dogma-y-ritual-de-alta-magia-parte-1-dogma-eliphas-levi
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El hombre es el microcosmos o pequeño mundo, y según el dogma de las analogías,todo lo que está en el gran mundo se repite en el pequeño. Hay pues en nosotros trescentros de atraccion y de proyeccion fluidica; el cerebro, el corazón o el epigastrio,y elorgano genital. 5Cada uno de estos órganos es único y doble, es decir, que en ellos se halla la idea deltemario. Cada uno de esos órganos atrae por un lado y repele por el otro.Por medio de estos aparatos, nos ponemos en comunicación con el fluido universaltransmitido a nosotros por el sistema nervioso. Tambien esos tres centros son el asientode la triple operación magnetica, como explicaremos en otra parte.Cuando el mago ha llegado a la lucidez, sea por intermedio de una sonámbula, sea porsus propios esfuerzos, comunica y dirige a voluntad vibraciones magnéticas en toda lamasa de la luz astral, cuya corrientes adivina con la varita mágica. Esa es una varitamágica adivinatoria perfeccionada. Por medio de esas vibraciones, influencia el sistemanervioso de las personas sometidas a su accion, precipita o suspende las corrientes de lavida, calma o atormenta, cura o hace enfermar, da muerte, en fin, o resucita... Pero aquínos detendremos ante la sonrisa de la incredulidad. Dejémosle el triunfo fácil de negarlo que no sabe.Más adelante demostraremos que la muerte llega siempre precedida de un sueñoletárgico y que no se opera sino por grados; que la resurrección en ciertos casos, esposible, que la letargia es una muerte real y que muchos muertos acaban de morirdespués de su inhumanación.Pero no es de esto de lo que se trata en este capítulo. Decíamos, pues, que una voluntadlúcida puede obrar sobre la masa de la luz astral, y con el concurso de otras voluntadesque ella absorbe y que ella arrastra, determinar grandes e irresistibles corrientes.Decíamos también, que la luz astral se condensa o se ratifica, según que las corrientes laacumulen más o menos en ciertos centros. Cuando carece de energía para alimentar lavida, se producen enfermedades de descomposición súbita que causan la desesperaciónde la medicina. El cólera morbo, por ejëmplo, no obedece a otra causa, y las legiones deanimáculos observadas o supuestas, por ciertos sabios, pueden ser más bien el efectoque la causa. Sería, pues, necesario tratar el cólera por la insuflación, sien semejantetratamiento el operador no se expusiera a hacer con paciente un cambio demasiadotemible para el primero.Todo esfuerzo inteligente de la voluntad es una proyección de fluido o de luz humana, yaquí importa distinguir la luz humana de la luz astral, y el magnetismo animal delmagnetismo universal.Al servirnos de la palabra fluido, empleamos una expresión recibida y, tratamos dehacemos entender por ese medio; pero estamos muy lejos de decir que la luz latente seaun fluido. Todo nos induciría, por el contrario, a preferir en la explicación de este hechofenomenal, el sistema de las vibraciones. Sea lo que fuere, siendo esta luz elinstrumento de la vida, se fijará naturalmente en todos los centros vivientes; se adhiereal núcleo de los planetas como el corazón del hombre (y por su corazón, entendemos en5 Según la tradición taoista de la cual ya Levi ha hecho referencia previamente el cuerpo energetico delhombre posee siete centros de energia o chakras de los cuales tres de ellos conocidos como Tan Tienreciben y distribuyen la energia, estos quedan distribuidos aproximadamente al nivel del organo sexual elprimero; una pulgada por encima del ombligo, el segundo; y dentro del cerebro en el hipotalamo, eltercero.57
