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Descargar edición 2010 - Facultad de Humanidades y Ciencias

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Nuestra palabra «ciudad» no <strong>de</strong>signa ya en primer lugar la vidaciudadana, sino el escenario en el que esa vida ciudadana se <strong>de</strong>sarrolla. Y lasinstituciones creadas para posibilitar y promover la actividad ciudadana se nospresentan como entida<strong>de</strong>s ajenas a nosotros a las que jerárquicamente estamossubordinados (…) Como consecuencia <strong>de</strong> esta alienación, los saberes queintegran la vida ciudadana han sufrido un trueque en el que un saberexperiencial y cotidiano, que es el saber <strong>de</strong> lo que es conveniente para la vidahumana e indicador <strong>de</strong>l sentido <strong>de</strong> nuestra existencia, se ve subordinado y<strong>de</strong>terminado a una serie <strong>de</strong> saberes parciales en manos <strong>de</strong> expertos.La ciudad y su arquitectura, así como sus instituciones, ya no son unproducto <strong>de</strong> la propia actividad ciudadana, ni están inspirados por un i<strong>de</strong>al <strong>de</strong>vida en cuya formulación participen todos según su capacidad. La ciudad es unaestructura física y las instituciones son sistemas <strong>de</strong> reglas, ambos creados porprofesiones que se arrogan el conocimiento <strong>de</strong> lo que es bueno y convenientepara la vida <strong>de</strong> los ciudadanos y el diseño <strong>de</strong> aquello que ha <strong>de</strong> facilitar larealización <strong>de</strong>l sentido y las aspiraciones <strong>de</strong> todos. Surgen así en la sociedadmo<strong>de</strong>rna tres perversiones <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>mocrática que llamaré: paternalismo,profesionalismo y esteticismo, con lo que no quiero <strong>de</strong>cir que la paternidad, laprofesión o el sentido estético, <strong>de</strong> suyo sean perversos. Es la exageración <strong>de</strong> sufunción lo que pervierte a la ciudad.Enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vida ciudadanaEn socieda<strong>de</strong>s poco <strong>de</strong>sarrolladas el fenómeno social <strong>de</strong>l paternalismo esuna enfermedad infantil. En las socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>mocráticas mo<strong>de</strong>rnas, en cambio,el paternalismo es un virus. Llamo paternalismo a esa buena voluntad que vaacompañada <strong>de</strong> un prurito <strong>de</strong> superioridad, esa bondad <strong>de</strong> carácter patológicoque enmascara el uso <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r bajo la apariencia <strong>de</strong> ayuda y socorro.El paternalismo se manifiesta como <strong>de</strong>spotismo ilustrado, comocaciquismo, como simple beneficencia y ayuda al débil o como espíritu <strong>de</strong>servicio aparentemente altruista. Un paternalista en nuestra época es, a menudo,alguien que se ha abierto camino por su propio esfuerzo, empezando <strong>de</strong>s<strong>de</strong>cero, y que se halla poseído por una exacerbada vocación social y re<strong>de</strong>ntora. Lepreocupan tanto sus conciudadanos que están convencidos <strong>de</strong> que éstos sehundirán si él no resuelve sus problemas. El paternalismo posee gran<strong>de</strong>s dosis<strong>de</strong> heroismo y autosacrificio. Una actuación paternalista se caracteriza porayudar al prójimo exhonerándole <strong>de</strong> una u otra carga, sin promover soluciones niaplicar medidas que puedan conducir a una emancipación <strong>de</strong>l beneficiario, quehaga innecesaria en el futuro la ayuda. Un paternalista quiere ayudar a losdébiles, sin <strong>de</strong>struir la <strong>de</strong>bilidad y sus causas. Pues el ayudar a los <strong>de</strong>más es loque justifica la vida <strong>de</strong>l paternalista y, si esa ayuda se hiciera innecesaria, suvida <strong>de</strong>jaría <strong>de</strong> tener sentido. El paternalista típico es a menudo persona <strong>de</strong> largaexperiencia, una experiencia que le ha enseñado todo menos humildad. Elpaternalista tiene muchas horas <strong>de</strong> vuelo y sabe mejor que sus protegidos lo quea éstos les conviene. El autobombo y la ausencia <strong>de</strong> autocrítica son rasgos<strong>de</strong>stacados <strong>de</strong> su personalidad. Se siente insustituible y tiene que sacrificarseasumiendo todo tipo <strong>de</strong> tareas, pues en otro caso, cree, se hundirá todo.Esta <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l paternalismo parecerá un tanto simplista y digna <strong>de</strong>una obra <strong>de</strong> Molière. Al realzar los rasgos negativos <strong>de</strong>l paternalista como en403-MÓDULO 3 – GEOGRAFÍA POLÍTICA Y CULTURALManual <strong>de</strong> Capacitación Docente - PE Olimpíada <strong>de</strong> Geografía <strong>de</strong> la República Argentina <strong>2010</strong>.

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