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LA IDENTIDAD MESIÁNICA DE JESÚS El problema de su ... - FaJe

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2.3. Vocabulario y aspectos morfo-sintácticos.................................................................. 782.4. Estructura y contexto estructural <strong>de</strong>l texto ................................................................. 822.5. Análisis Semántico ..................................................................................................... 872.6. Estrategias <strong>de</strong> redacción ............................................................................................. 952.7. Un título problemático: Hijo <strong>de</strong> David en el contexto vital e histórico <strong>de</strong> Marcos.. 1102.8. Jesús como Kyrios .................................................................................................... 1123. Conclusiones teológico-exegéticas ................................................................................. 1133.1 Reinado <strong>de</strong> Dios: fundamento <strong>de</strong> la autoridad mesiánica ......................................... 1133.2 I<strong>de</strong>ntidad y exousía: intelección <strong>de</strong> las figuras mesiánicas ....................................... 116CONCLUSIÓN ...................................................................................................................... 118BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................... 1212


INTRODUCCIÓNYa en el prólogo <strong>de</strong>l evangelio <strong>de</strong> Marcos (Mc 1,1-13) se presenta como tesis lacuestión <strong>de</strong>l mesianismo <strong>de</strong> Jesús, planteando que Jesús es Mesías y, por tanto el Hijo <strong>de</strong> Dios(Mc 1,1). Esto se <strong>de</strong>sarrollará a lo largo <strong>de</strong>l evangelio, respondiendo, en torno a la confesión<strong>de</strong> Pedro (Mc 8,29), por qué y en qué sentido Jesús es Mesías, para llegar a <strong>su</strong> plenacomprensión en el momento <strong>de</strong> la cruz, don<strong>de</strong> se confiesa la filiación divina <strong>de</strong> Jesús. Para elevangelista hay dos claves hermenéuticas que ayudan a elucidar el tema, a saber, una es elanuncio <strong>de</strong> la cercanía <strong>de</strong>l Reino –reinado– <strong>de</strong> Dios y otra, es el camino <strong>de</strong> la cruz. <strong>El</strong> reinado<strong>de</strong> Dios está asociado a la figura <strong>de</strong>l Mesías, y ésta remite a la tradición judía <strong>de</strong>l mesianismodavídico.En Marcos 12,35-37, el evangelista polemiza con esa tradición, <strong>problema</strong>tizandoel título mesiánico ‘Hijo <strong>de</strong> David’, el cual anteriormente se le había aplicado a Jesús (Mc10,47-48). En la cuestión <strong>de</strong> <strong>su</strong> filiación se re<strong>su</strong>elve el sentido <strong>de</strong> <strong>su</strong> i<strong>de</strong>ntidad mesiánica,<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cual toma ahora un nuevo contenido. <strong>El</strong> evangelista recurre a figuras para entonces‘mesiánicas’, como ‘Hijo <strong>de</strong> Dios’, o la <strong>de</strong>l ‘Hijo <strong>de</strong>l Hombre’ (v.gr. Mc 13,26), oimplícitamente la <strong>de</strong>l ‘Siervo’ <strong>su</strong>friente (cf. Mc 8,31); <strong>de</strong> fondo quiere respon<strong>de</strong>r a lasdiversas figuras o personajes mesiánicos que había en <strong>su</strong> contexto histórico-religioso (cf. Mc13,21), haciendo <strong>de</strong>l “escándalo <strong>de</strong> la cruz”, el lugar don<strong>de</strong> se manifieste el señorío <strong>de</strong>lauténtico Mesías (Mc 15,32.39).Ahora bien, al parecer la cuestión se resolvería <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una correcta comprensión <strong>de</strong>la filiación mesiánica, sin embargo, hay un aspecto que la propia perícopa Marcos 12,35-37alberga, y que se pier<strong>de</strong> <strong>de</strong> vista si el foco es exclusivamente sobre la cuestión <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad.La autoridad, o el señorío <strong>de</strong>l Mesías es lo que en el fondo se cuestiona y lo que se quierefundamentar; y precisamente es ‘fondo’, en un sentido casi literal, porque en un primer planoel lector se confronta con un <strong>problema</strong> i<strong>de</strong>ntitario. Es <strong>de</strong>spués, a partir <strong>de</strong> esa perspectiva <strong>de</strong>‘fondo’, cuando la verda<strong>de</strong>ra i<strong>de</strong>ntidad mesiánica resalta y con ello la cuestión <strong>de</strong> <strong>su</strong> filiación.Así, el Reino <strong>de</strong> Dios, el evangelio <strong>de</strong> Jesús no se centrará exclusivamente en una cuestión <strong>de</strong>“fe en Jesús”, sino en el trasfondo que la <strong>su</strong>stenta. La vida, obras y palabras <strong>de</strong> Jesús tienen <strong>su</strong>fundamento encuanto expresiones <strong>de</strong> una autoridad (cf. Mc 1,27). Esos elementos nacidos <strong>de</strong>unas experiencias muy concretas, <strong>de</strong> la primera generación <strong>de</strong> a<strong>de</strong>ptos <strong>de</strong> Jesús, son los queestán en juego en la perícopa según la edición <strong>de</strong> Marcos.3


<strong>El</strong> objetivo principal <strong>de</strong> la investigación es mostrar, mediante la exégesis <strong>de</strong>Marcos 12, 35-37, cómo el evangelista <strong>de</strong>sarrolla ese aspecto <strong>de</strong> la autoridad <strong>de</strong>l Mesías.Ciertamente el mesianismo <strong>de</strong> Jesús se pone en contraste con las diversas imágenes y figuras<strong>de</strong> Mesías <strong>de</strong> la propia tradición judía predominante <strong>de</strong> la época, como el caso <strong>de</strong> ‘Hijo <strong>de</strong>David’, dándoles luego un nuevo sentido y contenido, a partir <strong>de</strong> la propia vivencia <strong>de</strong> Jesús.Por esa razón, es necesario antes tener una i<strong>de</strong>a clara sobre el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> esas imágeneshasta el contexto religioso <strong>de</strong> Marcos; ha <strong>de</strong> tenerse en cuenta, pues, aquella tradición mayorsobre la cual la tradición cristiana se remonta, que nutre con imágenes y nociones laexperiencia <strong>de</strong> Jesús. La autoridad mesiánica propuesta por el evangelista no se exime <strong>de</strong> todoello, más bien, es mediante esas imágenes con las cuales plantea la cuestión.En la perícopa, el evangelista en el propio ‘recurso a la escritura’ pone lai<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro Mesías sobre la doble cuestión <strong>de</strong> <strong>su</strong> filiación y <strong>su</strong> autoridad. A partir<strong>de</strong> la filiación davídica, Marcos propone que el Mesías ha <strong>de</strong> ser ‘Hijo <strong>de</strong> Dios’. Este últimotítulo, también aplicado antiguamente al ‘ungido’ por Dios, adquiere un sentido más radical yúltimo en la persona <strong>de</strong> Jesús, el ungido <strong>de</strong>l Padre (cf. Mc 1,11). En otras palabras, esaparticular filiación va más allá <strong>de</strong>l contenido o sentido teológico <strong>de</strong> un título mesiánico o <strong>de</strong>una imagen, pues se remonta hacia la vida y misión <strong>de</strong> Jesús. Esta perspectiva pi<strong>de</strong> un trabajo<strong>de</strong> exégesis sensible al modo cómo se presenta esa vida en el texto, por tanto es necesarioreparar en los acentos redaccionales con los cuales el autor trabaja los diversos materiales <strong>de</strong>la tradición. Es cuando uno se <strong>de</strong>para con el tema <strong>de</strong> la autoridad. La autoridad con la Jesúshabla y actúa en el relato habría <strong>de</strong> verse reflejada por tanto en la perícopa.Sea en Marcos 12,35-37 como en Hebreos 5,6, se recurre al Salmo 110 pararesaltar el señorío y autoridad <strong>de</strong> Jesús, tanto a nivel sacerdotal como regio. Por consiguiente,no es una referencia fortuita, como tampoco lo es la intencionalidad <strong>de</strong> fondo que ambasperícopas conllevan. Lo interesante es ver el lugar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> tal autoridad se ejerce: <strong>de</strong>s<strong>de</strong>el Templo o <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Reino escatológico <strong>de</strong> Dios.<strong>El</strong> presente trabajo constará <strong>de</strong> tres capítulos. Los dos primeros preparan y ponenlas bases para el ejercicio exegético reservado para el último. Por lo tanto, el trabajo tiene unaprimera parte en la que prima la investigación bibliográfica, y luego la que correspon<strong>de</strong> a laexégesis propiamente.En el primer capítulo, se hará un breve estudio sobre cómo se ha abordado <strong>de</strong>s<strong>de</strong>la exégesis actual la perícopa Marcos 12,35-37, i<strong>de</strong>ntificando pistas que ayu<strong>de</strong>n a ubicarla<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong> la obra marcana, así como los elementos claves para la comprensión4


acce<strong>de</strong>r a la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica según Marcos. <strong>El</strong> método exegético a seguirfundamentalmente es el <strong>de</strong> la ‘historia <strong>de</strong> la redacción’, pues se le juzga como el másapropiado para i<strong>de</strong>ntificar acentos teológicos intencionalmente marcados por el redactor, sinque ello obste para remitirse en algún momento a una interpretación más <strong>de</strong> tipo narrativa oconsi<strong>de</strong>rar algún re<strong>su</strong>ltado <strong>de</strong> la ‘crítica <strong>de</strong> las formas’. De ese modo, el análisis estructural ysemántico tendrán un realce especial en la tarea <strong>de</strong> ubicar aquellas marcas redaccionales. Una<strong>de</strong> las improntas <strong>de</strong>l redactor es justamente <strong>su</strong> método hermenéutico –‘<strong>de</strong>rásico’–, propio <strong>de</strong><strong>su</strong> medio palestino, el cual le permite recurrir tanto a la Escritura, como a las imágenesmesiánicas <strong>de</strong> <strong>su</strong> contexto socio-religioso, para dar contenido teológico a una imagen <strong>de</strong>Mesías que transparente el mensaje y vida <strong>de</strong> Jesús. Mientras tanto, los re<strong>su</strong>ltados se iráncontrastando con estudios relativamente recientes sobre las teologías <strong>su</strong>byacentes, tanto <strong>de</strong> latradición judía, como la propia <strong>de</strong>l evangelista, concretamente en lo que respecta a <strong>su</strong>concepción mesiánica.A modo <strong>de</strong> hipótesisI<strong>de</strong>ntidad: a lo largo <strong>de</strong> este estudio se estará trabajando con la noción <strong>de</strong> Mesíasque se entien<strong>de</strong> como rasgo propio <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> Jesús. Se levantará una especie <strong>de</strong>genealogía <strong>de</strong> la ‘i<strong>de</strong>ntidad mesiánica’, para luego contrastarla con la visión <strong>de</strong> Marcos.Marcos 12,35-37 será la ventana por la cual se entrará. Al entrar uno se <strong>de</strong>para con la cuestiónsobre esa i<strong>de</strong>ntidad. Pero la i<strong>de</strong>ntidad no es algo meramente esencialista, que se baste sólo conun título, como Hijo <strong>de</strong> David, sino es algo dinámico, que se va haciendo, por lo que <strong>de</strong>trás<strong>de</strong>l tema <strong>de</strong> la filiación, hay una historia <strong>de</strong> inter-relación entre Padre e hijo, así como <strong>de</strong>trás<strong>de</strong>l Mesías, ‘Señor’, hay una historia <strong>de</strong> señorío, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> autoridad, como el propionombre lo indica. M. Bockmuehl, siguiendo a Ricoeur, formula la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad con laque aquí se trabajará, a saber, “como una función <strong>de</strong> permanencia en el tiempo, sostenida porla auto-constancia (siendo fiel a la propia palabra) y por la perseverancia <strong>de</strong> carácter (hábitosadquiridos e i<strong>de</strong>ntificaciones que constituyen ‘el qué <strong>de</strong>l quien’)”. 1 Las palabras y acciones <strong>de</strong>Jesús tienen como centro el señorío <strong>de</strong> Dios, con el cual Jesús se i<strong>de</strong>ntifica plenamente. Deahí le viene <strong>su</strong> exousía, <strong>su</strong> autoridad. De acuerdo, entonces, con la cita <strong>de</strong> Salmo 110,1 en elpasaje, tal señorío le constituye por consiguiente “Cristo” e “Hijo”. <strong>El</strong> relato evangélico es porello innegociable, pues teniendo presente la fe <strong>de</strong> la comunidad, se cuenta la vida, en loshechos y palabras <strong>de</strong> Jesús, pues ahí se expresa mejor <strong>su</strong> i<strong>de</strong>ntidad, sirviéndose naturalmente<strong>de</strong> las imágenes y nociones propias <strong>de</strong>l aquel contexto histórico-religioso y <strong>de</strong> la Escritura.1 Bockmuehl, M. God’s Life as a Jew: Remembering the Son of God as Son of David, en: Gaventa, B.R. ; Hays,R.B. (eds.) Seeking the i<strong>de</strong>ntity of Je<strong>su</strong>s. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 2008, p.61.6