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El hombre es el microcosmos o pequeño mundo, y según el <strong>dogma</strong> <strong>de</strong> las analogías,todo lo que está en el gran mundo se repite en el pequeño. Hay pues en nosotros trescentros <strong>de</strong> atraccion y <strong>de</strong> proyeccion fluidica; el cerebro, el corazón o el epigastrio,y elorgano genital. 5Cada uno <strong>de</strong> estos órganos es único y doble, es <strong>de</strong>cir, que en ellos se halla la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>ltemario. Cada uno <strong>de</strong> esos órganos atrae por un lado y repele por el otro.Por medio <strong>de</strong> estos aparatos, nos ponemos en comunicación con el fluido universaltransmitido a nosotros por el sistema nervioso. Tambien esos tres centros son el asiento<strong>de</strong> la triple operación magnetica, como explicaremos en otra <strong>parte</strong>.Cuando el mago ha llegado a la luci<strong>de</strong>z, sea por intermedio <strong>de</strong> una sonámbula, sea porsus propios esfuerzos, comunica y dirige a voluntad vibraciones magnéticas en toda lamasa <strong>de</strong> la luz astral, cuya corrientes adivina con la varita mágica. Esa es una varitamágica adivinatoria perfeccionada. Por medio <strong>de</strong> esas vibraciones, influencia el sistemanervioso <strong>de</strong> las personas sometidas a su accion, precipita o suspen<strong>de</strong> las corrientes <strong>de</strong> lavida, calma o atormenta, cura o hace enfermar, da muerte, en fin, o resucita... Pero aquínos <strong>de</strong>tendremos ante la sonrisa <strong>de</strong> la incredulidad. Dejémosle el triunfo fácil <strong>de</strong> negarlo que no sabe.Más a<strong>de</strong>lante <strong>de</strong>mostraremos que la muerte llega siempre precedida <strong>de</strong> un sueñoletárgico y que no se opera sino por grados; que la resurrección en ciertos casos, esposible, que la letargia es una muerte real y que muchos muertos acaban <strong>de</strong> morir<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su inhumanación.Pero no es <strong>de</strong> esto <strong>de</strong> lo que se trata en este capítulo. Decíamos, pues, que una voluntadlúcida pue<strong>de</strong> obrar sobre la masa <strong>de</strong> la luz astral, y con el concurso <strong>de</strong> otras volunta<strong>de</strong>sque ella absorbe y que ella arrastra, <strong>de</strong>terminar gran<strong>de</strong>s e irresistibles corrientes.Decíamos también, que la luz astral se con<strong>de</strong>nsa o se ratifica, según que las corrientes laacumulen más o menos en ciertos centros. Cuando carece <strong>de</strong> energía para alimentar lavida, se producen enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>scomposición súbita que causan la <strong>de</strong>sesperación<strong>de</strong> la medicina. El cólera morbo, por ejëmplo, no obe<strong>de</strong>ce a otra causa, y las legiones <strong>de</strong>animáculos observadas o supuestas, por ciertos sabios, pue<strong>de</strong>n ser más bien el efectoque la causa. Sería, pues, necesario tratar el cólera por la insuflación, sien semejantetratamiento el operador no se expusiera a hacer con paciente un cambio <strong>de</strong>masiadotemible para el primero.Todo esfuerzo inteligente <strong>de</strong> la voluntad es una proyección <strong>de</strong> fluido o <strong>de</strong> luz humana, yaquí importa distinguir la luz humana <strong>de</strong> la luz astral, y el magnetismo animal <strong>de</strong>lmagnetismo universal.Al servirnos <strong>de</strong> la palabra fluido, empleamos una expresión recibida y, tratamos <strong>de</strong>hacemos enten<strong>de</strong>r por ese medio; pero estamos muy lejos <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que la luz latente seaun fluido. Todo nos induciría, por el contrario, a preferir en la explicación <strong>de</strong> este hechofenomenal, el sistema <strong>de</strong> las vibraciones. Sea lo que fuere, siendo esta luz elinstrumento <strong>de</strong> la vida, se fijará naturalmente en todos los centros vivientes; se adhiereal núcleo <strong>de</strong> los planetas como el corazón <strong>de</strong>l hombre (y por su corazón, enten<strong>de</strong>mos en5 Según la tradición taoista <strong>de</strong> la cual ya Levi ha hecho referencia previamente el cuerpo energetico <strong>de</strong>lhombre posee siete centros <strong>de</strong> energia o chakras <strong>de</strong> los cuales tres <strong>de</strong> ellos conocidos como Tan Tienreciben y distribuyen la energia, estos quedan distribuidos aproximadamente al nivel <strong>de</strong>l organo sexual elprimero; una pulgada por encima <strong>de</strong>l ombligo, el segundo; y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cerebro en el hipotalamo, eltercero.57