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Prólogo Entre aquí y allá. Las familias colombianas transnacionales

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Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>que estar en España ha hecho que se pierda momentos muy valiosos con sus hijos. Enrelación con el cuidado de éstos, la tranquiliza el que sea su esposo quien esté a cargo,pues aun cuando ella estaba en el país, era él quien más pasaba tiempo con ellos,por lo que ella se siente satisfecha con el rol de su esposo como padre. Los cambiosen los roles de género son evidentes y facilitan el rol de proveedora de la madre. Noobstante lo anterior, también entra en profunda tristeza, como comenta respecto a losmomentos difíciles que vive. Igualmente, resuelve la ambigüedad de la pérdida conla esperanza de una reunificación familiar.3.2.2. Cuando los padres lloran: sentimientos y expresiones afectivasentre los padres, hijos e hijasLos relatos de los padres acerca de los sufrimientos por las pérdidas, ocasionadas porla migración de hijos e hijas, emergen con menos frecuencia, si se comparan con losde las madres. Sin embargo, tanto los/las migrantes como los padres entrevistadosen Colombia, rememoran la expresión de sus afectos y haber compartido con muchosde ellos llantos, debido al resquebrajamiento que la separación de los hijos e hijasgeneraba. Esto es lo que comenta Irene, una joven migrante: Mi papá no fue a despedirme,le dio la chillona y no fue, porque no estaba de acuerdo con eso, pues él quiereque progrese pero que esté con mi hijo, que esté yo con él. El dolor manifestado en losrelatos permite afirmar que los hombres también lloran y buscan variadas estrategiaspara manifestar los afectos ante la partida de sus hijos e hijas e incluso alcanzan mejorcontacto comunicativo después que estos últimos han emigrado. Así refiere estaexperiencia Giovanna, otra joven migrante: Con el que más contacto tengo es con mipapá; increíblemente es con él, porque esperé de todas las personas menos de él, que mellama cada tercer día, cada cuatro días a cantarme, a decirme poesías.Así nos habla Darío sobre su hijo migrante: (…) uno sabe que está allá, pero no creeque él falte a la casa. Yo pienso que está trabajando aquí, que él va a llegar y que va avenir a comer. Yo desearía tenerlo siempre y abrazarlo. Aunque su hijo inició su procesocomo migrante hace 7 años, tiene relación de pareja estable y un hijo en España, supadre aún no ha cambiado su habitación, actúa como si no se hubiera ido. Iván respondeencontrando otras formas de comunicarse, como nos lo relata:La primer vez que yo llegué acá le escribí a mi padre un carta de cinco hojas por cara y cara,que me tocó parar como unas cuatro o cinco veces a llorar, porque en ella le escribía minuciosamente,como a él le gusta, desde el momento en que me bajo del avión y lo que empiezoa ver. Precisamente, estuvimos hablando hace como quince o veinte días con mi padre y lecomenté sobre esa primera carta y me dice: “yo la he leído como cuatro o cinco veces y cadavez que la leo, lloro”. Se han engrosado tanto los lazos sentimentales con mi papá que noshacemos mucha falta.127

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