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11.07.2015 Views

El bibliotecario:primer usuario de la bibliotecaEduardo Campech MirandaILUSTRACIÓN: LOURDES DOMÍNGUEZ.El primer usuario de la biblioteca, pordefinición y por congruencia, debe ser elbi bliotecario. Éste debe erguirse comoel ex perto en libros, y por consiguiente,en lec tor. Es decir, si un carnicero es vege -tariano, si un carpintero es alérgico al aserrín, si unalba ñil no sabe diferenciar entre la cal y el cemento, osen cillamente si un médico se siente aterrado y llega adesmayarse por presenciar una hemorragia, entoncesdudaremos mucho de contratar los servicios de cual -quiera de estos profesionales. Lo mismo sucede a lasociedad cuando se enfrenta a un bibliotecario que ensu infancia o adolescencia fue vacunado contra la lectura.Y hablo en este caso de bibliotecarios porque esel ámbito que nos ocupa, pero esta recomendaciónbien puede hacerse expansiva a todos los mediadoresde lectura.Iniciaré haciendo un breve recuento de mi expe -rien cia como lector y formador de lectores. Recuerdomi terror y emoción la primera vez que ingresé a unabiblioteca. Cursaba el segundo de secundaria. Y eraasí porque sencillamente yo no era lector. En esa épocatuve la fortuna (ahora, al pasar de los años, creo quefue más un infortunio) de que en la materia de espa -ñol, nos obligaban a leer las ediciones de Porrúa y queen su gran mayoría incluían un estudio introductorioy un argumento. Suficiente para presentar la evalua -ción correspondiente y aprobar con la consigna deque “después del seis todo es vanidad”. Así pasaronjunto a mí Santa de Federico Gamboa, El Zarco y Navi -dad en las montañas, de Ignacio Manuel Altamirano,Comedias de Juan Ruiz de Alarcón, Cuatro comedias deMolière, pero sólo eso; pasaron por mis manos y nopor mis ojos, neuronas ni corazón.Sería hasta tercer grado cuando mi entonces maestraClaudia Pastrana nos “recetó” Canasta de cuentosme xicanos, de B. Traven. Fue el primer libro que leícompleto. En ese mismo año descubrí la poesía mo -dernista y en un juego fortuito propiciado por la ignorancia,confundía las letras de “Nocturno a Rosario”de Manuel Acuña con la canción Ella de José AlfredoJiménez. Y no era extraño que cantara el primero yrecitara la segunda. Hago este recuento sencillamenteporque es la base para mi trabajo de bibliotecario ypromotor de lectura (de hecho al decir bibliotecariodebo incluir al promotor de manera indisoluble).Años después me encontraría en esta ciudad de platay cantera, cumpliendo un sueño: laborar en la Bi -blio teca Central Estatal de Zacatecas. El primer día detrabajo intercambié impresiones con algunos compa -ñeros, entre ellos Arturo Briseño Soriano y José LuisMartínez Rodríguez, ambos intendentes.el BiBliotecario 15

Nueva base de datospara consulta en laBiblioteca de las Artesel Consejo Nacional para laCultura y las Artes, a tra -vés del Centro Nacional de lasArtes y el Fondo Nacional parala Cultura y las Artes, recientementefirmó el convenio de cola -boración con la Asociación deApoyo al Desarrollo de Archivosy Bibliotecas de México (Adabi),con el fin de crear una base deda tos para dar mayor eficienciaa la consulta de información queayude en los procesos acadé -micos, de investigación y expe -rimentación de los creadoresartísti cos. Este convenio da continuidada la colaboración que seinició desde hace un año con elfin de acercar el material a unmayor número de personas ypre servar esta colección, ya quelos usuarios no tendrán que manipularlos materiales al realizarla búsqueda y la selección deimá genes. Para ello, la Adabilleva rá a cabo la estabilización de5 mil imágenes y la catalogaciónde 25 mil más de la colección fotográficade las artes plásticas.Así, paulatinamente el acervobibliográfico y documental podráser consultado vía electrónicapor la comunidad educativa,cultural y artística, y todos aquellosinteresados en estos temas.v e r t i c a lArchivoNueve o diez años después, las cosas habían cambiado. Arturo y JoséLuis ya eran bibliotecarios, su trabajo constante era reconocido con unaoportunidad. Se generó un proyecto de gestar un área al interior de labiblioteca que se dedicara exclusivamente al fomento de la lectura. Enella iniciamos la ingeniera Perla Martínez Murillo y un servidor. Una de lasprimeras acciones implementadas fueron los círculos de lectura con loscompañeros. La dinámica se modificó y el interés comenzó a centrarse enla manera adecuada de leer en voz alta. El bibliotecario con más entusiasmofue José Luis. Hasta entonces, él consideraba que leer en voz alta co -rrectamente era una cuestión genética, una virtud con la que se nace. Lecomentamos que el trabajo y la práctica eran las herramientas que le permitiríandominar la técnica de esta modalidad de lectura.José Luis confesaba no ser lector. Es más, que no le gustaba leer. No recuerdocon claridad si surgió de él o de nosotros la inquietud de