Año 4 - Número 13 - Fundación del Patrimonio histórico de Castilla ...

LO INESPERADO> Viene de la página anteriorque en esto tampoco han faltado los desaprensivosque, haciendo de su capa un sayo, dieron (y dan)en tomar por suyo lo que ley en mano resulta inalienablepatrimonio común.Hallazgo, por ejemplo, debido a las obras el deSantibáñez de Béjar en 1990. Desescombrando unsolar amaneció una placa de caliza marmórea con elrelieve de una palmera, un par de arcos de herraduramás diversos elementos, entre los que destacandos figuras humanas, conjunto en el que se observansignificativas similitudes con lasiluminaciones de diferentes beatos.Frutode un paseo fue el encuentro deHuerta, en la vega del Tormes, dondela pizarra del caso refleja algo así comouna planta basilical. Con todo, el sucesoque se representa más pintoresco loprotagonizó un afanado arqueólogo,hará de ello bien poco tiempo, unatarde en que a impulsos de la curiosidadtomaba apuntes de una rareza enSan Vicente del Río Almar, mínimo caseríoen el término de Alconada, comarcade Peñaranda de Bracamonte,Salamanca, donde los largos inviernosson como selvas de sombras y los veranosincendios que no prenden por faltade combustible.Tomaba apuntes nuestro arqueólogo,cuando salió de su casa un buenhombre que, picado de curiosidad,probó a prender hebra, ¿y cómo poresta, si no está mal preguntarlo? Trabadaconversación al resguardo del portal,el arqueólogo mostró al paisano lamateria que le ocupaba: el alzado de una lápida funerariaromana, antesdeayer cimiento de un puentey, derribado este, folclórico adorno de una plazoletasin gracia.¿De ese careto guardo yo similares?, comentó elpaisano, encantado de tener con quien hablar;¿gusta verlas?, pues miralahí, añadió, señalandocon la punta de la bota dos placas de pizarra apoyadascontra la pared. Empezaba a declinar la tarde,se veía mal. A impulsos de una corazonada, aquelarqueólogo en trance de suerte supo apreciar enpenumbras bastante más de lo que algunos se obstinanen desconocer con luz. “Las tropecé en lahuerta, arando, y aquí las dispuse, por si le prestanla función a mi sobrina, que se acaba de casar, parala chimenea del chalet”.Asombrado, el arqueólogo apenas si le escuchaba;y es que no daba crédito a la aparición: lasorprendente escena de un caballo, una mujer contúnica y cinturón y las inconfundibles ondas deuna serpiente enroscada a la cabeza de un hombre,tradicional representación de los malos obispos estrangulandola fe verdadera. Escena que, concienzudamenteanalizada, permitiría a sus estudiosos,M. Santonja y M. Moreno, sustentar una hipótesisde lo más atractivo: la pizarra de San Vicente, dicen,quizás ilustre “pasajes del Apocalipsis” con variantesrespecto a los Beatos.Detalle de la escena que podría ilustrar un pasaje del Apocalipsis. Museo de SalamancaEn otras palabras, nos hallaríamos ante un eslabónfundamental para el apuntalamiento de unateoría tan atractiva como hasta el presente en el aire:la de que ya en época visigótica se compusieroncódices con dicho tipo de comentarios, tratándoseen consecuencia de un indicio fehaciente “de laexistencia de un ciclo apocalíptico de época visigoda,diferente al desarrollado posteriormente enlos Beatos”. Así pues, vértigo de cronologías yperspectivas nuevas.¿Realidad o deseo? Primigenias imágenes, y talvez hasta primigenias palabras, brotando entre lossurcos del trigo, fecunda cosecha del azar en estasduras tierras de cauces sin agua y campos que sepierden por el cielo, donde la mano del vendaval tantastardes se enseñorea y luego se extingue en la hondonadadel horizonte, geografía de secretos, espigasy fósforos hacia los adentros. Pedazos de aurora.ESTUDIO NODAL42 Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León