Alfredo Vilchis es un pintor y retablero de La ... - diasiete.com

LaAlfredo Vilchis es un pintor y retablero de La Lagunilla,en el DF, quien expondrá su obra en el Museo de Louvre.Geoffroy Plantier es un curador y corredor de arte queestá inundando París de orfebrería popular mexicana.Más allá de cualquier diferendo diplomático entre losgobiernos de sus países, ambos personajes llevan a cabouna especie de conquista cultural de la Ciudad Luz.conquistahormigade París30 31texto y fotos: Gabriela Gutiérrez M.

Las diferencias entre los presidentes Felipe Calderóny Nicolas Sarkozy, que llevaron a cancelar los eventosde El Año de México en Francia, no consiguieronfrustrar que la cultura popular mexicana lleguea la Ciudad Luz, a través de personajes como Geoffroy,curador y corredor de arte, y Alfredo Vilchis, pintory retablero de La Lagunilla, en el Distrito Federal,quien pronto expondrá su obra en el Museo de Louvre.Vilchis asegura que de habérsele permitidoser albañil, probablemente no se encontraría ahoraplaneando su exposición en el célebre Museo deLouvre, en París. No cuenta con ninguna instrucciónformal, sólo “la de la escuela de la vida, donde mesigo formando”, asegura.Con dificultades logró terminar el sexto deprimaria. Y fue la pérdida de su empleo comoobrero, hace 25 años, lo que lo llevó a aventurarseen la pintura: “Desde chamaco me gustaba pintar.Cuando me quedé sin trabajo me puse a hacer misminiaturas en cartón y en pedacitos de madera.Empezaba a caminar por Chapultepec, por la ZonaRosa y ahí las iba vendiendo”. Sus pasos, uno trasel otro, lo condujeron a La Lagunilla, ahí lo apodan“El pintor del barrio” –como firma sus obras– o “ElDavinchi de La Lagunilla”.En el tercer piso de una casa aún modesta,en la zona de Mixcoac, pero llena de color y genteque entra y sale, se encuentra “El Rincón de losMilagros”, su estudio, espléndidamente iluminadoy decorado con máscaras, cruces,libros y, por supuesto, muestrasde su obra por doquier.Empírico en la pintura, Vilchispresume entre sus maestrosa Frida Kahlo y Diego Rivera:“Intentando hacer sus cuadroses que me enseñé”. Orgulloso,advierte que en París sus 20obras serán exhibidas, en noviembre próximo, juntoa estos grandes del arte nacional.El ex voto es su especialidad y asegura haberpintado ya alrededor de cuatro mil retablos, cuya inmensamayoría, estima entristecido, se encuentran enel extranjero, Estados Unidos y Francia, principalmente.Entre sus reconocimientos, conserva con granafecto “El Ñero Causa” que le brindó el colectivoBarrio de Tepito, en la que fue su primera exposición,en 1999.Vilchis ha expuesto en París, Nueva York, Canadáy le han realizado ocho documentales, todosellos en el extranjero. “El último es de Bélgica.Empezó como un cortometraje, pero me acaban deavisar que ahora va a durar 2 horas con 8 minutos”.El pintor no esconde las lágrimas cuando se lepregunta: “¿Y a usted, qué milagro le han hecho?”. “¿Másmilagro que yo, una persona con sexto de primaria, ahoraexponga en el Louvre, junto a mis grandes maestros?”Sus temas son variados, sin restricciones, sin censura.Todo lo que pasa por el ojo del artista es digno deser convertido en un registro histórico, a través de susretablos. Desde la cornada a un torero, la lucha libre,la plegaria de una prostituta a la Virgen, hasta lasmuertas de Juárez, el ataque a las Torres Gemelas, elacuatizaje del avión de Nueva York en el río Hudsono el 11-M de Madrid. “Yo pienso que un hombre,por más cabrón que sea, o una mujer, por más ligeraque sea, tienen el mismo derecho que los demásde pedir un favor a dios o darle gracias a la virgeno a un santo”, explica convencido.Entre sus seguidores, Vilchis contó con el escritorCarlos Monsiváis, antiguo asiduo a La Lagunilla. “Cuandouno de mis cuadros le gustaba, ya no lo vendía”.Entre el camino de milagros y ex votos (un exvoto es una pintura que representa un hecho verídico,en el que el involucrado agradece la intercesión o milagrode algún santo) que ha caracterizado la vida deVilchis, también ha habido decepciones, como cuandoganó el Premio Antonio García Cubas con su serie LaRevolución Imaginada, la misma que ahora se expondráen el Louvre, y que en su momento pasó inadvertida:“Yo hubiera esperado que la obra fuera llevadapara exposición a otros estados, pero nadie nos llamó,nadie hizo nada. Yo le decía “La Revolución Olvidada”.Me dio tristeza y me dio coraje. Mientras que enel extranjero me la quieren comprar, yo quiero quese quede en mi país, que haga recorridos”.Vilchis se prepara para exportar, una vez más,sus milagros reflejados en arte y llevarlos al Museode Louvre.Las trabasEl gobierno mexicano se había fijado lameta de incrementar en 20 por cientolas exportaciones de México a Francia,que ascendieron en 2010 a sólo 500millones de dólares (una quinta parte delo que nuestro país consume del galo).