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«RIO PISCINA» - periodicoadarve.com

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OpiniónDon José Cuadros, una deuda pendienteJUAN DE DIOS LÓPEZ MARTINEZUno de los grandes defectos que aquejan alser hwnano es el hecho de no saber apreciaralgo hasta que nota su falta. Esta ausencia deespontaneidad en la valoración de sus conciudadanosmás o menos allegados, es a suvez la responsable de que el ser humano estécontinuamente en deuda con muchos de sussemejantes, una deuda que por dejadez, porindiferencia, o, simplemente, por pereza, lamayoría de las veces se va diluyendo en eltiempo hasta hacerla desaparecer por <strong>com</strong>pletode la memoria colectiva. Estamos tanacostumbrados a ver que las cosas son así enlo usual, en lo cotidiano, que no reparamosen valorar lo más mínimo cualquier detallediferenciador. Cuando por razones más omenos perentorias nos vemos en la obligaciónde valorar a alguien en particular, lohacemos de forma tan subjetiva que en lamayoría de los casos erramos en la calificación.Sólo cuando esta subjetividad es<strong>com</strong>partida, es factor <strong>com</strong>ún de la generalidad,es cuando podíamos decir que estamosenjuiciando de forma más o menos objetiva.Pero hay veces en las que la objetividad seantepone por sí misma a cualquier otraconsideración, a cualquier otra valoraciónsubjetiva por muy generalizada que ésta sea.Ello ocurre cuando el individuo se ha hechoacreedor del respeto y la consideración de losdemás así, si más, y así ha sido aceptado porla mayoría. Es cuando lo real se antepone pordefinición al enfoque subjetivo.Sin duda éste es el caso de don José MaríaCuadros González. Hombre admirado y respetadopor todos aquellos que de una manerau otra <strong>com</strong>partieron su vida, su amistado fueron instruidos con sus enseñanzas. Nosólo aquéllos que a lo largo de años y años desu magisterio tuvimos la suerte de beber desu saber, sino también de todos aquéllos quede una forma u otra <strong>com</strong>partieron con él sudía a día.La figura de don José Cuadros no se puedeJosé Maria Cuadros Gonzálezenjuiciar aisladamente considerada. Está taníntimamente ligada a los números, a la tiza ya la pizarra que difícilmente podría explicarsesin estos tres <strong>com</strong>ponentes.Don José Cuadros fue profesor de matemáticas,de unas matemáticas que jamás impartió.Que no impartió, al menos, en el sentidotradicional de la enseñanza. Sus clases no selimitaban a la mera explicación, a la exposiciónteorizada de una asignatura. Con lahabilidad propia de quien conoce tanto lamateria <strong>com</strong>o al alwnno, buscaba el razonamientopor encima de la simple memorización.En la pizarra, era el alumno quienexplicaba y el profesor quien escuchaba.Nunca corregía los errores en tu explicación.Te interrogaba tan hábilmente sobre tusrespuestas incorrectas para llevarte al terrenode tu inexactitud, que no tardabas lo más mínimoen darte cuenta de tu error. Un don especialque sólo vi en él.Marcado desde su más pronta juventud porun régimen dictatorial contrario a los idealespolíticos de libertad, supo anteponerse conla serenidad y el empaque propios de quienatesora casta. Los contratiempos de unasociedad caracterizada por el asentimiento yla swnisión callada jugaron en su contra, altiempo que fueron fOIjando un marcadocarácter y una fuerte personalidad propios dequien obligadamente tiene que sobreponersea la adversidad para, simplemente, subsistir.Su vocación médica fue truncada desde susinicios por un régimen que no admitía ningúntipo de disquisición, ni siquiera por parentesco.Como muchos jóvenes de su época, fueun represaliado, una víctima más del franquismo;sencillamente por pertenecer a unafamilia con unos ideales, con unos valoresconsiderados contrarios a los que sustentabanal régimen. Sólo la amnistía de la transiciónpudo devolverle en parte el daño causado.Quien había sido profesor sin titulación detantas y tantas generaciones de maestros, demédicos, de ingenieros, de empresarios ... ensu madurez tuvo que estudiar y opositar paraacceder al magisterio. Una triste paradoja dela vida y una pequeña y tardía re<strong>com</strong>pensapara toda una vida consagrada a la enseñanza.No hay cosa tan ingrata <strong>com</strong>o un reconocimientoa título póstumo. Es <strong>com</strong>o admitirque sólo la muerte hace al héroe, cuando es lapropia vida la que lo forja, en la mayoría de loscasos, a golpe de martillo, de fuego y deyunque.La sociedad prieguense tiene una deudapendiente por saldar. Alguien ha creídooportuno pedir para él el título de HijoPredilecto de Priego, algo que se debió dehacer en vida y a nadie se le ocurrió. Es laingratitud cotidiana de quien pronto olvida.Sólo queda sumarnos a esa iniciativa paraque don José Cuadros figure en el lugar que élse ganó.Don José Cuadros nos dejó físicamente,pero su legado perdurará en la mente dequienes le conocieron, de quienes <strong>com</strong>partieronsu día a día y, sobre todo, de quienestuvimos la suerte de ser instruidos por él.957 54 19 27660 69 34 95nfneumaticos@hotmail.<strong>com</strong>.. EU ......... C_SFELIPEctra. de Cabra - Alca l á Km 28Frente al hotel Río PiscinaPriego de CórdobaC AMI Ó N - INDU ST RIA L-T URI S M O4 X 4 - M OTO - A G R íCOLA - F U RGO N ETAALI N EADO ELECTR Ó NI CO DE DI R ECC i Ó NADARVE I N° 851 ·15 de Noviembre de 20117

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