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EL OÍDO MELANCÓLICO - Cortijo deEl Fraile

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[fig.22]Alberto Durero, Autorretrato con un vendaje, 1491-92Graphische Sammlung der Universitätsbibliothek, Erlangenfrente: su mano, su herramienta, el instrumento de su arte, es elauténtico objeto del dibujo. Ocultas por la melena, no se le ven lasorejas. Durero tenía el pelo rizado, al que cuidaba con esmero, y delque, de acuerdo con sus autorretratos al óleo, estaba muy orgulloso.Siempre a cubierto, tapadas por una mano, por los rizos áureos opor una venda, no se le ven ni en el dibujo de 1491, en el que seaprieta la cara con la derecha, ni se le ven al anciano del dibujo sobrepapel gris violeta de 1521, también en la Albertina de Viena, eseque meditabundo se tapa la oreja con la mano derecha y que habríade servir para componer el San Jerónimo del Museo de Arte Antiguode Lisboa. Tampoco se le ven en los autorretratos pictóricos: ni enel que se hizo en 1498, con veintiséis años, que hoy puede verseen el Museo del Prado ni en el que pintó en el año 1500 imitandofrontalmente a Cristo, vestido con una túnica de piel, mirando desafianteal espectador que se asoma a admirarlo a las salas de la AltePinakothek de Múnich. Durero, que en tantas ocasiones dibujó ypintó las de otros, apenas se ocupó de perpetuar sus aurículas.Si es Alberto Durero el personaje del, así denominado,Autorretrato con un vendaje, dibujado por él entre 1491 y 1492 [fig.22],ese que lleva envuelta la cabeza y que mira fijamente de frente conojos de enfermo, el que en el espejo que copia se tapa con la manoizquierda el oído, entonces puede decirse que el pintor no mostrósíntomas evidentes de acúfenos hasta que tuvo veinte años, veintitrésantes de que, si se acepta la sugerencia de Panofsky de queMelancolía I es otro de sus autorretratos (acaso poético, siquiera delalma), volviera a hacerlo disfrazándose de criatura celestial. En susdibujos es donde está el Alberto Durero más humano, el real y doliente,el artista que no ha sido idealizado, sublimado y divinizado ensu representación pictórica: el hombre artista que, aunque finito y58 59

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