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documento - Dirección de Estudios Históricos

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------------------------------------- Ensayos-La persecucion <strong>de</strong> vagos en pulquerias y casas <strong>de</strong> juegoen la ciudad <strong>de</strong> Mexico <strong>de</strong> mediados <strong>de</strong>l siglo XIX*Vanesa E. Teitelbaum"En este trabajo estudiaremos la politica <strong>de</strong>correcci6n <strong>de</strong> la vagancia que pretendia encauzarla posible intervenci6n <strong>de</strong> las clases bajas enacciones que atentaran contra la estabilidad y elor<strong>de</strong>n publico, y mo<strong>de</strong>lar las costumbres consi<strong>de</strong>radasperjudiciales. En particular, examinaremosla <strong>de</strong>tenci6n <strong>de</strong> los sectores populares enpulquerias y casas <strong>de</strong> juego, percibidos como losespacios en los cuales primaba el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n y elvicio y, por 10 tanto, consi<strong>de</strong>rados como los lugarespropicios para <strong>de</strong>linquir. En funcion <strong>de</strong> estaspremisas, en repetidas ocasiones los agentes <strong>de</strong>lor<strong>de</strong>n aprehendieron a los sospechosos <strong>de</strong> vagosen estos locales y los condujeron <strong>de</strong>spues ante elTribunal <strong>de</strong> Vagos, instituci6n ereada en 1828con el prop6sito especifico <strong>de</strong> juzgar la vagancia.'Como veremos, una vez alh, estos hombres<strong>de</strong>bian <strong>de</strong>mostrar su condici6n <strong>de</strong> hombres <strong>de</strong>trabajo y moral.Una primera version <strong>de</strong> este trabajo se discutio enel coloquio "Calles, callejones y plazuelas en las ciuda<strong>de</strong>smexicanas. Siglos XVIII y XIX. Enfoques e interpretacionesa partir <strong>de</strong> un microanalisis", celebrado el26 y 27 <strong>de</strong> octubreen la ciudad <strong>de</strong> Mexico y organizado por el Instituto<strong>de</strong> Investigaciones Dr. Jose Maria Luis Mora y la Direccion<strong>de</strong> <strong>Estudios</strong> Historicos (INAR), ciudad <strong>de</strong> Mexico.Universidad Autonorna <strong>de</strong> la Ciudad <strong>de</strong> Mexico.1 EI Tribunal <strong>de</strong> Vagos se creo en 1828 con el propositoespecifico <strong>de</strong> juzgar la vagancia y funciono, conEscenas <strong>de</strong>l vicio y el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n moral:pulquerias y casas <strong>de</strong> juegoImagenes en la prensaLa bebida, el encuentro con los amigos, lasconversaciones eran naturalmente algunas<strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s que ofrecian las pulquertas,vinaterias y tabernas a los habitantesalgunas interrupciones, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese momenta y hasta 1875.Sobre el tema se pue<strong>de</strong>n consultar los trabajos <strong>de</strong> SilviaArrom, "Vagos y mendigos en la legislacion mexicana,1745-1845", en Beatriz Bernal (coord.), Memoria <strong>de</strong>l tvCongreso <strong>de</strong> Historia <strong>de</strong>l Derecho Mexicano, t. I, Mexico,CNAM, 1988, pp. 71-87; Silvia Arrom, "Documentos parael estudio <strong>de</strong>l Tribunal <strong>de</strong> Vagos, 1828-1848. Respuestaa una problematica sin solucion", en Anuario Mexicano<strong>de</strong> Historia <strong>de</strong>l Derecho, vol. I, Mexico, UNAM, 1989, pp.215-235; Esther Aillon Soria, "Moralizar por la fuerza.EI <strong>de</strong>creta <strong>de</strong> reforrnulacion <strong>de</strong>l Tribunal <strong>de</strong> Vagos <strong>de</strong> laciudad <strong>de</strong> Mexico, 1845", en Lida Clara E. y Sonia PerezToledo, Trabcjo, ocio y coacci6n. Trabajadores urbanosen Mexico y Guatemala en el siglo XIX, Mexico, Universidad Autonoma Metropolitana/ Miguel Angel Pornia,"Biblioteca <strong>de</strong> Signos", 2001, pp. 67-113; Carlos IIla<strong>de</strong>s,Hacia la Republica <strong>de</strong>l Trabajo. La organizaci6n artesanalen la ciudad <strong>de</strong> Mexico, 1853-1876, Mexico, UniversidadAutonoma Metropolitana Iztapalapa/EI Colegio<strong>de</strong> Mexico, 1996; Sonia Perez Toledo, Los hijos <strong>de</strong>ltrabajo. Los artesanos <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Mexico, 1780­81'


--Ensayos----------------------------------------i<strong>de</strong> la ciudad." De alguna manera, eran espacios<strong>de</strong> sociabilidad que nadie pensaba erradicar <strong>de</strong>lpaisaje urbano." Quienes asistian alli, sus propietariosy <strong>de</strong>pendientes, e incluso parte <strong>de</strong> las mismasautorida<strong>de</strong>s capitalinas que obtenian recursosa traves <strong>de</strong> los impuestos, no podian albergarningun interes en prescindir <strong>de</strong> estos locales. Sinembargo, un lugar comun <strong>de</strong> la epoca fue su critica.De acuerdo con los postulados <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n y lamoralidad que se pretendian instalar en la sociedad,los grupos influyentes proyectaban una imagenque asociaba estrechamente la asistencia aestos espacios con el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n y la amenaza social.En esa linea, la prensa <strong>de</strong> la capital <strong>de</strong>nunciabalas escenas <strong>de</strong> vicio y <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n moral que irradiabanestos establecimientos. Asi, por ejemplo, enmayo <strong>de</strong> 1849, El Siglo XIX afirmaba que en losdias <strong>de</strong> trabajo los hombres permanecian ociososen las pulquerias y vinaterias promoviendo escandalosque en ocasiones <strong>de</strong>sembocaban en pleitos,heridas y muertes.' Un afio <strong>de</strong>spues, este mismodiario liberal advertia sobre el incremento <strong>de</strong> la<strong>de</strong>smoralizacion publica y la inseguridad proverbialque se vivia en la republica. En esa direccion,senalaba que "grupos <strong>de</strong> hombres sin ocupacionconocida recorren a todas horas las calles, provocanrifias y escandalos, 0 se amontonaban enlas tabernas y garitos". Segun este periodico,en cualquier momento <strong>de</strong>l dia en que se recorriesela ciudad se podia observar a "estos hombrespertenecientes a la clase que <strong>de</strong>bia ser la maslaboriosa", que afluian a las numerosas tabernasque existian en la capital, en don<strong>de</strong> aprendiana pasar su vida en la mas completa ociosidad."Las imageries se repetian. En febrero <strong>de</strong>1852, El Siglo XIX publico una nota que relatabala presencia en pulquerias y vinaterias<strong>de</strong> un mimero consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> operarios <strong>de</strong> lascarrocerias y otros talleres que durante todoslos dias <strong>de</strong> trabajo, al medio dia y al anochecer,gastaban sus jornales, se habituaban a laembriaguez y <strong>de</strong>sarrollaban aversion al trabajo.Para los responsables <strong>de</strong> este articulo, noestaba ausente la posibilidad <strong>de</strong> que estos trabajadoresse dispusieran a cometer algun tipo<strong>de</strong> <strong>de</strong>lito en perjuicio <strong>de</strong> la sociedad y <strong>de</strong> ellosmismos." En la misma tonica, meses atras, enla secci6n <strong>de</strong>nominada "cr6nica <strong>de</strong> la capital",el diario afirmaba que en las pulquerias yvinaterias los obreros pasaban gran parte <strong>de</strong>l1853, Mexico, Universidad Aut6noma MetropolitanaIztapalapa/El Colegio <strong>de</strong> Mexico, 1996; y Vanesa Teitelbaum,"La correccion <strong>de</strong> la vagancia. Trabajo, honory solidarida<strong>de</strong>s en la ciudad <strong>de</strong> Mexico, 1845-1853", enClara E. Lida y Sonia Perez Toledo, op.cit. pp. 115-156.2 Informacion sobre algunos <strong>de</strong> estos espacios enVanes a Teitelbaum, "Entre el control y la movilizaci6n.Honor, trabajo y solidarida<strong>de</strong>s artesanales en la ciudad<strong>de</strong> Mexico a mediados <strong>de</strong>l siglo XIX", tesis doctoral en Historia(inedita), Mexico, El Colegio <strong>de</strong> Mexico, Centro <strong>de</strong><strong>Estudios</strong> Historicos, 2005.3 Sobre sociabilidad, nos sirvieron especialmentelos trabajos <strong>de</strong> Maurice Agulhon quien, sin duda, tuvoy tiene una influencia notable en este terreno. (AIrespecto, Maurice Agulhon, Historia oagabunda. Etnologiay politica en la Francia contemporcinea, Mexico,Instituto <strong>de</strong> Investigaciones Dr. Jose Maria Luis Mora,1994.) Asimismo, nos apoyamos en los estudios realizadospara la ciudad <strong>de</strong> Buenos Aires (Argentina) porPilar Gonzalez Bernaldo, "Las pulperias en BuenosAires: historia <strong>de</strong> una expresi6n <strong>de</strong> sociabilidad popular",en Siglo XIX mim.13 (enero- junio), 1993, pp. 27­54; Pilar Gonzalez Bernaldo, Civilidad y politica en losorigenes <strong>de</strong> la naci6n argentina. Las sociabilida<strong>de</strong>s enBuenos Aires, 1829-1862, Buenos Aires, FeE, 2001; SandraGayol, "Ambitos <strong>de</strong> sociabilidad en Buenos Aires:<strong>de</strong>spachos <strong>de</strong> bebidas y cafes, 1860-1900", en Anuario<strong>de</strong>l IEHS, Tandil, Argentina, VIII, 1993; y Sandra Gayol,Sociabilidad en Buenos Aires: hombres, honor y cafes.1862-1910, Buenos Aires, Ediciones <strong>de</strong>l Signo-(Plural),2000. Un estudio sobre los antece<strong>de</strong>ntes y los resultados<strong>de</strong> la sociabilidad como objeto <strong>de</strong> estudio en paisescomo Francia, Italia y Espana 0 Argentina en America<strong>de</strong>l Sur, en Jordi Canal, "Maurice Agulhon: historia ycompromiso republicano", en Historia Social (Valencia),mim. 29, 1997.4 "Vagos", en El Siglo XIX, 19/v/1849.5 "Malhechores y vagos. Policia preventiva", en ElSiglo XIX, 3/11/1850.6 "Desor<strong>de</strong>n", en El Siglo XIX, 24/n/1852.86


