INFORME ANUAL DEL BANCO DE ESPAÑA 2009 - El Mundo

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en el apetito por el riesgo y a la persistencia de amplios diferenciales de tipos de interésrespecto a las economías desarrolladas. Estas entradas de capitales, que apuntan a queel retraimiento de los inversores hacia estas regiones durante la crisis fue transitorio, podríanprovocar la reaparición de desequilibrios económicos y financieros internos, lo queha llevado a algunos países —como Brasil, Perú o Taiwán— a introducir medidas restrictivasa la entrada de capitales, y a otros muchos, a reactivar los procesos de acumulación de reservasinternacionales, para moderar la apreciación de sus monedas y como medida de autoaseguramientofrente a posibles reversiones bruscas de capitales. Por el contrario, enotras regiones, como Europa del Este, la recuperación de las entradas de capitales privadosconstituye un factor de alivio en el corto plazo, debido a sus cuantiosas necesidadesde financiación.Comenzaron a retirarselas medidas de apoyo financieroy se preparó el camino para laretirada del estímulo monetario…A medida que la situación se fue estabilizando tras la crisis, la mayor parte de los Tesoros ybancos centrales comenzaron a retirar las medidas de apoyo financiero, tanto en las economíasdesarrolladas como de las emergentes, de forma que el monto del apoyo comprometidose ha ido reduciendo, aunque sigue siendo elevado (véase gráfico 3.7). Al mismo tiempo,muchos bancos centrales, especialmente en las economías desarrolladas, empezaron a diseñarsus estrategias de salida y a dar los primeros pasos en su instrumentación. Con todo,aunque ya se han producido algunos aumentos de tipos de interés oficiales en economíaspequeñas, productoras de materias primas, como Australia y Noruega, cabe esperar que enla mayor parte de las economías desarrolladas el estímulo monetario se retire muy lentamente.Por el contrario, en las economías asiáticas y en algunas latinoamericanas, el mayor dinamismode la actividad se ha traducido en un endurecimiento de las políticas monetariasdesde finales de 2009. En un principio el endurecimiento no supuso aumentos de tipos deinterés, con el fin de evitar la intensificación de las entradas de capitales, sino que se adoptóotro tipo de medidas, como aumentos de los coeficientes de reservas (como China) orestricciones a las entradas de capitales externos (como Brasil). No obstante, a principiosde 2010 se han producido los primeros incrementos de tipos oficiales, comenzando porAsia. Por último, a medida que las elevadas necesidades de liquidez en moneda extranjerafueron aplacándose, los swaps de divisas entre los principales bancos centrales (una de lasprincipales medidas coordinadas internacionalmente) fueron reduciéndose, y se desactivaronen su mayoría a inicios de 2010, aunque el recrudecimiento de la volatilidad financieraderivada de los problemas fiscales en el área del euro ha llevado a reactivarlos en el mes demayo entre los bancos centrales de las economías desarrolladas.... mientras que las finanzaspúblicas registraron un fuertedeterioroLas finanzas públicas han continuado deteriorándose marcadamente (véase gráfico 3.6). Enel caso de las economías desarrolladas, este empeoramiento tiene un componente estructuralimportante y será difícil que se reabsorba durante la recuperación en una parte significativa,mientras que en las economías emergentes —donde el deterioro fiscal ha sido moderado—este ha tenido una naturaleza predominantemente cíclica. En el conjunto de laseconomías avanzadas, el déficit se situó en el 10% en 2009, con un incremento de 5,4 pprespecto al año previo, siendo más elevado aún en las tres principales economías desarrolladasfuera del área del euro, donde el deterioro fue más moderado. De ese incremento, másde la mitad se ha trasladado al saldo estructural. Aunque Japón partía de una situación fiscalmás delicada, el incremento del déficit fue más acusado en aquellos países donde el sistemafinanciero se vio más afectado: Estados Unidos, donde el déficit se duplicó, hasta el 12,6%del PIB, y Reino Unido, donde se incrementó en 6,5 pp del PIB, hasta el 11,3%. La evoluciónde la deuda en estas economías ha sido también muy desfavorable, con incrementos superioresa 20 pp del PIB —en términos brutos— entre 2007 y 2009 (algo menos en el área delBANCO DE ESPAÑA 83 INFORME ANUAL, 2009 3. EL ENTORNO EXTERIOR DEL ÁREA DEL EURO

