algo rarose cocinaba allá arriba, en Washington.En su afán <strong>de</strong> no quedar mal con <strong>El</strong> Médico, Castillo citó aLa Flor en un Burger King <strong>de</strong> Coconut Grove con la intención<strong>de</strong> incluirlo como el primero en la lista <strong>de</strong> entregas voluntariasposteriores al Médico. La i<strong>de</strong>a era mostrar que el sometimiento <strong>de</strong>La Flor era gestión <strong>de</strong> <strong>El</strong> Médico para que sus jefes comenzarana ver resultados <strong>de</strong> la estrategia elaborada por ambos.—Bueno, Flor, ya nos conocemos. Ya sé quién eres y tengotodo tu perfil. Vas a ser el próximo, no te preocupes, estamosorganizando unos <strong>de</strong>tallitos <strong>de</strong> un caso previo que se está resolviendoy yo creo que la próxima semana nos reuniremos <strong>de</strong> nuevo—explicó el agente.Después <strong>de</strong> aceptar la estrategia, La Flor avanzó hacia suautomóvil Lexus blanco y en ese momento el oficial Castillopasó frente a él y levantó la mano en señal <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedida. "Estees un policía <strong>de</strong> verdad. Increíble, un agente <strong>de</strong> la DEA hablandoconmigo en Míami. <strong>El</strong> Médico tenía razón, <strong>de</strong>finitivamente ¡estoes una maravilla!", pensó La Flor, satisfecho.11417White Collar Critne<strong>El</strong> proceso <strong>de</strong> or<strong>de</strong>ño sistematizado que le estaban aplicandoal Médico continuaba sin <strong>de</strong>scanso en el Fe<strong>de</strong>ral Detention Center<strong>de</strong> Miami. Llevaba dos semanas <strong>de</strong> entrevistas y ya comenzabaa familiarizarse con <strong>los</strong> agentes <strong>de</strong> la DEA. Uno <strong>de</strong> esos días seacercó su abogado Forman y le dijo:—Ha surgido un pequeño problema. Estos señores son fiscalesque vienen <strong>de</strong> Washington y estos otros son agentes <strong>de</strong>l FBI <strong>de</strong>lsquad <strong>de</strong> White Collar Crime.—Y ¿eso qué es, Daniel? ¿Por qué el FBI? ¿Yo qué tengo quéver con el<strong>los</strong>? ,—Tranquilo, sólo respon<strong>de</strong> la verdad, que es lo único que teva a sacar ele este problema.—Pero si yo les he dicho la verdad <strong>de</strong> todo —replicó <strong>El</strong>Médico.—Sí, pero este es un tema diferente: Baruch Vega.—¿Qué pasa con Baruch?—Sólo respon<strong>de</strong>, no te preocupes'y recuerda: la verdad—insistió Forman.115


l'il Interrogatorio empezó e nbiente muy tenao y ;il i:il>*>cíe ocho o diez preguntas y cuando todo parecía ir bien, llegó lapregunta <strong>de</strong>l millón.—-Señor Ramón, ¿usted le está pagando algún dinero al señorVega por este proceso? —indagó el fiscal.Por el tono <strong>de</strong> la pregunta, <strong>El</strong> Médico pensó que quienes loindagaban no tenían i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> la Blitz Commissiony mucho menos <strong>de</strong> <strong>los</strong> 42 millones <strong>de</strong> dólares negociados por larendición <strong>de</strong> <strong>los</strong> mañosos que escaparon <strong>de</strong> la Operación Milenio.Entonces optó por guardar silencio.—No, sólo le dimos un millón <strong>de</strong> dólares para gastos <strong>de</strong> representación—respondió <strong>El</strong> Médico con una falsa serenidad.—Ok, señor Ramón. Escuche esto —intervino el fiscal y pusouna grabación que se inició con la voz <strong>de</strong> <strong>El</strong> Médico: "Sí, claro,nosotros estamos pagando 42 millones a Baruch y ya le hemosdado nueve, pero eso no es nada".Tierra, trágame, pensaba <strong>El</strong> Médico, petrificado.Después <strong>de</strong> unos minutos el fiscal <strong>de</strong>tuvo la grabación y lesugirió al Médico salir <strong>de</strong>l salón, pensar <strong>de</strong> nuevo, aclarar lamente y volver a empezar, claro, no sin antes explicarle que poresa mentirilla él se encargaría <strong>de</strong> hacerle pasar el resto <strong>de</strong> vidaen prisión. A no ser que <strong>El</strong> Médico cambiara la estúpida actitud<strong>de</strong> escon<strong>de</strong>r lo inescondíble.<strong>El</strong> Médico lo reconsi<strong>de</strong>ró <strong>de</strong> nuevo y <strong>de</strong>cidió <strong>de</strong>cir la verdadcon la esperanza <strong>de</strong> que al final la Blitz Commission pondría ensu sitio a ese fiscal principiante. La entrevista empezó <strong>de</strong> nuevo y<strong>El</strong> Médico no omitió <strong>de</strong>talle alguno <strong>de</strong> las negociaciones. Es más,se tomó confianza, la confianza que le daba ser uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> pocosnarcos aprobados por la Blitz Commission. Cuando <strong>El</strong> Médico hablópor tercera vez <strong>de</strong> la Blitz Commission el fiscal interrumpió.—Señor Ramón, yo no sé si en verdad usted es tan tontocomo para creer esa historia o lo está simulando —dijo el fiscal entono burlón. En verdad sí creo que es muy tonto pues ya pagaronnueve millones y sin embargo tiene un pie en el infierno. No veoa nadie <strong>de</strong> la tal Blitz Commission que le pueda ayudar. Tenga,tome mi teléfono y llame ¡i alguien <strong>de</strong> lu BHta Commission o asu ulu-hni central y dígales que yo, un simple y morhil !¡si¡il 11


I )us lloros tli'spiít'S, dt'sinunili/.itilo i'ii MI celda di' hi cárcel <strong>de</strong>Minmí, E] Médico, tmiy abatido, pensaba y peniaba; 'Tengo quetomar esa fianza, ya sea que me logre volar o que Baruch llamea su gente en Washington y le pongan or<strong>de</strong>n a todo este enredo.Estoy seguro <strong>de</strong> que la gente <strong>de</strong> Baruch es mucho más po<strong>de</strong>rosaque este baboso que trapeó su oficina conmigo. Casi me mata <strong>de</strong>un infarto. Espere a que lo llamen <strong>de</strong> Washington y lo puteencomo me puteó él a mí hoy. De verdad sólo quisiera quedarmepara ver cómo <strong>los</strong> <strong>de</strong> la Blítz Commission trapean el piso con élpor haberme amenazado así.18 •Criminal Complaint..Larry Castillo, en su condición <strong>de</strong> suspendido bajo investigación,ya calculaba la dimensión <strong>de</strong> la catástrofe que se avecinaba.Como pudo le hizo líegar el mensaje a La Flor para que <strong>de</strong>sapareciera<strong>de</strong>l mapa lo antes posible. Lo menos que necesitaba era otronarco colombiano preso bajo las garras <strong>de</strong>l Whüe Collar Crimetratando <strong>de</strong> usarlo en su contra.—Larry te manda a <strong>de</strong>cir que te perdás <strong>de</strong> Miamí, déla Floriday <strong>de</strong> <strong>los</strong> Estados Unidos, Hay un problema serio y él no quierecomplicarte, es mejor que te vayas para evitar sorpresas —le dijoCristina, a quien Castillo le hizo llegar el mensaje.-—¿Por qué? ¿Qué pasó? ¿Qué pasó con <strong>El</strong> Médico? ¿Quépasa con Larry?—Hay un problema, eso es todo lo que él te pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir. Cuandose solucione él te lo hace saber, por lo pronto vete y rápido.—¿Qué tan rápido?—-No sé qué estás haciendo aquí; creí que ya te habías ido—concluyó Cristina y La Flor no dudó un instante en viajar <strong>de</strong>Miami a Ciudad <strong>de</strong> México.118119


Quines días dospuéi, al ID «. I «u- marzo <strong>de</strong> 2000, <strong>El</strong> Médico salió<strong>de</strong> lacáred bajo íian/a. Pero MUS planes <strong>de</strong> i U^U t|uedaton irimcadospor una llamada que recibió media hora <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> sal ir <strong>de</strong> laprisión: su primo Óscar Campuzano, su socio, su amigo, otro <strong>de</strong><strong>los</strong> fugitivos <strong>de</strong> la Operación Milenio, acababa <strong>de</strong> ser capturadopor la DEA en su apartamento rentado en Miami.Campuzano había salido <strong>de</strong> su refugio seguro en Orlando,Florida, para hablar con <strong>El</strong> Médico y aclarar cómo y cuándo seríasu sometimiento voluntario. En ese instante, el agente KevínByrnes <strong>de</strong>l grupo 9 <strong>de</strong> la DEA transportaba a Campuzano en suauto hacia el Headquarter <strong>de</strong> la DEA en <strong>El</strong> Doral y autorizó queel <strong>de</strong>tenido llamara a su primo, <strong>El</strong> Médico.—Primo, estoy con el agente Kevin Byrnes <strong>de</strong> la DEA. Me capturaron,¿qué hago?— ¡Hijueputa, qué sal tan hijueputa! Viejo, diga la verdad,la verdad <strong>de</strong> todo y quiero que sepa que lo <strong>de</strong> Baruch es puramierda. Eso es una farsa, olvídate <strong>de</strong> eso que yo estoy aclarandotodo y por lo pronto di sólo la verdad. <strong>El</strong><strong>los</strong> ya sabían muchascosas <strong>de</strong> nosotros y las que no sabían ya se las dije, así que no haynada que <strong>de</strong>bas ocultar y fresco que voy a hacer todo lo posiblepara sacarte en fianza.—Primo, no me vayas a <strong>de</strong>jar acá botado, por favor, sácamela fianza, no te vayas a olvidar <strong>de</strong> mí —concluyó Campuzano. Enese instante <strong>El</strong> Médico concluyó que no podía fugarse y <strong>de</strong>jar a suprimo botado. La única opción era esperar que todo se aclararacuanto antes.<strong>El</strong> Médico fue a la oficina <strong>de</strong> su abogado Forman con la esperanza<strong>de</strong> escuchar lo que quería: que esa gente <strong>de</strong>l FBI no eranadie y que Baruch y su Blitz Commission iban a aclarar todo.—Médico, sólo puedo <strong>de</strong>cirte que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio yo teníamis <strong>de</strong>sacuerdos con Baruch y Román —explicó Forman y <strong>El</strong>Médico quedó <strong>de</strong>sinflado.—Daniel, por qué no me lo dijiste en Panamá antes <strong>de</strong> montarmeal avión; si yo sé eso no me entrego.•MédicO) no le estoy diciendo que te equivocaste al venir,sólo que las cosas no oran tan sencillas como <strong>de</strong>cía Baruch.En este momento sólo te puedo aconsejar que no le vayas a fallaral FBI, con el<strong>los</strong> no se juega.<strong>El</strong> Médico salió <strong>de</strong> la oficina con la moral por el piso perocon la esperanza <strong>de</strong> que Baruch aclararía todo. Eso ocurrió muyrápido porque dos días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> recibir la fianza <strong>los</strong> agentes<strong>de</strong>l FBI Jones y Naramore lo llamaron.—Médico, llama a Baruch a su celular porque llegó a Miami.Está en su apartamento <strong>de</strong> Lincoln Road, así que llámalo ycoordina una cita para hablar personalmente con él.<strong>El</strong> Médico habló con Vega y se reunieron ese mismo día conla supervisión <strong>de</strong>l FBI y con <strong>los</strong> pantalones <strong>de</strong> <strong>El</strong> Médico llenos<strong>de</strong> cables y grabadoras.Inicialmente <strong>El</strong> Médico sintió que estaba siendo <strong>de</strong>sleal consu amigo Baruch, ese milagroso personaje que había aparecidoen su vida con una varita mágica, con la capacidad <strong>de</strong> borrar suturbulento pasado y limpiar <strong>de</strong> raíz todos <strong>los</strong> pecados relacionadoscon la narcoactividad.Pero tampoco era fácil engañar a <strong>los</strong> habilidosos agentes <strong>de</strong>l FBI,que conocían muy bien su trabajo. Un sólo error <strong>de</strong> parte <strong>de</strong>lMédico acabaría con la confianza que habían <strong>de</strong>positado en él ycon seguridad tendría que verse <strong>de</strong> nuevo con su nada amigablefiscal <strong>de</strong> Washington, repitiéndole: "Le di la oportunidad y ustedla <strong>de</strong>spreció, así que ahora, pase el resto <strong>de</strong> su vida en prisión".La reunión comenzó con esa mezcla ambivalente <strong>de</strong> sentimientos,pero muy rápido Baruch <strong>de</strong>finió la posición <strong>de</strong>l Médico.—Baruch, ¿qué fue lo que pasó? ¿Cuál fue la <strong>de</strong>mora <strong>de</strong> mifianza?—Viejo, pasó que la fiscal no había recibido la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>s<strong>de</strong>Washington <strong>de</strong> la Blitz Commission porque hubo un problemitacon el dinero. Imagino que ya sabrás que Rasguño, mientras túestuviste en prisión, comenzó a hacerme transferencias por cuatromillones. Unas entraron y otras no, así que hemos estado súperocupados con eso. Finalmente, hace tres días le notifiqué a tu120 121


IISCÜI como [o planeamos y ¡ilioni estamos lisios paro seguir contodo nuestro programa.—Bamch,y ¿Larry? ¿Dón<strong>de</strong> está que no me contesta? —indagó<strong>El</strong> Médico.—<strong>El</strong> grupo 43 está en Italia, organizando otro casito quetenemos allá <strong>de</strong> otro personaje que también se quiere entregar.Estuve con el<strong>los</strong> la semana pasada y luego me tuve que ir a Méxicoa tomar unas fotos para la portada <strong>de</strong> la revista <strong>El</strong>le,La respuesta <strong>de</strong> Vega apagó la íucecita <strong>de</strong> esperanza que aúnle quedaba al Médico porque confirmó que le estaba mintiendo<strong>de</strong>scaradamente y sin ninguna consi<strong>de</strong>ración. Todo era falso, <strong>los</strong>agentes <strong>de</strong>l FBI estaban en lo cierto y Vega era un timador. Asíque <strong>El</strong> Médico se propuso <strong>de</strong>senmascarar a Vega y <strong>de</strong> paso recuperarla platica que este le había quitado. Sin contar que a base<strong>de</strong> engaños y promesas lo había metido en la boca <strong>de</strong> semejantemonstruo como es el sistema judicial americano,—Ok, Baruch, ¿cuándo voy a ver a <strong>los</strong> <strong>de</strong> la Blitz Commission?—preguntó <strong>El</strong> Médico sentándose frente a él muy cerca, para quela grabadora <strong>de</strong>jara registro fiel <strong>de</strong> ese momento,—Esta semana, no te preocupes, esta semana me acompañasa Washington.—Claro que sí, Baruch, claro que te acompaño, <strong>de</strong> eso sípue<strong>de</strong>s estar seguro. No sabes lo ansioso que estoy por conocera toda esa gente.Sólo tres semanas <strong>de</strong> reuniones, grabaciones y citas monitoreadaspor el FBI necesitó <strong>El</strong> Médico para concluir que la BlitzCommission sí existía, pero que esas no eran sus funciones y,segundo, Vega no tenía acceso a ninguno <strong>de</strong> sus miembros. A<strong>de</strong>másen todos sus esquemas no existían ni agentes, ni fiscales, nijueces involucrados; todos eran personajes imaginarios que Vegamencionaba con frecuencia para apuntalar su pantomima.La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que ese dinero iría a financiar la guerra anticomunistaen Colombia tampoco era <strong>de</strong>l todo falsa. Sólo que elconducto no era la Blitz Commission sino Nicolás Bergonzoli yJulio Fierro, quienes representaban el papel <strong>de</strong> ésta y recibían el12266% <strong>de</strong> <strong>los</strong> pagos <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> narcos, <strong>de</strong> <strong>los</strong> cuales 3Í% remitían aDon Berna y a Car<strong>los</strong> y Vicente Castaño como cuota <strong>de</strong> seguridad,para que ningún narco osara reclamar posteriormente. <strong>El</strong> otro33% era <strong>de</strong>stinado para una causa realmente noble: aportes proretiro anticipado para un fotógrafo jubilado, que ele esa maneraviviría cómodamente en las playas <strong>de</strong> la Florida a costa <strong>de</strong> idiotasque les dieron millones pensando que esa era la única manera <strong>de</strong>exculpar sus pecados,Finalmente, el 28 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 2000, Baruch Vega y RománSuárez fueron arrestados bajo un Criminal Complaint <strong>de</strong> doscargos: obstrucción a la justicia y lavado <strong>de</strong> dinero proveniente<strong>de</strong>l narcotráfico.En el periódico local publicaron que un informante le habíatendido una trampa y grabado a Baruch Vega para ponerlo enprisión. Inmediatamente, Fierro y Bergonzoli regaron como pólvoraen el gremio <strong>de</strong> <strong>los</strong> narcos y <strong>de</strong> las auto<strong>de</strong>fensas la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>que el informante era Car<strong>los</strong> Ramón Zapata, alias <strong>El</strong> Médico, elmismo que había estado tres meses en prisión, <strong>de</strong> finta en finca, <strong>de</strong>reunión en reunión, promoviendo a Baruch Vega como el salvadory re<strong>de</strong>ntor <strong>de</strong>l gremio. <strong>El</strong> mismo que sólo se <strong>de</strong>moró tres semanasen voltearse y acabar con el sueño <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> narcos en Colombia<strong>de</strong> terminar sus días plácidamente en las playas <strong>de</strong> la Florida alcabo <strong>de</strong> un generoso acuerdo con el gobierno americano.Pero Fierro y Bergonzoli no explicaron que <strong>El</strong> Médico habíaacabado con su negocio personal y que había salvado a <strong>los</strong>cabecillas <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle <strong>de</strong> caer en la mayor redada que lasautorida<strong>de</strong>s estadouni<strong>de</strong>nses le hubieran podido ten<strong>de</strong>r a cartelalguno.La noticia llegó a todos <strong>los</strong> confines <strong>de</strong>l planeta, incluidoCancún, don<strong>de</strong> La Flor había encontrado refugio seguro.—¿Qué hubo, panita? ¿Supiste que todo el arreglo <strong>de</strong>l fotógrafovoló a la mierda? Era el negro Asprilla <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cárcel LaPicota en Bogotá, quien llamó a La Flor para comentar la noticia<strong>de</strong>l día en el mundo <strong>de</strong> la mafia.— Sí, eso he leído en <strong>los</strong> periódicos. ¡Qué mierda, panita!123


Imagínate, dizque llegó un hijucputa <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llfo y se lestorció porque no le gustó algo y <strong>los</strong> hizo capturar ¡i todos. Quésapo hijueputa ese Médico. ¿Vos lo conociste?—No, panita, creo saber quién es. Era un mancito <strong>de</strong> Miamique vivía en mi edificio, pero la verdad no lo tengo bien claro; loque sí le digo, viejo, es que eso no era la maravilla que parecía.De eso tan bueno no dan tanto. En Miami no me aparezco pornada; ese parche allá se puso reporoso y uno no sabe quién esquién. Mejor me quedo por acá con mis sombrerones; esto noestá <strong>de</strong>l todo mal y sobre todo es muchísimo más seguro que eseverguero en Miami •—respondió La Flor, cortante.Toda esa olla podrida se <strong>de</strong>stapó en sólo cuestión <strong>de</strong> quincedías; un esquema inteligentemente montado por Baruch Vegaquedó al <strong>de</strong>scubierto. Efectivamente parte <strong>de</strong> <strong>los</strong> elementos que él<strong>de</strong>scribía eran ciertos, pero otros sólo existían en su imaginacióny una vez más se <strong>de</strong>mostraba que no hay nacía más sólido que unamentira acuñada con media verdad.Los nombres que utilizaba, el conocimiento personal <strong>de</strong>agentes <strong>de</strong> diferentes agencias fe<strong>de</strong>rales, fiscales, jueces y hasta laexistencia <strong>de</strong> la Blitz Commíssion eran reales; pero todos organizadosen funciones inexistentes y <strong>de</strong> una manera fantasiosa, queamarraba esta elaborada tramoya como si fuera la más sólida <strong>de</strong>las verda<strong>de</strong>s. Cualquiera podría averiguar si este agente, este fiscalo este juez realmente existieron o si este era su cargo actual; loque no se podía confrontar era que él hiciera parte <strong>de</strong>l supuesto"team" <strong>de</strong> apoyo <strong>de</strong> Baruch Vega. Sólo se podía confiar en la palabra<strong>de</strong>l Fotógrafo, ya que con su experiencia y seguridad, envolvíaa <strong>los</strong> incautos narcos que jamás habían tenido contacto con unaagencia fe<strong>de</strong>ral americana y menos la cantidad <strong>de</strong> intríngulis <strong>de</strong>po<strong>de</strong>r y política que al interior <strong>de</strong> éstas existe.La forma <strong>de</strong> presentación a <strong>los</strong> narcos también era brillante,insinuar que <strong>de</strong> algún modo se estaba sobornando o comprandola confianza y voluntad <strong>de</strong> estos oficíales americanos era lo i<strong>de</strong>al,para la idiosincrasia <strong>de</strong>l narco acostumbrado a comprarlo todopor arboroso que fuera. Si Baruch hubiera expuesto su programadiciendo que todo esto cni grai Is, i¡nr no había que pagarle ¡i n¡idio, [uies nadie le hubiera creído, era precisamente esc elementoturbio lo que lo hacía más atractivo parala retorcida mentalidad<strong>de</strong> <strong>los</strong> narcos.En cuanto a la cooperación, la relación con ios agentes era tanamistosa, que la información era igualmente extraída pero conanestesia y para cuando el narco entendía lo que estaba haciendo,ya estaba más al lado <strong>de</strong> <strong>los</strong> oficiales que <strong>de</strong> <strong>los</strong> narcos. Era comoun embudo <strong>de</strong> ganado que comienza amplio y cómodo, en élusted pue<strong>de</strong> cambiar su rumbo a necesidad, pero a medida queavanza se vuelve más estrecho y finalmente cuando usted trata<strong>de</strong> <strong>de</strong>volverse ya no pue<strong>de</strong>, está atrapado: LI cruza en línea <strong>de</strong> noretorno" y ya es imposible volver <strong>de</strong> nuevo, a<strong>de</strong>más Baruch olvidócomentar algunos <strong>de</strong> <strong>los</strong> más insignificantes <strong>de</strong>talles <strong>de</strong>l proceso,como que <strong>los</strong> papeles <strong>de</strong>l estatus migratorio no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> el<strong>los</strong>,sino <strong>de</strong> otra agencia que odia todo ese tipo <strong>de</strong> arreg<strong>los</strong> y hacetodo lo posible por convertir su vida en una pesadilla.Tampoco comentó que <strong>de</strong> una u otra forma, todo el mundoy en especial el gremio <strong>de</strong>l narcotráfico termina sabiendo qué eslo que usted está haciendo y acaba por ser el enemigo públiconúmero uno <strong>de</strong> todos ios gremios en general, porque nadie perdonaa un narco arrepentidoLa versión Hollywood <strong>de</strong>l crossover terminó en fiasco, en unapequeña burbuja comercial privada que vendía a precios exorbitantes<strong>los</strong> más preciados y retorcidos sueños <strong>de</strong> cualquier narco:libertad, po<strong>de</strong>r, dinero, impunidad... Los narcos en Colombiaperdieron su horizonte momentáneamente aún encandiladospor tan pasajero fulgor. Al cabo <strong>de</strong> un tiempo, <strong>El</strong> Médico fuesentenciado. Tras un par <strong>de</strong> reducciones en su sentencia porcolaboraciones con la justicia americana, recobraría su liberta<strong>de</strong>l 14 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 2005.124 125


19Crossover criollo<strong>El</strong> panorama en Colombia era mucho más alentador paraalgunos <strong>de</strong> <strong>los</strong> personajes que integraban el cartel <strong>de</strong>l Norte y enespecial para aquel<strong>los</strong> que se habían entregado voluntariamente amediados <strong>de</strong> 1996 para pasar una corta temporada <strong>de</strong> vacacionesen las cárceles <strong>de</strong> máxima comodidad escogidas por el<strong>los</strong> mismosy bajo las condiciones que estos exigían.Aunque <strong>los</strong> procesos <strong>de</strong> sometimiento voluntario corríanparalelamente en Estados Unidos y Colombia, había una pequeñadiferencia: <strong>los</strong> que se entregaban en Estados Unidos erancatalogados como seres <strong>de</strong>spreciables y estigmatizados comointegrantes <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> <strong>los</strong> sapos, un remoquete <strong>de</strong>nigrante quehacía alusión a su cuadre <strong>de</strong> cuentas con el gobierno americano.En cambio, <strong>los</strong> que se entregaban en Colombia, previa concertacióncon algunas autorida<strong>de</strong>s colombianas, eran ciudadanosadmirables que <strong>de</strong>mostraban un claro interés en corregir suserrorcil<strong>los</strong> <strong>de</strong>l pasado.De ahí sus comodida<strong>de</strong>s: celdas especiales, servicios <strong>de</strong> seguridadprivada en la cárcel, equipos <strong>de</strong> comunicación, risitassin control ni limiu-s, lucias lorprea&s salidas durante le noche ycegreso antes <strong>de</strong>l cambio <strong>de</strong> guardia y en íin, toda la gama <strong>de</strong> lujosque el dinero en Colombia pue<strong>de</strong> comprar, Pero, no contentoscon ello, obtenían penas irrisorias con las cuales saldaban sus<strong>de</strong>udas con la sociedad.<strong>El</strong> primero <strong>de</strong> este selecto grupo <strong>de</strong> personajes fue JuanCar<strong>los</strong> Ortiz Escobar, Cuchilla, que salió libre luego <strong>de</strong> un cortoperiplo <strong>de</strong> 48 meses por las prisiones <strong>de</strong> Villahermosa, Palmiray La Picota. Allí lo único que hizo fue afianzar sus víncu<strong>los</strong> conel narcotráfico.Mientras estuvo en Villahermosa con Víctor Patino y JorgeAsprilla gozó <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> períodos más productivos porquecoordinó con el<strong>los</strong> múltiples envíos <strong>de</strong> cocaína hacia las costasmexicanas por vía marítima. Asprilla y Patino eran en ese momento<strong>los</strong> reyes <strong>de</strong>l Pacifico.En Palmira sus relaciones comerciales fueron nada más y nadamenos que con Pacho Herrera. Luego, cumpliendo sus <strong>de</strong>seos,fue trasladado a La Picota para reunirse con Nelson Urrego y <strong>los</strong>hermanos Rodríguez Orejuela, con quienes afianzó una amistad<strong>de</strong> vieja data que les alcanzó incluso para reactivar viejas rutas <strong>de</strong><strong>de</strong>l narcotráfico en compañía <strong>de</strong>l restante clan <strong>de</strong> <strong>los</strong> Herrera.Esta alianza <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nó la ira <strong>de</strong> <strong>los</strong> capos <strong>de</strong>l Norte, quevieron amenazada la integridad <strong>de</strong> su propio cartel. En abril <strong>de</strong>2000 Cuchilla pisó las calles <strong>de</strong> la ciudad, pero no porque en eltiempo que estuvo en prisión no lo hubiera hecho. La diferenciaera que ya había saldado su <strong>de</strong>uda con la sociedad y tenía en susmanos un documento legal que así lo <strong>de</strong>mostraba.<strong>El</strong> segundo en salir <strong>de</strong> prisión, en junio <strong>de</strong> 2000, fue JuanCar<strong>los</strong> Ramírez Abadía, Chupeta, cuya pena no superó <strong>los</strong> 50meses. Su tiempo transcurrió entre Villahermosa, en compañía<strong>de</strong> Asprilla, Patino y Cuchilla. Él hizo construir y a<strong>de</strong>cuar unpabellón <strong>de</strong> máxima seguridad en la prisión <strong>de</strong> Buga don<strong>de</strong> erael único recluso. Estaba sólo y gozaba <strong>de</strong> exclusividad total; celdacon todos <strong>los</strong> lujos, habitación para sus escoltas y hasta sala <strong>de</strong>espera con televisor y DVD para las visitas.126 127


, Fernando I tenao, Miguel Solancyt Ihepe Puello,<strong>los</strong> narcos que er) Miiniii se <strong>de</strong>cían poseedoras dí ln verdad, <strong>los</strong>únicos con acceso a esa varita mágica llamada borrón y cuentanueva, -eran fieles seguidores <strong>de</strong> la versión light <strong>de</strong>l crossoveramericano. Pero tenían claro que su grupo era muy pequeño,que si querían sobrevivir e imponer su opción como la única yverda<strong>de</strong>ra, <strong>de</strong>berían atraer a <strong>los</strong> más importantes y po<strong>de</strong>rososcabecillas <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle.Un buen candidato para engrosar la exclusiva lista <strong>de</strong> caposya no capos era José Ramón Quintero Bustamante, La Remáquina,cabeza sobresaliente <strong>de</strong>l ala financiera <strong>de</strong> Várela. Este personajeaceptó entrevistarse en Costa Rica con el agente <strong>de</strong>l FBI HankTwehues. Dos días fueron suficientes para que el agente <strong>de</strong>l FBI leexplicara a Quintero las ventajas y las obligaciones que asumiríasi se unía al grupo.La Remáquina regresó a Colombia a mediados <strong>de</strong> 2000 paraanalizarla propuesta, pero el arresto <strong>de</strong> su socio Jairo García, <strong>El</strong>Mocho García, interrumpió el proceso porque la <strong>de</strong>tención confines <strong>de</strong> extradición corrió por cuenta <strong>de</strong>l agente Twehues, justamentecon quien había hablado, meses atrás, en Costa Rica.La Remáquina corrió a reunirse en la cárcel con García. Después<strong>de</strong> evaluar lo ocurrido, no les quedó duda <strong>de</strong> que el <strong>de</strong>latorhabía sido su yerno, el esposo <strong>de</strong> su hija, Gonzalo Echeverri,prestante informante <strong>de</strong>l agente <strong>de</strong>l FBI, conocido en el gremiocomo <strong>El</strong> Calvo Gonzalo o <strong>El</strong> Soldado. En febrero <strong>de</strong>l año siguientealguien citó al Calvo Gonzalo a una reunión en la hela<strong>de</strong>ríaMimos <strong>de</strong> Buga y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces nadie más lo volvió a ver con osin vida, simplemente <strong>de</strong>sapareció.Bajo <strong>los</strong> efectos <strong>de</strong>l licor, Quintero se ufanaba <strong>de</strong> haber vengadola traición a su socio y <strong>de</strong> haber conseguido que el traidorconfesara su falta. Ya no habría nadie que lo pudiera acusar ante<strong>los</strong> americanos y no correría la misma suerte <strong>de</strong> su socio. Comomedida <strong>de</strong> precaución, La Remáquina suspendió cualquier contactocon el agente <strong>de</strong>l PEE;Mifin I;IH Peinando I lamo gozaba di- su libertad, en el V;ilknnevi<strong>de</strong>nte que las dMsion.es crecían día a día y cada capo secreía con la suficiente autoridad, autonomía y antigüedad paraautoproclamarse jefe único y sucesor <strong>de</strong> Orlando Henao en eltrono <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle.Várela se sentía su here<strong>de</strong>ro directo y se ufanaba <strong>de</strong> contarcon el apoyo <strong>de</strong> Danilo González y Tocayo, pero también sabíaque el nuevo jefe podría ser Fernando Henao, el único <strong>de</strong> <strong>los</strong>hermanos que agrupaba las virtu<strong>de</strong>s malvadas y la mala sangreque corría por las venas <strong>de</strong> <strong>los</strong> Henao, Pero Várela no sabía quelo que menos quería Henao en su vida era coger ese bravio toropor <strong>los</strong> cuernos porque él sólo pensaba en cómo salir con vida ycon platica <strong>de</strong> la hecatombe que se veía venir. Por eso, su nuevaciudad, Miamí, era i<strong>de</strong>al.Al mismo tiempo, Rasguño y Víctor Patino se sentían la duplamás po<strong>de</strong>rosa y capacitada para dirigir <strong>los</strong> <strong>de</strong>stinos <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>rosocartel. Su antigüedad, experiencia, capacidad militar, po<strong>de</strong>r económicoy capacidad <strong>de</strong> convocatoria, <strong>los</strong> hacía a sus ojos, perfectosy más que merecedores para ocupar el cargo. Iván Urdinola, sinesperanzas <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> la cárcel, ni sumaba ni restaba. A DiegoMontoya poco le interesaba esa posición porque su único objetivoera aumentar su po<strong>de</strong>r económico y militar.Así surgieron dos corrientes que empezaron a buscar aliadospara apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong>l cartel: Várela y Tocayo <strong>de</strong> un lado y Rasguñoy Patino <strong>de</strong>l otro.128129


- 20Se putió la vueltaIván Urdinola salió <strong>de</strong> su celda una mañana <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 2000a tomar algo <strong>de</strong> sol porque el guayabo que le produjo la fiesta <strong>de</strong>la noche anterior era más fuerte <strong>de</strong> lo normal. En <strong>los</strong> últimos díashabía sentido que no aguantaba tanto licor como antes y que lasresacas eran cada vez más violentas. "Me estoy volviendo viejo",les reconoció a otros reclusos y se lamentó porque aún no salía <strong>de</strong>la prisión, don<strong>de</strong> había permanecido por más <strong>de</strong> ocho años.Cuando se dirigía al patío principal <strong>de</strong> La Picota vio a Florecitaen compañía <strong>de</strong>l Negro Asprilla,—Florecita, Florecita, hijueputa, este guayabo me va a matar.—Hola, señor, ¿cómo amanece? —respondió La Flor <strong>de</strong>s<strong>de</strong>el extremo <strong>de</strong> la escalera al tiempo que cambió <strong>de</strong> rumbo parair a saludar a Urdinola.—Venga, mijo, venga le pregunto una cosita. ¿Usted se havisto con Fernandito Henao en Miami? —indagó el capo <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> llevar a La Flor hacia un rincón.—Pues, señor, la verdad es que lo he visto una que otra vez,pero <strong>de</strong> lejos.•—Dígame l¡i verdad, ¿Usu-d también anda ui esa maílcádaen que midan Miguel Solano, Ghépe Fuello y Fernando? ¿Eso<strong>de</strong> estar hablando con <strong>los</strong> tombos allá arriba?—No, señor, créame que no, no tengo nada que ver con eso.Yo voy poco a Miami porque vivo casi todo el tiempo en México—respondió La Flor, evasivo.— ¿Usted pue<strong>de</strong> hablar con Fernando? Dele a Fernando estemensaje tal y como se lo voy a dar, pero no me le cambie ni unasola palabra —dijo Urdinola, misterioso.—Claro, señor, yo lo localizo.—-Dígale a ese maricón que se venga ya mismo a hablar conmigo,¿que si me va a <strong>de</strong>jar matar acá sólo? —explicó Urdinola yLa Flor no entendió el significado <strong>de</strong> esas palabras.La Flor partió rumbo a México y <strong>de</strong>spués a Miami con la intención<strong>de</strong> llevar el mensaje, pero se llevó una sorpresa cuando <strong>El</strong>Negro Asprilla lo llamó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cárcel y le contó que esa mañanaUrdinola había <strong>de</strong>sayunado con Fernando Henao.—Yo lo saludé y quedó <strong>de</strong> pasar a mi celda más tar<strong>de</strong> o mañana—relató Asprilla.—Maricón ese. Y yo buscándolo por acá en Miami, ¡quéputería! —respondió La Flor, indignado.—Panita, usted ya sabe, ya se lo he dicho, no le dé la espaldaa Fernando Henao que él lo lleva redoblado a usted y <strong>de</strong> prontole hace una cagada por allá —resumió Asprilla.La Flor no supo que Henao había viajado <strong>de</strong> urgencia a Colombiaa petición <strong>de</strong> Rasguño y Víctor Patino y que <strong>de</strong> inmediatose dirigió con su hermano Arcángel a la finca <strong>El</strong> Vergel don<strong>de</strong>lo esperaban <strong>los</strong> capos. Después <strong>de</strong> un corto saludo, Rasguñohabló sin titubeos.—Fernando, usted sabe que nos hemos querido como hermanos,especialmente con su hermanito el Mochito. Des<strong>de</strong> la muerte<strong>de</strong> Orlando me he encargado <strong>de</strong> que nadie se atreva a meterse conla familia Henao; Víctor y yo hemos tratado <strong>de</strong> poner or<strong>de</strong>n en elNorte, pero como siempre por algún lado sale Várela, que hacelo que le da la gana. Ahora anda subidito porque le ha pegado130


dos o i ros putaclitflí ¡i Los Pachol, Eso, Pernandhó, nos tiene muymolestos porque si siguí: así, le va ;i dar por tirarnos. Su hermanoOrlando mandó matar a Pacho Herrera y vea que terminó acribilladoa <strong>los</strong> ocho días. Mijo, vamos a arrancar contra Várela ynecesitamos que usted nos ayu<strong>de</strong>, que se haga <strong>de</strong> nuestro lado yque le ponga una cita en una finca suya. Estamos seguros <strong>de</strong> quea usted sí le copia. Necesitamos que usted lo saque a una fínquitapara po<strong>de</strong>r hacerle la vuelta sin mucha murga, ¿sí me entien<strong>de</strong>?—Ya entendí, Don Hernando. En este viaje es un poco difícilporque no me puedo <strong>de</strong>morar en Colombia más <strong>de</strong> dos días,por lo <strong>de</strong> mi proceso; tengo que estar en Miami pasado mañana,pero sin embargo cuente conmigo, Apenas termine una cositaallá arriba vengo a ponerme en esa tarea 100% con uste<strong>de</strong>s.Es más, le voy a enviar razones a Várela para endulzarlo porque laverdad hace rato no lo veo ni sé dón<strong>de</strong> está —respondió FernandoHenao tratando <strong>de</strong> hacerle el quite a la trampa mortal que Patinoy Rasguño le habían tendido.—Está bien, mijo, cuento con usted, no se <strong>de</strong>more mucho porallá para que finiquitemos ese tema y no le <strong>de</strong>mos muchas largas¿le parece? —respondió Rasguño con algo <strong>de</strong> incredulidad.Después <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedirse, Henao se dirigió al aeropuerto <strong>de</strong>Cartago en compañía <strong>de</strong> Guillermo Anduquia, Fósforo, su incondicionalescolta y compañero <strong>de</strong> <strong>de</strong>sventuras.—Te das cuenta, Fósforo, por qué no quiero estar acá. Estose está volviendo una mierda porque no se sabe quién es quién niquién está contra quién. Aquí es todos contra todos y todos contrauno. Des<strong>de</strong> que mí hermanito Orlando murió, esta maricada va<strong>de</strong> culo... aquí no hay or<strong>de</strong>n. Fósforo, localiza a Várela y <strong>de</strong>cileque yo me <strong>de</strong>volví para Miami, que finalmente es el único rincónseguro para nosotros. Que no se preocupe por mí, que voy a estarbien. También coméntale que no le vaya a salir a Rasguño, ni aVíctor Patino, que quieren arrancarle la chimba, que no les dépapaya, que lo van a pelar.Una vez en eJ hangar privado don<strong>de</strong> estaba su avión, FernandoI lamo salió rumbo a Bogotá para hablar cu la cárcel La Picotacon Iván Urdinola.—Tranquilo, Ivancito, voy a organizar unas cositas en Miamiy vengo para ponerme al frente <strong>de</strong> esto. La pelea es con Várela yno creo que Rasguño o Víctor le vayan a querer hacer algo a ustedporque tienen claro que si le hacen algo a usted pongo el grito enel cielo y ahí sí que me hago matar, Eso sí, no se ponga <strong>de</strong> bruto a<strong>de</strong>cir que le conté porque se nos vienen todos encima. Hágase elhuevón, que usted no sabe nada y no tire para ningún lado paraver quién queda vivo. En esta cárcel es muy difícil que le haganalgo... me imagino que usted controla todo: la guardia, la comida,las armas, en fin, usted sabe cómo es esto. Ya cumplí con avisarlea Várela, y <strong>de</strong> ahora en a<strong>de</strong>lante que se <strong>de</strong>fienda sólito. A<strong>de</strong>más,él tiene a Tocayo y a Danilo y con ese par <strong>de</strong> fieras la pelea espeleando. Hagamos <strong>de</strong> cuenta que no sabemos nada.—Usted es bien huevón, Fernandito. <strong>El</strong> que me preocupaes el hijueputa, malparido <strong>de</strong> Várela, que es el peligroso, Ahoracómo les cuento a Víctor y a Rasguño que usted puso sobre avisoa Várela. Por eso le mandé <strong>de</strong>cir con su hermana Lorena, conel marica <strong>de</strong>l Mochito y con el huevón <strong>de</strong> La Flor que viniera ahablar primero conmigo; la cagó, se puteó la vuelta. Ahora cómovamos a matar a ese hijueputa si lo teníamos a usted para que <strong>los</strong>acara a una finca; ¿no ve que él no le sale a nadie, sólo a usted?—respondió Urdinola, molesto,—Pero, Iván, si Varelita ha estado siempre <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong> nosotros.Ahora resulta que usted también quiere matarlo —intervinoHenao, tratando <strong>de</strong> justificarse.—Vea Ferchito, ese hijueputa malparido nos mata a todoscuando termine su guerra con Los Pachos.Cuando salió <strong>de</strong> La Picota Henao partió directo al aeropuertoEIDorado <strong>de</strong> Bogotá don<strong>de</strong> esa noche abordó el último vuelo <strong>de</strong>LanChile a Miami. Estaba preocupado y un poco asustado. Perotambién estaba convencido <strong>de</strong> que no podía regresar a Colombia.Al fin y al cabo en Miami estaba seguro y protegido por <strong>los</strong> agentes132133


di 11 m, "Lo tnejoí qus hice fue saltar paro d Ludo do <strong>los</strong> americanos,que es i k'rt*a íirme. En Colombia todo'se volvió UH pantanero<strong>de</strong> tierra movediza", pensó antes <strong>de</strong> conciliar d sueño.Pocos días <strong>de</strong>spués, Várela recibió la razón <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> Fósforo,pero no se sorprendió porque su olfato <strong>de</strong> asesino no lo podíaengañar. Sin embargo tenía claro que Tocayo no lo acompañaríaen esta nueva confrontación porque al otro lado estaba su hermanoVíctor. Lo que sí logró Várela fue i<strong>de</strong>ntificar a Rasguño ya Patino como sus nuevos enemigos.Unos días <strong>de</strong>spués, Várela observó cuando Rasguño <strong>de</strong>scendía<strong>de</strong> su avión en <strong>los</strong> hangares <strong>de</strong>l aeropuerto <strong>de</strong> Cali y sin pensarlodos veces le salió al paso.—Oíme, Rasguño, ¿qué es lo que pasa? Un pajarito me dijoque vos querés matarme, acompinchado con Víctor.•—Varelita, mijo, ¿cómo se le ocurre? ¿Cómo voy a hacer unacosa <strong>de</strong> esas? <strong>El</strong> que sabe <strong>de</strong> eso es Víctor; él sí le pue<strong>de</strong> explicarbien ese chisme, pero tenga mucho cuidado porque usted sabecómo es esa fiera —respondió Rasguño y acto seguido puso lamano sobre el hombro <strong>de</strong> Várela, que pareció enten<strong>de</strong>r.—Gracias, patronato —dijo Várela.Apenas se <strong>de</strong>spidieron, Rasguño llamó a Patino a la cárcel<strong>de</strong> Víllahermosa <strong>de</strong> Cali don<strong>de</strong> permanecía <strong>de</strong>tenido pagandosu corta sentencia.—Víctor, Víctor, me tocó chivatearlo con Várela —explicóRasguño.—¿Cómo así, Rasguño? explícame.—Imagínate que me encontré a Várela en <strong>los</strong> hangares don<strong>de</strong>tengo mis aviondtos. Apenas me vio se me tiró encima y me enfrentó<strong>de</strong> una. Me dijo que cómo era posible que entre <strong>los</strong> dos leestuviéramos armando un plan para matarlo, que un pajarito se lohabía dicho. Me tocó negar todo porque si no lo hago me mata...andaba con 20 <strong>de</strong> sus escoltas y yo sólito con mi noviecita y <strong>los</strong>pilotos. ¿Qué más podía hacer, mijo? Ahí le tiré ese problemitapero usted pue<strong>de</strong> solucionarlo. Por ahora hable con su hermanito134Tocayo para que calme la situación con Várela. A esc HjueputBno se la va a olvidar nunca eso.-—Marica, Rasguño ¿cómo me metes en ese problema tanhijueputa? Me imagino que tenes claro quién fue el pajarito—replicó Patino.Várela, enfurecido, también se movió <strong>de</strong> inmediato y se reuniócon Tocayo, su inseparable amigo,—¿Cómo te parece? Me enteré <strong>de</strong> que tu hermano Víctor yRasguño me quieren arrancar. Ahí me encontré <strong>de</strong> frente con elhijueputa fariseo <strong>de</strong> Rasguño y me lo negó; ahí está pintado locobar<strong>de</strong> que es ese hijueputa.—Me parece imposible que Víctor se preste para eso porqueél conoce mi relación con vos, cosa fea, aunque <strong>de</strong> Rasguño sepue<strong>de</strong> esperar cualquier cosa, pero ¿<strong>de</strong> Víctor? Déjame voy ahablar con mi hermanito a ver qué tan cierto es eso, aunque a minome cabe en la cabeza una cosa <strong>de</strong> esas —respondió Tocayo yse comprometió a visitar a su hermano inmediatamente.•—Víctor, ¿cómo es eso que me contó Várela? ¿Que vos yRasguño quieren matarlo?—Tocayo, respétame. No me salgas con mariconadas porquesi tengo que sacarte a patadas <strong>de</strong> aquí, <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> todos tus lavaperros,te saco... no seas huevón —respondió Patino.—Vos sos el que me tenes que respetar; estás hablando conun varón.—¿Sí? Vamos a ver qué tan varón es que sos.Los dos hermanos se agarraron a puñetazo limpio; patada poraquí, puño por allá, golpe bajo y todo esto en presencia <strong>de</strong> un innumerablecuerpo <strong>de</strong> seguridad. Los escoltas <strong>de</strong> Tocayo intentaronintimidar a <strong>los</strong> <strong>de</strong> Víctor y estos, sin pensar en las consecuencias,<strong>de</strong>cidieron actuar <strong>de</strong> igual manera y cargaron sus fusiles. Al escucharel inconfundible clac clac délas armas, Patino se <strong>de</strong>tuvo un momentoy dijo: "Aquí no se mete nadie, esto es entre este maricón y yo".Minutos <strong>de</strong>spués, exhaustos <strong>de</strong> repartirse golpes y sin vencedorni vencido, Tocayo se fue. Se había fracturado así la relación consu-hermano, que por años había sido indisoluble.135


- Rasguño, me toca agarrarme con Tocayo porque roe vinoti hacer el reclamo por lo di: Várela. ¿Te das cuenta l¡( cagad a tai)hijueputa que hiciste? Por ahora Id mejor es olvidarnos <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>Várela y arreglar las cosas con él. Por nada <strong>de</strong>l mundo po<strong>de</strong>mostenerlo como enemigo —le contó Patino a Rasguño poco <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> terminar la pelea con su hermano.—Bueno, bueno, Víctor, perdona la cagadita.A su vez, Tocayo le reportó a Várela lo ocurrido.—Ahí fui don<strong>de</strong> Víctor. Se emputó conmigo y me dijo quecómo se me ocurría hacerle un reclamo <strong>de</strong> esos, que si yo eramarica, que cómo putas era capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirle eso en su cara, queno fuera atrevido. Terminamos peleando y por poco se arma lamatazón porque mis muchachos y <strong>los</strong> <strong>de</strong> él se encañonaron <strong>los</strong>unos contra <strong>los</strong> otros y finalmente no me <strong>de</strong>jó ni hablar.—No te preocupes por eso, cosa fea, uste<strong>de</strong>s son hermanos;mañana volvés a hablar con La Fiera, mejor <strong>de</strong>jemos eso así, olvi<strong>de</strong>moseso —respondió Várela,La extradición hacia Estados Unidos el 13 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 2000<strong>de</strong> Orlando García Clevez, capturado en la Operación Camarón,puso en evi<strong>de</strong>ncia el peligro que representaba para el cartel lainminente partida a tierras lejanas <strong>de</strong> jorge <strong>El</strong>iécer Asprílla, Erael más fiel servidor <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle, el mismo quetiempo atrás había traficado con todos désele la prisión en Cali; elúnico hasta ese momento capa?; <strong>de</strong> transportar al mismo tiempodos y tres barcos cargados <strong>de</strong> cocaína hasta las costas mexicanas;el pintoresco negrito <strong>de</strong>l puerto sobre el Pacífico que <strong>los</strong> habíahecho multimillonarios a todos y cada uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> miembros <strong>de</strong>dicho cartel. Por estos pequeños <strong>de</strong>talles el Negro <strong>de</strong>bía ser eliminado...bajo ninguna circunstancia se podría permitir que elNegro abordara el avión <strong>de</strong> la DEA rumbo Nueva York.<strong>El</strong> encargado <strong>de</strong> el iminar al negrito fue Chupeta —que por esosdías <strong>de</strong>ambulaba por las calles <strong>de</strong> Calí-— y no dudó en encargarlela tarea a Jorge Rodríguez, <strong>El</strong> Teniente, jefe <strong>de</strong> su brazo armado.La or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> asesinar a Asprílla no fue compartida por todos<strong>los</strong> capos, entre el<strong>los</strong> Várela y Arcángel Henao. Sin embargo, el136Top lo <strong>de</strong>l uartL-l, incluidos ¡ilgunns Av <strong>los</strong> que ya habían riegopiadoen Estados Unidos, dio la or<strong>de</strong>n perentoria. "Si el Negrollega a Estados Unidos va a volar mierda al zarzo. Imagínensequé hacemos <strong>los</strong> que ya estamos acá viviendo bueno y protegidospor <strong>los</strong> gringos. Las agencias no tienen i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> lo que es el cartel<strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle; el Negro sí conoce toda la estructura y laorganización. Háganle, háganle, arránquenle, pero eso sí, el quehaga eso que no <strong>de</strong>je huella"..-137


