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La autogestión como política social.Lic. Solana María Chehtman“Of course, poverty has not always been the prime concern of the ‘<strong>de</strong>velopment community’. In the1950s and 1960s, the main objective was economic growth. Recognizing that growth alone had noteliminated poverty, a series of poverty-reducing strategies were adopted in the 1970s, including BasicNeeds Strategies. But these concerns were again forgotten in the 1980s when stabilization andadjustment policies and the advance of the market dominated official discourse and policies. The pooreconomic performance and sharp rise in poverty in many countries in the 1980s led to renewed interestin poverty. Following UNICEF’s Adjustment with a Human Face in 1987(Cornia et al, 1987), UNDP’sfirst Human Development Report in 1990, and the World Bank’s 1990 World Development Report onpoverty, poverty reduction once more became central to the <strong>de</strong>velopment agenda. In the early 1990s,the World Bank Presi<strong>de</strong>nt, Lewis Preston, <strong>de</strong>clared that 'poverty is the benchmark against which we mustbe judged.”(Ruggeri La<strong>de</strong>rchi, Saith, Stewart, 2003).El mundo académico y <strong>de</strong>cisional contemporáneo ofrece una gran variedad <strong>de</strong>enfoques diferentes sobre el tema <strong>de</strong> la pobreza. Ello no actúa en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> lacentralidad <strong>de</strong> la temática, ni <strong>de</strong> la multiplicidad <strong>de</strong> opciones <strong>de</strong> políticas que surgen <strong>de</strong>cada una <strong>de</strong> estas perspectivas.Este trabajo procura analizar sucintamente la alternativa <strong>de</strong> la utilización <strong>de</strong> formas<strong>de</strong> autogestión como política social <strong>de</strong> superación <strong>de</strong> la pobreza. La autogestión, como sunombre lo indica, implica un rasgo <strong>de</strong> “autonomía” que contradiría su utilización por parte<strong>de</strong>l Estado. Sin embargo, partiendo <strong>de</strong> la hipótesis <strong>de</strong> la efectividad <strong>de</strong> las políticas sociales<strong>de</strong> promoción; y <strong>de</strong> que hoy el problema <strong>de</strong> la pobreza y la indigencia en la <strong>Argentina</strong> hancobrado características <strong>de</strong> marginación (precarización laboral), como parte <strong>de</strong> un nuevoproceso; consi<strong>de</strong>ro que la dotación y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> capacida<strong>de</strong>s para la producción (<strong>de</strong>todo tipo, bienes y servicios) en forma individual o colectiva, pero asociada a ciertosprincipios básicos -no ya excluida <strong>de</strong>l mercado y sus reglas, como quieren algunos, sinoincluida en el mismo-, pue<strong>de</strong> resultar en una opción mejor que la simple asistencia en losmárgenes <strong>de</strong> exclusión o mismo las políticas <strong>de</strong> subsidio al <strong>de</strong>sempleo o ingresos mínimos,o las variantes <strong>de</strong> <strong>de</strong>sregulación y disminución <strong>de</strong> horas <strong>de</strong> trabajo, actualmente en boga.Para ello, comenzaré realizando una breve síntesis <strong>de</strong> la situación actual en nuestropaís, y <strong>de</strong>l aumento tanto <strong>de</strong> la pobreza como <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sempleo y el empleo precario (y larelación entre ambos). En segundo lugar, enunciaré las políticas sociales más utilizadas enla actualidad, y <strong>de</strong>sarrollaré un breve análisis <strong>de</strong> las principales causas <strong>de</strong> su ineficiencia.


2Por último, presentaré una primera aproximación a mi propuesta <strong>de</strong> la autogestión comopolítica social.A. Una lectura general <strong>de</strong> la situación actual en la <strong>Argentina</strong>1. La evolución <strong>de</strong> la pobreza en <strong>Argentina</strong> 90 – 2003: exclusión y marginalidadLa década <strong>de</strong>l ‘90 pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rada para la <strong>Argentina</strong> como un punto <strong>de</strong> inflexiónrespecto <strong>de</strong> su historia institucional, económica y social. I<strong>de</strong>ntificada por la vuelta <strong>de</strong>lcrecimiento económico luego <strong>de</strong> la llamada “década perdida”, se ha visto, sin embargo,caracterizada, paralelamente, por un crecimiento <strong>de</strong> la pobreza y la inequidad social (<strong>de</strong>acceso y recursos) <strong>de</strong> manera nunca antes vista 1 .En este sentido, el proceso <strong>de</strong> Reforma <strong>de</strong>l Estado -caracterizado por la aperturaeconómica, la <strong>de</strong>scentralización, las privatizaciones y la <strong>de</strong>sregulación-, a la vez que losplanes <strong>de</strong> estabilización y control inflacionario <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los 90, han tenido efectosnegativos generalizados, acentuando estas problemáticas.Esencialmente, los acontecimientos <strong>de</strong>sarrollados en dicho período –que aquí no tienesentido revisar- han <strong>de</strong>rivado en una crisis <strong>de</strong> muchas economías regionales, una crisis <strong>de</strong>lmercado <strong>de</strong> trabajo en términos generales y una crisis <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> servicios públicos,entre las más relevantes a los efectos <strong>de</strong>l presente trabajo. Pero fundamentalmente, todoello ha llevado a un aumento prácticamente exponencial <strong>de</strong> los niveles <strong>de</strong> pobreza eindigencia <strong>de</strong> nuestra sociedad; es <strong>de</strong>cir, a un estancamiento o, aún, una disminución <strong>de</strong>lacceso <strong>de</strong> muchos individuos a los satisfactores básicos <strong>de</strong> sus necesida<strong>de</strong>s.Cuando me refiero a un “crecimiento exponencial” <strong>de</strong> la pobreza, básicamentepuntualizo en aquello que se ha dado en llamar los “nuevos pobres”. Primordialmente, sereseña con este concepto a quienes han visto caer sus ingresos y enfrentan situaciones <strong>de</strong>privación como consecuencia <strong>de</strong> la crisis económica, frente a otros que históricamente hansufrido carencias y que pertenecen a la parte más <strong>de</strong>sfavorecida <strong>de</strong> la sociedad (“pobrezaestructural”) 2 .1 De acuerdo con un informe realizado por CEPAL en 1996, existe, <strong>de</strong> hecho, una débil relación entre elcrecimiento económico y la generación <strong>de</strong> empleo. Esto contradice las tesis sobre el “<strong>de</strong>rrame” o efecto “spillover”que se atribuye al crecimiento macroeconómico en función tanto <strong>de</strong>l empleo como <strong>de</strong> la pobreza. VerZiccardi, 2001.2 Capella,1993.


3Es importante tener en cuenta, en este sentido, las diferencias conceptuales que surgen<strong>de</strong> la literatura francesa, y que se han extendido a toda la literatura internacional y nacional,al estudiar el tema <strong>de</strong> la pobreza.Así, Robert Castel señala que es indispensable distinguir los conceptos <strong>de</strong> “exclusión” y“marginalidad”. Mientras que la primera, usualmente más utilizada en la bibliografía,estaría señalando a aquellos que están por fuera <strong>de</strong> la sociedad, “...aquellos que noparticiparan <strong>de</strong> ninguna manera <strong>de</strong> esos intercambios regulados...” 3 , la marginalidad sitúa alos individuos al interior <strong>de</strong>l espacio social, sin embargo, en un espacio <strong>de</strong> particularfragilidad.Empero, ambas “categorías” correspon<strong>de</strong>n hoy a la “nueva cuestión social”,caracterizada por lo que Rosanvallon y Fitoussi han <strong>de</strong>scripto como un proceso <strong>de</strong><strong>de</strong>scomposición y <strong>de</strong>socialización (o <strong>de</strong>sagregación) <strong>de</strong> la sociedad 4 . De esta manera,ambos tipos <strong>de</strong> pobreza <strong>de</strong>berían ser el foco <strong>de</strong> las políticas sociales <strong>de</strong> integración.En la década que recién comienza, la situación <strong>de</strong> pobreza e indigencia se ha vistoprofundizada por la <strong>de</strong>valuación económica y el proceso inflacionario, así como por elestancamiento macroeconómico generalizado.Magnitud <strong>de</strong> la Pobreza e Indigencia (1994 – 2002) en porcentajesPobrezaIndigencia1994 12,3 21998 32,6 9,422002 51,4 21,94Fuente: CEPAL, sobre la base <strong>de</strong> tabulaciones especiales <strong>de</strong> encuestas <strong>de</strong> hogares <strong>de</strong>l país en Vicherat. Presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> laNación, Consejo Nacional <strong>de</strong> Coordinación <strong>de</strong> políticas, Sociales, Sistema <strong>de</strong> Información, Evaluación y Monitoreo <strong>de</strong>Programas Sociales, SIEMPRO (www.siempro.gov.ar/<strong>de</strong>fault2./htm). 2002. en Kliksberg, 2002.Ello ha <strong>de</strong>rivado en la necesidad o urgencia <strong>de</strong> resolver la problemática que másamenaza la unidad nacional, la seguridad y el <strong>de</strong>sarrollo en términos amplios.2. Pobreza y Empleo: un <strong>de</strong>bate actualSegún Repetto los “pauperizados” son aquellos individuos que carecen <strong>de</strong> ingresos,fundamentalmente a partir <strong>de</strong> la crisis <strong>de</strong>l mercado laboral. Asimismo, Castel se refiere a la3 Castel, en Bustelo y Minujín, 1998.4 Rosanvallon y Fitoussi, 1995.


