“VAMOS A PORTARNOS MAL”
“VAMOS A PORTARNOS MAL” “VAMOS A PORTARNOS MAL”
“Vamos a portarnos mal”]Vale anotar que la protesta no es una manifestación de fe o una especie deprocesión mística. El conflicto social apunta a romper, momentáneamente, un ciertoorden y unas ciertas disposiciones políticas. Pero la argumentación oficial supone quelas protestas también deben tener un orden y que su ‘correlación’ en el escenariopúblico debería respetar incluso aquello que la niega y la suplanta. Tal lectura de laprotesta social ha ido relativizando y condenando las actividades o manifestacionesque se oponen a las políticas gubernamentales.Quizás las formas de protesta social en el país, a lo largo de la historia reciente,se refieren a obstrucción de carreteras, paralización de servicios públicos, marchasindígenas y campesinas desde los centros rurales hacia las ciudades (principalmentehacia Quito), levantamientos, quema de llantas en las calles, o agresión a automotorespúblicos y privados.En la actualidad, las marchas contra la Ley del Agua (movimientos indígenas ysociales), las marchas contra la Ley de Educación Superior (profesores, estudiantes yfuncionarios universitarios) quizás son los sectores que mayor cobertura mediática hantenido. Y hay una razón que los medios no explican de modo cabal: estos sectores,en la emergencia de la coyuntura política que propició el proceso constituyente,fueron los que sostuvieron social y electoralmente las propuestas de Rafael Correa, yconstruyeron (hasta Montecristi) una base social heterogénea –hay que enfatizarlo–que la hacía parecer como una alianza política e ideológica de largo alcance.Disociación de demandas y actoresLa disociación de las demandas pero sobre todo el peso de los actores que encarnanhoy las protestas sociales marca su cobertura y su radio de acción mediático. Esto esimportante destacar a la hora de balancear el modo como los grandes medios, sobretodo, plantean el universo de la protesta social. Los enfoques apuntan a posicionara los agentes sociales que marcaron la ruta ideológica del gobierno de Rafael Correay su abierta objeción en la actualidad. Y es que las contradicciones no sólo operanen el plano del discurso oficial sino en las prácticas políticas devenidas en rupturascon los movimientos que otrora legitimaban la urgencia de un cambio radical en laconducción del Estado. Escenificar la ruptura y sacar evidencias de que la prácticagubernamental rechaza y niega las demandas de estos sectores, se ha constituidoen el trasluz informativo que da –o pretende dar– sentido a estos movimientos; almargen, claro está, de la postura del discurso oficial. Aunque al mismo tiempo, estaes la paradoja de las noticias, reportajes y artículos de opinión, se recalca la tendenciaizquierdista o socialista del régimen.Pero las reflexiones desde el campo de los movimientos sociales ubican lapredominancia de la protesta social en el siguiente aspecto: “El actor central es el[185
movimiento indígena, pero hay el peligro de que invisibilicen otras luchas y otrosactores. La resistencia al modelo extractivista 6 proviene de sectores campesinos yorganizaciones ambientalistas (no ONGs ambientalistas) que no están articuladosdirectamente a las organizaciones indígenas, en particular a la CONAIE, aunqueactúan bajo su convocatoria. Por ello es posible proyectar la constitución de un nuevosujeto con capacidad de contra-hegemonía desde los puntos de resistencia al modelo.El modelo es complejo y combina diversos procesos, entonces también la resistenciaadopta diversas formas y objetivos. Observo elementos germinales de recomposiciónde un movimiento laboral autónomo del régimen. Sin embargo el ataque oficial esmuy duro y el proceso será muy lento. Es aquí donde se requiere un profundo virajeestratégico”, apunta Napoleón Saltos.No obstante, dicha complejidad de las protestas no se detecta en las lecturas queofrecen los medios respecto de los actores. Y más bien se queda en la espectacularidadde los levantamientos, el caos de las carreteras, la anarquía de las calles o la precariedadfísica de quienes vienen del campo a dañar la imagen de la ciudad. Por eso no essorpresivo que cuando el régimen criminaliza estos hechos varios medios lo informanal calor de las consignas del orden y acaso del Estado de derecho vulnerado por lossectores que protestan. Es decir, la filosofía mediática de antaño que bregaba por elrespeto a la propiedad privada