“Traerme un contenedor de unatonelada de México cuesta alrededorde 4,000 euros más impuestos. Conozcogente que trae 500 kilos de Filipinasy paga alrededor de 300”, contrasta elfrancés Geoffroy Plantier.“Te voy a contar una frustraciónmía alrededor de este tema. Desde hacemás de cuatro años trato de encontrarla manera más económica de enviartriciclos mexicanos de carga. Estoyseguro de que puede tener un gran éxitoen Francia. Un triciclo cuesta en Méxicoalrededor de 180 euros; yo lo podríavender hasta en 1,200 o en 800 al mayoreoen las tiendas. Para traerlo, mecobran 1,000 dólares más IVA, ademásde que no llega a París. Por DHL la cotizaciónllega a 42 mil pesos. Todo el negociose lo chingan los transportistas”.33

Él es Tcho’fuaJoven, delgado, apuesto, egresado de la carrera de Historiay con estudios cinematográficos, Geoffroy Plantier–“Tcho’fua para los mexicanos”– señala con humorque encontró por accidente en los artículos mexicanossu verdadera oportunidad de hacer negocios.La historia se remonta cinco años atrás, cuandoal hacer una venta de garaje notó que los artículosque más rápido y mejor se vendieron eranlos mexicanos. “Entonces pensé que si los francesesestaban dispuestos a pagar por las cosas usadas,pagarían mejor por las que fueran nuevas”, recuerdaPlantier sobre los inicios de su empresa Cincode Mayo, en recuerdo a la batalla de Puebla, entremexicanos y franceses.Los antecedentes de Cinco de Mayo datan quizáde todavía más atrás, cuando Geoffroy se enamoróde una mexicana con la que vivió en París. Ellafue la primera en abrirle las puertas a la cultura denuestro país, y desde entonces el parisino quedóprendado del folclor, los colores y la comida.Ubicado en el centro de París, cerca de La Bastilla,una importante zona comercial y de boutiques, en sudepartamento se respira lo mexicano, desde los libros,los adornos y las cervezas en el refrigerador.En la misma área se encuentran la mayorparte de las boutiques a las interesadas en hacerde lo mexicano una tendencia de moda. En ellasse pueden encontrar muñecos de luchador o bolsasde mimbre con el rostro de Frida Kahlo estampado,que en la capital del país se encuentran en 15 y 25pesos, respectivamente, mientras que en las boutiquesde la Ciudad Luz se consiguen en 8 y 13 euros,es decir, casi 1,000 por ciento más caros.A sus 28 años, Plantier domina el español“y el mexicano”, el cual denota de manera naturalcon un vocabulario. Pero en París no llama laatención por eso, sino por su peculiar vehículo: untriciclo de carga, tipo “tamalero”. “Aquí jamás habíanvisto uno así. Al principio muchos me paraban parapreguntarme de dónde lo había sacado y les dabarisa verme en él”, recuerda Geoffroy, “pero para mí,es justo lo que necesito. La mayoría de las boutiquesa las que vendo están en esta zona y tenerun coche en París es sumamente caro”.Cultura de exportación“Me gusta mucho México. Estoy enamorado de México”,dice Tcho’fua, mientras extrae de su libreroalgunos volúmenes sobre Tepito y la lucha libre.“Todo lo que vendo, lo ofrezco con mucho respeto”.Máscaras de luchadores, imágenes de San JudasTadeo o la Virgen María, libros, bolsas con laimagen de Frida Kahlo y juguetes comprenden elcatálogo de productos de Geoffroy, los cuales hasabido colocar en 15 boutiques del centro de París.Además de comercializar con ellos, Geoffroy seencarga de fomentar a jóvenes artistas de Tepito34

