Prólogo Entre aquà y allá. Las familias colombianas transnacionales
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El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migracióntrabajo y después salía con ellos por ahí, a andar o a jugar (…), o en el de Guillermo,de quien su esposa, Soledad, nos contó:(…) él siempre ha sido muy apegado a los niños y ellos a él, en la casa era muy juguetón, lesbrindaba mucho cariño a todos por igual; cuando me iba para el trabajo, él estaba pendientede todo, les dejaba hecho el almuerzo antes de irse a trabajar; cuando llegaban del colegio ytenían un trabajo, como él es técnico electrónico, les ayudaba a hacerlo (…).<strong>Las</strong> relaciones establecidas en este caso transcendían el vínculo parental, y tejíanlazos de amistad, tal como comentó Rocío, acerca de su padre: (…) la relación de nosotrosera muy fraterna, no era tanto papá e hija sino como amigos (…). Sin embargo,después de la migración algunas relaciones como la de Francisco con sus hijos y la deRocío con su padre se debilitaron. En palabras de ella, es como si la distancia hiciera elolvido, y los lazos de proximidad y confianza que existían antes se hubieran perdidoen el tiempo y el espacio. Esta pérdida de confianza entre los unos y los otros ha dificultadola expresión afectiva entre padres, hijos e hijas, tal como podemos observaren el relato de Francisco:(…) uno se descontrola en todo, con la familia, se va perdiendo el cariño de los hijos; unolos sigue queriendo pero ellos a uno, no; empezando que prácticamente no llaman sino el díaque necesitan dinero; incluso, cuando lo hacen, les digo: “joder, ahí sí llaman, ahí sí tienen adonde llamar” (…); entonces eso me tiene muy triste, porque prácticamente se acuerdan deuno es para que les mande (…).Además, las relaciones se reconfiguran, principalmente, en torno a un vínculo económicoque desplaza los sentimientos y emociones hacia un segundo plano, y reducela imagen del padre-amigo a la de padre-proveedor. A este respecto, Rocío noscomentó:(…) ahora no es lo mismo, uno se va distanciando de una persona y pues ya es la costumbre,más que un sentimiento (…). Y a pesar de que, obvio, el amor del papá es incondicionalpara uno, porque siempre estuvo ahí, ya no es como se dice “la relación de tú a tú”, eso vacambiando harto. Ahora se habla más por el compromiso económico, entonces cuando llamaes que mire que ahí le mando tanto para tal cosa y que tal otro; es diferente a la relaciónvivíamos antes.La comunicación se convierte así en el indicador del estado en el que se encuentranlas relaciones, puesto que durante los primeros años de la migración era más intensa,frecuente y duradera, y con el paso del tiempo termina siendo un intercambio depalabras distantes y frías, con alguien que se desconoce y con quien comúnmente elúnico tema es el dinero. Para los migrantes, los niños y niñas que dejaron son ahorahombres y mujeres cuyos gustos, necesidades, temores o sueños no conocen, por loque el “otro” se convierte en alguien ajeno y extraño.189