euro), alcanzando niveles cercanos al 84% del PIB en Estados Unidos y al 70% en ReinoUnido a finales de 2009. Se espera, además, que la tendencia al incremento de la deudapersista a pesar de la recuperación económica.La preocupación por la sostenibilidad de la deuda pública ha limitado el margen de actuaciónexpansiva de las políticas fiscales, y se ha reflejado en episodios de volatilidad financiera ypresiones al alza sobre los tipos de interés soberanos en algunos países.3 El panoramatras la recuperación3.1 EL LEGADO DE LA CRISISAntes de valorar las perspectivas económicas de corto plazo, resulta conveniente tomar ciertadistancia de la coyuntura y analizar el legado que deja la crisis, y que determinará, en buenamedida, el ritmo y la duración de la recuperación económica.La crisis ha provocado unareducción del productopotencial de la economíaUna consecuencia bien conocida de la crisis es el impacto contractivo sobre los factoresproductivos —trabajo y capital— y sobre el producto potencial. Más allá del carácter cíclicodel empleo, el incremento del desempleo estructural y la menor tasa de participación asociadaa las recesiones no solo reducen el nivel de producto potencial, sino que también puedenafectar negativamente a su tasa de crecimiento de modo persistente, limitando así la capacidadde crecimiento de la economía de modo prolongado.Dada su profundidad, sunaturaleza financiera y lamagnitud de la respuesta de lasautoridades, la crisis dejaráprofundas secuelas, quecondicionarán la senda decrecimiento en el medio plazoPero la crisis va a dejar otro tipo de secuelas en el sistema económico y financiero que tambiénpueden condicionar el crecimiento de medio y largo plazo en las economías avanzadasy, por ende, en la economía mundial. Este legado es consecuencia de la propia profundidadde la crisis y de la magnitud de la respuesta de las autoridades, pero también se deriva de losdesequilibrios globales en la etapa de crecimiento anterior a la crisis y que todavía suponenajustes pendientes. Más concretamente, se pueden destacar, al menos, tres elementos quepesarán sobre las perspectivas económicas en los próximos años: el redimensionamiento y larecomposición del sistema financiero, el proceso de desapalancamiento de los agentes privadosno financieros y el deterioro de las finanzas públicas.La capacidad de intermediaciónfinanciera de las economíasse ha visto reducida de maneraduraderaLas recesiones acompañadas o inducidas por crisis financieras y bancarias dejan secuelasmás duraderas y profundas por el deterioro de la capacidad de intermediación financiera de laeconomía que provocan. Como consecuencia de la crisis, el tamaño del sistema financiero seha reducido considerablemente, debido tanto a la desaparición de entidades como a la contraccióndel negocio. Una parte de esta contracción viene inducida por la caída de la actividad,pero otra parte —no necesariamente menos importante— puede resultar mucho más persistente.En particular, algunos segmentos de los mercados de titulización, sobre todo de productosestructurados, estaban fundamentados en una estructura de asignación de riesgo y enunas instituciones de mercado inadecuadas, que han estado en el origen de la crisis y que handejado de existir.Por otro lado, después de una crisis, el entorno financiero suele mostrar unos comportamientosy estrategias más cautos, en marcado contraste con la elevada preferencia previa por elriesgo, y que tenderá a reflejarse en el retorno a un modelo más tradicional de negocio porparte de las instituciones financieras. Por encima de estos elementos se superponen los desarrollosregulatorios nacionales, coordinados a escala global y encaminados a robustecer lossistemas financieros y mitigar la recurrencia de futuras crisis (véase recuadro 3.2). Todo ello setraducirá probablemente en condiciones de financiación menos holgadas que las observadasantes de la crisis, lo que puede limitar la disponibilidad de crédito en la economía y suponerun mayor coste de financiación, no solo en el corto, sino también en el medio y largo plazo.No obstante, las reformas son necesarias para sentar las bases de un sistema financiero mássólido y estable para el futuro.BANCO DE ESPAÑA 84 INFORME ANUAL, 2009 3. EL ENTORNO EXTERIOR DEL ÁREA DEL EURO

