“VAMOS A PORTARNOS MAL”
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“Vamos a portarnos mal”]Semillas (Senave) y la Fiscalía del Ambiente, pero ninguna de estas instituciones ejecutóel cumplimiento de las susodichas normativas. Pese a que la legislación penal, en loscasos de delitos flagrantes, permite la aprehensión de personas 5 .Mirada social en la policíaLa violencia extrema ejercida en contra de las organizaciones campesinas y hastacasos de torturas registrados en dicha audiencia pública en diciembre de 2009, derivóen la creación de la Dirección de Derechos Humanos en el Ministerio del Interior.Este singular despacho puso en funcionamiento automáticamente un protocolo deprocedimiento para casos de desalojos, sin precedentes en la institución policial.Sin embargo, la medida genera tirantez hasta la fecha con las disposicionesemanadas del Ministerio Público, específicamente, en las constituciones fiscales quese efectúan en las zonas de conflicto.Las invasiones de propiedades privadas tienen dos aristas particulares: lasocupaciones recientes y los asentamientos ya conformados desde un tiempodeterminado. De cualquier manera, la Fiscalía procede a constituirse en el lugar delos hechos y ordena desalojos.“Esto significa que la policía tenga condiciones previas a un desalojo”, afirmaDiana Vargas, directora de DDHH de la cartera de seguridad interior.En primer término contempla un trabajo previo que debe hacer la fuerza públicaen cuanto a contacto con los campesinos.La nueva regla pretende otorgar, precisamente, herramientas que modifiquen eltrabajo hasta el momento restringido de los agentes del orden, cuya preparación “noes la de contener, sino la de reprimir”, recalca. En ese sentido, comenta que desdela dirección delinean unos cursos sobre “mediación” y “resolución alternativa” deconflictos dirigidos a los agentes.Desde su óptica, se trata de una respuesta del gobierno actual que intenta dotarde una “mirada social” a la policía frente a la problemática en el campo.Toda acción policial de esta índole debe pasar primeramente por la Dirección deDDHH del Ministerio. “Esto nos permite iniciar el diálogo o mediación, negociaciónen algunos casos con las personas afectadas, previo al día del desalojo”, agregala profesional.5“Criminalización a la Lucha Social”. Pag. 85. As. Dic.2009.[139
Al mismo tiempo, dicha Dirección tiene emplazado –en cada departamento– unpoblador en representación del Ministerio, como un vínculo entra la policía y lasociedad civil. “El perfil de estos enlaces es que tengan alta inserción comunitaria;son personas conocidas que generan confianza en las organizaciones socialesy campesinas. En muchos casos entran a mediar en situaciones conflictivas comoinvasión y cierres de ruta”, desgrana.Vargas exterioriza que su despacho aspira a que esta cultura del diálogo se arraigueen el seno de la policía, llegando al punto de prescindir de la intervención de un civil.Esto representa, a su criterio, “un cambio radical en el proceder de la policía, sinprecedentes –destaca–. Siempre la mirada de la policía fue ‘hay un mandato judicial,hay que dar cumplimiento’ y creo que esta práctica de opción por el diálogo lesfavorece porque de alguna manera evitan el uso de la fuerza”.Pese a la resistencia de algunos jefes policiales, admite, se está logrando trasformarla perspectiva de los uniformados respecto a la protesta social, a saber de que se tratade reivindicaciones sociales que tienen que ver con la desigualdad en la distribuciónde la tierra. “Esto redundó en que la mayoría de la salida por parte de las personasafectadas fuera pacífica y a partir de la aplicación de este protocolo se redujeronconsiderablemente los desalojos violentos”, suscribe Vargas.