21No le digan a nadieHagamos un pequeño viaje en vuelo directo, sin escalas, a lasentrañas <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Norte <strong>de</strong>l Valle y revivamos paso a paso <strong>los</strong>acontecimientos que ro<strong>de</strong>aron la vida <strong>de</strong>l Negro Asprilla.Los más interesados en eliminar al Negro Asprilla, stt socio<strong>de</strong>l pasado, ante la posibilidad <strong>de</strong> que este terminara en cortesamericanas don<strong>de</strong> <strong>los</strong> pudiera <strong>de</strong>latar, eran Víctor Patino, FernandoHenao, quien disfrutaba en Miami <strong>de</strong> la versión light <strong>de</strong>lcrossover; y Chupeta, que gozaba como el que más <strong>de</strong> la privilegiadaposición <strong>de</strong> narco arrepentido. La cifra que ofrecieronpor la ejecución y muerte <strong>de</strong>l negrito fue un millón <strong>de</strong> dólares,dinero que <strong>El</strong> Teniente, jefe <strong>de</strong> seguridad <strong>de</strong> Chupeta, no estabadispuesto a <strong>de</strong>jar escapar.Lo que este blancuzco, pálido y enclenque personaje no sabíaera que el negrito tenía claro que podía ser atacado en cualquiermomento por sus antiguos aliados y por eso reforzó su aparato<strong>de</strong> seguridad con un pequeño grupo <strong>de</strong> escoltas.No obstante, el Negro seguía confiado en <strong>los</strong> buenos oficios <strong>de</strong>su abogado, que estaba seguro <strong>de</strong> ganar la batalla legal contra la1.38Solicitud <strong>de</strong> extradición. iVm v\ sueno ild mérito <strong>de</strong> permaneceren Colombia se <strong>de</strong>svaneció en <strong>los</strong> primeros días <strong>de</strong> septiembrecuando la Corte dio vía libre a la petición <strong>de</strong> <strong>los</strong> estadouni<strong>de</strong>nses.Aún así, estaba tranquilo porque el Plan B avanzaba sin problema,es <strong>de</strong>cir, el túnel que varios <strong>de</strong> sus hombres construían y que según<strong>los</strong> reportes <strong>de</strong> esos días estaba a muy pocos metros <strong>de</strong> la celdanumero ocho, a dos calabozos <strong>de</strong> la celda <strong>de</strong>l Negro.—Mijo, necesito que le diga a esa gente que se apure, que <strong>los</strong>20 días que faltan se vuelvan diez porque las cosas se me estánponiendo muy duras. Por un lado, si me <strong>de</strong>scuido ese hijueputa<strong>de</strong>l Teniente que trabaja para Chupeta me quiere <strong>de</strong>saparecer;usted sabe que me quieren matar aquí a<strong>de</strong>ntro; por el otro lado,vea, el Gobierno aprobó mi extradición y ni por el putas me <strong>de</strong>joextraditar; a<strong>de</strong>más ahora no soy sólo yo, figúrese aquí está esagente que capturaron en la Operación Milenio y el<strong>los</strong> tambiénquieren salir <strong>de</strong> aquí; no les he dicho nada, pero lo más seguro esque para que no vayan a chivatear mi voladita tenga que llevarmea algunos; le cuento que estuve hablando con el Mono y me dijoque no me preocupara, que él me está esperando —le dijo almensajero <strong>de</strong> confianza que lo visitó esa mañana.—<strong>El</strong> Mono, ¿cuál Mono?, patrón —preguntó el confi<strong>de</strong>nte<strong>de</strong>l Negro.—Pues el monito amigo mío, el Mono Jojoy, el comandante<strong>de</strong> las FÁSC, Cuando él no tenía el po<strong>de</strong>r que tiene ahora yo loayudé muchísimo y ahora quiere pagarme tanto favor que le hice;es más, me está proponiendo que me vaya a la zona <strong>de</strong> distensiónque les cedió el Gobierno en sus diálogos <strong>de</strong> paz, que <strong>de</strong> allá nome saca ni el putas. ¿Sabe qué, mijo?, lo mejor es estar con esagente, déjeme organizar las cositas y vuelva mañana. Eso sí, cuadrecon <strong>los</strong> <strong>de</strong>l túnel para que lleguen lo antes posible, dígales quetrabajen 24 horas, lléveles esta platica y dígales que si están aquíen unos diez días les doy una buena bonificación.La situación era tan apremiante que el mensajero regresó aldía siguiente y le confirmó que el túnel iniciado en una carpinteríacercana y que terminaba en la celda número ocho estaríaJ.39


terminado en una isronni v listo pura ifl fugo. En esc momento dNegro Asprilla y;i Icuíii claro que lo acoinpaiinnnn dos invíliu<strong>los</strong><strong>de</strong> ultima hora: Alejandro Bernal, Juvenal, y Alfredo Tascón,capturados-en la Operación Milenio.Todo estaba diseñado para salir en la noche y según <strong>los</strong> planestardarían cerca <strong>de</strong> una hora en recorrer el túnel <strong>de</strong> 200 metrosbajo tierra. Una vez llegaran a la carpintería se cambiarían <strong>de</strong>ropa por sotanas que había obtenido uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> mensajeros quea<strong>de</strong>más conduciría un microbús para transportar<strong>los</strong> a la zona <strong>de</strong><strong>de</strong>speje situada a 300 kilómetros <strong>de</strong> Bogotá.Los días pasaban y la ansiedad hacía estragos en el sistemanervioso <strong>de</strong> estos cuatro aventureros; si todo salía como estabaprevisto sería su golpe maestro. <strong>El</strong> Plan B no podía fallar.Al amanecer <strong>de</strong>l miércoles 27 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 2000, el recluso<strong>de</strong> la celda ocho salió presuroso a confirmarle a su jefe la buenanueva. Asprilla acababa <strong>de</strong> lavarse la cara y apenas se disponía apren<strong>de</strong>r su cepillo <strong>de</strong> dientes eléctrico cuando sorpresivamenteescuchó <strong>los</strong> golpes en la puerta <strong>de</strong> su celda,— [Patrón! ¡Patrón!—¿Qué pasa?—Anoche íos escuché, están llegando, señor, están llegando.—¿Verdad, mijo?— ¡Sí, sí, sí, señor!, <strong>los</strong> sentí cerquita; hasta creí que iban aromper el piso anoche mismo.—Déjeme confirmo.Efectivamente, el Negro corroboraría segundos <strong>de</strong>spués quesu sueño <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> allí vestido <strong>de</strong> cura párroco sería realidad endos noches más. Pero <strong>los</strong> sentimientos encontrados con sus compañeros<strong>de</strong> patio y <strong>de</strong> <strong>de</strong>sventura lo llevarían a cometer una fatalinfi<strong>de</strong>ncia. Asprilla se acercó a la puerta que lo separaba <strong>de</strong>l patiodon<strong>de</strong> estaban recluidos <strong>los</strong> hermanos Rodríguez y <strong>de</strong> un gritopidió que le localizaran a don Miguel o a don Gilberto, quienesacudieron al llamado <strong>de</strong> inmediato y escucharon atentamente elofrecimiento <strong>de</strong>l negrito.140.Don (filberto, don Miguel) uste<strong>de</strong>s laben que (íhupeta yVíctor Patino están pujando una pial ic¡i para que me maten aquía<strong>de</strong>ntro; por otro lado el Gobierno aprobó mí extradición y ni porel putas me voy a <strong>de</strong>jar llevar don<strong>de</strong> <strong>los</strong> gringos. Lo que menosquiero ahora es causarles algún tipo <strong>de</strong> problema a uste<strong>de</strong>s, todolo contrario, les vengo a hacer una invitacioncita.—Cuéntenos, mijo, <strong>de</strong> qué se trata —dijo Miguel Rodríguez,sorprendido.—A ver les explico. Hace como tres meses tengo a una gentetrabajando en un tunelcito para volarme y mañana está terminado.Por ahí me voy a ir, no sólo yo, también Juvenal y Alfrédito.A nosotros nos da pena con uste<strong>de</strong>s y por eso preferimos invitar<strong>los</strong>;sólo quiero que sepan que, con o sin uste<strong>de</strong>s, nosotrosnos vamos.—Mijo, Gilberto y yo estamos muy viejos para esos trotes;háganle, háganle uste<strong>de</strong>s, buena suerte y no le digan a nadie.—No, don Miguel, esto nadie lo sabe. Se <strong>los</strong> digo a uste<strong>de</strong>spor respeto y solidaridad, pero esté seguro <strong>de</strong> que <strong>de</strong> esto nadietiene conocimiento; es más, cuando estemos seguros y lejos <strong>de</strong>aquí, le mando algún mensaje para contarles cómo nos fue, Hastaluego, don Miguel.Los viejitos no podían <strong>de</strong>saprovechar esta oportunidad servidaen ban<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> plata, cubiertos <strong>de</strong> oro y vajilla Versace. Inmediatamentese comunicaron con el director <strong>de</strong> la prisión y este a suvez con el director <strong>de</strong>l Instituto Nacional Penitenciario, Inpec, yle revelaron lo que acababan <strong>de</strong> saber.Pero <strong>los</strong> Rodríguez habrían <strong>de</strong> sacarle provecho a la valiosainformación que tenían en sus manos. Antes <strong>de</strong> contar <strong>los</strong> datossobre el plan <strong>de</strong> fuga <strong>de</strong> Asprilla exigieron un compromiso <strong>de</strong>lInpec para trasladar<strong>los</strong> <strong>de</strong> inmediato a la cárcel <strong>de</strong> Palmira cercaa su Cali amada. Por ese movimiento habían luchado años y añosargumentando infinidad <strong>de</strong> problemas médicos.—Señor, dígale al ministro, que el cerebro y promotor <strong>de</strong> lafuga es el Negro Asprilía y que también piensan fugarse AlfredoTascón, Alejandro Bernal y otro más. No tienen que buscar141


i vayan ;i la calda número ocho, que ahí fshi, cao sj bügalerapidito, señor, porque si 8ft <strong>de</strong>scuidan aa les v¡ni. Según me dijoel Negro, mañana en la noche se piensan fugar —diría uno <strong>de</strong> <strong>los</strong>Rodríguez al tiempo que <strong>los</strong> fugitivos disfrutaban <strong>de</strong> su últimavisita familiar y <strong>de</strong>gustaban <strong>los</strong> manjares <strong>de</strong> un típico almuerzoen la prisión.Al día siguiente, jueves 28 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 2000, a eso <strong>de</strong> las10 a.m. un pelotón completo <strong>de</strong> oficiales <strong>de</strong> la Policía y el Inpecirrumpió en la celda <strong>de</strong>l Negro y <strong>de</strong> inmediato lo trasladó a <strong>los</strong>calabozos <strong>de</strong> la Dijin en Bogotá. Ese mismo día el general <strong>de</strong> laPolicía, Luis Ernesto Gilibert, fue notificado poi el director <strong>de</strong>lInpec, general Fabio Campos Silva, <strong>de</strong>l inmediato traslado <strong>de</strong> <strong>los</strong>hermanos Rodríguez Orejuela a la cárcel <strong>de</strong> Palmira,<strong>El</strong> viernes 30, sobre las 8 a.m., <strong>los</strong> viejitos arribaron a la nuevaprisión ante el estupor <strong>de</strong>l país entero y <strong>los</strong> medios <strong>de</strong> comunicación,que no entendían el traslado repentino <strong>de</strong> <strong>los</strong> más gran<strong>de</strong>snarcotraficantes <strong>de</strong>l mundo a una cárcel que no contaba con lasmínimas condiciones <strong>de</strong> seguridad. Por obvias razones era complicadoexplicar que este era el precio que ye <strong>de</strong>bía pagar por lainformación que evitó la fuga <strong>de</strong> <strong>los</strong> extradítables.Ese mismo viernes y luego <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar cómodamente instaladosa <strong>los</strong> hermanos Rodríguez, <strong>los</strong> generales Giiíbert y Campos mostraronal país el éxito <strong>de</strong> la operación que evitó la fuga masiva<strong>de</strong> extraditables.En la fría celda <strong>de</strong> la Dijín, Asprilla, solo, tuvo que esperarhasta el 22 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 2000, cuando fue reseñado y sacado enun <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> seguridad asombroso rumbo al aeropuerto <strong>de</strong>Catam, don<strong>de</strong> lo esperaba un avión <strong>de</strong> la DEA para transportarloa su verda<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>sgracia.Al terminal militar llegó a las 6:45 p.m., esposado <strong>de</strong> lasmanos, luciendo su fino reloj Rolex <strong>de</strong> oro y un hermosísimorosario dorado sobre su pecho que resaltaba aún más por el colornegro <strong>de</strong> su piel. Se veía nervioso, angustiado, preocupado. Lascámaras <strong>de</strong> televisión enfocaban su rostro. <strong>El</strong> Negro se movía<strong>de</strong> un lado a otro tratando sin éxito <strong>de</strong> evadidas. De repente, el142|sfe<strong>de</strong>laDEA en i !MI*HHI>¡¡I ge acoceó ¡il Negro y le señaló el aviónL|iir lo llevaría ;i Listados Unidos, Dos agentes americanos altos,blancos, pelirrojos, tal cual como el Negro se <strong>los</strong> imaginaba, lotomaron a la altura <strong>de</strong> <strong>los</strong> codos y lo condujeron a las escalerillas<strong>de</strong> la aeronave.Aunque parezca increíble y cuando el avión ya había <strong>de</strong>colado,el Negro pudo <strong>de</strong>spedirse <strong>de</strong> su esposa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el celular <strong>de</strong> uno<strong>de</strong> <strong>los</strong> oficiales <strong>de</strong> la DEA.—No te preocupes, aún tengo un as bajo la manga... mi Plan C.Con el paso <strong>de</strong>l tiempo quedaría al <strong>de</strong>scubierto que ese as,ese famoso as, no era otro que el popular y conocido crossoverprepago, el mismo que <strong>los</strong> narcotraficantes creían que <strong>los</strong> sacaría<strong>de</strong>l infierno. Es el narco que preten<strong>de</strong> utilizar sus propias rutaso contactos para darle información veraz y <strong>de</strong>tallada a un agentesobre un barco, una lancha, un contenedor, una muía, un perro,un caballo, que transporta droga hacia Estados Unidos. Es elnarco que cree que por ese simple hecho cuando se presente enla Corte será tratado con indulgencia por el juez, que según éldirá: "Señor, gracias a su información el gobierno incautó X o Ycargamento; lo felicito, usted es un excelente ciudadano; es más,por todo esto la Corte le hace entrega oficial <strong>de</strong> una ciudadaníaamericana para enmendar <strong>los</strong> sinsabores <strong>de</strong> su estadía en unaprisión en Colombia. Tome este ehequecito por medio millón<strong>de</strong> dólares".La historia <strong>de</strong>l Negro Asprilla no fue la única; como él, muchísimosnarcos incautos se presentaron <strong>de</strong> la misma manera enlas cortes fe<strong>de</strong>rales, reclamando <strong>los</strong> beneficios que merecían por<strong>los</strong> éxitos obtenidos en la lucha antidrogas. Pero ese crossover tipoprepago sólo le duró al Negro hasta su primera entrevista con lasagencias fe<strong>de</strong>rales americanas.—Señor Asprilla, déjeme <strong>de</strong>cirle que nada <strong>de</strong> lo que ustedhaya hecho con cualquiera otra persona diferente a mí, que soysu fiscal, tiene ninguna vali<strong>de</strong>z. Es más, tenga claro que usted notiene ningún tipo <strong>de</strong> inmunidad; si le interesa cooperar con elGobierno, la cooperación es una sola: me <strong>de</strong>be <strong>de</strong>cir la verdad y143


solí i I ¡i verdad dv su vida BU el narcotráfico, Si daicubro una aolamentira, hasta esc día, escúcheme, hasta ese día, hablo con usted.Y si es así yo mismo me aseguraré <strong>de</strong> que nunca en la vida vuelvaa ver la calle, ¿me entendió?, ¿me entendió?Sin embargo, el Negro sabía <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> la versiónlight <strong>de</strong>l crossover y por eso no tardó en aparecer su principalpromotor, Miguel Solano. Y lo hizo no precisamente para ayudaral Negro, que naufragaba en las enfurecidas aguas <strong>de</strong>l sistemajudicial americano, síno para asegurarse <strong>de</strong> que no abriera su bocamás <strong>de</strong> la cuenta. Por eso envió a Leef Fernán<strong>de</strong>z, su investigadorprivado, para consolar ai amigo caído en <strong>de</strong>sgracia.—Señor Asprilla, Miguelito me envió a visitarlo, Dice que nose preocupe por nada, que él paga <strong>los</strong> tres millones <strong>de</strong> dólares quevale su <strong>de</strong>fensa. Usted estará en las mejores manos. Mire cómo estánviviendo Miguel (Solano), Fernando (Henao) y Chepe (Puello) enMiami sin que nadie <strong>los</strong> moleste. Tienen casas, barcos, aviones,todo, como si estuvieran en Colombia. ¿Necesita más pruebas <strong>de</strong> mitrabajo? —le preguntó Leef a Asprilla en la prisión fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong>Manhattan, Nueva York.—No. ¿Cómo se le ocurre, señor Leef?, ni más faltaba. Dígalea Miguel que no se preocupe, que mi gente en Colombia siguetrabajando que en menos <strong>de</strong> un mes le entrego <strong>los</strong> 6.000 kilitosque le tengo en México, Sólo Le quiero pedir una cosa: hable conla Fiscalía para que me saquen <strong>de</strong>l SHU —Special Housing Unito sitio <strong>de</strong> castigo en las prisiones.—No se preocupe, espere unos diitas y lo hago sacar—respondió Leef antes <strong>de</strong> partir.<strong>El</strong> pobre negro ignoraba que Miguel Solano aparentaba ser susalvador para evitar que abriera su boca y pusiera en evi<strong>de</strong>ncia lasrutas que él manejaba. Tenía claro que si contrataba y pagaba <strong>los</strong>abogados, compraba el silencio <strong>de</strong>l Negro Asprilla. Lo que menosle importaba a Solano era que el negrito saliera <strong>de</strong>l SHU.De esta manera, Solano empezó a manejar a su antojo a Asprilla,el arma más po<strong>de</strong>rosa que el gobierno americano tenía encontra <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte. De un lado, a <strong>los</strong> agentes en Miami144les hacía creer que eJ Negro era un nftrcoinilicanu: <strong>de</strong> cuarta oquintil categoría^ nada importante, que movía unos kilitos porallí, otros por allá.Con esta estrategia en marcha, muchos narcotraneantes creyeronque efectivamente Solano era el único que apoyaba a suamigo preso en una cárcel norteamericana. En forma paralela ysin que nadie se percatara, Solano les enviaba información a <strong>los</strong>capos <strong>de</strong>l Norte sobre la manera como la DEA y el FHT se proponíanutilizar a Asprilla en contra <strong>de</strong> el<strong>los</strong>.Poco a poco, Solano se convirtió en un doble agente. Si escierto que un narco pue<strong>de</strong> fungir ante las agencias americanascomo arrepentido y <strong>de</strong>mostrar su empeño en combatir el narcotráfico,lo que sí es imperdonable es que continúe traficando condrogas. Sólo el tiempo señalará el final <strong>de</strong> un narco arrepentido,convertido en doble agente.En Colombia, mientras tanto, se <strong>de</strong>svaneció el nerviosismoque causó en el narcotráfico la extradición <strong>de</strong>l Negro Aspílla.Todo gracias a <strong>los</strong> buenos oficios <strong>de</strong> la dupla Leef-Miguel, quecontrolaba al extradítado. Nadie ponía en duda la capacidad ysagacidad <strong>de</strong> la versión light <strong>de</strong>l asunto porque cada uno <strong>de</strong> susseguidores continuaba en el pe<strong>de</strong>stal <strong>de</strong> la opulencia: sol, arenay mar en el día y fiesta y diversión en la noche.Por esos mismos días, con sus largas noches, el Negro seguíaen la celda <strong>de</strong> castigo <strong>de</strong>l Metropolitan Detentíon Center, MDC,<strong>de</strong> New York, contiguo a China Town, en el bajo Manhattan.En su espacio <strong>de</strong> dos metros esperaba que el gorila encargado<strong>de</strong> cuidarlo le permitiera ía llamada telefónica semanal <strong>de</strong> tresminutos a la que tenía <strong>de</strong>recho. Así pasaron <strong>los</strong> meses, encerradoen su calabozo, sin que nadie lo visitara. Por teléfono o enpersona, la disculpa <strong>de</strong> Leef para Asprilla siempre era la misma"Todo está bien, no hay por qué preocuparse, estoy trabajando,trabajando, trabajando".Y por espacio <strong>de</strong> dos años el Negro continuó llamando, llamando,llamando,,.145


Paralelo ;il proceíods ablandamiento <strong>de</strong> Asprilken l¡i prisióníaleral, un Colombia c\ objetivo Sff'iiííi siendo ul mismo: arrasarpor completo el reatante clan Herrera, así esto significara olvidarlas continuas rencillas en el cartel <strong>de</strong>l Norte, que aún permanecíafracturado por dos vertientes opuestas.Por un lado, la <strong>de</strong> Víctor Patino, que seguía recluido en lacárcel Villahermosa <strong>de</strong> Cali, y Rasguño, que permanecía en suafamada hacienda <strong>El</strong> Vergel en Cartago. Por el otro, Várela comocabeza visible, seguido por Tocayo y Chupeta. A estos dos gruposse sumaba una tercera subdivisión que se mantenía alejada <strong>de</strong>lenfrentamiento directo por recomendación <strong>de</strong> Fernando Henao:Iván Urdinola, preso en la cárcel <strong>de</strong> Itagíü; Diego Montoya, a quienno le interesaba suce<strong>de</strong>r a Orlando Henao, y Arcángel Henao.Ahora más que nunca a <strong>los</strong> gran<strong>de</strong>s capos les convenía seramigos. Eso sí, claro está, ninguno podría dar la espalda porquetodos <strong>de</strong>sconfiaban <strong>de</strong> todos.<strong>El</strong> final <strong>de</strong> 2000 y el principio <strong>de</strong> 2001 trajo consigo un <strong>de</strong>seoinfinito por parte <strong>de</strong> <strong>los</strong> amigos <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong> acabar <strong>de</strong> una vezpor todas con la discordia y enten<strong>de</strong>r que sus confrontaciones anterioreshabían sido coyunturales. Era el momento <strong>de</strong> acabar conlas rencillas que <strong>los</strong> habían alejado. Era el momento <strong>de</strong> trabajar.14622Esto es un simple formalismo-La campaña publicitaria acerca <strong>de</strong> ios beneficios <strong>de</strong>l crossoverhabía traspasado las fronteras. En México aún continuaba traficandoLa Flor, hombre que conocía-como pocos el esquema<strong>de</strong> negociación con la justicia <strong>de</strong> Estados Unidos. Pero tambiénconocía <strong>los</strong> intríngulis y la sarta <strong>de</strong> mentiras y engaños a <strong>los</strong> queLeef Fernán<strong>de</strong>z sometía a sus más fervientes seguidores.La Flor estaba al tanto <strong>de</strong> las consecuencias <strong>de</strong>l sometimiento<strong>de</strong>l Médico a la justicia estadouni<strong>de</strong>nse, lo que <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nó el<strong>de</strong>rrumbe total <strong>de</strong> la versión Hollywood <strong>de</strong>l asunto, que, aunqueigual <strong>de</strong> fantasiosa, era un poco más sólida que la versión Light.Tras la caída <strong>de</strong>l Médico, La Flor llegó a la conclusión <strong>de</strong>que lo mejor para todos era buscar un acercamiento directo alincomparable e incorruptible sistema judicial americano. Por eso,la noche anterior a su entrega voluntaria, La Flor aclaró algunospuntos con su abogado.—¿Está seguro <strong>de</strong> que si no logro algún entendimiento conel fiscal y la DEA puedo regresar mañana mismo? —indagó LaFlor.147


—(llafo, eso yn lo <strong>de</strong>finí cofi el fiscal,


<strong>de</strong>spués di- su Id ni' su <strong>de</strong>uda con la locledad, I leuda que aúii hoycontinúa pagando y <strong>de</strong>uda L|LIC la sociedad minen le perdonaría.Al día siguiente, 11 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 2001, a las 8 a.m., La Flor ysu abogado -abordaron en Cancún el vuelo 2126 <strong>de</strong> AmericanAirlines, rumbo a Míami. Antes <strong>de</strong> abordar, el abogado <strong>de</strong>jó unmensaje en el contestador <strong>de</strong>l fiscal: "La Flor se encontró con laesposa <strong>de</strong> un amigo, que subía al mismo vuelo nuestro; a eso <strong>de</strong>las 11:37 a.m. llegaremos a Miami, como está programado".Fugitivo y abogado se levantaron <strong>de</strong> las sillas <strong>de</strong> primera clase3A y 3B y tomaron sus equipajes <strong>de</strong> mano. La Flor respiró profundo.Estaba listo para zambullirse en las profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> eseocéano que es el sistema fe<strong>de</strong>ral americano. Cuando caminabanpor el túnel <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> la aeronave, se encontraron a boca<strong>de</strong> jarro a tres oficiales <strong>de</strong> inmigración, dos <strong>de</strong> aduanas y cuatroagentes <strong>de</strong> la DEA, con sus insignias colgadas <strong>de</strong> una ca<strong>de</strong>na sobreel pecho. "¿Qué estará pasando, por qué tantos policías?", pensóLa Flor, pero se tranquilizó cuando observó que todos llevabanuna escarapela que <strong>de</strong>cía: Welcome to Miami.Estaba equivocado. Cuando La Flor y su abogado se dirigíana inmigración, uno <strong>de</strong> esos oficiales se acercó y dijo:—Usted, espere ahí —or<strong>de</strong>nó uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> oficiales señalandoa La Flor, que <strong>de</strong> inmediato se sentó en una silla plástica azul.Impotente, La Flor vio alejarse por las escaleras eléctricasa su abogado, el mismo que le había asegurado que todo estababajo control. Pero todo cambió cuando otro oficial se acercó y locondujo a un costado <strong>de</strong>l lugar.—No se preocupe que esto es por su seguridad. Sígame —dijoel uniformado y al instante aparecieron otros cuatro gorilas gigantes.Así se había imaginado la Flor a <strong>los</strong> oficiales americanos.Por corredores secretos <strong>de</strong>l aeropuerto, La Flor fue conducidohasta la zona <strong>de</strong> reclamo <strong>de</strong> equipajes don<strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificó su maleta,que voluntariamente, uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> agentes fe<strong>de</strong>rales cargó hastauna oficina que tenían acondicionada en el terminal aéreo. Unavez allí, otro oficial pasó un sensor por un pequeño controladosmarcó su clave personal y la puerta se abrió. Era una improvisadasida <strong>de</strong> conferencias en la que estaban LJ oficiales <strong>de</strong> la DEA* SUabogado yol ni persona ímpftcalaleméate vestida. "Ls verdad, miabogado controla todo", pensó La Flor antes <strong>de</strong> sentarse ante lamirada escrutadora <strong>de</strong> <strong>los</strong> americanos.Luego llegó el momento <strong>de</strong> las presentaciones. Claro, <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> haber sido inspeccionado hasta <strong>los</strong> calzoncil<strong>los</strong> por el oficial<strong>de</strong> aduanas, que no tuvo ningún reparo en <strong>de</strong>struir su maletaSamsonite y pasarle por encima un perro antinarcóticos que másparecía chandoso <strong>de</strong> montallantas. En ese momento se acercó elabogado.—Este señor es tu fiscal.—Mucho gusto —respondió La Flor y estrechó la mano <strong>de</strong>lhombre impecablemente vestido.—Tenía muchísimas ganas <strong>de</strong> conocerlo —soy el Deputy Chief<strong>de</strong> narcóticos <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> la Florida.Tras el saludo <strong>de</strong>l fiscal siguió el <strong>de</strong> <strong>los</strong> 15 agentes <strong>de</strong> la DEAque se lo disputaban para llevarlo al purgatorio, en el Headquarter<strong>de</strong> la DEA en <strong>El</strong> Doral. Los agentes <strong>de</strong>l grupo 4 <strong>de</strong> Miami se ofrecierona transportarlo en la camioneta Grand Cherokee <strong>de</strong> unabella oficial, al tiempo que otro uniformado, con rasgos similaresa <strong>los</strong> <strong>de</strong> la caricatura <strong>de</strong> Johnny Bravo, cargó la pesada maleta <strong>de</strong>La Flor y la metió en e] vehículo con cara <strong>de</strong> pocos amigos.En el recorrido al Headquearter cruzaron pocas palabras.La Flor miraba la ciudad que <strong>de</strong> pronto nunca podría volver avisitar. Después <strong>de</strong> llegar al edificio fe<strong>de</strong>ral ingresaron a unaenorme oficina parecida a las que La Flor veía en las películas <strong>de</strong>televisión. Sobre una pared colgaban <strong>los</strong> escudos <strong>de</strong> las agenciasfe<strong>de</strong>rales y en una repisa <strong>de</strong>l costado <strong>de</strong>recho había trofeos y mástrofeos. Una mezcla <strong>de</strong> extrañas sensaciones recorrió su cuerpo:nerviosismo, intranquilidad, angustia, ansiedad, pánico.Al lado izquierdo <strong>de</strong> La Flor se sentó su abogado; a la <strong>de</strong>recha,el supervisor <strong>de</strong>l grupo 4 <strong>de</strong> la DEA; al frente el fiscal y repartidosen las otras sillas <strong>los</strong> 15 agentes que lo habían acompañado <strong>de</strong>s<strong>de</strong>el aeropuerto.150151


—Estamos esperando al ¡di- <strong>de</strong> todo l¡i DI-AL-M el sur <strong>de</strong> !¡iFlorida, que tétfibién <strong>de</strong>sea conocerlo —Jijo el fiscal, rompiendoel hielo.—¿A mí? —respondió La Flor.—Sí, claro, a usted —replicó el fiscal y en ese instante ingresóel jefe <strong>de</strong> la DEA, que se sentó al lado <strong>de</strong> La Flor luego <strong>de</strong> correra un lado al fiscal.La Flor hizo gala <strong>de</strong> su habilidad para manejar circunstanciasadversas. De hecho, la reunión se tornó divertida y hasta tuvotiempo para contar anécdotas nada importantes <strong>de</strong>l narcotráfico.Luego se atrevió a preguntar.—¿Aquí la gente no almuerza? —dijo al tiempo que señalabaen su reloj las 3:15 p.m.—Claro, claro, cómo no, lo que pasa es que la charla estáinteresantísima —respondió el fiscal.—Ya or<strong>de</strong>né Pizza Huí para todos —contestó la hermosísimaagente, propietaria <strong>de</strong> la camioneta que había transportado a LaFlor minutos antes.Después <strong>de</strong> <strong>de</strong>gustar la pizza, hacia las 9 p.m. el fiscal y elsupervisor <strong>de</strong> la DEA terminaron la reunión. La Flor estaba tananestesiado que, si lo <strong>de</strong>jan, durante una semana enlera hubierahecho el relato <strong>de</strong> su vida en el narcomundo. Luego <strong>de</strong> un largosilencio en que todos se miraban, el abogado se animó a hablar.—Hoy vamos a dormir en el hotel Marriott <strong>de</strong> la 41 Streety la 125 Avenida, aquí mismo en <strong>El</strong> Doral; mañana tempranovamos ante el magistrado y quedas libre, para que hagas lo quequieras.—Eso no fue lo que me dijo anoche —contestó La Flor, üfipoco extrañado.—Estas cosas suelen pasar, son formalismos, nada relevante;no te preocupes, confía en mí, a<strong>de</strong>más es sólo una noche y vas aestar custodiado por <strong>los</strong> agentes <strong>de</strong> la DEA; no te preocupes, espor tu seguridad para que nada te pase.—Está bien, si usted me dice que no hay problema, no hayproblema —concluyó La Flor, resignado.1521 ,JI i ;ll:lV:lllil i l r C i l I T O K S l l Ü Ó ili'l I I1M1 li |t 1:11 UT <strong>de</strong> l¡l D E A y I" 11mío di olios iba Lfl Flor. Los agentus rentaron cuatro habitacionesen el hotel Marríot y a La Flor le correspondió la penúltimaen una esquina <strong>de</strong>l piso seis, frente a la <strong>de</strong> su abogado. Las dos 'habitaciones contiguas, conectadas, para <strong>los</strong> agentes fe<strong>de</strong>rales.Al filo <strong>de</strong> las 10 p.m., La Flor pidió una or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> PolloTropical para calmar un antojo <strong>de</strong> meses atrás. Increíble. Pocosminutos <strong>de</strong>spués llegó con el pedido uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> agentes que loprotegía. No había duda: como lo dijo su abogado, las atencioneseran <strong>de</strong> lujo.Sin po<strong>de</strong>r conciliar el sueño, a las 1.1 p.m. La Flor <strong>de</strong>cidióbajar al gimnasio. Tres agentes y k hermosísima oficial lo acompañaron.Una vez allí, intercambiaron anécdotas. La Flor narróepisodios <strong>de</strong> su vida como narco y la oficial contó <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> añosy años <strong>de</strong> seguimiento a la temida Flor. Cuando habían entradoen confianza, la investigadora hizo la pregunta que siempre habíaquerido hacer y que en <strong>los</strong> largos años <strong>de</strong> persecución nuncapudo tener.—¿Florecita, tú eres gay?La Flor miró a la cara a la bella mujer y soltó una sonrisacómplice; ella no era la única persona que había tenido esa curiosidad.— ¡No! —respondió sonriente.—Entonces por qué te dicen La Flor.—¿Te interesa saberlo <strong>de</strong> verdad?—-Por supuesto.—Es una larga historia —respondió La Flor y la charla quedópospuesta para otra ocasión.Al otro día, 12 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 2001, La Flor ingresó a la Cortepara la lectura <strong>de</strong> <strong>los</strong> cargos, un simple formalismo, como sosteníael abogado. Una hora más tar<strong>de</strong>, a las 10 a.m,, salieron hacia unedificio contiguo al <strong>de</strong> la Fiscalía.—Narre uno a uno <strong>los</strong> hechos relacionados con su vida en elnarcotráfico —instruyó el fiscal.153


A pilllii i\r iv.r lilnlnclliu, I ,;l l'lor Si' C0AVÍ1 I i" 60 tfiltigO i le Itljusticia estadouni<strong>de</strong>nse en contra <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle.Este carismático personaje, diferente al común <strong>de</strong>nominador<strong>de</strong>l narcotráfico, llenaba las expectativas <strong>de</strong>l Departamento <strong>de</strong>Justicia <strong>de</strong> Estados Unidos: credibilidad, voluntad, conocimientoy una pequeña dosis <strong>de</strong> malicia indígena tan necesaria en estoscasos. En poco tiempo, el cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle empezó aperseguir a La Flor y ofreció entre tres y cinco millones <strong>de</strong> dólarespor asesinado.Para presionarlo, <strong>los</strong> capos se las arreglaron en Colombia paraexpropiarle apartamentos, casas, fincas, botes, aviones y títu<strong>los</strong>valores porque no soportaban la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que La Flor andará muycampante por Miami Beach y viviendo en el lujoso PortofinoTower.Lo que no recordaban era que el pionero <strong>de</strong> esos cuadres<strong>de</strong> cuentas con la justicia americana no había sido La Flor. No,fueron el<strong>los</strong>, <strong>los</strong> miembros <strong>de</strong>l top ten <strong>de</strong>l narcotráfico, que habíanintentado sin éxito el crossover. Ante el fracaso, cualquieraque intentara negociar sería <strong>de</strong>clarado objetivo número uno <strong>de</strong>la organización.Contra todos <strong>los</strong> pronósticos, La Flor soportó el ataque <strong>de</strong>lcartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle. Por un lado, Várela lo calificaba como<strong>de</strong>sertor; por otro, Miguel Solano y Fernando Henao, estabaninteresados en que las agencias americanas no conocieran su rangoreal en el cartel <strong>de</strong>l Norte; por último, Víctor Patino y Rasguñolo consi<strong>de</strong>raban una rueda suelta y sobreviviente <strong>de</strong>l crossoverHollywood <strong>de</strong> Baruch Vega. En fin, el gremio entero quería matara La Flor, cuya única lealtad provenía <strong>de</strong>l Negro Asprilla, queapoyaba sus intenciones <strong>de</strong> sometimiento.La Flor siguió librando batallas a diestra y siniestra, peroafortunadamente encontró refugio en las agencias americanas.Dos meses <strong>de</strong>spués y luego <strong>de</strong> ganarse la confianza <strong>de</strong> <strong>los</strong> gringos,pudo regresar a México para rescatar lo poco que las aves<strong>de</strong> rapiña le habían <strong>de</strong>jado.154Pero I s Flor noíuvoen cuenta que


eisameíate el <strong>de</strong> un gran narco. * ¡ualqulera <strong>de</strong> Ins antes ineiiclo"nados superaron <strong>de</strong> lejos la violencia <strong>de</strong> Pablo Escobar, no con<strong>los</strong> métodos terroristas para arrodillar a un país, pero sí con unacapacidad mayor <strong>de</strong> corrupción para ejecutar sus crímenes.Escobar estigmatizó al narcotrafícante como asesino <strong>de</strong>salmado,pero su maldad no es comparable con ninguna <strong>de</strong> las cabezas<strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle. Es más, quienes aún hoy <strong>de</strong>scribenen periódicos y revistas <strong>de</strong>! mundo la vida y muerte <strong>de</strong> PabloEscobar, <strong>de</strong>muestran un <strong>de</strong>sconocimiento total <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong>transformación <strong>de</strong>l fenómeno <strong>de</strong>l narcotráfico a nivel mundial.Hay que indagar en las entrañas <strong>de</strong>l narcomundo para enten<strong>de</strong>rque <strong>los</strong> dirigentes <strong>de</strong> hoy son <strong>los</strong> mismos que anteriormenteoficiaban como asesinos a sueldo <strong>de</strong> <strong>los</strong> primeros barones <strong>de</strong> ladroga. La historia no terminará <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l final <strong>de</strong> estos, queestá cerca; más a<strong>de</strong>lante vendrán otros. Lo peor aún no llega.23Sin retorno.Ahora que las agencias fe<strong>de</strong>rales tenían claro lo que sucedía enese país <strong>de</strong> narcotraficantes llamado Colombia, estaban entusiasmadoscon la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> capturar, a cualquier precio, a <strong>los</strong> cabecillas<strong>de</strong> dichos carteles. Un buen prospecto era Diego Montoya. Másaún si contaban con la colaboración <strong>de</strong> Julio Fierro, quien <strong>de</strong>cíatener acceso privilegiado a su organización.Fierro estaba <strong>de</strong>cidido a evitar la pronta presentación <strong>de</strong>l capoante el juez <strong>de</strong> su causa, que ya reclamaba su presencia en la Cortepara dar por terminada la primera etapa <strong>de</strong> cooperación. Aprovechandoque su afamada esposa Natalia París tenía un compromiso<strong>de</strong> trabajo en un evento <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>laje en Me<strong>de</strong>llín, Fierro <strong>de</strong>cidióacompañarla, pero con tan mala suerte que la contrainteligenciaavanzaba en sus oscuras intenciones contra éí.Des<strong>de</strong> hacía varios años corría un rumor en el narcomundoen el sentido <strong>de</strong> que Fierro se había convertido en informante <strong>de</strong>lFBI, algo que sus antiguos socios no veían con buenos ojos, Poresta razón, concluyeron que la presencia <strong>de</strong> Fierro en Me<strong>de</strong>llín158159


IO iü otro objetivo que hacer inteligencia para tninfltnitfraelai su agente en Miami,<strong>El</strong> 26 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 2001, fuentes cercanas a Diego Monoyaconfirmaron que Fierro estaba en Me<strong>de</strong>llín y <strong>de</strong> inmediatoe contaron a Várela, que montó una operación para capturarlo,iü realidad, Fierro había viajado a Colombia para supervisar elíuen comportamiento <strong>de</strong> su esposa y recoger algunos ahorros¡ue compartía con Nicolás Bergonzoíi. La suerte <strong>de</strong> Fierro habíajuedado sellada años atrás, cuando IvánUrdinola se enteró <strong>de</strong>súsntenciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>latar a Diego Montoya, lo que íntepretó comoina amenaza para su organización.Enterado, Várela aprovechó que las auto<strong>de</strong>fensas, controlabana capital antioqueña y le pidió cooperación a Don Berna, que. su vez encargó al Rolo, su secretario particular, <strong>de</strong> localizar a«ierro y <strong>de</strong>saparecerlo.En efecto, el Rolo se encontraba por aquel<strong>los</strong> días en Bogotá<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> hablar por teléfono con Fierro le puso una cita enI aeropuerto José María Córdova <strong>de</strong> Rionegro. Quedaron en enontrarsea las 7 p.m. <strong>de</strong>l 29 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 2001 en el esta<strong>de</strong>roII Aviador, a escasas cuadras <strong>de</strong>l aeropuerto. <strong>El</strong> Rolo convencióFierro con el cuento <strong>de</strong> que viajaría a Me<strong>de</strong>llín a arreglar <strong>los</strong>suntos pendientes y esa misma noche regresaría a la capital.Sobre las 6:30 p.m., y mientras Natalia París avanzaba en <strong>los</strong>reparativos <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sfile, Fierro partió <strong>de</strong>l barrio <strong>El</strong> Pobladon compañía <strong>de</strong> <strong>El</strong> Zarco, su hombre <strong>de</strong> confianza, mientras <strong>los</strong>emás miembros cíe su escolta permanecieron en su vivienda.Fierro condujo su camioneta y llegó puntual al esta<strong>de</strong>ro,ííentras esperaba al Rolo, <strong>de</strong>scubrió la presencia en el mismoigar <strong>de</strong> Daniel Mejía Ángel, Daniel, lugarteniente <strong>de</strong> Don Berna,compafíado por Beto, Ñato, <strong>El</strong> Morro y otros cuatro integrantese su cuerpo <strong>de</strong> seguridad. A Fierro le pareció normal la escenaorque consi<strong>de</strong>raba a Daniel un buen amigo; al fin y al cabo yara congraciarse con él, tres meses atrás le había regalado unaamioneta Toyota blindada.160Daniel se acercó mientras sus hombres ro<strong>de</strong>aron n Fierro yal Zarco y <strong>los</strong> esposaron, amordazaron y obligaron a subir a suvehículo. <strong>El</strong> Zarco fue llevado a otro automotor. La caravana se<strong>de</strong>splazó a toda velocidad hacia una finca cercana, propiedad <strong>de</strong>Ramiro Vanoy, Cuco Vanoy. Una vez allí fueron sacados <strong>de</strong> <strong>los</strong>vehícu<strong>los</strong>, conducidos a una <strong>de</strong> las habitaciones y arrojados alpiso.Por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Daniel, sus hombres le dieron gran cantidad <strong>de</strong>puntapiés y bofetadas a Fierro mientras lo acusaban <strong>de</strong> ser directoresponsable <strong>de</strong> la Operación Milenio, <strong>de</strong> la que Cuco Vanoy erafugitivo, A<strong>de</strong>más, le gritaban que él era el papá <strong>de</strong> <strong>los</strong> sapos.Des<strong>de</strong> Cali, Várela llamó para reclamar su <strong>de</strong>recho a escucharlas confesiones <strong>de</strong> Fierro, que presenció impotente el instante enque <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong> Daniel le hicieron cuatro tiros en la cabeza alZarco. Terminada esta primera etapa <strong>de</strong> interrogatorio forzoso, Fierrofue entregado en Me<strong>de</strong>llín a un grupo enviado por Várela.Los secuestradores introdujeron a Fierro en el baúl <strong>de</strong> uno<strong>de</strong> sus vehícu<strong>los</strong> y se dirigieron raudos hacia <strong>los</strong> dominios <strong>de</strong>lcartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle. Durante el recorrido hacia Cali, <strong>los</strong>hombres <strong>de</strong> Várela lanzaron el vehículo <strong>de</strong> Fierro a un barrancoque <strong>de</strong>sembocaba en un río a la altura <strong>de</strong> un sitio conocido comoLa Pintada.Al día siguiente, Fierro fue a parar esposado y amordazadoa una cama en una vivienda <strong>de</strong>l barrio <strong>El</strong> Ingenio, en Cali, don<strong>de</strong>fue obligado a confesar sus intenciones con Diego Montoyae Iván Urdinola. No obstante, las revelaciones <strong>de</strong> Fierro, que aveces <strong>de</strong>sembocaban en largos discursos, no convencían <strong>de</strong>l todoa Várela, que optó por aumentar gradualmente las torturas y <strong>los</strong>oprobios característicos <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong>l narcotráfico.En medio <strong>de</strong> semejante drama, Fierro fue obligado a comunicarsecon un colaborador suyo en Me<strong>de</strong>llín, pero este nocontestó las llamadas. Con el paso <strong>de</strong> las horas, Fierro coníesóque en efecto era informante <strong>de</strong> las agencias fe<strong>de</strong>rales <strong>de</strong> EstadosUnidos. Várela, irritado, les dio la or<strong>de</strong>n a sus hombres <strong>de</strong> pren<strong>de</strong>rla motosierra. Hasta ahí llegó el famoso Julio Fierro, que cometió161


el grave erroi <strong>de</strong> regrosar ;i su tierra, don<strong>de</strong> el po<strong>de</strong>roso brazo <strong>de</strong>la mafia conocía en <strong>de</strong>talle todas sus andanzas.Tres días <strong>de</strong>spués, 3 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 2001, apareció Juan Cíir<strong>los</strong>Sierra, <strong>El</strong> Tuso, que aceptó colaborar en la operación y citó al ayudante<strong>de</strong> Fierro que no había respondido sus llamadas al mismoesta<strong>de</strong>ro al lado <strong>de</strong>l aeropuerto <strong>de</strong> Rionegro. Tres horas <strong>de</strong>spués<strong>de</strong>l encuentro, el hombre <strong>de</strong> Fierro y su hermano aparecieronmuertos en la cajuela <strong>de</strong> su vehículo. Con la muerte <strong>de</strong> Fierro ysu previsible confesión, su socio y compañero <strong>de</strong> aventura NicolásBergonzoli no tuvo otra opción que huir a Estados Unidos.Sólo tres días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l triste final <strong>de</strong> Julio Fierro, elturno fue para Juan Car<strong>los</strong> Ortiz, Cuchilla, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> eí día enque recobró su libertad se concentró en aten<strong>de</strong>r tres frentes: suseguridad, la seguridad <strong>de</strong> su familia y el control <strong>de</strong> sus negocios<strong>de</strong> narcotráfico. Grupos <strong>de</strong> sicarios cuidaban a sus seres queridos;eran hombres <strong>de</strong> su entera confianza que recibían buenos salarios,servicios médicos, primas navi<strong>de</strong>ñas, porcentajes en <strong>los</strong> envíos <strong>de</strong>drogas y otras ventajas.Por esa razón, ese lumpen criminal había adquirido gran<strong>de</strong>sextensiones <strong>de</strong> tierra, apartamentos confortables, lujos incomparablesy mayor estatus social. Mientras, Cuchilla vivía en laclan<strong>de</strong>stinidad, en barrios <strong>de</strong> clase baja, en compañía <strong>de</strong> susecretario <strong>de</strong> confianza.Des<strong>de</strong> su perspectiva, el enemigo más importante que teníaera Várela. Y aunque Cuchilla consi<strong>de</strong>raba a Chupeta como suamigo, socio y compañero <strong>de</strong> profesión, entre <strong>los</strong> dos había seriasdiferencias porque él apoyaba financieramente al clan Herrera,algo que en el cartel <strong>de</strong>l Norte era calificado como un acto <strong>de</strong> traición.Aún así, por la cabeza <strong>de</strong> Cuchilla no pasaba la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> queChupeta fuera a atentar contra él pese a <strong>los</strong> altercados que sosteníancontinuamente por cuenta <strong>de</strong> <strong>los</strong> Herrera.En el grupo <strong>de</strong> Várela existían dos ten<strong>de</strong>ncias sobre Cuchilla.Chupeta era presionado <strong>de</strong> manera implícita por Várela paraeliminar a su amigo. Se hablaba, se discutía, se analizaban <strong>los</strong>pros y <strong>los</strong> contras, pero no salía humo blanco.Pero Várela sr impuso y Chupeta no tuvo más remedio queaceptar la tarea <strong>de</strong> eliminar a su amigo porque <strong>los</strong> <strong>de</strong>más miembros<strong>de</strong>l cartel amenazaron con poner en duda su lealtad con laorganización, algo que se pagaba con la vida. Chupeta accedió aencabezar la operación <strong>de</strong> captura <strong>de</strong> su amigo Cuchi lia y lo citóen una finca cercana a Cali, en un sitio conocido como Chorro<strong>de</strong> Plata, en la vía a Pance. En el lugar, Chupeta y sus hombresestaban armados esperando a Cuchilla.Para ese entonces Chupeta ya había logrado sobornar a EdgarHurtado Jurado, para que no opusiera ninguna resistencia, encaso <strong>de</strong> algún operativo contra su jefe Cuchilla.Finalmente, en la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>l 2 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 2001, Cuchillaaccedió finalmente a visitar a su compañero. Como único acompañanteen su camioneta Toyota Prado con blindaje 5, Cuchillallevó a Hurtado, el hombre que a esas horas ya trabajaba paraChupeta.Los invitados llegaron al lugar <strong>de</strong>l encuentro. Chupeta hubierapodido capturar a su amigo allí mismo pero no se lo permitían <strong>los</strong>sentimientos encontrados por tratarse <strong>de</strong> su amigo <strong>de</strong> infancia; esetar<strong>de</strong> tomaron trago, recordaron experiencias pasadas, trajerona la memoria <strong>los</strong> vagos recuerdos <strong>de</strong> compañeros universitariosy hasta se expresaron mutuos afectos.Incómodo por la situación Chupeta se excusó con Cuchilla yle dijo que tenía un compromiso adquirido con anterioridad queno podía cancelar. Chupeta asintió y quedaron en encontrarse<strong>de</strong> nuevo al día siguiente, Terminada ia tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> diversión, a eso<strong>de</strong> las 7:30 p.m., Chupeta le or<strong>de</strong>nó al teniente Rodríguez queterminara la tarea que él había <strong>de</strong>jado empezada.De regreso a Cali <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l paseo campestre, Cuchilla intercambiabaopiniones con su conductor Edgar Hurtado, cuando <strong>de</strong>repente <strong>los</strong> ocupantes <strong>de</strong> otro automotor se acercaron y trataron<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirles algo con respecto a un vehículo que venía <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>el<strong>los</strong> y estaba haciendo cambio <strong>de</strong> luces.Cuando pasaban frente a la Universidad San Buenaventura,Hurtado redujo la velocidad y bajó el vidrio hasta don<strong>de</strong> el blindaje163


K mil dólares, Leef? [Estás loco I ¿Cómo so teocurre? Primero que todo, déjame <strong>de</strong>cirte que IIÍIOJ dos años estoyesperando mi Visa S para solucionar mi status legal en este país.Mira, cada vez que necesito viajar no puedo entrar por el aeropuertoporque no tengo papeles; tenes que ir vos mismo a recogerme ymeterme en tu barco por las Bahamas, como si yo fuera un balsero.Cuando te contraté hace dos años me prometiste que en menos<strong>de</strong> seis meses todo se habría solucionado. Mira que ni mi señora,ni mis hijos han podido entrar a colegios privados por falta <strong>de</strong>papeles. A esos agentes <strong>de</strong> la DEA que me presentaste la primeravez les hice sus positivos, convencido <strong>de</strong> que mis papeles estabanen trámite; me hicieron ir con toda mi familia al Headquarter atomarme las huellas. ¿Para qué? Todavía estoy esperándola famosaVisa S y ahora me salís con este cuento. No, Leef, la verdad nada<strong>de</strong> esto me está gustando —respondió Fernando, alterado.—Me confirmaron que tus papeles están en camino porqueel proceso ha estado <strong>de</strong>morado; pero tu Visa S me k prometierony siempre que has necesitado salir <strong>de</strong> viaje yo mismo te saco y teentro al país sin problema; si hemos esperado todo este tiempo, loque falta es muy poco, ten un poco <strong>de</strong> paciencia. Para lo que notenemos tiempo es para esto nuevo que está pasando Fernando;lo que le estoy cobrando no es nada para usted.—No, Leef, la DEA no me ha cumplido; cúmplame con lo<strong>de</strong> mi Visa S; usted me prometió mil cosas y hasta ahora no hevisto nada.—¿Cómo que no? Mis amigos <strong>de</strong> la agencia han sido tanleales a usted que no lo han molestado para nada; usted les dijo loque les dio la gana, les mintió, <strong>los</strong> engañó en todas las reuniones,les ha dicho que el narcotraficante era su hermano, que uste<strong>de</strong>ra un simple boy scout. A toda hora echándole el agua sucia aLa Flor, que a raíz <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> su hermano Orlando ustedprefirió alejarse <strong>de</strong> ese mundo, cuando usted, Fernando, mejorque nadie sabe, que eso no es así. Sí es verdad que usted les haayudado con algunos positivos, pero también les dice sólo lo quele conviene. Aún así, no lo han vuelto a llamar para nada, tenga166paciencia, su Visa S y l¡i <strong>de</strong> su familia Llegan seguro en una o dossemanas. Le repito, Fmiaiulino, necesito trabajar en este nuevocaso —replicó Fernán<strong>de</strong>z.—Pero ¿cómo me vas a cobrar tanta plata, Leef? Bueno, hagamosuna cosa: si en dos semanas me conseguís la Visa S, volvemosa reunimos para ver a qué arreglo líegamos —propuso Henao.—Fernandito, esto no tiene nada que ver con tu Visa S, estoes nuevo.<strong>El</strong> tira y afloje duró más <strong>de</strong> dos horas y al final Henao saliódisgustado porque al final no llegaron a un acuerdo. Bajó al sótano<strong>de</strong>l edificio don<strong>de</strong> había estacionado su EMW X5 azul y saliórumbo sur hasta tomar la us-1 hacia su casa.— Mi amor, estoy mamado. Ese hp <strong>de</strong> Leef quiere sacarmeplata todos <strong>los</strong> meses con sus cuentos chimbos; ya le he dadomás <strong>de</strong> dos millones <strong>de</strong> dólares y llevamos dos anos esperando<strong>los</strong> papeles y nada. Ahora me salió con que tengo que darle otros500.000. No sé qué hacer. Por un lado se aparece aquí en la casacon oficiales <strong>de</strong> la DEA que supuestamente son sus amigos. Otrasveces me sale con que tengo nuevas investigaciones y cuando necesitoviajar fuera <strong>de</strong>l país extrañamente él me saca y me entra ensu barco. Ese gordo es como raro. ¿No será que tiene su negociopersonal con la Policía y se reparte la plata con el<strong>los</strong>? —le dijoHenao a su esposa.—¿Por qué no te asesoras con otro abogado? —propusoPaloma.—Tienes razón. Por ahí tengo la tarjeta <strong>de</strong> un señor muy bueno<strong>de</strong> apellido Williams; si en dos semanas no nos dan la Visa S voya hablar con ese abogado.—¿Y qué dice Miguel Solano <strong>de</strong> todo eso?—Está peor que nosotros; Leef lo tiene con el mismo cuento...que <strong>los</strong> papeles, que sí, que no, que la otra semana, mejor dicho,tiene más papeles un pescado que Miguel.Las semanas pasaron y la Visa S no llegó. Cansado <strong>de</strong> la pesadillaque estaba viviendo y presionado por la nueva suma queFernán<strong>de</strong>z exigía, Henao visitó finalmente al abogado Williams167


