Panorama_Estrategico_2015
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Ignacio RupérezSeguramente el presidente Obama ha tenido mejor reputación en Europaque en su propio país, a pesar de haber heredado una grave crisis económicay dos largas y costosas guerras. Las dificultades para poner fin a lasintervenciones en Irak y Afganistán, respetando las fechas y los planesde retirada en las nuevas circunstancias, explican en parte su pérdida deimagen en las encuestas.Tras observar durante meses cómo el mal llamado Estado Islámico sehacía con el control de Mosul y de otras muchas ciudades menos importantesde Irak, el 8 de agosto Obama ordenaba ataques aéreos para frenarsu avance. Cuarenta y cinco días después, el 23 de septiembre, trasnegarse durante más de tres años a intervenir directamente en la guerrade Siria, extendía los bombardeos a este país.El debate se había planteado como una alternativa entre el cambio derégimen o la reconstrucción nacional, el respeto del derecho internacionalo el excepcionalismo, el unilateralismo o el multilateralismo, de nuevoentre intereses y valores. Detrás de todo ello estaba la búsqueda deuna nueva estrategia de seguridad nacional que aclarase cuándo, cómo ydónde comprometer dinero, vidas y capital político. A comienzos de 2015no se había encontrado la estrategia de consenso adecuada que sustituyaa la contención de la guerra fría.Se ha dicho a este respecto que el presidente no era capaz de acabarcon las guerras, tan solo de retirar soldados de conflictos que siguen sucurso. 15 Soportó el sambenito, la caracterización o la caricatura por laspromesas sin cumplir y las aparentes paradojas: un presidente que consideracomo principal misión la de modernizar el país, reformar institucionese infraestructuras, pero que estaba utilizando la fuerza militar enseis países —Siria, Irak, Afganistán, Pakistán, Yemen y Somalia—, todosellos musulmanes, sin salida fácil en ninguno de ellos. 16Por mucho que se critique a los Estados Unidos, que verdaderamentetiene intereses en todas partes —con cierta frecuencia no muy bien gestionados—,es explicable que, por su condición de primera superpotencia,15Sobre esta polémica se recomiendan los siguientes autores y artículos correspondientesal número de la revista Foreign Affairs de noviembre-diciembre de 2014: BOOT,Max: «More Small Wars. Counterinsurgency Here to Stay»; BETTS, Richard K: «Pick YourBattles. Ending America,s Era of Permanent War»; BRENNAN, Rick: «Withdrawal Symptoms.The Bungling of the Iraq Exit»; TOMSEN, Peter: «The Good War? What Went Wrongin Afghanistan - and How to Make It Right», y ROSE, Gideon y TEPPERMAN, Jonathan:«A Hard Education: Learning From Afghanistan and Iraq»,16Véanse GARCÍA ENCINA, Carlota: «Un balance de la política exterior y de seguridadde Barack Obama», Real Instituto Elcano, octubre de 2012; TOVAR, Juan: «La políticaexterior de los Estados Unidos y la expansión de la democracia», Tirant lo Blanc, 2014;«La crisis de la política exterior de Obama», Política Exterior, noviembre-diciembre de2014; BENEDICTO, Miguel Ángel y BARBERÁ, Rafael: Estados Unidos 3.0. La era Obamavista desde España, Plaza y Valdés, 2013.148
Los EE.UU., en busca de una nueva estrategia de seguridadnada de lo que haga o deje de hacer escape al escrutinio universal, comoel Imperio británico y la España imperial en su día. 17Sin embargo, no es fácil dudar de su enorme capacidad política, cultural,económica y militar, como tampoco lo es asegurar su rápida recuperación.Pero su potencial humano, constantemente nutrido por repetidosflujos migratorios, y su enorme creatividad tecnológica, mostrada en últimotérmino en el campo de la producción energética, le garantizaránaños de preeminencia pese a la multipolaridad creciente, la disparidadde intereses y la rivalidad estratégica en perceptible ascenso.El antiamericanismo y el pesimismo respecto a la continuidad del ordenliberal en las relaciones internacionales promovido por los Estados Unidosse presentan como tendencias recurrentes, en especial desde 1989,tras la desaparición de la Unión Soviética. Se trata de ciclos que se correspondencon las fases de expansión y de recogimiento del poderío estadounidenseen el mundo y brotan sobre todo en periodos electorales.Antiamericanismo y pesimismo, expansión y recogimiento guardan relación,por tanto. Son fenómenos que se suceden, superponen y coincidenen una superpotencia que, si bien no ha dejado de intervenir en el exteriordesde la Segunda Guerra Mundial, se encuentra más preocupadaque nunca por sus problemas domésticos: la calidad de su vida y la de supolítica, la de las