4“exclusión o <strong>de</strong>safiliación” como “...la ausencia <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s productivas y el aislamientorelacional...” y a la “vulnerabilidad social o marginalidad” como “... una zona intermedia,inestable, que conjuga la precariedad <strong>de</strong>l trabajo con la fragilidad <strong>de</strong> los soportes <strong>de</strong>proximidad.” 5 En otra parte, Castel <strong>de</strong>scribe a los marginales como exteriores “... enrelación con el patrimonio y con el trabajo reglamentado que los con<strong>de</strong>na a vivir ‘<strong>de</strong>cualquier manera’ y, ante todo, <strong>de</strong> la mendicidad (...) es el efecto <strong>de</strong> los procedimientosconcertados <strong>de</strong> exclusión (...) estigmatiza a las capas <strong>de</strong> la población más vulnerables queno pue<strong>de</strong>n encontrar un lugar reconocido en este tipo <strong>de</strong> organización social” 6 .Sin embargo, la pobreza y el <strong>de</strong>sempleo o empleo precario no son un mismo fenómeno.De hecho, diversos autores expresan en la actualidad que la relación entre pobreza y<strong>de</strong>sempleo no es una relación unívoca (o no <strong>de</strong>bería serlo). Así, parte <strong>de</strong> la literatura,originada principalmente en Francia, distingue los conceptos <strong>de</strong> “inserción social” e“inserción laboral” 7 , don<strong>de</strong> este último estaría caracterizado ya no por el acceso a ciertosbienes, sino simplemente como la participación <strong>de</strong> un individuo en una relación social(consi<strong>de</strong>rada sin embargo fundamental) <strong>de</strong> empleo.En este sentido, “Clarification of how poverty is <strong>de</strong>fined is extremely important asdifferent <strong>de</strong>finitions of poverty imply the use of different indicators for measurement; theymay lead to the i<strong>de</strong>ntification of different individuals and groups as poor and requiredifferent policy solutions for poverty reduction.” 8 Es <strong>de</strong>cir, que la relación que asignemos alos conceptos <strong>de</strong> pobreza y <strong>de</strong>sempleo <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá más bien <strong>de</strong> nuestra <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> lapobreza, y el rol que pretendamos asignarle al empleo como solución a dicha problemática.Los modos <strong>de</strong> medir y pon<strong>de</strong>rar la pobreza generalmente se relacionan en la actualidadcon una <strong>de</strong>finición a partir <strong>de</strong>l acceso <strong>de</strong> los individuos a ciertos bienes imprescindiblespara el bienestar humano 9 (vivienda, alimento, etc.), o, alternativamente, <strong>de</strong>l nivel <strong>de</strong>consumo e ingresos 10 , pero no necesariamente ello está ligado con el acceso al mercadolaboral 11 .5 Lo Vuolo, 1999.6 Lo Vuolo, 1999.7 Lo Vuolo, 1999.8 Ruggeri La<strong>de</strong>rchi, Saith, Stewart, 2003.9 Rodríguez Enríquez, 1999.10 Ruggeri La<strong>de</strong>rchi, Saith, Stewart, 2003.11 Lo Vuolo, 1999.


5Sin embargo, lo que sí reconocen varios <strong>de</strong> estos autores –y resulta evi<strong>de</strong>nte- es que lacrisis <strong>de</strong>l mercado <strong>de</strong> trabajo es una <strong>de</strong> las causas fundamentales que explica lapauperización generalizada que ha sufrido nuestro país. El empleo, en este sentido, no sólofunciona como institución <strong>de</strong> socialización (en términos <strong>de</strong> Durkheim), sino también comola principal fuente <strong>de</strong> ingreso (y principal fuente <strong>de</strong> acceso a dichos bienes) en nuestrassocieda<strong>de</strong>s capitalistas.Por otra parte, en nuestro país, esto se hace aún más evi<strong>de</strong>nte y acuciante puesto quetodo el sistema <strong>de</strong> seguridad social se implementó y <strong>de</strong>sarrolló a partir <strong>de</strong>l mercado <strong>de</strong>trabajo. Es por ello que, no sólo aquél que no cuenta con un empleo está fuera <strong>de</strong>l mercado<strong>de</strong> trabajo y por lo tanto <strong>de</strong> la relación fundamental <strong>de</strong> socialización, sino también <strong>de</strong>muchos otros beneficios que hacen a su bienestar y a su inclusión social (acceso a laseguridad social, al régimen previsional y a muchos otros servicios públicos: educación,salud, etc.).Lo importante a <strong>de</strong>stacar, en este sentido, es que el <strong>de</strong>sempleo y la falta <strong>de</strong> ingresos sonlas dos dimensiones básicas que <strong>de</strong>finen la situación social <strong>de</strong> los individuos, así como suscapacida<strong>de</strong>s para alcanzar el bienestar y la inclusión en la sociedad 12 . Es <strong>de</strong>cir, que tanto elempleo como el ingreso –que pue<strong>de</strong>n estar asociados, aunque no necesariamente- son los<strong>de</strong>terminantes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo humano <strong>de</strong> los individuos.Sin embargo, y este es el punto fundamental <strong>de</strong>l presente trabajo, ellos no actúan <strong>de</strong>manera unívoca en relación con el bienestar humano, sino que <strong>de</strong>be insertarse asimismo eneste vínculo el concepto que Amartya Sen 13 <strong>de</strong>stacó en su trabajo como las capacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>utilizarlos para garantizar ciertos funcionamientos <strong>de</strong>l individuo.3. Informalidad y VulnerabilidadEl concepto <strong>de</strong> empleo informal no siempre está ligado a una situación <strong>de</strong> pobreza omismo <strong>de</strong> marginalidad o vulnerabilidad social 14 . Para muchos autores, la informalidadnació en nuestro país en la década <strong>de</strong>l 60, <strong>de</strong> una situación en la que los individuos “... no12 Bustelo y Minujín, 1998.13 Sen, 1992.14 De hecho, según Novacovsky, la corriente “estructuralista” se ocupa fuertemente <strong>de</strong> diferenciarlos.Novacovsky, 1999.


