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estancadas, aumentar la morbidez. La prosperidad general puede verse tambiénseriamente amenazada, y éste es quizá el aspecto más difícilmente superable,cuando la magnitud de la catástrofe llega a paralizar la actividad económica porun tiempo más o menos largo. Sin embargo, todo lo anteriormente expuestodepende de la forma como actúe el agente de los daños que produce lainundación, es decir, el agua de acuerdo con su cantidad, su velocidad y losmateriales que transporte. Los ríos en crecida son, sin duda, claramentepeligrosos, pero la crecida normal de un río incluido su desbordamiento presentatambién aspectos muy positivos.Todavía en muchas partes del mundo el ritmo del aprovechamientoagrícola depende del agua que aportan las crecidas, y también depende larenovación de la fertilidad del suelo de los sedimentos depositados tras unainundación. Muy clara tenían esta doble condición del agua en crecida losreunidos en Murcia, a finales del siglo XIX, en el Congreso contra lasinundaciones en Levante.Aludiendo en concreto a día Veja Baja se afirma. "Indudablemente allí lasinundaciones hacen un daño considerable, pero al mismo tiempo... a fuerza deinundaciones tienden a elevarse esos terrenos, efecto de los sedimentos queaquéllas van dejando... llegará un día en que no esté como hoy casi al nivel delmar... o más bajos". Quizá por estas consideraciones el congresista Sr. Baleriolaproponía la siguiente, e interesante, definición: "Inundación significa eldesbordamiento de los ríos de sus cauces naturales, arrasando los camposdedicados a la agricultura y produciendo siempre mayores daños que beneficios"(Congreso..., 1885).Este es un hecho que conviene tener en cuenta a la hora de establecerun sistema de regulación que trate de acabar con las crecidas, ya queinadvertidamente pueden desencadenarse procesos de otro tipo. Cabeinterrogarse en este sentido si el tener que regar con las aguas decantadas delos embalses no está en la base del uso progresivamente creciente de abonosartificiales para paliar el rápido empobrecimiento de los suelos en las huerta delSegura. En todo caso y en su momento ya se elevaron quejas en este sentidopor parte de los agricultores.Cabe señalar también otros aspectos positivos de las crecidas,especialmente en aquellas áreas donde un sistema de conducciones adecuadoes capaz de controlarlas; me refiero a la limpieza de cauces y aguas estancadas,beneficiosa sin duda para la salud pública. Pero aún hay más, sí las hipótesisderivadas de algunas experiencias recientes son ciertas (Trilla y Olive, 1971) elcapital de aguas subterráneas que con tanta prodigalidad se está utilizando en laactualidad en los regadíos surestinos, tiene su origen y su posibilidad derenovación precisamente en los episodios lluviosos notables capaces de darlugar a Inundaciones. Llegados a este punto conviene recordar la definiciónpropuesta por Baleriola y establecer que el riesgo natural inundación sólo puedeconsiderarse como tal cuando su saldo es mucho más negativo que positivo.El análisis de las inundacionesAl haber definido las inundaciones como un riesgo natural, y a éste comoel estado de una interacción entre el sistema natural y el humano de uso, elanálisis geográfico del fenómeno inundación tiene que referirse tanto a lascaracterísticas físicas que presente como a las de índole humana. Al tratar de111-MÓDULO 1 – GEOGRAFÍA FÍSICA Y AMBIENTALManual de Capacitación Docente - PE Olimpíada de Geografía de la República Argentina 2010.

osquejar hidrológicamente los rasgos de las inundaciones, el primer problemaque se plantea es el de establecer con propiedad qué se entiende por tales.Ello implica el fijar con claridad la separación entre aguas máximasordinarias y caudales extraordinarios que pueden calificarse como crecidas, yaque las primera son normalmente absorbidas por el sistema de adaptación a lascondiciones del río que haya establecido la sociedad ribereña (incluso aquellosgrupos de menor capacidad tecnológica); sus efectos por tanto suelen serbeneficiosos.Las crecidas en sentido estricto se producen sólo a partir de un ciertocaudal cuyos efectos ya no pueden ser fácilmente controlables por el hombre; demanera que sólo es posible hablar con propiedad de inundación cuando sesupera el caudal regulable por el sistema humano de defensa establecido ycomienzan a producirse daños no previstos.Es la conjunción de los rasgos hidrológicos de una cuenca y el sistemade control humano establecido lo que proporciona a las crecidas su calidad deriesgo a partir de cierto umbral de inadecuación. Pero para los grupos humanosque viven en áreas de riesgo, tan importante al menos como la caracterizacióndetallada de un cataclismo de este tipo es el conocer las posibilidades de que serepita. Se incluye aquí tanto la predicción de avenidas (con finalidad deprecaverse) como la previsión de sus características (Ward, 1978), en la queentra el cálculo de su probable magnitud.Con un conocimiento profundo de los caracteres hidrológicos de unacuenca y datos suficientes de un período bastante largo existen procedimientosestadísticos para establecer la probabilidad de que un evento se repita; másdifícil, por no decir imposible, en el estado actual de nuestros conocimientos, esprever su magnitud.La intensidad de una crecida se refiere al tiempo que transcurre desde elmomento en que las aguas alcanzan el nivel de inundación (o punto cero de losdaños) hasta que llegan a su punto culminante. Parece claro que este es unaspecto de las inundaciones en el que desempeñan un papel singular losfactores morfológicos de la cuenca. También es evidente que este período detiempo reviste caracteres críticos, pues durante él la colectividad afectada trataráde realizar adaptaciones de urgencia para reducir daños: reforzamiento dedefensas, intentos de derivación o, simplemente, ponerse a salvo en una altura,como tantas veces se comprueba al leer los relatos de inundaciones.Por último, la duración es un aspecto estrechamente relacionado con eltipo de inundación. y depende de factores muy variados, tales como lascaracterísticas de la lluvia caída, las condiciones topográficas del terreno, el tipode roquedo, la presencia o ausencia de cobertura vegetal, existencia deobstáculos que dificulten la retirada de las aguas, etc. Tal cúmulo de factores dalugar a que este parámetro sea muy variable y una avenida pueda oscilar en suduración entre pocos minutos y más de un mes. La personalidad de la sociedadasentada en el sector susceptible de inundarse es, como ya se ha visto, elsegundo aspecto que permite caracterizar el riesgo.Cabe entonces considerar, en primer lugar, la naturaleza de la ocupaciónhumana en el sector inundable. Singularmente la densidad de la colonizaciónhumana y la dotación en bienes y servicios de que disponen, ya que todoaumento en la intensidad de ocupación del área incremento el daño potencial de112 -MÓDULO 1 – GEOGRAFÍA FÍSICA Y AMBIENTAL