euro), alcanzando niveles cercanos al 84% del PIB en Estados Unidos y al 70% en ReinoUnido a finales de <strong>2009</strong>. Se espera, además, que la tendencia al incremento de la deudapersista a pesar de la recuperación económica.La preocupación por la sostenibilidad de la deuda pública ha limitado el margen de actuaciónexpansiva de las políticas fiscales, y se ha reflejado en episodios de volatilidad financiera ypresiones al alza sobre los tipos de interés soberanos en algunos países.3 <strong>El</strong> panoramatras la recuperación3.1 EL LEGADO <strong>DE</strong> LA CRISISAntes de valorar las perspectivas económicas de corto plazo, resulta conveniente tomar ciertadistancia de la coyuntura y analizar el legado que deja la crisis, y que determinará, en buenamedida, el ritmo y la duración de la recuperación económica.La crisis ha provocado unareducción del productopotencial de la economíaUna consecuencia bien conocida de la crisis es el impacto contractivo sobre los factoresproductivos —trabajo y capital— y sobre el producto potencial. Más allá del carácter cíclicodel empleo, el incremento del desempleo estructural y la menor tasa de participación asociadaa las recesiones no solo reducen el nivel de producto potencial, sino que también puedenafectar negativamente a su tasa de crecimiento de modo persistente, limitando así la capacidadde crecimiento de la economía de modo prolongado.Dada su profundidad, sunaturaleza financiera y lamagnitud de la respuesta de lasautoridades, la crisis dejaráprofundas secuelas, quecondicionarán la senda decrecimiento en el medio plazoPero la crisis va a dejar otro tipo de secuelas en el sistema económico y financiero que tambiénpueden condicionar el crecimiento de medio y largo plazo en las economías avanzadasy, por ende, en la economía mundial. Este legado es consecuencia de la propia profundidadde la crisis y de la magnitud de la respuesta de las autoridades, pero también se deriva de losdesequilibrios globales en la etapa de crecimiento anterior a la crisis y que todavía suponenajustes pendientes. Más concretamente, se pueden destacar, al menos, tres elementos quepesarán sobre las perspectivas económicas en los próximos años: el redimensionamiento y larecomposición del sistema financiero, el proceso de desapalancamiento de los agentes privadosno financieros y el deterioro de las finanzas públicas.La capacidad de intermediaciónfinanciera de las economíasse ha visto reducida de maneraduraderaLas recesiones acompañadas o inducidas por crisis financieras y bancarias dejan secuelasmás duraderas y profundas por el deterioro de la capacidad de intermediación financiera de laeconomía que provocan. Como consecuencia de la crisis, el tamaño del sistema financiero seha reducido considerablemente, debido tanto a la desaparición de entidades como a la contraccióndel negocio. Una parte de esta contracción viene inducida por la caída de la actividad,pero otra parte —no necesariamente menos importante— puede resultar mucho más persistente.En particular, algunos segmentos de los mercados de titulización, sobre todo de productosestructurados, estaban fundamentados en una estructura de asignación de riesgo y enunas instituciones de mercado inadecuadas, que han estado en el origen de la crisis y que handejado de existir.Por otro lado, después de una crisis, el entorno financiero suele mostrar unos comportamientosy estrategias más cautos, en marcado contraste con la elevada preferencia previa por elriesgo, y que tenderá a reflejarse en el retorno a un modelo más tradicional de negocio porparte de las instituciones financieras. Por encima de estos elementos se superponen los desarrollosregulatorios nacionales, coordinados a escala global y encaminados a robustecer lossistemas financieros y mitigar la recurrencia de futuras crisis (véase recuadro 3.2). Todo ello setraducirá probablemente en condiciones de financiación menos holgadas que las observadasantes de la crisis, lo que puede limitar la disponibilidad de crédito en la economía y suponerun mayor coste de financiación, no solo en el corto, sino también en el medio y largo plazo.No obstante, las reformas son necesarias para sentar las bases de un sistema financiero mássólido y estable para el futuro.<strong>BANCO</strong> <strong>DE</strong> ESPAÑA 84 <strong>INFORME</strong> <strong>ANUAL</strong>, <strong>2009</strong> 3. EL ENTORNO EXTERIOR <strong><strong>DE</strong>L</strong> ÁREA <strong><strong>DE</strong>L</strong> EURO

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