—¿Quinientos mil dolarás, I -t-t-l> J ¡Estás locol ¿Cómo se u-ocurre? Primero que todo, déjame déciíte que haca dos años estoyesperando mi Visa S para solucionar mi status legal en este país.Mira, cada vez que necesito viajar no puedo entrar por el aeropuertoporque no tengo papeles; tenes que ir vos mismo a recogerme ymeterme en tu barco por las Bahamas, como si yo fuera un balsero.Cuando te contraté hace dos años me prometiste que en menos<strong>de</strong> seis meses todo se habría solucionado. Mira que ni mi señora,ni mis hijos han podido entrar a colegios privados por falta <strong>de</strong>papeles. A esos agentes <strong>de</strong> la DEA que me presentaste la primeravez les hice sus positivos, convencido <strong>de</strong> que mis papeles estabanen trámite; me hicieron ir con toda mi familia al Headquarter atomarme las huellas. ¿Para qué? Todavía estoy esperando la famosaVisa S y ahora me salís con este cuento. No, Leef, la verdad nada<strong>de</strong> esto me está gustando —respondió Fernando, alterado.—Me confirmaron que tus papeles están en camino porqueel proceso ha estado <strong>de</strong>morado; pero tu Visa S me la prometierony siempre que has necesitado salir <strong>de</strong> viaje yo mismo te saco y teentro al país sin problema; si hemos esperado todo este tiempo, loque falta es muy poco, ten un poco <strong>de</strong> paciencia. Para lo que notenemos tiempo es para esto nuevo que está pasando Fernando;lo que le estoy cobrando no es nada para usted.—No, Leef, la DEA no me ha cumplido; cúmplame con lo<strong>de</strong> mi Visa S; usted me prometió mil cosas y hasta ahora no hevisto nada.—¿Cómo que no? Mis amigos <strong>de</strong> la agencia han sido tanleales a usted que no lo han molestado para nada; usted les dijo loque les dio la gana, les mintió, <strong>los</strong> engañó en todas las reuniones,les ha dicho que el narcotraficante era su hermano, que uste<strong>de</strong>ra un simple boy scout. A toda hora echándole el agua sucia aLa Flor, que a raíz <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> su hermano Orlando ustedprefirió alejarse <strong>de</strong> ese mundo, cuando usted, Fernando, mejorque nadie sabe, que eso no es así. Sí es verdad que usted les haayudado con algunos positivos, pero también les dice sólo lo quele conviene. Aún así, no lo han vuelto a llamar para nada, tenga166paciencia, su Visa S y l¡i <strong>de</strong> su camino uegan seguro en una o tíosSemanas. Le repito, l''a.'iiandi.no, QeeeaítO trabajar en este nuevocaso —replicó Fernán<strong>de</strong>z.—Pero ¿ cómo me vas a cobrar tanta plata, Leef? Bueno, hagamosuna cosa: si en dos semanas me conseguís la Visa S, volvemosa reunimos para ver a qué arreglo llegamos —propuso Henao.—Fernandito, esto no tiene nada que ver con tu Visa S, estoes nuevo.<strong>El</strong> tira y afloje duró más <strong>de</strong> dos horas y al final Henao saliódisgustado porque al final no llegaron a un acuerdo. Bajó al sótano<strong>de</strong>l edificio don<strong>de</strong> había estacionado su BMW X5 azul y saliórumbo sur hasta tomar la us-1 hacia su casa.— Mi amor, estoy mamado. Ese hp <strong>de</strong> Leef quiere sacarmeplata todos ios meses con sus cuentos chimbos; ya le he dadomás <strong>de</strong> dos millones <strong>de</strong> dólares y llevamos dos años esperando<strong>los</strong> papeles y nada. Ahora me salió con que tengo que darle otros500.000. No sé qué hacer. Por un lado se aparece aquí en la casacon oficiales <strong>de</strong> la DEA que supuestamente son sus amigos. Otrasveces me sale con que tengo nuevas investigaciones y cuando necesitoviajar fuera <strong>de</strong>l país extrañamente él me saca y me entra ensu barco. Ese gordo es como raro. ¿No será que tiene su negociopersonal con la Policía y se reparte la plata con el<strong>los</strong>? —le dijoHenao a su esposa.—¿Por qué no te asesoras con otro abogado? •—propusoPaloma.—Tienes razón. Por ahí tengo la tarjeta <strong>de</strong> un señor muy bueno<strong>de</strong> apellido Williams; si en dos semanas no nos dan la Visa S voya hablar con ese abogado.—¿Y qué dice Miguel Solano <strong>de</strong> todo eso?—Está peor que nosotros; Leef lo tiene con el mismo cuento...que <strong>los</strong> papeles, que sí, que no, que la otra semana, mejor dicho,tiene más papeles run pescado que Miguel.Las semanas pasaron y la Visa S no llegó. Cansado <strong>de</strong> la pesadillaque estaba viviendo y presionado por la nueva suma queFernán<strong>de</strong>z exigía, Henao visitó finalmente al abogado Williams167


y le hizn un coito relato


25«¡Somos <strong>de</strong>l FBI!»Poco antes <strong>de</strong> las 5 a,m. <strong>de</strong>l jueves 13 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2001,el FJ31 ro<strong>de</strong>ó la casa <strong>de</strong> Henao en el 5940 SW 94 Street, <strong>de</strong> Pinecrest,en Miami, y cerraron el acceso <strong>de</strong> vehícu<strong>los</strong> y peatones entres cuadras a la redonda.Medía hora más tar<strong>de</strong>, <strong>los</strong> agentes encubiertos tocaron la puerta.Henao y su esposa se vistieron con lo primero que encontraron,mientras afuera retumbaban cada vez más fuerte <strong>los</strong> golpes <strong>de</strong>la puerta. Cuando iba por el corredor hacia la puerta principal,Henao alcanzó a ver por la ventana algunas patrullas <strong>de</strong> Policíacon las luces encendidas y pensó que algo estaba mal.—¿Quién es? —preguntó, nervioso, al llegar a la puerta.— ¡La Policía, somos el FBJ! ¡Abra la puerta!Los primeros en atravesar la entrada a la casa fueron <strong>los</strong> dosoficíales que llegaron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Nueva York; acto seguido 15 agentesmás con chalecos <strong>de</strong>l FBJ y fusiles <strong>de</strong> asalto M-P4 se repartieronpor toda la vivienda. Una vez controlada la situación esposarona Henao y lo condujeron a una <strong>de</strong> las patrullas. En ese momentole leyeron sus <strong>de</strong>rechos y le pidieron autorización para examinar170su computadora personal. Según <strong>de</strong>cía la acusación, I tetífiohabíaconspirado píira ¡nirmludí'<strong>de</strong>cenas di' toneladas <strong>de</strong> cocaína <strong>de</strong>s<strong>de</strong>Colombia hacia Estados Unidos vía Venezuela y México.Cuando terminó el procedimiento en su resi<strong>de</strong>ncia, Henaofue conducido al Fe<strong>de</strong>ral Detention Center, FDC, <strong>de</strong> Miami, don<strong>de</strong>lo esperaba un oficial <strong>de</strong>l Bureau of Prisons, BOP, para procesarloy reseñarlo. Luego fue conducido a un vestier común don<strong>de</strong> otrooficial le or<strong>de</strong>nó quitarse la ropa.Ante la mirada inquisitiva <strong>de</strong>l oficial <strong>de</strong>l BOP, Henao, confundidotodavía, se <strong>de</strong>spojó <strong>de</strong> la camisa, <strong>los</strong> tenis, las medias y lasuda<strong>de</strong>ra. En ese momento el uniformado arrojó <strong>de</strong> un puntapiéuna caja <strong>de</strong> cartón que estaba a su lado.—Meta ahí su ropa, ¡apúrese! —gritó el guardia y Henaoacomodó rápidamente sus pocas propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la caja.—-Señor Henao, <strong>los</strong> calzoncil<strong>los</strong> también —dijo el carcelero,más calmado.—¿Me quedo empeloto? —indagó el colombiano, cada vezmás nervioso.—Sí, empeloto, señor.Al terminar el incómodo episodio, el oficial se dirigió al<strong>de</strong>tenido y le dijo:—Ahora, arriba las manos, gírelas <strong>de</strong> un lado, gírelas <strong>de</strong>l otro,abra la boca, saque la lengua, sacúdase el pelo, muéstreme unaoreja, muéstreme la otra, levántese las pelotas, voltéese, levanteun pie, levante el otro, ábrase las nalgas, agáchese, tosa, tosa másduro, vuélvase a voltear, apure.Después <strong>de</strong> agotar todas las posibilida<strong>de</strong>s, el oficial caminóhacia la bo<strong>de</strong>ga <strong>de</strong> ropa <strong>de</strong>l FDC <strong>de</strong> don<strong>de</strong> sacó pantaloncil<strong>los</strong>bolsudos, medias blancas, una camisa <strong>de</strong>l mismo color, unaschancletas plásticas <strong>de</strong> <strong>los</strong> años cincuenta y un uniforme ver<strong>de</strong>tres tallas más gran<strong>de</strong> que las camisas Versace que Henao utilizaba.Minutos más tar<strong>de</strong> sacó al reo <strong>de</strong>l pequeño vestier y lo parófrente a una cámara fotográfica don<strong>de</strong> le hizo placas <strong>de</strong> frente,<strong>de</strong> un lado y <strong>de</strong>l otro.171


Ahora venga para acá y páseme su mano <strong>de</strong>recha parala huella <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>dos —concluyó el oficial. Luego sentenció—:A esto <strong>de</strong>be acostumbrarse por <strong>los</strong> próximos 19 años <strong>de</strong> su viday el <strong>de</strong>recho a pertenecer al cartel <strong>de</strong> <strong>los</strong> sapos.Al día siguiente, <strong>los</strong> agentes encargados <strong>de</strong>l caso regresaron ala casa con una or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un juez en la que autorizaba una completainspección a la resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Henao. Se llevaron documentos,fotos, discos <strong>de</strong> computadoras, libros, archivos <strong>de</strong> bancos y unsin número <strong>de</strong> cajas que fueron a parar al expediente abierto encontra <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle,Tras la cinematográfica captura <strong>de</strong> Fernando Henao <strong>los</strong> narcoscolombianos perdieron por completo eí horizonte porquela versión light que les había vendido el regor<strong>de</strong>te y retorcidoinvestigador Leef Fernán<strong>de</strong>z resultó ser un completo fiasco, unglobo inflado que explotó al primer <strong>de</strong>scuido y con él las buenasintenciones <strong>de</strong> muchos narcos que aún no entendían que estaversión <strong>de</strong>l crossover sólo era fruto <strong>de</strong> la habilidad <strong>de</strong>l lenguaje<strong>de</strong> Fernán<strong>de</strong>z, que sacaba provecho <strong>de</strong>l sistema fe<strong>de</strong>ral americanopara convertir su propuesta <strong>de</strong> quedar a paz y salvo con elTío Sam en un negocio <strong>de</strong>scarado en aras <strong>de</strong> su lucro personal,aprovechándose una vez más <strong>de</strong> la mentalidad retorcida <strong>de</strong> <strong>los</strong>narcotraficantes <strong>de</strong> Colombia.A partir <strong>de</strong> ese 13 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2001 las tres versionesoriginales <strong>de</strong>l crossover <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> existir.Mientras tanto, en la prisión <strong>de</strong> Nueva York el Negro Asprillaempezaba a enten<strong>de</strong>r la magnitud <strong>de</strong> la catástrofe, pero ya era muyTar<strong>de</strong> para enmendar sus errores. Sólo hasta ahora se daba cuenta<strong>de</strong> que Fernán<strong>de</strong>z también lo engañaba <strong>de</strong>liberadamente.Los primeros en sentir la <strong>de</strong>scarga eléctrica <strong>de</strong> 2.000 voltiosfueron Miguel Solano y Chepe Puello, que unos pocos días <strong>de</strong>spuésabordaron un vuelo en el aeropuerto <strong>de</strong> Fort Lau<strong>de</strong>rdale rumboa McAllen, Texas, porque estaban a punto <strong>de</strong> terminar presos aligual que su compañero caído en <strong>de</strong>sgracia.De <strong>El</strong> Paso, Texas, pasaron a Ciudad Juárez don<strong>de</strong> se reunieroncon su socio mexicano Vicente Carrillo y aprovecharon para172cuadrar Jns cuentas <strong>de</strong> IOH embarqvtei <strong>de</strong> cocaína recientes. Lasagencias fe<strong>de</strong>rales empezaban a conocer ahora la realidad <strong>de</strong>lcartel <strong>de</strong>l Norte y a dar como ciertas las artimañas <strong>de</strong> MiguelSolano puestas en evi<strong>de</strong>ncia por La Flor.<strong>El</strong> 28 <strong>de</strong> diciembre, Solano y Puello llegaron a Bogotá y <strong>de</strong>inmediato se reportaron ante Diego Montoya y Rasguño, que,<strong>de</strong>sconcertados, citaron a una cumbre <strong>de</strong> la cúpula <strong>de</strong>l cartel enla hacienda <strong>El</strong> Vergel con el fin <strong>de</strong> analizar las consecuencias <strong>de</strong>la captura <strong>de</strong> Fernando Henao.Para efectos <strong>de</strong> la reunión, Rasguño ofició como maestro <strong>de</strong>ceremonias. Arcángel había arribado la víspera y a eso <strong>de</strong> las 9a.m. llegaron en un helicóptero Don Berna y Car<strong>los</strong> Castaño enrepresentación <strong>de</strong> las auto<strong>de</strong>fensas. A las 9:15 a.m. hicieron lopropio Víctor Patino y su compadre Juan Car<strong>los</strong> Ramírez, Chupeta',cinco minutos <strong>de</strong>spués aparecieron Diego Montoya y MiguelSolano en una camioneta Range Rover color vinotinto,En el comedor disfrutaron <strong>de</strong> un típico <strong>de</strong>sayuno vaüecaucano:huevos revueltos con cebolla y tomate, pan, pan<strong>de</strong>bono,buñue<strong>los</strong> y un espumoso chocolate Luker. Al iniciar la cumbresecreta <strong>de</strong> narcotraficantes, el primer punto que abordaron fueel <strong>de</strong> establecer las posibles causas <strong>de</strong> la captura <strong>de</strong> Fernandoen Miami.Car<strong>los</strong> Castaño tomo la palabra:—-Señores, en cuanto a lo <strong>de</strong> Baruch Vega, está claro que fue<strong>El</strong> Médico; yo lo tenía listico para matarlo, pero <strong>El</strong>kin, el <strong>de</strong> laTerraza lo llamó, le avisó y por eso se me escapó ese hijueputa.Es tan <strong>de</strong>scarado que hasta me puso a cuidarlo porque me envióuna carta haciéndome responsable ante Estados Unidos <strong>de</strong> lo queles pudiera pasar a él o a su familia; pero bueno, ahora está presoen Allenwood, Pensilvánia, pagando su sentencia. Lo <strong>de</strong>l negocio<strong>de</strong>scarado <strong>de</strong> la venta <strong>de</strong> franquicias por parte <strong>de</strong> Julio Fierro <strong>los</strong>olucionamos entre todos, pero sigo sin enten<strong>de</strong>r qué pasó con<strong>los</strong> arreg<strong>los</strong> <strong>de</strong> Leef Fernán<strong>de</strong>z, que sí eran buenos,—<strong>El</strong> que nos dañó el arreglo fue el hijo <strong>de</strong> puta <strong>de</strong> Florecita—respondió Miguel Solano,173


eciiii? ¿Ess quién es? —preguntó Gsstafl'O.—Pues el que anda ahora con la viuda <strong>de</strong> Julio Fierro, o seaNatalia París; ese malparido es Florecita —resumió Rasguño.*—¡Ah sí!, ya sé cuál es —dijo Castaño.—Eso no es nada; vive en Miami tranquilo, como si nada, perolo que no sabe ese hijueputa es que lo tengo ubicado —interpelóChupeta.—¿Entonces cuál es el paso a seguir? —preguntó <strong>de</strong> nuevoCastaño.—Déjeme a mí lo <strong>de</strong> Florecita, no se preocupen que el Tenientese encarga <strong>de</strong> matar a ese malparido —respondió Chupeta.Una vez aclarado este punto, Rasguño continuó como maestro<strong>de</strong> ceremonias, respaldado por la confianza que Castaño y Patino<strong>de</strong>positaban en él.—Lo que tenemos que hacer es unirnos, <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> tirar cadauno para su lado; así no vamos para ninguna parte, <strong>de</strong>bemos enfilara toda la gente que nos colabora porque se nos pue<strong>de</strong> salir<strong>de</strong> las manos. Miren lo que está pasando con Tocayo y Várela, aquienes llamamos y les dijimos que vinieran a la cita, pero miren,hacen lo que les da la gana —-dijo Rasguño y movió un poco susilla alejándola <strong>de</strong>l comedor. Luego se quitó la gorra <strong>de</strong> beisbolistay la puso sobre la mesa.—Yo hablé con Várela, pero la verdad él piensa que la genteque está haciendo esos arreg<strong>los</strong> con <strong>los</strong> americanos son todossapos —respondió <strong>El</strong> Mocho Henao.—Creo que ese mensaje es para mí. ¿Cómo me va a mandar<strong>de</strong>cir esto? Si yo no he dicho nada. Eso lo he hablado con Diegoy la verdad no voy a permitir que nadie me falte al respeto <strong>de</strong> esamanera, tratándome <strong>de</strong> sapo; ni siquiera ese hijo <strong>de</strong> puta <strong>de</strong> Várela—-replicó Solano.La reunión continuó por espacio <strong>de</strong> tres horas. En este nuevointento <strong>de</strong> reunificación <strong>de</strong>í cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle no se podíaper<strong>de</strong>r la oportunidad para <strong>de</strong>jar claros algunos temas y poco apoco fueron saliendo conclusiones. La primera: el que <strong>de</strong>late aotro se muere. Y como tarea conjunta, acordaron i<strong>de</strong>ntificar a <strong>los</strong>174posibles soplones. Ninguno ¡nubín siqnii-m kuvr v\ Intento <strong>de</strong>brincar ¡i Estados Unidos.Antes <strong>de</strong> terminar la reunión clan<strong>de</strong>stina, Chupeta pidió <strong>de</strong>nuevo la palabra para <strong>de</strong>jar en claro que él se encargaría <strong>de</strong> laejecución <strong>de</strong>l plan para asesinar al arrinconado, agotado y disminuidoFlorecita.—<strong>El</strong> Teniente lo tiene ubicado en la capital mexicana, ahí levoy a hacer llegar su regalito —-sentenció.Sobre las 2 <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, <strong>los</strong> tres grupos <strong>de</strong> narcotraficantes semarcharon como llegaron: Miguel Solano y Diego Montoya ensu camioneta Range Rover; Castaño y Don Berna rumbo a lasmontañas <strong>de</strong> Córdoba en su helicóptero y con un millón <strong>de</strong> dólaresen efectivo, la tarifa mensual que Rasguño <strong>de</strong>bía pagar porsu ejército privado <strong>de</strong> paramilitares; Víctor Patino y Chupeta <strong>de</strong>regreso a Cali a sus quehaceres habituales y por último Rasguñoy <strong>El</strong> Mocho fueron a terminar un partido <strong>de</strong> fútbol que teníanpendiente.Extrañamente, en dicha reunión todos sufrieron amnesia crónicaporque ninguno logró explicar cuál <strong>de</strong> el<strong>los</strong> era más sapo queel otro. Ninguno se reíirió al hecho <strong>de</strong> que el<strong>los</strong> mismos habíanintentado por su lado solucionar sus problemas con la justiciaamericana, a costa <strong>de</strong> <strong>de</strong>latar a algunos <strong>de</strong> sus más cercanos colaboradoresy a otros narcotraficantes <strong>de</strong> segunda línea.Ese día, todos hicieron gala <strong>de</strong>l difícil arte <strong>de</strong> sostener unamesa <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>s acuñada con tres estacones <strong>de</strong> mentiras. Contodo y las consecuencias <strong>de</strong>sastrosas que podía traer un nuevointento por saltar al lado <strong>de</strong> las agencias americanas, cada unopor su lado, a espaldas <strong>de</strong>l otro, sabía que era necesario indagaresa posibilidad.Al final <strong>de</strong> la cumbre a muchos les quedó claro que el más<strong>de</strong>scarado <strong>de</strong> todos había sido Miguel Solano, quien inculpó aLa Flor para no dar explicaciones sobre su condición <strong>de</strong> dobleagente.Superado el susto <strong>de</strong> poner la cara ante la plana mayor <strong>de</strong>lnarcotráfico en Colombia, Solano, acompañado por Diego Mon-175


tuya, (UL- a saludar ú la caree] <strong>de</strong> iiíi^m efl Antioquiu ;i sü mentor,socio y amigo, Iván Urdinola, para ponerlo al tanto <strong>de</strong> la situacióny darle su versión <strong>de</strong> la captura <strong>de</strong> su cuñado Fernando Henao.Montoya y Solano ingresaron al centro penitenciario don<strong>de</strong>compartieron una tar<strong>de</strong> amena, jugaron cartas, dominó y parqués.Después <strong>de</strong> la cena, entrada la noebe, salieron <strong>de</strong>l lugar con lacerteza <strong>de</strong> que Urdinola estaba <strong>de</strong> su parte y no apoyaba la actitudhostil <strong>de</strong> Várela.26Infarto fulminante.<strong>El</strong> 23 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 2002, pocos días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la visita <strong>de</strong>Solano, Urdinola recibió a dos <strong>de</strong> sus primos, que ingresarona la cárcel como <strong>de</strong> costumbre, es <strong>de</strong>cir, luego <strong>de</strong> suplantar l;ii<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> otras dos personas. Tras pasar al segundo control,el oficial a cargo <strong>los</strong> miró fijamente y les dijo:—Señores, ¿qué llevan ahí?—Es comidita para Iván —respondió uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong>.<strong>El</strong> oficial abrió el termo, que contenía comida y lo cerró nu&vamente mientras llegaba la autorización para continuar.—Estas huellas <strong>de</strong> la reseña no coinci<strong>de</strong>n con las <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s, pero no se preocupen, el señor Iván me compensará <strong>de</strong>alguna manera; sigan y perdonen la molestia.Después <strong>de</strong> pasar por dos controles más, <strong>los</strong> primos llegaronal patío tres, don<strong>de</strong> <strong>los</strong> esperaba Urdinola.—-Primos, ¿trajeron comidita preparada en casa? ¿La hizo ni itía? Déjenme ver, déjenme ver. Eso huele muy bueno.—Mira, primo, lo que te mandó mi mamá.176177


—Lechona rellena, |Quá regalazoj mi tía todavía se acuerdacuál es mi comida favorita! En un ratico nos la comemos, sigan,sigan. ¿Cómo estala familia? Cuéntenme.Así transcurrieron tres horas <strong>de</strong> visita y las historias familiaresestuvieron a la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l día. En la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>voraron la comida .enviada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>El</strong> Dovio y terminaron el remanente <strong>de</strong> whiskySello Azul <strong>de</strong> la última juerga. En la noche, Iván acompañó asus primos, ya borrachos, hasta la puerta <strong>de</strong> salida <strong>de</strong>l penal y<strong>los</strong> <strong>de</strong>spidió con el compromiso <strong>de</strong> repetir la siguiente semana latar<strong>de</strong> <strong>de</strong> esparcimiento.Uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> oficiales encargados <strong>de</strong> la custodia <strong>de</strong>l penal sepercató <strong>de</strong>l alto grado <strong>de</strong> alcohol <strong>de</strong> Urdinola y lo condujo <strong>de</strong>regreso a su dormitorio, lo recostó en su cama, le quitó <strong>los</strong> tenis,lo arropó, apagó la luz <strong>de</strong> la celda y cerró la puerta.Al día siguiente, a eso <strong>de</strong> las 10 a.m., Urdinola esperaba lavisita <strong>de</strong> su esposa Lorena Henao. Aún con el guayabo <strong>de</strong> la nocheanterior, se levantó, sacó un analgésico <strong>de</strong> la mesa <strong>de</strong> noche,caminó hasta el nochero <strong>de</strong>l lado opuesto, estiró la mano paraalcanzar el celular y llamó a Lorena.—Mija, dón<strong>de</strong> está —preguntó el trasnochado Iván.—Acabo <strong>de</strong> salir <strong>de</strong>l aeropuerto José María Córdova y toméla vía Las Palmas rumbo a Itagüí; ¿por qué? —respondió Lorena,extrañada.—Mija, anoche me tomé unos tragos con <strong>los</strong> primos y no sési son <strong>los</strong> años o el hígado porque me duele todo, siento un dolormuy fuerte en el pecho y casi no puedo respirar. Devuélvase ala casa, yo me voy a recostar otro ratico a ver si se me pasa estedolor.—Iván, estás tomando mucho trago, te lo he dicho mÜ vecesy no me haces caso. Voy a buscar un médico para llevártelo.—Mija, no me eche cantaleta, me duele mucho la cabeza, mesiento muy mal, tengo un dolor insoportable en el pecho, casi nopuedo res...pi...rar.En ese preciso instante, Lorena escuchó un golpe fortísimo,coma sí algo hubiera caído al piso. <strong>El</strong> teléfono rodó por el suelo.(ion itn.i mano Intentó ulam/m el aparato y con it otra apretófuertemente el pecho.No muy lejos tío ;illi, Lorena intentaba sin éxito una nuevacomunicación con su esposo; como no lo logró, <strong>de</strong>cidió llamaral celular <strong>de</strong> lómate, el secretario personal <strong>de</strong> Urdinola en elcentro <strong>de</strong> reclusión.—Hágame un favor, Tomate; vaya rápido a la celda <strong>de</strong> Ivánque algo le pasó, estoy segura. Apúrese.Tomate cruzó la prisión <strong>de</strong> un extremo a otro y cuando llegó ala celda <strong>de</strong> Urdinola en el patrio 3 <strong>de</strong>scubrió que la puerta estabacerrada y asegurada por <strong>de</strong>ntro. Golpeó con fuerza, al tiempoque gritaba Iván, Iván, Iván, intentando obtener una respuesta.Como nadie respondió, corrió hacia el puesto <strong>de</strong> mando <strong>de</strong> laguardia penitenciaria, que tardó más <strong>de</strong> 30 minutos para abrirla pesada puerta. Lorena, entre tanto, seguía en contacto conTomate.Los vigilantes encontraron a Urdinola tirado sobre el suelo,intentando alcanzar el teléfono celular con su brazo. De su bocasalía espuma blanca. A pocos minutos <strong>de</strong> allí estaba la clínica LasAméricas, a don<strong>de</strong> fue trasladado <strong>de</strong> inmediato en una improvisadaambulancia. Pero todo fue inútil.En la clínica hicieron el levantamiento <strong>de</strong>l cadáver <strong>de</strong> Urdinolaen presencia <strong>de</strong> Lorena. Fue <strong>de</strong>clarado muerto a las 11 a.m.<strong>de</strong>l 24 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 2002. De ahí lo trasladaron al Instituto <strong>de</strong>Medicina Legal, que luego <strong>de</strong> practicar la autopsia <strong>de</strong>terminó queel narcotrafícante había muerto <strong>de</strong> un infarto fulminante.<strong>El</strong> féretro fue conducido al municipio <strong>de</strong> Zarzal en el avión<strong>de</strong> Miguel Solano. Allí y por or<strong>de</strong>n expresa <strong>de</strong> Diego Montoya,un médico forense practicó una segunda autopsia para <strong>de</strong>spejaralgunas dudas. Para tranquilidad <strong>de</strong> todos, el resultado fue elmismo. Al día siguiente <strong>los</strong> restos <strong>de</strong> Urdinola fueron conducidosa <strong>El</strong> Dovio, su pueblo natal, a bordo <strong>de</strong> un carro mortuorioescoltado,por una caravana gigantesca.A las honras fúnebres asistió el pueblo entero, que consi<strong>de</strong>rabaa Urdinola como una verda<strong>de</strong>ra leyenda; lo admiraban y le.178 179


agra<strong>de</strong>cían haberles 1 levado I»/, ti^un, alcantarillado, caríetwapavimentada y. <strong>de</strong> su mano, el <strong>de</strong>sarrollo como tal.En medio <strong>de</strong>l gentío sobresalían sus más cercanos colaboradores—todos el<strong>los</strong> fíeles exponentes <strong>de</strong> su legado—, su familia, la<strong>de</strong> su esposa y unos cuantos "lavaperros", término coloquial conel que se conoce a las personas sin importancia en el mundo <strong>de</strong>lnarcotráfico. <strong>El</strong> carro <strong>de</strong> bomberos <strong>de</strong>l pueblo condujo el féretrohasta su última morada, don<strong>de</strong> fue sepultado con honores antecerca <strong>de</strong> 3.000 fervientes admiradores <strong>de</strong> sus obras sociales.Una semana <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber sido sepultado, extrañamentellegó una or<strong>de</strong>n gubernamental para que el cuerpo <strong>de</strong> Urdinolafuera exhumado y se le practicara una tercera autopsia. Segúncuentan esa or<strong>de</strong>n provino directamente <strong>de</strong> Estados Unidos.A partir <strong>de</strong> ese día se tejieron muchas hipótesis sobre el extrañofallecimiento <strong>de</strong> este enconado y astuto narcotraficante.Las conjeturas corrieron por cuenta <strong>de</strong> algunos integrantes <strong>de</strong>la familia Henao, que responsabilizaron a Car<strong>los</strong> Castaño, reconocidoenemigo público <strong>de</strong> Urdinola. Otra <strong>de</strong> las dudas provino<strong>de</strong> Diego Montoya, a quien no le cabía duda alguna <strong>de</strong> que el<strong>de</strong>ceso era obra <strong>de</strong> Várela con ayuda extraña. Paradójicamente, <strong>los</strong>dolientes directos <strong>de</strong> la familia Urdinola señalaron como posibleresponsable a Lorena.Para enten<strong>de</strong>r <strong>los</strong> conflictos que ro<strong>de</strong>aron la relación entreIván y Lorena es necesario recordar <strong>los</strong> estrechos víncu<strong>los</strong> <strong>de</strong>sangre que unían a las familias Henao y Urdinola.A principios <strong>de</strong> 1998, Lucio Quintero, empleado y hombre<strong>de</strong> confianza <strong>de</strong> la familia Urdinola, había empezado a trabajarcomo conductor y escolta personal <strong>de</strong> Lorena.Lucio fungía como un excelente padre <strong>de</strong> familia y fiel compañero<strong>de</strong> su esposa. Pero todo acabó a mediados <strong>de</strong> ese año,cuando ella murió en un acci<strong>de</strong>nte automovilístico al estrellarsecontra un árbol a 100 kilómetros por hora. <strong>El</strong> choque ocurrió enla vía entre La Unión y Roldanillo, pero a sus parientes y amigoscercanos les causó extrañeza porque ella era muy precavidacuando conducía.180Un ilta antes dr su muerte coínió en una '¡isa <strong>de</strong> propiedad<strong>de</strong> Lorena, la jefa <strong>de</strong> MU esposo Lucio, La apetitosa merienda lúepreparada por el chef <strong>de</strong> cabecera <strong>de</strong> la dueña <strong>de</strong> la casa. Contratodos <strong>los</strong> pronósticos y luego <strong>de</strong> realizada la autopsia, el reporte<strong>de</strong> Medicina Legal señaló que en <strong>los</strong> segundos anteriores a lacolisión la víctima sufrió un infarto fulminante que le impidiómaniobrar el vehículo.Como si esto fuera poco, tres semanas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte,apareció flotando en las aguas turbias y cauda<strong>los</strong>as <strong>de</strong>l río Caucael cadáver <strong>de</strong>l chef <strong>de</strong> cabecera <strong>de</strong> Lorena Henao.En <strong>los</strong> primeros meses <strong>de</strong> 1999, la familia <strong>de</strong> Urdinola habíaempezado a sospechar <strong>de</strong> una posible relación sentimental entreLorena y su conductor, Lucio Quintero, quien en varías ocasionesfue visto saliendo a altas horas <strong>de</strong> la noche <strong>de</strong> la habitación <strong>de</strong> lapatrona. Al mismo tiempo, uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> hijos <strong>de</strong> Lorena observócómo Lucio se encargaba <strong>de</strong> poner bronceador en el cuerpo <strong>de</strong>su madre cuando esta tomaba el sol en la piscina <strong>de</strong> su casa.<strong>El</strong> chisme <strong>de</strong> la posible relación entre Lorena y Lucio corriócomo pólvora en la familia Urdinola. Iván, el ofendido esposo <strong>de</strong>Lorena, fue el último en enterarse por la infi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> su hijo y<strong>de</strong> dos <strong>de</strong> sus hermanas. La reacción <strong>de</strong> Urdinola fue inmediatay en junio <strong>de</strong> 1999 sentenció a muerte a Lucio Quintero, peroLorena le avisó a tiempo y este corrió a poner la <strong>de</strong>nuncia en laFiscalía General. En la <strong>de</strong>manda estipuló que si algo le ocurríael único responsable sería Urdinola. Muerto <strong>de</strong>l susto, Quinterohuyó hacia Panamá. Y hasta Panamá voló Lorena para reencontrarsecon su conductor.Lorena e Iván estuvieron separados por más <strong>de</strong> dos años,pero a principios <strong>de</strong> 2002 el capo intentó arreglar las cosas consu esposa. En ese proceso <strong>de</strong> reconquista se encontraba hasta eldía <strong>de</strong> su muerte.Tras el <strong>de</strong>ceso <strong>de</strong> Iván, su hermano Julio Fabío creyó encontrarla oportunidad perfecta para cobrar la <strong>de</strong>slealtad <strong>de</strong> LucioQuintero, pero otra vez Lorena se enteró y como una fiera salióen <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> su chofer.181


—Vea, Julio Pablo, si usted te liacc algo ;i I -ndo, lo mato—k>dijo la señora Henao a su ex cuñado.Convencida <strong>de</strong> que Julio Fabio no se quedaría quieto, ía malvada-viudapuso sobre aviso a Várela, fiel servidor <strong>de</strong> <strong>los</strong> Henao,y lo citó en algún lugar <strong>de</strong>sconocido, De ese encuentro salió unpacto indisoluble,•—Vea, Varclita, ayú<strong>de</strong>me a recoger las propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Iván enel cañón <strong>de</strong> Garrapatas y usted se queda con la mitad. Todas esastierras son <strong>de</strong> Iván pero su familia se quiere quedar con lo quemepertenece por <strong>de</strong>recho propio; eso es mío y <strong>de</strong> mis hijos.—-Está bien, vamos y me muestra todas las fincas <strong>de</strong> las queusted me está hablando —respondió Várela.Después <strong>de</strong> recorrer las escarpadas montañas <strong>de</strong>l cartón, conla <strong>de</strong>sprotegida viuda, <strong>los</strong> familiares <strong>de</strong>l difunto empezaron asentir la presión y la expropiación forzosa <strong>de</strong> sus bienes por parte<strong>de</strong> Várela y sus sicarios.Ante semejante arremetida no se hicieron esperar <strong>los</strong> reclamos<strong>de</strong> primos, sobrinos, cuñados, tíos y hermanos <strong>de</strong>l clan Urdinola, quellamaron a Julio Fabio, sucesor al trono, para implorarle ayuda.<strong>El</strong> arrinconado Julio Fabio buscó la mediación <strong>de</strong> DiegoMontoya, aliado e incondicional servidor <strong>de</strong> su hermano, quienintentó la tarea casi imposible <strong>de</strong> comunicarse con Várela. Peroal fin lo logró.—Varelita, no se meta en esas cosas. Es un problema <strong>de</strong> familia,<strong>de</strong>je que entre <strong>los</strong> Henao y <strong>los</strong> Urdinola arreglen sus diferencias;<strong>de</strong>vuélvales las propieda<strong>de</strong>s, sálgase <strong>de</strong>l cañón <strong>de</strong> Garrapatas queesas tierras no son suyas, eran <strong>de</strong> Iván y <strong>de</strong> sus familiares —dijoMontoya.—-Diego, todas esas fincas son mías y <strong>de</strong> Lorena y si alguien lasquiere que venga y me las quite. Es más, el que no <strong>de</strong>be metersees usted •—replicó Várela sin ocultar su molestia.Para terminar este relato <strong>de</strong>jemos en claro varias cosas queel paso <strong>de</strong>l tiempo daría como verda<strong>de</strong>ras.Es cierto que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1998 Lorena Henao tenía como amantea su conductor, Lucio Quintero; es cierto que la esposa <strong>de</strong> Luciotennú use 1 mismo afio ni Mi i«.-lItirst* coul i;i un árbol como coñac(.•tienda <strong>de</strong> un misterioso Infarto; es cieno que el cocinero que lepreparó la última comida a la esposa <strong>de</strong> Lucio apareció muertoen las aguas <strong>de</strong>l río Cauca; es cierto que pocos días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> lamuerte <strong>de</strong> Iván, Lorena se asoció con Várela; es cierto que <strong>de</strong>tiempo atrás Várela planeaba asesinar a Iván; es cierto que Várelabuscaba adueñarse <strong>de</strong> las inmensas extensiones <strong>de</strong> tierra <strong>de</strong> Ivánel cañón <strong>de</strong> Garrapatas, único acceso a las costas <strong>de</strong>l océanoPacífico chocoano.También es cierto que en uno <strong>de</strong> tantos viajes juntos a <strong>los</strong>límites <strong>de</strong> Chocó, en la hacienda <strong>El</strong> Paraíso, don<strong>de</strong> se unen <strong>los</strong> ríosGran<strong>de</strong> y Sipi, Várela y Lorena sellaron su pacto con una nochepasional; es cierto que Várela se convirtió en aliado incondicionaly <strong>de</strong>fensor acérrimo <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> Lorena; es cierto queIván Urdinola murió el 24 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 2002 por un misteriosoinfarto; es cierto que Diego Montoya y la familia Urdinola culparona Lorena <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Iván; es cierto que el chef <strong>de</strong> Iván<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la prisión fue asesinado a balazos un mes <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>su muerte; es cierto que el cuerpo <strong>de</strong> Iván fue sometido a tresautopsias diferentes y hasta el día <strong>de</strong> hoy no <strong>de</strong>scansa en paz; escierto que se cumplieron las palabras proféticas <strong>de</strong> Lorena y el9 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 2004 fueron asesinados Julio Fabio Urdinola ysu esposa cuando se <strong>de</strong>splazaban en su vehículo por el norte <strong>de</strong>Bogotá; es cierto que Lorena fue a parar a una prisión en Colombiadon<strong>de</strong> <strong>los</strong> propios guardias <strong>de</strong>) Inpec la señalaron comoresponsable directa <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> su esposo.182 183


27Víctima <strong>de</strong> su propio inventoAnte la repentina e inesperada muerte <strong>de</strong> Iván Urdinola, <strong>los</strong>tres grupos <strong>de</strong> narcotraficantes en Colombia <strong>de</strong>cidieron convocarnuevamente a una reunión en un sitio conocido tomo La Gallera,en las montañas <strong>de</strong> Córdoba bajo dominio total <strong>de</strong> las auto<strong>de</strong>fensas,al mando <strong>de</strong> Car<strong>los</strong> Castaño,Allí fueron llegando Diego Montoya, Víctor Patino, DonBerna, Miguel Solano y Rasguño, Várela mantenía su disi<strong>de</strong>nciaacompañado <strong>de</strong> cerca por Tocayo y el ex coronel Danilo González,quienes se ausentaron <strong>de</strong> la reunión.Pero Car<strong>los</strong> Castaño tenía otras priorida<strong>de</strong>s porque las divisionesen el seno <strong>de</strong> las auto<strong>de</strong>fensas eran cada vez más evi<strong>de</strong>ntes.En la organización existían disi<strong>de</strong>ncias po<strong>de</strong>rosas como la <strong>de</strong> Car<strong>los</strong>Mario Jiménez, Macaco, quien dirigía el Bloque Central Bolívar.Castaño no estaba dispuesto a permitir que lo relacionaranabiertamente con <strong>los</strong> narcos. Era un precio <strong>de</strong>masiado alto que noestaba dispuesto a pagar. En las AUC: empezaron a ver que Castañolevantó un muro <strong>de</strong> contención para evitar la filtración abierta <strong>de</strong>ldinero <strong>de</strong>l narcotráfico en el movimiento paramilitar.184Sin enconi car apoyo duro y <strong>de</strong>cidido por pirteda (¡ascaflo, <strong>los</strong>capos <strong>de</strong>l Norte dd Valle no tuvieron otra opción que regresar conlas manos vagas a sus dominios. Así, las reuniones <strong>de</strong> <strong>los</strong> caposse trasladaron a la hacienda <strong>El</strong> Vergel, a Coke o a Miralindo, lasmajestuosas fincas <strong>de</strong>l Mocho en Cartago o La Virginia.Víctor Patino también tenía motivos para estar intranquiloporque en el gremio se especulaba que las agencias antidrogaamericanas estaban próximas a culminar una gran investigaciónen su contra y podría volver a prisión. Pero contrario a las recomendacionesque le había hecho Car<strong>los</strong> Castaño en el senticio <strong>de</strong>mantener abiertos <strong>los</strong> ojos y alejarse <strong>de</strong> Danilo González, Patinoconfiaba plenamente en el policía y lo consi<strong>de</strong>raba vital paracumplir su vieja aspiración <strong>de</strong> acercarse a las agencias fe<strong>de</strong>ralesestadouni<strong>de</strong>nses.Patino autorizó a González a buscar sus contactos en la embajadaamericana en Bogotá. Allí, <strong>los</strong> agentes <strong>de</strong> la DEA le hicieronsaber a González que una muestra <strong>de</strong> buena voluntad <strong>de</strong> Patinosería proveerles información <strong>de</strong>tallada sobre el arribo <strong>de</strong> algúncargamento <strong>de</strong> coca a las calles americanas.Enterado <strong>de</strong> la condición planteada por la DEA, Patino sólotardó dos semanas para diseñar una nueva ruta mediante la cualenvió 150 kilogramos <strong>de</strong> cocaína hacia Miami. Una vez el alcaloi<strong>de</strong>coronó en su <strong>de</strong>stino, Patino le dio <strong>los</strong> datos a González,que a su vez se <strong>los</strong> entregó a sus contactos en la DEA en Bogotá.En pocas horas la oficina <strong>de</strong> la DEA en Miami montó una operaciónen la que <strong>de</strong>comisó la droga y capturó a toda la organización.Éxito total,Sin embargo, contra todos <strong>los</strong> acuerdos, el 6 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 2002<strong>los</strong> agentes <strong>de</strong> la DEA en Miami acudieron a la Corte Fe<strong>de</strong>ral yformularon cargos contra Patino por narcotráfico y solicitaron suextradición. Tres días <strong>de</strong>spués la petición había sido legalizada.Sin saber lo que ocurría, Patino le pidió al coronel Gonzálezacudir a sus contactos en la embajada en Bogotá para poner enmarcha el acuerdo con cooperación. Cuando <strong>los</strong> oficiales <strong>de</strong> laDEA <strong>de</strong> Bogotá tuvieron certeza <strong>de</strong> que la Corte <strong>de</strong>l Distrito Sur185


<strong>de</strong> \i\ Florida cuquería ¡i Patino on oxtmdición, le informarojn aGonzález <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> encontrarse a tas 2 p,m, el 9 <strong>de</strong> abrilen el hotel La Fontana <strong>de</strong> Bogotá,•Convencido <strong>de</strong> que su <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong> droga le había abiertolas puertas en Estados Unidos, Patino y su abogado acudieronsin miramientos a la cita en el hotel. Pero cuando ingresaron a lahabitación acordada, fue capturado por oficiales colombianos yagentes <strong>de</strong> la DEA. Una vez recluido en la cárcel <strong>de</strong> Cómbita, Patinose comunicó con González, quien le explicó que la operación <strong>de</strong>su captura había sido un montaje con el objetivo <strong>de</strong> <strong>de</strong>svirtuarcualquier sospecha en el interior <strong>de</strong>l narcotráfico, pero le aclaróque su situación estaba controlada y que apenas llegara a Miamisería liberado.Los meses empezaron a transcurrir y Patino esperó pacientesu extradición. Lo que no sabía era que había sido víctima <strong>de</strong> supropio invento.28Estos también quieren irDespués <strong>de</strong> la captura <strong>de</strong> Víctor Patino, Rasguño intentó bajarleel nivel a la confrontación con Várela y para ello echó mano<strong>de</strong> <strong>los</strong> lazos <strong>de</strong> hermandad que <strong>los</strong> unían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> comienzos <strong>de</strong> ladécada <strong>de</strong> <strong>los</strong> noventa, cuando pertenecían al exitoso cartel <strong>de</strong>lNorte <strong>de</strong>l Valle.Mientras tanto, en Cali, Pipe, el primo <strong>de</strong> Diego Montoya, jefe<strong>de</strong>l grupo ele <strong>los</strong> Yiyos, contribuyó a alborotar <strong>los</strong> ánimos entre lasdos fracciones <strong>de</strong>l cartel. A finales <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2002, dos miembros<strong>de</strong> esa organización sicaríal llegaron a la discoteca Mission peroel guardia que estaba a la entrada salió a su encuentro.—Señores, tienen que hacer la fila como todos <strong>los</strong> <strong>de</strong>más.—No, viejo ¿qué le pasa? Nosotros trabajamos con <strong>los</strong> Yiyosy vamos para a<strong>de</strong>ntro, déjenos pasar.—Con mucho gusto <strong>los</strong> <strong>de</strong>jo pasar pero por favor guar<strong>de</strong>nsus armas en otro lugar; aquí no se permiten personas armadas—replicó el vigilante.—Llame al dueño <strong>de</strong> este sitio y dígale quiénes somos nosotros;no se busque problemas.186


—Asi uste<strong>de</strong>s B'ean ¡unidos dd iluoiio, l¡i or<strong>de</strong>n es no tlejai 1pasar a nadie con armas.Acto seguido, uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> Yíyos sacó una pistola <strong>de</strong> la cintura,apuntó a la cabeza <strong>de</strong>l guardia y la bajó lentamente hacia <strong>los</strong>píes. Cuando el arma apuntaba al piso, el sicario apretó el gatilloy disparó. <strong>El</strong> estruendo <strong>de</strong>l disparo retumbó en la discoteca ypocos minutos <strong>de</strong>spués aparecieron el supuesto dueño <strong>de</strong>l sitio,un tal Mango, y Chorizo, el administrador,—Jefes, si no <strong>de</strong>jamos entrar a estos señores me van a matar—explicó el vigilante, señalando con el <strong>de</strong>do a <strong>los</strong> atacantes.—Señores, no hay problema, sigan y disculpen por el malentendido; están en su casa —dijo Chorizo al asumir el papel <strong>de</strong>vocero <strong>de</strong> la discoteca.Chorizo llevó a <strong>los</strong> dos Yiyos hasta un salón VIP en el segundopiso <strong>de</strong> la discoteca y les or<strong>de</strong>nó a <strong>los</strong> meseros que <strong>los</strong> atendierancomo el<strong>los</strong> se merecían. Mientras tanto, el administrador sedirigió a su oficina privada y llamó al celular a Várela, el dueño<strong>de</strong>l establecimiento, y le reportó lo ocurrido.—Patrón, aquí están estos hijueputas <strong>de</strong>l combo dé<strong>los</strong> Yiyos,trabajadores <strong>de</strong> Pipe, y se pusieron esto <strong>de</strong> ruana.—No se preocupe, llame a Fofe y dígale que solucione el problema.Esos tipos tienen que respetar mi discoteca —respondióVárela <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> escuchar el relato <strong>de</strong> Chorizo.Enterado <strong>de</strong>l episodio, Fofe pidió las características <strong>de</strong>l vehículoen que llegaron <strong>los</strong> Yiyos y el número exacto <strong>de</strong> visitantesque <strong>los</strong> acompañaban. Luego le dio instrucciones.—Déje<strong>los</strong>, <strong>de</strong>les trago, todo el que quieran; cuando estén porsalir me llama al celular y me cuenta cómo están vestidos que <strong>los</strong>voy a estar esperando afuera,En menos <strong>de</strong> una hora, Fofe y 20 <strong>de</strong> sus hombres se apertrecharonen las inmediaciones <strong>de</strong> la discoteca a la espera <strong>de</strong> lasór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> Fofe.Mientras tanto, Chorizo atendió como reyes a <strong>los</strong> visitantes,que no tardaron en embriagarse. Luego <strong>los</strong> acompañó hasta lapuerta <strong>de</strong> salida y <strong>de</strong> inmediato llamó a Fofe.188—Señor, ahí van sallando; les dos están <strong>de</strong> blue feans, unocon camisa azul y el otro con camisa roja —dijo el Chorizo.—Gracias Chorizo, el resto es por cuenta mía —respondióFofe.Los Yiyos se dirigieron a su Mazda Matzuri ver<strong>de</strong> y se alejaron<strong>de</strong> allí. Cuando avanzaban por una solitaria vía se vieron forzadosa <strong>de</strong>tener la marcha porque <strong>los</strong> cerraron dos camperos Toyota, enuno <strong>de</strong> <strong>los</strong> cuales iba Fofe. Al instante apareció una camionetaLuv <strong>de</strong> la que salieron dos hombres armados con fusiles AK-47 yabrieron fuego contra <strong>los</strong> in<strong>de</strong>fensos borrachos.Los dos camperos partieron raudos mientras uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> pasajeros<strong>de</strong> la camioneta Luv se bajó para cerciorarse <strong>de</strong> que <strong>los</strong> Yiyosestuvieran muertos. <strong>El</strong> hombre <strong>de</strong> sangre fría caminó <strong>de</strong> regresoa la camioneta, que arrancó veloz, pero con tan mala suerte queen ese momento apareció una patrulla <strong>de</strong> la Policía. Dos <strong>de</strong> <strong>los</strong>ocupantes déla camioneta alcanzaron a huir pero otros dos fueron<strong>de</strong>tenidos y confinados en la estación <strong>de</strong> Policía <strong>de</strong> Yumbo.A Pipe no le resultó difícil establecer al día siguiente que laejecución <strong>de</strong> sus dos hombres había sido or<strong>de</strong>nada por Várela, elúnico capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>sconocer su autoridad en Cali, La cruel muerte<strong>de</strong> <strong>los</strong> dos Yiyos a manos <strong>de</strong> Fofe forzó a Pipe a dar una respuestainmediata.Ese mismo día <strong>los</strong> Yiyos cobraron venganza y en una osadaacción entraron a la estación <strong>de</strong> Policía, sometieron a <strong>los</strong> agentes<strong>de</strong> turno, i<strong>de</strong>ntificaron a <strong>los</strong> homicidas <strong>de</strong> sus compañeros y <strong>los</strong>masacraron sin piedad. La partida estaba en tablas: Várela leshabía matado a dos y. el<strong>los</strong> mataron dos.Várela <strong>de</strong>stilaba odio por todos <strong>los</strong> poros. Nadie se habíaatrevido a poner en duda su autoridad y mucho menos un muchachocon escasos 23 años.Pasados 20 días <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fatídica confrontación en la discoteca,Rasguño y Arcángel Henao estaban convencidos <strong>de</strong> que eranecesario pactar una tregua. Pero se vieron a gatas para convencera Diego Montoya <strong>de</strong> reunirse con Várela en la hacienda <strong>El</strong> Vergely así aclarar las diferencias. Al final, Montoya accedió a interce<strong>de</strong>r189


píii'ü que Pipe ¡isisiu/ra a la reunión y BO disculpara conRasguño y llenan se ofrecieron tomo mediadores para poner lascosas en or<strong>de</strong>n.Al-fin y al cabo a Montoya no le interesaba una confrontacióncon Várela porque su interés estaba centrado en enviar toneladasy toneladas <strong>de</strong> cocaína a Estados Unidos en sociedad con lasauto<strong>de</strong>fensas <strong>de</strong>l Magdalena Medio, don<strong>de</strong> estaba refugiado.No tenía tiempo para conflictos internos y mucho menos para lasguerras. Montoya y <strong>los</strong> <strong>de</strong>más capos <strong>de</strong>l narcomundo sabían quePipe había iniciado este nuevo conato <strong>de</strong> guerra.Diego sabía que el que había iniciado esta confrontaciónera Pipe por sus actos irresponsables y él mismo <strong>de</strong>bería ponerla cara, a<strong>de</strong>más Diego conocía <strong>los</strong> métodos y la sevicia <strong>de</strong> Várelapara ejecutar sus planes <strong>de</strong> venganza, por eso lo mejor y máspru<strong>de</strong>nte sería ausentarse <strong>de</strong> dicha reunión.Cerca <strong>de</strong> las 3 p.m. <strong>de</strong>l 21 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 2002, empezaron allegar <strong>los</strong> invitados a <strong>El</strong> Vergel. <strong>El</strong> primero en hacerlo fue Várelacon 15 <strong>de</strong> sus hombres y luego Tocayo y Chupeta, con mediocentenar <strong>de</strong> escoltas. Treinta minutos más tar<strong>de</strong> apareció Pipe,acompañado por una docena <strong>de</strong> camionetas Toyota repletas <strong>de</strong>hombres armados con fusiles <strong>de</strong> asalto. Los asistentes a la cumbretuvieron la sensación <strong>de</strong> que Pipe <strong>los</strong> estaba <strong>de</strong>safiando y no teníaintención <strong>de</strong> fumar la pipa <strong>de</strong> la paz.Entre tanto, en <strong>los</strong> parquea<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> la finca había mucha tensión.Los escoltas <strong>de</strong> Pipe, encabezados por <strong>los</strong> Yiyos Londoño,intercambiaban miradas amenazantes con <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong> Váreladirigidos por Fofe; y a<strong>de</strong>ntro, en el famoso comedor <strong>de</strong> reuniones<strong>de</strong> <strong>El</strong> Vergel, Rasguño recibía una llamada <strong>de</strong> última hora <strong>de</strong>Diego Montoya, quien se excusó <strong>de</strong> asistir por un supuesto malestomacal. Antes <strong>de</strong> colgar ofreció disculpas por las impru<strong>de</strong>ncias<strong>de</strong> su primo Pipe.Chupeta fue el primero en <strong>de</strong>scargar su furia contra Pipe.Lo gritó y vociferó mil agravios; Tocayo hizo lo mismo y Várela<strong>los</strong> imitó. Rasguño salió en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> Pipe con el argumento <strong>de</strong>que cuando todos eran jóvenes e inexpertos habían actuado en190forma parecida, Poi eso pidió aceptar el mea culpa <strong>de</strong> Montoya yaclaró que <strong>de</strong> ninguna manera <strong>de</strong>sconocería la autoridad absoluta<strong>de</strong> Várela.Finalmente, Pipe salió con vida <strong>de</strong> dicha reunión. Dos razonesinfluyeron en ello: primero, haber irrespetado <strong>los</strong> motivospacíficos <strong>de</strong> la cumbre al presentarse con un pequeño ejército <strong>de</strong>escoltas; segundo, porque hábilmente Montoya no asistió a esareunión y por ello Várela se abstuvo <strong>de</strong> actuar..191


