Panorama_Estrategico_2015
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José Alberto Plazalos que Estados Unidos tiene un acuerdo de libre comercio y la UniónEuropea no, están Bahrein, Omán 17 y Australia.Japón tiene trece acuerdos en vigor, uno de ellos con ASEAN, es decir, conun bloque regional. La mayor parte de sus acuerdos tienen un marcadocarácter regional, buscando el acceso a los mercados asiáticos, incluidala India. Sin embargo, Japón también ha llegado a acuerdos con tres paíseslatinoamericanos (México, Perú y Chile) y, fuera de Asia, con Suiza. Apesar de estos acuerdos interregionales, es evidente que la actividad negociadorade Japón se ha centrado más en los países asiáticos, lo que correspondea una estrategia de ganar influencia en la región. Las negociacionestanto de un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea comodel Partenariado Transpacífico cambiarán esta orientación y harán quelos acuerdos comerciales de Japón tengan un carácter más interregional.En cuanto a los BRIICS, los patrones son muy diversos. El país menos activoen esta área es, con diferencia, Brasil. Aunque miembro de MERCOSUR, setrata de una unión aduanera que no está bien consolidada y los conflictoscon Argentina son recurrentes. Por tanto, ni Brasil apoyó la apertura a nivelmultilateral, ni ha realizado esfuerzos para una apertura a nivel regional.Evidentemente, cualquier liberalización comercial tiene sus riesgos, perocuando un país es tan potente como Brasil, sorprende que no confíe ensus capacidades para sacar partido de acuerdos de libre comercio. Eneste orden de cosas, Brasil es uno de los pocos países en desarrollo/emergentes del mundo que no ha cerrado ningún acuerdo de protección ypromoción recíproca de inversiones, de forma que confía, por el momentocon éxito, en el atractivo de su mercado para la atracción de inversiones,aunque ofrezca menos seguridad jurídica que otros destinos.La falta de compromiso para negociar acuerdos comerciales y ofrecermayor certidumbre a los inversores denota que Brasil no se considerapreparado para el desafío que supone la integración en la economía globalo no confía en que la apertura al exterior sea una vía para fomentarsu crecimiento. Cuando en los dos últimos años se ha visto cómo se reducíansus tasas de crecimiento, surge preocupación sobre el modeloeconómico-comercial escogido por el país más grande de Latinoamérica.De hecho, mientras países como Perú, Colombia y México se abren al comerciointernacional por diversas vías, hay otra corriente en América Latina—formada por Bolivia, Argentina, Venezuela y Cuba— que rechaza laapertura comercial tanto en el plano multilateral como a través de acuerdoscomerciales que sigan los patrones de las excepciones establecidaspor la OMC.17Bahrein y Omán son dos países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo,una región con la que la Unión Europea lleva negociando una zona de libre cambio desdehace más de veinte años sin haber podido concluir las negociaciones.186
El comercio al servicio de la geoplolítica: presente y...Dejando a un lado el caso de África, quizás América Latina es la zona delmundo donde el debate sobre hasta qué punto debe abrirse una economíaal exterior está todavía más vivo, siendo una necesidad reconocidaen el resto de las regiones del planeta. Esta situación es especialmenterelevante para España, porque Latinoamérica ha sido su área de influenciatradicional y nuestro país podría perderla por el interés de EstadosUnidos, China o incluso Rusia por controlar la región.La Federación Rusa ha llegado hasta 2014 a trece acuerdos regionales,limitados a mercancías y con una clara estrategia de mantener las relacionescon los Estados de la antigua Unión Soviética. En el contexto delconflicto con Ucrania, se debe destacar que la Federación Rusa acordóuna zona de libre cambio con ese país ya en 1994, mientras que el acuerdocon la Unión Europea es muy reciente. Su entrada en vigor estabaprevista para noviembre de 2014, pero quedó suspendida por el conflictohasta 2016. Por otro lado, Rusia ha podido ver en este acuerdo comercialun acercamiento excesivo a la Unión Europea de un país que, para Moscú,debe estar en su esfera de influencia.La idea de negociar un acuerdo de libre cambio entre la Unión Europea yla Federación Rusa ha sido una cuestión debatida en varias ocasiones enlos últimos años, pero ha sido desechada por la falta de seguridad jurídicaque ofrecía este socio comercial. Tras