osquejar hidrológicamente los rasgos <strong>de</strong> las inundaciones, el primer problemaque se plantea es el <strong>de</strong> establecer con propiedad qué se entien<strong>de</strong> por tales.Ello implica el fijar con claridad la separación entre aguas máximasordinarias y caudales extraordinarios que pue<strong>de</strong>n calificarse como crecidas, yaque las primera son normalmente absorbidas por el sistema <strong>de</strong> adaptación a lascondiciones <strong>de</strong>l río que haya establecido la sociedad ribereña (incluso aquellosgrupos <strong>de</strong> menor capacidad tecnológica); sus efectos por tanto suelen serbeneficiosos.Las crecidas en sentido estricto se producen sólo a partir <strong>de</strong> un ciertocaudal cuyos efectos ya no pue<strong>de</strong>n ser fácilmente controlables por el hombre; <strong>de</strong>manera que sólo es posible hablar con propiedad <strong>de</strong> inundación cuando sesupera el caudal regulable por el sistema humano <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa establecido ycomienzan a producirse daños no previstos.Es la conjunción <strong>de</strong> los rasgos hidrológicos <strong>de</strong> una cuenca y el sistema<strong>de</strong> control humano establecido lo que proporciona a las crecidas su calidad <strong>de</strong>riesgo a partir <strong>de</strong> cierto umbral <strong>de</strong> ina<strong>de</strong>cuación. Pero para los grupos humanosque viven en áreas <strong>de</strong> riesgo, tan importante al menos como la caracterización<strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> un cataclismo <strong>de</strong> este tipo es el conocer las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que serepita. Se incluye aquí tanto la predicción <strong>de</strong> avenidas (con finalidad <strong>de</strong>precaverse) como la previsión <strong>de</strong> sus características (Ward, 1978), en la queentra el cálculo <strong>de</strong> su probable magnitud.Con un conocimiento profundo <strong>de</strong> los caracteres hidrológicos <strong>de</strong> unacuenca y datos suficientes <strong>de</strong> un período bastante largo existen procedimientosestadísticos para establecer la probabilidad <strong>de</strong> que un evento se repita; másdifícil, por no <strong>de</strong>cir imposible, en el estado actual <strong>de</strong> nuestros conocimientos, esprever su magnitud.La intensidad <strong>de</strong> una crecida se refiere al tiempo que transcurre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> elmomento en que las aguas alcanzan el nivel <strong>de</strong> inundación (o punto cero <strong>de</strong> losdaños) hasta que llegan a su punto culminante. Parece claro que este es unaspecto <strong>de</strong> las inundaciones en el que <strong>de</strong>sempeñan un papel singular losfactores morfológicos <strong>de</strong> la cuenca. También es evi<strong>de</strong>nte que este período <strong>de</strong>tiempo reviste caracteres críticos, pues durante él la colectividad afectada tratará<strong>de</strong> realizar adaptaciones <strong>de</strong> urgencia para reducir daños: reforzamiento <strong>de</strong><strong>de</strong>fensas, intentos <strong>de</strong> <strong>de</strong>rivación o, simplemente, ponerse a salvo en una altura,como tantas veces se comprueba al leer los relatos <strong>de</strong> inundaciones.Por último, la duración es un aspecto estrechamente relacionado con eltipo <strong>de</strong> inundación. y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> factores muy variados, tales como lascaracterísticas <strong>de</strong> la lluvia caída, las condiciones topográficas <strong>de</strong>l terreno, el tipo<strong>de</strong> roquedo, la presencia o ausencia <strong>de</strong> cobertura vegetal, existencia <strong>de</strong>obstáculos que dificulten la retirada <strong>de</strong> las aguas, etc. Tal cúmulo <strong>de</strong> factores dalugar a que este parámetro sea muy variable y una avenida pueda oscilar en suduración entre pocos minutos y más <strong>de</strong> un mes. La personalidad <strong>de</strong> la sociedadasentada en el sector susceptible <strong>de</strong> inundarse es, como ya se ha visto, elsegundo aspecto que permite caracterizar el riesgo.Cabe entonces consi<strong>de</strong>rar, en primer lugar, la naturaleza <strong>de</strong> la ocupaciónhumana en el sector inundable. Singularmente la <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> la colonizaciónhumana y la dotación en bienes y servicios <strong>de</strong> que disponen, ya que todoaumento en la intensidad <strong>de</strong> ocupación <strong>de</strong>l área incremento el daño potencial <strong>de</strong>112 -MÓDULO 1 – GEOGRAFÍA FÍSICA Y AMBIENTAL

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