29Yo no entrego mi genteSuperado el impase generado por Pipe, Diego Montoya seencontró con Miguel Solano para continuar <strong>los</strong> envíos <strong>de</strong> droga aMéxico. Estaban convencidos <strong>de</strong> que la única opción para seguirvivos era sostener una confrontación con Várela. También <strong>de</strong> queesa guerra sólo era posible con un gran soporte financiero y quémejor que la venta <strong>de</strong> sus embarques <strong>de</strong> cocaína, cada uno <strong>de</strong> <strong>los</strong>cuales alcanzaba las 15 toneladas por <strong>de</strong>spacho.A todas estas, Lorena Henao mantenía su interés en cobrarsupuestas <strong>de</strong>udas que tenía su fallecido esposo Iván Urdinola. Una<strong>de</strong> las acreencias estaba contenida en un sobre cerrado, escrito <strong>de</strong>su puño y letra, hallado entre sus pertenencias en la cárcel.Según el contenido <strong>de</strong>l escrito, Miguel Solano aparecía comosupuesto <strong>de</strong>udor <strong>de</strong> dos millones <strong>de</strong> dólares. Hecho el <strong>de</strong>scubrimiento,Lorena se comunicó con Solano para cobrar el dinero.—Miguel, aquí tengo unos apuntes <strong>de</strong> Iván en <strong>los</strong> que diceque usted le <strong>de</strong>be dos millones <strong>de</strong> dólares. Necesito que por favorme <strong>los</strong> pague.—Don ¡i l,oini;i, ¿cómo «r lt- ocurre? ¥Q U Le dsbta nfid.fi ¡i[van, al contrarío. En el último CCUCe <strong>de</strong> cuantas que hicimos élme quedó <strong>de</strong>biendo a mí, pero no se preocupe que no le piensocobrar.—Ahora resulta que Iván le <strong>de</strong>bía a usted, Miguel; no seaatrevido, sí no me quiere pagar no me pague, pero tampoco mecrea estúpida ni pretenda dárselas <strong>de</strong> avión —interpeló Lorena,furiosa.—No, señora, no me las quiero dar <strong>de</strong> avión, yo no le <strong>de</strong>bonada a Iván —insistió Solano.—Pues aquí tengo las cuentas, me hace el favor <strong>de</strong> pagar.—No tengo por qué pagar lo que no <strong>de</strong>bo.— ¡Ah! ¿No me piensa pagar?—-Tómelo como quiera; suponga que no le pienso pagar.—Vamos a ver si me paga o no, maja<strong>de</strong>ro.Para la viuda lo más importante era rescatar sus dos millones<strong>de</strong> dólares y nadie mejor para encargarse <strong>de</strong> ese ajuste <strong>de</strong> cuentasque su fiel compañero Várela. Por eso levantó <strong>de</strong> nuevo el auricularpara comunicarse con él y pedirle ayuda.—Varelita, imagínate que Miguel Solano le <strong>de</strong>bía dos millones<strong>de</strong> dólares a Iván; llamé a cobrarle y no sólo me negó la <strong>de</strong>uda sinoque me dijo que era Iván el que le <strong>de</strong>bía. Eso es mentira, Iván nole <strong>de</strong>bía a nadie, aquí tengo <strong>los</strong> apuntes, te <strong>los</strong> puedo mostrar.—No, no hace falta. ¿Qué quiere hacer? —indagó Várela.—Pues cobrarle. ¿Me pue<strong>de</strong>s ayudar?—Claro, Lorenita, con mucho gusto; es un placer, cuenteconmigo para todo lo que necesite. No voy a <strong>de</strong>jar que nadie laatropelle. Usted rae tiene a mí, no se preocupe,—Tú tan lindo, Varelita, muchas gracias; a<strong>de</strong>más tú sabesque Miguel (Solano) es el culpable <strong>de</strong> lo que le está pasando aFernando (Henao); le prometió mil cosas, se lo llevó para EstadosUnidos y allá lo <strong>de</strong>jó preso.—Yo sé, Lorenita. Mañana mismo soluciono eso, cuídate muchoy un beso,—Dos.192 1.93


Las conversaciones catifiosffl entre esios tíos tortolitos cadavez se tornaban más frecuentes. Várela cortejaba y la viuda noera indiferente ante esa actitud.. Para Várela lo más importante era meter en cintura a MiguelSolano, que se había apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> las tierras <strong>de</strong> la familia Urdinolaen el cañón <strong>de</strong> Garrapatas, pasando por alto las recomendaciones<strong>de</strong> Diego Montoya.Várela les comentó a sus hombres <strong>de</strong> confianza que poco leimportaba una escaramuza más y mucho menos si su objetivo eraSolano, el mismo que alejó a Fernando Henao <strong>de</strong> sus directrices.Y cómo olvidar que Solano era responsable <strong>de</strong> que el menor <strong>de</strong> <strong>los</strong>Henao estuviera preso en una prisión en Nueva York por habercreído en las mieles <strong>de</strong> su crossover.Por esto y por unas cuantas razones más, Várela expresó susatisfacción por dirigir su aparato sicarial contra Solano, su nuevoobjetivo. Y lo hizo <strong>de</strong> manera directa: mediante una llamadatelefónica.—Vea, Miguel, estuve hablando con Lorena, ella me dijo queusted no le quería pagar dos millones que le <strong>de</strong>bía a Iván; dosmillones para usted, que está trabajando con Diego, no son nada;por favor, pagúele esa platica.•—Várela, a Iván yo no le <strong>de</strong>bía nada, todo lo contrario, eraIván el que me <strong>de</strong>bía a mí, pero eso no importa; a mí no me hacefalta esa plata, dígale a Lorena que no se la pienso cobrar.•—Miguel, viejo, la viuda me encargó el cobro <strong>de</strong> <strong>los</strong> dos milloncitos,no se busque problemas; no sé si usted le <strong>de</strong>bía a Iváno él a usted, lo cierto es que en las cuentas <strong>de</strong> Lorena usted es elque le <strong>de</strong>bía a él, así que por favor sal<strong>de</strong> esa cuentita porque la<strong>de</strong>uda ya es conmigo.—Pero, Várela, ¿cómo me vas a poner a pagar algo que yono <strong>de</strong>bo?—¿Me vas a pagar o no? —rezongó Várela.—No, viejo, yo no tengo por qué pagar lo que no me hecomido.— ¡ Ah! fino sólo no vas a pagar sino que a<strong>de</strong>más tenes el <strong>de</strong>scaro<strong>de</strong> poner en duda l¡i palabra <strong>de</strong> Lorenn negándola la <strong>de</strong>uda?—Várela, viejo, ¿cuál <strong>de</strong>uda? Le repito, yo no le <strong>de</strong>bía nadaa Iván.—¿Cómo que no le <strong>de</strong>bes? ¿Y <strong>los</strong> documentos que encontróLorena? Ahí da fe Iván <strong>de</strong> esa <strong>de</strong>uda.—Várela, hace mas <strong>de</strong> un año le pagué eso, es más, dos mesesantes <strong>de</strong> morir me pidió prestados dos millones <strong>de</strong> dólares yyo se <strong>los</strong> presté en efectivo; dígale a Lorena que <strong>de</strong>jemos eso así—finalizó Miguel.—Voy a hablar con Lorena, cuando hable con ella, lo llamo—fatalizó Várela, pero <strong>los</strong> dos tuvieron claro que no había finalizadonada. Por el contrario.Várela tuvo la certeza <strong>de</strong> que cobrar por las buenas esos dosmillones <strong>de</strong> dólares no sería una tarea fácil; lo mejor sería utilizarel infalible método <strong>de</strong> presión que siempre le había funcionado.Paso a seguir: buscar la manera <strong>de</strong> secuestrar, torturar, asesinary expropiar al irrespetuoso Miguel Solano.Mortificado, Várela llamó a la viuda para informarle lo sucedido.—Lorenita, hablé con Miguel y como era <strong>de</strong> esperarse negó la<strong>de</strong>uda y a<strong>de</strong>más le mandó a <strong>de</strong>cir que agra<strong>de</strong>zca que no le cobra austed <strong>los</strong> dos millones <strong>de</strong> dólares que Iván le quedó <strong>de</strong>biendo.—¿Cómo así? Explícame.—<strong>El</strong> muy malparido dijo que no le pensaba pagar; con esasme salió pero no se preocupé, déme unos días y ya verá cómoese maricón nos paga y <strong>de</strong> una vez aprovecho para pegarle unapateadita por irrespetuoso.—Así es que yo necesito un hombre —contestó Lorena altiempo que soltó una risa nerviosa.—¿Cómo? ¿Cómo, Lorenita? —preguntó Várela.—No, no, nada, Varelita, que eso sí es ser un hombre.—Bueno Lorenita, en estos días hablamos; no se preocupe,qué<strong>de</strong>se tranquila que yo mismo voy a recoger a ese maricón.194 195


Eri ese momento Várela jra ceníu |IICII¡HIUMIU' kleniificados <strong>los</strong>movimientos, <strong>los</strong> carros, las finóaa y la seguridad que ro<strong>de</strong>aba aSolano; por eso concluyó que la manera más fácil <strong>de</strong> acercarse a susdominios era por medio <strong>de</strong> gente <strong>de</strong> la misma región. Como era<strong>de</strong> esperarse, un miembro <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> Várela tenía una célulaactiva operando por esos lados y lo encargó <strong>de</strong> la operación paracapturar con vida a Solano y conducirlo a la fuerza a algún lugaren <strong>los</strong> dominios <strong>de</strong> Várela para hablar con él y forzarlo a pagarla <strong>de</strong>uda pendiente; por último le harían un tour sin regreso porel río Cauca.A la semana siguiente, las calles <strong>de</strong> Roldanillo, el pueblonatal <strong>de</strong> Solano, eran mero<strong>de</strong>adas por hombres <strong>de</strong> Várela y suscómplices en el crimen organizado. Sin embargo, <strong>los</strong> constantespatrulla]es <strong>de</strong>spertaron las sospechas <strong>de</strong>l grupo armado encargado<strong>de</strong> la seguridad <strong>de</strong> Solano. A Máscara, el hombre <strong>de</strong> confianza<strong>de</strong> Solano, le pareció extraño ver tanto vehículo <strong>de</strong>sconocido yno dudó en avisarle a su jefe.Máscara se dirigió a la finca <strong>de</strong> Solano y lo encontró sentado enla sala <strong>de</strong> televisión observando ia serie <strong>de</strong>l canal Fox 24, aquellaque habla <strong>de</strong> conspiraciones internas entre <strong>los</strong> organismos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<strong>de</strong>l gobierno americano. Las historias narradas en la exitosa serie<strong>de</strong> televisión eran poca cosa al lado <strong>de</strong> <strong>los</strong> conflictos internos ylas ansias <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>los</strong> narcos <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle.•—Míguelito, he visto movimientos extraños en el pueblo,carros raros, motos <strong>de</strong> un lado a otro, gente que va y viene, algoestá pasando, señor —relató Máscara.Solano prestó atención y puso el control <strong>de</strong>l televisor encima<strong>de</strong> la mesa.—¿Qué hacemos? —le preguntó a su guardaespalda.—Usted dirá, Míguelito —respondió serenamente el lealservidor.—¿Sabe qué, Máscara? La única forma <strong>de</strong> averiguar quéestá pasando es cogiendo a alguno <strong>de</strong> esos hijueputas; al primeroque vea tíresele encima, échele mano y aprételo para que cante•—or<strong>de</strong>nó Solano al tiempo que se recostó <strong>de</strong> nuevo en el con-196forteble sola y continuó viendo la serie <strong>de</strong> televisión que tantole gustaba.Esa misma noche el eficiente Máscara les encomendó a sushombres la tarea <strong>de</strong> interceptar al primer sospechoso que vieranmero<strong>de</strong>ando por las calles <strong>de</strong>l pueblo. Dos horas más tar<strong>de</strong> divisaronuna camioneta Kia con placas <strong>de</strong> Cali que daba y dabavueltas por el parque central <strong>de</strong> Roldaníllo, como buscando algoo a alguien.Así se lo reportaron a Máscara, Máscara a Solano y Solanoautorizó el operativo. Seis hombres a bordo <strong>de</strong> dos camionetasToyota dieron alcance a <strong>los</strong> ocupantes <strong>de</strong>l Kia una vez estuvieronal lt^do bajaron la ventana y les hicieron una señal para que se<strong>de</strong>tuvieran. Pero el conductor <strong>de</strong>l Kia hizo todo lo contrario yaceleró a toda marcha para fugarse. Los hombres reportaron porradio el impasse a Máscara al tiempo que <strong>los</strong> ocupantes <strong>de</strong>l Kiahicieron lo mismo y le reportaron el episodio al grupo <strong>de</strong> Várela,que <strong>los</strong> instruyó para per<strong>de</strong>rse <strong>de</strong>l lugar cuanto antes.En medio <strong>de</strong> semejante carrera, Máscara instruyó a sushombres para que <strong>de</strong>tuvieran a <strong>los</strong> ocupantes <strong>de</strong>l Kia y evitaransu fuga. Las ór<strong>de</strong>nes fueron acatadas. Los conductores <strong>de</strong> las camionetasToyota aceleraron a fondo, alcanzaron a <strong>los</strong> fugitivos yles hicieron varias ráfagas <strong>de</strong> fusil a las llantas. Tac... Tac... Tac...Tac... en ese momento el chofer <strong>de</strong> la Kia perdió el control <strong>de</strong>lvehículo, que se salió <strong>de</strong> la carretera, se volcó y dio una,., dos...tres... cuatro... cinco volteretas.Las dos camionetas Toyota parquearon a un costado <strong>de</strong> lavía y <strong>de</strong> ellas bajaron tres hombres que se acercaron con cautelahacia el vehículo volteado y apuntaron con sus fusiles hacia elinterior. Se agacharon para saber <strong>de</strong> la suerte <strong>de</strong> <strong>los</strong> ocupantesy se percataron <strong>de</strong> que entre <strong>los</strong> hierros retorcidos estaban <strong>los</strong>fugitivos, que sangraban por todo el cuerpo y <strong>de</strong>jaban escaparsonidos <strong>de</strong> dolor, Los hombres <strong>de</strong> Solano notaron que <strong>los</strong> pedazos<strong>de</strong> lámina impedían sacar a <strong>los</strong> heridos y en ese momentopensaron que era mejor no <strong>de</strong>jar huella. Uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong> cambió elproveedor <strong>de</strong> su arma, se agachó <strong>de</strong> nuevo, observó uno <strong>de</strong> <strong>los</strong>197


cuerpos, observó al oleo y por tin monu-iiio pensó que estabanvivos y que <strong>de</strong> pronto podrían sobrevivir.Aún así, se paró <strong>de</strong> nuevo, dio tres pasos hacia atrás, apuntósobre la humanidad <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>safortunados ocupantes y <strong>de</strong>scargóuna segunda ráfaga. Luego les dijo a sus otros compañeros quela tarea estaba cumplida y que era mejor escapar <strong>de</strong> ahí antes <strong>de</strong>que llegara alguien.Poco <strong>de</strong>spués se encontraron con Máscara y acordaron pasarnuevamente por la finca <strong>de</strong> Solano para darle un reporte <strong>de</strong> <strong>los</strong>hechos.—Miguelito, se querían volar cuando traté <strong>de</strong> persuadir<strong>los</strong>para que pararan; me tocó pren<strong>de</strong>r<strong>los</strong> a balazos; el carro en el queesa gente iba se volcó y traté <strong>de</strong> sacar alguno vivo para traérselo,pero no había por dón<strong>de</strong>; no tuve otra opción que rematar<strong>los</strong>ahí mismo —relató uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres que participaron en lapersecución.—¿Parecían gente <strong>de</strong> quién? —preguntó Solano.—La verdad no les pu<strong>de</strong> preguntar quiénes eran y <strong>de</strong> parte<strong>de</strong> quién venían. Pero eso ya no importa porque matamos a esosmalparidos —respondió Máscara.Pero a Várela sí le importó la suerte <strong>de</strong> sus hombres. Una vezrecibió el reporte <strong>de</strong> las dos bajas se enfureció <strong>de</strong> tal manera quetomó el teléfono y llamó a Solano.—Vea, Miguel, necesito que me entregue al que mató a mismuchachos —dijo Várela, salido <strong>de</strong> la ropa.—¿Cuáles muchachos, Várela? —respondió Solano.—Los que me mató ayer, <strong>los</strong> <strong>de</strong> Roldadillo, <strong>los</strong> <strong>de</strong>l Kía, nose haga el huevón.—Várela, esa gente estaba mero<strong>de</strong>ando por el pueblo y mismuchachos sólo querían preguntarles qué hacían por aquí; intentaron<strong>de</strong>tener<strong>los</strong> y el<strong>los</strong> prendieron a mi gente a balazos; <strong>los</strong> míossólo se <strong>de</strong>fendieron y ese fue el <strong>de</strong>senlace. Eso fue circunstancial,Varelita.-IQué circunstancia] nlguéhijueputa! MU muchacho» lóloestaban por Roltltinillo <strong>de</strong> visíla, enttéguamfi a esos trabajadoi.-:,suyos que mataron a <strong>los</strong> míos.—Varelita, yo no entrego mi gente —insistió Solano y Várelacolgó.La historia se repite. Otra guerra estaba casada.198


30La cruda realidadLos vientos <strong>de</strong> guerra llegaron <strong>de</strong> inmediato al norte <strong>de</strong>l Valle.De un lado, Várela instruyó a sus hombres para matar a Solanoa cualquier precio. Encontrarlo y darlo <strong>de</strong> baja se convirtió enuna obsesión. Solano entendió la dimensión <strong>de</strong>l <strong>de</strong>safío y optópor aumentar su ejército privado en armas y hombres. Al fin y alcabo tenía un buen soporte financiero.Enterado <strong>de</strong> la inminente confrontación, Diego Montoya lepropuso a Solano que <strong>de</strong>jara el norte <strong>de</strong>l Valle por un tiempomientras bajaba la marea. Pero Solano no hizo caso y por el contraríoincrementó aún más su escolta, que ahora estaba compuestapor más <strong>de</strong> 40 hombres armados hasta <strong>los</strong> dientes.En la primera semana <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2002 se realizaba unevento social al que Solano no podía faltar: la feria <strong>de</strong> Roldanillo,cuyo acto inicial era una cabalgata que recorría las calles <strong>de</strong> lapoblación. Como era <strong>de</strong> esperarse, Solano salió a lomo <strong>de</strong> Lucas,un hermoso caballo negro <strong>de</strong> su afamado cria<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> paso fino;el mismo que orgul<strong>los</strong>amente exponía en las ferias equinas <strong>de</strong>lpaís.•200Conocedor como pocos <strong>de</strong> <strong>los</strong> gustos <strong>de</strong> Solano, Várela habítipronosticado que su enemigo saldría a rumbear. Por eso le encomendóla tarea, a Fofe <strong>de</strong> enviar su manada <strong>de</strong> hienas salvajes amezclarse entre la gente que observaba la cabalgata a lado y lado<strong>de</strong> las calles <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> RoldanilloEntre <strong>los</strong> ejemplares que <strong>de</strong>sfilaban Fofe tenía a un infiltradoque tenía la misión <strong>de</strong> llamar por radio cuando Solano estuvieraa 100 metros <strong>de</strong> una calle señalada previamente para hacer elatentado.—Fofe, ahí va, lo están cuidando como 40 tipos enfusiladoshasta la chimba; son un cocao —dijo el infiltrado—¿Estás seguro?— preguntó Fofe.— ¡Claro! si <strong>los</strong> tengo aquí al lado mío; tírenle primero aMiguel para asegurar la vuelta; seguro que el<strong>los</strong> van a reaccionary se van a llevar por <strong>de</strong>lante a algunos <strong>de</strong> <strong>los</strong> nuestros.Inquieto, Fofe se comunicó <strong>de</strong> inmediato con Várela, quienevaluó la situación algunos segundos y <strong>de</strong>cidió cancelar la or<strong>de</strong>n<strong>de</strong> ejecutar a Solano en plena cabalgata. Aún así, le indicó a Voteque al día siguiente, en el coliseo <strong>de</strong> ferias <strong>de</strong>l pueblo, podíaculminar su tarea porque Solano también estaría allí. Fofe secomunicó con sus comandos y en segundos todos <strong>de</strong>saparecieron<strong>de</strong> las Galles <strong>de</strong> Roldanillo.En efecto, al día siguiente, Solano se encontraba sentado enprimera fila con uno <strong>de</strong> sus hombres, disfrutando <strong>de</strong> la competencia<strong>de</strong> juzgamiento <strong>de</strong> cabal<strong>los</strong> <strong>de</strong> paso fino. A escasos metros<strong>de</strong> allí estaba Fofe, que ya había divisado su objetivo y sólo esperabaque sus sicarios lograran pasar <strong>los</strong> controles <strong>de</strong> acceso paraingresar al lugar.Los hombres encargados <strong>de</strong> la seguridad <strong>de</strong> Solano estabandispersos por el perímetro y sé^veían algo distraídos ante la presencia<strong>de</strong> tanto personal femenino y una gran cantidad <strong>de</strong> blusasescotadas. <strong>El</strong> ángulo <strong>de</strong> visión que tenía Fofe sobre Solano erainfalible y estaba seguro <strong>de</strong> que esta vez no se le escapaba.Sin embargo, cuando <strong>los</strong> comandos lograron ingresar lasarmas, uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong> Fofe se encontró <strong>de</strong> frente con201


un amigo, que resultó B61 eBCOltíl prrsoiwl <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> anmipañantes <strong>de</strong> Solano, y le revsló qtia SStabfcfl Ingresando tirinas ypersonal porque le iban a hacer un atentado á alguien, pero nole dijo a quién.Inquieto, el hombre se dirigió rápidamente al lugar don<strong>de</strong>exponían <strong>los</strong> semovientes, i<strong>de</strong>ntificó <strong>de</strong> inmediato a su jefe directoy lo alertó sobre lo que le acababan <strong>de</strong> contar. Sin pensarlo dosveces, este se acercó a Solano y le dijo:—Miguelito, vamonos que uno <strong>de</strong> mis hombres se encontrócon unos bandidos amigos <strong>de</strong> él que estaban entrando fierrospesados. Van a boliarle a alguien —dijo el guardaespaldas y sindudarlo un segundo Solano volteó a mirar hacía sus escoltas yles or<strong>de</strong>nó poner pies en polvorosa. En menos <strong>de</strong> dos minutostodos abordaron sus vehícu<strong>los</strong> y se esfumaron <strong>de</strong> nuevo. Fofehabía fracasado otra vez.Convencido <strong>de</strong> que extrañamente el <strong>de</strong>stino lo había salvadodos veces <strong>de</strong> una muerte segura, Solano mantuvo sus pretensiones<strong>de</strong> organizar un grupo muy fuerte para enfrentar a Várela. Después<strong>de</strong> meditarlo bastante, creyó que Rasguño podría sumarsea su causa y por eso lo visitó en la hacienda <strong>El</strong> Vergel. Una vezallí, jugaron fútbol, prepararon un asado <strong>de</strong> ternera, bebieron ybebieron... tanto que Solano, bajo el efecto <strong>de</strong>l licor, le confesósus planes a Rasguño.—Rasguño, escúcheme, me da miedo ese hijueputa <strong>de</strong> Várela;estoy seguro <strong>de</strong> que me quiere matar; y antes <strong>de</strong> que me matey se que<strong>de</strong> con mis cositas, como le hizo a Los Pachos, le voyarrancar.—Tenes razón Miguel, siempre he dicho que Várela es más peligrosoque una balacera en un ascensor —respondió Rasguño.—¿Cuento con vos, Rasguño?— ¡Claro, Miguelito!, cuente conmigo —Analizó Rasguñoantes <strong>de</strong> irse a dormir la rasca.Solano regresó a su finca, a sus dominios, al único lugardon<strong>de</strong> realmente se sentía tranquilo y allí amaneció aquel 22 <strong>de</strong>diciembre <strong>de</strong> 2002. Ese día, a primera hora, Rasguño fue a la finca202tli- Viirdü cu el lidpio ile La Tebfiidd COfl Ifl I<strong>de</strong>fl di- ponerloal tanto <strong>de</strong> ías intenciones belicosas <strong>de</strong> Solano.Rasguño tenía claro que Várela era un enemigo muy peligrosoy era consciente <strong>de</strong> que si él, Víctor Patino y Car<strong>los</strong> Castaño nohabían podido con Várela, Solano tampoco podría enfrentarlocon éxito. Por esa razón entendió que su mejor alternativa erabrincar por completo al bando <strong>de</strong> Várela.Para Rasguño, <strong>de</strong>latar a Solano era una manera práctica <strong>de</strong>recobrar la confianza <strong>de</strong> Várela, perdida años atrás cuando FernandoHenao puso al <strong>de</strong>scubierto las intenciones <strong>de</strong> Rasguño yPatino <strong>de</strong> asesinar a Várela con la excusa <strong>de</strong> que él había causadola muerte <strong>de</strong> Orlando Henao y era el directo responsable <strong>de</strong> lasdivisiones internas en el cartel <strong>de</strong>l Norte.Los planes <strong>de</strong> Rasguño consistían en meterse al bolsillo aVárela, mas no que Várela entrara en su bolsillo. Várela era consciente<strong>de</strong> que así como Rasguño había intentado asesinarlo ayery hoy vendía y <strong>de</strong>lataba a su amigo Miguel Solano, mañana eracapaz <strong>de</strong> intentarlo con otro. No obstante, Várela escuchó atentolo que Rasguño venía a contarle.—Varelha, Miguel lo quiere matar; si usted no le arrancarapidito seguramente él le tira primero —-dijo Rasguño en tonograve v—¿Por qué, Rasguño? ¿Qué te dijo Miguel? —indagó Várela.—Anoche estuvo en <strong>El</strong> Vergel visitándome y en medio <strong>de</strong> <strong>los</strong>tragos me dijo que él no iba a permitir que su final fuera comoel <strong>de</strong> <strong>los</strong> Pachos y que antes <strong>de</strong> que eso suceda él te va a tirarprimero.— ¡Ah! ¿Eso te dijo el hijueputa ese? Vamos a ver—dijo Várelay Rasguño regresó a su hacienda en Cartago. Iba tranquilo,creyendo que había logrado meter <strong>de</strong> nuevo a Várela en su bolsillo;con este itiQyimiento había hecho gala <strong>de</strong> su habilidad para saltar<strong>de</strong> un lado al otro, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong>l terreno.Después <strong>de</strong> su charla con Rasguño, Várela consi<strong>de</strong>ró que lomás importante ahora era infiltrar cuanto antes a Solano y a su203


organización; el Indicado para hacerlo era < Ihepa Puello, e] mejoramigo <strong>de</strong> Solano, el mismo que lo había acompañado años atrásen el periplo por las calles <strong>de</strong> Miami, el mismo que había vividoaños-gloriosos con Solano en la época <strong>de</strong>l crossover, el mismo quehabía llenado la aplicación para ingresar al cartel <strong>de</strong> <strong>los</strong> sapos.Várela consi<strong>de</strong>ró que con un simple tirón <strong>de</strong> pelo Chepc Fuelloentregaría sin reparo alguno a su amigo Miguel. Por eso les or<strong>de</strong>nóa sus hombres que lo llevaran a su finca cuanto antes.—-Vea, Chepe, necesito que me entregue a Miguel; sáqueloa algún sitio don<strong>de</strong> yo lo pueda matar y cuidadito me entero <strong>de</strong>que lo pones sobre aviso porque lo mato a usted, Chepe; recuer<strong>de</strong>que a usted también le tengo su guardadito; no se me olvida queusted y Miguel andaban <strong>de</strong> sapos por allá en Estados Unidos; nobusque que lo mate ¿entendió? ¿Le quedó claro? ¿Alguna duda?—terminó Várela subiendo el tono <strong>de</strong> su voz.—Sí, sí, Varelita, lo que usted diga —respondió Puello.Antes <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> la finca <strong>de</strong> Várela, Puello se comprometió areportar cualquier movimiento suyo o <strong>de</strong> Solano a Combatientey el Cabezón, dos <strong>de</strong> <strong>los</strong> más cercanos colaboradores <strong>de</strong> Várela yjefes directos <strong>de</strong> su aparato sícarial.Solano paso el año nuevo <strong>de</strong> 2003 en la finca <strong>de</strong> Roldanilloen compañía <strong>de</strong> su familia; su cuerpo <strong>de</strong> seguridad celebró engran<strong>de</strong> con una fiesta en la que se mezclaron pilotos, emisariosen el extranjero, lavadores <strong>de</strong> dólares, jefes <strong>de</strong> laboratorios parael procesamiento <strong>de</strong> cocaína, comercializadores <strong>de</strong>l narcótico,asesinos y unos cuantos patos. Por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Solano fueron repartidaspropinas millonarias y él mismo rifó un automóvil Mazdacero kilómetros.La comida fue preparada en Tuluá por las famosos Chapetas—unas señoras <strong>de</strong> avanzada edad que preparan una mezcla <strong>de</strong>carne frita con guisado <strong>de</strong> tomate—; también hubo mariscosy gran variedad <strong>de</strong> postres y champaña cristal en abundancia.Solano recibió algunos obsequios y repartió otros.Terminadas las fiestas, el 4 <strong>de</strong> enero preparó viaje paraCartagena y <strong>de</strong> ello sólo enteró a su cerrado grupo <strong>de</strong> escoltas.I',n (¡artagó abordó su avlórj Queert J00 y fin Pereira recogió a tugran amigo Chepe Puello. Un par dé horas <strong>de</strong>spués habían aterrizadoen el aeropuerto <strong>de</strong> La Heroica don<strong>de</strong> fueron recogidospor un segundo grupo <strong>de</strong> escoltas que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el día anterior habíaviajado por tierra en tres camionetas Toyota blindadas.La caravana se dirigió al hotel Las Amérícas y esa mismanoche Puello les reportó todos <strong>los</strong> <strong>de</strong>talles a <strong>los</strong> colaboradores<strong>de</strong> Várela, incluidos, datos <strong>de</strong>l vuelo, número <strong>de</strong> acompañantes,hora <strong>de</strong> llegada y el lugar don<strong>de</strong> estarían hospedados.Temprano al día siguiente arribaron a Cartagena el Cabezóny Combatiente y parte <strong>de</strong> su manada <strong>de</strong> leones hambrientos, a laespera <strong>de</strong>l reporte diario y <strong>de</strong>tallado <strong>de</strong> <strong>los</strong> movimientos <strong>de</strong> Miguelpor parte <strong>de</strong> Chepe. A eso <strong>de</strong> las 3 p.m. Combatiente recibió laprimera llamada <strong>de</strong> Puello, quien informó que habían salido <strong>de</strong>compras por la ciudad vieja y que en breve estarían <strong>de</strong> regresoen el hotel; también reveló que Solano recorría el mercadillo con15 <strong>de</strong> sus escoltas. Antes <strong>de</strong> que Puello colgara, Combatiente lehizo algunas recomendaciones.—Chepe, ya tengo la gente lista, <strong>los</strong> carros, <strong>los</strong> fierros, todo.Como sea hoy le vamos a tirar a Miguel, pero si usted lo pue<strong>de</strong>sacar esta misma noche a un barcito o a una discotequita, muchomejor; trate <strong>de</strong> convencerlo, sáquelo sólito, mejor para todos;cuando sepa dón<strong>de</strong> van a estar me avisa que mis muchachos y yole llegamos en 10 minutos; Varelita se lo va a agra<strong>de</strong>cer mucho.¿Me entendió, Chepe? —indagó Combatiente.—Claro, Combatiente, dígale a Varelita que voy a convencera Miguel para que salgamos esta noche.—Bueno, mijo, estoy pendiente, hágale pues, hágale.Combatiente les comentó las noveda<strong>de</strong>s a. sus hombres y lespidió estar alerta. Mientras tanto, se relajó un poco. Salió <strong>de</strong> suapartamento en Bocagran<strong>de</strong>, cruzó la avenida San Martín y entró ala hela<strong>de</strong>ría Ventolini don<strong>de</strong> compró un enorme y <strong>de</strong>licioso helado.De. regreso al edificio bajó al parquea<strong>de</strong>ro y subió al BiW 3301convertible rojo, don<strong>de</strong> ya lo esperaba Cabezón y salieron a dar204205


un paseo turístico por \¡\ (.¡mlud mientras se producto l¡i próximallamada <strong>de</strong> Puello con el reporte <strong>de</strong> su nueva local i nación.En efecto, la comunicación <strong>de</strong> Puello se produjo a las 10:15p.m.-<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la habitación 326 <strong>de</strong>l hotel Las Américas.—-¿Qué hubo, Combatiente, soy yo, Chepe; casi no convenzoa Miguel; afortunadamente su esposa Ángela tenía ganas <strong>de</strong> salira bailar un rato. Vamos a ir a Míster Babilla, la discoteca <strong>de</strong> laciudad amurallada. ¿La conoce?—Sí, claro, claro, ¿en cuánto tiempo están ahí?—Miguel y Ángela se están arreglando en el cuarto, imaginoque en una hora.—Está bien, ya mismo mando a mis muchachos para MísterBabilla. ¡Muchas gracias!—Combatiente, una cosita más: tenga cuidado que <strong>los</strong> muchachosque vaya a mandar no <strong>los</strong> conozca Miguel porque está comoarisco y sí reconoce a alguien se nos daña todo; lo convencí paraque fuéramos so<strong>los</strong> y <strong>de</strong>jara a sus escoltas aquí en el hotel.—Tranquilo, Chepe, la gente que voy a mandar es <strong>de</strong> aquí<strong>de</strong> Cartagena.—-Bueno, bueno, recomién<strong>de</strong>les que tengan cuidado conmigo,asegúrese <strong>de</strong> que no me vaya a pasar nada.-—Ya se lo dije, Chepe, no se preocupe.Sobre las 11:30 p.m. Solano, Puello y Ángela llegaron al lugar,saludaron al encargado <strong>de</strong> la seguridad en la puerta <strong>de</strong> entraday siguieron hacía a<strong>de</strong>ntro don<strong>de</strong> pidieron la mesa acostumbrada.Pocos minutos <strong>de</strong>spués se acercó el mesero, saludó a <strong>los</strong> distinguidosvisitantes y les dijo que estaba listo para tomar la or<strong>de</strong>n.—¿Qué le traigo, don Miguel? -—preguntó el mesero.—Quiero tomar Siete —respondió Solano.—Está bien don Miguel, ya regreso.Ángela no entendió lo que su esposo había or<strong>de</strong>nado pero nose quedó con las ganas <strong>de</strong> preguntar.—¿Qué or<strong>de</strong>naste?-—Siete, Angelita. ¿Por qué?—Qué es siete, Miguel.Refresco (lustro con Kn Tres Esquinas respondió Solanoy soltó una risotada,—Se nota,que te conocen perfectamente en el lugar porquehasta <strong>los</strong> meseros entien<strong>de</strong>n tu lenguaje; ahí estás pintado ¡sinvergüenzaA partir <strong>de</strong> ese momento todos tomaban siete; siete por aquí,siete por allá, un siete más, otro siete, en fin. Siete eran <strong>los</strong> hombresque Combatiente ya tenía <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la discoteca informándolesobre <strong>los</strong> movimientos <strong>de</strong> Solano y sus acompañantes. Uno <strong>de</strong>esos siete salió <strong>de</strong>l establecimiento para reportarles a Combatientey al Cabezón que Solano estaba sentado en la última mesa<strong>de</strong> la izquierda, <strong>de</strong>partiendo alegremente, con su esposa y con elinseparable Chepe Puello. Eran las 2:26 a.m. <strong>de</strong>l amanecer <strong>de</strong>l6 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 2003.No obstante y pese al ambiente rumbero, Solano estabaintranquilo. Un mal presagio rondaba por su cabeza y así se <strong>los</strong>hizo saber a sus acompañantes.—No sé qué pasa, no miren para atrás, pero esa gente queestá ahí al lado <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s no me gusta; me miran y me miran,mejor vamonos,—Si te sientes mal, vamonos —contestó Ángela.—No, no, quedémonos un rato más. ¿Cuál es tu bobada,Miguel? Eso es por la pepa <strong>de</strong> éxtasis que te metiste, que te hacever fantasmas —interpeló Puello.A las 2:30 a.m. Combatiente llamó al celular <strong>de</strong> Várela, queestaba pendiente <strong>de</strong> <strong>los</strong> hechos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su finca en el norte <strong>de</strong>lValle.—Varelíta, Varelita.—Sí, ¿quién habla?—Combatiente, patrón, Comba.—Cuénteme, Comba, ¿Cómo va la cosa?—Ahí lo tenemos, está con eí fariseo <strong>de</strong> Chepe. Los tengo a<strong>los</strong> dos, ¿qué hago?—-Hágale, hágale, pero no toque a Chepe, déjelo, déjelo—or<strong>de</strong>nó ¡Várela.206 207


Cuando eJ reloj marcaba IAB 2Í3J rum;, uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres<strong>de</strong> Combatiente que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> temprano estaba en k discoteca metióun billete <strong>de</strong> 20.000 pesos en la chaqueta <strong>de</strong>l encargado ele laseguridad para que permitiera el ingreso <strong>de</strong> su jefe y <strong>de</strong> Cabezón,Cuando se aprestaban a entrar, Combatiente recibió una llamada<strong>de</strong> su hombre en el interior <strong>de</strong> la discoteca.—Combatiente, Miguel está sentado en la mesa que le dije yChepe está en la barra comprando un trago, tírensele.Des<strong>de</strong> la puerta, Combatiente levantó la mano en seña] <strong>de</strong>saludo esperando eme el portero lo i<strong>de</strong>ntificara y no pusieraproblema para su ingreso. Así ocurrió y pocos minutos <strong>de</strong>spués<strong>los</strong> emisarios <strong>de</strong> Várela estaban en la mitad <strong>de</strong> la pista <strong>de</strong> baile.Al final <strong>de</strong> la pared i<strong>de</strong>ntificaron la última mesa sobre el ladoizquierdo como se <strong>los</strong> había indicado Puello.Solano, que tenía la extraña costumbre <strong>de</strong> proteger su espaldacon un muro <strong>de</strong> concreto para evitar ser atacado por <strong>de</strong>trás, noobservó que <strong>los</strong> sicarios venían caminando por entre la gente yya lo tenían plenamente i<strong>de</strong>ntificado lo mismo que a su esposa,que se veía in<strong>de</strong>fensa.Al tiempo que continuaban su recorrido, dos sicarios empuñaronsus pistolas Clock <strong>de</strong> 9 milímetros y <strong>de</strong> <strong>los</strong> bolsil<strong>los</strong><strong>de</strong> <strong>los</strong> pantalones sacaron <strong>los</strong> proveedores. Detrás <strong>de</strong> el<strong>los</strong> ibanCombatiente y Cabezón escoltados por otros cuatro hombres.Desprevenido, Solano servía un poco <strong>de</strong> siete en un vaso lleno<strong>de</strong> hielo cuando <strong>de</strong>scubrió que frente a él estaban dos hombresarmados. Intentó saltar <strong>de</strong> la mesa, pero en ese instante recibióla primera <strong>de</strong>scarga <strong>de</strong> disparos sobre su pecho. Ángela intentócubrir a su esposo cuando <strong>los</strong> sicarios hicieron una nueva ráfaga.La mujer recibió un impacto en el hombro que la hizo volar por<strong>los</strong> aires.Entonces, Combatiente retiró dos sillas que obstaculizaban supaso, se acercó un poco más a su objetivo y <strong>de</strong>scargó una docena<strong>de</strong> proyectiles sobre la humanidad <strong>de</strong> su enemigo. Luego cambióel magazín <strong>de</strong> su pistola por uno nuevo, quitó <strong>de</strong> un puntapié otrasilla que le impedía acercarse más a Solano, que yacía tendido208en d piso bonruhujo, inmóvil. Movió el cuerpo con él pie <strong>de</strong> unludo a otro liashi qiif logró voltearlo por completo boca arriba.Cerca <strong>de</strong> ahí, Ángela gritaba.— ;No más! ¡No más!Combatiente apuntó firmemente y <strong>de</strong>scargó seis disparosmás que <strong>de</strong>strozaron por completo la cabeza <strong>de</strong> Solano. A uncostado permanecía el Cabezón protegiendo la espalda <strong>de</strong> sucompañero.—Combatiente, ya está muerto, vamonos.—-Vea, ahí está tirado el bobo hijueputa que se creía muybravo, vamonos,A las 2:41 a.m., Combatiente y el Cabezón subieron al carroque <strong>los</strong> esperaba y partieron con rumbo <strong>de</strong>sconocido. En MísterBabilla Ángela intentaba levantar el cuerpo <strong>de</strong> su esposo MiguelSolano cuando alcanzó a i<strong>de</strong>ntificar sobre un costado <strong>de</strong> la barraa Puello.— ¡Chepe, por favor ayú<strong>de</strong>me!Esa fue la última vez que Ángela vio a Puello porque en esemomento volteó la cara, cruzó el umbral <strong>de</strong> la puerta <strong>de</strong> salida ala calle y <strong>de</strong>sapareció.Ángela chorreaba sangre <strong>de</strong> su hombro herido y aún así logróarrastrar a Solano hasta la calle; como pudo lo subió a un taxi ypidió que la llevaran al hospital Naval, el centro asistencial máscercano. Pero su esposo llegó muerto.Solano fue sepultado en Roldanillo en el más completo misterio.En sus épocas <strong>de</strong> gloria <strong>de</strong>cía tener muchísimos amigos peroninguno <strong>de</strong> el<strong>los</strong> quiso terminar muerto en las mismas circunstanciaspor el sólo hecho <strong>de</strong> haber asistido a su entierro. Cuando eraun narco <strong>de</strong> moda tanto en Colombia como en Estados Unidos,era normal verlo acompañado por mas <strong>de</strong> 30 servidores entresecretarios, estafetas, escoltas, mo<strong>de</strong><strong>los</strong>, actrices, jefes <strong>de</strong> asuntossin importancia y una gran variedad <strong>de</strong> patos, irónicamente, ensu última morada, nadie lo acompañó.Esta historia tiene un mensaje importantísimo para el mundo<strong>de</strong>l narcotráfico. Miguel Solano provenía <strong>de</strong> un hogar humil<strong>de</strong>;209


no püsülni <strong>de</strong> <strong>los</strong> W unos <strong>de</strong> edad cuando lo Mfiainaronj ascendióvertiginosamente por las escabrosas arterias <strong>de</strong>l crimen organizadoy rápidamente llegó a estar entre <strong>los</strong> tres narcos más importantes,ricos y sanguinarios <strong>de</strong>l país; espió para las agencias americanashasta convertirse en un doble agente; regresó a Colombia sopena <strong>de</strong> terminar preso en Estados Unidos y encontró la muertea manos <strong>de</strong> sus propios amigos, lo que confirma una vez más queen el mundo <strong>de</strong>l narcotráfico no existen las amista<strong>de</strong>s.Algo aún más claro: si un narcotraficante salta <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong>las agencias americanas <strong>de</strong>be hacerlo por completo y espiar a <strong>los</strong>propios narco traficantes y nunca convertirse en espía para unlado y para el otro <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> las circunstancias porqueseguramente terminará preso como Fernando Henao o ultimadoa balazos, como Miguel Solano.También es claro que cometió un error gravísimo al olvidárseleque el crossover es completo y que si un narcotraficante pasala línea <strong>de</strong> no retorno, no se le pue<strong>de</strong> ocurrir la brillante i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>regresar a Colombia a negar lo que en <strong>de</strong>terminado momento sevuelve evi<strong>de</strong>nte e inocultable, pues lo más seguro es que su cuerpotermine mutilado por una motosierra. Esta es la cruda realidad,A la versión light sólo sobrevive Chepe Puello, cuya historia aúnno termina.210•31Hasta cuándoA cientos <strong>de</strong> kilómetros <strong>de</strong> allí, en su guarida y lugar <strong>de</strong> exilio,Diego Montoya lloraba la muerte <strong>de</strong> su buen amigo MiguelSolano. Muy a su pesar optó por no asistir a <strong>los</strong> funerales enRoldadillo y permanecer en el Magdalena Medio, protegido porlas auto<strong>de</strong>fensas. Era mejor no darle papaya a Várela, que podríacapitalizar su osadía <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> <strong>los</strong> dominios para militares, don<strong>de</strong>estaba a salvo.Sin embargo, Montoya se <strong>de</strong>cidió a llamar a Várela con laintención <strong>de</strong> recibir una explicación lógica respecto al atentadocontra Solano porque él entendía que <strong>los</strong> conflictos internos enel cartel <strong>de</strong>l Norte habían quedado resueltos meses atrás.—Vea, Diego, yo sí maté a Miguel porque había muchas cosasacumuladas. Primero que todo, cuando murió Iván Urdinola,Miguel no le quiso pagar dos millones <strong>de</strong> dólares que le <strong>de</strong>bíaa la viuda; yo le cobré y ¿qué hizo el hijueputa?, pues que mebravió y me negó la <strong>de</strong>uda; segundo, la gente <strong>de</strong> Miguel mató<strong>de</strong>scaradamente a unos trabajadores <strong>de</strong> mi sobrino Hernán yyo le dije a Miguel que me entregara a <strong>los</strong> asesinos. Pero el muy211


ilparido, ma abrió <strong>los</strong> ojos y me conteitó da fronte que él iíqtregaba a su gente; tercero, se mi borradlo con Rasguño y le¡o que me pensaba bolear porque él no iba a terminar como>s Pachos. ¿Sabe qué, Diego? Todo eso vale verga, Lo que no lerdoné a ese hijueputa <strong>de</strong> Miguel es que se haya puesto <strong>de</strong> sapo,e maricón estaba trabajando con la DEA —resumió Várela ante<strong>de</strong>sconcertado Montoya.Los dos narcotraíicantes se <strong>de</strong>spidieron en no muy buenos•minos. A partir <strong>de</strong> ese momento tuvieron claro que no se poindar la espalda el uno al otro.<strong>El</strong> sepelio <strong>de</strong> Solano no terminó con el calvario <strong>de</strong> su esposaígela porque pocos días <strong>de</strong>spués empezaron a aparecer cobrares<strong>de</strong> viejas <strong>de</strong>udas que la viuda empezó a pagar sin objeciónAsí fue como la enorme riqueza <strong>de</strong> Solano se diluyó poco a poco,cángel Henao tomó su parte; Rasguño hizo su agosto; Lorena:nao y Várela citaron a contadores, testaferros y familiares <strong>de</strong>lDO asesinado para informarles que a partir <strong>de</strong> ese momento <strong>de</strong>benentregarles <strong>los</strong> títu<strong>los</strong> valores y las propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Solano.Diego Restrepo, Rastrojo; Julito, Fofe, el Cabezón y Combante,cabezas principales <strong>de</strong>l ala sicarial <strong>de</strong> Várela, reclamaronporción <strong>de</strong> lo poco que quedaba <strong>de</strong> la fortuna <strong>de</strong> Solano.«no autores materiales <strong>de</strong> la ejecución exigieron ser <strong>los</strong> únicosre<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l dinero y <strong>los</strong> bienes <strong>de</strong>l difunto.Los cinco lugartenientes <strong>de</strong> Várela le hicieron saber al narcoindoque todo aquel que se saliera <strong>de</strong> sus directrices e intentarambatir<strong>los</strong> sería eliminado y sus bienes pasarían a ser parte <strong>de</strong>botín <strong>de</strong> guerra que sería repartido equitativamente entrereía y su organización armada.Esta radical posición iba en contra <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> <strong>los</strong> miembros1 cartel <strong>de</strong>l Norte y en particular <strong>de</strong> Diego Montoya, quien es->a convencido <strong>de</strong> que el día <strong>de</strong> mañana su familia sería víctimaesas mismas atrocida<strong>de</strong>s,<strong>El</strong> que se ensañó con Ángela, la viuda <strong>de</strong> Solano, fue Combante,que se <strong>de</strong>dicó a humillarla y arrinconarla. Hasta tal puntoque 1.1 atribulada mujer se vio forzada a buscar refugio eñ unamano attííga, ¿Quién? Después <strong>de</strong> pensar en varias opciones sellenó <strong>de</strong> valor y-llamó a Diego Montoya.•—Don Diego, ¡ayú<strong>de</strong>me! No puedo más, esta gente <strong>de</strong> Várelame <strong>de</strong>jó en la calle; ya no tengo nada más qué entregarles. Señor,yo quiero vivir, no quiero que me maten. Ya no tengo nada máspara entregarles.<strong>El</strong> dolor <strong>de</strong> la viuda <strong>de</strong> su amigo muerto tocó el orgullo <strong>de</strong>Montoya, que como si fuera poco no tardó en ser buscado por lafamilia <strong>de</strong>l difunto Iván Urdinola.—Don Diego, habla Julio Fabío Urdinola. Várela <strong>de</strong>sterró atoda mí familia <strong>de</strong>l cañón <strong>de</strong> Garrapatas, <strong>los</strong> sacó <strong>de</strong> sus ñncas,les quitó todo lo que tenían, <strong>los</strong> <strong>de</strong>jó en la calle; usted sabe queesas cosas eran <strong>de</strong> la familia. Lorena no tenía qué ver con esaspropieda<strong>de</strong>s y ahora tiene amenazada a toda mi familia; y comoahora según cuentan anda <strong>de</strong> amoríos con Várela, no hay quiénla toque.—¿Cómo? ¿Cómo? —preguntó Montoya.Esta nueva revelación <strong>de</strong>sató la furia <strong>de</strong> Montoya, que siemprehabía creído que Lorena era la principal sospechosa <strong>de</strong> la muerte<strong>de</strong> Iván Urdinola. Cómo era posible que ahora, <strong>de</strong>scaradamente,Lorena cohabitara con Várela.Montoya no lograba enten<strong>de</strong>r que Lorena Henao, la viuda<strong>de</strong> Urdinola, se acostara con Várela y que entre <strong>los</strong> dos le hubieranquitado el techo y el pan a <strong>los</strong> hijos <strong>de</strong> Solano. A<strong>de</strong>más, queamenazaran a la viuda <strong>de</strong> Solano y atropellaran al que les dabala gana."Hasta cuándo me tengo que aguantar a este hijueputa <strong>de</strong>Várela", pensaba Montoya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su refugio en el MagdalenaMedio.212 213


