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Prólogo Entre aquí y allá. Las familias colombianas transnacionales

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<strong>Entre</strong> aquí y allá<strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>


Yo l a n d a Pu y a n a Vi l l a m i z a rAy d a Ju l i e t h Mo t o a Fl ó r e zAd r i a n a Viviel Ca s t e l l a n o s<strong>Entre</strong> aquí y allá<strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>


Puyana Villamizar, Yolanda; Motoa Flórez, Ayda Julieth; Viviel Castellanos, Adriana<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Bogotá. Fundación Esperanza. 2009.260 p.ISBN: 978-958-97407-4-31. FAMILIAS. 2. FAMILIAS TRANSNACIONALES. 3. MIGRACIÓN INTERNACIONAL.4. MIGRACIÓN COLOMBIANA. 5. REDES FAMILIARES. 6. VÍNCULOS FAMILIARES YMIGRACIÓN.<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>ISBN: 978-958-97407-4-3Primera edición: Junio, 2009© 2009, FUNDACIÓN ESPERANZADirector GeneralOSCAR GÓMEZ D.Directora BinacionalProyecto SECEMIMARÍA CLARA APONTE L.Director NacionalProyecto SECEMIJAIRO MUÑOZ M.EdiciónFERNANDO RUIZ V.UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIAFACULTAD DE CIENCIAS HUMANASCENTRO DE ESTUDIOS SOCIALESDirectorJAVIER SÁENZ OBREGÓNCoordinación EditorialASTRID VERÓNICA BERMÚDEZDEPARTAMENTO DE TRABAJO SOCIALDirectoraZULMA CRISTINA SANTOSDiagramación e impresión:EDITORIAL CÓDICE LTDA.Cra. 15 No. 54-32 Int.: 1 Bogotá, D. C.casaeditorial@etb.net.co“El contenido de la presente publicación es responsabilidad de las autorasy no compromete a la Comisión Europea”.Esta publicación es posible gracias al apoyo de UNIÓN EUROPEA al proyectoSERVICIO COLOMBO ECUATORIANO DE MIGRACIONES - SECEMI


AGRADECIMIENTOSEste trabajo es el resultado de un esfuerzo compartido en el que nuestras trayectoriasacadémicas particulares contribuyeron a construir un rico debate sobre el tema de la familiaen el contexto de la migración internacional. El hecho de escribir una investigacióna varias manos constituye un reto personal y colectivo, ya que las ideas propias se confrontancon las de las demás, pero siempre logramos superar las tensiones intelectualescon el fin de enriquecer la discusión en torno a este estudio.Empero, esta investigación no hubiera podido concretarse sin la participación activa dehombres y mujeres, migrantes y familiares, que nos ofrecieron un espacio valioso parapenetrar en sus vidas y relatar sus experiencias, empapadas por una multitud de emocionesy sentimientos que conviven: el sufrimiento de la separación, la alegría de los reencuentros,las penas de lo cotidiano, los sueños del futuro. A ellos y ellas, a todos aquellosy aquellas que emprendieron una nueva vida lejos de los suyos y a todos y todas los que,a pesar de la distancia, reconstruyen incesantemente la idea que tenemos de la familia enel vivir transnacional, dedicamos el fruto de este trabajo de largo aliento.Agradecemos a la Universidad Nacional de Colombia y a la Fundación ESPERANZA porel interés que muestran en la problemática de la familia transnacional y la migracióninternacional, en pro del fortalecimiento de la discusión sobre un problema que afectaa miles de colombianos y <strong>colombianas</strong> que dejan su país en busca de un futuro mejor,lo cual, a su vez, tiene profundas implicaciones sobre sus familiares. La preocupaciónde estas dos entidades por visibilizar la realidad social que queda plasmada en estelibro, insuficientemente abordada en Colombia, constituye una etapa importante paralograr una mayor toma de conciencia por parte del gobierno nacional y de la sociedadcivil de la problemática migratoria. Expresamos nuestra gratitud a estas entidadespor permitirnos poner sobre el tapete los temas de migración internacional y familiatransnacional como problemas actuales eminentemente complejos, que deben penetrarel debate político colombiano.Asimismo, queremos agradecer la colaboración de Claudia Clavijo y Doris Ayala, quienesrecopilaron los testimonios de vida de migrantes colombianos y <strong>colombianas</strong> en España,5


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>eslabón indispensable para entrar en contacto con nuestros relatantes en Colombia. Dela misma manera, extender nuestra gratitud a Yenny Cuartas en el Valle del Cauca y aSaida Merchán en Santander, quienes nos ayudaron en la realización de las entrevistasen dichos departamentos. Damos gracias a Patricia Quiroz y Alejandra Rojas por sucolaboración en la transcripción de las entrevistas y en otras labores durante la sistematizaciónde la información.Igualmente, agradecemos a Fernando Tunarrosa por su apoyo y asesoría para la elaboracióny manejo de la base de datos en la que recopilamos la información socio-demográficade los entrevistados y las entrevistadas. Nuestro reconocimiento especial paraFrançois-Xavier Tinel por su desinteresada ayuda durante el desarrollo de este trabajo,sus pertinentes críticas, sus aportes teóricos y las conversaciones que contribuyeron aenriquecerlo constantemente.Finalmente, los mejores pensamientos están dirigidos a nuestras <strong>familias</strong> por su apoyoincondicional, paciencia, comprensión, y por ser, para cada una de nosotras, un refugiopermanente.6


ContenidoPág.Prólogo......................................................................................................... 11Presentación................................................................................................. 15Introducción................................................................................................. 17Capítulo 1LA MIGRACIÓN INTERNACIONAL Y LAS FAMILIAS TRANSNACIONALES:UN ACERCAMIENTO CONCEPTUAL1.1. Sobre la migración internacional......................................................... 271.1.1. Migración, globalización y desarrollo....................................... 291.1.2. Enfoques desde las ciencias sociales sobre la migración y las<strong>familias</strong>.................................................................................... 341.2. La migración internacional desde Colombia........................................ 371.3. España como destino de migrantes...................................................... 391.4. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>................................................................. 411.4.1. <strong>Las</strong> categorías y los cambios de las <strong>familias</strong>............................. 421.4.2. Familias <strong>transnacionales</strong> en hogares dispersos......................... 451.4.3. La perspectiva de género en la migración internacional........... 48Capítulo 2LA DECISIÓN DE MIGRAR: CONCEPCIONES Y EXPERIENCIASDE LOS Y LAS MIGRANTES2.1. Caracterización de la población migrante y sus familiares en Colombia... 522.2. El escenario previo a la migración....................................................... 582.2.1. Causas externas en el país de origen: “sólo trabajandopara comer…”.......................................................................... 602.2.2. Causas internas antes de migrar............................................... 667


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>2.2.3. Expectativas en torno a la migración internacional: “la vidanos da buenas y malas pasadas”............................................... 672.2.4. Toma de decisión de migrar: proyectos consensuados yconflictivos............................................................................... 862.3. <strong>Las</strong> redes familiares en los países de origen y destino: “todos laapoyamos al hacer la maleta”.............................................................. 892.3.1. Redes personales: el apoyo de otros y otras migrantes............. 922.4. Migración y religiosidad: “le pido a Dios…”........................................ 942.5. Conclusiones........................................................................................ 97Capítulo 3LOS VÍNCULOS EN LAS FAMILIAS TRANSNACIONALES3.1. <strong>Las</strong> representaciones sociales o creencias sobre la dinámica familiary los/las migrantes............................................................................... 1003.2. Sentimientos y expresiones afectivas entre los y las integrantes delgrupo familiar...................................................................................... 1093.2.1. Cuando las madres lloran: sentimientos y expresiones afectivasentre las madres, hijos e hijas.................................................. 1213.2.2. Cuando los padres lloran: sentimientos y expresiones afectivasentre los padres, hijos e hijas................................................... 1273.2.3. La paternidad transnacional..................................................... 1283.2.4. “Sé que me extrañan muchísimo”: sentimientos de los hijose hijas de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>...................................... 1303.2.5. Ambos lloran: las parejas se manifiestan el cariño................... 1313.2.6. Los refugiados: un dolor doble, triple o recurrente.................. 1323.3. La comunicación en la familia transnacional...................................... 1343.3.1. Medios para la comunicación: sensaciones de cercanía aunquevivan en otro lado del mundo.................................................. 1363.3.2. Momentos, frecuencia y estrategias para la comunicación....... 1383.3.3. Temas de conversación y ocultamientos................................... 1413.4. Relaciones económicas en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>........................ 1543.4.1. Remesas familiares desde España hacia Colombia................... 1553.4.2. Remesas familiares desde Colombia hacia España................... 1753.4.3. Flujo transnacional de remesas colectivas................................ 1763.5. Conclusiones........................................................................................ 1788


ContenidoCapítulo 4EL ANTES Y EL DESPUÉS DE LAS FAMILIAS TRANSNACIONALES.CAMBIOS A PARTIR DE LA MIGRACIÓN4.1. Relaciones entre padres, madres, hijos e hijas..................................... 1824.1.1. Cuando el hijo o hija migra...................................................... 1824.1.2. Cuando el padre y/o madre migra........................................... 1874.2. La organización del cuidado de los hijos e hijas................................... 2004.2.1. Hijos e hijas provenientes de <strong>familias</strong> nucleares....................... 2014.2.2. Migrantes que son madres solteras.......................................... 2074.3. Cambios en las relaciones de pareja..................................................... 2104.4. Reorganizaciones familiares en torno al trabajo doméstico................. 2174.4.1. Distribución del trabajo doméstico antes de la migración........ 2174.4.2. “Me tocó hacer de todo…”....................................................... 2184.5. Conclusiones........................................................................................ 221Conclusiones................................................................................................. 225Recomendaciones......................................................................................... 233Bibliografía ................................................................................................. 2459


10<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>


Prólogo<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong> es un libro pioneroen el contexto de las investigaciones recientes sobre las migraciones internacionalesde colombianos. A través de las narrativas de las <strong>familias</strong>, las investigadoras YolandaPuyana Villamizar, Ayda Julieth Motoa Flórez y Adriana Viviel Castellanos lograncabalmente su intención de comprender desde un marco amplio la complejidad delas experiencias de distintos miembros de las <strong>familias</strong> desde una perspectiva transnacional.Los relatos nos permiten conocer y comprender de manera sistemática ysincera las experiencias de las <strong>familias</strong> viviendo en Colombia y en España en aspectosrelacionados con las migraciones, al mismo tiempo que el análisis devela realidadesocultas y deconstruye estereotipos sobre los migrantes colombianos.Tal vez ya es conocido para algunos mi interés especial y gusto hacia las narrativascomo forma de estudio e interpretación de la realidad social. Así mismo consideroimprescindible contar con estudios rigurosos que den cuenta de las realidades de lossujetos sociales. Por estas razones me alegra y siento que es un honor haber sido invitadaa escribir este prólogo.El trabajo de campo, basado en entrevistas a <strong>colombianas</strong> y colombianos en Españay a diferentes personas de su grupo familiar en Colombia, asume y documentasus vidas y cotidianidades como <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> y como actores en diferentespapeles. En este sentido, bajo un concepto amplio, complejo y dinámico de familia,a través de las narraciones escuchamos de primera mano las voces particulares ydiversas de las madres, los padres, las abuelas, las hermanas, los hijos, las hijas, loshermanos, los abuelos, las tías y también de amigos y amigas.El tejido de las voces diversas que logran las investigadoras a lo largo del libro,producen al final un documento en el que las diferentes experiencias y significados,las alegrías, los dolores, los silencios, los sufrimientos y los matices de vida, se articulanpresentando realidades complejas que cuestionan estereotipos y afirmaciones11


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>simplistas o mecanicistas sobre quienes escogen buscar oportunidades en otros paísesy sobre sus familiares que se quedan en Colombia. A continuación quiero mencionaralgunos.La idea de la desintegración familiar que algunos argumentan que ocurre comoconsecuencia de la migración de uno o ambos progenitores y que ha sido cuestionadapor diversos autores, entre otros Michel Gamburd, Alexandra Escobar García yNinna Sørensen 1 , queda bastante debilitada cuando se contrasta con los relatos delos participantes en origen y destino. Aunque hay voces que hablan de separaciones,distanciamientos y relaciones frágiles, las narraciones también cuentan sobremadres y padres que, a través de la distancia, protegen y cuidan a sus hijos con lasremesas y comunicaciones frecuentes; relatan historias de hijos e hijas que protegeny cuidan a la madre y hermanos y que sueñan con darles alivio económico y emocional.Y sorprendentemente también revelan cómo la distancia física ha significadoacercamiento emocional y facilidad de expresar cariño y emociones que no eranposibles antes.De manera semejante cuestiona algunas ideas que todavía persisten sobre losfactores económicos como elementos definitorios de las migraciones internacionales.La diversidad de relatos documenta para el caso de los colombianos, lo que ha sidoplanteado por otros investigadores en el campo de las migraciones como CarolinaBrettell y Nancy Foner 2 : La decisión de migrar, aunque relacionada con condicioneseconómicas, va más allá de una relación de factores estructurales puesto que las razonespersonales, las redes de apoyo social, los sueños individuales y la capacidad deagencia, son también determinantes en el momento de decidir.De manera similar, las voces de las hijas e hijos hablando algunos de su sueñode ir a vivir con su progenitor migrante y otros de su desinterés frente a tal posibilidad,tienen la capacidad de cuestionar el mito y los estereotipos de la familia unida.En este sentido, los relatos de los participantes en este estudio se unen a los quepresentan otros investigadores que analizan las tensiones y conflictos de las <strong>familias</strong>1Ver sus estudios: Gamburd, Michele R, 2008, Milk Teeth and Jet Planes: Kin Relations in Families of SriLanka´s Transnational Domestic Servants. City & Society 20(1):5-31. - Escobar García, Alexandra, 2008,Tras las Huellas de las Familias Migrantes del Cantón Cañar. En América Latina Migrante: Estado, Familias,Identidades. Gioconda Herrera y Jacques Ramírez, eds. Pp. 243-258. Quito: FLACSO, Sede Ecuador. Ministeriode Cultura del Ecuador. - Sørensen, Ninna Nyberg, 2008, La Familia Transnacional de Latinoamericanos/asEn Europa. En América Latina Migrante: Estado, Familias, Identidades. Gioconda Herrera y JacquesRamírez, eds. Pp. 259-279. Quito: FLACSO, Sede Ecuador. Ministerio de Cultura del Ecuador.2Ver: Brettell, Caroline B., 2000, Theorizing Migration in Anthropology. En Migration Theory. Caroline B.Brettell y James F. Hollifield, eds. Pp. 97-135. New York: Routledge; y Foner, Nancy, 1997, The ImmigrantFamily: Cultural Legacies and Cultural Changes. International Migration Review 31(4):961-974.12


Prólogo<strong>transnacionales</strong> 3 y que cuestionan los supuestos de una familia nuclear y funcionalcomo ideal de normalidad.Encuentro valioso el lugar relevante que las investigadoras dan al análisis de lossentimientos. Nos cuentan sobre afectos y emociones relacionados con la experienciamigratoria como son la soledad, la tristeza y el dolor; y también develan otros comola incertidumbre, el sentirse incompleto, los silencios, el desgarramiento, y mecanismosconstruidos en el dolor de la distancia como la exaltación de la madre y otrasformas de idealización. En el momento de pensar en políticas y acciones que puedanayudar a aliviarlos, es necesario también tener en cuenta estas emociones y los maticesparticulares asociados a la experiencia migratoria.Otro aporte que quiero resaltar son las ambivalencias que las investigadorasidentifican a lo largo de los relatos y que marcan la vida de los migrantes: Deseos deirse y de quedarse, sentimientos de soledad y deseos de libertad e independencia y elcosto del dolor emocional por ganar bienestar económico.Un valor adicional a la comprensión de la experiencia migratoria, se encuentraen la posibilidad que da el estudio de vislumbrar otros fenómenos de las realidadesfamiliares como las relaciones entre hermanos y entre padres e hijos; la fuerza quetienen el amor, la autoridad y la sumisión en estas relaciones, y el papel del deseo desatisfacer los sueños de la madre, como motivador en la vida de los hijos.Finalmente, comparto y celebro el interés de las autoras en realizar investigacionesen las que el papel central lo tengan las voces de los actores sociales. <strong>Las</strong>recomendaciones finales, dan muestra además del propósito de aportar elementosconcretos para el diseño de políticas y programas que contribuyan al bienestar, lasolución de problemas y la calidad de vida de las y los colombianos viviendo en otrospaíses y de sus <strong>familias</strong> acá.Ma r í a Cl a u d i a Du q u e Pá r a m o. PhDProfesora TitularPontificia Universidad JaverianaBogotá, junio de 20093Foner, Nancy, 2009, Introduction: Intergenerational Relations in Immigrant Families. En Across Generations.Immigrant Families in America. Nancy Foner, ed. Pp. 1-20. New York University Press.13


14<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>


PresentaciónEl 12 de enero del presente año, el diario El Tiempo publicó la noticia En zonacafetera, 50 mil niños están creciendo sin sus padres, quienes migraron a otros países.Con base en los resultados de un estudio de la Procuraduría, el artículo llamó la atenciónsobre un tema de incipiente interés en la región, denominado; “los huérfanos depadres vivos”; ¿qué tan cierta es esta afirmación?Muchos de los flujos migratorios no son de <strong>familias</strong> enteras, generalmente unosmiembros de la familia permanecen en el país, mientras otros establecen su residenciaen el exterior buscando horizontes alternativos para el bienestar del grupo,viviendo así una experiencia trasnacional. Este tema no es nuevo. Por el contario,es motivo de preocupación permanente para diversas instituciones 1 que como laFundación ESPERANZA, trabajamos en favor del ejercicio de los derechos humanosen contextos de movilidad, con un enfoque de género en donde la familia y la niñezocupan un lugar central en sus estrategias de intervención e investigación.En esta dirección presentamos a la sociedad colombiana la obra: <strong>Entre</strong> aquí yallá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>, llevado a cabo en el marco del proyectoServicio Colombo-Ecuatoriano de Migraciones de la Fundación con apoyo de la UniónEuropea. Sin lugar a dudas, el libro es una contribución importante a los estudios sobrelas migraciones internacionales y las <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong>; a su vez, es un insumorelevante para la gestión de políticas públicas efectivas en el campo de la movilidadhumana.Este estudio de carácter cualitativo con base en entrevistas a profundidad en variasciudades del país/destino: España y del país/origen: Colombia; con el desplieguede una gama muy variada de historias de vida, individuales y grupales, ha permitido a1Se han realizado dos seminarios (el primero en la ciudad de Pereira en octubre de 2008, y el segundo enBogotá en marzo de 2009) sobre estos temas, constituyéndose la Red Andina de Niñez, Familia, Género yMigración, que convoca diversas entidades como la Fundación ESPERANZA, la Cancillería de Colombia, laRed de Universidades Públicas del Eje Cafetero ALMA MATER, la Universidad JAVERIANA, entre otras.15


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>las investigadores, pese al universo no extenso de estudio: 41 grupos familiares <strong>transnacionales</strong>,detectar la variedad de aristas de la vida transnacional y establecer lascorrespondientes recomendaciones en función de una migración saludable. Ante todo,se obtiene una tesis básica: la condición transnacional de una familia es una estrategiacuya comprensión exige analizar la secuencia histórica –el “antes” y el “después”– delgrupo, encontrándose como explicación subyacente, que las migraciones no son unasunto individual, sino que involucra necesariamente factores de orden colectivo talescomo las redes familiares, los vínculos afectivos, la comunicación interfamiliar, los lazoseconómicos entendidos como procesos físicos y simbólicos de relación, e incluso elproyecto migratorio que es compartido por todo el núcleo.Es de resaltar que en este estudio aparece la voz de los migrantes pocas vecesescuchada en las discusiones académicas y políticas. El libro nos acerca a las subjetividadesy a las narrativas de los y las protagonistas de los hechos migratorios. En él podemosapreciar: los sentimientos de ambivalencia constantes; las reconfiguraciones enlos roles y en las identidades al interior de la familia; las comunicaciones en la distanciaque unen, pero pueden generar “cierta frustración y fomentar la melancolía al sentirsetan cerca pero a la vez tan lejos, al poder ver y escuchar pero no abrazar”; las remesasque además de ser un aporte económico, “son formas de expresar el afecto y el amor”;entre otros aspectos que se desarrollan refinadamente a lo largo de la obra.Concebido desde el inicio como una herramienta para la acción y para la intervencióna distintos niveles, el libro incluye recomendaciones que pueden ser re-creadaspor el lector. La Fundación ESPERANZA, hace hincapié en los siguientes tópicos: incluirde forma transversal la familia en los planes, programas y proyectos sobre migracióninternacional; realizar un trabajo mancomunado con los medios de comunicaciónpara visibilizar las realidades de esta familia, garantizando un tratamiento mediáticolibre de valoraciones negativas, que culpabilicen los actores de la migración (v.gr:“huérfanos de padres vivos”); desarrollar programas de acompañamiento psicosociala los integrantes de las <strong>familias</strong> con experiencia migratoria, considerándolos sujetosactivos; promover en los Proyectos Educativos Institucionales de los colegios el temamigratorio, enfatizando su relación con la <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Finalmente en laagenda investigativa, vislumbra estudios que consideren la interrelación de la familiatransnacional detallando las variables de edad, género y procedencia regional.Indudablemente, las investigadoras Yolanda Puyana, Ayda Julieth Motoa yAdriana Viviel, trazaron con este estudio caminos para la tarea de la Fundación, deconocer y apoyar los procesos de movilidad humana a partir del grupo familiar.Ja i m e Cr u z Ri n c ó nFe r n a n d o Ru i z VallejoFundación ESPERANZAJunio de 200916


Introducción“Llegué a Barcelona a vivir en un apartamento oscuro y de techos aplastantesen días de invierno gris y lento. Salía apenas lo necesario para comprar el pan,y volvía a mi cueva a escribir; pero sobre todo a llamar por teléfono.Vivía 48 horas diarias: 24 en el país y 24 aquí. (…) echaba de menos a mi gente,las travesías por las cordilleras y los Llanos, y me hacían falta hasta mis enemigos”.(Al f r e d o Mo l a n o, 2005)El flujo constante y creciente de migrantes latinoamericanos hacia América del Nortey Europa, en particular a España (López de Lera y Oso, 2007: 41), ha vuelto aponer sobre el tapete, en la última década, el tema de la migración internacional. Enel caso de Colombia, los datos recientes indican la necesidad de abordar el fenómenomigratorio y sus implicaciones, ya que desde la década del 90 del siglo anterior, lastasas emigratorias hacia otros países mostraron un aumento significativo. El DepartamentoAdministrativo Nacional de Estadística –DANE–, con base en la informaciónrecolectada en el Censo de 2005, calculó que un total de 3.331.107 colombianos y<strong>colombianas</strong> se encontraban viviendo en el exterior, ubicándose en su mayoría enpaíses que ofrecen mejores condiciones laborales, los cuales, según la fuente censal,fueron: Estados Unidos (35.4%), España (23.3%) y Venezuela (18.5%). Similar informaciónpresenta la Encuesta Nacional de Demografía y Salud, realizada por Profamilia(Ojeda, Ordoñez y Ochoa, 2005), en la que se calcula que un 4% de los hogarescolombianos tienen algún miembro en el exterior.Con relación a la migración de colombianos a España, Aparicio (2006) analiza losresultados de una encuesta aplicada a 1.001 colombianos(as) en ese país 1 . En estetexto se proporcionan cifras oficiales de los y las inmigrantes que tienen documentos1Esta encuesta fue realizada en el año 2003 por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la OrganizaciónInternacional para las Migraciones (OIM), con el patrocinio de la Embajada de Colombia en Madrid.17


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>en regla, los cuales sumarían 90 mil a fines del 2002, y agrega que se calculan entre100 y 180 mil los inmigrantes que no tienen documentación completa, para un totalde 190 mil a 270 mil colombianos y <strong>colombianas</strong> residentes en España, que para eseaño constituyen el 5,6 por mil de la población total española.Con base en el incremento de la diáspora colombiana hacia España, han surgidonumerosas investigaciones en Colombia sobre este fenómeno, las cuales se han enfocadosustancialmente en los antecedentes y causas de la migración, los lugares dedestino de los emigrantes y las características socioeconómicas y socio-demográficasde su proceso de asentamiento, las repercusiones de la migración en el contexto socioeconómicocolombiano, la migración forzada y la política migratoria 2 .Pese a la prolífica producción académica sobre esta temática en el país, resalta elcarácter incipiente de los estudios acerca de la familia en el ámbito migratorio, adiferencia de naciones como Ecuador y México o regiones como el Eje Cafetero en Colombia,precursores en el tema. Empero, es esencial señalar que hablar de migraciónimplica superar una visión simplificada de esta como flujos individuales, por lo queconsideramos importante analizar la migración en su dinámica multidimensional,con consecuencias macro y microsociales que atraviesan los ámbitos tanto individualescomo colectivos. En este sentido, cobra particular relevancia el tema de la familiaen el contexto migratorio puesto que esta se encuentra en la encrucijada de proyectosindividuales y colectivos.En el marco de la migración, la familia, como grupo humano basado en el intercambio,en la interdependencia material y afectiva entre sus miembros, a quienes unenlazos de sangre, de afecto, de adopción y de tipo social (Lee, 1982), tiende a transformarseen una unidad transnacional que abarca hogares físicamente localizados enmás de un país, por lo que las relaciones en su interior experimentan transformacionesy sus miembros utilizan estrategias para afrontar la separación y lograr que susvínculos se extiendan y persistan a través de la distancia y el tiempo (Landolt, 2006;Falicov, 2002).Es así que al abordar las interacciones y transformaciones familiares desde las narrativasde dos miembros de una misma familia, que al residir en países diferentesbrindan un relato simultáneo de su experiencia ante la migración, ofrecemos dentrodel contexto colombiano una visión renovada de la naturaleza compleja y cambiantedel fenómeno migratorio en esta época de globalización.2Véase Motoa (2008), quien realiza un estado del arte en Bogotá, sobre los temas abordados por las investigacionesacerca del fenómeno migratorio en Colombia.18


IntroducciónEn otras palabras, en esta investigación exploramos los complejos vínculos que setejen, mantienen y reconstruyen dentro de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> que se constituyene interactúan entre España y Colombia; asimismo, indagamos las repercusionesque este proceso tiene sobre los proyectos individuales y colectivos, la composiciónde los hogares, las funciones familiares, los roles parentales; y, finalmente, ponemosel acento sobre las formas bajo las cuales se reconfigura la dinámica familiar, aproximándonosa la organización, expectativas, conflictos y estrategias que se establecen.En fin, esta investigación abre un abanico de problemáticas sobre las relaciones familiaresen contextos migratorios y, a su manera, contribuye al debate sobre la condiciónde la población migrante y su familia en el lugar de origen, para que paulatinamentese posicione con mayor fuerza como una agenda esencial de la política delgobierno colombiano. Por tanto, los resultados de este trabajo apuntan a incentivarla concientización tanto de la sociedad civil como del Estado colombiano acerca deltema migratorio como problema de índole central. Paralelamente, puede constituirseen un documento de reflexión para quienes diseñan y elaboran políticas públicas entorno al ámbito migratorio, a fin de responder más adecuada y eficazmente a las necesidadesde sus actores.Sobre la metodologíaCuando evocamos las palabras de migración internacional, las representaciones recurrentesson las de un individuo lleno de dudas y expectativas caminando hacia elfuturo con su maleta en la mano, de llorosas despedidas en un aeropuerto o aún decentenares de personas amontonadas en la clandestinidad de un barco navegando enalta mar. No obstante, el hecho migratorio no se reduce al simple desplazamiento depersonas de un lugar a otro, implica la reconfiguración de los ámbitos y espacios socialesafectados por este proceso, dentro del cual desempeñan un papel preponderantelos y las migrantes y sus familiares. Sumado a lo anterior, debemos prestar atencióna las prácticas y estructuras sociales que surgen dentro del contexto de movilizaciónhumana y la incorporación en el país de destino, por encontrarse atrapadas en el flujoperpetuo de relaciones de intercambio económico, social, cultural, ideológico, simbólico,comunicativo y afectivo entre los países de origen y destino.Por dicha razón, el enfoque transversal a este trabajo es el del transnacionalismo, quesupera no sólo la mera díada entre lugar de partida y lugar de llegada, sino tambiénel cuadro analítico de los Estados-nación en los que la migración se restringe a unascifras que se deben controlar o limitar. En este sentido, optar por una perspectivatransnacional permite concentrarse en las prácticas cotidianas de los y las migrantesy sus familiares en espacios plurilocales o lo que Pries (2002: 579) define como “es-19


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>pacios sociales <strong>transnacionales</strong>”; asimismo, nos brinda valiosos instrumentos para entenderlas dinámicas y vínculos que establecen las <strong>familias</strong> en contextos migratorios,puesto que reconoce un intercambio permanente en ámbitos tan diversos como losde la comunicación, la cultura, la economía, la repartición de los roles, entre otros.Finalmente, entender la migración en su dimensión transnacional es, retomando palabrasde Le Bot (2006: 535), observar “los diversos rostros de la migración”, lo cualsignifica que “no podemos reducir los significados de la experiencia migratoria a suslógicas racionales, ni separarlos de sus dimensiones afectivas, emocionales” (Ibíd.).Por otra parte, realizamos esta investigación a partir de los planteamientos de la corrienteepistemológica 3 histórico-hermenéutica, que de acuerdo con García, Muñozy Gómez (2006: 16) “(…) busca la reconstrucción permanente de entendimientoscomunicativos, y con ello, la existencia de intersubjetividades vitales en la configuraciónde vínculos sociales”. En otras palabras, siguiendo a Vasco (1990: 14):Se trata de dar una interpretación global a un hecho, de comprenderlo, de darle el sentidoque tiene para el grupo que está comprometido en esa praxis social. (…) La historia yla hermenéutica tratan precisamente de reconstruir todas esas piezas aisladas que aparecenen las diversas interpretaciones de los hechos, en los diversos textos, en las diversasversiones, en los diversos hallazgos arqueológicos, literarios, lingüísticos, para recapturarun «todo-con-sentido». Ese todo-con-sentido es el que da la clave hermenéutica.En concordancia con este enfoque optamos por los planteamientos de la metodologíade investigación cualitativa, siguiendo las propuestas de Strauss y Corbin (2002),Taylor y Bodgan (1992), y Ruiz (2003), quienes coinciden en definir como una prioridadde esta el análisis de casos, la profundización de los relatos y la recopilaciónde entrevistas profundas a partir del proceso de comunicación que, para este caso, esentablado entre migrantes, familiares en Colombia e investigadoras.Para desarrollar esta metodología nos aproximamos desde la etnografía multi-situada4 , es decir, realizamos esta investigación en dos ámbitos diferentes –Colombia/3“La epistemología es una actividad intelectual que reflexiona sobre la naturaleza de la ciencia, sobre elcarácter de supuestos, es decir, estudia, evalúa y critica el conjunto de problemas que presenta el procesode producción de conocimiento científico. (…) una de las funciones de la epistemología es estudiar elorigen del conocimiento (…)” (Martínez y Ríos, 2006:5).4“(…) la aproximación etnográfica “in the World system” (Marcus, 1995) ya no se fundamenta de maneraexclusiva en un solo lugar, sino que es multi-situada, es decir se realiza en distintos lugares geográficos quepueden estar situados por fuera de un Estado-nación; a su vez, no es la observación la técnica por excelencia,sino que este tipo de aproximación etnográfica otorga un lugar importante a otras técnicas como sonlas entrevistas estructuradas, semi-estructuradas o en profundidad. (…) como señalan Mahler y Pessar “laetnografía multi-situada es ya indispensable para el estudio de la migración transnacional donde las vidasde las personas son conducidas entre fronteras” (2007: 32)” (Rivas et.al, 2008b: 11,12).20


IntroducciónEspaña–, conectados gracias a los vínculos establecidos entre el o la migrante y su familiaen Colombia. En concordancia con esta aproximación, la técnica de recolecciónde información central en nuestro estudio es la entrevista semi-estructurada 5 , queimplica un proceso de comunicación cara a cara. A través de esta técnica analizamosla forma como las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>, conformadas por los y las migrantes ysus parientes en el país de origen, sienten y se explican la migración que, indudablemente,constituye un hito su historia vital. Los relatos se centraron en la categoríade tiempo, en este caso: el antes y el después de la migración, profundizando en losmotivos de la misma, en cómo esta produjo cambios en la familia, y en los vínculos<strong>transnacionales</strong> establecidos. Procuramos generar un diálogo acerca de la experiencia,los recuerdos, los sentimientos, los razonamientos y las interacciones que la migraciónprovocó en los y las migrantes y sus <strong>familias</strong>.A partir de los aportes de la epistemología construccionista, consideramos los relatoscomo conversaciones en las que las personas expresan sus realidades, pero que deninguna forma recogen mecánicamente la realidad, ya que sólo son versiones construidaspor cada persona y justifican su acción. En los relatos aparecen experiencias,representaciones sociales propias de su contexto cultural y sentimientos, por lo comúnambivalentes y contradictorios. En estos relatos también se expresan las identidades,y las narrativas que de allí fluyen son consideradas como una síntesis de los eventospasados interpretados en el momento mismo en que son evocados por la persona,dependiendo de su vida en el presente; por tanto, no fluyen puros sino seleccionados,contienen emociones y razonamientos y están determinados por un contexto específico(Puyana, 2007). Así mismo, los relatos cambian en relación con el contextocomunicativo en el cual se establecen, es decir, el significado de las palabras o de unaexpresión, depende de la empatía lograda con el o la entrevistadora, de las personasque rodean el momento de la entrevista y del contexto en que lo dicho sucede.En la selección de la población para entrevistar en España, los criterios fueron los siguientes:que los y las migrantes residieran en la ciudad de Madrid o en sus cercanías;que tuvieran contacto permanente con sus familiares en Colombia, a través del envíode remesas, la comunicación virtual o telefónica y la expectativa de proyectos de vidaen común; y que sus parientes en Colombia residieran en la ciudad de Bogotá, enmunicipios cercanos a esta o en zonas –Valle del Cauca y Santander– donde teníamosuna persona designada para que realizara las entrevistas correspondientes. Asimis-5<strong>Las</strong> entrevistas fueron realizadas en dos momentos: a los/las migrantes colombianos(as) en España, en elprimer semestre de 2008, y a los(as) familiares en Colombia, en el segundo semestre del mismo año. Porcriterios de ética y a fin de preservar la integridad de los participantes, atribuimos nombres ficticios a losentrevistados y las entrevistadas.21


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>mo, tomamos en consideración la diversidad de género, edad, roles, estrato social,ocupación y estatus legal –regular o irregular– de el/la migrante.En esta selección utilizamos la técnica de la bola de nieve, en la que los y las relatantesen España conectan a las entrevistadoras 6 con la siguiente persona a entrevistar yasí sucesivamente; contemplamos la disposición favorable de los y las migrantes paraconceder la entrevista y proporcionar los datos de contacto de sus familiares en Colombia,quienes fueron entrevistados posteriormente; los y las relatantes en Españafueron escogidos a partir de los contactos y las redes que tenían las entrevistadorasallí; por todo lo anterior, no podemos afirmar que sea una muestra representativa dela diáspora colombiana en el país de destino.Si bien el abordaje de este estudio desde la “etnografía multi-situada” nos permitiócomprender los vínculos <strong>transnacionales</strong> entre los y las migrantes y sus <strong>familias</strong> apartir de la recolección de información tanto en España como en Colombia, tropezamoscon ciertas dificultades. En el caso de España, las entrevistadoras estuvieronsupeditadas a los tiempos y los lugares en que los y las migrantes pudieran concederla entrevista, por lo que demoraban en concretarlas y, cuando lo lograban, a vecesdebieron realizarlas en lugares donde la grabación estaba expuesta a interrupcionesy ruidos que interfirieron en la fluidez y continuidad de la conversación; no obstante,los y las relatantes tendieron a confiar en las entrevistadoras y a ser abiertos al proporcionarla información.En el caso de Colombia, la entrevista con los familiares estuvo sujeta a la voluntadde ellos y ellas de informar, a sus tiempos y a la desconfianza que les produjodejar entrar personas extrañas a sus vidas, ya que, a pesar de que sus parientes enEspaña les avisaron previamente que serían contactados, las <strong>familias</strong> en origen notenían referencias sobre nosotras, contrariamente a lo ocurrido en el país de destinocon las entrevistadoras. También les preocupó el manejo que haríamos de lainformación que nos iban a proporcionar, debido a las motivaciones que tuvieronsus familiares al migrar y a las condiciones que ellos y ellas experimentan en el paísde destino; asimismo, debimos verificar algunos de los datos de contacto en Colombiaproporcionados por los y las migrantes ya que no correspondían a las personasreferenciadas.6Para efectos de la recolección de información en España contratamos a dos entrevistadoras <strong>colombianas</strong>residentes en ese país, quienes se encargaron de contactar a la población y realizar las entrevistas basadasen los instrumentos de recolección de información diseñados previamente por nosotras. Posteriormente,las entrevistadoras nos remitieron los datos de contacto de los y las familiares de los y las migrantes enEspaña para dar inicio a la recolección de información en Colombia.22


IntroducciónPor estos motivos, en ocasiones tuvimos que esperar largos periodos para que losmiembros de las <strong>familias</strong> en Colombia accedieran a conversar con nosotras; de las 41entrevistas a profundidad realizadas a migrantes en España, sólo pudimos entrevistara 38 de sus familiares en Colombia; con los tres restantes no logramos establecercontacto. Sin embargo, en el momento del análisis incluimos los relatos de los tresmigrantes cuyas <strong>familias</strong> no fueron contactadas. Para compensar la ausencia de estas,optamos por adicionar cinco relatos en origen, correspondientes a hijas de migrantesen España, pero sin par en ese país –las cuales fueron realizadas en el marco deotra investigación 7 –. Esto quiere decir que a los 38 contactos logrados en Colombiales sumamos cinco entrevistas sólo en origen, para un total de 43. Por tanto, comomostramos en la tabla Nº 1, analizamos 41 entrevistas en España y 43 en Colombia,lo que da como resultado 84 relatos entre ambos países, agrupándolos durante elanálisis de acuerdo al lugar de residencia y los intercambios y vínculos que se dan anivel general en este marco entre uno y otro país, y no a partir del análisis individualde cada familia.Tabla Nº 1. Total de entrevistas realizadas y analizadas entre España y Colombia.NÚMERO DE ENTREVISTASEN ESPAÑANÚMERO DE ENTREVISTASEN COLOMBIAHombres Mujeres Hombres Mujeres22 19 5 38*41 43TOTAL DE ENTREVISTASREALIZADAS84(*) En esta cifra incluimos las cinco entrevistas adicionales que realizamos en el país de origen.Por otra parte, la sistematización de la información la realizamos a través de diferentesprocesos. En primer lugar, recopilamos los relatos en archivos digitales deaudio que, en su mayoría, duran entre 40 y 90 minutos. En el segundo momento,realizamos el proceso de transcribir las entrevistas. En tercer lugar, editamos cadauna con el fin de tener un texto coherente que pudiera ser ingresado en el softwareAtlas Ti 8 para ser codificado, obteniendo así las categorías para elaborar el análisisde la información.7<strong>Las</strong> entrevistas adicionales fueron tomadas de la investigación Cambios en la familia a partir de la migracióninternacional. El caso Bogotá, realizada por Yolanda Puyana, con la colaboración de Esmeralda Rodríguezy Pilar Silva durante los años 2007 y 2008, y el apoyo de la División de Investigaciones de Bogotá-DIB- de la Universidad Nacional de Colombia.8Atlas Ti: Software profesional para el análisis cualitativo de datos. “Conjunto de herramientas para elanálisis cualitativo de grandes cuerpos de datos textuales, gráficos y de vídeo. La sofisticación de las herramientasle ayuda a organizar, reagrupar y gestionar su material de manera creativa y, al mismo tiempo,sistemática”. Tomado de: www.atlasti.com/de/productintro_es.html, revisado el 19 de febrero de 2009.23


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>El análisis de la información lo realizamos de acuerdo con los planteamientos de laTeoría Fundamentada, propuesta por Strauss y Corbin (2002), quienes la retomandesde dos dimensiones analíticas: en primer lugar, el criterio de saturación, que ponelímite a los relatos, pues llegado determinado momento la información que éstosarrojan se torna repetitiva, por lo que un amplio número de entrevistas no significavariedad en la información. En segundo término, las categorías emergentes, que consistenen codificar los relatos por medio de la asignación de códigos de análisis queemergen de los mismos, los cuales posteriormente son relacionados entre sí, agrupadosde acuerdo a las temáticas que reflejan y comparados con la teoría. Esto nospermitió estudiar cómo enfrentan las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> el proceso migratorio.Finalmente, un componente que es transversal a todo el proceso de investigación esla revisión documental, que brinda herramientas teóricas muy valiosas para entenderlas narrativas de las <strong>familias</strong> que compartieron con nosotras parte de sus historias.Además, esta proporciona un marco interesante mediante el cual se puede entablarun diálogo entre los hallazgos de la investigación y los planteamientos hechos porexpertos sobre el tema, ya sea para profundizar sus ideas o proponer puntos de vistanovedosos. Asimismo, nos sirvió como fundamento para el diseño de los instrumentosde recolección de información que orientaron las entrevistas de los y las migrantesen España y sus familiares en Colombia.Contenido del presente informe de investigaciónLa investigación consta de cuatro capítulos. En el primero, titulado: La migracióninternacional y las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>: un acercamiento conceptual, trataremosla migración internacional como categoría conceptual y objeto de las cienciassociales, la dinámica de los flujos migratorios entre Colombia y España, las característicasde las remesas y de la diáspora colombiana en el país de destino; asimismo abordaremosla categoría de familia versus formas familiares, y sustentaremos el conceptode las formas familiares <strong>transnacionales</strong> y la perspectiva de género en la migración.En el capítulo segundo: La decisión de migrar: concepciones y experiencias de losy las migrantes, presentaremos una breve descripción socio-demográfica de los y lasmigrantes y sus familiares, posteriormente nos concentraremos en exponer las motivacionesy expectativas que ellos y ellas tienen de la migración, destacando la formaen que permanecen las expectativas de retorno y reunificación familiar durante todoel proceso migratorio. Además, analizaremos la forma como los y las migrantes y susfamiliares participan en el proceso de la toma de decisión de migrar. También mostraremosel papel de las redes sociales y familiares antes y después de la migración, yaque constituyen un elemento central para facilitar el proceso migratorio. Finalizare-24


Introducciónmos estudiando la importancia de la religiosidad en la vida de quienes participan enel proceso migratorio.En el capítulo tercero: Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>, nos enfocaremosen las interacciones <strong>transnacionales</strong> construidas por las <strong>familias</strong>, que permanecenunidas por lazos afectivos, comunicativos y/o económicos a pesar de la distancia.Nos concentraremos en las concepciones que migrantes y familiares tienen sobre losgrupos familiares, la forma como expresan sus añoranzas, pérdidas y afectos, que fortalecenlos vínculos en el proceso migratorio. Posteriormente, plantearemos la formaen que establecen la comunicación, los medios usados, sus concepciones acerca de losmismos y los temas de conversación. Por último, nos enfocaremos en abordar los vínculoseconómicos establecidos a través de las remesas, tanto las que vienen de Españaa Colombia como las que se envían del país de origen al de destino, los significadosque los familiares y los/las migrantes les otorgan a las mismas y el uso que les dan.En el capítulo cuarto: El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambiosa partir de la migración, analizaremos las transformaciones experimentadaspor las <strong>familias</strong> a partir de los nuevos arreglos que establecen sus miembros paramantenerse como grupo a pesar de residir en dos países diferentes. Para esto, expondremosla forma en que se dan sus interacciones, contrastando el antes y el después,según los tipos de hogar y las situaciones conyugales. Asimismo, abordaremos la formaen que los y las migrantes ejercen su paternidad y maternidad en condición transnacional,el ejercicio de la autoridad y la organización del cuidado de sus hijos e hijasen Colombia. Posteriormente nos referiremos a las relaciones de pareja y finalizaremoscon la descripción de la reorganización familiar en torno al trabajo doméstico.Por último, plantearemos algunas conclusiones y recomendaciones generales del estudio,dejando interrogantes abiertos con el ánimo de propiciar discusiones en tornoal tema de la familia en contextos migratorios.25


26<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>


Capítulo 1La migración internacional y las <strong>familias</strong><strong>transnacionales</strong>: un acercamiento conceptualEn este capítulo, nos proponemos abordar los conceptos teóricos centrales de este estudioy presentaremos nuestra mirada acerca de la migración internacional, observandola complejidad de este concepto y los distintos modelos teóricos que han contribuidoa su análisis desde las ciencias sociales. Trataremos acerca de los flujos migratoriosentre Colombia, en calidad de país de origen, y España como país de destino, y posteriormenteexpondremos nuestra comprensión sobre la categoría de familia, el conceptode las formas familiares <strong>transnacionales</strong> y la perspectiva de género.1.1. Sobre la migración internacionalLos espacios son los lugares donde las personas nos desenvolvemos, buscamos losmedios de subsistencia, nos organizamos socialmente, definimos los escenarios de lareproducción social y de la producción. En la medida que desarrollamos la vida en unespacio concreto, nos apropiamos de él y le damos un significado, establecemos unoslímites, vivimos en él nuestra cotidianidad, vamos conformando una identidad colectivay construimos nuestro propio territorio e interactuamos con él. El territorio desdeesta perspectiva es una noción. “A pesar de que el territorio tiene una base física enla que se concreta, habita en la mente y forma parte fundamental de la identificaciónde los seres humanos con un paisaje, con una sociedad, con una parentela, con unahistoria, con una tradición, con una memoria” (Ardila, 2006: 3).Así, las apropiaciones de los espacios se tornan en territorios delimitados según la tradición,las historias vividas en común, se convierten en lugares donde compartimosuna lengua, una religión, costumbres colectivas y se construye un mapa acerca de27


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>este territorio que hemos definido como tal. A partir de estos espacios, los colectivosse han apropiado de regiones y, a la vez, se van imponiendo normas, leyes, y se constituyenlas fronteras de un Estado-Nación.Cuando las personas comienzan a desplazarse por territorios distintos, nos encontramosante un fenómeno de movilidad humana, concepto que contribuye a entenderlos desplazamientos y los cambios de un espacio hacia otro territorio. Esta movilidades tan antigua como la humanidad misma y se va diferenciando según la distanciaentre el lugar de origen y el de destino, el motivo, la voluntad y la duración. La migraciónse divide en interna e internacional, esta última varía sustancialmente y contienediversas modalidades como la económica y el refugio, así como dos tipos de estatusmigratorio, regular e irregular.De acuerdo con Bérubé (2005: 11), “la Fundación ESPERANZA define la migracióncomo una opción del ser humano que consiste en establecerse en un territorio diferentea su lugar de origen (nacimiento o residencia). La migración puede ser voluntariao forzada según se realiza con la expectativa de mejorar sus condiciones de vidao de huir de situaciones adversas”. Esta organización ha definido para su estudio tresetapas, preludio (remoto e inmediato), movilización (preparativos y viaje) y consolidación(llegada, permanencia y largo plazo). Así mismo, es importante distinguir elcarácter “saludable” o “nocivo” de la migración de acuerdo con Bérubé (2005: 16) 9 .Según sus criterios esta primera se refiere a aquella migración en la que la personaobtiene la mayor satisfacción de sus expectativas y el pleno disfrute de sus derechosen el marco del completo bienestar físico, emocional, familiar y social; en el caso de lamigración “nociva”, se reconoce que la experiencia migratoria no satisface las expectativasde la persona y/o que sus derechos han sido vulnerados de alguna manera.La migración internacional constituye un proceso de movilidad de una persona oun grupo de personas nativas de un país de origen hacia otro convertido en destino.La expectativa de quien migra suele ser la de desarrollar labores productivas allí,vivir cotidianamente por un tiempo prolongado, regularse a partir de las leyes deese país e instaurar un nuevo proyecto de vida. Implica un cambio de residenciacruzando una o varias fronteras internacionales. La migración puede ser voluntariao forzada, con recursos o sin recursos. <strong>Las</strong> primeras dependen de la expectativa devida del o de la migrante; las segundas, pueden ser ocasionadas por la violencia,la situación político-social, la trata de personas o en general motivos ajenos a suvoluntad (Gómez, 2008).9Esta valoración la realiza la autora tomando en cuenta las condiciones que experimenta el o la migranteen el país de llegada, centrándose en el respeto de sus derechos y su bienestar.28


La migración internacional y las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>: un acercamiento conceptualSi bien, la Organización de las Naciones Unidas –ONU– acoge el derecho de todoslos ciudadanos o ciudadanas del mundo a dejar su país y retornar con libertad, cadavez más aumentan las medidas restrictivas entre países, lo cual propicia la migraciónirregular, los mercados negros de empleo que involucran a los migrantes, a través delos cuales en el país de llegada se insertan trabajadores con bajas remuneraciones ysin seguridad social.Blanco (2000) asume la migración como fenómeno demográfico que contiene tressubprocesos: la emigración, la inmigración y el retorno. A pesar de las ambigüedadesque conlleva, propone los siguientes criterios que posibilitan determinar con mayorprecisión cuáles de los desplazamientos de población pueden ser considerados comomigraciones y cuáles no:• Espacial: el movimiento ha de producirse entre dos delimitaciones geográficassignificativas, como son los municipios, las provincias, las regiones o los países.• Temporal: el desplazamiento ha de ser duradero, no esporádico.• Social: el traslado debe suponer un cambio significativo del entorno, tanto físicocomo social.Esta autora comprende entonces por migraciones aquellas situaciones en que la movilidadsupone para las personas cambios del entorno político administrativo, socialy/o cultural relativamente duraderos. Dicho de otro modo, cualquier traslado permanentede residencia que implique la interrupción de actividades en un lugar y sureorganización en otro. Por el contrario, no se consideran migraciones a los desplazamientoscon fines turísticos, los viajes de negocios o de estudio, ni los viajes cortospor trabajo, debido a su transitoriedad y porque no implican reorganización vital;tampoco los cambios de residencia dentro del mismo municipio, por no suponer unatransformación de entorno político administrativo, ni derivarse necesariamente deellos la interrupción de actividades anteriores. Este estudio nos proporcionó las herramientaspara seleccionar quién responde a la condición de migrante y quién no.1.1.1. Migración, globalización y desarrolloEl estudio de la migración internacional implica situarse en medio de las interaccionesentre Estados-nación en el marco de la economía mundial, de los procesos deglobalización y los problemas del desarrollo. Según Held y Mc Grew (2003: 13), laglobalización consiste en “la escala ampliada, la magnitud creciente, la aceleración yla profundización del impacto de los flujos y patrones transcontinentales de interacciónsocial”. Empero, es esencial señalar que el momento referido es el de una “globalizaciónacelerada” en palabras de Mittelman (2006: 37), resultante de una rees-29


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>tructuración de la economía mundial, de las formas en que el poder se despliega y lasculturas se expresan. En este sentido, la naturaleza cambiante de la economía globales un lente esencial para entender los flujos de capital humano, por lo que estos últimos“están vinculados a un sistema jerárquico de producción y poder” (Ibíd.: 87).A pesar de las restricciones impuestas por los Estados-nación, el desplazamiento delrecurso humano ante las condiciones de las economías desarrolladas es inevitable,debido a la baja remuneración del mismo en el país de origen y a que los procesos deacumulación de capital demandan trabajadores de los países menos desarrollados.Esto se debe con frecuencia a los empleadores, quienes no pueden reclutar nacionalesen labores cuya contraprestación salarial es baja, de menor estatus social ycalificación, por ser consideradas dentro del imaginario colectivo nacional como pocohonorables. Similar reflexión hace Portes (2005: 6):Como dice Arístide Zolberg la distancia económica entre el “Norte” global y el “Sur”global es tan amplia que crea prácticamente, una oferta inagotable de emigrantes potenciales.Esta distancia ha sido agravada por las fuerzas de las multinacionales capitalistasque exponen y seducen a las poblaciones del Tercer Mundo con los beneficios del consumomoderno, al mismo tiempo que les niegan los medios económicos para adquirir talesbienes.En la perspectiva planteada por el autor, tenemos a las <strong>familias</strong> del “Sur” 10 , tambiéninsertas en la economía global, y afectadas por el contexto social, buscando mejorescondiciones de vida, de acuerdo con los patrones de consumo de los sectores de mayoresingresos de sus países o de los habitantes del “Norte”. Ante la incapacidad de losprimeros de ofrecerles oportunidades e ingresos, migran para adoptar unos patronesde consumo similares a los que rigen las economías capitalistas de los llamados países“desarrollados”.La situación de heterogeneidad estructural, característica del continente latinoamericano,pese a expresarse con fuerza distinta según los países de la zona, tiene unaincidencia particular en los fenómenos migratorios, por lo que la desigual reparticiónde la riqueza, la concentración de la tierra y la permanencia de sistemas políticos10Aunque la palabra “Sur” sea aceptada por todos como espacio geográfico, es importante señalar la cargasimbólica que trae consigo en tanto representa también una lectura de los espacios geográficos en términosde riqueza, a saber, entendido como no-Norte e implícitamente como no-rico o no-desarrollado. Como loenfatiza Escobar (2006), tales palabras como las de “sur” o “tercer mundo” contribuyen a la construcciónimaginaria de un mundo unificado, posibilitado por la aceptación de un mismo régimen de representación,un mismo régimen de verdad, dentro del cual pueden reproducirse y legitimarse relaciones de poder,heredadas y difundidas por la economía mundial capitalista. En este sentido, la palabra “sur” es una construccióncultural, cargada de juicios de valor, que para autores de la corriente neo-marxista, y sobre todopostcolonial, legitima los intereses del capital dominante.30


La migración internacional y las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>: un acercamiento conceptualinestables, arraigados en prácticas o ideologías autoritarias y/o neo-populistas, sonelementos que dificultan el proceso de construcción de un Estado-Nación de igualesy diferentes, en donde se pueda concretar la realización de la diversidad culturaljunto a la expectativa de justicia social. <strong>Las</strong> frustraciones de un pueblo frente a la incapacidaddel Estado de proveer las necesidades básicas o las condiciones favorablesque permitieran a cada uno existir como actor de su propio desarrollo, si bien no sonuna explicación suficiente para entender el fenómeno migratorio, deben considerarsecomo elementos estructurales dentro de los cuales se puede leer y entender el crecienteexilio de su lugar de origen de miles y miles de personas cada año.Según Ocampo (2006), la emigración internacional en Occidente por lo general ocurredesde los países de menor desarrollo económico hacia los denominados “desarrollados”.Persiste una globalización del capital y de la oferta de trabajo, pues lacompetencia necesaria para los procesos de acumulación de capital en los países demayor nivel de desarrollo y la forma como se remunera, atrae mano de obra de lospaíses más pobres. La migración internacional hoy es consecuencia de la forma comoestá distribuido el poder en el mundo y de la inequitativa distribución de recursos entrelos países. En este sentido, la naturaleza polarizante del capitalismo global (Amin,2006) contribuye a fortalecer los movimientos migratorios a gran escala. Empero, nodebemos limitarnos a observar los procesos migratorios desde una óptica mercantilsino también señalar que estos contribuyen a una reestructuración del ámbito cultural–lo que García Canclini (2000) denomina procesos de hibridación cultural– eidentitario, gracias al surgimiento de nuevos vínculos entre el “Norte” y el “Sur”, eincluso dentro de los países del sur.Además de Ocampo (2006), otros autores como Micolta (2007), Ribas (2004) y Portes(2005), coinciden en afirmar que la gestión de la globalización y la forma comolos países aprovechan los recursos provenientes del mercado mundial ha traído comoconsecuencia mayor asimetría entre países y pobreza en los que no se han desarrolladoa partir de este modelo. Así mismo, la globalización del capital no se produceal mismo tiempo que la del trabajo, pues las restricciones y discriminaciones sobrequienes migran son cada vez mayores. Como plantea Pedone (2006: 38), la transnacionalizacióndel capital(…) lleva implícita la expansión y preponderancia del sector financiero; este sector juntoa la producción de servicios altamente especializados tiende a concentrarse en las ciudadesglobales. El coste de la mano de obra es claramente un elemento clave en estosprocesos, debido a que la concentración de estas actividades en las principales ciudades yla consiguiente internacionalización de la base económica de dichas ciudades, ha ocasionadouna profunda reorganización de la relación trabajo-capital que ha provocado unaamplia expansión de la demanda de trabajos de bajos salarios en las principales áreas decrecimiento.31


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>En suma, como lo expresa García Canclini (2000: 5) “la globalización no sólo homogenizae integra las culturas. También genera procesos de estratificación, segregacióny exclusión”.Hablar de la migración también implica interesarse por el papel de las remesas dentrode una economía globalizada. Como consecuencia de la migración internacionala fines de los años 90 del siglo XX, se ha incrementado el interés acerca del papel delas remesas en América Latina, la cual recibía entre 2003 y 2006 un cuarto del flujomundial de las mismas, que en varios países constituían el primer renglón de ingresosnacionales, mayor que las exportaciones. En efecto, las remesas económicas representanun vínculo central entre el país de origen y el país de destino, a través de ellasel o la migrante contribuye a los ingresos de sus familiares. En el caso de Colombia,desde las mismas fechas, las remesas ocupan el segundo lugar en términos de ingresos,después del petróleo.Khoudour-Castéras (2006) plantea un impacto ambiguo del papel de las remesassobre el empleo, pues aunque pueden disminuir la demanda del mismo, no logranmejorar las condiciones productivas del país. Si bien inciden en las finanzas públicasde forma positiva por los impuestos que se les imponen, generan una menor cargaal Estado para resolver problemas de educación y salud. En general, tanto el autorcitado como González C. (2006) y Orozco (2006: 130) coinciden en mirar de formacrítica los impactos de las remesas en los países, pues aunque estas contribuyen a mejorarel nivel de consumo de los hogares, cumpliendo un papel en la distribución delos recursos, a nivel macro-económico no se hace muy claro su efecto en un desarrollomás productivo.Otros autores, como Rivas et al. (2008b), estudian el papel de las remesas sociales,debido al capital social que heredan quienes se vinculan a los procesos de transnacionalización.Como analizaremos más adelante, las remesas igual que las mercancíasse convierten en “fetiches” al contener vínculos de poder y de expresión de losafectos, facilitando la reproducción de las relaciones de género y de jerarquía entrelas <strong>familias</strong>.Urrutia (2003), por su parte, plantea el impacto favorable de las remesas sobre la economíacolombiana y en especial para sus <strong>familias</strong>. Sin embargo, quienes idealizan losbeneficios otorgados por las mismas, al asociarlas con un mayor acceso al consumo,el aumento del ahorro y de la inversión, deben revisar con mayor detenimiento susbeneficios. Otros estudios han mostrado, por el contrario, que las remesas se concentranen generar beneficios a los hogares vinculados a este proceso, pero muy poco engenerar negocios. Garay (2008: 120), refiriéndose a los migrantes colombianos en lacomunidad de Madrid, concluye:32


La migración internacional y las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>: un acercamiento conceptualEl principal destino de las remesas es la financiación (total o parcial) del gasto en alimentación,y sustento de los hogares de origen, en 83% de los casos; educación 7%; reparacióno construcción de vivienda, 6%, y salud 3%. (…) En otras palabras, las remesasse utilizan para financiar el gasto recurrente para el devenir de una elevada proporciónde los hogares de origen, lo que se ratifica por la frecuencia mensual y permanencia desu envío regular.En ese sentido, compartimos lo afirmado por Orozco (2006), quien señala los costosemocionales de estos procesos cuando se mantienen las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> yadvierte sobre la imposibilidad de considerar las remesas como un único camino parael desarrollo.Si bien la historia nos recuerda cómo desde el siglo XVI América Latina se pobló apartir de la llegada de miles de europeos, en especial españoles y portugueses –denominadosconquistadores y, posteriormente, colonizadores–, desde la segunda mitaddel siglo XX se produce el proceso contrario, pues pobladores latinoamericanos hanmigrado tanto hacia Estados Unidos y Canadá como a los países europeos, con elsueño de lograr mejores niveles de bienestar e ingresos. En medio de este “sueñoamericano” y recientemente “europeo”, se calcula que 25 millones de latinoamericanosvivían en el exterior, es decir el 10% de su población (CELADE, citado por Yépezy Bach, 2008). Al mismo tiempo, se ha calculado que la presencia latina en EstadosUnidos, estimada en 18 millones, constituye la primera minoría étnica.Con relación al papel de los y las migrantes en los países desarrollados, los nativoscon frecuencia plantean que ellos y ellas utilizan servicios de bienestar que no lespertenecen; otros, por el contrario, consideran que la migración genera mayor acumulacióny crecimiento económico y aporta a la seguridad social. Garay y Rodríguez(2005), de manera similar a Ocampo (2006), afirman que los migrantes, así no seanregulares, contribuyen con sus ingresos a mantener y garantizar los servicios socialesy el actual sistema de pensiones de países como los de la Unión Europea. A pesardel beneficio de la emigración internacional para los países de destino, los mediosde comunicación dan cuenta a diario de las condiciones drásticas de inequidad en laremuneración de su trabajo, la forma como los inmigrantes son víctimas de xenofobiay la frecuencia con que se les vulneran sus derechos humanos.Ribas (2004) destaca cómo el término inmigrante es construido con una connotaciónque denota referencias peyorativas y discriminación. En el caso de España, por ejemplo,la noción actual de inmigrante hace referencia a las poblaciones procedentes delexterior de la comunidad europea y está asociado con la desigualdad social, pues lamayoría de ellos o ellas provienen de los países más pobres, mientras los europeosson catalogados como comunitarios, así provengan de otros países y se trasladen a vivirallí. La autora observa cómo el término se refiere a aquellas personas que forman33


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>parte de la clase trabajadora y, en especial, a quienes ocupan oficios de baja calificacióny remuneración y socialmente poco reconocidos.En la dinámica del fenómeno migratorio actual incide el desarrollo de las ciudadesglobales que, según Portes (2001: 13), tienen su propia organización y requieren dela población migrante para su crecimiento:Así, las ciudades globales adquieren una doble identidad: como unidades políticas subordinadasbajo particulares Estados-nación y, simultáneamente, como centros de mando yorganización de una compleja economía mundial de la que depende considerablementeel futuro de esos mismos estados nacionales. Cuanto más estas funciones de coordinaciónse concentran en una ciudad particular, mejor ubicada está en el nuevo espacio transnacionaldel capitalismo global y mayor es su distancia de la definición tradicional de laciudad industrial.1.1.2. Enfoques desde las ciencias sociales sobre la migración y las <strong>familias</strong>Persiste una tendencia a analizar la migración internacional según la dinámica delmercado laboral entre los países, de acuerdo con los preceptos defendidos por lateoría neoclásica. Esta teoría, denominada push-pull, observa la articulación entreel país de origen, visto como expulsor, y el de destino, como receptor. En el primercaso se analiza cómo las condiciones laborales expulsan la mano de obra, bien seapor crisis económicas o porque al comparar otras posibilidades laborales se creanexpectativas de mejores ingresos; en el segundo, las condiciones de oferta de empleoatraen mano de obra (Ribas, 2004; Guarnizo, 2006; Garay y Rodríguez, 2005).En esta perspectiva, el enfoque económico omite observar el papel de las <strong>familias</strong>durante el proceso migratorio y se concentra más en el fenómeno interactivo dela oferta y la demanda del mercado laboral. Ello en tanto se limita a percibir lamigración como el resultado de un cálculo racional en el cual el/la migrante buscamaximizar sus utilidades.Desde la sociología y la antropología también, se analiza la migración en torno a laintegración de los migrantes en el país de destino. Ribas (2004) plantea que Portesy Rumbaut analizan a profundidad los procesos de asimilación y proponen observarlos diversos contextos y modos de integración de los emigrantes ante la sociedad dedestino, relacionan la migración con los procesos de incorporación en los gobiernoslocales, las condiciones del mercado laboral y los enclaves de las comunidades étnicas,a través de los cuales los migrantes de primera generación han logrado insertarseen esa sociedad. Sin embargo, no se analizan las relaciones vinculantes entre losmigrantes y el país de origen.34


La migración internacional y las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>: un acercamiento conceptualDesde la perspectiva estructuralista de la migración, Guarnizo (2006) y Ribas (2004),entre otros, sostienen que el fenómeno migratorio debe entenderse como articulado aprocesos de acumulación de capital dentro del sistema capitalista mundial, en el quese arraiga un orden internacional inequitativo y relaciones desiguales entre las clasessociales. Mac Millen (citado en Ribas, 2004) observa las relaciones de los migrantescon la clase trabajadora. Estos autores consideran que a mayor expansión económicapersiste una mayor demanda de mano de obra migrante, constituyéndose así enuna fracción de clase. Esta mirada facilita articular el contexto de la migración a laeconomía de cada país y comprender cómo los factores estructurales generan la movilidadde los trabajadores a otro Estado-Nación, de forma que la situación económicadesfavorable para las demandas de consumo de los grupos familiares va a incidir –sinque las personas sean conscientes de ello– en la toma de decisión de migrar. En estesentido, compartimos con la perspectiva estructuralista que el contexto socioeconómicoasí como la inequidad social condicionan la voluntad de migrar; empero, caberesaltar el hecho de que esta perspectiva falla en abordar la multidimensionalidad delas causas de la migración pues deja de lado las motivaciones individuales y familiaresque pueden impulsarla.Como crítica a las posturas mencionadas, surge el enfoque transnacional 11 “(…)en Estados Unidos como respuesta a las investigaciones que centraban el análisisdel fenómeno migratorio únicamente en lo que ocurría en la sociedad receptora demigrantes. (…) <strong>Las</strong> investigaciones realizadas sobre la migración transnacional, lasformas de vida <strong>transnacionales</strong> o el llamado vivir transnacional, han representadoun importante aporte para la reflexión sobre los cambios producidos en nuestras sociedadesproducto de los procesos globalizadores” (Moraes, 2006). Esta perspectiva(Guarnizo, 2006; Ardila, 2007; Ribas, 2004; Garay y Medina, 2007) aborda la migracióncomo un proceso de construcción y reconstrucción de redes sociales, enraizadasen el contexto estructural de cada región. Se destaca así que lo más importante paraestudiar la migración es considerarla como un movimiento realizado por personas,ya que al migrar lo hacen con toda su historia personal, cultural y social, a través dela cual construyen un vivir transnacional que permite mantener los vínculos entre lospaíses, incluyendo su lengua y su vida familiar, como especificaremos más adelante.Este enfoque contiene una mirada integral del proceso migratorio, pues la migracióninternacional genera un cambio social, cultural y laboral entre los emigrantes, quienesse circunscriben a nuevas relaciones con el Estado, en un contexto económico ypolítico diferente, sin desvincular su vida del país de origen. De manera que la in-11Esta corriente “(…) define al transnacionalismo como un proceso social donde los migrantes operan encampos sociales que traspasan fronteras geográficas, políticas y culturales” (Glick Schiller, Basch y Szatón-Blanc, 1999, citadas en Moraes, 2006).35


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>fluencia de la migración entre los territorios de origen y destino es bidireccional debidoa que se alteran ambos países. Por un lado, los emigrantes no rompen sus lazos conlos países de origen y, al tratar de expresar su identidad allá, también reconstruyennuevos territorios, desarrollan espacios en los que proyectan su cultura, incorporándosea una forma de vida transnacional, a través del intercambio de recursos, saberesy prácticas, de símbolos sociales y políticos entre quienes permanecen en el país deorigen y los que están en el país de destino. El mismo paisaje de este último cambia,se forman ciudades multiculturales, con frecuencia dicotómicas, pues los grupos étnicoscomparten entre sí, pero poco se entrecruzan con los nativos y otros diferentesa su etnia. Al mismo tiempo, en el país de origen, como resultado de las relacionesque mantienen los migrantes con sus <strong>familias</strong>, se incorporan y reproducen algunasprácticas propias del país de llegada.En este sentido, concordamos con Rivas et al. (2008a: 2), quien sintetiza con la siguienteconceptualización, su entender sobre el transnacionalismo:(…) el conjunto de procesos por los cuales los inmigrantes crean y mantienen relacionessociales multitrenzadas que vinculan a la sociedad de origen y de destino (Basch etal.1994). (…) por el contrario la migración es entendida como un proceso dinámico deconstrucción y reconstrucción de redes sociales que estructuran la movilidad espacial yla vida laboral, social, cultural y política tanto de la población migrante como de familiares,amigos y comunidades en los países de origen y de destino, o destinos (Guarnizo,2006:81).Consideramos central el papel de las <strong>familias</strong> en la perspectiva transnacional. Comoplantea Castro (2007: 86) es necesario analizar a fondo su dinámica como unidades derecreación de vínculos entre los países a partir de la migración, ya que ésta: “(…) alterapatrones sociales de relación desde la estructura de la familia, del hogar, las relacionesde género, hasta aquellas entre padres e hijos, familia nuclear y la extendida”.En síntesis, un repaso a estos enfoques 12 nos lleva a destacar, por un lado, el aportede la teoría estructuralista, al considerar cómo las condiciones contextuales de ambospaíses deben observarse, por cuanto facilitan analizar las tendencias estructuralesque van incidiendo en la toma de decisión de migrar; por el otro, a optar por lasteorías acerca del transnacionalismo que consideran la migración como una relaciónvincular entre países y personas, lo cual genera un vivir también transnacional y, portanto, unas <strong>familias</strong> insertas en dichas dinámicas.12Para profundizar sobre estas temáticas, véase Massey (1993), quien ahonda en los motivos económicosde la migración, hace un recorrido teórico desde la perspectiva neoclásica hasta la nueva economía de lamigración, pasando por la visión histórico-estructuralista del sistema mundo moderno de Wallerstein.36


La migración internacional y las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>: un acercamiento conceptualEl enfoque transnacional de la migración internacional y las formas como interactuamosa través de la globalización, nos permiten ubicarnos cada vez más en un sistemade redes sociales, dirigir la mirada hacia un entramado relacional y mirar más alláde las estructuras, las jerarquías y las funciones. <strong>Las</strong> redes sociales, entendidas comopautas de relaciones vinculantes, como relaciones compartidas con significados comunes,nos llevan a pensar nuestras interacciones como sistemas abiertos, recíprocosy multicentrados (Dabas, 1999: 3).De forma que la dinámica del proceso migratorio está envuelta en redes, facilitadaspor los cambios contemporáneos de tiempo y espacio, donde las distancias se reducena través de los medios de comunicación y de los intercambios virtuales. Sin los sistemasde redes de apoyo no se comprende el vivir transnacional, pues los migrantes searticulan a ellas durante todo el proceso de migración, desde el preludio remoto hastala incorporación al país de destino. Estas redes permanecen vivas entre ambos paísesy le dan sentido al trabajo del o de la migrante y razón a su vivir entre dos espaciostan distantes. <strong>Las</strong> teorías de redes indican que:“las redes migratorias conectan inmigrantes y no inmigrantes tanto en el área de origencomo de destino con base en lazos interpersonales de amistad, comunidad de origen,parentesco y otros, desarrollando una red de obligaciones recíprocas, posibilitadoras demigración y de un auto-dinamismo de ésta en el caso de la migración temporal, la delarga duración y en los retornos” (Farah, 2005: 140).Según Portes (2001: 13), el proceso de migración internacional es imposible de controlar,pues las ciudades globales comienzan a demandar trabajadores, pero un fenómenoactivador central es la creación de una red de lazos sociales a larga distancia.En este sentido, “el crecimiento de tales lazos hace que la decisión para trasladarsesea cada vez menos costosa, ya que reduce la incertidumbre y los peligros del viajepara los migrantes más recientes” (Ibíd.: 10).1.2. La migración internacional desde ColombiaColombia se ha caracterizado por una constante emigración de su población y estefenómeno apenas empieza a conocerse por las ciencias sociales desde mediados dela década del 50 del siglo XX. Según Díaz (2007), las primeras corrientes migratoriasobedecen a situaciones que generaron el éxodo a los Estados Unidos, estimulándoseel “sueño americano” de migrantes colombianos y <strong>colombianas</strong>, quienes han imaginadoa ese país como pleno de oportunidades laborales para incrementar sus ingresos yalcanzar mejores niveles de vida para ellos y sus <strong>familias</strong>.En los años 70, Venezuela constituyó una esperanza para nuestra población, puesencontraban allí mejor remuneración por sus trabajos. Durante la época, muchos37


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>miembros de los hogares, en especial del oriente y la Costa Atlántica colombiana, migraronen busca de recursos para mejorar su nivel de vida; algunos volvieron y otrosse quedaron, constituyendo la mayoría de extranjeros en este país.En los años 80 y comienzos de los 90, la migración hacia el exterior continúa conmayor afluencia hacia Estados Unidos, pero al final de la década del 90, la migracióninternacional desde Colombia se incrementó de manera sustancial debido a laaguda crisis económica del país. En consecuencia, a partir del año 2000, se apreciaun brusco crecimiento en el número de colombianos en el exterior, que llega a representaren 2005 cerca del 7,5% del total de la población colombiana (Garay y Medina,2007). Según la encuesta de Profamilia (Ojeda, Ordóñez y Ochoa, 2005), del total dehogares de Colombia, el 2,4% tiene experiencia emigratoria internacional. Del totalde personas de estos hogares residentes de forma permanente en el exterior, 34,6%permanecen en Estados Unidos, 23,0% en España y 20,0% en Venezuela.La migración se acentuó en los últimos años de la década del 90 y los comienzos delsiglo XXI, como consecuencia de la intensificación del conflicto armado, la violenciay, principalmente, debido a que Colombia vivió una de las crisis económicas másintensas de su historia. Los flujos migratorios se dirigieron hacia Estados Unidos y laComunidad Europea. Desde la perspectiva económica, Garay y Medina (2007: 29)ilustran con bastante precisión la situación vivida:Como consecuencia de la crisis económica internacional y del entorno doméstico, se produjola recesión más severa observada en el país, con una contracción de la demanda internadel 1% y 8% en 1998 y 1999 y una caída del PIB del 4,5% en 1999. (…) Simultáneamentea la crisis financiera, el sistema hipotecario colapsó. Una gran mayoría de deudores devivienda se vieron obligados a devolver sus inmuebles a los bancos, en tanto las tasas deinterés hicieron impagables sus créditos (…) el ataque especulativo del peso (moneda colombiana)propició una pérdida importante en las reservas internacionales, lo que agudizóla recesión económica y provocó un deterioro significativo de la situación fiscal.A causa de la recesión, el desempleo aumentó, lo que se convirtió en uno de losproblemas detonantes del proceso migratorio. Como consecuencia de la crisis mencionada,según los autores citados, la distribución de los ingresos llega a ser másinequitativa aún (Ibíd.: 31):Al analizar el coeficiente de concentración del ingreso Gini para Colombia, se observaque para mediados de la década de los noventa oscilaba entre 0,51 y 0,55, segúndiversas estimaciones. No obstante, para el 2000 el coeficiente de desigualdad habíaaumentado a 0,56. De esta manera, se confirma Colombia como, quizás, el segundo otercer país de América Latina con mayores problemas de desigualdad en la distribucióndel ingreso.38


