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Discapacidades e inclusión social - Cortes de Aragón

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estudios universitarios son tres veces menos (7,3%) que la media española(22,8%). El factor edad pue<strong>de</strong> sesgar mucho las anteriores comparacionesya que la proporción <strong>de</strong> personas con discapacidad con más <strong>de</strong> 64 años(57,4% <strong>de</strong>l colectivo) es muy superior a la <strong>de</strong> la población general (16,5%).Tiene más interés comparar los niveles educativos en el tramo <strong>de</strong> edad laboral,entre 16 y 64 años, lo que haremos en el próximo apartado.La distribución general <strong>de</strong> niveles educativos varía notablemente por sexos:la tasa femenina <strong>de</strong> analfabetismo entre las personas con discapacida<strong>de</strong>s mucho mayor (13,1%) que la masculina (7,3%) y los hombres contítulo universitario bastantes más (9%) que las mujeres (5,8%).Si aten<strong>de</strong>mos al origen <strong>de</strong> las discapacida<strong>de</strong>s, los niveles más bajos <strong>de</strong> formaciónse dan entre quienes presentan <strong>de</strong>ficiencias múltiples (el 59% no ha terminadoestudios primarios), mentales (56%) y <strong>de</strong>l lenguaje, habla y voz (53%).En estos tres casos la tasa femenina supera siempre el 60% mientras que lamasculina ronda el 50%. En el polo opuesto, los niveles más altos correspon<strong>de</strong>na quienes pa<strong>de</strong>cen <strong>de</strong>ficiencias <strong>de</strong>l sistema nervioso (9% con estudios superiores,con equilibrio <strong>de</strong> ambos sexos) o <strong>de</strong>l oído, en este caso con un diferencialimportante entre hombres (10% con título superior) y mujeres (5%).La escolarización <strong>de</strong> la población se produce casi exclusivamente en la edadinfantil y juvenil, por lo que conviene distinguir el nivel <strong>de</strong> estudios alcanzadopor quienes ya tenían discapacidad en ese tramo <strong>de</strong> edad (medio millón)y el resto (3 millones); estos últimos, en principio, tendrían que atenerse alos niveles medios <strong>de</strong> estudios <strong>de</strong> la población general sin discapacida<strong>de</strong>s.Tal como se indicaba en el estudio cualitativo ya citado <strong>de</strong> Colectivo Ioé yCimop, «en los casos sobrevenidos (<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los 16 años) ya se ha producidola <strong>social</strong>ización familiar y educativa; a<strong>de</strong>más, en muchos casos tambiénexiste –previa a la aparición <strong>de</strong> la afección– una trayectoria laboral más omenos consolidada, así como la formación <strong>de</strong> un hogar-familia propio. Deeste modo, la discapacidad no “marca” la construcción <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>lsujeto, que ya estaba previamente configurada en su infancia» (ColectivoIoé y Cimop, 1998: 233). El 58% <strong>de</strong> los casos <strong>de</strong> discapacidad congénitainfantilse iniciaron en el parto o en el primer año <strong>de</strong> vida, y el restante 42%,<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cumplir un año y antes <strong>de</strong> cumplir 16. Por tanto, la mayoría seescolarizó encontrándose en situación <strong>de</strong> discapacidad.Perfil educativo <strong>de</strong> las personas con discapacidad 97

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