. 32La empresaSi <strong>los</strong> ánimos estaban cal<strong>de</strong>ados en Colombia, qué <strong>de</strong>cir enEstados Unidos, don<strong>de</strong> las agencias fe<strong>de</strong>rales habían llegado allímite <strong>de</strong> su tolerancia. Por las cortes pasaban y pasaban extraditadosque exigían su <strong>de</strong>recho a llenar aplicaciones para ingresaral cartel <strong>de</strong> <strong>los</strong> sapos,. Sin embargo, eran muchos <strong>los</strong> informantesque enviaban aplicaciones para entrar a esta estrategia, diseñadapor las agencias americanas contra <strong>los</strong> po<strong>de</strong>rosos carteles <strong>de</strong> ladroga, pero al final eran muy pocos <strong>los</strong> escogidos.Paralelamente a <strong>los</strong> conflictos internos que se vivían en elfragmentado cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle, en Estados Unidos laDEA, el FBI y el ICE libraban una ardua lucha para etiquetar yjudicializar a todos sus integrantes como miembros <strong>de</strong> una granorganización criminal.Este conflicto <strong>de</strong> intereses fue magistralmente ganado porla DEA en cabeza <strong>de</strong>l oficial Lou Maggioni —el más enconadoenemigo <strong>de</strong> <strong>los</strong> narcotraficantes <strong>de</strong>l Norte —quien el 3 <strong>de</strong> marzo<strong>de</strong> 2003 se presentó ante el gran jurado <strong>de</strong> la Corte <strong>de</strong>l Distrito <strong>de</strong>Columbia con el fin <strong>de</strong> formalizar la acusación contra el temido.\cartel, I AIS principales aportes di* l.¡i extensa acusación fueron<strong>los</strong> siguientes;Orlando Henao Montoya y Danilo González Gil, <strong>los</strong> acusadosy otros conocidos y <strong>de</strong>sconocidos, fueron miembros <strong>de</strong>l cartel<strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle {<strong>El</strong> NVC) una organización criminal cuyosmiembros se encargaron <strong>de</strong>: trafico ilegal <strong>de</strong> cocaína, lavado <strong>de</strong>dinero proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la venta <strong>de</strong> la droga, soborno <strong>de</strong> oficiales<strong>de</strong> la ley y políticos colombianos, secuestro, tortura y asesinato <strong>de</strong>informantes, traficantes <strong>de</strong> droga rivales y otros notables enemigos<strong>de</strong>l NVC.<strong>El</strong> NVC operaba principalmente en la región conocida como el norte<strong>de</strong>l Valle en Colombia, en la ciudad <strong>de</strong> Cali y Buenaventura, en lacosta <strong>de</strong>l Pacífico colombiano, también, en México y <strong>los</strong> EstadosUnidos.<strong>El</strong> NVC exportó multitonekdas <strong>de</strong> cocaína saliendo <strong>de</strong> la costapacífica colombiana; el NVC trabajó con varios especialistas en exportaciónpara transportar la cocaína <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Perú, Bolivia, Colombiay otras localida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> Suramérica hacia la región <strong>de</strong>l Norte<strong>de</strong>l Valle; el NVC transportaba la cocaína en camiones y avionetas através <strong>de</strong> la región <strong>de</strong> la costa pacifica hasta la ciudad portuaria <strong>de</strong>Buenaventura; el NVC trabajó con varios grupos <strong>de</strong> narcotraficantesmexicanos y <strong>de</strong>spachaba <strong>los</strong> embarques <strong>de</strong> cocaína a México, víalanchas rápidas, barcos pesqueros y mercantes; entre 1990 y elpresente, el NVC exportó más <strong>de</strong> 500 toneladas <strong>de</strong> cocaína por unvalor <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 10 billones <strong>de</strong> dólares <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Colombia a Méxicoy finalmente a Estados Unidos y se convirtió en la más po<strong>de</strong>rosaorganización <strong>de</strong> traficantes <strong>de</strong> cocaína en Colombia.<strong>El</strong> NVC usó violencia y brutalidad para llevar a cabo sus metas, <strong>El</strong>NVC rutinariamente asesinaba a sus rivales, a individuos que nopagaban por la droga, a miembros <strong>de</strong>l NVC y asociados <strong>de</strong> cuyalealtad se sospechara; el NVC USÓ <strong>los</strong> servicios <strong>de</strong> las Auto<strong>de</strong>fensasUnidas <strong>de</strong> Colombia, Auc, una organización paramilitar terroristaenvuelta en una guerra con las Fuerzas Armadas Revolucionarías<strong>de</strong> Colombia, FARC, el principal grupo guerrillero <strong>de</strong> Colombia,214


pata proteger sus muís <strong>de</strong> diogfl, MUS laboratorios) sus njietnbrosy asociados.<strong>El</strong> NVC, incluyendo su lí<strong>de</strong>r, miembros y asociados, constituyeronuna empresa como está <strong>de</strong>finida por el título 18 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> <strong>los</strong>Estados Unidos, sección 1961 (4) (<strong>de</strong> aquí en a<strong>de</strong>lante la Empresa).Es un grupo <strong>de</strong> individuos y asociados, en efecto la empresaconstituye una organización criminal en marcha, cuyos miembrosfuncionaban como una unidad continua, para un propósito común<strong>de</strong> lograr <strong>los</strong> objetivos <strong>de</strong> la misma y sus activida<strong>de</strong>s afectaban elcomercio interestatal y extranjero.En su documento, Maggioni incluyó <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> <strong>los</strong> quesegún su parecer eran <strong>los</strong> seis principales miembros <strong>de</strong> la organización:Orlando Henao Montoya era el lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la empresa hasta su asesinatoel 13 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1998 por un cartel rival <strong>de</strong> drogacolombiano; hasta su muerte, Orlando Henao tenía la autoridad<strong>de</strong> tomar la última palabra sobre las mayores <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> la empresa,incluyendo la organización y transporte <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>spachos <strong>de</strong>droga <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Colombia a México y finalmente a Estados Unidos yhacer cumplir las <strong>de</strong>cisiones tomadas por miembros cíe la empresacontra traficantes <strong>de</strong> droga rivales, informantes sospechosos y otrosenemigos <strong>de</strong> la misma.Wílber Alirio Várela, también conocido como el Jabón, <strong>El</strong> Cojoo <strong>El</strong> Detergente, encargado <strong>de</strong> ejecutar las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> todos <strong>los</strong>miembros <strong>de</strong> la empresa como Diego Montoya Sánchez, HernandoGómez, Rasguño; Arcángel Henao, <strong>El</strong> Mocho; Juan Car<strong>los</strong> Ramírez,Chupeta; y Alberto Rentería, Don Beto.Las activida<strong>de</strong>s criminales ele <strong>los</strong> anteriores criminales incluíanparticipación en conspiración para hacer lo siguiente: tráfico rlegal<strong>de</strong> cocaína, lavado <strong>de</strong>l dinero proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la venta <strong>de</strong> la droga,chantaje <strong>de</strong> oficiales <strong>de</strong> la ley y políticos colombianos y secuestro,tortura y asesinato <strong>de</strong> informantes, traficantes <strong>de</strong> droga rivales yotros notados enemigos <strong>de</strong> la empresa.216Parro, también conocido como ] doctor Puerta, fueabogado y consejero <strong>de</strong> la empresa; Puerta Patíá fue responsable<strong>de</strong> resolver disputas internas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la empresa y representar<strong>los</strong> intereses <strong>de</strong> <strong>los</strong> miembros y asociados con otros carteles <strong>de</strong>droga colombianos; Puerta Parra también conspiró para hacerlo siguiente; tráfico ilegal <strong>de</strong> cocaína, lavado <strong>de</strong>l dinero, chantajea oficiales <strong>de</strong> la ley y políticos colombianos, secuestro, tortura yasesinato <strong>de</strong> enemigos <strong>de</strong> la empresa.Danilo González y Jorge Orlando Rodríguez, alias el Teniente, elMono, o la Lagartija, fueron oficiales <strong>de</strong> alto rango en la Policíacolombiana y miembros <strong>de</strong> la empresa que actuaban como ejecutantespara secuestrar y asesinar a <strong>los</strong> individuos que eran unaamenaza a la posición, territorio y fuerza <strong>de</strong> la empresa. Gonzálezy Rodríguez también usaban su influencia <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Policía colombianapara proteger otros miembros y asociados <strong>de</strong> la empresa;a<strong>de</strong>más protegían las cargas y rutas <strong>de</strong>l escrutinio <strong>de</strong>l gobierno ensus activida<strong>de</strong>s criminales.Jairo Aparicio Lenis, conocido como el Viejo Ver<strong>de</strong> o Don Pedro,era el encargado <strong>de</strong> lavar todo el dinero proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la venta <strong>de</strong>la cocaína <strong>de</strong> la empresa.Los propósitos <strong>de</strong> la empresa eran enriquecer a sus miembros yasociados a través <strong>de</strong> importar y distribuir droga ilegal en gran<strong>de</strong>scantida<strong>de</strong>s; preservar y proteger el control <strong>de</strong>l negocio anteintimidación, violencia, tortura, secuestro, asesinato; mantenera otros traficantes rivales, informantes, sospechosos y testigos,amenazados <strong>de</strong> violencia; promover y mejorar la empresa, a susmiembros asociados y activida<strong>de</strong>s.Los medios y métodos <strong>de</strong> la empresa consistían en adquirir materiaprima como pasta <strong>de</strong> coca en Perú, Bolivia, Colombia, paraprocesarla en <strong>los</strong> laboratorios; hacer arreg<strong>los</strong> para transportarmultitoneladas <strong>de</strong> cocaína <strong>de</strong> <strong>los</strong> laboratorios a la costa pacífica y alpuerto <strong>de</strong> Buenaventura; juntar <strong>los</strong> <strong>de</strong>spachos <strong>de</strong> <strong>los</strong> asociados <strong>de</strong>la empresa para enviar<strong>los</strong> en lanchas rápidas y barcos pesqueros aMéxico; coordinar con organizaciones <strong>de</strong> narcotraficantes mexicanosla recibida y el transporte <strong>de</strong> <strong>los</strong> cargamentos <strong>de</strong> cocaína hasta217


Estados Unidos; y unt-^lni el envío dd dun-iu procídíiitfl do l;iventa <strong>de</strong> la droga en México y Estados Unidos a Colombia.Sobornar oficiales <strong>de</strong> la ley y oficiales públicos en Colombia paraproteger a <strong>los</strong> lí<strong>de</strong>res y <strong>los</strong> <strong>de</strong>spachos <strong>de</strong> la empresa; informar a <strong>los</strong>miembros <strong>de</strong> la empresa <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la ley en Colombia yen Estados Unidos para enfrentar juicios por sus crímenes; discutirlas transacciones usando varios códigos para ocultar sus i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>sy el sentido <strong>de</strong> las conversaciones; conducir su propio espionajepara interceptarlas comunicaciones <strong>de</strong> traficantes <strong>de</strong> droga rivalesy oficiales <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> Colombia y Estados Unidos con el fin <strong>de</strong>monítorear sus activida<strong>de</strong>s y obtener valiosa información para laempresa; organizar y dirigir el secuestro, tortura y asesinato <strong>de</strong>traficantes <strong>de</strong> droga rivales e informantes sospechosos en Colombiay el exterior; y usar <strong>los</strong> servicios <strong>de</strong> las Alie, organización terrorista,para proteger sus rutas y laboratorios <strong>de</strong> droga.En torno a <strong>los</strong> métodos violentos <strong>de</strong> <strong>los</strong> mafiosos <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>lValle, el oficial Maggioni <strong>de</strong>jó consignados algunos episodios.Alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 1994, Orlando Ilenao Montoya, <strong>los</strong> acusados, otrosconocidos y <strong>de</strong>sconocidos, conspiraron para asesinar y asesinarona miembros <strong>de</strong> Los Burros en Colombia, basados en las sospechas<strong>de</strong> que Los Burros, quienes trabajaban para la empresa en <strong>los</strong>laboratorios <strong>de</strong> cocaína, estaban planeando secuestrar y asesinaral lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la empresa.<strong>El</strong> 5 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1996, Orlando Henao y <strong>los</strong> miembros <strong>de</strong> laempresa conspiraron para asesinar y asesinaron a José SantacruzLondoño, también conocido como Chepe Santacruz, uno <strong>de</strong> <strong>los</strong>lí<strong>de</strong>res <strong>de</strong>l <strong>Cartel</strong> <strong>de</strong> Cali.<strong>El</strong> 26 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1996, Orlando Henao y Wílber Várela conspiraronpara asesinar a William Rodríguez, el hijo <strong>de</strong>l lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>Cali, Miguel Rodríguez.<strong>El</strong> 5 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1998, Orlando Henao, Danil^ GonzálezGonzález y Wílber Várela conspiraron para asesinar y asesinaron218u I télmei' f k-nvni, también conocido nniiu l'itilm llirrcrn, r\enconado enemigo ilu Pablo Liscobar y lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l <strong>Cartel</strong> <strong>de</strong> Cali.<strong>El</strong> 5 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 2003, Wilber Várela, Luis Hernando Gómez yArcángel Henao, conspiraron para asesinar y asesinaron a MiguelSolano, miembro <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle, en las afueras <strong>de</strong>un club nocturno en Cartagena, basados en sospechas <strong>de</strong> queSolano estaba trabajando como informante para la agencia <strong>de</strong>administración <strong>de</strong> droga <strong>de</strong> Estados Unidos, DEA.En su presentación ante el Gran Jurado, Maggioni tambiénincluyó algunos episodios <strong>de</strong> <strong>de</strong>comisos realizados al cartel.<strong>El</strong> 24 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1993, cómplices <strong>de</strong> la empresa no mencionadosaquí mantenían en su posesión aproximadamente 7.200 kilogramos<strong>de</strong> cocaína, <strong>de</strong>comisada en México por las autorida<strong>de</strong>s.<strong>El</strong> 18 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1998 y el 29 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1998, cómplices <strong>de</strong> laempresa poseyeron 1.000 kilogramos <strong>de</strong> cocaína en México también.<strong>El</strong> 3 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2001, la empresa transportaba 13.000 kilogramos<strong>de</strong> cocaína en el barco Svesda Maru, por el océano Pacífico quefueron <strong>de</strong>comisados en violación <strong>de</strong>l título 18 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> <strong>los</strong>Estados Unidos sección 1962.Así fue como el agente <strong>de</strong> la DEA LOU Maggioni armó elcomplejo rompecabezas en que se había convertido la estructuray organización criminal <strong>de</strong>nominada cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle.I<strong>de</strong>ntificadas las cabezas y su modo <strong>de</strong> actuar, ahora era cuestión<strong>de</strong> tiempo lograr la acusación basada en la Ley Rico, queen algunos <strong>de</strong> sus apartes explica que cuando una organizacióncriminal es sindicada <strong>de</strong> enviar droga a Estados Unidos, todos <strong>los</strong>integrantes directos e indirectos <strong>de</strong>ben respon<strong>de</strong>r <strong>de</strong> igual formapor esa acción criminal.Se abría ese tobogán inmenso que daría cabida a que todos <strong>los</strong>narcotraficantes que <strong>de</strong> una U otra forma estuvieran relacionadoscon <strong>los</strong> miembros <strong>de</strong> la empresa, pudieran ser solicitados en ex-219


tradición bajo cargos <strong>de</strong> Importación con intento <strong>de</strong> distribución<strong>de</strong> cinco o más ki<strong>los</strong> <strong>de</strong> cocaína.Como sí esto fuera poco, no importaba que <strong>los</strong> narcotraficantesllevaran cinco años retirados <strong>de</strong>l negocio, tiempo <strong>de</strong>l vencimiento<strong>de</strong>l término legal para que la Fiscalía les formulara cargos. Bajola acusación <strong>de</strong> la ley Rico, ese Status Limitation había pasado a20 años, tiempo suficiente para que en cualquier momento todonarcotrafkante terminara recibiendo un martillazo <strong>de</strong> un juezfe<strong>de</strong>ral.Al agente Lou Maggioní se le unieron <strong>los</strong> dos mejores y másdocumentados agentes <strong>de</strong> la DEA. A estos tres corajudos oficialesse les sumarían <strong>los</strong> sobrevivientes al arrasamiento y exterminio<strong>de</strong> la cúpula <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte, y <strong>los</strong> nuevos extraditados aEstados Unidos.La lista <strong>de</strong> espera para entrevistarse con <strong>los</strong> agentes <strong>de</strong> la DEAera inmensa; suplicaban ser recibidos en el cartel <strong>de</strong> <strong>los</strong> sapos.<strong>El</strong> caballito <strong>de</strong> batallaDejemos al agente Maggioni al frente <strong>de</strong> la judicialización <strong>de</strong><strong>los</strong> capos <strong>de</strong>l Norte y regresemos a Colombia, don<strong>de</strong> las purgasinternas continuaban a la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l día.Diego Montoya veía cada vez más lejana la posibilidad <strong>de</strong> undiálogo directo con Várela y por eso prefirió permanecer escondído en el Magdalena Medio, distante <strong>de</strong> <strong>los</strong> continuos roces en I rilagente <strong>de</strong>l Norte y sobre todo ahora que tenía claro que estabasólo. Con el cruel asesinato <strong>de</strong> Miguel Solano, Chupeta, Rasguño,el Mocho, Tocayo, todos alineados con Várela, les enviaron unmensaje claro a sus aliados: el que se saliera <strong>de</strong> la foto, el queirrrespetara su mando, sería borrado <strong>de</strong>l mapa.Una cosa era aceptar que <strong>los</strong> extraditados cooperaran con <strong>los</strong>americanos pero otra muy diferente que <strong>los</strong> acercamientos conlas agencias fe<strong>de</strong>rales se llevaran a cabo en sus propias narices,así todos lo hubieran intentado infructuosamente tiempo atrás.Negociar era un <strong>de</strong>recho permitido únicamente a la cúpula <strong>de</strong>lcartel, no a <strong>los</strong> mandos medios y mucho menos a <strong>los</strong> niveles bajos.Lo único claro pára<strong>los</strong> jefes déla organización era que la pesadilla220221


tradición bajo cargos-da Importación con intento <strong>de</strong> distribución<strong>de</strong> cinco o más ki<strong>los</strong> <strong>de</strong> cocaína.Como si esto fuera poco, no importaba que <strong>los</strong> narcotraficantesllevaban cinco años retirados <strong>de</strong>l negocio, tiempo <strong>de</strong>l vencimiento<strong>de</strong>l término legal para que la Fiscalía les formulara cargos. Bajola acusación <strong>de</strong> la ley Rico, ese Status Limitation había pasado a20 años, tiempo suficiente para que en cualquier momento todonarcotraficante terminara recibiendo un martillazo <strong>de</strong> un juezfe<strong>de</strong>ral.Al agente Lou Maggioni se le unieron <strong>los</strong> dos mejores y másdocumentados agentes <strong>de</strong> la DEA. A estos tres corajudos oficialesse íes sumarían <strong>los</strong> sobrevivientes al arrasamiento y exterminio<strong>de</strong> la cúpula <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte, y <strong>los</strong> nuevos extradítados aEstados Unidos.La lista <strong>de</strong> espera para entrevistarse con <strong>los</strong> agentes <strong>de</strong> la DEAera inmensa; suplicaban ser recibidos en ei cartel <strong>de</strong> <strong>los</strong> sapos.!33<strong>El</strong> caballito <strong>de</strong> batallaDejemos al agente Maggioni al frente <strong>de</strong> la judicialización <strong>de</strong><strong>los</strong> capos <strong>de</strong>l Norte y regresemos a Colombia, don<strong>de</strong> las purgasinternas continuaban a la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l día.Diego Montoya veía cada vez más lejana la posibilidad <strong>de</strong> undiálogo directo con Várela y por eso prefirió permanecer escondidoen el Magdalena Medio, distante <strong>de</strong> <strong>los</strong> continuos roces entrela gente <strong>de</strong>l Norte y sobre todo ahora que tenía claro que estabasólo. Con el cruel asesinato <strong>de</strong> Miguel Solano, Chupeta, Rasguño,el Mocho, Tocayo, todos alineados con Várela, les enviaron unmensaje claro a sus aliados: el que se saliera <strong>de</strong> la foto, el queirrrespetara su mando, sería borrado <strong>de</strong>l mapa.Una cosa era aceptar que <strong>los</strong> extraditados cooperaran con <strong>los</strong>americanos pero otra muy diferente que <strong>los</strong> acercamientos conlas agencias fe<strong>de</strong>rales se llevaran a cabo en sus propias narices,así todos lo hubieran intentado infructuosamente tiempo atrás.Negociar era un <strong>de</strong>recho permitido únicamente a la cúpula <strong>de</strong>lcartel, no a <strong>los</strong> mandos medios y mucho menos a <strong>los</strong> niveles bajos.Lo único claro para <strong>los</strong> jefes <strong>de</strong> la organización era que la pesadilla220221


1 vivíiin solo terminaría si echaban enano dd crossover. Lojuejorera guardar silencio y ocultar la secreta intención <strong>de</strong> btiSCflf unacercamiento a Estados Unidos y posar <strong>de</strong> leales a toda prueba.- Los miembros <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte querían brincar, pero¿quién se atrevería a proponérselo a quién? Nadie tenía las agallaspara aceptar que por su propia cuenta buscaba esa opción. En loque sí se pusieron <strong>de</strong> acuerdo fue en aceptar que <strong>los</strong> presos encárceles estadouni<strong>de</strong>nses hablaran y <strong>los</strong> <strong>de</strong>lataran. Hasta ciertopunto esto era tolerable, pero el que intentara alguna variedad<strong>de</strong>l crossover sería atacado por la furia <strong>de</strong> <strong>los</strong> restantes.Para Diego Montoya lo más importante era seguir traficandoen gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s con el apoyo incondicional <strong>de</strong> las auto<strong>de</strong>fensas<strong>de</strong>l Magdalena Medio. Y más ahora que Vicente Castaño,Don Berna y Macaco buscaban la posibilidad <strong>de</strong> integrarlo ala mesa <strong>de</strong> negociación con el gobierno <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte AlvaroUribe como comandante <strong>de</strong> alguno <strong>de</strong> sus frentes paramiíitares.Furioso, Car<strong>los</strong> Castaño, vio con impotencia que sus compañeroslo pusieron como caballito <strong>de</strong> batalla ante el gobierno mientrascontinuaron filtrando narcotraficantes en la organización.A mediados <strong>de</strong> 2003, fuentes <strong>de</strong> inteligencia <strong>de</strong> la Policíaconfirmaron que en el Hotel Intercontinental <strong>de</strong> Cali se llevaríaa cabo una reunión uítra secreta a la que asistirían Raguño, suabogado y una ex fiscal estadouni<strong>de</strong>nse con el fin <strong>de</strong> establecerhasta qué punto era cierta su intención <strong>de</strong> cooperar con las agenciasfe<strong>de</strong>rales.La Policía montó una operación encaminada a capturar aRasguño, que ya tenía or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> extradición <strong>de</strong>l Distrito Este <strong>de</strong>N ueva York. Pocas horas <strong>de</strong>spués <strong>los</strong> uniformados llegaron al lugar,con tan mala suerte que cuando entraron a la habitación 314 <strong>de</strong>lHotel Intercontinental encontraron a Chupeta. Tras confirmarsu i<strong>de</strong>ntidad y al cabo <strong>de</strong> tres horas <strong>de</strong> un rápido interrogatorio,fue <strong>de</strong>jado en libertad porque en ese momento no existía contraél or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> captura en Colombia ni en Estados Unidos.Con este episodio quedó claro que <strong>los</strong> capos <strong>de</strong>l Norte buscaronafanosamente que sus aplicaciones para ingresar al cartel <strong>de</strong>Loa sapos dieran (iproliiuias onteís <strong>de</strong> quí alguno dfl BÜI alíftdoi i' n<strong>de</strong>scubriera. Todos temían que auiiquí 013 Colombia unirnos yahabían estado presos, en Estados Unidos tuvieran investigacionesabiertas y fueran a parar a una prisión. Por esa razón lo mejor eranegociar ciertos beneficios con <strong>los</strong> americanos.Los continuos roces entre la banda <strong>de</strong> justicieros al servicioele <strong>los</strong> Yiyos —que dirigían el aparato criminal y el ente regulado!<strong>de</strong> justicia en Cali —y la banda <strong>de</strong> Fofe —lugarteniente <strong>de</strong> Várela—hacían invivible la ciudad <strong>de</strong> Cali. <strong>El</strong> doctor Gabriel Puertapercibió lo que se avecinaba, tomó cartas en el asunto y tras unarduo proceso <strong>de</strong> convencimiento logró poner <strong>de</strong> acuerdo :i laspartes para tratar <strong>de</strong> sanar viejas heridas.Las diferencias estaban marcadas y <strong>los</strong> bandos establecidos.Montoya argumentó que el único culpable era Várela porquehabía permitido que sus sicarios se apo<strong>de</strong>raran <strong>de</strong> las riquezas <strong>de</strong><strong>los</strong> narcos caídos en <strong>de</strong>sgracia. No sólo <strong>los</strong> narcos habían pagadocon sus vidas sus errores, sino que ahora se les expropiaba loque habían conseguido para sus here<strong>de</strong>ros y terminaba todo enmanos <strong>de</strong> sus asesinos. En el otro lado Várela hizo responsablea Montoya <strong>de</strong> permitir que algunos <strong>de</strong>latores infiltraran las másaltas esferas <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r. Eso era imperdonable y Montoya <strong>de</strong>beríapagarlo con su propia vida./ Aún con las diferencias tan marcadas, Puerta cumplió consus oficios <strong>de</strong> mediador y convenció a las partes que el sitio iudicado para acabar con las diferencias era el Magdalena Medio.En esa inmensa llanura, él mismo sería el garante para que natíamalo pasara.Lo único claro antes <strong>de</strong> la reunión era que Várela li<strong>de</strong>raba l;iofensiva y pegaba primero, mientras Montoya permanecía comoespectador. Montoya no confiaba mucho en la palabra <strong>de</strong> Várelay creyó que al menor <strong>de</strong>scuido podría convertirse en presa fácil<strong>de</strong> sus sicarios. Por eso pensó que lo mejor era utilizar algunaestrategia para entrar y salir con vida <strong>de</strong> esa reunión.A <strong>los</strong> pocos días todos firmaron un compromiso <strong>de</strong> no agresióny ía promesa <strong>de</strong> intentar <strong>de</strong> una vez por todas sanar las heridas.222223


Catín uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> dlrlgantas di 1 1 earte] át\ Norte asistiría a la reunióncon el jefe <strong>de</strong> su ala militar para impartir ór<strong>de</strong>nes claras asus subalternos una vez terminada la cita.La reunión se llevó a cabo en la hacienda Aguas Vivas, en elMagdalena Medio, en la segunda semana <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 2003. Por<strong>los</strong> caminos pedregosos <strong>de</strong> acceso al lugar fueron llegando <strong>los</strong>miembros <strong>de</strong> la cúpula <strong>de</strong> la organización, don<strong>de</strong> <strong>los</strong> esperabanBotalón y Puerta. <strong>El</strong> primero en llegar fue Chupeta, en compañía<strong>de</strong> sus socios y <strong>de</strong>l inseparable teniente Rodríguez; <strong>los</strong> siguientesfueron <strong>los</strong> hermanos Londofío, Los Yiyos; luego Rasguño, elMocho Arcángel y por último Várela, secundado por dos <strong>de</strong> suslugartenientes, entre el<strong>los</strong> Car<strong>los</strong> Calle, Combatiente, y a pocosmetros 60 miembros <strong>de</strong> su seguridad.A cinco kilómetros <strong>de</strong> allí, Montoya esperaba que Botalónle confirmara que las cosas estaban bien y que la situación eracontrolada por <strong>los</strong> hombres a su mando. En ese instante, Botalónse comunicó por radio con Montoya, su protegido, para ponerloal tanto <strong>de</strong> <strong>los</strong> acontecimientos.— Diego, habla Botalón, aquí te estamos esperando.— ¿Cómo está todo?—Bien, Toda la gente <strong>de</strong>l Norte cumplió la cita y el únicoque falta es usted; claro que Várela llegó con más <strong>de</strong> 60 <strong>de</strong> sushombres y todos están enfierrados con fusiles AK-47; si algo salemal, aquí se nos arma la tercera guerra mundial, tienes que venir,no hay <strong>de</strong> otra.—En cinco minutos estoy allá —contestó Montoya y colgó.A <strong>los</strong> pocos minutos el estruendoso ruido <strong>de</strong> helicópterosque se acercaban al lugar alteró el ánimo <strong>de</strong> <strong>los</strong> presentes, que<strong>de</strong>sconcertados se miraron entre sí porque todo indicaba que habíallegado la Policía para ten<strong>de</strong>rles una emboscada.—Tranqui<strong>los</strong>, tranqui<strong>los</strong>, es Diego —dijo Botalón al percatarse<strong>de</strong>l nerviosismo.La periferia <strong>de</strong> la hacienda estaba ro<strong>de</strong>ada por miembros<strong>de</strong> las auto<strong>de</strong>fensas al mando <strong>de</strong> Botalón y hombres <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong>seguridad <strong>de</strong> Várela. Las cabezas <strong>de</strong>l cartel esperaban bajo una224carnada d acribo <strong>de</strong>l último Invitada A 30 rnetsoi <strong>de</strong> l¡i ramuda,sobre una explanado aten-izaron dos helicópteros. Del primero setajaron dos hombres fuertemente armados y se hicieron a lado ylado <strong>de</strong> la aeronave. Del segundo helicóptero se bajó un hombre<strong>de</strong> aproximadamente 45 años, <strong>de</strong> contextura gruesa y una incapacida<strong>de</strong>vi<strong>de</strong>nte al caminar.Los capos que esperaban en la ramada i<strong>de</strong>ntificaron a Montoya,cuando <strong>de</strong> repente <strong>de</strong> la segunda aeronave bajó un misteriosohombre con su rostro cubierto por un pasamontañas, que portabaen sus manos un po<strong>de</strong>roso cohete que a primera vista podríahacer<strong>los</strong> volar a todos por <strong>los</strong> aires si se les ocurría la absurdai<strong>de</strong>a <strong>de</strong> traicionarlo.Montoya levantó por un instante su mirada al cielo, cerró <strong>los</strong>ojos y encomendó su vida a sus dos mejores amigos —Iván Urdinolay Miguel Solano—; luego volteó su mirada hacia la ramada,respiró profundo, se llenó <strong>de</strong> valor y emprendió su marcha rumboal encuentro cara a cara con Várela. Al llegar, al primero queencontró fue a Chupeta, lo miró fijamente a la cara, le extendióla mano en señal <strong>de</strong> saludo y le dijo:—¿Qué hubo, Juanea?Lo mismo hizo con Rasguño y <strong>El</strong> Mocho. Al final <strong>de</strong>l recorridose encontró a Várela <strong>de</strong> frente e intentó saludarlo, pero esteretrocedió dos pasos, se inclinó a un costado, lo miró <strong>de</strong> arribaabajo y le contestó el saludo con un <strong>de</strong>spectivo movimiento <strong>de</strong>cabeza. —Al percatarse <strong>de</strong>l <strong>de</strong>splante, Puerta tomó la palabra y <strong>los</strong> invitóa sentarse mientras señaló con su <strong>de</strong>do índice una mesa rectangular.Los capos tomaron asiento. A un lado, Montoya, Botalón,y sobre el primer ángulo <strong>de</strong> la mesa, Los Yiyos. Del otro lado,Rasguño, Arcángel, Chupeta y por último Várela.Era indiscutible que la balanza se inclinaba hacia el lado <strong>de</strong>Várela. Puerta, que permaneció <strong>de</strong> pie como vocero oficial <strong>de</strong> lareunión, miró <strong>de</strong> un lado y <strong>de</strong>l otro y comprobó que las cargasestaban a favor <strong>de</strong> Várela. Nuevamente tomó la palabra parahacer un pequeño paréntesis y <strong>de</strong>cirles a todos <strong>los</strong> presentes que225


lo más impon.¡iiíic era buscar <strong>los</strong> CflmiílOS <strong>de</strong> lu reconciliación,que existían lazos <strong>de</strong> hermandad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía muchos años y qiieesos eran más fuertes que todos <strong>los</strong> altercados por <strong>los</strong> que estabanallí reunidos.Várela asumió la vocería <strong>de</strong> la cumbre e intentó <strong>de</strong>jar en clarosu punto <strong>de</strong> vista.—Vean, señores, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la guerra con la gente <strong>de</strong> Cali hemostenido claro que <strong>los</strong> bienes expropiados son <strong>de</strong> nosotros porque conel<strong>los</strong> les pagamos a <strong>los</strong> muchachos {su aparato sicarial). Lo que pasócon Iván Urdinola fue un caso fortuito que empezó porque <strong>los</strong>familiares <strong>de</strong> él no querían entregarle las propieda<strong>de</strong>s que le correspondíana la viuda y elía me pidió que la ayudara; cómo noiba a ayudarla si es hermana <strong>de</strong> Don Orlando y esos Urdinolas sequerían aprovechar <strong>de</strong> ella porque la veían sola y se excusabanen usted, Don Diego; lo <strong>de</strong> Miguel (Solano) ese hijueputa se lobuscó porque no sólo era un sapo sino que pensaba matarme...pregúntele a Rasguño, pregúntele —-terminó Várela, subiendoun poco la voz.—¿Sabe qué, Várela?, Iván y Miguel ya están muertos y lo queno po<strong>de</strong>mos permitir es que las cositas por las que tanto trabajaroncon nosotros terminen en manos <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>más y que sus familiasque<strong>de</strong>n en la calle; eso no me parece —intervino Montoya.—Le quiero aclarar algo, Diego: no le he quitado nada ala familia <strong>de</strong> Iván porque esas tierras no eran <strong>de</strong> el<strong>los</strong>, eran <strong>de</strong>Lorena y por recuperar esas tierritas mis muchachos cobran unporcentaje, al que tienen <strong>de</strong>recho. Lo <strong>de</strong> Miguel es otra cosa: éltambién le <strong>de</strong>bía una platica a Lorena. Yo sólo se la cobré y claroque autoricé que le quitaran todo porque ese hp era un sapo: <strong>de</strong>ahora en a<strong>de</strong>lante a cualquiera que se ponga <strong>de</strong> sapo lo mato y lequito todo, como en la guerra con <strong>los</strong> Herrera. Mis muchachossaben que las propieda<strong>de</strong>s que quiten se las reparten entre el<strong>los</strong>como botín <strong>de</strong> guerra. Me ha tocado pelear sólo con <strong>los</strong> Herrera,cuando todos uste<strong>de</strong>s me sacaron el culo. Así que lo mínimo quepuedo hacer con la gente que me ha apoyado en esta guerra es<strong>de</strong>jarles que se repartan entre el<strong>los</strong> las propieda<strong>de</strong>s; gústeles o no.226eso es lo que viin n Imcer; si que DOJSItí COntnlgO 6ttá en COntfflmía, eso es lodo replicó Várela, incisivo.—1 loinbre Diego, Vil relita tiene razón. Los que le ponen elpecho a todas estas broncas tienen <strong>de</strong>recho a quedarse con algo,¿no crees? —dijo Chupeta terciando en la discusión.—Vea, hombre, por mí se pue<strong>de</strong>n repartir todas las propieda<strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>los</strong> Herrera, pero las cosas <strong>de</strong> Iván o <strong>de</strong> Miguelque empezaron con nosotros este camino, que eran como <strong>de</strong> lafamilia, hombre, eso no me parece. Várela, <strong>de</strong>vuélvale las cosasa la familia Urdinola y a la viuda <strong>de</strong> Miguel. Eso es todo lo quele pido —insistió <strong>de</strong> nuevo Montoya.—La verdad, me importa poquito lo que le parezca o no.De ahora en a<strong>de</strong>lante las propieda<strong>de</strong>s que les quite a <strong>los</strong> saposcomo Miguel y a cualquiera que esté en contra mía, se las vana repartir mis trabajadores. Gústele o no Combatiente ya les repartiólas cosas <strong>de</strong> Miguel a <strong>los</strong> muchachos —sostuvo Várela altiempo que en el otro extremo <strong>de</strong> la mesa Rasguño y <strong>El</strong> Mochono modulaban palabra alguna.—¿Eso quiere <strong>de</strong>cir que al que maten o se muera uste<strong>de</strong>s sereparten sus propieda<strong>de</strong>s? -—preguntó <strong>de</strong> nuevo Montoya.—Ah, ¿le parece poquito que sean sapos? ¿No será que ustedtambién está en las mismas? •—-contestó Várela algo alterado.Tal parece que a Várela se le olvidó que había sido uno <strong>de</strong> <strong>los</strong>primeros, pero como su aplicación no fue aceptada en a<strong>de</strong>lanteno le perdonaría a nadie más que lograra o intentara lo que élno había podido. Los asistentes a la cumbre eran sapos o habíanparticipado en una <strong>de</strong> las tres versiones originales <strong>de</strong>l crossovery se hacían <strong>los</strong> <strong>de</strong> la vista gorda y olvidaban por conveniencia yfingían <strong>de</strong>mencia o amnesia crónica. Pero que eran sapos, eransapos, <strong>de</strong> eso no hay duda.Ante el fuerte choque entre Várela y Montoya, Gabriel Puertatomó la palabra.—La i<strong>de</strong>a, muchachos, es solucionar <strong>los</strong> problemas, tranqui<strong>los</strong>,tranqui<strong>los</strong>.227


E] único problema aquí ei que Diego no acepta que <strong>los</strong><strong>de</strong>más ganen —reclamó Várela.—Yo creo que en la guerra todo se vale, inclusive eso —dijo<strong>de</strong>s<strong>de</strong> un rincón <strong>de</strong> la mesa John Jairo, uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> Yiyos.Montoya no ocultó su mortificación al escuchar lo que dijosu subalterno y lo miró con gesto amenazante; como no le habíanquedado claros <strong>los</strong> argumentos <strong>de</strong> Yiyo, le preguntó <strong>de</strong> nuevo:—¿Qué es lo que usted cree, John Jairo?—Que las propieda<strong>de</strong>s involucradas en un conflicto se que<strong>de</strong>nen manos <strong>de</strong>l que gane, Don Diego.Sólo en ese instante Montoya comprendió que Los Yiyos, susfieles servidores y compañeros <strong>de</strong> mil batallas, se le habían saüdo<strong>de</strong> las manos porque esa respuesta, en medio <strong>de</strong> una reunión <strong>de</strong>esas dimensiones, significaba un apoyo a la fi<strong>los</strong>ofía <strong>de</strong> Várelay una patada a sus i<strong>de</strong>as. Para rematar, Jaime Londoño, el otroYiyo, tomó la palabra.—<strong>El</strong> señor Várela tiene razón; nosotros frenteamos las broncasy siempre nos toca la peor parte.—No faltaba más, <strong>los</strong> pájaros tirándole a las escopetas —respondióMontoya, indignado al comprobar que sus fieles servidoresse le iban <strong>de</strong> las manos y reclamaban <strong>los</strong> botines <strong>de</strong> guerra.—Don Diego, Várela tiene razón en eso y si él lo hace nosotrostambién —respondieron Los Yiyos al unísono.—A mí me parece que eso es usurpar el patrimonio <strong>de</strong> <strong>los</strong>familiares. ¿Les parece poco la estela <strong>de</strong> muerte en esta guerraabsurda? —dijo Montoya una vez más, airado.—Vea, Diego, lo que le duele a usted es que le hayamos matadoa Miguel por sapo; déjese <strong>de</strong> mancadas que ese hijueputa estabatrabajando con la DEA —intervino Várela,—Miguel era mi amigo, Várela, no se olvi<strong>de</strong>; era como mihermano —respondió Montoya.—A mí me importa un culo si era su hermano; para mí era unsapo y <strong>los</strong> sapos se mueren y con él sus tres generaciones, gústeleo no y lo que tengan se lo quito. ¿Me entendió?228Viiifhi, !¡i i:iiu¡li;i ds Mlftud nuda tiene que ver con<strong>de</strong>vuélvale las cosas -reiteró Munioya.—No les voy a <strong>de</strong>volver ni mierda; eso es mío y <strong>de</strong> mis i mu luíchos, viejo marica y si le duele mucho, pues quítemelo —Ees] W)&cÜóVárela y el embíante <strong>de</strong> la runión empezó a cal<strong>de</strong>arse.—Estoy mamado <strong>de</strong> que usted, Várela, viva robando y al Wpellando a todo el mundo.—Si no le gusta, haga lo que le dé la gana; finalmente USfts<strong>de</strong>s el que sigue.Montoya, <strong>de</strong>scompuesto por la furia, se puso <strong>de</strong> pie y Vaivl.ihizo lo mismo y en ese instante Puerta se interpuso en el caminodé<strong>los</strong> dos para evitar el encuentro directo. Afortunadamente, a tiles<strong>de</strong> ingresar a la reunión todos habían cumplido el compromiso <strong>de</strong>estar <strong>de</strong>sarmados porque si no el <strong>de</strong>senlace hubiera sido otro.Insultos y ofensas vinieron <strong>de</strong> lado y lado. Chupeta agarróa Várela por la cintura y Puerta tomó a Montoya <strong>de</strong> un brazo.Ninguno <strong>de</strong> <strong>los</strong> dos se calmaba y por el contrario <strong>los</strong> insultoscada vez eran más fuertes. En medio <strong>de</strong>l forcejeo, Montoya sesoltó y cuando estaba a un metro <strong>de</strong> Várela lo señaló con su <strong>de</strong>doíndice y le dijo:—Vos sos una rata.—Te voy a matar, gran hijueputa. Te voy a matar./ Nadie hasta ese momento se había atrevido a insultar <strong>de</strong> esamanera a Várela; por sólo pensarlo muchos habían muerto <strong>de</strong> Lapeor manera. En un instante todo fue confusión, Montoya fue llevado a empellones hasta el helicóptero, mientras Várela era sujetadopor Rasguño, Chupeta y Gabriel Puerta. Los Yiyos y Combatientese mantenían expectantes al <strong>de</strong>senlace <strong>de</strong> <strong>los</strong> hechos.Montoya, ayudado por sus hombres, abordó el helicóptero y<strong>de</strong>sapareció <strong>de</strong>l lugar. Lo mismo hizo Várela con sus hombres.Mientras la aeronave sobrevolaba las montañas, Montoyareflexionó sobre la nueva realidad <strong>de</strong> su relación con <strong>los</strong> <strong>de</strong>máscapos <strong>de</strong>l Valle: primero, que Rasguño, su amigo, no sólo sabía<strong>de</strong> antemano que Várela ejecutaría a Miguel Solano sino queno lo enteró a tiempo; segundo, que <strong>de</strong> <strong>los</strong> antiguos aliados y229


primeros fundadores dt'l cartel <strong>de</strong>l Norte, ya no contaba con elapoyo <strong>de</strong> ninguno <strong>de</strong> el<strong>los</strong>; tercero, que Los Yiyos apoyaban aVárela; y cuarto, que por más dinero que tuviera estaba sólo ensu guerra con Várela.Después <strong>de</strong> este acci<strong>de</strong>ntado encuentro, Montoya y Várelanunca más se verían las caras.Con todo, a Montoya aún le quedaba un fiel servidor: el misteriosohombre <strong>de</strong>l pasamontañas, el mismo que, escondido enuna ramada, todo el tiempo apuntó con un po<strong>de</strong>roso misil paraasegurarse <strong>de</strong> que nadie saliera vivo si algo le pasaba a sugefe,Diego Montoya. <strong>El</strong> nombre <strong>de</strong> este personaje es Ómar García,Capachivo, quien <strong>de</strong> ahí en a<strong>de</strong>lante jugaría un papel clave en lahistoria <strong>de</strong> la narcoactividad en el norte <strong>de</strong>l Valle.34No bajar la guardiaVareta y Capachivo conocían al milímetro sus tácticas, susacciones, sus métodos, sus puntos vulnerables, sus colaboradores,sus amigos y sus enemigos. Por estas razones, para ninguno <strong>de</strong><strong>los</strong> dos bandos era fácil la guerra. Provenían <strong>de</strong> la misma calaña.Convencidos <strong>de</strong> que la confrontación estaba a la vuelta <strong>de</strong>la esquina, lo primero que hicieron <strong>los</strong> dos grupos fue <strong>de</strong>purarsus frentes <strong>de</strong> combate para evitar filtraciones, las herramientasfavoritas <strong>de</strong> <strong>los</strong> jefes <strong>de</strong> las dos organizaciones criminales.Para Capachivo como cabeza <strong>de</strong>l combate contra Várela lomás importante era proteger a familiares y colaboradores suyos y<strong>de</strong> Diego Montoya en el Valle. Mientras sus hombres avanzabanen esa tarea, se <strong>de</strong>dicó a i<strong>de</strong>ntificar a sus enemigos en el <strong>de</strong>partamento,Lo que se hizo evi<strong>de</strong>nte al poco tiempo fue que Los Yiyosestaban alineados <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong> Várela y que el<strong>los</strong> tenían muchainformación sobre Capachivo. Estos personajes se convirtieron enel primer blanco <strong>de</strong> la guerra y en pocos días fueron diezmadossignificativamente. Lo más importante era mandarle un mensaje230231


contun<strong>de</strong>nte ¡i Várela para que entcntlimi que había alguienigual o peor que él y que no pensaba esperar un ataque con !osbrazos cruzados.. En a<strong>de</strong>lante no se podría bajar la guardia y tenía claro quela mejor estrategia era irrespetar a Várela y duplicar cualquieracción que este iniciara en su contra. Capachívo sabía que lo másconveniente era <strong>de</strong>sarrollar la ofensiva contra su enemigo en supropio territorio. A<strong>de</strong>más, era consciente <strong>de</strong> que ninguno <strong>de</strong> <strong>los</strong>gran<strong>de</strong>s capos <strong>de</strong>l Norte estaba <strong>de</strong> su lado y que su única opciónera matar o morir.Mientras tanto, Rasguño hacía gala <strong>de</strong> su arte para manejarla hipocresía: por un lado, intentaba hacerle creer a Montoya quesus lazos <strong>de</strong> hermandad superaban cualquier altercado, y por otrolado pretendía que Várela lo siguiera consi<strong>de</strong>rando aliado porhaberlo puesto sobre aviso respecto <strong>de</strong> las negras intenciones <strong>de</strong>Miguel Solano.Rasguño nadaba entre esas dos turbulentas aguas, mientras<strong>los</strong> frentes <strong>de</strong> combate i<strong>de</strong>ntificaban sus objetivos. Por eso <strong>de</strong>cidiómarginarse temporalmente <strong>de</strong>l conflicto y se radicó en Me<strong>de</strong>llín bajola sombra protectora <strong>de</strong> Ciar<strong>los</strong> Castaño, que en ese instante tenía eldoble <strong>de</strong> problemas que Rasguño y trataba <strong>de</strong> mantener el mandoi<strong>de</strong>ológico <strong>de</strong> unas auto<strong>de</strong>fensas inundadas <strong>de</strong> narcotraíicantcs.Cuando Rasguño llegó a Me<strong>de</strong>llín no tardó en <strong>de</strong>scubrir queCastaño representaba muy poco en el mundo pararnilitar y habíasido arrinconado por la línea dura narcoparamílitar encabezadapor Salvatore Mancuso, Don Berna, Macaco y Vicente Castaño.La imagen <strong>de</strong> Car<strong>los</strong> Castaño era utilizada para sostener ante elpaís la imagen <strong>de</strong> que las auto<strong>de</strong>fensas eran una organización queluchaba contra las guerrillas izquierdistas. Pero su objetivo realera enriquecerse a costa <strong>de</strong> cultivar, procesar, exportar, distribuiry ven<strong>de</strong>r el alucinógeno en el extranjero.En Cali, en tanto, <strong>los</strong> amagos <strong>de</strong> guerra eran cada vez másevi<strong>de</strong>ntes. <strong>El</strong> 13 <strong>de</strong> octubre, <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong> Várela confirmaronla presencia en un club nocturno <strong>de</strong> <strong>los</strong> hermanos Jaime y JohnJairo Londoño, jefes <strong>de</strong> Los Yiyos, y varios <strong>de</strong> sus escoltas.I [acia lüs 11 p.niíi se Inició lo operación para dar<strong>los</strong> <strong>de</strong> baja.Doce hombres ¡i bordo <strong>de</strong> una camioneta í'ord Explores, unaGrand Cherokee y un Renault Megane, llegaron a la discotecaCañandonga, en el sur <strong>de</strong> Cali y luego <strong>de</strong> parquear se bajaron,abrieron la cajuela <strong>de</strong> <strong>los</strong> carros, sacaron <strong>los</strong> fusiles K-Í5 y se dirigieronrápidamente a la puerta principal.<strong>El</strong> ambiente en el popu<strong>los</strong>o grill era normal. Las parejas bailabanalegremente al son <strong>de</strong> Cali pachanguero y el licor corría <strong>de</strong>boca en boca. Nada presagiaba lo que estaba a punto <strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r.De repente, nueve hombres irrumpieron en el lugar y dispararonráfagas <strong>de</strong> fusil sobre la humanidad <strong>de</strong> <strong>los</strong> presentes. Actoseguido caminaron hacia la mesa don<strong>de</strong> según les habían dichose encontraban <strong>los</strong> hermanos Londoño. En ese mismo instante<strong>los</strong> escoltas alcanzaron a respon<strong>de</strong>r al ataque y varios <strong>de</strong> el<strong>los</strong>cayeron alcanzados por las balas. Jaime Londoño, quien estabaa un lado <strong>de</strong> la barra, se lanzó al suelo y logró llegar al baño.Se paró encima <strong>de</strong>l inodoro y logró mover a un lado el cielo falso.De un brinco se agarró <strong>de</strong> la parte más alta <strong>de</strong>l techo y por ahífue a parar a un tejado vecino. En cinco minutos había logradoescabullirse, sin una sola raspadura.<strong>El</strong> grill estaba convertido en un campo <strong>de</strong> batalla don<strong>de</strong> yacíansiete cuerpos <strong>de</strong>strozados por las ráfagas <strong>de</strong> fusil y 12 personasheridas que se arrastraban por el suelo rumbo a la puerta <strong>de</strong>salida para pedir ayuda.Los {comandos salieron ton la certeza <strong>de</strong> haber cumplido suobjetivo,' 1 pero esa misma noche se llevaron una gran sorpresacuando una fuente fi<strong>de</strong>digna <strong>de</strong> Várela confirmó que <strong>los</strong> hermanosLondoño habían sobrevivido a la emboscada y estabansanos y salvos.Várela también supo que uno <strong>de</strong> Los Yiyos, John Jairo, habíasalido <strong>de</strong> la discoteca cinco minutos antes <strong>de</strong>l ataque porque sucompañera sentimental lo llamó por teléfono y le puso una citaurgente en otro lugar <strong>de</strong> la ciudad.Los Londoño entendieron que se habían convertido en objetivo<strong>de</strong> alguien, pero no sabían <strong>de</strong> quién o por qué.232 253


Con \n\ni.' cu j;iif>i.iiins fuentes<strong>de</strong> la Policía<strong>de</strong>(!¡iii, <strong>los</strong>pwjd<strong>los</strong><strong>de</strong> comunicación locales iníormamn que este nuevo acto <strong>de</strong> barlxirieera una retaliación entre bandas <strong>de</strong> narcotraficantes <strong>de</strong>l norte<strong>de</strong>l Valle, que habían comenzado una guerra interna. Los mismosvoceros citados por <strong>los</strong> periodistas señalaron que la matanza noera un caso aislado <strong>de</strong> violencia y que estaba relacionada con unainminente división en la organización <strong>de</strong> Diego Montoya, quehabía perdido a varios <strong>de</strong> sus hombres.En la clan<strong>de</strong>stinidad, Várela sabía que Capachivo se preparabapara atacarlo; también sabía que entre el<strong>los</strong> no había diferencias,que usaban <strong>los</strong> mismos métodos. Várela sabía que Capachivotenía un ataque entre manos porque a <strong>los</strong> dos les gustaba pegarprimero.<strong>El</strong> ParaísoPara Várela, lo más importante era i<strong>de</strong>ntificar quién sería elprimer objetivo <strong>de</strong> Montoya y no tardó en concluir que se trataba<strong>de</strong> Lorena. Sin pensarlo dos veces, salió a visitarla hasta las lejanastierras <strong>de</strong>l cañón <strong>de</strong> Garrapatas.Várela arribó a la hacienda <strong>El</strong> Paraíso, a orillas <strong>de</strong>l río Sipisobre las 11 a.m. <strong>de</strong>l segundo sábado <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 2003. 1 ,¡IKcuatro camionetas Toyota todo terreno parquearon a un costado<strong>de</strong> la casa y Várela bajó, saludó amablemente a <strong>los</strong> encargados