La migración internacional y las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>: un acercamiento conceptualLa crisis impactó a todos los sectores sociales por cuanto generó empobrecimiento delas clases medias de la población, de los jóvenes y de los profesionales, que iniciaronuna búsqueda de trabajo. Así mismo, la zona cafetera resultó especialmente deprimidapor este fenómeno, lo que obligó a las <strong>familias</strong> a buscar nuevos destinos para ubicarselaboralmente, situación que se suma a los terribles efectos del conflicto armado,que obligan a la población a refugiarse en otros países. En el caso de Colombia, laperspectiva de mejores ingresos, la inseguridad y la persecución política son factoresque favorecen la migración internacional. Según la encuesta de Profamilia (Ojeda,Ordoñez y Ochoa, 2005), tres de cada cuatro migrantes salieron para trabajar, 10%por matrimonio, 9% por estudio y 1% son exiliados. La mayoría de los migrantes sonhijos del jefe de hogar, y el 7% son cónyuges.1.3. España como destino de migrantesLa historia migratoria de España es bien diferente a la ya descrita sobre Colombia.Desde el período de la Conquista en el siglo XVI, ha sido un país expulsor de población;en los siglos XIX y XX, además de América, los españoles emigraron al restode Europa, y como ocurre con algunos migrantes en todo el mundo, ocupaban oficiospoco valorados y mal remunerados, y también eran víctimas de discriminación.Según Garay (2008), desde 1986 comienza a convertirse en un país de destino, alprincipio por la afluencia de norteafricanos, pero poco a poco debido a la llegada delatinoamericanos. En dicho proceso, desempeñaron un rol central los resultados delcrecimiento económico, una vez conformada la Comunidad Europea. Como afirmaPedone (2006: 38):(…) España se encontraba en un momento histórico, político y económico que demandabauna mano de obra inmigrante extracomunitaria procedente de países pobres o empobrecidospara cubrir la falta endémica de mano de obra autóctona en nichos laboralesespecíficos, caracterizados por la estacionalidad y la precariedad en cuanto a las condicionesde trabajo como en la irregularidad jurídica de las pautas de contratación queasegurarían mano de obra disciplinada y subordinada.Según Garay (2008), la migración internacional de colombianos y <strong>colombianas</strong> haciaEspaña registra un incremento cercano al 300% entre 1999 y 2006. El país se constituyeen un polo de atracción de ecuatorianos, colombianos y, en menor proporción,de peruanos, bolivianos y dominicanos. Todos estos países pasaban por una duracrisis económica y reducción de la oferta de empleo. Al convertirse España en destinode emigrantes, se cambia por completo la cara del país, pues se comienza a construiruna sociedad intercultural y diversa. En efecto, algunas de las diásporas no compartenla misma lengua –como ocurre con los marroquíes y rumanos–, otros inmigrantes39


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>provienen de países con historias culturales y problemas sociales muy distintos. Enesta perspectiva, según AESCO (2007: 1):(…) la población inmigrante se ha multiplicado por cuatro, pasando de 0,9 millones en elaño 2000 a los 4 millones del año 2006. La mayor parte de los inmigrantes proceden depaíses en desarrollo y presentan un nivel educativo superior al promedio de la poblaciónnacional, lo cual sin duda ayudará a su asimilación y a su contribución al crecimientofuturo. Según la Encuesta de Población Activa, la mitad de los nuevos empleos creadosen los últimos cinco años (2,6 millones) fueron ocupados por inmigrantes y se emplearonprincipalmente en el comercio, la hostelería y las labores del hogar.En el caso específico de la población colombiana, Aparicio (2006: 109) calcula 90mil regulares en 2002 y, aunque era muy difícil precisar cifras, ella estima que conla población irregular ascendería a entre 160.000 y 260.000, lo que corresponde al5,6% de la población total española. Así mismo, la autora señala cómo las laboresproductivas de los migrantes en este país, que constituyen la puerta de entrada, sonla construcción para los hombres y el servicio doméstico para las mujeres. Garay yMedina (2008: 89), por su parte, analizan de qué manera “(…) la inmensa mayoría(…) cotiza en los grupos de peones, oficiales de 1º, 2º y 3º, que corresponden a losgrupos de más baja cotización, y auxiliares y subalternos”.Por otro lado, los autores citados, en relación a los colombianos y <strong>colombianas</strong> registradosen España, plantean:(…) en la actualidad Colombia se sitúa como la cuarta colectividad en importancia enEspaña, con 246.610 colombianos con tarjeta de residencia en vigor, detrás de Marruecos,Rumanía y Ecuador, representando un 7% (6,98%) del número total de extranjerosresidentes con tarjeta en vigor en España a junio de 2007 (…) la edad promedio delcolectivo colombiano residente en España el 31 de diciembre de 2006 era de 32 años(Ibíd.: 80, 82).En los últimos años se ha visibilizado, tanto en los trabajos académicos como porparte de los gobiernos, el papel de las mujeres como sujetos activos en el procesomigratorio. Este hecho, denominado feminización de la migración, indica hasta quépunto numerosas mujeres latinoamericanas han buscado nuevas oportunidades enotros países, posiblemente debido a que las ofertas de empleo las favorecen y comouna respuesta a las penurias económicas que viven en sus países de origen.Según Garay (2008), el 58% de la diáspora colombiana en España son mujeres menoresde 34 años de edad, tanto en edad de trabajar como de procrear. Varias deestas migrantes son mujeres cabeza de familia. La migración femenina incide en eldesarrollo de cadenas de cuidadoras que se hacen cargo de la familia de la migranteen estos países, formando parte de las redes globalizadas del cuidado (Parella, 2003;40


La migración internacional y las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>: un acercamiento conceptualHondgneu-Sotelo y Avila, 1997; Herrera y Carrillo, 2005), tema que abordaremosmás adelante.La migración de mujeres está así dinamizada por la oferta de empleo, como planteanSolé y Parella (2005: 1, 2):(…) la migración autónoma de mujeres para trabajar en el servicio doméstico crecede manera exponencial en las sociedades occidentales, a consecuencia de una serie defactores, entre los que cabe destacar: el envejecimiento de la población, el cambio en lasestructuras familiares, así como la transformación del rol social y económico de la mujer,con la generalización de la familia de los dos salarios.Por último, debemos referirnos a los análisis del impacto de la migración sobre la economíaespañola, en debate en los medios académicos, entre los políticos de tendenciamás derechista o socialista en este país y en los medios de comunicación social. Sibien es común escuchar voces en contra de la inmigración y el desastre que produceen España, compartimos los siguientes argumentos que más bien tienden a ser favorablesacerca del efecto de la inmigración en este país.Según AESCO (2006), la migración hacia España produce resultados positivos porquegenera un mejoramiento de la productividad de la economía, que incide en elcrecimiento del PIB, un incremento de la tasa de empleo y un aumento de la actividadremunerada de las mujeres al facilitar el trabajo femenino, mientras las migranteshacen las labores de cuidado que la familia requiere, y un sustancial aporte a la seguridadsocial. Portes (2001), refiriéndose al efecto de la migración en las ciudadesglobales –como es el caso de Madrid hoy–, considera los beneficios que los migranteshan producido para convertirlos en centros de la misma globalización, obligando nosólo a una multiculturalidad, sino además a la aceptación del transnacionalismo en elejercicio de la política, debido a la participación de los y las migrantes.Garay y Medina (2007), al mostrar la pirámide de población en España en contrastecon la de los migrantes, nos sugieren la siguiente reflexión: cada vez va a ser másinevitable la migración de población económicamente activa para sostener la seguridadsocial y el crecimiento económico de este país con tan bajas tasas de natalidad.1.4. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>Como se anotaba en el primer aparte de este texto, la migración internacional seproduce y reproduce en medio de redes sociales y en formas de vivir transnacional.El proyecto familiar es sustancial desde el inicio mismo de la migración y durantelas distintas fases del proceso, en especial porque mantiene los sueños y expectativas41


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>comunes. Cuando deciden migrar, los y las migrantes exponen ante los demás unosargumentos legitimadores: quiero una familia mejor (Irene) 13 , es una mejor alternativapara mis hijos, es porque sean alguien en la vida, debo educarlos bien (Lina) y otrossimilares. Estas argumentaciones expresan unos imaginarios sociales sobre la familiaque comienzan a estar presentes como un eje articulador de la forma de vida, de losintercambios que implica vivir entre dos naciones.Con el objeto de analizar detenidamente el concepto de <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>,vamos a tratar primero la familia como categoría de las ciencias sociales y, posteriormente,la modalidad transnacional de la misma.1.4.1. <strong>Las</strong> categorías y los cambios de las <strong>familias</strong>La familia como concepto contiene múltiples interpretaciones desde las perspectivasdisciplinarias. Si bien la antropología hace énfasis en su diversidad, la sociología en suestructura y roles, la psicología en su papel ante la formación de la identidad, y otrasse refieren más bien a los cambios y continuidades, todas coinciden en comprenderlacomo una institución articulada con la sociedad, ligada a la conservación de la vidaa través de la protección de quienes la integran, a la reproducción de la cultura y, enconsecuencia, a la socialización de las nuevas generaciones. Al considerar la familiay la sociedad como inexorablemente articuladas, creemos que se complementan y senecesitan.<strong>Las</strong> <strong>familias</strong>, cualquiera que sea su configuración, se convierten en un grupo socialprimario, donde existen relaciones de solidaridad, afecto, conflictos e incompatibilidades.Al mismo tiempo, en ella se establecen relaciones de poder entre los géneros,pues tradicionalmente han sido estructurados por el orden patriarcal, que le definenla jerarquía y la autoridad al adulto mayor (Lerner, 1990), lo que en ocasiones generaconflictos inter-generacionales, pues el grupo está compuesto por personas con historiasdiferentes, que viven momentos disímiles de su ciclo vital.En ese sentido, debemos reconocer una doble dinámica en el grupo familiar: por unlado, es el que recibe de la sociedad los recursos indispensables para su subsistenciay, al mismo tiempo, se ve afectado por los cambios sociales, culturales y económicosacaecidos en esta (Burin y Meler, 1998; Elías, 1998; Flaquer, 1999). Aunque nosreferimos a la familia en singular como categoría teórica, cuando la articulamos al13<strong>Las</strong> cursivas son citas de los relatos que sirvieron de base en la presente investigación y los nombres,como ya lo mencionamos, son ficticios. A partir de este punto comenzaremos a utilizar los relatos textualesde los y las migrantes y sus familiares, vinculándolos a los hallazgos de la investigación.42


La migración internacional y las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>: un acercamiento conceptualmundo social encontramos múltiples formas familiares, asociadas al contexto y definidascomo tales por quienes sienten como suyas unas relaciones de parentesco yafiliación.Nuestra sociedad tiende a idealizar la familia nuclear, pero cuando revisamos endetalle dicha organización tanto en América Latina como en el caso de Colombia,encontramos una enorme diversidad e incluso un decrecimiento de esta forma familiar,frente a un aumento de hogares monoparentales femeninos, extensos, e inclusohogares unipersonales (Arriagada, 2002; Puyana et al., 2003; Rico de Alonso, 1999;Cicerchia, 1999).Si vemos los grupos familiares a partir de su dinámica interna, encontramos relacionesendógenas, que los definen como sistemas donde sus interacciones emocionaleslos moldean como un todo, compuestos por subsistemas diádicos, como las relacionesde pareja, también triádicos como los de padres, madres e hijos, y las relaciones fraternas,entre otras. En los grupos familiares se convive en la medida que se establecenformas de interacción y se nutren emocionalmente unos a otros en un contacto íntimo,lo cual va construyendo una percepción de sentirse querido, valorado y reconocido(Linares, 1996; Berger y Luckman, 1968). Estos constituyen vínculos afectivos necesariospara la formación de las identidades, asociados a sentimientos de protección,comunicación y pertenencia. <strong>Las</strong> interacciones sistémicas afectan a todas las personasintegrantes de las <strong>familias</strong>, de forma que, entre otros, las separaciones, las muertes yla migración de cualquiera de sus miembros, bien sea de padres, madres, hijos o hijas,son hechos que generan un impacto emocional.Desde las ciencias sociales, se distingue entre el término de familia, como el grupo definidoa partir de relaciones de parentesco, y el de hogar, como el grupo que contieneespacios comunes, lugar del descanso, supervivencia o consumo (Gonzalvez, 2007).Por lo común, cuando hacemos énfasis en la función doméstica resaltamos el hogar;cuando nos referimos a la familia, la connotación es más amorosa y hacemos alusióna los lazos afectivos. De forma que si se comparte la unidad habitacional con otraspersonas, el hogar puede establecerse con o sin lazos de parentesco y afectivos tan comunesentre las <strong>familias</strong>. Afirmamos que hay hogares sin familia y, al mismo tiempo,es posible definir las <strong>familias</strong> por los lazos afectivos y por la construcción simbólicaque las personas hacen de ella, lo cual nos permite observar la existencia de <strong>familias</strong>con relaciones estrechas, sin hogar común.En este estudio retomaremos las siguientes definiciones sobre hogar propuestas parael caso de América Latina por Arriagada (2002), quien lo define a partir de la cohabitacióny propone distinguir entre los “hogares unipersonales (una sola persona) [ylos] hogares sin núcleo (aquéllos donde no existe un núcleo conyugal o una relación43


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>padre/madre-hijo/hija, aunque puede haber otras relaciones de parentesco)” (Ibíd.:151). Este tipo de hogares no constituyen una familia para la convivencia. Cuando secohabita con relaciones de parentesco, la autora se refiere a hogares nucleares (padreo madre o ambos, con o sin hijos), extendidos (padre o madre o ambos, con o sin hijos,y otros parientes) y, finalmente, hogares compuestos (padre o madre o ambos, con osin hijos, con o sin otros parientes y otros no parientes). Otra división atañe a hogaresmonoparentales (con sólo un padre, habitualmente la madre) o biparentales (con ambosprogenitores). Otros tipos de hogares, poco tenidos en cuenta por las estadísticasde cobertura nacional son los recompuestos, donde conviven en un mismo lugar hijosde diferentes uniones: tus hijos, los míos y los nuestros, como lo indica un estudioabordado por Jiménez (2001).Como cualquier institución social, las <strong>familias</strong> cambian y establecen estrategias paragarantizar la subsistencia de quienes integran el grupo, así como su articulación conla vida social. Desde la década del 80, al analizar la familia en Colombia, Gutiérrezde Pineda (1988) destacó el cambio en las formas familiares, en la división de rolesy ciertos procesos de democratización de las relaciones padres, madres e hijos/as,acompañado de contradicciones y paradojas. Así mismo señaló, a raíz del estudio dela familia santandereana, transformaciones en una estructura patriarcal fundamentadaen el honor, con implicaciones para la democratización de las relaciones en lapaternidad y la maternidad. Cambios que también se han dado en otros contextosculturales (Gutiérrez de Pineda, 1998).Otras investigaciones también han reconocido los cambios en las relaciones entre padres,madres e hijos e hijas, en la medida en que la población colombiana se urbanizay alcanza una mayor conciencia acerca de las formas autocráticas de este tipo de relaciones(Puyana et al., 2003). En la investigación citada, se reconoce la complejidady dinámica contradictoria de los cambios, pues estos oscilan entre la reproducción delas tradiciones respecto a la organización interna de la familia, caracterizada por unarígida división sexual de roles entre hombres, como proveedores, y mujeres, comoamas de casa, hasta las vivencias de roles en transición y formas más democráticas deejercer la paternidad y la maternidad.Estos cambios implican una mayor inserción de la mujer en el mundo laboral, unmejor nivel educativo (Ibíd.) y nuevos papeles en la parentalidad (Henao, 1997),que demuestran cómo los padres cumplen en la familia roles diferentes a los de susprogenitores, a la vez que expresan cambios en la dinámica afectiva. Son tambiéncomunes formas de paternar y maternar, distintas según el ciclo vital de las personas,en especial los jóvenes y los adolescentes (Maldonado, 1999).44


La migración internacional y las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>: un acercamiento conceptual1.4.2. Familias <strong>transnacionales</strong> en hogares dispersosAnte la migración internacional de quienes integran las <strong>familias</strong>, en especial de lospadres, las madres o ambos, algunos medios de comunicación e incluso académicos,han pronosticado la desintegración de las mismas. También se vaticina, como efectode la movilidad paterna y materna, todo tipo de situaciones difíciles para los hijose hijas, como la drogadicción, la violencia, la explotación sexual y el pandillerismo.Esta perspectiva apareció muy claramente establecida en un artículo del periódico ElTiempo, titulado: “En zona cafetera, 50 mil niños están creciendo sin sus padres, quienesmigraron a otros países”, del día 12 de enero de 2009, cuando la Procuraduría deCaldas anunciaba la existencia de huérfanos de los y las migrantes.Sin embargo, consideramos que la situación es más compleja cuando enfocamos conla mirada transnacional el evento migratorio, pues los procesos y las relaciones entrelas personas, de lo que se ha definido como <strong>familias</strong>, constituyen el fundamento inicialpara el resto de las relaciones <strong>transnacionales</strong>. Para definir los vínculos familiaresde la forma de vida conectada a pesar de la distancia, ha surgido la categoría defamilia transnacional.Esta categoría coincide con la mirada de las redes sociales en el eje mismo de lamigración internacional e implica reconocer que la migración genera un vivir transnacionalen el que participan tanto los países de destino como los de origen. En palabrasde Herrera y Carrillo (2005: 22), la interacción continua entre personas con lascaracterísticas señaladas constituye: “‘campos sociales’ que se conforman en espacios<strong>transnacionales</strong> en los cuales se producen flujos de personas, de información, de dineroy de bienes materiales. Dentro de estos campos circulan redes sociales y capitalsimbólico además de económico”. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> son agrupadas porvínculos de consanguinidad y alianza, permanecen en países desde donde fluyen o adonde llegan migrantes, mantienen vínculos económicos –a través de las remesas–, secomunican muy frecuentemente, establecen proyectos de vida comunes y propicianel desarrollo de nuevas formas de socialización y estructuración familiar, como observamosen el siguiente diagrama:45


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Diagrama Nº 1. Familia transnacional.FAMILIA TRANSNACIONALHogaren el paísde origenVínculos <strong>transnacionales</strong>Hogaren el paísde destino* Conformadapor lazosde parentesco,de consanguinidady/o contractuales.Vínculos de comunicación, económicos, afectivos,de protección, construcción social de lafamilia, proyectos comunes y obligaciones.Según Briceson y Vuorela (2002: 1), la familia transnacional comprende aquellas enlas que sus miembros viven separados durante un largo periodo pero conservan launidad y se mantienen juntas gracias a un sentimiento marcado de bienestar, colectividad,nombre común y hogar, el cual cruza las fronteras 14 . Este tipo de familia sepresenta desde siglos anteriores a raíz de las migraciones y no constituye una formaciónsocial nueva. Landolt (2006) piensa a la familia en contextos migratorios comouna serie de relaciones o una red social de individuos atados por un parentesco queno está necesariamente determinado por la proximidad espacial, resaltando así quelas relaciones familiares pueden extenderse y persistir a través del tiempo, a pesar delas separaciones físicas de corta o larga duración. Se trata de <strong>familias</strong> interactuantes,pues algunos de sus miembros se encuentran en el país de origen y otros en el dedestino, se distribuyen entre las dos sociedades y por lo general viven en constantetensión debido a que las leyes migratorias, las condiciones laborales y el alto costode la vida en los países de destino hacen difícil el proceso de reunificación de susmiembros.Al plantearnos así las <strong>familias</strong>, no podemos afirmar que los hijos e hijas sean huérfanoso huérfanas, sino que establecen vínculos <strong>transnacionales</strong>, cambian las formas14“‘Transnational families’ are defined here as families that live some or most of the time separated fromeach other, yet hold together and create something that can be seen as a feeling of collective welfare andunity, namely ‘family hood’, even across national borders” (Briceson y Vuorela, 2002, cita textual).46


La migración internacional y las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>: un acercamiento conceptualde relación por cuanto las madres y los padres cumplen con una forma transnacionalde paternar y maternar. Estudios, como el de Soffrini ed. (2005), han analizado estetipo de <strong>familias</strong>, las formas de cuidado, la autoridad, las expresiones afectivas, laprotección y proveeduría, según el rol de los y las migrantes en los grupos familiares,como trataremos en los próximos capítulos. Al mismo tiempo, la dinámica de las relacionesde pareja varía, unas se fortalecen y otras se fragmentan, se adoptan formas decuidado diferentes, estrategias y cambios afectivos. Así mismo, varía la composiciónfamiliar, el cumplimiento de funciones y roles, y en especial las relaciones paterno/materno-filiales.Si bien las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> cohabitan en hogares espacialmente dispersos,mantienen fuertes vínculos entre quienes las integran. Son <strong>familias</strong> en la medida quelos y las migrantes se refieren a ellos como tales, a pesar de esta ubicación, es decir,en Estados-nación diferentes. Un ejemplo de <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> podría ser elde una madre que, mientras conforma un hogar compuesto 15 en España, al mismotiempo se encuentra articulada a un hogar extenso monoparental en Colombia, en elque comparten sus hijos, la abuela y sus hermanos.En otros países se han desarrollado investigaciones sobre las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>.En Ecuador, se destacan la de Masa (1998), sobre los ecuatorianos que migran a EstadosUnidos; la de Solfrini (2005), en donde se explora el impacto de la emigraciónpaterna y materna desde el Ecuador sobre los hijos e hijas, a partir de sus relatos,complementada con la versión de los maestros, cuidadoras y cuidadores residentesen Quito, Cuenca y Guayaquil; la de Serrano (2007), que estudia a los hijos e hijas demigrantes a través de trabajos grupales; y, finalmente, el trabajo de Wagner (2008)sobre la maternidad transnacional. Todos estos autores, al analizar las relacionespadres, madres, hijos e hijas en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>, coinciden en no generalizarsobre los efectos “traumáticos” de la partida de los padres y madres sobre hijose hijas, sino más bien revisar las relaciones específicas empleando la palabra “depende”,que evita atribuir a todos y todas el mismo impacto psicológico, y pronosticarentonces que la migración inhibe por completo el desarrollo de los niños y niñas. Alemplear la palabra “depende”, ponemos de relieve la multiplicidad de las situacionesque pueden experimentar las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>, desde las relaciones de padresy madres con su prole hasta las formas de organización de las <strong>familias</strong>. Precisamente,en el capítulo cuatro, cuando se aborda el caso de los hijos e hijas de los y las migrantesque participaron en este estudio, profundizaremos en estas relaciones.15Hogar conformado por personas sin lazos de parentesco que los vinculen, debido a los altos costos delos alquileres en el país de destino.47


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>En Colombia, en el Eje Cafetero, se han hecho varios estudios con una mirada transnacionalde las <strong>familias</strong>, como el de Rivas et al. (2008b: 168, 170), quienes sugierenque las remesas cumplen un múltiple papel en los vínculos <strong>transnacionales</strong>.Del análisis de la información obtenida se desprende que a través de la remesas el o lamigrante mantiene control y disciplina, expresa afecto, preocupación, interés; así mismodeja ver la responsabilidad o falta de está por parte del migrante con los acuerdos o propósitosfamiliares. (…) vale la pena señalar que el comportamiento de las remesas asícomo los significados de éstas en la cotidianidad de los sujetos y de la familia muestraciertas diferencias según el tipo de organización familiar.Otro estudio, realizado por López (2008), analiza también las complejas dinámicasde las relaciones en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Por otra parte, las investigacionesde corte estadístico en Madrid establecen la magnitud de <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>entre el colectivo colombiano. Según Garay (2008: 24): “El 56% de los jefes de hogaroriginario y sus cónyuges continúa perteneciendo a ese hogar en Colombia, en tantoque, en el caso de los hijos y las hijas, dicha proporción sólo alcanza el 31% (…)”. Loanterior, permite sacar a la luz el carácter transnacional de las <strong>familias</strong>.Es por eso que enfocamos esta investigación en el estudio de los vínculos, la organizaciónde las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>, el antes y el después, y las estrategias que empleanpara abordar el evento migratorio, manteniendo una constante articulación, yasea a través de las remesas, la comunicación permanente, la expresión de afectos o losproyectos de vida conjuntos, que contienen posibilidades de retorno o reunificación.1.4.3. La perspectiva de género en la migración internacionalPor último, consideramos la necesidad de situarnos en la migración desde los cambiosque esta produce en las relaciones de género. Compartimos con Rosas (2006) su apreciaciónsobre la necesidad de incorporar esta mirada en los estudios sobre migración,cuando plantea que el enfoque de género posibilitó la comprensión de la migraciónfemenina como un fenómeno social diferente al de la masculina, así como cuestionarlas perspectivas teóricas que no visibilizaban los elementos de género presentes enlas decisiones y estrategias migratorias, proponer indicadores y unidades de análisisque hicieran posible una mejor captación de las especificidades de los movimientosmigratorios femeninos.El análisis de género en el tema de migraciones conlleva matices y ofrece perspectivasdistintas, tanto desde el país de salida como desde el de llegada, o acerca de la dinámicamisma de la familia transnacional. En efecto, la concentración de las migracionesen condiciones desfavorables para la mujer se asocia con los nichos de demanda48


La migración internacional y las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>: un acercamiento conceptuallaboral no calificada en los países de destino. De ahí que las mujeres inmigrantes encuentrentrabajos en el sector de los servicios y en especial en los oficios domésticos,los cuales incluyen el cuidado de ancianos/ancianas, y niños/niñas, o las labores delimpieza doméstica (Parella, 2003).Todos estos trabajos se han privatizado como consecuencia de la falta de un Estadobenefactor que apoye a la población –en especial a las mujeres– para la realizaciónde estas tareas. Se produce lo que algunas autoras denominan la “globalización dela reproducción social” o lo que se ha llamado “redes globalizadas del cuidado” y“sirvientas de la globalización”. Se hace así referencia a las necesidades de cuidado,que convierte a las mujeres inmigrantes en cuidadoras de quienes demandan estosservicios con un pago muy alto por su labor si se compara con lo devengado en lospaíses de origen, como plantean Herrera y Carrillo (2005, 19):(…) los análisis desde la economía política de la globalización han centrado su interésen examinar cómo han sido distribuidas y redistribuidas las actividades de cuidado en unsistema internacional en donde la fuerza de trabajo inmigrante provee el cuidado en lospaíses ricos, en muchas ocasiones en detrimento del cuidado y protección social otorgadoen las poblaciones de los países pobres.Desde el país de salida, la perspectiva de género nos ayuda a comprender el papel delas mujeres en el establecimiento de redes familiares, como forma de enganche paraconseguir un trabajo y tomar así la decisión de migrar (Gregorio, 1998). Se ha considerado,para el caso del Eje Cafetero colombiano, que durante la migración el papelde las redes sociales es inequitativo en lo que corresponde al género. Por ejemplo,cuando las mujeres permanecen en los países de origen tras la migración del marido,son excesivamente controladas por amigos y vecinos, de tal forma que las redes reproducenlas relaciones tradicionales de género pues las obligan a que permanezcanfieles y plenas de respeto hacia sus maridos. Por el contrario, cuando la mujer emigray deja a su esposo, puede ocurrir que él tenga la posibilidad de divertirse e inclusivetener otras mujeres. Cuando la mujer emigra, esto se ve con frecuencia como abandonodel hogar y se presiona en su contra (Rosas, 2006; Gregorio, 1998).Otra observación respecto a la forma en que inciden los simbolismos culturales entorno al género en la migración, tiene que ver con el encuentro de las emigrantescon otras visiones, relacionadas con el papel de las mujeres y sus derechos. Con frecuencia,las mujeres migrantes toman conciencia de que son sujetos de derechos,confrontan las tradiciones patriarcales y van reconstruyendo sus identidades con mayorautonomía. Bidegaín (2006) sostiene que cuando las mujeres reciben y manejanlas remesas se empoderan y fortalecen su posición frente los esposos, quienes estánacostumbrados a cumplir este papel en las <strong>familias</strong> tradicionales.49


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Finalmente, la perspectiva de género permite reconocer los cambios y reproduccionesde la masculinidad dentro del proceso de emigración internacional. Mientras unosestudios se refieren a cómo la emigración de mexicanos se realiza en la perspectivade mantener el papel del padre proveedor y la reproducción de la familia tradicional(Rosas, 2006), otros lanzan hipótesis acerca del impacto que las nuevas ideasrenovadoras tienen en torno a las relaciones de género, lo que genera cambios en laconstrucción de las identidades masculinas.50


Capítulo 2La decisión de migrar:concepciones y experiencias de los y las migrantesQuería abrirme otras puertas,ver otra cosa (Au g u s t o) 16 .En nuestro caso de estudio, la expresión abrirme otra puerta u otra ventana obedeceal deseo de partir, dejar el espacio donde nos desenvolvemos en el diario vivir,ampliar las perspectivas de vida y ¿por qué no?, construir nuevos vínculos. A estametáfora se asocian sentimientos complejos, que se instauran no sólo en el plano deldeseo, sino también a partir del cambio radical que implica vivir en otro país, un hitoen el ciclo vital de las personas que afecta los vínculos amorosos profundos. Se tomala decisión de migrar, justificándola por medio de diversos argumentos relacionadoscon el contexto en el país de origen, las motivaciones personales o las oportunidadesque se presentan en la vida de quienes se deciden por el éxodo que, cuando devienen,son apreciadas como posibilidades nunca soñadas o como el camino para concretarun sueño que antes se pensaba imposible.En este capítulo haremos, en un primer momento, una breve caracterización de los ylas migrantes y los familiares que participaron en este estudio; a continuación abordaremoslos relatos de ellos y ellas acerca del momento previo a la migración, iniciaremoscon los motivos de la misma, y posteriormente expondremos las expectativasconstruidas por unos y otros antes de migrar y la manera en que estas se transformarono permanecieron en el tiempo; seguiremos con la manera como llevaron a cabo16Los fragmentos de los relatos que se han utilizado para ilustrar los hallazgos de la investigación estánescritos en cursiva, puesto que narran textualmente las experiencias de los y las migrantes y sus familiares,éstos fueron identificados como relatos emergentes durante la codificación.51


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>la toma de decisión, después nos concentraremos en los lazos de solidaridad establecidospor las <strong>familias</strong> y las diferentes redes de apoyo, que juegan un papel central enla migración internacional; finalmente, plantearemos cómo la religiosidad influye, enalgunas ocasiones, en la toma de decisión de migrar y juega un papel fundamentaldurante todo el proceso migratorio.2.1. Caracterización de la población migrante y sus familiaresen ColombiaLa siguiente información, sistematizada a partir de una base de datos construida porlas investigadoras con la información proporcionada por los y las migrantes y sus familiares,presenta algunas características generales acerca del perfil de quienes compartieroncon nosotras su experiencia migratoria. Si bien esta información permiteconocerles, no es representativa de toda la diáspora colombiana en Madrid.Con respecto a los y las migrantes entrevistados en España, encontramos que su éxodose concentra en los años 2001 y 2007. Como observamos en el gráfico Nº 1, enel primer año mencionado migraron 11 de ellos y ellas, es decir, el 26.82%; la razónque aducen para explicar su partida en este año es evitar los trámites de visado exigidosa los colombianos y <strong>colombianas</strong> para ingresar a España a partir de enero de2002. En el segundo, el incremento del flujo migratorio, correspondiente a 13 casos,es decir el 31,70% del total de las y los entrevistados para el caso de nuestro estudio,está relacionado con las facilidades ofrecidas por los acuerdos de migración temporalentre España y Colombia 17 ; con este argumento, en el 2007 migró el 61,53% del totalpara este año.17(…) “los programas de trabajo temporales no son fenómenos nuevos (…) se basan en los procesos decaptación y preselección de candidatos por parte de las autoridades del país de origen y procesos de selecciónconjuntos entre ambas Administraciones y las empresas ofertantes de empleo. E incorporan medidaspara la simplificación de la gestión de las autorizaciones y los visados de residencia y trabajo. Desde elGobierno español se concede una gran importancia al funcionamiento de estos Acuerdos bilaterales parala gestión ordenada de los flujos migratorios. (…) En este momento España tiene suscritos Acuerdos bilateralescon Colombia, Ecuador, la República Dominicana y Marruecos”. (Foro Global sobre Migraciones yDesarrollo, 2007: 3-4). <strong>Entre</strong> los acuerdos con Colombia, podemos mencionar el Programa de MigraciónLaboral, Temporal y Circular (MLTC), suscrito a través de la Organización Internacional para las Migraciones,y el proyecto “(…) financiado por la Comunidad de Madrid (España), y ejecutado por la AsociaciónIberoamericana para la Cooperación, el Desarrollo y los Derechos Humanos -AICODE- en el marco delConvenio firmado con el Servicio Nacional de Aprendizaje -SENA-” (Servicio Nacional de Aprendizaje,SENA, s/f).52


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesGráfico Nº 1. Año de partida de los y las migrantes entrevistados(as).Con relación a la edad en que migraron, del gráfico Nº 2 podemos inferir que la poblaciónmenor de 20 años y mayor de 40 sólo corresponde a 7 relatantes –el 17,06%del total de los y las migrantes–, mientras que la mayoría, 34 de ellos y ellas, es decirel 82,91%, migró entre los 20 y los 40 años. De manera general, podemos observarun decrecimiento del ritmo migratorio a medida que aumenta la edad.El promedio de edad de migración es de 33,36 años; discriminado por sexos, el delas mujeres corresponde a 27,05 años y el de los hombres, a 30. Esto significa quelos y las migrantes se encuentran en una edad productiva, en la medida que puedentrabajar, y reproductiva, pues están en capacidad de procrear. Algo similar planteanINSTRAW y la OIM (2007: 14) acerca de la migración colombiana en España, alafirmar que la población “(…) se caracteriza por ser joven, concentrándose mayoritariamenteen la edad económicamente activa. El 65% de la población colombianaempadronada se sitúa en los cohortes comprendidos entre los 20 y los 44 años”.53


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Gráfico Nº 2. Edad de migración de las y los entrevistados(as).El 95,13% de la población migrante entrevistada tiene un nivel educativo mayor oigual al de secundaria completa y solamente el 4,87%, correspondiente a dos casos,no terminaron este nivel, tal como vemos en la tabla Nº 2. En esta encontramos queel 21,94% terminó al menos algún nivel de secundaria y un 78,03% realizó algún estudiode nivel superior, bien sea técnico, universitario o de posgrado. Esto concuerdacon “(…) un estudio del BID (2002) [en el que] el 38,8% de las personas <strong>colombianas</strong>en España había completado estudios universitarios y sólo el 3,8% tenía estudios básicoso no tenía formación escolar” (INSTRAW y OIM, 2007: 15). Discriminando porsexo, encontramos que en la mayoría de los casos hay un equilibrio entre hombres ymujeres con relación a cada nivel educativo; únicamente en el nivel universitario hayun mayor porcentaje de hombres que lo han alcanzado, el 18,18%, en comparacióncon el 5,26% de las mujeres.54


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesTabla Nº 2. Nivel educativo de los y las migrantes en España.MIGRANTES ENTREVISTADOS(AS) EN ESPAÑANIVEL EDUCATIVOHOMBRES MUJERES TOTALUnidad Porcentaje Unidad Porcentaje Unidad PorcentajeSecundaria 4 18,18% 3 15,78% 7 17,07%Secundaria incompleta 1 4,54% 1 5,26% 2 4,87%Técnico 3 13,63% 4 21,05% 7 17,07%Técnico incompleto 3 13,63% 4 15,78% 6 14,63%Universitario 4 18,18% 1 5,26% 5 12,19%Universitario incompleto 5 22,72% 5 26,31% 10 24,39%Posgrado 2 9,09% 2 10,52% 4 9,75%Posgrado incompleto 0 0% 0 0% 0 0%TOTAL 22 100% 19 100% 41 100%Ante la considerable proporción de migrantes con nivel educativo superior, nos preguntamosentonces ¿hasta dónde Colombia pierde la inversión en la formación deuna mano de obra que debe salir a trabajar a otro país? Por otro lado, ¿los migrantesejercen sus profesiones en España, de acuerdo con la formación recibida en Colombia?Con relación a esta última pregunta, Guarnizo (2006) afirma que la diásporacolombiana en el extranjero no cumple funciones laborales que requieran alto nivelde capacitación.Gráfico Nº 3. Sector de ocupación de los hombres entrevistados en España.55


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Similar situación se presenta entre nuestro grupo de relatantes. Si bien el 78,03%había migrado con alguna formación superior, en el momento de la entrevista, comomostramos en los gráficos Nº 3 y 4, 18 hombres, el 81,81% de ellos, y 12 mujeres,el 63,15% de ellas, es decir 30 migrantes del total de relatantes, equivalentes al73,17%, laboraba en el sector servicios, como cocineros, camareros y aparca coches 18 ,entre otros, cuando se trata de hombres, y como camareras y vendedoras, para el casode mujeres.Gráfico Nº 4. Sector de ocupación de las mujeres entrevistadas en España.Aunque la mayoría de nuestros y nuestras relatantes se concentra en el sector servicio,también encontramos, tomando el total de entrevistados y entrevistadas, otroscasos en que están vinculados y/o vinculadas a sectores como: académico (4,87%),construcción, comunicación, transporte y salud (2,43% c/u).Por otra parte, una mujer se definió como independiente (2,43% del total de relatantes)y 4 (9,75%) afirmaron estar desempleados en el momento de la entrevista. Conrelación a estos últimos encontramos que era una situación coyuntural y que llevabanpoco tiempo sin trabajo.En cuanto a los familiares en Colombia, como presentamos en el gráfico Nº 5, de untotal de 43 personas, 22 (51,16%) de las referenciadas por las y los migrantes paraentrevistar son madres, 7 (16,27%) son hijas, 5 (11,62%) esposas o compañeras18Nombre dado en España al oficio de parquear carros.56


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantespermanentes y 4 (9,30%) hermanas, para un total de 38 mujeres entrevistadas en elpaís de origen, es decir el 88,37%, comparado con el 11,63% correspondiente a loshombres, entre quienes entrevistamos padres, esposos o compañeros permanentes, yhermanos/hermanas.Gráfico Nº 5. Parentesco del o de la familiar entrevistado(a)en Colombia con el/la migrante.De esta población en Colombia, como registramos en la tabla Nº 3, en el momentode la entrevista, la mayoría de las mujeres se desempeñaban como amas de casa otrabajaban como independientes, mientras que, en menor proporción, encontramosestudiantes, pensionadas o empleadas de alguna entidad. Por su parte, los hombreseran pensionados, independientes o empleados.Tabla Nº 3. Sector de ocupación de los y las familiares entrevistados(as) en Colombia.SECTORDE OCUPACIÓNHOMBRES MUJERES TOTALCantidad Porcentaje Cantidad Porcentaje Cantidad PorcentajeAma de casa 0 0% 10 26,31% 10 23,25%Empleado(a) 1 20% 2 5,26% 3 6,97%Independiente 1 20% 10 26,31% 11 25,58%Estudiante 0 0% 7 18,42% 7 16,27%Pensionado(a) 2 40% 3 7,89% 5 11,62%Sin información 1 20% 6 15,78% 7 16,27%TOTAL 5 100% 38 100% 43 100%57


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Es importante aclarar que la tabla anterior sólo muestra la ocupación de un miembrode la familia, por lo que para definir la situación económica del grupo familiar o determinaraspectos relacionados con sus ingresos, sería necesario conocer la ocupaciónde todos los que lo componen y aportan para el sostenimiento de sus miembros. Poreste motivo, sería arriesgado afirmar que las remesas son su único ingreso, comoplantearemos en el capítulo tercero.2.2. El escenario previo a la migraciónQuería ir a conocer (Au g u s t o);Me tocó (Di e g o).En este epígrafe encontramos los dos extremos de los motivos de la migracióninternacional, desde quienes están dispuestos y buscan activamente migrar, hastaquienes están afectados por el desempleo, los bajos ingresos o la persecuciónpolítica y deben irse por causas ajenas a su voluntad. En general, los motivosnutren la acción social, explican y justifican las interacciones sociales durante eltranscurso de la vida cotidiana; esta acción se basa en la predicción de que si unsuceso ocurre, una causa permite explicarlo y así, sucesivamente. En nuestro casode estudio, cuando los o las relatantes se refieren a los motivos de la migraciónestán argumentando a partir de las causas con las que ellos mismos o ellas mismasjustifican su acción.Por lo común, en nuestra cultura occidental nos movemos con un pensamiento caracterizadopor la causalidad lineal, de forma que se considera que una causa genera unaconsecuencia y por tanto, la acción se explica a partir de un motivo. “(…) la consolidacióndel principio causal lineal como sustento del razonamiento explicativo de losfenómenos. A produce el efecto B, las mismas causas siempre producen los mismosefectos, lo cual supone un endiosamiento de la causalidad como principio ordenadordel universo” (Garciandía, 2005: 215). Este tipo de causalidad que ha sostenido eledificio de la ciencia ha sido adaptada por el pensamiento cotidiano 19 .Según Vander y Zander (1990: 74), los motivos se encuentran justificados en dostipos de causas: internas y externas. <strong>Las</strong> primeras están relacionadas con las cualidades,las actitudes o disposiciones hacia un meta propuesta e inciden en la acción;19Una mirada cartesiana heredada de pensadores de la ilustración como Descartes quien al proponerel método científico nos remite a descomponer los fenómenos y estudiarlos con esta lógica (Martínez,2004).58


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migranteslas segundas, son externas o más propias del contexto, de forma que a la acción se leatribuyen ciertas circunstancias, como los fenómenos ambientales, sociales o culturales,que son consideradas por quienes relatan como ajenas a su voluntad. Los motivosno solamente están plenos de estas causalidades y justifican la acción inmediata, sinoque además incluyen una cierta disposición psicológica, circunstancias que para elactor suponen condiciones reales y objetivas, correspondientes a lo que ellos mismosy ellas mismas llaman su propia realidad.En este capítulo trataremos los motivos de acuerdo con las causas externas que los ylas relatantes les asocian –que en este caso se centran en referencias sobre el contextosocial y económico del país de salida– y posteriormente las causas internas que ellosy ellas refieren.En el gráfico Nº 6 se encuentran los motivos de la migración divididos por sexo,aducidos de manera rápida cuando los y las migrantes responden a las preguntasrealizadas durante la entrevista. A partir de este gráfico podemos inferir que 26 de 41migrantes entrevistados, es decir, el 63.4% del total, manifestaron entre sus motivacionespara migrar la intención de mejorar sus ingresos económicos. De esta cifra, 8migrantes (19.51%), también deseaban encontrar trabajo en España, debido a que enel momento en que tomaron la decisión de migrar estaban desempleados y no teníanestabilidad económica en Colombia; mientras que 7 de ellos y ellas (17.07%) migrabanporque contaban además con un contrato de empleo temporal en España, estogracias a los acuerdos bilaterales que ofrecen oportunidades de empleo temporal 20en el país de destino, tales como los programas del Servicio Nacional de Aprendizaje(SENA).Esta alta proporción de entrevistados y entrevistadas que migraron con el fin de mejorarsus ingresos económicos podemos asociarla con lo manifestado por ellos y ellasacerca de que en el país de origen no lograban satisfacer sus necesidades ni veían unasalida a su precaria situación económica, por lo que depositaron sus esperanzas enel país de destino. Esta motivación la relacionamos con factores externos que, comoanalizaremos más adelante, surgen de la comparación entre las condiciones laboralesy de ingresos entre ambos países.20De acuerdo con Castles (2004: 35-36), la inmigración laboral temporal es aquella en la que se presumeque los inmigrantes internacionales “(…) volverían a su casa después de un periodo (…)”, este tipo deinmigración ha aumentado a raíz de la evolución de la tecnología de la información, el transporte y porlos convenios bilaterales.59


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Gráfico Nº 6. Motivos de la migración de los entrevistados y las entrevistadas.En menor proporción, se señalan otros motivos, como la búsqueda de refugio político(9.75%), la cual se presenta como una necesidad apremiante de salvaguardar la vida;el deseo de estudiar (7.31%); la reunificación familiar (4.87%), entre otros, como elamor, la aventura y las presiones familiares, que sumados dan un 14.63% del total delos y las migrantes.En general, esta información coincide con la establecida por Garay (2008: 44) acerca delas motivaciones originarias de la migración para el colectivo colombiano en Madrid:(…) buscar trabajo (en 49% de los casos), subsidiariamente, hacer negocios (en 6%),falta de oportunidades en Colombia (en 11%) y realizar estudios (en 5%). De lo anteriorse deduce que para dos de cada tres inmigrantes colombianos en la CM la principalrazón para haber emigrado de Colombia está entre la búsqueda de trabajo y la falta deoportunidades 21 .2.2.1. Causas externas en el país de origen: “sólo trabajando para comer…”Los factores externos que explican los motivos de la migración no siempre fueronmanifestados de manera consciente durante las entrevistas. Sin embargo, en el mo-21Debemos anotar que Garay (2008) no contabilizó los migrantes por factores de persecución política,que en nuestro caso concentran el 7% de los y las relatantes, aunque en otros estudios se centra en estetipo de personas.60


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesmento en que analizamos de forma pormenorizada los relatos y los asociamos conel contexto político, económico, social y cultural en donde se lleva a cabo la acción,logramos tener una visión más compleja.El motivo más comentado hace referencia a los bajos ingresos en Colombia, a loque se suman las responsabilidades económicas tanto de padres y madres, como dequienes son hijos o hijas y sienten que deben participar activamente en la proveeduríadentro de su grupo familiar. Los primeros, consideran que con sus ingresos enColombia no alcanzaban a cumplir con su papel, como podemos ver en los siguientesrelatos:(…) ya no tenía cómo, ya la universidad de mi hija me tocaba era con préstamos personalesy luego acosado para pagarlos y todo, en último ya vi que no daba y entonces, la idea devenirme (Andrés); Decidí venirme primero como persona y como trabajador, porque tengouna familia y necesariamente tengo que sostenerla, porque mi esposa muchas veces tenía quededicarse al cuidado de mis hijas y yo llevar el sustento (Sergio); En Colombia, no habíanada que hacer, eso es vivir no más trabajando para comer y para colegios, comida, ropa detres niños. Uno hace todo por los hijos (Norma).En el caso de los padres, el afán se explica por la necesidad de cumplir el tradicionalpapel de proveedores, imposibilitado cuando pierden el empleo o se recibenen éste remuneraciones insuficientes para satisfacer sus necesidades, de formaque la migración se emplea para reproducir la familia tradicional. En el caso delas madres, se relaciona con el cambio en los roles de género, lo cual obliga aque las mujeres también cumplan su papel de proveedoras; esto ha incidido en lafeminización de la migración, como planteamos en el capítulo primero. En amboscasos se vieron frustradas las expectativas de consumo de padres y madres debidoa las precarias condiciones salariales que tenían cuando laboraban en Colombia.La metáfora trabajando para comer denota este sentimiento de carencia expresadopor ellos y ellas.En efecto, los y las migrantes y sus familiares, en la búsqueda de satisfacer sus patronesde consumo, optan por la migración, ya que al hacer la comparación salarialentre España y Colombia, algunos y algunas manifestaron que percibían una ventajaeconómica con relación a los ingresos que podrían obtener en el país de destino. Asícalculó Juliana en la entrevista este fenómeno: se paga en euros y se ve mejor la plata,al mandarla al país se triplica, a estar en Colombia trabajando, ganando un mínimo queno alcanza. Por ello consideran que mientras en el país de origen únicamente se vivepara satisfacer necesidades básicas, en el de destino los ingresos devengados sirvenpara lograr un mayor nivel de consumo, que se incrementa si los gastos se hacen enColombia, donde el costo de vida es más bajo.61


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Si hacemos un cálculo aproximado, el salario mínimo para el año 2008 era allí deseiscientos euros (600 ∈) 22 por mes, que multiplicado por tres mil pesos ($3.000 m/c)(tasa promedio de cambio a pesos colombianos), da como resultado un millón ochocientosmil pesos ($1.800.000 m/c), mientras que en Colombia el salario mínimo enel mismo año era de cuatrocientos sesenta y un mil quinientos pesos ($461.500), loque significa que un o una migrante podría pensar que en España se puede ganarcuatro veces el salario mínimo que se devenga en Colombia 23 por oficios en los quecon frecuencia se trabaja ocho horas, aunque algunos y algunas obtienen pagos extrascuando asumen jornadas de trabajo más largas. Sin embargo, muchos de ellos y ellasno toman en cuenta el costo de vida en España, por lo que sus expectativas puedenfrustrarse al llegar allá.La opinión de un migrante en España de que la migración es causada por las condicionesque se viven en el país de origen es compartida por muchos de los familiaresen Colombia, quienes ven en la falta de oportunidades el motivo de la migración. Lossiguientes relatos ilustran este punto:No hay las mismas facilidades, porque no te garantizan las cosas con certeza, porque te faltatrabajo, dinero, educación, lo normal, lo que todo el mundo necesita (Felipe, migrante enEspaña); (…) se va mucha gente de este país porque no hay mucha fuente de empleo, no hayestabilidad laboral, entonces la gente desesperada ¿qué hace?, irse a otros lugares porqueuno tiene que bregar a subsistir de alguna manera (…) esa es la ambición de mucha gente,irse por allá para poder ayudar económicamente a sus <strong>familias</strong> (…) (Liseth, madre de unamigrante); en realidad la falta de dinero es la que hacer ir a la gente por allá, eso siempreallá respira un poquito más. Él que se va por allá por lo menos le cambia la situación (Mercedes,madre de una migrante).Otro motivo aducido es el de la falta de trabajo en Colombia, situación que acusantanto jóvenes migrantes como personas de mayor edad. El caso de Iván, quien migróa los 31 años, ilustra esta situación: siendo técnico profesional y habiendo estado vinculadodurante largo tiempo a una cadena privada de televisión colombiana, perdiósu empleo y debió pasar casi un año sin vincularse a otro, por lo que tomó la decisiónde migrar:22“Para este año, el salario mínimo para cualesquiera actividades en la agricultura, en la industria y en losservicios, sin distinción de sexo ni edad de los trabajadores, queda fijado en 20 euros/día ó 600 euros/mes,según que el salario esté fijado por días o por meses”. Tomado de: http://www.fetraplast.org/publicacion.php?id_pub=65&id_area=3&id_suba=0.23Esta afirmación no significa que en Colombia no sea indispensable desarrollar programas contra lascondiciones de inequidad y pobreza que afectan a la población, pues el país tiene un contexto social yeconómico causante de la migración.62


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesYo decidí esperar un tiempo en Colombia, en Bogotá, a ver si resultaba algo con los medios;a raíz de que no salió nada, pues no me quedó más opción sino arrancar. Yo esto lo comentécon mis padres, con mis hermanos, realmente mi papá y más que todo mi madre, no estuvieronmuy de acuerdo en que yo arrancara, ellos tenían más la esperanza de que yo pudieraubicarme en el medio allí en Bogotá, pero al pasar del tiempo dijeron, pues no. Fue una decisiónúnicamente mía de migrar. Finalmente mi padre dijo: “si tiene cuadradas las cosas allí,si tiene quien lo reciba, si no se va a endeudar aquí por irse, si tiene el dinero, pues arranquey a ver cómo le va, ensaya otras cosas y otra vida”.Al principio tuvo que trabajar en labores agrícolas, que consideró extenuantes y ajenasa su preparación profesional y al contexto citadino donde estaba acostumbradoa vivir. Con el tiempo se vinculó a otras labores en Madrid pero, después de más desiete años, no ha logrado realizar actividades laborales relacionadas con su formaciónprofesional.El desempleo también presionó a los y las jóvenes a viajar a España, como le ocurrióa Lucía, quien migró a los 17 años: Ya no encontraba trabajo, había buscado en muchossitios y la verdad que no salía. A las mujeres se les facilita la contratación como camareraso en el servicio doméstico en el país de destino, en tareas que ellas considerande bajo estatus social pero con una remuneración cuatro veces más alta respecto a loque recibían en Colombia o podrían devengar si las desempeñaran allí. Por ello, seles facilita formar parte de lo que se ha denominado “cadenas globales del cuidado”(Herrera, 2005), lo cual implica vincularse al servicio doméstico en los países dedestino y concentrarse en labores de apoyo a otras mujeres para que puedan entraral mercado laboral.Una representación social común, evocada por familiares y migrantes para justificarel proyecto migratorio, es aquella que considera que en Colombia la juventud notiene futuro, construida a partir de las condiciones adversas sufridas en el país porlas nuevas generaciones. Estas opiniones son compartidas por Alfonso, hermano deun migrante en España, quien considera que los jóvenes en Colombia no tienen unaexpectativa real y deben ir a buscar su futuro en otros lugares donde hay mejor poderadquisitivo, gracias a lo cual pueden ayudar a mejorar las condiciones de vida de sus<strong>familias</strong> en origen. Karina opina algo parecido cuando menciona la posibilidad de quesu hijo migre a España: va a tener un nivel de vida, una calidad de vida mejor. Tal vezeste es el motivo por el que Sebastián, familiar de un migrante en España, opinó quela mayoría de colombianos y <strong>colombianas</strong> jóvenes están mejor en otros países que enel de origen.En efecto, la población considerada como joven (10-29 años) está especialmente afectadapor la violencia, por su inserción activa en el conflicto armado o la delincuenciay al mismo tiempo por la problemática asociada al consumo de sustancias psicoac-63


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>tivas. Según datos del Departamento Nacional de Planeación –DNP– (2002: 6), en2002, apenas el 56% de la juventud tenía acceso a la seguridad social, sólo el 12% delos o las mayores de 18 años había tenido oportunidades de educación, la coberturade las universidades públicas era baja para la demanda mientras que el precio de lasuniversidades privadas era alto.Al mismo tiempo, quienes logran finalizar sus estudios universitarios, con frecuenciano consiguen un empleo profesional acorde con su formación. En el DNP (2002:26) plantean que: “(…) tradicionalmente el desempleo juvenil es más alto respectoal promedio nacional, siendo el más representativo el ubicado en el rango de edadde 18 a 22 años alcanzando unos niveles del 29,9%.” Los casos de Javier y Julianaen Santander, quienes migraron de 18 años, indican esta situación: ellos, según susfamiliares, fueron excelentes estudiantes, pero no lograron ganar un cupo en la universidadpública; ante esta situación, prefirieron migrar dentro de los programas delSENA, no sólo en busca de un empleo sino también con el anhelo de poder costear sueducación en el futuro.Sumado a la baja remuneración de los empleos en Colombia, otro motivo de migraciónlo constituye la inconformidad con sus trabajos. Así recuerda Olga: (…) algunavez se me ocurrió hablar con un compañero que en lugar de estarme ganando 400.000mil pesos, de ver que mi futuro, ¿qué?, que no teníamos futuro, podríamos hacer algopara huir de este tormento.Otra situación relacionada con la migración es la que viven las mujeres cuando debensatisfacer las necesidades de sus hijos, debido al abandono del padre. Varias aducen,como motivo de su decisión de migrar, su estado de madres solteras, como afirmaIrene: (…) yo tengo un hijo, soy madre soltera y estaba pagando mi casa allá, estabamuy endeudada; como el papá del niño no me colaboraba ni nada, entonces, pues esome llamó mucho la atención. En este sentido el motivo se asocia al contexto culturalinequitativo para las mujeres, pues estas madres separadas o solteras deben desarrollaral tiempo las funciones de proveeduría, crianza y formación de su prole con muypoco apoyo o ninguno por parte del padre, aunque en muchas ocasiones cuentan conel respaldo de sus familiares.También se asocia con las condiciones contextuales expulsoras la persecución sufridapor quienes recibían amenazas contra sus vidas y no vieron otra salida que solicitarrefugio. Como planteábamos en el capítulo primero, según la encuesta de Profamilia(Ojeda, Ordoñez y Ochoa, 2005), en el 1% de los hogares colombianos algún miembrode la familia ha tenido que partir de forma abrupta por amenazas de los agentesdel conflicto armado. En esta perspectiva, narraciones como la de Guillermo des-64


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantescriben una situación que podría ser común a otros refugiados 24 que deambulan porEuropa, esperando regresar a su país de origen:En Bogotá, al haber pertenecido a la Corporación de Desplazados de Colombia (CORPADECOL),que ha gestionado muchas veces ayuda a los desplazados, nos vemos realmente amenazadosen el año 2006 y nos damos cuenta de que estas amenazas vienen de grupos paramilitares.Comienza de pronto un desespero entre nosotros por tratar de analizar bien la situación yde tocar las puertas, inclusive con el mismo gobierno, encontrando una serie de obstáculos,aunque le ayudan en cierta forma pero le empiezan como a marcar más a uno. Al ver nosotrosque CORPADECOL había puesto muertos en años anteriores y ante la insistencia deestos grupos de seguir las amenazas, tomamos la decisión. Es cuando realmente vemos lanecesidad de salir del país. Pero bajo las circunstancias económicas que se viven allí, sabemosque muchos no tenemos esa capacidad económica para salir inmediatamente.Similar situación refiere Gonzalo, quien nos comentó: mi proceso migratorio es cuandomatan a algunos amigos de “Jóvenes Constructores de Paz” y algunos otros tenemos quebuscar salir del país porque nos estaban amenazando con sufragios y todas estas cosas,ahí sí fue lo jodido. En estos casos, a quienes deben partir de forma inmediata, sólo lesmotiva salvar sus vidas en cualquier parte del mundo y lo más pronto posible.El conflicto ha polarizado a las personas entre quienes consideran que cualquier acciónde ayuda social significa un apoyo a la guerrilla y los que no lo ven así. Estapolarización disminuye la posibilidad de un trabajo por la defensa de los derechoshumanos, pues quienes trabajan en esta perspectiva son consideradas objetivos porlos actores armados, por lo que peligran sus vidas. Si bien es muy difícil cuantificarlas víctimas del conflicto armado, pues en innumerables casos los afectados no denunciany los asesinatos se contabilizan como parte de la violencia callejera, algunosestudios proporcionan datos al respecto:Según un estudio realizado por Diego Otero de Indepaz desde 1964, año escogido porla CNRR [Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación] como referente para laaplicación de la Ley de Justicia y Paz hasta Marzo de 2007 se han cometido en Colombia620.502 homicidios En el mismo periodo se han registrado en promedio 90 mil muertospor el conflicto armado, 3’700.000 desplazados, 48.585 secuestros 22.935 actos de terrorismoy 4.270 masacres (REDEPAZ, 2008: 10).24El Alto Comisionado para las Naciones Unidas -ACNUR-, en la Convención sobre el Estatuto de losRefugiados, artículo 1, define a la persona refugiada de la siguiente manera: (…) debido a fundadostemores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado gruposocial u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichostemores, no quiera acogerse a la protección de tal país; o que, careciendo de nacionalidad y hallándose, aconsecuencia de tales acontecimientos, fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no puedao, a causa de dichos temores, no quiera regresar a él. Tomado de: http://www2.ohchr.org/spanish/law/refugiados.htm.65


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>De todas formas, los factores contextuales y situacionales que impulsan a la emigraciónen Colombia se explican como un problema estructural de distribución derecursos y oportunidades y la difícil situación de un país con un conflicto interno demuchos años, que ha golpeado de forma especial a los jóvenes, ya sea económicamenteo en sus intereses políticos.2.2.2. Causas internas antes de migrarCon relación a las motivaciones internas, en los relatos de los y las migrantes sepercibe cierta disposición y actitud favorable a viajar, a dejar el país donde nacieronpues se han forjado un sueño que les impulsa a cambiar, tal como observamos en lossiguientes relatos: me gusta la aventura, viajar, descubrir y obviamente estudiar, asídespertó en mí esas ganas de empezar a mirar qué quería (Gloria); (…) necesitaba deun cambio radical en mi vida y por eso me pegué de este cable y lo di (César).Abundan además los deseos de desplazarse a otro lugar en búsqueda de aventuras,llenos de sueños muy comunes en la juventud, como afirma Henry: lo que me motivóa migrar es que emocionalmente siempre tenía el anhelo de salir del país, a pesar de queno lo conozco muy bien, quise salir en ese momento. Esta disposición a viajar se conjugacon las condiciones contextuales del país ya señaladas, pues así se fortalecen las alasde quienes quieren volar hacia otros parajes.Al analizar los anhelos expresados por las jóvenes encontramos también la migraciónocasionada por el deseo de romper con las ataduras impuestas por la familia tradicional,que subestima la posibilidad que tienen las mujeres de gestar su destino y lesimpide ganar autonomía. Esto ocurre en el caso de Jaqueline, quien describe así losmotivos de su migración:Me encantó la cultura europea, me gustó mucho, me gustó la independencia que adquirí acá,porque en Colombia soy de una familia muy tradicional y unida, siempre fui como un centrode atención en mi familia; muy bonito eso, pero en parte; llegó un momento en que mi alma,mi mente, necesitaba independencia, vivir cosas, tomar mis propias decisiones, llegar tardesin reproches, necesitaba vivir libre, y aquí encontré esa libertad.Otro motivo favorable a la migración, lo constituye la necesidad de reunirse con elser amado en el país de destino para fortalecer las relaciones de pareja previamenteestablecidas. Es así como frente a la esperanza del reencuentro, algunos y algunasutilizan los trabajos temporales en España como puerta de entrada, así tengan quequedarse posteriormente con estatus irregular, con tal de continuar con su proyectode vida como pareja.66


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesPor el contrario, en otros casos el motivo de la migración es alejarse de una relaciónamorosa vivida en Colombia, como explica Henry: (…) como que la vida me estabadando una patada y me mandaba a la deriva, a ver qué hacía yo, y como que fue larespuesta más rápida.Hasta este punto hemos abordado desde una mirada lineal los factores que motivarona los entrevistados y entrevistadas a migrar; sin embargo, con el fin de tener unamirada más circular y compleja, expondremos a continuación otros aspectos que sesuman y definen la acción, recopilados a partir de las expectativas construidas por losy las migrantes y sus familiares con relación al proceso migratorio y que trasciendenel momento en que este se planifica, aunque en algunos casos tienen allí su génesis.2.2.3. Expectativas en torno a la migración internacional:“la vida nos da buenas y malas pasadas”<strong>Las</strong> expectativas predisponen a la acción, dan significado a los contenidos y se refierena lo esperado. Inciden en ellas las representaciones sociales e imágenes que laspersonas hemos construido sobre lo que se busca alcanzar. Estas imágenes justificanlas causas internas y externas que le atribuimos a una acción desarrollada, correspondena las ideas acerca de los espacios y el contexto donde nos desenvolveremos. Serefieren a lo que se espera encontrar y, ante la experiencia lograda, permiten evaluarlos logros. En la migración se construyen desde antes de la toma de decisión, puedentransformarse y/o mantenerse con el paso del tiempo y en función de las situacionesque se viven, y acompañan todo el proceso migratorio.Desde finales de la década del 90 hasta el año 2008, cuando realizamos las entrevistasde la presente investigación, España se constituyó en un sueño para muchos ymuchas migrantes de Colombia. En ese sentido podríamos afirmar que estaba sustituyendoel llamado sueño americano que, como su nombre lo indica, hace referenciaal deseo de migrar hacia Estados Unidos. Como planteábamos en el capítulo primero,coincidió la crisis en el país de origen con el crecimiento económico en el de destino.En este orden de ideas, la primera expectativa que atrae a quienes toman la decisiónde migrar, la constituye la posibilidad de una ganancia económica, con una frase quela resume así: allí es posible alcanzar una buena calidad de vida.En los relatos de padres y madres migrantes observamos que sus expectativas se centranen los ingresos económicos que podrían lograr para su prole a través del trabajo,mientras que cuando ocupan en su familia la calidad de hijos e hijas viajan con laesperanza de aportar a su grupo familiar. En esto coinciden tanto familiares comomigrantes; la imagen que todos y todas habían construido era la de un país en expan-67


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>sión económica, cuya dinámica laboral generaba una oferta de trabajo con ingresossuficientes para proveer recursos, en especial porque les permitiría ahorrar, accedera educación de mejor calidad, tener una vivienda en su país de origen, y elevar sunivel de vida.Los sueños o proyectos que desean cumplir están relacionados con el bienestar propioy el de la familia. Alrededor de estos dos ejes construyen y hacen pervivir su proyectomigratorio. Cuando los y las migrantes han logrado establecerse en España, empiezana forjar una idea de lo que quieren obtener a futuro, y comienzan a enfocar toda suenergía para lograrlo.Mientras ahorran para sus proyectos de retorno, se interesan por el bienestar de susfamiliares en Colombia y están constantemente velando por ellos y ellas. La razónde su migración suelen encontrarla en la satisfacción que les produce ayudar a susfamiliares. Especialmente los padres y las madres migrantes, quienes, utilizando unafrase de Elena, se sacrifican para sacar adelante a su familia, para que sus hijos tengantodo lo que necesitan, para cumplirles sus sueños, para que puedan estudiar, para queestén bien y para poder estar junto a ellos y ellas lo más pronto posible. Los siguientesrelatos ilustran estos aspectos:Uno, por lo menos mientras está aquí, pues trata de que sus hijos vivan en un barrio mejorpara que se relacionen mejor, debido a eso es que, por eso le digo, le da temor devolverse oquedarse (Elena); la necesidad del estudio de los hijos, para mí lo primero es eso, de dinerono (Andrés); el verdadero motivo de todo esto, el sacrificio y la lucha de todo esto, porqueha sido una lucha y sacrificios económicos, sentimentales, de todo, son los papeles paradárselos a mi hijo, e igual para mí, para poder moverme por el mundo sin temor de que mesaquen o de que nos miren (Sonia); Tengo una consigna en mi vida, que voy con todo pormis hijas, siempre, cada cosa que hago, la hago pensando en ellas, en que de pronto las voya tener a mi lado en algún momento, voy a tratar de captar su atención de alguna manera,con estudio, con educación, con mejor calidad de vida, con lo que sea, pero lo que sí tengoclaro es que en algún momento van a estar conmigo, y tenerlas a mi lado, no dejarlas irnunca más (Henry).Además de los hijos e hijas, a ellos y ellas les interesa ayudar a sus padres y madres,hermanos y hermanas, para que estudien o viajen a España, vivan mejor y, recurriendoa una frase de Sonia, sean felices. En pocas situaciones los y las migrantes esperanquedarse a vivir en España, y los que así lo deciden es porque consideran que allátendrán mejores posibilidades.El caso de Giovanna ilustra muy bien esta situación: ella pertenece a un hogar monoparentalfemenino, y encuentra que los ingresos que devenga por su trabajo sonla única posibilidad económica para toda la familia. Al llegar a España y encontrarpara ella una mejor calidad de vida, sueña con alcanzar lo mismo para sus allegados.68


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesComo anotábamos anteriormente, el nivel del consumo demandado por ambas sociedadestiende a ser similar, pero las oportunidades para acceder a ingresos que permitanalcanzar un buen nivel de vida, como espera Giovanna, sólo se lograrían ganandoen euros y permaneciendo en España.A pesar de las diferencias en los sueños individuales, encontramos que en gran númerode casos las expectativas posteriores de la migración se relacionan con las de retorno,ya que el cumplimiento de las primeras es necesario para concretar las segundas.Para ellos y ellas, la estadía en España está supeditada a la realización de sus sueños,ese es el requisito que desean cumplir para poder, a largo plazo, retornar a su país.Aquellos y aquellas que trabajan y ahorran para alcanzar sus metas tienen claro quedeben hacerlo con constancia y son conscientes de que pasará largo tiempo antes depoder retornar. Así se expresa Arturo de lo que espera de la migración: aguantar untiempo y después volver a mi país del todo, no pronto, estoy seguro que no va a ser prontoporque no se puede, pero sí aspiro algún día poder volver allí a vivir mi edad adulta.No obstante, el anhelo no es volver sin más, siempre piensan en regresar con losrecursos necesarios para emprender algún negocio. <strong>Las</strong> ideas son de diverso tipo:casinos y empresas de reciclaje en el caso de Augusto, cría de ganado para Felipe yAndrés, una tienda de calzado o una peluquería para la esposa de Gerardo, la panaderíaque la mamá de Fernando tanto quiere; otros y otras no tienen claro en qué tipo denegocio invertirían pero saben que quieren montar algo en Colombia a su regreso.Además de los negocios, los y las migrantes en gran mayoría anhelan tener bienesraíces en el país de origen, por lo cual hacen todo lo posible por ahorrar para cumplirel sueño de comprarse un apartamento o una casa, a la que puedan llegar cuandodecidan que no quieren estar más tiempo en España, o para que sus hijos e hijas y/opadres y madres puedan habitarla mientras ellos y ellas están lejos; generalmentequieren que esté ubicada en un buen lugar y que sea lo suficientemente cómoda paralos suyos. Este bien inmueble es visto como una inversión y un respaldo para el retorno.Una expectativa similar se presenta entre los y las migrantes de Ecuador, tal comose plantea en un estudio realizado por Herrera y Carrillo (2005: 12):El análisis de la situación de los hijos dejados atrás y de las construcciones de género asu alrededor, permiten visualizar el proceso migratorio más allá del ámbito de la producción,el empleo y las remesas como resultado de una crisis de la reproducción a nivelglobal. De otra manera cómo entender que las <strong>familias</strong> dejen su casa para tener una casa,dejen a sus hijos para garantizar su educación y su cuidado, y en definitiva dejan a sufamilia para mantener a su familia.Los siguientes relatos nos permiten ver las expectativas que tienen los y las migrantesen torno a este punto:69


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Tener mi casa propia y no estar pagando arriendo (Gerardo); es que ahorres con esa otrapersona y que te organices más estando con ella que estando solo; solo lo puedes hacer,pero no es igual (Edgar, refiriéndose al ahorro que quiere hacer para comprarse algo enColombia); que cuando yo diga: “bueno, la verdad mis negocios ya me dan, tengo mi casa,estoy estable, tengo salud, pues ya qué hago aquí lejos de mi familia, lejos de los míos, yaquiero devolverme para mi país” (…) si tuviera la oportunidad, montaría un restaurante(Santiago).Además de la casa propia, algunos y algunas migrantes anhelan terminar de pagar lade sus padres, pagar sus préstamos, comprar carro y montar algún negocio para sufamilia, diferente al que quieren para ellos y ellas. Así se expresa Juliana: (…) me voyporque no tienen casa, yo estoy muy joven y por eso no tengo un hijo, porque digo quelo que le puedo dar a un hijo, se lo puedo dar a mi papá y mi mamá, que ellos me handado mucho.Uno de los proyectos más anhelados a mediano plazo es llevar a los parientes a conocerEspaña, a las madres en la mayoría de los casos; no pretenden que se queden a vivir,sólo quieren compartir con ellos y ellas la experiencia de viajar y estar en un ambientediferente, pasar unas vacaciones con los seres que aman. Pocas veces manifestaronquerer llevarse a sus familiares por tiempo indefinido, como lo hizo Isabel, que quieretener allá a toda su familia, o Norma, que desea estar con sus hijos en España.Según los y las relatantes, las expectativas se cumplen de una forma dual y ambigua,pues la mayoría siente que alcanza menos de lo esperado, pero al mismo tiempo,cuando llegan a ciertas metas económicas sienten haber logrado parte de lo que buscaban.Poder enviar remesas constituye una de las principales expectativas, por elloviajan con la idea de trabajar intensamente, gastar poco allá y enviar recursos a supaís de origen.Al tiempo, confluyen otros sueños como los de estudiar y trabajar simultáneamenteen el país de destino; estas fueron las expectativas antes de viajar que refiere Henry:pensaba que además del estudio podía trabajar y así mis hijas podrían tener una vidaeconómica mucho mejor, seguro que eso las iba a ayudar (…). Me parecía que acá habíamejor calidad de vida, eso me motivó mucho. O bien se espera: lanzarse a conocer otromundo distinto al de Colombia (Javier).La mayoría de los y las relatantes contrastan sus expectativas con las vivencias despuésde varios años de residencia en el país de destino. Fluyen entonces frases comoestas: (…) pero claro, tú llegas y te estrellas (…) (Fabián); Se encuentra uno con muchassorpresas (…) (Arturo); Al mes ya empecé a ver que las cosas eran diferentes, lasdificultades. Yo pensé que todo era diferente, que por aquí había más facilidad de unosalir adelante, de cumplir sus sueños (…) (Ana).70


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesEn términos de la dinámica de la vida cotidiana, entre los proyectos y los logros haydistancias, pues cuando vivimos la cotidianidad, el transcurso de la vida misma nosgenera frustraciones y retos. Sin embargo, en el caso que nos ocupa, las dificultadessurgen desde el momento en que se planea la partida sin suficiente información, biensea porque las instituciones encargadas no la difunden ampliamente o porque quienesmigran no averiguan sobre lo que les espera en el país de destino, como reflexionaAna: (…) resulta que cuando uno llega aquí viene como con una venda en los ojos.Una buena parte de los entrevistados y entrevistadas se fue porque se le presentó laoportunidad, pero no había alcanzado a construir una expectativa con mucha antelación;tomaron la decisión porque veían en el viaje una posibilidad para mejorar suscondiciones laborales y salariales, sin pensar en detalle sobre las condiciones que allítendrían.Siguiendo las palabras de Ana, nos preguntamos entonces ¿qué tipo de vendas le impidena los y las migrantes una planeación más realista de su desplazamiento a otropaís? Una primera venda, comentada por varios de ellos y ellas, la constituye el noconsiderar los gastos que la vida diaria les va a demandar en España, pues así comose gana en euros, también se gasta según los precios de allá. El caso de Irene ilustraeste aspecto: ella trabajaba en un almacén de cadena y, ante el ofrecimiento de unempleo similar al que tenía en Colombia, no se resistió a la posibilidad de ganar másdinero, pues se autocalifica como ambiciosa cuando se trata del bienestar de su hijo;por eso, cuando tomó la decisión, no calculó sino sus ganancias al multiplicar por tressu ingreso. Así lo relata ella:Era que yo me ponía a sumar y decía: “voy a ahorrar un millón por mes, voy a hacer esto,voy a comprar otra casa”, me enloquecí, uno suma dinero, el signo pesos, eso para mí fuemaravilloso. Yo dije: “que gane 900 euros” y yo multiplicaba por 3 y me decía: “dos millonesno se qué”. La ambición de conseguir plata y con tal de seguir adelante con mi hijo.Sin embargo, la situación de esta migrante ha sido difícil, pues recibió tratos denigrantesde los empleadores; además, debía trabajar en otro lugar los días festivospara alcanzar sus sueños y, al momento de llegar, contrajo deudas con los bancosespañoles, lo que la obligó a quedarse, así se sintiera mal en España.Una segunda venda, ya comentada, se refiere a los sufrimientos causados por lascondiciones de trabajo encontradas, como se describe en los siguientes relatos: (…)sabíamos a dónde veníamos a trabajar pero no imaginábamos que era tan deprimente(Camila); (…) ahí se me derrumbó mucho el sueño de haberme venido aquí (Arturo);Una cosa es que le digan a uno que va a ser difícil y otra cosa ya es vivirlo, yo digo: “siuno no vive las cosas tampoco lo sabe”, me habían dicho que era difícil pero no pensé quelo fuera tanto (Diana).71


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>En general, los oficios ofrecidos a la población migrante –especialmente durante losprimeros años de su inserción al país de destino–, implican extenuantes jornadas deesfuerzo, más físicas que intelectuales, en actividades de bajo estatus y en tareas queno habían sido antes realizadas. La mayoría de los y las migrantes entrevistados(as)han hecho estudios universitarios, sus expectativas eran encontrar oficios ligados a suinterés profesional, pero tuvieron que iniciarse con labores como las de meseros, oficiosvarios e incluso agricultura, las cuales jamás habían desempeñado en Colombia,por lo que significaron un esfuerzo físico especial. Esta situación genera un desencantoy un sentimiento de subutilización de sus capacidades, que en algunos casos se vecompensado con los ingresos recibidos.En la encuesta realizada por Garay (2008) en el estudio sobre la comunidad colombianaresidente en Madrid, los relatos reflejan mayor satisfacción con respecto a lostrabajos que las historias s analizadas en este estudio. Sin embargo, también se planteauna tendencia a tener que realizar oficios no acordes con la formación, pero seobserva como favorable una rápida inserción en el mercado laboral español, con unapropensión al mejoramiento de las remuneraciones.Otra venda con la que viajan es la expectativa de un rápido retorno, bien sea de visitao con la esperanza de emprender nuevamente su proyecto de vida en Colombia, peroen algunos casos aún no lo han logrado, y en otros debieron esperar años antes devisitar a sus <strong>familias</strong> debido a las dificultades que encontraron para regularizarse, loque se refleja en la siguiente frase: sabías que venías a otro país pero no sabías cuándoibas a volver. Esto significa que viajar al país de origen, en nuestros casos de estudio,está directamente relacionado con el estatus migratorio y el tiempo que les tomó a losy las migrantes obtener la regularización.Como mostramos en el gráfico Nº 7, el 73.17% de los y las relatantes tenían estatusmigratorio regular (aunque pudieran haber tenido otro anteriormente), de este porcentajecalculamos que el 53.65% ya había viajado a Colombia en el momento dela entrevista. El 26.82% del total de entrevistados y entrevistadas en España teníanestatus migratorio irregular, razón a la que le atribuyeron no haber viajado aún alpaís de origen. Esto no quiere decir que en el momento de su llegada a España estosúltimos no tuvieran estatus regular. De hecho, manifestaron que entraron con visade trabajo temporal, estudio o turismo, optando por permanecer allí a pesar de quesu documentación migratoria se hubiera vencido. Esta decisión, motivada por laexpectativa de mejorar sus ingresos económicos, ha tenido repercusiones tanto enellos como en sus familiares, puesto que deben aplazar constantemente el proyectodel reencuentro.72


