Alfonso Reyes:luci<strong>de</strong>z e inspiración(segunda y última parte)l e c t u r a s d e l b i b l i o t e c a r i oFrancisco Castañeda Iturbi<strong>de</strong>El humanistaCualquier acercamiento a la obra <strong>de</strong> Alfonso Reyes, así sea <strong>de</strong> carácter g<strong>ene</strong>ral y meramenteinformativo, enfrenta el problema <strong>de</strong> su enorme extensión, no sólo por cuantose refiere a los elementos <strong>de</strong> estricta incumbencia literaria, sino también por la dimensiónque reviste como síntesis <strong>de</strong> la cultura nacional y reflexión crítica sobre los valores<strong>de</strong> la misma.Polígrafo en el más riguroso sentido <strong>de</strong> la palabra, Reyes abordó con idéntica maestríael ensayo, la crónica, el relato, la poesía. Con ejemplar probidad intelectual, <strong>de</strong>dicadoa su tarea y dueño <strong>de</strong> un oficio, hizo suyo el i<strong>de</strong>al humanista: nada <strong>de</strong> lo humano lefue ajeno. Al asumir tal actitud, inició en México el verda<strong>de</strong>ro profesionalismo <strong>de</strong>lquehacer literario <strong>de</strong>jando atrás la época <strong>de</strong> la bohemia.Miembro <strong>de</strong>l At<strong>ene</strong>o <strong>de</strong> la Juventud, que surgiera como reacción frente al positivismooficial <strong>de</strong> la dictadura porfiriana, compartió el fervor g<strong>ene</strong>racional por la culturaclásica griega y el anhelo <strong>de</strong> llevar a cabo una nueva interpretación <strong>de</strong>l mundo y la historiahispanoamericanos, previo reconocimiento y justo aprecio <strong>de</strong> sus gran<strong>de</strong>s aportaciones.Equidistante <strong>de</strong>l regionalismo y <strong>de</strong>l cosmopolitismo, comprendió que la auténticauniversalidad no implica en modo alguno la renuncia a las peculiarida<strong>de</strong>s individualesy nacionales, pues sólo a partir <strong>de</strong> éstas podría alcanzarse aquélla. Acusado durantemucho tiempo <strong>de</strong> “bizantinismo” porque, según sus <strong>de</strong>tractores, se ocupaba en estudiarla mitología griega cuando <strong>de</strong>bía preocuparse por los problemas políticos <strong>de</strong>l país,prosiguió inalterable su fecunda labor, consciente <strong>de</strong> que con ella prestaba el mejorservicio. Al respecto, Carlos Fuentes escribió:1
Su sentido final consistió en afir<strong>mar</strong> un programa<strong>de</strong> la inteligencia por encima <strong>de</strong>l azar,el fatalismo, el <strong>de</strong>saliento. Inteligencia contracontingencia… Alfonso Reyes es el primermexicano <strong>de</strong>l siglo veinte que piensa y actúacon autonomía y gran<strong>de</strong>za. 1A juzgar por cuanto escribió y cómo lohizo, el regiomontano <strong>de</strong>jó <strong>para</strong> la posteridadalgunas <strong>de</strong> las páginas <strong>de</strong> mayor calidad enla literatura <strong>de</strong> la lengua castellana. Es ciertoque su obra no resulta innovadora pues,aunque conoció la estética <strong>de</strong>l vanguardismoy llegó incluso a experimentar ciertas audacias<strong>de</strong>l lenguaje poético, como las jitanjáforas,prefirió la elegancia clásica, el gestoapacible <strong>de</strong>l hombre <strong>de</strong> letras, acor<strong>de</strong> en todomomento con su personalidad. Tenía sensibilidad,no temperamento; buscaba la armonía,nunca la novedad; creyó, con Eugeniod’Ors, que “lo que no es tradición, es plagio”.En su estupendo libro La experiencia literaria,Reyes i<strong>de</strong>ntifica la figura <strong>de</strong>l dios Apolocon ese sosiego o equilibrio <strong>de</strong> lo acabadoque confiere a toda obra artística su