6lograban incorporarse a los nuevos espacios <strong>de</strong> integración social, económica y territorialgenerados por los procesos <strong>de</strong> urbanización y mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong> mediados <strong>de</strong> este siglo” 15 .Sin embargo, estas activida<strong>de</strong>s anexaron no sólo a las clases bajas estructuralmenteexcluidas, sino también a sectores medios no profesionales, constituyendo unadiferenciación básica <strong>de</strong> la estructura laboral nacional frente a otras <strong>de</strong>l continente. Estetipo <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s, crecieron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces hasta la década <strong>de</strong>l 80 <strong>de</strong> una maneraimpresionante, fundamentalmente en relación con la erosión <strong>de</strong> las bases <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>producción asalariado fordista 16 .De esta manera, la informalidad pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>finida en la actualidad como “... la franja<strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> baja productividad en la que se inserta el exce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> población incapaz<strong>de</strong> ser absorbido por las ocupaciones generadas por el sector mo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> la economíaurbana (...) es una forma <strong>de</strong> producir relacionada con la heterogeneidad estructural quecaracteriza a las economías <strong>de</strong> menor <strong>de</strong>sarrollo” 17 .Éste caracteriza por poseer “... bajos niveles <strong>de</strong> productividad y salarios (ingresos),producción <strong>de</strong> subsistencia, autoempleo y no cumplimiento con normas y controles (...),contratación atípica (...) regímenes que significan reducción o exención <strong>de</strong>l pago <strong>de</strong> lasalícuotas <strong>de</strong> contribuciones patronales” 18 , “... organización rudimentaria, dado el escasomonto <strong>de</strong> capital utilizado y el tipo <strong>de</strong> tecnología empleada” 19 .Allí se incluyen categorías tan disímiles como: los microempren<strong>de</strong>dores, todo aqueltrabajador autónomo no profesional, servicio doméstico, asalariados empleados enmicroestablecimientos, subempleados, etc. Entre éstos existen dos grupos que pue<strong>de</strong>n serclaramente diferenciados: los que ejecutan activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> acumulación y aquellos querealizan simplemente activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> supervivencia.Sin embargo, y a los fines <strong>de</strong>l presente trabajo, es <strong>de</strong>stacable la percepción <strong>de</strong> lo“alarmante” <strong>de</strong>l crecimiento informal en nuestro país. De hecho, existe cierta coinci<strong>de</strong>ncia15 Novacovsky, 1999.16 Al respecto es fundamental mencionar la tesis <strong>de</strong> Jeremy Rifkin sobre el fin <strong>de</strong>l empleo que supone queúnicamente las “élites <strong>de</strong>l conocimiento” lograrán mantener sus trabajos frente a los avances tecnológicos y lapaulatina <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> las ocupaciones formales <strong>de</strong> los individuos. Sin embargo, también se <strong>de</strong>be recordarel estudio <strong>de</strong> Pablo Gerchunoff acerca <strong>de</strong> la calificación <strong>de</strong> los empleados, don<strong>de</strong> <strong>de</strong>muestra que no existe talrelación <strong>de</strong>terminista entre ésta y las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los trabajadores <strong>de</strong> mantener una relación laboralformal.17 Novacovsky, 1999.18 Roca y Moreno, en Novacovsky, 1999.19 Beccaria, Carpio, Orsatti, en Novacovsky, 1999.


7generalizada en i<strong>de</strong>ntificar las relaciones <strong>de</strong> empleo informales con una noción <strong>de</strong> riesgosocial, <strong>de</strong> individuos sometidos a carencias o inhabilitaciones que atentan contra susubsistencia satisfactoria, <strong>de</strong> precariedad.Esto no es casual. La informalidad se caracteriza, como <strong>de</strong>cíamos, por estar fuera <strong>de</strong> laregulación estatal, por no existir registro <strong>de</strong> la misma, por no proveer aportes sociales. Eneste sentido, en un país tan volcado a la seguridad social a partir <strong>de</strong> las contribucioneslaborales (salud, previsión social, etc.) como el nuestro, es plausible que todo aquel quevaya a quedar fuera <strong>de</strong>l sistema formal <strong>de</strong> trabajo se consi<strong>de</strong>re laboralmente precaria y“excluida”.Pero fundamentalmente, lo que caracteriza cada vez más a la informalidad en medio <strong>de</strong>la crisis actual <strong>de</strong>l mercado <strong>de</strong> trabajo, es cierta vulnerabilidad respecto a las reglas propias<strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s económicas, tanto legales 20 como <strong>de</strong> hecho.Frente a los procesos <strong>de</strong> apertura económica, competitividad, inestabilidadmacroeconómica y monetaria, las activida<strong>de</strong>s informales se han vuelto cada vez más unamera “variable <strong>de</strong> ajuste” <strong>de</strong>l funcionamiento inestable <strong>de</strong> la economía 21 . De maneracreciente, este tipo <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s requieren recursos, calificaciones y tecnologías fuera <strong>de</strong>lalcance <strong>de</strong> los estratos sociales medios y bajos <strong>de</strong> la población. De hecho, es notableseñalar que en la década <strong>de</strong>l 90, se dio un incremento <strong>de</strong>l empleo asalariado, en <strong>de</strong>trimento<strong>de</strong>l empleo por cuenta propia. En este sentido, existe asimismo lo que podríamos llamar una“crisis” al interior <strong>de</strong>l mismo mercado <strong>de</strong> trabajo informal.Lo importante a <strong>de</strong>stacar aquí es que, más allá <strong>de</strong> sus problemáticas internas, el trabajoinformal –actualmente con<strong>de</strong>nado por representantes estatales, así como por analistaspolíticos- constituye, sin embargo, un espacio <strong>de</strong> posibilida<strong>de</strong>s que aún no ha sido<strong>de</strong>bidamente explorado.B. Una aproximación a las Políticas Sociales más importantes4. Los mitos <strong>de</strong> las políticas <strong>de</strong> lucha contra la pobrezaExiste, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cierta visión contemporánea, una concepción <strong>de</strong> que la política social nosólo es un mero gasto, sino que también es superflua, ineficiente (en este sentido, el Estado20 Muchas <strong>de</strong> ellas reconocidas internacionalmente por la OIT, pero generalmente no incorporadas en laslegislaciones laborales nacionales. En nuestro país, prácticamente no existe este tipo <strong>de</strong> legislación.21 Novacovsky, 1999.


8sería prescindible) y sería absolutamente ineficaz para realizar cambios; sólo <strong>de</strong>beríapensarse como modo <strong>de</strong> atenuar ciertas incapacida<strong>de</strong>s para el acceso a los bienes yservicios que componen el bienestar social 22 .En esta misma línea se inscribe la visión para la cual, “... la pobreza sería una situacióntransitoria y excepcional en una sociedad <strong>de</strong>stinada a prosperar económicamente sólo si serespetan los dogmas <strong>de</strong> una ortodoxia económica que se vienen imponiendo como únicos eindiscutibles” 23 . Es <strong>de</strong>cir, la teoría <strong>de</strong> que a partir <strong>de</strong> un “<strong>de</strong>rrame” <strong>de</strong> los beneficios <strong>de</strong> losmás ricos, y a través <strong>de</strong>l crecimiento generalizado <strong>de</strong> la economía, los pobresautomáticamente mejorarán su situación relativa. Como ya lo he señalado a comienzos <strong>de</strong>ltrabajo, esto no ha <strong>de</strong>mostrado ser cierto en la <strong>Argentina</strong> en los 90, ni en el mundo engeneral.Asimismo, existe –como señalan los <strong>documento</strong>s <strong>de</strong>l Gabinete para la gobernabilidad 24 -una tensión entre lo que se consi<strong>de</strong>ran “políticas sociales” y las “políticas sociolaboralesproductivas”. Las primeras se consi<strong>de</strong>rarían meramente <strong>de</strong> asistencia, o en todo caso, <strong>de</strong><strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> capital social (salud, educación), mientras que las segundas estarían “...<strong>de</strong>stinadas a generar crecimiento económico e inserción laboral (...) [ya sean éstas] políticaspasivas <strong>de</strong> empleo, como los seguros <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo o <strong>de</strong> capacitación laboral, y las políticasactivas, como la generación <strong>de</strong> puestos <strong>de</strong> trabajo, el fomento <strong>de</strong> nuevas formas <strong>de</strong> empleoy ocupación vinculadas al <strong>de</strong>sarrollo productivo <strong>de</strong>l país” 25 . Estos dos tipos <strong>de</strong> políticas,que se consi<strong>de</strong>ran “separados y particulares, pero no antagónicos” requerirían según dicho<strong>documento</strong> una articulación y coordinación a nivel <strong>de</strong>l Estado.De hecho, existe una importante discusión acerca <strong>de</strong> la pertenencia <strong>de</strong> las políticas <strong>de</strong>generación <strong>de</strong> empleo al ámbito <strong>de</strong> las políticas sociales o las políticas económicas. Ésta sevincula, en forma directa, con aquella vieja discusión nacional entre focalización ouniversalismo, como señala Eduardo Passalacqua 26 .En consecuencia, lo que hay que preguntarse aquí es básicamente ¿qué es la políticasocial? Y ¿cuáles <strong>de</strong>berían ser sus alcances? Vamos a avanzar a continuación en larespuesta a estos interrogantes.22 Kliksberg, 2002.23 Rodríguez Enríquez,1999.24 Documento Jefatura <strong>de</strong> Gabinete, 2003.25 Documento Jefatura <strong>de</strong> Gabinete, 2003.26 Passalacqua, Eduardo, 1994.