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesGráfico Nº 7. Estatus migratorio de los y las migrantes en Españaen el momento de la entrevista.Es así que mientras algunos y algunas migrantes no esperan nada del gobierno español,otros y otras tienen entre sus principales expectativas la esperanza de poderregularizar su estatus migratorio, con la idea de que les permitiría trabajar en Españaen mejores condiciones y con mayores garantías y les daría la posibilidad de visitartranquila y frecuentemente a sus seres queridos en el país de origen, además de reducirel riesgo de tener que terminar su proyecto migratorio involuntariamente. Estosaspectos también inspiran en los familiares el mismo sueño, tal como nos comentóLiliana, madre de un migrante: Que le dieran sus papeles, un contrato de trabajo, no sé,algo con lo que pudiera venir y regresarse. Por su parte, quienes ya tienen la documentaciónen regla aspiran a la nacionalidad.El deseo de reunificación es otra de las vendas que al caer constituye un choque paralos y las migrantes y sus familiares, al tropezar con múltiples trámites y obstáculosque les impiden lograrla, o también al darse cuenta de los altos costos que implicamantener en Europa a sus familiares reagrupados, por lo que prefieren que permanezcanen Colombia. Los aspectos que encierran estas dos últimas vendas serán ampliadosmás adelante.Según los relatos, la preparación del viaje es insuficiente, se desconoce la culturaespañola y se minimizan los efectos emocionales de las separaciones con los familiares.En este sentido, la historia de Sergio, quien se va con la motivación –que esla de la mayoría– de mejorar las condiciones económicas de sus hijas, refleja estasincertidumbres: (…) no se sabe qué pueda pasar, yo les estaré llamando, me voy a jugara la ruleta (sic.) Me imaginaba una España muy diferente a lo que en realidad es. Lafrase me voy a jugar ruleta, es significativa del desconocimiento y la inseguridad queencierra la partida al país de destino.73


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Por otra parte, en el caso de los refugiados, estos ni siquiera alcanzan a construir unaexpectativa sobre el país de destino, como afirma Adolfo: Tú no sabes a dónde vas, estotalmente diferente. Ante la posibilidad inminente de perder la vida, cualquier oportunidadde seguridad es acogida sin reservas por ellos. Sin embargo, Guillermo relatahaberse encontrado varias sorpresas, con respecto a las ideas que tenía sobre el país:La España que soñé siempre me la mostraron como la madre patria, que de alguna maneraera generadora, en gran parte, de nuestras raíces culturales; me produjo sorpresasde toda índole, tanto buenas como malas; creo que lo que se encuentra es ese choque quese le genera a uno.Adolfo, por su parte, manifestó haber esperado más solidaridad de los sindicalistas yde la izquierda española; en contraste, ha sentido actitudes xenofóbicas en los mismosdirigentes sindicales. Los refugiados en España esperan permanecer poco tiempoy que las condiciones de su país cambien para poder regresar. No obstante, cuandopasan los años y no concretan esta expectativa, experimentan un sentimiento de frustracióny deben resignarse a vivir en el país de destino.En general, los seres humanos sólo cumplimos en parte las expectativas de una vidamejor y nuestra dinámica hace que los sueños no alcanzados generen nuevos sueños.Para este caso de estudio, encontramos que algunas metas se logran, especialmentelas económicas, pero con altos costos emocionales, como analizaremos en el capítulotercero. <strong>Entre</strong> tanto, cuesta más alcanzar otros anhelos.Retomando la idea de que las expectativas acompañan todo el proceso migratorio,identificamos entre las más recurrentes y duraderas, pero difíciles de concretar enalgún grado, las de retorno y las de reunificación familiar. <strong>Las</strong> primeras se dificultana raíz de los temores que surgen en los y las migrantes y sus <strong>familias</strong> al pensarque, al volver a radicarse en Colombia, renunciarían a la vida y los beneficios alos que se habían acostumbrado en España, sin poder acceder al mismo tipo deoportunidades, y teniendo que enfrentar de nuevo un proceso de incorporación.<strong>Las</strong> segundas son complicadas por las trabas legales, el engorroso papeleo y lapreocupación de que los parientes no se adapten en España o tengan que afrontarlas duras realidades que ellos y ellas ya han vivido. De este modo lo plantea Garay(2008: 36):Uno de los problemas relacionados con la migración parental y el fenómeno de transnacionalidadde los hogares migrantes es la demora, incertidumbre y dificultad del procesode reagrupamiento familiar en la sociedad de destino, ante el recrudecimiento de laspolíticas inmigratorias y las vicisitudes de la inserción laboral de los progenitores y laintegración social de la familia al nuevo entorno.74


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantes2.2.3.1. El anhelo del retornoComo podemos inferir de lo previamente expuesto, entre las expectativas posterioresde la migración una de las más destacadas es el deseo de retorno, como nos lo ilustrala frase de Lucía: La verdad, si yo tuviera dinero me iría a Colombia porque es mi tierray la quiero mucho, allí tengo a mi familia. La importancia del retorno es tal que algunosde los migrantes entrevistados habían logrado realizarlo por breves períodos detiempo, teniendo que optar nuevamente por la migración. Como lo enfatizan Ndioney Lombard (2004), en el caso de migrantes malíes de regreso a su país de origen, elretorno constituye para muchos(as) una etapa fundamental del proceso de migracióninternacional. Se inscribe a menudo en el proyecto inicial del o de la migrante y estáestrechamente relacionado con una reubicación exitosa, la cual está subordinada auna reinserción económica estable (Ibíd.).Se debe entender la experiencia migratoria y de retorno, como procesos de construcción,deconstrucción y reconstrucción de “tejidos sociales complejos plurilocales”(Pries, 1999: 57). En efecto, el retorno de migrantes que por razones económicas,culturales, sociales y familiares volvieron a sus lugares de origen no es siempre definitivoy se inscribe, frecuentemente, en un proyecto de vida marcado por una serie denuevas partidas y nuevos retornos. Así lo dejan ver los siguientes relatos:Me regresé a Colombia en junio de 2006, estuve un año, y volví a España en julio de 2007(Andrea); Cuando viajé los extrañaba muchísimo, pero sabía que tampoco me iba a quedarmás de seis meses aquí en el país, y cuando regresé el niño tenía casi ocho meses, y meestuve con él hasta que cumplió, prácticamente, el añito, y me volví a regresar (Carlos); Mefui con la mentalidad de que no me iba a devolver y de que me iba a quedar con ellos, peroclaro, llegar allá, y a mi marido todavía no le habían salido los papeles, todavía no había untrabajo estable, cuando me fui él estaba muy triste, lloró mucho e igual yo también (Elena);De todas formas al año y medio las cosas económicas volvieron a estar… entonces ya estabaotra vez complicado y pues mi mamá decidió devolverse (Luisa).En este sentido, es adecuado hablar, de acuerdo con Pries (1999: 57), de “transmigrante”como alguien “(…) que vive ubicado en espacios sociales que trascienden losclásicos lugares monolocales de residencia geográfica”. En este tipo de experienciatransnacional y plurilocal, los motivos económicos son los aspectos que suelen serdestacados en la toma de decisión del hecho migratorio o de retorno.No obstante, el confrontarse con una realidad socioeconómica distinta a la anheladano conduce necesariamente a la decisión de devolverse para España. Por tanto, lanecesidad cultural y familiar de permanecer en el lugar de origen puede prevalecersobre los aspectos económicos. Así, cabe resaltar que uno de los principales factoresque empujan a los/las migrantes a regresar a su país es la idea (proyección) de estar75


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>con su familia. Pese a las dificultades que puedan surgir durante el nuevo proyectode vida esbozado por el/la migrante, los testimonios que se dan a continuación, sibien no son mayoritarios, ponen de relieve la importancia del sentimiento de arraigosentimental y cultural:Yo llegué a Bogotá para abril del 2002. El contrato de trabajo me lo hicieron por siete mesespero después no me renovaron, quedé nuevamente sin trabajo y empecé otra vez: a esperar, aesperar, y duré más de año y medio sin trabajo en Colombia (Iván); Él regresó como al añoo dos años y estuvo acá y consiguió un empleo, pues tratando de no volvernos a abandonar(Darío).La necesidad de materializar el vínculo afectivo en experiencias cotidianas de convivencia,explica por qué el retorno cobra particular importancia en la trayectoria deun/una migrante. Es decir que el retorno posibilita la liberación de las emociones queestuvieron contenidas durante la separación y, sobre todo, su expresión en gestos deafecto y cariño a diario:Eso fue algo espectacular, la ida al aeropuerto, esa sensación que a uno le da cuando estáallá, y que avisan que ya va llegar el vuelo tal y que uno sabe que esa persona viene ahí, todosen la familia fuimos a recibirla, los amigos que la han apreciado mucho, para mí fue algoque yo no sé ni describirlo de la emoción que sentí cuando ella se bajó del avión y la vimossalir, pues uno llora de la alegría (Liseth); Fue muy bonito, porque el único recuerdo quetenía en ese tiempo era la voz de ella todos los días y ya verla físicamente pues fue muy bonito,y además fue en la época en que yo estaba de cumpleaños (…) la vi igual, se le notabaobviamente el cansancio de años de trabajo, pero la vi igual y pues siempre muy cariñosa, enla convivencia fue mucho mejor porque de pronto ella asumió que nosotros habíamos tenidoque hacer cosas en esos años y que no estábamos acostumbrados, entonces ella optó por hacernosuna vida muchísimo mejor, haciéndonos cosas ricas de comida, cuidándonos más enese tiempo, tratando de rellenar los momentos de soledad (Luisa).El deseo de volverse a sentir cerca de sus seres amados es una de la razones que alimentala expectativa del retorno en quienes aún no han podido llevarlo a cabo, porlo que se convierte en un idea constante en los planes futuros de el/la migrante, entanto que ven su estadía allí como algo pasajero, un medio a través del cual lograránciertos objetivos tras los cuales podrán volver a su país. No obstante, reconocen queexiste la posibilidad de que no concreten esos planes y vayan aplazando la idea delretorno ante las ventajas que obtienen en el país de destino. Suelen vivir en la ambivalenciade volver a su país, junto a sus seres queridos, o quedarse en España y seguiracumulando beneficios para los suyos y para proyectos personales, pero la esperanzadel retorno casi siempre se encuentra latente en ellos.El momento en que más se piensa en regresar es durante los primeros meses en España:la desesperación por no ubicarse rápido laboralmente, el vacío dejado por la76


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesfamilia y la sensación de soledad, hace que los y las migrantes duden de sus planes ypiensen que no soportarán el proyecto de vida que se trazaron. Es por esto que en ungran número de relatos la expectativa del retorno permea la experiencia inicial en elpaís de destino, como en el caso de Eduardo: tenía tres meses y ya me quería regresarporque extraña uno todo, y en el de Angélica: era la nostalgia, casi que estando aquí,como a los 15 días, me quería ir, porque veía España tan raro, tan feo (…), pero luegoesta idea se hace difusa y hasta se disipa con el paso del tiempo, cuando los y las migrantesencuentran estabilidad y logran entablar nuevas relaciones interpersonales.A veces es el consejo de algún amigo o amiga que está radicado en España lo quereafirma la idea de quedarse, como ocurrió en el caso de Andrés:Ya me cogieron los amigos, me hacían pensar las cosas: “mire, no se vaya”, al menos comoya tenía unos seis meses cuando me cogió de verdad las ganas de irme, me dijeron: “al menosha podido mandar, ya a su hija le ha pagado el semestre y lo ha conseguido acá, no se vaya,mire que eso pasa, aquí nos pasa a todos lo mismo, el deseo de uno de irse, pero luego ya seadapta uno (…).”A fin de poder concretar sus proyectos en Colombia, ciertos migrantes contraen deudasen España, por lo que la expectativa del retorno está planeada para cuando terminende pagar dichas deudas. Asimismo, a los y las migrantes les preocupa qué haránal retornar a Colombia, como nos comentan en los siguientes relatos: Es posible queuno todavía tenga la idea de regresar a Colombia, pero a veces uno se pregunta: “¿pero ahacer qué?” (Guillermo); al estar en España había perdido mucho dinero en Colombia,y no me quería ir con las manos vacías (César).También les incomoda la idea de encontrarse con trabajos en los que no puedan obtenermayores beneficios, por ello prefieren prepararse y tener algo seguro antes deregresar, como afirmó Augusto: lo que le dije a mi mamá antes de volarme del barco:“yo a Colombia vuelvo bien o con los pies por delante, o no vuelvo”. Esta preocupaciónpor regresar “bien”, podría estar relacionada con la sensación de fracaso que produciríala migración si no se obtienen beneficios de ella y si éstos no son reconocidos enel país de origen.La expectativa de retorno está presente desde el momento mismo de la migración; elviaje a España siempre está acompañado de la idea del retorno, aunque los y las migrantesson conscientes de que esta no podrá materializarse en un futuro inmediato,y se van con plena consciencia de que pasarán mucho tiempo alejados de sus familiares;esto en ocasiones les pesa demasiado, por lo que en momentos de debilidadpiensan en dejarlo todo y retornar, aunque luego lo superan, como le ocurrió a Lucía:A los quince días de estar aquí pensé en devolverme porque para mí fue muy duro (…)yo pensaba en retornar por la soledad, la familia y todo eso.77


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>De la misma manera, se debe entender la expectativa de retorno dentro de una dimensióntemporal, cuyas fronteras estarían definidas por el cumplimiento de ciertasmetas individuales y/o familiares, como se desprende de los siguientes relatos:He pensado, a veces digo en cinco años o en diez años me devuelvo a Colombia, es algo quesiempre estoy pensando: volver a Colombia, aún con sus dificultades y todo (Sara); (…) nodigo irme ahora, al cabo de estos meses, pero si por ahí alrededor de dos años, sí me he planteadoirme (…) ya mis hijos se están haciendo grandes, entonces, yo pienso devolverme (…)quiero irme, aquí no me veo toda la vida, eso lo tengo claro; no para quedarme toda la vidapor acá, hasta que crea que puedo allá estar un poco más tranquilo… que tenga unas cositasque quiero (Gerardo); yo hasta no lograr mis objetivos y hasta no estar completamenteconvencida en el momento de regresar, pues lo haré (Jacqueline).Es importante señalar que el momento del retorno para aquellos que tienen hijos/hijas en Colombia está previsto para cuando logren mejorar sus condiciones de vida,dado que estos últimos están en el corazón del proyecto migratorio, como en el casode Beatriz, que tiene como meta regresar cuando haya ayudado a su familia y a suhijo a salir adelante, cuando tengan apartamento propio, aunque es consciente queen ese lapso puede cambiar de opinión. Para otros en cambio, como en el caso deMabel, la idea de retorno sólo se concretaría en caso de que se presente una gran necesidad,ya que teme regresar a Colombia por la situación de inseguridad que, segúnella, se vive en el país.Pero a veces el límite trazado para el regreso no es tan claro, como en el caso deSantiago, quien reconoce que piensa regresar algún día, pero aún no tiene fechapara eso y considera que será a largo plazo, ya que primero quiere tener en Colombiacasa, negocios, estabilidad y salud: desde que llegué acá dije: “si vuelvo a Colombia esa visitar a mi familia y a estar dos meses, un mes con ellos y devolverme a trabajar”, osea, mi pensado es quedarme acá, cumplir mis sueños y devolverme ya en un largo plazoa mi país, del todo.Cuando las cosas se dificultan laboralmente en España, y sin importar el tiempo quelos y las migrantes lleven viviendo allá, se plantean la idea del retorno. En otros casos,éste es un deseo presente en cada momento, como le ocurre a Angélica, quien deseaque las relaciones con su madre mejoren para poder volver, aunque es consciente deque no puede hacerlo hasta no tener las condiciones económicas necesarias; sin embargo,dice que en España no quiere vivir.Los familiares de los y las migrantes en España también supeditan el retorno de susparientes a las condiciones que puedan encontrar en Colombia y a las que tengan enel país de destino, antes de aconsejarles alguna opción. No obstante, les hacen saberque, si deciden regresar, encontrarán en ellos apoyo tanto emocional como económi-78


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesco. Este el caso de Iván: Claudia le dijo: “Haga su vida allá unos 2 o 3 años y regreseporque nos está haciendo sufrir a todos y sumercé no tiene una vida estable allá y no estáahorrando lo que tiene que ahorrar y no está mirando el futuro que se imaginó antesde viajar a España, entonces es mejor que regrese a Colombia y aquí hacemos cualquiercosa, pero estando usted acá”.<strong>Las</strong> <strong>familias</strong> anhelan continuamente el regreso de su ser querido, imaginan cómo serávolver a vivir en el mismo país y se proyectan positivamente para ese futuro deseadojunto a ellos y ellas. Es por esto que les preguntan por el retorno y les reclaman quevuelvan, como observamos en los siguientes relatos:Ellos han tenido mucha influencia en mí para que regresara a Colombia, incluso todavíala tienen, después de la muerte de mi papá, mi mamá y mis hermanos siempre se empeñaronen que ojalá regresara; en el fondo ellos piensan que yo acá estoy sola, que mejorallá (Jaqueline); él siempre me decía: “mamá, cuándo vas a venir”, y mi madre me decía,porque él conmigo casi no, pero él le contaba a mi mamá: “abuelita, mi mamá cuándo viene,por qué se ha ido por allá, por qué no ahorra y viene para acá y se hace un local de algo,pone un sitio aquí, un negocio así sea pequeño pero que no esté por allá” (Mabel); (…) yosí le digo: “mamita, yo quiero que usted se venga a vivir acá otra vez, que no se me quedepor allá” (Eugenia).Aunque en algunas ocasiones, cuando los/las ven desfallecer, los/las animan a continuarcon su proyecto migratorio y les recuerdan las metas con las que partieron, lafamilia suele animarlos desde Colombia para que se devuelvan. Por ello, construyenplanes conjuntos de negocios y les aseguran que todo lo realizaran con su ayuda. Sinembargo, los y las migrantes dudan de esto porque saben que los salarios no seránlos mismos y tampoco las oportunidades. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> también tratan de convencerlosdiciéndoles que lo que viven en España no es vida y que para qué estar tan lejos si ensu lugar de origen lo tienen todo.En cambio, cuando por la situación de inseguridad que se vive en Colombia lespreocupa que les ocurra algo al retornar, los alientan a quedarse en España, a pesarde saber que serían felices si regresaran; viven entre el deseo de que vuelvan y el miedode que sus vidas corran peligro en Colombia, como nos relató César:(…) todos los días el periódico decía que hay gente muerta, que matan conductores, quematan taxistas, que matan sacerdotes, que el obispo, o sea eso es un conflicto total, entoncesmi madre siempre me dijo que no, que me quedara en España, que no me devolviera porqueella no quería volver a pasar ese mal trago de tener que estar pensando, de tener que estarsiempre preocupada.Algunos y algunas migrantes coinciden al afirmar que son los niños los que más lespiden regresar, aduciendo que los extrañan, y no son necesariamente sus hijos e hijas,79


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>aunque éstos últimos son los que más les preguntan a sus padres y madres por el momentodel regreso y les animan a volver, como ocurre con los hijos de Norma, quienesle piden constantemente que regrese. En un sólo caso, la madre afirmó que su hijo noquiere que el padre retorne: le da miedo que él se venga, porque como él cada rato ledice “¡Ay, papi, que unos guayos de tal marca!” y entonces él se los manda... (Betty).En algún momento, la familia lo único que quiere saber es si su pariente va a volveralgún día. Una abuela cuidadora nos contó que le hace fuerza a su hija para que sedevuelva, no sólo por lo que representa el distanciamiento para el niño y la madre,sino porque su hija está sufriendo en España; dice que está dispuesta a ayudarla, peroaún así Irene no piensa en retornar por el momento.Aunque a la familia le preocupa a veces el regreso, al pensar qué van a hacer en Colombia,como nos comentó Elizabeth: allá como pobre tiene su trabajo y le va bien, encambio en Colombia qué va a hacer, si aquí es una pila de desempleados, los familiaresreconocen también que los y las migrantes deben extrañarlos mucho. Es por ello queadmiten su deseo de regreso, pero lo harán cuando logren adquirir algunos bienesmateriales en Colombia y tengan una situación ya definida, como sentenció Fabiola,quien extraña el apoyo de su esposo.Finalmente, aun cuando la familia manifestó que extraña a los y las migrantes, dicenestar tranquilos porque son conscientes de que la separación es el precio para obtenerlos beneficios y metas de la migración, como nos contó Ruth: eso vale, eso cuesta,las cosas no se consiguen de la noche a la mañana, eso tiene un precio y el precio paranosotros es la separación.2.2.3.2. El sueño de la reunificación familiar(…) todo el mundo lo comenta, todo el mundo lo habla,es una cosa que es más de trámite que cualquier otra cosa,de ir y tocar la puerta diciendo: “venga, voy a reagruparme”,“bueno tiene que hacer esto y esto” (He n ry).El intenso deseo de los y las migrantes de estar junto a sus seres queridos, los impulsaa una búsqueda constante de alternativas que les permitan volver a reunirse, por loque la reunificación familiar en el país de destino se constituye en una expectativasiempre presente. Para concretarla, ellos y ellas optan no sólo por las vías que lesofrece el gobierno del país de destino, sino que algunos tratan de llevarla a cabo porcaminos alternos, por ejemplo, mediante la consecución de ofertas laborales para susfamiliares.80


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesAdicionalmente, la idea de establecerse en el país de destino con sus familiares surgecomo una opción ante las escasas posibilidades que tienen de retornar al país de origen,debido a que perciben que allí sólo encontrarían una difícil situación económica,política y social que no sabrían cómo afrontar.Por esta misma razón, algunos y algunas conciben la reunificación como una oportunidadpara brindarle mejores condiciones de vida a sus familiares, tal como piensaCamila: (…) me voy a esperar hasta traer a mis hijos, porque tengo que probar, unonunca sabe dónde está su mejor futuro, y uno no puede ser a veces tan pesimista, sinotambién tiene que ser optimista. Aunque en los casos en que ellos y ellas consideranque sus <strong>familias</strong> tienen una situación social y económica estable en Colombia, estaopción es descartada, como se refleja en el relato de Augusto: (…) que vengan poruna temporada, que conozcan, que se den un champú y ya, igual allá, afortunadamente,están bien.Por otra parte, la reunificación familiar es una estrategia que sería utilizada por losy las migrantes para enfrentar los retos de incorporación y las difíciles condicionesemocionales que les impone la migración, así como lo relató Sara: (…) he pensadomucho en traer a mi madre, eso es algo que de pronto me animaría a quedarme un pocomás de tiempo en España (…).Los y las migrantes reconocen que la reunificación es un proceso que no sólo dependede la voluntad de ellos y ellas, sino también del deseo de sus parientes dellevarlo a cabo, y es así como esto se convierte en un impedimento y/o un motivopara aplazar su cumplimiento, tal como le ocurrió a Elena cuando intentó reagruparsecon su hija por primera vez: (…) ella entró a la universidad (…) y luego dijoque ya no se venía porque allá estaba bien, estudiando, entonces le dije a mi marido:“claro, usted por ponerla a estudiar, ella ya no quiere venirse”, y ahí tuvimos una discusión(Elena). Lo mismo le ha ocurrido a otros migrantes, como podemos ver enlos siguientes relatos:(…) le he planteado a mi madre que yo la puedo traer, pero no quiere, ella allí es muy mimada,y tiene su familia, sus hermanos, sus sobrinas, mis hermanos, a todo el mundo, ella diceque no le interesa, que ella está muy bien allá y que venir aquí, a qué. A mí me encantaría sihecho raíces acá (…) (Jaqueline); (…) mi niño no se quiere venir, sino yo me lo traía (…)él dice que él por acá no quiere venir, que si viene para acá es a unas vacaciones de uno o dosmeses, pero a quedarse, no; que él quiere seguir estudiando allá, y que si se viene para acá escon su abuelita; él solo, no. Él prefiere que yo me vaya para allá, que ahorre, que monte unnegocio por allá, de lo que sea, pero que él por acá, no... (Mabel).Cuando los y las migrantes planean reagrupar a sus hijos e hijas, realizan previamenteuna evaluación comparativa de las condiciones que podrían ofrecerles en España81


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>con respecto a las que les brindan actualmente pese a la distancia. Esto les generade manera permanente cuestionamientos acerca de la pertinencia de esta decisión yuna sensación que oscila entre el deseo de estar junto a sus seres queridos y el pensarque al traerlos consigo a España estarían probablemente exponiéndolos a condicionesadversas y difíciles. <strong>Las</strong> siguientes historias recrean estos planteamientos:(…) a veces mi hijo me dice “mami, me quiero ir para allá”, pero yo prefiero decirle, “no,hijo, para qué, pa’ que se sienta solo igual que yo”. Además, pienso que él allá está muy bien,está con su abuela, con su abuelo y por lo menos lo tienen bien finito, lo tienen estudiando,pero aquí, ¿qué?, una mano de vagos que hay acá (Irene); (…) siempre hay temor por todaslas cosas que uno ve o escucha (…) (Camila); Aunque uno logre traerlos, la crianza que tienenimpuesta también vale, uno piensa mucho en eso, que tampoco va a poder estar muchocon ellos porque está trabajando; es complicado por donde uno lo mire, no se sabe qué hacer(Francisco); (…) no los queremos traer porque la vida aquí es muy dura, la vida aquí paralos niños es horrible (…) (Norma).Aunado a esto, otra de las razones por las que los y las migrantes dudan sobre sireagruparse o no con sus hijos e hijas, es su incertidumbre sobre la forma en que sellevaría a cabo el proceso de socialización de ellos y ellas, ya que a causa de las largasjornadas laborales existiría la imposibilidad de compartir mucho tiempo juntos ymonitorear la forma en que interpretan e interiorizan las costumbres españolas, conrespecto a las cuales es importante aclarar que los y las migrantes tienen varios temoresy desacuerdos. Es esto lo que nos comunica el siguiente relato de Irene:(…) he llorado mucho, le he pedido mucho a mi Dios que..., a veces le digo: “¿Será que melo traigo? ¿Será que espero?” A veces le digo a mi hijo: “Mijito, ¿será que te quieres venir?”;pero a veces le digo las cosas negativas de acá. Inclusive, yo le decía a Ana: “Si el niño llegacon unos valores, me imagino que se va a torcer”, pero ella me dice que si uno no está pendiente…y más si se siente solo, es peor”. Entonces yo veo el ejemplo del hijo de Ana, que sesiente solo.Por otra parte, los requisitos que deben cumplir los y las migrantes para realizar esteproceso son considerados como trabas que detienen y retrasan sus planes de reencuentro,aunque algunos y algunas resaltan que, pese a las dificultades, los canalesde información sobre éstos son diversos y, en ocasiones efectivos. Estas opiniones laspodemos ilustrar en los siguientes testimonios:(…) todos los días cambio de forma de pensar, a veces sí me gustaría pero quiero tener comouna estabilidad laboral y económica para poderlo traer; además porque piden una cantidadde cosas, que lo del visado a su nombre, que tiene que tener nómina, demostrar ingresosmensuales, que la libreta, la cuenta del banco, que si tiene la habitación para él solo, que elbaño, todo; tengo que tener dinero, como se dice, para poder hacer eso, y no cuento con esoy no lo voy a traer, no voy a forzar algo... Cuando ni siquiera estoy bien acá, ¿cómo lo voya traer a él? (Beatriz); Aquí hay oficinas y entidades donde uno puede ir a preguntar, pero82


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesindirectamente ya he visto muchas experiencias en la familia, porque casi toda la familiaestá acá, entonces, lo he visto en el caso de mis padres con mi hermana, de mis tíos con loshijos, con las esposas, con todos, y así uno se va empapando poco a poco de las cosas que hayque hacer y ya para estar más seguro, pues va a una oficina o a un Ayuntamiento y preguntaqué se debe hacer concretamente, y no es un trámite difícil (Carlos).En el caso particular de los migrantes que están refugiados en España, algunos creenque no tienen tantas dificultades como los otros, en el momento que deciden optarpor este camino, tal como nos contó Adolfo:Hice la reunificación familiar. Con mi madre tardó un poco más porque había que resolverotras cosas, pero no ha habido tanto problema con eso. El problema de la reunificación familiarpara los exiliados es un poco más fácil que con el resto de los compañeros porque, porejemplo, en el caso de los refugiados no le piden tanto a uno el tema de los bienes o los medioseconómicos y cosas de esas, no le piden a uno la documentación legalizada en el consulado,ni en embajadas ni nada de eso. Entonces todo eso ayuda a que se agilice mucho más rápidoel proceso de las reagrupaciones familiares.Así como ocurre en los casos de migrantes que desean reagrupar a sus hijos e hijas,también se siente incertidumbre cuando se piensa en llevar a España a cualquier otromiembro de la familia. Por un lado, les preocupa la inestabilidad económica que tienenen el país de destino, tal como nos comentó Guillermo: (…) en estos momentos loque más anhelo es poder traer a mi esposa y mis hijos, pero pienso que debo estar en unabuena posición económica para poderles brindar realmente una estabilidad aquí, porquesi no es así se pueden presentar muchos problemas acá, con todo lo que se ve (…); porotra parte, temen que sus familiares no logren afrontar o sienten que ellos no merecenpasar por las transformaciones que implicaría su proceso de movilidad, aspectoque se refleja en los siguientes relatos:(…) no es tan fácil, es muy soñador, es como: “bueno, sería rico”, pero también ellas tienensu vida allá, porque tienen sus trabajos, sus carreras, no van a venir aquí, ni quiero quevengan aquí a ser camareras, porque no merece la pena (…) (Isabel); (…) él dice “pues depaseo, sí; vale la pena que vengan y conozcan y paseen y se estén un rato (…) y yo sé queusted no se amaña por acá, yo la conozco a usted muy bien...”. (…) entonces él me dice “no,aquí no se va a amañar usted (…)” (Betty).Por último, con respecto a las pocas historias en las que se ha dado una experiencia dereunificación familiar, los involucrados destacan que esta ha representado un cambio,en algunas ocasiones porque mejoran sus condiciones y calidad de vida, y en otrasporque una vez se radican en el país de destino, los miembros reagrupados se sientensolos, no logran adaptarse o desean regresar al país de origen, como sucedió con elhijo Ana: (…) el niño a cada momento me dice: “mami, yo quiero estar en Colombia,quiero estar en Colombia”. Hay veces que yo le decía al niño: “papi, pero es que acuérdate83


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>que cuando hablábamos por teléfono tú me decías que te querías venir por acá”, y él loque me ha dicho: “es que yo no sabía que esto por aquí era así (…)”.La reunificación en España también está entre las expectativas de los familiares enColombia; es pensada de diferentes maneras por las <strong>familias</strong> y por cada uno de losmiembros al interior de éstas. Por ello, las opiniones estuvieron divididas entre quienesse quieren ir sean cuales sean las circunstancias, aquellos que no ven su futurolejos de Colombia, y los que sienten que son las circunstancias que viven en su país deorigen lo que los/las impulsa a tomar o descartar esta decisión.<strong>Entre</strong> quienes nos manifestaron su deseo de reunificación se encuentran algunas parejas,cuyos miembros en Colombia insisten en viajar a pesar de saber que las cosas noson tan fáciles como se pensaba antes de la migración; otras, justifican su deseo en lasoledad y el aburrimiento que experimentan desde que su pareja se fue, pues afirmanque les extrañan y quieren estar a su lado.A diferencia de los casos anteriores, para Raquel, esposa de un migrante en España,la reunificación, aunque importante, no es el centro de su vida: no me voy a quedarsentada a ver si salen aquí o no papeles y ponerme a llorar, voy a ponerme a trabajar y endado caso que no salga, algo se hará, se regresa, no sé qué pasará, pero por el momentoestamos dejando que el mismo tiempo vaya diciendo que va sucediendo (Raquel).En otras ocasiones, todos los miembros de la familia están esperanzados en la reunificación,y centran sus expectativas en el éxito de los trámites para la misma. Este esel sueño de la familia de Guillermo, cuya esposa nos narró lo importante que es paraellos estar reunidos:Ellos están contentos, la verdad es que desde que estemos juntos, donde estemos, donde Diosnos tenga, pero juntos, eso es mucho, porque así esté uno pasando trabajo, así no tenga quécomer, pero está uno junto; emocionalmente eso es muy valioso, es que el núcleo familiar esmuy importante, la familia es muy importante; yo digo que si se nos da la oportunidad deque nos vamos, lo importante es que estemos juntos, así sea en cualquier rincón del mundo,que él esté con sus hijos, que yo esté con mi esposo, que yo me levante y esté él ahí.Álvaro y Fabiola también están a la espera de que sus respectivas parejas adelanten ladocumentación para la reunificación familiar; sin embargo, Fabiola dejó de contemplarla idea de migrar junto a su esposo luego de que las relaciones sentimentales serompieron entre ellos. Ahora ha aceptado el hecho de que él se reagrupará solamentecon los hijos e hijas y hasta le parece chévere, así eso signifique que estén lejos de ellapor temporadas, como cuenta a continuación: Yo digo que a uno le toca vivir situacionesy tiene que adaptarse a ellas; de momento los tengo, eso me ha llenado como mujer,como madre me ha servido mucho, pero tengo que dejar a un lado como el egoísmo; yo84


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantessé que él tiene derecho y pues si él se los quiere llevar y ellos se quieren ir, me toca a míceder en ese espacio.Por otro lado, los hijos e hijas se sienten animados con la idea de reunirse con susprogenitores en España, como le ocurre a Leonardo, hijo de Mabel, quien despuésde un tiempo de estarse negando, decidió que lo que más quiere es estar con ella,porque se imagina que todo va a ser mejor allá, estando con mi mamá. De igualmodo, Verónica y Mónica planean viajar a ese país; sin embargo, a la primera laentristece que su padre se regrese pronto a Colombia, mientras que la segundaespera que se cumpla la promesa de irse con su hermana y su madre. El deseo deviajar con toda la familia también alienta a Elizabeth, quien anhela que su hermanase los lleve a todos.En los casos en los que son los hijos y las hijas quienes migran, algunas madres tienenla esperanza de que se las lleven mediante la reunificación para hacerles compañía,cuidar de ellos y ellas y ayudarles con el cuidado de los nietos y nietas.Mientras que para unos la reunificación familiar es una ilusión, otros en cambio noestán dispuestos vivir esta experiencia, a pesar de los deseos y la insistencia de susparientes en España. Argumentan que no quieren dejar a sus hijos e hijas solos; queno les hace ilusión viajar, sabiendo ya las dificultades que afrontan sus parientes migrantes;que ya tienen su vida hecha en Colombia; que las condiciones que tendránallá no van a ser las mejores; y hasta mencionan el sentimiento patrio. Los siguientesrelatos ilustran algunos de estos aspectos:Yo acá soy una profesional, trabajo independiente y tengo un horario libre. Entonces llegoallá, que a lavar pisos, a lavar baños, a lavar discotecas, no sé qué más es lo que toca allá deoficios varios, y que me paguen un sueldito irrisorio, pues tampoco (Karina); quiero mucho aColombia, es una nación que nos ha dado cosas muy buenas y uno no tiene que desperdiciarlo que ha recibido de acá (Eugenia).Los hijos de los y las migrantes también se niegan en ocasiones a acompañarles en suproyecto, como ocurre con el de Irene, de quien la abuela-cuidadora afirma: a él lehace falta su mami, pero dice que no se quiere ir (Dolores); el hijo de Norma también seniega a acompañarla en España, después de saber que dos de sus amigos, que fueronreagrupados, se aburren mucho allá.<strong>Entre</strong> otros casos de familiares en Colombia que no tienen interés en ser reagrupadosen España, está el de Betty, que espera que su esposo regrese para no tener que irse;Clara, quien no sabe si alguna vez acudiría a la reunificación, aunque tiene claro quequiere ir a visitar a sus hijos a España; y Blanca, que también prefiere ir de visita, yaque le preocupa no adaptarse a España y por otro lado no quiere separarse de sus85


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>hijos en Colombia, aunque no descarta la posibilidad de irse a vivir a España por reunificaciónfamiliar.En algunas ocasiones, las decisiones de la familia acerca de la reunificación en España,están supeditadas a las circunstancias que viven en Colombia. Así, lo único queanimó a Luisa a aceptar la reunificación fue la idea de estar acompañada pues, comonos contó, cuando entró a la universidad estaba cansada de la soledad y no se sentíacapaz de vivir así los cinco años siguientes; además, quería aprovechar un tiempojunto a sus padres y retribuirles todo lo que habían hecho por ella. Por otro lado,Nora y su esposo estarían de acuerdo en reunificarse con su hijo en España, siempre ycuando pudieran irse con las dos hijas que tienen en Colombia; de no ser así, pasaríalo que ella describe: nos pondríamos en otro sufrimiento, por lo de las niñas.2.2.4. Toma de decisión de migrar: proyectos consensuados y conflictivosDurante el preludio, la toma de decisión constituyó una de las situaciones crucialespara quien migró y para sus familiares. De todos modos, vivir en un país distintoimplica romper con las interacciones construidas cara a cara en la vida cotidiana, reconstruirlos vínculos, comenzar a formar parte de una familia transnacional y forjarun camino vital en otro lugar diferente al habitual. Esto constituye un hito en la vidadel migrante y en el grupo familiar.Optar por este proyecto es un proceso difícil: algunos y algunas migrantes van elaborandosu opción de migrar por medio del diálogo, logrando un consenso con susfamiliares; otros y otras definen su proyecto de vida sin consultarlo, prefieren no comunicarloantes de haber construido el camino y reunido todos los requisitos previos,lo cual genera conflictos. Por último, algunos y algunas ni siquiera pueden gozar delderecho a tomar la decisión y deben partir repentinamente a como dé lugar. A continuaciónnos referiremos a estos distintos procesos en torno a los cuales se configurala toma de decisión de migrar.En algunas historias, para tomar la decisión se tienen en cuentan las concepciones sobrela familia y su deber ser. En los casos de parejas, algunos pretenden reproducir losroles de género y organización de la familia tradicional, en el sentido de que, al partir,los hombres ejercen el rol de proveedores, al enviar remesas para que las madrespuedan atender a los hijos e hijas, pasar más tiempo con ellos/ellas y permanecer enel hogar. Así cuenta Carlos, de 22 años, su toma de decisión:Mi esposa y yo participamos en la decisión, pusimos las cosas sabiendo qué nos tocaba deaquí en adelante si yo me quedaba en Colombia o qué íbamos a hacer si yo me venía paraEspaña, y de todas formas, como después del embarazo ella tenía que guardar un reposo y yo86


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesquería que mi hijo estuviera con la mamá, no quería que, digamos, él con dos o tres meses,ella tuviera que irse a trabajar medio tiempo o que lo cuidara otra persona, nunca me gustóesa idea, entonces, lo que le planteé en un principio fue que ella se tenía que estar con el niñohasta que tuviera cierta edad y después podía trabajar, por eso, finalmente decidimos los dosque lo mejor era que yo me viniera a trabajar la temporada.Por el contrario, otras parejas rompen con estas tradiciones y, en medio de una decisióndialogada, logran una nueva recomposición familiar en la que las mujeres migrany juegan un papel más activo como proveedoras, y los hombres permanecenen el país de origen a cargo del cuidado de los hijos e hijas, con la expectativa de lareunificación. Es el caso de Camila y Juliana, quienes con sus parejas habían planeadola migración a España, sin importar a cuál de los dos se les presentara la oportunidad.Así lo relatan:(…) en cuanto a mi esposo, ya lo habíamos hablado, ya era una decisión que se venía tomandohacía rato, incluso para mi esposo venir a España significaba mucho, él quería veniry se había hecho primero el proceso para él, sino que no le resultó, y decidimos que si meresultaba a mí, venía yo (Camila); Unos amigos se vinieron cuando yo tenía como 15 añospero, como no había terminado el bachillerato, mis padres no me dejaron venir. Luego miesposo se quería venir, él tiene los certificados y todo, cuando eso no era por visa ni nada,pero no se pudo. Yo de todas maneras tengo más estudios que él. Él estaba terminando elbachillerato para poderse venir. Yo no perdía la fe, ni nada (Juliana).Si bien en ambos casos la migración constituye un proyecto conjunto de la pareja,las oportunidades laborales fueron más fáciles para las mujeres puesto que puedendesempeñarse en trabajos como los de camareras, enfermeras o en el servicio doméstico,que se adecúan más a ellas, como lo han tratado algunas autoras. Así lo planteaParella (2003: 13): “La falta de correspondencia entre oferta y demanda se traduceen la necesidad de reclutar mujeres inmigrantes procedentes de los países periféricos(…) para llenar este vacío laboral. Es en este contexto de efecto «atracción» (pull) quedebe situarse la creciente feminización de los flujos migratorios internacionales”.El proceso migratorio de Elena también reflejó el logro de mejores alternativas laboralespara ella en el servicio doméstico que para el marido. Su familia pasaba poruna dura crisis económica antes de que ella migrara; su esposo había migrado antes,pues no conseguía trabajo en Colombia. Tomar la decisión de migrar fue un procesocomplejo para ella, ya que su hijo e hija –de 14 y 11 años en ese entonces– fueronquienes la animaron a irse. En este aparte nos relata ese momento:(…) me dijeron, “no mami, por qué no se va sumercé”. A mí se me hacía terrible tener quedejarlos, o sea, por mi mente no había pasado venirme, pero ellos me lo propusieron, y yodije: “¿Cómo los voy a dejar?”, y ellos: “Ay, mami, nos deja con mi abuelita”. Pues al otro díafuimos donde la abuelita y se lo contamos, y dijo que sí, que ella se quedaba con ellos.87


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Una activa participación tuvo también el hijo de Sonia en el proyecto migratorio de sumadre: Oscar siempre ha sido un niño muy inteligente a pesar de que no he estado conél. Entonces, cuando me salieron los papeles, me apoyó y me dijo que me fuera, aunqueha sido muy duro para los dos. Tuve su apoyo más que de nadie, por eso decidí, y dije:“ahí está mi futuro y el de mi hijo”.En la mayoría de los casos en que los hijos se quedan residiendo en el país de origen,son en última instancia las cuidadoras quienes influyen en la decisión final de migrar,pues son las personas que se comprometen a velar por el bienestar de los hijos e hijas.Así refiere Irene este suceso: “(…) pues voy a comentarle a mi mamá para ver”, puesella es la que me tenía que cuidar al niño y estaba de acuerdo.En el caso de algunas jóvenes, la opción de partir implicó conflictos familiares con lospadres, quienes subestiman las capacidades de sus hijas para desenvolverse por sucuenta en otro país y se resisten ante el hecho migratorio. Fue este el caso de Irene,quien relata así el proceso de toma de decisión: (…) mi papá no quiso porque él dijo:“claro, usted se va a meter a la prostitución”, eso fue lo primero que me dijo. España esEspaña, nadie va a estar pendiente de usted. Él tiene la mentalidad como negativa, entoncesél no me apoyó, y mi mamá me dijo que ella me apoyaba un ciento por ciento.Jaqueline, otra joven, consultó menos y prácticamente les impuso a sus padres ladecisión de migrar: Les reúno un domingo y les comento: “he decidido esto y esto”, esofue como un shock para ellos, y manejar esa situación fue bastante difícil. Con el doloren el alma, le dije: “mamá tengo que irme, lo lamento por ti, pero tengo que irme porquetengo que seguir mi vida y no creo que aquí pueda lograr salir de esto”.Al contrario de Irene y Jacqueline, que llevaron a cabo su proyecto a pesar de lasoposiciones, en otro caso, los padres obligaron a su hija a viajar pues la habían vistoen situaciones difíciles y querían un cambio en ella, como relata Lucía: mi papá fue elque me dijo que me viniera para acá. Es que como yo andaba en el aire, tenía 18 años,o sea que me daba igual, me invitaban para una parte y otra, y me iba; entonces, medio igual.Si bien migrar implica decidir la partida, podría afirmarse que algunos migrantesvivieron tan rápidamente este proceso que saltaron el charco y llegaron a España ydespués pensaron, como afirmó Edgar, o como le ocurrió a Augusto, quien abandonóun crucero en el que trabajaba cuando hizo parada en España, por lo que no contócon mucho tiempo para pensar en los pros y contras de esta decisión. Así lo relata:Con un amigo decidimos: “¿qué hacemos? ¡Volémonos! ¿En dónde? No, pues…”, podíamosbajarnos en cualquier lado, en Italia, en Grecia, donde se nos diera la gana. Llegóy dijo: “pues yo tengo un amigo en Valencia, voy a llamarlo a ver qué nos dice”. ¡Listo!88


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesLo llamamos y el tipo, que sí (…). Mientras tanto, otros se detienen a pensar sobre lasrestricciones impuestas para conseguir visa.En general, hemos visto una participación variada de los familiares en la toma de decisiónde migrar y un proceso diferencial entre los y las migrantes ante esta decisión.La mayoría discute la idea con sus allegados hasta que logran un acuerdo, otros ofrecenresistencia pero son convencidos por sus familiares y, finalmente, encontramos aquienes actúan y toman una decisión únicamente cuando se les presenta la oportunidad,pues sienten que la vida se las brinda.De todas formas, un factor que incide en la toma de decisión de migrar es la existenciade una red de apoyo, en especial de otros parientes y amigos. Por tanto, nos pareceindispensable analizar el papel de las redes familiares y sociales durante el procesomigratorio, pues es determinante para abrir camino a nuevos migrantes.2.3. <strong>Las</strong> redes familiares en los paises de origen y destino:“todos la apoyamos al hacer la maleta”Con relación al papel de las redes familiares en el país emisor durante el preludio,encontramos que la mayoría de los relatantes menciona que recibió apoyo de padres,madres, hermanos y otros parientes, quienes en algunos casos ofrecieron una ayudasustancial en el proceso de la toma de decisión de migrar; por otra parte, en los casosen que estos familiares se encontraban en España, el apoyo consistió en darles unamotivación para que emprendieran el proyecto y en ofrecerles la seguridad de tenerun lugar a donde llegar. Sólo en un caso nos comunicaron no haber recibido ningunacolaboración de este tipo, como lo confirmó la madre de Juliana: ella no tuvo ayudade nadie, nadie le colaboró, solamente lo que el esposo le ayudó, porque nosotros nosomos unas personas pudientes. No obstante, Juliana recibió el apoyo institucional delos programas del SENA en Colombia.Partiendo de la representación social que tienen sobre ellos mismos como una familiaunida, notamos que los parientes buscan cualquier forma de colaborarle a quien optapor migrar, así su situación económica sea precaria. Con la siguiente metáfora las madressustentan el apoyo: (…) somos un solo bolsillo, si el uno tiene y el otro no tiene, escomo si todos tuviéramos, todos nos ayudamos (Regina). La familia se convierte en reden la medida que facilita los recursos para el viaje de sus seres queridos. En algunoscasos, es el padre quien brinda el apoyo económico, gestionando un préstamo bancario,pues se supone que él o la migrante se vinculará laboralmente para comenzara responder por las cuotas, que serán uno de los principales destinos de las remesas,como veremos en el capítulo tercero. Esta acción mancomunada se articula con las89


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>percepciones positivas del grupo familiar acerca de la migración y de la capacidad delos y las migrantes para llevar a buen término su proyecto.En otros casos, ante la partida inminente, quienes tienen más solvencia económica,les prestan los recursos indispensables a los y las migrantes para el tiquete y losprimeros gastos del viaje, previendo que cuando ellos o ellas devenguen en monedaeuropea les devolverán el dinero con facilidad. Así lo refiere Iván: Cuando me entregaronel visado tenía como diez mil pesos, entonces hablé con mi hermana que me prestó 5millones. Me dijo: “Tome, hermano, lleve ahí cinco millones para tiquetes, para que lleve,para todo... Me los devuelve, eso sí; y no le puedo dar más, mire a ver cómo se va”.Otra madre, con menos recursos, encuentra una forma práctica de ayudar, dándolea su hija lo que necesita mediante su tarjeta de crédito y además se coordina con susparientes para proveerla de lo necesario:(…) Yo le saqué con tarjeta de crédito todo lo que fueron toallas, pantalonetas, camisetas,chancletas, todas las cositas. Mis hermanas, las que están allá, me dijeron: “por ropa no sepreocupe, que nosotras le damos aquí”. No fue fácil, pero gracias a la solidaridad que tenemosnosotros... Ya le digo, puede que tengamos los problemas que tengamos, pero nosotrassomos muy unidas. Ella llegó y mis hermanas, como cambian de clima, (…) me dijeron: “Nose preocupe que la ropa, aquí lo de invierno ya lo va a tener”, lo de verano prácticamente lollevó casi todo de aquí y, sin embargo, allá llegó y mis sobrinas, las primas, le dieron másropa (Ruth).Los relatos indican que el primer apoo lo brinda el padre o la madre, posteriormentehermanos y tíos. Así, las redes formadas a partir de lo que las y los relatantes consideranson los lazos de sangre, juegan un papel muy importante. Ante las restriccionesya comentadas, como la falta de empleo y de acceso a la universidad, ante el temorpor el futuro del hijo en Colombia, los progenitores se convierten en la principal redde apoyo, e incluso les ayudan a buscar el contacto en España. Se establece así unaprimera cadena entre la familia en Colombia y los parientes en España, como noscontó Javier: (…) le dije a mi papá que apenas me saliera la oportunidad de irme paraEspaña, me iba. Entonces él me dijo: “Hijo, hablemos con mi primo que está allá”. Y él ledijo: «Véngase, y yo acá le ayudo con comida y dormida mientras logra conseguir trabajo”.Otros parientes migrantes también se convierten en un apoyo, como en el caso deMabel, a quien su hermana le propuso que se fuera, ofreciéndole el dinero para cubrirtodos los gastos que el viaje acarreara; o en el de Angélica, quien relató: Conocí a miprima aquí [en España], me puse en contacto con ella, la llamé y le dije que estaba aquí,me echó una mano grandísima, me colaboró mucho.Otra ayuda paralela a la económica la constituye el apoyo moral; en este sentido, losy las migrantes hablan de la solidaridad que sus familiares les brindaron ante la in-90


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesminente decisión del viaje, diciendo que este tipo de apoyo es para que sientan lo quesignifica ser amado o amada. Así se expresa la hermana de Iván: Cuando hablamos,yo le digo: “Véngase que aquí hacemos alguna cosa, entonces está al pie de nosotros, estáal pie de mi papá y al pie de mi mamá, y usted con nosotros y nosotros con usted se haceuna cosa mejor”. Quiero que viva ese amor de la familia. En otra conversación se usa lametáfora: (…) quiero que sepa que ante las vicisitudes tiene abiertas las puertas en suhogar (Jacobo, padre de un migrante).Parte de este tipo de solidaridad se expresa a través del acompañamiento durantelos trámites, bien sea porque estuvieron con ellos en las gestiones o porque buscaronquien los apoyara. Es lo que afirma Edgar: La cosa fue que yo tenía mucha incertidumbresobre el visado todavía y mi mamá conoció a una secretaria del consulado de Españay se hizo muy amiga de ella... Ella nos hizo, por eso, el favor de meter ahí los papeles...No sé si sería verdad o no, pero resultó.El apoyo moral dado por los familiares tiene además otras tres dimensiones: primera,hacer que se sientan cerca de su hogar, así permanezcan lejos; segunda, mantener lacomunicación, dándoles fuerza, haciéndoles sentir importantes o pidiéndoles que sedespreocupen por las vicisitudes que les impiden enviar dinero a casa, como detallaremosen el capítulo siguiente; tercera, procurar que los y las migrantes recuerdenque cuentan con su apoyo si el proyecto fracasa, como sucede en la historia de Arturo:Se me derrumbó mucho el sueño ahí de haberme venido aquí, y pensé en volverme, mipadre me lo dijo, que si quería me mandaba de nuevo el dinero y que me fuera, que bueno,que era una experiencia más y que nada, que él me apoyaba, eso fue a los dos meses,porque no conseguía trabajo y ya no tenía dinero.El último tipo de apoyo moral que queremos abordar es el brindado por padres ymadres a través del seguimiento del proceso migratorio de sus hijos e hijas, paraasegurarse de su transparencia, con el fin de evitar que los y las migrantes seanvíctimas de situaciones como la trata de personas o el tráfico ilegal de drogas. Fueasí como actuaron los padres de Juliana, quienes no sólo la acompañaron desde suciudad natal hasta el momento en que abordó el avión en Bogotá, sino que hicieronun seguimiento detallado de los trámites exigidos por el SENA y conocieron a suscompañeros de viaje.La redes de solidaridad se convierten en una verdadera cadena de apoyo para lamigración cuando los parientes de los y las migrantes les brindan la información,motivándolos para iniciar el proceso; luego, durante el proceso de incorporación, lesfacilitan la búsqueda de trabajo, la ubicación tanto en la vivienda como en la ciudad,les prestan recursos y les proveen todo el apoyo logístico para la vida como migranteen el país de destino. Es lo que narra Javier: Tenía un contacto, un primo de mi padre;91


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>él se dedicaba a la construcción, trabajaba en la Sierra los fines de semana, haciendo enun chalet la parte eléctrica, entonces yo le echaba una mano.En otros casos, las cadenas migratorias surgen a partir de las oportunidades laboralesque los familiares en España consiguen para los parientes en Colombia que deseanmigrar, como ocurrió en las siguientes historias:Hay una tía que desde tres, cuatro años atrás, tiene un nexo con una empresa española quese dedica al mantenimiento de las piscinas y a proveer socorristas en estas para el verano,digamos que eso ella lo hacía de manera no formal, podía llevar unas cuantas personas alaño, de pronto los amigos, la familia, y para el año pasado decidió hacerlo un poco más amplio,le otorgaron 60 cupos, aproximadamente (Carlos); Tengo una hermana que vivía alláy le mandó el contrato de trabajo porque el jefe necesitaba peladas. Cuando mi hija supo deltrabajo yo le dije que no, pero mi hija me decía: “qué hago si aquí no puedo hacer la carreraque quiero”. Me tocó, con el dolor del alma; se iba donde mi hermana, pero era mi niña ynunca me había dejado (Nadia).<strong>Las</strong> redes familiares se convierten en agentes permanentes que promueven la migración,se organizan transnacionalmente no sólo a partir de los vínculos de parentescode primer orden: padres, madres, hijos o hijas, sino también a través de los de segundogrado. En ese sentido, un miembro del hogar llama a su pariente más cercano yvan formando cadenas migratorias, como plantea Lucía:(…) mi tía fue la que me ayudó, la que me comentó que había una persona que quería traergente de allá, me dijo que si estaba interesada. Mi tío, el marido de ella, trabajaba aquí, enEspaña, en una empresa de electricidad; allí necesitaban una chica para coger el teléfono ypara hacer pedido, lo que hace una cajera y recepcionista. Entonces el señor estimaba muchoa mi tío, porque él era muy buena persona y alguien honesto, y le dijo que él necesitaba doschicas, que si tenía algún familiar que se quisiera venir. Entonces el esposo de mi tía le dijoque sí, y me llamaron a mí.Como podemos ver, el aporte de los parientes en la migración se presenta en las distintasfases del proceso migratorio y coincide con las representaciones sociales sobreuna familia unida, fundada en la solidaridad entre sus miembros y la búsqueda deuna vida mejor en el país de destino. Sin embargo, el apoyo familiar no es suficiente,por lo que en menor medida aparecen las redes sociales y de otros migrantes colaborandoen el proceso migratorio, como lo presentamos a continuación.2.3.1. Redes personales: el apoyo de otros y otras migrantesLos amigos y amigas, unos en el país de origen y otros en el de destino, que al mismotiempo son migrantes, están presentes durante el proceso migratorio, aunque con92


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesmenor fuerza e intensidad en comparación con el grupo familiar. Esto último es unindicativo del papel de la familia en la vida social de sus miembros, y de las formasde solidaridad construidas a través de la convivencia, que surgen en razón de un imaginariosocial fundamental, como es la necesidad de actuar de forma solidaria entrequienes tienen lazos de parentesco, también denominados lazos de sangre. No obstante,los vínculos de amistad construidos durante la niñez, en el proceso educativo, enel trabajo, y/o las relaciones de vecindad, juegan un papel central en la construcciónde las llamadas “redes personales” (Dabas, 1999), que también operan durante elproceso migratorio. Estas redes, sumadas a las familiares, se activan durante el preludio,ayudando a tomar la decisión de migrar, y se fortalecen cuando llegan los y lasmigrantes a España.Los y las migrantes en España sienten un interés especial por fortalecer las cadenasque facilitan la migración de otros y otras, tal vez buscando aumentar la diásporade colombianos y <strong>colombianas</strong> en su ciudad. Con frecuencia envían los contratosde trabajo y buscan establecer las cadenas ya comentadas para el caso de las redesfamiliares. En este sentido, Elías, Santiago, Sara, Arturo y Ana recibieron este tipo deapoyo desde el preludio y, en especial, cuando llegaron a España. Así lo ilustran lossiguientes relatos:Cuando estás aquí en situación irregular, la única forma en que consigues trabajo es a travésde conocidos, vas haciendo amigos y conocidos, te vas presentando, “que no tengo trabajo”,entonces la gente te va enganchando, te presenta a una persona que te presenta a otra yhasta que vas llegando a conseguir trabajo (Edgar); Llegué donde un amigo, eso me ahorróbastante la estancia y la comida, ya estaba todo sobre ruedas. En ese aspecto me fue muybien porque él me dijo: “hombre, dos meses, tres meses, aquí se puede quedar con tranquilidadmientras le sale algo estable”. Después me fui donde otro amigo que estaba viviendo soloen ese momento y me dijo: “hombre, venga y también me hace compañía”, estuve viviendocon él casi otro año (Fabián).Varios de los entrevistados y entrevistadas viajaron a España con contrato temporal ocon visado de estudiantes, pero estando allí decidieron quedarse, así no se hubieranregularizado. En estos casos, el papel de las redes de apoyo es central, no solamentepara conseguir trabajo sino para los trámites de regularización.Otro tipo de solidaridad que ofrecen los amigos y amigas es el emocional, cuandoquienes han migrado se sienten afectados por la soledad, el dolor y la nostalgia alestar distantes de la familia y el país de origen, así como por las duras condiciones conque inician la vida en el país de destino, como nos lo contó Andrés:Ya me cogieron los amigos, me hacían pensar las cosas: “mire, no se vaya”(...) como yatenía unos seis meses cuando me cogió de verdad las ganas de irme, me dijeron: “al menos93


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>ha podido mandar, ya a su hija le ha pagado el semestre y lo ha conseguido acá; no se vaya,mire que eso pasa, aquí nos pasa a todos lo mismo, el deseo de uno de irse, pero luego ya seadapta uno”(…).En el caso de Guillermo y Gonzalo, quienes debieron partir por las amenazas contrasus vidas, los amigos fueron esenciales al recibirlos y ofrecerles ayuda en el paísde destino. Esto es lo que comenta al respecto el primero: Ya por medio de algunosamigos, en los cuales me había informado, deciden colaborarnos en ese sentido, ubicara un amigo en España para que me asista en esa solicitud de asilo, sabiendo todas lasconsecuencias que esto trae. Mi tiquete fue comprado con la tarjeta de crédito de unaamiga, a quien le estoy pagando por cuotas. En el caso del segundo, se evidencia unasolidaridad muy fuerte y continua desde el momento de la partida, ya que cuandollamó a sus amigos en Barcelona, ellos respondieron de manera eficaz:“Mire me está pasando esto, ayúdenme”, y los españoles, los amigos catalanes me ayudaron,eran abogados, porque yo soy abogado y había estudiado con ellos, me buscaronla documentación, los papeles, todo, intentamos el tema del asilo político pero era muydifícil, aunque yo, por ser concejal, tener amenaza y no sé qué, pues esto me beneficiaba...Finalmente ellos aquí, en Cataluña, lograron sacarme el permiso de residencia y de trabajo(…) (Gonzalo).2.4. Migración y religiosidad: “le pido a Dios…”El tema de la religiosidad en el contexto migratorio es de mayor interés por cuanto sereformulan y reafirman constantemente las prácticas, los rituales y los discursos en elámbito religioso. Se trata aquí de entender cómo el poder y el discurso de lo invisible,a saber, la presencia de Dios, permea la experiencia migratoria.Ante todo, es importante aclarar que la noción de Dios es aleatoria y totalmente subjetiva;depende del conjunto de valores y creencias que cada uno deposita en ella. Eneste sentido, cada migrante y cada familiar tiende a tener una perspectiva distinta dela idea de Dios, una manera peculiar de sentir esta fuerza en su existencia, tanto enEspaña como en Colombia. Sin embargo, las condiciones de vulnerabilidad en quese encuentra el o la migrante, en particular en el momento de su llegada a España,tienden a fortalecer este movimiento de búsqueda mística, es decir, a reforzar la necesidadhumana de apegarse a un “–sistema– de creencias a través de los cuales –loshombres y las mujeres– tratan de dar sentido a su existencia cotidiana y a su porvenir”(Odgers, 2007: 07). En efecto, de acuerdo con Odgers (Ibíd.), la experiencia de lamigración participa en la “redefinición de las identidades religiosas (…). Permitiendocrear nuevas identificaciones, o reestructurar las anteriores”.94


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesEn muchos de los relatos se trasluce la presencia de Dios como una suerte de aliado oamigo para afrontar las adversidades y tomar las decisiones adecuadas. Así lo reflejael testimonio de Henry:Esto es una cuestión de pensarlo, de ir a la iglesia, de hablar con Dios y de pedírselo, o sea,se lo pedí con todas las fuerzas de mi corazón, le dije: “mire, si me tengo que quedar nome des la visa, y si me la vas a dar es porque las cosas van a ser a tu manera y escojo elcamino”. Algo que si es muy importante en mi vida es Dios, yo a Él si lo miro con unos ojosde verdad y una fe muy grande, todo lo consulto con él, de hecho es como cuando algunaspersonas usan su amigo imaginario; para mí, Dios es una parte muy importante en mivida, o sea, me da tanto valor para tomar decisiones de ese calibre, como muchas otras quetomo en mi vida.Lo anterior permite vislumbrar la apremiante necesidad de buscar un refugio, unlugar en el que se colocan a la vez las dudas e inquietudes y las esperanzas sobre elporvenir. Por tanto, como lo señalamos anteriormente, aunque pueda resultar erróneollegar a tal generalización por tratarse de procesos individuales, la migraciónparticipa en la consolidación de la fe o por lo menos en su reformulación, por cuantolos y las migrantes buscan un apoyo incondicional, inagotable y omnipresente en la figurade Dios. Es así como el sentimiento de cercanía con Dios es un elemento nuclearen la trayectoria migratoria, que les ayuda a viabilizar sus proyectos y sobrellevar lasdificultades. La tendencia a borrar las fronteras o a acortar las distancias entre el másallá y el más acá, en el sentido de que la presencia divina atraviesa la experiencia delo cotidiano, se vislumbra en las siguientes narrativas:Uno llegar y llorar en la habitación... Y pedirle a mi Dios que me dé sabiduría, porque nosabía ni qué hacer (Irene); (…) he tenido momentos difíciles pero por alguna u otra razónmi Dios está ahí con uno (Camila); Me he dado cuenta que lo único que tengo en la vida esfamilia y un Dios muy grande, del cual estoy pegadita todos los días de la mano (Sonia); Yosiempre me he encomendado a Dios y le dije: “Dios mío, si eso me ha de servir, ábreme todaslas puertas, que de aquí pa’lante no me pongan ningún problema”, y sí, así fue (Lucía).Asimismo, la religión puede ser el ámbito propicio para tejer vínculos y construiramistades en la medida en que, en algunos casos, los lugares de oración en el país dedestino, a los que acuden los colombianos/<strong>colombianas</strong>, se convierten en espacios desocialización. Lo anterior se manifiesta en las palabras de Jaqueline: (…) alguien mecomentó que había sabido de una iglesia colombiana, donde había multitud de gente,básicamente de colombianos, porque la iglesia es de allá. Yo nunca pagué, iba a ver quéera, a ver qué más, estuve siempre un año y algo (…) (Jacqueline).No obstante, hablar del fenómeno religioso dentro del proceso migratorio no implicasolamente observar cómo la experiencia de la movilidad transforma las prácticas religiosasy la relación individual con la fe, sino también mirar detenidamente cómo los95


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>familiares de migrantes invocan perpetuamente la protección divina para el ser quemigró. Esto debe comprenderse históricamente dentro del contexto macrosocial dela forma en que se cimentó la modernidad latinoamericana, en tanto el concepto deAmérica Latina se construyó, en la segunda mitad del siglo XIX, como espacio religioso,el de “una América católica e hispánica, contrapuesta a otra América protestantey anglosajona” (Bastian 1994: 11). Por tanto, se podría sustentar que las prácticas religiosashan sido interiorizadas, en su mayoría, en la vida del “ser latinoamericano”, ytienden a ser develadas con mayor fuerza en condiciones en las cuales se hacen necesariaslas creencias para encontrar sentido a la existencia, ubicarla bajo la protecciónde una fuerza que nos trasciende y entregar nuestro porvenir a quien juzgamos capazde guiarlo. Estas condiciones son, entre muchas, las del hecho migratorio.Es así como, frente a la imposibilidad de actuar o intervenir en favor de los suyos,dada la distancia que los separa, los familiares del o de la migrante perciben a Dioscomo un intercesor a quien pueden recurrir para que vele por su ser querido. De algunamanera, para los que se quedaron en Colombia, Dios se presenta a sí mismo comoun poderoso vínculo comunicativo y afectivo con la persona que se fue, por cuantose le considera como un “puente” indispensable entre el “acá” y el “allá” para la realizaciónde una vida tranquila y armoniosa del o de la migrante, como lo ilustran lossiguientes relatos:Yo le pido mucho a Dios por ellos (Blanca); Lo primero que le pido a mi Dios es que él consigatrabajo (Edilia); Yo le doy gracias todos los días porque no me la deja aguantar hambre, nitecho ni nada; me le brindan, me dice: «Mami, a veces no tengo que hacer de comer porquecuando pienso hacer algo ya me tienen invitada», entonces yo digo: «Es mi Diosito el quehace esas cosas» (Eugenia); Yo sigo confiando en Dios, le pido mucho para que les vaya bien,yo sé que a ellos les va a ir bien porque son buenos hijos y todo (Aida); Yo todos los días se losencomiendo al Señor, le doy gracias de que por lo menos están bien y que tienen un trabajo,porque eso es muy duro (Mercedes).Estas invocaciones a Dios son renovadas en las oraciones cotidianas, en las novenasque se realizan y en las bendiciones que se dan, así como en las constantes recomendacioneshechas al hijo o la hija que migró a fin de que ubique a Dios en un lugarespecial de su existencia; ello se muestra en las siguientes narrativas:(…) yo le digo: «todos los días pídale mucho al señor para que Dios la guarde», eso sí le digosiempre que me llama: «Póstrese y órele mucho a Dios y verá», uno sin Dios, sufre; las depresiones...es porque uno no se acuerda de Dios; las tristezas... es porque no se acuerda uno deDios. Entonces yo siempre le digo eso, que desde que uno le de todas las mañanas gracias aDios, a cada momento, a cada instante, ahí viene la paz, la tranquilidad, no hay dificultades,no hay problemas (…) Dios da todas esas cosas; que uno se vuelve material, y cuando sevuelve material sufre la persona porque se aparta de la vida espiritual. Entonces yo le digo:«mamita es por eso, entonces busque a Dios, lea mucho la Biblia» (…) (Eugenia); Le enco-96


La decisión de migrar: concepciones y experiencias de los y las migrantesmiendo que no se aleje de Jesús, el Nazareno, que él es el único amigo, él es inseparable, ustedpuede tener todos los amigos, pero todos lo traicionan menos Jesús. Yo siempre le escribo queno se olvide de Jesús; que Dios lo proteja, que lo ilumine (Leticia, madre de Henry).2.5. ConclusionesEn este capítulo hemos hecho referencia a los motivos de la migración, que en la estructurade los relatos contienen una causalidad lineal relacionada con dos aspectos:por un lado, la acción de la migración internacional explicada como consecuenciade los factores contextuales en Colombia, país expulsor desde hace varias décadas.Estos factores los hemos denominado causas externas. Por otro lado, las disposicionesinternas favorables a la migración, referidas a los deseos de viajar.Asimismo, con el fin de presentar una mirada más compleja acerca de los factores queinfluyen en la toma de decisión de migrar, abordamos las expectativas que tienen losy las migrantes y sus familiares, desde el momento en que se plantean la migración ydurante el transcurso del proceso, mostrando que unas permanecen, mientras otrascambian y se ajustan a las circunstancias encontradas. Resaltamos que hay tres expectativasque perduran con el paso del tiempo: el deseo de mejorar económicamente, elanhelo del retorno y el sueño de la reunificación familiar, de las cuales la primera hasido la que han logrado alcanzar en alguna medida.A la par, planteamos que las redes personales y familiares son centrales durante todoel proceso migratorio, ya que no sólo participan en la toma de decisión, sino que seconstituyen en un soporte para los y las migrantes una vez se encuentran en el paísde destino. <strong>Las</strong> redes familiares se fundamentan en las ideas de la familia unida,tema que será abordado en el siguiente capítulo. Además, resaltamos el papel quejuegan las redes en la creación de cadenas migratorias, que contribuyen, por un lado,a activar el deseo de migrar, y por otro, a facilitar el proceso de inserción en el paísde destino.Por otra parte, exploramos cómo la reformulación de la familia transnacional pasatambién por la reconfiguración de las identidades religiosas. En suma, si bien el o lamigrante y sus familiares materializan de distintas maneras la presencia divina en suvida, de acuerdo con prácticas, rituales y creencias escatológicas propias, moldeadaspor una religiosidad construida en conformidad con experiencias individuales, enmuchos casos representan a Dios como una clave, si bien invisible, no menos indispensablepara enfrentar la vida cotidiana, dar sentido a su porvenir (Odgers 2007) yfundamentar su proceso migratorio.97


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Igualmente, observamos que cuando relacionamos los motivos, las expectativas, latoma de decisión de migrar, el papel de las redes familiares y personales en la migracióninternacional y, en algunos casos, la religiosidad del grupo de migrantes queparticiparon en este estudio, es posible discernir cómo varias situaciones inciden enlos flujos migratorios. Con esto mostramos de qué manera la migración no obedecetan sólo a una explicación causa-efecto, a un único factor, o a una relación mecánicaentre el contexto y la migración, ya que en este proceso confluyen tanto los aspectoscontextuales, que trascienden la voluntad de las personas, como las actitudes y disposicionesde cada individualidad.Con relación a las causas externas, nos acogemos a las conclusiones también expuestaspor Garay y Medina (2007: 40), cuando se refieren a los motivos y característicascontextuales del proceso migratorio:(…) el desempleo, los bajos salarios o la ausencia de oportunidades a nivel individual noson suficientes por sí solos para impulsar necesariamente la decisión migratoria, comotampoco para explicar la direccionalidad de los flujos. También intervienen otros factores.Algunos tienen que ver con la disposición de ingresos de las <strong>familias</strong> para poderfinanciar buena parte de los gastos de la emigración e instalación en el exterior y/o laexistencia de sólidas redes previas que estimulan y facilitan el desplazamiento de sus coterráneosy amigos hacia determinados destinos. Otros, que resultan decisivos en últimainstancia, se refieren a existencia de condiciones favorables en el país de destino, comoson el crecimiento económico, la calidad de vida, la dinámica del mercado de trabajo, elacceso a servicios sociales, la afinidad cultural y la lengua en común, entre otras.Por último, con relación a las causas internas, nos interesa llamar la atención sobrela importancia de las mismas, con el fin de abrir otras posibilidades de interpretaciónacerca de la migración, como un proceso que involucra los deseos personales, y nosólo como algo que responde de manera exclusiva al escenario en el que se produce.De este modo, se construye un camino para pensar la migración como un proceso enel que influyen las distintas subjetividades, por lo que también es de libre elección ydebe ser asumido como un derecho, no sólo como un acto forzado por las circunstancias.98


Capítulo 3Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>Veníamos planteando en el capítulo anterior cómo en las motivaciones, en la decisiónde migrar, en las redes de apoyo y, en general en todo el preludio, se involucranlos grupos familiares, de forma que cuando uno de sus integrantes migra se conviertenen motores de las relaciones <strong>transnacionales</strong>, al instaurar un vivir entre las nacionesde destino y origen, llamado vivir transnacional (Pedone, 2006; Nyberg, 2005).Al respecto, Guarnizo (2006: 77), refiriéndose al modo de vida transnacional en elmundo privado o público, define las acciones <strong>transnacionales</strong> como aquellas que:(…) usualmente tienen lugar dentro del territorio del estado nación, pero que en lascondiciones migratorias y de mundialización de la sociedad contemporánea, están siendotransterritorializadas cada vez más. Estas acciones constituyen parte integral de la vidacotidiana de muchos migrantes, sus <strong>familias</strong> y allegados, de tal modo que sus vidas cotidianasse alterarían radicalmente si dichas acciones cesaran de existir.Definimos a las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> como construcciones sociales o comunidadesimaginadas (Rivas, 2008b; Nyberg, 2005) en medio de lazos emocionales y económicos.A estas formas de interacción construidas por quienes integran el grupo apesar de la distancia y producen un acercamiento, las hemos denominado vínculos<strong>transnacionales</strong>. Son estos lazos que se crean y recrean los que implican interaccionesfacilitadoras de conversaciones comunes, proyectos de vida concertados a raíz de loscambios que el transcurrir transnacional genera, planes futuros –así sean oscilantes–concebidos para estar juntos, bien sea a través del retorno o de la reunificación(Nyberg, 2005). Estos lazos “deben ser más intensos y fuertes que las circunstanciasque los separan” (Nyberg, 2005: 263), crean sentimientos colectivos y de unidadque llaman a la fortaleza del grupo a través de la frontera. En este sentido, Bricesony Vourela, citados por esta autora, definen estas <strong>familias</strong> como aquellas que vivenla mayor parte del tiempo separadas, pero todavía se mantienen unidos y crean un99


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>sentimiento de bienestar colectivo y de unidad: procesos que unen a través de lasfronteras nacionales.En la presente investigación, la categoría de vínculos <strong>transnacionales</strong> estuvo presentedesde su comienzo, pues durante la selección cuidadosa de cada persona que seiría a entrevistar en España tuvimos en cuenta que en el momento de la entrevistamantuvieran estos vínculos con sus familiares en Colombia. Los vínculos se expresana través de los lazos económicos con las remesas, la conversación frecuente, biensea a través de los medios virtuales y de comunicación o bien de los sueños de vidacompartida. Todas estas interacciones están atravesadas por los afectos o sentimientosde amor, deseos de estar juntos y, a la vez, los duelos por las separaciones que laresidencia en otro país genera para los y las migrantes, y las relaciones vinculantesestablecidas con el país de origen.En el presente capítulo, optamos por tratar los vínculos expresados en varias formas.En primer término, las representaciones sociales más comunes sobre el deber ser delgrupo familiar y del migrante, pues éstos se reorganizan e interactúan dinamizadospor pensamientos colectivos que configuran un sueño sobre la familia en el evento dela migración internacional. En segundo lugar, trataremos acerca de los sentimientos yexpresiones afectivas, las formas en que viven estos duelos, tanto los y las migrantescomo los familiares residentes en Colombia. Posteriormente, abordaremos el vínculocomunicativo, los medios empleados, lo que se dice y lo que no, la comunicacióntransnacional de la pareja, los secretos y los ocultamientos. Finalmente, trataremosel vínculo económico a través de las remesas monetarias o en especie, que se muevende España hacia Colombia y viceversa, sus usos, administración, frecuencia, montosy canales de envío.3.1. <strong>Las</strong> representaciones sociales o creencias sobre la dinámicafamiliar y los/las migrantesEl estudio del pensamiento colectivo sobre la vida cotidiana ha sido abordado desdela psicología social por Moscovici (1993), Jodelet (1993) y Farr (1993), entre otros,quienes al preguntarse acerca de la forma como se instituyen en las personas y enla sociedad las creencias e ideas que moldean el llamado sentido común, o el pensamientonecesario para resolver el diario vivir, proponen el concepto de representacionessociales para determinar unos significados que cada quien ha interiorizadosobre la vida social. En este sentido, Jodelet (1993: 472) define este concepto como:“imágenes que condensan un conjunto de significados; sistemas de referencia quenos permiten interpretar lo que nos sucede, e incluso, dar un sentido a lo inesperado;categorías que sirven para clasificar las circunstancias, los fenómenos y a los indivi-100