y los límites del descontento social no es muy distintaa la que usa el gobierno para reprimir los ‘desmanes’ de hoy. Es notable, entonces,la concordancia con los conceptos del orden entre algunos medios y la actual visiónestatal. Lo que no obsta para interpretar los desmanes como si el propio régimen sebuscara estos problemas. En el lenguaje popular se diría: bienhechito.Rasgos de la criminalizaciónPero la criminalización de la protesta social, desde la perspectiva de Raúl Moscoso,abogado y defensor de los derechos humanos, está superando épocas pasadas:“El gobierno emplea los mecanismos: 1) de criminalizar la protesta, vale decir, de6El extractivismo funciona en torno al capital rentista, es decir en la explotaciónde la tierra/recursos naturales/naturaleza. No es un sector “productivo” directo,ya que su lógica esta en la renta/ganancia extraordinaria por apropiaciónmonopólica. En las condiciones actuales de mundialización está articulado almonopolio de las grades transnacionales, incluso los pequeños “emprendimientos”;responde al reordenamiento de la división internacional del trabajo, con procesosde reprimarizacion de las economías periféricas. Abarca: explotación petroleraorientada a la producción y comercialización de crudo; minería en sus diferentesformas; biocombustible; servicios ambientales; peaje global, agro exportación. Semueve dentro de la lógica de dominio territorial y de acumulación por desposesión.186] ECUADOR
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movimiento indígena, pero hay el peligro de que invisibilicen otras luchas y otrosactores. La resistencia al modelo extractivista 6 proviene de sectores campesinos yorganizaciones ambientalistas (no ONGs ambientalistas) que no están articuladosdirectamente a las organizaciones indígenas, en particular a la CONAIE, aunqueactúan bajo su convocatoria. Por ello es posible proyectar la constitución de un nuevosujeto con capacidad de contra-hegemonía desde los puntos de resistencia al modelo.El modelo es complejo y combina diversos procesos, entonces también la resistenciaadopta diversas formas y objetivos. Observo elementos germinales de recomposiciónde un movimiento laboral autónomo del régimen. Sin embargo el ataque oficial esmuy duro y el proceso será muy lento. Es aquí donde se requiere un profundo virajeestratégico”, apunta Napoleón Saltos.No obstante, dicha complejidad de las protestas no se detecta en las lecturas queofrecen los medios respecto de los actores. Y más bien se queda en la espectacularidadde los levantamientos, el caos de las carreteras, la anarquía de las calles o la precariedadfísica de quienes vienen del campo a dañar la imagen de la ciudad. Por eso no essorpresivo que cuando el régimen criminaliza estos hechos varios medios lo informanal calor de las consignas del orden y acaso del Estado de derecho vulnerado por lossectores que protestan. Es decir, la filosofía mediática de antaño que bregaba por elrespeto a la propiedad privada y los límites del descontento social no es muy distintaa la que usa el gobierno para reprimir los ‘desmanes’ de hoy. Es notable, entonces,la concordancia con los conceptos del orden entre algunos medios y la actual visiónestatal. Lo que no obsta para interpretar los desmanes como si el propio régimen sebuscara estos problemas. En el lenguaje popular se diría: bienhechito.Rasgos de la criminalizaciónPero la criminalización de la protesta social, desde la perspectiva de Raúl Moscoso,abogado y defensor de los derechos humanos, está superando épocas pasadas:“El gobierno emplea los mecanismos: 1) de criminalizar la protesta, vale decir, de6El extractivismo funciona en torno al capital rentista, es decir en la explotaciónde la tierra/recursos naturales/naturaleza. No es un sector “productivo” directo,ya que su lógica esta en la renta/ganancia extraordinaria por apropiaciónmonopólica. En las condiciones actuales de mundialización está articulado almonopolio de las grades transnacionales, incluso los pequeños “emprendimientos”;responde al reordenamiento de la división internacional del trabajo, con procesosde reprimarizacion de las economías periféricas. Abarca: explotación petroleraorientada a la producción y comercialización de crudo; minería en sus diferentesformas; biocombustible; servicios ambientales; peaje global, agro exportación. Semueve dentro de la lógica de dominio territorial y de acumulación por desposesión.186] ECUADOR