Luis FeLipe Bravo Mena - Reporte Indigo

Jóvenes seguidores del presidente Hugo Chávez celebran el triunfo de los candidatosdel partido oficial.Eso se debe, en parte, a una cultura populista fuertementearraigada que el gobierno ha afianzado con su retórica bolivariana,su utilización de la chequera petrolera y la demonización y persecuciónde sus retadores.Un reciente sondeo de Datanálisis le otorgaba un índice deaprobación de 58 por ciento: es una recuperación sustancial trascaer a 35 por ciento a comienzos de este año, cuando la escasez, lainflación y el crimen pusieron a muchos simpatizantes del gobiernocontra el régimen.Pero el costo del resurgimiento de Chávez será alto, tanto económicacomo políticamente. Su último presupuesto estuvo basadoen la presunción de que el precio promedio del barril de crudosería de 90 dólares.Foto: APPero la caída de la demanda, ligada a la recesión global, hahecho que la cotización del crudo venezolano baje a 40 dólares. Sibien valía 8 dólares cuando Chávez asumió el cargo, lo que sugeriríaque incluso un precio de entre 30 y 40 dólares le garantizaríaingresos fiscales con los que no soñaba cuando planeaba sucaptura de las instituciones del país desde adentro, no hay dudade que la crisis internacional limitará su capacidad de sobornara una vasta parte de la sociedad a través del clientelismo político.Por ello necesitaba una gran victoria el domingo pasado, paraconvocar a un referendo constitucional antes de que las consecuenciasde la recesión global corroan el sistema populista sobreel cual descansa su poder.Podemos asumir que aun así lo intentará una vez más porquesabe que las condiciones internacionales no mejorarán en lospróximos meses. Pero las posibilidades de que triunfe son muybajas.Una elección no bastará para deshacerse de Chávez. Pero loocurrido significa que la oposición será capaz de continuar suguerra de desgaste contra el gobierno matón con renovada confianza.Es trágico que una generación entera de venezolanos haya tenidoque dedicar buena parte de sus mejores años a la resistenciacontra la dominación de un autócrata. Pero esa frustración no esnada comparada con la que debe sentir Chávez tras 10 años deincapacidad para establecer una segunda Cuba en América Latina.c.2008 Washington Post Writers Group