Panorama_Estrategico_2015

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11.07.2015 Views

Martín Ortega CarcelénNo es aquí lugar para entrar en el fondo de dichos asuntos. Otro capítulode este PANORAMA ESTRATÉGICO se dedica a los acontecimientos en esaregión. Lo que quiere subrayarse es que la acción exterior de la UniónEuropea hacia esas crisis resultó más bien escasa o falta de contenido.Evidentemente, se produjeron declaraciones, pero siempre de manerareactiva y en ningún momento dando la impresión de que la Unión teníaun papel relevante en el tratamiento de las crisis o fórmulas para suestabilización. Teniendo en cuenta la importancia de esos problemas yla tradición europea de implicación en la zona, puede afirmarse que laposición de la UE en los conflictos de 2014 en nuestro vecindario meridionalfue demasiado tímida. En la crisis de Ucrania parece que la UE tuvovoluntad de acción sin llegar a ser capaz, mientras que en los numerososconflictos abiertos del Mediterráneo y del mundo árabe a veces faltó inclusola voluntad. La impresión fue que la Unión prestaba más atencióna las crisis del este que a las del sur. Como índice de este desequilibriopueden mencionarse las declaraciones del ministro de Asuntos Exterioresfrancés, Laurent Fabius, quien dijo en público (contra los usos de ladiplomacia) que la Alta Representante había tardado demasiado en convocaruna reunión de urgencia en agosto, que Francia había solicitado,sobre el conflicto en Irak. Fabius apostilló: «cuando la gente está reventandoen una guerra, hay que volver de vacaciones». 7Hay que destacar también que los desacuerdos más llamativos sobre laacción exterior de la Unión Europea en 2014 se produjeron con respectoa los conflictos del mundo árabe, lo que demuestra que su tratamientoes complicado. Aunque la UE quiera ejercer una influencia pacificadoraexterna, las formas para hacerlo son objeto de debate. Así ocurrió,por ejemplo, con la decisión sobre el envío de armas a los kurdos paradefenderse de las milicias del llamado Estado Islámico. Mientras Franciay Reino Unido sostuvieron que era aceptable armar a los peshmergakurdos, y podía considerarse incluso ayuda humanitaria para una regiónen situación de guerra, Alemania estimó que la entrega de armas iba encontra de su política de no exportar a las regiones en conflicto abierto.Esta diferencia de puntos de vista recuerda a las divisiones políticas entreeuropeos y aliados con respecto a la intervención en Libia aprobadapor la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en2011. Mientras Francia y Reino Unido participaron activamente en esaoperación liderada por la OTAN, y España participó como aliado en cumplimientode aquella resolución pero sin participación directa en los ataques,Alemania se abstuvo en el Consejo de Seguridad, como miembro nopermanente en ese momento, y tampoco participó en la operación.7«Désaccords entre les Vingt-huit sur la fourniture d’armes en Irak», Le Monde, 13de agosto de 2014. .52

