Panorama_Estrategico_2015

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11.07.2015 Views

Martín Ortega Carceléntes, sobre todo porque afectan a la economía rusa y a la población rusaen su conjunto. En el lado europeo, los países más afectados por las sancionesde uno y otro signo fueron los Estados ribereños del mar Báltico.Aunque el primer ministro ruso, Dimitri Medvédev, habló de efectos negativosde las sanciones y de las contramedidas rusas sobre la economíade la UE, cifrados en unos noventa mil millones de dólares, es evidenteque los efectos sobre la economía rusa son mayores, sobre todo teniendoen cuenta la coincidencia en el tiempo de movimientos financierosinternacionales, que evitaron los productos rusos, y de los bajos preciosglobales de los hidrocarburos.En el Consejo Europeo de diciembre de 2014, los líderes europeos añadieronsanciones relativas a Crimea, al impedir inversiones en ese territorioy al prohibir escalas de cruceros turísticos en sus puertos. Eneste punto las posiciones parecían encastilladas. La UE insistía en que laanexión de Crimea a Rusia era inaceptable, mientras que las autoridadesrusas respondían que la península era una «parte inalienable» de Rusia,insistiendo en el hecho de que a lo largo de la historia la región tuvo unvínculo estrecho con Moscú al suponer su salida natural al mar Negro.Con todo, el discurso de los europeos intentaba ser de búsqueda de conciliación.La Alta Representante Federica Mogherini dijo en diciembre queel presidente Putin «debería reflexionar seriamente sobre la necesidadde introducir un cambio radical en su actitud», mientras que la cancilleralemana Angela Merkel declaró que el objetivo final es «la cooperacióneuropea con Rusia, no contra Rusia», aunque se mostró invariable en lareclamación de la integridad territorial de Ucrania. Al mismo tiempo, enel Consejo de diciembre de 2014, la Unión Europea decidió una ayudafinanciera para Ucrania.Por lo que se refiere a la reacción de la OTAN ante la crisis, se basó enuna fuerte condena de la actitud de Rusia, formulada principalmente enla cumbre de la Alianza en Gales que tuvo lugar en septiembre de eseaño. El conflicto en Ucrania y la amenaza del uso de la fuerza armadapor parte de Rusia, al considerar el Parlamento ruso una autorización deluso de la fuerza militar que luego fue retirada, generaron «una crisis deconfianza muy importante entre la OTAN y Rusia», según señaló el embajadorespañol Miguel Aguirre de Cárcer. 16La Alianza Atlántica decidió reforzar los vuelos de vigilancia de losAWACS y aumentar la policía aérea sobre los países bálticos para evitarviolaciones del espacio aéreo e intimidaciones por parte de Rusia. Al mismotiempo, el Consejo del Atlántico Norte aprobó un paquete de medidaspara asegurar el despliegue marítimo y preparar ejercicios en las zonasorientales de la Alianza. En 2014 fue interesante constatar que el final16AGUIRRE DE CÁRCER, Miguel: «La OTAN y la crisis de Ucrania», Revista Española deDefensa, mayo de 2014, pp. 44-47.64

