[fig.111]Gutiérrez Solana, La perra del pintor, h.1932. Museo Centro de Arte Reina Sofía, Madridperfecta mente del punto en que quedó interrumpida”. Y así, diariamente,el vértigo de las seis y los trenes de la siete y el consiguientedesmayo momentáneo. Así, como un hábito, hasta que aparecen dosnuevos síntomas. El pri mero, dice Karinthy, “lo añado fácilmente alos otros tres: vértigo, trenes, desmayo. Antes de sufrir el ataque devérti go, una jaqueca espasmódica y brutal me atenaza el occipucio.Es un dolor tan agudo, durante largos mi nutos, que me corta la respiración.Se trata del re surgimiento de algo ya muy arraigado, de ahíque no lo tome en serio: aspirina y piramidón por lo menos lo aliviarán.Los vómitos me asaltan a principios de abril. Una mañana-cosa rara, pues tengo el estómago vacío-, de repente, tan bruscamentecomo después de una comida copiosa, siento náuseas”.Luego vendrán otros síntomas, los problemas oculares, lacomprobación de la perfecta salud de los oídos, el agravamiento delas nauseas hasta provocarle el deseo de vomitar todas las entrañaspara así librarse definitivamente de ellas, la preocupante comprobaciónde que al caminar se desvía siempre hacia la derecha, la sucesiónde consultas privadas y de clínicas de especialistas, el sometimientoa tantas otras pruebas sin sentido y, luego, la detección del tumorcerebral, las camillas y los hospitales, el dolor y la tortura, las dudasy las terapias, los viajes y las visitas, y la compañía de la muerte, de laaburrida melancolía de turbias alas opacas.La espera. El silencio: se callaron provisionalmente los trenesal hundirse en sus propios lagos de vómitos. La trepanacióny profanación del cráneo, sentida a medio camino entre el terror yla comedia, situada entre la mujer melancólica de la Extracción de lapiedra de la locura de El Bosco, la que acodada en la mesa, en vez deseguir la costumbre y estar apoyada sobre un libro, se lo sube aquía la cabeza y lo mantiene en equilibrio, y el cirujano que lleva por256 257
[fig.112]Salvador Dali, det. Dalí desnudo extasiado ante cinco cuerpos regularescontemplando a Leda de Leonardo cromosomatizada por la visión de Gala, 1954Fundación Gala-Salvador Dalí, Figuerassombrero un embudo invertido y por monedero una vasija de barro[fig.109]. La sordera del convaleciente. Y en la soledad de su camaquirúrgica, en el espacio inclemente de una habitación de hospital, enla isla aséptica con la cabeza vendada, el delirio del perro escindidoen dos mitades y el retorno narcótico de los ferrocarriles: “La cama,la cabeza colgante, la puerta y la lección que voy repitiendo son simplesislotes que emergen del mar de la sordera negra y abrumadora.Ese mar está vacío. No tiene superficie, tan sólo profundidad, y, sinembargo, es ilimitado, infinito y desprovisto de orillas.Cabalgo por las profundidades de dicha sordera ilimitada, sinorillas y sin tiempo. Galopo sin cesar y, a pesar de ello, permanezcosiempre en el mismo punto, en el medio, a idéntica distancia delobjetivo que del punto de salida. No progreso nada y tampo co puedoretroceder. Por eso estoy aullando, con la cabeza en alto, por latortura que me causa esta im posibilidad.Soy un perro pardo y negro; un gran perro flaco, una especiede cruce entre perro de caza y dogo da nés; pero tan sólo en unamitad de mi cuerpo soy per fecto y completo.Por esto, voy corriendo hacia Trelleborg, en me dio de la nochenegra. En Trelleborg, el tren me ha cortado en dos partes, ensentido longitudinal, y yo, la mitad de un perro, corro precipitadamentehacia Trelleborg, a lo largo de la vía férrea, para encontrar miotra mitad perdida, antes de que sea tarde, y mientras quede en ellaun resto de vida.Voy contando con ansia, con desesperación. Sé exactamenteque el tren tardó nueve horas y media desde Trelleborg hasta aquí.Un perro que corra puede recorrer dicho trayecto, en sentido inverso,tal vez en quince horas. Desde luego, es preciso tener en cuentaque sólo tengo dos patas para correr: la de delante y la de detrás258 259
- Page 1 and 2: EL OÍDO MELANCÓLICOJosé Joaquín
- Page 3 and 4: ÍNDICE13 El perro de san Cucufa21
- Page 5 and 6: [fig.2]Sabine Weiss, Frantisek Kupk
- Page 7 and 8: [fig.4]Félix Nadar, Charles Baudel
- Page 9 and 10: [fig.6]Pieter Codde, Melancolía, h
- Page 11 and 12: precisar su ámbito y su léxico, t
- Page 13 and 14: [fig.10]Gárgola en Notre-Dame, Par
- Page 15 and 16: ilustres creadores, a algunos de lo
- Page 17 and 18: [fig.14]Henri Cartier-Bresson, Mart
- Page 19 and 20: [fig.16]Lukas Moser, Retablo de Mag
- Page 21 and 22: [fig.18]Henri Cartier-Bresson, Henr
- Page 23 and 24: La melancolía como imagen del arti
- Page 25 and 26: la filacteria y el aleteo sin membr
- Page 27 and 28: [fig.22]Alberto Durero, Autorretrat
- Page 29 and 30: Erwin Panofsky. Giorgio de chirico[
- Page 31 and 32: [fig.26]Víctor Hugo, 1880las vacua
- Page 33 and 34: [fig.28]Girolamo da Santacroce, Sat
- Page 35 and 36: para ser transformado en pintura: u
- Page 37 and 38: inaccesible. El melancólico no evi
- Page 39 and 40: [fig.34]Simón Vouet, Saturno captu
- Page 41 and 42: [fig.107]Andrea Mantegna, Lamentaci
- Page 43 and 44: encima hacen vibrar los pinceles, t
- Page 45 and 46: intentar un ensayo o ponerse a escr
- Page 47 and 48: en mí despertaba el asunto. Sin in
- Page 49: [fig.110]Paul Klee, La mujer y el a
- Page 53 and 54: [fig.114]Piero della Francesca, det
- Page 55 and 56: [fig.116]Hieronymus Bosch, det. El
- Page 57 and 58: [fig.118]Hieronymus Bosch, det. tab
- Page 59: Hieronymus Bosch es de los que comp