futuras generaciones, el mal estado de las infraestructuraspúblicas y la desmesurada expansión del aparato estatal. Este últimopunto preocupa a los ciudadanos de los Estados Unidos tanto como laparticipación o abstención en crisis ajenas.Todo se ve intensificado por el atractivo creciente de potencias rivales,de Rusia y China en especial, y por cierto auge de los modelos de lasllamadas «iliberal democracy». Se trata de democracias autoritarias que,en determinados sectores tanto de la izquierda como de la derecha entodo Occidente, se presentan como modelos para países que careceríande la madurez necesaria y de la estructura social conveniente para lademocracia liberal.Este modelo de democracia autoritaria y de capitalismo estatal se estimaen tales círculos que podría competir en el ámbito del poderío nacionaly de la optimización política con el modelo de la democracia occidental.Hoy parece dudoso el atractivo y muy difícil la comparación de una democraciaa la china, a la rusa o al modo castrista o chaviano con los modelosoccidentales y el orden liberal internacional en que se integran.17Joseph Pérez (La leyenda negra, Gadir, 2002) y John H. Elliot (Imperios del mundoatlántico, Taurus, 2006; España, Europa y el mundo de ultramar, Taurus, 2006), entreotros autores, han comparado la impopularidad de la España imperial y los EstadosUnidos, inevitable en su condición respectiva de superpotencias imperiales de referenciauniversal.149
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Ignacio RupérezSeguramente el presidente Obama ha tenido mejor reputación en Europaque en su propio país, a pesar de haber heredado una grave crisis económicay dos largas y costosas guerras. Las dificultades para poner fin a lasintervenciones en Irak y Afganistán, respetando las fechas y los planesde retirada en las nuevas circunstancias, explican en parte su pérdida deimagen en las encuestas.Tras observar durante meses cómo el mal llamado Estado Islámico sehacía con el control de Mosul y de otras muchas ciudades menos importantesde Irak, el 8 de agosto Obama ordenaba ataques aéreos para frenarsu avance. Cuarenta y cinco días después, el 23 de septiembre, trasnegarse durante más de tres años a intervenir directamente en la guerrade Siria, extendía los bombardeos a este país.El debate se había planteado como una alternativa entre el cambio derégimen o la reconstrucción nacional, el respeto del derecho internacionalo el excepcionalismo, el unilateralismo o el multilateralismo, de nuevoentre intereses y valores. Detrás de todo ello estaba la búsqueda deuna nueva estrategia de seguridad nacional que aclarase cuándo, cómo ydónde comprometer dinero, vidas y capital político. A comienzos de <strong>2015</strong>no se había encontrado la estrategia de consenso adecuada que sustituyaa la contención de la guerra fría.Se ha dicho a este respecto que el presidente no era capaz de acabarcon las guerras, tan solo de retirar soldados de conflictos que siguen sucurso. 15 Soportó el sambenito, la caracterización o la caricatura por laspromesas sin cumplir y las aparentes paradojas: un presidente que consideracomo principal misión la de modernizar el país, reformar institucionese infraestructuras, pero que estaba utilizando la fuerza militar enseis países —Siria, Irak, Afganistán, Pakistán, Yemen y Somalia—, todosellos musulmanes, sin salida fácil en ninguno de ellos. 16Por mucho que se critique a los Estados Unidos, que verdaderamentetiene intereses en todas partes —con cierta frecuencia no muy bien gestionados—,es explicable que, por su condición de primera superpotencia,15Sobre esta polémica se recomiendan los siguientes autores y artículos correspondientesal número de la revista Foreign Affairs de noviembre-diciembre de 2014: BOOT,Max: «More Small Wars. Counterinsurgency Here to Stay»; BETTS, Richard K: «Pick YourBattles. Ending America,s Era of Permanent War»; BRENNAN, Rick: «Withdrawal Symptoms.The Bungling of the Iraq Exit»; TOMSEN, Peter: «The Good War? What Went Wrongin Afghanistan - and How to Make It Right», y ROSE, Gideon y TEPPERMAN, Jonathan:«A Hard Education: Learning From Afghanistan and Iraq»,16Véanse GARCÍA ENCINA, Carlota: «Un balance de la política exterior y de seguridadde Barack Obama», Real Instituto Elcano, octubre de 2012; TOVAR, Juan: «La políticaexterior de los Estados Unidos y la expansión de la democracia», Tirant lo Blanc, 2014;«La crisis de la política exterior de Obama», Política Exterior, noviembre-diciembre de2014; BENEDICTO, Miguel Ángel y BARBERÁ, Rafael: Estados Unidos 3.0. La era Obamavista desde España, Plaza y Valdés, 2013.148