Desigualdad Social y Equidad en Salud: Perspectivas Internacionales
Desigualdad Social y Equidad en Salud: Perspectivas Internacionales Desigualdad Social y Equidad en Salud: Perspectivas Internacionales
mujeres médicas valoran especialmente dedicarle más tiempo a los pacientes porconsulta, realizar mas preguntas, motivo por el cual reciben mas información tantode los pacientes varones como de las pacientes mujeres. (Hall, J, Irish, J., Roter, D.,Ehrlich, C., Miller, L 1994) (Tájer y col. 2002).Se evidencia en los médicos a cargo de jefaturas una mirada de los fenómenosdesde una perspectiva global y abarcativa que incluye elementos ligados a loorganizativo, que les permite jerarquizar importancia de la participación deresidentes y concurrentes en los servicios durante las 24 horas, lo cual beneficia lacalidad de atención por la disponibilidad permanente. Por otra parte si bien tantoen el sector público como en el privado, los recursos humanos son consideradoscomo de muy buena calidad, la diferencia entre en ambos sectores, se evidencia enla falta de insumos y tecnología del sector público. Por su parte los médicos quetrabajan en hospitales de comunidad destacan especialmente la falta de tiempo paralas diferentes funciones que su rol requiere.Con respecto a la toma de decisiones diagnósticas y terapéuticas se pudo observarque el hecho de que la enfermedad coronaria sea más prevalente en varones, sumadoa que la misma patología en mujeres tiene un modo de presentación más inespecíficoson factores que inciden en el comportamiento médico. Esto se debe a que se tiendea adoptar una conducta única en relación a los síntomas coronarios y estos son enreferencia a como se presentan los mismos en los varones, desestimando la especificidadde las mujeres para la misma enfermedad. Se evidencia la dificultad para pensar yactuar clínicamente según la especificidad del modo de enfermar de cada grupo,motivo por el cual la diferencia tiende a transformarse en inequidad en la calidad deatención. Esto se debe a lo que se describe como "Yentl Syndrom" (Healey, 1991),“síndrome” que determina que en salud las mujeres deban comportarse, enfermarsey consultar como hombres, como precio histórico para la equidad en la calidadde atención, pues ser o enfermarse diferente que los hombres es ser tratado comopaciente de segunda clase. Porque la mera diferencia se transforma en inequidadsiendo que las mujeres, como en el caso de las cardiopatías “debieran” enfermar dela misma manera que los varones para que sean tratadas equitativamente.Asimismo, se detectó que la “naturalización” del rol de los pacientes varonescomo proveedores familiares presente tanto en el “imaginario medico”, como en lospacientes, determina que las conductas médicas focalicen sus esfuerzos en propiciarla pronta recuperación en los varones para que puedan reinsertarse muy rápidamenteen el trabajo. Esta naturalización invisibiliza el menor permiso que tienen los varonespara jugar su “rol de enfermos”, generando mayores riesgos diferenciales fruto de lapresión social para los mismos (Tájer D y col, 1998).Por otro lado, la presentación inespecífica de los síntomas coronarios suelen crearsub registro de esta patología en las mujeres, sumado a que tanto los médicos comolas médicas señalan que las pacientes mujeres son más quejosas generalmente y esodificulta el interrogatorio médico. Asimismo, los/as médicos/as detectan dificultadTajer, Cernadas, Barrera, Reid, Lo Russo, Gaba, Attardo95
en las mujeres para realizar consultas precoces en esta área, puesto que no se piensancomo grupo de riesgo dado que el imaginario colectivo identifica a las enfermedadescoronarias como privativa de los varones y suelen estar más entrenadas para detectary consultar por enfermedades del aparato reproductivo.Estos sesgos médicos sumado al modo de consulta referido de las mujeres redundaen un diagnóstico más tardío de la problemática coronaria en las mismas. Estotiene como efecto un aumento del riesgo debido a que se trata de una patologíadonde la intervención precoz da como resultado, mejores posibilidades pronósticas,constituyéndose en una fuente de inequidad en la calidad de atención para lasmujeres.Por otra parte resulta significativo, que tanto los médicos como las médicas,carezcan de formación para utilizar información relativa a aspectos ligados acaracterísticas de personalidad y conducta relativa a la pertenencia a un colectivogenérico femenino o masculino que tiene impacto en la práctica médica, aun cuandoen el nivel del relato de la experiencia utilizan este tipo de caracterización. Estoevidencia la necesidad de capacitación específica en conocimientos sobre género ysubjetividad ligados al proceso salud–enfermedad -atención en estos/as profesionalesque pudieran colaborar con generar mejores grados de equidad de género en lacalidad de atención.El hecho de que las mujeres consulten más tempranamente en los servicios desalud, es explicado en términos generales debido a una vivencia diferente de lamujer de su propio cuerpo, relacionado con una sensibilidad ligada a la conexióncon los ciclos hormonales. Este fenómeno es atribuido a hechos de la “biología”femenina, no considerándose su relación con un aprendizaje temprano de acceso alos servicios de salud dado por el proceso de medicalización temprana del cuerpofemenino ligado al desarrollo de las capacidades reproductivas. Esta forma devisualizar el fenómeno no les permite captar la paradoja de que aunque consultanen general más y más temprano en los servicios de salud en general, esto no esasí en los servicios de cardiología. Para explicar el hecho de los varones consultenmás tempranamente, señalan que los varones tienen menor umbral de dolor que lasmujeres. Pudiéramos plantear que estos hechos serán mejor explicados desde unparadigma de la complejidad que de cuenta de las multideterminación de este tipode fenómenos, más que de un paradigma biologicista (Tájer D, 2003). ¿Como seríaposible explicar sino que los varones caracterizados como más miedosos y con mássensibilidad frente al padecimiento del dolor puedan estar tan desconectados conel cuidado por su cuerpo, tal como se describe usualmente? Y en ese sentido ¿Cómosería posible entender qué las mujeres que se cuidan y consultan más en general,consulten menos en cardiología desde una explicación más compleja que la de unumbral más alto para tolerar el dolor?En general los/as entrevistados/as suelen afirmar que las mujeres acatan y adhierenmás al tratamiento que los varones. Las mujeres son más obedientes y tratan de96 Equidad de género en la Calidad de Atención de Pacientes Cardiovasculares