------------------------------------- Ensayos­dia y se preparaban para cometer toda c1ase <strong>de</strong>excesos. De acuerdo con esta fuente, alli se entablabanrifias y escandalos, <strong>de</strong>sperdiciaban susjornales y adquirian toda clase <strong>de</strong> vicios.? Masa<strong>de</strong>lante, el repudio a estos establecimientosparece haberse incrementado. Asi, a comienzos<strong>de</strong> la <strong>de</strong>cada <strong>de</strong> 1860, el diario conservador LaSociedad indicaba que las reuniones en pulqueriasalbergaban gritos sediciosos, rifias y asesinatos."De acuerdo con estas miradas, se suponia quelos ambitos incitaban a la ebriedad y a otroshabitos <strong>de</strong>sfavorables, como la falta <strong>de</strong> ahorro,el disgusto por el trabajo y el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n." Inc1usoel <strong>de</strong>lito se inscribia en el horizonte <strong>de</strong> practicasque fomentaban estos "focos <strong>de</strong> corrupci6n".Tal como <strong>de</strong>nunciaban los escritores y politicosque se expresaban en la prensa, los trabajadores<strong>de</strong>sperdiciaban alli su tiempo y alteraban elor<strong>de</strong>n publico con sus vicios y comportamientos<strong>de</strong>sarreglados. No resulta <strong>de</strong>scabellado pensarque 10 que les preocupaba a estos grupos era laperdida <strong>de</strong> horas <strong>de</strong> trabajo, <strong>de</strong> horas productivas,con estas practicas, De forma paralela,los discursos <strong>de</strong>notaban la preocupaci6n <strong>de</strong> lasautorida<strong>de</strong>s y grupos acomodados por el potencial<strong>de</strong> protesta <strong>de</strong> las clases populares. Yaunquelos <strong>documento</strong>s explorados no proporcionaninformaci6n sobre las practicas <strong>de</strong>sarrolladasen el interior <strong>de</strong> esos espacios <strong>de</strong> sociabilidad,por otras fuentes po<strong>de</strong>mos inferir que estoseran ambitos clave para la difusi6n <strong>de</strong> noticias,el intercambio <strong>de</strong> opiniones y, por que nopensarlo, para la posibilidad <strong>de</strong> organizaci6n<strong>de</strong> estos sectores.'? l,No apuntaban a esto losmensajes <strong>de</strong> la prensa sobre la proliferaci6n<strong>de</strong>l escandalo, gritos sediciosos y disturbios queirradiaban estos locales?Tal como afirmaba un sector <strong>de</strong> la opini6npublica, como la que representaba el peri6dico<strong>de</strong> extracci6n liberal mo<strong>de</strong>rada El Siglo XIX,una instancia central para impedir el <strong>de</strong>sarrolloy crecimiento <strong>de</strong> la criminalidad era vigilary controlar la vagancia, ya que se entendia quela falta <strong>de</strong> una ocupaci6n honesta arrastraba aun hombre al vicio y este a su vez al crimen.Como afirmaba dicha fuente en 1850, era "naturalen un pais en el que la vagancia se persiguey castiga tan mal, la ociosidad y la embriaguezsean vicios publicos muy extendidos y frecuentisimaslas rifias, y toda serie <strong>de</strong> <strong>de</strong>litos"." Eneste sentido, es importante indicar que asi comose entendia en la epoca, la vagancia caracterizabasobre todo un cierto tipo social mas que un<strong>de</strong>lito. Sin embargo, el vago era percibido comoun futuro criminal y, en esa direcci6n, se entendiaque <strong>de</strong>bia ser corregido por las leyes e instituciones.Este estatuto ambiguo <strong>de</strong> la noci6n<strong>de</strong>l vago se modified en parte con la promulgacion<strong>de</strong>l C6digo Penal en 1871, aspecto al quenos referiremos un poco mas a<strong>de</strong>lante en estetrabajo. Sefialemos ahora que para la prensa setrataba <strong>de</strong> "un vicio que al cabo <strong>de</strong> algun tiempoacaba por arrastrar a los que 10 tienen, a excesospunibles en la carrera <strong>de</strong>l crimen'U'' En consecuencia,El Siglo XIX instaba a los recien establecidosguardias diurnos a "perseguir activa yeficazmente a tanto vago como se encuentra atodas horas <strong>de</strong>l dia, en las tabernas y pulquerias<strong>de</strong> esta ciudad, embriagandose, estafandose enjuegos prohibidos, hablando en los terminos massoeces e inmorales, e insultando muchas veces alos transeuntes"."7 "A la policia", en El Siglo XIX, 221 vrl 1852.8 La Sociedad, 4/vr/1860.9 Esta i<strong>de</strong>a la <strong>de</strong>sarrolla Sandra Gayol en su trabajosobre los ambitos <strong>de</strong> sociabilidad en Buenos Aires,Argentina, en Sandra Gayol, op. cit., 1993, p. 270.10 Un trabajo valioso sobre estos temas es el <strong>de</strong>Maurice Agulhon, especialmente "Clase obrera ysociabilidad antes <strong>de</strong> 1848", en Maurice Agulhon, op.cit., pp. 54-85.11 "Malhechores y vagos. Policia preventiva", en ElSiglo XIX, 3/n/1850.12 "Estadistica criminal"; en El Siglo XIX 21/r/1853.13 "Cronica <strong>de</strong> la capital. Vagos", en El Siglo XIX, 181n/1850.8/


--- Ensayos-----------------------------------Pero, al parecer, las dificulta<strong>de</strong>s para llevara<strong>de</strong>lante con exito esta tarea eran evi<strong>de</strong>ntes.Tal como <strong>de</strong>nunciaba la prensa, la complicidad<strong>de</strong> algunos agentes <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n que participaban<strong>de</strong> los encuentros y las practicas <strong>de</strong>l beberen pulquerias y tabernas, y la aceptacion, tolerancia0, en su caso, <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>sfrente a la extension <strong>de</strong> estos localesse conjugaban para obstaculizar el control ycorreccion <strong>de</strong> las conductas. Asi, segun El SigloXIX, no era nada extrano ver reunidos en unamisma taberna a "los malhechores 0 vagos, y alas comisiones <strong>de</strong>stinadas a perseguirlos, brindandoy embriagandose en la mejor armonia","A<strong>de</strong>mas, este diario indicaba que no se respetabanlos bandos <strong>de</strong> policia y buen gobierno, y laspulquerias se multiplicaban en las calles mascentricas <strong>de</strong> la ciudad." En esa misma tonica,El Universal sefialaba que[...] a pesar <strong>de</strong>l empefio <strong>de</strong>l gobernador enalejar <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> la ciudad las pulquerias,poco a poco van volviendo a las calles principales,y las que estan un poco distantes,son un foco <strong>de</strong> corrupcion, don<strong>de</strong> se toleranreuniones <strong>de</strong> vagos, juegos prohibidos ydon <strong>de</strong> son <strong>de</strong>tenidos muchos artesanos que<strong>de</strong>sperdician su jornal y se entregan a unocio perjudicial."Si nos guiamos por estos comentarios, po<strong>de</strong>mosproponer que los vinculos sociales y <strong>de</strong> trabajoentre la poblacion y los agentes <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, elobjetivo fiscal <strong>de</strong>l ayuntamiento que recaudabaimpuestos <strong>de</strong> pulquerias y tabernas y losintereses <strong>de</strong> los propietarios <strong>de</strong> estos locales seconjugaban para <strong>de</strong>bilitar en la practica estacarnpafia <strong>de</strong> moralizacion y disciplina <strong>de</strong> lossectores populares. A<strong>de</strong>rnas, las indicaciones<strong>de</strong> la prensa sobre las experiencias compartidasen tabernas y pulquerias entre los agentes<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n y los supuestos vagos, asi como14 "Malhechores y vagos. Policia preventiva", enEl Siglo XIX, 3/n/1850.15 "Pulquerias", en El Siglo XIX, 12/xn/1850.16 "Estado <strong>de</strong> la ciudad", en El Universal, 18/vr/1849.sobre la actitud mas bien indulgente <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>sante la proliferacion <strong>de</strong> esos locales enla ciudad se correspon<strong>de</strong>n bien con otras imagenes.En esa tonica, es importante sefialar quelas <strong>de</strong>claraciones esgrimidas en los juicios sobrevagos sugieren trazos <strong>de</strong> un tejido social en elcuallos enjuiciados, los testigos y algunas <strong>de</strong> lasautorida<strong>de</strong>s encargadas <strong>de</strong> perseguir la vaganciase relacionaban mediante re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> amistad,<strong>de</strong> trabajo y <strong>de</strong> sociabilidad.'?A modo <strong>de</strong> conclusion <strong>de</strong> esta seccion, anotemosque los limites en las tareas <strong>de</strong> control ypersecucion <strong>de</strong> la vagancia se reflejaron tambienen la existencia y crecimiento <strong>de</strong> locales<strong>de</strong>stinados al juego. Asi, <strong>de</strong> forma sucesiva, laprensa <strong>de</strong> la capital <strong>de</strong>nunciaba la proliferacion<strong>de</strong> "esas casas cuyos perjuicios a la sociedad nopodian ser mas notorios"." Segun El Siglo XIX,las autorida<strong>de</strong>s tenian que vigilar estos locales ysancionarlos con las multas y castigos previstospor los diferentes bandos que se promulgabanal respecto." En este marco, este diario elogiolas <strong>de</strong>tenciones que se llevaban a cabo en estosambitos'" -como la aprehension que se realizeen febrero <strong>de</strong> 1852 <strong>de</strong> cuarenta individuos, ensu mayoria artesanos, en un boliche llamado"Casa <strong>de</strong>l Conejo Blanco" ubicado en la calle<strong>de</strong> Zuleta." Sin embargo, El Siglo XIX advertiaque estas medidas tenian un efecto parcialy las casas <strong>de</strong> juego continuaban funcionandoy extendiendose en el radio <strong>de</strong> la urbe bajo lamirada mas 0 menos complaciente <strong>de</strong>l gobierno.Segun esta fuente, el soborno que realizaban losduefios <strong>de</strong> las partidas <strong>de</strong> juego a los agentesencargados <strong>de</strong> perseguirlos les permitian mantenerseen una cierta clan<strong>de</strong>stinidad."17 Al respecto, Vanessa Teitelbaum, op. cit., 2005.18 "Juegos", en El Siglo XIX, 13/r/1851.19 "Juegos", en El Siglo XIX, 25/m/1850; "Juegos", enEl Siglo XIX, 13/r/1851; "Jugadores", en El Siglo XIX, 14/vr/1851.20 "Casas <strong>de</strong> Juego", en El Siglo XIX, 21/VII/1851;"Casas <strong>de</strong> Juego", en El Siglo XIX, 20/vm/1850.21 "Casa <strong>de</strong> Juego", en El Siglo XIX, 15/II/1852.22 "Juegos", en El Siglo XIX, 23/vm/1851.88