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>duos con quienes tenemos algo que ver; teorías que permiten establecer hechos sobreellos”.<strong>Las</strong> representaciones sociales no son un reflejo de la sociedad; por cuanto resultan deuna reconstrucción que cada persona hace, mediada por su experiencia vital en unámbito cultural determinado, contienen un saber orientador de las prácticas socialesy de las interacciones con las demás personas del contexto social. Estas representacionesconstituyen imágenes que facilitan respuestas inmediatas ante las demandasdel medio social, y son aprehendidas en la medida que nos integramos en la culturadurante el proceso de socialización. Implican una forma de conocimiento colectivo,se mueven dentro del deber ser, pero a la vez encierran actitudes, motivaciones y hábitosque le dan sentido a la acción, a lo inesperado, facilitando la clasificación de lascircunstancias, los fenómenos y las interacciones con las personas y convirtiéndose enmarcos inmediatos orientadores de la acción.Ante el hecho migratorio, constituido a la vez como proyecto común de las <strong>familias</strong><strong>transnacionales</strong>, persisten representaciones sociales fortalecedoras de lo que Pedone(2006) ha calificado como “la cultura de la migración” 25 , cuyo papel es el de nutrirlas concepciones acerca de su nueva organización, los roles paternos o maternos, elpapel de los hijos e hijas, y a la vez facilitar nuevos arreglos en el grupo.Desde esta perspectiva, vamos a analizar los relatos, las imágenes que las <strong>familias</strong> vanexpresando acerca de sí mismas, con frecuencia enunciadas a través de metáforas,sintetizadoras de representaciones sociales. La primera referencia sobre las <strong>familias</strong>,que emerge constantemente a lo largo de los relatos, es la categórica aseveración sobrela unidad del núcleo. Así se manifiestan al respecto los migrantes desde España:(…) somos muy apegados (Norma); nosotros somos muy unidos, mi papá y mi mamá, mishermanos, somos demasiado unidos (Sara); la familia es lo primero en el mundo, no importala plata (Carlos); (…) vengo de la unidad familiar, o sea, vengo de que mi papá siempreestá con mi mamá, de que han llevado las cosas muy bien, de que mi mamá es una señora desu casa y tal, que nunca mi papá, por ejemplo, llegó a lastimar a mi mami (Iván).Los familiares, desde el país de origen, también manifiestan similares representacionessociales, complementando a los y las migrantes:No se puede estar toda una vida sin la familia, cambiando el dinero por el afecto (Luisa);mi papito decía que la Navidad es una fiesta por excelencia de unidad familiar y por eso nosreunimos todos en la Navidad (Rocío); no hay como la casa, entonces uno siempre dice no,25Claudia Pedone (2006) se refiere así a los significados culturales dados a todo el proceso migratorio.101


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>la casa es casa (Giovanna); el núcleo familiar es muy importante, en nuestra cultura las<strong>familias</strong> están muy pendientes, muy unidas (Pablo).Estas afirmaciones contienen varios significados, pues los y las migrantes expresan sudesarraigo y sus pérdidas, extrañando su hogar en Colombia y concibiendo que sin élsurge un sentimiento de vacío y soledad. Se obedece así a una tradición latinoamericanaque fundamenta buena parte de las relaciones afectivas y sociales en los gruposfamiliares. Es interesante analizar esta concepción tan arraigada sobre la familia uniday, por ende, el papel de la solidaridad familiar ante las carencias económicas en estospaíses, como lo hemos mostrado en otros estudios (González, 1999; Puyana, 2004),de forma que ante las crisis, el desempleo, los embarazos de adolescentes, las <strong>familias</strong>–con cualquier forma de configuración 26 –, pero en especial los hogares extensos,cumplen un papel central para evitar el hambre, la desprotección y la indigencia desus miembros. Así comenta Arriagada (2002: 144) sobre la familia latinoamericana:“(…) es refugio y apoyo frente a condiciones cambiantes que generan inseguridad enel ámbito laboral (desempleo, bajos salarios); de la salud (drogadicción, enfermedady muerte); de la educación (exclusión) y de la violencia (delictual)”.Por lo general, las <strong>familias</strong> en los llamados países desarrollados gozan de un mayorapoyo estatal, pues las personas pueden recibir seguros para solventar los efectos deldesempleo y mejorar el sistema de salud, en contraste con lo que ocurre en los paísesmás pobres, donde, a raíz de la falta de bienestar y seguridad social, se aumenta elapoyo de las <strong>familias</strong> 27 .Con las representaciones sociales ya señaladas acerca de sus <strong>familias</strong>, los y las migrantescompensan los sentimientos de desarraigo y la añoranza ocasionados porla distancia física, con la exaltación de las representaciones sociales expresadas enla metáfora somos una familia unida, pues estas ideas se constituyen en una fuerzaemocional contra el duelo migratorio. Al mismo tiempo, se reconocen así las redesestablecidas por los parientes a través de todo el proceso migratorio, como lo mencionamosanteriormente.En el caso de los familiares en Colombia, las ideas acerca de la familia unida al tiempoque ayudan a disminuir el dolor por la pérdida y a soñar el regreso, paradójicamente,26Como se señalaba en el capítulo primero, los hogares tienen distintas formas de configuración: nucleares,cuando habitan padres, madres e hijos; extensos, cuando cohabitan tres generaciones; monoparentales,conformados por una persona de la pareja y sus hijos. Estas definiciones ilustran pero no agotan lasformas familiares.27Si bien por la sensación de protección que la institución brinda, se tienden a idealizar estos lazos, losconflictos, y con frecuencia la violencia pululan en la vida familiar.102


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>aumentan el dolor que produce considerar la migración como causa de una posibledesintegración familiar. De manera que estas concepciones sobre las <strong>familias</strong> se asociancon los sentimientos y sirven para menguar los efectos de los resquebrajamientosocasionados por las separaciones, bajo el esperanzador adagio popular de que: elbuen hijo siempre vuelve a casa.La representación social acerca de la familia unida cimienta el “familismo” (Puyana,2007): una tendencia a idealizar las relaciones familiares, al soñar al grupo familiarcomo el único centro o eje de la vida afectiva. Al exaltar tanto estos vínculos es posibleque los y las migrantes no aprecien otras formas de solidaridad que podrían encontraren su situación migratoria o no busquen nuevas redes de apoyo, y aumentenlas dificultades para incorporarse en otra cultura. Así, el “familismo” juega un doblepapel: por un lado, les llena de sentido su trabajo, pero, por otro, puede impedirlesresolver el duelo que la separación de su país genera.Nos preguntamos ahora acerca del tipo de familia añorada. Unos y unas añoran lafamilia tradicional imbuidos de las representaciones sociales proclives a la divisiónsexual de roles de género, como sucede con el caso de Lina, hija de migrante, querememora a su familia, conformada por el padre proveedor y la madre en las laboresdomésticas, de manera que cuando esta última partió, asumió las labores desempeñadaspor ella, protegiendo a su padre y a su hermana:(...) mi mamá en la casa era la que lo recibía y lo atendía a uno, como toda ama de casa,siempre muy pendiente de nosotros. Después de que se fue, yo tenía que arreglarle la ropaobviamente a mi papá, porque él toda la vida tuvo a mi mamá para hacerle todo, no es queno supiera hacerlo, pero yo, como la mujer de la casa, estaba en la obligación.Por el contrario, algunos y algunas migrantes critican las concepciones machistas delos hombres tradicionales en Colombia. Así dice Eduardo: Mi papá siempre ha sido,tal vez, un poco machista, en el sentido en que un hijo varón no es muy expresivo en sucariño (…). Afirma Guillermo: Creo que la mujer no es una esclava, es una compañeramás en el diario trabajar, y las labores de la casa son un trabajo muy duro. Augusto: Meparece que aquí –España–, eso también hace que se cambie el chip de ese famoso machismoque nos han inculcado.En general, las representaciones sociales sobre la familia, la paternidad y la maternidadoscilan entre la tradición y los cambios. De hecho, hombres y mujeresencuentran en España un ambiente distinto en las relaciones de género, el cual vaa incidir en que las mujeres se sientan más liberadas de los controles patriarcalesde su familia y los hombres reconozcan otras visiones que otorgan mayor libertadpara las mujeres.103


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>El caso de Jaqueline ilustra esta situación: ella migró a España porque quería trabajary estudiar, ha dejado de ser tan dependiente de su familia y, especialmente, tomadistancia de su padre, a quien define como muy controlador, y de su madre, a quienconsidera sobreprotectora, pues la trataba como a una niña. Rememora cómo a partirde sus viajes choca mucho con ellos, siente que en España ha adquirido independenciay que ya no podría vivir nuevamente bajo el control de sus hermanos y familiares.Otras investigaciones en Colombia nos permiten observar que el romper con este tipode lazos puede ser una motivación no consciente de las jóvenes para quedarse enEspaña. Esta situación la encontró Ayala (2007) en un estudio acerca de las mujerescampesinas que han emigrado de Choachí –un pueblo cundinamarqués en Colombia–a España. Así mismo, Bidegaín (2006), por ejemplo, considera que las remesas empoderana las mujeres y, al referirse a las emigrantes en Estados Unidos, encuentra unfortalecimiento del poder en las esposas cuando estas reciben y manejan las remesas,papel que por lo general realizan los esposos en las <strong>familias</strong> tradicionales. TambiénPlata (2001) analiza la emancipación que experimentan las mujeres durante el procesomigratorio, ya que es una oportunidad para ampliar las percepciones que tienensobre sí mismas y la autonomía sobre su cuerpo y la belleza.Cuando los y las migrantes comienzan a recordar a sus familiares, traen a colación lafunción materna y paterna, la formación y los cuidados recibidos cuando convivíanen sus hogares en Colombia. Es común la referencia acerca de que: Mis padres me handado mucho, somos producto del sacrificio de ellos y ellas. Sobresale el caso de Juliana,quien a pesar de estar casada y no estar aún con su esposo en España, tiene comoprincipal expectativa de la migración colaborarle a sus padres para que adquieranuna vivienda propia en el país de origen, por lo que intensifica sus jornadas de trabajocon tal de alcanzar este sueño.Los y las migrantes que han dejado a sus hijos e hijas en Colombia añoran las laboresque cumplían cuando eran padres o madres, con la imagen de que este rol lleva apermanecer en interacción diaria con su prole. Así manifiestan esta inquietud queacompaña sus duelos: Uno como padre –o como madre– en lo primordial, debe estarpresente (Francisco). Gerardo dice: Los reprendía lo normal, “David no haga esto, mireesto, que coma”, cosas así, como todas las obligaciones de un padre con sus hijos, a mialcance les daba lo que podía (…). Esto relata Sergio: anteriormente yo sí ejercía muchocomo padre, como líder de la cabeza de la familia (…). Camila afirma: con mis hijospienso que he sido una madre excepcional, que también les he demostrado mi cariño, fuimuy exigente con ellos pero para que ellos sean unos niños de bien. Lo mismo relatanlos y las familiares, como comenta Dolores, abuela cuidadora: (…) a todo niño le hacefalta su mamá, ya sea que esté con el abuelo o con lo que sea, pero mamá es mamá. Lamamá siempre tiene un vínculo especial con los hijos.104


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>Son constantes en todos los relatos las expresiones acerca de la madre como una figuraideal, como afirma Iván: Mi madre, para mí, está en lo más alto de la pirámide, osea, ella es intocable, ella está allá, es lo más hermoso que tengo. Al mismo tiempo, lasprogenitoras han desarrollado una serie de argumentaciones para aceptar la separaciónde sus hijos e hijas. La mayoría de las entrevistadas señalaron su imposibilidadpara impedir la migración, retomando un adagio popular en Colombia: uno a los hijosno les puede cortar las alas. De forma que buena parte de las entrevistadas aduce losiguientes:(…) los hijos se van, ¿con quién queda uno?, los dos solos, y eso es un mandato de Dios, lasreglas son así, los hijos crecen y hacen su vida y uno queda con el esposo (Sofía). (…) cuandoya los hijos crecen, así el dolor de uno sea mucho, uno se tiene que acoplar a eso, seríaegoísta de mi parte (Nadia). (…) sostenerlos en un camino que es donde quiere uno llevara los hijos, es bastante difícil (Alicia). Que los hijos hagan sus cosas, que hagan su vida, seorganicen, después de que ellos vivan bien y que se organicen, fantástico; y después de queuno se defienda no hay necesidad de estarlos molestando para que le den a uno (Gabriela).Estas mujeres expresan una representación social moderna acerca de la educación dela prole, pues mientras en la premodernidad rural la población campesina consideraque el hijo o la hija deberían estar con sus padres para acompañarlos hasta el final desu vida, en el mundo citadino, se opina que deben volar y construir una vida independiente.Por esta razón, la cultura sanciona a aquellas madres que limiten a los hijos ylos retengan en su regazo.Estas argumentaciones, más que todo de tipo racional, no son independientes del dolorde la separación, como analizaremos en el próximo aparte. Por ahora, el siguienterelato sobre Nora, narrado por Javier, su hijo migrante, muestra el proceso vivido porla mayoría de las madres:Estuve a punto de renunciar al viaje porque mi madre en esos días se puso muy mal, que ellaquería lo mejor para mí pero que no quería a la vez despegarse de mí. Yo en un momento ledije que estaba a tiempo de devolver el billete y que si quería me quedaba, pero ella al finalme apoyó y me dijo que nada, que iba a esperar a que me fuera bien y miraba por mi futuroy si mi futuro estaba aquí, que me tenía que dejar venir.Ante estas expresiones sobre la necesidad de no obstaculizar la partida de los hijos ehijas, con la ilusión de un futuro mejor para ellos y ellas, algunos, como Augusto, seoponen a prácticas educativas calificadas como de sobreprotección por parte de losprogenitores, y opinan así: (…) yo digo que uno tiene que solucionar sus problemas soloporque los papás no pueden cargar con los problemas de uno (…) tú eres el hijo, te callasy no dices nada. Esta representación acerca de que la adultez significa no demandarde los padres para todas las necesidades incide en que no les comuniquen todos sus105


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>sufrimientos en el país de destino, como plantea Lucía: Ellos saben que uno trabajapero creo que no se alcanzan a imaginar lo que uno hace, el desgaste físico, mental, eldía a día, el corre-corre, para uno estar como está y disfrutar de ciertos privilegios. Complementariaa la idea de las madres sobre la necesidad de independencia de los hijose hijas, en Colombia no se aprecia a quienes permanecen en el hogar siendo ya mayores,por ello se ha retomado con cierta mirada despectiva a aquellos, llamados hijos ohijas Bom Bril 28 , que aún adultos siguen dependiendo de sus padres y madres.En el pensamiento de las madres y los padres surgen también sus preferencias porlos hijos migrantes según el género. <strong>Las</strong> madres sufren con frecuencia la partida dela hija por la compañía que ella representa, pues son más hogareñas, y del hijo por elamor derivado de la protección y el apoyo que les brindaba. Así lo explica Darío conrelación a su hijo: uno en cambio, siente la falta, pues lo considera como central para suvida por tratarse de un varón.<strong>Las</strong> referencias a las abuelas por parte de las y los migrantes sobresalen en los relatosal reiterar sus cualidades, capacidad y confianza, pues las consideran irremplazablesen las tareas de cuidado. Esto lo ratifican Norma, Sonia y Beatriz, todas ellas madresen condición transnacional: como las abuelas, ninguna otra puede cuidar a los hijos bien(…). <strong>Las</strong> abuelas, les dan amor (…). Lo que le hace a uno la mamá no se lo hace nadie.Estas expresiones sobre las abuelas, así como el interés de los y las migrantes por lossobrinos o sobrinas, indican el papel de la familia extendida en el proceso migratorio,la cual ha servido como base de apoyo durante el desplazamiento a otro país, puesbuena parte de ellas se convierten en cuidadoras o por lo menos sirven como soportede sus nietos o nietas. Esta situación también se ha encontrado en los estudios sobremigración internacional de ecuatorianos/ecuatorianas (Escobar, 2008).Al mismo tiempo, en la entrevistas de los familiares emergieron concepciones sobresus hijos, hijas, esposos, padres o madres que hoy habitan en España. La mayoríacoincide en elogiar sus atributos, pues los considera capaces de salir exitosos de laexperiencia vivida, como podemos ver a continuación:(…) es super entrador, dicharachero, es un personaje (…) (Mercedes); (…) es muy pilosopa´ los negocios (…) (Inés); (…) le gusta echar pa’lante, no quedarse estancado, explorarnuevas metas, progresar, luchar, descubrir cosas nuevas, se da a querer, él es como muyatento, como muy carismático, es una persona muy noble (…) (Gladis); (…) Ella no es delas mujeres que les gusta tener un poquitico y conformarse con eso (…) ella es muy estable,ella sabe qué quiere (…) ella es de las que les gusta superarse (…) (Karina); (…) es muy28Reconocida marca en Colombia de lana, paja de acero o esponjas sintéticas, utilizadas en las labores delimpieza, que se consideran muy duraderas.106


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>administrador de su platica, es un muchacho muy fuerte para arriesgarse (…) (Dolores);(…) él es una persona muy juiciosa, por eso decía que los principios que se ha llevado de lacasa han funcionado (…) (Nora); (…) tiene una madurez desde muy joven, es muy berracapara aguatar humillaciones, aquí –en Colombia– ha recibido pobreza pero no malos tratos.(…) esa vieja es muy chévere (…) (Gabriela); (…) ella es una persona muy bonita (…)(Susana).<strong>Las</strong> cualidades se describen con un carácter esencial, como si fueran propias de lanaturaleza de sus descendientes o heredadas de los padres y de las madres. Parecenconvencidos del logro que sus hijos e hijas van a cumplir dada la meta propuesta, alcreer firmemente que así van a salir adelante en medio de las adversidades impuestaspor la sociedad de destino y los demás retos que conlleva el proceso migratorio.A este fenómeno podemos atribuirle la categoría, propuesta por Acosta y citada porReist y Riaño (2008), denominada “el mito del migrante triunfador”, analizada conbase en relatos de los familiares de ecuatorianos. Para las autoras es la idea de unéxito garantizado en el trabajo o en el proceso de incorporación, lo que sería casi instantáneo.En nuestro estudio percibimos esta evaluación, más bien optimista, sobre laexperiencia vivida, pues los y las migrantes y sus familiares asumen que con la migraciónconstruirán un futuro mejor, en contraste con el descontento por las condicionesvividas en sus países de origen.Es por esto que el éxito que perciben los familiares en Colombia con la migración desus parientes, se basa en la concepción de que el/la migrante es el berraco o la berraca29 del grupo familiar. Así lo notamos al detallar una vivienda donde se realizó unaentrevista: en la sala y el corredor de la entrada, los lugares más visibles de la casa,habían expuesto las fotografías del hijo en Europa, destacándose así el orgullo quesiente la familia la familia hacia el migrante y su experiencia. No obstante, en otroscasos, esto se hace con el fin de sentir cerca y mantener viva la presencia de quien seha ido. La idea de que los y las migrantes son unos berracos también es compartidapor ellos mismos, ya que, como nos relató Giovanna, serlo es un requisito esencialpara vivir en España, donde no sólo deben aprender a trabajar sino que tienen queencontrar la forma de ayudar a sus <strong>familias</strong>.Estas últimas también consideran que la migración es exitosa cuando los y las migrantesles demuestran a los demás que sí se puede, porque salen adelante solos y solas,y prueban que sobreviven en cualquier lugar donde se encuentren, lo cual es motivode orgullo para sus familiares, como lo expresó Darío al hablar de su hijo: (…) mesiento orgulloso de lo que ha hecho, de que esté en Europa, porque no se ha dejado caertampoco. La siguiente afirmación de Norma, una migrante, ilustra aún más las expec-29Término usado para denotar a las personas fuertes ante las adversidades.107


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>tativas optimistas de los familiares sobre la migración: La idea de una familia de clasemedia en Colombia: creía en el sueño dorado y en que uno viaja para conseguir dinero, yque va a ser como el héroe, como la salvación, el que va a conseguir la casita, a mandarla platica cada mes.A la par, algunos migrantes sienten que han alcanzado el éxito a partir de su experienciamigratoria, pese a las dificultades que han debido enfrentar. Para unos, entreellos Camila, ha significado una oportunidad para triunfar y desarrollarse a nivelprofesional, como nos lo comentó: en este momento me siento bien, siento que me estoyrealizando profesionalmente y eso me da ánimos para seguir, porque hay cosas buenasaquí, en España, muchas cosas buenas; para otros, este sentimiento se focaliza enlos logros y beneficios que han obtenido para sus familiares, como en la historia deNorma: (…) hoy en día mis niños tienen un nivel de vida muy diferente al que tuvimosnosotros, creo que eso a veces lo gratifica a uno.En conclusión, podemos afirmar como hipótesis que la representación social sobrequienes migran es la de una persona admirada, con cualidades sobresalientes, situadapor encima del resto de la familia, y que el acto de migrar es bien visto por losfamiliares como expresión de éxito, idea que también es interiorizada por algunos yalgunas de los y las migrantes, quienes en ocasiones sienten que los esfuerzos hechosdurante su proceso migratorio han valido la pena por el bienestar alcanzado paraellos y sus <strong>familias</strong>. En este sentido se sigue “el mito del migrante triunfador”, quetiende a minimizar los problemas y exagerar los logros, estimulando así la migraciónde otros y otras. Sin embargo, no todas las percepciones sobre la migración y el migranteson favorables, como muestran los siguientes relatos: (…) ella es de mal genio,muy estricta (…) (Karina); (…) es distante, está muy sola, muy sola, se ha distanciado,es desconfiada (…) (Rosa); (…) es muy frío para expresar las cosas, él para hablar toca,mejor dicho, sacarle las palabras (Clara).Al analizar las historias en función del género, sobresale el que se le asigne a las mujerescualidades similares a las de los hombres, lo cual indica cómo desde las <strong>familias</strong>se da una representación social favorable a la migración femenina, en especial si sonjóvenes y emprendedoras. Así mismo, percibimos un distanciamiento de las representacionessociales proclives a la permanencia de la mujer en el hogar.La mayoría de los hijos e hijas de los migrantes expresan también una mirada favorableacerca de sus padres y madres residentes en España. El ejemplo de Verónica es dicientede cierta idealización que suelen hacer de los migrantes. A pesar de compartirmuy poco con su padre mientras vivía en Colombia, pues él se había separado de sumadre hacía varios años y poco les visitaba, tras su repentina salida, ella de inmediatoexpresa una imagen positiva: Mi papá siempre se ha caracterizado por vencer las adver-108


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>sidades, por salir adelante, como por hacer de todo; entonces él aquí, en Colombia, teníauna hoja de vida demasiado buena y precisamente por eso él se fue; o sea, es demasiadobueno (…). Catalina, hija de un migrante por razones económicas, define a su padreasí: (…) muy buen papá, es demasiado noble (…). Mónica: Él es muy chévere (…).Únicamente Carla, quien se siente abandonada por su padre cuando dejó de cumplirsu rol de proveedor, expresa más bien temor al considerar que lo ha perdido: (…) yopienso que él debe tener otra mujer, porque si era así cuando estaba con nosotras, ¡cómoserá por allá!En conclusión, afirmamos que al referirse a la familia y a la situación migratoria,tanto los y las migrantes como sus allegados expresan una visión exaltadora tanto dela unión familiar como de quienes van a otro país en calidad de migrantes; cuandose refieren a las <strong>familias</strong>, unos y otros complementan estos argumentos. Al tratarla migración, los familiares tienden a enaltecer al que viaja, reproduciendo el mitodel migrante triunfador, lo cual genera un ambiente favorable a la migración. Estasilusiones facilitan las añoranzas y minimizan sentimientos de dolor como los queestudiaremos a continuación.3.2. Sentimientos y expresiones afectivas entre los y las integrantesdel grupo familiarQué lejos estoy del suelo en que he nacido.Inmensa nostalgia invade mi pensamiento.Al verme tan solo y triste como hoja al viento.Quisiera llorar, quisiera morir de sentimiento.¡Oh tierra del sólo suspiro por verte!(Ra n c h e r a p o p u l a r m e x i ca n a )Desde hace siglos, nuestra cultura occidental y cristiana separa el alma del cuerpo; laprimera es relacionada con la espiritualidad, con el pensamiento abstracto y con larazón. El cuerpo, por el contrario, provoca emociones, placer, necesidades materialesy por tanto negación de la espiritualidad. Derivada de la dicotomía entre razón yemoción, desde el siglo XVII el racionalismo de Descartes destaca el máximo poderde la razón y sólo percibe la posibilidad de un conocimiento científico si este es ajenoa las emociones y concuerda con las leyes naturales. Llevado este pensamiento a lavida cotidiana se facilitan argumentaciones como, por ejemplo, es posible conversarsin emociones, emitiendo juicios fundamentados exclusivamente en la razón, interactuandoy conversando en medio de relaciones ajenas a los sentimientos. Aprendemosa inhibir las emociones, a esconderlas y a sentir como reprobables las expresiones109


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>afectivas. A pesar de estas representaciones sociales en contra de la expresión desentimientos –de forma especial entre los hombres–, la migración a otro país generaun impacto emocional fuerte, tanto entre familiares como entre migrantes, dolores yduelos que serán analizados en este aparte.Si bien existen múltiples formas de emociones, una indispensable para el proceso dehumanización ha sido el amor, la cercanía afectiva, el cual hace posible la convivenciasocial. El amor es una emoción que nos une y el fundamento de la existencia de grupossociales, da posibilidades de compartir la intimidad, favorece el consenso social, laaceptación y la tolerancia. Según Maturana (2001: 15), somos también animales quevamos confiriendo un nosotros a grupos de referencia; uno de ellos ha sido la familia.(…) vivimos en grupos pequeños, lo que es aparente en nuestro sentido de pertenenciafamiliar; aún somos animales sensuales que vivimos espontáneamente en el tocarse yacariciarse, cuando no pertenecemos a una cultura que niega la legitimidad del contactocorporal; y por último, aún somos animales que vivimos la sensualidad en el encuentropersonalizado con el otro, lo que es aparente en nuestra queja cuando esto no ocurre.Siguiendo al autor, comprendemos las emociones como imbricadas en la base mismade la vida social, fundamento de nuestro lenguaje y de las interacciones entre laspersonas. Para analizar las emociones y los sentimientos de quienes viven en mediode relaciones afectivas <strong>transnacionales</strong>, abordaremos una visión que integra la vidaemocional y la racional.Como lo planteamos en el capítulo primero, en nuestra sociedad occidental moderna,la familia constituye un nicho central para las vivencias emocionales necesarias enla constitución de las relaciones de identidad primaria (Berger y Luckman, 1968).Al compartir con padres y madres, construimos el lenguaje, aprendemos la llamadalengua materna, necesaria para interactuar con el mundo, nos sentimos protegidosy vivimos los afectos. Al mismo tiempo, por medio de estas relaciones primarias, formamosuna identidad colectiva que nos crea un sentido de pertenencia y nos permiteaprehender el espacio inmediato, establecemos un mí que además se carga de significacionescon base en la historia común, generamos así vivencias sobre los espaciosmás cercanos y la idea de patria –esta última palabra viene de “padre” y se complementacon las sensaciones de pertenencia derivadas del lenguaje materno–. En esteorden de ideas, la frase de un migrante adquiere un significado especial, pues asociafamilia con patria: el país de uno es la familia de uno, si tu familia está aquí, en dondetú estás, ese es tu país, pero mi país está allá porque mi familia está allá (Iván).Estos sentimientos se construyen a un nivel no consciente, pues cuando la madreamamanta a la criatura humana, le entrega su cultura y, en general, el universo simbólico.Como refiere Lorenzer (1976: 44): “Con la socialización la madre transmite110


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>las normas que ella recibió, refractadas por su apropiación biográfica”. La socializaciónen medio de la triada relacional conformada por el padre, la madre y el hijo/hija, y la adquisición del lenguaje implican una vivencia afectiva profunda (Barreto yPuyana, 1997). Tanto Lorenzer (1976) como Maturana (1992) coinciden en concluirque el aprendizaje del lenguaje se construye en medio de una interacción emocional,la cual va dando como resultado la adquisición de estructuras. Como dice Maturana(1992), la construcción de estas relaciones amorosas se desenvuelven en los gruposfamiliares, con ellos y ellas compartimos las relaciones más íntimas y vamos adquiriendoidentidad a partir de esta convivencia. Con el amor aprendemos a querernos anosotros y nosotras mismas y mismos.De esta forma, las relaciones de padres/madres con hijos e hijas se desarrollan enmedio de interacciones emocionales profundas y se construyen en el devenir y lacotidianidad. Si somos dependientes del amor, una separación produce una enfermedadamorosa, en términos de Maturana (2007): dolor, pena, tristeza, en cualquiermomento del ciclo vital. “Nos enfermamos cuando se interfiere el amor, a cualquieredad. Niñitos pequeños, jóvenes, hombres o mujeres, adultos, viejos... (…) Nos enfermamosde hecho; nuestra fisiología y anatomía cambian, y sanamos cuando serestituye el amor” (Ibíd.: 201). Esto no implica que los vínculos de padres/madrescon hijos e hijas no se puedan sustituir al experimentar nuevas relaciones amorosas,en la medida que los niños o niñas creen nuevas figuras paternas y maternas en laconvivencia con los o las cuidadoras, como observaremos más adelante.Los vínculos afectivos y los amores se constituyen en el eje central de las formas familiares<strong>transnacionales</strong>, pues por estos vínculos se vivifican las relaciones a pesar dela distancia. Con las relaciones amorosas se llenan de significado y se justifican losmotivos de la migración, bien sea desde el preludio, cuando se proyecta la posibilidadde migrar, y posteriormente, en la incorporación al país de destino. Cuando los padresy madres afirman: Viajo por el bien de mis hijos, para proveer a mi familia o paramejorar sus condiciones de vida, son frases que intentan, a través de argumentacionesracionales, dar explicaciones sobre la motivación para migrar. Si bien la razón operapara justificar la partida, se produce una sensación de pérdida pues los sentimientosabundan y son inevitables. Como plantea Falicov (2002):Todos los inmigrantes, aquellos que dejan sus países voluntariamente o aquellos que seven forzados a buscar asilo o refugio político, aquellos que vienen de lugares cercanos ode lugares lejanos, aquellos inmigrantes que son hombres, mujeres, jóvenes o viejos, ricoso pobres, sufren en alguna medida u otra, alguna forma de pérdida, pena o duelo. Lapérdida de la migración tiene características especiales que la distinguen de otro tipo depérdida. (…) trae pérdidas de todo tipo: pérdida de parientes y amigos que permanecenen el país de origen, pérdida de la lengua natal, de las costumbres y rituales, de la tierramisma.111


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Nos inquieta ahora responder estas preguntas: ¿qué sentimientos expresan los y lasmigrantes hacia las <strong>familias</strong>? y, por otro lado, ¿qué sentimientos expresan las <strong>familias</strong>hacia los migrantes en las distintas etapas del ciclo migratorio?, ¿qué relaciones seañoran más?, ¿qué significados les dan a estas relaciones?, ¿cómo expresan sus afectostanto migrantes como familiares?, ¿qué sentimientos experimentan hacia el paísde origen una vez han migrado?La mayoría aduce que es: muy duro y la soledad es muy cruel (…) siempre hay unvacío (…) abunda la nostalgia. Estas tres afirmaciones tienen que ver con sentirsetriste e incompleto, lo cual es expresado por ellos y ellas como sensaciones de vacío ysoledad, al no compartir con las personas que aman, debido a los largos períodos deseparación.La tristeza es uno de los sentimientos que viven con más frecuencia los y las migrantesy sus familiares a lo largo de la experiencia migratoria. Para los primeros, estahace que el transcurrir de los días parezca una eternidad y que se vuelvan terriblescomo consecuencia, por una parte, de no estar junto a sus seres queridos, tal como leocurrió a Iván: Los días se fueron tornando terribles, la tristeza, la soledad, el no ver ala gente, a mi padre, a mi madre, a mis hermanos... Fue tenaz (…), y, por otra parte,debido a que tienen que afrontar las necesidades y dificultades que encuentran en elpaís de destino sin ninguna compañía ni apoyo, como nos lo comentó Ana: (…) almes, el poco dinero que traía ya se me fue acabando, y empecé a ver las necesidades y lasdificultades. Ahí sí fue cuando entré en un estado de depresión, que no hacía sino llorary llorar (…).Como podemos ver, el llanto es su manifestación más común, aunque en ocasioneseste sentimiento también hace que los y las migrantes se cuestionen a sí mismos acercade los motivos de su migración, como le ocurrió a Giovanna: No estaba comiendo,solamente lloraba; el trabajo me estaba absorbiendo porque me tocaba supremamenteduro. O sea, no le encontré sentido a nada de estar acá, por más de que estuviera ganandoen euros, por más de que estuviera ayudando a mi familia (…). Estas sensaciones setransforman en algo inherente a su cotidianidad, algo con lo que deben aprender avivir y que en ocasiones deben tratar de ocultar ante sus familiares, como nos relatóFrancisco:(…) aquí me he envejecido con tanta pensadera, con tanta tristeza, la mirada le cambia auno, ya coge uno una mirada como de triste, me lo han dicho, uno por ejemplo, manda fotosa sus hijos y le dicen: “tiene una mirada triste”, y uno bregando a abrir los ojos a ver si se leven alegres y no, no es capaz, esa tristeza como que se le ve allí (…)No obstante, ellos y ellas hacen enormes esfuerzos para superar este sentimiento quelos embarga; algunos optan por entregarse de lleno a su trabajo, realizar actividades112


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>de esparcimiento con las personas que van conociendo y/o dedicar la mayor parte desu tiempo libre a entablar comunicación con sus familiares en Colombia, con el fin desentirse en contacto y de acortar la distancia que los separa, como lo expusimos enel capítulo tercero.Para la familia en Colombia, la tristeza se relaciona con un profundo sentimientode nostalgia que, tal como lo describe Restrepo (2006: 102,103) en su estudio conmujeres refugiadas en España, se manifiesta a través de “la intangible presencia delas ausencias amadas”; es decir, que este sentimiento le pone vida y movimiento a losrecuerdos para darle perpetuidad y continuidad a los arraigos. Se manifiesta en elvacío o pérdida física de lo querido, se siente la existencia de espacios desocupados,se transforma en añoranza de lo hermoso vivido, en sentimientos que acompañantranquila y silenciosamente los espacios y la cotidianidad del día a día. Los siguientesrelatos manifiestan la forma en que los familiares experimentan esta sensación:(…) el vacío que dejó fue terrible (Ruth); Fue muy doloroso, porque yo me enfermé y miseñora también por la ausencia de él; lógicamente que él tenía aquí su alcoba, sus enseres,su ropa, sus trajes y todo. Yo veía cualquier prenda de él y me ponía a llorar. A mí me dabademasiada tristeza (…) La soledad de la casa, del cuarto de él, el no verlo, el no escucharlo,lo más terrible es estar anhelando siempre que él se venga (…) (Darío); (…) se siente unadepresión muy grande, yo siento un vacío, a veces ni le encuentro sentido a muchas cosas(…) (Liseth); (…) la tristeza, la nostalgia que da, que hay una persona que no está con unoy que no está cerquita (…) (Samuel); (…) se siente un vacío terrible, terrible quedarse unosolito sin él. (…) El vacío que se siente por su ausencia, pienso que es como si se le hubieramuerto, uno sabe que sí está, pero que está lejos; es duro (…) (Sofía).La soledad es otro de los sentimientos que ronda constantemente a las personas queparticipan en el proceso migratorio; ellos y ellas la califican comúnmente como cruel,horrible y dura, además de referir en sus relatos que es uno de los principales infortuniosque trae la separación y el establecimiento en un destino desconocido, en elque generalmente no se tiene ningún soporte ni apoyo. Este sentimiento captura a laspersonas en medio de los recuerdos, los cuales con el paso del tiempo se transformanen anhelos constantes, que difícilmente podrán hacerse tangibles, debido a las dificultadesque existen para entablar de nuevo un contacto cara a cara, cuerpo a cuerpo.De este modo, siguiendo los planteamientos de Restrepo (2006: 100,101), podemosinterpretar la soledad como el conjunto de carencias, frustraciones y sueños negadose imposibles que aprisionan, y como un estado en el que reina la amargura, el dolor,el sufrimiento y la añoranza desesperada de lo imposible. <strong>Las</strong> siguientes historiasreflejan esta interpretación:El que se haya ido mi pedazo de todo; se fue, y uno se queda sin aliento, sin nada, porqueestando él allá, aquí yo quedo sola (Leticia, madre de un migrante); (…) uno donde quiera113


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>que va o donde quiera que anda en la casa, siempre es un recuerdo. Entonces para mí la soledadsí ha implicado mucha dificultad, a ratos me aburro sola, me hacen mucha falta ellos,me siento muy sola (Blanca, madre de una migrante); La soledad es lo más difícil que hay.Yo toda la vida crecí con muchísima gente alrededor y acá no puedo tener a mi familia (…)(Giovanna, hija migrante).En estos relatos podemos observar cómo los involucrados en el proceso migratorioexperimentan la soledad en torno a la ausencia física de sus seres queridos, la rupturaen las rutinas que tenían antes de la migración, la imposibilidad de que todos esténjuntos de nuevo y la re-organización que deben hacer en sus vidas y hábitos paraafrontar la ausencia de sus seres queridos.Esto hace que ellos y ellas se sientan incompletos y anhelen constantemente un reencuentro,que en muchos casos, se diluye en el tiempo y en los difíciles requisitos legalesy económicos para concretarlo. De esta manera, aparece como un sentimiento quese perpetúa a lo largo de todo el proceso migratorio y que, a pesar de que disminuyedurante los viajes de visita, una vez terminan se revive con mucha intensidad, porquelas personas deben reacomodarse y acostumbrarse a vivir de nuevo sin la presenciadel ser amado. Como lo resume Rosa, hermana de una migrante en España: La genteque está en el extranjero vive con los recuerdos de acá y, cuando viene, todo el tiempo hablade allá. Es por ello que para Alfonso la mejor solución para que los y las migrantessean felices y superen el sentimiento de soledad, radicaría en la posibilidad de trabajartodo el año en España y pasar las festividades de Navidad en Colombia.La incertidumbre es otro de los sentimientos que invade a quienes participan en elproceso migratorio. Ésta comúnmente se presenta durante los momentos previos alviaje y se relaciona directamente con las expectativas que unos y otros tienen sobreeste y el país de destino, como ya lo mencionamos en el segundo capítulo. Para muchosmigrantes, la experiencia de movilización les significa un cambio drástico ensus vidas y el encuentro con un panorama desconocido, que los/las espera con retosque deben superar si desean concretar los sueños que han construido alrededor de laexperiencia migratoria. Con respecto a esto, ellos y ellas se manifiestan así: (…) nosabes a lo que vienes, no sabes qué te toca, vienes dispuesto a trabajar o a lo que hayaque hacer (…) (Felipe); (…) veía todo y como que no creía, estaba ahí como en shock,no sabía cómo me iba a ir y decía: “estoy dejando mi vida acá para empezar otra nueva”,me subí al avión y lloraba y lloraba, no paraba de llorar (…) (Beatriz).Este sentimiento, que se despierta frente a lo desconocido, también es experimentadopor los familiares en Colombia, quienes lo asocian a una sensación de temor frentea los riesgos y dificultades que puedan encontrar los migrantes en el país de destino,tal como nos comentó Nora, madre de un migrante: (…) está la preocupación deque llegue allá y uno no sepa con quién se va a rozar; eso porque uno ve que lo pueden114


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>hasta obligar a hacer cosas malas, entonces ese era uno de los temores que nosotrosteníamos.Igualmente, los y las migrantes experimentan una sensación de pérdida de identidadpersonal, que asocian con el hecho de que deben llegar a un lugar en el que no sonconocidos por nadie ni ellos conocen a nadie, un país en el que no ocupan ningunaposición que sea reconocida, valorada o deseada por los otros. Esto se refleja en relatoscomo el de Irene, quien siente que su personalidad se ha desmoronado; Elena,quien piensa: (…) en España soy una más del montón y nadie me voltea a ver porquenadie me conoce, uno no es nadie (…); o Beatriz, quien nos explicó: (…) en Colombiaera muy segura de mí misma, como que me sentía muy orgullosa de lo que era y de lo quehacía, en cambio acá ha sido totalmente diferente. Esto influye en la manera de llevar acabo su proceso de incorporación en el país de destino, ya que afecta su autoestima,la confianza que tienen en sí mismos y en los demás, y en la capacidad y motivaciónpara entablar nuevas relaciones y tejer redes de apoyo en el nuevo contexto.Todos estos sentimientos despiertan emociones que ocasionan un duelo en los y lasmigrantes y sus familiares. Compartimos con Freud (1924) su afirmación acerca deque en la muerte de un ser querido o en cualquier pérdida, el duelo cumple unafunción, pues permite recuperar la energía emotiva ante la pérdida de un objetopara reinvertirla en otros apegos. Cuando vivimos el duelo sentimos un profundoabatimiento, falta de interés por el mundo exterior, menor capacidad de amar, unainhibición de la actividad según el valor que se le atribuye, es decir, de la inversiónafectiva que se ha tenido por lo perdido. Cuando es inevitable, aparece la nostalgiaque según González V. (2006: 79), es compañera del duelo, “(…) procede del griego‘algia’ provocadas por la necesidad insatisfecha de retornos ‘nostos’”.El duelo y las sensaciones de pérdida en la migración son complejos. Por un lado,como afirma Falicov (2002), es ambiguo, disminuye su efecto ante la esperanza delretorno y se recrudece ante las nuevas despedidas. Además, la nostalgia se convierteen un sentimiento más o menos enternecedor y difuso, que abarca por igual la tierraperdida y el tiempo que se ha dejado atrás, comprende también múltiples duelos provocadosno sólo por el hecho de estar lejos de la familia sino por todo lo que quedóatrás: la cultura, las relaciones de amistad, el territorio, etc.<strong>Entre</strong> los sentimientos que llevan al duelo por la tierra o país de origen podemosdestacar el desarraigo, entendido como “(…) el temor que se siente ante lo desconocido,lo diferente y lo nuevo; es la necesidad y el deseo que se tiene de conservary acariciar lo viejo (…)” (Restrepo, 2006: 106). Esta necesidad se refleja en relatoscomo el de Iván: Yo a mi país lo quiero y lo amo mucho (…). Quiero vivir allí, allí nací,de allí soy y allí están las cosas que yo más amo en la vida. Quiero volver; el de Lucía:115


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Colombia es tu tierra; a pesar de que yo viva aquí (…), es tu tierra, es donde naciste,tienes todo allí, entonces eso te llama. Colombia para mí es lo máximo; o el de Sara:Estoy pensando en volver a Colombia, aún con sus dificultades y todo, pero siempre estásen lo tuyo, con tu gente, aún con todas las dificultades, tienes un sentido de propiedadque aquí no tienes.Este dolor que se produce frente al hecho de descontextualizarse para luego re-contextualizarseen otra parte (Restrepo, 2006), en otro territorio, con otros diferentes alos suyos, con otras condiciones, paisajes y costumbres, hace que algunos y algunasmigrantes consideren que no son de aquí ni son de allá, tal como podemos observar acontinuación:Me pasa que cuando estoy en Colombia consideran que no soy de allá (…) uno está añorandoregresar... y llego aquí y estoy añorando irme para allá, y aquí, pues no soy de aquítampoco, es más manifiesto que no soy de aquí. Entonces es una cosa bastante ambigua, estáuno ahí, como en el aire (Fabián); (…) no te sientes vinculado a una sociedad sino comoagregado a ella, como que estás ahí porque te toca, mas no porque estés vinculado a esamisma sociedad (Edgar); (…) sentí el proceso del desarraigo total, ya es que ni me hallabaallí ni me hallaba aquí, y era un problema bastante difícil que no sabía cómo interpretarloni cómo manejarlo, pero fue una situación bastante dura (Adolfo).Por el contrario, en un gran número de historias identificamos claramente cómo, apesar de la distancia y el tiempo, quienes han migrado se definen claramente comocolombianos y <strong>colombianas</strong>, permitiéndonos observar la forma en que viven el sentimientopatrio, que tiende a ser una exaltación del sentido de pertenencia al país deorigen. Así se ilustra en los siguientes relatos:Me dice un español: “pero si ya eres española”, yo: “no, soy colombiana, sigo siendo colombiana”,porque lo llevo en la sangre y en el alma a pesar de todos los problemas quetenemos, pero soy colombiana (Jaqueline); (…) yo siempre digo, “no hay como Colombia”(…) (Irene); Adoro a mi país y yo soy colombiano por encima de todo, y me gusta (…)(Augusto); (…) yo creo que puedo durar aquí unos cincuenta años y yo siempre voy a seguirsiendo colombiano (Santiago); (…) dependo ahorita de España, pero pertenezco a Colombia(Fernando); (…) la sociedad colombiana tiene un valor incalculable que no se sabe ni quées, pero que está ahí latente en cada uno de nosotros (Sara); No me da pena decir que soycolombiana; para mí, decir que lo soy es un orgullo; adoro mi país (…) (Sonia).Sin embargo, deben acostumbrarse no solamente a estar lejos de su patria sino de susfamiliares, pues con frecuencia no pueden viajar debido a que las tarifas aéreas sonaltas, a las restricciones de los visados impuestas por España, a los complejos trámitesde la regularización y a las dificultades para reagrupar a sus <strong>familias</strong>. Esta situaciónes especialmente dramática entre los migrantes no regulares, quienes no pueden nivisitar su país.116


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>Los obstáculos para el encuentro produce en quienes residen en Colombia o hanmigrado una mayor idealización de quienes aman, una especie de amor románticoque exalta las cualidades y minimiza los defectos de quienes mantienen el vínculotransnacional. De ahí, expresiones como las siguientes:Estando aquí sí sabe que los quiere pero no sabe la inmensidad con que los ama (…) (Irene);(…) Ahora que estoy lejos de mi familia, lo que me hace falta son las cosas pequeñas y lo queestaba acostumbrada a hacer habitualmente allá con ellos (…) (Sara); Uno siente que se lequeda mucha parte de la vida (…) (Beatriz); Te das cuenta que estás unido a tu familia, queellos te piensan tanto como tú a ellos (…) (Adolfo); Siempre en mi mente y en mi corazón,para que no se me olvide nada de ellos (…) (Gonzalo); Allá -en Colombia- yo era el hijo quepoco le expresaba el cariño a mamá, todo el amor que le tengo; la verdad, era un hijo muyingrato. A mi mamá yo la consiento y todo, pero pienso que en ese momento yo no era lo quesoy ahora, era muy diferente, era un hijo de esos que la mamá se le acerca a darle un besoy uno: “¡Ay, mamá!” (Elías).Con estas palabras los y las jóvenes migrantes rememoran sus vínculos en calidad dehijos e hijas, hermanos o hermanas. Se cumple así con un adagio popular muy comúnen Colombia: uno no sabe lo que tiene sino cuando lo pierde. Así van procesando elduelo en diferentes etapas: estupefacción o shock, tristeza y dolor intenso, negociacióny búsqueda, ocultamiento y enfado, depresión-soledad, y resolución (GonzálezV., 2006: 10). La siguiente reflexión de Achotegui, citada por González V. (2006: 86,87), es pertinente para esta situación: “es frecuente que esta expresión de ambivalenciase haga muy patente en la siguiente forma: cuando se está en el país de acogidase elogia desmesuradamente el país de origen; y cuando se está en el país de origen,se elogia desmesuradamente el país de acogida”. Al respecto, los elogios al país deorigen se hacen más intensos cuando se habla sobre el tema, cuando se viven fechasespeciales o cuando enfrentan la soledad.Esa idealización del otro o la otra, generada por la pérdida, fue estudiada por Freud(1924) en el libro “Psicología de las Masas y Análisis del Yo”, donde se refiere a unenamoramiento acentuado ante la imposibilidad de estar con el otro/la otra, situaciónque genera una exaltación de las cualidades de las personas amadas y una minimizaciónde las propias. La idealización del otro o la otra producida por la distancia,constituye una estrategia para enfrentar la pérdida ambigua y disminuir sus efectos,anteponiendo a esta la esperanza de un regreso o un encuentro. En el caso de las ylos migrantes, los momentos con el grupo familiar se añoran más, pasan a un segundoplano los conflictos, se aspira al calor de hogar, como si fuera el único espacio dondeaparecen los afectos. Los y las migrantes se sienten escindidos al perder esa sensaciónde protección y compañía que tenían cuando compartían en su hogar.117


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>A causa de la idealización de las relaciones y de las personas en los recuerdos, elretorno y el reencuentro pueden llegar a ser decepcionantes, pues la vida familiar esun espacio donde existen las sensaciones de camaradería y se comparten los afectos,pero hay también conflictos y desafectos. Cuando con los sentimientos se idealiza, seimpide reconocer a las personas como seres corporales y se tiende más bien a convertirlasen ángeles sin problemas ni defectos, y entonces las relaciones cotidianas secomplican más. A este proceso se refiere Gonzalez V. (2007: 80):En ocasiones el inmigrante sobredimensiona e idealiza el país de origen cultivando unaforma errónea de nostalgia como refugio y resistencia protectora frente a las agresionesdel nuevo medio. No se trata de una conservación de las raíces, sino que el nostálgicoretrasa la reestructuración de su nueva vida tanto más cuanto más prolonga sus duelos(duelo crónico).Ante las situaciones descritas, nos preguntamos entonces sobre las expresiones delos afectos en las distancia. En primer término, encontramos que se desahogan a travésdel llanto, manifestando así el dolor. En segundo lugar, observamos que a partirde la separación, no sólo se reconocen los lazos antes poco apreciados, sino que seacentúan las expresiones de afecto durante las conversaciones, lo cual sorprende alos entrevistados y entrevistadas, pues estas no se manifestaban en el trato diariocuando convivían en el mismo país. Según dicen, la convivencia diaria hace que nosacostumbremos a vernos o simplemente, a no reconocer los afectos, pues se sientencomo obvios. Por ello, Clara, una madre en el país de origen, afirma refiriéndose asus hijos migrantes: Me parece que me quieren más de lejos que de cerca. Pablo, hijomigrante, anota: (…) diciéndoles las cosas que nunca les podía decir allá, como que losamo. Javier: (…) nunca le dije de frente a mi mamá, “la amo”. Hoy en día lo hago conella y con mi papá. Giovanna, joven migrante, plantea: No puedo usar el internet, porqueellas siempre me ven y lloran todas. Mi abuelita llora, mi mamá llora. Edilia, madrede un migrante, dice: Ahora mismo yo le digo: “te quiero mucho, te amo”, y él me va aresponder, lo que antes nunca hacía.A propósito de esto, González V. (2006: 84) define que en la migración se presenta unduelo recurrente, o sea, una herida abierta que se reactiva 30 con gran facilidad.Por ello, aduce que con frecuencia algunos(as) migrantes se estancan en las fases detristeza y dolor intenso, mientras otros(as) van resolviendo ese duelo a pesar de lanostalgia, y logran así una mayor incorporación en el país de destino.Esta dimensión incorpora una enorme complejidad al proceso de elaboración ya que elduelo siempre se está reabriendo: el contacto telefónico, internet, los viajes esporádicos,la llegada de paisanos hacen que el vínculo se reavive. Más recurrente se vuelve el duelo30La negrilla es nuestra.118


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>cuando las circunstancias en el país de destino no marcha bien, es muy común que aparezcala “fantasía del regreso” (Achotegui, 2000), tanto más fuerte cuanto más contactosrecurrentes.<strong>Las</strong> expresiones afectivas están dirigidas también a fortalecer el vínculo, como recuerdaGonzalo: (…) diciéndoles por teléfono todo lo que les extraño, lo que me pasa,contándoles que estoy muy bien y siempre diciéndoles que los quiero mucho y que mehacen falta (…). Este relato muestra un patrón constante en la comunicación de estas<strong>familias</strong>: la añoranza, porque mientras estaban conviviendo omitían conversar sobresus afectos, en contraste con el hoy, cuando a través de la distancia buscan manifestarsemás, aprovechan los medios de comunicación para generar un diálogo máscercano. <strong>Las</strong> expresiones de afecto facilitan que “la gente este físicamente ausentepero psicológicamente presente” (Falicov, 2002). <strong>Las</strong> siguientes expresiones de Anay Jaqueline aclaran esta ambigüedad: Ante la distancia, llevarlos en el corazón, estarallá y acá al mismo tiempo (…); Te das cuenta que estás unido a tu familia, que ellos tepiensan tanto como tú a ellos.Si se comparan las pérdidas causadas por la migración respecto a las ocasionadas porla muerte de un ser querido, una diferencia sustancial. <strong>Las</strong> primeras no son definitivas,duele la partida, pero a la vez se intenta fortalecer el vínculo y se tejen sueñosacerca de un posible reencuentro, del retorno o de la reunificación familiar. En estesentido, los resquebrajamientos propios de la separación han sido catalogados comoduelos parciales, recurrentes y múltiples (González V., 2006). Por ello, como detallaremosmás adelante, gran parte del contenido de las conversaciones se dirigen aplanear un nuevo encuentro.Aunque no están físicamente juntos, se resaltan los constantes vínculos afectivos en ladistancia e incluso se siente que los mismos se acrecientan. El caso de Sara, migrantedesde hace 7 años, ilustra esta situación. Ella llama a su casa llorando pues se sientemuy sola en Madrid, le pide a la familia que migre y comienza a hacer los trámitesrespectivos. Pero carece de importancia si la familia logra o desea migrar o no, loesencial es que esto ayuda a consolar a la migrante mientras planea el encuentro.De manera constante en los relatos emergen recuerdos sobre lo duro que es sentir elpaso del tiempo sin el contacto físico y sin acompañamiento, sin poder compartir momentosimportantes y rituales familiares como las fiestas de Navidad, de Año Nuevoy de cumpleaños o, en otro aspecto, con la imposibilidad de estrechar corporalmentea los seres queridos. En uno de los relatos sobresale una situación extrema y con untinte trágico, la de Angélica, quien no pudo acompañar a su madre cuando asesinarona sus hermanos, por lo que esta última tuvo que vivir sola este acontecimiento, sinningún hijo o hija a su lado. Así nos narra la migrante este evento:119


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Para mí fue un dolor muy grande ver que mi mamá estaba allá sola, que estaba pasando elpeor dolor de su vida, le habían matado a sus dos hijos...; yo por acá, tan lejos. A mi mamále dio muy duro todo eso; igual para mí fue terrible. Hoy en día me da mucho dolor porquelo recuerdo y me da mucha tristeza, pero ahora pasó un poco porque tengo al niño, he vividoy me han motivado otras cosas; ese dolor se lleva siempre en lo más profundo de uno porquees algo que ya no tiene curación de nada, tienes el dolor ahí, de por vida.También ha ocurrido la muerte del padre estando lejos, sin poder asistir al entierro,como lo recuerda Jaqueline: (…) fue el momento más difícil de mi vida. Él siempreme pidió que regresara, que él quería verme ahí, que por mi mamá también. Otrasituación de dolor extremo la constituye el descubrir una enfermedad grave estandoen España y no poder comunicarlo a su grupo familiar en Colombia y muchomenos regresar, teniendo en cuenta que la atención médica adecuada se recibe enese país.La pérdida ambigua y el dolor emergen en los relatos en un orden de importancia deacuerdo con el vínculo de parentesco: en primer lugar, las referencias a los vínculosde las y los migrantes con las madres, quienes son las más añoradas por la mayoría.En segundo término, se destacan las relaciones paterno filiales. En tercer lugar, serefieren a sus relaciones de pareja y finalmente, a los hermanos y hermanas.Asimismo, en las narraciones se revelan añoranzas acerca de estrechos sentimientosentre migrantes, sobrinos y sobrinas, abuelas y abuelos, destacándose así laimportancia que tienen las <strong>familias</strong> extensas para los y las migrantes. Finalmente,el dolor transciende el grupo familiar y se mencionan las valiosas interaccionescon los amigos y amigas, resumidas en frases del tipo: (…) mi país es mi familia oes donde está mi gente, las cuales corresponden a esa identidad colectiva primaria,que produce relaciones de apropiación con el contexto inmediato donde transcurrela infancia.Sobresalen las solidaridades con los sobrinos/sobrinas y hermanos/hermanas, comoocurre en el caso de Gloria, quien procura mantener el contacto con su familia porque:“(…) tengo un hermano que es drogadicto y cuando nosotras nos vinimos para acáél estaba metido en la droga pero no al extremo que ahorita, por eso estoy llamando tanfrecuentemente; mi hermano se tiró a la calle (…)”. De forma permanente envía remesaspara su tratamiento, tratando de evitar que su situación empeore.A continuación, trataremos con mayor detalle los sentimientos hacia las madres cuandolos hijos migran o, cuando quienes migran son las madres, los de los padres enambas situaciones, los de los hijos e hijas que quedan, los de las parejas y finalmentelos de los refugiados, quienes viven un duelo recurrente especial.120


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>3.2.1. Cuando las madres lloran: sentimientos y expresiones afectivasentre las madres, hijos e hijasEl sentimiento de pérdida menguada por el mantenimiento del vínculo a pesar de ladistancia, adquiere especial relevancia en las relaciones entre hijos, hijas y madres. Lamadre se convierte en la figura más mencionada por las y los migrantes, quienes deforma constante relatan cómo responden a las demandas afectivas a través del llantoy de la búsqueda de expresiones de cariño. Así lo afirma Gonzalo, joven migrante:(…) mi madre es mi complejo de Edipo, o sea, es un cariño, un amor impresionante,yo soy el hijo menor, soy su niño mimado. Ocurre similar situación con Andrea, quienafirma: (…) con mi mamá ha sido muy duro porque ella sufre mucho de todos modosporque yo esté aquí, no sabe llevar bien la ausencia, al principio era mortal, o sea, eramuy, muy doloroso.<strong>Las</strong> madres desde Colombia responden a los sentimientos de dolor, nostalgia y soledadque los migrantes manifiestan. El nicho hogareño se siente vacío. Para ellas pareceque el migrante nunca va a llenar este espacio, siempre está ahí el vacío. Al sentirseincompleto, se exalta el vínculo transnacional de distintas maneras: varias madresaún mantienen la habitación de su hijo o hija como estaba, así pasen hasta siete añossin que vuelvan, como relata Vanesa: Mi mami, cuando me vio, feliz: “Mi amor, mira tuhabitación”. ¡Eso me la tenía perfecta! Yo le dije que iba a venir, pero no le dije cuándo.Para mantener la presencia se buscan varias estrategias, como relata Norma acercade su madre: El niño dejó un pañal y todavía lo guarda. Mi mamá tiene un espejo parecidoa este; el niño dejó las huellas, y ella dice: “No limpio ese espejo, porque quiero esashuellitas del niño ahí”.Estas madres con nostalgia relatan sus sentimientos de pena ante la partida de hijoso hijas migrantes. Dolores dice: (…) Añoro la compañía, la chispa que ella tiene en larisa, ella es muy folclórica, muy alegre. Inés recuerda: Cuando ella estudiaba, era muyamorosa conmigo; cuando me veía enferma, llegaba a la casa y “Mami, ¿ya esta mejorcita?”Y ahí mismo a ver qué me iba a hacer de comer. Esos son los momentos que másrecuerdo de ella, la atención conmigo. Edilia relata: Él siempre ha sido muy buen hijo, élnos colaboraba muchísimo, era muy bueno para hacer oficio, que siempre ellos han sidomuy amorosos, muy cariñosos con nosotros y muy pendientes.<strong>Las</strong> madres argumentan su sufrimiento por el desprendimiento de sus hijos/hijas,pues para ellas el vínculo afectivo es instintivo, propio de la naturaleza femenina, quese justifica por sí mismo en el acto de ser madre. Esta es una representación socialpropia de nuestra cultura (Badinter, 1981), en la que se confunden los vínculos sentimentalescon una tendencia natural innata, que a la vez consideraría desnaturalizadaa la madre que no expresara sus sentimientos ante la partida del hijo o de la hija.121


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>De esta forma, algunas madres comparan la partida de su prole con el desgarramientode alguna parte de su cuerpo; manifiestan sentir un dolor muy profundo, pues sentíana sus hijos como parte de ellas. Así lo expresan Ruth: Es como si le faltara a uno algo dela mano (…) es como si a uno le quitan un brazo (…); Susana: Yo soy muy sentimental,a mí por todo se me parte el corazón y duré tres meses mal, muy mal. Cuando vuelvenuno siente que se muere y cuando se van otra vez, también se me rompe el corazón. Enestos casos se expresa la continuidad del duelo, la recurrencia del mismo, ocasionadopor la migración y los reencuentros entre madre e hija/o. En realidad, el dolor afectael cuerpo, la salud mental y física de estas madres: apenas se recuperan de la primeradespedida, vienen las visitas, y cuando se vuelven a ir, se reabren las heridas generandotristezas profundas y hasta depresión. Por esto, en varios relatos se consideraba másagudo el dolor ocasionado por la segunda visita y la consecuente partida.Para estas mujeres, lo que se llama dolor de madre se convierte en una imagen positivacuando la asocian con la religión: las vírgenes sufrientes en la iconografía colombiana,llorosas ante la muerte de su hijo. En este sentido, el llanto se legitima através de la cultura y se repite como forma de expresión de estos sentimientos. Así serefiere al respecto Nora, madre de migrante: En un principio era terrible porque cadavez que él llamaba yo no aguantaba el llanto; él me decía: “no te preocupes mamá queyo acá estoy bien” (llanto), pero no sé, uno no puede fingir el dolor (...). Katia, por suparte, lo relata así: Es algo como tan duro para mí como mamá, y sobre todo hay díasque está uno como más sensible a las cosas y yo tengo que hacerme la fuerte, por misotras dos hijas, porque de pronto ellas vayan a pensar que es que uno lo quiere más a él.De nuevo se menciona la nostalgia ante la imposibilidad de lograr un contacto físico,como afirma Leticia: (...) esas ganas de poderle abrazar, tenerlo personalmente, es algoque ¡uf! le pone a uno, como se dice, la piel de gallina.Los sentimientos de soledad de las madres se acentúan cuando su proyecto único devida ha sido los hijos/hijas y estos han migrado. Como afirma Alicia: (…) me aburrosola, digamos; yo no volví a tener otro hombre, una pareja, sino que yo viví sola; ahorame hacen más falta ellos, me siento más sola. La mayoría de las madres relatan sindificultad que les expresan sus sentimientos de dolor a sus hijos e hijas, y algunassienten que ahora se comunican más cariñosamente que antes. La siguiente reflexiónde Alicia, madre de migrante, ilustra esta situación:Yo soy muy seca en eso; me he acostumbrado, que es otra cosa; pero de pronto los sufrimientosy las cosas me han hecho como decir: “antes de que pueda suceder algo, antes de esto, yopuedo estar dándole un abracito o un besito o que quede como una palabra de cariño o talcosa”, porque ya tantas cosas que le han sucedido a uno (…).Estas últimas reflexiones indican hasta qué punto ahora está en boga el mandato culturalfavorable a la expresión de sentimientos, no siempre común en nuestra cultura,122


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>pues quienes sienten dificultad para la comunicación afectiva reflexionan al respectoy tratan de cambiar.3.2.1.1. La maternidad transnacional: “haciendo de tripas corazones”Esta expresión recoge muy bien los duelos vividos por estas mujeres, pero a la vez elesfuerzo que hacen para partir del país. Como se planteaba en el capítulo primero,migran mujeres jóvenes, unas con relación de pareja vigente, otras que son madressolteras o separadas, pero todas con el ánimo de ayudar a su familia y de buscartrabajo para ellas. El caso de Irene, madre soltera y jefa de hogar, es típico de estasituación: antes de partir, dejó a su hijo con su madre. Otras mujeres, como en el casode Camila, con relación de pareja vigente, dejó a sus dos hijos al cuidado del padrecuando se le presentó una oportunidad de trabajo. En este estudio, cinco de ellas dejarona sus hijos con las abuelas, como se tratará en el capítulo cuarto.Estas partidas tienen como efecto la reproducción de roles tradicionales de género y,a la vez, un cambio. En el primer sentido, porque son las mujeres quienes con mayorfrecuencia se quedan al cuidado de los hijos e hijas de los/las migrantes; en el segundo,porque de ser amas de casa pasan a ser proveedoras, comienzan a relacionarsecon el manejo de ingresos y adquieren una visión distinta sobre sus derechos que, amenudo, eran negados o desconocidos por ellas.El desplazamiento a otro país sin los hijos o hijas constituye el primer dilema y sufrimientoen la migración, como plantean Herrera y Carrillo (2005: 22):La situación de los hijos e hijas de las <strong>familias</strong> emigrantes en el país de origen y superspectiva frente a la emigración de sus padres, así como los arreglos familiares quese despliegan en su entorno deben ser entendidos en el marco de las paradojas: dejarsu casa para tener una casa, dejar de estar con sus hijos, para cuidar mejor a sus hijosgarantizándoles educación y un mejor futuro.En esta realidad, las madres tratan de mantener sus vínculos afectivos en la distancia,a través de los medios de comunicación y el envío de remesas; para ello, trabajanen el país de destino haciendo enormes sacrificios, expresados en los relatos queanalizaremos a continuación. En medio de un agudo dolor, la partida se justificacon la siguiente frase: es por el bien de mis hijos (Solé y Parella, 2005; Escobar, 2008;Wagner, 2008).La despedida en el aeropuerto es un paso especialmente sensible y doloroso. Variasoptan porque sus hijos y/o hijas no las acompañen, porque sienten que con su presenciano se irían; otras dicen adiós antes de tomar el avión y lo rememoran comoel instante más duro. Es lo que recuerda Elena, quien partió después de su esposo123


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>y decidió migrar como respuesta a una situación económica precaria. Frente a esto–pues no tenía ni para pagar los servicios–, y a falta de un empleo, decidió hablar consus hijos, quienes le sugirieron viajar. Sobre la despedida, recuerda que fue:Muy difícil, pero como dice el cuento: “haciendo de tripas corazones”, me hice como muyfuerte delante de mis hijos y de mi madre, pero eso sí, me subí al avión y todo el camino lloré.Han sido dos veces que nos hemos separado de esa forma y yo digo: “nunca más me vuelvo aseparar así”, pero vuelve y juega la ruleta.Al llegar a su destino, durante la incorporación al nuevo país y a pesar de haberconseguido empleo, sus sufrimientos por los hijos se hicieron más agudos: Lo quemás me costó fue haberlos dejado. De hecho, los seis primeros meses me bajé como cinco,seis kilos, y lloraba demasiado, demasiado, yo estaba planchando y lloraba, estabaen el autobús y lloraba, yo estaba con la fregona, lloraba... Mejor dicho, era una cosaimpresionante. Elena estuvo un tiempo sin regularizarse, retornó a Colombia duranteocho meses y de regreso a Madrid inició un proceso de reunificación. En este caso lareunificación, que parecía sencilla y se planeaba en uno o dos años, fue posponiéndosey duró siete años.En el caso de Ana, la situación ha sido especialmente dramática porque llegó a Españacon su hijo de dos años y medio, pero al mes de estar allá las condiciones en quevivía no le permitieron ni cuidarlo ni mucho menos pagar para que alguien lo hiciera.Por esa época, debieron vivir hacinados y hasta aguantando hambre, así que decidiódevolver al niño en un vuelo a Colombia con una azafata. Después fue a visitarlo a supaís. Ana cuenta así los sentimientos que provocaron en ella las despedidas:El niño se quedó y para mí fue super duro; el niño en el aeropuerto no lloró, pero cuandome vine, me despedí de él, y cuando llegué aquí, tuve que pedir una semana de vacacionesen la empresa porque no hacía sino llorar y llorar, de ver la tristeza tan grande de volvermea venir, de volver a vivir lo mismo que la primera vez que me vine. Al otro día que lleguéllamé al niño a ver qué tal, y la abuela dijo: “Ana este niño no lloró en el aeropuerto, perocuando llegó aquí a la casa no sabíamos ni qué hacer con él, cómo calmarlo”, él decía: “peromi mamá, ¿por qué se tenía que volver a ir?”.Para las madres, el sufrimiento aumenta por la imposibilidad de abrazar a sus hijos(as) y cuando sienten que no participan en las distintas etapas de su ciclo vital, talcomo lo relata Blanca, recordando la época en que cuidó a su nieto: Ella me lo mandómuy pequeñito, apenas iba a cumplir dos años. Para mí fue una felicidad muy grande habertenido ese niño; cuando se fue, casi me muero (…) cuando el niño llegó iba a cumplirdos años y estuvo trece meses conmigo; cuando llegó todavía tenía pañal y tomaba tetero,cuando se fue ya no usaba pañal y no tomaba tetero. La migrante tomó esa decisiónporque no tenía estabilidad laboral, es madre soltera y consideró que en Colombia su124


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>hijo estaría más seguro. Desde el momento en que lo mandó, llamaba con frecuenciay sufría constantemente. Así lo cuenta su madre: “(…) muy desesperada me llamaba yme decía llorando, yo esto no lo vuelvo a cometer nunca, cuando vaya, voy con él.”Mabel, madre de un pequeño que está al cuidado de su abuela, afirma que le da temorpensar que: (…) el niño se va a encariñar más con mi madre que conmigo. Cuandoestuvo de visita, confirmó este presentimiento al notar que su hijo no la sentía cercanaafectivamente. Narra así su experiencia: (…) Cuando llegué, mi mamá le dijo:“Salude, papi, a su mami; ella es su mamá”. Yo digo que a mí eso me dio una cosa en elcorazón, tan horrible, que yo me iba era aguantando en el taxi, hasta que llegué a la casay me metí en el baño, y ahí me destapé a llorar sola (…). Por ello, trató de interactuarcon él y se ganó su cariño y en la segunda despedida pensaba: (…) está bien, yo mevoy muy triste de dejarlo otra vez, pero por lo menos me queda la satisfacción de que estácon mi madre, que está estudiando, que está grande, que está bien y que seguirá adelante(…) Sí, me dio mucha tristeza, pero sabía que estaba bien. Al final, reconoce el papelde la abuela como cuidadora y se consuela.Nos preguntamos acerca de la forma como estas madres expresan la nostalgia y eldolor de la separación. Vemos que algunas madres aprovechan los viajes a Colombiapara llevarlos a pasear, ayudarles con las tareas escolares o hacerles los oficios domésticos.Así lo relata Elena, quien retorna después de haber dejado a los hijos e hijasdurante seis años:A pesar de sentir muchas cosas, rechazo y dolor, pues muy lindo, porque levantarme a hacerlesun desayuno a mis hijos o a arreglarles la ropa, después de tantos años que les habíatocado hacerlo... Todo eso, ¡pues es una felicidad muy grande! Salir a comprarles la fruta,eso era la dicha de los tres. ¿Qué quiere comer? ¡Cuánto hace que no se come algo hecho porsu mamá! Porque definitivamente lo que le hace a uno la mamá no se lo hace nadie.<strong>Las</strong> madres migrantes sufren un desgarramiento o un duelo recurrente al vivir separadasde sus hijos e hijas menores, lo cual puede incidir en que caigan en depresiones,durante las cuales las culpas aumentan el dolor de la pérdida. En un estudio similarrealizado por Solé y Parella (2005: 12, 13) sobre las madres <strong>transnacionales</strong> en Barcelona,después de oírles sus expresiones de dolor, las autoras concluyen:Cuando [las madres migrantes] llegan a la sociedad de destino, la nostalgia y el dolorpor la separación son tan intensos que lo único que desean es no tener tiempo parapensar demasiado en su situación y trabajar cuantas más horas mejor para no decaer.(…) Pero trabajar tantas horas tiene un elevado costo para su salud. El estrés y elagotamiento físico aflora en el discurso (…) En este sentido, podemos concluir que lamaternidad “a distancia” tiene una gran incidencia negativa en la salud física y mentalde estas mujeres.125


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Nos preguntamos entonces: ¿hasta dónde estas mujeres no viven una situación denominadastress crónico (González V., 2006)?, resultado de tantas presiones emotivas almismo tiempo, culpas por no vivir con los hijos, pérdidas por la distancia, sobrecargade trabajo y añoranza de sus espacios natales, entre otras. La culpa y el temor a dejarlosse acrecienta por la forma como la cultura dominante ha sacralizado la maternidady la convierte en el único camino de vida de la mujer. En esta perspectiva, lasociedad no analiza las condiciones laborales que las hicieron migrar o el abandonopaterno, sino la partida de la madre y los efectos negativos que eso acarrea para laprole.Es corriente entre las madres migrantes la creencia en una maternidad intensiva,la idea de que ellas son las únicas que pueden garantizar el bienestar sicológico desus hijos e hijas (Puyana et. al., 2003). Sin analizar los contextos, la psicología haconvertido en representaciones sociales comunes la maternidad intensiva, al considerarque la única posibilidad de un niño sano es la presencia activa de la madre y laresponsabilidad de ellas es estar en cada momento de la vida de sus hijos e hijas. Nose perciben así las circunstancias económicas y sociales que obligan a las mujeres acumplir el rol de proveedoras y por tanto a delegar las funciones maternas.Con frecuencia, los medios de comunicación las culpabilizan más, pues derivan de lamigración problemas de los niños y niñas, con todo tipo de acusaciones que finalizancon el juicio condenatorio hacia la migración materna, ya que se considera que así sedesintegra la familia. Sin embargo, varios estudios realizados en el Ecuador indicanque el efecto negativo de la migración materna en la prole no se puede generalizar atodos los casos y depende del tipo de apoyo brindado por las <strong>familias</strong> de origen, enespecial de las abuelas, a quienes los hijos e hijas de los migrantes comienzan a llamarmami (Wagner, 2008).Como se observa en los relatos, las madres en España tienden a culpabilizarse por lasituación y a sufrir por no cumplir los roles tradicionales, minimizando con estos sentimientosel papel que logran como proveedoras. Sólo en un caso se produjo una inversióncompleta de roles y la situación de la madre migrante se volvió más tolerable.Nos referimos a Camila, una mujer de 38 años, casada, enfermera y con dos hijos (de5 y 3 años). Cuando decidió emigrar por medio del SENA, lo hizo por razones económicas;afirma que: “(…) deseaba mejorar mi estilo de vida, ofrecerle un mejor futuro amis hijos, a mi familia como tal, esposo e hijos, quererles ofrecer una mejor oportunidaden la vida”; tanto su esposo como sus dos hijos siguen viviendo en Colombia.Inicialmente, los trámites para viajar los había hecho su esposo; sin embargo, le negaronel permiso y quien terminó en España fue ella. En términos de los cambios enla relación con su familia, Camila considera que ha sido una excelente madre, pero126