y La Lagunilla, con la exposición de sus retablos enpequeñas galerías y en bares, en donde las piezasalcanzan desde 80 hasta 300 euros. De esto, el parisinose queda con entre el 20 y 30 por ciento, y elresto se lo hace llegar al artesano. “Se ponen felices,porque en México los venden en 150 y 300 pesos”.Su catálogo comprende más de 200 productos mexicanos.Desde ex votos –como los de Vilchis–, retablos,máscaras, juguetes mexicanos, hasta todo aquello que seencuentra en los puestos de cosas usadas a los que sucreatividad le ayuda a sacar el máximo partido.Su última apuesta está en los viejos controlesde videojuegos, los cuales consigue en 30 pesos y enParís, los adhiere a las hebillas de cinturones y seencuentran hasta en 20 euros en las tiendas.Sobre sus ventas netas, Plantier prefirió no darcifras exactas, aunque su departamento en una delas zonas céntricas y comerciales revela que no le vanada mal. “Tengo épocas de oro y otras épocas demierda. Es el precio de la libertad”, dijo.Cada vez que viaja a México gasta entre 50mil y 160 mil pesos; de eso, la mayor parte vaa la compra de productos, los cuales comercializaen Francia por dos o tres veces su costo original.Competencia de OrienteEl mercado para los artículos mexicanos ha ido encrecimiento, sobre todo en las últimas dos décadas,oportunidad que China ha sabido aprovechar, puesahora, asegura Geoffroy, los intermediarios francesesimportan las máscaras de luchador desde estepaís de Oriente.“Tuve un socio que quería hacer máscaras delucha libre en China. Decía, con razón, que ibaa salir más barato y con menos problemas. Hoy,ya las hacen en China... Ahora se encuentran portodos lados, hasta en los supermercados. Poner estasmáscaras en supermercados es un error. Quitala esencia del producto. Este objeto es un productode la contracultura, no de masas. La gente se vaa cansar. Pero a mí no me interesa trabajar conChina. Lo que me interesa en este negocio es lacultura mexicana y andar por acá, tomarme unachela y unos tacos, irme a La Merced de compras”,asegura Plantier.Además del precio de producción, los paísesasiáticos cuentan con otra ventaja sobre los exportadoresmexicanos: los costos de transportación.“Traigo más de 200 objetos diferentes, tendríaque etiquetarlos para poder exportarlos adecuadamente,lo que toma mucho tiempo, cosa que yo notengo, pues cuando voy a México sólo estoy ahí porunos días y termino haciendo compras de últimominuto. Hay mucha incompetencia y mucha malavibra en este negocio de transporte”.En este contexto, tras diversas gestiones diplomáticasfallidas, así como por parte de representantesde la cultura, tanto franceses como mexicanos,se canceló El Año de México en Francia, el cual pretendía,a través de 300 manifestaciones culturales,impulsar la imagen de nuestro país en la nacióngala, así como el intercambio comercial.¿El motivo? La postura del presidente NicolasSarkozy con respecto al caso de la francesa FlorenceCassez, sentenciada a 60 años de cárcel por el delitode secuestro en México.Ampliamente criticado, Sarkozy advirtió quecada evento, en el marco de las actividades deEl Año de México en Francia, recordaría a Cassez,lo que llevó a que su homólogo mexicano, FelipeCalderón Hinojosa, cancelara la participación denuestro país.Aunque se estima que las pérdidas económicasson “incuantificables” –pues habría que considerarreservaciones de hotel y de avión canceladas, asícomo la derrama económica que hubiera generado elencuentro de ambas naciones–, de entrada se desperdicióel presupuesto original de 50 millones de euros,a cubrir en partes iguales por México y Francia.Plantier reconoce que la actual crisis bilaterallo ha afectado, así como a otros conocidos suyosque planeaban aprovechar las actividades del evento:“Las pendejadas diplomáticas que hizo mi país meafectan y afectan a todos los artistas que esperabantrabajar en este evento. No apoyo a mi presidentey entiendo muy bien la reacción de México. Así sonlas cosas... ¡C’est la vie, c’est la vie! Trataremos desobrevivir a esta pinche crisis”.Alfredo Vilchis ha expuestoen París, NuevaYork, Canadá y le hanrealizado ocho documentales,todos ellosen el extranjero... Todolo que pasa por el ojodel artista es digno deser convertido en un registrohistórico, a travésde sus retablos. Desdela cornada a un torero,la lucha libre, la plegariade una prostituta a lavirgen, hasta las muertasde Juárez, el ataquea las Torres Gemelas,el acuatizaje del aviónde Nueva York en el ríoHudson o el 11-M deMadrid...37