89--------------------------------------Ensayos-Disposiciones <strong>de</strong> gobiernoEn aquella epoca la vagancia caracterizaba sobretodo a un cierto tipo social. No obstante, se entendiaque la vagancia era una plataforma quefomentaba la <strong>de</strong>lincuencia y, por 10 tanto, el vagotenia que ser corregido por las leyes e instituciones.Des<strong>de</strong> esa optica, po<strong>de</strong>mos interpretar laReal Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> 1745 que sefialaba como vagos aquienes "sin oficio ni beneficio, hacienda 0 rentaviven sin saber <strong>de</strong> que les venga la subsistenciapor medios licitos y honestos." A<strong>de</strong>mas, unextenso abanico <strong>de</strong> conductas y habitos <strong>de</strong>lineabanesta <strong>de</strong>finicion <strong>de</strong> vagancia. De esta forma,otros candidatos a recibir el rotulo <strong>de</strong> vagos eranlos "distraidos" por el juego 0 la embriaguez, losque a pesar <strong>de</strong> no contar con ningun impedimentofisico se <strong>de</strong>dicaban a pedir limosnas, los"distraidos" por amancebamiento, y los que sinmotivo visible daban mala vida a su mujer. 23La concepcion <strong>de</strong> la vagancia como una caracterizacionsocial <strong>de</strong>l individuo; un estado quepredisponia a la <strong>de</strong>lincuencia, se mantuvo enlas leyes y disposiciones posteriores emitidas yapor los gobiernos in<strong>de</strong>pendientes. 24 En esa linea,el <strong>de</strong>creta <strong>de</strong> 1845 senalo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esta categoriaa los que asistian <strong>de</strong> manera frecuente acasas <strong>de</strong> juego, los que andaban "continuamentedistraidos por embriaguez" 0 los que tenian la"costumbre <strong>de</strong> jugar a los naipes, rayuela, tabau cualquier otro juego en las plazuelas, zaguanes0 tabernas."25Es factible proponer que con esta normativa,las autorida<strong>de</strong>s buscaban controlar las practicasasociadas a estos vicios que, a pesar <strong>de</strong> losreclamos <strong>de</strong> la prensa, continuaban siendo activida<strong>de</strong>sfrecuentes <strong>de</strong> la vida urbana capitalina.Como se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> la revision <strong>de</strong> estasleyes sobre vagos, <strong>de</strong>l analisis <strong>de</strong> los <strong>documento</strong>s<strong>de</strong> policia y <strong>de</strong> las disposiciones emitidassobre pulquerias, el objetivo que perseguianestos grupos era corregir comportamientos yhabitos consi<strong>de</strong>rados viciosos y, por el contrario,fomentar la mo<strong>de</strong>racion <strong>de</strong> las conductas. Enese clima <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as, po<strong>de</strong>mos inscribir tambienla exhortacion que realize en 1847 el gobernador<strong>de</strong>l Distrito Fe<strong>de</strong>ral al ayuntamiento paraque hiciera efectivas las disposiciones dirigidasa corregir los "abusos y <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nes" quese cometian con frecuencia en las reuniones envinaterias y pulquerias."Este afan por corregir las conductas reputadascomo impropias <strong>de</strong> la poblacion se reflejotambien varios afios <strong>de</strong>spues, en abril <strong>de</strong> 1856,cuando las autorida<strong>de</strong>s emitieron un bandaque estipul6 que las personas que por terceravez se encontraran en las pulquerias mas <strong>de</strong>ltiempo necesario para el consumo <strong>de</strong>l pulquecomprado, los que se embriagaran 0 participaran<strong>de</strong>l juego, baile, comida 0 musica en estosambitos, sedan enjuiciados por vagos. La ten<strong>de</strong>nciaal control y correcci6n se mantuvo y,mas a<strong>de</strong>lante, en 1861, el gobierno <strong>de</strong>l DistritoFe<strong>de</strong>ral anuncio que <strong>de</strong>bian ser consi<strong>de</strong>radoscomo vagos "los que se encuentran en continuoen las tabernas, Cafes, Villares, Pulquerias,Atrios 0 plazas publicae en dias <strong>de</strong> trabajo, yen las horas en que cada individuo <strong>de</strong>be estar<strong>de</strong>dicado a el por razon <strong>de</strong> oficio u ocupacionque ejerza.'??23 Real or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l 30 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1745, en EnciclopediaUniversal Ilustrada, Enciclopedia Universal IlustradaEuropeo Americana, t. LXVI, Madrid, Espasa-Calpe,1994, p. 330.24 Los cambios que trajeron aparejados los procesos<strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y las especificida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l control<strong>de</strong> la vagancia a mediados <strong>de</strong>l siglo XIX se abordan enVanessa Teitelbaum, op. cit., 2005, cap. 3.25 "Decreto que establece el Tribunal que ha <strong>de</strong>juzgarlo y nombramiento <strong>de</strong> las personas que <strong>de</strong>bencomponer este", en Archivo Hist6rico <strong>de</strong>l Distrito Fe<strong>de</strong>ral(en a<strong>de</strong>lante AHDF), Vagos, vol. 4778, expo 303.26 AHDF, Policia en General, vol. 3632, expo 351,1847.27 Jose Blas Gutierrez Flores Alatorre, Nuevoc6digo <strong>de</strong> la Reforma. Colecci6n <strong>de</strong> las disposicionesque se conocen con este nombre publicadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1855a 1870, t. I, Reforma <strong>de</strong>l clero, administraci6n <strong>de</strong> justicia,abolici6n <strong>de</strong> fueros..., Mexico, Imprenta El Constitucional,1868.


--- Ensayos-----------------------------------­A partir <strong>de</strong>l examen que realizamos <strong>de</strong> la documentaci6n,po<strong>de</strong>mos sugerir que a mediados<strong>de</strong>l siglo XIX, el esfuerzo <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s seorientaba no tanto a erradicar sino a reglamentary controlar las practicas <strong>de</strong> diversi6n y esparcimientoasociadas a la asistencia a tabernas ypulquerias. En contraste, no resulta <strong>de</strong>scabelladoproponer que la actitud <strong>de</strong> los gobernantesfrente a las practicas <strong>de</strong>l juego fue mas tajante.Asi, las disposiciones que emitian al respecto sehicieron eco tambien <strong>de</strong> los reclamos frecuentes<strong>de</strong> la prensa sobre la existencia <strong>de</strong> casas <strong>de</strong>juego en la ciudad y sus alre<strong>de</strong>dores, pero fueronmas radicales y fluctuaron entre el controly la prohibici6n. En su costado mas terminante,los bandos prohibieron los juegos <strong>de</strong> suerte y <strong>de</strong>azar. Tal fue el caso <strong>de</strong> 10 establecido a mediados<strong>de</strong> 1848, cuando el gobierno <strong>de</strong>l Distrito Fe<strong>de</strong>ralencabezado por Juan Maria Flores y Teranestipul6 el cierre <strong>de</strong> los establecimientos <strong>de</strong>dicadosa este rubro y el pago <strong>de</strong> multas para losjugadores y los duefios <strong>de</strong> los locales. Begun elgobernador, esta medida buscaba contrarrestarlos efectos negativos causados por la tolerancia<strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s americanas a los juegos prohibidos,la cual habia fomentado el incremento<strong>de</strong> los establecimientos <strong>de</strong>dicados a este rubro.Finalmente, el mandatario reconocia en estebanda los obstaculos para llevar a<strong>de</strong>lante conexito esta medida moralizadora, ya que <strong>de</strong>bidoa los sobornos, a la participaci6n <strong>de</strong> interesespor parte <strong>de</strong> quienes <strong>de</strong>bian hacer cumplir estasdisposiciones y a la influencia <strong>de</strong> sus duenos, 10comun era que estos establecimientos no fuerancerrados por mas <strong>de</strong> unas horas y que las <strong>de</strong>nunciasse reiteraran casi en un continuo."Este reconocimiento <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>sacerca <strong>de</strong> la dificultad para llevar a<strong>de</strong>lantecon exito el control y asegurar el cumplimiento<strong>de</strong> los bandos respectivos se asemeja en granparte a las <strong>de</strong>nuncias <strong>de</strong> la prensa. En ambosdiscursos, la corrupci6n e intereses personalesexplicaban los limites en las tareas <strong>de</strong>vigilancia y correcci6n <strong>de</strong> las conductas y losprincipales responsables eran entonces los funcionarios,agentes <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n y propietarios <strong>de</strong>los establecimientos. A<strong>de</strong>mas, las autorida<strong>de</strong>sresponsabilizaban tambien a la poblaci6n <strong>de</strong>obstaculizar la marcha <strong>de</strong> la ley. Des<strong>de</strong> esta6ptica po<strong>de</strong>mos interpretar el arreglo emitidopor el gobernador interino <strong>de</strong>l Distrito Fe<strong>de</strong>ralen enero <strong>de</strong> 1847 -un afio antes <strong>de</strong>l banda quecomentabamos con anterioridad-, que con elfin <strong>de</strong> organizar una policia preventiva, buscabacomprometer a la poblaci6n en las labores <strong>de</strong>policia, instandolos a colaborar en la vigilanciay <strong>de</strong>tenci6n <strong>de</strong> <strong>de</strong>lincuentes. Este <strong>documento</strong>daba cuenta tambien <strong>de</strong> las practicas <strong>de</strong> resistencia<strong>de</strong> los sectores populares al control <strong>de</strong>lEstado. Por consiguiente, el arreglo asegurabaque "los vagos y mal entretenidos, asf como losfacinerosos encontraban asilo en todas partes",y que los vecinos "eludfan las provi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>lgobierno, como las contribuciones y la guardianacional, con s610 mudarse <strong>de</strong> un punto a otro,sin conocimiento <strong>de</strong> ninguna autoridad"."A<strong>de</strong>mas <strong>de</strong> la informaci6n acerca <strong>de</strong> los obstaculosen el camino <strong>de</strong> garantizar el cumplimiento<strong>de</strong> la ley, las disposiciones sobre juego revisadaspermiten entrever el repudio <strong>de</strong> los gobernantesa esta practica, Denotando los perjuicios y consi<strong>de</strong>racionesnegativas que poblaban las miradas<strong>de</strong> los grupos acomodados sobre las clasespopulares, el argumento exhibido para dictarel banda <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1856 sobre juegos,explicaba:['..J consi<strong>de</strong>rando que los juegos <strong>de</strong> suertey azar ocasionan la ruina <strong>de</strong> la familia,fomentan la ociosidad y los vicios que sonla causa reconocida <strong>de</strong> casi todos los suicidiosy <strong>de</strong> la mayor parte <strong>de</strong> los robos y<strong>de</strong> la prostituci6n <strong>de</strong> las mujeres, y quesirven <strong>de</strong> un foco <strong>de</strong> libertinaje en que lajuventud recibe las primeras lecciones <strong>de</strong>inmoralidad que mas tar<strong>de</strong> Ie conducen alos crimenes; y teniendo presente que el28 AHDF, Policia en General, vol. 3632, expo 363,1848.29 AHDF, Policia <strong>de</strong> Seguridad, vol. 3691, expo 105,1847.90


