Oralidad y literatura oral - Portal de la Cultura de América Latina y el ...

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11.07.2015 Views

Oralidad y literatura oralAdolfo Colombres (Argentina)Antropólogo y escritorLa entusiasta aceptación de las ventajasde la escritura impidió, hasta épocasrecientes, comprender la magnitud desus limitaciones, y produjo unadesvalorización apresurada y acrítica dela oralidad, cuyas sutilezas técnicasrecién están siendo estudiadas en todasu complejidad, especialmente en África.Pero el vehículo fundamental de lacultura no es la escritura, sino la lengua.Ella, de por sí, ha sido capaz de permitirla trasmisión cultural durante siglos ymilenios. El lenguaje es un fenómenoprincipalmente oral, pues de las miles delenguas que se hablaron a lo largo de lahistoria de la humanidad, solo cientoseis se plasmaron por escrito en un gradosuficiente para producir una literaturade este tipo, y la mayoría de ellas nollegó a la escritura. De las tres millenguas que hoy existen, nos dice WalterOng, solo setenta y ocho poseen una1literatura escrita.Claro que no se debe confundir la oralidad comosistema de trasmisión con la literatura oral, que esuna parte de ella, aunque una parte privilegiada.Para la gente que solo se comunica con la voz, estallega a tener una intensidad y significados quedifícilmente podrán comprender los que hancrecido en la tradición de la escritura, y más aún lasvíctimas de la banalización de la palabra producidaen buena medida por los nuevos medios y lapublicidad. Es que en una cultura oral primaria, laexistencia de la palabra radica solo en el sonido. Lairrupción de la escritura en dicho sistema noaparejará su inmediato colapso, pues la experienciaha mostrado ya que se sigue privilegiando pormucho tiempo la percepción auditiva del mensaje.Solo un sistema de escritura ya consolidado llega aprivilegiar la percepción visual del mensaje. Alparecer, ambas formas de comunicación lingüísticano pueden coexistir en una situación de igualdad,desarrollando ambas la plenitud de sus recursos.Siempre el sistema de la escritura tiende a dominaral de la oralidad, inhibiendo sus recursos, a pesar deque la enorme mayoría de las culturas son orales.Pero ¿se puede hablar con propiedad de unaliteratura oral? El término "literatura", se sabe,viene del latín littera, que significa la letra delalfabeto. A Walter Ong le parece monstruoso hablarde una literatura oral, pues sería referirse a una cosaen términos de otra, algo así como definir al caballo2como un automóvil sin ruedas. Aun más, se-15

<strong>Oralidad</strong> y <strong>literatura</strong> <strong>oral</strong>Adolfo Colombres (Argentina)Antropólogo y escritorLa entusiasta aceptación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ventajas<strong>de</strong> <strong>la</strong> escritura impidió, hasta épocasrecientes, compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong> magnitud <strong>de</strong>sus limitaciones, y produjo una<strong>de</strong>svalorización apresurada y acrítica <strong>de</strong><strong>la</strong> <strong>oral</strong>idad, cuyas sutilezas técnicasrecién están siendo estudiadas en todasu complejidad, especialmente en África.Pero <strong>el</strong> vehículo fundamental <strong>de</strong> <strong>la</strong>cultura no es <strong>la</strong> escritura, sino <strong>la</strong> lengua.El<strong>la</strong>, <strong>de</strong> por sí, ha sido capaz <strong>de</strong> permitir<strong>la</strong> trasmisión cultural durante siglos ymilenios. El lenguaje es un fenómenoprincipalmente <strong>oral</strong>, pues <strong>de</strong> <strong>la</strong>s miles <strong>de</strong>lenguas que se hab<strong>la</strong>ron a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> <strong>la</strong>historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> humanidad, solo cientoseis se p<strong>la</strong>smaron por escrito en un gradosuficiente para producir una <strong>literatura</strong><strong>de</strong> este tipo, y <strong>la</strong> mayoría <strong>de</strong> <strong>el</strong><strong>la</strong>s nollegó a <strong>la</strong> escritura. De <strong>la</strong>s tres millenguas que hoy existen, nos dice WalterOng, solo setenta y ocho poseen una1<strong>literatura</strong> escrita.C<strong>la</strong>ro que no se <strong>de</strong>be confundir <strong>la</strong> <strong>oral</strong>idad comosistema <strong>de</strong> trasmisión con <strong>la</strong> <strong>literatura</strong> <strong>oral</strong>, que esuna parte <strong>de</strong> <strong>el</strong><strong>la</strong>, aunque una parte privilegiada.Para <strong>la</strong> gente que solo se comunica con <strong>la</strong> voz, estallega a tener una intensidad y significados quedifícilmente podrán compren<strong>de</strong>r los que hancrecido en <strong>la</strong> tradición <strong>de</strong> <strong>la</strong> escritura, y más aún <strong>la</strong>svíctimas <strong>de</strong> <strong>la</strong> banalización <strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra producidaen buena medida por los nuevos medios y <strong>la</strong>publicidad. Es que en una cultura <strong>oral</strong> primaria, <strong>la</strong>existencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra radica solo en <strong>el</strong> sonido. Lairrupción <strong>de</strong> <strong>la</strong> escritura en dicho sistema noaparejará su inmediato co<strong>la</strong>pso, pues <strong>la</strong> experienciaha mostrado ya que se sigue privilegiando pormucho tiempo <strong>la</strong> percepción auditiva <strong>de</strong>l mensaje.Solo un sistema <strong>de</strong> escritura ya consolidado llega aprivilegiar <strong>la</strong> percepción visual <strong>de</strong>l mensaje. Alparecer, ambas formas <strong>de</strong> comunicación lingüísticano pue<strong>de</strong>n coexistir en una situación <strong>de</strong> igualdad,<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>ndo ambas <strong>la</strong> plenitud <strong>de</strong> sus recursos.Siempre <strong>el</strong> sistema <strong>de</strong> <strong>la</strong> escritura tien<strong>de</strong> a dominaral <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>oral</strong>idad, inhibiendo sus recursos, a pesar <strong>de</strong>que <strong>la</strong> enorme mayoría <strong>de</strong> <strong>la</strong>s culturas son <strong>oral</strong>es.Pero ¿se pue<strong>de</strong> hab<strong>la</strong>r con propiedad <strong>de</strong> una<strong>literatura</strong> <strong>oral</strong>? El término "<strong>literatura</strong>", se sabe,viene <strong>de</strong>l <strong>la</strong>tín littera, que significa <strong>la</strong> letra <strong>de</strong><strong>la</strong>lfabeto. A Walter Ong le parece monstruoso hab<strong>la</strong>r<strong>de</strong> una <strong>literatura</strong> <strong>oral</strong>, pues sería referirse a una cosaen términos <strong>de</strong> otra, algo así como <strong>de</strong>finir al caballo2como un automóvil sin ruedas. Aun más, se-15