CAPITULO I.Hacia el estado <strong>de</strong> la cuestión <strong>de</strong> Marcos 12,35-361. <strong>El</strong> esclarecimiento <strong>de</strong> una pregunta: el Mesías ¿Hijo <strong>de</strong> David?En el contexto <strong>de</strong> la serie <strong>de</strong> discusiones que Jesús tuvo con las autorida<strong>de</strong>s judíasen el templo –a partir <strong>de</strong> Marcos 11,27– Jesús tiene una cuarta intervención, pero esta vezfrente a “la muchedumbre” que le seguía y “le escuchaba con agrado” (Mc 12,37b). Ahora esJesús quien pregunta, llamando la atención hacia otro tema, acerca <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong>l mesías. Sehan planteado ya <strong>problema</strong>s relativos a la interpretación <strong>de</strong> la ley, la re<strong>su</strong>rrección y sobre “elprimer mandamiento”. Jesús respon<strong>de</strong> con autoridad a <strong>su</strong>s interlocutores, cerrando cada una<strong>de</strong> las cuestiones, hasta el punto <strong>de</strong> que, “nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas” (Mc12,34c). Entonces Jesús toma la palabra “mientras enseñaba en el templo” (12,35a). En <strong>su</strong>discurso, Jesús polemiza con algo que aparentemente era aceptado y <strong>de</strong>fendido por los“escribas”, <strong>de</strong> que “el Cristo” era “hijo <strong>de</strong> David” (Mc 12,35b). Recurriendo al Salmo 110,Jesús parece poner en cuestión esa creencia.Se podrían anticipar posibles respuestas, pero lo que en realidad <strong>su</strong>rgen sonpreguntas: ¿Será que el evangelista se opone al mesianismo davídico o más bien trata <strong>de</strong>corregir una visión tradicional con un sesgo político que no viene al caso <strong>de</strong> Jesús? O tal vez,¿no busca con ello profundizar acerca <strong>de</strong> la doctrina mesiánica que recibe <strong>de</strong> la tradición <strong>de</strong> <strong>su</strong>entorno, pero ahora a la luz <strong>de</strong>l evento Je<strong>su</strong>cristo? Podría también preguntarse si no essimplemente un recurso retórico que cierra una serie <strong>de</strong> controversias en torno a unos temascentrales <strong>de</strong> fe, para dar realce a la ‘autoridad’ <strong>de</strong> Jesús con respecto a <strong>su</strong>s ‘adversarios’, y <strong>de</strong>ahí que haga resonancia la cita <strong>de</strong>l Salmo 110: “hasta que ponga a tus enemigos <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> tuspies” (Mc 12,36b). Sin negar la estrategia retórica que encierra el texto junto con <strong>su</strong> contexto,re<strong>su</strong>lta inverosímil la exclusividad <strong>de</strong> ese último planteamiento. No obstante, la ‘autoridad’pue<strong>de</strong> más bien ser una dimensión, o un aspecto intrínseco <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica.Por otro lado, Marcos 12,35-37 parece que no cierra ninguna cuestión, sino que<strong>de</strong>ja el <strong>problema</strong> abierto. No procura dar una respuesta <strong>de</strong>finitiva y <strong>de</strong>finitoria acerca <strong>de</strong>lmesianismo como se intentará mostrar más a<strong>de</strong>lante. Esto también hace sospechar sobrecualquier eventual tesis que sostenga que el texto se opone realmente al mesianismo davídico.Sólo, en la Epístola <strong>de</strong> Bernabé 12,10-11, explícitamente se interpreta el Salmo 110,1 comoun rechazo a la filiación davídica <strong>de</strong>l mesías, pero esto no parece que sea el caso <strong>de</strong> lossinópticos o <strong>de</strong> Hechos 2,29-35. Ahora, en Marcos, queda la cuestión <strong>de</strong> si esta particular7


filiación mesiánica, a la luz <strong>de</strong>l salmo, es una corrección cristológica o una profundizaciónsobre el mesianismo. En otras palabras, ¿representa la perícopa una ruptura con la enseñanzatradicional acerca <strong>de</strong>l mesías ‘Hijo <strong>de</strong> David’, o bien, representa una continuidad con latradición en el seno <strong>de</strong> la comunidad cristiana? ¿Es posible una complementariedad entreambas alternativas, es <strong>de</strong>cir, ruptura y continuidad? La perícopa parece tener un carácterdidáctico, pues muestra a un Jesús que “enseñaba en el templo”, y quien ya había cambiado<strong>de</strong> interlocutores. Habría pues, que esclarecer también el significado <strong>de</strong> esa ‘muchedumbre’en el texto, que estaba atenta a las enseñanzas <strong>de</strong> Jesús. Entre tanto, ese logión <strong>de</strong> Jesús,<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ese marco (v.35a.37b), podría indicar una re-significación <strong>de</strong>l Mesías por parte <strong>de</strong>una comunidad que es consciente <strong>de</strong> la herencia judía <strong>de</strong> <strong>su</strong> entorno.Hay varios indicios que podrían <strong>su</strong>gerir esta tesis, como por ejemplo la mención<strong>de</strong> este apelativo, “Hijo <strong>de</strong> David”, en el camino hacia Jerusalén (Mc 10,47b), así como laaclamación ‘davídica’ una vez Jesús entra a la ciudad (Mc 11,9-10). Por otro lado, se tiene elllamado “discurso escatológico”, a partir <strong>de</strong>l capítulo trece, cuya carga mesiánica es notable,pero en la que ya no se hace alusión a “hijo <strong>de</strong> David”. Sin embargo, Marcos 13 guarda unaestrecha conexión con la perícopa en cuestión, pues continúa <strong>de</strong>sarrollando lo planteado ya enMarcos 12,37, a saber, acerca <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l Mesías. Basta confrontar Marcos 13,5.21-22o la mención <strong>de</strong>l “hijo <strong>de</strong>l Hombre” en el verso 26. Es claro que tal i<strong>de</strong>ntidad se funda en unaexperiencia <strong>de</strong> la que ya da noticia Marcos 13. Ahora bien, la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> algo o alguien sefragua en la confrontación con la diversidad, con ‘lo otro’. Este aspecto pue<strong>de</strong> ser el fondo <strong>de</strong>la cuestión acerca <strong>de</strong>l Mesías. Por tanto, se podría pre<strong>su</strong>poner que Marcos esté contestandociertas imágenes mesiánicas <strong>de</strong> <strong>su</strong> contexto socio-religioso que se anclan precisamente en latradición <strong>de</strong> la filiación davídica.La i<strong>de</strong>ntidad mesiánica <strong>de</strong> Jesús es un a<strong>su</strong>nto que atraviesa todo el cuerposinóptico. Cada evangelio comienza con ese atisbo. <strong>El</strong> evangelio <strong>de</strong> Mateo propone unagenealogía que le conecta con el rey David y con los patriarcas (Mt 1,1-16). En el evangelio<strong>de</strong> Lucas, inmediatamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l prólogo, se <strong>su</strong>ce<strong>de</strong>n una serie <strong>de</strong> relatos <strong>de</strong>‘anunciación’ y <strong>de</strong> ‘promesa’ <strong>de</strong>l Mesías (Lc 1,5-80). Ambos evangelios, en los relatos <strong>de</strong>lnacimiento <strong>de</strong> Jesús, <strong>de</strong>jan claro la vinculación mesiánica con el linaje <strong>de</strong> David (cf. Mt1,20b, Lc 2,4). Lucas, sin embargo, propone <strong>su</strong> genealogía (más amplia, hasta llegar a Adán)justo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l pasaje <strong>de</strong>l bautismo, <strong>de</strong>jando, entretanto, más en evi<strong>de</strong>ncia la filiacióndivina <strong>de</strong> Jesús (cf. Lc 3,22c.23-38). Por <strong>su</strong> lado, Marcos, en el prólogo, proclama8


simplemente a Jesús como “el Cristo”, agregando a<strong>de</strong>más, “Hijo <strong>de</strong> Dios” 2 . Parece entoncesque esa i<strong>de</strong>ntidad mesiánica en este evangelio ya presenta una pista que va ayudar acaracterizarla. <strong>El</strong> especialista Joel Marcus, afirma que “la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> Jesús es el tema centralen el Evangelio <strong>de</strong> Marcos, tal y como el evangelista lo <strong>de</strong>ja claro a partir <strong>de</strong> 1,1”. 3 <strong>El</strong> tema <strong>de</strong>la ‘filiación’ <strong>de</strong>l Mesías va a ser fundamental para ello, tal y como lo insinúa el planteamiento<strong>de</strong> Marcos 12,35-37. Es en esta perícopa don<strong>de</strong> Marcos enfoca la filiación davídica <strong>de</strong>lMesías.En Marcos esos dos títulos referidos a Jesús, “Cristo” e “Hijo <strong>de</strong> Dios”, yapresentes en el prólogo, irán imbricándose a lo largo <strong>de</strong>l evangelio, <strong>su</strong>stentando <strong>su</strong>inseparabilidad, <strong>de</strong> una manera <strong>su</strong>til y connatural con la narrativa, sin forzarla ni entorpecerlacon alguna exposición o excur<strong>su</strong>s doctrinal, y atendiendo a la intriga que el propio evangelistale ha querido dar. Es más, es a partir <strong>de</strong> esa intriga que esa i<strong>de</strong>ntidad se va <strong>de</strong>svelandopaulatinamente hasta la escena <strong>de</strong> Jesús ante el sanedrín, la cual remite también al momento<strong>de</strong> <strong>su</strong> muerte (Mc 14,61b y 15,39). Esa tensión se genera entre lo que los estudiosos <strong>de</strong>levangelio llaman ‘secreto mesiánico’ y la ‘incomprensión’ a la cual el personaje Jesús seconfronta en el relato. Cuando Pedro confiesa a Jesús como el Mesías (Mc 8,29-40),inmediatamente Jesús les manda no <strong>de</strong>cirlo a nadie; en seguida, sobreviene la‘incomprensión’ <strong>de</strong> lo que recién había sido proclamado (Mc 8,31-33). Mientras tanto, en elrelato otras voces, distintas <strong>de</strong> los apóstoles, hacen mención al ‘hijo <strong>de</strong> Dios’ (Mc 3,11; 14,61;15,39). Esa trama ya indica que algo <strong>de</strong> esa i<strong>de</strong>ntidad mesiánica necesita replantearse ocompren<strong>de</strong>rse mejor en el seno <strong>de</strong> la comunidad marcana. La perícopa <strong>de</strong> Marcos 12,35-37,no está entonces por ca<strong>su</strong>alidad.Si en Mateos y en Lucas, la filiación davídica es un elemento más, que caracterizala i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l mesías, en el evangelio <strong>de</strong> Marcos queda bajo sospecha según lo formuladoen Marcos 12, 35-37. Esta perícopa pue<strong>de</strong> confirmar claramente una cosa, a saber, que lafiliación davídica estaba vinculada al ‘mesías’ que habría <strong>de</strong> venir, y ello era algo creído, porlos menos en ciertos círculos judíos. Ahora, ¿se pone en tela <strong>de</strong> duda esa filiación específica,contradiciendo aparentemente la creencia <strong>de</strong> los “escribas”? O tal vez, más bien habría quepreguntarse si la cuestión acerca <strong>de</strong>l Mesías davídico apunta hacia una comprensión másprofunda <strong>de</strong> aquella i<strong>de</strong>ntidad.2 A pesar <strong>de</strong> que este último título no está por ejemplo en el Códice Sinaítico, levantando quizás sospechas, haríainclusión con Marcos 15,39, don<strong>de</strong> se vuelve a proclamar a Jesús como el Hijo <strong>de</strong> Dios.3 Marcus, J. I<strong>de</strong>ntity and ambiguity in Markan Christology en: Gaventa, B.R. ; Hays, R.B. (eds.) Seeking thei<strong>de</strong>ntity of Je<strong>su</strong>s. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 2008, p. 133.9


2. Ubicación <strong>de</strong>l <strong>problema</strong>. Contextualización <strong>de</strong> la perícopa2.1 Marcos 12,35-37 en el contexto sinópticoPartiendo <strong>de</strong>l pre<strong>su</strong>puesto <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> las ‘dos fuentes’ <strong>de</strong> los evangeliossinópticos, según la cual el evangelio <strong>de</strong> Marcos en <strong>su</strong> primer estadio <strong>de</strong> redacción sería una<strong>de</strong> éstas, Mateos y Lucas, quienes hacen énfasis en la ascen<strong>de</strong>ncia davídica <strong>de</strong> Jesús,conservan casi íntegramente Marcos 12,35-37. <strong>El</strong>lo re<strong>su</strong>lta curioso, tomando en cuenta eltrabajo <strong>de</strong> apropiación y redacción que los dos evangelistas hacen sobre el material referido alos acontecimientos <strong>su</strong>rgidos en el Templo. 4 ¿Será posible que esta perícopa seaperfectamente armonizable con Mateo 1,1 y Lucas 2,4.11? Al parecer no representó uncuestionamiento radical que les impidiera <strong>de</strong>sarrollar más la doctrina mesiánica tradicional <strong>de</strong>l‘Hijo <strong>de</strong> David’. No obstante, llama la atención que ambos paralelos son los últimos textosque hacen referencia a esa específica filiación mesiánica –cuestionándola– pues en a<strong>de</strong>lanteno se hace ya más mención <strong>de</strong> ese título.Ahora bien, si se rechaza la prioridad marcana en favor <strong>de</strong> la hipótesis <strong>de</strong>Griesbach 5 con respecto al llamado ‘<strong>problema</strong> sinóptico’, teniendo a<strong>de</strong>más en cuenta laausencia <strong>de</strong> las genealogías davídicas <strong>de</strong> los otros evangelios, Marcos 12,35-37 podríalevantar la sospecha <strong>de</strong> que en realidad para el evangelista la doctrina mesiánica <strong>de</strong>l ‘Hijo <strong>de</strong>David’ es problemática. No obstante, el <strong>de</strong><strong>su</strong>so <strong>de</strong> este título <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los paralelos <strong>de</strong>Mateo y Lucas, como se acaba <strong>de</strong> señalar, podría llevar a dos soluciones alternativas, a saber,<strong>de</strong> que tal doctrina no es <strong>de</strong>finitoria con respecto a la calidad mesiánica <strong>de</strong> Jesús y por tanto seretoman ‘Hijo <strong>de</strong> Dios’ e ‘Hijo <strong>de</strong>l Hombre’, o, ciertamente Lucas y Mateos se basan enMarcos, cuya parquedad en relación con el título davídico es ya conocida. La <strong>su</strong>spicaciamarcana acerca <strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong>l ‘Hijo <strong>de</strong> David’, tendría mucho más sentido que la <strong>de</strong> unMateo anterior a Marcos. Mateo enfatiza la filiación davídica <strong>de</strong>l mesías, por lo que el uso <strong>de</strong>tal título es más frecuente 6 . Ahora, ¿cómo pue<strong>de</strong> sostenerse tal énfasis con la irrupción <strong>de</strong>4 Centrándose en la sección <strong>de</strong> las ‘discusiones en el Templo’, es notable el trabajo <strong>de</strong> redacción <strong>de</strong> Lucas, quepor ejemplo, recoloca el diálogo <strong>de</strong> Jesús con el escriba acerca <strong>de</strong>l ‘primer mandamiento’ (Mc 12,28ss; cf. Lc20,40; Lc 10,25-28), quebrando así el esquema marcano. Mateo, por <strong>su</strong> parte, es más fiel en esa sección aMarcos, sin embargo hace cambios <strong>su</strong>tiles respecto a los personajes.5 De acuerdo con Rafael Aguirre, los <strong>de</strong>fensores (la escuela <strong>de</strong> Tubinga y más recientemente W.R. Farmer) <strong>de</strong>esta hipótesis han querido catalogar a Marcos como una especie <strong>de</strong> “síntesis católica” <strong>de</strong>l cristianismoju<strong>de</strong>ocristiano <strong>de</strong> Mateo y <strong>de</strong>l pagano-cristianismo <strong>de</strong> Lucas, acuerpando así la tesis <strong>de</strong> J.J. Griesbach quien afinales <strong>de</strong>l siglo XVIII sostenía que no había que “recurrir a documentos hipotéticos (como la fuente Q) si todose pue<strong>de</strong> explicar por relaciones <strong>de</strong> los sinópticos entre ellos”. Aguirre Monasterio, R.; Rodríguez Carmona, A.Evangelios Sinópticos y Hechos <strong>de</strong> los Apóstoles. Estella: Verbo divino, 1992, p.64-65.6 Sobre todo el evangelio <strong>de</strong> Mateo, en el que se usa ‘Hijo <strong>de</strong> David’ nueve veces, mientras Marcos y Lucas, lousan cuatro veces.10