------------------------------------- Ensayos-Es importante referirnos a la presencia <strong>de</strong> lostrabajadores artesanales en estos espacios, yaque esto guarda estrecha relacion con el perfilsocial <strong>de</strong> los acusados por vagancia que estudiamosen nuestro trabajo. Por ello, convienesubrayar que el grueso <strong>de</strong> los enjuiciados por eltribunal como vagos se <strong>de</strong>clararon poseedores <strong>de</strong>un oficio, es <strong>de</strong>cir, artesanos." Resulta oportunocomentar que este no era un dato construidounicamente para acce<strong>de</strong>r a un fallo favorable enla justicia; diversos estudios <strong>de</strong>muestran que elsector artesanal prevalecia <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la fuerza<strong>de</strong> trabajo existente en la ciudad <strong>de</strong> Mexico amediados <strong>de</strong>l siglo XIX. 42 En otro sentido, tampocoera tan extrano que los artesanos llegaran altribunal acusados <strong>de</strong> vagos, en la medida que lafalta <strong>de</strong> trabajo y la inestabilidad laboral duranteel periodo estudiado repercutian en periodos <strong>de</strong>inactividad para un individuo. Aunque no po<strong>de</strong>mos<strong>de</strong>tenernos en este tema, es importantesefialar que durante el periodo estudiado lapobreza, la escasez <strong>de</strong> trabajo y la inestabilidadlaboral signaban la vida <strong>de</strong> los sectores popularesurbanos. Asi, por ejemplo, en el transcurso<strong>de</strong> la primera mitad <strong>de</strong>l siglo XIX, unicamente lamitad <strong>de</strong> la poblaci6n total en edad <strong>de</strong> trabajarcontaba con un empleo fijo. Y si bien es ciertoque los artesanos, sector mayoritario <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong> la poblacion trabajadora <strong>de</strong>l periodo, podiaefectuar sus labores en la calle 0 en sus hogares,la ten<strong>de</strong>ncia al estancamiento economico,la competencia con los productos extranjerosy la falta <strong>de</strong> fomento a la produccion local afectabana estos grupos." A<strong>de</strong>mas, conviene anotarque el artesanado <strong>de</strong>bia lidiar con la paulatina<strong>de</strong>scalificacion <strong>de</strong>l oficio y el <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong>ltrabajo manual que acompafiaba las medidasa favor <strong>de</strong>l librecambismo, la introduccion <strong>de</strong>maquinaria y la apertura <strong>de</strong> los mercados, alentandoprocesos <strong>de</strong> incipiente proletarizacion enel artesanado." i,Esto queria <strong>de</strong>cir, entonces,que no habia vagos en la ciudad <strong>de</strong> Mexico? Loshabia pero no eran como pretendian las autorida<strong>de</strong>sy la prensa -y utilizando la expresion<strong>de</strong> Carlos Mayo en su estudio sobre el control<strong>de</strong> la vagancia en el Rio <strong>de</strong> la Plata-, ociosos<strong>de</strong> tiempo completo que amenazaban la tranquilidad<strong>de</strong> la urbe y obstaculizaban el crecimientoeconomico." A<strong>de</strong>mas <strong>de</strong> las caracteristicas <strong>de</strong>lmereado laboral <strong>de</strong>l periodo que alentaban aque un hombre se encontrara sin empleo en elmomenta <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>tenido 0 <strong>de</strong>sempefiara laboresajenas a las <strong>de</strong> su oficio, no resulta <strong>de</strong>scabelladopensar, tarnbien, que 10 que las elites y periodicos<strong>de</strong>nominaban vagancia correspondia altiempo libre <strong>de</strong> los sectores populares."41 err. Vanessa Teitelbaum, op. cit., 2001 y 2005; SoniaPerez Toledo, op. cit., 1996.42 Las activida<strong>de</strong>s artesanales concentraban a mediados<strong>de</strong>l siglo XIX la proporcion mas elevada <strong>de</strong> la poblaci6n<strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Mexico. Como seiiala S. Perez Toledo, constituian29 % <strong>de</strong> la poblaci6n con ocupaci6n estimada en48 000 individuos (esta cifra correspon<strong>de</strong> a la poblaci6nsobre la cual se registraba el oficio0 profesion en el Padron<strong>de</strong> la municipalidad <strong>de</strong> Mexico <strong>de</strong> 1842, que en el caso<strong>de</strong> los hombres aludia a un poco mas <strong>de</strong> 70% y en el <strong>de</strong>las mujeres a 16%), en Sonia Perez Toledo, "Trabajadoresurbanos, empleo, control y sociabilidad en la ciudad <strong>de</strong>Mexico a mediados <strong>de</strong>l siglo XIX", en Clara Lida y SoniaPerez Toledo, Trabajo, ocioy coacci6n. Trabajadores urbanosen Mexico y Guatemala en el siglo XIX, pp. 157-196.43 Al respecto se pue<strong>de</strong>n consultar los estudios <strong>de</strong>Alejandra Moreno Toscano, "Los trabajadores y el proyecto<strong>de</strong> industrializacion, 1810-1867", en Enrique Florescanoy otros, De la colonia al imperio, Mexico, SigloXXI; La clase obrera en la historia <strong>de</strong> Mexico, 1, 1981,pp. 332-350; Maria Gay6n Cordova, Condiciones <strong>de</strong>vida y <strong>de</strong> trabajo en la ciudad <strong>de</strong> Mexico en el siglo XIX,Mexico, INAH, 1988 y Carlos Illa<strong>de</strong>s, op. cit.44 Estos aspectos se exponen con <strong>de</strong>tenimiento enVanessa Teitelbaum, op. cit., 200545 Al respecto Carlos Mayo, Estancia y sociedad en laPampa 1740-1820, Buenos Aires, Biblos, 1995.46 Como seriala Gonzalez Bernaldo en su estudiosobre Buenos Aires (Argentina) a mediados <strong>de</strong>l sigloXIX, cuando se trataba <strong>de</strong> sectores que <strong>de</strong>ben asegurar93


--Ensayos -----------------------------------Carruaje electrico94


------------------------------------Ensayos-­La asistencia <strong>de</strong> artesanos a tabernas y casas <strong>de</strong>juego en horas <strong>de</strong> trabajoLos artesanos fueron <strong>de</strong>tenidos como vagosmientras se encontraban bebiendo 0 participando<strong>de</strong> una partida <strong>de</strong> juego en las horasconsi<strong>de</strong>radas como <strong>de</strong> trabajo. Esta expresionse exhibia en los juicios, como el que se <strong>de</strong>sarrolloen 1845 contra siete individuos, en sumayoria artesanos, arrestados en la pulqueriay taberna "a hora en que <strong>de</strong>bian estar ensu taller"." En esa tonica se halla tambien elsumario seguido contra Benito Gonzalez, capturadojunto a otros artesanos por estar en laspulquerias y tabernas "a horas en que <strong>de</strong>bianestar en sus talleres". El certificado que presentoal tribunal uno <strong>de</strong> sus testigos <strong>de</strong>cia:"Juan Arancibia certifica que Benito Gonzalez eshombre ocupado y no vago, y a mas <strong>de</strong> ser notoriasu honra<strong>de</strong>z, a mf me consta serlo en toda laextension <strong>de</strong> la palabra pues mantiene con<strong>de</strong>cencia a su familia como casado que es"."Esta nocion <strong>de</strong> la honorabilidad basada en la<strong>de</strong>dicacion al trabajo y en la satisfacci6n <strong>de</strong> lasobligaciones familiares se revelo tambien en eljuicio seguido contra Norberto Ruiz, originario<strong>de</strong> San Luis Potosi, <strong>de</strong> oficio zapatero y <strong>de</strong>tenidopor el coronel Vargas mientras se encontraba enuna partida <strong>de</strong> juego en el mim, 2 <strong>de</strong> la callePuente Balvanera, perteneciente a don SilvestrePonce. Con el fin <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse en lajusticia, Ruizinvoco las necesida<strong>de</strong>s economicas apremiantesque le impedian garantizar la subsistencia personaly <strong>de</strong> su familia. Solo esta situacion vitalexplicaba su participacion por primera vez enuna reunion <strong>de</strong> juego ya que el era un "hombre<strong>de</strong> bien y <strong>de</strong>dicado al trabajo". Esta <strong>de</strong>claracionla producci6n, para las autorida<strong>de</strong>s el recreo <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong>ser tal para convertirse en vagancia, en Pilar GonzalezBernaldo, op. cit., 1993, p. 38.47 "Averiguaci6n <strong>de</strong> vagos acusados. Andres Ahumada,Trinidad Hernan<strong>de</strong>z, Roque Denia, Rafael Benitez,Lengines Castro, Antonio Perez, Manuel Marquez",en AHDF, Vagos, vol. 4789, expo 281, 1845.48 "Averiguaci6n <strong>de</strong> vagos...", en AHDF, Vagos, vol.4156,exp.280,1845.conto con el respaldo <strong>de</strong> su compafiero <strong>de</strong> oficio,Pascual Ortega. El trato frecuente que llevabany el tiempo que tenian <strong>de</strong> conocerse, le permitiana este testigo asegurar que el acusado no era <strong>de</strong>ningun modo un hombre vicioso. Asimismo, laausencia <strong>de</strong> vicios y la <strong>de</strong>dicacion al trabajo conla cual Ruiz mantenia a su madre viuda fueronconfirmadas por dos testigos que conocianmuy bien al acusado, ya que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacia tiempocompartian con ella misma casa <strong>de</strong> vecindad.Segiin estos testimonios, el trabajo y el cumplimiento<strong>de</strong> sus obligaciones familiares, garantizabanla buena reputacion <strong>de</strong> Ruiz.vEl fundar la honorabilidad en las conductaslaboriosas y en el respeto a los <strong>de</strong>beres familiares,como se manifesto en el caso que citabamossobre la dificultad para asegurar plenamente elsosten <strong>de</strong> la familia resultaba un recurso iitilpara justificar las ilegalida<strong>de</strong>s. Asi tambien,cuando Valentin Aviles, tejedor <strong>de</strong> telas <strong>de</strong>torno <strong>de</strong> gana<strong>de</strong>ria, fue <strong>de</strong>tenido en una partida<strong>de</strong> juego en la misma calle <strong>de</strong> Puente <strong>de</strong>Balvanera mim. 1 por el ya mencionado coronelVargas, <strong>de</strong>claro que habia <strong>de</strong>cidido concurrir porprimera vez a esta reunion con el proposito <strong>de</strong>"ganar alguna cosa" que le permitiera auxiliara su hermana viuda con cinco hijos. La urgenciafamiliar como explicacion <strong>de</strong> su conducta fue respaldadapor un zapatero, vecino <strong>de</strong>l acusado quesubrayo la <strong>de</strong>dicacion al trabajo <strong>de</strong>l mismo yrechazo por en<strong>de</strong> su caracter <strong>de</strong> hombre vicioso.Por su parte, un hilador nacido en, Puebla quehacia 15 afios conocia a Aviles por vivir en elmismo barrio, se refiri6 a la honra<strong>de</strong>z y constanciaen el trabajo que este <strong>de</strong>mostraba."?Aunque la valoracion positiva <strong>de</strong> los artesanoscontribuia al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>de</strong>senlaces favorablesen la justicia, esto no significaba que se diluyeranpor completo las sospechas que pesabansobre los comportamientos populares durante el49 "Contra Norberto Ruiz, acusado <strong>de</strong> vago", en AHDF,Vagos, vol. 4781, expo 375, 1845.50 "Contra Valentin Aviles, acusado <strong>de</strong> vago", enAHDF, Vagos, vol. 4778, expo 295, 1845.95