“Lo positivo es que instala la práctica en la policía de llegar previamente, conversarcon las personas afectadas, ver cómo canalizar sus reivindicaciones a través de la SAS(Secretaría de Acción Social) el Indert (Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de laTierra)”, refrenda.En el 201, en 15 desalojos civiles de comunidades instaladas desde hace años, nisiquiera fue necesaria la intervención de la policía, según asevera.No obstante, el dilema para esta inédita metodología se presenta en las consabidasconstituciones fiscales. “Hay ocupaciones recientes y otras que no, que llevan añoscon casas y escuelas establecidas, pero igual la fiscalía realiza constituciones”, indicala funcionaria y exhibe los numerosos pedidos que a diario le llegan a su oficinaordenando la provisión de 100 a 200 policías para acompañar un operativo fiscal.Entonces, explica, lo que buscan desde el Ministerio Público es acortar elprocedimiento. “En vez de que el propietario –de la tierra ocupada– vaya a un juiciocivil que le va a llevar de dos a tres años para desalojar a los ocupantes precarios, loque se hace es iniciar una causa por invasión de inmueble”, registra.Para la socióloga, se impone la necesidad de que los representantes del MinisterioPúblico tengan de igual modo un protocolo similar de procedimiento que limite losoperativos al diálogo y no a la violencia. “Todavía estamos en discusión sobre estocon la Fiscalía porque determinamos que esta resolución, que establece condicionespara el desalojo, igualmente rija para las constituciones fiscales”, refiere. Pero desde140] PARAGUAY
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Al mismo tiempo, dicha Dirección tiene emplazado –en cada departamento– unpoblador en representación del Ministerio, como un vínculo entra la policía y lasociedad civil. “El perfil de estos enlaces es que tengan alta inserción comunitaria;son personas conocidas que generan confianza en las organizaciones socialesy campesinas. En muchos casos entran a mediar en situaciones conflictivas comoinvasión y cierres de ruta”, desgrana.Vargas exterioriza que su despacho aspira a que esta cultura del diálogo se arraigueen el seno de la policía, llegando al punto de prescindir de la intervención de un civil.Esto representa, a su criterio, “un cambio radical en el proceder de la policía, sinprecedentes –destaca–. Siempre la mirada de la policía fue ‘hay un mandato judicial,hay que dar cumplimiento’ y creo que esta práctica de opción por el diálogo lesfavorece porque de alguna manera evitan el uso de la fuerza”.Pese a la resistencia de algunos jefes policiales, admite, se está logrando trasformarla perspectiva de los uniformados respecto a la protesta social, a saber de que se tratade reivindicaciones sociales que tienen que ver con la desigualdad en la distribuciónde la tierra. “Esto redundó en que la mayoría de la salida por parte de las personasafectadas fuera pacífica y a partir de la aplicación de este protocolo se redujeronconsiderablemente los desalojos violentos”, suscribe Vargas.“Lo positivo es que instala la práctica en la policía de llegar previamente, conversarcon las personas afectadas, ver cómo canalizar sus reivindicaciones a través de la SAS(Secretaría de Acción Social) el Indert (Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de laTierra)”, refrenda.En el 201, en 15 desalojos civiles de comunidades instaladas desde hace años, nisiquiera fue necesaria la intervención de la policía, según asevera.No obstante, el dilema para esta inédita metodología se presenta en las consabidasconstituciones fiscales. “Hay ocupaciones recientes y otras que no, que llevan añoscon casas y escuelas establecidas, pero igual la fiscalía realiza constituciones”, indicala funcionaria y exhibe los numerosos pedidos que a diario le llegan a su oficinaordenando la provisión de 100 a 200 policías para acompañar un operativo fiscal.Entonces, explica, lo que buscan desde el Ministerio Público es acortar elprocedimiento. “En vez de que el propietario –de la tierra ocupada– vaya a un juiciocivil que le va a llevar de dos a tres años para desalojar a los ocupantes precarios, loque se hace es iniciar una causa por invasión de inmueble”, registra.Para la socióloga, se impone la necesidad de que los representantes del MinisterioPúblico tengan de igual modo un protocolo similar de procedimiento que limite losoperativos al diálogo y no a la violencia. “Todavía estamos en discusión sobre estocon la Fiscalía porque determinamos que esta resolución, que establece condicionespara el desalojo, igualmente rija para las constituciones fiscales”, refiere. Pero desde140] PARAGUAY