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>que estar en España ha hecho que se pierda momentos muy valiosos con sus hijos. Enrelación con el cuidado de éstos, la tranquiliza el que sea su esposo quien esté a cargo,pues aun cuando ella estaba en el país, era él quien más pasaba tiempo con ellos,por lo que ella se siente satisfecha con el rol de su esposo como padre. Los cambiosen los roles de género son evidentes y facilitan el rol de proveedora de la madre. Noobstante lo anterior, también entra en profunda tristeza, como comenta respecto a losmomentos difíciles que vive. Igualmente, resuelve la ambigüedad de la pérdida conla esperanza de una reunificación familiar.3.2.2. Cuando los padres lloran: sentimientos y expresiones afectivasentre los padres, hijos e hijasLos relatos de los padres acerca de los sufrimientos por las pérdidas, ocasionadas porla migración de hijos e hijas, emergen con menos frecuencia, si se comparan con losde las madres. Sin embargo, tanto los/las migrantes como los padres entrevistadosen Colombia, rememoran la expresión de sus afectos y haber compartido con muchosde ellos llantos, debido al resquebrajamiento que la separación de los hijos e hijasgeneraba. Esto es lo que comenta Irene, una joven migrante: Mi papá no fue a despedirme,le dio la chillona y no fue, porque no estaba de acuerdo con eso, pues él quiereque progrese pero que esté con mi hijo, que esté yo con él. El dolor manifestado en losrelatos permite afirmar que los hombres también lloran y buscan variadas estrategiaspara manifestar los afectos ante la partida de sus hijos e hijas e incluso alcanzan mejorcontacto comunicativo después que estos últimos han emigrado. Así refiere estaexperiencia Giovanna, otra joven migrante: Con el que más contacto tengo es con mipapá; increíblemente es con él, porque esperé de todas las personas menos de él, que mellama cada tercer día, cada cuatro días a cantarme, a decirme poesías.Así nos habla Darío sobre su hijo migrante: (…) uno sabe que está allá, pero no creeque él falte a la casa. Yo pienso que está trabajando aquí, que él va a llegar y que va avenir a comer. Yo desearía tenerlo siempre y abrazarlo. Aunque su hijo inició su procesocomo migrante hace 7 años, tiene relación de pareja estable y un hijo en España, supadre aún no ha cambiado su habitación, actúa como si no se hubiera ido. Iván respondeencontrando otras formas de comunicarse, como nos lo relata:La primer vez que yo llegué acá le escribí a mi padre un carta de cinco hojas por cara y cara,que me tocó parar como unas cuatro o cinco veces a llorar, porque en ella le escribía minuciosamente,como a él le gusta, desde el momento en que me bajo del avión y lo que empiezoa ver. Precisamente, estuvimos hablando hace como quince o veinte días con mi padre y lecomenté sobre esa primera carta y me dice: “yo la he leído como cuatro o cinco veces y cadavez que la leo, lloro”. Se han engrosado tanto los lazos sentimentales con mi papá que noshacemos mucha falta.127


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Otra forma de acercamiento entre padres e hijos migrantes es el de proyectar unnegocio en compañía. Al estar comunicándose acerca de esta idea, se fortalece elvínculo afectivo y se da la sensación de acercamiento entre padre e hijo. Esta puedeser una forma masculina de establecer vínculos.Giovanna, hija migrante, cuenta con admiración una reacción que no esperaba de supadre en el momento de la despedida: (…) mi papá se me arrodilló en el aeropuertoy me dijo que no lo fuera a desamparar, y yo se lo prometí que no lo iba a desamparar.Además de las diferentes estrategias ya relatadas que emplean para las expresionesde afectos, los padres comparten con las madres la exaltación de las cualidades delmigrante, como narra Samuel: (…) yo busco la forma de tranquilizarlo moralmente,que sienta que eso a mí me implica, pues si sé que el muchacho está moralmente malallá, a mí me incomoda.3.2.3. La paternidad transnacionalComo ocurre con las madres, los padres que han dejado hijos en Colombia tambiénlloran y con frecuencia se sienten desgarrados. Así lo describe Francisco: (…) sobre elhijo, se me forma como un trauma ahí, como algo muy, muy triste… Andrés, otro padremigrante, afirma: (…) es parecido a los que están secuestrados porque a pesar que unoaquí tiene libertad, no la tiene porque no puede ir a ver los hijos. Gerardo manifiesta: (…)quisiera uno como cargarla, apretar a mi hija (…). Al igual que las madres, los padresañoran compartir los momentos de cambio en el ciclo vital, el contacto corporal, la llegadaa la casa y sentir sus saludos, participar en las fiestas y encuentros familiares.Consideramos importante tratar de una manera especial el caso de Francisco, padrede cuatro hijas y un hijo, quien emigró a España cuando no se exigía el visado y hatenido dificultades para regularizarse e ir a visitarlos. Cuenta que vive en una continuaambivalencia entre estar allá y volver a su país, pues en Colombia tenía la oportunidadde compartir como un padre afectuoso, que interactuaba diariamente con suprole, pero en España logra obtener mejores oportunidades económicas. Explica asísu situación:Siento temor de ir a Colombia a hacer nada, porque eso allí está muy duro, la gente estáaguantando hambre, allí no vive sino el que tiene un capital (…). Yo que tengo cinco hijos,tengo que pensarlo más; digo: “aquí a lo menos tengo pa’ mandarles pa’ que coman y comoyo, y ya está”. A pesar de que uno está haciendo un sacrificio aquí, parece que estuviera haciendoun mal porque le reprochan a uno que no esté allí con ellos (…).El dolor de este padre es mayor con la ambivalencia y la culpa expresadas, porquesiente que la madre de sus hijos e hijas no comprende su situación. Como afirma128


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>González V. (2006), los y las migrantes experimentan el duelo por no poder regresar,sumado a la ambivalencia por sentirse resquebrajados entre el aquí y el allá. Así recuerdaFrancisco sus pensamientos cuando empezó a trabajar en España:Al comienzo, yo lavaba cada plato con tanto amor, de saber que les iba a mandar a mis hijos,“¡hijuemadre!, por lo menos tengo para mandarle a mis hijos, y ya sé qué les voy a mandar yvan a tener una Navidad y muchas cosas”; lo único es mis hijos, que es un tema muy álgido yme enternece todo el tiempo, pero de resto estoy un poco tranquilo. Pero es algo que me tocóvivir y sé que lo estoy haciendo por ellos.Su nostalgia aumenta cuando recuerda:Eso me da mucha tristeza: saber que no les puedo dar como esa energía que tengo para queellos en la vida luego se defiendan y la aprovechen, para que no sean como esas personas quepor allá son morrongas, como que miran... ¡No! Me gusta es que demuestren, que sean así,alegres. Eso también me entristece mucho.Este es un padre no conforme con el rol tradicional de proveedor y anhela una presenciamás activa, que siente negada por lo distante que debe vivir de sus hijos e hijas.Como mostrábamos en un estudio sobre la paternidad y la maternidad, (Puyana, et al.,2003), padres como Francisco han roto con la modalidad tradicional y están buscandouna forma de interactuar con sus hijos, brindándoles más afecto y compañía, aunque ladistancia no lo permite. Francisco, igual que otros, se siente nostálgico porque que sushijos e hijas no valoran el esfuerzo que hace por ir más allá del rol de proveedor quejuega y los sacrificios que esta situación implica. En sus propias palabras:(…) uno les demuestra, aparte de que les dice que los quiere mucho, como que le piden algoy quiere mandárselos: “papi, quiero tal cosa”, y uno: “la otra semana se lo mando”, y unoes haciendo el esfuerzo por mandárselo, como pa’ que lo sigan queriendo a uno que es: “sihago esto de pronto me van a querer más”, porque ya que no les puedo dar cariño pues lesmando lo económico.La pregunta que nos sugiere esta historia es: ¿lograrán estos hijos entablar con elpadre una relación que se fundamente en aspectos distintos a la demanda de dinero?Después de cinco años, Francisco logra visitarlos otra vez y siente mayor desconciertoy temor ante el encuentro, pues duda del amor que puedan sentir por él: Hacía cincoaños que no me veía con ellos... Pues como todos los encuentros, supongo, dramático. Ahíuno con ganas de llorar y no lloraba; llegué al aeropuerto y los veía por la ventana esa yme escondía, porque era como ese taco aquí que me provocaba como gritar, yo qué sé.Los migrantes jóvenes también ejercen la paternidad. César, por ejemplo, trabaja enEspaña intensamente, pensando no sólo en colaborarle al padre, sino en su sobrina, aquien siente como su responsabilidad y por quien tiene un afecto muy especial:129


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Tengo una sobrina que es hija de madre soltera, entonces yo soy como la presencia paternaque ella tiene, yo soy como el padre de ella, de hecho no sólo de figura sino también de maneratotal, porque yo a mi sobrina le colaboro con la universidad -está en séptimo semestre-,ella me llama y me comenta sus cosas; siempre le he dicho: “confía en mi total y absolutamente”,esa era una relación que tenía desde Colombia, porque mi hermana tuvo la niña ahí,en la casa de nosotros. Cuando la niña estaba muy pequeña, mi padre murió y digamos queel que asumió el rol de padre, de figura masculina, fui yo.Los relatos hasta aquí analizados nos sugieren que el padre es visto en nuestra culturamás en calidad de proveedor, aunque algunos de los entrevistados se esfuercen parasuperar este encasillamiento. El evento de la separación por la migración es tan fuerteque genera duelos significativos, nostalgias, desarraigos, en quienes paternan desdelas distancia y sólo cumplen este rol.3.2.4. Sé que me extrañan muchísimo: sentimientos de los hijos e hijasde las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>La pregunta que nos surge ahora es: ¿qué sienten los hijos e hijas de los y las migrantesante estas situaciones? En general, ellos y ellas se expresan sobre la pérdida y elduelo sentido por la migración de sus madres o padres, son testigos y actores de losllantos y las manifestaciones de dolor ocasionados por las despedidas en los aeropuertosy por la forma como sus progenitores se resquebrajan ante la migración delotro miembro de la pareja. Así recuerda Lina estos momentos:Mi papá soltó el teléfono y parecía un niño chiquito, cogió la toalla y se la ponía en laboca y lloraba, así como dicen a moco tendido, ¡horrible! Decía: “yo amo a su mamá, mehace mucha falta, no puedo vivir sin ella”. ¡Fue horrible! O sea, el cambio de sentimientosy como lo expresó mi papá... Yo nunca en mi vida y hasta ahora, nunca lo he visto llorarde esa manera, mi papá de verdad amaba mucho a mi mamá, muchísimo. Fue muy duropara él.Los hijos e hijas que se quedan también estiman el sacrificio que sus padres y/o madreshacen con su trabajo para proveerlos de recursos, como dice Rocío: (…) yo loquiero porque de otra persona se hubiera ido por allá a España y nos hubiera dejado anosotras botadas y no hubiera respondido por nosotras. Como en el caso de los padres ylas madres, los hijos e hijas han compartido los resquebrajamientos por esta situación.Como narra Mónica: Nosotros, cuando nos despedimos de él, nos pusimos a llorar, puesuno tiene el consuelo de que igual es por el bien de uno y no hay nada qué hacer. Luegode la partida, mencionan sentimientos de vacío y añoranza ante la distancia, comomanifiestan las siguientes historias: (…) se siente un vacío terrible; terrible quedarseuno solito sin él (Catalina); (…) me falta que nos traiga cosas, porque él del trabajo nos130


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>traía cosas, o sea paquetes o dulces (…) (Carla); La costumbre de que él llegaba y unoestaba haciendo la comida, esperando a que llegara (Lina) 31 .Al mismo tiempo, algunos se rebelan ante la separación y prefieren tenerlos cerca,compartir con su padre y/o madre la cotidianidad y el contacto físico, pese a ser conscientesdel beneficio de las remesas que reciben, como dice Verónica:Si tú me dijeras ahorita qué quiero, yo te diría que prefiero que mi papá estuviera acá connosotros, así económicamente no nos ayudara, o sea ¿si me entiendes? Pero el hecho de tenerloacá, poderlo abrazar cuando yo quiera, poderlo llamar cuando quiera, poder estar ensu casa, o sea, así él desde allá mande plata, mande de todo, pero emocionalmente, no...Por último, cuando los hijos crecen, a menudo relatan que se sienten responsables yles produce tristeza acordarse de los sufrimientos del padre y/o madre en el país dedestino. Como recuerda Verónica: (…) créeme que es demasiado difícil abrir un correoen el que él te cuenta que se siente muy solo, que ya no puede más (…). O lo que cuentauna madre de su hija: Me dice: “no mami, es que mi papito por allá solo, de pronto seenferma y quién le da siquiera una agüita de yerbas o algo” (Betty).3.2.5. Ambos lloran: las parejas se manifiestan el cariñoEn la mitad de los casos, los entrevistados y entrevistadas habían compartido unarelación de pareja antes de la migración. La mayoría manifiestan mantener el vínculoen calidad de pareja transnacional. La modalidad más frecuente consiste en quelas esposas vivan en el país de origen a cargo de la prole, mientras que únicamenteen un caso la esposa reside en España y su pareja vive en Colombia, como ya lotratamos.Ante la separación, los miembros de la pareja residentes en Colombia añoran lasexpresiones afectivas, como expresa Silvia: (…) extraño que me consienta, que mediga que yo soy todo para él, que salgamos (…). Esto mismo manifiesta Soledad: quetuviéramos las cosas igual que antes porque me hacía mucha falta, mucha, mucha falta,y de hecho todas mis noches han sido muy duras.Los migrantes también las añoran, expresan sus emociones llorando, al tiempo quesienten una enorme pérdida, como narra Guillermo al hablar de los sentimientos desu pareja: (…) a veces ella se siente muy sola... Cada que la llamo: que está aburrida,31Debemos anotar que quienes manifiestan estos sentimientos son hijos adolescentes o mayores que hanelaborado sus recuerdos y duelos.131


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>que le hago falta (…) y me dice que la plata no es, que así le falte lo que le falte. Estasdeclaraciones son reafirmadas por su esposa, quien se siente sola y lo extraña.El sentimiento de resquebrajamiento ante la partida se produce en los que se van ylos que se quedan; en unos y otras se exalta la figura ausente, se aumenta el amorromántico y se espera ansiosamente la reunificación o el retorno; en otros casos, seproducen rupturas y desencuentros que van distanciando la relación, como analizaremosen el capítulo cuarto.3.2.6. Los refugiados: un dolor doble, triple o recurrentePor último, deseamos referirnos al dolor de quienes consideramos que, por su situación,viven de forma más intensa sus duelos, pues deben partir de forma abrupta aotro país, para salvar sus vidas, sin haber concebido previamente un proyecto migratorio.El dolor nace de ir al destierro de un momento a otro, sin siquiera tener derechoal ritual de la despedida, de abrazar a sus amigos, a sus parientes, de decir adiós yllorar por la partida, sintiendo al mismo tiempo truncado su futuro en el país amado,por el que iban a dar sus vidas y que en cambio puso en juego la de ellos mismos y,en ocasiones, las de sus <strong>familias</strong>.Viven un duelo recurrente y múltiple en la medida que añoran su tierra, sus olores,sus paisajes e interacciones cotidianas. Además, experimentan un sentimiento de soledadque se intensifica porque piensan que para ellos está casi totalmente negadala opción de regresar al país de origen, debido a que las amenazas que los llevarona salir de manera inesperada e involuntaria podrían no haber desaparecido. Sientenque la imposibilidad de un pronto reencuentro los encadena a un sentimiento desoledad que se agudiza y los empuja hacia una profunda tristeza, que sólo aprendena sobrellevar después de recibir algún tipo de orientación y/o ayuda profesional, talcomo nos relató Adolfo:Creo que lo que más me ha afectado es un problema que nos toca a todos los refugiadosy emigrantes, pero mucho más a los refugiados, que es el tema de la soledad, que es muyfuerte, y también el problema de los estados de ánimo tan terribles, porque a uno le cae unadepresión y una ansiedad casi permanente, porque uno se quiere regresar todos los días perove que no tiene posibilidades ni opción. (…) Esos momentos son terribles, tanto que tuve queir al psicólogo en varias oportunidades, y él me decía que todo esto era causal y que no meiba a pasar hasta que no regresara a Colombia (…).Similares vivencias rememora Guillermo, quien se encuentra separado de sus cuatrohijos y manifiesta la añoranza de su grupo familiar: Viví veinte años con mi esposa y,para mí, separarme en ese momento pues fue demasiado fuerte... Entonces yo todos los132


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>días lloraba, cada vez que la llamaba, lloraba, cada vez que hablaba con ella, ella losentía y trataba de consolarme pero era difícil porque ya no contenía mis sentimientos,la necesidad y la soledad (…).Por otra parte, en un estudio realizado por Restrepo (2006: 74) acerca de las asiladas<strong>colombianas</strong> en España, se anota que:<strong>Las</strong> diferencias que tienen las inmigrantes asiladas, frente a las otras inmigrantes <strong>colombianas</strong>son muy pocas, pero esenciales. Mientras que las primeras han tenido que salirobligadas, sin la posibilidad del regreso, las segundas han salido porque han querido,aunque en algunos casos esa voluntad sea aparente, y podían volver en cualquier momento,por lo menos no se los habían prohibido, ni las habían condenado al destierro,como en el caso de las asiladas; este elemento es, tal vez, uno de los que marca la mayordiferencia entre las inmigrantes.<strong>Las</strong> asiladas, según la autora (Ibíd.: 81), viven diferentes sentimientos de dolor y depérdida, que se compensan al final en el encuentro con otra sociedad. Han conocidoel dolor que produce el desarraigo, el señalamiento y el reproche por haber abandonadoel país, los sentimientos de abandono y soledad, la pérdida de reconocimiento,liderazgo y protagonismo, el tener que vivir en condiciones de precariedad y anonimato,el descrédito internacional de los grupos políticos a los cuales pertenecían. Almismo tiempo se han encontrado con otras formas de participar social y culturalmenteen la conquista de la justicia, la libertad y la paz, y con el disfrute y la tranquilidadde caminar sin miedo.Esta tranquilidad de caminar sin miedo, aparece como producto de la ruptura quese da en el ciclo de temor y amenazas que los rodeaban en Colombia o, dicho deotro modo, a partir de que se liberan de los peligros que ponían directamente enriesgo sus vidas. Así lo relata Guillermo: lo bueno es la tranquilidad que tengo sobremi vida, sé que puedo salir tranquilo, que no voy a tener problemas en la calle,no me van a estar buscando, ni me puede pasar algo entre comillas, sé que nadierealmente va a estar buscándome para hacerme daño, como aquellas amenazas quetenía allá (…).Pese a esta tranquilidad, el refugiado no abandona el deseo de retornar a su paísde origen, así hayan pasado muchos años en España e incluso logren hacer allí unacarrera sindical y política, como es el caso de Adolfo: (…) lo primero que quiero escomprarme un comedor muy grande, poderme sentar con mis hijos todos los días a lahora de la comida, si no se puede más; comer con ellos y compartir; eso que yo antes nole daba ningún valor, imagínate el valor que le doy hoy en día, o sea, para mí la familiaes el eje central de mi vida, mis hijos. Sin embargo, ante la dificultad del retorno, optanpor visitar el país de origen, pero estando allí reviven los miedos que los embargaban133


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>antes de marcharse, como narra Adolfo, sindicalista bogotano, padre de cinco hijos,que visitó Colombia después de cinco años:Me acuerdo que tuve que ir al médico y él me dijo que por qué estaba tan nervioso, quebueno, que estaba en mi país, que debía estar contento y feliz; me veía bastante estresadoporque me dolía muchísimo la parte de la espalda y de la cintura de todo el estado de estrésy de ansiedad tan terrible que era recordar todo ese proceso anterior, entonces era volver aretomar el miedo que, supuestamente, ya había dejado.Hemos tratado hasta aquí los sentimientos provocados por las migraciones internacionalesde madres, padres, hijos e hijas; estos sentimientos están fortaleciendo deforma permanente los vínculos que se establecen a través de la comunicación y de lasremesas, cuyas dinámicas trataremos a continuación.3.3. La comunicación en la familia transnacionalLa revolución de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación(NTIC), resultado del polémico proceso de globalización, ya aludido en el capítuloprimero, así como la paulatina democratización de estas -aunque resulten aúncostosas para ciertas personas tanto allá como acá-, ha generado una metamorfosisprofunda en las formas de relacionarse entre el/la migrante y su familia. Por ello, esindudable el efecto de los medios de comunicación, su impacto en la formación del“yo”, en la construcción de nuestras identidades, en el acercamiento y alejamiento denuestras relaciones más íntimas y, por supuesto, en las relaciones familiares.Los medios de comunicación permean nuestra cotidianidad, dormimos con ellos ennuestras habitaciones. Los celulares o teléfonos móviles nos permiten comunicarnuestras experiencias de manera inmediata y sentir las expresiones afectivas a cualquierhora del día o de la noche, a pesar de la distancia. Además, varios programasvirtuales nos ofrecen la posibilidad de encontrarnos cara a cara, aunque vivamos enotro país.Si bien se tiene la idea de que estas tecnologías pueden acercarnos y alejarnos almismo tiempo, de acuerdo con Giddens (1998; 2002), sabemos que han incidido deforma radical en las relaciones humanas de la modernidad reciente. Este autor tambiénseñala cómo la globalización generó una profunda transformación de los nexosentre tiempo y espacio, al hacer que grandes regiones del mundo se vean integradasen una red de entramadas relaciones que vinculan entre sí los procesos de produccióny participan en la difusión de la cultura, así como en la creciente movilidad de loshabitantes del planeta (Giddens, 2002).134


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>No somos los mismos cuando habitamos en pueblos donde un extranjero casi nuncallegaba, cuando los encuentros sólo eran posibles a través de la visitas, cuandorecorríamos los espacios caminando, cuando las cartas llegaban en el tren, en comparaciónal hoy, cuando los medios de comunicación nos mantienen informados deinmediato de lo ocurrido en cualquier parte del mundo y nos permiten en pocas horasrecorrer miles de kilómetros de distancia, como plantea Gergen (2003).Los medios de comunicación han incidido en todas las etapas de la migración. Desdela preparación del viaje hasta en los largos años que el migrante pasa sin retornar alpaís de origen. A pesar de las restricciones económicas que tienen los y las migrantesy sus familiares, utilizan estos medios para mantenerse en contacto. En este sentido,tanto la multiplicación de los cafés internet en Colombia y los locutorios 32 en España,como la utilización e incorporación de los nuevos medios de comunicación, handesempeñado un papel clave en la reconfiguración de la relación témporo espacial,permitiendo lo que Ramírez (2007: 8) llama “cotidianidades on line” para el caso deinternet.La ampliación de las redes de comunicación a nivel global, y la posibilidad de accesoa ellas, ha permitido que los migrantes tengan un contacto más frecuente con susfamiliares en Colombia, por lo que tienden a hacer de la comunicación una necesidadcontinua y una forma de expresar el afecto, ya que es el mejor medio que uno tienepara demostrarles que siguen valiendo para uno y que son muy importantes (Javier). Ala vez, puede convertirse en un ámbito para modificar las relaciones entre miembrosde la familia, pues en ocasiones entablan conversaciones cuya forma e intensidaddifieren de las que se daban en el lugar de origen.La comunicación es la forma que tienen las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> para “contrarrestarla ausencia física del migrante y de conservar una relación continua” (Reist yRiaño 2008: 309), es así que, siguiendo a las autoras, la comunicación se convierteen una parte vital de las relaciones que sostienen familiares entre país de origen y dedestino. Pero varía de acuerdo con el tipo de relación que se mantenía con los seresqueridos antes de migrar, el carácter de cada persona, sus costumbres, los sentimientoshacia los suyos y lo que cada quien considera importante y necesario comunicaru ocultar.Es así que el contacto telefónico y/o por internet puede generar espacios de diálogoo, por el contrario, volverse un impedimento comunicativo, dependiendo de cada32Palabra que designa los lugares públicos de uso comercial para acceso a internet en España (véase Ramírez2007: 15).135


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>situación. Sin importar la cantidad de información que los miembros de las <strong>familias</strong><strong>transnacionales</strong> decidan proporcionar o callar, existe cierto patrón común en las conversaciones.Este último está relacionado con las historias compartidas acerca de losacontecimientos cotidianos y con la preocupación general de las <strong>familias</strong> por saberque su ser querido se encuentra bien.3.3.1. Medios para la comunicación: sensaciones de cercanía aunque vivanen otro lado del mundoSi bien el hablar y el escribir, posibilitados por el teléfono y el correo electrónico, sonlos medios de comunicación más utilizados, siendo el primero más común, el podersever en directo, a través de una cámara Web, transformó el patrón comunicativo.Poder encontrarse con sus parientes cara a cara crea una presencia más fuerte pese ala distancia, ya que las risas, los gestos de afecto y los sentimientos se hacen visibles,lo cual tiende a fomentar las emociones. Asimismo, los cambios físicos sucedidos trasel tiempo de la separación pueden notarse y esto tiende a reconfigurar la relacióntemporal en la medida en que el tiempo ya no se mide según criterios de días, meseso años sino de acuerdo con las modificaciones del cuerpo, lo cual se observa en lossiguientes relatos:Entonces ya empezamos a chatearnos, y bueno, más tardecito ya la cámara de él, ya el verlo,charlar, y que está más gordito, que está más flaquito, eso es mucha dicha (…) (Edilia).Cuando ella se fue, hace dos años casi tres, Mariana estaba mucho más chiquita, estabaigual de alta y todo pero no había madurado, entonces la primera vez que la vio por internet:“Mariana estás muy grande”, me produjo algo de nostalgia (Natalia). El año pasadohablábamos por internet, por chat, pero ya no. Nos veíamos por la cámara, un día que medio harta felicidad porque él le dijo a mi abuelita y a mi abuelito que se iba a conectar connosotras y estaban todos reunidos para vernos a nosotras. Pues está gordito, se calvió (…)(Carla).Como lo muestran las narrativas anteriores de migrantes y sus familiares, el uso de lacámara Web moldeó nuevas relaciones interpersonales, por cuanto ver y escuchar envivo contribuye al hecho de que se sientan tan cerca pero a la vez tan lejos:Mi mamá habla con ella, yo diría que unas tres veces a la semana por teléfono, pero ademásviene y se conecta y mi mamá le modela y le muestra como está de gordita y de flaquita (risas)e Isa nos muestra: “mire, me salió un gordo”, es decir, sí es posible, pero es feo: falta elabrazo, falta el olor, el calor de la persona, todo eso (Natalia).No verse de cerca, no tocarse, no abrazarse, no olerse, constituyen siempre, en la relacióncomunicativa entre el migrante y su familia, una frustración y un sufrimiento136


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>latente, una suerte de huella omnipresente que nos hace pensar en lo difícil que esla separación y el sentirse tan lejos, tan impotente para aliviar nuestros anhelos deamar en la cercanía:(…) ahora que lo vemos por internet, bueno, es un consuelo... Pues tampoco así, siempre nosda duro, siempre le hace falta a uno (…) la primera vez que nos vimos en internet fue terriblepara mí (…) me dio muy duro, ya no quise chatear para volver a verlo; ahora sí (…) meda mucha tristeza verlo tan lejos (Sofía). (…) ese medio de comunicación es frío, no es comoel calor humano que uno da cuando la persona está presente. Es bueno, afortunadamente setiene, pero es un medio de comunicación frío porque uno sabe que ella está al otro lado delmundo, uno tiene que hacerse a esa idea de que las cosas son así (Liseth).Existe cierta ambivalencia en la relación comunico-afectiva que une a los que se hanido con los que se han quedado porque aunque los medios de comunicación hanfacilitado extraordinariamente el contacto entre ambas partes, el hecho de escucharla voz de la persona que tanto extrañan o aun de verla a través de una pantallapuede resultar una experiencia muy dolorosa: Eso es una renta y un martirio parauno, porque hoy en día yo llamo y aún lloran, como lloraban el primero, segundo día(Giovanna). Al principio me daba muy duro cuando la veía por internet, casi no megustaba, pero ya uno se va acostumbrando a verla en el internet y ya que me dé así comoduro, no (Mercedes).A pesar de la nostalgia provocada por la migración, la comunicación puede significar,a veces, un alivio en la medida en que se sabe que los otros o las otras están bien, quele están esperando con ansiedad. Puede además ser el momento escogido para expresarlea alguien sus penas, problemas y emociones. Es decir, permite soltar ataduras alcompartir una parte de su dolor con la persona que le está escuchando y viceversa. Ala vez, es un medio para pedir consejo o intercambiar pensamientos con una personaa la que se le considera especial:Ayer me llamó y hablamos una hora, o sea, no termina uno los temas, las cosas que unotiene que contarse, todo lo que puede estar sucediendo dentro de la familia. Uno siente comoun descanso, como que tuvo a esa persona y le comentó todas esas cosas que le pueden estarpasando, o que necesita un consejo de esa persona, siempre está lejos, pero necesita uno elapoyo (Alicia). Descanso, porque yo descargo todo lo que siento (Leticia).Finalmente, la comunicación pasa también por compartir momentos de vida, momentospreciosos capturados en fotografías y grabados en cintas que buscan avivar elsentimiento de cercanía en la distancia: Cualquier cosita también filmamos, estamosfilmando cortos, todo para que estén como si estuvieran aquí, no en la distancia (Betty).Siempre por teléfono, alguna carta, algunas fotos se mandaban, ellos me enviaban conalguien que viajara, por correo muy poco (Andrés).137


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>El uso de las fotografías permite transmitir aspectos de la vida que no pueden expresarsemediante medios comunicativos difundidos, como el teléfono y la internet. Lainterpretación de estas imágenes enviadas y recibidas es subjetiva y depende de unconjunto de códigos familiares comúnmente aceptados o rechazados, por tanto el significadoy la función que se les otorga puede variar (Carrillo 2008: 296-298). No obstante,como lo señala Carrillo (2008: 299-300), la función comunicativa que cumplenlas imágenes sólo cobra sentido en tanto se da dentro de un conjunto de expresionesde cariño, como pueden serlo las llamadas y las cartas, a fin de reforzar conexionesen el seno de los espacios compartidos por la familia transnacional.Asimismo, las fotografías son un medio para seleccionar lo que se quiere mostrar delpresente, pero a la vez visibilizan detalles o aspectos que no se pueden ocultar. Esdecir, “las imágenes familiares por tanto, tienen algo de planificado y algo de espontáneoal mismo tiempo” (Carrillo 2008: 300). En pocas palabras, las fotos cumplenla doble función de mantener la comunicación dentro de la familia transnacional porotros medios y construir una memoria compartida del presente que fomentará lasrelaciones entre sus miembros (Ibíd.). En relación con el último aspecto mencionado,el compartir con su familia recuerdos congelados en una imagen es abrir una puertade entrada para que ésta se pueda involucrar en su presente, es una invitación parahacerlos sentir cerca a pesar de que sigan espacialmente distantes. Hay veces que lohemos querido ver, casi siempre hay problemas, fallas o nosotros no lo alcanzamos a vero él a nosotros. Por lo menos él logró mandarnos unos videos, unas fotos (mostrando lasfotos). Aquí está con unos amigos (Soledad).3.3.2. Momentos, frecuencia y estrategias para la comunicaciónLa frecuencia de la comunicación entre migrantes y familiares es constante; la mayoríase comunica por lo menos una vez a la semana y en varias <strong>familias</strong> entrevistadasla asiduidad es mayor. Ambas partes buscan alimentar perpetuamente la relaciónfamiliar, al tratar de comunicarse cuanto sea posible: Trato de llamarla todos los días(Carlos); (…) trato de llamarlas todo el tiempo posible (Henry); (…) cada que puedo,lo llamo; cada que sé que él está con tiempo (Liliana); Ella siempre, cuando tiene modos,me llama (Susana).Esta información coincide con la analizada por Garay (2008: 34) respecto a los migrantesen la comunidad de Madrid:El colectivo colombiano mantiene una estrecha comunicación con la familia de origen,básicamente por vía telefónica (93%) (…), la mayoría manifiesta que se comunica al menosuna vez a la semana con su familia en Colombia, otro 27% lo hace quincenalmente y138


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>un 18% mensualmente (…). El 35% de los encuestados gasta entre 15 y 20 Euros al mespara comunicarse con su familia en Colombia.El contacto entre el migrante y su familia tiene cierto carácter de “ritual comunicoafectivo”,en la medida en que el momento de la conversación es planeado en funciónde las actividades de cada cual. Ambas partes se las ingenian para encontrar el momentomás oportuno para comunicarse con el ser amado, poco importa la hora deldía o de la noche, como lo enfatizan los siguientes relatos:Prefiero llamarla a las siete de la mañana, te lo juro, porque a esa hora estoy trabajando,cojo la tarjeta, la llamo desde allá, y sé que la voy a encontrar y no me diga: “es que estoyconduciendo”, porque eso me da rabia, llamar: “estoy conduciendo”, prefiero a las siete de lamañana, está recién levantada, y no tengo problema, y hablamos un rato y ya está (Edgar,migrante en España refiriéndose a su novia en Colombia). Hablo por ahí una, dos horas;los viernes, como no tengo que madrugar al otro día, pues me dan las cuatro, cinco de la mañana,porque todos se acuestan tipo doce o una, entonces a esa hora me levanto y me pongoa hablar con ellos, y así, cuando se puede, aprovecho (…) casi siempre hablo hacia las once,doce, cuando allá son como las 6 de la tarde, y los fines de semana hablo más tarde, ya casicuando se va a dormir (Beatriz).El ritmo comunicativo es propio de cada persona y puede considerarse como un barómetrointeresante de la relación que el o la migrante sostiene con su familia. Enefecto, como lo señalan Reist y Riaño (2008: 309), “(…) la continuidad o rupturade sus formas de comunicación refleja la especificidad y la dinámica de su relación yrevela cómo se desarrolla el proceso de migración”. En otras palabras, la cantidad deeventos comunicativos deja entrever la cercanía o lejanía de la relación familiar; deigual manera, la frecuencia tiende a reflejar los cambios experimentados, positivos ynegativos, en la vida cotidiana o aún las situaciones particulares que trastornan la rutinacomunicativa, como puede serlo enterarse de la enfermedad de algún familiar.Con referencia a esta aspecto, en el caso de algunos y algunas migrantes, la frecuenciade la comunicación puede verse interrumpida por sus estados de ánimo, cuando lossentimientos de tristeza y malestar afloran. Prefieren interactuar con sus familiares enlos momentos en que no están embargados por la melancolía, como dice Giovanna: Yollamo cuando estoy de buen humor y cuando me siento bien. Cuando me siento de prontocon un poco de depresión o cuando uno se toma sus tragos, que le dan a uno ganas dehablar con su familia, trato de no llamar, trato de que nunca me escuchen mal.Frente a la partida de un ser querido, la forma de expresión de las relaciones afectivasen la distancia no resulta ser un hecho fácil. Al encontrarse con un mundo virtual,en gran mayoría desconocido por los familiares del o de la migrante, estos últimoshan tenido que adaptarse paulatinamente a esta nueva herramienta tecnológica y, de139


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>manera general, al uso de internet. Así, lo expresa Regina, madre de una migrante yabuela cuidadora:Yo antes no sabía manejar el internet. ¡Era horrible! Me dejó el libro, me dejó el computador,me decía “tú le oprimes esto, le oprimes esto”, yo de la angustia cuando veía que ella seconectaba y no podíamos hablar, me ponía a llorar y llamaba a mi sobrino y le decía: “¿quéhago?”, entonces, ellos tienen computador del otro –de escritorio– y es muy diferente. Él medecía: “oprímele el derecho”, y yo: “¡no, pero eso no me sirve!”. Entonces acá no es derecho, esizquierdo; me decía y me repetía (…) me explicaron “cuando sale la bolita en el no sé qué delmundo, tú le haces esto” (risas). Ahora me meto al Messenger y tal, cuando ella se conecta (…)(risas). Pero fue terrible porque ni yo ni mi esposo, él no sabe manejarlo (…) (Regina).Esta brecha tecnológica inter-generacional fue superada a menudo gracias a la ayudade familiares, en particular de hijos o hijas que ensañaron a sus padres cómo sacarprovecho de internet. Otros, en cambio, por temor a causar daños a los computadoresdurante el aprendizaje, se negaron. Al manejar este medio de comunicación, losque sí aprendieron han podido planificar las horas y los días en los cuales volverían aencontrarse virtualmente. No obstante, no todos los familiares se benefician de estaherramienta tecnológica por lo que tienen que movilizarse donde personas cercanaso a un café internet, a fin de mantener el contacto con los suyos.A diferencia del uso de internet, donde los encuentros suelen ser más programados,el teléfono es empleado en cualquier momento por el/la migrante o cuando la <strong>familias</strong>iente la necesidad de comunicarse con ellos o ellas. Dado el alto costo de las comunicacionespor este medio, suelen recurrir a ciertas estrategias, como timbrar a susmóviles para que les devuelvan la llamada, previa asimilación de un código comunicativo,o disponer de una tarjeta de llamadas enviada por su familiar, que les brindala posibilidad de mantener un contacto casi permanente con su pariente en España.Así lo expresan los siguientes relatos:Nosotros, cuando la necesitamos, le hacemos una llamada perdida al celular o yo la llamo deuna cabina (Karina). (…) como ella sabe que aquí la tarjeta nos queda más difícil, entoncesnos compró una tarjeta, nos llama y nos dicta el número de la clave, una tarjeta por deciralgo de 10 euros, que vienen a ser como 60 minutos, ella me decía: mamita, yo le doy latarjeta; y entonces yo la llamaba todos los día al hospital y al fijo (Ruth).Lo anterior manifiesta una búsqueda inagotable de medios para preservar la comunicaciónentre el/la que se fue y el/la que se quedó, tratando de acomodar los encuentroscon el ritmo de vida de cada cual y manteniendo constante la expectativa de sercontactados, como lo señalan Rocío y Mercedes:Nosotros siempre lo llamamos a él, y él vuelve y nos llama a nosotros, y así. Nosotros lollamamos cuando allá son las doce, y él nos llama a nosotros cuando acá son las doce,140


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>y así (Rocío). Ella, la demora es que tenga un tiempito, y ahí mismo; o, por ejemplo, eldía que ella libra, pone un mensaje para verse por el internet, pero vive muy pendiente(Mercedes).3.3.3. Temas de conversación y ocultamientosExiste una necesidad de compartir las experiencias vividas, por un lado, en los y lasmigrantes en España y, por otro, en las <strong>familias</strong> que quedaron en Colombia. Es porello que los familiares, en gran número de casos, tienen conocimiento, o creen tenerlo,de lo que viven sus parientes en España.Lo cotidiano en las conversacionesEn la relación comunicativa, el tema de la cotidianidad predomina. Es el momentoescogido para conversar sobre los acontecimientos que han ocurrido en Colombia, enla ciudad, el barrio o la casa. Con relación a la vivienda, preocuparse por los arreglos,lo que se compró y lo que se le ha cambiado, constituye no sólo uno de los ejes alrededordel cual se articula el diálogo a diario sino también una manera de vincularsecon lo que se ha dejado atrás y acortar distancias. Más allá de aspectos materiales,se busca reiterar el cariño mutuo, expresar lo difícil que es la separación y lo muchoque se añoran.Asimismo, en las conversaciones <strong>transnacionales</strong>, resalta la mayor preocupación porla salud de los miembros de la familia en Colombia, el interés por las dificultades ylos éxitos de cada uno y la necesidad de reafirmar las razones por las cuales se ha escogidola migración como proyecto de vida. En este sentido, el saber que “todo andabien” o “todo está en orden” representa una forma de permanecer ligado con el lugarde origen, una manera de estar allá a pesar de seguir acá; en fin, de preservar unamemoria compartida.Aunque los y las migrantes tratan de mostrarse positivos durante las conversaciones,suelen ser muy abiertos en cuanto a las cosas que le cuentan a sus familiares y hablande sus experiencias en España, de sus necesidades y de las vivencias cotidianas. Lescantan el cumpleaños por teléfono, organizan el uso de las remesas, o los familiaresen Colombia les cuentan en qué invirtieron el dinero; en ocasiones les consultanpreviamente sobre los proyectos que tienen y luego les piden ayuda para realizarlos.Los diálogos giran en torno a aspectos muy diferentes ya sea que se trate de padresy/o madres que dejaron a sus hijos o hijas en Colombia, un hijo/hija que dejó a susprogenitores en el país de origen o bien cuando se trata de parejas.141


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>El retorno: sueños, expectativas y dudasEl tema del retorno, si bien es recurrente en las conversaciones de la familia transnacional,es también muy espinoso en la medida en que cristaliza en sí mismo múltiplestensiones y dualidades. Esto, por cuanto el/la migrante siente una ambivalencia, amenudo insuperable, entre la necesidad de volver a sus raíces y la preocupación de regresara empezar de cero, es decir, una tensión entre el deseo y la razón. Así mismo, parafraseandoa Pedone (2003: 128), el migrante está atrapado en una ambigüedad entrela idea de regreso a su país, que se presenta como posible proyecto, y la de quedarsepermanentemente en el de acogida. Es así que la cuestión del retorno resulta ser unproblema eminentemente identitario, de construcción del sujeto migrante, articuladoen torno a la pugna del “ser” y del “estar”, como podemos ver en el siguiente relato:Ahora me llama y me dice que él piensa devolverse, pero que tiene que mirar, esperar todavíaun poco más y mirar cómo sigue el país, cómo siguen las cosas, porque no es fácil volverotra vez. Dice que al pueblo no, que él se iría a otra región, a otro departamento o algo así,pero que todavía eso se demora un poquito para volver, que vendrá pero por visita y otravez se irá y lo pensará, porque el niño es el que le está pidiendo, que él quiere venirse parael país, él siempre le pide: “papi, yo me quiero regresar, me quiero ir para allá, yo allá tengomi familia, aquí lo tengo a usted, pero allá tengo mi familia y yo quiero conocer y crecer conellos (Alicia).De una gran parte de narrativas de migrantes en España y familiares en Colombia,se infiere que el problema del retorno se presenta como un sutil equilibrio entre lapulsión afectiva y el cálculo económico. Se manifiesta así la pérdida ambigua, yamencionada por Falicov (2002). El proyecto de retorno está íntimamente vinculado ala idea de bienestar, tanto al bienestar emocional, al estar la familia reunida, como almaterial, al haber mejorado sus condiciones de vida. Lo anterior se asocia a menudocon emprender un negocio con los ahorros reunidos durante el tiempo de la migraciónen España:El hermano le dice a Beatriz, “bueno, en unos dos años miramos a ver cómo está y me llevasy allá nos ponemos juiciosos a trabajar, porque el chiste es llegar y tener un dinero para unomontar un negocio”, dice, “montarlo aquí en Colombia”. Ellos dos planean mucho cómomontar su negocio y “pa’ lante, le dice, mi hermanita linda” (Regina). Ellos (los hijos) tienenla idea de poder hacer algo para poder comprarnos una casa a nosotros, para que nosotrostengamos donde vivir y organizar algo de plata para poner un negocito o algo y ahí sí, si Diosquiere, ellos se vienen (Aida y Humberto). Me comentó que se venía en febrero para Colombiadel todo (…) ella anhela mucho tener una panadería, llevar gente para que trabaje, queno les toque emigrar por allá, para España; me dice: “mami, yo sueño mucho con tener unapanadería, algo donde la gente pueda trabajar y que no les toque ir por allá” (Gladis).Asimismo, como lo reflejan los relatos anteriores, el hablar de retorno sirve al migrantepara reforzar el carácter de utilidad social del sacrificio que hizo la familia cuando142


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>se tomó la decisión de migrar. No obstante, los familiares incentivan a su ser queridopara que vuelva, sosteniendo que mediante la unión de todos se podrán afrontar losproblemas. Aunque sea difícil hacer generalizaciones, estos últimos tienden a hacerprevalecer los deseos sobre la razón en la que prima lo económico, como se ilustra enlos siguientes testimonios:Ellos me decían: “No Ana, ¿usted qué está haciendo por allá? Véngase, que aquí entre todosunidos salimos adelante” (…) mi hermana también, la última vez que fui, me decía, y siempreme lo repite por teléfono, que para ella sería el día más feliz, el día que estemos otra vezjuntos. Ella me dice que me lo piense, que mire a ver si vale la pena estar por aquí en estasoledad, que si estoy por aquí medio viviendo, para eso medio vivo en Colombia pero estoyallá con ellos, estamos unidos todos, tenemos el afecto de todos, estoy con mi madre (Ana);Le digo que se devuelva.» No, Isa, mire, a mí me está yendo bien, Eliana también está bien,ahí nos ayudamos entre todas y... pues véngase» (...) cuando ella ha estado triste y me hallamado porque se siente muy sola, le digo: «Isa, ¿pero por qué están allá?» (...) yo sientoque ella es mi hermana menor, que por eso a veces le digo: «pero, ¡por qué no se viene, queyo la apoyo acá! Yo no me gano seis millones de pesos, pero puedo ayudarles en algo y aquíarrancamos... y estudie, y yo le pago la universidad» (Natalia).En pocas palabras, si bien, de acuerdo con Pedone (2003), hemos observado lasdisyuntivas existentes entre la posibilidad del retorno y la del establecimiento, cabeseñalar que esta tensión “[juega] un rol primordial en el reforzamiento de los lazosque unen en un solo espacio transnacional los lugares de origen y destino de los migrantes”(Pedone, 2003: 129).Padres y madres con hijos e hijas migrantesAunque la comunicación se da en la distancia y no se beneficia del contacto diario,padres y madres, así como hijos e hijas, intentan mantener una cercanía que se nutrede las conversaciones sobre temas que podrían considerarse poco relevantes en algunoscasos, pero que están cargadas de significado al representar la única posibilidadde estar “acá”, mientras se vive “allá”. El conocimiento de todo lo que ocurre en elhogar paterno y/o materno es lo que permite conservar la cercanía en la distancia ygenera la sensación de pertenecer a un grupo familiar pese a que ya no se convivafísicamente con este. En palabras de Moctezuma (2008: 14), “a través de la distancia,se mantienen y se reafirman los lazos afectivos, y por tanto, se reproduce la unidad delnúcleo familiar”.La reafirmación de los lazos afectivos se realiza mediante la expresión de una serie degeneralidades en los temas de conversación de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> y se produceen medio de la “multiespacialidad” (Ibíd.). Es así que reiterativamente padres ymadres e hijos e hijas se dicen cuánto se quieren y extrañan, como ya lo comentába-143


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>mos en el aparte anterior. Así es que se manifiestan los sentimientos entre familiaresy migrantes en los siguientes relatos:Yo le hago mucha falta, lo sé porque una vez me dijo y yo sé que lloró (Clara); siempre preguntocómo están, qué han hecho, les digo que los amo (Vanesa); me dice mamá, mamita,dice que me quiere mucho, que me extraña, que me cuide bastante la salud (Katia); la saludo¿cómo estás?, le digo: la amo mucho (Susana); le digo: «mamita, ¿cómo se siente usted?»Trato de que siempre esté bien, que esté contenta, que no se ponga triste (Eugenia).En las conversaciones, subordinadas a las características, situaciones y problemaspropios de cada familia, se produce un “traslado” del contexto cotidiano al ámbitocomunicativo, por lo que se conversa sobre la familia, los problemas que tenían desdeantes de migrar, los vecinos, y a veces se continúan discusiones empezadas en Colombia.La cercanía se logra al conocer el mayor número de detalles de lo que acontece enambos lugares: Cuento las cosas que hago, siempre, dialogando mucho sobre cómo nosva la cosa, cuando haces algo, cuando sales, cuando no, si te ríes con alguien, con algunosamigos, comentándonos la vida (Arturo); Todo nos comunicamos, ya sea cualquiercircunstancia, alegría, tristeza (…) (Edilia).Los y las migrantes tratan de mantener a sus padres y madres al tanto de las experienciasque viven en España, hablan de diversos temas, como las deudas que hancontraído, sus condiciones habitacionales, el estatus migratorio y el estado en que seencuentra su papeleo para la regularización. Mencionan asimismo lo que acontece enel trabajo, sus relaciones y experiencias con otras personas, lo que hacen en sus díasde descanso, lo que les ha tocado aprender a hacer, sus relaciones de pareja, los planesde retorno o de reencuentro en España y las posibles fechas para visitar Colombia.Finalmente, se abordan problemáticas tales como la salud, la situación económica ysocial del migrante, sus percepciones acerca de los españoles y de España, cómo sesienten con la migración y, de manera general, lo ocurrido en la actualidad española.A continuación se exponen algunos relatos que ilustran esto:Nadie le ofrecía trabajo estable (…) pero así sobrevivió... Y él, creo que trabajó en un viñedo,como albañil, en agricultura, en pintura... los primeros meses le fue muy mal, pero conuna gran resignación (Darío). Le hicieron una amputación del cuello del útero allá y estuvodos veces hospitalizada (Ruth). Allá tiene los gastos de su casa, los de su hogar y su hijo,porque lo tiene estudiando y todo eso. Él dice que no es fácil, que sobrevivir es duro y les tocaduro (Alicia); Al principio muchas cosas: el tiempo, el horario, la comida, gente con la quele tocó estar, adaptarse al principio fue muy duro (Katia). El rechazo... La gente es tenaz,a ellos los miran como bichos raros, no todos, como él dice, pero hay gente que tiene suscosas contra los inmigrantes y dicen “ay estos colombianos qué hacen aquí, marihuaneros”(risas) (Sofía). Dice que allá es muy tranquilo, muy seguro, pueden andar tranquilos (Aiday Humberto).144


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>Una de las preocupaciones de los y las migrantes es saber de sus padres y madres; porello, luego del saludo, la pregunta más repetida es: ¿cómo están? Incluso en los pocoscasos en que las conversaciones no son muy fluidas, siempre se tienen conocimientosgenerales acerca de cómo evoluciona la vida de cada uno: Nosotros somos muy fríos a lahora de hablar, nos criamos en una frialdad también en ese aspecto, no somos tan dadosal diálogo, “¿cómo estamos?”, “bien, qué rico, ¿qué está haciendo?”, “tal cosa”, “¿Qué va ahacer? ¿Cómo está el pueblo?”, y ya: “ah, bueno, mamita, bendición”, ¡y ya! (Henry).Algunos y algunas migrantes son más comunicativos(as) al momento de contar a susfamiliares lo que viven en España, y tienden a compartir con ellos gran parte de susexperiencias, de sus momentos y decisiones importantes:Le conté a mi madre (que estaba embarazada) el día de la madre en Colombia, le di el regalito;se sorprendió; total, no se lo esperaba (Andrea). Dice que es muy duro: “mamá, la gentepiensa que uno viene por acá y encuentra costalados de plata en las esquinas; ¡por acá tocatrabajar berracamente, uno aquí trabaja como negro!” (Mercedes).Por lo general, las personas escogidas por los y las migrantes para escuchar lo másrelevante que ocurre en sus vidas son las madres; con ellas la comunicación es ampliay sin mayores reservas, como nos muestran estos dos relatos: Mi mamá si sabe que yovivo con mi novio y todo eso (Mabel). Yo a mi madre siempre le he contado todo, y leconté que yo aquí tenía un novio y me pensaba ir a vivir con él, y mi madre siempre meha apoyado (Lucía).Pero las madres no se limitan a escuchar y callar. Cuando tienen una opinión acercade lo que sus hijos e hijas les comentan, tienden a intervenir con consejos, por loque se convierten en referente de consulta y apoyo; este último incluye desde temastrascendentales, como las relaciones de pareja, hasta otros menos complejos peroigualmente necesarios:Me llama: “¡ay! tenemos problemas...”, entonces yo le digo: “mami, la relación..., uno nopuede decir me voy, y terminó en tres, cuatro meses, sino mirar y ver si las cosas funcionan ono” (…) me decía: “mami, pienso hacer un arroz tal, pero aquí no hay cosas como hay allá,¿qué le echo?” o “voy a hacer una pasta, ¿cómo la hago?” (Regina). A mí me preocupabaque estuviera solo, entonces los amigos de él se fueron para Madrid y le decían que se fuera;al fin me hizo caso, gracias a Dios (Liliana). Lo que me importa es que no se separen, quese entiendan, que dialoguen... Yo le escribo siempre: “cuente de 1 a 100 cuando esté de malgenio porque después uno obra sin pensar, los errores son imperdonables (…) Piensen; losproblemas del trabajo no los lleven, déjenlos en el trabajo, y los de la casa déjenlos en la casa,pero siempre tienen que ser ustedes dos” (Leticia).En estos casos, pareciera que el apoyo y la aprobación materna son esenciales paralos y las migrantes, pero no siempre es así. En otros, la relación no es tan cordial ya145


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>que, a pesar del cariño, no se logra llegar a acuerdos sobre ciertos temas y se generantensiones. Es el caso de Angélica, quien, aunque le manifiesta un profundo amor a sumadre, sabe que ella puede no considerar convenientes las decisiones que ha tomadoy prefiere omitir alguna información, manifestándonos que en las conversaciones leseguía la corriente para que su madre estuviera tranquila.Los padres también aconsejan a sus hijos e hijas, aunque en los relatos esto no surgiócon la misma frecuencia que en los de las madres: Que se cuide y que tome la vidasuave, que no se desespere, si algún día le toca venirse o lo que sea, que no lo tomecomo una cosa grave (Samuel). Algunos migrantes coinciden en que sus padres y/omadres, además de estar siempre en contacto, apoyarlos y mantenerlos al tanto decualquier novedad, cuentan con su opinión para cualquier cosa que vayan a hacer:Ellos me dicen las cosas que van a hacer, me consultan (Javier); me han consultadosiempre (Arturo).En un reducido número de casos, los hijos e hijas hablan con sus padres y/o madresacerca de sus tristezas y sentimientos con el fin de desahogarse, por lo que les permitensaber que lloran y que los necesitan, sus progenitores, por tanto, tratan deanimarles:Al principio si todo, todo (…) “mamá hoy me siento deprimido, estoy llorando, ¿qué hago?”Yo le llamaba y le decía, lloraba con ella por el teléfono, ella no lloraba: “tranquilo mijo,usted es muy fuerte, usted es echado pa’lante, eso es ahora, vaya y cómase una barrita dechocolate y verá cómo le pasa” (risas) (Gonzalo); Ellos son los que me suben la moral:“usted puede, usted es una berraca, más bien hágale y nos ayuda” (Beatriz); Llamaba a mimamá, a mi esposo, todos los días. Les decía que esto es una mierda (Juliana); Los primerosmeses esa niña no hacía sino llorar (Dolores).También padres y madres, en momentos determinados, cuentan a sus hijos e hijas loque están sintiendo:Nosotras hablamos de cómo está, cómo le ha ido, que el trabajo, que ella siempre está malita,que se sintió muy triste, que le hago mucha falta, que el niño le hace mucha falta, que ella searrepiente de tantas cosas, siempre llora mucho por teléfono, también se ríe mucho despuésque pasamos todo, son casi dos, tres horas (Angélica).<strong>Las</strong> conversaciones sirven además para que el/la migrante determine el uso de lasremesas, como se explicará pormenorizadamente más adelante: (…) llamando, ledigo: “mamá, de acá saque para lo del seguro; de acá para lo del carro; de acá parapagarle…”, que, por ejemplo, deban una plata; “mamá, de acá saque para usted”(Juliana).146


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>Hijos e hijas con padres y/o madres migrantesSi la comunicación entre padres y madres con hijos/hijas migrantes mostró una tendenciaa abordar diversidad de temáticas, en las conversaciones entre padres y/omadres migrantes cuyos hijos e hijas se encuentran en Colombia, podemos observaruna concentración en el interés por conocer y velar por la prole en la medida que ladistancia y las condiciones lo permiten.De esta manera, el contenido y la intensidad de las conversaciones dependerán dela persona con quien se entabla el diálogo, pues existen notables diferencias si seconversa con la esposa-cuidadora, la madre-cuidadora o directamente con los hijose hijas.Como ampliaremos en el capítulo cuarto, en los casos de esposas-cuidadoras, los migrantesles preguntan acerca del comportamiento de los hijos e hijas y de su situaciónescolar, además toman decisiones en cuanto a los permisos. Ellas, por su parte, sequejan con los padres acerca del comportamiento de los hijos e hijas y solicitan ayudapara definir y/o hacer cumplir las normas y ejercer la autoridad:Muchas veces la mamá está hablando por teléfono y me dice: “vea la Josefina, resulta que enel colegio trajeron una queja, ahí se la voy a pasar para que le eche la bronca”, entonces pasaella riéndose, llega y dice: “¿sí?”, le digo: “a ver, ¿a usted qué le pasa?”, le echo la bronca ytodo, y obedece (Francisco).La situación de las madres-cuidadoras es particular ya que no se preocupan únicamentepor el bienestar de sus nietos y nietas, también se angustian y están pendientesde la situación que viven sus hijos e hijas en España. Cuando están al cuidado desus nietos y nietas, tratan de mantener al tanto a los padres y/o madres de lo quehacen:Mi madre me decía, porque él conmigo casi no, pero él le contaba a mi mamá: “abuelita,¿mi mamá cuándo viene, por qué se ha ido por allá? Por qué no ahorra y viene para acá yse hace un local de algo, un negocio, así sea pequeño pero que no esté por allá”, eso es lo quedice mi madre que él le dice; mi mamá, pues me lo cuenta (Mabel); No hago nada sin decirlea ella primero, “Beatriz llamaron que quieren ver el niño, que tal cosa”, siempre primero lecomento a ella a ver qué opina (…) (Regina).Otro plano de las conversaciones, mucho más frecuente en los relatos, es cuando lospadres y madres hablan directamente con sus hijos e hijas mayores, ya que se lograestablecer una comunicación sólida sin mayor dificultad, por lo que ambas partesestán al tanto de lo que su ser querido está viviendo y sintiendo, de sus opinionese ideas. Se habla del colegio, las clases, las tareas, los exámenes, de cómo se están147


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>comportando; los padres y madres cuentan lo que están haciendo en España; los hijose hijas preguntan cuándo volverán a estar con ellos y ellas:Le dijo a Iván un día: “¿papi, cuándo es que vas a llegar? Tú dices que vas a llegar y no teveo, porque me dices que vienes y no” (Darío). Al llamarlo, él me decía que cuándo era queyo me lo iba a traer, que por qué la hermana sí estaba por aquí y él no (Ana). Él siempre medecía: “mamá, ¿cuándo vas a venir?” (Mabel).Por otro lado, cuando los hijos e hijas son pequeños, es difícil mantener el diálogo yaque la conversación les resulta menos atractiva que los juegos; además hay que reforzarlesmucho la idea de quiénes son sus padres y madres para que lo tengan claro einsistir en el amor que se siente por ellos:Con ellas se habla cosas como lo que están haciendo en la inmediatez, viendo películas, quéestán comiendo (…) luego me dice: “pero papi es que… ya me voy a ir, tengo que ir a jugar,te voy a pasar a mi hermanita” (risas) (Henry); Ella me decía por teléfono que era mi mamá(Alfredo, nieto de Susana).Según algunos padres, a causa de la migración, sus hijos e hijas han experimentadoun distanciamiento en sus relaciones con ellos y aunque insistan en saber detalles desus vidas sólo obtienen monosílabos o frases muy cortas:La verdad es que me toca sacarles las palabras con ganzúa, porque: “hola papá”, “hola, miniño, ¿qué tal, qué me cuenta?”, “que lo quiero mucho”, “bueno, ¿y qué más?”, “ya no más”,no tiene nada más que contarme, y en ese tiempo lo mismo, la misma palabra, que te quieromucho, que te extraño mucho, y ya. Le digo: “cuénteme algo del colegio, ¿cómo le ha ido oqué?”, “ah, no, bien”, pero yo quisiera que me contaran detalles y todo, pero no, no pasande ahí (Francisco).Los conflictos entre los/las migrantes y las cuidadoras pueden convertirse en unadificultad cuando los primeros quieren hablar con sus hijos e hijas, por lo que tienenque encontrar la manera de sortear estos inconvenientes para que el vínculo no se veaperjudicado ni la prole sea afectada:Llegamos a un punto, habían pasado, no sé, seis, cuatro, ocho meses, la verdad no me acuerdo,pero llegamos a un punto en que yo hablaba con ellos y como estaban con la abuelitalo único que me contestaban era: “sí señora”, “no señora”, ellos no tenían derecho a hablarnada más. Para poder hablar les decía que se fueran para donde una tía que vive ahí mismo,y se iban para allá y ahí ya podía hablar algo con ellos, cuando los llamaba podían comentarme,decir alguna cosa, ya el cambio se notó total y rotundo; tal vez eso hizo que aguantaranun poco más sin nosotros (Elena); Hubo un tiempo en que yo me cansé y le comentabaa mi mamá, que pasa esto, que no es justo, entonces le dejaron de mandar el dinero a miabuela y le empezaron a pagar a mi tía (Lina).148


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>El siguiente relato es muy particular porque el conflicto no se dio entre el migrantey la madre cuidadora, sino con la persona que esta última había contratado para queestuviera con sus hijas; como él se había separado de la madre, no podía recurrir aella para aliviar el conflicto con esta persona, por lo que debió encontrar la manerade arreglarlo para seguir en contacto con ellas:Ahora se ha vuelto muy cordial conmigo, porque igual, a raíz de que le dije: “por lo menosno les pongan una camisa de fuerza para que las niñas hablen, pero tampoco como que noestán, están durmiendo, todo el tiempo con evasivas, no”, y ahora es una muchacha comomuy cordial, me saluda, la saludo, trato de llevar las cosas muy bien, y no más, no pasa delsaludo, “hola, buenas, ¿las niñas?”, “sí están”, ya (Henry).La comunicación transnacional entre hermanos y hermanasAunque sea difícil destacar un patrón común en la comunicación de la familia transnacional,se puede observar que lo que se cuenta depende de la posición jerárquicaocupada dentro del núcleo familiar. En este sentido, las relaciones comunico-afectivasentre hermanos y hermanas del o de la migrante suelen estar menos permeadas porjuegos de poder y menos sujetas a ocultamientos. El hermano o la hermana, por sucondición de par, es a menudo la persona escogida para contar aspectos de la vidaque resultan demasiado difíciles de compartir con otros miembros del grupo, como loexpresan los siguientes relatos:Con mis hermanas puedo ser sincera, a ellas les puedo decir: “me pasó esto, tengo estatristeza o esto”, pero con mi madre, definitivamente todo es muy disfrazado (...) generalmenteencuentro a mis hermanas o a Marianita (sobrina) y puedo contárselos (momentosduros y/o tristes) a ellas muchas veces, me conformo solamente con verlas en la cámara yescucharlas y de alguna manera sentirlas (Isabel); Le tocaba hacer aseo y ella llamaba, noscontaba y nos sentíamos mal (…) ella llama, y llora y dice “¿por qué no se vienen? Me hacenmucha falta” (…) la discriminan por ser colombiana, por ser morenita. Pues es que meha dicho, o sea en el trabajo, como se dice vulgarmente, la montan, empiezan a montarlaa los colombianos y ella no se deja, por eso es que ha tenido tantos roces y peleas allá (…)ella dice que tiene novio, el cubano, y que va a tener un hijo con él, pero quién sabe cómo leirá (Karina); Nos ha contado que fue muy difícil la incorporación, vivir lejos de la familia ydesprenderse de los sobrinos (...) cuenta cómo se siente, si está triste o alegre, mi hermanano oculta nada (Rosa).Empero, cabe resaltar nuevamente que es arduo hacer generalizaciones ya que larelación comunicativa entre hermanos depende de experiencias propias de cada uno,de formas de interacción particulares de las estructuras en las que se han constituido.Es así que, si en ciertos casos, la relación fraternal representa para el/la migrante unvínculo especial, incesantemente recreado a través de la circulación constante de consejos,advertencias y cuidados dentro de la comunicación, como lo atestigua el relato149


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>de Mónica: mi hermana me dice que no, que él es muy juicioso por allá (el esposo) ypues yo también creo, es que él es así; en otros, la relación comunicativa puede ser muydébil y/o limitarse a contar aspectos de la cotidianidad, como lo ilustra la narraciónde Fabián: no tenemos comunicación (con la hermana), sí nos hablamos de las cosas dela casa, pero así entrañable, en realidad es poco.La comunicación transnacional de la pareja o los retos de amar en la distanciaCuando se estudia la familia transnacional, la mirada suele enfocarse primariamenteen la relación padre/madre-hijo/hija; no obstante, es de particular interés investigarla relación comunicativa de las parejas. En efecto, si bien en la relación progenitor/adescendencia,los signos afectivos están englobados en un conjunto de discursos yprácticas cotidianas, en la relación de pareja aparece la necesidad de renovar constantementelos sentimientos de amor por el otro. En otras palabras, a diferencia dela relación vertical de parentesco (padre-hijo, por ejemplo), en la relación horizontalde compañeros o cónyuges, aunque esta última esté permeada por juegos de poder yrelaciones de dominación material y simbólica (Herrera, 2003), la relación afectivaaparece como fragmentada por lo que es necesario suturarla, lo cual coincide conreiterar los votos de fidelidad, amar para sentirse amado, extrañar para sentirse extrañado.Cada vez que hablo por teléfono le digo lo mucho que lo extraño y lo quiero, le comunicolo fiel que le he sido hasta el momento (…) algunas veces cuando hablamos por teléfono depronto me he sentido como tan triste, tan deprimida, que he llamado a mi esposo cuandoallá son las cuatro de la mañana, lo he cogido y lo he insultado, le he dicho que yo no erala que tenía que estar acá, sino él, pero después se me pasa la depresión y me toca pedirleperdón (Camila).En efecto, el fantasma de la infidelidad que planea por encima de la relación amorosao la amenaza de que una relación de dependientes 33 se convierta en una de independientes,incita a que, diariamente o de manera frecuente, las parejas se recuerdenmutuamente lo prometido, como algo a lo cual pueden aferrarse mientras siguenesperando el reencuentro con la persona amada.A veces me dice: “mi amor, me siento tan solo, me siento muy solo”, yo le digo, “mi amor, novayas a creer, que yo también” (...) ahora que se fue, yo le digo: “mi amor, tú sabes que a míno me gusta estar sola”, siempre le he dicho que me hace mucha falta, él me dice que me es-33En referencia a la novela Del amor y otros demonios de Gabriel García Márquez, Abrenuncio, notablemédico de la ciudad amurallada, al conversar con Cayetano, padre, enamorado de Sierva María, expresóque “el amor era un sentimiento contra natura que condenaba a dos desconocidos a una dependenciamezquina e insalubre (…)”.150


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>pere, que le ore al Señor, que no me desespere y que no me ponga a pensar cosas, me dice: “note vas a poner a pensar cosas malas, que yo por acá estoy con alguien, aquí uno ve mujeres,mi amor, pero no, yo no vine a eso, en mi mente están ustedes” (…) yo siempre le he dicho,mi amor, ¡cuidado! (en relación con los acuerdos de fidelidad), y siempre que chateamos, ledigo: “nos has hecho mucha falta, oíste”, le hablo así y él me dice: “tú también” (Soledad).A pesar de que la comunicación entre la pareja sea el ámbito donde se expresa másque todo el cariño y amor recíprocos, es también el lugar para expiar los malestares,el espacio donde siempre hay un oído atento, una voz consoladora. En este aspecto,la comunicación de pareja tiene un papel preponderante dentro de lo que Pedone(2003: 126) denomina como “comunidad transnacional”, puesto que teje un vínculoespecial de apoyo, de carácter simbólico-afectivo en la distancia:A veces le digo a mi esposo: “esto es una mierda de nada”, cuando él me dice: “pero es quequiero irme”, y yo: “pero es que acá no es el país de los osos maravillosos, como cuando yopensaba que esto era así, que las calles eran de oro” (Juliana). Todos los días, lloraba; cadavez que la llamaba, lloraba, cada vez que hablaba con ella. Ella lo sentía y trataba de consolarme(Sergio).Este vínculo trata de ser reforzado por el tiempo dedicado a la comunicación:A mi novia la llamo todos los días, así sea un euro gasto; hablamos de muchísimas cosas(Augusto); Eso es lo que hablamos, nos quedamos media hora, hasta una hora, a veces(Gerardo); Trato de hacerle una llamada todas las noches, así no sea larga, únicamentepara preguntar cómo están, cómo van las cosas allá, para contarle lo que yo hice en el día ycomentar si hay algo pendiente, si necesitan algo, digamos que ponerse al tanto de las cosastanto acá como allá (Carlos).Tras las palabras: secretos y ocultamientosEl lenguaje nos permite convertir la experiencia de la realidad en un conjunto de significacionesaceptadas, es decir, mediante la facultad semiótica del lenguaje podemosdar sentido a nuestra experiencia cotidiana. En efecto, solemos asociar la comunicacióncon el habla, una forma de expresión del lenguaje 34 entre muchas, como la comunicacióndigital. No obstante, el habla puede ser también un medio para comunicarcosas que queremos que los demás escuchen y reconozcan como verdades. Si bien lacomunicación transnacional es el ámbito para decirse las cosas, fortalecer los sentimientosde cariño, recordar el pasado e imaginar el futuro, es también el momentoadoptado para reinventar el presente o, mejor dicho, reacomodar la experiencia vividadel presente de acuerdo con lo que quiere ser dicho y/o lo que se anhela escuchar.34Por lenguaje entendemos la facultad de comunicar del ser humano.151


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Consideramos importante traer a colación con Watzlavick, Beavin y Jackson (1997)un principio en la Teoría de la Comunicación Humana, que es aplicable para estecaso: no es posible no comunicarse; por lo tanto, el ocultamiento no es una falta decomunicación sino una manera de decir las cosas, es más bien una forma muy poderosade comunicar a la cual recurren los y las migrantes. La experiencia migratoriade una familia transnacional es a veces difícil, o por lo menos no es indiferente, enla medida en que no estamos cerca de nuestros seres amados; por ende, el decir -locual es sinónimo aquí de hacer creer-, que todo es “color de rosa”, ayuda a aliviareste dolor. Esto debe entenderse dentro de un esquema comunicativo complejo porcuanto, para el migrante, ocultar la verdad es hacer creer que todo está bien, condiciónnecesaria para que la familia se sienta mejor, lo cual a su vez permite que el/lamigrante se sienta bien consigo mismo y con su migración a España. Los siguientestestimonios ilustran esta tendencia de algunos y algunas migrantes a aparentar unbienestar mayor:Trato de que nunca me escuchen mal. Pongámosle, ahora que tuve la cirugía, a mí me dieronun diagnóstico; yo les dije a ellos otro, porque no quería que se preocuparan, pues, afortunadamente,hasta el momento todo va bien (Giovanna); Con mi madre es bastante particularporque ella quiere verme siempre contenta y feliz, y es como ella está tranquila y yo quieroeso, entonces eso es lo que le demuestro (Isabel). Cuando estaba allá los llamaba y: “sí, estoyfeliz, todo bien”, intentaba no decirles las cosas difíciles, pero no quería que tampoco desconfiarande eso, primero porque no creo que sea justo darles intranquilidades porque ellos sonmis padres y quiero que estén tranquilos (Vanesa).Por ejemplo, durante los encuentros comunicativos, algunos y algunas migrantes tratande restarle importancia a las condiciones en que viven y trabajan en España parano angustiar o entristecer a sus parientes; además, en ocasiones les preocupa lo queopinarían sus familiares de la decisión de migrar si llegasen a conocer la realidad. Unrelato ilustra este aspecto:A mis papás siempre les he dicho: “estoy muy bien, sí, estoy trabajando en limpieza”,“¿duro?”, “no, normal”, algún día les contaré porque yo sé que ellos así no más me dicen: “austed nadie la mandó para allá, usted aquí estaba bien y si quiere devuélvase; usted dice queya, fue, conoció, y ya” (Beatriz).De acuerdo con Reist y Riaño (2008: 316), lo anterior debe leerse como “la tensiónque emerge entre el deseo del migrante que desea decir la verdad y el deseo de nopreocupar a sus parientes”. No obstante, en este juego comunicativo, no solamente elmigrante oculta aspectos de su vida a su familia sino también la familia al migrante.Por ende, como lo dimos a entender anteriormente, se trata de una suerte de círculovicioso comunicativo en el que se quiere hacer ver y hacer creer. Más allá de losaspectos de la cotidianidad que no se cuentan, la comunicación transnacional puede152


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>encubrir secretos muy graves, en particular si se trata de enfermedades o de que seestén atravesando grandes problemas económicos:Él, a consecuencia de todo este problema, nunca me quiso decir; pero usted sabe que a veceslas cosas se saben: le han dado dos infartos allá, por la lejanía de su familia y de todos. (…).Bueno, he ido al médico, he hecho lo imposible, pero tampoco lo llamamos así, pienso yoque ellos tampoco lo llaman y le dicen: “bueno, es que mi mamá está mal”... cuando me da(la enfermedad), me deja tiesa, me deja quieta; son tres, cuatro días hasta que me aplicaninyecciones para volver... Entonces a él no le dicen nada, a él le callan porque no lo quierenpreocupar (Alicia); Mi mamá se enfermó y lo primero que dijimos fue que no le contemosa Isa porque qué va a hacer, se va a estresar allá, no se va a poder venir inmediatamente,eso implica un costo muy alto y entonces dijimos no, no le contemos (Natalia). Yo creo quealgunas cosas que él sufre no las comenta, como nosotros tampoco podemos acá decirle: «hoyamanecimos acá sin para el pan del desayuno», tampoco puede uno decirle a él exactamente...(Nora).En pocas palabras, lo oculto, o el secreto guardado que no llega a ser revelado en elacto comunicativo, desempeña un papel preponderante en el proceso que busca hacerfeliz al otro al hacer creer que uno lo está, acto intrínsecamente altruista como lodejan ver las palabras de Camila: cuando los veo en videoconferencia siempre trato deestar contenta con ellos, para que vean que estoy bien, y después lloro.La familia transnacional: entre el deseo de creer y la necesidad de saberSi bien en la mayor parte de las entrevistas realizadas a migrantes en España prevalecenlas experiencias buenas sobre las malas, por lo que éstas últimas tienden a serocultadas, el conjunto de narrativas del o de la migrante puede llegar a ser puesto enduda por parte de sus familiares, los cuales son conscientes de que las informacionestransmitidas durante el encuentro comunicativo son seleccionadas a fin de apaciguarlas inquietudes que estos últimos pudieran tener:Ella ha contado con suerte, a no ser que –no estoy por allá– no nos cuente, y uno no sabe(Eugenia); Nosotros en sí no sabemos todas las necesidades que él haya tenido que pasar(…) la realidad es que no sabemos qué hay detrás de esa pared; aquí, uno de todas manerashabla con él y dice: “estoy bien”, vivo en una casa, pero sufrimos el deseo de saber la realidadde allá (Nora); Pensar que si iba a conseguir trabajo pronto, si iba a tener que pasar quiénsabe por cuántas cosas, que efectivamente creo que así fue; lógico que él nunca nos ha contadotodo con detalles porque no lo van a hacer, pero uno de mamá más o menos sabe, puessi él tuvo que pasar por algunas cosas, sólo él las llevará en su corazón (…), pero vuelvo y ledigo, uno sabe a conciencia qué pasó por cosas más difíciles (Sofía).Esta serie de relatos sustenta una dualidad entre el deseo de la familia de creerle asu hijo o hija acerca de lo que les cuenta de su proceso migratorio y la voluntad dedescifrar la realidad ocultada. Por un lado, les resulta difícil imaginar la vida de su153


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>pariente en España por cuanto sus experiencias de movilidad suelen ser escasas (Reisty Riaño, 2008: 318); por otro, “los miembros de la familia poseen medios limitadospara comprobar la información que reciben” (Ibíd.: 319).Dada la voluntad del o de la migrante de no preocupar a los suyos, las narracionesde ellos y ellas contribuyen a fortalecer los imaginarios construidos sobre el espaciogeográfico de la migración con base en historias de vida transformadas (Reist yRiaño, 2008: 319). A diferencia, se puede pensar que el reencuentro físico con su familiatenderá a revelar lo que estaba encubierto y reescribir la verdad sobre la base delas experiencias realmente vividas, lo cual implica reintegrar lo negativo en el relato.Hasta aquí hemos analizado los encuentros de comunicación transnacional a travésde los medios, que se constituyen en ejes del vínculo. Ahora vamos a reflexionar condetenimiento sobre el vínculo económico establecido a partir de las remesas, el cualsigue siendo también un medio de comunicarse y expresar los afectos.3.4. Relaciones económicas en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>(…) a pesar de estar tan lejos,le he brindado a mi familia el cariño y la ayuda económica,creo que eso es lo indispensable y lo que también lo llena a uno.(Jav i e r)Una de las prácticas <strong>transnacionales</strong> más comunes son los intercambios económicosque se dan de norte a sur y de sur a norte, los cuales han propiciado conexiones humanas,culturales, sociales y económicas entre ambos territorios, representadas a travésde las remesas familiares y/o colectivas, bien sea que tengan una manifestaciónmonetaria o en especie.En los resultados de esta investigación logramos identificar que el vínculo económicoque establecen los y las migrantes con el país de origen va más allá del envío y recepciónde remesas, es decir, que alrededor de estas prácticas se recrean relaciones y seconstruyen significados en torno a sus familiares y amigos.La influencia de este vínculo en las relaciones que mantienen las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>hace que en la distancia surjan estrechos lazos de solidaridad y se creennuevas lealtades entre sus miembros, basadas en el apoyo, la incondicionalidad, laresponsabilidad, la admiración y el agradecimiento que sienten unos por otros, lo queen últimas se convierte en una alternativa para mantener vivo el amor que los une ypara conservar las demostraciones de afecto.154