95. Asistencia al Margen vs. Reinserción en la UnidadComo sostienen Bustelo y Minujín, “La política social continúa predominantementecaracterizándose por una preocupación por ‘contener’ la pobreza con un estilo asistencialclientelista<strong>de</strong> programación y asumiendo una función ‘compensadora’ <strong>de</strong> los ajusteseconómicos. Abandonándose a ser una dimensión marginal y posterior a la políticaeconómica, la política social <strong>de</strong>staca el carácter incompleto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo en AméricaLatina al continuar esquivando el punto <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>bería constituir su preocupacióncentral: la falta <strong>de</strong> equidad y la generación <strong>de</strong> empleo productivo.” 27 (énfasis en eloriginal).Efectivamente, aún hoy observamos que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los principales ámbitos <strong>de</strong> gestión, lallamada “acción social” se concentra en políticas <strong>de</strong> asistencia marginal, es <strong>de</strong>cir, aquellasintervenciones <strong>de</strong>stinadas a aten<strong>de</strong>r un conjunto <strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s básicas <strong>de</strong> los sectores <strong>de</strong> lapoblación en situación <strong>de</strong> exclusión social, que se observan como <strong>de</strong>mandas acuciantes.Dentro <strong>de</strong> esta modalidad se incluyen los comedores y roperos comunitarios, los albergues,la distribución <strong>de</strong> alimentos y otras acciones <strong>de</strong> donación <strong>de</strong> bienes y servicios (materiales<strong>de</strong> construcción, medicamentos, útiles escolares, etc).Sin embargo, frente a este tipo <strong>de</strong> políticas se emplazan otras, las políticas <strong>de</strong>promoción, las acciones <strong>de</strong>stinadas a iniciar e incitar las capacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> autosustentabilidad<strong>de</strong> la población. Son aquellas que apuntan a <strong>de</strong>sarrollar habilida<strong>de</strong>s,<strong>de</strong>strezas y conocimientos que incidan sobre la estructura <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> losbeneficiarios, para permitir su autosuficiencia <strong>de</strong> mediano y largo plazo. Este tipo <strong>de</strong>políticas parte <strong>de</strong> la base <strong>de</strong> que “Mujeres y hombres pobres necesitan una serie <strong>de</strong> activosy capacida<strong>de</strong>s para incrementar su bienestar y seguridad, al igual que su autoconfianza, <strong>de</strong>manera que puedan negociar con los más po<strong>de</strong>rosos. Puesto que la pobreza esmultidimensional, también lo son estos activos y capacida<strong>de</strong>s” 28 . Dentro <strong>de</strong> esta modalidadse incluyen el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> huertas, programas <strong>de</strong> empleo, planes <strong>de</strong> vivienda (autoconstrucción),apoyo escolar, prevención en salud, etc.27 Bustelo y Minujín, 1998.28 Narayan, 2002.


10Las políticas <strong>de</strong> asistencia suponen una <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia inexorable, absoluta einmodificable <strong>de</strong>l beneficiario respecto <strong>de</strong>l Estado. En cambio, las políticas <strong>de</strong> promociónpresumen que el riesgo o costo que se corre por la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y la corresponsabilidad <strong>de</strong>la cogestión se atenúan a partir <strong>de</strong>l beneficio <strong>de</strong> la calidad y, precisamente, lain<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los ciudadanos respecto <strong>de</strong>l Estado, más allá <strong>de</strong> los aspectos éticos.En este sentido, la opción <strong>de</strong> política a utilizar <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> los principios que nosguíen: 1) <strong>de</strong>l concepto básico que se <strong>de</strong> a la pobreza (una cuestión individual aislada,analizada científicamente en términos <strong>de</strong> “necesida<strong>de</strong>s”, o un problema <strong>de</strong> la sociedad en suconjunto, relacionado con aquel <strong>de</strong> la ciudadanía); 2) <strong>de</strong> la presunción que se haga <strong>de</strong> lascapacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las personas, su posibilidad <strong>de</strong> reunir recursos que les permitan reinsertarseen la sociedad, o no.Personalmente, consi<strong>de</strong>ro que, en base al concepto tripartito <strong>de</strong> ciudadanía <strong>de</strong> T.H.Marshall, todos los individuos <strong>de</strong>berían gozar <strong>de</strong> los mismos <strong>de</strong>rechos civiles, políticos ysociales.. En este sentido, si bien la situación <strong>de</strong> cada uno estaría <strong>de</strong>terminada por ciertascaracterísticas “innatas” 29 vinculadas a la familia y su situación, tanto en la sociedad comoen el mercado, asegurar dichos <strong>de</strong>rechos, requiere intentar una integración social total, sóloposible a partir <strong>de</strong> la equidad en el acceso a los bienes y servicios fundamentales.Para ello, es indispensable dotar a todos los ciudadanos <strong>de</strong> capacida<strong>de</strong>s para insertarseen el mercado y las relaciones sociales <strong>de</strong> todo tipo, y ello incluye un ingreso (la base <strong>de</strong>todo intercambio mercantil), un empleo (la venta <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong> trabajo en función <strong>de</strong> uningreso) o cualquier otra capacidad que pueda hacer suya e intercambiar.Es por ello que consi<strong>de</strong>ro que dotar a un individuo <strong>de</strong> capacitación o <strong>de</strong>l acceso a unmicroemprendimiento, o simplemente un espacio don<strong>de</strong> comercializar su producción,<strong>de</strong>bería ser reconocido como una intervención estatal proactiva en función <strong>de</strong> obtener unmedio <strong>de</strong> acceso al mercado, las capacida<strong>de</strong>s indispensables para mejorar su situaciónsocial.De acuerdo con las palabras <strong>de</strong> Robert Castel, “Caracterizar la marginalidad es situarlaal interior <strong>de</strong> este espacio social, alejada <strong>de</strong>l foco <strong>de</strong> los valores dominantes, mas sinembargo ligada a ellos, puesto que el marginado lleva el signo invertido <strong>de</strong> la norma que no29 En el sentido en que lo plantea Rawls en varias <strong>de</strong> sus obras.


11cumple” 30 . En este sentido, es indispensable pensar en políticas que sirvan para modificarese “signo invertido”, en lugar <strong>de</strong> mantener a la gente en un espacio inalterable fuera <strong>de</strong> lasociedad. Es <strong>de</strong>cir, permitir que los individuos pobres e indigentes, marginados y excluidos,logren formar parte integral <strong>de</strong>l espacio social, <strong>de</strong>jando <strong>de</strong> lado sus falencias, incapacida<strong>de</strong>sy necesida<strong>de</strong>s.Este tipo <strong>de</strong> <strong>de</strong>finiciones son centrales a la hora <strong>de</strong> formular o evaluar una políticasocial. Aún hoy, a nivel local fundamentalmente, se observan importantes tensiones entreambas modalida<strong>de</strong>s. Pero no existe duda alguna <strong>de</strong> que la promoción rin<strong>de</strong>, a medianoplazo, frutos mucho más efectivos, y hasta redituables. Fundamentalmente, es evi<strong>de</strong>nte queésta última es la única que constituye un camino hacia una verda<strong>de</strong>ra reinserción <strong>de</strong> losindividuos en la sociedad, en lugar <strong>de</strong> ser un mero paliativo <strong>de</strong> una necesidad acuciante.“Las políticas sociales son la garantía <strong>de</strong> que se busca la equidad social y la promoción<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos básicos <strong>de</strong> la ciudadanía. Por ello es algo muy diferente la política <strong>de</strong>reducción <strong>de</strong> la pobreza, que busca sacar <strong>de</strong> la condición <strong>de</strong> miseria a quienes aún no hanalcanzado el piso básico <strong>de</strong> la supervivencia”. 316. Principales propuestas <strong>de</strong> lucha contra el <strong>de</strong>sempleo actualesComo es bien sabido, existen en la actualidad diversas políticas utilizadas en el mundoentero para paliar la crisis <strong>de</strong>l mercado <strong>de</strong> trabajo, y la crisis social que se <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> ésta.Sin embargo, la mayoría <strong>de</strong> ellas ha sido diseñada originalmente para una situación <strong>de</strong>excepción; y en un contexto don<strong>de</strong> la ten<strong>de</strong>ncia es hacia la reducción <strong>de</strong>l gasto socialgubernamental, <strong>de</strong>rivando en un <strong>de</strong>terioro generalizado <strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong> los serviciospúblicos y la cobertura <strong>de</strong>l accionar social general.En nuestro país, en la última década y media, se ha optado prioritariamente por uncambio <strong>de</strong> la legislación en materia <strong>de</strong> contratación <strong>de</strong> trabajo, que apunta a situaciones <strong>de</strong>empleo más precarias, pero <strong>de</strong> menor costo para los empleadores. En este sentido, sepreten<strong>de</strong> hacer más atractiva la contratación <strong>de</strong> personal, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los marcos <strong>de</strong>l empleoformal (que, como hemos <strong>de</strong>scripto, está en camino a la <strong>de</strong>saparición).30 Castel, en Bustelo, Minujín, 1998.31 Abranches, en Ziccardi, 2001.