-Ensayos -----------------------------------------1periodo. En esta misma tonica encontramos quea 10 largo <strong>de</strong>l siglo XIX, el discurso oficial vinculola pobreza, experiencia que compartia el grueso<strong>de</strong> los trabajadores, con los comportamientosinmorales y <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nados e, incluso, con la conductacriminal.51 De acuerdo con este supuestose afirmaba que la ten<strong>de</strong>ncia natural al viciose extendia entre las clases bajas a las que seles atribuian -entre otros rasgos- malos instintos,ignorancia e inclinacion a consumir enexceso bebidas embriagantes." Los artesanosno escapaban a estas consi<strong>de</strong>raciones, y aprendicesy oficiales eran acusados, por ejemplo,<strong>de</strong> una ten<strong>de</strong>ncia natural a la embriaguez que<strong>de</strong>bia corregirse a traves <strong>de</strong> la educaci6n y elejemplo.Al igual que con los prejuicios e intereses querevestian las miradas <strong>de</strong> las elites sobre estosgrupos, la situacion economica y laboral contribuiaa incrementar estas sospechas y enjuiciamientos.Asi, por ejemplo, en un trasfondo <strong>de</strong>precariedad <strong>de</strong>l empleo y la pobreza, en ocasioneslos artesanos tuvieron que ocuparse en tareasdistintas a las <strong>de</strong> sus oficios, como las <strong>de</strong>l servicio51 Cfr. Beatriz Urias Horcasitas, "De la justicia a laley: individuo y criminalidad en Mexico in<strong>de</strong>pendiente,1821-1871", en Revista <strong>de</strong> Investigaci6n Juridica, 21,1997, p. 652.52 En distintas latitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Latinoamerica y <strong>de</strong>Europa, las elites insistieron en la inclinacion naturalal vicio y en los habitos y conductas <strong>de</strong>sarregladas<strong>de</strong> las clases populares. Para Mexico, esta mirada sereflej6 en numerosos escritos politicos, novelas, cronicasy memorias <strong>de</strong> viajeros. Algunas <strong>de</strong> estas fuentes son:Lucas Alaman, Historia <strong>de</strong> Mexico <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los primerosmovimientos que prepararon su in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en el aiio<strong>de</strong> 1808 hasta la epoca presente, vol. 5, Mexico, InstitutoCultural Helenico/rcn, 1985 (facsimil <strong>de</strong> la edicion<strong>de</strong> 1852); Lorenzo <strong>de</strong> Zavala, Ensayo hist6rico <strong>de</strong> lasreooluciones <strong>de</strong> Mexico <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1808 hasta 1830, t. I, conprologo, or<strong>de</strong>naci6n y notas <strong>de</strong> Manuel Gonzalez Ramirez,Mexico, Porrua, 1969; Lorenzo <strong>de</strong> Zavala, Ensayohist6rico <strong>de</strong> las revoluciones <strong>de</strong> Mexico <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1808 hasta1830, t. II, Mexico, SRA/CEHAM, 1981 [1845]; Carlos Maria<strong>de</strong> Bustamante, Continuaci6n <strong>de</strong>l cuadro hist6rico <strong>de</strong>la revolucion mexicana, t. II, Mexico, Publicaciones <strong>de</strong>la Biblioteca Nacional, 3, 1953 [1846]; Carl ChristianSartorius, Mexico hacia 1850, con estudio preliminar,revision y notas <strong>de</strong> Brigida von Mentz, Mexico, Conadomesticoy publico, 0 permanecer en temporadassin ocupaci6n. De esta manera aquellos podian quedarincorporados en las normativas y reglamentosque sancionaban las autorida<strong>de</strong>s para vigilar eltrabajo no calificado, las cuales reservaban la consi<strong>de</strong>raci6ncomovagos para aquellos que no pudieranajustarse a los requisitos estipulados."6C6mo hicieron entonces estos grupos paradisipar las sospechas sobre sus comportamientosy revertir las consiguientes impugnaciones en lajusticia? Po<strong>de</strong>mos proponer que frente al controly vigilancia <strong>de</strong>l Estado, los sectores populares,mayoritariamente artesanos, elaboraron unaserie <strong>de</strong> tacticas capaces <strong>de</strong> contrarrestar estospo<strong>de</strong>res. Sin duda, el ambitojudicial marcaba lasprincipales pautas y mecanismos que se <strong>de</strong>bianinstrumentar si se queria obtener una sentenciafavorable. Asi, con el fin <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar la inocencia,se <strong>de</strong>bian subrayar invariablemente lahonorabilidad y la participacion laboral activa<strong>de</strong> los acusados. En esta direcci6n, los enjuiciadoscomo vagos apelaban a las necesida<strong>de</strong>seconomicas como explicaci6n para justificar suestancia en ambitos como pulquerias y casas <strong>de</strong>juego que anunciaban la vagancia <strong>de</strong> un individuo.En esa linea, el argumento ya comentadosobre la dificultad para asegurar plenamente elsosten <strong>de</strong> la familia se esgrimi6 con frecuenciaen los juicios entablados a quienes fueron aprehendidosbebiendo en tabernas 0 jugando. Estoaunado a las percepciones <strong>de</strong> la honorabilida<strong>de</strong>ntendida como el cumplimiento <strong>de</strong> los compromisosdomesticos y el ejercicio <strong>de</strong> conductas laboriosas.A<strong>de</strong>mas, encontraba correspon<strong>de</strong>ncia enlos datos <strong>de</strong>l mereado <strong>de</strong> trabajo y la precarieda<strong>de</strong>con6mica que, como ya se dijo, caracterizabanla vida <strong>de</strong> las clases populares en la ciudad <strong>de</strong>Mexico a mediados <strong>de</strong>l siglo XIX.culta (Cien <strong>de</strong> Mexico), 1990 y Manuel Payno, El fistol<strong>de</strong>l diablo. Novela <strong>de</strong> costumbres mexicanas, Mexico,Porrua, 1992 [1845-1846].53 Los bandos y reglamentos sobre el trabajo no calificado,asi como los procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>scalificaci6n <strong>de</strong>l oficioy <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong>l trabajo manual se exponen enVanessa Teitelbaum, op. cit., 2005.96


-------------------------------------- Ensayos-­Las practicas <strong>de</strong> resistencia <strong>de</strong> los sectorespopulares a los po<strong>de</strong>res publicos que cuestionabanla capacidad <strong>de</strong> estos para observar conductas<strong>de</strong>centes e industriosas se inscribian enuna sociedad que conservaba rasgos <strong>de</strong> AntiguoRegimen pero que, al mismo tiempo, incorporabapracticas <strong>de</strong> nuevo curio. En este contexto se pue<strong>de</strong>suponer que una instancia central para reforzaro <strong>de</strong>sacreditar el honor <strong>de</strong> un individuo la constituianlas <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong> los testigos que seelegian en funci6n <strong>de</strong> su "notoria honra<strong>de</strong>z". EItrato cotidiano 0 los afios que tenian <strong>de</strong> conocerseles otorgaban una cierta legitimidad para evaluarel tipo <strong>de</strong> vida y las costumbres <strong>de</strong>l pr6jimoen el terreno judicial. A<strong>de</strong>mas, este potencial paraintervenir en torno a las consi<strong>de</strong>raciones sobre lamoralidad y las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los acusados seincrementaba cuando se compartia con ellos unacasa <strong>de</strong> vecindad 0 se habitaba en el mismo barrio.Los vecinos podian exponer ante el tribunal "sobre10 que siempre han visto, sabido y escuchado";podian <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r 0 <strong>de</strong>nunciar/"De 10 anterior se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>ducir que la vecindadotorgaba legitimidad para conocer y evaluar lasconductas <strong>de</strong>l pr6jimo en la justicia. En funci6n<strong>de</strong> los conocimientos que ofrecia la cercania entrelos hogares, se podian avalar los buenos comportamientos<strong>de</strong>l otro en la justicia 0, por el contrario,<strong>de</strong>scalificarlos. A<strong>de</strong>mas <strong>de</strong> estos usos antag6nicos,la noci6n <strong>de</strong> vecino podia emplearse para subrayarla presencia <strong>de</strong> conductas mas mo<strong>de</strong>radas, encontraste con la percepci6n <strong>de</strong>l extrafio, <strong>de</strong>l individuoque provenia <strong>de</strong> afuera <strong>de</strong>l entorno, comoun hombre peligroso, capaz <strong>de</strong> cometer dafios eilegalida<strong>de</strong>s. Asimismo, conviene sefialar que lacondici6n <strong>de</strong> vecino, al igual que la posesi6n <strong>de</strong>honor, estaban presentes en los requisitos paraser ciudadano." De esta manera, las expresionesvertidas por los testigos en los juicios, que indicabanque eran vecinos <strong>de</strong> los acusados, a<strong>de</strong>mas <strong>de</strong>otorgar mayor peso a las palabras a favor <strong>de</strong> estos,,4 Esta i<strong>de</strong>a la <strong>de</strong>sarrolla Arlette Farge, La vida fragi!.Violencia, po<strong>de</strong>res y solidarida<strong>de</strong>s en el Paris <strong>de</strong>lsiglo XVIII, Mexico, Instituto <strong>de</strong> Investigaciones Dr. JoseMaria Luis Mora (ltinerarios), 1994, p. 55.ultimos, sugerian la probable posesi6n <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechosciudadanos.Si el estatus <strong>de</strong> ciudadania implicaba contarcon un domicilio, <strong>de</strong>mostrar un modo honesto<strong>de</strong> vida y, por en<strong>de</strong>, un <strong>de</strong>sempefio activo en elmundo <strong>de</strong>l trabajo, ser consi<strong>de</strong>rado vago equivaliaa per<strong>de</strong>r los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> ciudadania. Sinduda, estas anotaciones revelan una dimensi6npoco explorada sobre las practicas <strong>de</strong> los sectorespopulares en la justicia, en especial, <strong>de</strong>los artesanos, que al <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> las acusacionescomo vagos y ociosos luchaban por sus<strong>de</strong>rechos como ciudadanos."Al igual que la autoridad que alcanzabanlos testimonios <strong>de</strong> los vecinos, 0 parientes queconocian <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacia tiempo al acusado y, por10 tanto, podian opinar ante el tribunal sobresus conductas, las intervenciones <strong>de</strong> quieneshabian sido 0 eran sus maestros 0 empleadoresjugaban un lugar central en la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> losenjuiciados. Por 10 <strong>de</strong>mas, una via fertil parajustificar la estancia en pulquerias, tabernas ycasas <strong>de</strong> juego consistia, como ya se apunt6, enel alegato <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s econ6micas. Perola esperanza <strong>de</strong> que una partida exitosa pagaralos gastos <strong>de</strong> la supervivencia cotidiana podia<strong>de</strong>notar tambien una forma <strong>de</strong> vida basada en eljuego. Habia entonces que indicar que se trataba<strong>de</strong> una situaci6n excepcional, <strong>de</strong> una "primeravez". En <strong>de</strong>finitiva, los acusados <strong>de</strong>bian <strong>de</strong>splegarsu ingenio y convencer al tribunal <strong>de</strong> que noeran individuos <strong>de</strong>dicados al vicio y que, por elcontrario, eran hombres <strong>de</strong> trabajo y moralidad.En esa direcci6n, otra estrategia empleada porlos acusados fue negar su participaci6n en estas55 Sobre las nociones <strong>de</strong> ciudadania en la epoca, resultaronmuy valiosos los trabajos <strong>de</strong> Marcello Carmagnaniy Alicia Hernan<strong>de</strong>z Chavez, "La ciudadania organicamexicana, 1850-1910", en Hilda Sabato (coord.), Ciudadaniapolitica y formacioti <strong>de</strong> las naciones. Perspectivashistoricas en America Latina, Mexico, El Colegio <strong>de</strong>Mexico-Fi<strong>de</strong>icomiso Historia <strong>de</strong> las Americas/ron, 1999,pp. 371-404; Antonio Annino, "Introducci6n", en AntonioAnnino (coord.), Historia <strong>de</strong> las elecciones en Iberoamerica,siglo XIX. De la formacion <strong>de</strong>l espacio politico nacional,Buenos Aires, FCE, 1995, pp. 17-18y Antonio Annino,97