Reformas en casa, problemas en el vecindario:...La segunda cuestión que merece punto y aparte en este epígrafe es laposición de los Estados miembros y de la UE sobre un asunto relacionadocon el derecho internacional: el reconocimiento de Estados. Por lo que serefiere a Kosovo, la situación estuvo relativamente estancada a lo largode 2014. En verano de ese año, 110 Estados habían reconocido a Kosovo,pero cinco miembros de la Unión Europea todavía no lo habían hecho:Chipre, Eslovaquia, España, Grecia y Rumanía. El acuerdo entre Serbia yKosovo, en cambio, permitió un acercamiento funcional entre estos dosactores y la UE.El reconocimiento de Palestina como Estado tuvo, por otro lado, ciertasevoluciones en 2014. De los 193 miembros de Naciones Unidas, 135 habíanreconocido a Palestina como Estado, e incluso en noviembre de 2012,la Asamblea General de Naciones Unidas había aceptado el estatuto deobservador no miembro para Palestina por 138 votos a favor contra 9 y41 abstenciones. Durante 2014 diversos socios europeos comenzaron amanifestarse abiertamente a favor del reconocimiento de Palestina comoEstado, lo que permitiría concederle ciertos derechos. Así lo hicieron, porejemplo, Suecia y Reino Unido. En noviembre de 2014, el Congreso de losDiputados de España aprobó por casi unanimidad instar al Gobierno paraque reconociese a Palestina como Estado. En diciembre, el ParlamentoEuropeo hizo lo propio, ya que apoyó el principio del reconocimiento delEstado de Palestina, sobre la base de la solución de dos Estados. En elfuturo, la culminación del proceso del reconocimiento por parte de la UEy de la mayoría de la comunidad internacional no significará, obviamente,que la situación sobre el terreno cambie, pero puede permitir un entornomás positivo para resolver las cuestiones de fondo.La tercera gran área de la acción exterior de la Unión Europea que requieremención son los asuntos humanitarios, entre los que cabe incluirla cooperación al desarrollo. La Unión Europea siempre ha insistido sobreel vínculo entre seguridad y desarrollo, que es especialmente visibleen los escenarios de conflicto en África. Como es bien sabido, el conjuntode la UE y sus Estados miembros constituye con diferencia el primerdonante mundial de ayuda oficial al desarrollo, y también de asistenciaen caso de emergencia, catástrofes naturales o crisis. Igualmente, la UEproclama ser uno de los mayores defensores de los derechos humanosen el mundo, aunque esta afirmación habría que contrastarla con las experienciasconcretas en diversos lugares donde consideraciones políticasprevalecen a veces sobre el principio. Curiosamente, la insistenciaoccidental sobre la promoción de la democracia, que estuvo de moda enlos años 2000, perdió fuelle tras las revueltas en los países árabes, porquemuchas veces esas revoluciones democráticas han conducido a situacionesparadójicas en las que la comunidad internacional ha preferidola estabilidad antes que la democracia. Sin embargo, es importante sacara relucir este aspecto de su acción exterior porque la UE está trabajando53

Martín Ortega CarcelénNo es aquí lugar para entrar en el fondo de dichos asuntos. Otro capítulode este PANORAMA ESTRATÉGICO se dedica a los acontecimientos en esaregión. Lo que quiere subrayarse es que la acción exterior de la UniónEuropea hacia esas crisis resultó más bien escasa o falta de contenido.Evidentemente, se produjeron declaraciones, pero siempre de manerareactiva y en ningún momento dando la impresión de que la Unión teníaun papel relevante en el tratamiento de las crisis o fórmulas para suestabilización. Teniendo en cuenta la importancia de esos problemas yla tradición europea de implicación en la zona, puede afirmarse que laposición de la UE en los conflictos de 2014 en nuestro vecindario meridionalfue demasiado tímida. En la crisis de Ucrania parece que la UE tuvovoluntad de acción sin llegar a ser capaz, mientras que en los numerososconflictos abiertos del Mediterráneo y del mundo árabe a veces faltó inclusola voluntad. La impresión fue que la Unión prestaba más atencióna las crisis del este que a las del sur. Como índice de este desequilibriopueden mencionarse las declaraciones del ministro de Asuntos Exterioresfrancés, Laurent Fabius, quien dijo en público (contra los usos de ladiplomacia) que la Alta Representante había tardado demasiado en convocaruna reunión de urgencia en agosto, que Francia había solicitado,sobre el conflicto en Irak. Fabius apostilló: «cuando la gente está reventandoen una guerra, hay que volver de vacaciones». 7Hay que destacar también que los desacuerdos más llamativos sobre laacción exterior de la Unión Europea en 2014 se produjeron con respectoa los conflictos del mundo árabe, lo que demuestra que su tratamientoes complicado. Aunque la UE quiera ejercer una influencia pacificadoraexterna, las formas para hacerlo son objeto de debate. Así ocurrió,por ejemplo, con la decisión sobre el envío de armas a los kurdos paradefenderse de las milicias del llamado Estado Islámico. Mientras Franciay Reino Unido sostuvieron que era aceptable armar a los peshmergakurdos, y podía considerarse incluso ayuda humanitaria para una regiónen situación de guerra, Alemania estimó que la entrega de armas iba encontra de su política de no exportar a las regiones en conflicto abierto.Esta diferencia de puntos de vista recuerda a las divisiones políticas entreeuropeos y aliados con respecto a la intervención en Libia aprobadapor la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en2011. Mientras Francia y Reino Unido participaron activamente en esaoperación liderada por la OTAN, y España participó como aliado en cumplimientode aquella resolución pero sin participación directa en los ataques,Alemania se abstuvo en el Consejo de Seguridad, como miembro nopermanente en ese momento, y tampoco participó en la operación.7«Désaccords entre les Vingt-huit sur la fourniture d’armes en Irak», Le Monde, 13de agosto de 2014. .52

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