Mateo 22,41-45 y luego la ausencia <strong>de</strong>l título davídico en lo que resta <strong>de</strong>l evangelio? ¿Mateoentonces simplemente está siguiendo a Marcos, o también en Mateo se está frente a unaopción teológica a pesar <strong>de</strong>l valor mesiánico <strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong>l ‘Hijo <strong>de</strong> David’? Es probableque haya una comprensión tanto <strong>de</strong> Mateo como <strong>de</strong> Lucas <strong>de</strong> esa opción marcana –o premarcana–puesto que en el relato primitivo <strong>de</strong> la pasión ese título está ausente, así como enMarcos 13.De acuerdo con el estudio <strong>de</strong> Peter M. Head acerca <strong>de</strong> la cristología neotestamentariaa la luz <strong>de</strong>l <strong>problema</strong> sinóptico, en el evangelio <strong>de</strong> Marcos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva<strong>de</strong> la “hipótesis <strong>de</strong> Griesbach”, hay una “falta <strong>de</strong> interés redaccional positivo en Jesús comoMesías”, y <strong>de</strong> ahí que incurra en la omisión <strong>de</strong> seis referencias al título davídico que sí estánpresentes en Mateo 7 . Al parecer, según esa hipótesis, Marcos 11,10 retoma Mateo 21,5.9 yLucas 19,38, pero en lugar <strong>de</strong> centrar la proclamación <strong>de</strong> Jesús como ‘rey’ en la entrada <strong>de</strong>Jerusalén 8 , enfoca el ‘reino’, como parte <strong>de</strong> <strong>su</strong> interés redaccional-teológico (cf. Mc 1,15).<strong>El</strong>lo aparentemente quedaría justificado con el trabajo <strong>de</strong> redacción <strong>de</strong> Marcos 10,46-52,don<strong>de</strong> aparece el vocativo ‘Hijo <strong>de</strong> David’ dos veces. Marcos, en vez <strong>de</strong> poner atención altítulo, se enfoca en el tema <strong>de</strong> la fe y en <strong>de</strong>l discipulado al introducir términos clave como‘camino’ y el uso <strong>de</strong>l verbo ‘llamar’. 9 P.M. Head, sin embargo, advierte que el título ‘Hijo <strong>de</strong>David’, inmediatamente antece<strong>de</strong> a una sección don<strong>de</strong> éste gana mucha relevancia porqueguarda una “relación especial con Jerusalén”, la ciudad <strong>de</strong> David 10 . Las doctrinas ymovimientos mesiánicos contemporáneos a Marcos, como luego se profundizará en elsiguiente capítulo, contemplaban ya la tradición <strong>de</strong> la entrada mesiánica triunfal enJerusalén. 11 Por tanto, toda esa sección ligada a Jerusalén y al Templo (Mc 11-12),correspon<strong>de</strong> quizás a una tradición que i<strong>de</strong>ntifica a Jesús con el ‘Hijo <strong>de</strong> David’, con el objeto<strong>de</strong> darle un realce mesiánico. <strong>El</strong> evangelista trabaja sobre esa tradición, pero adjuntandoMarcos 12,35-37 como criterio hermenéutico. Por otro lado, P.M. Head, sostiene contra lahipótesis Griesbachiana que no es posible <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r una <strong>su</strong>puesta falta <strong>de</strong> interés con respectoa Jesús-Mesías –y <strong>de</strong> ese modo centrándose más en el tema <strong>de</strong>l discipulado o <strong>de</strong>l ‘reino’–porque la aplicación <strong>de</strong>l título ‘Cristo’ a Jesús están en “pasajes estructuralmente7 Head, Peter M. Christology and the synoptic problem. An argument for Markan priority. Cambridge:Cambridge University Press, 1997, p.180.8 Ibíd, p.179.9 Ibíd, p.177. De ahí el uso secuencial <strong>de</strong> los verbos Θάρσει· ἔγειραι, φωνεῖ en el verso 49, o las frases παρὰ τὴνὁδόν y ἐν τῇ ὁδῷ, las cuales forman la moldura <strong>de</strong> la perícopa.10 Ibíd, p.179.11 Scar<strong>de</strong>lai, D. Movimentos Messiânicos no Tempo <strong>de</strong> Je<strong>su</strong>s. São Paulo: Paulus, 1998, p.247-251.11


significativos” 12 , como en el prólogo (Mc1,1) o en la confesión <strong>de</strong> Pedro (Mc 8,29) que hace<strong>de</strong> bisagra entre la sección correspondiente al ministerio <strong>de</strong> Jesús en Galilea y la <strong>de</strong>l caminohacia Jerusalén. La confesión <strong>de</strong> Jesús como el Mesías abre hacia un camino que irárevelando esa i<strong>de</strong>ntidad. Marcos quiere <strong>de</strong>jar claro que Jesús es el Mesías. Ahora la cuestiónes si ese mesías se equipara con el ‘Hijo <strong>de</strong> David’.Quienes <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n esa falta <strong>de</strong> interés <strong>de</strong> Marcos, en <strong>de</strong>sarrollar más la tradiciónacerca <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica <strong>de</strong> Jesús, basan <strong>su</strong>s argumentos en el carácter más judío <strong>de</strong>Mateo, en el uso <strong>de</strong> glosas explicativas en Marcos para contextos fuera <strong>de</strong> Palestina, y en lautilización <strong>de</strong> un “lenguaje inequívocamente redaccional”. 13 Sin embargo, P.M. Head llama laatención hacia el principio propuesto por A.Ritschl en 1851, el cual postula que cuando esoselementos redaccionales generan contradicción e incoherencia en el texto que los presenta,son un indicativo <strong>de</strong> que éste <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> una fuente anterior; tal es el caso <strong>de</strong>l paralelo <strong>de</strong>Marcos 8,29 –la confesión mesiánica <strong>de</strong> Pedro–, Mateo 16,17-19, que <strong>su</strong>puestamente implicauna novedad, pero que fue ya anticipada en Mateo 14,33. 14 Por otro lado, no hay evi<strong>de</strong>nciaque lleve a ubicar una ten<strong>de</strong>ncia redaccional en Marcos que busque minimizar el tema <strong>de</strong>lMesías. Entre tanto, el tratamiento <strong>de</strong> la tradición recibida <strong>de</strong>l Mesías como ‘Hijo <strong>de</strong> David’que hace Marcos en tanto fuente sinóptica, es más plausible que un hipotético Marcosgriesbachiano que <strong>de</strong>svíe la atención hacia otros temas. Tanto el ‘reino’ como el‘discipulado’, son temas que se estructuran y hallan <strong>su</strong> eje en la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica <strong>de</strong> Jesús.Después <strong>de</strong> esclarecer mejor la prece<strong>de</strong>ncia marcana que se a<strong>su</strong>me en este trabajo,es necesario ahora situarse en el texto y <strong>su</strong>s paralelos, e ir <strong>de</strong>scubriendo las ten<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>redacción en cada evangelio.<strong>El</strong> evangelio <strong>de</strong> Mateo (22,41-46) muestra diferencias con los interlocutores <strong>de</strong>Jesús. Des<strong>de</strong> el verso 34, los fariseos son quienes están <strong>de</strong>batiendo con Jesús, comenzandocon la cuestión <strong>de</strong>l mandamiento principal. Sustituye al escriba <strong>de</strong> Marcos 12,28ss por ungrupo <strong>de</strong> fariseos que premeditadamente iban a ponerle a prueba. <strong>El</strong> tono amable quecaracterizaba ese encuentro <strong>de</strong> Jesús con el escriba, ahora en Mateo está ausente. Mateoreitera en versículo 41a que Jesús estaba reunido con los fariseos. <strong>El</strong> versículo 34c que cierrala conversación entre Jesús y el escriba, es <strong>de</strong>splazado al final <strong>de</strong> la perícopa en Mateo, <strong>de</strong>modo que da continuidad con la discusión con los fariseos. Jesús, pues, lanza dos preguntasacerca <strong>de</strong> quién es hijo el Cristo. Mateo parece ser más enfático, ya que aguarda la respuesta12 Head, P. M. Christology and the synoptic problem… , p.180.13 Ibid, p.31-32.14 Ibid, p.33-34.12


<strong>de</strong> los fariseos quienes contestan “<strong>de</strong> David”. Al igual que Marcos, la cita <strong>de</strong>l Salmo 110 estáen medio <strong>de</strong> dos preguntas que plantean el <strong>problema</strong>, a saber, <strong>de</strong> cómo el David llama ‘señor’al Cristo y <strong>de</strong> cómo pue<strong>de</strong> ser el Cristo hijo <strong>su</strong>yo. Al final remarca el tono confrontativo conel versículo 46. De acuerdo con U. Luz, el pasaje en Mateo, es una controversia en “unsentido indirecto, porque no hay verda<strong>de</strong>ra disputa” 15 , pues Jesús <strong>de</strong> una manera aplastanteevita cualquier contestación. No obstante, el tono es <strong>de</strong>safiante y busca interpelar a losfariseos. Mateo cambió el monólogo <strong>de</strong> Jesús que en Marcos está en un contexto <strong>de</strong>enseñanza en el templo, por una pregunta directa a los fariseos. Según J.A. Overman, esaperícopa “le sirve como una ocasión para Jesús <strong>de</strong>mostrar <strong>su</strong>perioridad sobre los fariseos,particularmente en lo referente al entendimiento <strong>de</strong> la Escritura”, y ello corrobora, sobre todoen las “historias <strong>de</strong> conflicto”, “una ten<strong>de</strong>ncia a retratar a los fariseos como los oponentes <strong>de</strong>Jesús”. 16 Eso refleja entonces el contexto histórico social <strong>de</strong> la comunidad mateana, en el cualésta está en clara oposición con el judaísmo formativo <strong>de</strong> <strong>su</strong>strato fariseo. 17 Por otro lado, U.Luz, recurriendo a la perspectiva <strong>de</strong>l lector mateano, pone <strong>su</strong> atención en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> lacristología <strong>de</strong> “Hijo <strong>de</strong> Dios”, también recibida <strong>de</strong> Marcos, y que ya ha venido siendoanticipada en el evangelio. <strong>El</strong> evangelista apela al conocimiento <strong>de</strong> <strong>su</strong>s lectores según el cualJesús es el Cristo, Hijo <strong>de</strong> David (Mt 1,1) y a la vez es el Hijo <strong>de</strong> Dios (Mt 14,33; 16,16),mientras que los fariseos son forzados a respon<strong>de</strong>r sólo según la doctrina mesiánicatradicional, pues no conocen al Cristo. 18 <strong>El</strong> lector sabe ya <strong>de</strong> antemano que <strong>su</strong> respuesta esin<strong>su</strong>ficiente porque el Mesías a<strong>de</strong>más es Hijo <strong>de</strong> Dios. Es interesante como en el paralelo <strong>de</strong>Marcos 8,29, don<strong>de</strong> Pedro confiesa que Jesús es el Cristo, Mateo 16,15 agrega “Hijo <strong>de</strong>Dios”, como un recurso redaccional para dar fuerza y coherencia a la cristología <strong>su</strong>scrita por<strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l título. <strong>El</strong>lo crea un efecto nuevo en Mateo 22,42-45.<strong>El</strong> evangelio <strong>de</strong> Lucas, por <strong>su</strong> parte, reedita la perícopa (Lc 20,41-44),<strong>su</strong>primiendo la introducción que ubicaba a Jesús en el Templo y cambiando a <strong>su</strong>sinterlocutores, “la muchedumbre”, por los “escribas” según se infiere <strong>de</strong>l contexto (cf. Lc20,39.41a). De acuerdo con J.A. Fitzmyer, Lucas ha trasladado el diálogo con el escribaacerca <strong>de</strong>l mandamiento principal a otro contexto, Lucas 10,25-28. 19 <strong>El</strong> único vestigio <strong>de</strong>Marcos 12,28-34 está en los versículos <strong>de</strong> transición <strong>de</strong> Lucas 20,39-40. Lucas quizás quiebraasí una unidad trabajada en Marcos, don<strong>de</strong> se juntó los diálogos <strong>de</strong> Jesús con las autorida<strong>de</strong>s y15 Luz, Ulrich. <strong>El</strong> evangelio según San Mateo. Salamanca: Sígueme, 2003, v.3, p.374.16 Overman, J.A. O Evangelho <strong>de</strong> Mateus e o Judaísmo Formativo. São Paulo: Loyola, 1997, p.86.17 Cf. Ibid, p.45-47.18 Luz, U. <strong>El</strong> evangelio según San Mateo, p.375-776.19 Fitzmyer, J.A. <strong>El</strong> Evangelio según Lucas. Madrid: Cristiandad, 2005, v.4, p.191.13


