El pero de san Cucufa[fig.1]Ayne Bru, Martirio de san Cucufa, 1504-07. Museo de Arte de Cataluña, BarcelonaAyne Bru, o Aine Bru si se opta por otra de las caligrafíaspropuestas, o Hans Brün si se da por cierto que era de origengermánico quien pintó en la primera década del dieciséis la tabladespués titulada, según el lugar y la circunstancia, el Martirio de sanCucufa o el Martirio de san Cugat o, en vez de martirio, La Degollaciónde san Cucufate o la Degollación de san Cucufato, pues degollando estána ese hombre maniatado al tronco de un árbol podado que ocupael centro del cuadro, pintó en la esquina inferior derecha un perrolacio, mustio, tumbado en el suelo de tierra, como dormido, conla cabeza vencida sobre sus patas delanteras y el rabo, sin fuerza,perdido entre las traseras, ajeno al suceso, indiferente a la ejecución,sin que le despierte el apetito la sangre humana que ha comenzadoa encharcarse cerca de él, a empapar la capa de pelo forrada de rojo,imperturbable a la aparición celestial de un cristo resucitado que porprimera vez se manifiesta casi desnudo, impúdicamente cubiertas lasingles por un velo que transparenta la carne y que resalta la prominenciadel miembro divino. Un perro tal vez innecesario, un testigociego, sordo y mudo, quizá esclavo de uno de los dos que conversanmientras esperan a que el matarife acabe de hacer su trabajo, quizásiervo del que desde atrás mira hacia la izquierda entre las dos cabezascubiertas, quizá compañero de Cucufato (santo que fue incluidoen la Leyenda áurea después de que Santiago de la Vorágine lo excluyera;cuyo martirio fue referido por Prudencio en su Peristephanon,cuya existencia histórica no está del todo documentada) cuando aúnno se merecía la corona de los mártires ejecutados a cuchillo (la suyade filigrana de alambre de oro), antes de ser incluido en la nómina delos que fueron degollados y decapitados, nómina mucho más larga12 13
[fig.2]Sabine Weiss, Frantisek Kupka, 1951la de ellas que la de ellos (nómina masculina en la que ni siquierafigura el conato de degüello de Isaac a manos de su padre), en laque abundan los nombres de vírgenes infantiles, las agüedas y lasjulianas y las lucías y las bárbaras, sacrificadas por sus pretendienteso por sus propios progenitores frustrados, por sus gobernadores opor sus violadores, o por cualquiera que quisiera hacer de verdugo yderramar por arriba la sangre que no pudo ser derramada por abajo,porque es a ellas a quienes sajan y extirpan los miembros y losórganos, los senos y los ojos, las manos y las cabezas. El perro desan Cucufato no ladra ni participa de la acción: como el monasterioen obras en el ángulo opuesto (el de San Cugat del Vallés de dondeprocede esta tabla de 164 x 133 centímetros, expuesta en el MNAC),forma parte silente de la representación; como el aura que sobrevuelala mano que tira de la cabellera de Cucufato para despejarle elcuello y que así el cuchillo de carnicero no tenga obstáculos, es unsímbolo. Es un perro fantasmal, un espectro canino, más irreal quelos ángeles custodios que acompañan al hijo de dios en las alturas,menos terrenal que ellos a pesar de estar adherido al suelo. Tal vezaluda a la melancolía. El perro de san Cucufato no está melancólico:es el perro de la melancolía, uno más antiguo que el galgo deDurero, otro de los que vinieron de occidente a la aurora, uno de losque huelen la muerte y no se espantan [fig.1].El perro de san Cucufato, quizá como su patrón procedentede Scila, lleva en el cuello un collar y en el collar de cuero una anillaen la que su dueño enhebró la correa precisa para dominarlo. Lapiel del perro de san Cucufato, láctea y nocturna, conduce a la pielde la capa, tal vez despojo del santo, que hay tirada de mala maneraen el suelo para que el cárdeno sanguinolento del forro, para quecon su aspecto de víscera y de cosa procedente de un desuello (el14 15
- Page 1 and 2: EL OÍDO MELANCÓLICOJosé Joaquín
- Page 3: ÍNDICE13 El perro de san Cucufa21
- Page 7 and 8: [fig.4]Félix Nadar, Charles Baudel
- Page 9 and 10: [fig.6]Pieter Codde, Melancolía, h
- Page 11 and 12: precisar su ámbito y su léxico, t
- Page 13 and 14: [fig.10]Gárgola en Notre-Dame, Par
- Page 15 and 16: ilustres creadores, a algunos de lo
- Page 17 and 18: [fig.14]Henri Cartier-Bresson, Mart
- Page 19 and 20: [fig.16]Lukas Moser, Retablo de Mag
- Page 21 and 22: [fig.18]Henri Cartier-Bresson, Henr
- Page 23 and 24: La melancolía como imagen del arti
- Page 25 and 26: la filacteria y el aleteo sin membr
- Page 27 and 28: [fig.22]Alberto Durero, Autorretrat
- Page 29 and 30: Erwin Panofsky. Giorgio de chirico[
- Page 31 and 32: [fig.26]Víctor Hugo, 1880las vacua
- Page 33 and 34: [fig.28]Girolamo da Santacroce, Sat
- Page 35 and 36: para ser transformado en pintura: u
- Page 37 and 38: inaccesible. El melancólico no evi
- Page 39 and 40: [fig.34]Simón Vouet, Saturno captu
- Page 41 and 42: [fig.107]Andrea Mantegna, Lamentaci
- Page 43 and 44: encima hacen vibrar los pinceles, t
- Page 45 and 46: intentar un ensayo o ponerse a escr
- Page 47 and 48: en mí despertaba el asunto. Sin in
- Page 49 and 50: [fig.110]Paul Klee, La mujer y el a
- Page 51 and 52: [fig.112]Salvador Dali, det. Dalí
- Page 53 and 54: [fig.114]Piero della Francesca, det
- Page 55 and 56:
[fig.116]Hieronymus Bosch, det. El
- Page 57 and 58:
[fig.118]Hieronymus Bosch, det. tab
- Page 59:
Hieronymus Bosch es de los que comp