12La flexibilización laboral, caracterizada fundamentalmente por los contratos <strong>de</strong> tiempoparcial, la subcontratación y la <strong>de</strong>salarización, ha <strong>de</strong>mostrado, tener más efectos negativossobre las condiciones <strong>de</strong> trabajo, que efectos positivos en función <strong>de</strong> la cantidad <strong>de</strong>empleados que integra.Según Lo Vuolo, otra respuesta ofrecida sería reemplazar la lógica selectiva <strong>de</strong>asistencia, por una “solidaridad global”, con redistribución vertical entre clases <strong>de</strong> ingresos.Básicamente, la reinserción social estaría <strong>de</strong>terminada por una redistribución justa oequitativa <strong>de</strong> ingresos, a partir, fundamentalmente <strong>de</strong> la propuesta <strong>de</strong> Ingreso Ciudadano.Según el autor, esto estaría dotando a los individuos <strong>de</strong> ciertas capacida<strong>de</strong>s para insertaseen el mercado, y así po<strong>de</strong>r formar parte o ser reincluidos en la sociedad como tal. Para él“La disponibilidad y control <strong>de</strong> ingresos <strong>de</strong> las personas y la distribución <strong>de</strong>l ingreso en lasociedad son las puertas <strong>de</strong> entrada más directas para el abordaje <strong>de</strong>l problema <strong>de</strong> lapobreza” 32 .Otros tipos <strong>de</strong> políticas ensayadas varían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Ingreso Mínimo (RMI) francés, hastalos subsidios <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo, o las formas mixtas (el actual Plan Jefas y Jefes <strong>de</strong> Hogar<strong>de</strong>sempleados). Respecto <strong>de</strong>l Plan Jefas y Jefes, cuyo objetivo explícito es “asegurar unmínimo ingreso mensual” a cambio <strong>de</strong> horas <strong>de</strong> trabajo en un empleo formal, esfundamental afirmar que, más allá <strong>de</strong> situaciones <strong>de</strong> clientelismo político, los mismosmunicipios –a quienes se ha <strong>de</strong>scentralizado hoy su ejecución- se encuentran sobrepasadospor la ausencia <strong>de</strong> puestos <strong>de</strong> trabajo a ocupar, la incapacidad <strong>de</strong> formular proyectosnuevos, así como la falta <strong>de</strong> recursos, ART y otras condiciones básicas para cumplir con losrequisitos <strong>de</strong>l programa 33 .Todos estos tipos <strong>de</strong> políticas se basan en ingresos no retribuibles, y suponen unaampliación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> los servicios públicos básicos. Ello no constituye el problemaen sí mismo, por el contrario, mi propuesta se basa en el fortalecimiento <strong>de</strong> los serviciospúblicos y <strong>de</strong>l libre acceso a los mismos.Lo que sí <strong>de</strong>bemos tener en cuenta es que ante la negativa <strong>de</strong> los sucesivos gobiernos ainvertir dinero en el ámbito <strong>de</strong> las políticas sociales, <strong>de</strong>beríamos pensar en alternativas queimpliquen menores costos, pero fundamentalmente, una posibilidad <strong>de</strong> los individuos <strong>de</strong>32 Lo vuolo,1999.33 Ranking Nacional <strong>de</strong> Municipios, Fundación Grupo Innova, 2002.


13transitar un camino hacia la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia económica futura, hacia el crecimiento personal,y hacia la incorporación <strong>de</strong> nuevas capacida<strong>de</strong>s, aptitu<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>strezas.C. La autogestión como política social7. Autogestión, economía social y trabajo informalEl planteo básico que se realiza actualmente en el país <strong>de</strong> la “autogestión”, estárelacionado, como mencionaba en la introducción, con la noción <strong>de</strong> autonomía: autonomíaobrera respecto <strong>de</strong>l capital, autonomía social frente al Estado, autonomía frente a lospartidos políticos y sindicatos 34 .En este sentido, se estaría recuperando la experiencia <strong>de</strong> la autoorganización obrera ypopular <strong>de</strong> la antigua URSS, Yugoslavia, Barcelona, Hungría, Turín, don<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>aimplicaba una forma <strong>de</strong> relación anti capitalista, por fuera <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia burguesa, <strong>de</strong>producción, asociación, institucionalización, horizontalmente equitativa, <strong>de</strong> formain<strong>de</strong>pendiente.Es notoria la similitud que existe entre dicho planteo y la llamada “economía social”,“economía solidaria”, “economía asociativa” o “economía popular”. Esta es <strong>de</strong>scripta apartir <strong>de</strong> ciertas características, muchas <strong>de</strong> las cuales son comunes a varios <strong>de</strong> los proyectosque se consi<strong>de</strong>ran <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la autogestión: asociativismo, cooperación, participación,solidaridad grupal, protección social, ayuda mutua, gestión <strong>de</strong>mocrática, adopción colectiva<strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones, conducción autónoma e in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res públicos, autogobierno<strong>de</strong> la organización, membresía abierta y voluntaria, falta <strong>de</strong> fines <strong>de</strong> lucro, utilización <strong>de</strong>lexce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> acuerdo a los objetivos sociales o la voluntad <strong>de</strong> los socios para reinversión odistribución con fines sociales, primacía <strong>de</strong> la persona y <strong>de</strong>l objeto social sobre el capital,predominio <strong>de</strong> aportes personales y trabajo sobre el capital, simultaneidad en las mismaspersonas entre condición <strong>de</strong> propietarios y trabajadores, uso compartido <strong>de</strong> conocimientos einformación, mejor integración funcional <strong>de</strong> los distintos componentes <strong>de</strong> la empresa,coalición <strong>de</strong> intereses con usuarios y bien público, reducción <strong>de</strong> costos, aplicación y<strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> principios <strong>de</strong> responsabilidad social, integración a un funcionamiento en red 35 .34 Thwaites Rey,2003.35 Jefatura <strong>de</strong> Gabinete, 2003.


