Musica y Teologia en los escritos de Erik Peterson - Facultad de ...

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11.07.2015 Views

8tierra 39 ; además traslada al cielo en su cuerpo glorioso la gloria de Dios que hasta entonceshabía habitado en el templo de Jerusalén 40 , mientras que como víctima y sacerdote trasladatambién consigo al cielo el verdadero sacrificio; finalmente considera nuestro autor que laascensión del Señor produce la apertura de los cielos, lo que va a permitir la conexión de laIglesia terrena con la celestial abriendo al hombre a amplísimas posibilidades nuevas 41 . Esteproceso tan sumamente relevante expresa de una forma plástica la victoria definitiva deCristo frente a todo enemigo, en él se resume para Peterson lo más nuclear de la BuenaNueva, y es este mismo proceso el que él percibe acompañado por el clamor de las voces delcosmos entero y especialmente por la acción de gracias que la Iglesia entona en su liturgia.Esta imagen puede ayudarnos a entender por qué en los escritos petersonianos se encuentrarepetidamente expresado su rechazo a que el culto, o más concretamente el canto litúrgico,sea considerado una mera expresión arbitraria de religiosidad, con un sentido meramentepedagógico o estético, como algo que cada uno pudiera conformar a su gusto para adaptarloa sus propios cánones de lo que es educativo o bello 42 . Peterson defiende que la liturgiaforma parte intrínseca de la Buena Noticia de la victoria de Cristo sobre la muerte y de suentronización como Señor 43 .Para terminar este apartado nos resta señalar que, no sólo lo proclamado por la voz de losfieles durante la liturgia, sino también los gestos corporales realizados durante la mismatienen un significado público-político. Esto lo podemos apreciar cuando Peterson destacaque todo el proceso descrito en Ap 5 queda subrayado al final por el amén de los cuatrovivientes y la postración de los ancianos (cf. Ap 5, 14). Según él este gesto corporalexpresaría de manera clara lo que dicho con la lengua aún podría resultar dudoso: laautoridad innegable del que ha recibido el libro para desvelar el destino del hombre y delcosmos 44 . Esto concuerda con el pasaje de Flp 2, 10-11, donde la proclamación que hacetoda lengua de que Jesucristo es Señor se ve acompañada y complementada por lainclinación de toda rodilla en el cielo, en la tierra y en el abismo.5. Dimensión eclesial-comunitariaHemos visto que, según la tradición eclesial, la entonación de la alabanza a Dios empieza enel cielo con los ángeles y es retomada por la Iglesia en la tierra 45 . El canto litúrgico es portanto un co-cantar con los ángeles, y veremos ahora que es especialmente significativo en el39 Cf. ThT, 15 (del tratado Was ist Theologie?); RBr, 334 y EP, 611-612.40 Cf. ThT, 209-210; TTE, 171-172; LdA, 56-57. Peterson toma esta idea de Eusebio de Cesarea enDemonstratio evangelica, VI, 18, 23; cf. ThT, 209; TTE, 171; LdA, 56 y LdA, 122 nota 76.41 Cf. MTh, 117-118 (del artículo Über die heiligen Engel) y ThT, 208; TTE, 170-171; LdA, 53-55.42 Cf. RBr, 20.43 Estamos presentando en este artículo la reflexión petersoniana sobre el canto litúrgico, no sobre la liturgia engeneral aunque a veces utilicemos expresiones, parafraseando al autor estudiado, en las que se menciona sólola liturgia como tal. Peterson presenta en muchas otras ocasiones su altísima valoración de los sacramentos ydel sacrificio de la Eucaristía, defendiéndolos ante la relativización que habían sufrido en el protestantismo (cf.EP, 455). No sería correcto pensar que para él el canto de alabanza es el elemento clave o nuclear de la liturgiaeclesial, aunque claramente resalta en sus escritos que es algo esencial, dado su profundo y multifacéticosentido simbólico.44 Cf. JOf, 196 y ThT, 206; TTE, 168; LdA, 46.45 Esta idea actúa como una imagen plástica adecuada a la realidad de que la liturgia es algo que le viene dadoa la Iglesia desde arriba, no algo que nazca de ella misma.

