“VAMOS A PORTARNOS MAL”
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“Vamos a portarnos mal”]intensivamente el internet, el twitter, el mensaje de texto, el celular paraproducir estrategias o campañas de activismo político en código abierto y parallevar a cabo flashmobs o cómo se actúa para tomarse un lugar público, realizaalgo inusual, enviar un mensaje y luego dispersarse rápidamente.CLASES DE PROTESTAS. Para los gobiernos y los medios de comunicaciónhay protestas bien, a las cuales es bueno apoyar, aunque no asumir como lasecológicas, feministas, indigenistas y gays; éstas son miradas con buen ánimo ycondescendencia; tal vez, se piensa que ahí no hay política, o que es fashion asumirla apariencia “de que se defiende” causas progres. Las protestas problemáticasson las de los derechos humanos y es que no se sabe cómo comprenderlas,menos explicarlas y relatarlas; casi siempre triunfa el miserabilismo por lasvíctimas, la pornomiseria sobre el pobre; se les termina asumiendo en gobiernosy medios más por temor que por convencimiento. Y las protestas mal es las delos sindicalistas, las demandas del derecho a la tierra, las que hacen los jóvenes,los afros, los estudiantes, los educadores; esas solo quieren desestabilizar lacomodidad del sistema y están siempre infiltradas de violentos.Los medios de comunicación no entienden de protestas sociales; informande ellas porque son noticias que afectan la tranquilidad de conciencia y demovilidad de las ciudades; y por eso mismo, la protesta social es comunicadadesde la matriz del conflicto y el sensacionalismo. Así, la protesta social es vistacomo si estuviese en contra de la sociedad. Cabe aquí la pregunta ¿por qué losperiodistas se asumen como parte del poder y no como sujetos del activo social?¿Por qué protestar y movilizarse es un acto de mala educación?Lo cierto es que tanto los gobiernos como los poderes establecidos y los mediosde comunicación comprenden con claridad política que la protesta social es unaacción simbólica que les disputa la hegemonía política y el relato público. Y poreso su respuesta, en muchas ocasiones, es la represión, la criminalización y laestigmatización de la misma. Frank La Rue, el relator especial de la ONU sobreLibertad de opinión y expresión, afirma que es urgente “iniciar un proceso dedescriminalización de la protesta”. Por su parte, Catalina Botero, relatora especialpara la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanosde la OEA, llama la atención a que “existe una enorme intolerancia a la crítica y ala disidencia, (y por eso) la protesta social se estigmatiza y criminaliza”.De esto va “Vamos a portarnos mal”, de protestar, de movilizarsecomo libertad de expresión. He aquí los relatos periodísticos de nuestrashistorias olvidadas. 17 periodistas, 17 países, 17 historias de dignidad. Y un solohorizonte: la dignidad de disentir y exigir derechos. ¡Bienvenidos a la calle de lademocracia latinoamericana!Bogotá, abril 11, 2011[13
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“Vamos a portarnos mal”]intensivamente el internet, el twitter, el mensaje de texto, el celular paraproducir estrategias o campañas de activismo político en código abierto y parallevar a cabo flashmobs o cómo se actúa para tomarse un lugar público, realizaalgo inusual, enviar un mensaje y luego dispersarse rápidamente.CLASES DE PROTESTAS. Para los gobiernos y los medios de comunicaciónhay protestas bien, a las cuales es bueno apoyar, aunque no asumir como lasecológicas, feministas, indigenistas y gays; éstas son miradas con buen ánimo ycondescendencia; tal vez, se piensa que ahí no hay política, o que es fashion asumirla apariencia “de que se defiende” causas progres. Las protestas problemáticasson las de los derechos humanos y es que no se sabe cómo comprenderlas,menos explicarlas y relatarlas; casi siempre triunfa el miserabilismo por lasvíctimas, la pornomiseria sobre el pobre; se les termina asumiendo en gobiernosy medios más por temor que por convencimiento. Y las protestas mal es las delos sindicalistas, las demandas del derecho a la tierra, las que hacen los jóvenes,los afros, los estudiantes, los educadores; esas solo quieren desestabilizar lacomodidad del sistema y están siempre infiltradas de violentos.Los medios de comunicación no entienden de protestas sociales; informande ellas porque son noticias que afectan la tranquilidad de conciencia y demovilidad de las ciudades; y por eso mismo, la protesta social es comunicadadesde la matriz del conflicto y el sensacionalismo. Así, la protesta social es vistacomo si estuviese en contra de la sociedad. Cabe aquí la pregunta ¿por qué losperiodistas se asumen como parte del poder y no como sujetos del activo social?¿Por qué protestar y movilizarse es un acto de mala educación?Lo cierto es que tanto los gobiernos como los poderes establecidos y los mediosde comunicación comprenden con claridad política que la protesta social es unaacción simbólica que les disputa la hegemonía política y el relato público. Y poreso su respuesta, en muchas ocasiones, es la represión, la criminalización y laestigmatización de la misma. Frank La Rue, el relator especial de la ONU sobreLibertad de opinión y expresión, afirma que es urgente “iniciar un proceso dedescriminalización de la protesta”. Por su parte, Catalina Botero, relatora especialpara la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanosde la OEA, llama la atención a que “existe una enorme intolerancia a la crítica y ala disidencia, (y por eso) la protesta social se estigmatiza y criminaliza”.De esto va “Vamos a portarnos mal”, de protestar, de movilizarsecomo libertad de expresión. He aquí los relatos periodísticos de nuestrashistorias olvidadas. 17 periodistas, 17 países, 17 historias de dignidad. Y un solohorizonte: la dignidad de disentir y exigir derechos. ¡Bienvenidos a la calle de lademocracia latinoamericana!Bogotá, abril 11, 2011[13