—Hace como Jos meses rae reuní con el en el MagdalenaMedio para intentar <strong>de</strong>jar las cosas claras; no pudimos ponernos<strong>de</strong> acuerdo porque él quería que le <strong>de</strong>volviera todas estas tierrasy las ¿osas <strong>de</strong> Miguel Solano. Mejor dicho, Lorenita, se me salió<strong>de</strong> las manos ese viejo y hasta que lo mate no quedo tranquilo.—¿Tú no le habías dicho que no se metiera en lo que a él nole importa?—Sí, pero él sigue pensando que tú y yo tuvimos que veren la muerte <strong>de</strong> Iván; a<strong>de</strong>más, como tú eres mi mujer, cree quele quitamos abusivamente las propieda<strong>de</strong>s a la familia Urdinola.Me dijo que esa familia era como su familia, que Iván era comosu papá, que gracias a él tiene todo lo que tiene, que Iván fue elque le enseñó a vivir en este negocio y que le maté a ese hijueputa<strong>de</strong> Miguel. A<strong>de</strong>más, dice que mis muchachos se repartieron laspropieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Miguel. Está salido <strong>de</strong> la ropa y como tiene elrespaldo <strong>de</strong> <strong>los</strong> grupos <strong>de</strong>l Magdalena Medio, el <strong>de</strong>l tal Botalón,y <strong>de</strong> Capachivo, que le dijo que él me mataba 70 veces, pues seme salió <strong>de</strong> las manos. La verdad, Lorenita, no quiero que estésaquí por ahora; vete que yo te visito, no te preocupes, arregla tuscosas y sal mientras soluciono esto.—Tienes que prometerme que no me vas a <strong>de</strong>jar sola, queme vas a visitar.—Claro, mi amor, te lo prometo; ah, una cosa más: llévate atu familia contigo y al mochíto Arcángel.—Pero por qué a Arcángel. <strong>El</strong> es amigo <strong>de</strong> Diego <strong>de</strong> toda lavida, han crecido juntos en este negocio; no entiendo qué tienequé ver él en esto.—Lorenita, en estas guerras no hay amigos; aquí o se está <strong>de</strong>un lado y se empuñan las armas o se está <strong>de</strong>l otro; el que no tengaposición <strong>de</strong>finida es el primero en ser atacado; te puedo asegurarque Diego cree que <strong>El</strong> Mocho está conmigo y Capachivo le va atirar; seguramente el primero en morirse será ese Mocho, que esuna hueva; todo el día no hace sino jugar fútbol y como ahoraanda con su nueva noviecita, Diego lo mata rapidito; a<strong>de</strong>más,tú sabes, Lorenita, que es más peligroso un gusano <strong>de</strong> guayaba236que ese Mocho. A mi me estorba üqul y no tengo tiempo paraponerme Ó cuidarlo; ese Mocho no se CIIÍLIÍI ni 01 sólo; sí le lollevas contigo me haces un favor grandísimo; llévatelo con noviay todo lo que quiera,:—Está bien, mi amor, soluciona esto rapidito para que podamosestar juntos,—Te lo prometo, Lorenita.—¿En qué posición está Rasguño en todo esto? •—preguntóLorena algo intrigada.—A ver, lo que pase con Rasguño no me importa; seguramenteDiego y Capachivo le tirarán porque creen que él está conmigo;a<strong>de</strong>más, Diego se enteró <strong>de</strong> que Rasguño sabía que yo pensabamatar a Miguel Solano y como no le avisó, Diego se emputó.Me imagino que Rasguño <strong>de</strong>be estar en Me<strong>de</strong>llín, buscando queCar<strong>los</strong> Castaño lo proteja, pero lo que no sabe es que Car<strong>los</strong> tienemás problemas que Rasguño; Macaco y Don Berna no quieren vera Car<strong>los</strong> por haber dicho públicamente que se propone combatir a<strong>los</strong> narcotraficantes; no se me olvida que hace algunos años esefariseo <strong>de</strong> Rasguño y el Iscariote <strong>de</strong> Car<strong>los</strong> me querían matar ypensaban utilizar a Fernandito Henao, tu hermano, para queme pusiera una cita con ese fin; lo que pase con Rasguño no meimporta, si Diego lo mata me hace un favor grandísimo; Rasguñocree que en Me<strong>de</strong>llín está muy protegido. Pobre huevón, comoestán las cosas, no creo que Car<strong>los</strong> Castaño dure mucho.<strong>El</strong> fin <strong>de</strong> semana, Várela y Lorena <strong>de</strong>partieron alegrementeen la hacienda <strong>El</strong> Paraíso. Uno <strong>de</strong> sus mejores fines <strong>de</strong> semana.237


36De palo en paloGran parte <strong>de</strong> la familia Henao, con Arcángel a la cabeza,saltó en <strong>de</strong>sbandada con rumbo <strong>de</strong>sconocido. Sus socios, lugartenientesy colaboradores quedaron sin protección y sus vidasen la cuerda floja por cuenta <strong>de</strong> la confrontación entre DiegoMontoya y Várela.Al mismo tiempo, en su escondite <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín, Rasguñorecibía noticias <strong>de</strong> primera mano sobre lo que ocurría en Cali ysus alre<strong>de</strong>dores, don<strong>de</strong> todos <strong>los</strong> días corrían ríos y ríos <strong>de</strong> sangre<strong>de</strong> <strong>los</strong> dos frentes <strong>de</strong> batalla. Los tentácu<strong>los</strong> <strong>de</strong> las organizaciones<strong>de</strong> Várela y Capachivo llegaron hasta <strong>los</strong> confínes <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong>lValle, don<strong>de</strong> montaron estructuras <strong>de</strong> inteligencia para conocer<strong>los</strong> movimientos <strong>de</strong> uno y <strong>de</strong> otro.Los conductores <strong>de</strong> taxi fueron blanco predilecto <strong>de</strong> la guerra.Si uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong> no aceptaba un soborno, era eliminado; si habíasospechas <strong>de</strong> que alguno trabajaba para el otro bando, tambiénera ejecutado. Si Várela mataba a un taxista, Capachivo hacía lomismo. Ante el exterminio, voceros <strong>de</strong>l servicio <strong>de</strong> taxis <strong>de</strong>nunciaron<strong>los</strong> asesinatos ante las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>partamentales, pero238csüisopiumn por<strong>de</strong>éiren públicoqüélai ertea<strong>de</strong> conductoreseran simples casos aislados.Vivir en el Norte <strong>de</strong>l Valle se volvió muy peligroso y por esomucha gente <strong>de</strong>cidió abandonar sus hogares como única medidaposible paca sobrevivir a una guerra en la se moría sin saber porqué,De otro lado, Rasguño intentó en varias ocasiones comunicarsecon Várela para estar al tanto <strong>de</strong> la situación, pero este nole pasó al teléfono y eso lo puso nervioso. <strong>El</strong> sospechoso silencio<strong>de</strong> Várela lo forzó a acercarse otra vez a Diego Montoya, cualpelota <strong>de</strong> ping pong que brinca <strong>de</strong> un lado al otro.Rasguño intentaba hacer gala <strong>de</strong> ese arte nato que sólo élmanejaba, para protegerse <strong>de</strong> <strong>los</strong> rayos solares en el árbol quemás sombra le brindara. En el mundo <strong>de</strong>l narcotráfico <strong>los</strong> caposi<strong>de</strong>ntificaban a Rasguño por esa extraña manía. Montoya lo conocíaa la perfección y por eso prefirió mantenerlo a distancia,pero aún así le hizo llegar un mensajito.—Vea, Rasguño, usted entregó a Miguel Solano para queVárela lo matara; y como ahora no están Víctor (Patino) ni Car<strong>los</strong>(Castaño), que le brindaban la protección que usted necesitabay como sabe que Várela le tiene su guardadito, ahora sí quierebrincar para el lado mío. No, Rasguño, está muy equivocado, sigacomo Tarzán, <strong>de</strong> palo en palo, <strong>de</strong> un lado al otro; eso es lo queusted sabe hacer mejor; eso sí, cuí<strong>de</strong>se mucho porque si Várelano lo mata y yo me lo encuentro por ahí en el camino, lo parto.¿Le quedó claro? ¿Le quedó claro?Rasguño entendió que el rechazo <strong>de</strong> Várela y la amenaza<strong>de</strong> Montoya lo habían puesto en un grave riesgo. Al menor <strong>de</strong>scuidosería atacado por uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> dos capos. Ante esta nuevasituación optó por jugarse una última carta: llamar a su socioVicente Carrillo, el po<strong>de</strong>roso capo mexicano, para proponerlereactivar algunas rutas <strong>de</strong> tráfico <strong>de</strong> droga hacia México. Su i<strong>de</strong>aera recuperar su <strong>de</strong>sgastado bolsillo por el elevado costo que leimplicaba su permanencia en Me<strong>de</strong>llín bajo la protección <strong>de</strong> <strong>los</strong>239


empleados directos <strong>de</strong> I )ori Berna-, a Quienes tes <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>sembolsa*mensutilmente dos millones <strong>de</strong> dólares.Muchas veces, Rasguño se veía a gatas para cumplir su compromisoy por eso creía que la única opción por ahora sería reactivarel trasiego <strong>de</strong> drogas. La incertidumbre era tal que Rasguñopasaba meses enteros entre una casa <strong>de</strong>l barrio Laureles y unapartamento en <strong>El</strong> Poblado; entre una finca en Bolombolo y otraen Sopetfán, la Pintada o Copacabana... cíe ahí a Me<strong>de</strong>llín, Itagüíy Envigado. En fin, Rasguño se la pasaba <strong>de</strong> un lado a otro, sinrumbo fijo y aun cuando se movía constantemente, hasta ciertopunto sus <strong>de</strong>splazamientos se volvieron rutinarios. La escasez <strong>de</strong>dinero lo forzó a reducir el número <strong>de</strong> escoltas y a transportarseen taxi, acompañado por una o dos personas. Poco a poco empezóa enten<strong>de</strong>r que su imperio se caía a pedazos y que su localizacíónpor parte <strong>de</strong> sus enemigos era cuestión <strong>de</strong> días.<strong>El</strong> panorama <strong>de</strong> Rasguño empeoró aún más cuando las auto<strong>de</strong>fensas—ahora al mando <strong>de</strong> Don Berna, Macaco, VicenteCastaño y Mancuso— íe retiraron el apoyo porque incumpliócon el pago <strong>de</strong> su millonaria cuota. De la misma manera, Car<strong>los</strong>Castaño, quien estaba igual o más arrinconado que Rasguño,hacía esfuerzos <strong>de</strong>sesperados por sacar <strong>de</strong>l medio a Macaco pararetomar el control <strong>de</strong> su organización.En su refugio, a Rasguño sólo le quedaban dos opciones:entregarse voluntariamente a las autorida<strong>de</strong>s colombianas yterminar extraditado a Estados Unidos, o llamar nuevamente albarón <strong>de</strong> la droga mexicana, su socio y amigo Vicente Carrillo,para que lo protegiera en tierra azteca, Rasguño sólo disponía <strong>de</strong>unos cuantos días para tomar una <strong>de</strong>cisión.37Judas IscarioteLas labores <strong>de</strong> inteligencia <strong>de</strong> Capachivo dieron frutos finalmente.Des<strong>de</strong> Armenia, un antiguo colaborador suyo le reportóque había logrado ganarse la confianza <strong>de</strong> José Manuel Puello, elmismo que entregó a Miguel Solano para que Várela lo asesinaraen Cartagena. Puello no imaginaba que su suerte estaba echaday que el <strong>de</strong>stino le marcaba un final muy parecido al <strong>de</strong> su granamigo Miguel, al que entregó sin escrúpulo alguno.<strong>El</strong> informante <strong>de</strong> Capachivo señaló <strong>los</strong> movimientos, <strong>los</strong> carros,las casas y las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>los</strong> colaboradores <strong>de</strong> Puello yse comprometió a ponerlo en ban<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> plata a cambio <strong>de</strong> unajugosa bonificación en efectivo. Incluso, le aseguró a Capachivoque podía convencer a Puello <strong>de</strong> ir, solo, al reconocido restauranteLa Fogata, en Armenia, con la disculpa <strong>de</strong> que en ese lugar lepresentaría a una aspirante a mo<strong>de</strong>lo, con sueños <strong>de</strong> figurar, peroPuello con ansias <strong>de</strong> enamorar.Pactada la cita, esta se llevó a cabo el 12 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong>2003 a eso <strong>de</strong> las 2 p.m. <strong>El</strong> primero en llegar fue el informante,que <strong>de</strong>jó su vehículo en las afueras <strong>de</strong>l restaurante y luego se240


en l:i barra dteri<strong>de</strong> pidió un whisky. En e?e instante llamoFuello y confirmó que en 15 minutos llegaría. 111 informante secomunicó <strong>de</strong> inmediato con Capachivo y le reportó la hora <strong>de</strong>llegada <strong>de</strong> su víctima.<strong>El</strong> reloj marcaba las 2:10 p.m. <strong>El</strong> informante pidió otro vaso <strong>de</strong>[icor, convencido <strong>de</strong> que ese segundo trago le ayudaría a manejarla embarazosa situación en la que se encontraba y le ayudaríaa calmar en algo la extraña sensación nerviosa que recorría sucuerpo.A <strong>los</strong> pocos minutos divisó la camioneta Land Rover ver<strong>de</strong><strong>de</strong> Puello, que antes <strong>de</strong> parquear miró hacia <strong>los</strong> lados para asegurarse<strong>de</strong> que no hubiera extraños en el lugar. <strong>El</strong> informantetambién se cercioró <strong>de</strong> que Puello no estuviera acompañado y <strong>de</strong>inmediato llamó al celular <strong>de</strong> Capachívo para confirmarle que lascosas estaban a pedir <strong>de</strong> boca.<strong>El</strong> informante se levantó <strong>de</strong> la barra y le pidió a uno <strong>de</strong> <strong>los</strong>meseros que lo condujera hasta la mesa que había reservado conanticipación. Levantó el brazo para que Pueílo lo i<strong>de</strong>ntificara ycon la mano señaló el lugar don<strong>de</strong> lo esperaba. Puello respondió<strong>de</strong> igual manera y cuando ingresaba al restaurante tropezó conel dueño <strong>de</strong>l lugar, que lo saludó amablemente como si se tratara<strong>de</strong> un cliente frecuente. Una hermosa joven lo condujo a la mesadon<strong>de</strong> estaba sentado el informante.—¿Ya llamaste a la mo<strong>de</strong>lito? ¿Qué dijo? ¿Se <strong>de</strong>mora enllegar? —le dijo el ansioso Puello al informante sin ocultar sugusto por las mo<strong>de</strong><strong>los</strong>.—O aro, ya hablé con ella, estará aquí en 20 minutos. Estáansiosa <strong>de</strong> que usted sea su representante.Mientras esperaban la llegada <strong>de</strong> ía invitada, <strong>los</strong> dos comensaleshablaron <strong>de</strong> sus activida<strong>de</strong>s en el narcotráfico, al tiempoque pidieron media botella <strong>de</strong> whisky. Puello esperaba que lepresentaran a la mujer <strong>de</strong> sus sueños pero el informante pretendíapresentarle un camino más rápido para llegar al cíelo. Mientrasel mesero regresaba con el trago, el informante le pidió a Puelloque lo disculpara un minuto para ir al baño. Des<strong>de</strong> allí llamó a242(¡apachivo y le preguntó < uinto tiempo más tardaría porque IUsil uación se bacía más y más incómoda.Capacbívo respondió que en cinco minutos estaría allí y <strong>de</strong>inmediato ingresaría al concurrido restaurante para eliminar aFuello, pero antes necesitaba saber el sitio exacto <strong>de</strong> la mesa y laropa que llevaba puesta. <strong>El</strong> <strong>de</strong>lator contestó que estaban sentadosen la cuarta mesa sobre la izquierda <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la entrada.—Ahí sólo estamos sentados él y yo. Chepe está vestido conblue jean y camisa blanca. Si no ha llegado, en cinco minutos lollamo <strong>de</strong> nuevo.<strong>El</strong> informante regresó a la mesa para acompañar durante susúltimos cinco minutos <strong>de</strong> vida a Puello y le dijo que mientrasestaba en el baño la mo<strong>de</strong>lo lo había llamado, que le confirmóque en breve llegaría al lugar y que estaba ansiosa por conocer asu nuevo representante. Puello reaccionó eufórico y or<strong>de</strong>nó unanueva tanda <strong>de</strong> tragos dobles.En ese instante y premeditadamente, el informante se excusó<strong>de</strong> haber olvidado su teléfono celular en el baño y le dijo a Puelloque lo excusara <strong>de</strong> nuevo para recuperar su teléfono mientras elmesero llegaba con el pedido. La excusa <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong>l celularfuncionó: el informante aprovechó para salir por la puerta <strong>de</strong> atrás<strong>de</strong>l restaurante y en la calle llamó <strong>de</strong> nuevo a Capachivo.—'Señor, señor, ¿dón<strong>de</strong> está?•—Aquí, mijo, ¿no me ve?, tengo el lugar ro<strong>de</strong>ado; ese hp <strong>de</strong>Chepe no se me escapa; <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquí lo veo, está sentado sólito enla mesa, muchas gracias, mijo.—Señor, no se olvi<strong>de</strong> mi regalito, dígale a Don Diego (Montoya)que cuente conmigo en todo lo que le pueda ayudar.—Se lo voy a <strong>de</strong>cir, no se preocupe que seguro le agra<strong>de</strong>ceráeste <strong>de</strong>talle; bueno, mijo, aléjese tranquilo mientras yo hago mítrabajito y <strong>de</strong>spués lo llamo —respondió Capachivo.En cuestión <strong>de</strong> segundos, cuatro hombres en un taxi estacionaronal lado <strong>de</strong> la salida <strong>de</strong> emergencia <strong>de</strong>l restaurante, al tiempoque cuatro hombres más, a bordo <strong>de</strong> una camioneta Toyota, estacionaronen el parquea<strong>de</strong>ro principal <strong>de</strong>l restaurante; y sobre la243


dd lienlr pararon dos polcnlfs iimimiclrhismii ilcw hoinliivscada ana por si Ghepe lograba escapar a la emboscada.Tres hombres <strong>de</strong> Capachivo bajaron <strong>de</strong>l taxi, abrieron lacajuela y les confirmaron a sus compinches que tenían <strong>los</strong> fusilesAR-15 preparados. Otros cuatro hicieron lo mismo y pusieron unaespecie <strong>de</strong> santo y seña para entrar al mismo tiempo al restaurante.En ese mismo instante, Puello miraba algo extrañado hacia elbaño y no veía rastro alguno <strong>de</strong> su acompañante,De repente, <strong>los</strong> siete sicarios irrumpieron velozmente porentre las mesas y empezaron a gritar que.nadie se moviera. Antela amenaza ele <strong>los</strong> cañones, varias mujeres empezaron a gritar,mientras Puello, nervioso, miraba <strong>de</strong> un lado a otro buscando asu amigo.Puello se percató <strong>de</strong> que <strong>los</strong> sicarios caminaban rumbo a sumesa y que apuntaban <strong>los</strong> fusiles hacia él. En un momento <strong>de</strong>luci<strong>de</strong>z intentó pararse <strong>de</strong> su silla para correr pero la primeraráfaga lo impactó por la espalda y la fuerza <strong>de</strong> <strong>los</strong> impactos fuetan fuerte que lo arrojó a cuatro metros <strong>de</strong> su mesa, don<strong>de</strong> quedótendido en el suelo, herido mortalmente.Puello dirigió su mirada hacia el sicario que le acababa <strong>de</strong><strong>de</strong>scargar la primera ráfaga y le suplicó con la mirada que seapiadara <strong>de</strong> él. Pero no fue así. <strong>El</strong> sicario cambió el proveedor <strong>de</strong>lfusil por uno nuevo, se acercó a un metro <strong>de</strong>l rostro <strong>de</strong> Puello,apuntó a la cabeza y apretó el gatillo. Todo había terminado.De <strong>los</strong> a<strong>de</strong>ptos a la versión Hght <strong>de</strong>l crossover no quedabanada. Fernando Henao estaba preso en una cárcel <strong>de</strong> EstadosUnidos; Miguel Solano había sido asesinado por intentar el crossover,y Puello Chepe había sido ajusticiado por traidor. Al final<strong>de</strong> esta parte <strong>de</strong> la guerra, Diego Montoya había emparejado elmarcador uno a uno.La guerra estaba lejos <strong>de</strong> terminar.38Guerra <strong>de</strong> alta intensidadLa guerra entre <strong>los</strong> carteles había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> muertosa finales <strong>de</strong> 2003 y Wílber Almo Várela, Jabón, comenzaba airritarse. <strong>El</strong> capo se vio obligado a presionar al ex coronel DaniloGonzález, aliado en sus activida<strong>de</strong>s ilegales, para dar un golpecontun<strong>de</strong>nte contra la organización <strong>de</strong> su archienemigo DiegoLeón Montoya, Don Diego.<strong>El</strong> año estaba por terminar y Várela sentía que Montoya tomabaun segundo aire. Consi<strong>de</strong>ró entonces que lo más importanteera eliminar la columna vertebral <strong>de</strong> su organización a través <strong>de</strong>la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> <strong>los</strong> jefes <strong>de</strong> su estructura financiera y militar.Con ello, pensó, el imperio <strong>de</strong> su opositor se <strong>de</strong>rrumbaría comoun castillo <strong>de</strong> naipes.Várela, amparado en el ex oficial, que tenía información privilegiada<strong>de</strong> <strong>los</strong> organismos <strong>de</strong> seguridad sobre la ubicación <strong>de</strong>Montoya, lo persiguió por cielo y tierra. Sin embargo, Montoya nose quedaba atrás. Podía <strong>de</strong>saparecer <strong>de</strong> cualquier lugar sin <strong>de</strong>jarrastro, gracias a la información que le suministraban <strong>los</strong> miembros<strong>de</strong> la Fuerza Pública que estaban a su servicio. AI mismo tiempo y245


en medio <strong>de</strong> la guerra, Montoya organizaba reuniones clan<strong>de</strong>stinascon el investigador cubano-americano Leef Fernán<strong>de</strong>z para buscaruna rápida negociación con las autorida<strong>de</strong>s estadouni<strong>de</strong>nses.•Pero no sólo <strong>los</strong> capos eran quienes buscaban refugio en EstadosUnidos para saldar sus culpas. A finales <strong>de</strong>l 2003 era normalescuchar rumores sobre <strong>los</strong> constantes acercamientos <strong>de</strong> DaniloGonzález con Vega, porque según él había llegado el momento<strong>de</strong> arreglar su situación jurídica con el gobierno norteamericano.Para lograr su objetivo, González ofrecía a cambio informaciónimportante sobre <strong>los</strong> capos <strong>de</strong>l narcotráfico, así como rutas yreportes <strong>de</strong> inteligencia.Mientras a<strong>de</strong>lantaba su negociación, González <strong>de</strong>bía continuaren la búsqueda para acabar con la organización <strong>de</strong> DiegoMontoya y así terminar parcialmente con una guerra entre <strong>los</strong>capos que en ese momento <strong>de</strong>jaba más <strong>de</strong> 3.000 muertos. Lasinformaciones que recibía sobre la ubicación <strong>de</strong> Montoya le hacíanpensar que para esa época este se movía por <strong>los</strong> lados <strong>de</strong>lMagdalena Medio. De todas maneras, González sabía que <strong>los</strong>anil<strong>los</strong> <strong>de</strong> seguridad <strong>de</strong> <strong>los</strong> grupos <strong>de</strong> auto<strong>de</strong>fensa en la zona, alservicio <strong>de</strong>l capo, le impedirían llegar con facilidad hasta el sitiodon<strong>de</strong> este se resguardaba.Monto ya <strong>de</strong>cidió organizar una reunión secreta con su grupomás cercano en la mañana <strong>de</strong>l 29 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2003, en unafinca <strong>de</strong>l Magdalena Medio. Ya reunidos, el capo habió sobre laseguridad <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> miembros <strong>de</strong> su equipo y el aumento <strong>de</strong> lasmedidas preventivas contra posibles filt raciones que le permitierana Várela realizar ataques contra su estructura.González, que se las había ingeniado para trabajar tambiéncon miembros <strong>de</strong> la Fuerza Pública que seguían el rastro <strong>de</strong>Montoya, organizó en cuestión <strong>de</strong> horas un vasto operativo en iaregión para capturar al capo.Pero no era fácil. Montoya tiene fama <strong>de</strong> ser hábil a la hora<strong>de</strong> huir <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s. Antes <strong>de</strong> instalarse en cualquier lugar,así fuera por unas horas, estudia con rigor las vías <strong>de</strong> acceso,así como las posibles rutas <strong>de</strong> escape. En cada una <strong>de</strong> sus fincaso. sitios <strong>de</strong> t:,i IHC ubica gente .da seguridad con equlpoi <strong>de</strong>inimiiik'aanii, dotados da helicópteros! botes y vehícu<strong>los</strong> iodoterreno dispuesto partí una posible salida. Casualmente el sitio<strong>de</strong> la reunión era uno <strong>de</strong> sus refugios permanentes, lo que hacíaque las previsiones fueran mayores.Ómar García, Capachivo, o Comandante Lucas, quien para laépoca fungía como jefe <strong>de</strong> las auto<strong>de</strong>fensas <strong>de</strong>l Magdalena Medio,era el hombre encargado <strong>de</strong> organizar el sistema <strong>de</strong> seguridad <strong>de</strong>Montoya. De aspecto recio, alto, flaco, pelo castaño, ojos miel yuna lealtad a toda prueba, Capachivo había <strong>de</strong>finido las posiblesrutas <strong>de</strong> escape ante una eventual incursión <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s o<strong>de</strong> la organización <strong>de</strong> Várela. Para este caso una <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>sera salir por el río Cocorná.Otra variante era por tierra hasta alcanzar algunas <strong>de</strong> lascarreteras <strong>de</strong>stapadas que se comunicaban con pueb<strong>los</strong> vecinos.Para esto el jefe paramilitar había dispuesto veloces cabal<strong>los</strong> purasangre que permanecían listos para ese evento. La tercera ruta eraa través <strong>de</strong>l bosque que conducía hasta una carretera cercana.En la planicie <strong>de</strong>l sitio <strong>de</strong> la reunión, Montoya había or<strong>de</strong>nadolevantar estacones <strong>de</strong> cinco metros <strong>de</strong> altura, simétricamentedistribuidos, con el propósito <strong>de</strong> que <strong>los</strong> helicópteros Black Hawkno pudieran aterrizar en caso <strong>de</strong> un operativo. Gracias a esasmedidas <strong>de</strong> seguridad, Montoya logró escapar al cerco montadopor las autorida<strong>de</strong>s. A su lado permanecía Capachivo, que portabaequipos <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> alta frecuencia y quien recibíainformación constante <strong>de</strong> su grupo <strong>de</strong> seguridad sobre la rutaque <strong>de</strong>bía emplear para que la fuga fuera efectiva.Diego y Capachivo eran expertos empíricos en radiocomunicacionesy durante años se habían valido <strong>de</strong> ese sistema paraimpartir ór<strong>de</strong>nes a sus enlaces, confirmar puntos <strong>de</strong> reunión, vigilarsus laboratorios y manejar el trasiego <strong>de</strong> droga a otros países.Debido a esa especialidad Montoya logró escapar. Antes <strong>de</strong> salir<strong>de</strong>l lugar Montoya tuvo tiempo para <strong>de</strong>spedirse <strong>de</strong> su hermanoJuan Car<strong>los</strong> y <strong>de</strong> su sobrino Juan Felipe Toro, Pipe Montoya. Los246 247


<strong>de</strong>jó en d lugar con la seguridad tic que el operativo era en 30contra y no contra personas <strong>de</strong> su familia.Cinco minutos más tar<strong>de</strong>, <strong>los</strong> familiares <strong>de</strong>l capo y su grupo<strong>de</strong> escoltas estaban cercados. Cuando sintieron el ruido <strong>de</strong> lasaspas <strong>de</strong> <strong>los</strong> helicópteros, las seis personas que quedaban en- ellugar corrieron hacia <strong>los</strong> vehícu<strong>los</strong>, pero ya era tar<strong>de</strong>. Un comando<strong>de</strong> la Policía <strong>los</strong> esperaba afuera <strong>de</strong> la finca. En pocos minutos<strong>los</strong> comandos policiales lograron someter a todos <strong>los</strong> presentes,quienes fueron i<strong>de</strong>ntificados por un extraño hombre encapuchadoque se encontraba a bordo <strong>de</strong> un vehículo oficial. Los Montoyafueron esposados y separados inmediatamente <strong>de</strong>l resto'<strong>de</strong> <strong>los</strong><strong>de</strong>tenidos y luego conducidos a una ramada en el mismo lugarpara un primer interrogatorio.Sín rubor alguno y utilizando la típica característica <strong>de</strong> <strong>los</strong>narcotraficantcs, Juan Felipe Toro ofreció por su liberación cincomillones <strong>de</strong> dólares, que fueron rechazados <strong>de</strong> manera tajantepor <strong>los</strong> uniformados.En otro punto, el ex coronel Danilo González hacía esfuerzospor darle alcance a Diego Montoya que huía <strong>de</strong> la persecución.La or<strong>de</strong>n impartida por su jefe Wílber Várela era capturarlo oasesinarlo. Pero fueron insuficientes <strong>los</strong> esfuerzos y Montoya logróevadir tanto a las autorida<strong>de</strong>s como al comando ilegal montadopor González.Mientras las autorida<strong>de</strong>s reportaban la captura <strong>de</strong>l hermanoy <strong>de</strong>l sobrino <strong>de</strong> Diego Montoya, González enviaba mensajes<strong>de</strong>sconsoladores a su jefe Wílber Várela.—Varelíta, casi lo agarramos. Diego se nos escapó por elmonte con guardaespaldas y con Capachivo. Tienen gente <strong>de</strong> laregión que les ayudan. Tal parece, tiene dos o tres lanchitas enel río y según cuentan, hasta una avioneta acuática para huir.Yo lo tengo ro<strong>de</strong>ado, allá se quedó mi gente, el<strong>los</strong> van a terminarel trabajo, no se preocupe que estoy en eso —explicó Gonzálezy Várela quedó satisfecho.Mediante el sistema <strong>de</strong> estafetas, Montoya reagrupó su organizacióny en breve, con el apoyo <strong>de</strong> Arnulfo Triana, Botalón,logró replegara (rotiasáleí/fl tu grupea que tuvieron que cegresaru sus lugares dé origen. De todas maneras v aunque logró buit<strong>de</strong>l cerco <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s, Muntoyn sintió una baja sensibleen su organización puesto que La captura <strong>de</strong> su hermano y <strong>de</strong> susobrino, quienes manejaban la estructura económica y logística<strong>de</strong>l cartel, menguaba su capacidad.••248 249


39Como caído <strong>de</strong>l cíeloDos semanas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la captura <strong>de</strong> su hermano y <strong>de</strong> susobrino, Diego Montoya organizó una respuesta. De la mismaforma como Várela había penetrado en la organización entrególa ubicación <strong>de</strong> sus familiares, Montoya hizo lo propio, con la diferencia<strong>de</strong> que su venganza estaría dirigida a que las autorida<strong>de</strong>sdieran con el para<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres más cercanos asu enemigo. Para eso contó con el apoyo <strong>de</strong> Nelson Urrego, otroreconocido narcotrañeante <strong>de</strong>l Valle, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> años se habíaradicado en Ciudad <strong>de</strong> Panamá don<strong>de</strong> vivía como un rey <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> huir <strong>de</strong> la confrontación en Colombia. Era enero <strong>de</strong> 2003.Urrego utilizó <strong>los</strong> datos confiables <strong>de</strong> un informante que leindicó que en la noche <strong>de</strong>l jueves 8 <strong>de</strong> enero Arcángel <strong>de</strong> JesúsHenao Montoya, <strong>El</strong> Mocho, principal socio <strong>de</strong> Wílbcr Várela,llegaría hasta un reconocido restaurante brasileño <strong>de</strong> la capitalpanameña, don<strong>de</strong> compartiría una cena con su familia y en especialcon su hermana Lorena.Henao creía estar a saivo en ese país en don<strong>de</strong> se había establecidoaños atrás huyendo <strong>de</strong> una or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> captura con fines250sleextradición. Allí ia movfa bajo¿3 amparo <strong>de</strong> una I<strong>de</strong>ntidadlülsn <strong>de</strong> ciudadano panameño, y se hacía pasar como un presumíc gana<strong>de</strong>ro (\


mi se reponía di: l;i i:ipl MI :i da su IUTIIIÍIIH i y dfl SU sobrlílp en unafinca <strong>de</strong>l Magdalena Medio.Sin per<strong>de</strong>r tiempo, Montoya, que contaba con algunos aliados- en eí país vecino, les aportó la información sobre <strong>los</strong> lugares pordon<strong>de</strong> se movían <strong>los</strong> Henao. Estos a su vez tenían eí encargo <strong>de</strong>transmitir esos datos a la Policía Técnica Judicial panameña (PTJP)que, <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> la DEA, podía dar un gran golpe al corazón<strong>de</strong>l narcotráfico asentado en su país.Con la información en la mano, <strong>los</strong> agentes <strong>de</strong> la DEA apostadosen Ciudad <strong>de</strong> Panamá organizaron la operación <strong>de</strong> captura, no sinantes comunicar el plan a sus pares en Nueva York, Allí pablaroncon el agente Romedio Viola, un curtido oficial que trabajaba parala Agencia Fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong> Aduanas, hoy conocida como ICE y quienhabía estructurado años atrás un complejo expediente en contra<strong>de</strong> Arcángel Henao.Viola pidió autorización a su jefe directo para viajar a Panamá,pero sus jefes impidieron el viaje porque <strong>de</strong>bían agotar el engorrosotrámite <strong>de</strong> pedir autorización para capturar a un narcotraficanteextranjero en el istmo. Viola no quiso esperar las 72 horas quepodría <strong>de</strong>morar ese permiso y autorizó a <strong>los</strong> agentes <strong>de</strong> la DEA <strong>de</strong>Panamá para proce<strong>de</strong>r con la captura.Horas más tar<strong>de</strong>, seis oficiales <strong>de</strong> la DEA, y 30 hombres <strong>de</strong> laPolicía local armaron la más gran<strong>de</strong> operación <strong>de</strong> que se tenganoticia en el vecino país. Otros efectivos <strong>de</strong> la DEA apoyaban eloperativo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una oficina central don<strong>de</strong> rastreaban con satéliteslas comunicaciones y la ubicación exacta <strong>de</strong> <strong>los</strong> Henao, Losregistros indicaban que se encontraban en la finca La Porcelana,<strong>de</strong>l distrito <strong>de</strong> <strong>El</strong> Chepo, en la zona <strong>de</strong> Tortí, a dos horas <strong>de</strong>Ciudad <strong>de</strong> Panamá.Arcángel Henao había pasado <strong>de</strong>sapercibido en esa zona<strong>de</strong>l país, don<strong>de</strong> se creía que se <strong>de</strong>dicaba al negocio <strong>de</strong> la ventay compra <strong>de</strong> ganado. Lo que nunca sospecharon sus vecinos yclientes y socios <strong>de</strong> su nueva profesión era que se trataba <strong>de</strong> uno<strong>de</strong> <strong>los</strong> más po<strong>de</strong>rosos narcotraficantes colombianos.A Lis 4 ¡i.m ilil Niíhiiiliv-lo <strong>de</strong> enero, partid <strong>de</strong> < iiudnd <strong>de</strong>el Opei'fll Ivo i|ii


•Un día <strong>de</strong>spuési y al cabo <strong>de</strong> una extenuante jomada <strong>de</strong> Lnterrogatoríos, <strong>los</strong> agentes déla UIÍA le pidieron fLrjnar un documentoen el que autorizaba su extradición voluntaria.— ¿Esta firma voluntaria tiene algún beneficio? ¡—•preguntóel capo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> estampar su firma.—Claro, usted acaba <strong>de</strong> comprar una franquicia <strong>de</strong>l cartel<strong>de</strong> <strong>los</strong> sapos —respondió el agente fe<strong>de</strong>ral.Tres días <strong>de</strong>spués, el 15 <strong>de</strong> enero, Henao fue conducido alaeropuerto Tocumen <strong>de</strong> Ciudad <strong>de</strong> Panamá don<strong>de</strong> lo espetaba unavión <strong>de</strong> la DEA al mando <strong>de</strong>l oficial Lou Maggioni, <strong>El</strong> <strong>de</strong>tenido sepercató <strong>de</strong> que la aeronave no era lo suficientemente amplía paratrasladar al resto <strong>de</strong> su familia a quienes les habían prometidoque viajarían con él a Estados Unidos.En el trayecto a Nueva York, Henao cruzó algunas palabrascon Maggioni, a quien le confesó gran parte <strong>de</strong> sus secretos <strong>de</strong>lbajo mundo <strong>de</strong>l narcotráfico. No obstante, Henao tuvo la claridadmental para concluir que la persona que lo había <strong>de</strong>latado era susupuesto amigo Nélson Urrego.La aeronave aterrizó al filo <strong>de</strong> la medianoche en el aeropuertoMe Artur <strong>de</strong> Long Island, don<strong>de</strong> nevaba fuertemente, Henao fuerecibido por el agente Romelio Viola, que en su oficina tenía unexpediente lleno <strong>de</strong> testimonios y grabaciones, suficientes parallevar a juicio a quien había perseguido durante varios años.Henao fue conducido a la prisión <strong>de</strong>l pipe —MetropolitanDetention Center— en Brooklyn. Al día siguiente un oficial sepresentó en su celda, rotulada con el número 16.—Vengo a que firme la aplicación para ver si alcanza a clasificaral cartel <strong>de</strong> <strong>los</strong> sapos, porque a estas alturas <strong>de</strong>l partido no serequiere la cooperación <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> narcos •—dijo el uniformadoen tono ofensivo.Sobre las 10 a.m. <strong>de</strong>l 16 <strong>de</strong> enero, Henao fue presentado anteel Juez en el distrito <strong>de</strong> Long Island don<strong>de</strong> se encontró frente afrente con la inteligente, talentosa, estudiosa y preparada fiscalBonnie Klapper, <strong>de</strong>l distrito este <strong>de</strong> Nueva York.Dosdíai <strong>de</strong>n| i fui conducido a lu Ricnlíi en Brooklyn paraentrevistarse ton ngentei v fiscales americanos ¡t quieneB Ic-s din<strong>de</strong>talles <strong>de</strong> su vida y lu manera como sobrevivió a La pobrexí <strong>de</strong>su infancia. Reveló su participación en activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> naceoi rafia iy quiso sensibilizar a sus interlocutores sobre sus obras fikntrópicas en su natal Valle <strong>de</strong>l Cauca. También dijo haber entregadodinero a políticos <strong>de</strong> renombre en su país, lo mismo qué'el habeJcompartido su fortuna con futbolistas y empresarios.Entre tanto, Lorena, la hermana <strong>de</strong> Henao, afrontaba Berioiproblemas en Panamá porque las autorida<strong>de</strong>s le dc-cornísanmdocumentos que <strong>de</strong>mostraban que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese país sobornó ¡iautorida<strong>de</strong>s judiciales en Colombia, para obtener <strong>de</strong>cisiones ¡i sufavor. Días más tar<strong>de</strong> fue expulsada <strong>de</strong> Panamá y conducida ¡i l¡icárcel <strong>de</strong>l Buen Pastor <strong>de</strong> Bogotá.La familia Montoya era consi<strong>de</strong>rada como una <strong>de</strong> las nuisimportantes en la industria <strong>de</strong>l tráfico <strong>de</strong> drogas. La única mujeri<strong>de</strong>ntificada <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la organización era Lorena, esposa di-Isegundo al mando <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> Cali, Iván Urdinola, quien fuácapturado, curiosamente, en una finca <strong>de</strong> nombre La Porcelana,el 26 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1992. Diez años más tar<strong>de</strong> murió <strong>de</strong> un infartoen la cárcel y Lorena empezó a manejar su fortuna y su ejércitoprivado.Así terminó la suerte <strong>de</strong> la familia Henao Montoya. l'ue lurespuesta <strong>de</strong> Diego Montoya al ataque <strong>de</strong> "Wílber Várela, que nosolamente marcó el final <strong>de</strong> la carrera criminal <strong>de</strong> una familiaconsi<strong>de</strong>rada como la más importante en el mundo criminal, sinoque es un episodio más <strong>de</strong> la guerra que se <strong>de</strong>sató entre el \r.\fimentado cartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle.2.54255


40<strong>El</strong> que a hierro mata a hierro muereDe regreso en Colombia, Wílber Várela se percató <strong>de</strong> que aél también lo grababan, lo seguían y lo infiltraban. Por eso or<strong>de</strong>nóextremar las medidas <strong>de</strong> seguridad y autorizó un proceso <strong>de</strong>contras ntelígencia sobre <strong>los</strong> propios miembros <strong>de</strong> su organización.<strong>El</strong> encargado <strong>de</strong> esa operación era Ramón Quintero, dueño <strong>de</strong>la más completa red <strong>de</strong> comunicaciones y tecnología con la quecontaba este grupo <strong>de</strong>lincuencíal. Así, Várela pudo dar ór<strong>de</strong>nes<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su bunker para el movimiento <strong>de</strong> dinero y operaciones <strong>de</strong>rastreo y <strong>de</strong> seguimiento. Al mismo tiempo, se <strong>de</strong>dicó a <strong>de</strong>spacharcocaína a cualquier parte <strong>de</strong>l mundo.Estos reportes <strong>de</strong> inteligencia trajeron consigo un <strong>de</strong>scubrimientograve. Al poco tiempo <strong>de</strong> estar interceptadas las comunicacionesy <strong>los</strong> correos electrónicos <strong>de</strong> la organización, Quinteroempezó a sospechar que Luís Alfonso Ocampo Fómeque, Tocayo,hermano medio <strong>de</strong> Víctor Patino y uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> miembros másimportantes <strong>de</strong>l grupo, podría estar colaborando con agentesnorteamericanos para el <strong>de</strong>smantelamiento <strong>de</strong> esa sólida organización.Quintero l


cien L|LK- asbptar l:i Invitación, tncre otrai cosas poique uno <strong>de</strong>sus sobrinos, aficionado a las peleas di' galloe, Le insistía 6ft quefueran al lugar.Sobre las 8:15 p.m., Ocampo salió rumbo a Buga, escoltadopor tres camionetas en las que iban su hija, su novia Mónica,tres sobrinos, su abogado Henry Escobar y siete <strong>de</strong> sus escoltas.Ocampo conducía ana <strong>de</strong> las camionetas, vestido con un pantalón<strong>de</strong> corte militar, camisa negra y zapatos cíe suela baja. Sobre supierna <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>scansaba un fusil <strong>de</strong> asalto R-15.<strong>El</strong> capo se veía feliz. Mientras conducía, escuchaba música<strong>de</strong> carrilera y bebía aguardiente. Al mismo tiempo, Rodríguez yQuintero organizaban un grupo <strong>de</strong> asalto. Estaba compuesto <strong>de</strong>cinco comandos <strong>de</strong> seis miembros cada uno, ubicados estratégicamenteen el parquea<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la finca para atacar a Ocampo apenasllegara. Entre el grupo <strong>de</strong> asaltantes estaba el teniente Rodríguezy el ex capitán <strong>de</strong> la Policía Pedro Nel Pineda, Pispis, quien habíaescalado en forma vertiginosa en la organización.Cuando Ocampo se encontraba a diez minutos <strong>de</strong>l sitio, secomunicó con Ramírez para avisarle que arribaría en breve. A lapropiedad se llegaba por una angosta carretera que trepaba unpoco hacia la montaña, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> se podía observar cualquiermovimiento. Apenas vieron a <strong>los</strong> visitantes, dos hombres ubicadosen un cerro dieron la señal <strong>de</strong> alerta, Eran las 10:14 p.m.Las camionetas cruzaron la puerta <strong>de</strong> la finca. Ocampo,seguido por su grupo <strong>de</strong> escoltas, fue el primero en parquear.Pero no había apagado las luces <strong>de</strong>l vehículo cuando el grupo<strong>de</strong> sicarios abrió fuego. Algunos <strong>de</strong> <strong>los</strong> ocupantes se tiraron alpiso mientras las balas impactaban la lámina <strong>de</strong> las camionetasy <strong>los</strong> vidrios volaban por <strong>los</strong> aires. Ocampo y algunos <strong>de</strong> sushombres abrieron las puertas y respondieron a la agresión.En el interior <strong>de</strong> las carros yacían algunos cuerpos inmóviles,mientras las nuevas ráfagas <strong>de</strong> fusil seguían haciendo estragosen su humanidad.<strong>El</strong> intercambio <strong>de</strong> disparos duró más <strong>de</strong> diez minutos, hastaque a Ocampo y a sus escoltas se les acabó la munición. <strong>El</strong> tenienteRodríguez y u l< IUI liesrios caminaron hasta les vehícu<strong>los</strong>,Allí encontraron alguno! sobrevivientes; cjue se arrafltrnbfln pori-l siu-li> intentando ponerse >\ salvo.No lejos <strong>de</strong> allí, Ocampo, herido en sus dos piernas, y tres<strong>de</strong> sus escoltas, fueron sorprendidos cuando intentaban huir <strong>de</strong>lcerco por entre <strong>los</strong> arbustos. Sin embargo, fue capturado, juntocon sus hombres y conducido al interior <strong>de</strong> la vivienda. Allí <strong>los</strong>esperaban Rodríguez, Quintero y Pineda, quienes habían preparadoun salón <strong>de</strong> tortura con cables eléctricos, taladros, bolsasplásticas, motosierra y bal<strong>de</strong>s con agua.Al llegar al salón, esposados <strong>de</strong> pies y manos, fueron arrojadosal suelo. Acto seguido Rodríguez y sus socios <strong>de</strong>scargaron sufuria contra su ex socio. Lo golpearon en la cara y en el cuerpomientras lo obligaban a revelar <strong>los</strong> secretos <strong>de</strong> sus víncu<strong>los</strong> conla justicia norteamericana. Ocampo dirigió su mirada hacia elumbral <strong>de</strong> la puerta, con la esperanza <strong>de</strong> que su amigo Várela lorescatara <strong>de</strong> la penosa situación. Pero estaba equivocado.Los <strong>de</strong>tenidos fueron sometidos a las más <strong>de</strong>gradantes torturasque un ser humano pueda recibir. Les sumergieron la cabeza en elagua, les aplicaron choques eléctricos en <strong>los</strong> testícu<strong>los</strong>, apagaroncigarril<strong>los</strong> en sus pechos y con un taladro perforaron sus rodillas.Todo esto ante la mirada atónita <strong>de</strong> Ocampo, que pensaba queen breve sería sometido a <strong>los</strong> peores vejámenes.Entre tanto, el encargado <strong>de</strong> aplicar <strong>los</strong> métodos <strong>de</strong> presiónapretó el acelerador. Prendió su motosíerra y les amputó un brazoa cada uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> escoltas <strong>de</strong> Ocampo. Los dos hombres vieroncaer sus brazos al suelo y la sangre se regó por todo el lugar.Para terminar con la faena, <strong>los</strong> <strong>de</strong>safortunados escoltas fueron<strong>de</strong>gollados.<strong>El</strong> turno era para Ocampo. Fue torturado mediante la técnica<strong>de</strong> ahogamiento con bolsa. Era la misma práctica utilizada por élaños atrás cuando sometía a sus enemigos. Su rostro era sumergidovarias veces en un recipiente hasta cuando parecía que iba amorir ahogado. Luego le aplicaron choques eléctricos y como sifuera poco le trajeron <strong>los</strong> cuerpos <strong>de</strong> sus familiares, incluidos el258 259


<strong>de</strong> MI novia y su hija, ¡,»ani qu.fi obl0tVAIBn nili'iil rus | nuil ¡hibun.üeampo no aguantó y mientras se <strong>de</strong>svanecía reveló sus relacionescon la justicia estadouni<strong>de</strong>nse. De paso aceptó ser un soplón.—Desháganse <strong>de</strong> él. Descuarticen ya a este hijueputa —-sentencióChupeta.Así ocurrió y <strong>los</strong> 13 cuerpos mutilados fueron empacados enbolsas <strong>de</strong> polietíleno y arrojados a las aguas <strong>de</strong>l río Cauca.Algunos documentos encontrados en <strong>los</strong> vehícu<strong>los</strong> revelaron<strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> testaferros, abogados y algunas propieda<strong>de</strong>s queOcampo y sus hombres no habían confesado. <strong>El</strong> siguiente pasofue repartirse el botín y la caleta <strong>de</strong> 50 millones <strong>de</strong> dólares queOcampo confesó tener en un apartamento <strong>de</strong> Calí.Tres días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> este hecho sangriento, Deisy, madre <strong>de</strong>Ocampo, una caleña <strong>de</strong> avanzada edad, se comunicó con allegadosy colaboradores <strong>de</strong> su hijo para establecer su para<strong>de</strong>ro. Pero nadiele dio razón <strong>de</strong> él. Por eso se acercó a una estación <strong>de</strong> Policíacercana para <strong>de</strong>nunciar la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> su hijo.Mientras tanto, Wílber Várela no se reponía <strong>de</strong>l duro golpe porla muerte <strong>de</strong> su entrañable amigo. Ocampo era su condiscípulo,su leal servidor en épocas <strong>de</strong> guerra, su caballito <strong>de</strong> batalla, susocio en el envío <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s toneladas <strong>de</strong> cocaína aJ exterior.Rodríguez se comunicó por teléfono con él y le confirmó lanoticia sobre el asesinato <strong>de</strong> su otrora amigo. Várela prefirió noescuchar el relato <strong>de</strong> <strong>los</strong> hechos y colgó el teléfono. Un día <strong>de</strong>spuésel capo se comunicó con la madre <strong>de</strong> Ocampo y en tono pausadopero violento le dijo:—No busque más a su hijo. Él esta muerto por traidor.Le recomiendo que se vaya <strong>de</strong> Cali, Desocúpeme la ciudad si quierevivir. Para mí, usted es persona no <strong>de</strong>seada. Sus hijos Víctor y LuisAlfonso son unos sapos, Víctor está abriendo la boca en EstadosUnidos <strong>de</strong>nunciándome. Busque a su hijo en el río Cauca.La adolorida madre fue en busca <strong>de</strong> su hijo. Allí, en medio <strong>de</strong>ldantesco espectáculo <strong>de</strong> cuerpos mutilados, reconoció el rostro<strong>de</strong> Ocampo. Lo encontró gracias a una enorme melena que teníael día <strong>de</strong> su muerte. Con la ayuda <strong>de</strong> la Policía llevó <strong>los</strong> restos paradivaim.ni.ilcMiiuttltmoiiue<strong>de</strong>Tduá í l«tutorl«i»dM tomaronI fotografía! da <strong>los</strong> mtoi, que luego fueron a bítrar i manos <strong>de</strong>Víctor Patino en la cárcel <strong>de</strong> Miami. 121 capo rompió en llanto yjuró vengar la muerte <strong>de</strong> su hermano.1260 261