la enseñanza acerca <strong>de</strong> la filiación <strong>de</strong>l mesías en Templo. Entre tanto, Lucas a<strong>de</strong>más hace unaespecie <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong> limpieza redaccional, <strong>su</strong>primiendo todas las repeticiones mejorando <strong>de</strong>ese modo el estilo. 20 Por consiguiente, la perícopa queda con una forma más abreviada,centrándose así en el meollo <strong>de</strong>l a<strong>su</strong>nto. Por otro lado, Lucas es más riguroso en la cita <strong>de</strong>lSalmo 110 (109 según LXX), corrigiendo “<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> <strong>su</strong>s pies” por “como escabel <strong>de</strong> tus pies”(Lc 20,43).Esta perícopa en el evangelio <strong>de</strong> Lucas tiene una particularidad que no está en losotros evangelios. Al igual que Mateo, el evangelista “<strong>su</strong>braya <strong>de</strong> un modo especial laascen<strong>de</strong>ncia davídica <strong>de</strong> Jesús” 21 , como se pue<strong>de</strong> constatar en <strong>su</strong> genealogía (Lc 3,31), en elrelato <strong>de</strong>l nacimiento <strong>de</strong> Jesús (Lc 2,11), en el cántico <strong>de</strong> Zacarías (Lc 1,69) o en el relato <strong>de</strong>la anunciación (Lc 1,32). Ese último relato con<strong>de</strong>nsa la intención <strong>de</strong>l evangelista <strong>de</strong> unir lasdos tradiciones, la <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> David con la <strong>de</strong> la filiación divina <strong>de</strong>l Mesías; igual pue<strong>de</strong><strong>de</strong>cirse <strong>de</strong> la yuxtaposición <strong>de</strong> la perícopa <strong>de</strong>l bautismo <strong>de</strong> Jesús, don<strong>de</strong> es engendrado como“hijo” <strong>de</strong>l altísimo (Lc 3,22b; cf. 1,32), y la genealogía, que le vincula con David. Noobstante, <strong>su</strong> originalidad estriba en la solución externa que el propio evangelista da al<strong>problema</strong> planteado en Lucas 20,41-44: “¿Cómo dicen que el Cristo es hijo <strong>de</strong> David?”. EnHechos 2, 26-36, el evangelista Lucas, justo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una proclamación kerigmática (v.22)en la cual Pedro confiesa la re<strong>su</strong>rrección <strong>de</strong> Jesús, usa el Salmo 16,8-11 con el objeto <strong>de</strong>interpretar el Salmo 110,1, que vuelve a citar en los versículos 34b-35. De los versículos 29-34a, Pedro explica ese Salmo sosteniendo que David, en virtud <strong>de</strong> <strong>su</strong> visión profética habíadivisado “a lo lejos” la re<strong>su</strong>rrección gloriosa <strong>de</strong> Cristo, cuya fe era fruto <strong>de</strong>l Espíritu (cf. Mc12,36). En el versículo 36, reitera brevemente el kerigma pascual a la luz <strong>de</strong>l Salmo 110,1. EnHechos 2,30 confirma que Jesús es <strong>de</strong>scendiente David y en el versículo 33 alu<strong>de</strong> a <strong>su</strong>filiación divina; en medio, Pedro habla <strong>de</strong> la visión profética <strong>de</strong> David que confirma lare<strong>su</strong>rrección <strong>de</strong> Jesús <strong>de</strong> la cual ellos son testigos. Por tanto, Lucas no niega la filiacióndavídica <strong>de</strong>l Mesías. Para el evangelista, Jesús es <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> David, pero constituido“Señor y Cristo” por Dios (Hch 2,36). De ahí que Fitzmyer sostenga que “Lucas pre<strong>su</strong>poneque una comprensión plena <strong>de</strong> la relación <strong>de</strong> Jesús con David y <strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong> <strong>su</strong> señoríosólo se pue<strong>de</strong> alcanzar por la fe en la re<strong>su</strong>rrección”. 22La cita <strong>de</strong>l Salmo 110,1 en el contexto kerigmático <strong>de</strong> Hechos <strong>de</strong> los Apóstolescasi que habla por sí sola. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar la importancia <strong>de</strong> ese Salmo como20 Cf. ibid., p.191-192.21 Ibid., p.198.22 I<strong>de</strong>m.14


fundamento escriturístico <strong>de</strong> la fe en la re<strong>su</strong>rrección <strong>de</strong> Jesús, también a partir <strong>de</strong> allí secompren<strong>de</strong> el Señorío <strong>de</strong>l Mesías, <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> David. <strong>El</strong> evangelista <strong>de</strong> Lucas en el libro<strong>de</strong> Hechos re<strong>su</strong>elve, a <strong>su</strong> modo <strong>de</strong> ver, el aparente <strong>problema</strong> que había <strong>de</strong>jado la perícopa, es<strong>de</strong>cir, la cuestión <strong>de</strong> la filiación davídica <strong>de</strong>l Mesías a la luz <strong>de</strong> la fe cristiana. <strong>El</strong> uso <strong>de</strong> esesalmo en la comunidad cristiana, <strong>de</strong> acuerdo con Fitzmyer, “claramente enfatiza la exaltación<strong>de</strong> Jesús al Señorío y a la gloria celeste”. 23 Este es un elemento teológico común entre Marcos12,35-37 y paralelos. Claramente ello pre<strong>su</strong>pone la re<strong>su</strong>rrección y también la doctrina <strong>de</strong>lMesías davídico, sin embargo, lo que Marcos parece estar llamando la atención es hacia unanueva visión acerca <strong>de</strong>l Mesías, partiendo evi<strong>de</strong>ntemente <strong>de</strong> la cuestión <strong>de</strong> <strong>su</strong> filiación.Por ahora, es menester recurrir a las últimas investigaciones que han intentadoesclarecer el sentido <strong>de</strong> esta perícopa en Marcos, y así, sacarle más provecho a lo que buscacomunicar. Antes, conviene dar una mirada rápida a <strong>su</strong> contexto, al modo cómo ésta fueconcatenada, lo cual ayudará a compren<strong>de</strong>r <strong>su</strong> razón <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l propio evangelio.2.2. Marcos 12,35-37 y <strong>su</strong> contexto estructuralMarcos 12,35-37 forma parte <strong>de</strong> un conjunto <strong>de</strong> perícopas que está ligado a lasactivida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Jesús en Jerusalén a partir <strong>de</strong> Marcos 11, y más específicamente, lascorrespondientes al Templo (Mc 11,11ss). Para Rudolf Pesch, la perícopa se encuentra <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong> una “quinta gran sección” <strong>de</strong>l evangelio, la cual va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Marcos 11,1 hasta 13,37. Laantece<strong>de</strong> la “gran sección” <strong>de</strong>l camino y la <strong>su</strong>ce<strong>de</strong> el relato <strong>de</strong> la pasión (Mc 14ss). Ahora,<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esa quinta sección, Pesch primero ve una primera parte compuesta en tresmomentos: el primero correspondiente a la entrada a Jerusalén y la “<strong>de</strong>mostración profética enel templo” (11,1-12,44); el segundo coinci<strong>de</strong> con “el cuestionamiento <strong>de</strong> la autoridad <strong>de</strong> Jesúsy <strong>su</strong> respuesta” (11,27-12,12); el tercero correspon<strong>de</strong> a la “instrucción mesiánica <strong>de</strong> Jesús enel templo” (12,13-44). 24 Después, Marcos 13 es adherido a esa gran sección, como muestranel nexo Marcos 13,1-2 y las referencias al templo –y <strong>su</strong> real <strong>de</strong>strucción histórica– tematizadoluego en el discurso escatológico. 25Por tanto, lo que caracteriza esa gran sección es Jesús en relación al templo <strong>de</strong>Jerusalén, como antesala al relato <strong>de</strong> la pasión. Según Pesch, “la exposición <strong>de</strong> la estadía <strong>de</strong>23 Fitzmyer, J.A. The Semitic Background of the New Testament. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1997, p.125.Cita completa: “The use, moreover, of Ps 110:1 elsewhere in the New Testament clearly emphasizes Je<strong>su</strong>s’exaltation to Lordship and heavenly glory (see Mk 16:19; 1 Cor 15:25; Eph 1:20 ; Col 3:1; Heb 8:1; 10:12, 13;12:2), and at times stands in contrast to his Davidic relationship (Acts 2:29-35; 13:23-30; Heb 1:3-13)”.24 Pesch, Rudolf. Il Vangelo di Marco. Parte prima. Brescia: Pai<strong>de</strong>ia Editrice, 1982, p.85-86.25 Ibid., p.87.15


Jesús en Jerusalén antes <strong>de</strong>l inicio <strong>de</strong> la pasión propiamente dicha en 14,1 constituye […] lagran quinta sección <strong>de</strong>l evangelio”. 26 Para este autor, el evangelista trabaja el material <strong>de</strong>lrelato pre-marcano <strong>de</strong> la pasión agregando la discusión acerca <strong>de</strong> la re<strong>su</strong>rrección y el diálogosobre el primer mandamiento, por lo que, tanto la discusión acerca <strong>de</strong>l tributo a César como lacuestión <strong>de</strong> la filiación davídica, forman parte <strong>de</strong> aquel material anterior pues da cuenta <strong>de</strong> laactividad <strong>de</strong> Jesús en Jerusalén y en templo. Ya, en la redacción final, Marcos 12, 35-37 estáen un contexto más amplio que no sólo se limita al templo, sino que ahora se sitúa en palabras<strong>de</strong> Pesch, en “la instrucción mesiánica <strong>de</strong> Jesús en el templo”, como ya se ha señalado (cf. Mc12,13-44). A ello, también se vincula la secuencia <strong>de</strong> discursos que exponen temas esenciales<strong>de</strong> la doctrina cristiana: “la relación con el estado, la esperanza <strong>de</strong> la re<strong>su</strong>rrección, el primermandamiento y la naturaleza y dignidad <strong>de</strong>l Mesías”. 27 <strong>El</strong> criterio <strong>de</strong> Pesch en esta “gransección” parece haber sido la actividad <strong>de</strong> Jesús en Jerusalén y en el templo, que elevangelista tomó <strong>de</strong>l relato pre-marcano <strong>de</strong> la pasión, dándole una nueva configuración, enespecial al contexto inmediato <strong>de</strong> Marcos 12,35-37.<strong>El</strong> evangelio <strong>de</strong> Marcos admite diversas organizaciones estructurales según sea elcriterio con el que se abor<strong>de</strong>. De acuerdo con J. Delorme, si se toma como criterio el espacio,se tendría tres gran<strong>de</strong>s partes, a saber, la que sitúa el ministerio <strong>de</strong> Jesús en Galilea yalre<strong>de</strong>dores, luego una segunda correspondiente a la <strong>su</strong>bida a Jerusalén, y una tercera quepresenta a Jesús en Jerusalén –don<strong>de</strong> continúa <strong>su</strong> ministerio y luego es preso y con<strong>de</strong>nado–;mientras tanto, si se parte <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva “según el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l drama”, dos gran<strong>de</strong>stemáticas estructurarían y <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>narían los hechos, a saber, una primera parte en la cual sepregunte quién es Jesús (Mc 1,14-8,26), y una segunda don<strong>de</strong> Jesús se revela (Mc 8,27-16,8). 28 También, pue<strong>de</strong> organizarse el material <strong>de</strong> acuerdo con un criterio catequético, <strong>de</strong>s<strong>de</strong>el cual se contemple primero “la llamada a los discípulos” (Mc 1,16-6,6), seguida luego por laparte correspondiente a “la formación <strong>de</strong> los discípulos” (Mc 6,6b-10,52), y por último “larevelación <strong>de</strong> Jesús en Jerusalén” (Mc 11-16). 29 Sin embargo, Delorme se <strong>de</strong>canta porentresacar una estructura más compleja en la cual el elemento narrativo esté más presente. Deahí la atención puesta en los personajes y <strong>su</strong> relación con Jesús.26 Ibid., p.86. Continúa el autor puntuando: “Marcos sigue el recuadro <strong>de</strong>l relato pre-marcano <strong>de</strong> la pasión, en elcual él inserta la secuencia <strong>de</strong> 11,24-25 y las disputas que amplían el contraste <strong>de</strong> Jesús con las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>lpueblo judío (12,18-27), el diálogo didáctico sobre el primer mandamiento (12,28-34) y la advertencia contra losescribas (12,38-40)”.27 Ibid., p.87.28 Cf. Delorme, J. <strong>El</strong> Evangelio según San Marcos. Estella: Verbo Divino, 1990, p.17-23, 33.29 Ibid, p.32.16


Por lo tanto, hay una primera gran parte en la que se presenta los tres principalespolos <strong>de</strong> personajes: los discípulos, la gente y los adversarios (Mc 1,14-6,6). Luego una parteque enfoca la relación <strong>de</strong> Jesús con <strong>su</strong>s discípulos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cual se resaltan las diferenciasentre sí (Mc 6,6b-10,52). Sobreviene una tercera parte en la cual Jesús y <strong>su</strong>s discípulos seconfrontan con <strong>su</strong>s adversarios en Jerusalén (Mc 11,1-16,8). A partir <strong>de</strong> esas tres partes seestructuran seis etapas que “empiezan y terminan regularmente por medio <strong>de</strong> una escena enque Jesús está solo con <strong>su</strong>s discípulos y prepara con ellos el futuro”. 30 De acuerdo con eseesquema, Delorme ubica a Marcos 12,35-37 en la quinta etapa cuya característica principal esla confrontación <strong>de</strong> Jesús con las autorida<strong>de</strong>s en Jerusalén.Des<strong>de</strong> otra óptica, Jean Ra<strong>de</strong>rmakers sitúa la perícopa en cuestión <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> unaestructura bastante trabada, <strong>de</strong> acuerdo con la retórica semítica. Ra<strong>de</strong>rmakers extrae <strong>de</strong>l textouna concatenación y una imbricación <strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s semánticas que pue<strong>de</strong>n aclarar <strong>su</strong> sentido.Con ello algo se está queriendo resaltar, y por lo tanto comunicar. Ra<strong>de</strong>makers hace resaltartal estructura, enfocando a <strong>su</strong> vez unas temáticas que la <strong>su</strong>stenten, y este es el caso <strong>de</strong>l reino<strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> la revelación mesiánica <strong>de</strong> Jesús. También la ubica en una quinta parte o “etapa”,que va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Marcos 10,42 a 13,37 y le titula “Juicio <strong>de</strong> Jerusalén – <strong>El</strong> reino <strong>de</strong> David”; 31 leantece<strong>de</strong>, con el anuncio <strong>de</strong>l <strong>su</strong>frimiento <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong>l Hombre (Mc 8,31), una cuarta etapatitulada “<strong>El</strong> camino <strong>de</strong> Jesús – Entrar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l reino”, 32 y le <strong>su</strong>ce<strong>de</strong> una sexta con el acápite<strong>de</strong> “Revelación <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong>l Hombre y <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> Dios”, 33 que correspon<strong>de</strong> al relato <strong>de</strong> lapasión. Dentro <strong>de</strong> esa quinta etapa, Ra<strong>de</strong>rmakers reconoce la agrupación <strong>de</strong> tres juicios, queson: “Juicio <strong>de</strong> Jerusalén en hechos: la entrada mesiánica <strong>de</strong> Jesús” (Mc 11,1-26); “Juicio <strong>de</strong>Jerusalén en palabras: disputas teológicas” (Mc 11,27-12,44); “Los discursos sobre la venida<strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong>l Hombre”. 34 No obstante, el último juicio, que va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Marcos 13,1, no formaparte estructuralmente <strong>de</strong> los anteriores.De acuerdo con Ra<strong>de</strong>rmakers, Marcos 10,32-12,44 está construido por unaestructura simétrica concéntrica. Este autor muestra que Marcos 10,32-52 guarda simetría conMarcos 12,35-44, conformando así una moldura para otras dos estructuras concéntricas cuyoscentros son la perícopa sobre la expulsión <strong>de</strong> los ven<strong>de</strong>dores <strong>de</strong>l templo, que el autor30 Ibid, p.31,33.31 Ra<strong>de</strong>rmakers, Jean. La bonne nouvelle <strong>de</strong> Jé<strong>su</strong>s selon saint Marc. 1. Texte. Bruxelles: Institut d’Etu<strong>de</strong>sTheologiques, 1974, p.49.32 Ibid, p.41.33 Ibid, p.61.34 Cf. Ibid, p.51,53,57.17