8tierra 39 ; a<strong>de</strong>más traslada al cielo <strong>en</strong> su cuerpo glorioso la gloria <strong>de</strong> Dios que hasta <strong>en</strong>tonceshabía habitado <strong>en</strong> el templo <strong>de</strong> Jerusalén 40 , mi<strong>en</strong>tras que como víctima y sacerdote trasladatambién consigo al cielo el verda<strong>de</strong>ro sacrificio; finalm<strong>en</strong>te consi<strong>de</strong>ra nuestro autor que laasc<strong>en</strong>sión <strong>de</strong>l Señor produce la apertura <strong>de</strong> <strong>los</strong> cie<strong>los</strong>, lo que va a permitir la conexión <strong>de</strong> laIglesia terr<strong>en</strong>a con la celestial abri<strong>en</strong>do al hombre a amplísimas posibilida<strong>de</strong>s nuevas 41 . Esteproceso tan sumam<strong>en</strong>te relevante expresa <strong>de</strong> una forma plástica la victoria <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong>Cristo fr<strong>en</strong>te a todo <strong>en</strong>emigo, <strong>en</strong> él se resume para <strong>Peterson</strong> lo más nuclear <strong>de</strong> la Bu<strong>en</strong>aNueva, y es este mismo proceso el que él percibe acompañado por el clamor <strong>de</strong> las voces <strong>de</strong>lcosmos <strong>en</strong>tero y especialm<strong>en</strong>te por la acción <strong>de</strong> gracias que la Iglesia <strong>en</strong>tona <strong>en</strong> su liturgia.Esta imag<strong>en</strong> pue<strong>de</strong> ayudarnos a <strong>en</strong>t<strong>en</strong><strong>de</strong>r por qué <strong>en</strong> <strong>los</strong> <strong>escritos</strong> petersonianos se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>trarepetidam<strong>en</strong>te expresado su rechazo a que el culto, o más concretam<strong>en</strong>te el canto litúrgico,sea consi<strong>de</strong>rado una mera expresión arbitraria <strong>de</strong> religiosidad, con un s<strong>en</strong>tido meram<strong>en</strong>tepedagógico o estético, como algo que cada uno pudiera conformar a su gusto para adaptarloa sus propios cánones <strong>de</strong> lo que es educativo o bello 42 . <strong>Peterson</strong> <strong>de</strong>fi<strong>en</strong><strong>de</strong> que la liturgiaforma parte intrínseca <strong>de</strong> la Bu<strong>en</strong>a Noticia <strong>de</strong> la victoria <strong>de</strong> Cristo sobre la muerte y <strong>de</strong> su<strong>en</strong>tronización como Señor 43 .Para terminar este apartado nos resta señalar que, no sólo lo proclamado por la voz <strong>de</strong> <strong>los</strong>fieles durante la liturgia, sino también <strong>los</strong> gestos corporales realizados durante la mismati<strong>en</strong><strong>en</strong> un significado público-político. Esto lo po<strong>de</strong>mos apreciar cuando <strong>Peterson</strong> <strong>de</strong>stacaque todo el proceso <strong>de</strong>scrito <strong>en</strong> Ap 5 queda subrayado al final por el amén <strong>de</strong> <strong>los</strong> cuatrovivi<strong>en</strong>tes y la postración <strong>de</strong> <strong>los</strong> ancianos (cf. Ap 5, 14). Según él este gesto corporalexpresaría <strong>de</strong> manera clara lo que dicho con la l<strong>en</strong>gua aún podría resultar dudoso: laautoridad innegable <strong>de</strong>l que ha recibido el libro para <strong>de</strong>svelar el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong>l hombre y <strong>de</strong>lcosmos 44 . Esto concuerda con el pasaje <strong>de</strong> Flp 2, 10-11, don<strong>de</strong> la proclamación que hacetoda l<strong>en</strong>gua <strong>de</strong> que Jesucristo es Señor se ve acompañada y complem<strong>en</strong>tada por lainclinación <strong>de</strong> toda rodilla <strong>en</strong> el cielo, <strong>en</strong> la tierra y <strong>en</strong> el abismo.5. Dim<strong>en</strong>sión eclesial-comunitariaHemos visto que, según la tradición eclesial, la <strong>en</strong>tonación <strong>de</strong> la alabanza a Dios empieza <strong>en</strong>el cielo con <strong>los</strong> ángeles y es retomada por la Iglesia <strong>en</strong> la tierra 45 . El canto litúrgico es portanto un co-cantar con <strong>los</strong> ángeles, y veremos ahora que es especialm<strong>en</strong>te significativo <strong>en</strong> el39 Cf. ThT, 15 (<strong>de</strong>l tratado Was ist Theologie?); RBr, 334 y EP, 611-612.40 Cf. ThT, 209-210; TTE, 171-172; LdA, 56-57. <strong>Peterson</strong> toma esta i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Eusebio <strong>de</strong> Cesarea <strong>en</strong>Demonstratio evangelica, VI, 18, 23; cf. ThT, 209; TTE, 171; LdA, 56 y LdA, 122 nota 76.41 Cf. MTh, 117-118 (<strong>de</strong>l artículo Über die heilig<strong>en</strong> Engel) y ThT, 208; TTE, 170-171; LdA, 53-55.42 Cf. RBr, 20.43 Estamos pres<strong>en</strong>tando <strong>en</strong> este artículo la reflexión petersoniana sobre el canto litúrgico, no sobre la liturgia <strong>en</strong>g<strong>en</strong>eral aunque a veces utilicemos expresiones, parafraseando al autor estudiado, <strong>en</strong> las que se m<strong>en</strong>ciona sólola liturgia como tal. <strong>Peterson</strong> pres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> muchas otras ocasiones su altísima valoración <strong>de</strong> <strong>los</strong> sacram<strong>en</strong>tos y<strong>de</strong>l sacrificio <strong>de</strong> la Eucaristía, <strong>de</strong>f<strong>en</strong>diéndo<strong>los</strong> ante la relativización que habían sufrido <strong>en</strong> el protestantismo (cf.EP, 455). No sería correcto p<strong>en</strong>sar que para él el canto <strong>de</strong> alabanza es el elem<strong>en</strong>to clave o nuclear <strong>de</strong> la liturgiaeclesial, aunque claram<strong>en</strong>te resalta <strong>en</strong> sus <strong>escritos</strong> que es algo es<strong>en</strong>cial, dado su profundo y multifacéticos<strong>en</strong>tido simbólico.44 Cf. JOf, 196 y ThT, 206; TTE, 168; LdA, 46.45 Esta i<strong>de</strong>a actúa como una imag<strong>en</strong> plástica a<strong>de</strong>cuada a la realidad <strong>de</strong> que la liturgia es algo que le vi<strong>en</strong>e dadoa la Iglesia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> arriba, no algo que nazca <strong>de</strong> ella misma.

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