gún él, se estaría presentando a <strong>la</strong><strong>oral</strong>idad como una variante <strong>de</strong> <strong>la</strong>escritura. Des<strong>de</strong> un purismoconceptual esto pue<strong>de</strong> ser cierto,pero <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras no son so<strong>la</strong>mentesu etimología. Más que esta,importan los significados quehistóricamente se les asignaron, loque tienen <strong>de</strong> exclusivo e inclusivo,<strong>de</strong> prestigioso y oprobioso. LasB<strong>el</strong><strong>la</strong>s Letras, como más a<strong>de</strong><strong>la</strong>nteveremos, <strong>de</strong>finen con un sentidoexcluyente, <strong>de</strong> dominación, <strong>la</strong>producción narrativa y lírica <strong>de</strong> <strong>la</strong>sculturas <strong>oral</strong>es, <strong>la</strong> que resulta asísegregada y puesta al <strong>la</strong>do <strong>de</strong> lossubproductos literarios <strong>de</strong>l sistemadominante. Si se quiere reivindicar<strong>la</strong> dignidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> producciónnarrativa y lírica <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>oral</strong>idad, nose pue<strong>de</strong> renunciar a ese baluartecon prestigio que <strong>de</strong>vino <strong>el</strong>concepto <strong>de</strong> <strong>literatura</strong> tan solo porun prurito etimológico.La expresión "<strong>literatura</strong> <strong>oral</strong>" fuecreada por Paul Sébillot, quien <strong>la</strong>utilizó por primera vez en unarecopi<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> re<strong>la</strong>tos <strong>de</strong> <strong>la</strong> AltaBretaña que publicó en 1881.Reunía allí mitos, leyendas,cuentos, proverbios, cantos y otrosgéneros <strong>de</strong>l acervo <strong>oral</strong> tradicional.Abandonar este concepto parahab<strong>la</strong>r <strong>de</strong> "<strong>oral</strong>itura", como intentanalgunos, es guardar a dichaproducción en una gaveta quedifícilmente será incluida en loartístico. Walter Ong propone <strong>la</strong>expresión verbal arts forms (o sea,artes verbales), como un términounificador <strong>de</strong> <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra <strong>literatura</strong>(<strong>la</strong> escrita) y lo que él <strong>de</strong>nominavoicings (sonorizaciones), es <strong>de</strong>cir,<strong>la</strong> <strong>oral</strong>idad <strong>de</strong> contenido artístico.Pero no llegará seguramente ageneralizarse, pues <strong>de</strong> ningún modo<strong>la</strong> <strong>literatura</strong> escrita, con <strong>el</strong> espaciosocial que ganó en Occi<strong>de</strong>nte,acce<strong>de</strong>rá a compartir <strong>la</strong> mesa<strong>de</strong>l banquete con tales voicings, alos que consi<strong>de</strong>ra un material pocoe<strong>la</strong>borado. Por otra parte, dichovocablo resulta asimismo pobre,pues privilegia <strong>el</strong> aspecto <strong>de</strong>lsonido, <strong>de</strong>jando afuera a los<strong>el</strong>ementos <strong>de</strong> otra naturaleza que locomplementan y aseguran sueficacia, <strong>de</strong> los que se hab<strong>la</strong>rá en <strong>el</strong>próximo capítulo.Al reafirmar <strong>el</strong> concepto <strong>de</strong><strong>literatura</strong> <strong>oral</strong>, queremos <strong>de</strong>cirtambién que lo literario no <strong>de</strong>be ser<strong>de</strong>finido por <strong>la</strong> expresión narrativa ylírica en sí, al margen <strong>de</strong>l sistemapor <strong>el</strong> que se canaliza (<strong>oral</strong> oescrito). Ello facilita también e<strong>la</strong>bordaje a <strong>la</strong> <strong>literatura</strong> popu<strong>la</strong>r, quepue<strong>de</strong> ser <strong>oral</strong> o escrita, y esta últimaresultar <strong>de</strong> una escritura directa (porejemplo, <strong>la</strong> <strong>literatura</strong> <strong>de</strong> cor<strong>de</strong>l <strong>de</strong>lNor<strong>de</strong>ste brasileño) o bien <strong>de</strong> unatranscripción <strong>de</strong> un discurso <strong>oral</strong>realizada por un compi<strong>la</strong>dor.16


Pero incluso <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra texto,que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong>s corrientestextualistas se refiere a un cuerpo<strong>de</strong> escritura, se origina en <strong>el</strong>sistema <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>oral</strong>idad. Texto viene<strong>de</strong> tejer, y guarda más re<strong>la</strong>cióncon los mecanismos <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>oral</strong>idadque con los fríos grafismos<strong>de</strong> <strong>la</strong> escritura. El discurso <strong>oral</strong>ha sido consi<strong>de</strong>rado por muchasculturas como un tejido que setrama, o como algo que se cose.En griego, <strong>el</strong> verbo cantarpue<strong>de</strong> ser traducido comocoser canciones. Y tejer, coser,es unir, cosa propia <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>oral</strong>idad.La escritura y lo impreso,por <strong>el</strong> contrario, aís<strong>la</strong>n,<strong>de</strong>scosen, <strong>de</strong>stejen y por lotanto <strong>de</strong>scontextualizan. Seña<strong>la</strong>Walter