Diagnosis de la Flora alóctona invasora - ResearchGate
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problemática de las eei en la capvMapa 9. Riqueza de especies invasoras dehábitats naturales y seminaturales (A+B1).Mapa 10. Riqueza de especies invasoras dehábitats antrópicos (B2).Mapa 11. Número de especies alóctonas porcuadrícula UTM de 10x10.Mapa 12. Número de registros florísticosrecopilados por cuadrícula UTM de 10x10.De nuevo, se observa diferencia si comparamos las especies invasoras de hábitats naturales y seminaturales, quemuestran una notable preferencia por ciertos ecosistemas circunscritos a la vertiente cantábrica, con las especiesinvasoras de hábitats antrópicos, que como es lógico, son más abundantes en las zonas más humanizadas y a lolargo de las principales vías de comunicación (mapas 9 y 10).El mapa 11 muestra la riqueza total de especies alóctonas por cuadrícula, apreciándose el gran peso que tienenlas casuales cerca de la capitales. Esto es lógico, ya que las especies casuales, incapaces de naturalizarse, dependendirectamente de la presencia de focos de propágulos, generalmente vías de comunicación para las adventicias yzonas ajardinadas o cultivadas para las subespontáneas (mapa 6). Las especies invasoras (mapa 7), en cambio,una vez establecidas dependen sobre todo de su propia capacidad de dispersión y adaptación a los distintosecosistemas.No obstante, en todos estos modelos de distribución existe un claro sesgo provocado por la desigual intensidadde muestreo de las distintas cuadrículas, tal y como se observa en el mapa 12.Esto se ha corregido parcialmente, teniendo en cuenta sólo un registro para cada especie, para cada hábitatdistinto en el que aparece en cada cuadrícula UTM de 1 km de lado, de los 18.193 registros georreferenciados parala CAPV, sólo se han utilizado 4.233 para el cálculo de la riqueza de especies por cuadrícula UTM de 10 km. Tal y240Flora alóctona de la CAPV
problemática de las eei en la capvcomo se observa en la figura 8, llega un momento (200-300 registros) en que por más que añadamos más muestreos,el número de especies alóctonas detectadas aumenta muy lentamente. Esto es todavía más notorio si sólo setienen en cuenta las especies invasoras (categorías A y B, mapas 3, 4, 7, 9 y 10). Esto es así salvo en algunascuadrículas como WN09 y VN99 (Gran Bilbao), que al estar tan humanizadas muestran el mayor número de especiescasuales y acumulan un número de registros desproporcionado (2067 y 1570, respectivamente), por lo que se hanexcluido de la gráfica de la figura 8.Nº de especiesNº de registrosFigura 8. Relación entre el número de especies alóctonas por cuadrícula UTM de 10 km de lado y el número de registros recopiladospara cada cuadrícula.Alnus cordataBuddleja davidiiFlora alóctona de la CAPV241
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problemática <strong>de</strong> <strong>la</strong>s eei en <strong>la</strong> capvMapa 9. Riqueza <strong>de</strong> especies <strong>invasora</strong>s <strong>de</strong>hábitats naturales y seminaturales (A+B1).Mapa 10. Riqueza <strong>de</strong> especies <strong>invasora</strong>s <strong>de</strong>hábitats antrópicos (B2).Mapa 11. Número <strong>de</strong> especies <strong>alóctona</strong>s porcuadrícu<strong>la</strong> UTM <strong>de</strong> 10x10.Mapa 12. Número <strong>de</strong> registros florísticosrecopi<strong>la</strong>dos por cuadrícu<strong>la</strong> UTM <strong>de</strong> 10x10.De nuevo, se observa diferencia si comparamos <strong>la</strong>s especies <strong>invasora</strong>s <strong>de</strong> hábitats naturales y seminaturales, quemuestran una notable preferencia por ciertos ecosistemas circunscritos a <strong>la</strong> vertiente cantábrica, con <strong>la</strong>s especies<strong>invasora</strong>s <strong>de</strong> hábitats antrópicos, que como es lógico, son más abundantes en <strong>la</strong>s zonas más humanizadas y a lo<strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s principales vías <strong>de</strong> comunicación (mapas 9 y 10).El mapa 11 muestra <strong>la</strong> riqueza total <strong>de</strong> especies <strong>alóctona</strong>s por cuadrícu<strong>la</strong>, apreciándose el gran peso que tienen<strong>la</strong>s casuales cerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> capitales. Esto es lógico, ya que <strong>la</strong>s especies casuales, incapaces <strong>de</strong> naturalizarse, <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ndirectamente <strong>de</strong> <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> focos <strong>de</strong> propágulos, generalmente vías <strong>de</strong> comunicación para <strong>la</strong>s adventicias yzonas ajardinadas o cultivadas para <strong>la</strong>s subespontáneas (mapa 6). Las especies <strong>invasora</strong>s (mapa 7), en cambio,una vez establecidas <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n sobre todo <strong>de</strong> su propia capacidad <strong>de</strong> dispersión y adaptación a los distintosecosistemas.No obstante, en todos estos mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> distribución existe un c<strong>la</strong>ro sesgo provocado por <strong>la</strong> <strong>de</strong>sigual intensidad<strong>de</strong> muestreo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s distintas cuadrícu<strong>la</strong>s, tal y como se observa en el mapa 12.Esto se ha corregido parcialmente, teniendo en cuenta sólo un registro para cada especie, para cada hábitatdistinto en el que aparece en cada cuadrícu<strong>la</strong> UTM <strong>de</strong> 1 km <strong>de</strong> <strong>la</strong>do, <strong>de</strong> los 18.193 registros georreferenciados para<strong>la</strong> CAPV, sólo se han utilizado 4.233 para el cálculo <strong>de</strong> <strong>la</strong> riqueza <strong>de</strong> especies por cuadrícu<strong>la</strong> UTM <strong>de</strong> 10 km. Tal y240<strong>Flora</strong> <strong>alóctona</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> CAPV