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eular - Sociedad Española de Reumatología

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Obituariosus aciertos diagnósticos: era un virtuoso <strong>de</strong> la semiología,hoy <strong>de</strong>masiado olvidada por los médicos jóvenes.¡Cuántas veces nos admiró con el modo <strong>de</strong> explorar unacolumna vertebral! ¡Qué pocas, pero qué precisas maniobrassemiológicas requería para llegar al diagnóstico! Susmétodos <strong>de</strong> exploración eran por lo <strong>de</strong>más originales. Lamaniobra que empleaba para diferenciar un dolor lumbar<strong>de</strong> un dolor sacroilíaco se me antoja superior a algunas <strong>de</strong>las clásicas maniobras sacroilíacas. Pero el virtusismo semiológico,que con diferencia <strong>de</strong>sprecian los jóvenesresi<strong>de</strong>ntes, excesivamente impresionados por la mo<strong>de</strong>rnatecnología, no le era innato. Lo había adquirido a base <strong>de</strong>gran constancia en los primeros años <strong>de</strong> su formación allado <strong>de</strong>l profesor Pedro Pons y <strong>de</strong> su maestro y padre <strong>de</strong>la Reumatología europea, Jaques Forestier en el HospitalReina Hortensia en Aix-les-Bains (Francia). Toda su experienciaquedó plasmada en un libro clásico <strong>de</strong> la Reumatologíaespañola, ‘Semiología <strong>de</strong> los reumatismos’, texto<strong>de</strong> lectura obligatoria para todo reumatólogo que se precie,¡40 años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> publicado!En tercer y último lugar, su elaboración diagnóstica estabapresidida por una exquisita capacidad <strong>de</strong> valoración,<strong>de</strong> aceptar lo fundamental y rechazar lo superfluo,<strong>de</strong> separar el grano <strong>de</strong> la paja, es <strong>de</strong>cir, por ese ‘seny’<strong>de</strong> los catalanes, algo más que sentido común, pru<strong>de</strong>ncia,equilibrio, etc., tan justamente conocido.Decía Pedro Pons en su discurso <strong>de</strong> ingreso a la RealAca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Medicina, que para que un profesorpueda consi<strong>de</strong>rarse maestro, no basta haber dictadomuchas lecciones magistrales, sino que tiene necesariamenteque formar escuela, “cuando llega a formarse contiempo y tesón, un núcleo importante <strong>de</strong> colaboradores,entonces se ha logrado formar escuela y el profesor seconvierte en maestro”. Maestro no es un títulouniversitario, pue<strong>de</strong> serlo quien está fuera <strong>de</strong> las aulas yse pue<strong>de</strong> negar a bastantes que integran la actual y endogámicauniversidad española. El Dr. Rotés nunca tuvoninguna titularidad universitaria, pero el calificativo <strong>de</strong>maestro pue<strong>de</strong> aplicársele con toda justicia. Su escuelaha alcanzado el grado <strong>de</strong> las <strong>de</strong> mayor significación en laReumatología española. Como anécdota que ilustra sumagisterio, no olvidaré jamás una noche en Atenas. Laciudad marmórea que en ocasiones simula una gigantescacolumna <strong>de</strong> hormigón armado, compatible con laestética <strong>de</strong>l NO-DO franquista, fue escenario en el escondidoencanto <strong>de</strong>l barrio <strong>de</strong> la “Plaka” <strong>de</strong> una inesperadalección <strong>de</strong> Reumatología. Tras la cena en una taberna típicase levantó y ante la sorpresa <strong>de</strong> los allí presentes y<strong>de</strong>l estupor <strong>de</strong> los transeúntes nos explicó en plena callelos distintos tipos <strong>de</strong> cojera, ¡lección inolvidable!El Dr. Rotés tenía un gran carisma como maestro, una capacidadpedagógica increíble y una inquietud constante enel estudio <strong>de</strong>l enfermo. Como todos los gran<strong>de</strong>s maestroseran habituales sus comentarios sobre la última películaque había visto, el libro que estaba leyendo o incluso, faltaríamás, <strong>de</strong> los resultados <strong>de</strong> nuestro querido Barça.Rotés investigadorEl Dr. Rotés supo limitarse al campo <strong>de</strong> la clínica sin preten<strong>de</strong>rocuparse <strong>de</strong> problemas básicos que pudieran exce<strong>de</strong>r<strong>de</strong> su área. Pero a pesar <strong>de</strong> todo, su obra está impregnada<strong>de</strong> aportaciones originales: nuevos signos ymaniobras clínicas, términos <strong>de</strong>scriptivos y esquemas didácticosoriginales. No era muy partidario <strong>de</strong> las revisionesbibliográficas y exigía que se escribiera con base en unaexperiencia propia. Sin preten<strong>de</strong>r citar una lista exhaustiva<strong>de</strong> sus trabajos, <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>stacar sus aportaciones a la brucelosis.Su artículo ‘Manifestaciones osteoarticulares <strong>de</strong> labrucelosis’, su tesis doctoral publicada en 1957, sigueRotés maestroEl Dr. Rotés ha sido la figura más <strong>de</strong>stacada <strong>de</strong> la Reumatologíaespañola <strong>de</strong> todos los tiempos. Su magisterio se prolongócon entusiasmo y constancia a lo largo <strong>de</strong> muchosaños. No sólo en su Servicio, sino en las reuniones <strong>de</strong> la <strong>Sociedad</strong>Catalana <strong>de</strong> Reumatología y en los congresos <strong>de</strong> la<strong>Sociedad</strong> Española <strong>de</strong> Reumatología. Formó escuela y losreumatólogos formados en ella se caracterizan por una improntaindiscutible: la metódica y sistemática exploraciónque realizamos a todos nuestros pacientes.el calificativo <strong>de</strong>maestro se le pue<strong>de</strong>aplicarsiendo <strong>de</strong> lectura obligada para todo estudioso <strong>de</strong>l temay la <strong>de</strong>scripción junto con su maestro Forestier <strong>de</strong> la hiperostosisanquilosante vertebral senil.Cuando observó que aquellos sin<strong>de</strong>smofitos <strong>de</strong> supuestosespondilíticos eran mucho más groseros y lospresentaban pacientes <strong>de</strong> edad avanzada. Su monografíasobre el síndrome psicógeno <strong>de</strong>l aparato locomotores, a mi enten<strong>de</strong>r, la forma más clínica <strong>de</strong> abordar el problema,puesto que cualquiera que sea la etiqueta conque nos marcan al enfermo, los pacientes con reumatismopsicógeno siguen siendo los mismos. Su campoha sido invadido por la fibromialgia, término que suenabien y es aceptado por los enfermos. Sin embargo, nopuedo silenciar mi escepticismo sobre este síndromepsicógeno sofisticado que se diagnostica apretandouna serie <strong>de</strong> puntos. Se necesita ser muy poco clínico30 página

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