calidad<strong>de</strong> perfección. Y es precisamente el equilibriolo que <strong>de</strong>fine su obra, sin evitar por ello lascontradicciones que, a<strong>de</strong>más, logra integrarconvirtiéndolas en afirmaciones medianteun riguroso or<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong> lo particular <strong>ene</strong>squemas g<strong>ene</strong>rales. Así, pue<strong>de</strong> hablarse <strong>de</strong>la configuración <strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> grecomaníaen ciencia <strong>de</strong> la cultura, <strong>de</strong>l entusiasmoen conocimiento, <strong>de</strong> la equidad humanitaria enmoral individual.Reyes no pretendió formular postuladosempíricamente comprobables, sino, en últimainstancia, establecer las bases <strong>para</strong> el <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> una teoría sobre las gran<strong>de</strong>s directrices<strong>de</strong> la Antigüedad y su expresión<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una estética capaz <strong>de</strong> aproxi<strong>mar</strong>sea los textos clásicos, con la finalidad <strong>de</strong>: primero, compren<strong>de</strong>r su significado; segundo,percibir su carga sensorial; tercero, discernirla a<strong>de</strong>cuación <strong>de</strong> las imág<strong>ene</strong>s proyectadas;cuarto, facilitar la elaboración personal <strong>de</strong>llector por vía <strong>de</strong> asociaciones suscitadas <strong>ene</strong>l proceso <strong>de</strong> la operación lectiva, y quinto,recrear el texto en su contexto.No pasó por alto el sentido suprahistóricoo microhistórico que se escon<strong>de</strong> <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>todos los acontecimientos. Partió siempre<strong>de</strong>l presupuesto básico en el que la antiguaGrecia existía un fenómeno primordial inaccesibleal pensamiento lógico. Tal como lobello sólo pue<strong>de</strong> experimentarse pero no <strong>de</strong>finirse,<strong>de</strong> la misma manera también es seguroque nada divino, que ningún dios sehubiera nombrado ni v<strong>ene</strong>rado jamás si nose hubiese revelado él mismo.No cabe duda que toda época volvió a recibiral Dios, fuese entre los griegos por herencia<strong>de</strong> la remota y misteriosa India o entrelos nativos <strong>de</strong> América bajo la advocación <strong>de</strong>la Cruz que habían traído consigo los conquistadoresespañoles. En caso contrario,sería ya un concepto muerto como quiso el<strong>de</strong>sesperado y genial Nietzsche, no unaForma viviente con la capacidad <strong>de</strong> revelar lariqueza inagotable <strong>de</strong> su Ser. Pero, aun cuandolas g<strong>ene</strong>raciones tenían que recibir al Diosen forma renovada, era inexorablemente elmismo y ningún otro. La Forma, según se <strong>de</strong>duce<strong>de</strong> la visión <strong>de</strong> Reyes, es imperece<strong>de</strong>ra:Bajo la multiplicidad <strong>de</strong> nombres, Zeus esuno, At<strong>ene</strong>a es una, y lo mismo las <strong>de</strong>más <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s,por absorción <strong>de</strong> elementos <strong>de</strong>sperdigadoso por radiaciones <strong>de</strong> virtu<strong>de</strong>s; al modocomo son la misma persona, en Sevilla, elJesús <strong>de</strong>l Gran Po<strong>de</strong>r y el Cachorro, y NuestraSeñora <strong>de</strong> Copacabana en el Perú y la Guadalupana<strong>de</strong>l Tepeyac, o la Dolorosa y la Concepciónen todas partes. 21Casa con dos puertas, Editorial Joaquín Mortiz,México, 1970, pp. 94-95.2Obras completas, Tomo XVI, Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica,primera reimpresión, México, 1981, pp. 55-56.2