-'----- Ensayos ------~~------------------.-----------activida<strong>de</strong>s castigadas por la ley. Asi fue el caso<strong>de</strong>l proceso entablado contra varios individuosencontrados en una partida situada en la mismadireccion <strong>de</strong>l caso anterior y <strong>de</strong>tenidos por elcoronel Francisco Vargas. Uno <strong>de</strong> los acusadosen este proceso, quien <strong>de</strong>clare ser comerciante,aseguro que no estaba jugando, que el no teniala costumbre <strong>de</strong> ir al juego y que solo habfa concurridoa ese lugar con el fin <strong>de</strong> cobrar a alguien.En este mismo tenor se suscito la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> unhilador, capturado en esta misma reunion. Porsu parte, un comerciante espafiol si bien admitiohaber ido a jugar, argumento que no 10 hacia porser jugador <strong>de</strong> profesion sino por la necesidad enque se encontraba al carecer <strong>de</strong> un trabajo. Otro<strong>de</strong> los acusados <strong>de</strong>l caso sefialo que el no jugabay que habia ido a ese local con el objeto <strong>de</strong> quesus amigos le dieran alguna cosa."?En 1845, siete hombres, en su mayoria albaniles,fueron aprehendidos en la pulqueria ytaberna "a hora en que <strong>de</strong>bian estar en sus talleres".En este litigio nadie admitio haber ido atomar pulque. Uno estaba saludando a un conocidosuyo; otro salta <strong>de</strong> comer <strong>de</strong> un bo<strong>de</strong>gon yse dirigia a la obra en la que trabajaba; otro"Cadiz y la revolucion territorial <strong>de</strong> los pueblos mexicanos,1812-1821",en Antonio Annino, op. cit, pp. 177-226.56 EI trabajo como fundamento <strong>de</strong> la ciudadania enlas clases populares se pue<strong>de</strong> ver en Clara E. Lida,"i-Que son las clases populares? Los mo<strong>de</strong>los europeosfrente al caso espanol en el siglo XIX", en HistoriaSocial, Valencia, Fundaci6n Instituto Historia Social,en colaboracion con UNED Alzira-Valencia, mim. 27,1997, pp. 3-21. En este estudio sobre los movirnientospopulares que se <strong>de</strong>sarrollaron en la Espana <strong>de</strong>la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo XIX, la autora sostiene quela lucha por los <strong>de</strong>rechos ciudadanos estaba estrechamenteligada a la lucha por la reivindicaci6n <strong>de</strong>l trabajoy <strong>de</strong> este como sinonimo <strong>de</strong> propiedad. La afirmaci6n<strong>de</strong> los trabajadores <strong>de</strong> su caracter <strong>de</strong> ciudadanos, estratada tambien <strong>de</strong> forma sugerente en el libro <strong>de</strong>David Montgomery sobre el siglo XIX en Norteamerica.Vease David Montgomery, El ciudadano trabajador.Democracia y mercado libre en el siglo XIX norteamericano,Mexico, Instituto <strong>de</strong> Investigaciones Dr. JoseMaria Luis Mora, 1997.57 "Contra los <strong>de</strong>tenidos Jose <strong>de</strong> la Luz Garcia, NepomucenoBernal, Mariano Montero, Francisco Tomas,se trasladaba ese medio dia a ver a un amigo.Las <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong> los testigos confluyeronen sefialar la honra<strong>de</strong>z y buena reputacion <strong>de</strong>los acusados. En algunos casos se agregabanimagenes que reforzaban las consi<strong>de</strong>racionesfavorables. Asi, el cobrador <strong>de</strong> las fincas <strong>de</strong> unacongregacion aseguro que el oficial <strong>de</strong> albafiilAntonio Perez, era un hombre <strong>de</strong> bien y constanteen su trabajo. Begun este testigo, Perez nosolo no era vago sino "el mejor oficial <strong>de</strong> los quetiene". Por su parte, don Jose Maria <strong>de</strong> Landa,un capitan retirado que se <strong>de</strong>sempefiaba comoagente <strong>de</strong> negocios, sefialo la honra<strong>de</strong>z y buenaconducta <strong>de</strong>l acusado que se evi<strong>de</strong>nciaba conel hecho <strong>de</strong> que jamas faltaba al trabajo "puesno es <strong>de</strong> los oficiales que acostumbran a hacersan Lunes"."Po<strong>de</strong>mos sugerir que si en su mayoria los relatos<strong>de</strong> los testigos apelaban a imageries y expresionescompartidas; formulas que se invocaban<strong>de</strong> manera recurrente para favorecer una sentenciapositiva, tambien entre la uniformidad <strong>de</strong>llenguaje rendido en la justicia, asomaban comentariose indicaciones que se salian un poco <strong>de</strong> lanorma. Estas informaciones que acompafiaron <strong>de</strong>manera ocasional algunas <strong>de</strong>claraciones irrumpieronen el tono a ratos monotone <strong>de</strong>l discurso enlajusticia y, aunque aisladas, nos permiten entreverfacetas que probablemente formaron parte <strong>de</strong>las representaciones <strong>de</strong> estos hombres convocadosa llenar las paginas <strong>de</strong> los expedientes porvagancia." Asi, como vimos anteriormente, unaconducta muy <strong>de</strong>dicada al trabajo era la <strong>de</strong> unhombre como Antonio Perez quien se rehusaba ala famosa y extendida costumbre <strong>de</strong> faltar al trabajolos lunes." De la misma forma sabemos queManuel Legotrata y Felix Matamoros", en AHDF, Vagos,vol. 4778, expo 305, 1845.58 "Averiguaci6n <strong>de</strong> vagos acusados. Andres Ahumada,Trinidad Hernan<strong>de</strong>z, Roque Denia, Rafael Benitez,Lengines Castro, Antonio Perez, Manuel Marquez.",en AHDF, Vagos, vol. 4789, expo 281, 1845.59 Sobre la importancia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>talle en el registropolicial, Arlette Farge, op. cit., pp. 176-182.60 Ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Colonia, las autorida<strong>de</strong>s se esforzaronpor combatir esta practica <strong>de</strong> los trabajadores que98