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>Asimismo, a través de este vínculo se propicia la participación de los y las migrantesen la cotidianidad de sus <strong>familias</strong> en Colombia, no sólo porque financian su sostenimientodiario y algunas actividades de esparcimiento, integración y celebración, sinotambién porque se unen a los momentos difíciles y a las calamidades que viven. Estaparticipación se constituye en una herramienta para acercarse a los suyos y seguirhaciendo parte de ellos y sus vidas, ya que además de enviar el dinero, sus <strong>familias</strong>les consultan acerca de la forma como se debe usar y les participan de los alcancesque ha tenido la inversión del mismo. Además, en algunas ocasiones se presentanroces en torno al uso y administración que las <strong>familias</strong> hacen de las remesas, debidoa que, probablemente, este no es compatible con lo que desea o había planeado elmigrante.En otros casos, el vínculo económico les permite a las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> laconstrucción de un proyecto de vida común a largo plazo, por medio de la inversiónque se hace en la educación de los niños, niñas y jóvenes de la familia, la constituciónde negocios familiares o la compra de vivienda. Si bien muchos de estos planes sonfinanciados por los y las migrantes con el fin de que sus <strong>familias</strong> puedan ascendersocialmente o adquirir una estabilidad económica, en otras ocasiones se realizan conel fin de asegurar ciertas condiciones en caso de un retorno.Por otra parte, el vínculo económico también ofrece la posibilidad de un intercambiocultural a través del envío y recepción de remesas no monetarias. Estos bienes materialesles transmiten a las <strong>familias</strong> un poco de la experiencia que viven los y las migrantesen el país de destino, y para ellos y ellas representan una manera de compartir con lossuyos parte de las costumbres y del mundo encontrado en el país de destino.Como podemos ver, el vínculo económico recrea amores y desamores entre los miembrosde la familia, y se convierte en una estrategia para hacer perdurables las relacionesen la distancia. A continuación, a partir de los resultados de nuestra investigación,presentaremos una caracterización del envío y recepción de remesas familiaresy colectivas, tanto de aquellas que se envían de España a Colombia, como de las quereciben los y las migrantes de parte de sus familiares. Esto lo desarrollaremos teniendoen cuenta los aspectos generales de las remesas, como son: el uso, los administradores,la frecuencia, el monto y los canales de envío.3.4.1. Remesas familiares desde España hacia Colombia“En Colombia, como en el resto de los países de la región, el volumende remesas recibidas y el papel de las mismas en la economía ha idoaumentando progresivamente, especialmente a partir de 1998, enuna proporción similar al incremento de salidas de los colombianos.155


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>(…) Respecto al lugar de procedencia de las remesas que Colombiarecibe, la Encuesta de Costos de Transacción de las Remesas deTrabajadores realizada por el Banco de la República en el año 2004,arrojó que el 48,4% de éstas provenía de Estados Unidos y el 34,1%procedía de España.” (INSTRAW y OIM, 2007: 48)<strong>Las</strong> transferencias que los y las migrantes hacen de una parte de sus ingresos disponibleshacia sus familiares en Colombia, se constituye en una de las principales estrategiaspara seguir aportando a la reproducción social de la familia y a la perpetuaciónde los lazos emocionales que la distinguen.3.4.1.1. Remesas monetarias<strong>Las</strong> transferencias monetarias tienen un uso, un monto y una frecuencia determinada,se realizan a través de distintos canales de envío y son recibidas por diferentespersonas del grupo familiar, como veremos a continuación.Uso de las remesas<strong>Las</strong> remesas no tienen un fin único o excluyente. Por una parte, la manera en quese utilizan se asocia directamente con las prioridades y necesidades que los y lasmigrantes y sus <strong>familias</strong> tienen en el momento en que se realiza el envío; y por otra,en algunos casos, el fin último de las remesas está determinado desde el momentomismo en que se planea el viaje, coincidiendo con el motivo de la migración, tal comofue planteado en el segundo capítulo.En la mayoría de los relatos se encuentra que el dinero enviado es destinado paracubrir total o parcialmente los gastos que acarrea el sostenimiento diario de las <strong>familias</strong>,como la alimentación, el vestuario, los servicios públicos, el transporte, entreotros. Estos gastos se asocian directamente con la supervivencia, por lo que para las<strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> entrevistadas aparece como una prioridad frente a otros fines,tal como afirma Giovanna, una de las migrantes: (…) así la casa no esté pintada,me importa más que tengan qué comer; así no tenga la mejor sala, para mí eso no esprioridad, tener una casa bonita, no es prioridad. O sea, sí es bonito y chévere, pero noes tan básico como tener, de pronto, mercado.Con esto, los y las migrantes buscan apoyar a sus <strong>familias</strong> frente a las duras condicionesdel contexto social y económico del país, las cuales se caracterizan por lainexistencia de garantías para materializar sus derechos fundamentales. Forman partede una estrategia de las <strong>familias</strong> para evitar los efectos del endurecimiento de laspolíticas laborales, la privatización de los servicios sociales, la baja calidad y los altos156


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>costos de la seguridad social, la disminución del gasto social por parte del Estado yla existencia de un régimen tributario regresivo. Esta situación contextual incide enel que el poder adquisitivo de las personas cada vez sea menor, poniendo en riesgo lasatisfacción de sus necesidades vitales.En medio de estas condiciones, que sólo favorecen el desarrollo apuntado al crecimientoeconómico, usar las remesas para soportar los gastos de la cotidianidad delas <strong>familias</strong> es fundamental, ya que al contrario de las políticas sociales, que para elcaso de nuestro país son focalizadas y orientadas sólo hacia la minoría que tiene lascondiciones de inserción social y económica más precarias, las remesas llegarían amás hogares que necesitan de un ingreso extra para mantenerse en la clase media dela sociedad, sin caer en los índices de indigencia. No obstante, los interrogantes son:¿hasta qué punto se genera en los familiares que permanecen en el lugar de origenuna dependencia hacia estos recursos?, o ¿inciden las remesas en quienes las reciben,de tal forma que frenan en ellos y ellas el deseo de trabajar y velar por su propiobienestar?En los hallazgos de esta investigación no encontramos indicios concretos para responderafirmativamente estas preguntas, pero evidenciamos claramente que en lamayoría de los casos el aporte económico de los y las migrantes a la economía familiarexistía desde antes de iniciar el proyecto migratorio. O dicho de otro modo,entre todos los miembros que conformaban el hogar antes de la migración ya estabanrepartidos los gastos del sostenimiento de la familia. Un claro ejemplo de esto es el dela familia de Beatriz, una de las migrantes entrevistadas en España: Ella siempre cogíasu sueldo –porque nunca les hemos contabilizado el sueldo a los muchachos– entonces,ella daba 100 mil, Gonzalo daba 100 mil, la abuela daba 100 y el papá daba 130. Entoncescuando llegaba la luz, el uno pagaba TELMEX, el otro pagaba el agua, siempre sehan dividido los gastos.Por tanto, la mayoría de los hogares que entrevistamos en Colombia cuentan conotros ingresos económicos aparte de las remesas, excluyendo aquellos en donde seencuentran familiares –madres, padres, abuelos y abuelas– que no están en edadproductiva y/o no pueden responder por sí mismos debido a sus condiciones de saludo escasas entradas económicas. Para los y las migrantes, estos adultos mayores sonconsiderados desprotegidos y como personas que no tienen la edad para esclavizarsebuscando una forma de sobrevivir.En los casos en que estos familiares no cuentan con un ingreso para su sostenimiento,como un salario fijo o una pensión mensual, los y las migrantes les brindan un apoyoeconómico constante, como narró Karina, hermana de una migrante: Ella siempre enviabaporque mi mamá no trabaja (…). Le envía a mi mamá lo del apartamento, lo de157


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>la comida y lo de los gastos de ella. Además, aunque en muy pocos relatos se identificaque los familiares cuenten con ingresos adicionales a las remesas, estos son insuficientes,por lo que las remesas se convierten en un complemento, como en el caso deFabián, quién le envía dinero a su madre porque, aunque ella es pensionada, el montoque recibe no es muy alto y no le alcanza para cubrir todos sus gastos.Asimismo, encontramos que las remesas son destinadas a la financiación del mantenimientode los hijos e hijas, pero este punto no está aislado del sostenimiento familiar,del cual hablábamos anteriormente, ya que lo que se costea son los gastos del consumodiario de ellos y ellas, y no el pago por los servicios de cuidado, tal como noscomentó Iván: todos los meses mando entre 250 y 300 euros, porque como le decía a unamigo, yo no he podido acostumbrar a mi hijo a que coma día intermedio, es complicado(risas).Este fin de las remesas es interpretado por los y las migrantes no sólo como unaresponsabilidad inherente al hecho de ser padres o madres, sino también como unode los principales motivos que los y las impulsó a migrar. Relatos como el de Beatriz,ilustran claramente esto: la responsabilidad es mía, no de mis papás; y aunque yo estéacá, ellos me apoyen, y me digan que no mande dinero, es que es mi hijo, y si lo hubieratraído, lo mismo. Además, las remesas se instituyen como un símbolo de la presencia,compromiso y afectividad de los padres y madres hacia los hijos e hijas; a través delas remesas se les hace saber que, a pesar de la distancia, sus necesidades y anhelossiguen siendo importantes para alguien: Le he mandado; de pronto me dice: “mami,quiero un carro rojo”, o que: “vi a Batman”, entonces le mando y que le compren; ledicen: “tu mamá te mandó”.No obstante, esta forma de sustitución de la presencia de los padres y las madres en lasocialización de los hijos y las hijas, lleva a las siguientes preguntas: ¿hasta qué puntopuede sustituirse el afecto a través de los intercambios económicos?, ¿qué efectos podríatener esto a largo plazo en la formación de los hijos?, ¿podría esto incidir sobresus deseos de superación y crecimiento profesional? Estos son únicamente algunosaspectos que podrían orientar la elaboración de futuros estudios.Los familiares a cargo de los niños, niñas y jóvenes se ven beneficiados de estos recursoseconómicos por extensión, pues en muchas ocasiones las remesas que se recibenson utilizadas también para los gastos del hogar donde están siendo cuidados:(…) a veces, como todo el mundo, mi papá se ve alcanzado; de pronto, me llama y me dice:“voy a sacar de esa plata para pagar el recibo del agua” o qué se yo porque como yo digo quees para el niño-, yo: “sí papi, no pasa nada, no tienen que gastárselo todo en el niño”. Yo lomando porque cuando estaba allá igual ellos sabían que contaban conmigo y con mi hermano,entonces sé que mi papá ahorita es el que está reventando con todo, y sé que al niño no158


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>le hace falta nada, y porque no le compren un juguete o lo que sea, y si lo pueden usar parala casa, pues claro, no pasa nada (Beatriz).Como podemos ver en este relato, el beneficio de los familiares por extensión generalmenteno representa ninguna incomodidad para los y las migrantes, siempre y cuando,por cubrir otras necesidades, no se sacrifique el gasto destinado a sus hijos e hijas.Por el contrario, ellos y ellas lo ven con buenos ojos y consideran que es lo menos quepueden hacer como gesto de agradecimiento a los cuidadores y las cuidadoras, quienesno les exigen una remuneración por los cuidados que brindan, argumentando queno hay mejor lugar para el cuidado de los hijos que la unidad de la familia.Sin embargo, existen unos pocos casos en los que se han presentado conflictos entorno a la administración que las cuidadoras le han dado a las remesas, no sólo porqueno consultaron con el/la migrante acerca de los cambios que iban a hacer en losacuerdos previamente establecidos, sino también porque se vio afectado directamenteel bienestar de los y las hijas, llegando al punto en que se optó por encomendar sucuidado a otros miembros de la familia. Esta fue la situación que nos relató Elena: Yoenviaba dinero para que a mis hijos no les faltara nada, se supone que por eso estabaaquí; bueno, entre comillas le agradezco a mi suegra que su prioridad fuera pagar lasdeudas, pero no tanto como para restringirle cosas a los niños (…). Entonces esas eranlas peleas con mi marido, y ella que no (…).Igualmente, las remesas son encaminadas hacia la financiación de actividades relacionadascon el esparcimiento, la recreación y el uso del tiempo libre, las cuales enmuchos casos representan una novedad para la familia, ya que antes sus recursoseconómicos apenas alcanzaban a cubrir los gastos de consumo diario. Esto deja vercómo el dinero recibido por algunas <strong>familias</strong> desde el extranjero permite que accedana actividades que favorecen su integración, tales como compartir un helado o almorzarfuera de casa, o la organización de viajes cortos a municipios cercanos a su lugarde residencia. Como nos contó Susana: En estas vacaciones, ella nos mandó una platapara irnos a Cartagena, pero la que iba a hacer la excursión no quiso esperar y queríaera que la plata le llegara antes de tiempo; sin embargo yo saqué al niño, lo llevé al Parquede la Caña, me fui 8 días para donde una hermana en una finca, y así, yo lo saco.Este uso de las remesas nos muestra cómo no contribuyen únicamente a la reproducciónsocial de la familia, sino también al mejoramiento de sus condiciones devida y a un desarrollo integral de todos sus miembros. Estos beneficios obtenidos porlas <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> desplazan hacia un segundo plano las expectativas deremodelación de las viviendas, ya que si bien las cantidades de dinero que reciben las<strong>familias</strong> aumentan sus ingresos, no son tan elevadas como para cubrir simultáneamenteambos gastos.159


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>No obstante, hay unos pocos casos en los que las remesas se destinan para hacerarreglos locativos en las viviendas, constituyéndose éste en otro de los fines identificadosa través de los relatos. Ejemplo de esto es la experiencia de Vanesa: (…) es unabobada lo que le mando a mi mamá, y llegué. ¡Esa casa cómo la tiene! ¡Divina! Compróuna cocina integral, la cambió completamente; yo: “Mami, ¿de dónde sacaste?”, “De loque tú me mandas, mi amor, (…) mira: la cocina ya está hermosa, cambió todo; yo:“¡Bueno!”.Este destino de las remesas es decidido comúnmente por los y las receptores; sinembargo, la falta de participación de los y las migrantes en esta decisión no se haconvertido en motivo de discordia, pues lo realmente importante para ellos y ellas esver que a través de los envíos pueden brindarle momentos de felicidad a sus <strong>familias</strong>,contribuir para que éstas puedan hacer realidad sus sueños o propiciar oportunidadespara que emprendan un proceso de escalonamiento y adquieran más estatus dentrode sus comunidades, ya que a partir de las remodelaciones en sus viviendas podránmostrarle a sus vecinos y vecinas que el proyecto migratorio emprendido por uno ouna de sus parientes fue exitoso pese a las dificultades que hayan afrontado, tal comose puede deducir de la historia de los padres de Santiago:Le digo a mi mamá: “madre, le mando tanto”, ella sabrá qué hace con eso, pero ella me diceque muchas gracias, porque los vecinos pasan y miran la casa y la casa está recién pintada.Y le digo: “¿y usted de dónde sacó esa plata?”; me dice: “pues con lo que usted me mandó”.Entonces ella, más que todo, utiliza la plata que yo mando para la casa.En algunos de los casos en que no se han realizado aún remodelaciones a las viviendas,los y las migrantes manifiestan deseos de hacerlas a mediano plazo, aunque quienesdesean hacerlo en las casas de sus padres y/o madres prefieren abstenerse por lafalta de solidaridad e interés que muestran sus hermanos y hermanas en invertir porigual en un bien que es patrimonio familiar. Esto claramente se refleja en el caso deMabel, quién nos comentó:Yo digo: “pues tengo que trabajar y así sea hacerme un préstamo aquí o algo, y mandarlea mi madre para que arregle la casa, porque al fin y al cabo está mi hijo ahí”, pues es casade los cuatro, porque somos tres hermanos y mi madre, es patrimonio de los cuatro, pero sinadie le echa mano pues me toca a mí; yo pienso: “está mi madre ahí, está mi niño, en cualquiermomento se cae la casa, les cae encima a ellos”, ¿en dónde se va a meter mi niño y mimamá? (…) pero también digo: yo le meto plata a la casa para que mi hermano vaya y digaque si la casa vale tanto hay que darle a él la parte completa, sin que haya metido un peso.Adicionalmente, las remesas son destinadas a la compra de regalos para otros familiaresque han sido elegidos previamente por los y las migrantes. Aunque este uso es máscomún durante las fechas especiales, como los cumpleaños, navidades o los períodos160


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>de inicio de clases, también se presenta sin necesidad de estar sujeto a alguna celebración.Susana, madre de una migrante, nos contó que su hija envía durante estasépocas un dinero adicional que es destinado para los gastos de consumo diario, con elfin de estar presente de manera tangible en los momentos especiales de su hijo: (…)cuando hay que comprarle una cosa al niño en el cumpleaños, en la Navidad, por ejemplo,cuando se va a matricular, para comprar los libros, ella manda la plata adicional,fuera de lo que manda para los gastos de la casa.Por otra parte, con una alta frecuencia de aparición en la historias, encontramos quelas remesas se utilizan para el pago de deudas que los y las migrantes han contraídoen Colombia antes y/o después de la migración, entre las cuales se destacan la vivienda,las tarjetas de crédito, los préstamos para educación, como en el caso de Ángela, oel pago de dinero que habían pedido a sus familiares y/o amigos para costear su viaje,como en la historia de Gerardo.Hubo un mes que me tocó mandar cuatrocientos cincuenta porque tenía unas cuotas del Icetexatrasadas, cuotas que yo ni me enteraba, y a la codeudora ya le iban a embargar el sueldo,entonces me tocó mandar bastante dinero (Ángela); Quedé debiendo cinco millones; mensualmentehe ido abonando, en este momento debo dos millones y medio, y estoy pagándole interesesa eso, al seis por ciento, son seiscientos mil mensuales; pero he ido rebajando (Gerardo).Para algunos migrantes entrevistados, cubrir estos préstamos coincide con las motivacionesque tuvieron para migrar, puesto que cumplir estos compromisos inaplazablesresultaba difícil en Colombia debido a las duras condiciones económicas que teníanellos y ellas antes de viajar, entre las que se destacan un nivel salarial bajo, la desvinculaciónlaboral o las excesivas obligaciones que debían afrontar, como el sostenimientosimultáneo de sus padres, madres, hijos e hijas.A la par, identificamos en los relatos que los y las migrantes envían dinero para respondera las coyunturas familiares provocadas por calamidades como la muerte, laenfermedad o las crisis económicas agudas.(…) cuando mataron a mis hermanos, no tenían para poderlos enterrar, todo corrió por micuenta, todo me tocó pagarlo, desde aquí pagar lo del entierro para que mi mamá estuvierabien; ella se enfermó, me tocó mandarle para la medicación, me tocó sacarla de donde estabaviviendo porque estaba fatal, ayudarle a mi cuñada porque ella quedó con tres niños yhasta que le dieran la ayuda (Angélica); Por ejemplo, pasa alguna calamidad familiar, quemi mamá me dice mire es que su tía no sé qué, o es que su primo está pasando por estas y elafán, entonces, “bueno, mami, yo voy a mirar a ver si por lo menos cien mil pesitos pa’ quele dé al hombre allí y le haga un mercado” (Iván).Estos relatos nos muestran cómo las remesas se han convertido en un símbolo derespaldo y solidaridad con los familiares y una forma de sustituir la presencia de los161


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>y las migrantes durante los momentos difíciles, lo cual les otorga un estatus especialen la familia. Tal como lo afirma Sonia, las remesas son una forma de (…) ayudar atoda la familia, al que se pueda (…).Hasta este punto hemos visto que las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> destinan en gran partelas remesas para mantener o propiciar el acceso a bienes y servicios, y “(…) en generala toda una gama de objetos y actividades cuya función principal es incrementar elconfort y estimular la sensación de abundancia” (INSTRAW y OIM, 2007: 65).“De manera reiterada las encuestas sobre el uso de las remesas muestran que en sumayor parte éstas son destinadas a los gastos corrientes. El sobrante es destinado, enporcentajes variables dependiendo de los países, a educación, salud, ahorro, compra devivienda o inversiones productivas. Colombia no resulta una excepción en esto ni presentadiferencias significativas respecto a la distribución de las remesas que hacen loshogares receptores de otros países, según se desprende de los datos proporcionados porel BID (2004)” (Ibíd.: 67).Durante el análisis de los relatos que hacen parte de este estudio encontramos lassiguientes formas de inversión:• ViviendaEn esta investigación, unos pocos relatos ilustran claramente cómo se dirigen losrecursos de las remesas a la vivienda. Uno de los más destacados es el de Mercedes,quién le había hecho esta promesa a su madre desde antes de viajar.(…) ella decía: “Mamá, lo primero que le voy a comprar es una casa y la voy a comprar enBuga”, porque nosotros somos de aquí, de Buga, y nos habíamos ido para Cali. Y verdad,cuando ella me llamó al año, me dijo: “Mamá, compré la casa en el barrio la Esperanza”;y yo: “¿De verdad?” Y me dijo: “sí, mamá, la están organizando, la están arreglando paraque ustedes viajen”.El hecho de adquirir una vivienda en el país de origen para los padres y/o madreses también una muestra de gratitud y una estrategia para participar en sus cuidadosdesde la distancia, por lo que unos cuantos migrantes se encuentran pagando uncrédito de vivienda para garantizarles protección, como en el caso de Nora, a quiensu hijo migrante le está colaborando para conseguir una vivienda propia; o según lahistoria de Sara, quién narró: estoy pagando una hipoteca de la casa, del apartamentodonde vive mi mamá.Con esta información se coincide con lo planteado por el Instituto Internacional deInvestigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer –INSTRAW– y la Or-162


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>ganización Internacional para las Migraciones –OIM– (2007: 70): “La adquisición deuna vivienda o la mejora de la misma es uno de los motivos que impulsa la migraciónen algunos flujos migratorios y el destino por ello de parte de las remesas que no sonempleadas en gastos corrientes”.Por otra parte, algunos migrantes realizan este tipo de inversión en Colombia con elfin de obtener un ingreso adicional al salario que reciben en España –el cual generalmentees destinado a cubrir algunas de las obligaciones económicas que tienen enel país de origen–, también lo hacen con la idea de adquirir un bien que les brindecondiciones de seguridad al momento de planear el retorno o para mejorar las condicioneshabitacionales de sus familiares, tal como plantea Sergio:En este tiempo he conseguido algunas cositas en Colombia, que era mi objetivo, y primeroque todo cambiarlas a ellas de ciudad -porque vivían en Girardot, Cundinamarca-, ahoraviven en Bogotá, en un barrio humilde, pero en casa propia. Yo se las compré y la equipé enel barrio La Estrella en Bogotá; viven bien equipados, en uno de los mejores sectores de esebarrio y una de las mejores casas equipadas que tienen ahí.Sin embargo, debido a la transformación que los proyectos migratorios tienen a travésdel tiempo y al cambio en las expectativas de los y las migrantes, una pequeñaparte de las entrevistas muestra que hay un interés progresivo en adquirir viviendapropia en España, lo que se convierte en un aspecto que podría ser profundizado enposteriores estudios, con el fin de identificar las razones que les impulsan a llevar acabo este tipo de inversión en el país de destino.• EducaciónLa inversión en educación se orienta hacia distintos miembros de la familia, apareciendocon mayor frecuencia los hijos e hijas como sus destinatarios. Seguidamente,encontramos los sobrinos y las sobrinas, los hermanos y las hermanas, y en muy pocoscasos los y las cónyuges y/o los compañeros y las compañeras permanentes. Mientrasque para los primeros las remesas están marcadas por un compromiso y un sentidode responsabilidad, en las otras situaciones la motivación de estos envíos se asociaa un sentimiento de solidaridad y respaldo hacia los miembros de la familia que nocuentan con suficientes recursos económicos para costear estos gastos.(…) ahora le estoy ayudando a mi hermana con los estudios en la universidad, todos losmeses le mando un dinerillo para que se ayude para sus gastos diarios porque la vida en launiversidad también es costosa. (…) como de momento no tengo hijos ni nada, pues puedoayudarle, puedo echarle una mano, y se optó porque entrara a una buena universidad privada(Arturo).163


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Este relato, aparte de mostrarnos claramente el soporte económico en que se conviertenlas remesas para las <strong>familias</strong>, nos permite identificar que la inversión en educaciónno solamente implica cubrir los gastos de matrícula y/o pensiones, sino que involucraaquellos asociados como transporte, útiles, uniformes, alimentación, entre otros.Además, evidencia que en la mayoría de los casos en que los y las migrantes envíanremesas para apoyar a otros familiares diferentes a sus hijos e hijas, lo hacen porqueellos aún no son padres ni madres, situación que les permite tener un poco más deholgura económica que puede ser usada para respaldar a otros que lo necesitan.Sin embargo, es importante aclarar que esta no es una condición sine qua non, ya quehay excepciones, como la historia de Elizabeth, a quién su hermana Ana –madre dedos niños– le envía remesas para colaborarle con los gastos de la educación de suspropios hijos. Así lo confirma ella: se ve uno como más solventado, más que todo con launiversidad, porque siempre es costosa, y el colegio de mi hija también.De acuerdo con los relatantes, la inversión en educación representa una oportunidadde ascenso social, ya que posibilita el acceso a la educación superior y a institucionesde mejor calidad, teniendo esto como efecto “(…) una restauración del capital humanodentro del país” (Sanabria, 2008: 17).• SaludGran parte de los y las migrantes que participaron en esta investigación destinan lasremesas para invertir en la salud de sus familiares, no sólo para cubrir los gastos deafiliación de quienes están vinculados al régimen contributivo, sino también parafinanciar los tratamientos que no están incluidos en los Planes Obligatorios de Salud–POS–. Tal como en la historia de Gabriela y su madre: (…) el seguro que ella tieneno le cubre todo, [yo le envío y ella me dice]: “bueno, mija, voy a comprar las gafitascon esto.En general, los familiares beneficiados con esta inversión son los hijos, hijas, padresy madres, quienes son considerados como una población vulnerable que requiere decuidados especiales y de plenas garantías de acceso a los servicios de salud. En lamayoría de los casos en que los hijos e hijas son los destinatarios de esta inversión,ésta aparece como un requisito indispensable que los cuidadores y las cuidadoras lesexigen a los y las migrantes en el momento que los dejan a su cargo, y a su vez esinterpretada por los progenitores como un deber sagrado, que no puede ser aplazado,como lo afirma Beatriz: (…) le mando a mi papá lo del seguro del niño, que, eso sí, essagrado; son cien mil pesos mensuales. Además de lo que les mande, les mando eso, quees fijo porque sé que es mi responsabilidad.164


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>En el caso de que los padres y madres sean los beneficiarios de esta inversión, se hacecon el fin de financiar el cuidado de las enfermedades que padecen. Ésta es precisamentela razón que motivó a Lucía, quién además de enviar remesas para el sostenimientode los gastos diarios de su familia, tiene el compromiso de cubrir los costos desalud de sus padres: Una parte, mi madre lo destina para pagar la seguridad social allí,para pagar el médico, y la otra parte para las cosas que necesitan en la casa. Cuando mevine aquí yo les dije que les iba a pagar el médico y así es (…).Este destino de las remesas cubre los déficit en cobertura y la baja calidad de losservicios de salud en Colombia 35 como se plantea en un estudio del INSTRAW y laOIM (2007: 68): “(…) a pesar de que el sistema sanitario colombiano aspira a tenercobertura universal mediante un doble sistema –contributivo y subsidiado– persistenuna serie de problemas de implantación que hacen que la cobertura no sea, hasta elmomento, universal ni de la mejor calidad (…)”.• AhorroMuy pocos son los relatos que mencionan que una parte de las remesas sea ahorrada,ya que la mayoría de los y las migrantes y sus <strong>familias</strong> manifiestan que los ingresoseconómicos con los que cuentan son muy pocos para dejar de usar una parte de éstos.Sin embargo, algunos y algunas acumulan dinero para utilizarlo posteriormente engastos corrientes, sin pensar en él como una estrategia para contemplar un posibleretorno.Unos pocos migrantes planean utilizar este dinero para costear la visita de las <strong>familias</strong>a España, como nos contó Augusto: afortunadamente la plata es sólo para elviaje de mi mamá; gracias a Dios, mi familia no está mal económicamente, eso me tienetranquilo, entonces puedo hacer otras cosas con lo que gano. Mientras que otra partede ellos y ellas lo destinan a actividades de recreación y diversión durante las visitasque hacen al país de origen, en las que puedan participar todos sus familiares. En35“La vinculación del Plan Obligatorio de Salud a la posesión de un empleo dentro de la economía formaldeja fuera a quienes se encuentran desempleados y no han sido clasificados como susceptibles de accederal sistema subsidiado mediante el llamado SISBEN. Esto hace especialmente vulnerables a las mujeres dedicadasa las tareas reproductivas quienes dependen, para ver su atención sanitaria cubierta, de su vinculacióncon una persona que cuente a su vez con empleo. Igualmente, el sistema subsidiado presenta algunasdeficiencias, referidas no sólo al acceso –existen potenciales usuarios a los que no se les ha aplicado laencuesta SISBEN–, sino también a limitaciones en la cobertura y los medicamentos, así como calidad de laatención. La expansión de la precariedad en el empleo así como el desempleo hizo que amplias capas de lapoblación quedaran desafiliadas, teniendo que recurrir al pago de seguros privados o, más probablemente,encontrándose sin ningún tipo de seguro ante una enfermedad sobrevenida. Varias personas migranteshan tenido que gastar grandes sumas de dinero para afrontar la enfermedad de un familiar en Colombia,teniendo que postergar proyectos más personales” (INSTRAW y OIM, 2007: 68).165


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>otros casos, durante estos viajes, especialmente las mujeres migrantes, utilizan losahorros para financiarse distintos tipos de tratamientos, relacionados con la bellezay la estética, como en el caso de la hermana de Karina: Manda para un CDT, se leabre, se le guarda la plata, pero igual cuando ella ha venido, que se ha hecho las cirugías,que ha hecho esto, que ha comprado lo otro, toda la plata que ha tenido ahorradase la ha gastado.Por último, encontramos que los y las migrantes utilizan como mecanismos de ahorrolos Certificados de Depósito a Término –CDT–, las cuentas de ahorro, o simplementedejan el dinero al cuidado de sus familiares.• NegociosSólo un pequeño número de migrantes ha destinado las remesas a la constitución depequeños negocios, como en el caso de Elías, quién apoyó a su madre con (…) casisiete millones. Con eso, y con lo que ella tenía, montó su negocio. Aunque la mayoría delos y las migrantes no ha hecho aún este tipo de inversión, un gran número de ellosy ellas contemplan esta posibilidad a largo plazo y como alternativa para afrontar unposible retorno, tal como en el caso de Gerardo o en el de Santiago, hijo de Samuel:Llegando a tener alguna platica acá, sí, eso es lo primordial, (…) porque hemos pensadomucho en montar un negocio de calzado para bebés, para niños, ahí en ese pueblo casi nohay de eso, (…) a mí me gustó eso y mi esposa me decía que le gustaba eso. Ahora, aprendióa arreglar uñas, esa es una opción también, de un localito, una peluquería, para arreglo deuñas no más (Gerardo); Él está como relacionado con la vaina del restaurante, la mamátiene restaurante. Entonces, muy globalmente le dijo a la mamá: “de pronto, si yo regreso aColombia, yo que conozco ahora de restaurante internacional y mi mamá que tiene allá sunegocio, pues de pronto podemos hacer algo, pero muy global (Samuel).Como podemos observar, los y las migrantes que piensan en este tipo de inversioneslo harían asociados con sus familiares y como respuesta o estrategias para mantenervivos los sueños que vienen de tiempo atrás, mientras que quiénes no han pensandoen esto es precisamente porque creen que sus familiares no se encuentran en condicionesfavorables para asumir los retos que implica la administración de un negocio,bien sea por su edad o por su delicado estado de salud, como manifiesta Giovanna:(…) un negocio tampoco, porque yo pienso que mi abuelita ya debería dejar de trabajar,ella no debería esclavizarse más en nada.La administración y recepción de las remesasLa elección de los y las receptores de las remesas está directamente relacionada conlos usos que los y las migrantes y sus <strong>familias</strong> hacen de estas. Esta parte de los ingre-166


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>sos económicos que es destinada para enviar a los países de origen es comúnmenterecibida por las madres, independientemente de que sean cuidadoras o no y del estadoen el que se encuentren las relaciones familiares, ya que la mayoría de entrevistadosy entrevistadas tienen a cargo su manutención o las han elegido a ellas comolas principales administradoras de las remesas que envían. Por ejemplo, Mabel, hija ymadre migrante, mantiene una buena relación con su madre y tiene a su cargo el sostenimientode ella y de su hijo, mientras que Angélica sólo debe apoyar a su madre,con quién mantiene una relación conflictiva.En cuanto a ayudar económicamente, que yo diga: “si yo me quedo aquí sin trabajo puedosaber que al niño allá no le va a faltar nada”, pues no, porque allá el niño y mi madre vivende lo que yo les mando (Mabel); Aunque no me hablaba con mi mamá, durante un año leseguía mandando, (…) le decía: “mamá, reciba si lo quiere recibir y, si no, pues lo guardaahí para cuando tenga una necesidad”, pero como era tan orgullosa, no quería, era así deduro con ella, y hasta que ya se mejoraron un poquito las cosas (…) (Angélica).Es importante aclarar que aunque muchos de los padres y madres no tienen una buenacondición económica, como podemos ver en el relato de Mabel, algunos reciben otrosrecursos provenientes de una pensión, el alquiler de bienes propios o el apoyo de otroshijos e hijas que se encuentran en Colombia o que son igualmente migrantes.Otros de los receptores más comunes son las personas asociadas con el cuidado de loshijos y las hijas, dentro de los cuales se destacan, además de las abuelas maternas ypaternas, los esposos y esposas o compañeros y compañeras permanentes, las hermanas,y los hijos y las hijas cuando son ellas y ellos mismos los encargados de administrarel dinero que les envían para su manutención. En el caso de Sergio, podemos vercómo en ocasiones los receptores de las remesas abandonan cualquier otra actividad,dejando su manutención únicamente en manos de los y las migrantes, a cambio deencargarse exclusivamente de los hijos: Yo le dije a mi esposa que no se preocupara, queyo respondía por mis hijas y por el hogar para que ella le dedicara amor y tiempo a sushijas ya que yo no estoy con ellas.Cuando los hijos e hijas son los administradores y administradoras de las remesas, seexpresa así la confianza que depositan los padres y madres en ellos y ellas, y encuentranuna oportunidad de adquirir independencia y responsabilidad sobre sus actos,ya que no habrá ninguna otra persona que les indique cómo distribuir el dinero de lamejor manera. Esto se ilustra claramente a través del relato de Elena, una madre migranteque después de haber tenido algunos conflictos con la cuidadora de sus hijos,decide que la mejor alternativa es que ellos se encarguen de cuidarse a sí mismos:Yo también me vine más tranquila porque mis hijos se quedaban en su casa, ya yo lesenviaba el dinero, ya se comían y se ponían lo que querían, ya no estaban esperando quealguien les dijera es así o es asá.167


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Es importante aclarar que si bien los conflictos se presentan más comúnmente conrelación a las remesas que se deben destinar para el cuidado de los hijos e hijas, tambiénse dan porque éstas no son destinadas para los gastos que los y las migrantes handecidido previamente, como en el caso de Irene, quién nos contó: Mi mamá me dijoque estaba en una época difícil, entonces todo lo que yo estaba ahorrando, se lo gastótodo; y cuando llegué me sacó unos cuentos todos raros, que a la final, bueno, por nopelear con ella mejor me quedé callada, y me dio hasta rabia, como que no apoyan loque yo estoy ganando (…).Algunas de las estrategias que utilizan quiénes administran las remesas para evitar laaparición de conflictos son las que aparecen en estos relatos:Yo la mantengo a ella informada de todo lo que gasto y se lo mando por internet, este mes metocó gastar en esto, esto y esto; eso es mejor las cosas claras y el chocolate espeso (Dolores);(…) mi abuela es una persona bastante organizada, entonces ella hacía un libro de cuentasdonde anotaba absolutamente todo (Luisa).No obstante, en la mayoría de los casos se respetan los acuerdos hechos previamentey se confía en el criterio de los administradores y administradoras de las remesas, talcomo nos lo expresaron Sonia y Beatriz:(…) uno trata de manejar las cosas, uno envía; no sé cuánto son los gastos o cuánto se tieneque enviar, finalmente uno no se pone a pensar en eso porque se enloquece, entonces: “Bueno,mami, esto para esto, esto para esto y esto para esto”, y siempre salen más cosas. Ahí se lemanda lo de mi mami, le tengo que mandar para que vaya de San Gil, Santander, hasta Bogotá,y eso es plata; que se mueva, que haga, que llame, que busque, ella es prácticamente micontadora (risas) (Sonia); Ellos me hacen cuentas y todo, me dice: “gastamos tanto y tanto,y le tenemos factura”, y yo: “¡ay, mami, no sea tonta!, yo les mando para la casa, para quesalgan un día a almorzar o cosas así” (Beatriz).Los hermanos y las hermanas también son receptores de remesas sin necesidad de sercuidadores o cuidadoras, ya que en unos cuantos casos son quienes las administran einvierten en gastos que necesitan sus hijos e hijas, es decir, los sobrinos y/o sobrinasde los y las migrantes, o sencillamente porque quieren ayudarlos a cubrir algunasde sus necesidades, como hizo Sara, quién le envió dinero a su hermano para que élpudiera invertir en una vivienda.En unos pocos casos, los receptores son directamente los acreedores de sus familiares,como en el relato de Giovanna quién comentó: Yo llamo a Don Abelardo y le digo: “¿miabuelita le debe mucha plata?”, me dice: “sí”, yo le consignó a él; él va y le dice a miabuelita que no pague, porque yo ya le pagué.168


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>En general, en la mayoría de las historias las mujeres son las administradoras de lasremesas, ya que muchas de ellas, tal como lo plantean Garay y Rodríguez (2005: 43):“Son cónyuges o madres de los remitentes, cuya responsabilidad es la de cuidar porlos hijos y otros miembros del hogar de origen del remitente, ya sea como esposas porla emigración de sus cónyuges (caso de emigración parental) o abuelas como cuidadorasprincipales por la emigración de sus hijos(as) y sus respectivos cónyuges (casode familia transnacional)”. Según el INSTRAW y la OIM (2007: 59), “(…) esto noestá asociado con la desconfianza hacia la gestión de la remesas por parte del varón,sino con el tipo de estructura familiar de partida, la posición de la persona migrantedentro de ella y el tipo de proyecto migratorio asociado”.Monto y frecuencia de las remesasCuando se conversa con los y las migrantes y sus <strong>familias</strong> acerca de la cantidad de remesasmonetarias que envían y reciben, no mencionan una cifra específica aduciendoque esto es relativo, que no es algo fijo y que depende de otros factores. ¿Cuáles sonlas razones que lo condicionan? En esta investigación identificamos que el monto delas remesas se relaciona directamente con la cantidad de ingresos que reciben los ylas migrantes en España, pues deben conservar una cantidad para cubrir sus gastosen este país, según sea el destino que tienen las remesas y la tasa de cambio en elmomento del envío. Teniendo en cuenta esto, la suma que envían los y las migrantesoscila entre los 50 y los 1.000 euros, siendo el promedio de 400 euros.Como acabamos de mencionar, las condiciones laborales que los y las migrantes tenganen el país de destino condicionan, por una parte, el momento en que se inicia estapráctica, ya que si no se encuentran vinculados laboralmente no cuentan con ingresospara enviar a sus <strong>familias</strong>, tal como lo menciona Jaime: no envié nada hasta que notuve este trabajo fijo.Por otra parte, las características de la vinculación laboral que tengan los y las migrantesincide directamente sobre el monto de las remesas, por lo que en su mayoríaoptan por el pluriempleo 36 , mientras que otra parte de ellos y ellas toma como alternativalas horas extras de trabajo, el doblaje de turnos o el desempeño de ocupacionesdonde puedan obtener propinas. Estas estrategias tienen como fin incrementar elmonto de sus ingresos y por tanto aumentar la cantidad de remesas que envían a sus<strong>familias</strong>, aunque en muchos de los casos estas últimas no conocen las condiciones deprocedencia del dinero que reciben, como ocurre con la familia de Sergio:36Este término hace referencia al desempeño de diferentes ocupaciones de manera simultánea, con el finde incrementar el salario neto que se recibe.169


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>A mi setecientos euros no me sirven sino para mi sostenimiento, porque si vamos a pagaruna habitación de trescientos euros, el bono de transporte, más la comida, me dan como quinientoscincuenta, seiscientos euros, y qué les voy a enviar a ellas; entonces me toca trabajartodo el día para poderles mandar algo y que vivan dignamente (…). Actualmente trabajode diez a doce horas diarias, tengo diferentes horarios, porque de lunes a miércoles tengoun horario y de jueves a sábado, otro; y los domingos trabajo en otra parte donde estoy diezhoras; de jueves a sábado trabajo catorce horas. Ellas no saben esto; ellos saben que les llegael dinero, viven bien, comen bien, pero en realidad no saben cómo se está consiguiendo esto,ni por qué les está llegando.Este relato, al igual que otras historias, muestra no sólo la falta de información a las<strong>familias</strong> con respecto a los contextos en los cuales los y las migrantes se desempeñanlaboralmente, sino también una breve caracterización de las condiciones laborales enlas cuales se desempeñan la mayoría de los entrevistados y las entrevistadas en España:estas involucran largas jornadas laborales, ausencia de días de descanso, remuneracionessalariales precarias y la vinculación a más de un trabajo, lo cual se reflejatambién en el caso de Francisco: Yo aquí, si dependiera de un solo sueldo, tampoco seríacapaz de darle gusto a ellos, sino que cuando trabajaba en la empresa me salían unaschapuzas, esos trabajitos aparte por ahí, pues con eso compensaba para poderles mandaralgún gusto que ellos quisieran.Además de los ingresos laborales, en unos cuantos relatos, los y las migrantes utilizancomo fuente de procedencia de las remesas los préstamos con amigos, amigas u otrosfamiliares que residan en España, o con entidades bancarias del país, como en el casode Giovanna: Si yo sé que tienen una necesidad muy grande o algo, pues acá hago unsacrificio y me busco plata prestada y les mando.Otro de los aspectos que influye sobre el monto de las remesas enviadas es la etapaen la que se encuentran los y las migrantes con respecto a su experiencia migratoria,lo que quiere decir que durante los primeros años ellos y ellas envían una suma másalta de dinero que cuando llevan un período más largo de tiempo residiendo fueradel país; esto se debe a que al principio deben cubrir diferentes gastos simultáneamente,mientras que con el paso del tiempo algunas de las obligaciones económicasque tenían en Colombia van desapareciendo, bien sea porque han optado por hacerprocesos de reunificación familiar, sus <strong>familias</strong> tienen una mejor situación económicao porque las deudas ya han sido saldadas, como le ocurrió a Camila: al venirme paraacá, algunos meses no pagué, entonces tenía al siguiente mes que mandar el doble; ahoritaya envío menos porque los gastos se han ido reduciendo, ya cada día me siento menosasfixiada y más tranquila.En cuanto a la incidencia que tiene el uso de las remesas sobre el monto que los ylas migrantes envían, identificamos una clara conexión entre este y los gastos que se170


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>cubren durante las fechas especiales o las crisis familiares, momentos en que la sumaque ellos/ellas mandan es generalmente mayor debido a que agregan una cantidadde dinero para que sea destinada exclusivamente a estos gastos, tal como nos lo contóFrancisco:Envío mensualmente, póngale quinientos, cuatrocientos, seiscientos, depende; por ejemplo,en esta época, que es de colegios, hay que mandar más; no tengo ese control de decir:“mando trescientos y es lo que mando cada mes”. Por ejemplo, mando trescientos y mellaman mañana a decir: “es que hay que comprar tal cosa”; por ahí mando otros cien; nodigo: “ya les mandé los 300, ahora tienen que defenderse con eso”, no; si hay que mandarmás, mando más.Finalmente, pudimos ver a través de los relatos que el monto de las remesas disminuyeen caso de que los y las migrantes se hayan convertido en los directos responsablesde un piso, hayan contraído obligaciones crediticias en España o pasen porsituaciones adversas allí, como le ocurrió a Santiago, quién tuvo que suspender losenvíos por un tiempo y también reducir el monto de estos debido a que su compañerapermanente tuvo unas complicaciones de salud. Así nos comentó él: yo procuro todoslos meses mandar, pero ahorita con lo que pasó con Giovanna, que estuvo enferma y todoeso, pues la verdad, no. Por mucho, he durado dos meses que no mando plata a Colombia,y si mando algo, no mando lo mismo.Al igual que el monto de las remesas, la frecuencia se relaciona directamente con eluso que las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> hacen de ellas. En los casos en que son destinadaspara cubrir gastos como la alimentación, los servicios públicos, el transporte, lasalud, la educación, entre otros, en su mayoría los y las migrantes hacen envíos mensuales,como nos muestran los siguientes relatos: Desde hace siete años envío todos losmeses dinero, todos los primeros de meses envío (Lucía); Lo envía mensual, el primero decada mes, porque toca pagar pensión, EPS y todo eso (Dolores); (…) ella ve por los doscada mes, cumplida, así sea poquito o harto (Susana).Sin embargo, encontramos algunas excepciones en las que estos gastos se cubren semanalmente,como en el caso de Carlos: siempre he enviado dinero a Colombia, lo quehago es que semanalmente hago un envío pequeño para los gastos de la semana. Por elcontrario, cuando las remesas son destinadas a eventos inesperados, como las crisiseconómicas o las calamidades familiares, éstas se envían esporádicamente.Por ejemplo, Andrea nos comenta: nunca he dejado de enviar; o sea, siempre he tenidoque enviar porque mi mamá siempre necesita; mientras que César le envía a su sobrinasemestralmente: lo envío semestral para la universidad de mi sobrina. Coincidimos asícon lo planteado por el INSTRAW y la OIM (2007: 55) al respecto:171


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>La frecuencia está determinada también por el parentesco entre quien envía y quienrecibe. Cuanto menor es el parentesco, menor es la frecuencia de envío. Cuando se tratade cónyuges, hijos, padres, o hermanos de las personas migradas las frecuencias sonsemanales, quincenales y mensuales, mientras que aquellas más distantes en el tiempo(trimestrales, anuales, etc.), se dan en los envíos a otros parientes, amigos y otros noparientes.Canales de envíoColombia, por su parte, utilizó instituciones especializadas sólo hasta principios de ladécada de los noventa: las casas de cambio se registraron como el sistema oficial decontrol cambiario, dando lugar a la existencia de un amplio y activo mercado informal.Además, sólo hasta hace dos o tres años los establecimientos crediticios y bancariosse vincularon a las transferencias de remesas, por temor a verse involucrados enel lavado de activos (González C., 2006: 149).La mayoría de los y las entrevistadas utilizan estos mecanismos formales 37 : algunas<strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> usan las casas de cambio como intermediarios, unas cuantasaún lo hacen a través de los locutorios, y hay un incremento progresivo de quieneshacen sus transferencias a través de los bancos, porque consideran que es un mediomás rápido y económico, debido a que realiza la transacción del dinero con menosintermediarios, tal como relata Pablo:La diferencia entre la banca y el locutorio, es que este es un intermediario más que se le sumaa la banca, y ellos lógicamente tendrán que agregar un costo más, pues el locutorio dependede unas redes que son como la Western Union; ellos le sirven a estas empresas, y estas utilizanla banca también para transferir los dineros, o sea, que todo el mundo gana, pero nospodemos imaginar que entre el costo del envío, el cambio de la divisa, que es donde más nosdan un golpe, y los impuestos tan retardatarios que tenemos en Colombia, lo que enviamosllegaría a allá, pirateado o robado, porque nos han quitado una cantidad de dinero de pormedio en todo ese manejo.Como podemos ver, las quejas más recurrentes por parte de ellos y ellas están relacionadascon los montos que éstas entidades descuentan del neto de las remesas en elmomento del envío, ya que incide sobre la suma que reciben sus <strong>familias</strong> y por tantoles exige destinar una parte mayor de sus ingresos para que en Colombia se alcancena cubrir todas sus obligaciones económicas.37“Están conformados por bancos, entidades financieras, casas de cambio, couriers, correo, y agencias deremesas (money reitters). Estos intermediarios permiten monitorear el flujo de remesas tanto en el paísemisor como receptor, facilitan el acceso a información más completa en términos de la tasa de cambio,montos transados, comisiones aplicadas, países de origen, distribución regional al interior de cada país, ycaracterísticas generales de los remitentes, entre otros” (Chaves, 2005: 07).172


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>En cuanto a los mecanismos informales, los cuales, según Chaves (2005), “(…) comprendenlos envíos de remesas a través de la familia del emigrante, las transaccionesdenominadas “de bolsillo”, y los encomenderos informales” 38 , en esta investigación,los pocos migrantes que los han utilizado lo hacen porque consideran que es unaalternativa para evitar los costos de transacción que implica el uso de los mecanismosformales. Ellos y ellas se han encargado de transferir el dinero a sus familiarespersonalmente, durante los viajes que realizan al país de origen, o a través de otrosfamiliares y/o amigos que van de visita a Colombia, como ocurre en la historia deGonzalo: mandaba hasta hace un mes dinero; lo mandaba con gente que iba a Colombia(…) era la mejor vía, pues por los bancos no, porque allá le quitan el cuatro por mil,aquí la comisión; entonces enviaba el dinero con personas que iban.3.4.1.2. Remesas no monetariasEl envío de esa clase de remesas hace que la presencia de los y las migrantes seconvierta en algo tangible y en una forma de expresar los afectos y mantener losvínculos familiares. De acuerdo con el documento del INSTRAW y la OIM (2007:54), estas “(…) se erigen en la demostración objetiva de que, a pesar de la distanciafísica, no hay olvido, y cumplen la función de recordar que la separación tiene comoobjetivo proveerles de una vida mejor (…)”. Estas remesas están revestidas de unimportante valor afectivo y simbólico, ligado a su vez a los significados sociales delconsumo.Con muy poca frecuencia los entrevistados y las entrevistadas nos mencionaron elenvío de objetos, como cartas o fotos, pese al valor afectivo y simbólico que tienen.Los envíos más comunes de remesas no monetarias son las prendas de vestir, como laropa y/o los zapatos, y los juguetes, que son catalogados por la mayor parte de los/las familiares como bonitos, chéveres y/o lindos, mientras que algunos piensan quees como capricho, porque eso sale más caro que si tú lo compras acá, como lo afirmaÁlvaro, esposo de una migrante.Es importante anotar que los pocos casos en los que los receptores de estos objetosson jóvenes, son usados por ellos/ellas como una estrategia para mostrar superioridadal interior de sus grupos de referencia, o para conseguir aceptación por parte dequienes los conforman. Desde este punto de vista, la migración tendría ciertos aspectospositivos, que les brindan oportunidades de ascenso social y empoderamiento38“En cuanto a las transacciones denominadas “de bolsillo”, corresponde a la cantidad de dinero que elmismo inmigrante lleva consigo cuando regresa a su país de origen. Mientras que, los encomenderos informalesson personas que no se dedican al negocio de remesas oficialmente, pero que, de vez en cuando,hacen de intermediarios entre el emisor y el receptor de la remesa” (Chaves, 2005: 08).173


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>dentro de su grupo. El relato de Betty, esposa de un migrante y cuidadora, ilustra estoa través de la historia de su hijo:A mi hijo sí le da miedo que él se venga, porque como él a cada rato le dice papi, que unoguayos de tal marca, que una camiseta, y él se los manda. [Eso lo hace] más que todo porlos compañeros, como por sacar pecho –digámoslo así–, “que tengo mi papá en Europa yque me mandó esto”. Entonces, cuando mandan algo, eso vienen los chinos y les muestra.Esa parte es la que nos ha matado a nosotros, como la parte de mostrar y de estar como porencima de los otros”.Otros artículos que envían los y las migrantes con muy poca frecuencia son vívereso alimentos, como quesos o aceite de oliva, a través de los cuales se genera un intercambiocultural, que da paso a la reproducción de las costumbres y prácticas alimenticiasde España en el país de origen. En otros casos los envíos se hacen a través deotros y otras migrantes que viajan de visita al país de origen, como en la historia deEdilia: él aprovechaba que de pronto alguna persona conocida viniera de allá a Bogotá;entonces nos enviaba cartas, fotos, de pronto algún detallito.Con respecto a estos canales existe cierta preferencia por parte de los y las migrantesy sus <strong>familias</strong>, quiénes coinciden al afirmar que cada vez es más difícil usar las redesde migrantes para estos fines, porque según los entrevistados y entrevistadas, queconcuerdan con el relato de Sofía: (…) es muy difícil que cuando viene alguien quieratraer algo, no siempre la gente colabora, porque como él dice: “mami, todo el mundo vay quiere llevar detalles, entonces no se puede, no le hacen el favor a uno”.Por esta razón, muchas de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> prefieren esperar el momentoen que los y las migrantes lleguen al país de origen de visita u optar por el envío dedinero para que sean los mismos familiares quienes compren en Colombia los artículosque desean o necesitan, tal como lo comenta Lucía:(…) si puedo le envío un detallito, cuando se va alguien y si la persona lo puede llevar. Laverdad, últimamente no lo he hecho porque cuando yo viajé llevaba mucho equipaje, y yo séque es un rollo llevar demasiadas cosas de la gente, ya llevas tu peso y encima eso; entoncesyo he intentado no mandar, pero cuando puedo le envío detallitos a los niños, a mi madre ya mi tía, y si no, pues les mando dinero.Estas razones condicionan la frecuencia del envío de este tipo de remesas, por lo quecada vez son más esporádicas, como narró Katia: al principio nos mandaba, pero yacasi no porque es muy difícil mandar esas cosas o recibirlas; entonces yo le dije que nome vuelva a mandar; mejor cuando él viene; entonces, nos trae. Sin embargo, unos pocosmigrantes recurren a los canales formales de envío, como el correo, con el fin deevitarse estos inconvenientes, como en el caso de Norma: mando paquetes, creo quevale 8 euros el kilo (…).174


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>3.4.2. Remesas familiares desde Colombia hacia EspañaHablar del vínculo económico que recrea, dinamiza y reestructura las relaciones entrelas <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>, implica reconocer también los intercambios que se dandesde el país de origen hacia el de destino. Por ello, presentamos a continuación unabreve caracterización de la forma en que se manifiestan estos flujos económicos enel presente estudio.3.4.2.1. Remesas monetariasEl envío de este tipo de remesas por parte de las <strong>familias</strong> a los y las migrantes es pococomún, presentándose en casos aislados, en los que ellos y ellas se encuentran en condicionesde inestabilidad económica. Generalmente, esto ocurre durante los primerosaños del proyecto migratorio, mientras logran mejores condiciones salariales y contractualesen el país de destino. Con relación a esto, Sonia relató: en todo el tiempo,nunca pude trabajar, siempre me ayudaron, me mandaron casi para todo desde Colombia;para todo, me ayudó mi familia. Este uso de las remesas, al igual que en el casode los y las migrantes que envían a sus países de origen, reafirma los lazos de apoyo ysolidaridad, en torno a los cuales se integran las <strong>familias</strong> a través de la distancia.En otro pequeño número de historias estas remesas son enviadas para contribuir económicamentecon los gastos que acarrea el hecho de que los y las migrantes vengande visita al país de origen, como en el relato de Edilia, madre de un migrante: cuandonosotros veíamos que estaba corto de plata, le enviábamos, y cuando pudo empezar aviajar le enviábamos dinerito para colaborarle para que se viniera. Por su parte, enotros relatos estos giros se hacen con el fin de transferirle a los y las migrantes lasganancias de las inversiones que habían hecho Colombia, como en el caso de Concepción,quién le administra algunos bienes a su hijo: el apartamento lo dejó arrendado auna amiga; con eso se pagaba la cuota del apartamento y lo que quedaba se le enviaba(…), esto con el fin de que él pudiera costear su manutención mientras se estabilizabaeconómicamente.En general, podemos observar que esta clase de remesas son enviadas esporádicamente,no sólo porque responde a unas necesidades específicas y poco frecuentes,sino porque los familiares en Colombia no cuentan con recursos económicos suficientespara hacerlo más a menudo.3.4.2.2. Remesas no monetariasA pesar de que estos envíos son esporádicos, son más frecuentes que las remesasmonetarias, puesto que son de más fácil acceso para los y las familiares, debido a que175


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>no requieren de altos recursos económicos para ser cubiertos. En muchas ocasiones,los bienes que se envían responden a una demanda concreta hecha por los y las migrantes,la cual refleja los sentimientos de nostalgia, desarraigo y la falta de sentidode pertenencia, que los y las acompaña como consecuencia de estar en un entornodonde todo es desconocido para ellos/ellas, y donde son unos(as) desconocidos(as)para todos.Esto nos permite comprender las razones que motivan a los y las migrantes a solicitaralimentos y víveres típicos del país, como en el caso de Clara, a quién su hijo le dijo:que quería bocadillo, que tenía unas ganas de comer bocadillo. Estos productos mitigande alguna forma el duelo que viven ellos y ellas al ser separados de sus raíces culturalesy territoriales, y les permiten recrear las costumbres y hábitos que tenían en supaís de origen. Además de los víveres y alimentos, otras de las remesas no monetariasque envían las <strong>familias</strong> son: prendas de vestir y medicinas, pero éstas son menosfrecuentes.Finalmente, los mecanismos de envío utilizados para estas transferencias son los informales,en especial las redes migratorias. Los familiares contactan a migrantes queestén de visita o a personas que piensen viajar hacia el país de destino, para enviar conellos o ellas los artículos que han solicitado sus parientes. Sin embargo, el uso de estecanal de envío condiciona la frecuencia con que se pueden hacer, frente a lo que las<strong>familias</strong> manifiestan que esta depende de las oportunidades que se presenten. Tal comonos comentó Arturo: [mi familia] siempre me está preguntando que si me falta algo;cada vez que hay una oportunidad, ellos tienen el detalle de enviarme cualquier cosita; mepreguntan si quiero que me manden algo de allá (…) me dan cosas que me gustan.3.4.3. Flujo transnacional de remesas colectivasParafraseando a Mejía (2005), las remesas colectivas son aquellos aportes que vanmás allá del compromiso familiar, y están destinados a proyectos comunitarios o abrindar algún tipo de solidaridad en las comunidades de origen de los y las migrantes.En esta investigación, la mayoría de ellos y ellas nos comentaron que no envíanremesas colectivas a Colombia debido a que no cuentan con los ingresos económicossuficientes, como en los casos de Gabriela, quien narró que a su hijo no le alcanza, nopuede, o de Betty, quien nos comentó que a su esposo le queda apenas pa’ ayudar a lafamilia, le queda el cupo limitado.Además de las disposiciones y posibilidades financieras, otra de las razones que explicanla poca frecuencia con que se presenta el envío de este tipo de remesas, esque los y las migrantes no cuentan con suficiente información acerca de las obras176


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>sociales y comunitarias que se desarrollan en el país de origen, como podemos ver enlos testimonios de Augusto: no tengo información sobre Colombia, y de Camila: (…)de pronto es que tampoco he investigado mucho, ni he buscado una obra social que unodiga: “realmente puedo invertir en ellos” (…).Asimismo, la desconfianza hacia las instituciones o personas que administrarían losrecursos enviados, o el temor a que se presenten eventos de corrupción en el manejodel dinero, son otros de los motivos que inciden sobre la escasa participación de losy las migrantes en proyectos comunitarios. Esto refleja una “(…) situación de desconfianzageneralizada que, partiendo de la falta de credibilidad en los individuos, seextiende a las instituciones y alcanza hasta el Estado, cuya representatividad, incluso,llega a cuestionarse (…)” (Mejía, 2005: 89). Con respecto a esto, nos dijeron:Jamás lo he hecho porque a veces pienso que esos proyectos allá no funcionan porque lagente siempre termina robándose el dinero, siempre me ha dado mala espina (Camila); (…)no, porque el sistema en Colombia, los administradores en Colombia, no me parecen. (…)creo que también puedo aportar mi granito de arena y sin que haya una cosa de estas de pormedio. Si he de ayudar a mi país será por cuenta propia (…) (Henry).No obstante, aunque el capital social 39 muestra resquebrajamientos, existen algunasexcepciones en las que los y las migrantes han enviado remesas esporádicamente, conel fin de apoyar a sus vecinos y vecinas más cercanos durante crisis económicas. Asílo afirmaron Giovanna: lo hice con una vecina. Le dije a mi abuelita que comprara unmercadito y se lo diera; y Blanca, madre de una migrante: ella tiene una amiga acá, unavecina que está en malas condiciones, por eso le ha mandado platica una que otra vez.En los pocos casos en los que se ha presentado el envío de remesas colectivas, estashan sido destinadas a gastos corrientes, responden a demandas particulares y hansido canalizadas a través de parientes y/o amigos cercanos, quedando en un segundolugar alternativas como los líderes o las organizaciones e iniciativas comunitarias,debido, probablemente, a las limitaciones que tienen para actuar o por el reducidopoder de convocatoria y de acción, tal como es planteado por Mejía (2005).Por último, teniendo en cuenta que la mayoría de los y las migrantes nunca hanenviado remesas con el fin de destinarlas a proyectos de desarrollo comunitario, esimportante anotar que muchos de ellos y ellas aseguraron que desearían hacerlo enun futuro, siempre y cuando tuvieran solvencia económica y conocieran las obras de39Concepto que se refiere a las “(…) características de la organización social tales como redes, normas,y confianza social que facilitan la coordinación y cooperación para el beneficio mutuo (…)” (Mejía,2005: 89).177


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>ayuda social que apoyarían y las personas que estarían a cargo, así como lo plantearonlos siguientes migrantes:(…) apoyaría si viera qué gente lo va a hacer y por qué causa, ten por seguro que sí; porejemplo, si me dices ahorita que es que en el barrio donde vivía, “¿te acuerdas de tal persona?,tal niño está aguantando hambre”, obvio que lo voy a hacer, pero si me vas a decir:“mire que tal persona se va a mandar para alcaldesa y esa persona va a hacer que el barriosea mejor”, ten por seguro que no (Fernando); (…) si encuentro personas serias que estántrabajando para algo beneficioso y si estoy en condiciones, lo haría (Camila).3.5. ConclusionesEn este aparte nos dedicamos a analizar los sentimientos provocados por la migracióninternacional al transformarse la cotidianidad, el contacto día a día, y la organizaciónde los vínculos a través del trasegar internacional. Los vínculos se reacomodan graciasa los afectos: unos se fortalecen con la distancia, otros se diluyen y por períodosse hacen más o menos frecuentes. Así como el duelo es recurrente, los lazos tambiénse estrechan en ciertas ocasiones o se vuelven frágiles en otras. Vimos también cómolos dolores, encuentros y reencuentros son distintos según sean las personas con quienesse realice el intercambio y cómo la relación materna, en sus distintas situaciones,es la más nombrada, encajando con una cultura favorable a la asignación de un valorafectivo especial a la maternidad.Dada la sacralización de la maternidad en nuestra cultura, consideramos que lasmadres en el contexto de la migración se mueven bajo una representación socialfuerte, que considera el desarrollo psicológico normal cuando ellas interactúan en eldía a día con sus hijos e hijas. Sobre los efectos que la migración internacional puedaacarrear por ahora podemos afirmar que “depende” de cada caso. Para ello, vamos aprofundizar acerca de las relaciones familiares y los cambios en la prole en el próximocapítulo.Además, debemos anotar que por lo general, tanto en el país de destino como en elde origen, los temas de familia y migración internacional se centran en los hijos ehijas que permanecen en el país de origen y, con menos frecuencia, se considera lasituación de los adultos quienes, como hemos estado viendo a lo largo de este escrito,llegan a sufrir graves problemas de salud mental en medio de muy duros desgarramientosocasionados por los retos que impone la distancia.Por otra parte, podemos afirmar que la comunicación es ese “motor” que permite prolongary conservar las relaciones familiares, y en la distancia se convierte en un com-178


Los vínculos en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>ponente esencial, sin pretender ser el único, para mantener el nexo de amor, interésy preocupación por los suyos. Este vínculo comunicativo, de carácter multifacético yexpresado a través de diversos medios, trasluce una variedad de sentimientos y sensaciones.Es así que puede ser alegre, cuando vemos a los familiares a través de unacámara o se celebran fechas especiales; doloroso, cuando nos aterriza a la realidadde poder ver, oír y sentir pero no tocar; difícil, al permitirnos saber las condiciones enque viven nuestros seres queridos; estimulante, cuando el contacto con la familia nosregala nuevas razones para seguir adelante; tranquilizante, porque siempre podemossaber cuándo los nuestros están bien. Igualmente, podemos afirmar que es reconfortante,porque pase lo que pase nuestra familia siempre estará allí, a un “timbrazo” dedistancia.Finalmente, la mayor parte de las remesas monetarias que los y las migrantes envíandesde España son destinadas al sostenimiento familiar, el mejoramiento de la calidadde vida y el pago de deudas que los y las migrantes han contraído en el país de origen,aunque identificamos un incremento progresivo en los casos en que estas se destinana la financiación de actividades recreativas, la superación de crisis familiares y lainversión en vivienda, salud y educación para distintos miembros de la familia. Estosaspectos condicionan directamente el monto y la frecuencia con que se realizan losenvíos, tal como se amplió anteriormente.Los usos que se hacen de las remesas llevan a que estas sean consideradas por losfamiliares como lo positivo de la migración, una entrada más que les ayuda o comoaquel aspecto que les permite decir que la separación no ha sido en vano. Por su parte,para los y las migrantes las remesas se constituyen en una oportunidad para ver quela familia ha mejorado un poco o en una opción para darles una mejor vida y lo que semerecen.De este modo, evidenciamos que las remesas monetarias son en su mayoría dirigidasa la familia o a personas cercanas, quedando en un segundo plano el envío de remesascolectivas, ya que los ingresos económicos de los y las migrantes no son suficientes,no cuentan con información acerca de los proyectos comunitarios y obras socialesen Colombia y/o no confían en las personas o entidades que los encabezan.Por último, en cuanto a las remesas no monetarias encontramos que son enviadascon mayor frecuencia desde Colombia hacia España, aunque los y las migrantestambién les envíen esporádicamente a sus familiares algún tipo de bien material.Por el contrario, las <strong>familias</strong> no suelen enviar remesas monetarias hacia España, ycuando lo hacen es en calidad de préstamo o porque los y las migrantes atraviesancrisis económicas.179


180<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>


Capítulo 4El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>.Cambios a partir de la migraciónEn el capítulo primero se planteaba cómo los grupos familiares se ven afectadospor los cambios sociales, culturales y económicos acaecidos en el contexto social.En la actualidad, este contexto está permeado por la globalización, fenómeno quegenera una variedad de impactos en la sociedad, los cuales crean condiciones específicasque propician la movilidad humana a distintas escalas. En ese sentido, elproceso de migración internacional, como una de las formas de movilización, llevaa la conformación de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>, con hogares multi-situados quetrascienden fronteras, y ante la exigencia del proceso vivido tienen que amoldarse anuevos arreglos familiares que les permiten mantener o recomponer sus relaciones depareja, interactuar de diferente modo entre padres, madres, hijos e hijas, hermanos,hermanas y otros parientes, así como en las funciones del cuidado que comprendenla autoridad, la protección y el trabajo doméstico.Siguiendo este planteamiento, en el presente capítulo trataremos los cambios que sedan en las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> a partir de estos nuevos arreglos. A continuación,iniciaremos la exposición con el análisis de los relatos referentes a las interaccionesfamiliares, contrastando el antes y el después, según los tipos de hogar y situacionesconyugales. En los casos en que los y las migrantes dejaron hijos y/o hijas enColombia, estudiaremos la forma en que se organiza su cuidado y el ejercicio de laautoridad; finalizaremos con la descripción de la reorganización familiar en torno altrabajo doméstico.181


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>4.1. Relaciones entre padres, madres, hijos e hijasEn este aparte abordaremos las relaciones entre padres, madres y su prole, antes y despuésde la migración, desde dos situaciones distintas: cuando el/la migrante era hijo/hija o cuando el/la migrante venía cumpliendo el rol de padre o madre. Con respectoa la primera, sólo tendremos en cuenta las interacciones familiares más cercanas, yaque, por lo común, cuando migran continúan desempeñando el papel de hijos e hijas.Abordar esta dimensión es importante puesto que la mayoría de los estudios sobre migracióny familia no profundizan en estas relaciones sino que se concentran en los vínculospaterno, materno y filial. En cuanto a la segunda, analizaremos los relatos segúnla situación conyugal que tenían los y las entrevistadas antes de migrar, distinguiendoentre quienes estaban en unión marital, eran madres solteras o padres separados.4.1.1. Cuando el hijo o hija migraEn este aparte analizaremos los relatos de las personas migrantes que enfatizaron enla relación que han mantenido con sus padres y madres, tanto antes como después dela migración, independientemente de que ellos y ellas también sean padres o madres,o de si antes de migrar vivían o no en un hogar distinto al de su familia de origen.Para los y las migrantes, la familia de origen se constituye en un punto de referenciaconstante, sin importar que hayan constituido su propia familia o que las relacionescon los suyos sean de amor o desamor, puesto que simboliza el “nido” del que surgieron,en el cual se formaron y al cual pertenecen a pesar de haber partido. Coherentescon las concepciones sobre las <strong>familias</strong> ya analizadas en el capítulo anterior, prevaleceen el relato la idea de la familia unida.La mayoría de los hijos e hijas migrantes manifestaron que antes de su partida lasrelaciones con sus padres y madres se fundamentaban en la unidad, como en los relatosde Pablo, Arturo o Sonia, que nos muestran cómo, sin importar la edad, el sexo,el estado civil o el lugar de residencia, los hijos e hijas mantenían un vínculo cercanocon sus padres y madres. Ellos y ella lo relataron así:(…) nosotros estábamos con nuestras <strong>familias</strong> constantemente, yendo, viniendo, hemos sidodados a estar muy entrelazados (…) (Pablo); (…) estaba acostumbrado a estar siempreen un calor de familia, siempre he contado con mis dos padres (…) (Arturo); Antes me lapasaba la mayor parte del tiempo con ellos, compartíamos y disfrutábamos lo poco y muchoque teníamos (Sonia).Con mayor frecuencia estos vínculos se recreaban a partir de la realización de salidasfamiliares o de la celebración conjunta de fechas y momentos especiales, como noscomentó Dolores: aquí nosotros hemos sido una familia muy unida, celebramos hasta182


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónel cumpleaños del perro (…). En otros casos, la comunicación constante, el apoyo económico,la superación de momentos difíciles o la convivencia cotidiana eran razonessuficientes para fomentar la unión familiar. En cuanto a este último aspecto, se destacaque en torno a las actividades domésticas se creaban lazos de solidaridad y se generabancompromisos entre unos y otros, tal como podemos ver en la historia de Fernando:(…) mis hermanos estaban estudiando, nosotros trabajábamos con mi papá y mi mamá, yya por la noche intentábamos arreglar las cosas, mirar cómo estaba la casa, limpiar (…).En estas relaciones, fluían fácilmente las demostraciones de afecto, estas eran permanentesy altamente valoradas por los padres y las madres, para quienes significabanuna muestra del apoyo que podían encontrar en sus hijos e hijas y de los cuidadosque ellos y ellas podían ofrecerles, mientras que para la prole se constituían en unaoportunidad para mostrarles a los progenitores gratitud, comprensión e incondicionalidad,como podemos interpretar de los fragmentos transcritos a continuación:Cuando ella estudiaba, era muy amorosa conmigo, cuando me veía enferma llegaba a la casay “¿mami ya está mejorcita?”, y ahí mismo miraba qué me iba a hacer de comer (Blanca);(…) eso me daba picos y me decía “mami te amo, te amo”, esa vez fue muy expresivo. (…)fue todo muy bonito porque él sentía que estábamos solos, ya no estaba el papá (Clara).Sin embargo, no todas las historias reflejan la existencia de una familia muy unida;algunos y algunas migrantes manifiestan que las relaciones con sus padres y madresse caracterizaban porque no compartían mucho tiempo juntos, lo que dificultaba laexpresión de los afectos y el establecimiento de una comunicación fluida, como ocurríaen el caso de Elías: (…) yo era el hijo que poco le expresaba a mi mamá todo elamor que le tengo, la verdad era un hijo muy ingrato (…) y tampoco fue una familiade diálogo (…); o en la historia de Henry: (…) nosotros somos muy fríos a la hora dehablar, no somos tan dados al diálogo (…).Esto llevaba a la creación de vínculos distantes, que hacía que los involucrados en larelación rememoraran más los conflictos y desacuerdos que los momentos gratificantesque compartían, como podemos ver en el relato de Gloria: (…) yo no he tenidouna relación buena con ellos; más he tenido relación con mi mamá pero he sido muyaislada de la casa (…) yo le hice muchísimo a ella, me le perdía tres, cuatro días y ellame sacaba la ropa a la calle, a la puerta (…).Algunos conflictos relatados se suscitaban por el consumo excesivo de bebidas alcohólicasy eso desataba actos violentos contra los hijos e hijas u otros miembros de lafamilia, hacía que no cumplieran con sus responsabilidades económicas, generandouna sobrecarga en las madres o una situación de precariedad, o porque como consecuenciade esto no compartían tiempo con ellos y ellas. Estas razones explican larelación que mantenían Elías y Gonzalo con sus padres:183


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>(…) con mi papá ha sido una relación más alejada, como más “Señor, allá”, poco me relacionécon él (…), muy poco le decía: “papá te quiero”; en Colombia jamás se lo dije, o sea,las relaciones eran un poco frías (…) (Elías); Con mi padre, nunca he tenido una relaciónestrecha, incluso siempre hemos tenido muchos problemas (…) creo que nunca he tenidoun cariño hacia mi padre pero siempre hemos tenido una identidad en otras cosas (…)(Gonzalo).No obstante, los roces entre padres, hijos e hijas se debían también a conflictos intergeneracionales,que creaban barreras en torno al sentido que unos y otros le daban ala vida y las experiencias de esta, o eran provocados por el distanciamiento familiarvivido después de la disolución de la alianza conyugal, como en el caso de Gloria:(…) no he tenido buena relación con mi papá, antes de venirme no hablaba con él (…)me da rabia conmigo, porque soy muy desprendida (…). Pero no todas las relaciones secaracterizaban por una frecuente tensión; en un número significativo de relatos encontramosque estas se caracterizaban por la cordialidad, el respeto y el amor, comopodemos ver a continuación:(…) la verdad es que yo siempre tuve una relación de mucho respeto con mi papá, siempreestuvimos ahí apoyándonos, preguntándonos cualquier cosa (Javier); (…) la relación conmi hijo ha sido grandísima, de un amor muy especial. Primero por ser único varón, entoncesese es un orgullo terrible (Darío).Por otra parte, en cuanto a las relaciones que los hijos e hijas mantenían con sus madres,notamos la existencia de unos vínculos muy estrechos, basados en la confianza,la complicidad y una comunicación fortalecida, que convertían la relación filial en unaamistad. Relatos como el de Beatriz, migrante de 26 años de edad, quien nos dijo:(…) mi mamá es más que eso, es mi amiga (…); y el de Regina, su madre, quien afirmó:la verdad nosotras nos hemos llevado siempre como más que mamá e hija, siemprenos contamos todo, el apoyo es mutuo (…), nos muestran la reciprocidad sobre la quese tejen estos lazos. Es importante aclarar que esta proximidad también se presentaentre madres e hijos, como relató Edilia, madre de Gonzalo, quienes compartían muchotiempo juntos y constantemente se demostraban el afecto que sentían, y así lonarró ella: él es muy especial conmigo, él me abraza, me consiente, me sacaba: “camine,mamita, la invito a cine”, me ayudaba a arreglar la pieza, a arreglar la casa (…).Igualmente, madres, hijos e hijas construían lazos de solidaridad en torno a la realizaciónde las labores domésticas, en las cuales participaban estos últimos, generalmentecon el fin de aligerar las cargas y responsabilidades de la madre, y para contribuircon el cuidado de los hermanos y hermanas, tal como lo describe Lucía: (…) yo soyla mayor de mi casa; somos dos, mi hermano y yo, un hombre y una chica; entonces, yoera el apoyo de mi mamá, era la que la ayudaba en la casa (…); o como nos comentóFernando:184


