“VAMOS A PORTARNOS MAL”
“VAMOS A PORTARNOS MAL” “VAMOS A PORTARNOS MAL”
“Vamos a portarnos mal”]lo que cree, tendría que tener muy poco espíritu, muy poco talante, para quedarsecallada. Petkoff (editor del diario Tal Cual) dice cosas rudísimas, no se calla”.Las formas de intimidación surgieron como sobremesa de un almuerzo entreeditores y directores de medios de comunicación. “En 2002, Miguel Henrique Otero,editor propietario de El Nacional, dijo que en Venezuela había una política paraintimidar a los medios. Le dije lo siguiente: ‘no creo que el diario que usted dirige o ElUniversal hayan sido intimidados por las críticas que ha venido haciendo el presidenteChávez’, a lo que Otero respondió ‘pero en el interior sí’, ‘¿podría mencionar uncaso?’… ¿El Carabobeño está intimidado? ¿Frontera está intimidado o El Impulso deBarquisimeto? No; ninguno está intimidado”, comenta Díaz Rangel.El papel que juegan los mediosA raíz del golpe de Estado de abril de 2002, los medios de comunicación subieronla apuesta y asumieron el papel de actores políticos. La respuesta del gobierno no sehizo esperar: fue inmediata y similar a la que reciben las organizaciones partidistas ysociales que se oponen al proyecto bolivariano. La sensación térmica de la polarizaciónaumentó a niveles insoportables.De acuerdo con Antonio González, “un subproducto de la polarización quecontribuye a complejizar las cosas, son los ataques a periodistas; muchísimos másde los que había en el pasado y eso, evidentemente, es un indicador de déficit enmateria de libertad de expresión”. En un país donde imperan las visiones en blanco ynegro, González introduce un matiz que debe considerarse. “No hay que medir sólolas omisiones o lo que el Estado hizo mal, también hay que medir la acción del Estadoque posibilita la expresión”.En ese sentido, González reivindica la acción del Estado que posibilita la creaciónde medios comunitarios alternativos. “Eso ha permitido la expresión de sectores queantes no tenían posibilidad de hacerlo”. En el espectro mediático, tenemos un paísesquizofrénico. “Puedes escuchar dos versiones diferentes sobre un mismo hecho. Yovengo de la izquierda, ¿cuándo en las luchas contra el puntofijismo (el modelo políticoque imperó en Venezuela entre 1958 y 1998) nosotros teníamos cobertura en losmedios de comunicación? Sólo cuando metían preso a alguien o cuando asesinabana alguien, esos eran los resquicios que nos dejaban. Pero nuestra visión del mundono tenía cabida en los grandes medios. En este momento, la oposición tiene acceso atodos los foros que quiera. No voy a negar que hay tensiones, pero sí quiero cuestionarla visión plana que se tiene de la libertad de expresión, que tenemos un deterioroprogresivo y no hay una visibilización de otras cosas que están pasando”.Los medios siempre han jugado un papel político, es algo consustancial a su naturalezapública y al hecho innegable de que terminan por encausar los más variados intereses[205
que gravitan en una sociedad. Es algo que se asocia a su origen, especialmente en Europa,donde surgieron como expresiones de partidos políticos, identificados con propuestas ycorrientes ideológicas muy claras. “En el mercado de la prensa estadounidense, si leesThe New York Times, encontrarás posturas coincidentes con las del Partido Demócrata y silees The Wall Street Journal advertirás más afinidad con respecto al Partido Republicano”,adujo Carlos Ayala Corao. “El ciudadano tiene la posibilidad de escoger por dóndequiere orientarse, tanto en la información como en las opiniones; si quiere tener ambaso una sola sólo tienes que ir al quiosco de tu elección”.Ayala afirma que esto es válido para los medios privados, pero no para los mediospúblicos, que al pertenecer al Estado, son de toda la nación. Valga decir, de todoslos ciudadanos. “Ahí están las experiencias de los países europeos y de los propiosEstados Unidos”, donde los medios del Estado se pusieron en manos de un serviciopúblico independiente, incluso del propio gobierno. “En Venezuela hay una tremendadistorsión en ese sentido. Los medios del Estado parecen los medios de comunicacióndel partido de gobierno. No hay una línea divisoria”.La diversidad se ha empobrecido, entre otras cosas, porque al único canal deseñal abierta (Globovisión), crítico del gobierno “se le han aplicado todos losprocedimientos, además de los anuncios públicos, semipúblicos y privados, de quelo van a cerrar”.Progresivamente, de acuerdo con el abogado constitucionalista, “el pluralismode los medios se ha visto atrapado por una política de Estado que quiere quesolamente se muestre una sola versión de los hechos, tanto en los medios públicoscomo privados”.El gobierno ha empleado a fondo la política del palo y la zanahoria. Aquellosmedios que se muestren “comprensivos”, “gozan de las prebendas de la publicidadoficial y de otras ventajas. En una palabra, son bien tratados, pero aquellos quemantienen una línea editorial crítica, se les obstruye y se les amenaza, se les ataca, seles hacen reparos impositivos y no se les da publicidad oficial”.Desde el Estado, sin duda, hay una visión de contrapoder. Toda la plataforma demedios oficiales, adscrita al Sistema Nacional de Medios Públicos, está orientadaa difundir el socialismo como sistema político. “Actualmente, en la oferta que hayde medios de comunicación masivos, tenemos muchísimas más posibilidades deencontrar discursos distintos sobre la sociedad y proyectos de país enfrentados, quelo que teníamos en el pasado”, sostiene Antonio González, sociólogo y consultoren Derechos Humanos. Los casos de personas que han tenido que enfrentar lasconsecuencias por expresarse, “no niegan el pluralismo que existe”, afirma. “A lomejor puede haber una tendencia, pero el pluralismo está ahí. El discurso de laderecha y del estatus quo tiene toda la presencia en los grandes medios, que elEstado tenga más medios no significa que tenga más audiencias”. Un punto que pone206] VENEZUELA
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