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Prólogo Entre aquí y allá. Las familias colombianas transnacionales

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<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>A causa de la idealización de las relaciones y de las personas en los recuerdos, elretorno y el reencuentro pueden llegar a ser decepcionantes, pues la vida familiar esun espacio donde existen las sensaciones de camaradería y se comparten los afectos,pero hay también conflictos y desafectos. Cuando con los sentimientos se idealiza, seimpide reconocer a las personas como seres corporales y se tiende más bien a convertirlasen ángeles sin problemas ni defectos, y entonces las relaciones cotidianas secomplican más. A este proceso se refiere Gonzalez V. (2007: 80):En ocasiones el inmigrante sobredimensiona e idealiza el país de origen cultivando unaforma errónea de nostalgia como refugio y resistencia protectora frente a las agresionesdel nuevo medio. No se trata de una conservación de las raíces, sino que el nostálgicoretrasa la reestructuración de su nueva vida tanto más cuanto más prolonga sus duelos(duelo crónico).Ante las situaciones descritas, nos preguntamos entonces sobre las expresiones delos afectos en las distancia. En primer término, encontramos que se desahogan a travésdel llanto, manifestando así el dolor. En segundo lugar, observamos que a partirde la separación, no sólo se reconocen los lazos antes poco apreciados, sino que seacentúan las expresiones de afecto durante las conversaciones, lo cual sorprende alos entrevistados y entrevistadas, pues estas no se manifestaban en el trato diariocuando convivían en el mismo país. Según dicen, la convivencia diaria hace que nosacostumbremos a vernos o simplemente, a no reconocer los afectos, pues se sientencomo obvios. Por ello, Clara, una madre en el país de origen, afirma refiriéndose asus hijos migrantes: Me parece que me quieren más de lejos que de cerca. Pablo, hijomigrante, anota: (…) diciéndoles las cosas que nunca les podía decir allá, como que losamo. Javier: (…) nunca le dije de frente a mi mamá, “la amo”. Hoy en día lo hago conella y con mi papá. Giovanna, joven migrante, plantea: No puedo usar el internet, porqueellas siempre me ven y lloran todas. Mi abuelita llora, mi mamá llora. Edilia, madrede un migrante, dice: Ahora mismo yo le digo: “te quiero mucho, te amo”, y él me va aresponder, lo que antes nunca hacía.A propósito de esto, González V. (2006: 84) define que en la migración se presenta unduelo recurrente, o sea, una herida abierta que se reactiva 30 con gran facilidad.Por ello, aduce que con frecuencia algunos(as) migrantes se estancan en las fases detristeza y dolor intenso, mientras otros(as) van resolviendo ese duelo a pesar de lanostalgia, y logran así una mayor incorporación en el país de destino.Esta dimensión incorpora una enorme complejidad al proceso de elaboración ya que elduelo siempre se está reabriendo: el contacto telefónico, internet, los viajes esporádicos,la llegada de paisanos hacen que el vínculo se reavive. Más recurrente se vuelve el duelo30La negrilla es nuestra.118

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