Reformas en casa, problemas en el vecindario:...de la operación ISAF en Afganistán, confirmado en la cumbre de la OTANde septiembre, y que se verificó a finales de año, fue acompañado de unavuelta a la actualización de los planes de contingencia de la Alianza en elescenario europeo. Esto contrasta con la política seguida desde el fin dela Guerra Fría de promover el diálogo institucional entre la OTAN y Rusia,a pesar de desencuentros puntuales.Algunos autores destacaron los perjuicios propios que causan las sancionescontra Rusia o las contramedidas que Rusia adoptó en 2014, que, porejemplo, afectan a las exportaciones españolas de productos agrícolas. 17Sin embargo, parecen mucho más graves las posibles escaladas en losdos sentidos que pueden producirse, ya que podrían afectar a cuestionesmás sensibles como la exportación de gas y petróleo. A finales de 2014era evidente que tanto las sanciones europeas como los bajos preciosen el mercado internacional del petróleo y del gas afectaban muy negativamentea Rusia. La bolsa de Moscú había descendido con fuerza, losbonos estatales rusos tenían que pagar intereses muy altos, situados enporcentajes de dos cifras, y el valor del rublo había caído. Todo ello habíaproducido preocupación y protestas entre la población rusa, que el presidentePutin intentó acallar con medidas extraordinarias en diciembre de2014, como el decreto de ayudas económicas para parte de la población.Al mismo tiempo Rusia amenazaba con represalias contra los socios europeosy contra los países occidentales. La percepción al final del año eraque Rusia se encontraba en una posición de debilidad, aunque el potencialde posibles medidas en el campo energético siempre existía. Al mismotiempo, ciertas maniobras militares de Rusia en algunos puntos de susfronteras eran preocupantes. En estas circunstancias, calmar el juego ydiscutir en una mesa de negociaciones parecían las opciones más razonablespara Rusia y para los socios europeos y occidentales, ya que losriesgos de una escalada siempre son incalculables. Nadie pensaba volvera una guerra fría. Evidentemente, un conflicto de esas dimensiones estáfuera de lugar en el mundo del siglo xxi. Pero un conflicto armado local ouna guerra energética podrían producir consecuencias muy indeseablessobre el comercio, las comunicaciones o la economía globales, que nointeresan a la Unión Europea ni a sus países miembros.ConclusiónEl año 2014 fue importante para la acción exterior de la Unión Europeapor diversas razones. En primer lugar, el cambio de Alta Representantepara la PESC permitió una evaluación de la trayectoria de Catherine Ashton.Diversos observadores señalaron que, desde su nombramiento en17FERRERO TURRIÓN, Ruth: «¿Quién gana y quién pierde con las sanciones rusas?»,comentario del Real Instituto Elcano 57/2014, Madrid, septiembre de 2014.65

Reformas en casa, problemas en el vecindario:...de la operación ISAF en Afganistán, confirmado en la cumbre de la OTANde septiembre, y que se verificó a finales de año, fue acompañado de unavuelta a la actualización de los planes de contingencia de la Alianza en elescenario europeo. Esto contrasta con la política seguida desde el fin dela Guerra Fría de promover el diálogo institucional entre la OTAN y Rusia,a pesar de desencuentros puntuales.Algunos autores destacaron los perjuicios propios que causan las sancionescontra Rusia o las contramedidas que Rusia adoptó en 2014, que, porejemplo, afectan a las exportaciones españolas de productos agrícolas. 17Sin embargo, parecen mucho más graves las posibles escaladas en losdos sentidos que pueden producirse, ya que podrían afectar a cuestionesmás sensibles como la exportación de gas y petróleo. A finales de 2014era evidente que tanto las sanciones europeas como los bajos preciosen el mercado internacional del petróleo y del gas afectaban muy negativamentea Rusia. La bolsa de Moscú había descendido con fuerza, losbonos estatales rusos tenían que pagar intereses muy altos, situados enporcentajes de dos cifras, y el valor del rublo había caído. Todo ello habíaproducido preocupación y protestas entre la población rusa, que el presidentePutin intentó acallar con medidas extraordinarias en diciembre de2014, como el decreto de ayudas económicas para parte de la población.Al mismo tiempo Rusia amenazaba con represalias contra los socios europeosy contra los países occidentales. La percepción al final del año eraque Rusia se encontraba en una posición de debilidad, aunque el potencialde posibles medidas en el campo energético siempre existía. Al mismotiempo, ciertas maniobras militares de Rusia en algunos puntos de susfronteras eran preocupantes. En estas circunstancias, calmar el juego ydiscutir en una mesa de negociaciones parecían las opciones más razonablespara Rusia y para los socios europeos y occidentales, ya que losriesgos de una escalada siempre son incalculables. Nadie pensaba volvera una guerra fría. Evidentemente, un conflicto de esas dimensiones estáfuera de lugar en el mundo del siglo xxi. Pero un conflicto armado local ouna guerra energética podrían producir consecuencias muy indeseablessobre el comercio, las comunicaciones o la economía globales, que nointeresan a la Unión Europea ni a sus países miembros.ConclusiónEl año 2014 fue importante para la acción exterior de la Unión Europeapor diversas razones. En primer lugar, el cambio de Alta Representantepara la PESC permitió una evaluación de la trayectoria de Catherine Ashton.Diversos observadores señalaron que, desde su nombramiento en17FERRERO TURRIÓN, Ruth: «¿Quién gana y quién pierde con las sanciones rusas?»,comentario del Real Instituto Elcano 57/2014, Madrid, septiembre de 2014.65

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