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mujeres médicas valoran especialm<strong>en</strong>te dedicarle más tiempo a los paci<strong>en</strong>tes porconsulta, realizar mas preguntas, motivo por el cual recib<strong>en</strong> mas información tantode los paci<strong>en</strong>tes varones como de las paci<strong>en</strong>tes mujeres. (Hall, J, Irish, J., Roter, D.,Ehrlich, C., Miller, L 1994) (Tájer y col. 2002).Se evid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los médicos a cargo de jefaturas una mirada de los f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>osdesde una perspectiva global y abarcativa que incluye elem<strong>en</strong>tos ligados a loorganizativo, que les permite jerarquizar importancia de la participación deresid<strong>en</strong>tes y concurr<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> los servicios durante las 24 horas, lo cual b<strong>en</strong>eficia lacalidad de at<strong>en</strong>ción por la disponibilidad perman<strong>en</strong>te. Por otra parte si bi<strong>en</strong> tanto<strong>en</strong> el sector público como <strong>en</strong> el privado, los recursos humanos son consideradoscomo de muy bu<strong>en</strong>a calidad, la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre <strong>en</strong> ambos sectores, se evid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>la falta de insumos y tecnología del sector público. Por su parte los médicos quetrabajan <strong>en</strong> hospitales de comunidad destacan especialm<strong>en</strong>te la falta de tiempo paralas difer<strong>en</strong>tes funciones que su rol requiere.Con respecto a la toma de decisiones diagnósticas y terapéuticas se pudo observarque el hecho de que la <strong>en</strong>fermedad coronaria sea más preval<strong>en</strong>te <strong>en</strong> varones, sumadoa que la misma patología <strong>en</strong> mujeres ti<strong>en</strong>e un modo de pres<strong>en</strong>tación más inespecíficoson factores que incid<strong>en</strong> <strong>en</strong> el comportami<strong>en</strong>to médico. Esto se debe a que se ti<strong>en</strong>dea adoptar una conducta única <strong>en</strong> relación a los síntomas coronarios y estos son <strong>en</strong>refer<strong>en</strong>cia a como se pres<strong>en</strong>tan los mismos <strong>en</strong> los varones, desestimando la especificidadde las mujeres para la misma <strong>en</strong>fermedad. Se evid<strong>en</strong>cia la dificultad para p<strong>en</strong>sar yactuar clínicam<strong>en</strong>te según la especificidad del modo de <strong>en</strong>fermar de cada grupo,motivo por el cual la difer<strong>en</strong>cia ti<strong>en</strong>de a transformarse <strong>en</strong> inequidad <strong>en</strong> la calidad deat<strong>en</strong>ción. Esto se debe a lo que se describe como "Y<strong>en</strong>tl Syndrom" (Healey, 1991),“síndrome” que determina que <strong>en</strong> salud las mujeres deban comportarse, <strong>en</strong>fermarsey consultar como hombres, como precio histórico para la equidad <strong>en</strong> la calidadde at<strong>en</strong>ción, pues ser o <strong>en</strong>fermarse difer<strong>en</strong>te que los hombres es ser tratado comopaci<strong>en</strong>te de segunda clase. Porque la mera difer<strong>en</strong>cia se transforma <strong>en</strong> inequidadsi<strong>en</strong>do que las mujeres, como <strong>en</strong> el caso de las cardiopatías “debieran” <strong>en</strong>fermar dela misma manera que los varones para que sean tratadas equitativam<strong>en</strong>te.Asimismo, se detectó que la “naturalización” del rol de los paci<strong>en</strong>tes varonescomo proveedores familiares pres<strong>en</strong>te tanto <strong>en</strong> el “imaginario medico”, como <strong>en</strong> lospaci<strong>en</strong>tes, determina que las conductas médicas focalic<strong>en</strong> sus esfuerzos <strong>en</strong> propiciarla pronta recuperación <strong>en</strong> los varones para que puedan reinsertarse muy rápidam<strong>en</strong>te<strong>en</strong> el trabajo. Esta naturalización invisibiliza el m<strong>en</strong>or permiso que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> los varonespara jugar su “rol de <strong>en</strong>fermos”, g<strong>en</strong>erando mayores riesgos difer<strong>en</strong>ciales fruto de lapresión social para los mismos (Tájer D y col, 1998).Por otro lado, la pres<strong>en</strong>tación inespecífica de los síntomas coronarios suel<strong>en</strong> crearsub registro de esta patología <strong>en</strong> las mujeres, sumado a que tanto los médicos comolas médicas señalan que las paci<strong>en</strong>tes mujeres son más quejosas g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te y esodificulta el interrogatorio médico. Asimismo, los/as médicos/as detectan dificultadTajer, Cernadas, Barrera, Reid, Lo Russo, Gaba, Attardo95