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Prólogo Entre aquí y allá. Las familias colombianas transnacionales

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<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Una activa participación tuvo también el hijo de Sonia en el proyecto migratorio de sumadre: Oscar siempre ha sido un niño muy inteligente a pesar de que no he estado conél. Entonces, cuando me salieron los papeles, me apoyó y me dijo que me fuera, aunqueha sido muy duro para los dos. Tuve su apoyo más que de nadie, por eso decidí, y dije:“ahí está mi futuro y el de mi hijo”.En la mayoría de los casos en que los hijos se quedan residiendo en el país de origen,son en última instancia las cuidadoras quienes influyen en la decisión final de migrar,pues son las personas que se comprometen a velar por el bienestar de los hijos e hijas.Así refiere Irene este suceso: “(…) pues voy a comentarle a mi mamá para ver”, puesella es la que me tenía que cuidar al niño y estaba de acuerdo.En el caso de algunas jóvenes, la opción de partir implicó conflictos familiares con lospadres, quienes subestiman las capacidades de sus hijas para desenvolverse por sucuenta en otro país y se resisten ante el hecho migratorio. Fue este el caso de Irene,quien relata así el proceso de toma de decisión: (…) mi papá no quiso porque él dijo:“claro, usted se va a meter a la prostitución”, eso fue lo primero que me dijo. España esEspaña, nadie va a estar pendiente de usted. Él tiene la mentalidad como negativa, entoncesél no me apoyó, y mi mamá me dijo que ella me apoyaba un ciento por ciento.Jaqueline, otra joven, consultó menos y prácticamente les impuso a sus padres ladecisión de migrar: Les reúno un domingo y les comento: “he decidido esto y esto”, esofue como un shock para ellos, y manejar esa situación fue bastante difícil. Con el doloren el alma, le dije: “mamá tengo que irme, lo lamento por ti, pero tengo que irme porquetengo que seguir mi vida y no creo que aquí pueda lograr salir de esto”.Al contrario de Irene y Jacqueline, que llevaron a cabo su proyecto a pesar de lasoposiciones, en otro caso, los padres obligaron a su hija a viajar pues la habían vistoen situaciones difíciles y querían un cambio en ella, como relata Lucía: mi papá fue elque me dijo que me viniera para acá. Es que como yo andaba en el aire, tenía 18 años,o sea que me daba igual, me invitaban para una parte y otra, y me iba; entonces, medio igual.Si bien migrar implica decidir la partida, podría afirmarse que algunos migrantesvivieron tan rápidamente este proceso que saltaron el charco y llegaron a España ydespués pensaron, como afirmó Edgar, o como le ocurrió a Augusto, quien abandonóun crucero en el que trabajaba cuando hizo parada en España, por lo que no contócon mucho tiempo para pensar en los pros y contras de esta decisión. Así lo relata:Con un amigo decidimos: “¿qué hacemos? ¡Volémonos! ¿En dónde? No, pues…”, podíamosbajarnos en cualquier lado, en Italia, en Grecia, donde se nos diera la gana. Llegóy dijo: “pues yo tengo un amigo en Valencia, voy a llamarlo a ver qué nos dice”. ¡Listo!88

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