recomendarleun libro. En ese instante recordé mi paso por la secundaria, a lamaestra Pastrana y Canasta de cuentos mexicanos. José Luis quedó atrapadopor los cuentos de Traven. Acabábamos de generar otra cuestión comúnpara ambos: nuestro primer libro. El siguiente fin de semana José Luissacó en préstamo El perfume de Patrick Süskind —sí, José Luis ya habíatra mitado y utilizaba para él su credencial de préstamo a domicilio. Aprimera instancia me parecía un riesgo que un nuevo lector se enfrentaraa un texto cuyos referentes suponía estaban fuera de su alcance. Aunado aello, la tipografía me parecía podría ser un obstáculo (cuántas veces no hemosescuchado como pretexto o como preferencia que “las letras estánmuy chiquitas”), pero finalmente eran prejuicios míos, porque el lunes,José Luis había leído completo el libro. ¡El perfume leído en dos días porun lector inicial! ¿y decimos que no tenemos tiempo de leer?Posteriormente José Luis siguió leyendo y seguimos recomendando:Clemencia de Ignacio Manuel Altamirano, Días de pinta, rica antología decuentos modernos, y comenzó a apasionarse por la poesía. José Luis leíaen su casa en voz alta, al grado de que su esposa e hijos le preguntaban siestaba loco; su entrada a la biblioteca era a las 9:00 horas y llegaba unahora antes, y en el silencio de la sala general se ponía a leer en voz alta. Enla capacitación para Mis Vacaciones en la Biblioteca 2003, José Luis quisointegrarse con todo su entusiasmo para aprender más. Así lo hizo y su desempeñofue sobresaliente al grado de que al siguiente año la DirecciónGeneral de Bibliotecas del Conaculta lo invitó a que cursara el Diplomadoen Promoción de la Lectura ofertado por la Asociación Mexicana para elFomento del Libro Infantil y Juvenil, IBBY México. Ahora, no hay duda,José Luis es un lector y esto se refleja en las bibliotecas del municipio deGuadalupe, Zacatecas, donde es Coordinador y contagia el amor por loslibros y la lectura.Si un bibliotecario no es lector, si no conoce los libros, no podrá hacerre comendaciones. Por ejemplo, si una señora llega a la sala general y pideun libro de García Márquez, un libro de cocina mexicana o Arráncame lavida de Ángeles Mastretta, sencillamente recurre a los catálogos y asuntosolucionado. ¿Qué sucede si alguien nos solicita un libro para llorar, parareír, para leer en familia, para emocionarnos, para sentir miedo, para leeren el baño, para leerlo a la pareja después de hacer el amor? Si el media -16 el BiBliotecario

Nueva base <strong>de</strong> datos<strong>para</strong> consulta en <strong>la</strong>Biblioteca <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Artesel <strong>Consejo</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>para</strong> <strong>la</strong>Cultura y <strong>la</strong>s Artes, a tra -vés <strong>de</strong>l Centro <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>sArtes y el Fondo <strong>Nacional</strong> <strong>para</strong><strong>la</strong> Cultura y <strong>la</strong>s Artes, recientementefirmó el convenio <strong>de</strong> co<strong>la</strong> -boración con <strong>la</strong> Asociación <strong>de</strong>Apoyo al Desarrollo <strong>de</strong> Archivosy <strong>Bibliotecas</strong> <strong>de</strong> México (Adabi),con el fin <strong>de</strong> crear una base <strong>de</strong>da tos <strong>para</strong> dar mayor eficienciaa <strong>la</strong> consulta <strong>de</strong> información queayu<strong>de</strong> en los procesos acadé -micos, <strong>de</strong> investigación y expe -rimentación <strong>de</strong> los creadoresartísti cos. Este convenio da continuidada <strong>la</strong> co<strong>la</strong>boración que seinició <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace un año con elfin <strong>de</strong> acercar el material a unmayor número <strong>de</strong> personas ypre servar esta colección, ya quelos usuarios no tendrán que manipu<strong>la</strong>rlos materiales al realizar<strong>la</strong> búsqueda y <strong>la</strong> selección <strong>de</strong>imá genes. Para ello, <strong>la</strong> Adabilleva rá a cabo <strong>la</strong> estabilización <strong>de</strong>5 mil imágenes y <strong>la</strong> catalogación<strong>de</strong> 25 mil más <strong>de</strong> <strong>la</strong> colección fotográfica<strong>de</strong> <strong>la</strong>s artes plásticas.Así, pau<strong>la</strong>tinamente el acervobibliográfico y documental podráser consultado vía electrónicapor <strong>la</strong> comunidad educativa,cultural y artística, y todos aquellosinteresados en estos temas.v e r t i c a lArchivoNueve o diez años <strong>de</strong>spués, <strong>la</strong>s cosas habían cambiado. Arturo y JoséLuis ya eran bibliotecarios, su trabajo constante era reconocido con unaoportunidad. Se generó un proyecto <strong>de</strong> gestar un área al interior <strong>de</strong> <strong>la</strong>biblioteca que se <strong>de</strong><strong>dic</strong>ara exclusivamente al fomento <strong>de</strong> <strong>la</strong> lectura. Enel<strong>la</strong> iniciamos <strong>la</strong> ingeniera Per<strong>la</strong> Martínez Murillo y un servidor. Una <strong>de</strong> <strong>la</strong>sprimeras acciones implementadas fueron los círculos <strong>de</strong> lectura con loscompañeros. La dinámica se modificó y el interés comenzó a centrarse en<strong>la</strong> manera a<strong>de</strong>cuada <strong>de</strong> leer en voz alta. El bibliotecario con más entusiasmofue José Luis. Hasta entonces, él consi<strong>de</strong>raba que leer en voz alta co -rrectamente era una cuestión genética, una virtud con <strong>la</strong> que se nace. Lecomentamos que el trabajo y <strong>la</strong> práctica eran <strong>la</strong>s herramientas que le permitiríandominar <strong>la</strong> técnica <strong>de</strong> esta modalidad <strong>de</strong> lectura.José Luis confesaba no ser lector. Es más, que no le gustaba leer. No recuerdocon c<strong>la</strong>ridad si surgió <strong>de</strong> él o <strong>de</strong> nosotros <strong>la</strong> inquietud <strong>de</strong> recomendarleun libro. En ese instante recordé mi paso por <strong>la</strong> secundaria, a <strong>la</strong>maestra Pastrana y Canasta <strong>de</strong> cuentos mexicanos. José Luis quedó atrapadopor los cuentos <strong>de</strong> Traven. Acabábamos <strong>de</strong> generar otra cuestión común<strong>para</strong> ambos: nuestro primer libro. El siguiente fin <strong>de</strong> semana José Luissacó en préstamo El perfume <strong>de</strong> Patrick Süskind —sí, José Luis ya habíatra mitado y utilizaba <strong>para</strong> él su cre<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong> préstamo a domicilio. Aprimera instancia me parecía un riesgo que un nuevo lector se enfrentaraa un texto cuyos referentes suponía estaban fuera <strong>de</strong> su alcance. Aunado aello, <strong>la</strong> tipografía me parecía podría ser un obstáculo (cuántas veces no hemosescuchado como pretexto o como preferencia que “<strong>la</strong>s letras estánmuy chiquitas”), pero finalmente eran prejuicios míos, porque el lunes,José Luis había leído completo el libro. ¡El perfume leído en dos días porun lector inicial! ¿y <strong>de</strong>cimos que no tenemos tiempo <strong>de</strong> leer?Posteriormente José Luis siguió leyendo y seguimos recomendando:Clemencia <strong>de</strong> Ignacio Manuel Altamirano, Días <strong>de</strong> pinta, rica antología <strong>de</strong>cuentos mo<strong>de</strong>rnos, y comenzó a apasionarse por <strong>la</strong> poesía. José Luis leíaen su casa en voz alta, al grado <strong>de</strong> que su esposa e hijos le preguntaban siestaba loco; su entrada a <strong>la</strong> biblioteca era a <strong>la</strong>s 9:00 horas y llegaba unahora antes, y en el silencio <strong>de</strong> <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> general se ponía a leer en voz alta. En<strong>la</strong> capacitación <strong>para</strong> Mis Vacaciones en <strong>la</strong> Biblioteca 2003, José Luis quisointegrarse con todo su entusiasmo <strong>para</strong> apren<strong>de</strong>r más. Así lo hizo y su <strong>de</strong>sempeñofue sobresaliente al grado <strong>de</strong> que al siguiente año <strong>la</strong> Dirección<strong>General</strong> <strong>de</strong> <strong>Bibliotecas</strong> <strong>de</strong>l Conaculta lo invitó a que cursara el Diplomadoen Promoción <strong>de</strong> <strong>la</strong> Lectura ofertado por <strong>la</strong> Asociación Mexicana <strong>para</strong> elFomento <strong>de</strong>l Libro Infantil y Juvenil, IBBY México. Ahora, no hay duda,José Luis es un lector y esto se refleja en <strong>la</strong>s bibliotecas <strong>de</strong>l municipio <strong>de</strong>Guadalupe, Zacatecas, don<strong>de</strong> es Coordinador y contagia el amor por loslibros y <strong>la</strong> lectura.Si un bibliotecario no es lector, si no conoce los libros, no podrá hacerre comendaciones. Por ejemplo, si una señora llega a <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> general y pi<strong>de</strong>un libro <strong>de</strong> García Márquez, un libro <strong>de</strong> cocina mexicana o Arráncame <strong>la</strong>vida <strong>de</strong> Ángeles Mastretta, sencil<strong>la</strong>mente recurre a los catálogos y asuntosolucionado. ¿Qué suce<strong>de</strong> si alguien nos solicita un libro <strong>para</strong> llorar, <strong>para</strong>reír, <strong>para</strong> leer en familia, <strong>para</strong> emocionarnos, <strong>para</strong> sentir miedo, <strong>para</strong> leeren el baño, <strong>para</strong> leerlo a <strong>la</strong> pareja <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> hacer el amor? Si el media -16 el BiBliotecario

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