10.07.2015 Views

EL OÍDO MELANCÓLICO - Cortijo deEl Fraile

EL OÍDO MELANCÓLICO - Cortijo deEl Fraile

EL OÍDO MELANCÓLICO - Cortijo deEl Fraile

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

[fig.109]Hieronymus Bosch, Extracción de la piedra de la locura, 1475-80. Museo del Prado, Madridsuperpuestos, integrados en el mismo médico, fundidos en un solopatólogo que relaciona orgánicamente los zumbidos de sus oídoscon su jaqueca y con su carácter, sus dolencias con sus deseos ycon sus decepcio nes, que lo convencen de que los desarreglos de sucuerpo han sido provocados por su estado de ánimo, que lo hacenpensar que su “afección es anímica; [que] primero hay que curar elalma y [que] lo demás se arreglará automáticamente”. Pero comono está del todo seguro de que sea así, porque por primera vez seha desmayado después de oír los trenes de las siete, va a consultar aotro médico que ni siquiera lo ausculta, a quien ni siquiera puede explicarleni la mi tad de los síntomas, que lo interrumpe con ademanesde suficiencia y que le dice: “Querido amigo, no tiene usted ni inflamacióndel oído ni apoplejía. Dejemos por el mo mento incluso aaquel buen señor psicoanalista. Lo que usted padece es una intoxicaciónde nicotina. Deje inmediatamente de fumar”. A los trenes se lesuma el vértigo y, de la suma acústica y vertiginosa resulta un desvanecimiento,un desmayo que el zumbido del tren anuncia, una crisisque el vértigo antecede. Me tranquiliza, escribe Karinthy, “la idea deque aquel desmayo que tanto me había asustado, se debía sin duda ala intoxicación de nicotina, como decía el médico, y dejo de fumar.Me sorprende un poco ad vertir que renunciar al cigarrillo apenas mecuesta es fuerzo; en verdad, la falta de nicotina sólo me inco modadurante unos días, luego desaparece y hasta puedo trabajar sin fumar.Debo hacer constar que, con motivo de la primera turbación demi conciencia, era mayor el miedo que la realidad del mal; me asustéde mi propio pa vor, no de otra cosa. Al ocurrir por segunda vez-ahora después de una especie de vértigo-, lo recibo ya como a unbuen amigo, y me produce una impre sión infinitamente menos dramática.Sé muy bien que sólo durará unos instantes y que luego ni252 253

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!