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migración(…) en Colombia, como te digo, el único acompañamiento que tenía era mi mamá, mi papáy mis hermanos; no salía con nadie, siempre era en la casa porque me preocupaba muchopor mi mamá, porque ella llegaba de trabajar, de hacer aseo, de cocinar, y llegaba a la casay nadie se preocupaba por ayudarle; entonces, yo le colaboraba mucho.Además, esta solidaridad se ve reflejada en el apoyo que le brindan las madres a sushijos e hijas en la crianza y cuidado de las nuevas generaciones, lo cual no se haceúnicamente al encargarse de cuidar nietos(as) sino también por medio de consejos,como narró Isabel: (…) en Colombia, siempre estuve muy responsable de mis hijos yera yo y yo; de todas formas, estaban ahí mi madre y mis hermanas, que en cualquiermomento eran mi paño de lágrimas (…).Pese a estos estrechos lazos que se construían antes de la migración, en algunos casoslas relaciones se veían permeadas por tensiones surgidas a raíz de la separaciónde los cónyuges, como le ocurrió a Sonia: soy hija de padres separados y como quesiempre había culpado a mi mami, le he tenido como recelos, y siempre como: “queusted es la culpable de todo, de todo” (…); o como producto de desacuerdos acercade la manera en que los hijos e hijas llevaban su vida, como en el caso de Angélica,quien tuvo muchas discusiones con su madre porque ella no aprobaba su relaciónde pareja.Después de exponer los aspectos que caracterizaban las relaciones entre padres, madres,hijos e hijas antes de la migración, presentaremos la manera en que se reconfiguranéstas en la distancia. Para algunas de las personas entrevistadas, la relaciónno ha cambiado y se mantienen igual de unidos, pero para otras, la distancia se haconvertido en un factor determinante para el fortalecimiento de sus lazos, como refiereAugusto: (…) las relaciones afectivas con la familia cambian, se aplica eso de quenadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde y uno, estando aquí solo, empieza a valorarmuchísimas cosas, a extrañar….Este hecho hace que los lazos sentimentales se constituyan alrededor de la profundanostalgia que sienten unos y otros por no tener cerca al ser amado; por esta razón,la familia se cohesiona y le da importancia a las expresiones afectivas, porque comodice Blanca, madre de una migrante, uno siente que se quiere más de lejos que de cerca,o como dicen Elías y Santiago:(…) ahora le digo: “papá, te quiero mucho”, y él dice: “yo lo quiero mucho también”, ya meresponde algo que no me respondía antes (…)…. Mi papá no me ponía como mucho cuidadoni nada y al venirme para acá se dio cuenta como que el hijo que se fue de la casa le hizofalta y me llama de vez en cuando o yo lo llamo; y me dice que me quiere mucho, eso antesnunca pasaba.185


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Asimismo, las relaciones entre padres, madres, hijos e hijas comienzan a fundarse enel anhelo del reencuentro, como en la historia de Alicia, una de las madres entrevistadas,que sueña con el momento en que se vuelva a reunir con su hijo, ya que pese a ladistancia no se ha olvidado de él, por el contrario, mantiene vivo su recuerdo y rememoraconstantemente sus cualidades y los momentos compartidos. Esta esperanza sebasa en el deseo de recuperar el tiempo perdido y de compartir los éxitos y sinsaboresde la vida más allá de una llamada telefónica o de un encuentro por cámara Web. Aeste propósito, ya se anotaba en el capítulo anterior cómo los temas de comunicaciónse centran en la esperanza del reencuentro.Para afrontar las dificultades que impiden que los/las migrantes puedan retornar otan sólo ir de visita al país de origen, los padres y madres optan por recrear las relacionesinvolucrando a sus hijos e hijas en sus actividades cotidianas, como si aúnestuvieran junto a ellos. Por esta razón, los y las invitan a participar de las decisionesque toman en Colombia, como observamos en las siguientes historias:En Colombia, tenían muy en cuenta lo que pensara, mis opiniones; igual, aunque estoy acá,si pasa algo en la casa me llaman y me cuentan: “usted qué cree”, o si salen con el niño medicen: “vamos a salir a tal lado”, todo me lo cuentan (Beatriz); (…) siempre hemos estadoen contacto, cualquier novedad o cualquier cosa me están comunicando, me preguntan,cuentan con mi opinión para cualquier cosa que vayan a hacer (…) mi padre siempre cuentaconmigo (Javier).Cuando los hijos y las hijas tienen la posibilidad de viajar a Colombia, dedican la mayorparte del tiempo a su familia porque quieren disfrutar de esa proximidad, calidezy familiaridad que tanto anhelan en la lejanía, así como nos lo contó Arturo: (…) estuvetodo el tiempo en mi casa, siempre era con mi hermano, mi hermana, mi mamá, mipapá, no quería salir, me la pasaba ahí todos los días, disfrutando de ellos; entonces, fuemuy bonito; mientras que los padres y madres aprovechan este momento para demostrarles,por medio de recibimientos especiales, la gratitud que sienten por el apoyoeconómico que les brindan, y para hacerles sentir que tienen un lugar que espera porellos y ellas y que los esfuerzos que realizan son altamente valorados.En torno a los factores expuestos anteriormente se fortalecen las relaciones entre losprogenitores y la prole, porque como dicen los migrantes: la soledad y la distancia hanhecho que la familia y el amor se fortalezcan cada vez más (Sonia); la lejanía acerca más(Liliana); o (…) la relación familiar y sentimental con los seres queridos se afianza y engrandeceal estar lejos de allí (Iván). En efecto, los conflictos se olvidan, la comunicaciónse entabla más efectivamente y los sentimientos se expresan sin ninguna prevención.Por último, identificamos en muy pocos relatos que las relaciones entabladas despuésde la migración sean distantes, debido a la poca frecuencia con que se comunican186


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónpadres, madres, hijos e hijas, tal como nos lo narró Leticia, madre de un migrante: éles muy distante, yo veo que cada vez se va alejando más; sólo de vez en cuando me llama.Además, identificamos que este distanciamiento puede ser producto de algunastensiones que surgen en torno al uso y administración de las remesas, la decepciónque sufren los y las migrantes al darse cuenta de que sus familiares han reducido suimagen sólo a un símbolo económico, o cuando se presentan desacuerdos en la convivenciamientras están de visita, ya que a pesar de que han madurado y adquiridoindependencia en la distancia, sus progenitores creen que deben seguir manteniendosobre ellos/ellas las normas y la autoridad, olvidando que con el paso del tiempotambién se han convertido en adultos.4.1.2. Cuando el padre y/o madre migraDe acuerdo con el gráfico Nº 8, de los 41 migrantes entrevistados y entrevistadas,23 (56,08%) tienen hijos/hijas, ya sea en Colombia, España o ambos países. Al haceruna discriminación por sexo, 11 de ellos/ellas son padres y 12 son madres; de ellosy ellas, 17 (41,45%) mantienen vínculos de maternidad o paternidad transnacional.Sin embargo, esto no quiere decir que para los casos en que los hijos/hijas permanecenen Colombia, los/las hayamos entrevistado, pues la elección de la persona en elpaís de origen dependía del contacto proporcionado por el o la migrante; es así quesólo obtuvimos 2 entrevistas con hijas en Colombia, aunque como aclaramos anteriormente,para efectos de enriquecer el análisis, tomamos 5 entrevistas adicionalesde hijas en el país de origen.Gráfico Nº 8. Condición de paternidad o maternidadde los y las entrevistados(as) en España187


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Estas entrevistas, así como los relatos de los y las migrantes y sus familiares en Colombia,nos permiten reconstruir las interacciones entre padres, madres, hijos e hijas,tanto antes como después de la migración, teniendo en cuenta la situación conyugalde la pareja, ya que las condiciones en las que esta se presenta determina los vínculosque se construyen a nivel familiar, tal como lo mostraremos a continuación.4.1.2.1. Padres y madres en unión marital<strong>Las</strong> <strong>familias</strong> constituidas mediante algún tipo de unión marital, ya sea matrimoniocatólico, matrimonio civil o unión libre, conformadas por la pareja y los hijos e hijasnacidos de esta unión, pueden ser denominadas <strong>familias</strong> nucleares; estas suponenuna relación monogámica, casi que indisoluble e institucionalizada como el modelode familia a seguir. No obstante, en esta investigación podemos observar como estaforma familiar se reconfigura después de la migración de uno o ambos miembros dela pareja, lo que ocasiona transformaciones en las relaciones entre padres, madres,hijos e hijas.Para comenzar, en esta investigación logramos establecer algunos rasgos comunesacerca de la manera en que se recreaban las relaciones entre padres, madres, hijose hijas antes de la migración. <strong>Entre</strong> estos encontramos que ambos cónyuges participabanactivamente en la crianza y cuidado de sus hijos/hijas, por lo que entablabanrelaciones estrechas que reafirmaban posteriormente mediante actividades de integracióny recreación. Además, en la mayoría de los relatos se destaca que todos losintegrantes de la familia eran muy unidos, a pesar de que en ocasiones debían afrontaralgunos conflictos que superaban con facilidad gracias a esto, o para decirlo conlas palabras de Rocío: nosotros peleábamos mucho, pero ahí sí como se dice: “entre máste quiero, más te aporreo” (…). No obstante, las reconfiguraciones que se presentanen los vínculos entre los progenitores y su prole dependen de si migra el padre, o si lohacen ambos miembros de la pareja, tal como veremos a continuación:• Padres migrantes 40En el caso en que el padre decide migrar, se destaca que antes de hacerlo compartíabastante tiempo con los hijos(as), gracias a la flexibilidad laboral y a las distintas actividadesde esparcimiento que realizaban juntos, como en el caso de Francisco, quiennos comentó: (…) como trabajaba en mi casa, mantenía con ellos siempre; hacía mi40Existen casos de madres migrantes, pero o bien no pertenecían a hogares nucleares o bien en la entrevistano hicieron referencia a sus interacciones con los hijos e hijas antes y después de la migración, y secentraron más bien en las relaciones con los cuidadores.188


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migracióntrabajo y después salía con ellos por ahí, a andar o a jugar (…), o en el de Guillermo,de quien su esposa, Soledad, nos contó:(…) él siempre ha sido muy apegado a los niños y ellos a él, en la casa era muy juguetón, lesbrindaba mucho cariño a todos por igual; cuando me iba para el trabajo, él estaba pendientede todo, les dejaba hecho el almuerzo antes de irse a trabajar; cuando llegaban del colegio ytenían un trabajo, como él es técnico electrónico, les ayudaba a hacerlo (…).<strong>Las</strong> relaciones establecidas en este caso transcendían el vínculo parental, y tejíanlazos de amistad, tal como comentó Rocío, acerca de su padre: (…) la relación de nosotrosera muy fraterna, no era tanto papá e hija sino como amigos (…). Sin embargo,después de la migración algunas relaciones como la de Francisco con sus hijos y la deRocío con su padre se debilitaron. En palabras de ella, es como si la distancia hiciera elolvido, y los lazos de proximidad y confianza que existían antes se hubieran perdidoen el tiempo y el espacio. Esta pérdida de confianza entre los unos y los otros ha dificultadola expresión afectiva entre padres, hijos e hijas, tal como podemos observaren el relato de Francisco:(…) uno se descontrola en todo, con la familia, se va perdiendo el cariño de los hijos; unolos sigue queriendo pero ellos a uno, no; empezando que prácticamente no llaman sino el díaque necesitan dinero; incluso, cuando lo hacen, les digo: “joder, ahí sí llaman, ahí sí tienen adonde llamar” (…); entonces eso me tiene muy triste, porque prácticamente se acuerdan deuno es para que les mande (…).Además, las relaciones se reconfiguran, principalmente, en torno a un vínculo económicoque desplaza los sentimientos y emociones hacia un segundo plano, y reducela imagen del padre-amigo a la de padre-proveedor. A este respecto, Rocío noscomentó:(…) ahora no es lo mismo, uno se va distanciando de una persona y pues ya es la costumbre,más que un sentimiento (…). Y a pesar de que, obvio, el amor del papá es incondicionalpara uno, porque siempre estuvo ahí, ya no es como se dice “la relación de tú a tú”, eso vacambiando harto. Ahora se habla más por el compromiso económico, entonces cuando llamaes que mire que ahí le mando tanto para tal cosa y que tal otro; es diferente a la relaciónvivíamos antes.La comunicación se convierte así en el indicador del estado en el que se encuentranlas relaciones, puesto que durante los primeros años de la migración era más intensa,frecuente y duradera, y con el paso del tiempo termina siendo un intercambio depalabras distantes y frías, con alguien que se desconoce y con quien comúnmente elúnico tema es el dinero. Para los migrantes, los niños y niñas que dejaron son ahorahombres y mujeres cuyos gustos, necesidades, temores o sueños no conocen, por loque el “otro” se convierte en alguien ajeno y extraño.189


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Es aquí donde surgen reproches y recriminaciones en los hijos e hijas por la ausenciadel padre, debido a que esta interrumpió su proceso de identificación y los privó desu compañía y orientación. Estos reclamos generan dudas en los padres acerca desu proyecto migratorio y los hace cuestionarse constantemente sobre si la decisióntomada fue la correcta o no, como ocurre en la historia de Francisco:A pesar de que uno está haciendo un sacrificio aquí, parece que estuviera haciendo un malporque le reprochan a uno que no esté allí con ellos e incluso yo tengo la desventaja quela mamá no es capaz de decirles: “es que él está allí para que estemos bien”; al contrario,dice: “es que usted, como no ha estado con los niños, por eso es que son así”; le digo: “joda,entonces estoy haciendo mal, ¿qué hago?, ¿estoy aquí o estoy allá?”; entonces tengo esadesventaja.Igualmente, durante las visitas, la emoción que experimentan los familiares duranteel recibimiento de su pariente tiene una relación inversa con el número de viajes quese haya hecho; es decir, que en algunos casos, a más visitas, menor es el compromisoque muestran los hijos e hijas con su padre. Este distanciamiento que caracteriza larelación después de la migración, se manifiesta durante los reencuentros en el pocointerés que muestran los niños, niñas y jóvenes en compartir tiempo con sus padres,bien sea porque han adquirido nuevas rutinas que les exigen más tiempo o porque nobuscan el espacio para realizar actividades con ellos. Con relación a esto, el relato deFrancisco nos muestra:<strong>Las</strong> otras veces que he ido no han sido iguales al primer encuentro. Empezando que la mayorno me fue a recibir, porque según eso no le dieron permiso en el trabajo, no sé, y en el tiempoque estuve allí, no sé si era por la edad o qué, pero era muy a distancia de mí, la mayor;yo esperaba más de ella, y no. Igual, estando uno con ellos allí, uno no lo cree, no quisierassoltarlos, y quisieras como llevar mucho dinero para sacarlos a muchas partes pero, comouno aquí no gana sino para sobrevivir, pues lo poco que uno lleva se va para llevarlos a unapiscina, un cine, pero yo que tengo tanta obligación, lo máximo que puedo hacer por ellos esir a un parque a montar cicla, no más.Frente a esta situación, los migrantes se sienten frustrados, no sólo por las reaccionesque tienen sus hijos e hijas durante la visita, sino también porque no cuentan consuficientes recursos económicos para realizar actividades de esparcimiento que lesbrinden oportunidades para integrarse con ellos y ellas, y les permitan recuperar sulugar dentro de la familia.Por otra parte, encontramos en algunos de los relatos, como el de Guillermo y sufamilia, que la migración ha llevado a que uno de sus hijos se sienta con la responsabilidadde asumir el rol paterno, con relación a la autoridad, y a la participaciónactiva en el cuidado de sus hermanos y hermanas. Probablemente, esto se debe a lanecesidad que tiene de llenar el vacío dejado por su padre, quien tuvo que migrar190


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónintempestivamente, mientras su madre se quedaba a cargo del hogar, saturada de responsabilidadese invadida por la tristeza. Así lo relata Soledad, esposa de Guillermo:(…) hay uno de los gemelos que ha tomado el papel del papá, entonces ahora es como másrígido y a veces está de mal genio, quiere hacer lo mismo que el papá venía haciendo (…)él llega y dice: “aquí el que no esté a las nueve y treinta, se cierra la puerta; aquí no creanque porque mi papá no está aquí van a estar abriendo y cerrando la puerta”. Él también esel que lleva a la hermanita al colegio, la va a recoger, y a veces, si no me queda tiempo, yo leadelanto almuerzo y lo termina con el otro hermano.Esta reorganización de la familia ha tenido efectos sobre las relaciones que se dan entrelos hermanos y hermanas, entre los que se destacan que los varones experimentansentimientos de rivalidad e incomodidad, al sentirse subyugados por alguien a quienno reconocen como figura representativa de la ley del padre, tal como se ve en lahistoria de los hijos de Guillermo: la relación entre los gemelos ha cambiado mucho, nosé si será porque como uno quiere hacer el papel del papá y el otro no se deja, entoncesalegan mucho. Por el contrario, las relaciones que este hijo mantiene con sus hermanasse presentan de manera normal, según lo narrado por la madre, y se basan en losvínculos y prácticas del cuidado.De este modo, se recrean vínculos de unidad y apoyo constante entre la madre y loshijos e hijas, aunque ellos y ellas siguen anhelando el retorno de su padre, como lodice la hija menor de Guillermo: “papi, yo quiero que sepas que así tú estés lejos, túocupas un lugar importante en nuestro corazón y en nuestro hogar”. Así, las expectativasque se construyen en torno a un futuro reencuentro de todos los miembros de lafamilia, conservan viva la imagen del padre y se constituyen en un motivo en torno alcual se reúnen todos los miembros, sin importar los roces o afinidades que existan.• Ambos padres migranEn los casos en que el padre y la madre migraron, los hijos e hijas mostraron, en elmomento de la entrevista, una tendencia a idealizar la relación que mantenían conellos antes de la migración, señalando que siempre habían sido muy unidos, y habíanpuesto ante todo el respeto, la confianza y la amistad. Sin embargo, aceptaron que enocasiones se presentaban desacuerdos entre padres, madres, hijos e hijas, al igual queentre la pareja, aunque estos siempre fueron manejados con discreción, así como lonarró Lina:A mis papás nunca los veía discutir porque ellos siempre han sabido manejar aparte la relaciónde pareja; mis papás nunca han sido groseros, nunca se han portado mal, yo no puedodecir que hasta ahora mi papá ha tenido una palabra fea para con mi mamá y mi mamátampoco; o sea, el respeto en la relación de mis papás hasta ahora ha sido muy grande.191


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Asimismo, notamos claramente la vinculación de los hijos e hijas con la familia extensa,sobre todo durante fechas especiales, celebraciones o actividades de esparcimiento,como ocurre en la historia de Lina, quien relató que como familia nuclear serelacionaban frecuentemente con sus abuelos paternos durante las reuniones familiares:(…) las reuniones familiares para nosotros son muy importantes, lo que es todaslas celebraciones que son en familia; nosotros siempre hemos sido muy unidos; siempreuna reunión, una fiesta, un paseo, y en diciembre mucho más, nosotros compartíamosmucho (…).Una vez se presenta el hecho migratorio de ambos cónyuges, se despiertan en loshijos e hijas sentimientos de confusión, soledad y abandono, debido a los cambiosque afrontan en el hogar y a las nuevas personas que, en algunos casos, deben incluiren su cotidianidad, lo que se convierte en un reto para ellos y ellas después de haberconstituido una familia y un hogar nuclear. La incorporación del cuidador o cuidadoragenera en ellos y ellas sentimientos de incertidumbre e inestabilidad que reviertenen resentimientos hacia los padres y madres, al simbolizarlos como los culpables desu desorientación. Esto se ve reflejado, particularmente, en la historia de Elena y suhija Luisa:Yo creo que para ella, de todas formas, ha sido un trauma muy tremendo, y ella de hechonunca lo ha aceptado, y siempre me ha juzgado, (…) está muy dolida y traumatizada por lasituación que tuvo que vivir con la abuela y con todos, porque el hecho de no estar uno en sucasa es muy fuerte (…) tiene ese resentimiento de haberse quedado y haber vivido muchascosas sola, y haber llorado muchas veces sola (…) (Elena).Con el paso del tiempo, los hijos y las hijas intentan superar los sufrimientos ocasionadospor la separación, gracias a que sus progenitores han mantenido una comunicaciónconstante y han tratado de entablar lazos de confianza y complicidad en ladistancia.Por otra parte, a diferencia del caso de Elena, encontramos el de Norma, quien migrójunto con su esposo, dejando sus hijos al cuidado de su madre. Ellos han mantenidouna relación cercana con su prole, basada en el respeto y la confianza, y alimentadapor el papel que desempeña la cuidadora, quien les explica constantemente los motivosde la migración y reafirma la imagen de los padres. La hija de mayor de Norma lareconoce a ella como un referente del afecto y de la autoridad, gracias a los recuerdoscompartidos antes de la migración, por lo que anhela estar con ellos, bien sea mediantela reunificación familiar o el retorno de sus padres.En cambio, con los hijos pequeños se utiliza, como estrategia para el fortalecimientode los vínculos, el envío de regalos u otro tipo de remesas no monetarias, ya que através de estas posicionan su imagen parental, puesto que no pueden hacerlo en la co-192


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migracióntidianidad, ámbito reservado a la cuidadora, situándose el padre y la madre tan sólocomo una figura de proveeduría. Sin embargo, durante las visitas, tratan apropiarsede la cotidianidad de sus hijos, hasta sentir que ahora esa es su vida, pero luego tienenque despertar, enfrentarse a la realidad y marcharse. Así lo describe Norma:(…) el tiempo que pasé ahora es como si hubiera vuelto otra vez, porque se te olvida quetienes que volver a España y haces la vida normal, son tres meses que estuve y ya me habíaolvidado de que iba a llegar el día en que tenía que coger la maleta y devolverme. Haces lavida normal, te levantas y el desayuno, que al cole, que los recoges, que vuelves a la rutinade siempre.4.1.2.2. Madres solteras: yo le digo el Ángel de la Guarda por la nochey la bendiciónCon relación a las madres solteras -que convivieron en Colombia en esta condiciónen diferentes tipos de hogares, bien sea monoparentales, extensos y/o compuestos-,encontramos en esta investigación que asumir la crianza y el apoyo de los hijos(as)sin la figura paterna tiene como rasgos en común, “(…) la sobrecarga de responsabilidadesy trabajos, a causa de las labores domésticas y cuidado de la progenie (…),[debido a que] (…) el apoyo de su pareja es mínimo, ya que éstos y éstas tienden amarginarse de sus responsabilidades, a partir de la separación” (Puyana et. al., 2003:73, 74).Antes de la migración, estas mujeres tenían una sobresaturación de funciones; esto serefleja claramente en la historia de Beatriz: yo trabajaba en la oficina de lunes a viernes,de siete y media a cinco y media; era media hora hasta la casa; entonces alcanzabaa llegar, me estaba con mi hijo (…), todo el tiempo que pudiera estaba con él, del trabajoa la casa, de la casa al trabajo y el resto de tiempo con mi familia. Ella y otras mujeresdebían doblar sus jornadas de actividades para cumplir con todas sus responsabilidades,es decir, que combinaban su desempeño laboral con la participación en el cuidadode los hijos e hijas, el cual se extendía a los fines de semana con la realización deactividades recreativas y de integración: (…) ahí, al lado de la casa, queda un centrocomercial y nos íbamos; los fines de semana siempre hacíamos algo (…), siempre queal parque (…), veíamos tele o yo le cantaba, le bailaba y él bailaba conmigo; le estabaenseñando a montar bicicleta.A causa de la poca o casi nula participación de la ex pareja en el cuidado de los hijose hijas y al excesivo número de responsabilidades, muchas de estas mujeres debenconformar una familia extensa, como lo plantea Jiménez (2003: 183): “Viven consu prole en la familia de origen (…) Esta situación las coloca en una posición dedependencia de los abuelos(as), que puede ser económica o basarse en el apoyo a193


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>la crianza”. Además, con el propósito de mitigar las responsabilidades económicasque deben cubrir, algunas optaron por interponer demandas por alimentos 41 contralos padres, lo que ocasionó un deterioro total de las relaciones con la familia de suex pareja, como en el caso de Beatriz, quien después de hacer este trámite tuvo queenfrentar las ofensas, humillaciones y amenazas por parte del padre y la madre de suex compañero.Este grupo de mujeres que convivía con sus hijos(as) después de la ruptura de susrelaciones de pareja, generalmente migró cuando ellos/ellas eran aún muy pequeños.Este hecho reconfigura las relaciones después de la migración de una manera particular,en función del tiempo que ellas llevan de experiencia migratoria. Por ejemplo,Beatriz, migró cuando su hijo tenía aproximadamente dos años de edad, después decasi un año de vivir en España, y desde que llegó allí ha mantenido una comunicaciónconstante con su familia, lo que le ha permitido construir un vínculo bastante estrechoy afectuoso con su hijo, quien quedó al cuidado de su madre:(…) aunque me vea, el niño sabe que estoy lejos; aunque a veces me dice: “mami, ven, vena jugar conmigo, mami, ven”, en esos momentos yo digo: “mami, ahorita la llamo”, (…) yluego le digo al niño: “mi amor, en unos días voy, me voy a demorar muchos, muchos días,pero vamos a estar juntos”, y él me dice: “sí, ¿de verdad?”, y yo: “sí, mi amor, tranquilo”, yme dice: “bueno, mami, te amo”, y me manda besos.A pesar de que los hijos e hijas de corta edad reconozcan que sus madres están lejos,no hacen una distinción espacial clara, por lo que las invitan a participar de sucotidianidad. Esto a su vez muestra que mantienen viva su imagen, los recuerdos, ycuentan con su presencia, apoyo y participación. Igualmente, las madres se involucranen la cotidianidad de sus hijos e hijas, reproduciendo por vía telefónica prácticasque tenían antes de migrar: él tiene una foto conmigo debajo de la almohada y todos losdías le da el beso, yo le doy el Ángel de la Guarda por la noche y la bendición. En estoscasos, las demostraciones de afecto entre madres e hijos/hijas perduran a través de ladistancia y constantemente está presente el anhelo del reencuentro.Por otra parte, encontramos casos como el de Mabel, quien también migró cuandosu hijo tenía aproximadamente dos años de edad, con la diferencia de que lleva casi41“Los alimentos no sólo son la comida propiamente dicha, sino que están constituidos por todo lo necesariopara el sustento: habitación, vestido, asistencia médica, recreación, formación integral y educación o instruccióndel menor de edad. Incluso, los alimentos comprenden la obligación de proporcionarle a la madre losgastos del embarazo y parto. (…) Cuando un padre o madre, injustificadamente, se niega a proporcionarde manera voluntaria la cuota de alimentos a sus hijos, el otro padre, cualquier pariente, la persona que lotenga bajo su cuidado, podrá acudir ante un Defensor de Familia, un Comisario de Familia, un centro de conciliación,un consultorio jurídico de una universidad, para que ese sea citado y se le invite a cumplir con suobligación alimentaria, mediante una conciliación, fijando una cuota voluntaria” (ICBF, 2006:10).194


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónocho años viviendo en España, su familia no tiene acceso a medios de comunicacióncomo internet y hasta hace poco tiempo pudo ir de visita al país de origen. Estosfactores influyen directamente sobre la relación que las migrantes mantienen consus hijos e hijas en Colombia, como podemos ver en esta historia: durante su visita aCali, Mabel encontró que su hijo no la reconocía al verla en el aeropuerto, razón porla que su madre tuvo que motivarlo a que la saludara y orientarlo sobre quién era lapersona a la que debía acercarse; así le dijo Susana –madre de la migrante y cuidadorade su hijo– al niño: “papi, salude a su mami; ella es su mamá”. A ella este hecho lallenó de nostalgia y tristeza, hasta el punto de tener que contener el llanto y esperarhasta llegar a casa para desahogarse sin que su familia se diera cuenta. Sin embargo,su madre la vio cuando entró al baño a llorar y le dijo: “tranquila, usted sabe que esotenía que ser así, es mucho tiempo que no la ha visto, que no se conocen y, pues, no podíaser de otra forma”. En este relato evidenciamos cómo la ausencia de una imagenconstruida alrededor de la apariencia física de las madres, contrariamente al caso deBeatriz, incide sobre la forma en que se establece la relación de ellas con su progenie.Como relata el hijo de Mabel: cuando era más pequeño, yo ni siquiera me acordaba deella. [En la visita] yo sentí que ella no era mi mamá.El impacto de esto sobre las madres se produce a nivel emocional con una alta intensidad,ya que al no sentirse reconocidas y al ver que son personas extrañas y ajenaspara los hijos y las hijas, sienten que es una relación construida sobre el “deber” y nosobre el “sentir”, o dicho de otro modo, permeada por la racionalidad y no por lasemociones.De este modo, la interacción y comunicación constante llegan a ser elementos indispensablepara el establecimiento de lazos a través de la distancia, lo cual sólo puedeser sustituido, tangencialmente, con el tiempo y los momentos que se compartendurante los encuentros en el país de origen, convirtiéndose la visita en la única oportunidadque tienen las madres migrantes para rescatar del deterioro la relación con suprole, tal como lo comenta Mabel: empecé a ganarme a mi hijo poco a poco, salíamos,le compraba cosas, salíamos los dos, pero tampoco dejaba a mi mamá.Durante las visitas, ellas pueden recuperar el tiempo perdido con sus hijos, ya que apartir de ese reencuentro se genera la posibilidad de que re-conozcan a la madre enel ejercicio de su rol, por lo que adquieren más confianza y complicidad, y empiezana sentirla como parte de los “suyos”. Sin embargo, esto necesita un soporte previo,que involucre la reafirmación y el posicionamiento de la imagen de la madre en lavida del niño, niña o joven, lo cual queda en manos de la persona que tiene a cargoel cuidado. Es así como la visita y el papel de la cuidadora se convierten en fichasclave para el fortalecimiento del vínculo y la interiorización de la imagen de la madre,como ocurrió en el caso de Mabel:195


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Cuando hablo con él,(noto que) ha mejorado, porque antes era como muy aparte, muy porallá, como “ya”, porque sabes que ella es tu mamá y no más; o sea, ahora hay un poco másde confianza, más de entrega de parte de él, ya me habla más, me cuenta más cosas del colegio,tiene un perrito de mascota y me dice más cosas de él (…). Mi mamá es la que le metecaña, como dice el dicho, ella le dice: “pero cuando te llama tu papá sí hablas y hablas yhablas, que pareces un loro, y con tu mamá casi no hablas”; entonces, claro, él ahora hablamás conmigo.Este vínculo afectivo que mantienen las madres con sus hijos e hijas en Colombia,se extiende hasta los compromisos económicos que tienen con ellos y ellas, comosucede con Sonia: (…) hago todo lo posible por estar pendiente tanto emocional comoeconómicamente de mi hijo, él depende económicamente del todo de mí (…). Este actoes valorado positivamente por los niños, niñas y jóvenes, quienes se dan cuenta delesfuerzo que hacen sus madres para responder por ellos y ellas, teniendo en cuentaque sus padres, a pesar de haberse acercado por medio de la comunicación y las visitas,no han contribuido con su sostenimiento, razón por la cual crean un vínculo degratitud y aprecio hacia sus madres, que también es reafirmado por las cuidadoras,como podemos ver en el caso de Susana y su nieto: (…) él ahora cuenta que si no espor la mamá, él no estudia y no tiene sus cosas (…)”, entonces le dije estas palabras: “ve,papi, dele gracias a Dios todos los días por la vida de su mamá, porque si no fuera porella no estuviera estudiando (…)”.4.1.2.3. Padres separados<strong>Entre</strong> las personas entrevistadas, sólo encontramos casos de padres que antes de lamigración habían decidido suspender la convivencia y la vida marital con su pareja,ya sea que hubieran estado casados legalmente mediante el matrimonio religioso ocivil, o convivieran en unión libre o unión marital de hecho. La forma en que establecíanlas relaciones y recreaban los vínculos con sus hijos e hijas antes de la migracióndependía de cuánto tiempo llevaba la separación, de la etapa del ciclo vital en la quese encontraban los niños, niñas y jóvenes y de la relación que los padres manteníancon sus ex mujeres. A continuación, presentaremos dos historias tipo a través de lascuales se pueden recrear estos aspectos:Catalina vivió con su padre, su madre y su hermana aproximadamente hasta los doceaños de edad. Después de la separación, él les brindó un apoyo económico constante y semantuvo en permanente contacto con ellas. Una de las estrategias que empleó para estofue compartir actividades de recreación y esparcimiento, tal como lo describe ella: muypequeña, muy pequeña, me llevaba al Salitre; íbamos y nos tomábamos fotos (…), íbamosa cine, íbamos al parque, era muy chévere (…). Él nos recogía aquí, nos llevaba a su apartamentolos fines de semana y las vacaciones, Semana Santa, todo.196


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónCompartir estas actividades es una práctica bastante corriente entre los padres que noconviven con sus hijos e hijas; depende en gran medida de los acuerdos previamenteestablecidos con la ex mujer y de la voluntad y disponibilidad de aquellos(as) parapasar tiempo con sus padres. Lo anterior convierte a los padres, como menciona Puyanaet. al. (2003: 73), en “padres de fines de semana”. Sin embargo, en el relato deCatalina y en otras historias, encontramos que los padres no se limitan a este tipo deactividades, sino que también participan en las celebraciones y fechas especiales desus hijos e hijas, así como nos contó ella: (…) me acuerdo que siempre nos celebraba elcumpleaños en el colegio, nos hacía la fiesta en el salón, él siempre programaba algo.Asimismo, los padres entablan vínculos de confianza y complicidad con los hijos ehijas, al punto de que estos últimos los ven como amigos, así como ocurrió con Catalina:(…) yo le contaba todo a mi papá, todo, todo, novios, todo le contaba, quiénme gustaba, quién no me gustaba. Este permanente contacto y la profundidad de lasrelaciones hacen que los hijos e hijas expresen ideas sobre sus padres como que: él esmuy chévere, muy buen papá, y que se recreen relaciones cercanas, cordiales y amorosas,basadas en una comunicación fluida y fortalecida, que los une a pesar de nocompartir el mismo hogar.No obstante, en algunas ocasiones se presentan tensiones entre los padres y los hijose hijas, específicamente, cuando termina la infancia y empiezan a vivir su juventud,ya que sus comportamientos, decisiones y posturas empiezan a ser desaprobados porlos padres y se convierten en un motivo de desacuerdo que incide sobre la relación,debilitándola y haciéndola vulnerable, pero no destruyéndola, como relató Catalina:(…) nuestra relación era chévere hasta cuando crecí y tenía los problemas de rebeldíaque todas las adolescentes tienen, sino que mi papá no entendió. Pero en sí, así que pelear,no; nosotros teníamos una buena relación.Uno de los más grandes desafíos que deben superar los padres migrantes separadoses el hecho de mantener viva su imagen y su rol frente a su prole, puesto que elreconocimiento que su descendencia haga de él determina su propia identificacióncon el rol paterno y lo legitima en su posición no sólo de proveedor sino de figurade afecto. Por esta razón, cuando su prole no muestra interés en la relación, suelenmolestarse o experimentar sentimientos de tristeza: se ponía bravo porque yo no lollamaba. Me decía que yo solamente lo llamaba para plata; es que yo soy muy despegadade los dos, de hecho yo, no, nada de amor, ni nada de eso. Entonces, eso le dolíaa él mucho (Catalina).Esto también podemos verlo en la historia de Henry, migrante de 29 años de edad,quien antes de la separación solía llegar a casa después del trabajo para compartir197


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>tiempo con sus dos pequeñas hijas, mientras jugaban, cenaban juntos o salían de paseo.Sin embargo, cuando él se mudó del apartamento donde vivían, temía los efectosque pudiera tener sobre su imagen el hecho de que las niñas empezaran a compartirmás tiempo con la familia de su ex-compañera: “(…) por encima de cualquier cosa,no quería que mis hijas vieran una mala palabra, una grosería, y que al verme dijeran:“vean allá va el no sé qué, si sé cuándo”, porque sé cómo es la familia de ella y es muydestructiva, y no quería que les hicieran daño, por nada en el mundo, aunque él seguíaen permanente contacto, respondía económicamente, y su ex-pareja mantenía vivasu imagen en las niñas, tal como él lo afirma: (…) ella siempre me ha tenido muy altaestima con las niñas y habla muy bien de mí con ellas (…).Por otra parte, si bien la mayoría de los padres que no convivían con sus hijos e hijashabían establecido vínculos estrechos con ellos y ellas, encontramos que una pequeñaproporción mantenía relaciones hostiles, comúnmente debido a los motivosde la separación y/o a los efectos que habían tenido sobre ellos o ellas las interaccionesfamiliares antes de la ruptura. En el relato de Carla, identificamos algunastensiones familiares debido a estos aspectos: un día le estaba enseñando a hacerunos huevos con arepa y mi mamá no los sabía hacer, él le pegó, la cogió del cabello.Le pegaba y mi hermana y yo nos poníamos a llorar. Casi no queríamos a mi papápor eso y porque tenía otra mujer cuando ya no vivía con nosotras (…). Este hechode violencia genera un impacto directo en los hijos/las hijas, involucrándolos comoobservadores y determinando la forma en que luego de la separación entablan lasrelaciones con el padre.Igual efecto tienen las preferencias mostradas por los padres hacia un hijo o hija endetrimento de otro u otra, como en el caso de Carla, quien notaba las inclinaciones desu padre hacia su hermana a través de la entrega de presentes: mi hermana era másalejada de mi papá pero de todas formas él la quería más, y un día le trajo una cicla yunos patines y a mí no me trajo nada; a mi tío le dio rabia, y a mí también; entonces,me compró una cicla y unos patines.Con respecto a la forma en que se establecen los vínculos entre los padres separadosy los hijos e hijas después de la migración, encontramos que se caracterizan por lasuperación de las tensiones que existían, como en la historia de Catalina y su padre,quienes habían deteriorado su relación justo antes de la migración. Ella afirma que:él me pidió perdón por muchas cosas y yo también le pedí perdón (…), aduciendo queesta transformación del vínculo se debe a que en la distancia se aprende a valorar másy se cambia de actitud, lo que incide de forma positiva en las relaciones, propiciandoun ambiente en el que prima la unidad, tal como manifiesta Adolfo, padre migrante:tanto ellos como yo nos hemos unido más.198


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónA la par, los hijos e hijas recuperan la confianza y la complicidad que tenían con elpadre antes de los desacuerdos vividos, por lo que añoran constantemente su presencia,como nos contó Catalina: yo le dije que ojalá pudiera venir pronto para que habláramos,que tuviéramos las cosas igual que antes porque me hacía mucha falta, mucha,mucha falta, y de hecho todas mis noches han sido muy duras. Por otro lado, tambiénagradecen que a pesar la lejanía sus progenitores mantengan el interés en ellas yellos y se preocupen por buscar alternativas para conservar el vínculo, así como afirmóCarla: yo lo quiero porque de otra persona se hubiera ido por allá, a España, y noshubiera dejado a nosotras botadas y no hubiera respondido. Sin embargo, en ocasioneslos hijos e hijas les reprochan su ausencia durante los momentos especiales que hanvivido mientras ellos no estaban: Un día, yo le dije a mi papá que yo quería más a mipadrino que a él, porque él no había estado conmigo y había preferido irse para allá, yse puso bravo y me colgó el teléfono (Carla).Por otra parte, las relaciones entre padres, hijos e hijas que aún se encuentran enla infancia, se caracteriza por la imposibilidad que tienen los migrantes para participaractivamente en la crianza, limitándose únicamente a una vinculación económica,como relató Henry: (…) en la distancia, en la forma de la educación no intervengopara nada, sólo en la parte económica (…) y sólo hablo con ellas cosas que notienen nada que ver con su educación. Esto genera un sentimiento de insatisfacciónen los padres, pues su rol queda reducido a la proveeduría y los excluye de otrasdecisiones que usualmente tomaban, teniendo acceso únicamente al conocimientode cómo están sus hijos e hijas. Además, el establecimiento de vínculos entrañablescon los hijos e hijas de corta edad se dificulta ya que para ellos y ellas no es fácilconcentrarse ni apropiarse de los espacios de comunicación, como ocurre con lashijas de Henry:Estábamos hablando de su cumpleaños, yo le preguntaba que qué quería (…), y dijo: “elsábado tengo mi piñata”, y yo: “mi amor, ¿me vas a invitar?”, y ella me dice: “no papi, nopuedes venir porque estás muy lejos”, y yo: “bueno, mi amor, entonces entiendes que estoymuy lejos pero, de corazón, voy a estar contigo, ¿bueno?”, y luego me dice: “papi, es que yame voy a ir, tengo que ir a jugar, te voy a pasar a mi hermanita” (risas).Este acontecimiento es interpretado por los padres como una situación normal y consecuentecon la edad de los niños y las niñas, por lo que no incide directamente en elamor que pueda existir entre ellos o el grado de empatía que puedan tener, tal comonos comentó Henry: (…) el hecho de que tal vez ella no quiera pasar al teléfono, nosignifica nada, simplemente que es una niña, que está jugando y que tal vez tiene otrasideas en la cabeza, pero mi amor por ella nunca va a cambiar, entonces no pasa nadacon eso.199


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Por el contrario, consideran de suma importancia que las personas que están a cargodel cuidado de sus hijos e hijas no les obliguen a atender las llamadas, porque creenque esto sólo crearía vínculos forzados y sin durabilidad en el tiempo, como consecuenciade las posibles molestias que causaría esta exigencia. Por esta razón, recurrena la ayuda de terceros para obtener información acerca del estado en que se encuentran,o para mantener viva su imagen frente a ellos y ellas, como muestra el relato deLeticia, madre de Henry:(…) cuando están en la casa conmigo, él trata de comunicarse (…), soy el contacto másdirecto que tiene con ellas. [Además], yo les digo: “Henry es su papá, las quiere mucho; escríbaleuna cartica a su papá”, (…) o les compro cualquier cosita y les digo: “su papá les mandóeste regalito para que sean juiciosas”. Todas las veces que yo me veo con ellas les hablo delpapá y les hablo bien para que ellas no pierdan esa imagen.”4.2. La organización del cuidado de los hijos e hijasUno de los momentos más difíciles para padres y madres en la decisión de migrar esla escogencia de la persona con la que dejarán a sus hijos o el dilema de qué es lomejor para su cuidado, ya que cambiará drásticamente la forma que tienen de velarpor ellos y ellas. De ser los encargados de su educación, crianza y protección, debenaprender a confiar su bienestar a terceros. Como afirman padres y madres migrantesen repetidas ocasiones: pasan de ser los que les prodigan amor y cuidado diario a sersimplemente un soporte económico.Con la migración de uno los miembros de la pareja o de ambos, las relacionestienden a cambiar, suele producirse un distanciamiento entre padres y/o madresmigrantes y sus hijos/hijas en Colombia, que aumenta con el tiempo de migracióny la edad de quienes quedaron en origen. Esta es siempre una preocupación de padresy madres, quienes tratan de ser precavidos en la elección del cuidador, puesde ello no sólo depende el bienestar de sus hijos e hijas sino las futuras relacionesque puedan tener con ellos. En la tabla Nº 4 podemos observar que los padres quemigraron dejaron a su prole al cuidado y bajo la protección de la esposa o compañerapermanente en Colombia –madre de los hijos e hijas–; mientras que cuandolo hicieron las madres, confiaron el cuidado a otras mujeres, abuelas en 4 casos ytía, en 1; en un solo caso, una madre migrante dejó a sus hijos con su cónyuge y,en otro, la madre permitió que su hija cuidara de sí misma porque se trataba deuna adolescente.200


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónTabla Nº 4. Cuidador(a) a cargo de los(as) hijos(as)de el/la migrante que están en ColombiaPARENTESCODEL MIGRANTECON SUSHIJOS (AS)CUIDADOR (A) A CARGO DE LOS (AS) HIJOS (AS) DE EL/LA MIGRANTEQUE ESTÁN EN COLOMBIAAbuelaEsposa o compañerapermanente / Madrede los hijos (as)Esposo o compañeropermanente / Padrede los hijos (as)TíasEllos (as)se cuidan a símismos (as)MADRE 4 No corresponde 1 1 1PADRE 0 10 No corresponde 0 0TOTAL 3 10 1 1 1En general, los y las migrantes tratan de que el cuidador o la cuidadora sea un familiaro una persona allegada a la familia, conocida y querida por los hijos y las hijas,alguien en quien todos confíen y que represente alguna figura de autoridad paralos menores, ya que en adelante será la persona directamente encargada de su educacióny orientación. A veces esta decisión se facilita porque los hijos e hijas estánacostumbrados a pasar el tiempo con algún familiar, como abuelas o tías, pues susprogenitores trabajan.Aunado a lo anterior, deben contar con el tiempo y la disposición de la persona escogida,aunque esto no representó inconveniente alguno para los y las migrantes quecolaboraron en la realización de este trabajo, pues siempre hubo una persona cercana,dispuesta a hacerse cargo de los y las menores. Cuando los hijos/hijas están enedad de elegir, también participan en la elección de la persona que cuidará de ellos.Son las controversias, conflictos y procesos exitosos que se generan a partir de estasdecisiones, lo que permite visualizar uno de los tantos cambios que puede experimentaruna familia con la migración.A causa de la lejanía y la imposibilidad de padres y madres de ejercer control directosobre los/las menores, la única forma de influir en su educación es mediante los consejosy la afirmación de que están con ellos(as) aunque estén físicamente ausentes;esto sólo se logra a través de los medios de comunicación como el teléfono e internet,tema que tratamos anteriormente.4.2.1. Hijos e hijas provenientes de <strong>familias</strong> nuclearesA continuación analizaremos los relatos de los y las migrantes y sus familiares acercadel cuidado y ejercicio de la autoridad cuando los hijos e hijas hacen parte de un hogarnuclear, y uno de sus progenitores o ambos ha(n) migrado.201


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>4.2.1.1. Hijos e hijas que quedan al cuidado de una familiar diferenteal padre y la madreCuando los dos miembros de la pareja migran, son las abuelas quienes suelen quedara cargo del cuidado y protección de la prole, más aún cuando han estado siempre cercay se les tiene respeto y cariño. No obstante la confianza depositada en ellas, no esposible saber cómo resultará el proceso, en el que pueden surgir problemas, contradiccionesy desacuerdos en el cuidado de los niños y las niñas, lo que genera tensionesy preocupaciones en los padres y madres. Por otra parte, también puede resultarexitosa la escogencia de las abuelas como cuidadoras, lo que tiende a dar tranquilidada los y las migrantes. A continuación describimos los casos de dos abuelas-cuidadorasque muestran procesos disímiles en el cuidado de nietos y nietas.Elena, madre migrante, muy entregada a su familia, que decide reunirse con suesposo en España, tiene dos hijos que estuvieron felices ante la idea de quedarseal cuidado de la abuela paterna, pues consideraban buena su relación con ella. Noobstante, al migrar la madre y mudarse con la abuela, las cosas empezaron a cambiarpara Luisa y Carlos, quienes manifestaron a su madre estar insatisfechos con laforma en que su abuela los criaba. Lo anterior constituyó una gran preocupación paraElena, quien desde España no podía controlar lo que su suegra hacía en Colombia conel dinero que enviaba para sus hijos, ni podía influir en el trato que les estaba dando,situación que debió soportar por un periodo aproximado de tres años, hasta que suhijo mayor tuvo edad para que ella le enviara directamente el dinero, pero a escondidas.Esto es lo que Elena relata con relación a lo que vivían sus hijos:Yo enviaba dinero para que a mis hijos no les faltara nada, se supone que por eso estabaaquí; bueno, entre comillas le agradezco a mi suegra que para ella era primero pagar lasdeudas, pero no tanto como para restringirle a un niño un desodorante o una toalla higiénica,tampoco era hasta allá. Bueno, algo que me marcó muchísimo fue que precisamenteel día que me vine, la niña se desarrolló y luego me decía que la abuela ni para las toallashigiénicas le daba, le hacía poner trapos (llanto), y yo creo que entonces esas eran las peleascon mi marido, y ella, que no (…) El niño, pues igual; mis hijos se bañaban todos los días,el aseo y todo el cuento (llanto), y alguna vez le dijo a mi marido que le habían mandadouna nota del colegio diciéndole que el niño olía a feo; y digo yo, que si no les daba para undesodorante menos les daba para un champú (llanto).De acuerdo a la hija de Elena, la situación era difícil porque la abuela era una personade edad y porque tenía una concepción del ahorro y los gastos distinta a la deellos; es por eso que Luisa afirma: la convivencia me perturbó bastante la vida, sinembargo asumió con su hermano esta situación con la esperanza de que con el ahorroque hacía su abuela, su padre y madre podrían volver más rápido a Colombia,lo que refleja una idea de sacrificio para un futuro común. Los problemas con la202


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónabuela-cuidadora no se llegaron a solucionar; sólo ante la enfermedad de la abuelay la manifestación de esta de no poder cuidarlos más, pudo mejorarse la situación deLuisa y Carlos, quienes tras un corto periodo al cuidado de otro familiar, terminaronpor vivir solos y sentirse más tranquilos; la comunicación se regularizó y los muchachosdijeron estar felices.<strong>Las</strong> angustias que tuvo que soportar Elena al haber dejado a sus hijos con una personacon la que se generaron conflictos y malentendidos, no son comunes a todoslos casos, como se mencionó antes, depende de la persona que queda a cargo. Es asíque nos topamos con historias menos problemáticas y donde los acuerdos suelenganar terreno la mayoría de las veces, como en el caso de Norma quien migró aEspaña con su esposo, confiándole a su madre, Mercedes, el cuidado de sus hijos,y quien se ha sentido tranquila con la forma en que la abuela-cuidadora está criándolos.Mercedes vive con los hijos de Norma y les ayuda en lo que necesiten; dice que loúnico que le pide a su hija es que no la desamparen. Siempre tiene en cuenta la opiniónde la madre, quien está muy pendiente de todo desde la distancia y consideraque no podrían estar con alguien mejor; por ello afirma: no es únicamente cuidarlossino que es la abuela, les da amor (Norma). No obstante lo anterior, en algunas ocasionesNorma tiene desacuerdos con Mercedes por la forma en que son reprendidos losniños, ya que opta por regañarlos y alzarles la voz, mientras que la madre prefiere eldiálogo, pero siempre llegan a acuerdos.La abuela centra su atención en la hija pequeña de Norma, por considerarla tímida,frágil y enfermiza; toma las decisiones que conciernen a los niños y afirma que ellaes la que se encarga de los permisos, aunque a veces cuenta con la opinión de su hija,especialmente cuando considera que la decisión implica demasiada responsabilidad.Esto se presenta en otros casos, como lo reafirma Castro (2007) en su estudio realizadoen tres barrios de la ciudad de Pereira, al señalar que pese a la confianza y autonomíade las que son investidos los/as cuidadores(as) por parte de quienes migran,los/as primeros(as) han preferido involucrar a los segundos en la toma de algunasdecisiones que implican altos grados de responsabilidad, de modo que “el migranteparticipa en la “última palabra”, ostentando un status que no pierde a pesar de suausencia” (Ibíd.: 87).Cuando alguno de los niños de Norma se porta mal, Mercedes le cuenta a la madre yella los llama y les habla, sus hijos le hacen caso en todo y siguen sus palabras al piede la letra. Este último aspecto también se complementa con lo planteado por Castro(2007), quien expresa que los/as cuidadores/as asumen de modo complementariocon la persona que migra, las funciones de autoridad:203


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>(…) el migrante al partir otorga al cuidador un rol que socialmente le había sido adjudicadoa él, esto no significa que el migrante quede despojado de autoridad ante su familia,más bien queda ya no como una figura de autoridad sino de complementariedad, porquedebido a su condición de ausencia física se ve limitado en la práctica de algunas funcionesque demanda el rol (Castro, 2007: 81).Por último, Mercedes afirma que no le gusta derrochar en bobadas el dinero que mandasu hija y que por ello solamente gasta lo necesario; Norma considera que es unaalcahueta con los niños porque no suele negarse a sus deseos, lo que refleja una preocupaciónen la migrante de que esto trascienda a las funciones de autoridad.4.2.1.2. Hijos e hijas que quedan al cuidado de uno de los miembros de la parejaEl cuidado de los hijos y las hijas no es algo que se discuta o negocie mucho. Generalmente,la persona que queda es quien se encarga de la crianza. <strong>Entre</strong> las parejassuele crearse una suerte de equipo a la hora de impartir las normas, sin importarque uno de los dos se encuentre lejos. La persona que queda en Colombia al cuidadode los hijos e hijas siempre tiene al tanto a su cónyuge de todo lo que ocurre; se leconsultan los permisos, se le cuenta lo que han hecho mal y el padre o la madre,desde la distancia, participa activamente a la hora de impartir las normas y ejercerla autoridad.Esta nueva configuración, en la que una sola persona debe encargase de los hijos ehijas, cambia la dinámica del cuidado, ya que las labores que antes eran compartidasrecaen sobre una sola persona que, en ocasiones, tiene que continuar trabajando,por lo que deben recurrir a la ayuda de abuelas o tías para compensar la ausenciade quien migró y asegurar el bienestar y la seguridad de los hijos e hijas. Esta ayudapuede implicar en algunos casos que un miembro de la familia extensa se mude a vivircon ellos para complementar el cuidado y ejercer autoridad. Por otro lado, puedeocurrir que la pareja que queda en Colombia, ante la incertidumbre de la calidad deatención y ayuda que se le prodigará a sus hijos e hijas, decida dejar de trabajar, cono sin la anuencia de su cónyuge, y dedicarse de lleno a ellos.Asimismo, algunos padres y madres deben recurrir a sus propios hijos e hijas, paraque les ayuden con los más pequeños y en las labores del hogar. También se presentanvariaciones dependiendo de quién quede a cargo en origen, ya que si se trata de unamadre, suele obtenerse poca ayuda externa para la educación de los hijos; cuandoson padres los que ejercen el cuidado en Colombia, es más frecuente que familiareso personas cercanas se vinculen al mismo. Por lo anterior, y tomando en cuenta ladiversidad de situaciones que pueden presentarse, analizaremos los patrones citadosa la luz de tres historias:204


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónSoledad es una madre trabajadora que vela por sus hijos sin ayuda externa; su esposoGuillermo, a pesar del inmenso amor que siente por su familia, se vio forzadoa dejarlos cuando migró. Han tenido que soportar situaciones muy difíciles desde lapartida de Guillermo, pero a Soledad le ha tocado enfrentarlas sola; su único apoyoen Colombia son su hijos, que han debido madurar tempranamente, ya que ella, porel trabajo, no puede estar todo el tiempo con ellos. La única opción que tiene Guillermopara ayudar a su esposa a controlar y guiar a sus hijos es hablar con ellos acerca delo que ocurre, pero sin regañarlos ni decirles que su madre le puso quejas. Esta parejasiempre ha compartido las decisiones en cuanto a los permisos de sus hijos, peroahora es Soledad quien debe tomar esas decisiones, aunque siempre lo consulta consu esposo y afirma que sus hijos no piden muchos permisos para salir, pero de todasformas a ella le preocupa que pueda pasar algo.Esta preocupación no es característica de Soledad, las madres que deben encargarsedel hogar por la partida de sus esposos, pueden incluso hacer cambios en sus vidaspara asegurar el bienestar de sus hijos y esto puede incluir hasta la renuncia al trabajo,como le ocurrió a Raquel, quien cediendo a las peticiones de su esposo migrante,familiares y amigos(as), dejó de trabajar y se dedicó al cuidado de su hijo. ParaRaquel, esta decisión fue dura y considera que quedó aplazada la parte de realizarseprofesionalmente, pero está tranquila con ella pues piensa que es mejor para el niño:necesitábamos era reforzar el comportamiento del niño frente a la situación que el papáya no estaba y que era su vínculo paternal, y hoy en día no me arrepiento porque yo séque al niño le hace mucha falta el papá.Uno de los cambios más notorios para las madres es tener que llevar la batuta frentelos hijos e hijas, como afirmó Gerardo, un padre migrante. Soledad dice no tener muchosinconvenientes para dirigir a sus hijos porque son juiciosos y hacen caso. Pero notodos los adolescentes son tan tranquilos y obedientes; algunas madres deben ejercerun poco más de presión, como ocurre con Betty, quien a pesar de tener mucha autoridadsobre su hijo a veces siente que se le sale de las manos y tiene que recurrir a suesposo: tiene uno el respaldo del esposo y eso con un grito los vaqueros llaman al orden.Ella prefiere llamarlo en el momento mismo de la discusión para que intervenga deinmediato. Al igual que Guillermo, Andrés, el esposo de Betty, aconseja a su hijo, loreprende e interviene en los permisos. Esto refleja lo enunciado por Cordero y Ponce(2005: 98) sobre los hijos de migrantes en sectores populares de Guayaquil, cuandoafirman que “la línea de autoridad paterna no se pierde pues la vigilancia a la distanciaen algunos casos es frecuente”.Por otro lado, Francisco, padre migrante que dejó cinco hijos en Colombia al cuidadode su esposa, no la apoya tanto como ella quisiera. Para él, ella debe hacerse cargo delos hijos porque no trabaja y, aunque agradece el cuidado que les prodiga, se queja por205


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>la falta de colaboración económica: a la mamá la critico porque no me ayuda económicamente;por otra parte le agradezco que los ha criado muy bien, o sea, muy educaditos,muy de su casa. Fabiola, la esposa de Francisco, afirma que la crianza no ha sido fácil:es como duro porque a ellos siempre les hace falta, por decir, la fuerza del hombre que losoriente o que les diga: esto no se hace, así es y acá se quedan; a uno como madre le quedamás difícil, uno es como muy permisivo, falta como la autoridad; trato de sobrellevar eso.Esta falta de “fuerza” se ha reflejado en la baja de calificaciones de los hijos e hijas,que Fabiola adjudica a la ida del padre, al haber perdido la figura de autoridad, y aque no suelen hacer caso cuando les da órdenes; sólo la obedecen cuando se trata depermisos. La pérdida de autoridad de Francisco se ha hecho evidente en sus visitas aColombia, pues Fabiola afirma que sus hijos no confían en él y no le hacen caso comoantes; culpa de esto a la ausencia: digamos que cómo voy a manejar una familia desdelo lejos, como con un control remoto: hágame esto, o: no lo haga; o sea, no es lo mismoestando acá, al lado, que él se dé cuenta cuáles son las necesidades, cómo piensan, cómoactúan... y él por allá, tan lejos.Sergio, padre migrante, también considera que su figura de autoridad como padre hapasado a segundo plano desde que migró; aún existe, pero con poca fuerza; sus hijassimplemente dependen económicamente de él. Así lo relata, refiriéndose a ellas y connostalgia, porque ya no atienden sus órdenes:La gente, cuando uno no está ahí, cuando uno no está machacando, cuando uno no está encima,la gente se desborda, tiene otros horizontes, porque tú sabes que a medida que la genteva creciendo, van creciendo las necesidades y van creciendo las ideologías de las personas;entonces, de igual manera, como no hay un líder, una persona representativa, la gente se vacreyendo a sus anchas, y va creando, desarrollando su propia mentalidad.Álvaro y Camila ejemplifican un caso diferente: mantienen una relación armoniosay sus hijos e hijas gozan de cariño y cuidado, pero quien está a cargo de ellos es elpadre, porque la madre migró a España. Álvaro siempre se encargó de impartir lasnormas y autoridad, incluso desde antes de la migración de Camila, por lo que lascosas no han cambiado mucho en ese aspecto; sin embargo, él le reclama a su esposaque nunca lo haya ayudado con las normas y que no trate de hacerlo en la distancia.A Camila no le preocupa mucho la crianza de los niños porque confía en su esposo,dice estar tranquila porque Álvaro sabe cómo cuidarlos y están acostumbrados a él,como lo relata:Estoy bien porque mis niños están bien cuidados; cuando digo que están bien cuidados esporque están con el papá, porque él desde muy chiquitos aprendió a ser mamá y papá; porqueallá en Colombia yo trabajaba noche de por medio y la noche que yo no estaba, él hacíade mamá. Así que los niños tienen un afecto muy grande por su padre, diría que incluso másque hacia mí, aunque eso no creo que uno lo pueda medir, pero pienso que él ha estado entodos los momentos de sus vidas con ellos y por eso estoy tranquila (Camila).206


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónEsta tranquilidad expresada por Camila también puede estar asociada al hecho deque en el cuidado de los niños, aparte del padre, también participan la abuela maternay una amiga de la migrante, situación que se daba desde antes de la migración, yaque, por los turnos de trabajo de ambos padres, siempre se repartían los momentosen que cada cual se encargaba de los niños y, cuando ninguno de los dos estaba,eran la amiga y la abuela quienes se hacían cargo. Ahora la amiga presta una ayudamás regular, pues se encarga de los niños durante el día y los entrega al padre en lanoche; en ese lapso, Camila siempre está llamando y preguntando por ellos, aunquela cuidadora afirma que no hay mayores inconvenientes en su cuidado y comportamiento;en caso de haberlo, o en días en que no puede cuidarlos, ella o el padre losllevan donde la abuela. Además, Álvaro afirma que la forma de educar a los niños noha cambiado porque la amiga-cuidadora siempre ha estado cerca de ellos, compartelas mismas ideas y les colabora en la crianza. Camila es una figura muy presente enla vida de los niños, pues se comunica constantemente, está pendiente de ellos y lesrecuerda lo mucho que los ama, pero no se encarga de los aspectos relacionados conlas normas y autoridad.No todos los padres-cuidadores que trabajan pueden darse el lujo de pasar tanto tiempocon sus hijos, como lo hace Álvaro. A Sebastián, padre-cuidador con dos hijas, leresultaba difícil pasar tiempo con ellas porque viajaba mucho, y ante los conflictos ydificultades que las niñas experimentaron al dejarlas solas, debió acudir a la abuela.4.2.2. Migrantes que son madres solterasTratándose de abuelas al cuidado de nietos y nietas cuyas madres son cabeza de hogar,se presentan diversidad de situaciones en relación con el cuidado y las normasque se imparten a los menores. El manejo de los permisos depende de la relación quela cuidadora haya mantenido con la migrante antes de la migración y con el vínculoque tengan con los menores. Cuando la relación entre madres e hijas es cercana, estasúltimas confían en las decisiones tomadas por sus madres con respecto a sus hijos,escuchan sus consejos, las respaldan y se manifiestan conformes con el manejo de lospermisos; en caso de desacuerdos, se lo manifiestan a las abuelas-cuidadoras sin queesto suscite mayor problema. Sin embargo, las abuelas no están muy de acuerdo conla idea que los hijos crezcan lejos de sus madres, y así lo manifiestan: no es lo mismola abuela que la mamá (…) a pesar de que él está bien y tiene su cuarto y todo, tiene suscomodidades, pero no, a él le hace falta su mamá (Dolores); Es diferente tener uno loshijos de uno a tener un hijo que no es de uno (Regina).En los relatos que presentamos a continuación, dos abuelas-cuidadoras se sientencon un amplio margen para la toma de decisiones por estar encargadas de los hijos207


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>de sus hijas; sin embargo, cuando se trata de decisiones de mayor responsabilidad,prefieren acudir a la opinión de las migrantes. En los dos relatos, las hijas confíanen la labor de sus madres en el cuidado, pero manifiestan cierto temor de perder elcariño de sus hijos.Mabel dejó a su hijo de dos años con la abuela materna; él tiene ahora nueve. La decisiónde dejarlo estuvo relacionada con una reflexión que le hizo Susana, su madre:A mi madre pues le entró nervios, el niño estaba muy pequeñito, y me decía: “Mabel, por quéno te vas tú sola, mira que si vas a sufrir, vas a sufrir tú sola; eres ya una persona mayor, note lleves el niño, el niño va a sufrir por allá tan pequeñito, y todas esas cosas; luego, para quetú consigas trabajo, ¿con quién lo dejas?, no tienes a nadie conocido allá”.Estas palabras la convencieron y la migrante afirmó que, a pesar de su dolor, decidiódejar a su hijo, aun siendo consciente de que el niño podría encariñarse más con laabuela que con ella, lo que efectivamente ocurrió: es mi madre, y como las abuelasninguna otra puede cuidar los hijos bien, pero dije: “el niño está pequeño y luego yo mevoy por allá y el niño se va a encariñar más con mi madre que conmigo”, y fue así porqueahora que fui, el niño prácticamente a mí no me conocía (Mabel).La primera visita que Mabel le hizo al niño fue cinco años después. Es la abuelaquien se encarga de las normas y de la autoridad frente al niño, le ayuda con lastareas y está pendiente de todo lo que necesita. El padre, que vive en Colombia, devez en cuando va a visitarlo; ante la insistencia de la abuela para que hablara máscon su madre cuando ella lo llama, el niño empezó a hacerlo; esto se le dificultabaporque era con su abuela con quien se sentía más cercano, como vemos en esterelato: Él vive muy pendiente de mí, “mamita, ya se tomó las pastas; mamita, ya seentró al baño; vaya al médico”, él vive pendiente; a mí me da tristeza: yo sé que yo nole voy a durar mucho después de que él se vaya (llanto), pero ese es el destino del niño(Susana).Tal vez por la sensación que tiene Susana de no durarle mucho al niño o porque estánplaneando la reunificación familiar, es que ella trata de propiciar acercamientosentre él y Mabel: trata de explicarle los motivos por los que su madre se fue, incita ala madre a que sea cariñosa y reafirma en él constantemente el amor por su madre,le hace ver lo que ella le da y el papá no.Susana asume el cuidado del niño como su misión, se encarga de los permisos y administrael dinero que envía Mabel. Aunque afirma consultarle todo a ella, la abuelaes la que decide sobre los castigos; la función de la madre en la distancia, ademásdel soporte económico, es aconsejar al niño y decirle que se porte bien. Así describeSusana los castigos para el niño: el castigo de él es: usted no va donde su papá ni tiene208


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónsalida el domingo, no sale a Ciclovía 42 , usted se portó mal y si se sigue portando así pierdetodo. Para Susana, lo más difícil de todo el proceso ha sido hacer el papel de mamáporque su nieto la cuestiona acerca del amor de su madre y lo que esta sintió cuandose enteró de que estaba embarazada de él. Esto último nos permite observar uno delos impactos más importantes de la migración de padres y/o madres sobre los hijos:la sensación de abandono que experimentan.¿El amor que dan las abuelas a sus nietos puede ayudar a subsanar en parte estasensación por una madre que se va y los deja “solos”? Para Regina, abuela-cuidadora,no hay cómo reemplazar a la madre, pero sí se le puede dar al niño mucho amor eintentar mantener ciertas rutinas a las que el niño estaba acostumbrado con su madrepara hacer más llevadera su ausencia.Miguel Ángel, el nieto de Regina, tan sólo tiene tres años; su abuela está empeñadaen la idea de mantener presente la imagen de su madre, por eso le habla de ella, lerecuerda cuánto lo ama y hasta le ha enseñado a decir el nombre del país donde ellase encuentra. No obstante estos esfuerzos, a la hija de Regina, que no cuenta con elapoyo del papá del niño, le inquieta que sus padres no le devuelvan la custodia desu hijo cuando ella vuelva. Decidió cederla a sus padres antes de viajar a España, portemor de que el padre del niño se lo quitara aduciendo abandono; sus padres hanasegurado que le devolverán la custodia cuando retorne a Colombia: Ella me dice:“cuando yo regrese, ¿ustedes me van a dar la custodia del niño?”, y yo “pues sí, porqueel niño es tuyo solamente; nosotros lo estamos cuidando, pero nosotros no te vamos aquitar el niño” (Regina).Beatriz decidió dejar a su hijo en Colombia porque en España no habría conseguidoquién se lo cuidara y porque sus padres siempre han estado con él; consideró que dejarloera por su bien, consultó con sus padres y ellos accedieron, apoyándola en todo eincluso ofrecieron encargarse de los gastos del niño los primeros meses mientras ellase organizaba, pero ella desde el primer mes empezó a enviar dinero.Esa responsabilidad, además de económica, involucra todas las decisiones que se tomancon respecto al niño. Es por ello que a Beatriz le consultan todo: los momentosen que puede ver a los abuelos paternos, al padre, las salidas, las compras, y estohace que Beatriz, refiriéndose a sus padres, afirme: puedo confiar plenamente en ellos.En las decisiones más inmediatas, es la abuela-cuidadora quien tiene la palabra. En42La Ciclovía bogotana es un espacio lúdico que se conquistó a favor del uso del tiempo libre, la recreacióny el deporte, por donde usualmente circulan automotores. (…) Su infraestructura permite que cerca deun millón (1’000.000) de usuarios salgan de manera segura de sus casas a practicar diferentes tipos deactividad física. Tomado de: http://www.idrd.gov.co/www/section-27.jsp.209


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>el tema de la autoridad, al niño no lo regañan ni la cuidadora ni la madre migrante;esta última afirma que siempre conversan con él y le dicen las cosas, pero todo condiálogo y amor.La confianza que Beatriz tiene en su madre resulta ser un gran peso para Regina,quien siente mucha responsabilidad hacia su nieto, considera que el cambio másgrande para su familia está relacionado con el miedo a que le pase algo al niño y poreso lo sobreprotege hasta el punto de sentir que lo asfixia:Siento mucha responsabilidad con el bebé, me da miedo que le pase algo, pues porque de prontoella va a decir: “mi mamá no está pendiente”. Siempre trato de que al niño no me le pasenada, pero ella dice: “si le pasa cualquier cosa mami, le pasa así yo esté o no esté y yo sé quetú lo cuidas mucho y que ustedes lo quieren mucho”, pero siento demasiada responsabilidadcon él (…) siento a veces que asfixio al niño, que no lo dejo hacer lo que él quiere hacer.Aunque la relación con los abuelos paternos no es muy buena, Beatriz da instruccionesa su madre para que les permita ver al niño aunque con restricciones; todo lorelacionado con ese tema se le consulta a la migrante. Desde que ella se fue, la familiatrata de no mostrarse triste frente al niño e intentan mantenerle la misma rutina anteriora la migración para que le sea más fácil lidiar con la ausencia. También tratan dehacerle más llevadera a Beatriz su separación del niño: todas las semanas se le sacanfotos al niño y se le mandan fotos semanales; siempre se sacan fotos el lunes, el martes elhermano las descarga y ella tiene fotos semanales de su hijo (Regina).4.3. CAMBIOS EN LAS RELACIONES DE PAREJAEl fuego original y primordial, la sexualidad, levanta la llama roja del erotismo y ésta,a su vez, sostiene y alza otra llama, azul y trémula: la del amor.Erotismo y amor: la llama doble de la vida(Oc ta v i o Pa z, citado en Corona y Rodríguez 2000: 49).Uno tiene que mirar hacia delante y llevarse alguien de la manoo que alguien lo lleve a uno, ir cuerpo a cuerpo(Ed ua r d o, migrante en España).Parejas que permanecen juntas, se separan, vuelven a unirse, solteros y solteras quese enamoran…. No cabe duda de que la migración tiene un impacto sustancial en lareconfiguración de la relación de pareja y en la transformación de los sentimientos.En este sentido, pretendemos explorar cómo la migración transnacional afecta la formaen que se construyen, deconstruyen y reconstruyen historias de amor; es decir, se210


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migracióntrata de observar cómo la pareja está atrapada, en el proceso migratorio, por la tensiónexistente entre las ambiciones individuales de cumplir con las metas que se hanesbozado al migrar y el deseo de entablar o seguir edificando un proyecto conjuntoimpregnado por el sentimiento de amor romántico. Por tanto, estudiar la relación depareja implica superar la representación hegemónica de familia nuclear como resultantede un matrimonio eclesiástico (Roca, 2007: 439) para reubicar la mirada bajouna perspectiva de género, que contribuye a desentrañar las relaciones de poder ydesigualdad que atraviesan la relación amorosa, y que pueden llegar a ser profundamentemodificadas en la experiencia de la migración (Gregorio, 1998).Cuando se habla de pareja, es preponderante tener en mente el carácter dinámicode este concepto, marcado por “la coexistencia de pulsiones contradictorias que tienenque ver con el ideal de amor romántico, con la oposición de los sexos, la lógicade la individualización y el deseo de seguridad ante la incertidumbre” (Gutiérrez,2002: 64). En efecto, este “cuerpo en movimiento” puede conocer varios “estadosde tensión y relajación” (Ibíd.) que cohabiten, se opongan o se sobrepongan el unoal otro. Lo anterior por cuanto cada miembro de la pareja, o aun cada contrayente 43de la relación amorosa, tiene una mirada particular sobre su relación con el otro. Enotras palabras, cada miembro de la pareja siente, vive, imagina e idealiza la relaciónamorosa de manera distinta, pues los motivos y las pulsiones por estar con la personaamada son particulares a cada individuo. En pocas palabras, la pareja puedeestar sumida, en un momento inicial o duradero en el tiempo, en un sentimiento deamor romántico, entendido como “un encuentro de espíritus que se complementany encuentran el equilibrio y la reciprocidad en el otro” (Ibíd.); en otros casos, podríacontemplarse como una “unión de opuestos, y como opresión del yo”, momento en elque se da “(…) el paso de la complementariedad entres seres a la oposición de ellos,y el refuerzo de la individualidad del yo frente a la opresión del nosotros” (Ibíd.:65); y, finalmente, existen parejas que buscan un “reequilibrio interno” en el sentidode “(…) buscar la igualdad dentro de la desigualdad, el hacer que lo dispar sea par,que las condiciones y expectativas… diferenciales de unos y otros sean percibidas, endefinitiva, como equilibradas” (Ibíd.).Hemos subrayado el carácter subjetivo de la relación de pareja puesto que cada quienconcibe de manera distinta la relación con el otro u otra de acuerdo a la posiciónsocial, racial y de género de cada cual, así como a las expectativas que cada personadepositó originariamente en la relación amorosa. De la misma manera, y aún más enel contexto migratorio, el proyecto de construcción individual del yo puede entrar43Se puede asimilar la relación de pareja, y en particular el matrimonio, a una suerte de contrato social enel sentido de Rousseau, en el cual se pactan tácitamente las obligaciones y deberes de cada uno de amar,respetar, y se definen los límites de la esfera de acción del otro.211


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>en conflicto con el proyecto conjunto de un amor trasfronterizo o reconstruido en ellugar de destino. Dicho argumento cobra particular fuerza en el carácter moderno (opostmoderno) de la sociedad occidental, en donde reina el individualismo como consecuenciade una profunda mutación del sistema de valores (Dumont, 1999).La tarea de plasmar y analizar en unos pocos acápites trayectorias de vida complejas deparejas que migraron o donde uno de los dos miembros se quedó, es muy ardua, ya queninguna experiencia individual es similar a la otra, aunque se puede tratar de destacarciertos patrones comunes recurrentes. Por dicha razón, a continuación estudiaremoscuatro relaciones de pareja que enfatizan, a su manera, diversos tipos de cambio en laestructura de la relación amorosa o en su conformación durante el camino migratorio.Estas historias de vida son las de Guillermo, que mantiene una relación sólida con supareja –Soledad–; Francisco, que se separó de su esposa –Fabiola– tras su llegada aEspaña; Angélica, que logró reconstruir la relación con su novio –César– en el lugarde destino, tras la migración de éste último, aunque la relación no alcanzó a estabilizarse;finalmente, Beatriz, que emprendió una relación amorosa “virtual” estandoen Colombia y decidió migrar para reunirse con su pareja pero que, sin embargo,está decidida a permanecer en el país de destino en caso de que esta relación serompa.El amor romántico transnacionalGuillermo, tras 17 años de matrimonio con Soledad, migró en condición de refugiadoa España por amenazas a su vida en Colombia. Antes de la separación, ya su relaciónera armoniosa, puesto que cuando le tocaba movilizarse en el interior del país porviajes cortos, ella le decía: mi amor, ¡vente! que tú sabes que a mí no me gusta estarsola (Soledad).Está agradecido de tener una mujer fuerte que puede lidiar sola con las responsabilidadesdel hogar en Colombia, aunque en las comunicaciones ella le manifiesta lomucho que le hace falta. Si bien ambos admiten que son momentos difíciles de vivir,reconocen en la comunicación constante un ámbito para darse ánimos 44 y Guillermoexpresa que mantienen una relación muy bonita de charla. En estos espacios comunicativos,la pareja hace planes para el futuro, como el ideal de envejecer juntos, y reiterael sentimiento de amor idílico 45 , esta sensación paradisíaca de sentir que el amor44Véase el capítulo 3, donde se ahonda en el tema de la relación comunicativa de la pareja transnacional.45Históricamente, este tipo de amor, conocido como amor romántico, “(…) -surge- en Occidente a finesdel siglo XVII, como una reacción frente a los matrimonios pactados de la Europa premoderna, y formaparte del imaginario de liberación individual (…) Es también el «primer amor» que nos libera del dominiofamiliar” (Gutiérrez 2002: 64-65).212


