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Descargar edición 2010 - Facultad de Humanidades y Ciencias

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y queremos vamos comprendiéndonos a nosotros mismos, las acciones queelegimos van también poniendo en claro el sentido profundo, la intención <strong>de</strong>nuestra vida. La ciudad se forma <strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong> dos tipos <strong>de</strong> discursos: undiscurso <strong>de</strong>l hacer que concierne a cada uno, <strong>de</strong> la tarea propia <strong>de</strong> cadaindividuo y cada empresa o institución, y un discurso <strong>de</strong>l obrar que es undiscurso ético que integra esos saberes y haceres particulares en un 'sentidocomún' que es el bien común <strong>de</strong> la ciudad. Ese concepto <strong>de</strong>l bien común es unmero nombre indicador, no un concepto <strong>de</strong>finido. Alu<strong>de</strong> simplemente a unaintención que va eligiendo o <strong>de</strong>sterrando una u otra actuación concreta, un fin uotro, unos medios u otros <strong>de</strong> alcanzar fines.Si el obrar se manifiesta <strong>de</strong> modo inmediato en un discurso sobre el biencomún que ha <strong>de</strong> elegir y dar sentido a los fines que han <strong>de</strong> regir el quehacer <strong>de</strong>los ciudadanos, esto significa que no hay una <strong>de</strong>scripción a priori <strong>de</strong>l biencomún, una regla a seguir. Las leyes <strong>de</strong> la ciudad rigen ciertamente la actuación<strong>de</strong> los ciudadanos, pero las leyes expresan, no constituyen el sentido <strong>de</strong> la vida<strong>de</strong> la ciudad. Las leyes son un producto <strong>de</strong> un saber obrar que <strong>de</strong>fine reglas. Elobrar, lo ético no está en seguir las reglas, sino en formularlas. Lo cual significaque la ética se i<strong>de</strong>ntifica con el propio discurso <strong>de</strong> la ética. Ese es el sentido <strong>de</strong>ldiálogo. Mediante un continuo hablar y argumentar (dia lógos) vamos formulandolo conveniente y lo aceptable. Es ese un diálogo abierto a todos y sólo aquelloque logra convencer a la mayoría es admitido como bueno, sin que por ello secierre el diálogo ni se llegue a una convicción <strong>de</strong>finitiva y <strong>de</strong>finitoria. En eso sediferencia la retórica, el discurso ético <strong>de</strong>l quehacer ciudadano, <strong>de</strong>l discursoprofesional <strong>de</strong>l quehacer productivo o técnico.En éste último se <strong>de</strong>tiene el discurso al llegar a la conclusión verda<strong>de</strong>ra:dado esto y lo otro, hay que aceptar tal o cual cosa. El discurso <strong>de</strong>l obrar es undiacurso abierto y problemático en el que los conceptos nunca se hacenabstractos sino que estan abiertos a la riqueza <strong>de</strong>l contexto <strong>de</strong> cada situación.Una ética cerrada es fundamentalista. La ética abierta es una ética íntimamenteligada al discurso. Etica et rhetorica convertuntur. Por eso, mientras la misión <strong>de</strong>lprofesional en la colectividad es el saber hacer las cosas bien, la misión <strong>de</strong>lpolítico, como ciudadano primus inter pares, es (o <strong>de</strong>biera ser) el hablar bienacerca <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>be hacerse Como <strong>de</strong>cía nuestro compatriota romano, elcalagurritano Quintiliano ya mencionado, el orador, es <strong>de</strong>cir el político, ha <strong>de</strong> serun vir bonus dicendi peritus, un hombre bueno que experto en el <strong>de</strong>cir. El buen<strong>de</strong>cidor <strong>de</strong>be ser un ejemplo <strong>de</strong> buen obrar, trayendo lo uno consigo a lo otro. La<strong>de</strong>magogia no es un buen <strong>de</strong>cir ya que es un mal obrar. En esto tiene razón elsaber popular que exige una correspon<strong>de</strong>ncia entre palabra y obra. Pero laejemplaridad <strong>de</strong>l político no <strong>de</strong>be ser la <strong>de</strong> aquel que vive como enseña, queesto es más bien fundamentalismo, sino la <strong>de</strong> aquel que, siendo honrado,enseña como vive.***414 -MÓDULO 3 – GEOGRAFÍA POLÍTICA Y CULTURAL

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