Ong que no existeen ninguna lengua un nombre oconcepto colectivo para los lectores3que corresponda al <strong>de</strong> auditorio. »Es que <strong>la</strong> vista aís<strong>la</strong>, así como <strong>el</strong>oído une. El alma <strong>de</strong> una cosa pue<strong>de</strong>estar en una forma visual, pero aveces esta resulta engañosa. Elsonido, en cambio, parece registrarcon mayor fi<strong>de</strong>lidad <strong>la</strong> naturaleza<strong>de</strong>l cuerpo que lo produce, sea cosainanimada o persona. Para los queestán inmersos en <strong>el</strong> sistema <strong>de</strong> <strong>la</strong><strong>oral</strong>idad, e incluso también para loshabituados a <strong>la</strong> escritura, <strong>la</strong>sresonancias <strong>de</strong> <strong>la</strong> voz dan cuenta <strong>de</strong><strong>la</strong>s cualida<strong>de</strong>s intrínsecas <strong>de</strong> <strong>la</strong>spersonas, con escaso margen <strong>de</strong>error.La expresión <strong>oral</strong> reúne a <strong>la</strong> gente,funda auditorios y los somete arituales, pues don<strong>de</strong> hay mito (es<strong>de</strong>cir, pa<strong>la</strong>bra, re<strong>la</strong>to primordial)hay también rito. Quien escribe, encambio, se aís<strong>la</strong>, <strong>de</strong>l mismo modoen que también <strong>el</strong> lector se aís<strong>la</strong>luego con <strong>el</strong> libro, estableciendocorrespon<strong>de</strong>ncias secretas yabstractas con <strong>el</strong> autor, pues en <strong>la</strong>enorme mayoría <strong>de</strong> los casos noh a b r á e n t r e a m b o s u n acomunicación personal. El lector nosabrá cómo era o es <strong>la</strong> voz <strong>de</strong>lnarrador, y hasta <strong>de</strong>sconocerá suaspecto físico. Como seña<strong>la</strong>La <strong>oral</strong>idad es <strong>la</strong> casa <strong>de</strong>lo sagrado, mientras que<strong>la</strong> escritura literariarepresenta un intento<strong>de</strong> <strong>de</strong>sacralizar <strong>el</strong> re<strong>la</strong>to,<strong>de</strong> afirmar su autonomíaje común a los mortales y los dioses,como en <strong>el</strong> caso <strong>de</strong>l ayvu pöra <strong>de</strong> losguaraníes. Se podría <strong>de</strong>cir tambiénque <strong>la</strong> <strong>oral</strong>idad es <strong>la</strong> casa <strong>de</strong> losagrado, mientras que <strong>la</strong> escrituraliteraria representa, salvo rarasexcepciones, un intento <strong>de</strong><strong>de</strong>sacralizar <strong>el</strong> re<strong>la</strong>to, <strong>de</strong> afirmar suautonomía. Los mitos, por eso, seamparan en <strong>la</strong> <strong>oral</strong>idad, en <strong>la</strong> vozvibrante y viviente. Tras<strong>la</strong>dados a <strong>la</strong>escritura, se mantienen comore<strong>la</strong>tos, pero <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> ser vivencia,por lo que a <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga <strong>de</strong>vienen unaficción, perdiendo su aura <strong>de</strong> veranarratio.El re<strong>la</strong>to existió en todos lostiempos y en todos los pueblos, yconstituye por lo tanto un patrónverda<strong>de</strong>ramente universal. El re<strong>la</strong>toescrito, como vimos, se dio solo enuna ínfima proporción <strong>de</strong> <strong>la</strong>sculturas. Esto nos permite afirmarque cuando Occi<strong>de</strong>nte levantó <strong>el</strong>concepto <strong>de</strong> <strong>literatura</strong> sobre <strong>la</strong>escritura alfabética y convirtió aesta última en una puerta <strong>de</strong> accesoforzosa al estadio <strong>de</strong> civilización(como ocurre, por ejemplo, con <strong>la</strong>teoría evolucionista <strong>de</strong> Lewis H.Morgan), <strong>el</strong> etnocentrismoestableció su dominio acientíficosobre un milenario arte narrati-Walter Ong, <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra <strong>oral</strong> nuncaexiste <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un contextosimplemente verbal, como ocurrecon <strong>la</strong> escritura. Es una situaciónexistencial, totalizadora, que4envu<strong>el</strong>ve necesariamente <strong>el</strong> cuerpo.Es por otra parte una situaciónritualizada, don<strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra se<strong>de</strong>spliega poéticamente, con <strong>la</strong>intención <strong>de</strong> formar un lenguavoy lírico, <strong>de</strong>sp<strong>la</strong>zándolo hacia esep<strong>la</strong>no subalterno en <strong>el</strong> que aún se<strong>de</strong>bate <strong>la</strong> <strong>literatura</strong> popu<strong>la</strong>r, vigi<strong>la</strong>dapor folklorólogos y antropólogos,quienes siguen cumpliendo conc<strong>el</strong>o <strong>la</strong> función que les confiara en <strong>el</strong>siglo XX <strong>el</strong> positivismo.Verba vo<strong>la</strong>nt, scripta manent,reza <strong>el</strong> proverbio <strong>la</strong>tino, que sepronuncia como indubitable<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong><strong>la</strong> escritura. Sin embargo,<strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra es menos fugaz<strong>de</strong> lo que se cree. Se ha ligadopor eso <strong>oral</strong>idad conprehistoria y escritura conhistoria, sin ver que paralos pueblos sin escritura <strong>la</strong>tradición <strong>oral</strong> es <strong>la</strong> principalfuente histórica. JanVansina <strong>la</strong> reivindica como tal,seña<strong>la</strong>ndo procedimientos parahacer un uso científico <strong>de</strong> <strong>el</strong><strong>la</strong>.Incluso <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> <strong>la</strong>escritura, un buen caudal <strong>de</strong> informaciónse mantiene exclusivao predominantemente sobre<strong>la</strong> tradición <strong>oral</strong>. Pero al margen<strong>de</strong> los procedimientos que se establecenpara precisar <strong>el</strong> grado<strong>de</strong> credibilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s fuentes <strong>de</strong><strong>la</strong> tradición <strong>oral</strong>, se <strong>de</strong>be compren<strong>de</strong>rque en toda tradición<strong>oral</strong> que atraviesa <strong>el</strong> tiempo hayun fondo <strong>de</strong> verdad. Porque <strong>la</strong>verdad no es solo una propiedad<strong>de</strong> los acontecimientos: también<strong>el</strong> imaginario social está expresandouna verdad. Lo queocurre en <strong>el</strong> universo simbólicono es más que una traducción alimaginario <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadoshechos, que no serán los mismosque los que narra <strong>el</strong> símbolo,pues este siempre disfraza,traspone. Los mitos, en tantofundamentos <strong>de</strong> <strong>la</strong> cultura, son<strong>la</strong> con<strong>de</strong>nsación histórica <strong>de</strong> unaverdad, paradigmas a los que<strong>de</strong>be someterse todo aqu<strong>el</strong>loque busque un significado. Elmito es <strong>el</strong> paradigma que se vivencia.La historia escrita, encambio, mientras no sea vivencia<strong>de</strong> un pueblo, poco pue<strong>de</strong>17


Al reafirmar <strong>el</strong> concepto <strong>de</strong> <strong>literatura</strong> <strong>oral</strong>, queremos <strong>de</strong>cir tambiénque lo literario no <strong>de</strong>be ser <strong>de</strong>finido por <strong>la</strong> expresión narrativay lírica en sí, al margen <strong>de</strong>l sistema por <strong>el</strong> que se canaliza(<strong>oral</strong> o escrito).incidir en su proceso. Por eso <strong>la</strong>historia, cuando se propone actuarc o m o p u l m ó n d e u n atransformación profunda, se reviste<strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong>l mito.Basta recorrer una viejabiblioteca o una hemeroteca paracompren<strong>de</strong>r que <strong>la</strong> escritura, hechapara transportar <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra, su<strong>el</strong>econvertirse en su polvorientatumba. La <strong>oral</strong>idad mientras estáviva, impregna una sociedad. Ellibro pue<strong>de</strong> existir para unos pocosy, pasado <strong>el</strong> tiempo, para nadie, por<strong>el</strong> olvido <strong>de</strong> su autor y <strong>la</strong>c a d u c i d a d d e s u smensajes. Por otraparte, <strong>la</strong> pronunciadacaída <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ventas hallevado a reducir enmuchos casos los tirajesa sumas que resultanr i d i c u l a s e n u n asociedad <strong>de</strong> masas,c o m o q u i n i e n t o se j e m p l a r e s y a u nmenos.Lo dicho hasta ahoraviene a reafirmarnosque <strong>la</strong> <strong>oral</strong>idad y<strong>la</strong> escritura son dossistemas in<strong>de</strong>pendientes,y que resulta estérilconsi<strong>de</strong>rar a uno superi<strong>oral</strong> otro en una esca<strong>la</strong>evolutiva o por suscualida<strong>de</strong>s. Ambostienen virtu<strong>de</strong>s y limitaciones,que juegan <strong>de</strong>un modo diferentesegún los casos. Denada sirve enten<strong>de</strong>r <strong>la</strong><strong>oral</strong>idad como unacarencia <strong>de</strong> escritura,como mero analfabetismo.La actitud científicaes indagar <strong>la</strong>s característicaspropias <strong>de</strong> cada sistema y <strong>la</strong>forma en que se complementan.En este sentido, se pue<strong>de</strong>acotar que en <strong>la</strong> gran mayoríad e l o s c a s o s l a o r a l i d a dprescindió <strong>de</strong> <strong>la</strong> escritura, comoya vimos, mientras que <strong>la</strong> escriturano podrá prescindir nunca<strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>oral</strong>idad, pues aun cuandono leamos en voz alta, en <strong>la</strong> lectura<strong>la</strong> imaginación salta sobre lossonidos, sí<strong>la</strong>ba por sí<strong>la</strong>ba,<strong>de</strong>leitándose a menudo en esesonido imaginario, que se reviste <strong>de</strong>una voz i<strong>de</strong>alizada, con <strong>el</strong> tono justoque queremos asignar al tex-to. Por eso escribe Walter Ong que <strong>la</strong>escritura es un sistema secundario<strong>de</strong> mo<strong>de</strong><strong>la</strong>do, que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> unsistema primario anterior: <strong>la</strong> lengua5hab<strong>la</strong>da,C l a r o q u e a f i r m a r l ain<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> ambos sistemasno implica negar su interacción, queen ciertos casos pue<strong>de</strong> llegar a unaimbricación. Otras tradiciones, eincluso <strong>la</strong> cultura <strong>de</strong>l libro, seintroducen con frecuencia en<strong>la</strong> <strong>oral</strong>idad <strong>de</strong> un grupo por vía<strong>de</strong> <strong>la</strong> escritura, y también a me-nudoesta es utilizada en apoyo<strong>de</strong> <strong>la</strong> propia tradición, para facilitar<strong>la</strong> tarea <strong>de</strong> memorizar<strong>la</strong>. Elimpacto <strong>de</strong> <strong>la</strong> escritura en <strong>la</strong>s tradiciones<strong>oral</strong>es ha terminado casi con<strong>la</strong> esfera <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>oral</strong>idad purao primaria, que sería <strong>la</strong> que notiene interferencia alguna <strong>de</strong> <strong>la</strong>escritura, y quehoy solo pue<strong>de</strong>existir en <strong>la</strong>spocas comunida<strong>de</strong>sais<strong>la</strong>dasque restan en <strong>el</strong>mundo.En <strong>la</strong> granmayoría <strong>de</strong> loscasos <strong>la</strong> <strong>oral</strong>idadcoexiste con <strong>la</strong>escritura, por loque cabría afirmarque <strong>la</strong> normaes una <strong>oral</strong>ida<strong>de</strong>spuria, en <strong>la</strong>que los re<strong>la</strong>tosmantienen su estructuray funciónpero acusan algunainfluencia<strong>de</strong> <strong>la</strong> escritura.Esta inci<strong>de</strong>ncia esaún periférica,d e s d e q u e s em a n i f i e s t a e naspectos parcialeso <strong>el</strong>ementos secundarios.Se podríadistinguiraquí dos tipos <strong>de</strong>influencias: unan e g a t i v a , q u emina <strong>la</strong> coherencia<strong>de</strong>l re<strong>la</strong>to ylo <strong>de</strong>bilita en <strong>el</strong>p<strong>la</strong>no simbólico, yque su<strong>el</strong>e serproducto <strong>de</strong> un proceso aculturativo;y otra, positiva, que dacuenta <strong>de</strong> una apropiacións<strong>el</strong>ectiva <strong>de</strong> <strong>el</strong>ementos, a losque se resemantiza y refuncionalizapara enriquecer <strong>el</strong> universosimbólico, actualizándolo conformea su cosmovisión y sus intereses<strong>de</strong> c<strong>la</strong>se y etnia. El concepto<strong>de</strong> <strong>oral</strong>idad espuria negativaresulta <strong>de</strong> utilidad para proce<strong>de</strong>r enalgunos casos a <strong>la</strong> <strong>de</strong>scolonización<strong>de</strong>l re<strong>la</strong>to, mediante <strong>la</strong> <strong>el</strong>i-18


