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Prólogo Entre aquí y allá. Las familias colombianas transnacionales

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<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>familiares de migrantes invocan perpetuamente la protección divina para el ser quemigró. Esto debe comprenderse históricamente dentro del contexto macrosocial dela forma en que se cimentó la modernidad latinoamericana, en tanto el concepto deAmérica Latina se construyó, en la segunda mitad del siglo XIX, como espacio religioso,el de “una América católica e hispánica, contrapuesta a otra América protestantey anglosajona” (Bastian 1994: 11). Por tanto, se podría sustentar que las prácticas religiosashan sido interiorizadas, en su mayoría, en la vida del “ser latinoamericano”, ytienden a ser develadas con mayor fuerza en condiciones en las cuales se hacen necesariaslas creencias para encontrar sentido a la existencia, ubicarla bajo la protecciónde una fuerza que nos trasciende y entregar nuestro porvenir a quien juzgamos capazde guiarlo. Estas condiciones son, entre muchas, las del hecho migratorio.Es así como, frente a la imposibilidad de actuar o intervenir en favor de los suyos,dada la distancia que los separa, los familiares del o de la migrante perciben a Dioscomo un intercesor a quien pueden recurrir para que vele por su ser querido. De algunamanera, para los que se quedaron en Colombia, Dios se presenta a sí mismo comoun poderoso vínculo comunicativo y afectivo con la persona que se fue, por cuantose le considera como un “puente” indispensable entre el “acá” y el “allá” para la realizaciónde una vida tranquila y armoniosa del o de la migrante, como lo ilustran lossiguientes relatos:Yo le pido mucho a Dios por ellos (Blanca); Lo primero que le pido a mi Dios es que él consigatrabajo (Edilia); Yo le doy gracias todos los días porque no me la deja aguantar hambre, nitecho ni nada; me le brindan, me dice: «Mami, a veces no tengo que hacer de comer porquecuando pienso hacer algo ya me tienen invitada», entonces yo digo: «Es mi Diosito el quehace esas cosas» (Eugenia); Yo sigo confiando en Dios, le pido mucho para que les vaya bien,yo sé que a ellos les va a ir bien porque son buenos hijos y todo (Aida); Yo todos los días se losencomiendo al Señor, le doy gracias de que por lo menos están bien y que tienen un trabajo,porque eso es muy duro (Mercedes).Estas invocaciones a Dios son renovadas en las oraciones cotidianas, en las novenasque se realizan y en las bendiciones que se dan, así como en las constantes recomendacioneshechas al hijo o la hija que migró a fin de que ubique a Dios en un lugarespecial de su existencia; ello se muestra en las siguientes narrativas:(…) yo le digo: «todos los días pídale mucho al señor para que Dios la guarde», eso sí le digosiempre que me llama: «Póstrese y órele mucho a Dios y verá», uno sin Dios, sufre; las depresiones...es porque uno no se acuerda de Dios; las tristezas... es porque no se acuerda uno deDios. Entonces yo siempre le digo eso, que desde que uno le de todas las mañanas gracias aDios, a cada momento, a cada instante, ahí viene la paz, la tranquilidad, no hay dificultades,no hay problemas (…) Dios da todas esas cosas; que uno se vuelve material, y cuando sevuelve material sufre la persona porque se aparta de la vida espiritual. Entonces yo le digo:«mamita es por eso, entonces busque a Dios, lea mucho la Biblia» (…) (Eugenia); Le enco-96

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