Moverse por laciudadMoverse entre el tráfico urbanode cualquier ciudad no es fácil niresulta tarea cómoda. Lo sabenmuy bien todos aquellos que porsu profesión se ven obligados aenfrentarse a diario con todas lascircunstancias que rodean elasfalto de las calles de una ciudad.<strong>El</strong> taxista es uno de los profesionales<strong>del</strong> volante que mejorconoce lo que supone estar tantashoras metido en el bullicio <strong>del</strong>tráfico; sin duda su trabajo resultamás fatigante que otros, aunquesólo sea porque debe asumir queno todo el mundo va a tener uncomportamiento cívico, sea a pieo con un vehículo motorizado,obligándole a mantener una atenciónconstante durante toda lajornada laboral.Mejor el cambio de marchaautomáticoTantas horas al volante puedeentrañar un desgaste físico parael conductor, pero el constantearranca y para <strong>del</strong> tráfico no esmenos fatigante para la mecánica.Hay elementos mecánicos enun taxi que son sometidos a unmayor esfuerzo que en un turismoque circule por carretera. Una <strong>del</strong>as cosas que más me sorprenden<strong>del</strong> taxista español es surechazo a las transmisiones automáticas,cuando fuera de nuestrasfronteras, hay países comoAlemania, Suiza, Austria o Suecia,en los que prácticamente la totalidadde los taxis van con cambioautomático; resulta mucho másdescansado para quien se pasadiez o más horas sentado alvolante en un constante arranca ypara y, en el fondo, se castigamenos el embrague e incluso elmotor.Como usuaria <strong>del</strong> taxi he podidoconstatar que hay conductoresque apenas arrancan de unsemáforo cambian con mucharapidez de velocidad para ir encuarta o quinta cuando el cocheapenas ha alcanzado los 30 km/hde velocidad crucero. Puede quelo hagan por una razón de economíaen la creencia de que así gastanmenos combustible, pero esaactitud no es nada positiva parael motor que al no rodar en regímenesadecuados a cada velocidad,puede acabar siendo unmotor perezoso, sin “marcha”cuando salga a la carretera. Losestudios son bien contundentes:en una jornada laboral de diezhoras, un taxista cambia de marchas3.000 veces, con todo loque ello comporta de esfuerzofísico para él y de desgaste parala caja de cambios, la palanca y elembrague. Con una transmisiónautomática, no sólo la conducciónresulta más relajada, sinoque también el motor rueda alrégimen adecuado en todomomento y hay menos peligro deaverías. Otro elemento sometidoa duro desgaste en circulaciónurbana son los frenos, a los quemuy pocas veces se les ayuda ensu trabajo mediante reduccionesde marcha o, lo que comúnmentese llama utilizar el freno motor.“En una jornada el taxistacambia de marchas 3.000veces”La circulación urbana es unadecálago de actitudesDejando a un lado el apartadomecánico, la circulación urbanaes todo un decálogo de actitudesno siempre positivas por parte detodos, conductores y peatones.Recientemente se ha publicadoun estudio realizado por la compañíaaseguradora Línea Abiertasobre los hábitos <strong>del</strong> conductorespañol que deberían sonrojar amás de uno. Centrándonos en laComunidad Autónoma de Catalunya,un 22% de los conductoresencuestados admite que en suquehacer diario superan el límitemáximo de velocidad en ciudad,pero es que un 35% acelera conel semáforo en ámbar, un 21%aparca en doble fila y, por si fuerapoco, el 16% no para en los<strong>TAXI</strong> - 38
Motorpasos de cebra. Es sólo unapequeña muestra de cómo se circulapor la ciudad, por no hablarde la cada vez más frecuentecostumbre de salir de los semáforosen rojo, con el peligro que elloconlleva.<strong>El</strong> ejemplo de Nueva YorkAlgunos peatones con su actitudinsolidaria cruzando la calle fuerade los pasos habilitados para ellotampoco ayudan a mejorar elcaos urbano, pero todo es solucionable,si se pone empeño enello. Hace unos años, Nueva Yorkera una ciudad tomada por lospeatones que cruzaban las callesno importaba por donde. <strong>El</strong> alcaldeGiuliani emprendió una ampliacampaña en la que puso muchosmedios económicos y a buenaparte de los efectivos de la policía.La campaña primero fue deconcienciación durante un largoperíodo y después punitiva paralos transgresores; hoy en día, nodeja de ser una agradable sorpresaver que los neoyorquinosesperan pacientemente a que elsemáforo se ponga de color verdepara cruzar la calle y lo hacen respetandolos pasos. Algo semejantepodría ocurrir aquí. De hecho,la mayor campaña se ha hechocon el uso <strong>del</strong> teléfono móvil, artilugiomuy de moda y origen ocausa de más de un conflictourbano, pero todavía podríahacerse más con los cinturonesde seguridad o los retrovisoresexteriores, tanto de los cochescomo de las motos, algunos enmal estado, rotos o, simplemente,desaparecidos. Tampoco estaríamal que entre todos aquellosPublicitattaxistas, por ejemplo, que utilizanlas emisoras para algo más queuna mera conversación profesionalcon la centralita, se tomaraconciencia de que lo mismo distraehablar por teléfono que por laradio.Mª Ángeles Pujol<strong>TAXI</strong> - 39