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1. Phoenix canariensis La palmera canaria, Phoenix canariensis ...

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<strong>1.</strong> <strong>Phoenix</strong> <strong>canariensis</strong><strong>La</strong> <strong>palmera</strong> <strong>canaria</strong>, <strong>Phoenix</strong> <strong>canariensis</strong> (Hort. ex Chab.) es una especie endémica de lasIslas Canarias, encontrándose en mayor o menor medida en todas las islas mayores del archipiélago.Es una monocotiledónea arborescente de larga vida (hasta 200 años), pertenecientea la familia de las Aracaceae (Palmae), y como todas las trece especies descritas delgénero <strong>Phoenix</strong>, es dioica, presentando de esta forma, un pie masculino y otro femenino,que se diferencian únicamente en la morfología de su inflorescencia (Kunkel & Kunkel,1974; Barrow, 1998).<strong>Phoenix</strong> <strong>canariensis</strong> Hort. ex Chab., fue descrita por Chabaud en 1882, a partir de unespécimen cultivado sin la asignación de un tipo. Posteriormente Moore (1971) designaríaun lectotipo basado en las Figuras 66-68 del artículo de Chabaud. En la literatura clásica lareferencia de P. <strong>canariensis</strong> es dada por Pliny (Hort, 1916) como Palmeta catyotas ferentia,el cual describe la observaciones de Juba: “…en Canaria también abundan los bosques de<strong>palmera</strong>s cargados de dátiles”. Webb & Berthelot (1847) fueron los primeros en reconocerlas diferencias entre la <strong>palmera</strong> <strong>canaria</strong> y la <strong>palmera</strong> datilera, describiendo la primera comoP. dactylifera var. jubae Webb & Berthel. Posteriormente Christ (1885) le dio el estatus deespecie denominándola P. jubae (Webb & Berthel.) D. H. Christ. Ninguno de estos nombresera utilizado comúnmente por los horticultores, los cuales tendían a llamarla como P.cycadifolia y P. <strong>canariensis</strong> (Neubert, 1873).El nombre de P. cycadifolia fue validado por Regel (1879) con una pequeña descripcióny una ilustración de una <strong>palmera</strong> creciendo en Atenas. <strong>La</strong> denominación de P. <strong>canariensis</strong>fue legitimizada por Chabaud (1882) con una descripción e ilustración de una <strong>palmera</strong> cultivadaprocedente de semillas originarias de las islas Canarias. A pesar, de la gran similitudentre la ilustración de Regel (1879) y la <strong>palmera</strong> <strong>canaria</strong>, Beccari (1890) considera a P.cycadifolia un sinónimo de P. dactylifera. Sin embargo Moore (1971) considera P. cycadifoliamás similar a P. <strong>canariensis</strong> que a P. dactylifera, y la considera como un sinónimo dela primera. El nombre de P. cycadifolia es anterior al de P. <strong>canariensis</strong> en tres años, por loque tendría preferencia en la nomenclatura, pero las dudas existentes alrededor de la identi-


dad de P. cycadifolia y la gran familiaridad de los botánicos y los horticultores con el nombrede P. <strong>canariensis</strong> han hecho que se mantenga y acepte esta nominación para la <strong>palmera</strong>datilera de las Islas Canarias (Barrow, 1998; Moore, 1963).<strong>Phoenix</strong> <strong>canariensis</strong> se describe con un tronco grueso (hasta unos 60 u 80 centímetros,y a veces más de 1 metro) de entre 12 a 15 metros de altura, sin retoños en su base (Figura1). <strong>La</strong> copa es densa, 60 a 100 hojas, de color verde intenso, que cae de forma elegantementeaqueada. Los frondes pueden alcanzar los 7 metros, presentando hasta 150 foliolos subcoriaceosy flexibles. Estos se convierten en espinas cortas y rígidas de color amarillentohacia la base de la hoja. <strong>La</strong>s flores tanto masculinas como femeninas se presentan en inflorescencias,en pániculas, densas de color blanquecino, de hasta 1,5 metros de largo. <strong>La</strong> inflorescenciamasculina es más cerrada y corta, asemejándose a la cola de un caballo, mientrasque la inflorescencia femenina es mucho más abierta y los espádices más largos. Losfrutos (támaras o támbaras) son bayas en un principio de color verde, aunque cuando maduranpresentan un color amarillento-anaranjado. <strong>La</strong>s támaras presentan forma ovoides de 2cm de largo, con poca pulpa y de amargo sabor (Kunkel & Kunkel, 1974).(Figura 1)