la experiencia de la entrada deChina en la OMC, donde su observancia de los acuerdos comerciales hadejado bastante que desear a los ojos de un buen número de socios comerciales,habrá que esperar para comprobar si Rusia está a la altura delos compromisos asumidos. Solo si este fuera el caso, se podría pensaren una relación más ambiciosa.La Unión Europea ha intentado mantener cierta influencia a través deacuerdos comerciales con países de la antigua Unión Soviética, pero solamentelo ha conseguido en el caso de Georgia, teniendo compromisosmuy inferiores negociados con Azerbaiyán y Armenia. Sin embargo, comoen el caso de Ucrania, no hay que olvidar que estas negociaciones puedengenerar tensiones con Rusia.India cuenta con ocho acuerdos de libre comercio y también en este casose ve una fuerte orientación hacia la región. Destacan los acuerdos conASEAN, Japón, Corea del Sur y Singapur. El acuerdo con la Unión Europea,si llegara a concluirse, sería el primer acuerdo interregional, peropor el momento los avances son escasos, como ya se ha indicado.En el caso de Indonesia, gran parte de las negociaciones de acuerdos deintegración regional se han llevado a cabo en el marco de ASEAN, organizaciónde la que es miembro. También aquí se observa una inclinaciónhacia acuerdos con países asiáticos. De hecho, no participa en ningunoque esté fuera de esa área geográfica. Sin embargo, dentro de la región,la relación es intensa, porque ASEAN ha llegado a acuerdos sobre zonas187
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José Alberto Plazalos que Estados Unidos tiene un acuerdo de libre comercio y la UniónEuropea no, están Bahrein, Omán 17 y Australia.Japón tiene trece acuerdos en vigor, uno de ellos con ASEAN, es decir, conun bloque regional. La mayor parte de sus acuerdos tienen un marcadocarácter regional, buscando el acceso a los mercados asiáticos, incluidala India. Sin embargo, Japón también ha llegado a acuerdos con tres paíseslatinoamericanos (México, Perú y Chile) y, fuera de Asia, con Suiza. Apesar de estos acuerdos interregionales, es evidente que la actividad negociadorade Japón se ha centrado más en los países asiáticos, lo que correspondea una estrategia de ganar influencia en la región. Las negociacionestanto de un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea comodel Partenariado Transpacífico cambiarán esta orientación y harán quelos acuerdos comerciales de Japón tengan un carácter más interregional.En cuanto a los BRIICS, los patrones son muy diversos. El país menos activoen esta área es, con diferencia, Brasil. Aunque miembro de MERCOSUR, setrata de una unión aduanera que no está bien consolidada y los conflictoscon Argentina son recurrentes. Por tanto, ni Brasil apoyó la apertura a nivelmultilateral, ni ha realizado esfuerzos para una apertura a nivel regional.Evidentemente, cualquier liberalización comercial tiene sus riesgos, perocuando un país es tan potente como Brasil, sorprende que no confíe ensus capacidades para sacar partido de acuerdos de libre comercio. Eneste orden de cosas, Brasil es uno de los pocos países en desarrollo/emergentes del mundo que no ha cerrado ningún acuerdo de protección ypromoción recíproca de inversiones, de forma que confía, por el momentocon éxito, en el atractivo de su mercado para la atracción de inversiones,aunque ofrezca menos seguridad jurídica que otros destinos.La falta de compromiso para negociar acuerdos comerciales y ofrecermayor certidumbre a los inversores denota que Brasil no se considerapreparado para el desafío que supone la integración en la economía globalo no confía en que la apertura al exterior sea una vía para fomentarsu crecimiento. Cuando en los dos últimos años se ha visto cómo se reducíansus tasas de crecimiento, surge preocupación sobre el modeloeconómico-comercial escogido por el país más grande de Latinoamérica.De hecho, mientras países como Perú, Colombia y México se abren al comerciointernacional por diversas vías, hay otra corriente en América Latina—formada por Bolivia, Argentina, Venezuela y Cuba— que rechaza laapertura comercial tanto en el plano multilateral como a través de acuerdoscomerciales que sigan los patrones de las excepciones establecidaspor la OMC.17Bahrein y Omán son dos países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo,una región con la que la Unión Europea lleva negociando una zona de libre cambio desdehace más de veinte años sin haber podido concluir las negociaciones.186