minación y sustitución <strong>de</strong><strong>el</strong>ementos que rompen talcoherencia.Habría también una segunda<strong>oral</strong>idad, <strong>la</strong> que no se genera ya apartir <strong>de</strong> <strong>la</strong>s más antiguastradiciones, sino <strong>de</strong> textos que setrasvasaron a este medio poraculturación o apropiacións<strong>el</strong>ectiva, como sería <strong>el</strong> caso <strong>de</strong> <strong>la</strong>sgestas <strong>de</strong> Carlomagno y los DocePares <strong>de</strong> Francia en manos <strong>de</strong>grupos étnicos <strong>de</strong> Américacolonizados en los siglos XVI y XVII.Por lo común, dichos grupos nodiferencian c<strong>la</strong>ramente este tipo <strong>de</strong>re<strong>la</strong>tos <strong>de</strong> los que respon<strong>de</strong>n a sumás pura tradición.Estaría por último <strong>la</strong> nueva<strong>oral</strong>idad, que se apoya en losmedios audiovisuales <strong>de</strong>comunicación <strong>de</strong> masas y noEn <strong>la</strong> <strong>literatura</strong> <strong>oral</strong> seencuentra acaso <strong>la</strong> mayorfuerza expresiva <strong>de</strong> <strong>la</strong>cultura popu<strong>la</strong>r<strong>de</strong>shumanizándolo. Por <strong>el</strong>contrario, entre <strong>el</strong> hombre y <strong>el</strong>instrumento se produce unasimbiosis. Tampoco en <strong>la</strong><strong>oral</strong>idad <strong>el</strong> medio técnico pue<strong>de</strong>separarse <strong>de</strong> <strong>la</strong> informaciónque trasmite. El espectador <strong>de</strong> cineno ve <strong>la</strong> cámara, ni <strong>el</strong> grabador, ni <strong>la</strong>pantal<strong>la</strong>: cuanto más se olvi<strong>de</strong> <strong>de</strong><strong>el</strong>los, mejor vivirá <strong>la</strong> historia. Encambio <strong>el</strong> griot sin su tam-tam noera tal: <strong>de</strong>bía tenerlo él en susmanos, tocarlo él. También para <strong>el</strong>danzante sus instrumentos son porlo común atributos: <strong>de</strong> noexhibirlos, su i<strong>de</strong>ntidad no seríacreíble. La escritura, al fijar unhecho en <strong>el</strong> tiempo, se somete a suacción, por lo que envejecimiento ymuerte resultan inevitables. Por otraparte, produce una apropiaciónindividual <strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra por quiendomina <strong>la</strong> técnica, lo que impi<strong>de</strong>toda posterior intervención. Dichaapropiación no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>proyectarse en <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> i<strong>de</strong>ológico,d o n d e s e o b s e r v a r á u n<strong>de</strong>bilitamiento <strong>de</strong> los <strong>la</strong>zos <strong>de</strong>cohesión social. Porque a diferencia<strong>de</strong> <strong>la</strong> escritura, <strong>el</strong> conjunto <strong>de</strong>técnicas que conforman <strong>la</strong> <strong>oral</strong>idadlleva aparejado una serie <strong>de</strong> printuralezaque <strong>la</strong> escritura no pue<strong>de</strong>registrar, y cuya finalidad esmanipu<strong>la</strong>r al auditorio paramantenerlo en vilo, en un especialestado emocional. O sea que almensaje verbal o lingüístico hay queañadir, por una parte, un mensajesonoro (que nos ofrece también unaspecto semántico y un aspectoestético propios, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que <strong>la</strong> poesíaes sonoridad), en cuyo contextoincluso <strong>el</strong> silencio se vu<strong>el</strong>vesignificativo; y, por otra parte, unaserie <strong>de</strong> semas vincu<strong>la</strong>dos a <strong>la</strong>gestualidad y <strong>la</strong> expresión corp<strong>oral</strong>,al uso <strong>de</strong>l espacio, etcétera. Lo mássugestivo <strong>de</strong>l re<strong>la</strong>to resi<strong>de</strong> confrecuencia en este ritual, quefavorece a <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra al crearle unmarco propicio, y también alevitarle <strong>el</strong> <strong>de</strong>sgaste que significatener que <strong>de</strong>scribir pobrementecosas que pue<strong>de</strong>n ser mostradas conuna alta expresividad, lo que lepermite concentrarse en su funciónnombradora. Pensemos, a títuloen <strong>la</strong> escritura. Sus contenidospue<strong>de</strong>n correspon<strong>de</strong>r tanto a <strong>la</strong><strong>oral</strong>idad primaria y secundariacomo a <strong>la</strong> creación reciente <strong>de</strong>los grupos popu<strong>la</strong>res. Lointeresante <strong>de</strong> esta nueva<strong>oral</strong>idad es quer<strong>el</strong>eva a <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra articu<strong>la</strong>da <strong>de</strong>pa<strong>de</strong>cer <strong>el</strong> tránsito a <strong>la</strong> escritura, y lepermite alcanzar una difusiónmayor que <strong>la</strong> que podría <strong>de</strong>pararle <strong>el</strong>más exitoso <strong>de</strong> los libros,circunstancia que llevó a hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong>una <strong>oral</strong>idad postalfabética, tras <strong>el</strong>vaticinado hundimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong>Ga<strong>la</strong>xia Gutenberg.La <strong>oral</strong>idad no envejece, suvitalidad es constante, pero <strong>la</strong>ssocieda<strong>de</strong>s fundadas en <strong>la</strong> <strong>oral</strong>ida<strong>de</strong>mplean buena parte <strong>de</strong> su energíaen memorizar los contenidos quefueron e<strong>la</strong>borando a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong>ltiempo, <strong>de</strong> los que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> suuniverso simbólico. Esto, por cierto,representa un <strong>la</strong>stre para <strong>la</strong>creatividad, que en buena medidaexplica <strong>el</strong> conservadurismo, confrecuencia excesivo, <strong>de</strong> dichospueblos. De nada sirve crear si no seregistra <strong>de</strong> algún modo lo creado,asegurando así su reproducción. Ycomo <strong>la</strong> memoria humana tiene unlímite, aumentar <strong>de</strong> un modo innecesario<strong>el</strong> número <strong>de</strong> creaciones yesforzarse en memorizar<strong>la</strong>s pue<strong>de</strong> iren <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> los "textos"fundamentales <strong>de</strong> <strong>la</strong> cultura, cuyoolvido afectaría seriamente <strong>el</strong> ethossocial. Por otra parte, esa <strong>oral</strong>idadno arrastra solo creaciones <strong>de</strong> tipoliterario, sino también experienciasy conocimientos imprescindibles,que mucho costó adquirirlos comopara <strong>de</strong>jarlos a <strong>la</strong> <strong>de</strong>riva.En <strong>la</strong>s socieda<strong>de</strong>s tradicionales,<strong>el</strong> re<strong>la</strong>to, incluso <strong>el</strong> que carece <strong>de</strong>un contenido mítico, se cuentacon cierto ritual, <strong>el</strong> que resulta amenudo una verda<strong>de</strong>ra puesta enescena, rica en gestualidad ymovimientos, en vocalizaciones yotros <strong>el</strong>ementos <strong>de</strong> distinta na<strong>de</strong>ejemplo, en <strong>el</strong> caso <strong>de</strong>l cine,don<strong>de</strong> <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras se usan conmesura y síntesis, al verse r<strong>el</strong>evadaspor <strong>la</strong> imagen <strong>de</strong>l pap<strong>el</strong> <strong>de</strong>scriptivo.El re<strong>la</strong>to <strong>oral</strong> es móvil, lo queimpi<strong>de</strong> su esclerosamiento. Adiferencia <strong>de</strong>l libro, no caduca: setransforma. Es un medio <strong>de</strong>trasmisión <strong>de</strong> conocimientos que enmayor o menor grado vehiculizauna carga subjetiva, <strong>la</strong> que incluy<strong>el</strong>os fermentos que permitirán al mitocambiar <strong>de</strong> máscara, respon<strong>de</strong>r a <strong>la</strong>ss i t u a c i o n e s n u e v a s y l a snecesida<strong>de</strong>s simbólicas que estasvan p<strong>la</strong>nteando. Difícilmente seencontrará en él un ciegoautomatismo, que convierta alnarrador en un esc<strong>la</strong>vo <strong>de</strong> su técnica.La <strong>oral</strong>idad no es uninstrumento frío que se alzaante <strong>el</strong> hombre y lo somete,19


El re<strong>la</strong>to <strong>oral</strong> es móvil, lo que impi<strong>de</strong> su esclerosamiento. Adiferencia <strong>de</strong>l libro, no caduca: se transforma. Es un medio <strong>de</strong>trasmisión <strong>de</strong> conocimientos que en mayor o menor gradovehiculiza una carga subjetiva, <strong>la</strong> que incluye los fermentos quepermitirán al mito cambiar <strong>de</strong> máscara, respon<strong>de</strong>r a <strong>la</strong>s situacionesnuevas y <strong>la</strong>s necesida<strong>de</strong>s simbólicas que estas van p<strong>la</strong>nteando.cipios que otrora sirvieron para<strong>de</strong>mocratizar <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra, y qué sonun resultado <strong>de</strong> esta expresión librey solidaria.Por su mismo movimiento <strong>la</strong><strong>oral</strong>idad no es solo tradición sinotambién <strong>de</strong>venir, proyecto. Unatotalidad dialéctica que no permiteabstraerse <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones en quese trasmite: siempre habrá unrecitador por un <strong>la</strong>do, y un públicopor <strong>el</strong> otro. Entre ambos polos seestablece un juego sutil <strong>de</strong>preguntas, respuestas, aportes,cuestionamientos y otros tipos <strong>de</strong>intervenciones que impi<strong>de</strong>n pensaren <strong>el</strong> público como en un receptorpasivo, para conferirle <strong>el</strong> carácter<strong>de</strong> co-creador. Esta co-creaciónpue<strong>de</strong> darse en un clima <strong>de</strong> acuerdo,simpatía y <strong>de</strong>sacuerdo, <strong>de</strong>l rechazogenerado por ciertas opciones, <strong>el</strong>re<strong>la</strong>to podrá enriquecerse, como es<strong>la</strong> norma en toda dialéctica. O seaque <strong>la</strong> <strong>oral</strong>idad, a diferencia, <strong>de</strong> <strong>la</strong>escritura y los nuevos medios, no esunidireccional, en <strong>la</strong> medida en queno expropia al pueblo sucreatividad ni restringe <strong>el</strong> controlcultural que este <strong>de</strong>tenta sobre susre<strong>la</strong>tos, para ce<strong>de</strong>rlos a un grupo <strong>de</strong>especialistas por lo común alservicio ; <strong>de</strong> <strong>la</strong>s élites. C<strong>la</strong>ro que <strong>la</strong>escritura admite <strong>la</strong> réplica, pero esta<strong>de</strong>berá hacerse por escrito y en untiempo posterior. A<strong>de</strong>más, si bien <strong>la</strong>impugnación crítica es frecuente en<strong>el</strong> campo científico, casi no existeen re<strong>la</strong>ción al texto literario, don<strong>de</strong>nadie, salvo raras excepciones,discutirá al autor, por ejemplo, su<strong>de</strong>recho a hacer morir a unpersonaje.Lo fundamental <strong>de</strong> tal intervenciónno estriba solo en <strong>el</strong> enriquecimiento<strong>de</strong>l re<strong>la</strong>to y su mayorajuste al imaginario social,sino también en <strong>la</strong>s posibilida<strong>de</strong>sque otorga a los participantes <strong>de</strong>ejercitarse en <strong>el</strong> uso <strong>de</strong> <strong>la</strong> lengua,<strong>de</strong> probar sus recursos, su vocabu<strong>la</strong>rio,sus fonemas y <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> <strong>de</strong>combinación <strong>de</strong> los morfemas,como seña<strong>la</strong> un profesor <strong>de</strong> <strong>la</strong>6Universidad <strong>de</strong> Ouagadougou.En <strong>el</strong> curso <strong>de</strong> esta sana competencianarrativa, <strong>el</strong> participanteapren<strong>de</strong> a manejar <strong>la</strong> lengua, ytambién <strong>el</strong> arte <strong>de</strong> <strong>la</strong> precisión y<strong>la</strong> síntesis, lo que le permitirá<strong>de</strong>scubrir <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bray saborear los rasgos <strong>de</strong>l estilo.El re<strong>la</strong>to cerrado, que no admiteintervenciones, y aún más <strong>la</strong> escritura,al reducir al auditorio alsilencio, al alejarlo <strong>de</strong> <strong>la</strong> presencia<strong>de</strong>l narrador y atomizar al grupoen lectores solitarios, no participantes,c<strong>la</strong>usuran esa gran escue<strong>la</strong><strong>de</strong>l lenguaje articu<strong>la</strong>do. Lasmayorías son separadas así <strong>de</strong>lre<strong>la</strong>to y <strong>la</strong> poesía; primero <strong>de</strong> <strong>la</strong>capacidad <strong>de</strong> producirlos, y luegoh a s t a d e a d q u i r i r l o s ycompren<strong>de</strong>rlos. Por cierto, esto setraduce in<strong>de</strong>fectiblemente en unempobrecimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong> lengua,fenómeno que hoy se ha vu<strong>el</strong>toa<strong>la</strong>rmante, hasta <strong>el</strong> punto <strong>de</strong> que enalgunas universida<strong>de</strong>s comienza a<strong>de</strong>sempolvarse <strong>la</strong> retórica, materiaque se impone hasta en <strong>la</strong>s carrerastécnicas. A esto se aña<strong>de</strong> que en <strong>el</strong>uso diario <strong>de</strong> <strong>la</strong> lengua, en lo quehace al sonido, no se utiliza más queuna mínima parte <strong>de</strong> los recursos <strong>de</strong><strong>la</strong> voz.En <strong>la</strong> <strong>literatura</strong> <strong>oral</strong> se encuentraacaso <strong>la</strong> mayor fuerza expresiva <strong>de</strong><strong>la</strong> cultura popu<strong>la</strong>r, pero al igual qu<strong>el</strong>o que ocurre en otros rubros <strong>de</strong> suarte, <strong>el</strong><strong>la</strong> no es totalmente libre nipue<strong>de</strong> rec<strong>la</strong>mar autonomía alguna,porque antes que <strong>la</strong> función estéticaestará casi siempre <strong>la</strong> función ética,que sirve para cohesionar <strong>la</strong>sociedad y reproducir sus valores.El juego creativo se prestigia en <strong>la</strong>medida en que coadyuve al mejorcumplimiento <strong>de</strong> esta función. Pormomentos sus contenidos serán unaexaltación <strong>de</strong> <strong>la</strong> libertad, <strong>la</strong>solidaridad y los mejores logros <strong>de</strong>una cultura, pero en otros se harávisible su compromiso con <strong>el</strong> po<strong>de</strong>r<strong>de</strong> una c<strong>la</strong>se, una casta, un sexo eincluso una persona, alinfundir miedo y reforzar<strong>la</strong>s prohibiciones. Mas en <strong>la</strong>medida en que <strong>el</strong> re<strong>la</strong>to sirvaal po<strong>de</strong>r, proporcionando unfundamento i<strong>de</strong>ológico a <strong>la</strong>opresión, propiciará <strong>el</strong> surgimiento<strong>de</strong> otro re<strong>la</strong>to antagónico. Don<strong>de</strong>existe un mito <strong>de</strong> opresión, no tardaen surgir un mito <strong>de</strong> liberación. Lastensiones producidas por <strong>la</strong><strong>de</strong>sigualdad social son <strong>la</strong> fuenteprincipal <strong>de</strong> <strong>la</strong> innovación y <strong>la</strong>ruptura <strong>de</strong> los viejos paradigmas.En una cultura <strong>oral</strong> primaria,<strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra creativa no pue<strong>de</strong> to-20


m a r c u a l q u i e r r u m b o ,<strong>de</strong>splegándose hacia don<strong>de</strong> <strong>la</strong>conduzca <strong>la</strong> imaginación y <strong>la</strong>necesidad expresiva. No hay en <strong>el</strong><strong>la</strong>nada equivalente a <strong>la</strong> escrituraautomática <strong>de</strong> los surrealistas, porejemplo. Cada frase p<strong>la</strong>ntea <strong>el</strong>problema <strong>de</strong> su posteriorrecuperación, lo que obliga aajustarse a pautas mnemotécnicas amenudo muy estrictas, <strong>la</strong>s que porcierto coartan <strong>el</strong> vu<strong>el</strong>o <strong>de</strong> <strong>la</strong>expresión. Pero a menudo lo que sepier<strong>de</strong> en libertad se gana en ritmo,pues este es acaso <strong>el</strong> principalsustento <strong>de</strong> <strong>la</strong> memoria. Lasfórmu<strong>la</strong>s, como se dijo antes, hacenal ritmo <strong>de</strong>l discurso y sirven <strong>de</strong>recurso mnemotécnico, al igual que<strong>la</strong>s repeticiones, antítesis,aliteraciones, rimas, asonancias,núcleos temáticos comunes, etc. Laaliteración concierne a <strong>la</strong>sconsonantes iniciales <strong>de</strong> <strong>la</strong>spa<strong>la</strong>bras y se realiza en <strong>la</strong>rgasseries; <strong>la</strong> rima concierne a <strong>la</strong>ssí<strong>la</strong>bas finales y se realiza en seriesbreves.Quizás por <strong>la</strong> dificultad quep<strong>la</strong>ntea <strong>la</strong> recuperación <strong>de</strong>l re<strong>la</strong>to, <strong>la</strong>creatividad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s culturas <strong>oral</strong>es sevu<strong>el</strong>ca más en <strong>la</strong> interpretación queen <strong>la</strong> invención <strong>de</strong> nuevas historias.El auditorio no pi<strong>de</strong> al narrador qu<strong>el</strong>e cuente una historia que