------------------------------------- Ensayos-­la honra<strong>de</strong>z era mas evi<strong>de</strong>nte cuando un individuono sucumbia a la tentaci6n que implicabala tarea <strong>de</strong> transportar cantida<strong>de</strong>s importantes<strong>de</strong> dinero. Asi 10 confirmaba uno <strong>de</strong> los testigos<strong>de</strong>l molinero Antonio Hernan<strong>de</strong>z, que durantetodo el tiempo en que este habia trabajado en lafabrica <strong>de</strong> yeso <strong>de</strong> su propiedad "no ha dado notaalguna <strong>de</strong> su persona siendo <strong>de</strong> advertir que lossabados salfa a recoger cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> dinero <strong>de</strong>bastante consi<strong>de</strong>racion y jamas le falto nada"."A traves <strong>de</strong> estos <strong>de</strong>talles observamos tambienque una "conducta muy competitiva" era la que<strong>de</strong>mostr6 Nemecio Rojas acusado por el tribunalen 1846. Segun el duefio <strong>de</strong> una fabrica <strong>de</strong>vidrios, este rasgo <strong>de</strong> laboriosidad se reflejabaen el hecho <strong>de</strong> que Rojas se presentaba todos losdias <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy temprano a pedir ocupacion endicho establecimiento."EI ocio <strong>de</strong> los trabajadoresEra en general una labor <strong>de</strong> rutina <strong>de</strong>tener alos presuntos "vagos" en pulquerias y casas<strong>de</strong> juego en horas consi<strong>de</strong>radas <strong>de</strong> trabajo.Sin embargo, tambien se hacian arrestos enhorarios que traspasaban esas fronteras y seenmarcaban en los <strong>de</strong>stinados al ocio <strong>de</strong> los trabajadores.Tal fue el caso <strong>de</strong> Rafael Mendoza,un cortador <strong>de</strong> jabon <strong>de</strong> 16 afios <strong>de</strong> edad, <strong>de</strong>tenidoun jueves por la noche junto a otras seispersonas, par el mismo coronel Vargas, en unareunion <strong>de</strong> juego en la casa mim. 1 <strong>de</strong> la calle<strong>de</strong> Puente <strong>de</strong> Balvanera. En su <strong>de</strong>claracion,este sefialo que habia ingresado a la partida<strong>de</strong> juego en compafiia <strong>de</strong> Jose Maria Aguero,porque "uno que estaba en el saguan [sic] lesdijo que pasaran a divertirse; y como por esoentendieron que era baile, entraron en la casa;pero luego que advirtieron su equivocacion ibana salir, cuando entr6 el Sr. Bargas y los aprendi6".63EI baile no era, al parecer, una actividadtan con<strong>de</strong>nada como el juego. Al menos no contabacon una clausula especial en el <strong>de</strong>creto <strong>de</strong>1845 que prohibia expresamente la costumbre<strong>de</strong> jugar a los naipes 0 a la rayuela en plazas,zaguanes 0 tabernas."A la ingeniosa <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l acusado se Ie sumaronlos testimonios favorables <strong>de</strong> los testigos. Elcomerciante Juan <strong>de</strong>l Campo, originario <strong>de</strong> Chihuahua,conocia a Mendoza <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que este habianacido. Siendo vecinos, el acusado habia aprendidoel oficio <strong>de</strong> cortador <strong>de</strong> jabon en su casa y era su<strong>de</strong>pendiente. De modo que podia asegurar queel acusado no tenia vicios "y mucho menos el <strong>de</strong>jugador". Su conducta era honrada, pues hasta esafecha no habia recibido motivo <strong>de</strong> queja contra el y,por el contrario, contaba con el aprecio <strong>de</strong> cuantos10 conocian. Un director <strong>de</strong> obras <strong>de</strong> albanileriacan varios anos <strong>de</strong> conocer a Mendoza y dos vecinos,un zapatero y un latonero vecinos <strong>de</strong>l acusadoavalaron estas consi<strong>de</strong>raciones. El juicio concluy6con la remision <strong>de</strong>l sumario a la prefectura, y elacusado quedo a disposicion <strong>de</strong>l alcal<strong>de</strong>."La pohtica <strong>de</strong> correcci6n <strong>de</strong> la vagancia, comoya se dijo, pretendia encauzar la posible intervencion<strong>de</strong> las clases bajas en acciones que atentarancontra la estabilidad y el or<strong>de</strong>n publico, apuntalarel a<strong>de</strong>lanto economico y mo<strong>de</strong>lar las costumbresconsi<strong>de</strong>radas perjudiciales. De acuerdo canestos propositos, algunos <strong>de</strong> los castigos previstospara los consi<strong>de</strong>rados como vagos consistianen fomentar el servicio en las armas y el trabajoen manufacturas y obras publicas.s'T'or esa viano asistian a sus centros <strong>de</strong> labor los dias lunes. VeaseVanessa Teitelbaum, op. cit., 2005, caps. 1 y 2.61 "Antonio Hernan<strong>de</strong>z, padre <strong>de</strong>l reo Julio Hernan<strong>de</strong>zsentenciado como tal vago sobre que se revoque dichasentencia", en AHDF, Vagos, vol. 4784, expo 464, 1851.62 "Aetas levantadas con motivo <strong>de</strong> la consignaci6n <strong>de</strong>varios vagos", en AHDF, Vagos, vol. 4782, expo 394, 1846.63 "Contra Rafael Mendoza acusado <strong>de</strong> vago", enAHDF, Vagos, vol. 4779, expo 345, 1845.64 Capitulo cuarto, art. XVII, "Decreto que estableceel TribunaL", en AHDF, Vagos, vol. 4778, expo 303,1845.65 "Contra Rafael Mendoza acusado <strong>de</strong> va go", enAHDF, Vagos, vol. 4779, expo 345, 1845.66 "Decreto que establece el Tribunal que ha <strong>de</strong> juzgarloy nombramiento <strong>de</strong> las personas que <strong>de</strong>ben componereste", en AHDF, Vagos, vol. 4778, expo 303.99


--- Ensayos---------------------------------------1se proyectaba moralizar y disciplinar a los grupospopulares, al tiempo que asegurar serviciospara el Estado. Sin embargo, si uno observa lassentencias establecidas por el Tribunal <strong>de</strong> Vagos,encuentra que la mayoria <strong>de</strong> los acusados fueronpuestos en libertad." Todo ella nos lleva a pensarque los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> moralizar y disciplinar prevalecieronsobre los intereses <strong>de</strong> garantizar hombrespara el trabajo y el ejercito, y que este tribunalrepresentaba mas que la correcci6n y el castigo ensi, el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> control y vigilancia <strong>de</strong> las conductasy habitos populares. Es posible suponer quelos intereses personales <strong>de</strong> algunas <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>sy vecinos encargados <strong>de</strong> juzgar la vagancia<strong>de</strong>sempefiaban un papel relevante a la hora <strong>de</strong><strong>de</strong>cidir el futuro <strong>de</strong> algun acusado. Como se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong><strong>de</strong> varios <strong>documento</strong>s <strong>de</strong> la epoca, algunos<strong>de</strong> estos hombres tenian locales como pulquerias ycasas <strong>de</strong> juego y por 10 tanto no estaban <strong>de</strong>masiadointeresados en castigar a los que contribuian aengrosar sus ganancias." Estos intereses, a<strong>de</strong>mas<strong>de</strong> los prop6sitos fiscales <strong>de</strong>l ayuntamiento querecaudaba impuestos <strong>de</strong> estos establecimientos,se conjugaron para alentar una actitud mas biencon<strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong>l tribunal que, <strong>de</strong> esta forma,no respondia completamente a los requerimientos<strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong>partamental que emiti6 el <strong>de</strong>creta<strong>de</strong> 1845 contra la vagancia."67 Con 10 cual, no fueron <strong>de</strong>masiados los individuosenviados al servicio en las armas ni los <strong>de</strong>stinados altrabajo 0, en su caso, el aprendizaje <strong>de</strong> un oficio. Cfr.Sonia Perez Toledo, op. cit, 1996, p. 255.68 "Copia <strong>de</strong>l oficio <strong>de</strong> Isidoro Olvera en que manifiestaque para evitar conflictos se hagan al gobiernoobservaciones que mejoren las disposiciones sobre estecaso", en AHDF, Vagos, vol. 4151, expo 5, 1828, en EstherAill6n Soria, op. cit. Sobre la dificultad <strong>de</strong> arrestara los vagos durante la <strong>de</strong>cada <strong>de</strong> 1820; Jose AntonioSerrano senala como una <strong>de</strong> sus causas, el que muchos<strong>de</strong> los militares encargados <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>rlos eran duenos<strong>de</strong> pulquerias y tabernas (Jose Antonio Serrano,"Los virreyes <strong>de</strong>l barrio: alcal<strong>de</strong>s auxiliares y seguridadpublica, 1820-1840", en Carlos Illa<strong>de</strong>s y ArielRodriguez Kuri (comps.), Instituciones y ciudad. Ochoestudios historicos sobre la ciudad <strong>de</strong> Mexico, Mexico,Colecci6n Sabado Distrito Fe<strong>de</strong>ral, 2000, p. 33).69 Estos aspectos se <strong>de</strong>sarrollan en Vanessa Teitelbaum,op. cit., 2005, en especial, cap. 3.Junto con el reconocimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sempleo ylas fricciones entre las distintas instancias <strong>de</strong>gobierno, las consi<strong>de</strong>raciones positivas sobre losartesanos contribuian al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>de</strong>senlacesfavorables en la justicia." Sin embargo, estono queria <strong>de</strong>cir como ya se sefia16, que se evaporaranlos prejuicios e intereses que poblaban lasmiradas <strong>de</strong> las elites sobre los sectores populares.En este sentido hemos apuntado algunas <strong>de</strong>las estrategias empleadas por los acusados parahacer frente a estas sospechas e impugnaciones.Nos interesa resaltar que la politica <strong>de</strong> correcci6n<strong>de</strong> la vagancia buscaba educar y mo<strong>de</strong>larlas costumbres <strong>de</strong> los habitantes capitalinos; setrataba <strong>de</strong> disminuir el potencial <strong>de</strong> protesta ymovilizaci6n <strong>de</strong> los grupos populares, a quienesse <strong>de</strong>finia como proclives al <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n y lacorrupci6n, a<strong>de</strong>mas <strong>de</strong> que se aspiraba a impulsarel <strong>de</strong>sarrollo econ6mico. Para ello, resultabacentral imponer una disciplina laboral queimplicaba modificar habitos y conductas <strong>de</strong> lossectores populares." En ese marco y, <strong>de</strong> acuerdocon la importancia asignada al trabajo, las autorida<strong>de</strong>sy grupos influyentes intentaron re<strong>de</strong>finirel ocio y colocarlo al servicio y en funci6n <strong>de</strong>70 I<strong>de</strong>m.71 En contraste con estudios sobre el tema y, en particular,frente a las consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong> trabajos comolos <strong>de</strong> David S. Lan<strong>de</strong>s, Mark Harrison subrayo lainfluencia<strong>de</strong> la urbanizaci6n en los procesos <strong>de</strong> cambio en lasnociones <strong>de</strong>l tiempo en Inglaterra a comienzos <strong>de</strong>l sigloXIX. Segun el autor, la semana regular <strong>de</strong> trabajo fue masuna caracteristica <strong>de</strong>l ambiente urbano que <strong>de</strong> la fabricao la mecanizaci6n <strong>de</strong> los establecimientos <strong>de</strong> trabajo. Asi,en 10 que fue un articulo polemico, Harrison sefialo quelas rutinas laborales eran mas rigurosas y pre<strong>de</strong>cibles<strong>de</strong> 10 que se habia pensado hasta ahora, que el proceso <strong>de</strong>la urbanizaci6n <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mediados <strong>de</strong>l siglo XVIII facilit6 unnuevo or<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong>l tiempo y la divisi6n <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>ssociales e incluso, como sugiere la literatura, que"la sociedad or<strong>de</strong>nada" data <strong>de</strong> mediados <strong>de</strong>l siglo XIX, enMark Harrison, "The or<strong>de</strong>ring of the urban enviroment:time, work and the occurrence of crowds, 1790-1835", enPast and Present. A Journal ofHistorical Studies, mim,110, 1986, pp. 134-168. A raiz <strong>de</strong> estas consi<strong>de</strong>raciones,se suscit6 un <strong>de</strong>bate entre Harrison y Lan<strong>de</strong>s. VeaseDavid S. Lan<strong>de</strong>s, "Debate. The or<strong>de</strong>ring of the urbanenviroment: time, work and the occurrence of crowds,1790-1835", en Past and Present. A Journal of HistoricalStudies, num. 116, 1987, pp. 192-199 y Mark Harri­100