a)b)Foliolos(pínulas)Raquis(Pírganoo pirguán)EspinasJarroponc)d)Figura 2. a) Fotografía de una típica <strong>palmera</strong> datilera (<strong>Phoenix</strong> dactylifera) mostrando los diferentesrasgos morfológicos característicos de la especie, b) dibujo esquemático de la hoja de <strong>palmera</strong>datilera, c) inflorescencia masculina, con la agrupación de las flores (espiga) en detalle,mostrando una de las flores aumento, d) racimo de dátiles, mostrando un conjunto de estos endetalle y a su lado, dibujo de la semilla de <strong>Phoenix</strong> dactylifera.


<strong>La</strong> similitud morfológica de ambas especies, la gran variabilidad morfológica que presentala <strong>palmera</strong> <strong>canaria</strong> y la elevada fertilidad interespecífica que en general, muestran lasespecies del género <strong>Phoenix</strong> (Corner, 1966; Barrow, 1998; Del Cañizo, 1991; Hodel, 1995),y en particular P. <strong>canariensis</strong> y P. dactylifera en las islas Canarias (Kunkel & Kunkel,1974; Ceballos & Ortuño-Medina, 1976; Montesinos, 1979; Morici, 1988; Niebla Tome,1990; Naranjo & Cardona, 1995), la cual se ve facilitada por el hecho de que ambas especiespresentan el mismo número de cromosomas , 2n = 36 (Borgen, 1970). Esto conlleva aque actualmente la clasificación e identificación morfológica de las <strong>palmera</strong>s auténticamente<strong>canaria</strong>s sea muy dificultosa y con un elevado factor subjetivo. Asimismo, en estadojuvenil, las morfologías de ambas especies son exactamente iguales, y por tanto imposiblesde distinguir por los métodos tradicionales. Este problema ha conducido a la plantación de<strong>palmera</strong>s jóvenes, consideradas <strong>canaria</strong>s, que posteriormente y después de los años handemostrado su carácter híbrido o datilero.Todo esto se ve agravado por la introducción de especies exóticas en las islas, favoreciendola hibridación y pérdida de entidad genética de la <strong>palmera</strong> <strong>canaria</strong>. En palabras de D.Jaime O'Shanahan: "Es preciso sensibilizarnos ante el grito de angustia que la <strong>palmera</strong> <strong>canaria</strong>lanza ante su paulatina desaparición a base de ser atacada en lo más profundo de su seral importarse ejemplares de otras variedades que, plantadas a su vera, con los años producenhíbridos, materializando su destrucción genética, tiro de gracia a su definitiva destrucción"(Oliva-Tacoronte, 1985).2 Distribución<strong>La</strong> <strong>palmera</strong> <strong>canaria</strong> se encuentra en todas las islas mayores del archipiélago de maneraaislada o formando <strong>palmera</strong>les, sin embargo en la isla de El Hierro los <strong>palmera</strong>les casi estánausentes, encontrándose sólo “algunas <strong>palmera</strong>s” aisladas tal y como describió Glass(1764). En las otras islas destacan los <strong>palmera</strong>les de Valle Gran Rey, Vallehermoso, Tazo,Taguluche, Tamargada, <strong>La</strong>s Hayas y Vegaipala en <strong>La</strong> Gomera; Barranco de Tirajana, Ba-