enombra como “la casa <strong>de</strong> oración para las naciones” 35 (Mc 10,15-18), y la perícopa acerca<strong>de</strong> la cuestión <strong>de</strong>l tributo al “César o a Dios” (Mc 11,13-17). De todo ello, podría inferirse queMarcos está llamando la atención hacia el verda<strong>de</strong>ro culto a Dios –que se abre a todas lasnaciones al hacer eco <strong>de</strong> Isaías 56,7 en Marcos 11,17– y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí, la posibilidad <strong>de</strong>compren<strong>de</strong>r la soberanía <strong>de</strong> Dios, la cual no está comprometida con organización políticaalguna. En otras palabras, Marcos pue<strong>de</strong> estarse enfocando no tanto en el Mesías, sino en elreino mesiánico que él anuncia. De este modo Marcos 12,35-36 hace parte <strong>de</strong> esa armadura, 36en simetría precisamente con el relato <strong>de</strong>l ciego Bartimeo (Mc 10,46-52), don<strong>de</strong> se mencionatambién al ‘Hijo <strong>de</strong> David’. Ahora bien, ¿será que el evangelista a través <strong>de</strong> esa estructura haintentado per<strong>su</strong>adir contra una cierta comprensión mesiánica <strong>de</strong>l Reino <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong>l Mesías?Al parecer, la cuestión sobre la filiación davídica <strong>de</strong>l Mesías estaría entonces en conexión conuna interpretación particular <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s cristianas acerca <strong>de</strong> la naturaleza yuniversalidad <strong>de</strong>l reino, temas centrales según la estructura vista por Ra<strong>de</strong>rmakers.A pesar <strong>de</strong>l <strong>de</strong>svelamiento <strong>de</strong> esa estructura, propuesto por Ra<strong>de</strong>rmakers, no hayque olvidar que Marcos 12,35-37 parece formar parte <strong>de</strong> una unidad, o mejor dicho <strong>de</strong> unaserie <strong>de</strong> discursos hechos por Jesús en el contexto <strong>de</strong>l Templo y con distintos interlocutores.En efecto, la perícopa vendría a cerrar un conjunto <strong>de</strong> diálogos, <strong>de</strong> tinte polémico o didáctico,que comienza con Marcos 12, 13-17, que retrata la polémica <strong>de</strong> Jesús con los fariseos yherodianos acerca <strong>de</strong>l tributo al César, luego sigue con Marcos 12,18-27 don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>bate eltema <strong>de</strong> la re<strong>su</strong>rrección contra los saduceos, seguido por Marcos 12,28-34, que alberga undiálogo entre Jesús y un escriba, acerca <strong>de</strong>l mandamiento principal; por último, está Marcos12,35-37, don<strong>de</strong> Jesús interpela a <strong>su</strong>s interlocutores –esta vez, la muchedumbre que leescuchaba con agrado– acerca <strong>de</strong>l origen e i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l Mesías. Ciertamente, Jesús en esecontexto, <strong>de</strong>l Templo, ya había tenido una controversia con las autorida<strong>de</strong>s judías (Mc 12,27-33), precisamente sobre <strong>su</strong> propia autoridad, pero el evangelista traslapa la parábola <strong>de</strong> los‘viñadores homicidas’. Ahora bien esas cuatro perícopas, antes mencionadas, tienen unelemento en común, fácil <strong>de</strong> notar. A cada intervención <strong>de</strong> Jesús, le antece<strong>de</strong> una preguntaprovocadora, o el planteamiento <strong>de</strong> un <strong>problema</strong>, <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> los fariseos, <strong>de</strong> los saduceos, <strong>de</strong>lescriba y <strong>de</strong>l propio Jesús, respectivamente.35 Ibid, p.52.36 Siguiendo la estructura propuesta por Ra<strong>de</strong>rmakers, el marco se construye empezando con “la ofrenda <strong>de</strong>l Hijo<strong>de</strong>l Hombre” (Mc 10, 32-34), que correspon<strong>de</strong> simétricamente a la ofrenda <strong>de</strong> la viuda (Mc 12,41-44); por <strong>su</strong>parte, el relato <strong>de</strong>l reclamo <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> Zebe<strong>de</strong>o y la <strong>su</strong>bsecuente exhortación <strong>de</strong> Jesús al servicio (Mc 12,35-45), se correspon<strong>de</strong> con la crítica <strong>de</strong> Jesús a los escribas quienes buscan po<strong>de</strong>r y fama en vez <strong>de</strong> servir (Mc12,38-40); y por último Marcos 10,46-52 que guarda una relación simétrica con Marcos 12,35-37. Porconsiguiente, la estructura es <strong>de</strong>l tipo a b c (x) c’ b’ a’.18


En un trabajo que ha marcado un hito en la investigación <strong>de</strong> Marcos 12,35-37,David Daube se <strong>de</strong>tiene en el análisis <strong>de</strong> esas preguntas que caracterizan ese grupo <strong>de</strong>perícopas. En éste, cree encontrar un cuádruple esquema conocido ya por la incipientetradición rabínica <strong>de</strong>l siglo primero según testimonio <strong>de</strong>l Talmud <strong>de</strong> Babilonia (cf. Bab.Niddah 69b ss); al respecto, comenta Daube:<strong>El</strong> Talmud cuenta <strong>de</strong> los Alejandrinos que dirigen a R. Joshua ben Hananiah –un<strong>de</strong>stacado rabino en la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>lTemplo- doce preguntas <strong>de</strong> cuatro clases, es <strong>de</strong>cir, tres <strong>de</strong> cada clase. <strong>El</strong>los hacentres preguntas <strong>de</strong> hokhma, ‘sabiduría’. Estas son sobre la halakha, que tratanaspectos <strong>de</strong> la ley […] Luego hacen tres preguntas <strong>de</strong> haggadha […] Estas preguntastratan <strong>de</strong> aparentes contradicciones entre distintos pasajes <strong>de</strong> la Escritura. Despuéshacen tres preguntas <strong>de</strong> boruth, ‘vulgaridad’ […] con el propósito <strong>de</strong> ridiculizar unacreencia <strong>de</strong>l Rabino […] Finalmente, los Alejandrinos preguntaron tres preguntas <strong>de</strong><strong>de</strong>rekh’eres, ‘principios <strong>de</strong> moral y <strong>de</strong> una vida próspera’. 37Por tanto, Daube aplica tal esquema a las perícopas en cuestión, con lassalveda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que en Marcos no se sigue el or<strong>de</strong>n propuesto arriba por los “Alejandrinos”, yno se hacen tres preguntas para cada caso. Entonces, la situación quedaría <strong>de</strong> la siguientemanera: Marcos 12,13-17 correspon<strong>de</strong>ría a las preguntas sobre la ley (halakhá), pues lossaduceos y herodianos usan la fórmula “es lícito” o “es permitido”; 38 Marcos 12,18-27remitiría a las preguntas sobre “boruth”, <strong>de</strong> burla, en tanto se quiere ridiculizar la creencia enla re<strong>su</strong>rrección; luego Marcos 12,28-34 a las preguntas sobre moral, pues se indaga sobre cuál<strong>de</strong>bería ser el principio que rija la conducta humana. Por último, queda Marcos 12,35-37, quecorrespon<strong>de</strong>ría a las preguntas <strong>de</strong> tipo haggádico, pues versaría sobre la interpretación <strong>de</strong> laescritura. 39 Aunque más a<strong>de</strong>lante se retomará la propuesta <strong>de</strong> Daube, a la luz <strong>de</strong> la exégesismás reciente, es menester hacer notar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ya, la dificultad <strong>de</strong> armonizar este esquema conla construcción concéntrica, propia <strong>de</strong> la retórica semítica, <strong>de</strong>fendida por Ra<strong>de</strong>rmakers, y <strong>de</strong> lacual Marcos 12,35-37 hace parte <strong>de</strong> <strong>su</strong> moldura. En el tercer capítulo se volverá a este<strong>problema</strong> <strong>de</strong> estructura. Por ahora, lo importante es advertir acerca <strong>de</strong> la multiplicidad <strong>de</strong>modos <strong>de</strong> estructurar u organizar el contexto la perícopa. En seguida, se abordará la perícopa<strong>de</strong>s<strong>de</strong> sí misma, a partir <strong>de</strong> estudios recientes, sobre todo <strong>de</strong> aquellos realizados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lasegunda mitad <strong>de</strong>l siglo pasado.37 Daube, David. The New Testament and Rabbinic Judaism. New York: Arno Press, 1973 (1956), p.158-159.38 En Marcos 12, 14 se emplea el verbo ἔξεστιν (3ra persona sing. <strong>de</strong> έξειμι, ‘salir, irse’), que admite sertraducido bajo fórmulas jurídicas como ‘es permitido’ o ‘es lícito’ por cuanto <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> ἐξουσία (autoridad,<strong>de</strong>recho, potestad). Cf. Kittel, G.; Friedrich, G. Compendio <strong>de</strong>l Diccionario Teológico <strong>de</strong>l Nuevo Testamento.Grand Rapids: Libros Desafío, 2002, p.189.39 Cf. Daube, The New Testament and Rabbinic Judaism, p.160.19


3. Posicionamiento <strong>de</strong>l <strong>problema</strong>: Status Quaestionis <strong>de</strong> Mc 12,35-373.1 Aproximaciones críticas: Antece<strong>de</strong>ntes históricos <strong>de</strong> la investigaciónEn 1929 M.-J. Lagrange, en <strong>su</strong> comentario al evangelio <strong>de</strong> Marcos, advertíacontra los “críticos liberales”, que en Marcos 12,35-37 “Jé<strong>su</strong>s no niega” la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>nciadavídica <strong>de</strong>l mesías. 40 <strong>El</strong>los sostenían que “la filiación davídica no añadía nada a la dignidad<strong>de</strong> Jesús”, pues según la perícopa, Jesús quiso afirmar que el mesías “no <strong>de</strong>bía ser hijo <strong>de</strong>David, y que él, Jesús <strong>de</strong> Nazaret, podía por lo tanto aparecer como Mesías sin <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r <strong>de</strong><strong>su</strong> estirpe”. 41 Según ese razonamiento, no había “necesidad” <strong>de</strong> tal filiación para que Jesúsfuera el Mesías. Sin embargo, ya A. Loisy admitía que “era probable que el evangelistaconsi<strong>de</strong>re a Jesús como <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> David […] pero él ha puesto en consi<strong>de</strong>ración, <strong>de</strong>acuerdo con Pablo, que el título que le convenía mejor al Cristo era el <strong>de</strong> Señor”. 42 En untrabajo igualmente temprano, E. P. Gould había señalado que la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l mesías quedabain<strong>su</strong>ficientemente <strong>de</strong>finida con sólo el título davídico, pues no contemplaba <strong>su</strong> “relación únicacon Dios”, en tanto hijo <strong>de</strong> Dios, ni <strong>su</strong> “relación universal con la humanidad”, en tanto hijo<strong>de</strong>l Hombre re<strong>de</strong>ntor, <strong>de</strong> ahí que Jesús mismo sintió –comenta este autor– “que el título hijo<strong>de</strong> David, en el cual los escribas habían reducido <strong>su</strong> comprensión <strong>de</strong>l mesías, <strong>de</strong>formaba por<strong>su</strong> estrechez la <strong>de</strong>claración profética <strong>de</strong>l reino mesiánico, y envolvía en sí misma todos loserrores <strong>de</strong>l vigente mesianismo judío”. 43 En cualquier caso, la filiación davídica ayudaba pocoo nada a la hora <strong>de</strong> caracterizar la mesianidad <strong>de</strong> Jesús.No obstante, Lagrange, para quien la tradición <strong>de</strong> la filiación davídica <strong>de</strong>l mesíasno estaba negada en la perícopa, <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> “que el mesías tuvo que ser hijo <strong>de</strong> David, (y) esore<strong>su</strong>ltaba <strong>de</strong> las escrituras, pero tenía la <strong>de</strong>sventaja <strong>de</strong> sólo pensar en el reinado nacionalbasándose por ejemplo en Isaías (11,1ss), al hablar <strong>de</strong> <strong>su</strong> <strong>su</strong>s orígenes humanos, sin tomar encuenta a Daniel, que indica <strong>su</strong> origen celeste”. 44 Pese a ello, Lagrange parece admitir que eltítulo ‘hijo <strong>de</strong> David’ es in<strong>su</strong>ficiente como para poner las bases <strong>de</strong> la cristología marcana; alcomentar Marcos 12,36, que cita el Salmo 110 –un salmo con una gran carga mesiánica parala primitiva comunidad y citado en otro libros neotestamentarios– 45 Lagrange sostenía que, <strong>de</strong>40 Lagrange, M.-J. Évangile selon Saint Marc. Paris: J. Gabalda et Cie, 1966 (1929), p.327.41 I<strong>de</strong>m.42 Loisy, A. L’ Évangile selon Marc. Paris: E. Nourry, 1912, p.360.43 Gould, E.P. A critical and exegetical commentary on the Gospel according to Mark. Edinburgh: T.&T. Clark,1912, p.235.44 Lagrange. Évangile selon Saint Marc, p.325.45 <strong>El</strong> Salmo 110 (o 109 según la Septuaginta) se halla en: Hch 2,34; 1Cor 15, 25; Ef 1,20-22; Hb 1,3; 5,6;7,17.21; 10,12-15; 1 Pe 5,22.20


