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EL OÍDO MELANCÓLICO - Cortijo deEl Fraile

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[fig.19]Alberto Durero, Melancolía I, 1514. Graphische Sammlung Albertina, Vienala epilepsia, la lepra, las hemorroides, la sarna y la manía suicida.Consiguientemente, el temperamento que deriva de su prevalenciaen el cuerpo humano se presenta en una luz siniestra: el melancólicoes «pexime complexionatus», triste, envidioso, malvado, ávido, fraudulento,temeroso y térreo”. 6 El siniestro es, según lo dicho, el lado dela melancolía, y el silbido siniestro uno de sus signos.En su estudio sobre el aura Agamben remite a Aristóteles ya la famosa pregunta estadística que plantea en Problemas sobre porqué “los hombres que se han distinguido en la filosofía, en la vidapública, en la poesía y en las artes son melancólicos, y algunos hastael punto de sufrir de los morbos que vienen de la bilis negra”, y sebasa en la respuesta dada por el peripatético a esta cuestión paraprofundizar en la teoría que vincula genio creativo y melancolía,afirmando que aquella “señala el punto de partida de un procesodialéctico en el transcurso del cual la doctrina del genio se enlazaindisolublemente con la del humor melancólico en la fascinaciónde un complejo simbólico cuyo emblema se ha plasmado ambiguamenteen el ángel alado de la Melancolía de Durero”. El misterioso yaún indescifrado grabado de Alberto Durero (1471-1528) que llevapor título Melancolía I (1514) es desde el Renacimiento el emblemamayor de la melancolía: su compendio [fig.19]. Si este buril de 240x 188 milímetros (-al que Giorgio Vasary consideró una obra maestraque asombraría la mundo; acaso, junto a San Jerónimo en su celda(1514) y a El caballero, la muerte y el demonio (1513). el más célebre detodos los del artista germano- es la imagen canónica de la melancolía,quizá también pueda convertirse a partir de ahora en la alegoríadel síndrome del silbido en la oreja izquierda, aunque de que no leconvengan a los síndromes ni los emblemas ni las enseñas ni ningunode los estandartes de la iconología.48 49

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