14La “economía social” incluye, en este sentido, básicamente a: cooperativas, mutuales,fundaciones y asociaciones civiles, pero también a pequeñas empresas privadas (en formaindividual o asociada), pequeños productores, microempren<strong>de</strong>dores, y toda otra forma <strong>de</strong>producción o comercialización <strong>de</strong> bienes y servicios <strong>de</strong> baja productividad y capitalreducido, que en su mayoría son <strong>de</strong> “autogestión”.En este sentido, ambos conceptos están asimismo ligados al <strong>de</strong> “empleo informal” talcomo fue <strong>de</strong>scripto a comienzos <strong>de</strong>l presente trabajo. Aquellos participantes <strong>de</strong> proyectos<strong>de</strong> “autogestión”, inmersos en una “economía social” (fundamentalmente en términos <strong>de</strong> laausencia <strong>de</strong> búsqueda <strong>de</strong> lucro o exce<strong>de</strong>nte), serían trabajadores informales: no estánregistrados, no realizan aportes, no tienen necesariamente relaciones estables, y –en muchoscasos- ganan sueldos magros.Lo interesante es que en nuestro país, así como se ha dado una crisis y unaprecarización creciente <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> trabajadores, también se ha dado una especie <strong>de</strong>“boom” <strong>de</strong> los proyectos <strong>de</strong> autogestión, como ser: fábricas recuperadas, cooperativas quese hacen cargo <strong>de</strong> servicios municipales o estatales (algunos previamente privatizados otercerizados), ferias <strong>de</strong> comerciantes, etc.Lo mismo ha sucedido, por ejemplo, en Brasil: “En el rol <strong>de</strong> las experiencias <strong>de</strong>producción económica y generación <strong>de</strong> renta, se cuentan innumerables emprendimientos <strong>de</strong>carácter semi-familiar o grupal, sobre forma <strong>de</strong> microempresas, pequeños talleres ysocieda<strong>de</strong>s informales, funcionando <strong>de</strong> manera permanente, temporal o inclusive ocasional.Sus activida<strong>de</strong>s económicas engloban, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la siembra y comercialización <strong>de</strong>productos agrícolas (horti-granjeros, miel, frutas), el procesamiento y la producción semiartesanal<strong>de</strong> alimentos, confecciones, artículos <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra, cerámica y fibras naturales, y laprestación <strong>de</strong> servicios, tales como lavan<strong>de</strong>ría y limpieza. Junto con otras formas <strong>de</strong>subsistencia que se generalizan en América Latina, expandiendo el sector informal y la"economía subterránea", las experiencias <strong>de</strong> generación <strong>de</strong> renta componen lo que se pue<strong>de</strong>llamar economía popular, en la cual encuentran guarida los segmentos marginalizados <strong>de</strong>los sistemas convencionales <strong>de</strong> generación y distribución <strong>de</strong> recursos, establecidos en elmercado capitalista y en el Estado.” 3636 Gaiger, 2003.


15Todos ellos mantienen, como <strong>de</strong>cíamos, relaciones horizontales <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, una lógica <strong>de</strong>reinversión o socialización <strong>de</strong>l exce<strong>de</strong>nte, y fundamentalmente, características <strong>de</strong>productividad y capital bajos o medianos.Existen, sin embargo, otras características fundamentales que hacen <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong>proyectos un grupo heterogéneo: a) la participación o no <strong>de</strong>l mercado capitalista <strong>de</strong>relaciones económicas; b) su relación <strong>de</strong> oposición o <strong>de</strong> negociación con respecto al Estado.Ambas características suelen estar asociadas, aunque esto no siempre ocurre así(ejemplo, Brukman). El problema aquí está en la posición que el Estado muchas veces tomaen función <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s.Generalmente, el Estado se opone a las experiencias <strong>de</strong> autogestión así como lo hacefrente a las <strong>de</strong> trabajo informal. En primer lugar, esto aparecería relacionado con lanecesidad <strong>de</strong> imposición a las relaciones laborales y productivas que tiene el Estado paramantener no sólo su estructura, sino también la redistribución posterior (en gran parte, enforma <strong>de</strong> jubilaciones y pensiones) <strong>de</strong> las riquezas acumuladas.Lo que proponemos aquí no está en la línea <strong>de</strong> aumentar el déficit público, sino <strong>de</strong>reconocer una ten<strong>de</strong>ncia natural que, sin lugar a dudas, <strong>de</strong>bería sugerir a nuestrosplanificadores que más que resistencia, requiere <strong>de</strong> acompañamiento y fomento, puesto quepue<strong>de</strong> resultar mutuamente beneficioso.8. La autogestión como política social“Si el Estado estimula y premia esta modalidad <strong>de</strong> producción, no tendrá que abocarsecon sus recursos a corregir los <strong>de</strong>sajustes <strong>de</strong> la economía (...) En este sentido elcooperativismo y el mutualismo <strong>de</strong>ben fortalecerse como sistema económico fundado enempresas solidarias, <strong>de</strong>mocráticas, <strong>de</strong>scentralizadas, en manos <strong>de</strong> usuarios, consumidores,productores y trabajadores, que las gestionan participativamente en aras <strong>de</strong>l bien común.Deben cumplir su rol <strong>de</strong> reguladores <strong>de</strong> los mercados mediante empresas testigos queimpidan la oligopolización y concentración. Deben hacer accesible el crédito y el seguro atoda la población, exten<strong>de</strong>r y mejorar los servicios públicos, <strong>de</strong> salud y asistenciales,permitir el acceso a la vivienda propia, la generación <strong>de</strong> fuentes <strong>de</strong> trabajo, la colocación <strong>de</strong>productos <strong>de</strong> los agricultores, pescadores, artesanos y artistas, el procesamiento <strong>de</strong> las


16materias primas en su lugar <strong>de</strong> origen y la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> las localida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l interior <strong>de</strong>l paísamenazadas por la concentración económica”. 37En este sentido, existe una nueva forma <strong>de</strong> política social, que está siendo <strong>de</strong>mandadaautónomamente por la población, pero que aún no ha sido totalmente conceptualizada porlas esferas <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r. Esta es la autogestión.Ella requiere <strong>de</strong>l Estado fundamentalmente políticas <strong>de</strong> capacitación (engerenciamiento, en producción, etc.), <strong>de</strong> asesoramiento, <strong>de</strong> fortalecimiento institucional, ytransferencia <strong>de</strong> capacida<strong>de</strong>s (creación <strong>de</strong> capital social), <strong>de</strong> microcréditos, <strong>de</strong> facilitación<strong>de</strong> espacios, maquinaria, asistencia legal, asistencia comercial, asistencia técnica,facilida<strong>de</strong>s impositivas y todo aquello que pueda funcionar en el proceso <strong>de</strong> inculcarvalores, capacida<strong>de</strong>s y aptitu<strong>de</strong>s en los ciudadanos, más allá <strong>de</strong> los recursos económicos enforma aislada, o un trabajo remunerado (que actualmente sólo se pue<strong>de</strong> hacer vía el empleopúblico, con los problemas que ello conlleva).Como dice Lo Vuolo, “La noción <strong>de</strong> ‘condiciones’ (...) se relaciona con significadoscomo habilida<strong>de</strong>s, capacida<strong>de</strong>s, aptitu<strong>de</strong>s (...) [éstas] son las que <strong>de</strong>finen las posiblesalternativas <strong>de</strong> funcionamiento social que [una persona] pue<strong>de</strong> lograr” 38 . Y mismoNovacovsky plantea que “En este marco, pue<strong>de</strong> plantearse entonces una perspectivaintegral y coherente <strong>de</strong> políticas sociales hacia la informalidad laboral, cuyo componente <strong>de</strong>políticas laborales correspon<strong>de</strong> al campo laboral y previsional, en cuanto a los trabajadoresindividualmente consi<strong>de</strong>rados, para proyectarse también hacia las políticas dirigidas aresolver esta y otras situaciones <strong>de</strong> exclusión en el plano <strong>de</strong>l núcleo familiar. Es necesario,también, vincular las políticas sociales con las productivas dirigidas a la informalidad, paraelevar la eficiencia <strong>de</strong> ambas”, y agrega más a<strong>de</strong>lante, “El estímulo a la autoorganización esotro componente <strong>de</strong> la política social que <strong>de</strong>biera aplicarse en el campo <strong>de</strong>l trabajo porcuentapropia, como un valor en sí mismo y como instrumento para un mejoraprovechamiento <strong>de</strong> los apoyos” 39 .Por último, <strong>de</strong> acuerdo con José Luis Coraggio, para que “el conjunto <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>seconómicas populares supere los efectos económicos <strong>de</strong> la exclusión que caracteriza latransición <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l régimen capitalista al modo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo informal, es necesario37 Ricci, 2003.38 Lo Vuolo, 1999.39 Novacovsky, 1999.