41La muerte <strong>de</strong>l doble agenteEn la Cárcel Fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong> Mi a mi, Víctor Patino Fómeque afrontabaimpotente el <strong>de</strong>splome <strong>de</strong>l imperio que montó en Colombia.En un acto <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperación optó por jugarse la última carta.Con su puño y letra redactó una especie <strong>de</strong> <strong>de</strong>nuncia pública queintentó hacerle 1.legar al presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Colombia Alvaro UribeVélez. En la misiva Patino mencionaba <strong>los</strong> víncu<strong>los</strong> <strong>de</strong> oficialesy <strong>de</strong> la clase dirigente con el narcotráfico. En forma más extensase refirió ai coronel Danilo González.González presumía que las agencias estadouni<strong>de</strong>nses se comunicaríancon él antes <strong>de</strong> pedirlo en extradición. Su presunción sebasaba en que ya había hecho contactos con agentes <strong>de</strong> la DEA enBogotá, a quienes les hizo creer que les daría la ubicación exacta<strong>de</strong> tres norteamericanos secuestrados por las FÁRG. Sin embargo,González no calculó hasta dón<strong>de</strong> lo podría llevar su condición<strong>de</strong> doble agente.La carta <strong>de</strong> Patino <strong>de</strong>cía en sus apartes más importantes:Doctoi Urlbi. i' MÍ lo ii IINIÍ'II como tnuodntiii'io <strong>de</strong> mi paíi, B Imautorlda<strong>de</strong>i n.i. • leu Interna* tonales, parfl <strong>de</strong>nuncífti til cartd<strong>de</strong>l narcotráfico mái po<strong>de</strong>roso <strong>de</strong>J mundo, con quienes <strong>de</strong>linquípor muchos uñón, hasta que puse fin a mis activida<strong>de</strong>s, y protegidas,entre otros, por el coronel Danilo González, el capitán PedroPineda, Pispis; el ex teniente Jorge Rodríguez, Teniente; y el doctorJosé Ignacio Londoño, <strong>El</strong> Tigre. <strong>El</strong><strong>los</strong> son conexión <strong>de</strong> la corrupciónpolítica más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> Colombia. Estos personajesson patrocinados por <strong>los</strong> más gran<strong>de</strong>s jefes <strong>de</strong>l narcotráfico comoGabriel Puerta, Juan Car<strong>los</strong> Ramírez, Chúpela; Hernando Gómez,Rasguño; Wílber Várela, jabón; y Julio López, Julito, Esta organizaciónestá matando, secuestrando y <strong>de</strong>sapareciendo a personas ajenasal narcotráfico que en alguna oportunidad legalmente prestaronalgún servicio a mí familia.Patino agregó en su mensaje a Uribe que la DEA tenía suficienteinformación para formalizar el pedido <strong>de</strong> extradición <strong>de</strong>lcoronel González.En efecto, el agente <strong>de</strong> la DEA Loug Maggioni tenía un archivoultrasecreto contra González que incluía el testimonio <strong>de</strong> variosinformantes. Y concluía que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1998, cuando se retiró <strong>de</strong> laPolicía, comenzó a trabajar, por un lado con las agencias fe<strong>de</strong>ralesamericanas y por el otro con la cúpula <strong>de</strong>l narcotráfico <strong>de</strong>Colombia. Este doble juego había superado el nivel <strong>de</strong> tolerancia<strong>de</strong>l oficial Maggioni.Con esa doble condición, González había acrecentado supo<strong>de</strong>r económico y sicarial y se había convertido en un hombreque hacía temblar a <strong>los</strong> más po<strong>de</strong>rosos.<strong>El</strong> temor a qvie González se hiciera <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong> <strong>los</strong> estadouni<strong>de</strong>nseshizo que la cúpula <strong>de</strong> la mafia tomara la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>eliminarlo. Pero antes lo utilizarían para dar <strong>de</strong> baja a WílberVárela. Así mataban dos pájaros <strong>de</strong> un sólo tiro. La or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>bía serejecutada por el capitán en retiro Pedro Pineda, Pispis, GildardoRodríguez, alias Ei Señor <strong>de</strong> la Camina.262263


ltv <strong>de</strong>sconfiaba di- cualquíot persona Caminabamirando para Lodos lados y sólo frecuentaba <strong>los</strong> lugares <strong>de</strong> sucompleto dominio. Era tal su <strong>de</strong>lirio <strong>de</strong> persecución que se habíadistanciado <strong>de</strong> su esposa e hijos y había redoblado la vigilanciaen torno a sus padres.Presionado por las ór<strong>de</strong>nes que acababa <strong>de</strong> recibir, Pinedase comunicó con González para invitarlo al día siguiente, marzo24 <strong>de</strong> 2004, a <strong>de</strong>partir en una finca a escasos 45 minutos <strong>de</strong>Bogotá. Allí aprovecharían para analizar el conflicto propio <strong>de</strong>lnarcotráfico.González aceptó la invitación y llegó a la finca <strong>de</strong> Pineda a las8:30 p.m. <strong>de</strong> ese día. Estaba acompañado por diez escoltas, todosex miembros <strong>de</strong> la Policía. <strong>El</strong> <strong>de</strong>rroche <strong>de</strong> licor y finos platos nose hizo esperar. <strong>El</strong> ambiente era <strong>de</strong> gran cordialidad y cuando eltrago comenzó a hacer efecto entre <strong>los</strong> invitados, Pineda abrazóa Danilo y le dijo:—Danilo, todos <strong>los</strong> problemas que tenemos son ocasionadospor Várela. ¿Por qué no lo entregamos y así nos quitamos todaesta calentura <strong>de</strong> encima y quedamos como unos reyes?—¿Cómo se te ocurre? Yo, Danilo, no entrego a un amigo yVárela es mi amigo —respondió González, incómodo.Pineda intentó cambiar <strong>de</strong> tema escudándose en el licor quehabía ingerido, pero González sabía que la propuesta <strong>de</strong> traicionara Várela era real. En medio <strong>de</strong> miradas inquisitivas <strong>de</strong> partey parte se retiraron a sus dormitorios y esa misma noche Pinedacomprendió la magnitud <strong>de</strong> la tarea encomendada.Al día siguiente, sobre las 9 a.m., las caravanas <strong>de</strong> Gonzálezy Pineda emprendieron regreso a Bogotá. <strong>El</strong> día era soleado, <strong>de</strong>aspecto primaveral. Los dos grupos se dividieron porque González<strong>de</strong>bía cumplir una cita en el norte <strong>de</strong> Bogotá con su abogadoGerardo Candamil, quien lo asesoraba en sus continuas reunionescon Baruch Vega, buscando un arreglo con la justicia americana,lo cual a la larga se convertiría en un beneficio <strong>de</strong> reducción <strong>de</strong>sentencia en el caso criminal que pesaba sobre Baruch en unacorte fe<strong>de</strong>ral.González escobo pwtutbado porque si no arreglaba lu iltuación, lo mus seguro ow que pasera el resto <strong>de</strong> su vidu en uníprisión norlnimc-Mi ana, Nn inicia mucho tiempo había intentadohacer contado con ex fiscales y ex senadores norteamericanos Sincluso se habría reunido en la isla <strong>de</strong> Aruba con Bamcli.No lejos <strong>de</strong>l punto <strong>de</strong> reunión <strong>de</strong> González, Pispis y<strong>El</strong> Sefloi<strong>de</strong> la Camisa estudiaban paso a paso <strong>los</strong> <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> ia opcrución para eliminarlo. Debía ser ese mismo día y no podía íaJIiir.La operación había sido montada velozmente porque todo iridienba que muy pronto González abordaría un vuelo comercial par;ientregarse en una corte <strong>de</strong> Estados Unidos.A las 10 a.m., González ingresó a la oficina <strong>de</strong> su abogadodon<strong>de</strong> estudiaron <strong>los</strong> pros y <strong>los</strong> contras <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cisión. I [icierOQalgunas llamadas a amigos en común y planearon <strong>los</strong> pasos aseguir. A pocas cuadras, Pineda y Rodríguez ajustaban <strong>de</strong>talles<strong>de</strong> la operación.Sobre la 1 p.m., González, su conductor y el abogado Candamil fueron aun centro comercial cercano para almorzar. Mi nu<strong>los</strong>más tar<strong>de</strong>, el ex oficial recibió en su celular una nueva llamada<strong>de</strong> Pineda.—Danilo, ¿dón<strong>de</strong> estás? necesito contarte algo •—le dijo.—-Estoy almorzando, pero sí quieres nos encontramos n las2 p.m. en la oficina <strong>de</strong> Candamil.A la 1:48 p.m., González regresó a la oficina <strong>de</strong> Candamilen el segundo piso <strong>de</strong>l edificio Ana María II, en la calle 78 concarrera 18. Allí, sentado en un cómodo sillón, continuó puliendo<strong>los</strong> <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> su posible sometimiento a la justicia,Doce minutos <strong>de</strong>spués, Pineda y Rodríguez llegaron al lugary le pidieron a un grupo <strong>de</strong> escoltas <strong>de</strong> González que fueran :iretanquear <strong>los</strong> vehícu<strong>los</strong> porque saldrían nuevamente para lafinca. A <strong>los</strong> <strong>de</strong>más les dijeron que ubicaran al mayor Edwar IvánBohórquez, ex miembro <strong>de</strong> la Policíajudicial y al capitán NéstorCamelo Lizarazu, porque el<strong>los</strong> y González necesitaban reunirsenuevamente.264265


Era Lógico «.pn- <strong>los</strong> escolta* da I )¡inil no pulieran ''n duda Lapalabra <strong>de</strong> Pineda, puesto que este fundía auno amigo personal<strong>de</strong> su jefe y compañero <strong>de</strong> farra I ti noche anterior.—No se preocupen que yo me quedo con Danilo —les «dijoPineda.Acompañado por <strong>El</strong> Señor <strong>de</strong> la Camisa, Pineda llegó a lapuerta principal <strong>de</strong>l edificio y usó el citófono para anunciarse.Se i<strong>de</strong>ntificó y la puerta se abrió. Al mismo tiempo sacó <strong>de</strong>l bolsilloizquierdo su celular, se comunicó con otro grupo <strong>de</strong> sicarios y lesor<strong>de</strong>nó asesinar a Bohórquez y a Camelo apenas aparecieran.Luego <strong>de</strong> impartir instrucciones, Pineda continuó, tomó elascensor hasta el segundo piso y una vez allí a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>senfundósu pistola Piettro Beretta 9 milímetros. Tocó el timbre y en ese instanteGonzález se levantó <strong>de</strong>l sofá para abrir la puerta <strong>de</strong> acero.Pineda se apresuró a golpear violentamente la puerta y alotro lado González cayó al suelo. De repente se escucharon tres<strong>de</strong>tonaciones que provenían <strong>de</strong> la pistola <strong>de</strong> <strong>El</strong> Señor <strong>de</strong> la Camisa.Candamil saltó por encima <strong>de</strong> un mueble y se resguardó <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>su escritorio, mientras Pineda era el que apuntaba ahora sobre lahumanidad <strong>de</strong> González, quien <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el suelo intentaba alcanzarsu pistola Glock 9 milímetros. Acto seguido, Pineda <strong>de</strong>scargó porcompleto el proveedor <strong>de</strong> su arma sobre el ex oficial.De esta manera, Pineda se anotó un golpe enorme. A la mismahora fueron asesinados Bohórquez y Camelo, que trabajabanpara González.Lejos <strong>de</strong> allí, Diego Montoya, el temido jefe <strong>de</strong>l narcotráfico,esperarla complacido a Pineda en una finca <strong>de</strong>l Magdalena Medio.Allí le entregaron una gruesa suma <strong>de</strong> dinero por su trabajo yel reconocimiento por haber eliminado a un posible soplón <strong>de</strong>la mafia.Al día siguiente, el abogado Candamil tomó un vuelo <strong>de</strong>American Airlines, en el aeropuerto <strong>El</strong>dorado con rumbo a Miami.Allí llegó y se puso en contacto con las agencias fe<strong>de</strong>rales, queescucharon <strong>de</strong> viva voz el relato sobre la muerte <strong>de</strong> González ysobre algunos otros secretos <strong>de</strong> Wílber Várela.266(:.i,ul;iinil, que BU ún prln< l'pio creyó 1 tañer al apoyo da LoaIgcntes fe<strong>de</strong>rales pronto quedó a su suerte, Perseguido pos Várelepartió rumbo a Suiza don<strong>de</strong> hoy se encuentra exiliado. No sóloes buscado por Vitrela sino por <strong>los</strong> hombres que aún trabajanpara Rasguño.La conmoción que suscitó la muerte <strong>de</strong> González en el nar-Cómundo fue más allá <strong>de</strong> lo presupuestado. Pineda se escondióni el Magdalena Medio, se reorganizó al lado <strong>de</strong> Diego Montoyay <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahí continuó la guerra entre <strong>los</strong> jefes <strong>de</strong>l narcotráfico quehoy <strong>de</strong>ja más <strong>de</strong> 3.000 muertos.Danilo González había pasado <strong>los</strong> últimos siete años <strong>de</strong> suvicia <strong>de</strong> sitio en sitio, <strong>de</strong> finca en finca, <strong>de</strong> pueblo en pueblo, conun campo <strong>de</strong> acción por todo el país, Al morir, amasaba unafortuna gigantesca conseguida en sus alianzas con <strong>los</strong> narcos, enun país don<strong>de</strong> la realidad es peor que la fantasía.Este ex coronel espió para <strong>los</strong> narcos, para la DEA, para elGobierno, para la guerrilla, para <strong>los</strong> ex policías, para Várelay para todo el mundo. Indudablemente era el gran maestro <strong>de</strong>maestros.267


42Colombianos perseguidos por gringosEn su refugio <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín, a Rasguño le llegó la informaciónen el sentido <strong>de</strong> que Víctor Patino había escrito una carta llena <strong>de</strong><strong>de</strong>talles que luego envió al <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte Alvaro Uríbe.Rasguño sabía que las acusaciones ponzoñosas contenidas en elmensaje <strong>de</strong> Patino también iban dirigidas contra él porque conocíaperfectamente a Várela y sus re<strong>de</strong>s sicariales y a Diego Montoya,que día a día reclütaba más y más narcos para su organización.Rasguño sentía que todos <strong>los</strong> cañones apuntaban hacia ély por eso creyó que había llegado el momento <strong>de</strong> las acciones<strong>de</strong>sesperadas. Para ello citó en una finca <strong>de</strong> su propiedad en Bolombolo,distante 60 kilómetros <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín, a sus más cercanoscolaboradores, entre el<strong>los</strong> Johny Cano, Johfiny; Jaime Maya Duran,Orlando Sabogal Zuluaga, Alberto; y José Aí<strong>de</strong>mar Rendón,Mechas, y les pidió establecer contactos con las autorida<strong>de</strong>s parasu posible entrega a la justicia.<strong>El</strong> capo les explicó a sus hombres que el panorama estaba muycomplicado y mucho más con el envío <strong>de</strong> la carta <strong>de</strong> Patino a Uribeen la que según él <strong>los</strong> mencionaba a todos. Luego <strong>de</strong> discutir elasunto por Ini jv 1 1 n 1111 >• > edicron a indaga! en lu Flicalíi perocon el compronilio <strong>de</strong> cjufi c\ sometimiento 8 lu [ustlcia Be hiciera60 grupo y ron la condición <strong>de</strong> que- lio serían cxlradíludos ti listu dos Unidos. I •',! fl juntó fue tan rápido que Rasguño redado uncomunicado a la opinión pública que el domingo 1.4 <strong>de</strong> marzo £uea parar ala redacción <strong>de</strong> un noticiero local con el sugestivo título<strong>de</strong> "Colombianos perseguidos por <strong>los</strong> gringos, Copergrin",De la noche a la mañana, estos narcotraficantes se habíanconvertido en víctimas <strong>de</strong> <strong>los</strong> estadouni<strong>de</strong>nses. Para rematar, elcomunicado contenía varias perlas: que no existía una guerra ¡titerna entre <strong>los</strong> carteles; que las muertes y ejecuciones en el Valleeran hechos aislados; que las retaliaciones y asesinatos obe<strong>de</strong>cíana una estrategia <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s norteamericanas para forzar<strong>los</strong>a enfrentarse; y que estaban dispuestos a rendir cuentas ante lasautorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l país con la veeduría <strong>de</strong> la Iglesia.<strong>El</strong> mensaje <strong>de</strong> Rasguño a la opinión pública <strong>de</strong>jó en evi<strong>de</strong>nciasu capacidad para tirar la piedra y escon<strong>de</strong>r la mano. Estaba tanconvencido <strong>de</strong> las ventajas <strong>de</strong> involucrar a la Iglesia en sus planesque intentó acercarse a <strong>los</strong> obispos <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong>l Valle y les hizollegar una carta con <strong>de</strong>stino al presi<strong>de</strong>nte Uribe en la que <strong>de</strong>jabaconstancia <strong>de</strong> su buena voluntad para someterse a la justicia colombiana, pero con la condición <strong>de</strong> que el Gobierno garantizar;)que él y sus subalternos no serían extraditados.Pero nada <strong>de</strong> esto ie funcionó a Rasguño: el Gobierno no lehizo caso a su carta y rechazó <strong>de</strong> plano el contenido <strong>de</strong>l comunicado<strong>de</strong> Copergrin.269


43De visita en la IslaAtemorizado por la reacción <strong>de</strong>l Gobierno, Rasguño <strong>de</strong>cidió<strong>de</strong>sinformar a la opinión pública sobre su para<strong>de</strong>ro. Algunos medios<strong>de</strong> comunicación especularon sobre su posible secuestro, torturay muerte en una finca <strong>de</strong> Antioquia a manos <strong>de</strong> Diego Montoya.Otras versiones i ndicaban q ue las FAE.C ío habían secuestrado juntocon su chofer y con su enfermera en La Línea. Las versiones teníancomo único propósito <strong>de</strong>spistar a <strong>los</strong> enemigos <strong>de</strong> Gómez paraganar un poco <strong>de</strong> terreno y escapar a Venezuela por tierra.Cuando llegó a Caracas, Rasguño se comunicó con VicenteCarrillo, jefe <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> México y le solicitó gestionar un pasaportey un carné electoral falso, y que se <strong>los</strong> hiciera llegar <strong>de</strong>manera urgente a Venezuela.Por aquel<strong>los</strong> días el capo mexicano se perfilaba como el mejoraliado <strong>de</strong> Rasguño. Sin embargo, Carrillo frecuentaba con másintensidad <strong>los</strong> enlaces <strong>de</strong> Diego Montoya, quien le proveía gran<strong>de</strong>scargamentos <strong>de</strong> cocaína.Fue precisamente uno <strong>de</strong> esos enlaces quien supo que Carrillohabía obtenido una i<strong>de</strong>ntificación falsa para Rasguño con el270.nombre <strong>de</strong> Ari Sánchez I obi bln Bioi datos no tardaronrn llegar a lu Poli) lt i olómbi&na que, ÍU'SÍU- hacia muchos afios,estaba tras l¡i ptita <strong>de</strong>l narcotrafícante,Mientras eso acuwía sn doibmbia, el 29 <strong>de</strong> ¡unió <strong>de</strong> 2004Rasguño salió <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Maracaibo, Venezuela, hacia La Habana.<strong>El</strong> capo pasó sin problema alguno <strong>los</strong> controles migratorios <strong>de</strong>laeropuerto cubano.Un ciía <strong>de</strong>spués, alertada por Interpol, que había recibido <strong>los</strong>datos <strong>de</strong> la Policía colombiana, las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la isla conslntaron que el mañoso caminaba sin apremio alguno por las calles<strong>de</strong> La Habana.Finalmente, el viernes 9 <strong>de</strong> julio, diez días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberarribado a la Isla, Rasguño se dirigió al aeropuerto José Martí, paratomar un vuelo <strong>de</strong> Mexicana <strong>de</strong> Aviación rumbo a Cancún, perufue <strong>de</strong>tenido cuando realizaba <strong>los</strong> trámites <strong>de</strong> inmigración.Ese mismo día, Rasguño fue recluido en <strong>los</strong> calabozos <strong>de</strong> unaestación <strong>de</strong> Policía y sólo 48 horas <strong>de</strong>spués el régimen <strong>de</strong> Fi<strong>de</strong>lCastro les confirmó la captura a las autorida<strong>de</strong>s colombianas.Sin per<strong>de</strong>r tiempo, el capo puso a prueba su po<strong>de</strong>r económicoy ofreció millonadas sumas a funcionarios <strong>de</strong>l gobierno cubanopara que no accedieran a las pretensiones <strong>de</strong> Estados Unidos,que lo querían extraditado <strong>de</strong> inmediato. Al mismo tiempo, unacomisión salió <strong>de</strong> Colombia rumbo a La Habana con el propósiln<strong>de</strong> repatriarlo.Pero se encontraron con la negativa <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s locales,que tuvieron la osadía <strong>de</strong> prohibirle la entrada al país ainvestigadores estadouni<strong>de</strong>nses y en especial a Remedio Viola, elmismo que años atrás había acusado a Rasguño en la Corte Este<strong>de</strong>l Distrito <strong>de</strong> Nueva York,Dos años más tar<strong>de</strong>, Rasguño fue <strong>de</strong>portado a Colombiu<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cumplir una pequeña con<strong>de</strong>na por falsedad en documento privado. Pero el capo no quería quedarse en Colombia,Su intención era llegar pronto a Estados Unidos pata saldar sus<strong>de</strong>udas, lo que ocurrió finalmente en julio <strong>de</strong> 2007.271


44Caín y AbelPor otro lado y contrario a lo que se podría esperar, las auto<strong>de</strong>fensastampoco le daban tregua a Car<strong>los</strong> Castaño. Con élsucedía lo mismo que con ios narcotraficantes <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle,envueltos en intrigas, conflictos internos, <strong>de</strong>laciones, orgullo,dinero y traición.Las AUC tenían en mente un cambio en su política <strong>de</strong> guerra.Car<strong>los</strong> Castaño, su jefe natural, quería a<strong>de</strong>lantar un acuerdo <strong>de</strong>paz y sometimiento voluntario con el Gobierno parala <strong>de</strong>volución<strong>de</strong> dinero y las tierras y confesar lo que hubiera que confesar. Y lomás importante, <strong>de</strong>sarticular esa máquina <strong>de</strong> muerte <strong>de</strong> la organización.En suma querían contar toda su verdad, hacer justiciay reparar a sus víctimas.Car<strong>los</strong> Castaño tenía un problema adicional porque <strong>los</strong> nuevoscomandantes eran reconocidos narcotraficantes a quienes VicenteCastaño les había vendido una especie <strong>de</strong> franquicia paramílitaren varias regiones <strong>de</strong>l país.Estos connotados narcotraficantes aportaban el dinero parael crecimiento <strong>de</strong>smedido <strong>de</strong> las auto<strong>de</strong>fensas. Car<strong>los</strong> Castaño se•había reí Irado pi di i h omtntc <strong>de</strong>l comando general i1


<strong>de</strong> verdad, ¡usncifl y reparación, Daipuéi <strong>de</strong> eso me voy paradon<strong>de</strong> <strong>los</strong> gringos y Les cuento toda l;i verdad.Castaño, que se ufanaba <strong>de</strong> ser el dueño aliso I uto <strong>de</strong> su ejército-<strong>de</strong> auto<strong>de</strong>fensas, <strong>de</strong>sconoció el po<strong>de</strong>r infinitamente superior <strong>de</strong><strong>los</strong> <strong>de</strong>más jefes, incluso el <strong>de</strong> su hermano Vicente.La actitud <strong>de</strong> Castaño <strong>de</strong>sconcertó a sus compañeros, que muypronto acabaron con el rato <strong>de</strong> esparcimiento. Los invitados sefueron <strong>de</strong> la hacienda con más preguntas que respuestas acerca<strong>de</strong>l futuro <strong>de</strong>l paramilitarismo.Al día siguiente, domingo 11 <strong>de</strong> abril, <strong>los</strong> comandantes, sinCastaño, se reunieron en otra finca para informarle a Macaco loque había ocurrido la noche anterior.Al mismo tiempo y cuando se recuperó <strong>de</strong>l guayabo, Castañocomprendió que había sido impru<strong>de</strong>nte y que su posiciónle podría traer problemas. Sus comentarios no habían sido bienrecibidos y por eso or<strong>de</strong>nó extremar las medidas <strong>de</strong> seguridad.También entendió que mientras permaneciera en la misma regióncon <strong>los</strong> <strong>de</strong>más jefes paramilitares <strong>de</strong>bería permanecer alerta y con<strong>los</strong> ojos bien abiertos.Mientras tanto Don Berna y Mancuso le dijeron a Macacoque era necesario indagar un poco más sobre la posible negociaciónque Castaño estaba a<strong>de</strong>lantando con Estados Unidos. Esamisma tar<strong>de</strong> Mancuso or<strong>de</strong>nó interceptar las comunicaciones,<strong>los</strong> correos electrónicos, las frecuencias <strong>de</strong> radio y las líneas <strong>de</strong>algunos cercanos colaboradores <strong>de</strong> Castaño, incluida la <strong>de</strong> suinseparable estafeta John Henao.Según el<strong>los</strong>, Castaño estaba en la tónica <strong>de</strong> acabar las masacresy <strong>los</strong> víncu<strong>los</strong> con el narcotráfico para sacarle provecho a unanegociación con el país <strong>de</strong>l Norte. De la misma manera, Castañopretendía salvar su responsabilidad ante el país y el mundo enteroy escon<strong>de</strong>r <strong>los</strong> actos <strong>de</strong> barbarie cometidos durante la guerra queemprendió años atrás. Sabía que su grupo estaba <strong>de</strong>sprestigiadoy era <strong>de</strong>spreciado en el mundo entero.Días más tar<strong>de</strong>, las interceptaciones arrojaron <strong>los</strong> primerosresultados. Mancuso recibió <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> conversaciones en las queieevi<strong>de</strong>nciabaqui lo i amlc idi ' ttati ykíaulorlda<strong>de</strong>ii-siadoiiiiidi-iiM •, i f.tiibi i a<strong>de</strong>lantados i\


No LTÍI fácil porque ( iaslmio <strong>de</strong>sconfiaba II¡IM¡I dfl su propiasombra y no sería una presa dócil. La primera <strong>de</strong>cisión era advertirsobre el plan a Vicente Castaño para que este <strong>de</strong>finiera tlcllado <strong>de</strong> quién se encontraba, si <strong>de</strong> su hermano Car<strong>los</strong> o <strong>de</strong> unaorganización a la que él mismo le introdujo el fuerte brazo <strong>de</strong>lnarcotráfico.Mancuso, Don Berna y Macaco citaron a Vicente Castaño auna reunión extraordinaria en una finca <strong>de</strong> propiedad <strong>de</strong> Mancusoen Córdoba.Una vez reunidos, Mancuso sacó <strong>de</strong> su maletín <strong>de</strong> campañalas grabaciones con las evi<strong>de</strong>ncias en contra <strong>de</strong> Car<strong>los</strong> Castaño.Al escuchar las conversaciones, Vicente Castaño quedó mudo y nopudo musitar palabra alguna. Jiménez lo increpó para que tomaraalguna posición con respecto <strong>de</strong> las grabaciones que acababa <strong>de</strong>oír. Hábilmente, Vicente hizo gala <strong>de</strong> su arte para manejar situacionesadversas. A<strong>de</strong>más sabía la borrasca <strong>de</strong> nieve que le caeríaencima si se ponía <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> su hermano porque seguramentecorrería la misma suerte.En ese momento <strong>los</strong> cuatro hombres le dieron vida al planpara ejecutar a Car<strong>los</strong> Castaño. Vicente, hombre sin principiosni moral, entendió que <strong>los</strong> narcotraficantes a quienes les habíavendido franquicias para camuflarse como auto<strong>de</strong>fensas eranquienes <strong>de</strong>cidían la suerte <strong>de</strong> su hermano.Por las venas <strong>de</strong> Vicente corría hielo y no tuvo más opciónque alinearse con el Estado Mayor <strong>de</strong> las AUC. Macaco le pidióa Vicente que se comunicara con su hermano y coordinara unareunión lo antes posible. Así lo hizo. Mientras tanto, Macaco instruíaa Ignacio Roldan, Monoleche, escolta personal <strong>de</strong> Vicente,para integrar un grupo <strong>de</strong> asalto que terminara con la vida <strong>de</strong>Car<strong>los</strong>.Sobre las 5:45 p.m. timbró el teléfono'celular <strong>de</strong> Vicente.Al otro lado <strong>de</strong> la línea estaba su hermano Car<strong>los</strong>, con quienintercambió algunas palabras y planearon una reunión para eldía siguiente a las 2 p.m. en la tienda Rancho al Hombro <strong>de</strong> lavereda <strong>El</strong> Encanto, en San Pedro <strong>de</strong> Urabá.276(larioa l< • onfii i • IU hermano que i ein míame hora, cu elmismo Lugar, se encontftríí con Kenia, su esposa» y aprovecharíanpura hacer una pequeño reunión familiar;Luego <strong>de</strong> terminar la llamada, Vicente les transmitió a IOH<strong>de</strong>más jefes su conversación con su hermano y les reveló la ubicaciónen la que estaría al día siguiente. Era cuestión <strong>de</strong> tiempo y<strong>los</strong> jefes paramilitares sabían que el plan sería <strong>de</strong> fácil ejecución.Los comandos encargados <strong>de</strong> eliminarlo irrumpirían en el sitio,arrasarían con todo y no <strong>de</strong>jarían ni huellas ni testigos.De tiempo atrás, Car<strong>los</strong> Castaño, consciente <strong>de</strong>l peligro quecorría al hacer contactos con la justicia estadouni<strong>de</strong>nse, habíapreferido evitar contactos frecuentes con su esposa. Desconfiabahasta <strong>de</strong> sus propios amigos, se movía <strong>de</strong> un lugar a otro constantementey a la única persona a quien le respondía las llamadas eraa su hermano Vicente. A<strong>de</strong>más, lo perturbaba la enfermedad <strong>de</strong> si ihija Rosa María, una menor <strong>de</strong> tres años <strong>de</strong> edad que había nacidocon el síndrome <strong>de</strong>l maullido <strong>de</strong>l gato, una extraña enfermedadque afecta el aparato sicomotor y el lenguaje.A la mañana siguiente, viernes 16 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 2004, sobre las10 a.m., Car<strong>los</strong> recibió una llamada <strong>de</strong> su esposa, que le informóque esa tar<strong>de</strong> su hija Rosita tenía confirmada una cita médica enMontería y por eso no podía asistir al encuentro con Vicente.Entonces optaron por a<strong>de</strong>lantar su encuentro para las 12:30 <strong>de</strong>lmediodía.A las 1.1:30 a.m., <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un lugar <strong>de</strong>sconocido partieron elcomandante Car<strong>los</strong> Castaño y algunos escoltas rumbo a la vereda<strong>El</strong> Encanto. Diez Kilómetros antes <strong>de</strong> llegar al sitio, Castañodispuso que parte <strong>de</strong> sus hombres hicieran una especie <strong>de</strong> reténa un lado <strong>de</strong>l camino con el propósito <strong>de</strong> proteger su vida y la <strong>de</strong>su esposa en caso <strong>de</strong> una emboscada. <strong>El</strong> jefe paramilitar continuósu recorrido con diez <strong>de</strong> sus hombres y llegó al lugar a la horaprevista.Al llegar al sitio, Castaño y dos <strong>de</strong> sus hombres ingresarona una humil<strong>de</strong> vivienda, Este era el sitio que él frecuentaba paraconectarse a la Internet, enterarse <strong>de</strong> lo que ocurría en el mundo277


y escribir y recibir correos electrón icos. (lineo inimitos <strong>de</strong>spuésarribó su esposa a bordo <strong>de</strong> una camioneta Toyota. Como <strong>de</strong>costumbre, Castaño la esperaba impecablemente vestido. Al versese entregaron mutuas manifestaciones <strong>de</strong> cariño.Kenía le preguntó el avance <strong>de</strong> una cirugía reconstructivaque Castaño se había realizado dos semanas atrás. Se trataba<strong>de</strong> un procedimiento en el brazo <strong>de</strong>recho que había resultadolesionado cuando el jefe paramilitar <strong>de</strong>scendía <strong>de</strong> una lanchaen k que se transportaba a orillas <strong>de</strong>l río Sinú. Tres años atrás,Castaño había recibido un impacto <strong>de</strong> bala en la misma zona queahora se había operado. Ahora, para evitar dolores y reforzar suresistencia a esos repetitivos golpes, el médico que lo operó lehabía inmovilizado el brazo.Al mismo tiempo, Castaño recibía por parte <strong>de</strong> su esposa <strong>los</strong>reportes médicos <strong>de</strong> la enfermedad <strong>de</strong> su hija. <strong>El</strong> jefe paramilitarconcluyó que Estados Unidos sería el único sitio don<strong>de</strong> <strong>los</strong> avancescientíficos podrían ayudar al normal crecimiento y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>su pequeña. Kenia también estaba entusiasmada con la i<strong>de</strong>a, ala que le añadió que en el exterior podrían llevar una vida feliz,por fuera <strong>de</strong>l azaroso mundo <strong>de</strong> la guerra. Castaño repetía quetodo eso se haría en cuestión <strong>de</strong> meses.Paralelo a este encuentro, hacia la 1 <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> partía <strong>de</strong> laHacienda La 15 un comando <strong>de</strong> 30 francotiradores dirigidos porIgnacio Roldan hacia la vereda don<strong>de</strong> ya se encontraba Castaño.Los asaltantes iban armados con fusiles <strong>de</strong> asalto AK-47 y granadas<strong>de</strong> alto impacto. Otro comando <strong>de</strong> 30 hombres sería repartido enla periferia para apoyar la fuga <strong>de</strong> Roldan tan pronto como fueraejecutado el asesinato.Sobre la 1:10 p.m., la esposa <strong>de</strong> Castaño partió <strong>de</strong>l lugar rumboa Montería para cumplir con su cita médica y Castaño quedó a laespera <strong>de</strong> la llegada <strong>de</strong> su hermano Vicente.La brisa Je Córdoba soplaba suavemente <strong>los</strong> pastizales quero<strong>de</strong>ábanla pequeña vereda. Hacíala 1:40 p.m. a diez kilómetros<strong>de</strong> la vereda, el retén <strong>de</strong> segundad <strong>de</strong> Car<strong>los</strong> Castaño <strong>de</strong>tuvo lamarcha <strong>de</strong> cuatro vehícu<strong>los</strong> en <strong>los</strong> que se transportaban su hermanoy MI , i< MII.I pi rioiiftli Vicente bajá el vidrio <strong>de</strong> su camioneta,saludó ii <strong>los</strong> bombreí <strong>de</strong>l retén y les pidió que se corounicaratí cotísi i ¡efe para tnfoMna<strong>de</strong> sobre su arribo. Así lo hicieron y Gar<strong>los</strong>MU lor izo el paso dfi I ¡i caravana.Cuando <strong>los</strong> comandos pasaron el primer obstáculo, Vicentetomó una <strong>de</strong>sviación que lo conduciría <strong>de</strong> regreso a la hacienda La15 don<strong>de</strong> lo esperaban Mancuso, Macaco y Don Berna. Mientrastanto, Car<strong>los</strong> miró el reloj militar que llevaba puesto en la muñecaizquierda. Érala 1:50 p.m. Acto seguido continuó pulsando teclasen la computadora en la que navegaba en la red.A tres kilómetros <strong>de</strong> allí <strong>los</strong> comandos seguían avanzando.Des<strong>de</strong> el primer vehículo Roldan alertó a sus hombres por radiopara que se prepararan para el combate. Los francotiradores separaron en el platón délas camionetas, chequearon que la primerabala estuviera en la recámara <strong>de</strong> sus fusiles lista para abrir fuego,Los primeros en atacar serían <strong>los</strong> francotiradores situados en laparte posterior <strong>de</strong> las camionetas, mientras el resto <strong>de</strong> sicariosapoyarían el asalto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la parte baja.Castaño continuaba navegando en la Internet, mientras <strong>los</strong>diez hombres que lo acompañaban se encontraban dispersos en unperímetro <strong>de</strong> 30 metros. Cuando el reloj marcó las 2 p.m., Car<strong>los</strong>divisó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la ventana <strong>de</strong> la humil<strong>de</strong> vivienda <strong>los</strong> vehícu<strong>los</strong> en<strong>los</strong> que <strong>de</strong>bía llegar su hermano.Volteó su mirada hacia la computadora para <strong>de</strong>sconectarse<strong>de</strong> la Internet cuando <strong>de</strong> repente escuchó la primera <strong>de</strong>tonación.Inmediatamente se arrojó al piso mientras las balas impactabanlas pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vivienda. <strong>El</strong> estruendo <strong>de</strong> las granadas y <strong>los</strong>gritos <strong>de</strong> su escolta que le avisaba que ios estaban emboscando,hizo que Castaño <strong>de</strong>senfundara su pistola Glock 9 milímetros.Dos <strong>de</strong> sus escoltas se replegaron en la vivienda <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong>respondían al ataque.Afuera, sus hombres intentaban resistir, pero uno a uno fueroncayendo por <strong>los</strong> impactos <strong>de</strong> fuego <strong>de</strong> <strong>los</strong> francotiradores. Loscomandos avanzaban hacia la humil<strong>de</strong> vivienda y remataban conplomo a <strong>los</strong> heridos <strong>de</strong> la escolta <strong>de</strong> Castaño que se encontraban278 279


a su paso. Dos JL- el<strong>los</strong> permanecieron Inmóviloi boce iihainungiendo estar muertos.Car<strong>los</strong> y sus dos hombres seguían repeliendo el ataque, hastaque tomaron la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> salir a rastras por la parte trasera <strong>de</strong>la improvisada trinchera. Pero <strong>los</strong> francotiradores se percataron<strong>de</strong> que <strong>de</strong> la rústica casa habían salido tres fugitivos que corríanvelozmente para intentar ganar la carretera.En ese momento y en un acto heroico, uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> escoltas <strong>de</strong>ljefe paramilitar se tiró al suelo y comenzó a disparar, mientras sujefe y su compañero ganaban terreno. Sin embargo, Roldan y sushombres lograron repeler el repentino ataque y dieron <strong>de</strong> bajaal valiente paramilitar. Simultáneamente, dos <strong>de</strong> <strong>los</strong> escoltas <strong>de</strong>Castaño huían por entre <strong>los</strong> matorrales.<strong>El</strong> salón <strong>de</strong> las torturasRoldan y sus hombres perseguían a Car<strong>los</strong> y su escolta quetrataban <strong>de</strong> huir. Levantaron sus armas y dispararon a matar. Una<strong>de</strong> las balas atravesó el hombro izquierdo <strong>de</strong> Car<strong>los</strong> Castaño. <strong>El</strong> jeteparamilitar intentó incorporarse, pero inmediatamente observóque <strong>los</strong> cañones <strong>de</strong> <strong>los</strong> fusiles estaban a dos metros <strong>de</strong> distancia.Monoleche se acercó y lo golpeó con la culata <strong>de</strong>l fusil, lo escupióen la cara y con otro <strong>de</strong> <strong>los</strong> asaltantes lo agarró a puntapiés.<strong>El</strong> otro sicario era un hombre apodado Móvil Cinco, que habíacomandado uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> grupos que irrumpieron esa tar<strong>de</strong> en lavereda don<strong>de</strong> se encontraba el lí<strong>de</strong>r paramilitar. Roldan y Móvillevantaron a Castaño <strong>de</strong>l suelo, lo esposaron <strong>de</strong> pies y manos ya punta <strong>de</strong> empujones lo llevaron hasta una <strong>de</strong> las camionetas.Los <strong>de</strong>más miembros <strong>de</strong>l grupo atacante buscaron <strong>de</strong>sesperadamentea Kenia, que hacía mucho tiempo había <strong>de</strong>saparecido.No obstante, creían que aún se encontraba en la zona y pretendíaneliminarla.Al no encontrarla, Móvil le preguntó a Castaño por ella. Resignadoa su suerte, el jete paramilitar no respondió a la pregunta280 281


y Roldan te propino varios golpes pato hacerlo hablar. EntoncesMbiibleche y sus hoMbres se alejaron <strong>de</strong>l sitio y llevaron ¡i Castaño hasta una finca <strong>de</strong> su propiedad conocida como 1,1 Policía,certa <strong>de</strong> Montería.Allí llegaron hacia las 3:15 p.m. Roldan autorizó registrar el 1inmueble con el propósito <strong>de</strong> encontrar a la esposa <strong>de</strong> Castaño.Pero no estaba. En cambio hallaron a John Henao, leal servidor<strong>de</strong>l lí<strong>de</strong>r paramílitar, a quien <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> propinarle varios golpes,lo esposaron y lo llevaron hasta la camioneta don<strong>de</strong> se encontrabasu jefe.Los dos capturados fueron conducidos a la vereda <strong>El</strong> Tomate,don<strong>de</strong> existía un centro <strong>de</strong> entrenamiento y capacitación antisubversiva<strong>de</strong> las AUC. Conocido también como Cecas, el lugar sehabía hecho famoso como centro <strong>de</strong> torturas a don<strong>de</strong> llevaban a<strong>los</strong> principales enemigos <strong>de</strong> la organización para sacarles sus másíntimos secretos. Eran las 4:30 p.m.Una vez en el sitio, Castaño y Henao fueron amordazadosy sujetados con las esposas a <strong>los</strong> barrotes <strong>de</strong> las celdas. Castañoera consciente <strong>de</strong> que le esperaban métodos <strong>de</strong> presión salvajesque él ya conocía.A esa misma hora, lejos <strong>de</strong> allí, <strong>los</strong> dos escoltas <strong>de</strong> Castañoque habían sobrevivido al ataque tomaron rumbos diferentes.Ayudados por moradores <strong>de</strong> la región, <strong>El</strong> Tigre, como le llamabana uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong>, fue a parar a la vereda Necoclí, muy cerca <strong>de</strong>don<strong>de</strong> ocurrió el asalto. <strong>El</strong> otro escolta, conocido como VladimirRojas, La Vaca, llegó a hasta el corregimiento Chigorodó. Unavez a salvo reportaron <strong>los</strong> hechos a la esposa <strong>de</strong> Castaño, que sinpensarlo dos veces salió con su hija Rosita, su enfermera y susdos escoltas rumbo a Montería.Mientras tanto, en la finca don<strong>de</strong> Castaño y su hombre <strong>de</strong>confianza eran torturados, se vivían momentos espantosos. Mientrasel jefe paramilitar resistía todo tipo <strong>de</strong> vejámenes, Henaopedía que acabaran con su vida. Roldan rasgó la ropa <strong>de</strong> Castañoy acto seguido le aplicó choques eléctricos por todo el cuerpo.Posteriormente le cubrió la cara con una bolsa plástica y cuando(laatoño se icni Iti niorlfi MI verd tn Ir ivrespirara <strong>de</strong> nuevoPor i-I lado ^- i [unto Las cusas se ponían peores. Móvil lepreguntaba por el para<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la esposa <strong>de</strong> Castaño y como usunorespondió Le arrancó una oreja con un fi<strong>los</strong>o cuchillo. I ,uego Lerociaron alcohol en la oreja cercenada y le cauterizaron la herida conuna plancha caliente. Durante esa tar<strong>de</strong> y la madrugada <strong>de</strong>l 16 <strong>de</strong>abril, Castaño y su fiel servidor fueron sometidos a <strong>los</strong> métodos ni;iscrueles acostumbrados en ese entonces por <strong>los</strong> param¡litares,Al día siguiente, la esposa <strong>de</strong> Castaño le reveló a la prensa la<strong>de</strong>saparición <strong>de</strong>l jefe paramilitar y aseguró que dos escoltas quese encontraban con él y que habían sobrevivido al ataque podíanconfirmar lo que ella <strong>de</strong>cía. <strong>El</strong> Gobierno or<strong>de</strong>nó el traslado a Bogotá<strong>de</strong> uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong>, mientras el otro sobreviviente, que conocíaperfectamente <strong>los</strong> métodos <strong>de</strong> presión <strong>de</strong> las AUC, prefirió alejarsepor completo <strong>de</strong>l panorama nacional y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un extraño lugarhoy guarda silencio.Las cosas para Castaño en el lugar don<strong>de</strong> lo torturaban seagravaron con la <strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> su esposa. En la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>l sábado,Roldan y Móvil, agobiados porque no podían conseguir su objetivo,<strong>de</strong>cidieron poner el cuerpo <strong>de</strong> Henao en una guillotina.Segundos más tar<strong>de</strong> su cabeza rodó por el suelo.Los servicios <strong>de</strong> inteligencia al interior <strong>de</strong> las auto<strong>de</strong>fensasconfirmaron que el Gobierno colombiano ya tenía conocimiento<strong>de</strong> <strong>los</strong> hechos. Des<strong>de</strong> el comando central, Mancuso, Don Bernay Macaco autorizaron a Roldan a aplicar métodos más severospara que Castaño soltara cualquier dato que tuviera qué ver consu posible negociación con Estados Unidos.Car<strong>los</strong> fue sometido nuevamente a la bolsa plástica y lo amenazaroncon cortarle una <strong>de</strong> sus orejas. Más tar<strong>de</strong>, ante el silencio<strong>de</strong>l jefe paramilitar, uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> torturadores le arrancó un <strong>de</strong>do<strong>de</strong> su mano <strong>de</strong>recha, <strong>de</strong>spués parte <strong>de</strong> una oreja y luego la otra.Perdió el conocimiento. Sin mostrar un sólo rastro <strong>de</strong> piedad,Roldan prendió una motosíerra y la <strong>de</strong>scargó sobre Castaño, quecayó al suelo <strong>de</strong>sangrado. Estaba muerto.282283


uhi lit tarea, Mmiolnlir of<strong>de</strong>ná empacar <strong>los</strong> castosen bolsas plásticas negras y l¡is condujo lusin un Lugar cercano.Una vez allí <strong>los</strong> enterró. Era el mismo sitio don<strong>de</strong> años <strong>de</strong>spués,•con base en su testimonio a fiscales <strong>de</strong> 1 Justicia y Paz ele Roldan,la Fiscalía habría <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir <strong>los</strong> restos <strong>de</strong>l jefe paramilitaivAsí murió el gran jefe paramilitar. Implacable y carismático,Castaño <strong>de</strong>spertó todo tipo <strong>de</strong> sentimientos. Con su cruel muertemurieron las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> esclarecer cientos <strong>de</strong> asesinatos <strong>de</strong>la historia reciente <strong>de</strong>l país.Pocos días <strong>de</strong>spués y luego <strong>de</strong> permanecer oculta en variascasas <strong>de</strong> Montería, Kenia Gómez llegó a Bogotá con su pequeñahija y encontró una mano amiga que la ayudó a salir <strong>de</strong>l país.De Bogotá íue enviada a Costa Rica, a la espera <strong>de</strong> que el gobiernoestadouni<strong>de</strong>nse le concediera un asilo político, como tal pareceque ocurrió porque hoy vive en Nueva York con su hija Rosita.Su vida llena <strong>de</strong> lujos terminó y hoy <strong>de</strong>ambula <strong>de</strong> un lado a otroen la gran manzana.De nada sirvieron las duras críticas <strong>de</strong> algunos sectores <strong>de</strong>la prensa, <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> Na riño, <strong>de</strong>l comisionado <strong>de</strong> Paz y <strong>de</strong> laopinión pública sobre el procedimiento <strong>de</strong> <strong>los</strong> nuevos jefes paramilitares,Mancuso, Macaco y Don Berna, así como el mismoVicente Castaño, negaron su participación en <strong>los</strong> hechos.A <strong>los</strong> pocos días, presionados por un sector <strong>de</strong> la prensa, <strong>los</strong>jefes <strong>de</strong> las AUC aceptaron que sí hubo un enfrentamiento porequivocación con la escolta <strong>de</strong>l comandante Castaño, pero quefue sólo eso: "una pequeña escaramuza y nada más".Así terminó la vida <strong>de</strong> Car<strong>los</strong> Castaño. Un hombre que llegó aser el amo y señor <strong>de</strong> las Auto<strong>de</strong>fensas Unidas <strong>de</strong> Colombia y quepuso <strong>de</strong> rodillas a <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> colombianos, entre el<strong>los</strong> campesinos,gana<strong>de</strong>ros y comerciantes, que trataron en algún momento<strong>de</strong> hacerle oposición.Un hombre que <strong>de</strong>sconfiaba <strong>de</strong> su propia sombra, pero quefue ultimado por <strong>los</strong> amigos a quienes les confió buena parte <strong>de</strong> suorganización porque tenían la certeza <strong>de</strong> que su jefe se entregaría,más temprano que tar<strong>de</strong>, a la justicia norteamericana.46<strong>El</strong> cartel <strong>de</strong> las auto<strong>de</strong>fensasCar<strong>los</strong> Castaño era un amigo generoso, pero a la vez mihombre implacable que no sabía perdonar a sus enemigos, liraun individuo <strong>de</strong> sentimientos extremos. Podría pasar <strong>de</strong> ser uncálido y amoroso padre cuando se encontraba al lado <strong>de</strong> su lúj:i,a un temido y peligroso hombre <strong>de</strong> guerra cuando trataba <strong>de</strong>imponer sus condiciones y caprichos.Castaño <strong>de</strong>spertó simpatías en un país tan pasional y <strong>de</strong>sequil ibrado como él. Igualmente, sabía que encarnaba un personaje <strong>de</strong>spreciadopor todos <strong>los</strong> crímenes cometidos por su organización.Nació el 15 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1965 en Amalfi, noreste <strong>de</strong> Antioqum,<strong>de</strong> la unión <strong>de</strong> su madre Rosa Maria Gil y su padre Jesús Antón ioCastaño. Fue un personaje importante en la historia <strong>de</strong>l país. ( AVOun grupo que tenía como eje principios filantrópicos, pero pasoa asesinar hacendados, gana<strong>de</strong>ros, industriales, comerciantes,periodistas, campesinos y gente <strong>de</strong>l común.Trabajó y se enfrentó a Pablo Escobar y a su máquina damuerte; arrinconó a la guerrilla colombiana. Dejó huérfanos yviudas regadas por todo el país. Cultivó, procesó, exportó y vendió284 285


cocaína en gran<strong>de</strong>s canl ¡chu<strong>los</strong>. Secuestró políticoa y dirigefltes<strong>de</strong>l país; entrenó y organizó escuadrones <strong>de</strong> Ifl muerte. Ocupoprimeras páginas <strong>de</strong> periódicos a nivel mundial y espió para elGobierno y para <strong>los</strong> narcos.Aunque se involucró con el narcotráfico, es innegable quetenía claro en su mente una i<strong>de</strong>ología contrainsurgente que prontose <strong>de</strong>sbordó en barbarie. Contrario a la actividad <strong>de</strong> su hermanoVicente que vendía franquicias <strong>de</strong> las AUC al narcotráfico y hacía<strong>de</strong> esto un negocio personal, Car<strong>los</strong> adquiría armamento y preparabaa sus hombres para la lucha antisubversiva. Claro está quelo hacía con el dinero que le <strong>de</strong>jaba el narcotráfico.Castaño seguía fiel al objetivo primordial <strong>de</strong> las Auto<strong>de</strong>fensascreadas por su hermano Fi<strong>de</strong>l <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>l mayor <strong>de</strong>l EjércitoAlejandro Álvarez Henao y <strong>de</strong> Henry Pérez, Pero con el paso<strong>de</strong> <strong>los</strong> años, esas auto<strong>de</strong>fensas, que en un principio tenían comometa respon<strong>de</strong>r a ías agresiones <strong>de</strong> la guerrilla en distintas zonas<strong>de</strong>l país, pronto pasaron a cumplir operaciones sicariales y <strong>de</strong>narcotráfico al lado <strong>de</strong> Pablo Escobar, entonces jefe <strong>de</strong>l cartel<strong>de</strong> Me<strong>de</strong>ílín. Pero algo ocurrió y se volvieron luego contra elpo<strong>de</strong>roso narcotraficante.Estratégicamente, para sobrevivir se entregaban al mejorpostor. Se aliaron al cartel <strong>de</strong> Cali y por último al cartel <strong>de</strong>l Norte<strong>de</strong>l Valle. Unos años <strong>de</strong>spués entendieron que no necesitaban <strong>de</strong>esas alianzas y fundaron el cartel <strong>de</strong> las Auto<strong>de</strong>fensas, con susrespectivos capos en el negocio <strong>de</strong> las drogas: Salvatore Mancuso,Car<strong>los</strong> Mario Jiménez, Macaco, Diego Murillo, Don Berna, yVicente Castaño, <strong>El</strong> Pro/e.Con este repentino cambio <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ología, muchos se preguntabanquién en realidad era el jefe verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> esta organización.La respuesta parece simple. <strong>El</strong> trono lo tenía quien lograraconsolidar su ala financiera y su capacidad militar a costa <strong>de</strong>lnarcotráfico, como en efecto sucedió,¿Qué habría pasado si Castaño hubiera contado toda suverdad?, ¿qué habría sido <strong>de</strong>l país y el mundo entero si hubieravivido cinco años más?•47La narcoagendaDes<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Car<strong>los</strong> Castaño y hasta antes <strong>de</strong> ser recluidosen la cárcel <strong>de</strong> Itagüí, en Antioquia, las auto<strong>de</strong>fensas habíanperdido el norte. Cada uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> jefes tenía agenda propia y encada región cometían toda clase <strong>de</strong> <strong>de</strong>litos sin rendirle cuentasa nadie. Se convirtieron en un ejército <strong>de</strong> nareoíraneantes y seespecializaron en el lavado <strong>de</strong> dinero. Desaparecido Car<strong>los</strong> Castaño,<strong>los</strong> <strong>de</strong>más comandantes tenían abierto el salvoconducto paraasesinar a cualquiera <strong>de</strong> sus integrantes que quisiera imponer <strong>los</strong>principios i<strong>de</strong>ológicos <strong>de</strong> las AUC sobre el narcotráfico.Hoy todos <strong>los</strong> comandantes cargan sobre sus espaldas un pedido<strong>de</strong> extradición a Estados Unidos, bajo cargos <strong>de</strong> narcotráfico:Car<strong>los</strong> Mario Jiménez, Macaco; Diego Murillo Bejarano, DonBerna; Salvatore Mancuso, Ramiro Vanoy, Rodrigo Tovar Pupo,Jorge 40; Javier Zuluaga Lindo, Gordo Lindo; Vicente Castaño y<strong>los</strong> hermanos Víctor y Manuel Mejía Muñera.Por eso, y con la persecución <strong>de</strong> la justicia norteamericanarespirándoles encima, <strong>los</strong> jefes paramilitares se apresuraron aentrar en un proceso <strong>de</strong> paz con el gobierno <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte Uri-286287


e, el cutí! expediría l;¡ K-y ilcjusliciii y Paz tjuc <strong>los</strong> exoneraba i-nprincipio <strong>de</strong> ser extraditados a Estados Unidos.En medio <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> paz, <strong>los</strong> grupos <strong>de</strong> auto<strong>de</strong>fensa sedividieron en dos frentes; por un lado, Car<strong>los</strong> Mario Jiménezy Diego Murillo, encomendaron a Rogelio Aguílar, <strong>El</strong> Flaco, elmanejo <strong>de</strong> las temidas oficinas <strong>de</strong> Itagüí y Envigado en Antíoquia.Se trata <strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> sucursal <strong>de</strong>l narcotráfico <strong>de</strong>s<strong>de</strong>don<strong>de</strong> se maneja toda la red <strong>de</strong> sicarios al servicio <strong>de</strong> <strong>los</strong> jefes<strong>de</strong>l paramilitarismo <strong>de</strong> esa región <strong>de</strong>l país. Por otro lado, Jorge40 y Salvatore Mancuso tomaron el control <strong>de</strong> la costa caribepara acrecentar sus riquezas con el narcotráfico. Los <strong>de</strong>más jefesparamilitares se repartieron el resto <strong>de</strong>l país.Lo cierto es que con todo este embrollo <strong>de</strong> situaciones y <strong>de</strong> lacreación <strong>de</strong> nuevos grupos <strong>de</strong> auto<strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>dicados <strong>de</strong> lleno alnarcotráfico, la muerte <strong>de</strong> <strong>los</strong> principales lí<strong>de</strong>res <strong>de</strong>l grupo rebel<strong>de</strong>aún no se resuelve. Es posible que la responsabilidad por la muerte<strong>de</strong> Car<strong>los</strong> la tenga su hermano Vicente, como también tendrá larespuesta <strong>de</strong>l para<strong>de</strong>ro misterioso <strong>de</strong> su hermano Fi<strong>de</strong>l.La realidad <strong>de</strong>l conflicto nos ha convencido <strong>de</strong> que nada cíelo que podamos imaginar es increíble. ¿Qué pue<strong>de</strong>n hacer lasleyes en Colombia don<strong>de</strong> el dinero es rey? Y en ese mundo <strong>de</strong>conspiraciones cualquier cosa pue<strong>de</strong> pasar.Se pue<strong>de</strong> engañar todo el tiempo a una parte <strong>de</strong>l pueblo y atodo el pueblo una parte <strong>de</strong>l tiempo. Pero no se pue<strong>de</strong> engañartodo el tiempo a todo el pueblo.48Rocketeer Influenced and CorruptOrganizations"Rico-Des<strong>de</strong> Estados Unidos llegaban noticias <strong>de</strong>salentadoras con lasque no contaban <strong>los</strong> narcotraficantes en Colombia. Luego <strong>de</strong> unano <strong>de</strong> maratónicas jornadas y operaciones encubiertas, se lograbaacusar, <strong>de</strong> manera individual, a cada uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> gran<strong>de</strong>s capos <strong>de</strong>lcartel <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle, bajo la ley Rico —Rocketteer Influenced& Corrupt Organizations —que les conce<strong>de</strong> atribuciones a <strong>los</strong>fiscales americanos para que puedan acusar, juzgar y con<strong>de</strong>nar aljefe o cabecilla <strong>de</strong> una organización narcoterrorista, por cualquier<strong>de</strong>lito cometido contra el gobierno norteamericano.Esta sería, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese momento, la consigna <strong>de</strong>l Departamento<strong>de</strong> Justicia <strong>de</strong> Estados Unidos en su política <strong>de</strong> lucha contralas mafias colombianas. De igual forma, todos <strong>los</strong> miembros <strong>de</strong>una misma organización, llámense recolectores, procesadores,transportistas y comercíalizadores <strong>de</strong>l alcaloi<strong>de</strong>, se consi<strong>de</strong>raríanculpables <strong>de</strong>l mismo <strong>de</strong>lito. A<strong>de</strong>más, la ley Rico facultaba a <strong>los</strong>289


fiscales pura juzgar fl sus proCStddoi pot <strong>de</strong>litOB CORietidoB 20años atrás.Después <strong>de</strong> muchas reuniones con informantes y una laborconjunta entre la DEA, las cortes <strong>de</strong> Nueva York y Miami y las agenciasFBI e ICE, finalmente, el 29 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 2004, el Departamento<strong>de</strong> Justicia acusó formalmente a <strong>los</strong> lí<strong>de</strong>res <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong>l Norte<strong>de</strong>l Valle, no sólo por el <strong>de</strong>lito <strong>de</strong> narcotráfico, sino también porconspiración para el lavado <strong>de</strong> dinero.La misma justicia estadouni<strong>de</strong>nse resaltó que no sólo serían <strong>los</strong>narcotraficantes <strong>de</strong> <strong>los</strong> carteles colombianos <strong>los</strong> únicos procesadosen su país. También serían juzgados <strong>los</strong> grupos al margen <strong>de</strong> laley como <strong>los</strong> paramilitares y la guerrilla, especialmente las FARC,que ya se advertían comprometidas con el tráfico <strong>de</strong> drogas.Así lo resaltó el procurador general <strong>de</strong> Estados Unidos JohnAshcroft dirigiéndose en una rueda <strong>de</strong> prensa a <strong>los</strong> cabecillas <strong>de</strong>estos grupos. "Don<strong>de</strong> quieran que estén <strong>los</strong> encontraremos y <strong>los</strong>castigaremos. De algo pue<strong>de</strong>n estar seguros <strong>los</strong> narcotraficantescon esta política antiterrorista <strong>de</strong>] gobierno norteamericano: Demoritahabrá, pero rebajita, ninguna", concluyó Ashcroft.<strong>El</strong> agente <strong>de</strong> la DEA LOU Maggioni trabajó <strong>de</strong> la mano con<strong>los</strong> más importantes informantes para configurar sus expedientes.Al cabo <strong>de</strong> vanos años logró abrir la compuerta para que EstadosUnidos arrancara en firme el proceso judicial contra todos <strong>los</strong>narcotraficantes <strong>de</strong> Colombia.Esa puerta <strong>de</strong> ahora en a<strong>de</strong>lante se abría <strong>de</strong> par en par, conla seguridad para el agente <strong>de</strong> judicializar hasta al más incrédulo<strong>de</strong> <strong>los</strong> narcotraficantes. De esta manera, el <strong>de</strong>lito <strong>de</strong> narcotráfico,que era juzgado <strong>de</strong> manera individual, fue evolucionando con<strong>los</strong> años hasta convertirse en un <strong>de</strong>lito colectivo, Y la ley Rico lollamó conspiración.La razón <strong>de</strong> esos cambios se sustentaba en el hecho <strong>de</strong> que el<strong>de</strong>lito <strong>de</strong> narcotráfico, basado en una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> situaciones, nopodía ser cometido por una sola persona. Al mismo tiempo, elgobierno estadouni<strong>de</strong>nse ofreció pagar cinco millones <strong>de</strong> dólaresa quien entregara información que condujera a la captura <strong>de</strong> JuanCarloí Ramiro», Withn AHrlo Várela, Diego Montoya Sánchea,(íabrlel Puerta Parra* < ¡ario» Alberto Rentería;<strong>El</strong> primero Sí] caer víctima <strong>de</strong> la persecución íue GabrielPuerta, el 7 da octubre <strong>de</strong>l 2004, en el municipio <strong>de</strong> La Vega, Cundinamarca.A esto se le sumó que <strong>los</strong> narcotraficantes comenzarona ofrecer gruesas sumas <strong>de</strong> dinero a quien brindara informaciónsobre, la ubicación <strong>de</strong> otro capo y así permitir su captura.Esto hacía más estresante el fenómeno <strong>de</strong>l narcotráfico, puesse convertían en <strong>los</strong> únicos <strong>de</strong>lincuentes <strong>de</strong>l mundo por cuyacabeza pagan en forma simultánea la justicia norteamericana,<strong>los</strong> narcotraficantes, las autorida<strong>de</strong>s colombianas y <strong>los</strong> afectadospor la guerra.•290