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónse sale de las dimensiones temporales, como si los sentimientos estuvieran flotandopor encima de los espacios y de los tiempos; en otras palabras, sentir que son el unopara el otro y para siempre, como se expresa en las siguientes palabras de Soledad:Le digo: mi amor, tú no sabes que anoche tuve frío y me hiciste mucha falta, y él me dice:tú también me haces mucha falta (…) a veces me dice: “mi amor, me siento tan solo, mesiento muy solo”, yo le digo: mi amor, no vayas a creer..., que yo también (Soledad).Si bien han mantenido una relación constante y estable, caracterizada por el acto deextrañar y el deseo de amar, la migración, en este caso, no hizo más que reconfigurarlas formas en que se expresan el cariño mutuo, desplazándolas de la cotidianidad delhogar a la dimensión tempo-espacial de la comunicación transnacional, en donde selogra hacer convivir la presencia de los sentimientos con la ausencia de los cuerpos.Sin embargo, no todos y todas las migrantes sostienen una relación tan “equilibrada”y apasionada como la de Guillermo y Soledad, ya que si bien se logra cierta estabilidad,en muchos casos, perduran temores como el de la infidelidad; empero, logranmatizar este miedo al confiar en que se alcanzarán las metas, en particular, la de reunificaciónde la pareja. En todo caso, la separación siempre es vivida como una etapadolorosa y la fuerza del amor que reina en la pareja es la que logra curar, en parte,con más o menos éxito, este sufrimiento latente.¿La migración transnacional o el camino tortuoso de la relación amorosa?Al migrar a otro país, existe la posibilidad y el riesgo de que se termine la relación depareja, como en el caso de Francisco y Fabiola. Su historia resalta de alguna manerael momento de la “desidealización” amorosa, a la vez causa y consecuencia de la migración,por cuanto el proyecto individual de migrar por motivos económicos primósobre la relación amorosa, aunque se haya planificado e intentado primeramente lareunificación familiar. Relatan que su relación sufrió altibajos debido a la distancia,al fomentar el alejamiento de dos almas que se pensaron, en algún momento, comogemelas. Asimismo, en la relación de Francisco con su esposa Fabiola, el envío deremesas económicas contribuyó a este distanciamiento puesto que él se decepcionómucho al darse cuenta de que tenía que asumir solo la economía del hogar.Después de cinco años en España, volvió a Colombia y acordó con su esposa no seguircomo pareja, ya que la relación se había degradado paulatinamente y pasó deser “amorosa” a solamente “amistosa”, o mejor dicho, de dos conocidos que ya nose reconocían como enamorados. Así, lo ilustra el relato de Fabiola: Cuando vino, nohubo como un acercamiento; había siempre como una pared, nos mirábamos como dosextraños, nos sentíamos extraños, él ya estaba diferente y yo estaba diferente, yo ya nolo reconocía (Fabiola).213


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>En España, emprendió una nueva relación con una española aunque reconoce quefue difícil amoldarse a lo que describe como formas peculiares de amar que se danallá, por lo que expresa: Yo estuve con una española aquí y también me acostumbré aese manejo, para mí son así, es que hasta pa’ ser cariñosas no son, son déspotas también,eso nos agarrábamos que parecía que nos fuéramos a matar, y luego, en un momentico,contentos (Francisco).En pocas palabras, la migración, en algunos casos, desentroniza la idea de amorromántico, con una expectativa de continuidad, aunque este último pueda verse reforzadocomo lo enfatiza la historia de Guillermo y Soledad, para sustituirla por lade un “amor confluente” en palabras de Giddens (1995: 63), a saber, un amor quese deshace tanto del principio de eternidad como de la institución legal matrimonialpara articularse en torno a criterios eróticos, de acuerdo con las emociones inmediatasy el proyecto de vida compartido en ese momento.La difícil tarea de reconstruir el amor en otro lugarEl caso de Angélica y César es particularmente interesante, pues el motivo predominanteen la decisión de migrar que ella tomó fue el amor; un amor asfixiado por sumadre, debido a que César era quince años mayor. Así lo narra Angélica:(…) desde un comienzo (…) en Colombia fue horrible, me perseguía hasta el trabajo, memantenía pero a milésimas (llanto), y yo le decía: “mamá, pero déjame en paz con César,déjame que si me equivoco soy yo, ya aprenderé, no te tienes que meter, déjame que soy yo”,pero ella no, ella me decía: “es que vas a sufrir, vas a sufrir”.Es interesante observar aquí cómo desde un principio César fue para ella una “bombonade oxígeno” para liberarse de la opresión (o sobreprotección) maternal: Césarfue también como una persona que me salvó de ese infierno que vivía; para mí, él fuecomo la luz que me hizo respirar, para mí él fue todo, me hizo ver las cosas diferentes, élquería que yo fuera feliz (Angélica).Pero esta liberación, según ella, únicamente podía realizarse plenamente a través deun proceso de distanciamiento con su madre. Atemorizada por las posibles represaliasy críticas de esta última, no habló con nadie de su elección, excepto con César.Su familia se enteró de su viaje a España tras haber llegado allá. Al mes, César viajóa España, donde pudieron reunirse. No obstante, la decisión de viajar fue aceleraday motivada por la noticia del embarazo de Angélica y, sobre todo, por el duelo deperder a su bebé, como lo cuenta César: Cuando llegó, se dio cuenta que estaba embarazada,y en ese proceso perdió el bebé; entonces se sentía muy sola; yo le dije: “buenolisto, yo me voy, no lo pienso más, me voy” (César).214


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónSegún César, la estancia en España con su novia era provisoria y esperaban una mejoríade las relaciones de Angélica con su familia para devolverse. Aunque se fueronquedando, para Angélica la presión familiar seguía igual de fuerte que en Colombia,acoso que terminó separando a la pareja, como ella lo describe:Sufría mucho porque mi madre me decía: “mira, tú con ese señor, que no se qué”, todo eltiempo estaba dándole con César y vivíamos una tortura con él cada momento, de lo másbonito pasamos a lo más horrible (…) la verdad es que a veces los padres influyen muchoy en este caso mi mamá influyó mucho, tanto que yo, imagínate, dejé a César queriéndolomucho (Angélica).Separarse fue muy duro para ambos, pues Angélica afirma que fue el amor de su vida,y él narra que tras la ruptura: (…) me sentía muy frustrado, me sentía muy, muy frustrado,porque era una vida como vacía, como fuera de sentido, fuera de lugar, podía estarhaciendo cuarenta grados de temperatura, el sol radiante, y para mí siempre estaba enotoño, siempre oscuro, siempre tenía frío (César).No obstante, Angélica pudo establecer una nueva relación, ahora tiene un hijo y siguesiendo amiga de César. Si bien el caso de esta pareja es bastante particular porquela presión familiar impidió el desarrollo armonioso de la vida amorosa, las parejasque viajan juntas o vuelven a encontrarse en el lugar de destino ven, muy a menudo,afectada su relación.“Migrante por amor” y mujer empoderadaLa experiencia de Beatriz reflejaría una tendencia existente desde hace más de dosdécadas dentro de la migración transnacional, conocida como “migrantes de amor”(“love migrants”, Riaño, 2003, citado en Rizzo, 2007) o “migrante[s] por amor”(Roca, 2007: 436). El fenómeno, cada vez más expandido, en el que parejas <strong>transnacionales</strong>mantienen virtualmente una relación y deciden dejarlo todo atrás paraseguir los pasos de su amor –en su mayoría mujeres que abandonan su lugar deorigen para vivir al lado de su marido– debe comprenderse en el marco de lo quese denomina la “transnacionalización de la intimidad” (King, 2002, citado en Roca,2007: 436), aspecto posibilitado, como se ha mencionado a lo largo de este trabajo,por el proceso de comunicación virtual que ha modificado intrínsecamente la relacióntempo-espacial y el campo de lo posible que resulta de esta (Giddens, 2002).Volviendo a la historia de Beatriz, aunque al principio su novio fue muy atento conella, ya que le enseñó a movilizarse y vivieron una suerte de idilio durante los dos primerosmeses de su estadía en España, ella considera que la relación ha sido muy difícil,como lo refleja su testimonio: Estar acá, desde el primer día convivir con alguien,215


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>que igual por internet era una cosa distinta a ya conocer acá cómo es, a lavar, a hacercomo la ama de casa, entonces ya como que no me veía en eso (Beatriz).Asimismo, su relación sufre de falta de privacidad puesto que cohabita con la familiade él, y se siente poco apoyada por su novio cuando hablan entre ellos de su familia,lo cual fomenta su sentimiento de “abandono” y soledad. Por dicha razón, piensa quesi la relación llega a terminarse, ella seguirá adelante con su proyecto migratorio.La historia de Beatriz pone de relieve expectativas distintas en cuanto a las relacionesde género, porque ella aspiraba a desarrollarse en distintos campos, y posiblementeél esperaba que ella fuera una buena ama de casa. Además, ella encontró un modelode familia patriarcal en el lugar de destino. Asimismo, la biografía que ella traza desí misma permite conocer a una mujer empoderada, que busca desafiar estructuras tradicionalesde dominación, las de la “dominación masculina” en palabras de Bourdieu(2000). En este sentido, Beatriz, de alguna manera, pone en jaque el esquema tradicionalu antiguo de migración en el que “la mujer tenía un rol pasivo migrando detrásdel hombre proveedor” (Rizzo, 2007) puesto que apunta a continuar con sus metassin importar los factores externos, como los de la relación de pareja.Algunas reflexiones generales sobre la pareja en el proceso de la migracióntransnacionalComo pudimos entreverlo a lo largo de esta parte, hablar de pareja nos remite a lanegociación entre tres ámbitos: lo privado 46 , lo doméstico 47 y lo público 48 (Gutiérrez,2002: 63). Independientemente de que exista un contexto migratorio o no, y talvez más en el primer caso, se debe mirar la forma que reviste el poder dentro de larelación amorosa y cómo se va transformando a medida que van evolucionando larelación de pareja y los sentimientos, la situación socioeconómica, el número de hijosa cargo o no, y el cumplimiento de las expectativas depositadas en el amor romántico.En este sentido, una mirada desde una óptica de género nos permite iluminar y haceremerger lo oculto de cada historia de vida explorada; en efecto, es difícil hablar de lapareja en la migración transnacional como si fuese un prototipo, en tanto tratamos46Gutiérrez engloba en el espacio de lo privado “las actitudes que tienen que ver con sí mismo y con elotro, y que hacen de la interacción privada un vínculo que no se limita a los sujetos, sino una relación endonde la situación laboral, educativa o anímica de sus miembros, además del género, la clase social, laedad, tienen mucho que decir” (Gutiérrez 2002: 63).47Como lo doméstico, se entiende “todo lo que queda dentro del hogar y con la ejecución, organización ysatisfacción de necesidades familiares” (Ibíd.).48Lo público se refiere a “todo lo que queda fuera de ambos espacios, y que corresponde con la representaciónen sociedad a través del trabajo, las expresiones políticas, las relaciones sociales…” (Ibíd.).216


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migracióncon narrativas en las que los flujos y reflujos del amor abordan caminos distintos ymúltiples.Además, en “(…) la relación de pareja se encuentra todo un entramado de posibilidades,trayectorias, limitaciones e instituciones que encauzan el propio camino de lanegociación” (Ibíd.: 66). Empero, se podría destacar, a la luz de los casos estudiados,los cambios en las posiciones de género de cada uno en la relación de pareja, puestoque la migración transnacional tiende a trastornar, de acuerdo con las condicionesestructurales encontradas en el lugar de destino, los roles y las posiciones de géneroasignadas “tradicionalmente” a cada uno.Finalmente, de manera más general, las historias de vida examinadas resaltan la imperantenecesidad del ser humano de amar, por lo que el amor es un “vínculo social”(Corona y Rodríguez, 2000), es decir, un nexo indispensable que nos hace existircomo seres sociales. El amor es un pilar de nuestra vida, por cuanto es un mecanismoesencial para relacionarse con el “otro”, pilar que los y las migrantes asumen comopreponderante para su estabilidad aunque, en ciertos momentos, la soledad puedaresultar el espacio más idóneo para reencontrarse consigo mismo y seguir avanzandoen lo que se ha emprendido. En fin, el amor podría describirse como la “fuente de unaamplia producción comunicativa en el orden de la vida cotidiana y social” (Corona yRodríguez, 2000: 49).4.4. Reorganizaciones familiares en torno al trabajo doméstico<strong>Las</strong> reorganizaciones familiares para el trabajo doméstico, al igual que la mayoría delos aspectos abordados en este capítulo, están supeditadas a las dinámicas propias decada familia antes y después de la migración de uno de sus miembros. Es por ello quenos tropezamos con diversidad de situaciones en las que generalmente los y las migrantesen España, así como sus parientes en origen, deben amoldarse a los cambiosen la distribución del trabajo doméstico.4.4.1. Distribución del trabajo doméstico antes de la migraciónPara algunas mujeres, migrar a España no constituyó un cambio significativo con relacióna labores domésticas ya que, cuando eran cabezas de familia, solían realizar lamayor parte de las mismas. Además afirmaron saber realizar los oficios ya que fuerondepositarias del conocimiento transmitido por sus madres, como Andrea, quien a pesarde reconocerse desordenada, admitió saber hacer los oficios y estar acostumbradaa compartir las labores domésticas con su familia; Sara, que ayudaba solamente217


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>cuando quería pero sabía hacer las cosas; y Sonia y Norma quienes se encargaban delhogar mientras sus madres trabajaban. Para Lucía, esto también era algo cotidiano,como nos lo relata su madre: era mi mano derecha. En esa época, todo el trabajo queme mandaban tenía que recibirlo. Me hacía todos los oficios: de pegar las telas, de planchar...,ella aprendió a filetear y me ayudaba a mí y a la tía (Nadia).No obstante lo anterior, algunas mujeres reconocieron no estar acostumbradas a estaslabores, puesto que en sus hogares de origen contaban con una persona que se encargabade ellas, ya fuera porque trabajaban, como ocurría con Camila y Ana, porque sehubieran criado con una empleada que se encargaba de todo, en el caso de Ivonne, oporque sus madres no les exigían colaboración, prefiriendo encargarse ellas de estastareas. Este último caso es el de Beatriz quien, aunque tiene un hijo, dejaba la cargade los oficios del hogar a su madre y abuela, quienes siempre lo han hecho todo.En el caso de algunos hombres casados, afirmaron ser muy colaboradores y compartircon sus parejas las responsabilidades del hogar, entre las que puede mencionarse eltrabajo doméstico, como ocurría con Guillermo, quien junto a su esposa se encargabadel hogar y de los hijos e hijas. También se pueden compartir responsabilidades participandoconjuntamente en los gastos de contratar a una persona para que realiceestas labores.Aquellos migrantes que provienen de <strong>familias</strong> en las que las mujeres son las encargadasdel trabajo doméstico, fueron los que más expresaron haber experimentado cambios,porque tuvieron que aprender a hacer lo que en sus hogares en el país de origenconsideraban de manera natural como labor de las mujeres de sus <strong>familias</strong>, ya fueranesposas, madres y/o hermanas. Sin embargo, algunos manifestaron estar acostumbradosa colaborar en días especiales o realizar labores tradicionalmente delegadas alos hombres, como las distintas reparaciones en la vivienda y/o electrodomésticos.Otros hombres opinan que la carga del hogar debe ser compartida por todos losmiembros de la familia, sin tener en cuenta el género. De este modo, Fernando afirma,refiriéndose a sí mismo: era muy bueno para hacer oficio. La mayor preocupaciónde este migrante cuando vivía con su familia en Colombia era ayudarle a su madrepara que no tuviera que llegar cansada de trabajar a ocuparse de las labores domésticas,y dice que por eso le encanta la cocina.4.4.2. “Me tocó hacer de todo…”La llegada a España no tiene solamente un impacto fundamental en la distribución delas labores domésticas -aunque cuando son parejas las que migran existe una fuerte218


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónpropensión a que las mujeres sigan a cargo del cuidado del hogar-, sino también encierta tendencia a la reformulación de los roles y, sobre todo, de las identidades degénero. En este sentido, muchos hombres que han migrado reconocen que han tenidoque enfrentarse a labores del hogar que no realizaban en Colombia o que hacían conpoca frecuencia. Así lo ilustran dos relatos:Lo de la comida aquí, como estuve mucho tiempo solo, entonces cocinaba las cosas, hacíami arrocito, mis garbanzos con orejita de cerdo, mis papitas chorreadas bogotanas, me lasingeniaba y cocinaba para dos días; como comía una sola vez al día, pues no me daba muyduro. Lo de la ropa, acabo de dañar varias prendas, aprendí que había que separar lo azuldel blanco y el color del blanco, que había que echarle suavizante a la ropa porque la planchano pasaba y si pasaba, dejaba arrugado. Aprendí que no había que planchar los bluyinescon quiebre por el centro, si no a lo ancho, porque tampoco eso de vivir con la ropa sucia(…) No puedo vivir dentro y que el piso esté sucio; entonces tocó: que la cerita, como hacíanmis hermanas en mi casa y pasarles la mopa para sacar un poquito de brillo, y después deque hacía todo eso me sentía como bien, me bañaba el cuerpo, me ponía a ver televisión yme sentía bien. No fue duro, es cuestión de uno querer estar bien (Iván); Aquí ha tocado pa’todo, todo lo que necesitas te toca: si quieres unos calcetines limpios tienes que lavarlos, siquieres ropa limpia hay que lavarla, plancharla, comprarla, todo (Arturo).Con relación a lo anterior, se destaca todo el proceso de aprendizaje al cual debensometerse ciertos migrantes para llevar a cabo las actividades necesarias de mantenimientodel espacio de vida en España, condición indispensable para sentirse cómodoen el lugar de destino. Este es también el caso de Adolfo quien, cuando estaba viviendosolo, tuvo que hacer un curso de culinaria porque no logró adaptarse a la comidaespañola. No obstante, los migrantes varones consideran como una etapa importanteel hacerse cargo de las cosas del hogar que, aunque difícil, es gratificante y positivaen su proceso migratorio, por cuanto han ganado independencia, como lo expresanalgunos migrantes:Eso le ayuda a uno porque lo va formando, uno está muy acostumbrado a que le van haciendotodo, “esto ya está aquí lavado, planchado y todo eso”, pero todo el proceso se lo hasaltado; eso ha sido positivo porque hubo un tiempo que estuve viviendo solo y tuve que cocinarporque o si no me moría de hambre (Fabián); Aprendía a ser independiente, cosa queno era en Colombia, o sea, dependía mucho de ella, de cómo lo crían a uno, y aquí aprendía ser independiente, a cocinar, a hacer mis cosas, y ya (…) (Eduardo).Los hombres no son los únicos que deben lidiar con los cambios generados en la reparticiónde las labores domesticas tras la migración, también las mujeres. En efecto,dichas actividades solían ser distribuidas entre todos los miembros del hogar en Colombiao, en otros casos, algunas gozaban de la posibilidad de delegar este trabajo auna empleada doméstica, como lo refleja la experiencia de Camila, quien nos cuentaque le tocó, como ella dice, encargarme de mi propia vida para poder sobrevivir; acá219


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>he tenido que aprender a lavar, a tender ropa, a hacer una cama, porque realmente esaspequeñas cositas no las sé hacer.Mientras tanto el esposo de esta migrante, en Colombia, no ha sentido un aumento enla carga de las labores domésticas ya que sigue contando con la persona que les ayudabaantes de la migración; además, afirma que por su crianza sabe hacer las laboresdomésticas. Asimismo, Pablo y su esposa, tuvieron que empezar en España a encargarsedel trabajo doméstico porque ya no podían pagarle a una persona para que lescolaborara en eso y dicen que se han dado cuenta de lo difícil que es. Han tenido quecompartir la carga económica y las labores domésticas, éstas últimas dependiendo dequién tenga el tiempo de hacerlo en el momento.Es importante señalar igualmente que la migración, en lugar de llevar a una redistribuciónde los oficios del hogar más equitativa entre hombre y mujer, puede conducira una sobrecarga para la mujer, que debe asumir tanto los papeles de productora –laactividad económica a través de un trabajo asalariado– como de reproductora –laeconomía del hogar y del cuidado–. Este es el caso de Ana, quien al estar sola en Españadebe desempeñar ambos roles.Finalmente, al compartir áreas comunes con otras personas o al convivir con otrosen un mismo espacio, el trabajo doméstico es repartido entre los que cohabitan en elmismo lugar. Si bien los y las migrantes ven en ello un medio para mantener un lugaragradable donde vivir, reconocen en su carácter rutinario y en su obligatoriedad unacarga con la cual no siempre es fácil lidiar pero con la que se debe cumplir. Lo muestraperfectamente el caso de Irene, quien nos cuenta su experiencia de lo cotidiano enEspaña a través de lo difícil que puede resultar la convivencia:Tenemos horarios o días: cada ocho días tiene que lavar una el baño y la cocina, entoncesahí estamos programadas; y pues lo mismo la lavadora, toca hasta que termine una de lavarpues sigue la otra y sigue la otra. (…) para colgar, a veces se llena mucho y a veces hay problemasque para colgar la ropa, o sea, siempre hay como esa incomodidad.Empero, los y las que han logrado cierta estabilidad económica, como Sara, ya no percibentanto las labores domésticas como un asunto problemático, pues han logradodescargarse de estas, gracias a las comodidades que puede ofrecer una lavadora, unasecadora o aun el consumo de comidas precocidas, comunes en España.En pocas palabras, la migración genera una reformulación de las tareas asignadas acada uno dentro del cuidado del hogar, tanto al asumir individualmente, luego de lamigración, trabajos que antes eran compartidos por varios miembros de la familia,así como la nueva repartición del trabajo doméstico tras la ida de un hijo, una hija,220


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónun padre o una madre. Lo anterior plantea nuevos retos y desafíos en las trayectoriasde vida de cada uno, que al ser superados producen, en algunas de las personasque colaboraron con nuestro estudio, la sensación de haber madurado. Asimismo, segenera una resignificación o una consolidación de las posiciones de género de cadaindividuo, proceso que va a la par con la reconfiguración de las relaciones de poderdentro de la pareja y de la familia transnacional.4.5. Conclusiones<strong>Las</strong> relaciones entre padres, madres, hijos, hijas y parejas dependen del rol que hatenido el o la migrante dentro de su familia y, a partir de este rol, se forjan las interaccionesposteriores a la migración, la manera en que son asumidos los cambios,los tipos de vínculos que se crean y la forma en que se participa de la dinámicafamiliar.Los cambios que experimentan las relaciones entre padres/madres e hijos/hijas cuandoson estos últimos los que migran, están permeados por los sentimientos que surgenhacia los familiares a raíz del distanciamiento, y que hace que los y las migrantesvaloren más el lugar que estas personas ocupan en sus vidas. Esto influye en que, engran parte de los casos, las relaciones se vuelvan más estrechas, debido a la nostalgiaque produce evocar lo que no se aprovechó cuando se estaba cerca. Otros relatos nospermitieron observar que las tensiones existentes antes de la migración no logransuperarse, mientras que los desacuerdos que surgen en la distancia se resuelven conmayor facilidad. Por otro lado, un pequeño grupo de migrantes afirmó no haber experimentadocambios en sus relaciones familiares y consideran que siguen siendo las<strong>familias</strong> unidas de siempre.Cuando se trata de un padre o una madre migrante, las relaciones dependen deltipo de unión marital que mantenía la pareja, lo cual incide sobre los vínculos quelogran establecer con su prole. Sin embargo, en todos los casos, antes de la migraciónlos padres y madres compartían frecuentemente con sus hijos e hijas actividadesde esparcimiento y recreación, lo que les brindaba la posibilidad de estrecharsus lazos. Después de la migración, identificamos una serie de diferencias en laforma de relacionarse con los hijos e hijas, dependiendo de si existía una relaciónmarital estable, eran madres solteras o padres separados. Resaltamos, como aspectogeneral, que en un número considerable de relatos, después de la migraciónlas relaciones experimentan distanciamiento, debido a que el progenitor tiende aasociarse a la imagen de proveeduría, debilitándose así la identificación paternaly maternal existente entre ellos y su prole, mientras que esta se fortalece con elcuidador o cuidadora.221


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Los arreglos para el cuidado de los hijos e hijas en Colombia son una parte fundamentalde todo el proceso migratorio. El éxito o fracaso de los mismos proporcionaa los y las migrantes, ya sea la tranquilidad que necesitan, o bien se convierten entema de preocupación y constantes dolores de cabeza. Los lazos familiares del o de lacuidadora con el/la migrante, no garantizan buenas relaciones entre ellos ni un buendesempeño de las labores de cuidado para todos los casos. De esto se desprende quemientras algunas relaciones son armoniosas, optan por el diálogo y gozan del vistobueno de migrantes, cuidadores o cuidadoras e hijos/hijas, otras están colmadas dedificultades, problemas, desacuerdos e insatisfacción para la mayoría de los implicadosen el proceso.No obstante, cuando el/la cuidador(a) es el miembro de la pareja que permaneceen el país de origen, las prácticas en torno al cuidado suelen ser consensuadas, brindándoletranquilidad a el/la migrante. La relación de hijos e hijas con los padres omadres migrantes depende en buena medida de la forma como la esposa cuidadorau otra, les transmite una imagen y fortalece una relación con quien migró, a pesar dela distancia.En cuanto a las parejas, cuando viajan juntas o vuelven a encontrarse en el lugar dedestino, con frecuencia su relación se ve afectada ya que se enfrentan a realidadessocioeconómicas y culturales distintas a las del lugar de partida, que impactan sobrela forma en que se lleva la relación y las emociones fuertes se descargan mediantepeleas. Así, se trastornan las expectativas que se habían generado al emprender elviaje migratorio de uno o ambos miembros de la pareja.Igualmente, la migración transnacional tiende a transformar los roles de género ylas relaciones de poder dentro de la pareja, lo cual puede afectar, para bien o paramal, la convivencia. La separación, aunque difícil, no implica una ruptura en todoslos casos, ya que el surgimiento de nuevas estrategias para expresar los afectos ymantener vivo el lazo conyugal es otra manera de mantener las relaciones en ladistancia.Finalmente, la reconfiguración del trabajo doméstico puede ser descrita desde dosaspectos: por un lado, los cambios para las <strong>familias</strong> que quedan en Colombia, quienescoincidieron en afirmar que no han sido drásticos ya que, la mayoría de las veces, lapersona que quedó en origen solía realizar gran parte de las labores, u obtuvo ayudade otros miembros del hogar, por lo que se repartieron lo que antes realizaba el/lamigrante.Por el contrario, el cambio radical ocurre es en el caso de los y las migrantes, quienesdeben asumir en el país de destino las labores que antes no acostumbraban, lo cual222


El antes y el después de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>. Cambios a partir de la migraciónprovoca retos en su proceso de incorporación y una dependencia comunicativa inicialcon el país de origen, ya que necesitan que alguien les oriente sobre la manerade ejecutar las labores y de ocuparse de sí mismos/mismas. Superada esta etapa,experimentan una sensación de satisfacción y madurez. En un reducido número decasos, los y las migrantes consideraron que no había mayores cambios, puesto quecontinúan realizando en España las mismas labores que en Colombia.223


224<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>


Conclusiones(…) una cosa es lo que sabes y otra cosa es lo que te dicta el corazón,son choques entre lo que tienes que hacer y lo que el corazón te dice,porque eso es otra cosa (…)(Lu c í a)¿Cómo comprender el exilio de millones de personas que cada año dejan su lugarde origen con el fin de cumplir metas que abarcan tanto proyectos individuales comolos de todo un grupo familiar, en una época caracterizada por la globalización dondesupuestamente todo se mueve de manera acelerada? Reconociendo los constantescambios generados por la globalización, en esta investigación nos inclinamos poruna óptica transnacional a fin de poner de relieve que las dinámicas en juego dentrode cualquier proceso migratorio no pueden ceñirse únicamente a aspectos económicos,políticos y sociales, son también afectos y emociones inscritos en una dimensióndiferente a los criterios normativos de medición que enmarcan los flujos humanosinternacionales, los intercambios económicos, tecnológicos y comunicativos. De estamanera, cuando los sentimientos irrumpen en el marco analítico de la migración internacional,tenemos un panorama totalmente distinto de esta, ya que se sacan a laluz procesos pluridimensionales cuyas trayectorias no son necesariamente paralelasa las de una economía y un mundo globalizados, sino muchas veces tangentes, desviantese incluso opuestas.Por tanto, el acercarnos a las transformaciones de las <strong>familias</strong> dentro del contexto dela migración internacional nos permite resaltar el hecho de que los flujos humanosse acompañan de variados procesos de reconfiguración de las dimensiones socioeconómicasy culturales entre los países y dentro de estos mismos, al ser la movilidadhumana un elemento dinamizador de dichas transformaciones y reestructuraciones.Es así que en este estudio tratamos de visualizar la migración a partir de la tensiónexistente entre los ideales narrados, compartidos e imaginados en torno a la promesade un bienestar futuro, causa de la movilidad humana, y las trabas y obstáculos a225


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>los que se enfrentan los y las migrantes así como sus familiares en la vivencia de sucotidianidad, ya sea por dificultades económicas, por la incertidumbre que ronda suporvenir, especialmente cuando se encuentran en situación irregular o de refugio, oaun por los retos y sufrimientos que causa el amar en la distancia.En este sentido, entendemos la migración como un proceso en el cual predominanlas ambivalencias, y la forma en que estas últimas aparecen en la modificación y elreajuste de la estructura familiar de acuerdo con los vínculos económicos, culturales,simbólicos y afectivos que se dan entre origen y destino. Aunado a lo anterior, la migracióninternacional aparece atravesada por la disyuntiva entre el deseo de lograrciertos objetivos, en especial de naturaleza económica, y el ideal de una familia unida;por tanto, la idea de un futuro mejor se halla atrapada en un dilema en donde setratan de hacer confluir, armoniosamente, los motivos económicos con los familiares.Igualmente, es importante aclarar que no podemos resumir este trabajo como unasimple dicotomía entre lo individual y lo colectivo ya que, en la mayoría de los casosanalizados, estas dimensiones se sobreponen la una a la otra y se van re-conformandoa medida que ocurren cambios en uno de estos dos ámbitos.Como hemos visto a lo largo de este análisis, la decisión de migrar no incumbe solamentea la voluntad de una persona sino que responde a menudo a una reflexióndel grupo familiar y está intrínsecamente atada a un ideal de progreso; es decir, losy las migrantes buscan esquivar la amenaza real o imaginaria del estancamientoeconómico en Colombia proyectando sus expectativas de éxito y movilidad socialascendente en el lugar de destino: España, percibido como territorio lleno de oportunidades.En este sentido, la migración no sólo constituye el desplazamiento humano de unlugar a otro sino también una transferencia de sentidos y emociones que cobran viday se reestructuran en un espacio que, por ser transnacional, sobresale de los marcosde los Estados-nación, y se viabilizan mediante los intercambios comunicativos que sedan entre el o la migrante y su familia. Por dicha razón, la migración internacional esmucho más compleja que el cambio de lugar, ya que puede implicar la construcciónde territorios en otros lugares diferentes a los de origen, cuando se crean “islotesnacionales de bienestar y tranquilidad” –comunidades de colombianos y <strong>colombianas</strong>en España–, portadores de sentidos y significados, como estrategia para enfrentar losretos que plantea el proceso migratorio y, en particular, el sentimiento de desarraigo.En este contexto nos preguntamos, ¿cómo se llevan a cabo los procesos de organizacióny asociación de los colombianos y <strong>colombianas</strong> en España?, ¿qué imágenestienen los colombianos y <strong>colombianas</strong> en el país receptor unos de otros?, inquietudesque podrían ser abordadas en posteriores estudios.226


ConclusionesCabe señalar aquí que subsiste una idealización de la migración, alimentada inclusopor los mismos migrantes cuando regresan a sus países, quienes participan enla “construcción de 'imaginarios geográficos' acerca de los países de destino” (Reisty Riaño 2008: 303); empero, esta “migración soñada” entra a menudo en choquecon la experiencia cotidiana del vivir en otro país, lejos de los suyos. En suma, lamigración internacional aparece como una página en blanco siempre reescrita endonde se plasman sobre el papel todos los sueños y anhelos del futuro que vienen aser relativizados por las dificultades y fracasos del presente y, a su vez, nuevamentemodificados por las narrativas que circulan en el ámbito de la familia transnacionaly fuera de esta. Por tanto, las expectativas, al ser perpetuamente reinventadas, seconvierten en un motor potente para que la familia transnacional siga adelante conel proyecto migratorio.El hecho de que la migración vaya produciendo una serie de ideas, discursos y percepcionesdiversas y dinámicas, en tanto se van reforzando, matizando o desbaratandoa través de los relatos, rumores y experiencias que se narran en los ámbitosprivado-familiar y público-mediático, nos invitan a analizar, de manera paralela,la mirada que los y las migrantes proyectan sobre sí mismos(as) y el país. En otraspalabras, una problemática por ahondar es la de comprender: ¿cómo la migracióntransnacional transforma, especialmente en los y las migrantes, los contornos delos imaginarios individuales y colectivos? Asimismo, ¿en qué medida los y las migrantesvan mirando con “otros ojos” la situación de su propio país? y, si este esel caso, ¿cuáles son los factores que inciden en la transformación del sentimientopatrio?Consideramos que cualquier trabajo que busque abordar la problemática migratoriasólo en sus dimensiones “macro-estructural” –como flujos de personas, dados porcontextos socioeconómicos nacionales particulares– y “técnico-instrumental” –comomovilidad humana facilitada por el progreso de los medios de transporte y el incrementovertiginoso de redes planetarias–, dejando de lado la manera como se construyeny reconstruyen las subjetividades dentro del proceso migratorio, caería en lafalacia de ver solamente la punta del iceberg o, dicho de otro modo, observar solo unade las facetas de la migración internacional. Es así que sostenemos que la migraciónno es sólo un acto condicionado por ciertas circunstancias que empujarían a personasa dejar su pasado atrás con el fin de emprender una nueva vida en otro lugar, en algunoscasos también puede ser motivada por el deseo. A la par, comprende un procesode construcción de significados y de redefinición de las identidades y roles, aunque enel contexto macro-social de ciertos países sumergidos en la violencia, como en el casode Colombia, la migración de algunas personas se vuelve una condición necesariapara la preservación de su derecho a la vida.227


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Los condicionantes de la migración son muy disímiles de una familia a otra y deun individuo a otro, por lo que los proyectos y motivos particulares no pueden describirsede manera uniforme. Sin embargo, como aludimos anteriormente, existenrasgos comunes en las narrativas analizadas en esta investigación, como la búsquedaconstante de una vida mejor, por lo cual el éxodo aparece para los y las migrantes,como un medio para superarse y poder hacer tangibles las expectativas y sueños queel grupo familiar depositó en él o ella. La migración, pese a que no sea la única vía,se vuelve entonces un campo de posibles, una herramienta atractiva para lograr lasmetas planteadas por el o la migrante y su familia.En pocas palabras, la decisión de migrar es compleja ya que responde a factores delpasado y presente, propios de cada persona y familia, así como a esperanzas compartidasde futuro; por esta razón, no se puede simplificar a una ecuación racional dondese suman los beneficios esperados y se restan los costos anticipados. Igualmente, losplanes imaginados para la migración raramente se asemejan a las realidades vividas;en todo caso, los retos que tiene que enfrentar la familia transnacional, desde el momentode la toma de decisión, son múltiples, y los cambios, si bien pueden parecermínimos, afectan a sus miembros en ámbitos tan distintos como los económicos, sociales,culturales o aún psicológicos y afectivos.Al evocar la idea de la migración en sus diversas etapas, desde la toma de decisiónhasta la incorporación en la sociedad de destino y más allá, las representacionesrecurrentes para enfatizar la existencia de múltiples lazos, dentro del grupo familiary fuera de este, que hacen posible la realización del proyecto migratorio son las deuna “telaraña de redes migratorias” (Juliano, s/f) o aun de una serie de “cadenas yredes migratorias” (Pedone, 2003). Mediante estas expresiones, se trata de vislumbrarla multiplicidad y diversidad de los actores que intervienen dentro del procesomigratorio en el que su actor principal, el o la migrante, aparece solamente como uneslabón entre tantos, como el elemento de una red que lo supera y que no siemprelogra dimensionarse. Así, interesarnos por las redes y cadenas migratorias, especialmentelas redes familiares que, para nuestro caso, cumplen un papel central, nospermite conocer el sutil juego de interconexiones y ramificaciones que se establecenentre los individuos insertos en dicho proceso para asumir las distintas etapas que locomponen.Si comparamos la estructura familiar con una malla gigante en la que sus miembrosse encuentran unidos por el complejo entrelazamiento de hilos, solamente esta redse mantiene activa por los vínculos que se construyen y fortalecen entre cada uno enorigen y destino, frutos del afecto que comparten, la comunicación que mantieneny las remesas que intercambian. En fin, permanecen como vínculos por el esfuerzocotidiano y constante de unir existencias geográficamente distantes.228


ConclusionesEn este sentido, concebimos la familia como un grupo social en el que se generandiversas relaciones de amores y desamores que nos unen. Es así que la familia existecomo tal por la voluntad de construir y re-construir permanentemente vínculos, tareaaún más ardua cuando se trata de un grupo transnacional. La idea de la familia unidasurge a través de los relatos como una representación social central, que dinamiza losvínculos emocionales, económicos y comunicativos de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>,y alimenta otras prácticas y concepciones durante todo el proceso migratorio. <strong>Las</strong>concepciones acerca de la unidad familiar generan sentimientos gratificantes, pero ala vez acentúan los duelos, los convierten en continuos, abren y mantienen vivas lasheridas y, posiblemente, predisponen contra la integración y el compartir con otraspersonas en el país de destino. Precisamente, este sentimiento de desarraigo y vacíoemocional que lleva consigo el o la migrante al pisar tierra ajena lo invita a vivificarlos lazos afectivos que mantiene con su familia; de la misma manera, en muchos casos,la migración contribuye a valorar positivamente a los que no están compartiendoel día a día con uno tanto en destino como en origen.Es en la distancia que brotan las emociones, la necesidad de amar y sentirse amadoy el deseo profundo de compartir tiempo y espacio con los seres queridos, hecho quecon frecuencia no se manifestaba en Colombia, por lo que los afectos estaban escondidosen una cierta rutina de lo cotidiano o tendían a desaparecer paulatinamente conel pasar de los años. Los y las migrantes, así como sus familiares, experimentan unapérdida ambigua (Falicov, 2002) que está intrínsecamente ligada a la ruptura que seda entre las dimensiones temporales y espaciales, en tanto que el afecto ya no estátan atado a un espacio geográfico como a un tiempo común: las horas fijadas para losencuentros comunicativos, la fecha tan esperada de un pronto regreso, los días en losque la soledad y la tristeza golpean la puerta de sus vidas tanto allá como acá, y eltiempo que desfila interminablemente, pero tan lentamente a la vez, y les hace añorara la persona amada. Por ende, reforzar los lazos afectivos contribuye a luchar contraesta sensación de pérdida que puede afectar a los y las migrantes y sus familiares, lespermite sentir que a pesar de no ocupar físicamente un espacio en sus vidas, estánpermanentemente en sus pensamientos.Por ende, los sentimientos de amar y extrañar cobran vida gracias a los intercambioscomunicativos que se dan entre origen y destino; así, a través del internet y del teléfono,las emociones no se ven tan restringidas por las distancias que los separan, fluyenconstantemente en una nueva dimensión tempo-espacial, a cualquier hora del día ode la noche cuando surge la necesidad de compartir ideas, pensamientos, sentimientosy dudas. <strong>Las</strong> tecnologías usadas para mantenerse comunicados posibilitan presenciasvirtuales pese a las ausencias físicas; es decir, logran volver concreto, aunquesea por unos minutos o unas horas, el deseo de estar allá a pesar de permanecer acá.Pero, si bien a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación229


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>surgen nuevas formas para mantener las relaciones interpersonales, como son losencuentros virtuales cara a cara a miles de kilómetros de distancia, pueden generaruna cierta frustración y fomentar la melancolía al sentirse tan cerca pero a la vez tanlejos, al poder ver y escuchar pero no abrazar.Además, es importante señalar que estos encuentros comunicativos no siempre sonun fiel espejo de lo que vive la persona al otro lado del océano; los temas tratados, lafrecuencia de los encuentros, así como la selección de la información son indicadoresde lo que se quiere dejar saber o no de la propia vida. En otras palabras, el juego sutilentre lo develado y lo oculto durante el proceso migratorio nos ayuda a entender lasmodalidades, a la vez novedosas, cambiantes y a veces contradictorias, que revistela familia transnacional. Finalmente, no se comunica solamente mediante palabras:las fotos, los videos o aun ciertos objetos son poderosos medios para transmitir sentimientosy emociones.En el mismo sentido, las remesas son mucho más que una donación o transferencia entérminos monetarios; se constituyen en formas de expresar el afecto y el amor ya quecristalizan una preocupación por el bienestar del otro, su presente y futuro. A la vez,y, de alguna manera, pueden leerse como un medio usado por el o la migrante paradestacar los aspectos exitosos de su migración, para hacer ver que hoy en día se cosechanlos beneficios del esfuerzo compartido a menudo por todo un grupo familiar. Noobstante, si priman las preocupaciones por asegurar mejores condiciones económicasy de vida a los familiares, no se debe olvidar también que las remesas desembocan enuna reestructuración compleja del ajedrez familiar e incluso, digámoslo así, del ordenjerárquico de la familia, los roles asignados a cada uno y las formas de representarsea sí mismo(a) y a los otros dentro de la estructura familiar.En fin, que sean económicas o de otro tipo, las remesas hacen parte de una economíade los símbolos y sentidos, e incluso de una economía del poder que contribuye, enel caso analizado, a modificar a su manera, retomando el aporte sociológico de Elias(2004), los lazos de dependencia recíproca entre las personas.Finalmente, un interés subyacente a toda esta investigación y que queda plasmadocon particular énfasis en el cuarto capítulo es el de entender los movimientos, dinámicasy transformaciones que operan en la familia dentro del marco de la migracióninternacional. Aclaramos que familia y hogar no son sinónimos ya que, dentro delcontexto migratorio, la familia se estructura y articula en torno a hogares situadosen varios lugares que cumplen funciones distintas, similares y/o compartidas dentrodel ámbito familiar. Con relación a lo anterior, pudimos observar, contrastando elantes y el después de la migración, cómo se van reconformando las relaciones entrepadres, madres y su prole de acuerdo con el rol que cumple el migrante dentro de230


Conclusionesla familia; además, abordamos las reconfiguraciones que se dan en las relaciones depareja. Asimismo analizamos cómo se va esbozando un nuevo paisaje familiar en elque se redefinen los roles de género y generación asignados a cada uno, la proveeduría,el cuidado de los miembros de la familia, la forma en que se aplican las normasy la autoridad a los hijos e hijas que permanecen en el país de origen, y el trabajodoméstico.Acercarnos a las transformaciones familiares desde una óptica de género nos ayudóa “desenhebrar” los juegos de poder que impactan las relaciones familiares; asimismo,fue también una manera de superar los esquemas de pensamiento en los quese sigue reproduciendo una división de las funciones y roles según el género. Esasí que la migración se acompaña de nuevos deberes y obligaciones para quienes,por ejemplo, deben enfrentar solos o solas el cuidado de los hijos e hijas cuando lapareja ha migrado, o aun hijos e hijas que tienen que asumir desde muy jóvenes lasriendas del hogar, entre múltiples efectos que surgen tras la partida de un miembrodel grupo familiar.Precisamente, visualizar que los roles no son fijos en el tiempo y según los espacios,que los hombres pueden asumir papeles tradicionalmente atribuidos a la mujer yviceversa, es participar, de alguna manera, en la construcción de una sociedad másjusta en términos de igualdad de género. De esta forma, como seres humanos creadoresde sentidos, los hombres, al igual que las mujeres, sufren por no poder compartircon sus hijos e hijas y no estar ahí para participar físicamente en la edificación de supresente.De manera general, las relaciones interpersonales e intrafamiliares que emergen dentrodel proceso migratorio son tan diversas y propensas a evolucionar que sería erróneoproponer un bosquejo capaz de resumir todas las transformaciones familiaresque ocurren, ya que estas últimas no son impactadas solamente por lo que sucedeen el núcleo familiar sino que se ven constantemente reconfiguradas por los cambiosestructurales, de orden económico, social y cultural, que se dan a su alrededor, a nivellocal y global. En efecto, las dimensiones que influyen en las dinámicas familiaressuperan ampliamente el mero ámbito familiar, aunque debemos reconocer que lasideas y los sentimientos que emanan de sus miembros son los principales agentes delas transformaciones de la familia transnacional.A la par, reubicar la migración internacional bajo la mirada de la familia transnacionala través del caso de colombianos y <strong>colombianas</strong> en España nos permitió describirla movilidad humana en sus dimensiones concretas, la de la realidad de algunos colombianosy sus <strong>familias</strong> que luchan, en lo cotidiano, por nutrir el ideal de una familiaunida, trabajan para el cumplimiento de sus sueños, reconfigurando, sin saberlo, por231


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>medio de estrategias novedosas para tejer y fortalecer vínculos, la idea tradicional defamilia que tenemos anclada en nuestros esquemas mentales.Migración y familia son dimensiones históricas que no pueden ser eludidas del campoanalítico de las ciencias sociales y son más que nunca necesarias para comprender lasdinámicas de nuestro mundo contemporáneo, ya que apelan tanto a la construcciónsubjetiva e identitaria de hombres y mujeres como a procesos estructurales socioeconómicosy culturales tan diversos, como son los contextos locales y globales, la formaen que la migración internacional participa en la redefinición de las fronteras de losEstados-nación y los imaginarios sobre la otredad, los impactos culturales que tienela migración al fomentar el proceso de construcción de sociedades multiculturalesy pluriétnicas, etc. En pocas palabras, como lo argumentamos en este trabajo, es eneste juego de tensiones y ambivalencias, ubicadas en el corazón de la migración, quese encuentra la clave para comprender el fenómeno migratorio como una realidadsocial en la que se escriben a diario historias de vida, las de los y las migrantes y sus<strong>familias</strong>, y se dibujan sueños de bienestar.232


RecomendacionesLa movilidad constante y creciente de personas a nivel global reconfigura las formasde organización social y saca a la luz nuevos modos de aprehender las relacionesinter-humanas, como es el caso de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>, las cuales replanteanincesantemente los espacios y mecanismos a través de los cuales se construyen y reconstruyensus vínculos en el vivir transnacional. En este sentido, hablar de la familiaen el contexto de la migración internacional, desafía la idealización de las formasfamiliares tradicionales, enraizadas en un imaginario colectivo, que concibe que susmiembros residen permanentemente en un mismo hogar, y articuladas a las figurasde padre, madre e hijo/hija –lo que tradicionalmente se ha llamado familia nuclear–.Asimismo, la migración internacional de alguno de sus miembros altera la formacomo se establecen sus vínculos en medio de la distancia, la distribución del cuidado,los roles de género, formas de comunicación, expresiones afectivas y funciones deproveeduría.En Colombia, como en América Latina, los grupos familiares cumplen unas funcionesindispensables para la formación de las nuevas generaciones, la reproducción de lafuerza de trabajo, la protección y desarrollo de sus miembros, por lo que merecenser incluidos en la formulación de políticas sociales. Compartimos en este sentido loplanteado por Arriagada (2002: 144), quien afirma:La familia como institución compleja y dinámica enfrenta otra paradoja. Por una parte,es refugio y apoyo frente a las condiciones cambiantes y que generan inseguridad enel mundo laboral (desempleo, bajos salarios); de la salud (drogadicción, enfermedady muerte); de la educación (exclusión) y de la violencia (delictual). Al mismo tiempo,las modificaciones de las <strong>familias</strong> en el tiempo y el efecto que provocan en ellas tantolas tensiones externas como las relaciones en su propio seno pueden activar fuentes importantesde inseguridad interna, como cambios de estado civil (separación, divorcio),migraciones y violencia intrafamiliar. Desde esta perspectiva, la familia es muy vulnerablea las crisis, aunque a la vez constituye la institución más socorrida de protecciónfrente a ellas.233


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>En efecto, el gobierno colombiano a través de su aparato institucional, las entidadesinvolucradas en el tema de la migración, como las fundaciones o las ONG, así comocada una de nosotras y nosotros debemos interiorizar y responder a las transformacionesde la familia, por lo que compartimos con Jelin (2005: 70) que, en la medidaen que logremos esto es “(…) que se van a poder encontrar caminos para revertirdesigualdades y promover la equidad en el bienestar social. De esta manera, se podrámaximizar el efecto de la política, se podrán ampliar los rangos de libertad humana(…)”. En el caso de las <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong> sería conveniente incluir, en las propuestasde política migratoria en curso, acciones de apoyo dirigidas a los familiaresque permanecen en Colombia.En este contexto, “(…) las políticas públicas son un factor determinante paracontribuir y humanizar la migración, y crear las condiciones que facilitenuna convivencia planetaria que siente las bases de una ciudadanía universal”(Gómez, 2008: 15). Para esto, las políticas, planes, programas y proyectos dirigidosa atender los impactos de la migración deben articularse con las agendaspolíticas de cada país, tomar en cuenta los tratados internacionales, unir esfuerzoscon las comunidades <strong>colombianas</strong> que están en el exterior (Orduz, 2004),hacer visibles a los diferentes actores que viven el proceso migratorio, es decir,a los y las migrantes y sus familiares en origen, e involucrar distintos criterios yámbitos como el académico, estatal, público y privado. Esto alude a la necesidadde reconocer que la migración internacional tiene impactos tanto en el país deorigen como de destino, por lo que las acciones en torno a la misma implican unaresponsabilidad compartida.“Sobre política migratoria, se ha venido hablando en Colombia en distintos momentosy bajo distintas circunstancias históricas pero buena parte de los planteamientoshan quedado en el vacío, o no ha habido suficiente fuerza para llevarlos a efecto”(Díaz, 2008: 46). Actualmente, el gobierno colombiano a través del Programa ColombiaNos Une, del Ministerio de Relaciones Exteriores, adelanta la formulaciónde los lineamientos de la Política Integral de Migraciones –PIM–. Según el Ministeriode Relaciones Exteriores, se ha hecho una amplia consulta de divulgación de laspropuestas ante la comunidad internacional y se ha trabajado con el DepartamentoNacional de Planeación con la expectativa de que sea recogida y aprobada en undocumento del Consejo Nacional de Política Económica y Social –CONPES–. Estoimplica pensar en una transformación sustancial del papel del Estado colombianocon respecto a los fenómenos migratorios, que apunte a un trabajo activo frente aeste tema.234


RecomendacionesEn estos lineamientos 49 se proponían, como objetivos generales de la PIM: insertarla problemática de los fenómenos migratorios dentro de una perspectiva socioeconómica,cuyo fin sería reducir las desigualdades estructurales; observar los fenómenosgenerados por las migraciones como un aspecto inherente a la política exterior y elrespeto de los derechos humanos; y entender la dinámica migratoria como un mecanismopara fortalecer el capital social en un contexto en el que la gobernabilidad delEstado y la participación de los ciudadanos se base en la confianza mutua.No podemos afirmar que estos objetivos guiarán el documento final de la políticamigratoria, puesto que continúan en debate y, a la fecha de este estudio, no se hadivulgado un documento oficial; sin embargo, consideramos importante traerlos acolación para reconocer los esfuerzos del gobierno colombiano y otros actores porvisualizar y atender los impactos del fenómeno migratorio sobre la población.No obstante, pese a que estos lineamientos se basan en un enfoque integral, reconocenla complejidad del fenómeno y apuntan a la reivindicación de los derechoshumanos, consideramos que, en general, en los ejercicios de planeación con relacióna la migración, los efectos que tiene esta sobre las <strong>familias</strong> son poco abordados enlos documentos de política y no se tocan como objeto de la misma, por lo que proponemosque se debería conferir relevancia a este aspecto. En Colombia el crecimientoacelerado del fenómeno migratorio podría ser una de las razones para explicar la incipienteplaneación en torno al tema y sus diferentes impactos. Sin embargo, se deberíatambién a que en nuestro contexto la migración aún no ha sido concebida como unproblema social que afecta a una parte considerable de la población, sin distinción deraza, género, edad, estrato social y/o lugar de procedencia.En efecto, la interpretación de la migración desde el enfoque transnacional plantearetos a nivel de la acción y la investigación; sin negar la existencia de diversas accionesdirigidas a la población migrante y sus <strong>familias</strong> en Colombia; en concordancia conel planteamiento de Petit (2003: 6), consideramos que la migración como fenómenosocial es más rápida “(…) que la respuesta institucional. Así, los desafíos anterioresdemoran en encontrar adecuada respuesta de las políticas sociales públicas de losrespectivos países en que ocurren”.Teniendo en cuenta que la formulación de una política pública migratoria requiere delargos procesos de negociación y coordinación entre distintos estamentos, así como la49Durante el año 2008, se organizaron grupos de discusión en los cuales participaron diversos actores involucradosen el tema migratorio, entre quienes circuló un borrador de estos lineamientos, que se elaboraronen el marco de una consultoría contratada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, al Centro de EstudiosSociales –CES– de la Universidad Nacional de Colombia.235


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>búsqueda de recursos para implementar las acciones correspondientes, es importantepensar en acciones que puedan ejecutarse a corto plazo, sin considerar que estas sonsuficientes para enfrentar los impactos de la migración, por lo que la necesidad de unproceso riguroso de planeación en torno a ellos debería estar siempre en la agendapública del país, como ocurre en la actualidad.En cuanto a las acciones a corto plazo, deben estar orientadas a la divulgación, sensibilización,atención y apoyo, y capacitación. Proponemos que, aunque estas debantener en cuenta las situaciones y necesidades particulares de cada grupo poblacional,involucren en algunos a toda la sociedad. En este nivel macro-social, se debe pensaren un trabajo conjunto entre los medios de comunicación y los distintos estamentosque trabajan el tema, encaminado a visibilizar la migración, más allá de un hecho quecontribuye al crecimiento económico del país y al sostenimiento de algunos gruposfamiliares, como un fenómeno que tiene otros impactos sobre la sociedad y en especialen las <strong>familias</strong>.No obstante, hacer visible el fenómeno no detendrá la migración, pero le brindaráa los y las potenciales migrantes y sus familiares la posibilidad de conocer y tomardecisiones con la debida información, y ayudará a que la sociedad tome conciencia delas implicaciones que tiene la migración internacional. Es así como la ampliación delos canales de divulgación y la socialización y utilización de estos de manera eficaz,se convierte en uno de los principales ejes de acción sobre el que se debe trabajar.Además de difundir la información y utilizarla como uno de los mecanismos de sensibilizacióngeneral frente al tema, se hace necesario descentralizarla, es decir, evitarque se concentre en un solo actor o en un grupo de actores relacionados con el temamigratorio, con el fin de que llegue a quienes realmente la necesitan.Igualmente, a nivel micro-social, en el caso de las acciones diferenciadas por grupopoblacional, consideramos que se debe proveer información precisa a quienes deseanmigrar, esto incluye proporcionar datos reales acerca del costo de vida, los efectos quetiene el estatus migratorio en cada proceso de adaptación, y los servicios y apoyos alos que pueden acceder dependiendo de cada contexto. Lo anterior implica no soloun proceso de información previa sino de orientación y asesoría para quien lo solicite.Adicionalmente, las instituciones vinculadas a la migración, en especial aquellas quela promueven, deben dar mayor claridad a los y las migrantes acerca de cuáles seránsus condiciones salariales y de vida una vez se radiquen en el país de destino, paraque tengan pleno conocimiento de las condiciones que tendrán que afrontar y evitarasí que se sientan engañados.Para subsanar esto, planteamos como una estrategia, la obligatoriedad de que losy las futuras migrantes asistan a un taller de orientación específico sobre cada uno236


Recomendacionesde los destinos, de carácter gratuito, en el que se aborden, entre otros aspectos, lascuestiones jurídicas relacionadas con la migración, las funciones consulares, los retosde adaptación al país receptor, el tema de los lazos <strong>transnacionales</strong> y los impactos enla dinámica familiar, tras del cual se obtendría un certificado que sería requisito indispensable,solicitado en las embajadas, para solicitar cualquier tipo de visa. Aunqueeste tipo de talleres ya están siendo realizados por ONGs que trabajan con el tema,sería conveniente que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, en cooperacióncon estas entidades, se uniera a estas iniciativas.Además, en los talleres se debería enfatizar en las diferencias entre el estatus de migranteregular o irregular, subrayando este último, ya que es una realidad difícil deidentificar de manera previa, y tiende a generar tensiones en los países receptores,que buscan endurecer su política migratoria a fin de solventar el incremento de migrantescon estatus irregular, vistos como problema y amenaza siempre latente. Es asíque, si bien existen políticas migratorias coherentes o que tienden a serlo entre paísesde origen y de destino en torno a la migración regular, aún encontramos vacíos conrespecto a la migración irregular que deben ser explorados y atendidos.Sin embargo, los y las migrantes no son los únicos que en el nivel micro-social requiereninformación clara y precisa sobre los retos que les plantea la decisión de migrar;sus familiares, también necesitan acceder a este tipo de información, y a accionesdirigidas a atender los efectos que experimentan después de la partida de sus seresqueridos, que se manifiestan de manera diferenciada en cada uno de sus miembros,de acuerdo con la edad y el género.Teniendo en cuenta estas particularidades, expondremos a continuación algunos delos posibles ejes en torno a los cuales se podrían abordar los impactos que tiene lamigración sobre los familiares que permanecen en el país de origen, ya sea que setrate de niños, niñas y/o adolescentes que deben afrontar la partida de uno o ambosprogenitores, quedando al cuidado de otros parientes o en ocasiones velando porsí mismos; madres que quedan a cargo del hogar y el cuidado de los hijos e hijas;padres que deben afrontar transformaciones en su rol como consecuencia de la migraciónde la madre; progenitores de diferentes edades que quedan solos anhelandoconstantemente la compañía de sus hijos e hijas que migraron y afrontando impactosemocionales; o bien de cónyuges y /o compañeros(as) permanentes que quedan en elpaís de origen.En los casos en que se aborden los efectos de la migración sobre los niños, niñasy/o adolescentes, es necesario pensar las intervenciones desde dos ámbitos. En unprimer momento, cualquiera de las acciones emprendidas no cobraría fuerza sin queanteriormente se realice una implicación activa de diferentes entidades públicas y237


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>privadas que trabajen con esta población, incluyendo a las instituciones educativas.Éstas deberían promover la realización de talleres de sensibilización frente a la migración,dirigidos tanto a sus funcionarios como a los maestros y consejeros educativos,con el fin de reflexionar en torno a la situación y la participación de niños, niñas y/oadolescentes en el proceso migratorio, no como sujetos pasivos, sino más bien comoactores centrales y sujetos de derechos.Una vez capacitadas las personas que trabajarían con esta población, tendrían lasherramientas para realizar varias actividades destinadas a niños, niñas y/o adolescentes,apoyadas conjuntamente por el Ministerio de Educación, el de RelacionesExteriores y el de Protección Social, a través del Instituto Colombiano de BienestarFamiliar -ICBF-, así como por otras entidades que ya se encuentran trabajando en eltema migratorio. Pensamos en la difusión de documentales en los centros educativossobre el rol jugado por la prole en la partida y durante la ausencia de uno o ambosprogenitores; además, sugerimos la distribución de historietas, en las cuales un padreo una madre hubiera migrado y cuyo héroe fuera un niño, niña o adolescente.De esta forma, consideramos que se crearía un camino para permitirles elaborar procesosde identificación a partir de estas actividades, con el fin de facilitar, posteriormente,un diálogo acerca de sus sentimientos y expectativas con respecto a lamigración de uno o ambos padres. Paralelamente, dichas acciones llevarían a unacomprensión del proceso tanto por parte de los menores de edad que lo viven comopor quienes los rodean y comparten su interacción cotidiana, luchando así contra losestereotipos y formas de discriminación que circulan en este medio hacia quienesestán separados de la convivencia física con uno o ambos padres.A la par, cuando se trata de niños, niñas y/o adolescentes se debe apuntar a la construcciónde vínculos entre ellos y ellas y sus cuidadores, de manera que se garanticeuna relación basada en el respeto, la confianza y el cariño, sin sustituir las figurasmaterna y/o paterna, con el fin de identificar y prevenir situaciones que pongan enriesgo el bienestar de los menores. Como mostramos a lo largo de este estudio, si bienen la mayoría de los casos las prácticas del cuidado funcionan de manera efectiva,cordial, participativa y vinculante de los padres y madres que están en el exterior,en otros se pueden presentar conflictos por incomprensión, abusos de autoridad odesacuerdos a causa del uso de las remesas destinadas al cuidado, lo que afecta a losniños, niñas y adolescentes.También convendría crear canales de intercambio cultural, con el fin de que niños, niñasy/o adolescentes conozcan, se acerquen, y descubran profundamente la realidadhistórica, cultural y social del país donde viven sus padres y/o madres, para fortalecery estrechar los vínculos comunicativos y afectivos. Lo anterior podría concretarse me-238


Recomendacionesdiante encuentros virtuales entre escuelas del lugar de destino y de origen, a travésde los cuales los niños, niñas y/o adolescentes en Colombia, como lo hemos señaladoanteriormente, se sentirían implicados de manera más cercana en la trayectoria escogidapor sus padres y/o madres.La separación entre un padre o una madre y su prole casi siempre genera sentimientosde dolor y tristeza y produce sensación de pérdida emocional, o por lo menos nodeja indiferente a nadie. Es así que consideramos conveniente la puesta en marchade un proceso a través del cual los que se preparan para el hecho migratorio podríantomar conciencia de sus implicaciones tanto en su dimensión psicoafectiva, en particularel cuidado de los hijos e hijas y los cambios en su crianza, como en lo que serefiere a la nueva economía que se establecerá en el hogar. Esta tarea no deberíalimitarse al solo ámbito reflexivo, como son los talleres, sino extenderse a grupos deacción compuestos por trabajadores(as) sociales, psicólogos(as) y/u otros profesionales,que contribuirían a facilitar la reorganización familiar y a aliviar el peso querecae sobre quienes se quedan.De manera general, queremos llamar la atención sobre el hecho de que las entidadesgubernamentales y no gubernamentales, así como los medios de comunicación,deben evitar juicios de valor y estereotipos que generalicen los motivos de la migracióny responsabilicen a quienes optaron por ella, de los efectos que tiene sobre susfamiliares, ya que así se fomentan sentimientos de culpa en los/las migrantes. Estesentimiento de culpa pueden experimentarlo especialmente las mujeres que vivenuna maternidad transnacional y que, con frecuencia, ya se sienten agobiadas por eldolor de la separación, lo que puede generar un sentimiento de impotencia al darsecuenta del tiempo perdido y de las transformaciones ocurridas en sus hijos e hijastras el hecho migratorio. De esta forma, se espera que tanto los y las migrantes comosus familiares, eviten la búsqueda de responsables y comprendan que la migraciónresponde a un contexto social peculiar y no simplemente a una motivación individual,ya que generalmente obedece a fines de bienestar colectivo, en este caso el del grupofamiliar.En el país de destino, reconocemos en la acción colectiva un poderoso medio a travésdel cual las mujeres pueden hacer oír sus voces ante la sociedad civil receptora, compartirsus temores, sentir que no son las únicas que afrontan retos en su cotidianidadde inmigrantes y lograr una mejora de sus condiciones como migrantes, mujeres yciudadanas. Al conocer sus necesidades y deseos, se podría conseguir el desarrollode centros de orientación y ayuda, así como una mayor y más eficiente utilizaciónde éstos. También habría que pugnar por un acceso más libre y equitativo a los mediosde comunicación, a fin de fomentar la interacción comunicativa con sus hijos ehijas.239


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>Por otra parte, los progenitores de diferentes edades que quedan solos en Colombiadespués de la migración de sus hijos e hijas, no cuentan a veces con otras redes deapoyo que contribuyan con su cuidado, especialmente cuando son adultos mayores.Esto significa un reto para las políticas públicas en este campo, que merecen un abordajedesde la mirada de la protección y el cuidado. Al igual que en los casos citadosanteriormente, la creación de grupos de apoyo, en los que conversen acerca de sussentimientos, puede conllevar efectos beneficiosos que alivien los impactos emocionalesocasionados por la partida de su prole.Además, en los casos en que estos impactos tengan manifestaciones agudas, sería pertinentela vinculación del sector salud para atenderlas. Es decir, las entidades que ofrezcanestos talleres podrían tener convenios con instituciones médicas y/o profesionalesde la salud, que favorezcan el acceso a una atención oportuna tanto para las personasque están afiliadas al régimen contributivo o subsidiado, como para quienes no lo están;para este último caso, los convenios deberían apuntar a la financiación o reducciónde los costos de atención, ya que el bienestar mental y emocional de las personas puedeconsiderarse como la antecámara de su bienestar físico. Cuando estos convenios se dificultenpor diferentes motivos, las entidades encargadas de los talleres deberían suplirestas necesidades mediante los psicólogos o psiquiatras con los que cuentan.Si amar de por sí lleva a extrañar la presencia del otro, este sentimiento de añoranzase ve incrementado por la separación física entre los miembros de la pareja cuandouno de los dos migra, por lo que la relación puede verse afectada no sólo por el alejamiento,sino también por la dificultad de enfrentar solo o sola los obstáculos de lavida diaria. En este sentido, sensibilizar a la pareja acerca de los impactos generadospor la migración es prepararla para un futuro en el que, si bien aún estén atados porlos lazos del amor, deben encarar con valentía el devenir cotidiano. Además, se debenbuscar los mecanismos para que puedan mantener y fortalecer los vínculos comunicoafectivos,instrumento esencial para lidiar con los duelos provocados en unos y otrospor la separación.Para dar a conocer los grupos de apoyo y/o talleres, la información podría difundirsea través de entidades gubernamentales, tableros informativos de las embajadas, mediosde comunicación, agencias de viajes, casas de cambio, parroquias, institucioneseducativas, centros de salud, sistemas de transporte masivo, terminales de transporte,entre otros. Estas campañas cobrarán particular fuerza y eficacia siempre y cuandola sociedad civil tome conciencia de la dimensión de los flujos migratorios y de susimpactos en la vida de las <strong>familias</strong>.Además de estos grupos se requiere que distintas instituciones se comprometan abrindar acceso y asesoría a todas las personas que, teniendo parientes en el extranje-240


Recomendacionesro, necesiten fortalecer y/o aprender el manejo de las nuevas tecnologías de la informacióny la comunicación, con el fin de favorecer la permanencia y re-construcciónde los vínculos entre las <strong>familias</strong> en la distancia.Aunado al trabajo realizado con cada grupo poblacional, resaltamos que el papeldesempeñado por las redes sociales y familiares es clave en el proceso migratorio,en la medida en que constituyen un soporte tanto para los que se van como paraquienes se quedan, por lo que sería conveniente buscar la manera de activarlas opotenciarlas como estrategia de atención y apoyo que permita superar los impactosde la migración. Lo interesante de esto es que en determinados momentos, las redespueden llegar a suplir los métodos de intervención que hemos mencionado anteriormente,agilizarlos, propiciar la autogestión para el bienestar y optimizar los recursosde cada persona; además, cabe resaltar que una vez inserto en la red, su fácil acceso,sumado a los niveles de confianza, pueden facilitar la superación de los sentimientosy problemas que aparecen en el proceso migratorio.<strong>Las</strong> acciones pensadas a corto, mediano y largo plazo para atender los efectos de lamigración deben tener en cuenta que se dan en un contexto en el que prima la fragilidadinstitucional y la falta de credibilidad de los ciudadanos y ciudadanas hacialas instituciones del gobierno y hacia otras organizaciones que pueden gestionar accionesdirigidas al logro de su bienestar. Así lo manifestaron los y las migrantes y susfamiliares, quienes coincidieron al afirmar que sus expectativas acerca del gobiernocolombiano son inexistentes o casi nulas, debido a que consideran que este último noha hecho y no hace nada por ellos y ellas.Tomando en cuenta estas opiniones acerca de unas instituciones y organizaciones <strong>colombianas</strong>débiles y poco confiables, en el sentido de que consideran que hacen pocopor ellos y ellas, que los trámites son engorrosos y costosos, y que la información escasi inexistente, compartimos con Gómez (2003), quien analiza la diáspora colombianaen Estados Unidos, que el aparato estatal, en especial las embajadas y consuladosen el extranjero, debería aumentar la confianza entre el gobierno y la comunidadcolombiana fuera del país. Esto se relaciona con lo expresado por los y las relatantesacerca de que en la embajada y consulados colombianos, no tratan bien a quienesvan a solicitar alguna colaboración o a realizar trámites. Estas instituciones son vistascomo meras figuras burocráticas, al considerar que sus gestiones son desastrosas,carísimas y negligentes.De ahí surge la necesidad de replantear la manera en que estas últimas gestionan laacogida de quienes acuden en busca de ayuda o información relacionada con asesoríalegal en temas migratorios, validación de títulos, servicios notariales, orientaciónacerca de las inquietudes sobre su proceso, así como de implementar una política es-241


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>tratégica de comunicación que permita a los connacionales acercarse al gobierno y asus planes con respecto a la diáspora. Para esto se requiere, como plantean Moncayoy Granados (2003), sensibilizar a las personas involucradas con la función consularsobre la situación de los colombianos y las <strong>colombianas</strong> en el exterior y las estrategiasque permitirían acercarse a esta comunidad.A la par, coincidimos con las sugerencias expuestas por Rodríguez (2006), acerca deque las acciones gubernamentales hacia los y las migrantes, deben apuntar a que lascomunidades de colombianos en el exterior se capaciten en cuanto a la migración, laexigencia de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes, propiciar espacios parala cohesión de los connacionales en el extranjero, fomentar la colaboración de los migranteshacia sus comunidades de origen, dar un trato digno y con pleno derecho dedefensa a los inmigrantes que se hallen en situación irregular, entre otros. De esta manera,los y las migrantes obtendrían algunos beneficios y el gobierno lograría iniciarun proceso para contrarrestar la desconfianza e incredulidad que los ciudadanos yciudadanas manifiestan sobre él. Además, sería conveniente que los consulados seanatrayentes para los y las migrantes a fin de que lleguen a considerarlos parte de unhogar que les brinda protección y ayuda, así su condición sea de migrante irregular.Por su parte, los y las migrantes y sus familiares manifestaron que, en el contexto dela migración, esperan que el gobierno colombiano les brinde asesoría en los trámitespara la reunificación familiar, garantías para el retorno, a través de oportunidadesdirectas de empleo en Colombia que estén relacionadas con lo que hacen en España,y la posibilidad de que los aportes que hicieron a la seguridad social en España seles reconozca en el país de origen. También expresaron su anhelo de que el gobiernocolombiano ofrezca oportunidades en origen, como empleo, educación y salud, paraque la gente no tenga que pensar en salir del país.Igualmente, basadas en las recomendaciones y expectativas expresadas por los y lasmigrantes y sus familiares, proponemos que en el país de destino se ofrezca a todala población migrante, y no sólo a los refugiados, servicios de ayuda psicológica y/uorientación emocional, de fácil acceso, a través de organizaciones gubernamentalesy/o no gubernamentales, encaminados a facilitar su proceso de incorporación a lasociedad de acogida y a matizar los efectos emocionales generados por la separación.Asimismo, la condición de extranjeros en que se encuentran las y los colombianos enEspaña, refuerza su deseo de una mayor implicación del gobierno español, que lespermita disfrutar de una igualdad de trato por parte de las instituciones estatales y, enfin, gozar plenamente de los mismos derechos que tienen las y los españoles.No obstante, quisiéramos advertir a quienes diseñan políticas públicas o aun a los queelaboran los talleres y grupos de reflexión sobre el hecho migratorio, que para preve-242


Recomendacionesnir los sesgos discriminatorios, si bien deben reconocer las particularidades de cadagrupo, estas acciones no deben encasillar a las personas que participan en una solacategoría de atención ya que, por ejemplo, las fronteras entre ser madre, migrante yesposa pueden ser muy sutiles y más bien yuxtapuestas. Además, insistimos nuevamenteen que no podemos perder de vista la necesidad de abordar la problemáticamigratoria dentro de una perspectiva global, que no se limite solamente a la preocupaciónde grupos poblacionales que dejaron su lugar de origen en busca de mejoresoportunidades, sino que abarque sus raíces y sus desembocaduras.Para finalizar, el trabajo realizado en esta investigación deja abierto un campo deinterrogantes y nos invita a ahondar en ciertas problemáticas identificadas a lo largode este estudio. En este sentido, continuar con la investigación sobre <strong>familias</strong> <strong>transnacionales</strong>debe ser un axioma de particular importancia en el campo de las cienciassociales, debido a que los flujos humanos se siguen incrementando en el contexto dela globalización. No obstante, estos trabajos no deben ceñirse sólo a un campo macroestructuralsino profundizar en los efectos que tiene la migración sobre cada uno delos involucrados, desde un enfoque diferencial, como mencionamos anteriormentepara el campo de la acción.Por otra parte, consideramos importante advertir acerca del riesgo de que futuros trabajossobre migración y familia transnacional caigan en un sesgo, al sostener que losmenores de edad son los principales afectados por los impactos negativos del procesomigratorio, lo cual conduciría a invisibilizar estos efectos sobre los demás actoresinvolucrados en la migración. Por tanto, es primordial tener en mente el hecho deque familia no equivale siempre a menores de edad, ya que también está conformadapor otros miembros. Sin embargo, es necesario buscar mecanismos alternativos alas entrevistas formales para continuar indagando acerca de las consecuencias de lamigración en niños, niñas y/o adolescentes, y confirmar o desmitificar que sus problemassean producto de la migración, ni que las madres, a raíz de su partida, son lasprincipales responsables de éstos.Asimismo, es fundamental que las futuras investigaciones cuestionen los mitos circulantescomo aquel que divide la relación del cuidado en una dualidad, al asociar alpadre con la autoridad y el papel de proveedor y al representar a la madre como laencarnación del cariño y del afecto, con el fin de explorar la forma en que se configuranlas relaciones de género y poder en los contextos migratorios y, de manera másgeneral, estudiar las modalidades culturales de construcción de los roles.Adicionalmente, señalamos que es importante indagar con mayor énfasis en el papelde los padres cuando quedan a cargo del cuidado de los hijos e hijas por la migraciónde su pareja, profundizando sobre la forma en que desempeñan su rol en este esce-243


<strong>Entre</strong> aquí y allá. <strong>Las</strong> <strong>familias</strong> <strong>colombianas</strong> <strong>transnacionales</strong>nario. Esto permitiría conocer sus necesidades y pensar acciones a futuro, dirigidasde manera específica a este grupo poblacional. Paralelamente, es relevante investigaracerca del cuidado de los adultos mayores cuando no queda en Colombia un miembrode la familia que pueda o quiera hacerse cargo de ellos o ellas. Por último, recomendamosobservar la migración no solamente desde un lente económico sino, más bien,tomar en cuenta la pluralidad de los motivos que entran en juego en la toma de decisiónde migrar, con respecto a los cuales en este estudio advertimos que, pese a quepriman las razones económicas, éstas no son las únicas que incentivan el éxodo.244


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