jamáshaya oído, sino que recuente <strong>la</strong>shistorias <strong>de</strong> siempre, pero <strong>de</strong> unmodo nuevo, original. El narrador,por su parte, no hará a<strong>la</strong>r<strong>de</strong> <strong>de</strong> loscambios que introduzca en <strong>el</strong>re<strong>la</strong>to, sino que tratará <strong>de</strong>enmascararlos, para inducir <strong>la</strong>creencia <strong>de</strong> que dicha historia fuesiempre así.Las culturas <strong>oral</strong>es no disponen<strong>de</strong> diccionarios que <strong>de</strong>n cuenta <strong>de</strong>lsignificado exacto <strong>de</strong> cada vocablo,pero en <strong>el</strong><strong>la</strong>s <strong>la</strong>s discrepanciassemánticas son pocas. Es que,como seña<strong>la</strong> Walter Ong, <strong>el</strong>significado <strong>de</strong> cada pa<strong>la</strong>bra escontro<strong>la</strong>do por una ratificaciónsemántica directa, por <strong>la</strong> situación7real en <strong>la</strong> que se <strong>la</strong> emplea.En <strong>el</strong> sistema <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>oral</strong>idad, todosaber <strong>de</strong>be articu<strong>la</strong>rse en un re<strong>la</strong>toajustado a pautas mnemotécnicas.Así, por ejemplo, <strong>la</strong>s innovacionesculturales se <strong>de</strong>scriben en medio <strong>de</strong><strong>la</strong>s peripecias <strong>de</strong> los héroescivilizadores que <strong>la</strong>s introdujeron,sin quedar flotando comoabstracciones científicas ajenas alor<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>literatura</strong>. Es que <strong>la</strong><strong>oral</strong>idad rechaza <strong>la</strong>s categoríascomplicadas y hasta <strong>la</strong> cronología.Tien<strong>de</strong> a yuxtaponer <strong>el</strong>ementos, sinp<strong>la</strong>ntearse mayormente <strong>el</strong> problema<strong>de</strong> <strong>la</strong> cohesión interna. La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>confrontación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s fuentes, tareain<strong>el</strong>udible <strong>de</strong> todo historiador, tieneun alcance muy limitado en <strong>el</strong> curso<strong>de</strong> <strong>la</strong> performance, a menos que setrate <strong>de</strong> una composición <strong>de</strong> altasacralidad en <strong>la</strong> que nada se pue<strong>de</strong>cambiar. La falta <strong>de</strong> escrituradificulta <strong>la</strong> comparación <strong>de</strong>versiones con <strong>el</strong> objeto <strong>de</strong> establecer<strong>la</strong> verdad histórica, y a menudo nisiquiera crea <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong>comparar. La <strong>oral</strong>idad, por eso,carece casi <strong>de</strong> puentes con <strong>la</strong>conciencia analítica y se abre a <strong>la</strong> víasimbólica, a <strong>la</strong> vivencia profunda <strong>de</strong>los hechos y su significación. Elreducido po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> análisis <strong>de</strong> lossistemas <strong>oral</strong>es los torna hartovulnerables a <strong>la</strong>s infiltraciones,t a n t o e s p o n t á n e a s c o m op<strong>la</strong>nificadas, que produce <strong>el</strong>proceso aculturativo; es <strong>de</strong>cir, a loque l<strong>la</strong>mamos aculturación literaria.Al no ser percibido, <strong>el</strong> <strong>el</strong>emento modificadorse introduce en <strong>la</strong>trasmisión <strong>oral</strong>, quebrando amenudo <strong>la</strong> coherencia <strong>de</strong>l sistemasimbólico, <strong>el</strong> que en <strong>el</strong> momentomenos pensado pue<strong>de</strong> ponerse alservicio <strong>de</strong> <strong>la</strong> dominación.Las necesida<strong>de</strong>s mnemotécnicas<strong>de</strong>terminan también <strong>la</strong> naturaleza <strong>de</strong>los personajes. La <strong>oral</strong>idad rechazapor eso los personajes incoloros, yse entrega a <strong>la</strong> hipérbole con <strong>el</strong>ánimo <strong>de</strong> <strong>de</strong>finir paradigmas <strong>de</strong>conducta. Hay poco lugar allí paralo anodino y lo polisémico. El mitoen sí su<strong>el</strong>e ser polisémico, peroraramente los personajes seprestarán a confusión. Su conductaestá tipificada en <strong>la</strong> medida en quepreten<strong>de</strong>n ser mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong>comportamiento social, y losmo<strong>de</strong>los se hacen recortando,exagerando, retocando. Cuanto másprototípico sea <strong>el</strong> personaje, másfácilmente se arraigará en <strong>la</strong>memoria. De ahí <strong>el</strong> carácterhiperbólico <strong>de</strong> <strong>la</strong> epopeya, minadoluego por <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> <strong>de</strong> corte realista,que terminó instituyendo antihéroes,que hacen <strong>de</strong> <strong>la</strong> fuga ante <strong>el</strong>p<strong>el</strong>igro un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> sensatez yvirtud. A medida que <strong>la</strong> escrituramodifica <strong>la</strong> estructura mental <strong>de</strong> <strong>la</strong><strong>oral</strong>idad, <strong>la</strong> narración abandona <strong>la</strong>sgran<strong>de</strong>s figuras paradigmáticas para<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r al mundo ordinario, a <strong>la</strong>cotidianeidad, que es <strong>el</strong> ámbitopredominante <strong>de</strong> <strong>la</strong> nove<strong>la</strong>mo<strong>de</strong>rna.NOTAS1Cf. Walter Ong: <strong>Oralidad</strong> y escritura.Tecnologías <strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra, FCE, México,1980, p. 17.2Ibí<strong>de</strong>m, p. 21.3Hbí<strong>de</strong>m, p. 78.4Ibí<strong>de</strong>m, p. 71.5Ibí<strong>de</strong>m. p. 18.6Cf. Hamidou Alhamdou: "Lingüistique etpédagogie à travers les textes oraux", enTradition <strong>oral</strong>e et nouveaux médias,Editions OCIC, Brux<strong>el</strong>les, 1989, p. 30.Walter Ong: Ob. cit., p. 52.21

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