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dogma-y-ritual-de-alta-magia-parte-1-dogma-eliphas-levi

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<strong>de</strong>sdichado asunto, todo el mundo estaba <strong>de</strong> buena fe, hasta Laubar<strong>de</strong>mont que,ejecutando ciegamente las sentencias prejuzgadas por el car<strong>de</strong>nal Richeliu, creíacumplir al mismo tiempo los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> un verda<strong>de</strong>ro juez, y sin sospechar que era uncriado <strong>de</strong> Poncio Pilato, cuanto menos posible le era ver en el cura, espfritu fuerte ylibertino, <strong>de</strong> San Pedro <strong>de</strong>l Mercado, un discípulo <strong>de</strong>Cristo y un mártir.La posesión <strong>de</strong> las religiosas <strong>de</strong> Louviers~ no es más que una copia <strong>de</strong> las <strong>de</strong> Loudun;los <strong>de</strong>monios inventan poco y se plagianios unos a los otros. El proceso <strong>de</strong> Gaufridi y<strong>de</strong> Magdalena <strong>de</strong> la Palud, tiene un carácter más extraño. Aquí son las mismas víctimaslas que se acusan así mismas. Gaufridi se reconoce culpable <strong>de</strong> haber quitado a muchasmujeres, por un simple soplido en las narices, la libertad <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse contra lasseducciones. Una joven y hermosa señorita, <strong>de</strong> familia noble, insuflada por él, refiere,con los mayores <strong>de</strong>talles, escenas en que la lujuria disfruta con lo monstruoso y logrotesco. Tales son las alucinaciones ordinarias <strong>de</strong>l falso misticismo y <strong>de</strong>l celibato malconservado. Gaufridi y su querida estaban obsesionados por sus recíprocas quimeras, yla cabeza <strong>de</strong>l uno reflejaba las pesadillas <strong>de</strong>l otro. El mismo marqués <strong>de</strong> Sa<strong>de</strong>, ¿no hasido contagioso para ciertas naturalezas <strong>de</strong>bilitadas y enfermas?El escandaloso proceso <strong>de</strong>l padre Girard es una nueva prueba <strong>de</strong> los <strong>de</strong>lirios <strong>de</strong>lmisticismo y <strong>de</strong> las singulares neuralgias a que pue<strong>de</strong> dar lugar. Los <strong>de</strong>svanecimientos<strong>de</strong> la Cadlére, sus éxtasis, sus estigmas, todo aquello era tan real como la insensatamaldad, tal vez involuntaria, <strong>de</strong> su director. Ella le acusó cuando él trató <strong>de</strong>abandonarla, y la conversión <strong>de</strong> esa joven fue una venganza, porque nada es tan cruelcomo los amores <strong>de</strong>pravados. Una po<strong>de</strong>rosa Corporación que intervino en el procesoGrandier para per<strong>de</strong>r en él al posible sectario, salvO al padre Girard, por el honor <strong>de</strong> laCompañía. Grandier y el padre Girard habían llegado al mismo resultado por víasdiametralmente opuestas, <strong>de</strong> cuyos hechos nos ocuparemos especialmente en el capítulo<strong>de</strong>cimosexto.Obramos con nuestra imaginación sobre la imaginación <strong>de</strong> los otros, por nuestro cuerposi<strong>de</strong>ral sobre el suyo y por nuestros órganos sobre sus órganos. De modo que, por lasimpatía, sea <strong>de</strong> atracción, sea <strong>de</strong> obsesión, nos poseemos los unos abs otros, y nosi<strong>de</strong>ntificamos con aquellos sobre quienes queremos obrar. Son las reacciones contra esedominio las que hacen suce<strong>de</strong>r, con frecuencia, a las más vivas simpatías las máspronunciadas antipatías. El amor tiene la ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar a los seres; ahora bien,al i<strong>de</strong>ntificarlos, los hace, a menudo, rivales y, por consecuencia, enemigos. Si el fondo<strong>de</strong> ambas naturalezas fuera <strong>de</strong> una disposición insociable, como lo sería, por ejemplo, elorgullo, saturar igualmente <strong>de</strong> orgullo a dos almas unidas, es <strong>de</strong>sunirlas haciéndolasrivales. El antagonismo es el resultado necesario <strong>de</strong> la pluralidad <strong>de</strong> los dioses.Cuando soñamos con una persona viva, es, o su cuerpo si<strong>de</strong>ral el que se presenta alnuestro en la luz astral, o por lo menos el reflejo <strong>de</strong> ese mismo cuerpo, y la forma enque nos sentimos impresionados por su encuentro nos revela, con frecuencia, lasdisposiciones secretas <strong>de</strong> esa persona a nuestro respecto. El amor, por ejemplo, mo<strong>de</strong>lael cuerpo si<strong>de</strong>ral <strong>de</strong>l uno a imagen y semejanza <strong>de</strong>l otro, <strong>de</strong> mOdo que el mediumanímico <strong>de</strong> la mujer es como el <strong>de</strong> un hombre, y el <strong>de</strong>l hombre como el <strong>de</strong> una mujer.Los cabalistas manifiestan este cambio <strong>de</strong> una manera oculta cuando dicen, al explicarun pasaje oscuro <strong>de</strong>l Génesis: «Dios ha criado el amor metiendo una costilla a Adán enel pecho <strong>de</strong> la mujer, y la came es un hueso <strong>de</strong> hombre, y el fondo <strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong>lhombre <strong>de</strong> came <strong>de</strong> mujer.» Alegoría es esta que no carece ni <strong>de</strong> profundidad ni <strong>de</strong>belleza.95

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