Panorama_Estrategico_2015

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11.07.2015 Views

Ignacio Rupérezpor las leyes Helms-Burton y Torricelli, así como por las sanciones dictadaspor la Administración del presidente Bush II.Aunque siga en vigor, el embargo se ha venido flexibilizando desde losaños noventa, sobre todo con la Administración Obama desde 2009. Viajes,visitas, inversiones, remesas, flujos comerciales, etc., se han multiplicadopara alivio de un país en grave precariedad económica y social, ycon una población muy necesitada. En su primer mandato Obama habíafacilitado la comunicación entre familias a uno y otro lado del estrechode la Florida, y el envío de dólares, tan necesarios para la vida en la isla.Antes del anuncio de normalización, Obama aceptó invitar a Cuba a laCumbre de las Américas en Panamá en abril de 2015. Previamente, enlos funerales de Nelson Mandela en Johannesburgo, el 15 de diciembrede 2013, había estrechado la mano de Raúl Castro ante las cámaras demedio mundo. Era obvio que algo se movía, pero hasta el 17 de diciembrepocos conocieron los 18 meses de diplomacia callada entre los EstadosUnidos y Cuba con ayuda de Canadá y del Vaticano.Cuba es un país arruinado, cuyo sistema ha podido malvivir por la válvulade escape de la emigración y la huida, y hasta 1991 por la subvenciónconstante y generosa de la Unión. Después, por la subvención de Venezuelay la relativa apertura a China y al comercio internacional.Cincuenta y cinco años después de la revolución, el sistema castrista ni siquieraha sido capaz de suprimir la cartilla de racionamiento o el mercadonegro, y con ello ha consolidado la escasez, la penuria, la desaparición de laagricultura y de la industria, provocando la huida de todo el que ha podidosalir fuera del país por cualquier medio, la balsa o los cupos migratoriosde los Estados Unidos, el exilio político, etc. Tal importancia ha tenido estefenómeno de la huida, la separación de personas y familias —de acentuadaincidencia entre jóvenes y profesionales—, que es precisamente en la gestiónde la cuestión migratoria, delicadísima para los Estados Unidos, dondeeste país y Cuba han llegado durante décadas a algún entendimiento efectivopara regular los flujos humanos mediante sucesivos acuerdos migratorios,así como en cuestiones relacionadas con el narcotráfico y otros tráficos ilícitos.En 1977 los presidentes Castro y Carter firmaron el acuerdo para laapertura de sendas oficinas de intereses en Washington y La Habana.Quiere esto decir que, pese a la rivalidad política, los dos países han permanecidomuy conectados, con una pluralidad de canales de comunicaciónmás o menos abiertos, como se evidencia en la notoria actividad deespías cazados a uno y otro lado del estrecho de la Florida. Paradójicamente,su puesta en libertad fue la oportunidad y la excusa para negociarla normalización de relaciones.La normalización de relaciones con Cuba, recibida con satisfacción entoda América Latina, ayudará a mejorar las relaciones con los países ibe-158