49En esta esquina, Los Machos; en esta otra,Los RastrojosLa guerra en el norte <strong>de</strong>l Valle no paraba. Diego Montoya yWílber Várela comprendieron que la lucha sería larga. Por eso optaronpor ocupar terrenos don<strong>de</strong> sus grupos se hacían más fuertesy <strong>de</strong>salojar otros en <strong>los</strong> que se consi<strong>de</strong>raban vulnerables.Poco a poco. Várela se apo<strong>de</strong>ró con sus hombres <strong>de</strong>l cañón <strong>de</strong>Garrapatas y, por <strong>de</strong>recho propio, <strong>de</strong> las rutas <strong>de</strong>l narcotráfico porlas costas <strong>de</strong> Chocó, en el océano Pacífico. Ese terreno inhóspitoe inexpugnable se convertiría <strong>de</strong> ahora en a<strong>de</strong>lante en santuario<strong>de</strong> protección tanto para él como para sus hombres.Por su parte Várela se hizo dueño <strong>de</strong> algunos municipios <strong>de</strong>lValle <strong>de</strong>l Cauca y Nariño e hizo presencia en algunas ciuda<strong>de</strong>s<strong>de</strong>l Eje Cafetero como Pereíra, Armenia y Manizales, así como enalgunas zonas <strong>de</strong> la costa atlántica <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> <strong>de</strong>spachó barcosrepletos <strong>de</strong> cocaína.A medida que pasaba el tiempo y <strong>los</strong> intentos <strong>de</strong> acercamiento<strong>de</strong> <strong>los</strong> narcotraficantes con el Gobierno no prosperaban, Várelay Monioyn comprendliron que ern necesítelo utili/ur IOK misinosmétodos <strong>de</strong> IUK auto<strong>de</strong>fensas creando escuadrones <strong>de</strong> la muertepara qüí Sfl enfrentaran u las fuerzas regulares <strong>de</strong>l Estado.En esc sentido armaron campesinos, recolectores <strong>de</strong> café ycortadores <strong>de</strong> caña y ios instruyeron militarmente bajo las ór<strong>de</strong>nes<strong>de</strong> antiguos oficiales <strong>de</strong>l Ejército y <strong>de</strong> la Policía. Con ellopretendían presionar al Gobierno y conseguir el mismo trato quese les daba a las auto<strong>de</strong>fensas. Várela armó 700 hombres bajo elmando <strong>de</strong> Diego Restrepo y las <strong>de</strong>nominó Rondas CampesinasPopulares, RCP.No lejos <strong>de</strong> allí, Diego Montoya hacía lo mismo. Reunió a más<strong>de</strong> 3.000 hombres en una organización <strong>de</strong>nominada Auto<strong>de</strong>fensasUnidas <strong>de</strong>l Valle, AUV. Este grupo fue concebido con las mismascaracterísticas <strong>de</strong> las Auto<strong>de</strong>fensas Unidas <strong>de</strong> Colombia e inclusoutilizaban las mismas prendas <strong>de</strong> vestir.Los narcotraficantes <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l Valle no entendían porqué el Gobierno les daba un trato preferencial a <strong>los</strong> paramilitaressi la mayoría <strong>de</strong> el<strong>los</strong> mantenían intacto su esquema ligadoal narcotráfico.Várela y Montoya no estaban dispuestos a perdonar quemientras el<strong>los</strong> eran perseguidos por la justicia local y <strong>de</strong> EstadosUnidos, Mancuso, Macaco, Don Berna y <strong>los</strong> hermanos MejíaMuñera, entre otros, hablaran <strong>de</strong> paz en una mesa <strong>de</strong> negociacionesy terminaran disfrutando las mieles <strong>de</strong> la victoria mientrastraficaban como locos.Afanados por el asedio <strong>de</strong> <strong>los</strong> organismos <strong>de</strong> inteligencianorteamericano, <strong>los</strong> dos capos agruparon a sus hombres y <strong>los</strong>organizaron en cinco frentes. Montoya integró a su grupo a PedroPineda, Pisptt, a Ornar Várela García, Capachivo, Gildardo Rodríguez,<strong>El</strong> Señor <strong>de</strong> la Camisa, y a otros conocidos como Rebusque,La Iguana y su hermano Eugenio.Por otra parte, Várela hizo lo propio y reunió a Julito, al Cabezón,a La Remáquina, a Rastrojo y a Combatiente. Todos amigosy cercanos colaboradores <strong>de</strong>l capo en el crimen organizado.292293


•Armadas [;is esl niel unís, Várela y Mntilnyn creyeron t|iu- erael momento propido para retomar Iti confrontación cutre el<strong>los</strong>.Si Várela concentraba su estrategia en a<strong>de</strong>lantar tareas <strong>de</strong> inte I igencia que permitieran dar pasos en firme, Montoya respondíacon <strong>los</strong> crímenes indiscriminados a personas que pertenecieranal servicio <strong>de</strong> su archienemigo. La ven<strong>de</strong>tta era terrible y familiasenteras sufrían las consecuencias <strong>de</strong> esta guerra.Esas retaliaciones no se limitaban a <strong>los</strong> dos bandos. Des<strong>de</strong>ese momento, <strong>los</strong> narcotraficantes <strong>de</strong> cualquier organizaciónque incumplieran una cita, que no se reportaran a tiempo, quetuvieran acercamientos con el Gobierno o con la justicia <strong>de</strong> EstadosUnidos, eran marcados con el inri <strong>de</strong> la sospecha y tar<strong>de</strong> otemprano terminaban muertos. Cualquier método <strong>de</strong> presión, <strong>de</strong>intimidación o <strong>de</strong>lación, valía en esta confrontación.A mediados <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2004, un helicóptero al servicio eleDiego Montoya, inundó <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong>l Valle con millones<strong>de</strong> hojas volantes firmadas por un grupo <strong>de</strong>nominado Los Machos."Cui<strong>de</strong> sus hijos. Los niños buenos se acuestan temprano, <strong>los</strong> ma<strong>los</strong><strong>los</strong> acostamos nosotros", <strong>de</strong>cía el comunicado. De esa maneranacía un nuevo grupo al servicio <strong>de</strong> este narcotraficante.La respuesta <strong>de</strong> Várela no se hizo esperar y a la semanasiguiente una avioneta <strong>de</strong> fumigación a su servicio regó por lamisma área miles <strong>de</strong> panfletos firmados por otro grupo <strong>de</strong>nominadoLos Rastrojos. Los panfletos <strong>de</strong>cían: "Para un macho, otromás macho".Por esos mismos días, apoyado en la tecnología virtual,Várela creó una página <strong>de</strong> Internet a la cual se podía acce<strong>de</strong>rcon la dirección www.<strong>de</strong>nunciapublica.net. Des<strong>de</strong> allí <strong>de</strong>nuncióabiertamente a Montoya y mostró algunas fotografías <strong>de</strong> él queni siquiera <strong>los</strong> organismos <strong>de</strong> seguridad <strong>de</strong>l Estado tenían en susarchivos. La guerra era como para alquilar balcón.AI enterarse <strong>de</strong> esto, Montoya intentó bloquear la páginavirtual <strong>de</strong> Várela, pero no pudo. Por esa razón creó un portalsimilar cuya dirección www.lapruebainminente.8m.net, era visitada<strong>de</strong> manera frenética. En ella se <strong>de</strong>nunciaba, entre otras294j que Van La i ri un tu wrgento <strong>de</strong> ln Policía, que contabacon el reipaldo <strong>de</strong> bueni parte <strong>de</strong> esa Inititueión.Acsia altura <strong>de</strong>lconñlcto ño-importaba el reiBültado, Lo ciertoes que muy pocas peílOIlflB sobrevivirían a esta guerra <strong>de</strong> Cfttteles. Más <strong>de</strong> 3.000 registraban <strong>los</strong> organismos <strong>de</strong> seguridad y hoy,aun cuando Montoya fue capturado, la guerra seguramente noparará.295


50<strong>El</strong> reencuentroEn Miami la situación para algunos narcotraficantes parecíaaclararse y con eso se <strong>de</strong>mostraba que efectivamente el sometimientoera la única alternativa viable para enmendar el tortuosocamino que el <strong>de</strong>stino, la sociedad y la falta <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>sles habían impuesto.Des<strong>de</strong> un centro <strong>de</strong> reclusión en el Estado <strong>de</strong> Pensilvania,<strong>El</strong> Médico fue trasladado <strong>de</strong> regreso a la cárcel fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong> Miamidon<strong>de</strong> terminaría por pagar su con<strong>de</strong>na. Allí se encontró con La<strong>El</strong>or. En el<strong>los</strong> primó la lealtad a un convenio <strong>de</strong> sometimientoa la justicia que habían pactado anos atrás. Luego <strong>de</strong> un fuerteabrazo y vestidos con su uniforme carcelario, vinieron las mutuasconfesiones:—¿Qué hubo, marica, qué haces aquí? —preguntó algosorprendido <strong>El</strong> Médico.—Pues hace unos días fui a la Corte a recibir una reducción<strong>de</strong> sentencia •—contestó su interlocutor.—Y ¿cómo te fue?Muy bien, Salo qui ic presentó un pequeño Inconveniente.I''I día que acudí u lu (lorie el íisail le pidió til juez que me diera30 días para entregarme y é] juez [o negó. Allí mismo salieron<strong>los</strong> marshalls, me esposaron y me metieron <strong>de</strong> una vez al edificiofe<strong>de</strong>ral —relató La Flor.— ¿Cómo están las cosas en la calle? —indagó <strong>El</strong> Médico,<strong>de</strong>sinformado.—Muy duras. Todo el mundo dice que las cosas están peorque al principio. Que no se pue<strong>de</strong> confiar en nadie y lo malo esque muchas <strong>de</strong> las cosas que están pasando nos las achacan anosotros,—¿Cómo así que a nosotros? •—preguntó <strong>El</strong> Médico.— Sí, viejo. Dicen que todo eso <strong>de</strong> <strong>los</strong> arreg<strong>los</strong>, que era unamaravilla, se dañó por nosotros —repicó La Flor.—¿Por nosotros? Si eso era una roba<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> plata. ¿Por quéla gente es insidiosa, si vos sabes que lo único que hicimos fuecreer que este proceso valía la pena y evitar que Baruch Vegay el gordo Leef robaran a todo el mundo y evitar la captura <strong>de</strong>todos en Panamá.—Viejo, así fue, esa es la verdad. Pero así es la gente. Unacosa sí te puedo <strong>de</strong>cir. Aún con todo el dolor que hemos pasado,creo que valió la pena, aún tenemos esa luz que ilumina al final<strong>de</strong>l túnel y mientras no se apague <strong>de</strong> ahí nos vamos a agarrar.Todavía nos espera un largo camino, pero sólo el tiempo dirá siesta fue nuestra mejor <strong>de</strong>cisión —dijo La Flor.Así transcurrió el reencuentro <strong>de</strong> aquel<strong>los</strong> dos amigos, quetuvieron el valor <strong>de</strong> enfrentar en una corte fe<strong>de</strong>ral sus acusaciones.Luego <strong>de</strong> algunos días, <strong>los</strong> dos terminaron en la mismaunidad compartiendo celda. Fueron más que amigos, fueronhermanos. Pero el <strong>de</strong>stino se encargó <strong>de</strong> separar<strong>los</strong> el 14 <strong>de</strong> junio<strong>de</strong> 2005, cuando <strong>El</strong> Médico fue trasladado <strong>de</strong> nuevo a un centro<strong>de</strong> <strong>de</strong>tención migratorio, tras haber cumplido buena parte <strong>de</strong> sucon<strong>de</strong>na. Luego <strong>de</strong> varios meses <strong>de</strong> periplo por diferentes centros<strong>de</strong> <strong>de</strong>portación norteamericana recuperó su libertad.296


<strong>El</strong> traslado<strong>El</strong> 6 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 2006, La Flor fue sacado <strong>de</strong>l PDC <strong>de</strong> Miamipara ser trasladado <strong>de</strong> prisión. <strong>El</strong> anuncio lo tomó por sorpresaporque <strong>de</strong>bería abandonar <strong>los</strong> cuatro muros que con el transcurrir<strong>de</strong> <strong>los</strong> meses se habían convertido en su hogar y a <strong>los</strong> cuales sehabía acostumbrado.Extrañaría todo: <strong>los</strong> amigos, <strong>los</strong> barrotes, la caja don<strong>de</strong> guardabasus pocas pertenencias, compartir con <strong>los</strong> <strong>de</strong>más un puñado <strong>de</strong>arroz, el recipiente en el que comió tantas veces y el colchón.Custodiado por seis oficiales <strong>de</strong>l BOP, abandonó la prisión. Uno<strong>de</strong> <strong>los</strong> oficiales sacó una ca<strong>de</strong>na como para amarrar elefantes, lapasó por la cintura y luego por dos <strong>de</strong> <strong>los</strong> eslabones a la altura <strong>de</strong>su ombligo introdujo una pequeña caja negra con cara <strong>de</strong> candadoy por esta, a su vez, pasó las esposas que sujetaron ambos brazos ala altura <strong>de</strong> las muñecas. Luego sacó una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> 30 centímetros<strong>de</strong> largo con grilletes al final <strong>de</strong> ambas puntas que fueron a parara la altura <strong>de</strong> sus tobil<strong>los</strong> y asegurados con una llave. Cuando yaestaba completamente inutilizado, el oficial le or<strong>de</strong>nó que abordarael bus que lo transportaría al aeropuerto internacional <strong>de</strong> Miami.Tiitn pasai extioiaminte loi obitáculoi que encontró sn elcamino, Le Flor antro M el Iuis ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> barrotes ii/nlus ydos mullan tttrdl y iniciante que <strong>los</strong> mantenían separados <strong>de</strong> laspuertas trasera y <strong>de</strong>lantera.Una vez entró al vehículo se hizo en el tercer asiento <strong>de</strong>llado <strong>de</strong>recho don<strong>de</strong> se encontró con un preso <strong>de</strong> origen cubano.En ese instante aparecieron más <strong>de</strong> 20 mujeres vestidas y amarradasexactamente igual a como estaban <strong>los</strong> ocupantes <strong>de</strong>l bus.De repente apareció una oficial con cara <strong>de</strong> travestí que se hizoal volante <strong>de</strong>l bus, al tiempo que otros dos uniformados cerraronlas rejas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l bus, uno por <strong>de</strong>lante y otro por <strong>de</strong>trás.Una vez acomodados empuñaron un enorme shot gun y tomaronposición <strong>de</strong> combate.Mientras el<strong>los</strong> eran gran<strong>de</strong>s, fuertes, saludables, estabansueltos y armados, la Flor estaba sin <strong>de</strong>sayunar, en medias, flaco,acabado, esposado <strong>de</strong> las manos... Al cabo <strong>de</strong> unos minutos lacaravana llegó al aeropuerto internacional <strong>de</strong> Miami y La Florobservó un avión 747-200, blanco como la nieve <strong>de</strong> matrículaN850B. Luego se percató <strong>de</strong> que dicha aeronave era custodiadaen círculo por 15 oficiales <strong>de</strong>l United States Marshall's Servicescon enormes fusiles en sus manos.A eso <strong>de</strong> la 1 <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> La Flor escuchó su nombre y respondiócon su número, caminó hacia <strong>de</strong>lante y como pudo bajó<strong>los</strong> escalones <strong>de</strong>l bus hasta tocar tierra. Observó el cielo y pensóque el sol resplan<strong>de</strong>ciente <strong>de</strong> esa hora era más apropiado paraestar en la playa con una nevera llena <strong>de</strong> cerveza que preso y apunto <strong>de</strong> ingresar al.infierno.<strong>El</strong> efímero sueño <strong>de</strong> La Flor fue roto <strong>de</strong> repente por el grito<strong>de</strong> un oficial que le dijo que abriera las manos y luego <strong>de</strong> revisarlo<strong>de</strong> arriba abajo le señaló las escalinatas <strong>de</strong>l avión. En las primerassillas iban las mujeres, pero no tuvo el valor, la fuerza, ni lavoluntad <strong>de</strong> observarlas al rostro y transmitirles algún gesto <strong>de</strong>optimismo. En pocos segundos el avión estaba lleno <strong>de</strong> presos<strong>de</strong>l sistema fe<strong>de</strong>ral americano, pero ninguno, incluido La Flor,sabían para dón<strong>de</strong> <strong>los</strong> llevaban.298


52United States PenitentiaryUSP<strong>El</strong> avión <strong>de</strong> Convict Ai r, la aerolínea menos costosa <strong>de</strong>l mundoporque cuando se es preso se pue<strong>de</strong> volar gratuitamente, encendiósus potentes motores, y tras cinco horas <strong>de</strong> vuelo y una paradatécnica en el aeropuerto <strong>de</strong> Jacksonville, aterrizó en el aeropuerto<strong>de</strong> Atlanta, Georgia.Cuando escuchó su nombre, como pudo La Flor <strong>de</strong>sabrochósu cinturón y apoyó sus manos sobre el asiento para incorporarse;luego avanzó <strong>de</strong>spacio hacia <strong>de</strong>lante y al llegar a la puerta sintióel rigor <strong>de</strong>l intenso frío.Abordó el bus que lo esperaba en tierra y <strong>de</strong>bido al cansanciorecostó la cabeza sobre <strong>los</strong> barrotes mientras avanzaban por vías<strong>de</strong>sconocidas rumbo al castillo <strong>de</strong> Drácula, como cariñosamente<strong>los</strong> presos <strong>de</strong>l sistema fe<strong>de</strong>ral americano llaman la prisión <strong>de</strong>Atlanta. A eso <strong>de</strong> la media noche fue sacado <strong>de</strong> una celda parauna entrevista con el médico. Luego, el mismo procedimiento conel consejero <strong>de</strong> la prisión y sus preguntas <strong>de</strong> rutina: ¿Necesitaseparación? ¿Tiene alguna enfermedad contagiosa? ¿I tu cooperodo con t-l gobleíno? ¿Nn 68 pelIgTOBO paía usted vivir con otrospfeBOS? La Flor respondió No en todo momento.Una vc¿ terminada la entrevista uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> guardias le or<strong>de</strong>nócaminar por entre un largo pasillo hasta que se encontró conun enorme cajón plástico <strong>de</strong> don<strong>de</strong> sacó un paquete envuelto amanera <strong>de</strong> burrito mexicano. Más a<strong>de</strong>lante observó un grupo <strong>de</strong>presos que luchaba sobre una pirámi<strong>de</strong> <strong>de</strong> colchones <strong>de</strong>struidos,tratando <strong>de</strong> quedarse con el menos dañado. La Flor luchó comouna fiera contra <strong>los</strong> <strong>de</strong>más presos hasta hacerse a un pedazo <strong>de</strong>bulto con aspecto <strong>de</strong> estropajo.Con su paquete <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l brazo, La Flor llegó a su celda.Cuando cruzó la puerta se encontró con dos pintorescos presos<strong>de</strong> origen mexicano que en forma amable le señalaron el rincónque se convertiría <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese momento en su espacio. Al cabo<strong>de</strong> una larga charla con sus compañeros comprendió que en esesitio <strong>de</strong> reclusión <strong>los</strong> minutos serían horas, las horas días y <strong>los</strong>días semanas.300301


ReflexiónUnos meses <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> este doloroso periplo, La Flor regresóal FDC <strong>de</strong> Miami para ser presentado en la corte y recibir unanueva sentencia. Ese mismo día salió <strong>de</strong> la prisión con un rumboincierto, tan incierto como <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahora se dibujaba su vida. Estabasólo y ya no lo acompañaba nadie.Un hombre al que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> años atrás tenía i<strong>de</strong>ntificado comoun agente fe<strong>de</strong>ral, caminó hacia él y le preguntó:—La Flor era como te conocían, ¿verdad, muchacho? —indagóel agente.La Flor asintió con la cabeza, <strong>de</strong>sconfiado.—Bueno, comprendo tu silencio, tu nombre real es lo <strong>de</strong>menos. Lo que importa ahora es lo que quiero <strong>de</strong>cirte, la verdadlisa y escueta, clara como el agua, sin tapujos ni ro<strong>de</strong>os, <strong>de</strong> frentecomo <strong>de</strong>bes mirar ahora, con la cabeza en alto <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cumplirlea la justicia <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres. Yo sé <strong>de</strong> tu vida presente y pasada,hasta la <strong>de</strong> aquella época en que ganabas dinero a montones, <strong>de</strong>un modo poco habitual. Lo que sé <strong>de</strong> memoria es cómo terminaronesas leyendas. ¿Has oído hablar <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s barones <strong>de</strong> la302drogí como <strong>El</strong> Maxlcuno, Pablo Escobar, FabiüOchoa, OrlandoI luuuK'l capo <strong>de</strong> tupos ton (¡uk'ii compartiste tatitos unos, EfrafnI [ernán<strong>de</strong>z, <strong>los</strong> hermanos Castaño, lván Urdifíola y tantos otrosbuenos y mu<strong>los</strong> que lú conociste?—¿Qué quiere <strong>de</strong>cir usted? —le preguntó La Flor a aquelseñor que caminaba ahora a su lado.—¿Sabes, hijo? Unos eran buenos y otros eran ma<strong>los</strong>, muyma<strong>los</strong>, pero el individuo que a mí me parece bueno, a otros lespue<strong>de</strong> parecer malo. Esto es algo supremamente difícil <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r.En esta misma prisión vi a uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong>, que tenía encima muchosasesinatos. Era Nicolás Prieto, un sujeto con ía sangre como hielo,cruel y <strong>de</strong>spiadado, me consta. Sin embargo, cuando lo traté en lacárcel, ya preso, me pareció un hombre bueno. Yo lo acompañé ala corte el día <strong>de</strong> su sentencia, y lloró en mi hombro como si fueraun niño. Estaba tan arrepentido <strong>de</strong> cuánto mal había hecho que<strong>de</strong> haber estado en mis manos lo habría perdonado. Al cabo <strong>de</strong>algunos años murió en la cárcel.—¿Era un gran narcotraficante y a<strong>de</strong>más asesino? —replicóLa Flor.—Sí, era un asesino. Nicolás Prieto me contó toda su vida yes curioso ver cómo se parecen entre sí las vidas <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres.Este hombre emprendió la senda <strong>de</strong>l mal por causa <strong>de</strong> la miseriaen la que vivía y <strong>de</strong> una injusticia que un día cometieron conél. He escuchado muchas historias <strong>de</strong> las muertes y ven<strong>de</strong>ttas alinterior <strong>de</strong> <strong>los</strong> carteles y ni siquiera con estas canas que tengo enel pelo puedo alcanzar a enten<strong>de</strong>r lo que se <strong>de</strong>be sentir.—Indudablemente es muy <strong>de</strong>sagradable —reflexionó La Flor,—Por supuesto es muy <strong>de</strong>sagradable. Lo peor, muchacho,es que en ese mundo uno se acostumbra a todo, a lo agradable ya lo <strong>de</strong>sagradable. Otro, como Gustavo López, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> narcotraficanteera un gran criminal con la pistola en la mano. Seenfrentaba a cualquiera, yo lo conocí en este país y casi me tocapresenciar cuando lo mató otro narco al que consi<strong>de</strong>raba su amigo.A traición, naturalmente. ¿Sabes qué le dijo Gustavo al asesino?—continuó el agente.303


-¿Qué?—Gustavo López dijo textualmente: "GraclflSj amigo,me liasquitado un peso <strong>de</strong> encima". Las personas que pasaban por ahí enese momento oyeron y algunos <strong>de</strong> el<strong>los</strong> me contaron. Era cierto,aquel narcotraficante vivía amargado por el peso <strong>de</strong> su conciencia.Como le ocurría a mi amigo Car<strong>los</strong> Prieto, la muerte fue laliberación para el<strong>los</strong>. Con esto quiero <strong>de</strong>cirte que es fácil rodarpor una pendiente sin fondo, pero lo difícil y valeroso es salirse<strong>de</strong> ella. Ahí radica la diferencia, Cuando un hombre trafica conotro o con un grupo <strong>de</strong> personas <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>na una gran cantidad<strong>de</strong> circunstancias, inclusive las ven<strong>de</strong>ttas entre estos y la muerte<strong>de</strong> sus rivales. Parece como si una maldición <strong>de</strong> magia negra <strong>los</strong>persiguiera <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento en que empiezan a ascen<strong>de</strong>r.—Será porque así lo vivieron el<strong>los</strong>. A mí también me tocóvivir circunstancias que no afectaron mi espíritu,—Por eso estás libre, muchacho. Eso se dice fácilmente, hijo,pero en ese mundo lo difícil es cumplirlo, Mucha gente que estabacontigo en la prisión te ha visto salir. Esa gente se lo dirá aotros, luego esos otros a otros y así empiezas a sonar nuevamenteen la calle como si fueras una leyenda. Luego, algún resentidovociferará sobre ti o intentará eliminarte por la espalda. Tendrásque hacer algo o él te matará, y no creo que tú seas <strong>de</strong> <strong>los</strong> quehuyen, ¿compren<strong>de</strong>s?— ¿Qué quiere usted <strong>de</strong>cirme con todo esto? —preguntóLa Flor.—Te estoy dando un consejo, muchacho. Sencillamente te heexplicado cómo murieron Car<strong>los</strong> y Gustavo. Te puedo explicarmuchas cosas más <strong>de</strong> individuos que rodaron por la pendiente<strong>de</strong>l narcotráfico hasta terminar envueltos en las armas y quierotambién enseñarte el modo <strong>de</strong> escapar y no reincidir en ese fatídico<strong>de</strong>stino, que quizás la vida te tenga <strong>de</strong>parado.—-¿Hay un modo?—Sí, naturalmente. Te puedo contar muchas historias <strong>de</strong>hombres que lograron escapar a su <strong>de</strong>stino fatal. Diego Castro,Ramón Zapata, Jorge Serguera y muchos más, pero te voy a contar304la historia <strong>de</strong> M I Pui nt< i, un hombre que en un momento<strong>de</strong> su vida le <strong>de</strong>dica ni ntrcotráfico. Manuel era un hombre <strong>de</strong>armas lomar, viilirnn- ntmo él sólo... empezó como tú y terminóinmiscuyéndose en un problema que no le pertenecía. ManuelPuentes era un diablo con un arma en la mano, sacaba y tiraba <strong>de</strong>un modo increíble. Le tenía un miedo infinito a la muerte y portanto no les daba oportunidad a sus enemigos. Luchó en todaslas guerras <strong>de</strong>l narcotráfico y un día se encontró un oficial fe<strong>de</strong>ralque le dijo: "No tengo las suficientes pruebas para llevarte anteun juez pero las conseguiré,., más temprano que tar<strong>de</strong>. Vas mal,has contado con suerte y un día caerá el otro lado <strong>de</strong> la monedaporque tu fama corre muy aprisa". Manuel, un tanto asustado,preguntó qué podía hacer para evitar que eso sucediera. <strong>El</strong> oficialrespondió: "Pon tu sagacidad y experiencia al servicio <strong>de</strong> la ley.Ganarás poco dinero pero tu conciencia dormirá tranquila. No eslo mismo involucrarse en el narcotráfico por necesidad, caprichoo conveniencia".—Dígame una cosa, señor, ¿no es usted el oficial que le dioese consejo a Manuel Puentes? —preguntó La Flor, sagaz,—No. Yo fui quien lo recibió. Mi nombre era Manuel Puentes.305


-Los caídosDespués <strong>de</strong> que La Flor recobró su libertad, sucedieronmuchos acontecimientos que estremecerían el ya agitado narcomundoy evi<strong>de</strong>nciarían, una vez más, que el narcotráfico es elmayor proveedor <strong>de</strong> muertes en nuestro país.En septiembre <strong>de</strong> 2005 y víctima <strong>de</strong> las balas <strong>de</strong> Várela cayóPispis, aliado <strong>de</strong>l bando <strong>de</strong> Diego Montoya. Luego, el 15 <strong>de</strong> enero<strong>de</strong> 2007, el hermano consentido <strong>de</strong> Montoya, su mano <strong>de</strong>recha,fue capturado en una finca <strong>de</strong> <strong>El</strong> Dovio, Valle, cuando estabareunido con varios abogados estadouni<strong>de</strong>nses, entre el<strong>los</strong> IrwinLichter y Joaquín Pérez, con quienes discutía <strong>los</strong> términos <strong>de</strong> suentrega a la justicia <strong>de</strong> Estados Unidos.Pero el cálculo falló y como no contaba con que <strong>los</strong> organismos<strong>de</strong> inteligencia colombiana hicieran su trabajo, bajó la guardia.Las autorida<strong>de</strong>s le cayeron en la finca gracias a información suministradapor <strong>de</strong>latores que señalaron el sitio exacto <strong>de</strong> la reunión.Como si fuera poco, su selecto <strong>de</strong> grupo <strong>de</strong> escoltas entrenadoen Israel se esfumó apenas llegaron las patrullas.< U I,I IllltOl Í0 ni' "iii luilftl 1:1 <strong>de</strong> I leí llíliitlot mlmv. Biislilinante, RinyniH), i'Mntdiliulu ti [istmios Unidos el I L J ele ¡ulio <strong>de</strong> 2007,cuatro im-si-s ilcispncN <strong>de</strong> su <strong>de</strong>portación <strong>de</strong> Cuba. <strong>El</strong> capo fuepresentado en una corte don<strong>de</strong> la fiscal Bonnie Klapper —quienlo persiguió por más Je 12 años— lo acusó <strong>de</strong> narcotráfico.Tras unos meses <strong>de</strong> reclusión en la celda <strong>de</strong> castigo <strong>de</strong> unaprisión en Brooklyn, Rasguño <strong>de</strong>cidió contar todo y <strong>de</strong>lató aquienes en algún momento hicieron parte <strong>de</strong> su estructura mañosa.Esta confesión no le garantiza ningún tipo <strong>de</strong> beneficio porcooperación, pero sí evi<strong>de</strong>ncia que el cartel <strong>de</strong> <strong>los</strong> sapos es el mássólido <strong>de</strong> <strong>los</strong> carteles.Por el lado <strong>de</strong> Chupeta las cosas fueron parecidas. Por más<strong>de</strong> tres años las autorida<strong>de</strong>s le perdieron el rastro pero el mismoinformante que señaló el lugar <strong>de</strong> las caletas con dólares entregófotos y datos precisos que confirmaron que el narco se había modificadola cara para burlar a la policía y vivía en una urbanización<strong>de</strong> lujo en las afueras <strong>de</strong> Sao Paulo,Hasta que finalmente el 7 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 2007 las autorida<strong>de</strong>ssiguieron a la esposa <strong>de</strong> Chupeta y <strong>de</strong> esta manera lograron llegara la guarida <strong>de</strong>l capo, que no opuso resistencia y fue conducido auna prisión brasileña <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> hoy busca <strong>de</strong>sesperadamenteser extradkado para ingresar al único cartel que sobrevivió: el<strong>de</strong> <strong>los</strong> sapos.<strong>El</strong> último <strong>de</strong> estos gran<strong>de</strong>s capos que terminó tras las rejasfue Diego Montoya, quien no contaba con que el informante quedio pie a su captura tenía visa americana. <strong>El</strong> segundo hombremás buscado por el FBI cayó en el Valle en una operación <strong>de</strong>lEjército.Pasados <strong>los</strong> días mí teléfono no paraba <strong>de</strong> sonar. Todo el mundoquería saber si yo sabía algo sobre lo que estaba ocurriendoen Mérida, Venezuela: narcos, ex narcos, policías, ex policías,chismosos... todo el mundo.Como si fuera una premonición sobre el futuro <strong>de</strong> Várela, eluniverso parecía haberle jugado una mala pasada.306307


algún lugar di- su quoíldo Vulle dd < ¡ducfli un tactorilfl Í',IL'IIIÍ


,l mundo dd luuTomílico sataniza, maldice, amenaía yelimina a <strong>los</strong> <strong>de</strong>latores. \L\ gremio <strong>de</strong>l natCOtcáfico tlO ttianüjaprincipios y la amistad vale muy poco.<strong>El</strong> mensaje para <strong>los</strong> narcotraneantes en la presi<strong>de</strong>ncia actuales equivocadísimo porque el Gobierno acomodó las leyes a<strong>los</strong> caprichos <strong>de</strong> las auto<strong>de</strong>fensas. No se pue<strong>de</strong> reprochar que <strong>los</strong>n a rcotr arican tes armen ejércitos privados si entendieron que esla única opción viable para que el gobierno les preste atención.A<strong>de</strong>más siendo justos, no hay ninguna diferencia entre Várela oMacaco o entre Diego Montoya y Don Berna.Las auto<strong>de</strong>fensas encontraron a su mejor aliado en el presi<strong>de</strong>ntecon más aceptación y popularidad. <strong>El</strong> presi<strong>de</strong>nte Uribcconocía a <strong>los</strong> comandantes <strong>de</strong> las auto<strong>de</strong>fensas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la épocaen que fue gobernador <strong>de</strong> Antíoquía, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> fomentó ypatrocinó las famosas Convivir.<strong>El</strong> gobierno colombiano no suspen<strong>de</strong> las extradiciones <strong>de</strong> nacionalesa las cortes americanas para <strong>de</strong>mostrar su buena volunta<strong>de</strong>n la lucha contra el narcotráfico. De esta manera justifica la ayudaastronómica que brinda Estados Unidos. <strong>El</strong> único <strong>de</strong>talle es quelas agencias fe<strong>de</strong>rales están cansadas <strong>de</strong> que a sus cortes lleguennarcotraficantes <strong>de</strong> poca monta, mientras <strong>los</strong> gran<strong>de</strong>s capos siguenen el país intentando pasar como auto<strong>de</strong>fensas.Es vergonzoso lo que hace el Gobierno al reinsertar asesinos,narcotraficantes, <strong>de</strong>lincuentes y conce<strong>de</strong>rles perdón por <strong>los</strong> horrendosy abominables crímenes. Los dirigentes <strong>de</strong> las auto<strong>de</strong>fensasson hombres sin escrúpu<strong>los</strong>, amantes <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong>l dinero.Es lógico que las organizaciones al margen <strong>de</strong> la ley quieran firmarla paz con el Gobierno colombiano en estas condiciones.La lucha <strong>de</strong> <strong>los</strong> capos se trasladó a las selvas <strong>de</strong>l Chocó. LosMachos y Los Rastrojos combaten hombro a hombro por el control<strong>de</strong> tan importante región geográfica, con salida directa al océanoPacífico y por en<strong>de</strong> a costas vírgenes.Paralelo a esto las auto<strong>de</strong>fensas luchan por reinsertarse a lavida civil y completar así su metamorfosis en una fuerza política.Los narcos, por el contrarío, en <strong>de</strong>sbandada, llegando a las cortess, Llitoi ti <strong>de</strong> telar a sus vx iliidoi para Intentar suingreso al man .solido <strong>de</strong> lus cui'Uíli'N: el ele <strong>los</strong> sapos.La premunín es: ¿qué dcnuieslia esta historia? Nada, porquealre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l narconuiíulo todo sigue igual. Lo único para resáltalesque muy pocos se han atrevido a <strong>de</strong>nunciar a estas organizacionesnarcoterroristas.Es cierto que el narcotráfico es el peor enemigo <strong>de</strong> la sociedadcolombiana, pero también es cierto que todas las bel laquerías queocurren en mi país se las achacan a <strong>los</strong> narcotraficantes. ¡Québueno fuera que <strong>los</strong> altos funcionarios oficiales, que se enriquecena costa <strong>de</strong>l narcotráfico, también pagaran por sus crímenes.<strong>El</strong> país sólo cambiará el día que empecemos a llamar las cosaspor su nombre.Viendo las cosas por dos ángu<strong>los</strong> diferentes, podríamos <strong>de</strong>cirque el reto <strong>de</strong> acabar con el narcotráfico es más difícil <strong>de</strong> loque parece. Mientras el pueblo siga siendo hijo <strong>de</strong> la pobreza, lacorrupción, el <strong>de</strong>sempleo, la falta <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s y encuentreen el narcotráfico la única oportunidad <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> la miseria, <strong>los</strong>tentácu<strong>los</strong> <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito y la bacteria <strong>de</strong>l narcotráfico <strong>los</strong> contagiarásin remedio.Por otro lado, mientras no exista una verda<strong>de</strong>ra voluntad<strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s potencias para combatir, educar y controlar a susmillones <strong>de</strong> adictos, <strong>los</strong> países <strong>de</strong>l cono sur seguirán viviendoel <strong>de</strong>rrame <strong>de</strong> sangre y <strong>los</strong> conflictos propios <strong>de</strong> la chequera <strong>de</strong>lterrorismo. Hasta que esto no suceda la cocaína seguirá siendola reina <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> males.310111


ComentariosCuando empecé a escribir esta historia, algunos me <strong>de</strong>cíanloco, irresponsable y ególatra. Al tiempo, mis <strong>de</strong>tractores hicieronconciencia <strong>de</strong> la realidad. Uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong> dijo: "Quizás no logresmucho y finalmente las cosas no cambien, pero sentarás un prece<strong>de</strong>ntegrandísimo y mañana me sentiré orgul<strong>los</strong>o al reconocerque tuviste las pelotas que yo no tengo ni el miedo que yo hoysiento. Te apoyo".No han sido fáciles <strong>los</strong> últimos años <strong>de</strong> mi vida. Fui reprochado,recriminado, señalado y acusado por muchos amigos queme consi<strong>de</strong>raron objeto <strong>de</strong> vergüenza por haber reconocido miserrores, por atreverme a luchar contra <strong>los</strong> carteles déla droga con<strong>los</strong> que en otro momento <strong>de</strong>linquí.Todos esos que <strong>de</strong>cían llamarse mis amigos cuando se sentíanorgul<strong>los</strong>os <strong>de</strong> mí por amasar fortunas mal habidas, hoy merechazan y me señalan. Nadie me perdona el hecho <strong>de</strong> buscar enmi sometimiento una opción diferente <strong>de</strong> vida.312Aun ¡isi qnii ni t|Hi ••' I'.ni que ;i muí Ims loa llevo ftQ mi corazóu, que lo,s i11.1ii, i|Uf <strong>los</strong> ivaimlo y \cx agra<strong>de</strong>zco <strong>los</strong> bel<strong>los</strong>mámen<strong>los</strong> compui i idos.También quiero que tengan claro que no me arrepiento porquecreo que tuve et valor <strong>de</strong> <strong>de</strong>nunciar a <strong>los</strong> crimínales <strong>de</strong> mi país.Allí, don<strong>de</strong> la irracionalidad supera la conciencia ciudadana, escogíel camino que indicaba la estrella que brilló en mi interior.Quisiera algún día volver a Colombia, caminar por las calles<strong>de</strong> mi país, visitar a mis amigos <strong>de</strong> infancia, encontrarme con <strong>los</strong>compañeros <strong>de</strong>l colegio, volver a pisar las aulas <strong>de</strong> mi universidad,sentarme a comer un mango don<strong>de</strong> mi negra Bertha en Cali,saborear un chocolate en el esta<strong>de</strong>ro Los Ranchos <strong>de</strong>l kilómetro18 en la vía a Buenaventura, visitar la basílica <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> <strong>los</strong>Milagros en Buga y <strong>de</strong>cirle: "regresé, aquí estoy", disfrutar <strong>de</strong>una corrida en la plaza <strong>de</strong> toros Cañaveralejo, montar a caballoel 25 <strong>de</strong> diciembre en la apertura <strong>de</strong> la feria <strong>de</strong> mi ciudad y remataren la <strong>de</strong> Manizales. Caminar tranquilamente por el parque<strong>de</strong> Usaquén en el norte <strong>de</strong> Bogotá y comprarme alguna baratija<strong>los</strong> domingos en el mercado <strong>de</strong> las pulgas, comer en uno <strong>de</strong> <strong>los</strong>restaurantes <strong>de</strong> Juan <strong>de</strong>l Mar en La Heroica, asistir al reinado <strong>de</strong>belleza en Cartagena, tomar un vuelo rumbo a San Andrés y verel amanecer en el bar <strong>de</strong> Kela, montar en un carro en Me<strong>de</strong>llín ydar la vuelta por <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> <strong>de</strong>l oriente, celebrar mi cumpleañosen Andrés Carne <strong>de</strong> Res y apren<strong>de</strong>r a cocinar en Harry Sazón.¡Cuántos sueños!Quizás no alcance a conocer un país mejor cuando esté viejo,Des<strong>de</strong> algún lugar les voy a contar a mis nietos que ahí está mílegado, que lo intenté. Usted, que está sentado frente a este escrito,quizás me pueda ayudar con un granito <strong>de</strong> arena a construir unmundo mejor.Ojalá algún día las madres recuperen a sus hijos <strong>de</strong>saparecidosen este conflicto, <strong>los</strong> hijos a <strong>los</strong> padres, <strong>los</strong> hermanos a sus hermanos,<strong>los</strong> amigos a sus amigos y yo a muchos <strong>de</strong> <strong>los</strong> míos, entreel<strong>los</strong> a mi gran amiga, Adriana Villegas, a quien quiero rendirleun gran homenaje.313


La alegría di 1 su msim contagiftbi fl codoi Loa que tuvimosla fortuna <strong>de</strong> compartir con ella tan I os momentos helios. Dolidaestés quiero que sepas que tu recuerdo siempre: habitará en micorazón y fuiste en gran parte inspiración en mi vida. Mi errorlo pagué con humillaciones, indignidad, dolor, sufrimiento,cárcel y dinero. Le cumplí a la justicia <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres. A todoaquel a quien pu<strong>de</strong> haber hecho daño u ofendido le pido perdón.Lo único que quiero es vivir. Tengo dos hijos maravil<strong>los</strong>os poreducar y enseñarles que la vida está llena <strong>de</strong> cosas bellas, paraque no repitan mi historia.Sin duda, aún quedan verda<strong>de</strong>s ocultas al interior <strong>de</strong>l narcotráfico.Datos manipulados a ía opinión pública que les haríasospechar que lo que narro no es real. Muchas historias quedaronen el aire, sin indagar. Hechos que condujeron a nuevas alianzasen <strong>los</strong> carteles, hechos que generaron nuevas confrontaciones,hechos que podrían cambiar en algo el curso <strong>de</strong> la historia, hechosque en <strong>de</strong>terminado momento encendieron nuevas guerrasy nuevas esperanzas <strong>de</strong> humo blanco; hechos que hacen parte <strong>de</strong>esta nueva historia...Agra<strong>de</strong>cimientosPara escribir este libro fue indispensable nutrirme <strong>de</strong> fuentesreales. A todos el<strong>los</strong> mis agra<strong>de</strong>cimientos. Intenté honestamentecomparar la secuencia cronológica <strong>de</strong> <strong>los</strong> hechos que se planteany formarme a<strong>de</strong>más un juicio propio, tratando <strong>de</strong> escapar a <strong>los</strong>peligrosos extremos <strong>de</strong> la paranoia y la ingenuidad.Un agra<strong>de</strong>cimiento especial al agente Romedio Viola, aquelque un día me encontró en una celda temblando <strong>de</strong> frío y sequitó su suéter para arroparme. Ese día entendí que <strong>los</strong> oficialesfe<strong>de</strong>rales que luchan contra las drogas son seres humanos comocualquier otro, con fortalezas y <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s.A la fiscal Bonnie Klapper, que me ayudó y me dio la oportunidad<strong>de</strong> rehacer mi vida. A la madre <strong>de</strong> mis hijos, que un díame escribió una carta que <strong>de</strong>cía: "Si has luchado tanto para llegara la meta y llegaste hasta aquí, no <strong>de</strong>sfallezcas, son <strong>los</strong> últimosmetros para ganar nuestra carrera". Aquella noche entre mis cuatromuros, comprendí que no era sólo mi lucha, era la <strong>de</strong> todos <strong>los</strong>que me ayudaron. No tengo cómo pagarles.314315


Con mi soinciiniienUi ;i lu jusliciti y ton csic libro <strong>de</strong>seodirles un homenaje a mis padres, a mis hermanos, Q la dueña <strong>de</strong><strong>los</strong> pucheros, a la inigualable madre <strong>de</strong> mis hijos que siempre meacompañó por este doloroso camino. A mí luchador <strong>de</strong> zumo, ami palillo, a una hermosa ardilla que anda por ahí, al monstruo,y a todos <strong>los</strong> que me colaboraron.Sólo espero que el día que me muera por esto o alguna otracosa, en el epitafio <strong>de</strong> mi tumba quiero las siguientes palabras:"Aquí yace el aventurero y soñador que como <strong>los</strong> <strong>de</strong> antes crecióy vivió en este mundo y un día soñó con que su país fueramejor".índiceA la memoria <strong>de</strong> las víctimas inocentes, a <strong>los</strong> secuestrados y<strong>de</strong>saparecidos y a <strong>los</strong> que luchan día a día rectificando el camino.También a aquel<strong>los</strong> que transitaron mi misma senda, hermanadosen el dolor.3161 Nacimiento <strong>de</strong>l narcotráfico y su máximoexponente: Pablo Escobar 72 Los Pepes 183 Llora Andrés 204 Turbulencia extrema 275 Purga interna 336 Vientos <strong>de</strong> guerra 387 Tocó calentarlo un poquito 448 Todo está bien 539 Fuera <strong>de</strong> circulación 59lü Crossover o cambio <strong>de</strong> bando 6411 <strong>El</strong> cartel <strong>de</strong> <strong>los</strong> sapos 7312 Carta <strong>de</strong> presentación 8313 La versión Hollywood <strong>de</strong>l asunto 8614 La versión light <strong>de</strong>l asunto 9215 La Blítz Commíssion 10116 Esto es una maravilla 10917 White Collar Crime 11518 Criminal Complaint 11919 Crossover criollo 12620 Seputíóhvuelta 130317


21 No le di^tm 11 nadie I Í822 Esto es un simple formalismo I I /23 Sin retorno ]'>'>24 Visa S [6525 «¡Somos <strong>de</strong>lFBl!» 17026 Infarto fulminante 17727 Víctima <strong>de</strong> su propio invento 18428 Estos también quieren ir 18729 Yo no entrego mi gente 19230 La cruda realidad 20031 Hasta cuándo 21132 La empresa 21433 <strong>El</strong> caballito <strong>de</strong> batalla 22134 No bajar la guardia 23135 <strong>El</strong> Paraíso 23536 De palo en palo 23837 Judas Iscariote 24138 Guerra <strong>de</strong> alta intensidad 24539 Como caído <strong>de</strong>l cielo 25040 <strong>El</strong> que a hierro mata a hierro muere 25641 La muerte <strong>de</strong>l doble agente 26242 Colombianos perseguidos por gringos 26843 De visita en la Isla 27044 Caín y Abel 27245 <strong>El</strong> salón <strong>de</strong> las torturas 28146 <strong>El</strong> cartel <strong>de</strong> las auto<strong>de</strong>fensas 28547 La narcoagenda 28748 Rocketeer Influenced and Corrupt Organizations .... 28949 En esta esquina, Los Machos; en esta otra,Los Rastrojos 29250 <strong>El</strong> reencuentro 29651 <strong>El</strong> traslado 29852 United States Penitentíary USP 30053 Reflexión 30254 Los caídos 306(¡onclualones(¡omentarioíAgra<strong>de</strong>cí míen<strong>los</strong>318

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