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Prólogo Entre aquí y allá. Las familias colombianas transnacionales

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<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Es importante aclarar que si bien los conflictos se presentan más comúnmente conrelación a las remesas que se deben destinar para el cuidado de los hijos e hijas, tambiénse dan porque éstas no son destinadas para los gastos que los y las migrantes handecidido previamente, como en el caso de Irene, quién nos contó: Mi mamá me dijoque estaba en una época difícil, entonces todo lo que yo estaba ahorrando, se lo gastótodo; y cuando llegué me sacó unos cuentos todos raros, que a la final, bueno, por nopelear con ella mejor me quedé callada, y me dio hasta rabia, como que no apoyan loque yo estoy ganando (…).Algunas de las estrategias que utilizan quiénes administran las remesas para evitar laaparición de conflictos son las que aparecen en estos relatos:Yo la mantengo a ella informada de todo lo que gasto y se lo mando por internet, este mes metocó gastar en esto, esto y esto; eso es mejor las cosas claras y el chocolate espeso (Dolores);(…) mi abuela es una persona bastante organizada, entonces ella hacía un libro de cuentasdonde anotaba absolutamente todo (Luisa).No obstante, en la mayoría de los casos se respetan los acuerdos hechos previamentey se confía en el criterio de los administradores y administradoras de las remesas, talcomo nos lo expresaron Sonia y Beatriz:(…) uno trata de manejar las cosas, uno envía; no sé cuánto son los gastos o cuánto se tieneque enviar, finalmente uno no se pone a pensar en eso porque se enloquece, entonces: “Bueno,mami, esto para esto, esto para esto y esto para esto”, y siempre salen más cosas. Ahí se lemanda lo de mi mami, le tengo que mandar para que vaya de San Gil, Santander, hasta Bogotá,y eso es plata; que se mueva, que haga, que llame, que busque, ella es prácticamente micontadora (risas) (Sonia); Ellos me hacen cuentas y todo, me dice: “gastamos tanto y tanto,y le tenemos factura”, y yo: “¡ay, mami, no sea tonta!, yo les mando para la casa, para quesalgan un día a almorzar o cosas así” (Beatriz).Los hermanos y las hermanas también son receptores de remesas sin necesidad de sercuidadores o cuidadoras, ya que en unos cuantos casos son quienes las administran einvierten en gastos que necesitan sus hijos e hijas, es decir, los sobrinos y/o sobrinasde los y las migrantes, o sencillamente porque quieren ayudarlos a cubrir algunasde sus necesidades, como hizo Sara, quién le envió dinero a su hermano para que élpudiera invertir en una vivienda.En unos pocos casos, los receptores son directamente los acreedores de sus familiares,como en el relato de Giovanna quién comentó: Yo llamo a Don Abelardo y le digo: “¿miabuelita le debe mucha plata?”, me dice: “sí”, yo le consignó a él; él va y le dice a miabuelita que no pague, porque yo ya le pagué.168

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