anco de Guiniguada, Acusa, <strong>La</strong> Sorrueda, Fataga y Oasis de Maspalomas en Gran Canaria;Vega de Río Palmas y Pájara en Fuerteventura; Haría y Maguez en <strong>La</strong>nzarote; <strong>La</strong>s Breñas,Mirca y Zumacal en <strong>La</strong> Palma y Rambla de Castro, Barranco de Masca y Acantiladode <strong>La</strong> Culata en Tenerife (Serrada et al., 1988; Oliva-Tacoronte, 1985), encontrándose losmayores <strong>palmera</strong>les en las islas de <strong>La</strong> Gomera, Gran Canaria, Fuerteventura y <strong>La</strong>nzarote.Es en las dos primeras islas mencionadas, Gran Canaria y <strong>La</strong> Gomera, donde es mayor supresencia y está más ampliamente distribuida la especie.En todas las islas la vegetación actual supone un relicto de la posible vegetación que existíaen las islas antes de la conquista normando-castellana (1402-1496). <strong>La</strong> colonización, elcultivo, la urbanización y finalmente el turismo han reducido drásticamente la cubierta vegetalde las islas, que en algunos casos como el bosque termófilo (piso de vegetación en elque se encuentra la <strong>palmera</strong> <strong>canaria</strong>) ha desaparecido casi por completo en la mayoría delas islas, debido fundamentalmente a que sus áreas potenciales corresponden a las zonasmás favorables para el establecimiento de las grandes poblaciones y caseríos, así, como loscultivos que llevan aparejados. A esto hay que añadirle el interés económico, sobre todo enel pasado, que presenta la <strong>palmera</strong> <strong>canaria</strong> y su congénere africano, la <strong>palmera</strong> datilera, queha llevado a que el medio natural en el que viven estas plantas esté tan alterado que es difícilconocer con certeza la distribución original de <strong>Phoenix</strong> <strong>canariensis</strong> en el archipiélagoCanario (Rodríguez et al., 1997). Sin embargo, se sabe que su distribución primitiva eramuy superior a la actual, como se desprende de las innumerables citas históricas existentes(Bethencourt, 1402; Nicoloso da Recco, 1341; Berthelot, 1839; Morales,1984), sirva comoejemplo la mención que hace Escudero de la isla de Gran Canaria en 1639 (Morales, 1984):“...toda la isla era un jardín, toda poblada de palmas, porque de un lugarque llaman Tamaraceite, quitamos más de sesenta mil palmitos y de otrasinfinitas y de todo Telde y Arucas “


Valle de AcusaFruto de la gran importancia que ha jugado, y sigue jugando, esta especie en el archipiélagoCanario es el gran número de toponimias existentes al respecto. Es curioso observarcomo todos los nombres que hacen referencia a nuestra <strong>Phoenix</strong> lo hacen como palma ypalmar y nunca como <strong>palmera</strong> o <strong>palmera</strong>l. Así, la ciudad de <strong>La</strong>s Palmas debe su nombre algran número de <strong>palmera</strong>s que ahí existían y sobre todo a tres de ellas que eran muy altas(Oliva-Tacoronte, 1985). De igual manera, el nombre de Tamaraceite (barrio de <strong>La</strong>s Palmasde Gran Canaria) deriva de támara, fruto de la <strong>palmera</strong> <strong>canaria</strong>, por la gran cantidad de<strong>palmera</strong>s que ahí se daban. También encontramos toponimias en <strong>La</strong>s Palmas de Anaga (Tenerife),Tres Palmas (barrio de <strong>La</strong>s Palmas de Gran Canaria), El Palmital (Guía, Gran Canaria),<strong>La</strong> Palmita (<strong>La</strong> Gomera y Barlovento en <strong>La</strong> Palma), Barranco de <strong>La</strong> Palma (Agaete,Gran Canaria), El Palmar (Buenavista, Tenerife), El Palmar (Arona en Tenerife, Hermiguaen <strong>La</strong> Gomera y Teror en Gran Canaria), Palmarejo (Valle de Santiago, <strong>La</strong> Gomera), Vegade Río Palma (Betancuria, Fuerteventura) etc.


Extracto del Premio de Investigación “Viera y Clavijo” (Ciencias, 2001). Sección CienciasNaturales, denominado:“Caracterización Molecular de la Palmera Canaria (<strong>Phoenix</strong> <strong>canariensis</strong>) como basepara su conservación”elaborado por Dr .D. Miguel Ángel González Pérez. Este trabajo tiene su origen en el textopresentado para la obtención del grado de doctor por la Universidad de las Palmas de GranCanaria, dirigido por Dr. D. Pedro Sosa Henríquez.Dirección:Departamento de BiologíaUniversidad de <strong>La</strong>s Palmas de G.C.35017 <strong>La</strong>s Palmascorreo e. miguel.gonzalez@biologia.ulpgc.es

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