ese modo, “los escribas <strong>de</strong>berían haber entendido que David no podía saludar al mesías como<strong>su</strong> señor si él fuese solamente <strong>su</strong> hijo”, por lo cual, “el mesías no es sólo más que un gran rey,entre él y David no hay <strong>de</strong> más ni <strong>de</strong> menos, pues él pertenece a otro or<strong>de</strong>n”. 46 Más tar<strong>de</strong> J.Schmid argumentaría, sin negar la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l título davídico, que lo que se busca en Marcos12,35-37 es corregir una concepción mesiánica “estrictamente terrenal” <strong>de</strong>l ambiente judío,por lo que, “esta i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>masiado baja, terrenal y política <strong>de</strong>l Mesías es lo que ataca Jesús”. 47W. Barclay, también sostuvo que “el <strong>problema</strong> fue que el título Hijo <strong>de</strong> David se ha vistomezclado […] con esperanzas y <strong>su</strong>eños, y con objetivos y ambiciones, <strong>de</strong> índole nacionalistay política”, en vez <strong>de</strong> un Mesías “Señor”, cuya misión sea “llevar a la humanidad a Dios”; <strong>de</strong>ahí que Jesús intente en ese pasaje, “quitar <strong>de</strong> la mente <strong>de</strong> los hombre, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> un mesíasguerrero conquistador que fundaría un reino terrenal”, 48 proponiendo a cambio la imagen <strong>de</strong>un mesías celeste.En un importante artículo para la investigación sobre Marcos 12,35-37, G.Schnei<strong>de</strong>r, en 1972, previene que la perícopa “la cual se ocupa <strong>de</strong> la pregunta <strong>de</strong> si el Mesíases el Hijo <strong>de</strong> David, plantea diversos <strong>problema</strong>s”; entre los cuales, el <strong>de</strong> si con esta perícopa,sea en el propio texto o en una tradición anterior, se rechaza la filiación davídica <strong>de</strong>l mesías,porque en el caso <strong>de</strong> Jesús, “no quería i<strong>de</strong>ntificarse con aspiraciones políticas, las cualesestaban asociadas, en el judaísmo contemporáneo, con el Mesías Hijo <strong>de</strong> David”. 49 Para ello,Schnei<strong>de</strong>r, hace una mirada retrospectiva en la investigación <strong>de</strong> esta perícopa, sobre todo laque se ha hecho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la “historia <strong>de</strong> las formas”.En 1919, K. L. Schmidt sostenía que Marcos 12,35-37 tenía la forma <strong>de</strong> “litigio” o“<strong>de</strong>bate” (Streitgespräch), venida <strong>de</strong> una tradición más temprana que asociaba a Jesús con elTemplo; 50 sin embargo, según Schnei<strong>de</strong>r, Bultmann niega que la perícopa tuviera tal forma,a<strong>de</strong>más propone que se trataba <strong>de</strong> una “construcción <strong>de</strong> la comunidad” (Gemein<strong>de</strong>bildung),pues a Jesús difícilmente le hubiese interesado <strong>de</strong>svincular la filiación davídica <strong>de</strong>l mesías. 51Para Bultmann “es muy posible que la oposición que se <strong>de</strong>ja sentir en Mc 12,35-37 conrespecto a la condición <strong>de</strong> ‘hijo <strong>de</strong> David’ se refiere <strong>de</strong> hecho a la condición <strong>de</strong> ‘hijo <strong>de</strong>lHombre’” 52 , sin por ello, retrotraerla a la conciencia <strong>de</strong> sí que pudiese haber tenido el Jesús46 Lagrange, Évangile selon Saint Marc, p.226.47 Schmid, J. <strong>El</strong> Evangelio según San Marcos. Barcelona: Her<strong>de</strong>r, 1967, p.333.48 Barclay, W. The Gospel of Mark. Phila<strong>de</strong>lphia: The Westminster Press, 1956, p.312.49 Schnei<strong>de</strong>r, G. Die Davidssonfrage (Mk 12,35-37), en Biblica 53 (1972), p. 65.50 Ibid., p.66.51 Cf. Ibid., p.66-67.52 Bultmann, R. Historia <strong>de</strong> la Tradición Sinóptica. Salamanca: Sígueme, 1981, p.196.21


histórico acerca <strong>de</strong> <strong>su</strong> propia condición. 53 Por consiguiente, si la perícopa fuese una negación<strong>de</strong> la filiación davídica, sería, en todo caso, “una creación <strong>de</strong> la comunidad, que expresa tansólo, claro está, la opinión <strong>de</strong> un sector reducido”, que buscaba con ello oponer la doctrina <strong>de</strong>l‘hijo <strong>de</strong>l Hombre’ a la <strong>de</strong>l ‘hijo <strong>de</strong> David’, o que quería <strong>de</strong>mostrar el señorío <strong>de</strong> Jesús a lacomunidad helenística, es <strong>de</strong>cir, que “Jesús es más que el hijo <strong>de</strong> David, porque era el Hijo <strong>de</strong>Dios”. 54Esa doble alternativa ofrecida por Bultmann, intenta armonizar con la posturapaulina <strong>de</strong> Romanos 1,3 acerca <strong>de</strong>l ‘hijo <strong>de</strong> David’, <strong>su</strong>giriendo por lo tanto algún tipo <strong>de</strong>disensión –o evolución– en el cristianismo primitivo, lo cual sería plausible tomando encuenta la pluralidad <strong>de</strong> aquella etapa. No obstante, el uso <strong>de</strong>l Salmo 110,1 en sentidomesiánico en otras partes <strong>de</strong>l cuerpo neotestamentario lleva a admitir la existencia <strong>de</strong> unconsenso en aquella diversidad <strong>de</strong> tradiciones y <strong>de</strong> grupos cristianos. No queda clara,entonces, la negación <strong>de</strong> la filiación davídica <strong>de</strong> un posible grupo “reducido” (“einesbegrenzten Kreises”) 55 <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> Marcos 12,35-37, ni la oposición –en todo caso implícita–entre ‘hijo <strong>de</strong> David’ e ‘hijo <strong>de</strong> Hombre’ en dicha perícopa.3.2. Origen y forma: hacia el estado actual <strong>de</strong> la discusiónAhora bien, si <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la ‘historia <strong>de</strong> las formas’, Marcos 12,35-37 no espropiamente un <strong>de</strong>bate ¿qué es exactamente? Al parecer, según la caracterización <strong>de</strong>Bultmann la perícopa tendría forma <strong>de</strong> ‘apotegma’, es <strong>de</strong>cir, un dicho <strong>de</strong> Jesús en forma <strong>de</strong>sentencia breve y “contenida en un breve marco”. Para él, los apotegmas son básicamente <strong>de</strong>tres tipos: litigios, diálogos didácticos, y apotegmas biográficos. Respectivamente, lassentencias que se dan: acompañan una acción o conducta <strong>de</strong> Jesús que luego provoca elcuestionamiento <strong>de</strong>l adversario, para el primer tipo; o correspon<strong>de</strong>n a una pregunta que se lehace a Jesús como maestro, como en el caso <strong>de</strong> Marcos 12,28-34; o cuando se quierecaracterizar la persona <strong>de</strong> Jesús o una situación concreta, para el caso <strong>de</strong> los apotegmasbiográficos. En los apotegmas, Jesús rara vez toma la iniciativa, por lo que Marcos 12,35-37,sería un caso atípico, y podría ser una forma menos pura. No obstante, Bultmann, sostiene queuna “característica <strong>de</strong>l apotegma primitivo es la <strong>de</strong> señalar la ocasión que dio pie a que Jesúshiciera la correspondiente <strong>de</strong>claración […] Es indicio <strong>de</strong> creación secundaria el que Jesús53 Cf. ibid., p.195. Para Bultmann tal autoconciencia sería algo “<strong>de</strong>masiado fantástico”.54 Ibid., p.196.55 Schnei<strong>de</strong>r. Die Davidsonsfrage, p.68.22


tome la iniciativa [...por tanto…] Marcos 12,35-37 es una formación secundaria”. 56 <strong>El</strong> autorsólo se limita a catalogar la perícopa como “creación <strong>de</strong> la comunidad”, como ya se dijo másarriba, para <strong>su</strong> propia instrucción.Sin embargo, Bultmann observa un “grupo <strong>de</strong> sentencias […] que impartenenseñanzas a los discípulos, y que se aña<strong>de</strong>n a apotegmas y a otras historias o que constituyencomposiciones in<strong>de</strong>pendientes”. 57 Esto respon<strong>de</strong>ría al <strong>problema</strong> <strong>de</strong> ubicar la perícopa <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong>l catálogo <strong>de</strong> apotegmas, pues más bien ésta hace parte <strong>de</strong> un material <strong>de</strong> discursos quecontienen palabras <strong>de</strong> Jesús, pero cuyo origen se <strong>de</strong>be más bien a “instrucciones para laaplicación interna”. Es por ello, que <strong>su</strong> forma característica es una “escena”, introducida poruna pregunta <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> los discípulos, un <strong>de</strong>bate entre ellos, o una pregunta hecha por elpropio Jesús. A pesar <strong>de</strong> esta aproximación, Marcos 12,35-37 continúa siendo un “apotegma”difícil <strong>de</strong> catalogar.Recientemente la exégesis ha ampliado la comprensión <strong>de</strong> todo ese acervo <strong>de</strong>dichos y sentencias catalogado como “apotegmas”, echando mano <strong>de</strong> la retórica clásica pararescatar el género ‘chreia’ 58 y aplicarlo a ese abundante material. <strong>El</strong>lo hizo posible una mejororganización y catalogación. Klaus Berger <strong>de</strong>fine chreia como “un discurso o acción en lavida <strong>de</strong> una persona importante, ocasionada por la situación, pero trascendiéndola”, 59 siendoel apotegma un “<strong>su</strong>bgénero”, en tanto <strong>su</strong> forma más escueta y corta. La chreia es una formaliteraria propia <strong>de</strong>l helenismo, que fue adoptada en los escritos neotestamentarios yposteriormente por la tradición rabínica, pues no existe tal forma en el cuerpo veterotestamentario.Un rasgo característico es la pregunta u objeción que “biográfica ysituacionalmente” provocan sea la acción –ciertamente acompañada <strong>de</strong> una sentencia o dicho–o el discurso. Berger consi<strong>de</strong>ra que la chreia en los evangelios “abordan <strong>problema</strong>s internos<strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s […don<strong>de</strong>…] Jesús es presentado como Maestro, figura revestida <strong>de</strong>autoridad”, 60 y en el caso <strong>de</strong> Marcos 12,35-37, posiblemente, se trate una cuestión <strong>de</strong>batida enel seno <strong>de</strong> la comunidad. De los siete grupos o clases <strong>de</strong> chreias encontrados en losevangelios, Berger clasifica Marcos 12,35-37 como una “chreia epidíctica” cuyaargumentación con frecuencia “se basa en textos bíblicos”, y en la cual se da “la comparación56 Bultmann. Historia <strong>de</strong> la Tradición…, p.124.57 Ibid., pp.390-391.58 Literalmente χρεία significa ‘aplicación’, ‘empleo’, ‘uso’, ‘necesidad’. Técnicamente indicaba un géneroliterario y uno <strong>de</strong> los catorce ‘progymnasta’ <strong>de</strong> la enseñanza retórica griega.59 Berger, Klaus. As formas literárias do Novo Testamento. São Paulo: Loyola, 1998, p.78.60 Ibid., p.81.23


<strong>de</strong> dos realida<strong>de</strong>s y la presentación <strong>de</strong>l valor <strong>su</strong>perior o <strong>su</strong>premo”, 61 como podría ser el caso<strong>de</strong>l señorío <strong>de</strong>l mesías respecto <strong>de</strong> <strong>su</strong> filiación davídica.Ahora bien, la mayoría <strong>de</strong> los exegetas ven en la perícopa un trabajo redaccional,más que evi<strong>de</strong>nte. Eduard Schweizer indica que, “la observación, en sí inútil, que Jesús‘enseñaba en el templo’ […] y el repetido acento en <strong>su</strong> ‘enseñanza’ (v.38), como laobservación que distingue netamente la atención <strong>de</strong>l pueblo a la <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s, nos revelaque para Marcos es un corte (ce<strong>su</strong>ra) importante”. 62 G. Schnei<strong>de</strong>r, agrega que el “marco seremonta a la mano <strong>de</strong>l evangelista (y) queda como unidad tradicional sólo la Cuestión <strong>de</strong> lafiliación davídica (Davidssohnfrage) Mc 12,35b-27a”. 63 Sin embargo, tal cuestión no pue<strong>de</strong>ser consi<strong>de</strong>rada aisladamente, sino a partir <strong>de</strong> un contexto y formando parte <strong>de</strong> una unidadmayor. Según Joachim Gnilka, “<strong>de</strong>s<strong>de</strong> M. Albertz, se ha afirmado repetidamente que en elcapítulo 12 se ha reelaborado una colección <strong>de</strong> discusiones en Jerusalén anterior a Marcos”. 64Sin embargo, Gnilka duda que haya un “Sitz im Leben común” –como requisito fundamentalpara dar unidad interna a una colección <strong>de</strong> acuerdo al análisis histórico-formal–, puesto que,tomando como ejemplo Marcos 12,13ss, “la cuestión <strong>de</strong>l impuesto se <strong>de</strong>mostró comoapotegma; la discusión <strong>de</strong> los saduceos como discusión (Streitgespräch); la pregunta acerca<strong>de</strong>l mandamiento principal, como conversación didáctica”. 65 No obstante, tanto Gnilka comoSchnei<strong>de</strong>r remiten a la hipótesis <strong>de</strong> Daube, como una tentativa válida para dar un criteriounificador. 66 Como se vio en la sección anterior, Daube <strong>de</strong>scubrió un esquema cuádruple <strong>de</strong>preguntas aplicado a ese conjunto <strong>de</strong> perícopas, basándose en el Talmud (b Nidda 69b-71).Marcos 12,35-37, correspon<strong>de</strong>ría entonces al tipo <strong>de</strong> “pregunta haggádica” (“haggadhaquestion”), que en la fuente talmúdica está en segundo lugar y no en el cuarto. Daubecomenta:La pregunta cuatro entra en el ámbito <strong>de</strong> Hagadá. A diferencia <strong>de</strong> la primera (Mc12,13ss), no hace referencia a punto <strong>de</strong> la ley alguno (Halaká). Llama la atenciónhacia un verso <strong>de</strong>l Salmo que está en <strong>de</strong>sacuerdo con la enseñanza <strong>de</strong> los escribascon respecto al Mesías, la cual tenía respaldo en la escrituras (Is 11,1.10; Jer 23,5)[…] el <strong>problema</strong> consiste en el conflicto entre varios pasajes <strong>de</strong> la Biblia. 6761 Ibid., p.96.62 Schweizer, E. Il Vangelio secondo Marco. Brescia: Pai<strong>de</strong>ia, 1971, p.268.63 Schnei<strong>de</strong>r. Die Davidssonfrage, p.81.64 Gnilka, J. <strong>El</strong> Evangelio según San Marcos. Vol. II. Salamanca: Sígueme, 2001, p.201. La colección a la cualhace referencia se halla en Marcos 11,15-17.27-33; 12,13-40.65 Ibid., p.202.66 Cf. Schnei<strong>de</strong>r. Die Davidssonfrage, p.81-82.67 Daube. The New Testament and Rabbinic Judaism, p.160.24