Los EE.UU., en busca de una nueva estrategia de seguridadroamericanos: no solo con aquellos que han seguido o pretendido seguirel modelo cubano o han mostrado simpatías con el mismo, sino tambiéncon los países que miran hacia La Habana, más que por afinidad ideológica,por responder a la llamada antiimperialista que desde allí procede.Obama habría encontrado desde el pasado 17 de diciembre mayores posibilidadespara mitigarla, así como para que la Cumbre de Panamá, consu asistencia y la de Raúl Castro, sea un éxito.La mayor parte de los hispanos de Estados Unidos, de origen mexicano,recibió con satisfacción la noticia. La minoría cubana, sin embargo,mostró su profunda división entre los partidarios (los más jóvenes) depasar página y los defensores de mantener el embargo (bloqueo, paralos cubanos).«Es una victoria para los Gobiernos represivos de todo el mundo», declaróMarco Rubio, congresista de origen cubano por Florida y posibleaspirante a la candidatura republicana en las presidenciales de 2016.«Solo beneficia a los odiosos hermanos Castro», señaló Jeb Bush, tambiénen precampaña. «El embargo y la ausencia de relaciones durante54 años han sido un completo fracaso», insistió Obama. Pocas semanasdespués, Cuba dejaba en libertad a 53 presos políticos. El inicio de lasnegociaciones formales se fijó para finales de enero en La Habana.El desplome del precio del petróleo, que ha hundido la economía de Venezuela,puede haber ayudado también a precipitar el acuerdo con los EstadosUnidos, pero es difícil prever el impacto que tendrá la normalizaciónen la transición interna de Cuba después de los Castro.La relación bilateral«El péndulo de las relaciones entre España y los Estados Unidos ha osciladoen los últimos años hacia un punto intermedio, de equilibrio», declarabaen enero de 2014 a La Vanguardia el director del Real InstitutoElcano, Charles Powell. «Hemos pasado del entusiasmo de la época deAznar al enfriamiento de la época de Zapatero, y ahora estamos en unpunto más equidistante entre esas dos posiciones». 29Hace tiempo que España dejó de ser un problema para los Estados Unidos,salvo por los efectos de la crisis económica en algunos momentos.Tampoco es objeto de interés especial de Washington.El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, visitó Washington enenero de 2014 y los Reyes, todavía como Príncipes de Asturias, a finales29POWELL, Charles: «La relación entre España y los Estados Unidos…», La Vanguardia,13 de enero de 2014. .159

Ignacio Rupérezpor las leyes Helms-Burton y Torricelli, así como por las sanciones dictadaspor la Administración del presidente Bush II.Aunque siga en vigor, el embargo se ha venido flexibilizando desde losaños noventa, sobre todo con la Administración Obama desde 2009. Viajes,visitas, inversiones, remesas, flujos comerciales, etc., se han multiplicadopara alivio de un país en grave precariedad económica y social, ycon una población muy necesitada. En su primer mandato Obama habíafacilitado la comunicación entre familias a uno y otro lado del estrechode la Florida, y el envío de dólares, tan necesarios para la vida en la isla.Antes del anuncio de normalización, Obama aceptó invitar a Cuba a laCumbre de las Américas en Panamá en abril de <strong>2015</strong>. Previamente, enlos funerales de Nelson Mandela en Johannesburgo, el 15 de diciembrede 2013, había estrechado la mano de Raúl Castro ante las cámaras demedio mundo. Era obvio que algo se movía, pero hasta el 17 de diciembrepocos conocieron los 18 meses de diplomacia callada entre los EstadosUnidos y Cuba con ayuda de Canadá y del Vaticano.Cuba es un país arruinado, cuyo sistema ha podido malvivir por la válvulade escape de la emigración y la huida, y hasta 1991 por la subvenciónconstante y generosa de la Unión. Después, por la subvención de Venezuelay la relativa apertura a China y al comercio internacional.Cincuenta y cinco años después de la revolución, el sistema castrista ni siquieraha sido capaz de suprimir la cartilla de racionamiento o el mercadonegro, y con ello ha consolidado la escasez, la penuria, la desaparición de laagricultura y de la industria, provocando la huida de todo el que ha podidosalir fuera del país por cualquier medio, la balsa o los cupos migratoriosde los Estados Unidos, el exilio político, etc. Tal importancia ha tenido estefenómeno de la huida, la separación de personas y familias —de acentuadaincidencia entre jóvenes y profesionales—, que es precisamente en la gestiónde la cuestión migratoria, delicadísima para los Estados Unidos, dondeeste país y Cuba han llegado durante décadas a algún entendimiento efectivopara regular los flujos humanos mediante sucesivos acuerdos migratorios,así como en cuestiones relacionadas con el narcotráfico y otros tráficos ilícitos.En 1977 los presidentes Castro y Carter firmaron el acuerdo para laapertura de sendas oficinas de intereses en Washington y La Habana.Quiere esto decir que, pese a la rivalidad política, los dos países han permanecidomuy conectados, con una pluralidad de canales de comunicaciónmás o menos abiertos, como se evidencia en la notoria actividad deespías cazados a uno y otro lado del estrecho de la Florida. Paradójicamente,su puesta en libertad fue la oportunidad y la excusa para negociarla normalización de relaciones.La normalización de relaciones con Cuba, recibida con satisfacción entoda América Latina, ayudará a mejorar las relaciones con los países ibe-158

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