------------------------------------ Ensayos-­aquel." Des<strong>de</strong> esa 6ptica, se emitieron a 10 largo<strong>de</strong>l periodo diversas disposiciones que buscabanreglamentar y vigilar los ambitos <strong>de</strong> sociabilidad<strong>de</strong> la poblaci6n <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Mexico, ya quese entendia que en espacios, como pulquerias ycasas <strong>de</strong> juego, los hombres se acostumbrabana per<strong>de</strong>r el tiempo, a pasar su vida en completaociosidad y a <strong>de</strong>spreciar el trabajo. No es err6neosuponer, comoya se dijo, que el tiempo <strong>de</strong> recreo <strong>de</strong>las clases populares era visto como vagancia." Asi10 sostiene Sonia Perez Toledo: aunque en Mexicono se habia <strong>de</strong>sarrollado min una producci6nfabril que necesitara <strong>de</strong> mayor sincronizaci6n <strong>de</strong>ltrabajo, las elites y grupos econ6micos trataban<strong>de</strong> imponer una nueva percepci6n <strong>de</strong>l tiempo conel fin <strong>de</strong> conformar trabajadores industriosos quehabilitaran el progreso <strong>de</strong>l pais. Frente a esto, losperi6dicos insistieron en la importancia <strong>de</strong> aprovecharbien el tiempo, aconsejando a los artesanosusar el tiempo <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso con mo<strong>de</strong>raci6n.Tal como se entendia en estos discursos, un buenempleo <strong>de</strong>l tiempo era el <strong>de</strong>dicado al trabajo, yaque todo 10 que no fuera trabajo era percibido comoperdida <strong>de</strong> tiempo."De acuerdo con estas consi<strong>de</strong>raciones po<strong>de</strong>mosinterpretar los juicios que se entablaban comovagos a los <strong>de</strong>tenidos en esos locales. Los horariosen que eran aprehendidos los individuos <strong>de</strong>mostrabanel interes <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s por controlarel tiempo <strong>de</strong> trabajo y el tiempo libre <strong>de</strong> los sectorespopulares, en especial, los artesanos. lNoimplicaba esto un afan por trastocar las nocionesque regian la vida <strong>de</strong> estos grupos? Si bienpor el tipo <strong>de</strong> <strong>documento</strong>s analizados no po<strong>de</strong>mosofrecer respuestas <strong>de</strong>finitivas sobre este asunto,es posible suponer que el afan <strong>de</strong> gobernantes ysectores <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r por instaurar una disciplinalaboral significaba un cambio relevante con respecto<strong>de</strong> las practicas y los usos <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong> lostrabajadores urbanos. En esta misma direcci6n,las reflexiones <strong>de</strong> E. P. Thompson sobre las nociones<strong>de</strong>l tiempo en las economias preindustrialesnos proporcionan pistas sugerentes. Asi, segunel autor, mientras que "la industria <strong>de</strong> manufacturase mantuvo en una escala domestica 0 <strong>de</strong>pequefio taller, sin una intrincada subdivisi6n<strong>de</strong> la producci6n, el grado <strong>de</strong> sincronizaci6n quese requeria era leve, y prevalecia la orientaci6n alquehacer". En una sociedad en la que es normalesta orientaci6n al quehacer, "parece mostrar una<strong>de</strong>marcaci6n menor entre trabajo y vida. Las relacionessociales y <strong>de</strong> trabajo estan entremezcladosy no existe mayor conflicto entre el trabajo y elpasar el tiempo","No resulta <strong>de</strong>scabellado pensar que los artesanosmexicanos <strong>de</strong> mediados <strong>de</strong>l siglo XIX inscribiansus practicas en nociones semejantes <strong>de</strong>ltiempo, es <strong>de</strong>cir, sin una <strong>de</strong>marcaci6n tan pronunciadaentre los tiempos <strong>de</strong>dicados al trabajoy al ocio. Las mismas aprehensiones compruebanestos "usos <strong>de</strong>l tiempo" por parte <strong>de</strong> los trabajadorescualificados. Y aunque sin duda habra queretomar este tema en el futuro, po<strong>de</strong>mos sugerirque dichas practicas artesanales fueron,<strong>de</strong> algun modo, <strong>de</strong>fendidas en la justicia, enla medida que acusados y testigos insistianen la laboriosidad y honra<strong>de</strong>z <strong>de</strong> los acusadosy, por en<strong>de</strong>, rechazaban el calificativo <strong>de</strong> vagosque se les pretendia imprimir con las acusaciones<strong>de</strong> vagancia.son, "A rejoin<strong>de</strong>r to David Lan<strong>de</strong>s", en Past and Present.A Journal of Historical, Studies, mim. 116, 1987,pp. 199-205.72 Estos temas los trabaja para Argentina, SandraGayol, op cit., 1993. Para Mexico y Guatemala, veaseespecialmente Clara Lida y Sonia Perez Toledo, op cit.73 Cfr. nota 48.74 Sonia Perez Toledo, "Una organizacicn alternativa<strong>de</strong> artesanos: la Sociedad Mexicana Protectora <strong>de</strong>Artes y Oficios, 1843-1844", en Signos Historicos, mim.9, enero-junio, Mexico, Departamento <strong>de</strong> Filosofia, UAM­Iztapalapa, 2003, pp. 330-331.75 Para Thompson esta "orientacion al quehacer",efectiva en las socieda<strong>de</strong>s campesinas e importanteen las industrias locales pequefias y domesticas es, encierto sentido, "mas comprensible humanamente queel trabajo regulado por horas", ya que "el campesinoo trabajador parece ocuparse <strong>de</strong> 10 que es una necesidadconstatada", en Edward P. Thompson, Tradicion,revuelta y conciencia <strong>de</strong> clase. <strong>Estudios</strong> sobre la crisis <strong>de</strong>la sociedad preindustrial, Josep Fontana (prol.), Barcelona,Critica, 1979, pp. 245-246 y 259.101


--EnsayosConsi<strong>de</strong>raciones finalesTal como hemos sefialado, las <strong>de</strong>tenciones amiembros <strong>de</strong> los sectores populares por vaganciasucedieron en muchos casos en pulquerias ycasas <strong>de</strong> juego. De acuerdo con 10 revelado porel examen <strong>de</strong> los juicios, estas aprehensiones se<strong>de</strong>sarrollaron en locales situados en la calle <strong>de</strong>Puente <strong>de</strong> Balvanera. Con 10 cual, po<strong>de</strong>mos inferirque se trataba <strong>de</strong> las actuaciones seguidasen un mismo ambito geografico. Como apuntabamosen el trabajo, en contraste con espaciosmas estudiados, no contamos con informacionabundante sobre esta calle; las referencias sonfragmentarias y en todo caso menos conocidas.Sin embargo, disponemos <strong>de</strong> la informacion vertidapor distintos autores que trabajaron algunosbarrios <strong>de</strong> la capital, 0 bien que abordaronlas calles <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Mexico en forma general.En este sentido, po<strong>de</strong>mos sefialar que lacalle <strong>de</strong> Puente <strong>de</strong> Balvanera se situaba <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong>l area correspondiente al cuartel menor 11,es <strong>de</strong>cir, una zona centrica <strong>de</strong> la ciudad. Tambiensabemos que esta calle formaba parte <strong>de</strong>lbarrio <strong>de</strong> San Pablo, zona habitada en generalpor trabajadores, muchos <strong>de</strong> ellos artesanos.Las referencias al artesanado se ajustan perfectamentecon las evi<strong>de</strong>ncias arrojadas por lasfuentes que revelaron la presencia mayoritaria<strong>de</strong> este sector <strong>de</strong> la poblacion entre los acusadoscomo vagos.Para <strong>de</strong>mostrar que no poseian vicios comoel juego y la embriaguez que anunciaban in<strong>de</strong>fectiblementela vagancia <strong>de</strong> un individuo, losacusados argumentaron en la instancia judicialmotivos ajenos a estas practicas como movilesque los impulsaba a concurrir a las casas <strong>de</strong>juego 0 pulquerias. Del mismo modo aludian aun contexto material altamente <strong>de</strong>sfavorable queles impedia afrontar los gastos <strong>de</strong> supervivenciapersonal y familiar como explicacion <strong>de</strong> su asistenciaeventual a estos locales. Mas alla <strong>de</strong> 10recurrente <strong>de</strong> este argumento, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cirque este mismo encontraba correspon<strong>de</strong>ncia enlas numerosas evi<strong>de</strong>ncias sobre pobreza, precariedad<strong>de</strong>l empleo y marginalidad que signabala vida <strong>de</strong> los sectores populares en la ciudad<strong>de</strong> Mexico <strong>de</strong> mediados <strong>de</strong>l siglo XIX. Finalmente,los argumentos vertidos por los acusadosen los juicios <strong>de</strong>mostraron la eficacia y valoracion<strong>de</strong>l discurso sobre el artesano que fundabasu conducta en la honra<strong>de</strong>z y la laboriosidad.Estas <strong>de</strong>claraciones contribuian favorablementea <strong>de</strong>spejar las impugnaciones por vagancia enla medida que contaban con el aval, indispensablepor otra parte, <strong>de</strong> testigos que garantizabanla laboriosidad y moralidad <strong>de</strong> los enjuiciadoscomo vagos. EI trato frecuente, el tiempo quetenian <strong>de</strong> conocerse y la proximidad entre lasviviendas conferian una suerte <strong>de</strong> legitimidada maestros, vecinos 0 comerciantes paraavalar las conductas <strong>de</strong> los presuntos vagos.En particular, las referencias al estatuto <strong>de</strong>vecino adquirian una importancia notable enla justicia. Como ya se sugirio, la cercania alos hogares otorgaba influencia a sus testimonios.A<strong>de</strong>mas, las expresiones <strong>de</strong> los testigos-tales como "por ser vecinos"-, podian sugerirla posesion <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos ciudadanos en losenjuiciados y contribuir, por esa via, a disiparlas incriminaciones por vagancia que pesabansobre los mismos. Aunque sin duda habra queseguir explorando este tema en el futuro, por10 pronto po<strong>de</strong>mos consi<strong>de</strong>rar que estas <strong>de</strong>claracionesvertidas en los juicios iluminan unadimension <strong>de</strong> las practicas <strong>de</strong> los sectores populareshasta ahora muy poco exploradas, comoaquellas <strong>de</strong>sarrolladas en torno a la <strong>de</strong>fensa ylucha por la ciudadania.Como vimos, los intentos <strong>de</strong> las elites porcontrolar el tiempo <strong>de</strong>l trabajo y el tiempo libreimplicaban modificar practicas todavia presentesen el mundo artesanal que remitian a unaseparacion no tan marcada entre los tiempos<strong>de</strong>l trabajo y los <strong>de</strong>l ocio. Estas practicas fueron,<strong>de</strong> algun modo, <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>eidas en la justicia, en lamedida que los artesanos, acusados <strong>de</strong> vagos,se <strong>de</strong>claraban inocentes al ser capturados enpulquerias y casas <strong>de</strong> juego en horas consi<strong>de</strong>radascomo <strong>de</strong> trabajo. Aunque no <strong>de</strong> forma explicita,los artesanos rechazaron la <strong>de</strong>limitaciontajante entre los tiempos <strong>de</strong>l trabajo y <strong>de</strong>l ocio,al impugnar los calificativos <strong>de</strong> vagos y ociososfrente al tribunal.102

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