17combinar: a) el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s colectivas <strong>de</strong> reproducción (<strong>de</strong> alto componente <strong>de</strong>voluntad), b) el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia mercantil (<strong>de</strong> alto componente <strong>de</strong>automaticidad), es <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> intercambios mediados por el mercado entre unida<strong>de</strong>sdomésticas y c) el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> su capacidad sistemática para competir con unas y utilizarotras mercancías <strong>de</strong> empresas capitalistas” 40Obviamente, como mencionaba anteriormente, estas políticas <strong>de</strong>ben ir acompañadas <strong>de</strong>fórmulas universalistas <strong>de</strong> atención a todo tipo <strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s, vía los servicios públicos enlas cuales se fortalezca el rol estatal (y la calidad <strong>de</strong> prestación <strong>de</strong> los mismos). No pue<strong>de</strong>nser consi<strong>de</strong>radas como una acción aislada. Parten <strong>de</strong> la integración <strong>de</strong> los individuos en lacomunidad, <strong>de</strong> manera crecientemente equitativa con el resto <strong>de</strong> sus conciudadanos. Ycomo tal, <strong>de</strong>ben consi<strong>de</strong>rar que la inclusión <strong>de</strong>be ser completa, y alcanzar todos losaspectos <strong>de</strong> los satisfactores sociales (educación, salud, vivienda, alimentación, etc.)En este sentido, las ventajas que plantea son: en primer lugar, que muchos <strong>de</strong> losrecursos pue<strong>de</strong>n ser retribuibles. En este sentido, la experiencia <strong>de</strong> microcréditos <strong>de</strong>lGrameen Bank, hoy llevada a cabo en el mundo entero, es más que ejemplificadora. Ensegundo lugar, las capacida<strong>de</strong>s inculcadas en los ciudadanos redundan no sólo en elbeneficio actual, sino en el futuro. Implican un crecimiento personal que se relaciona conlas capacida<strong>de</strong>s futuras <strong>de</strong> organizar nuevos emprendimientos. En tercer lugar, fortalece elasociativismo, las re<strong>de</strong>s ciudadanas <strong>de</strong> contención, trueque, colaboración y mismo <strong>de</strong>comercio. Constituyen, en este sentido, círculos virtuosos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo local, con efectosmultiplicadores <strong>de</strong> los beneficios.9. Casos concretosEn nuestro país se han intentado, y existen actualmente, a nivel nacional distintosejemplos o aproximaciones a este tipo <strong>de</strong> políticas sociales: programas como el ProgramaFe<strong>de</strong>ral Solidario (PROSOL), cuyo objetivo es otorgar fondos para el emprendimiento <strong>de</strong>polos productivos, <strong>de</strong>sarrollo comunitario integral, huertas, granjas y minifundios,microemprendimientos productivos y fortalecimiento institucional, o el Programa <strong>de</strong>Promoción <strong>de</strong>l Fortalecimiento <strong>de</strong> la Familia y el Capital Social (PROFAM), con énfasis enlas perspectivas <strong>de</strong> género. Asimismo, po<strong>de</strong>mos mencionar la creación <strong>de</strong> instituciones40 Ziccardi, 2001.


18como el Instituto Nacional <strong>de</strong> Asociativismo y Economía Social (INAES), para lapromoción <strong>de</strong> cooperativas, o el FONCAP, <strong>de</strong>stinado a la elaboración y promoción <strong>de</strong>propuestas <strong>de</strong> financiación autosustentable y perdurable, con el objetivo <strong>de</strong> apoyaractivamente al sector <strong>de</strong> la microempresa <strong>de</strong> menores recursos económicos 41 .Sin embargo, don<strong>de</strong> se ha <strong>de</strong>sarrollado mayormente este tipo <strong>de</strong> políticas es a nivellocal. Ello no es casual, puesto que el municipio resulta el espacio político inmediato <strong>de</strong>respuesta ante las principales <strong>de</strong>mandas sociales <strong>de</strong> la población. “El municipio (...) se vesometido a nuevas tensiones y <strong>de</strong>safíos ante la retirada general <strong>de</strong>l Estado Nacional, quetransfiere nuevas competencias a los niveles inferiores, a veces sin los po<strong>de</strong>res y recursoscorrespondientes (...) La importancia funcional <strong>de</strong>l municipio (...) ha crecidoconsi<strong>de</strong>rablemente tanto en la operatoria cotidiana <strong>de</strong>l Estado como en la conciencia social,particular, pero no únicamente, a partir <strong>de</strong> <strong>de</strong>mandas concretas crecientes por partes <strong>de</strong> lassocieda<strong>de</strong>s locales.” 42A partir <strong>de</strong> un estudio realizado en el año 2002 respecto <strong>de</strong> la gestión social <strong>de</strong> 50municipios <strong>de</strong> todo el país (Ranking Nacional <strong>de</strong> Municipios 43 ) <strong>de</strong>l que fui parte, es posiblesacar ciertas conclusiones, y rescatar ejemplos particulares.El empleo se constituye como una <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s básicas que más se venobligados a satisfacer los gobiernos municipales (la tercera en or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> importancia, a pesar<strong>de</strong> la política nacional <strong>de</strong> Jefas y Jefes <strong>de</strong> Hogar). Las acciones al respecto se concentran enprogramas <strong>de</strong> capacitación o <strong>de</strong> intermediación laboral (bolsas <strong>de</strong> trabajo, ferias). En menormedida, en ciertos municipios particulares, se observa la capacidad <strong>de</strong> llevar a<strong>de</strong>lanteprogramas <strong>de</strong> empleo o micro-emprendimientos propios.En General Roca, por ejemplo, los funcionarios políticos donaron el 10% <strong>de</strong> sussueldos para financiar un programa <strong>de</strong> microemprendimientos municipal.Otro caso interesante es el <strong>de</strong> Palpalá, don<strong>de</strong> con recursos notablemente escasos yuna problemática social muy compleja, se observó que la acción social posee unaenvergadura consi<strong>de</strong>rable, dando cuenta <strong>de</strong>l gran esfuerzo <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s. Ellas han41 Vale la pena mencionar que las auditorías <strong>de</strong> la AGN no dan cuenta <strong>de</strong> una buena gestión ni <strong>de</strong> un<strong>de</strong>sempeño a<strong>de</strong>cuado por parte <strong>de</strong> estas instituciones.42 Passalacqua, 1994.43 Ranking Nacional <strong>de</strong> Municipios, Fundación Grupo Innova, 2002.


19incluido una gran variedad <strong>de</strong> cursos <strong>de</strong> capacitación (en consonancia con la concepción <strong>de</strong>que los oficios son formas <strong>de</strong> subsistencia económica informal fundamentales en laactualidad); han diseñado un programa <strong>de</strong> microemprendimientos con parrillas para laventa <strong>de</strong> productos alimenticios en los partidos <strong>de</strong> fútbol; y han introducido una voluntad<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la comunidad orientada al <strong>de</strong>porte y el turismo.Un tercer ejemplo es el <strong>de</strong> Formosa Capital, don<strong>de</strong> la empresa <strong>de</strong> recolección <strong>de</strong>residuos fue privatizada, y luego re municipalizada. Ante dicha situación, el Inten<strong>de</strong>nte<strong>de</strong>cidió formar con los “carreros” (cartoneros) <strong>de</strong>l barrio más pobre una cooperativa <strong>de</strong>recolección <strong>de</strong> residuos, que hoy trabaja en conjunto con la municipalidad.Un último ejemplo es el <strong>de</strong> Perico, Jujuy, don<strong>de</strong> ACADES (la asociación local <strong>de</strong><strong>de</strong>socupados), se constituyó como un pequeño microemprendimiento, cuyo capital inicialsurgió <strong>de</strong>l ahorro <strong>de</strong> ingresos por subsidios al <strong>de</strong>sempleo, y una gran voluntad <strong>de</strong> algunosindividuos. Ellos producen y ven<strong>de</strong>n vestimenta, comercializada por todo el país.Asimismo, <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> los municipios tomados en cuenta, la gran mayoría cuentacon al menos un Club <strong>de</strong> Trueque (ya sea éste municipal, privado, provincial o nacional).Poco a poco se va dando un reconocimiento municipal <strong>de</strong> esta actividad, manifestado enacciones tales como control bromatológico o préstamo <strong>de</strong>l lugar físico <strong>de</strong> operaciones, entrelas más comunes.La extensión <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> acciones se <strong>de</strong>muestra, asimismo, mediante el altogrado <strong>de</strong> programas <strong>de</strong> capacitación observado en los diversos municipios. Muchos <strong>de</strong> losfuncionarios locales mencionaron al respecto, que los oficios así adquiridos permiten unainterrelación social al interior <strong>de</strong>l municipio, que fomenta el intercambio informal <strong>de</strong> bieneso servicios.De esta manera, se pue<strong>de</strong> inferir que el “sector informal” o no estructurado <strong>de</strong> laeconomía se está convirtiendo actualmente en una importante fuente generadora <strong>de</strong> empleo(precario) y <strong>de</strong> subsistencia en los municipios argentinos (al menos, dicha ten<strong>de</strong>ncia seobserva entre los municipios estudiados). En este sentido, la propensión municipal a aceptar(y en algunos casos, promover) este tipo <strong>de</strong> actividad, está dando cuenta fundamentalmente<strong>de</strong>l crecimiento acelerado <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s sociales, y la incapacidad gubernamental localpara satisfacerlas a<strong>de</strong>cuadamente, por las vías tradicionales: ya sea <strong>de</strong> la asistencia, como<strong>de</strong> la generación <strong>de</strong> empleos formales tradicionales.