Para este autor, el “or<strong>de</strong>n tal vez no era fijo”, y el estilo en el Talmud era másestilizado, con una serie <strong>de</strong> tres preguntas para cada uno <strong>de</strong> los cuatro tipos, re<strong>su</strong>ltandoentonces doce preguntas, en vez <strong>de</strong> cuatro. También le llama <strong>su</strong> atención el hecho que enMarcos, la cuarta pregunta, “comience con una nueva <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> la audiencia y <strong>de</strong>l lugar[…] lo cual <strong>su</strong>giere que esta pregunta era originalmente in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> las otras”. 68 Por otrolado, quizás “la pregunta hecha por Jesús se <strong>de</strong>jaría al final, naturalmente, como el clímax <strong>de</strong>las series”. 69 Daube señala que es probable que el origen <strong>de</strong> tal esquema sea griego, porque enel Talmud se hace referencia a “los alejandrinos” –quienes hacen las preguntas al rabino–,a<strong>de</strong>más, por la <strong>de</strong>signación <strong>de</strong> hokhma –sabiduría– “a lo que ordinariamente se <strong>de</strong>scribiríacomo halakhá” en un ambiente más judío-palestino, y finalmente, por la alusión a la filosofíahelenista con la serie <strong>de</strong> preguntas que conciernen a ‘principios <strong>de</strong> moral y vida exitosa’, o<strong>de</strong>rekh’eres. 70 Daube sostiene que en tiempos <strong>de</strong> Marcos, esa clasificación era seguramenteconocida por los rabinos palestinos. Ahora bien, el sentido <strong>de</strong> la pregunta haggádica no erasólo mostrar dos citas discordantes, sino armonizarlas a pesar <strong>de</strong> esa aparente contradicción.<strong>El</strong> autor argumenta:Si la pregunta haggádica en el Nuevo Testamento, con respecto a nocionescontradictorias <strong>de</strong>l Mesías, contenidas en la Escritura, es estrechamente análoga […]entonces la respuesta insinuada no es que una noción sea correcta y la otra no lo sea,sino que ambas son correctas en contextos diferentes. Es <strong>de</strong>cir, [o] el Mesías es hijo<strong>de</strong> David, hasta cierto momento en la historia, pero <strong>su</strong> Señor <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces, o[…significa…] que él es hijo <strong>de</strong> David según la carne, pero <strong>su</strong> Señor según elespíritu .71La objeción más obvia que se le ha hecho a esa hipótesis es que ese material <strong>de</strong> laliteratura rabínica, en el cual se basa, tuvo <strong>su</strong> forma escrita siglos <strong>de</strong>spués, y que no hay otraprueba fehaciente, más cercana a Marcos, que la <strong>su</strong>stente. <strong>El</strong>lo no obsta a que se contemple laposibilidad <strong>de</strong> que tuviera una forma oral en un inicio. Tampoco impi<strong>de</strong> que se busque en otratradición prece<strong>de</strong>nte, un principio englobante que dé unidad a ese grupo <strong>de</strong> perícopas. En latradición <strong>de</strong> la Haggadá <strong>de</strong> Pascua, hay otro esquema, <strong>de</strong> cuatro preguntas, basado enDeuteronomio 6,20 y en Éxodo 12,26; 13,8.14. Allí cuatro hijos preguntan sobre la pascua; unhijo sabio, un hijo malvado, un hijo <strong>de</strong>voto y un hijo ingenuo, que es ayudado por <strong>su</strong> padre,para formular la última pregunta. 72 Gnilka no está muy convencido, pues a pesar <strong>de</strong> que sigueel or<strong>de</strong>n dado por Marcos –a saber, la “primera es una pregunta sapiencial […] o <strong>de</strong> halajá; la68 Ibid., p.158.69 Ibid., p.161.70 Ibid., p.162.71 Ibid., p.163.72 Painter, J. Mark’s Gospel. Words in conflict. London: Routledge, 2005, p.157.25


segunda, una pregunta vulgar formulada <strong>de</strong> manera irónica; la tercera afecta al or<strong>de</strong>namiento<strong>de</strong> la pascua […y…] la cuarta que apunta al adoctrinamiento (por parte <strong>de</strong> padre)” 73 – eseconjunto tenía como Sitz im Leben el ritual <strong>de</strong> pascua, mientras las perícopas en Marcoscorrespon<strong>de</strong>n a materiales diversos que luego el evangelista juntó.Daube ve en el Se<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Haggadá <strong>de</strong> Pascua una confirmación <strong>de</strong> <strong>su</strong> hipótesis. <strong>El</strong><strong>de</strong>fien<strong>de</strong> que el “autor <strong>de</strong> este Midrash trabaja sobre la base <strong>de</strong>l esquema cuádruple <strong>de</strong>preguntas […y…], cuyo objetivo es aplicarlo en <strong>su</strong> material bíblico”. 74 <strong>El</strong> Midrash <strong>de</strong> Pascuaparece que adquiere <strong>su</strong> forma oral en el siglo II –más cerca <strong>de</strong> Marcos–, por lo que no esinverosímil que tal esquema haya tenido “popularidad” entro los primeros rabinos <strong>de</strong>ljudaísmo formativo. 75 Por tanto, los cuatro hijos –el sabio, el malvado, el <strong>de</strong>voto y el que nosabe preguntar– correspon<strong>de</strong>rían respectivamente a los cuatro tipos <strong>de</strong> interlocutores <strong>de</strong> Jesúsa partir <strong>de</strong> Marcos 12,13. <strong>El</strong> cuarto tipo <strong>de</strong> hijo, correspon<strong>de</strong> entonces a la muchedumbre (Mc12,37c), que no pregunta, sino, en un clima <strong>de</strong> enseñanza-aprendizaje escucha a Jesús, que aligual que el padre en el Midrash <strong>de</strong> Pascua, es quien hace la pregunta. Daube ve un indicio <strong>de</strong>ello en Marcos 12,34b, que sirve mejor como “introducción a la cuarta pregunta”, hecha porJesús, puesto que la tercera ha sido “genuina y razonable”, y no tiene sentido terminar esaperícopa con el versículo 34b. 76 Por consiguiente, la perícopa acerca <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> David, en laque se muestra un Jesús, maestro, comenzaría a partir <strong>de</strong> ese versículo.En un trabajo más reciente, Marie Noonan Sabin, siguiendo la postura <strong>de</strong> Daube,va más allá y ve, tanto en la perícopa como en el esquema <strong>de</strong> cuatro preguntas, la impronta <strong>de</strong>la interpretación bíblica judía. Los <strong>de</strong>bates y controversias eran “la forma normal <strong>de</strong>interpretar el significado <strong>de</strong> las escrituras”. 77 Marcos 12,35-37 entraña un modo <strong>de</strong>argumentación en el cual Sabin encuentra un “enigma” (“riddle”), “típico <strong>de</strong>l pensamientomidráshico”, en don<strong>de</strong> “la pregunta midráshica no parece tener una simple y nítidarespuesta”. 78 Esta acepción podría hacer más justicia a la hora <strong>de</strong> catalogar esta perícopa ochreia, al tratar <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>rla en un ambiente más propio, sin llegar a forzarla <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> unmol<strong>de</strong> más formal. Es interesante como Sabin propone y caracteriza al ‘enigma’:73 Gnilka. <strong>El</strong> Evangelio según…, p.202.74 Daube. The New Testament and Rabbinic Judaism, p.163.75 Cf. Sicker, M. An Introduction to Judaic Thought and Rabbinic Literature. Westport: Praeger, 2007, p.91.76 Daube. The New Testament and Rabbinic Judaism, p.167.77 Sabin, M.N. Reopening the Word. Reading Mark as theology in the context of Early Judaism. New York:Oxford University Press, 2002, p.91.78 Ibid., p.98.26


<strong>El</strong> efecto <strong>de</strong> este enigma es <strong>de</strong> <strong>de</strong>smontar las varias convenciones respecto <strong>de</strong>lMesías. Marcos muestra a Jesús yuxtaponiendo pasajes bíblicos en una forma típicamidráshica que no <strong>de</strong>fine certezas, mas lanza preguntas e indica ambigüeda<strong>de</strong>s. Estoposibilita interpretaciones alternativas <strong>de</strong> la Escritura, <strong>su</strong>giriendo [y mostrando] quela misma palabra pue<strong>de</strong> ser <strong>su</strong>sceptible <strong>de</strong> varios significados. 79Por <strong>su</strong> parte, R. Pesch admite que “la forma <strong>de</strong> argumentar” en la perícopa,“correspon<strong>de</strong> a un <strong>de</strong>terminado tipo <strong>de</strong> interrogación rabínica, [es <strong>de</strong>cir] la preguntaantinómica haggádica”, pero que no se “propone conciliar pasajes <strong>de</strong> la Escritura, sino<strong>su</strong>brayar la irreconciliabilidad <strong>de</strong> diversas concesiones mesiánicas”. 80 Así, Pesch caracterizaMarcos 12,35-37 como un “breve apotegma, que trata una enseñanza mesianológica <strong>de</strong>Jesús”, y que contiene una forma “<strong>de</strong> un silogismo (vv. 35bc.37ab)”, es <strong>de</strong>cir, si los escribasdicen –enseñan– que el mesías es hijo <strong>de</strong> David, mientras el propio David le llama ‘señor’,¿cómo entonces es el hijo <strong>de</strong> David? Empero, Pesch es consciente que el sentido o “motivo”<strong>de</strong>l “dicho” <strong>de</strong> Jesús “es legado al contexto”, 81 por lo que habría que inferir un <strong>de</strong>nominadorcomún para ese grupo <strong>de</strong> perícopas que acompañan Marcos 12,35-37. Jesús no solamente estáasociado al Templo, en tanto hijo <strong>de</strong> David, sino que también, y sobre todo, está asociado a laenseñanza, como repetidamente se ha venido insinuando en toda la sección que abarca laestancia <strong>de</strong> Jesús en el Templo. Esa situación –elemento constitutivo <strong>de</strong> las llamadas chreias–es <strong>de</strong>cir, la <strong>de</strong> Jesús enseñando en el Templo, está <strong>su</strong>brayada en el marco <strong>de</strong> la perícopa.Hacia algo se está queriendo apuntar.3.3. Estructura internaMarcos 12,35-37 es una pequeña unidad muy bien construida; consta <strong>de</strong> un marconarrativo –posiblemente trabajo <strong>de</strong>l redactor– que, como se vio a partir <strong>de</strong> lo expuesto porKlaus Berger, sitúa el dicho <strong>de</strong> Jesús, contextualizándolo y ligándolo con la lógica narrativa<strong>de</strong> la sección correspondiente al templo. Esa situación relaciona un dicho <strong>de</strong> Jesús –quizásproveniente <strong>de</strong> otra tradición diversa <strong>de</strong> los otros dichos vecinos– con el aspecto biográfico<strong>de</strong>l relato. Entre tanto, tal marco, cuyos extremos están coordinados en cuanto ponen lasituación <strong>de</strong>l discurso <strong>de</strong> Jesús, ya anticipan una construcción concéntrica en la perícopa. JoelMarcus observa un pasaje “estructurado quiásticamente”, cuyo núcleo sería la cita <strong>de</strong>l Salmo110,1. Se tiene pues, un marco narrativo que indica el lugar, lo que hacía Jesús y <strong>su</strong>sinterlocutores –la situación– (vv.35a.37c), dos preguntas hechas por Jesús acerca <strong>de</strong> “cómo” y“<strong>de</strong> dón<strong>de</strong>” el “Cristo” es “hijo <strong>de</strong> David” (vv.35b.37b), luego dos argumentos a las preguntas79 I<strong>de</strong>m.80 Pesch. Il Vangelo…, p.377.81 Ibid., p.376.27