20ConclusiónA manera <strong>de</strong> conclusión, contrariamente a lo que indican las reglas <strong>de</strong> la oratoria yla escritura, me interesa incluir un tema final en el planteo <strong>de</strong> la autogestión como políticasocial. Y este es el “empo<strong>de</strong>ramiento”.“El término empo<strong>de</strong>ramiento tiene diferentes significados en diferentes contextossocioculturales y políticos (...) Entre los términos locales asociados con empo<strong>de</strong>ramientoestán fuerza personal, control, po<strong>de</strong>r personal, elección propia, vida digna en concordanciacon los propios valores <strong>de</strong> la persona, capacidad <strong>de</strong> luchar por los <strong>de</strong>rechos propios,in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones propias, ser libre, <strong>de</strong>spertar y capacidad. Elempo<strong>de</strong>ramiento está enclavado en los sistemas <strong>de</strong> valores y creencias locales. Es <strong>de</strong> valorintrínseco. También tiene valor instrumental. Es relevante a nivel individual y colectivo.Pue<strong>de</strong> ser económico, social o político. Pue<strong>de</strong> usarse para caracterizar relaciones <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>los hogares o entre los pobres y otros actores a nivel global. Por tanto, hay muchas posibles<strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong> empo<strong>de</strong>ramiento, incluidas <strong>de</strong>finiciones basadas en <strong>de</strong>rechos.” 44“Direct consultations with the poor people have revealed that vulnerability, physicaland social isolation, insecurity, lack of self-respect, lack of access to information, a distrustof state institutions, and powerlessness can be as important to the poor as low income.Further, the poor are not a static group – people fall in and out of poverty <strong>de</strong>pending ontheir vulnerability. Maximizing incomes may be less of a priority to poor people thanincreasing the security of their livelihoods and <strong>de</strong>creasing vulnerability. Livelihoods aresustainable when they are resilient to shocks and may be enhanced without un<strong>de</strong>rmining thenatural resource base.” 45Lo que pretendo con esto, entonces, es cerrar la i<strong>de</strong>a planteada a lo largo <strong>de</strong> todo eltrabajo. El empo<strong>de</strong>ramiento implica la dotación a individuos o grupos <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> lascapacida<strong>de</strong>s (al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> Sen) necesarias para elegir, para <strong>de</strong>sarrollarse <strong>de</strong> maneraautosustentable y, fundamentalmente, para reinsertarse en la sociedad (alcanzando elbienestar indispensable para ello) no en forma <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l Estado, ni en formasubordinada a la beneficencia privada, sino en forma autónoma.44 Narayan, 2002.45 Robb, 2003.


21En términos <strong>de</strong> las políticas sociales <strong>de</strong>l Estado, esto requiere reformas <strong>de</strong>perspectiva e institucionales que <strong>de</strong>riven en la dotación efectiva <strong>de</strong> espacios <strong>de</strong> acción yparticipación, acceso a la información y a la capacidad <strong>de</strong> organización <strong>de</strong> los individuos enaras <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sarrollo sustentable.Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista local, ya se han ido incorporando políticas <strong>de</strong> promoción <strong>de</strong>la autogestión o economía informal para el <strong>de</strong>sarrollo social <strong>de</strong> la ciudadanía. Si bienparecería una contradicción plantear tanto el “fomento” <strong>de</strong> relaciones laborales noreguladas por parte <strong>de</strong>l Estado, como la asistencia estatal a emprendimientos socialesautónomos, por el contrario, consi<strong>de</strong>ro que ésta es una opción no sólo válida sinointeresante <strong>de</strong> seguir explorando.En este sentido, es indispensable utilizar esta herramienta en vinculación con otras.Pero <strong>de</strong>finitivamente, es un tipo <strong>de</strong> actividad que <strong>de</strong>bería ser promovida.


22BibliografíaBinswanger, Hans P., Aiyar, Swaminathan S. (2003): “Scaling up community driven <strong>de</strong>velopment”, WorldBank Policy Research Working Paper.Bustelo, Eduardo y Minujín, Alberto (1998), Todos Entran: propuestas para socieda<strong>de</strong>s incluyentes, EditorialSantillana UNICEF, Cua<strong>de</strong>rnos Debate, Colombia.Capella, Juan Ramón (1993), Los ciudadanos ciervos, Trotta, Madrid.Fiszbein, Ariel, Giovagnoli, Paula Inés, Adúriz, Isidro (2003), “El impacto <strong>de</strong> la crisis argentina en elbienestar <strong>de</strong> los hogares”, Revista <strong>de</strong> la CEPAL 79.Gaiger, Luis Inácio (2003), “La solidaridad como una alternativa económica para los pobres”, Sao Leopoldo,Brasil.Jefatura <strong>de</strong> Gabinete (2003), “La economía social en las conclusiones <strong>de</strong>l Gabinete para el fortalecimiento <strong>de</strong>la gobernabilidad <strong>de</strong>mocrática”.Jefatura <strong>de</strong> Gabinete, Grupo <strong>de</strong> Trabajo 1 (2003), “Definiciones sobre economía social”.Kliksberg, Bernardo (2002), “Hacia una nueva visión <strong>de</strong> la política social en América Latina. Desmontandomitos”.Lo Vuolo, Rubén y otros (1999), La pobreza <strong>de</strong> la política contra la pobreza, Mino y Dávila Editores,Buenos Aires.Moore, Mick and Putzel, James (2001), “Thinking strategically about politics and poverty”, IDS WorkingPaper 101.Narayan, Deepa (2002), Empo<strong>de</strong>ramiento y reducción <strong>de</strong> la pobreza, Alfaomega, Banco Mundial, Colombia.Novacovsky, Irene y Carpio, Jorge (1999), De Igual a Igual, SIEMPRO, FLACSO, Fondo <strong>de</strong> CulturaEconómica, Buenos Aires.Passalacqua, Eduardo (1994), “Notas sobre Pobreza y Política”.Repetto, Fabián (2002), Gestión Pública y <strong>de</strong>sarrollo social en los noventa. Las trayectorias <strong>de</strong><strong>Argentina</strong> y Chile, Editorial Prometeo, Buenos Aires.Ricci, Juan (2003), “La economía social”, Jefatura <strong>de</strong> Gabinete.Robb, Caroline M. (2003), “Poverty and Social Impact Analysis – Linking Macroeconomic Policies to SocialOutcomes: Summary of Early Experiences”, IMF Working Paper.Rodríguez Enríquez, Corina M. (1999), “Una reflexión sobre la pobreza y las políticas sociales en <strong>Argentina</strong>”.Rosanvallon, Pierre, Fitoussi, Jean Paul (1995), “La nueva era <strong>de</strong> las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s”, Ed. Manantial, BuenosAires.Ruggeri La<strong>de</strong>rchi, Caterina, Saith, Ruhi and Stewart, Frances (2003), “Does it matter that we don't agree onthe <strong>de</strong>finition of poverty? A comparison of four approaches”, Working Paper 107, Queen Elizabeth House,University of Oxford.Sen, Amartya (1992), “Sobre conceptos y medidas <strong>de</strong> pobreza.” Comercio Exterior N°4, Vol. 42, México.


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