(vv.36a.37a), y el contenido central (v.36), formando <strong>de</strong> ese modo una estructura simétricaconcéntrica, o si se prefiere <strong>de</strong> “sándwich” (a b c d c’ b’ a’). 823.4. Análisis exegético: encuentros y divergenciasMarcos 12,35-37:(v.35) Καὶ ἀποκριθεὶς ὁ Ἰησοῦς ἔλεγεν διδάσκων ἐν τῷ ἱερῷ· πῶς λέγουσιν οἱ γραμματεῖς ὅτι ὁχριστὸς υἱὸς Δαυίδ ἐστιν; (v.36) αὐτὸς Δαυὶδ εἶπεν ἐν τῷ πνεύματι τῷ ἁγίῳ· εἶπεν κύριος τῷ κυρίῳμου· κάθου ἐκ δεξιῶν μου, ἕως ἂν θῶ τοὺς ἐχθρούς σου ὑποκάτω τῶν ποδῶν σου. (v.37) αὐτὸς Δαυὶδλέγει αὐτὸν κύριον, καὶ πόθεν αὐτοῦ ἐστιν υἱός; Καὶ [ὁ] πολὺς ὄχλος ἤκουεν αὐτοῦ ἡδέως.Versículo 35Sin excluir la posibilidad <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar el versículo 34b como parte –iluminadora–<strong>de</strong> la perícopa, tal y como señaló Daube, el análisis parte, como convencionalmente se hahecho, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el versículo 35. La parte final <strong>de</strong>l versículo anterior bien pue<strong>de</strong> interpretarsecomo un versículo bisagra entre dos perícopas.<strong>El</strong> versículo 35a pone la antesala <strong>de</strong>l pequeño discurso <strong>de</strong> Jesús acerca <strong>de</strong> lafiliación <strong>de</strong>l mesías. Él se encuentra enseñando en el templo, y frente a la “muchedumbre”según complementa el versículo 37c. En esa primera sección <strong>de</strong>l versículo, V. Taylor, advierteuna redundancia con el uso <strong>de</strong> ἀποκριθείς y <strong>de</strong> ἔλεγεν, aludiendo a una posible tradiciónpalestina, entre tanto “muestra que la frase es un pasaje editorial”, con base en la “tradición”ciertamente, “ya que no hay intención <strong>de</strong> conectar la narrativa con (los versos) 28-34”, 83 algoque sí acontece tanto en Mateo como en Lucas, en los cuales se <strong>su</strong>prime ἐν τῷ ἱερῷ,preservando así la flui<strong>de</strong>z narrativa. Gnilka concuerda que el marco que forman los versículos35a y 37c, es atribuible al evangelista. En ese sentido, la frase problemática “en el templo”,“es el cañamazo que cose toda la sección 11,27-13,1”. 84 Por <strong>su</strong> parte R. Pesch, cataloga lafórmula ἀποκριθείς ὁ Ἰησοῦς ἔλεγεν como una “introducción <strong>de</strong> respuesta” (cf. Mc 3,33; 6,37;9,19; 10, 3.24; en el material premarcano <strong>de</strong> la pasión: Mc 8,29; 10,51; 11,33; 15,2.12), ocomo una “introducción <strong>de</strong> discurso” (Mc 9,5; 11,14; 14,48). 85 Entre tanto, Pesch sostiene quela repetición <strong>de</strong> ἐν τῷ ἱερῷ (cf. Mc 11,17), <strong>de</strong> acuerdo con la historia premarcana <strong>de</strong> la pasión,remite a “la enseñanza” <strong>de</strong> Jesús que “constituye la actividad específica <strong>de</strong> Jesús en82 Marcus, J. Mark 8-16 (Anchor Bible Commentary). New Haven: Yale University Press, 2009, p.849.83 Taylor, Vincent. The Gospel according to St. Mark. London: Macmillan, 1966, p.490.84 Gnilka. <strong>El</strong> Evangelio según…, p.198.85 Pesch, Rudolf., Il Vangelo…, p.375.28


Jerusalén”. 86 Con respecto a ese rasgo fundamental <strong>de</strong> Jesús, R. Schnackenburg atisba en elevangelista, una “ten<strong>de</strong>ncia cristológica: Jesús se presenta como un maestro in<strong>su</strong>perable queda unas enseñanzas perennes a los judíos <strong>de</strong> <strong>su</strong> tiempo […] y a la comunidad”. 87Ya en la segunda parte <strong>de</strong>l versículo, 35b, se plantea el <strong>problema</strong> principal <strong>de</strong> laperícopa, es <strong>de</strong>cir, la cuestión <strong>de</strong> si el mesías es Hijo <strong>de</strong> David. En la perícopa tal creencia odoctrina es atribuida a los escribas. Para Gnilka la inclusión <strong>de</strong> los “escribas” podría <strong>de</strong>berse aun trabajo <strong>de</strong> redacción <strong>de</strong> “empalme entre 12,28 y 38”, sin embargo, la adjudicación <strong>de</strong> taldoctrina a ese grupo no era extraña, pues en Salmos <strong>de</strong> Salomón 17,21 era algo yasostenido. 88 En virtud <strong>de</strong> la fundamentación veterotestamentaria 89 que <strong>su</strong>stentaba esa doctrina,por un lado, y atendiendo luego como ésta está presente en otros libros <strong>de</strong>l NuevoTestamento, por otro, Taylor <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> “que es imposible creer que Jesús intentara atacar esacreencia”. 90 Gnilka, mientras tanto, sin ver en la perícopa una negación <strong>de</strong> esa filiacióndavídica, sí encuentra una cierta relativización <strong>de</strong> la doctrina más bien en ambientes cristianosju<strong>de</strong>o-helénicos pues es “difícil ubicar en el cristianismo ju<strong>de</strong>o-palestiniano la relativización<strong>de</strong> la filiación davídica, don<strong>de</strong> se crearon genealogías, precisamente para asegurarla”. 91Con el objeto <strong>de</strong> esclarecer esa situación, Pesch interpreta el adverbio πῶς <strong>de</strong> lapregunta, como una indagación sobre cómo “se justifica la opinión <strong>de</strong> los escribas” conrespecto a la filiación davídica <strong>de</strong>l mesías. Así, <strong>de</strong> acuerdo con E. Schweizer, ese adverbio sepue<strong>de</strong> traducir –y en relación al v.37b– como “en qué sentido”, o “<strong>de</strong> qué manera”, en vez <strong>de</strong>lsimple “cómo”. 92 Es claro que <strong>de</strong>pendiendo cómo se traduzca el adverbio se pue<strong>de</strong> luegoinducir el sentido <strong>de</strong> la pregunta, a saber, si es para negar o es más bien <strong>de</strong> naturalezaindagatoria. Evert-Jan Prins, consciente <strong>de</strong> este <strong>problema</strong>, critica la postura <strong>de</strong> Achtemeierquien sostiene por <strong>su</strong> parte que la pregunta no buscaba abrirse hacia un <strong>de</strong>bate con losescribas, dado el acento <strong>de</strong> confrontación y hostilidad <strong>de</strong> Marcos 12,38ss, y que por lo tanto,<strong>de</strong> la pregunta intencionalmente se esperaba una respuesta negativa; E-J. Prins acepta que eluso <strong>de</strong> πῶς en Marcos tiene ese sentido, por ejemplo en Marcos 3,23, y que en otros pasajes eladverbio se usa en un “contexto <strong>de</strong> disgusto y negación” (cf. Mc 4,13.40; 8,21), pero πόθεν <strong>de</strong>lversículo 37a, se traduce “<strong>de</strong> dón<strong>de</strong>”, que en Marcos 6,2 y 8,4 tiene claramente tal86 I<strong>de</strong>m.87 Schnackenburg, R. <strong>El</strong> Evangelio según San Marcos. Vol II. Barcelona: Her<strong>de</strong>r, 1980, p.185.88 Gnilka. <strong>El</strong> Evangelio según…, p.198; cf. p.199.89 Cf. Is 9, 2-7; 11,1-9; Jer 23,5ss; 33,14-18; Ez 34,23ss; 37,24; Sal 89,20ss.90 Taylor. The Gospel according..., p.491.91 Gnilka. <strong>El</strong> Evangelio según…, p.198.92 Cf. Schweizer, E. Il Vangelo secondo Marco. Brescia: Pai<strong>de</strong>ia, 1971, p.270.29


significado; este autor, en respuesta, propone que la pregunta refleja más bien “asombro” <strong>de</strong>parte <strong>de</strong> Jesús, y que por consiguiente ni niega ni afirma la filiación davídica. 93 J. Marcus,siguiendo el comentario al texto <strong>de</strong> Adamantius –autor cristiano <strong>de</strong>l s. IV– se inclina aconsi<strong>de</strong>rar que “Marcos 12,35 implica más bien un cuestionamiento que una negación <strong>de</strong> lafiliación davídica”. 94 Por <strong>su</strong> parte, Pesch consi<strong>de</strong>ra que lo que realmente se quiso tratar no fue“<strong>de</strong>mostrar falsa […] o verda<strong>de</strong>ra […] una reivindicación <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica, sino <strong>de</strong>interpretarla <strong>de</strong>mostrando equivocada la mesianología farisea”. 95Al confrontar ὁ χριστός y υἱός Δαυίδ, Pesch llama la atención a la ausencia <strong>de</strong>artículo <strong>de</strong>terminado en el segundo término, <strong>de</strong>duciendo así que, ‘hijo <strong>de</strong> David’ en esecontexto no se usa como un título mesiánico, “pero sí expresa el fin <strong>de</strong> la interrogación: seindaga la naturaleza propia <strong>de</strong>l Mesías en cuanto hijo, es <strong>de</strong>cir, <strong>su</strong> calidad”. 96 Sin quitar elpeso a esta última afirmación, conviene aten<strong>de</strong>r a lo que Prins observa al respecto, <strong>de</strong> que υἱὸςΔαυίδ “funge como predicado nominativo”, y por ello, es <strong>su</strong>sceptible <strong>de</strong> ser tratado comotítulo. 97Versículo 36<strong>El</strong> versículo consta <strong>de</strong> dos partes fácilmente i<strong>de</strong>ntificables, una glosa explicativa ocontextualizante <strong>de</strong>l editor, puesta en boca <strong>de</strong> Jesús, y la cita <strong>de</strong>l Salmo 110 (en LXX 109). Laprimera parte –dígase 36a– pone el énfasis que se quiere hacer en la cita. Taylor observa unaconstrucción semítica en αὐτὸς Δαυὶδ, que se pue<strong>de</strong> traducir como “él, David” o solamente“David”; mientras tanto ἐν τῷ πνεύματι τῷ ἁγίῳ “muestra que David es consi<strong>de</strong>rado comohablando como un profeta”, inspirado “en el espíritu santo”. 98 Pesch, basándose en Ezequiel11,24; 37,1, y en Apocalipsis 1,10; 4,2; 17,3; 21,10, sostiene que “es una fórmula apocalíptica[…] que <strong>de</strong>signa un éxtasis o una visión [y] la cita <strong>de</strong>l salmo 110,1 […] que refiere a undiscurso <strong>de</strong> Dios probablemente hacía pensar en una audición <strong>de</strong> David”. 99 Schweizer, conbase a fórmulas rabínicas, ve en esa introducción “una clase <strong>de</strong> teología que restringe laactividad <strong>de</strong>l Espíritu Santo a la historia <strong>de</strong> salvación en el pasado distante, <strong>de</strong> modo que en elpresente el Espíritu Santo solamente pue<strong>de</strong> ser encontrado ‘empacado y preservado’ en las93 Prins, E-J. The Messiah, Son of David. An inquiry into Mark 12, 35-37. Utrecht: Utrecht University, 2009.(tesis), p. 61-62.94 Marcus, J. I<strong>de</strong>ntity and ambiguity in Markan…, p.138. La referencia a Adamantius está en PG 11.1849-52.95 Pesch, R. Il Vangelo..., p.379.96 Ibid., p.378.97 Prins. The Messiah, Son…, p.60.98 Taylor. The Gospel according…, p.491.99 Pesch. Il Vangelo..., p.380-381.30


Escrituras”. 100Es claro pues, el realce teológico que se le quiere dar a la cita con esafórmula. 101 Con todo, esta introducción <strong>de</strong>ja al lector con dos <strong>su</strong>puestos para Jesús y <strong>su</strong>sinterlocutores, a saber, “que David compuso los salmos, y que lo hizo bajo inspiracióndivina”. 102<strong>El</strong> versículo 36b correspon<strong>de</strong> a la cita <strong>de</strong>l Salmo 110,1. En realidad la cita estátomada <strong>de</strong>l Salmo 109 <strong>de</strong> la versión <strong>de</strong> los LXX. La cita presenta dos cambios con respecto altexto original en la Septuaginta. Marcos omite el artículo ὁ <strong>de</strong> κύριος, y remplaza ὑποπόδιονpor ὑποκάτω. Taylor se <strong>su</strong>ma a la opinión que esos cambios posiblemente obe<strong>de</strong>zcan al uso“<strong>de</strong> una colección <strong>de</strong> testimonios”. 103 Por <strong>su</strong> parte, Pesch sostiene que el salmo “viene citadoen concordancia con el texto masorético y con los LXX […o que pue<strong>de</strong>…] basarse en unaversión aramea <strong>de</strong>l salmo”; más aún, Pesch advierte la influencia <strong>de</strong>l Salmo 8,7, lo cual podríaexplicar la <strong>su</strong>stitución <strong>de</strong> ὑποπόδιον por ὑποκάτω y cuyo comentario en el Targum, “el Hijo <strong>de</strong>lHombre es indicado como el Mesías [por lo que] no será ca<strong>su</strong>al la citación <strong>de</strong>l Salmo 110,1 y8,7 en 1Cor 25-27”. 104 Por consiguiente, no es tan forzado <strong>su</strong>poner que Marcos 12, 35-37, estéapuntando hacia Marcos 13, como una especie <strong>de</strong> anticipo <strong>de</strong> la exaltación mesianológica <strong>de</strong>lHijo <strong>de</strong>l Hombre., נְא ‏ֻ֤ם יְהוָ֙ה ל ‏ַֽאד ‏ֹנִ֗‏ י Ahora bien, con el respecto al uso <strong>de</strong> “Señor”, el texto hebreo reza“oráculo <strong>de</strong> YHVH a mi señor”, que para Donahue y Harrington pue<strong>de</strong> traducirse por “undicho <strong>de</strong> Dios a mi señor el rey”, porque posiblemente se trate <strong>de</strong> un salmo que formaba“parte <strong>de</strong> la coronación ritual <strong>de</strong> los reyes <strong>de</strong> Judá en tiempos <strong>de</strong>l Primer Templo y [que]prometía que YHVH respaldaría y guiaría al rey durante <strong>su</strong> reinado”. 105 <strong>El</strong> nombre divino setraduce como ὁ κύριος, pero el predicado τῷ κυρίῳ μου, advierte Gnilka, no refiere al usotécnico <strong>de</strong> ‘adonai’ en los LXX, y más bien da enten<strong>de</strong>r que el salmista se dirige a un rey.Des<strong>de</strong> la perspectiva mesiánica cristiana, <strong>su</strong> sentido cambia, sin embargo, guarda ese carácter<strong>de</strong> realeza. Gnilka comenta: “Salmo 110,1 es uno <strong>de</strong> los pasajes veterotestamentarios máscitados en el nuevo testamento y se relaciona con el Señor exaltado en Hechos 2,34s; 1100 Schweizer. Il Vangelo..., p.270.101 Con respecto a este punto, Prins argumenta contra Neugebauer (citado por Pesch), que, a pesar <strong>de</strong> estar <strong>de</strong>acuerdo con que la fórmula posea una connotación apocalíptica, no se busca contrastar ‘Hijo <strong>de</strong> David’ con eltítulo apocalíptico <strong>de</strong> Marcos 13, el ‘Hijo <strong>de</strong>l Hombre’, en virtud <strong>de</strong> una revelación o una visión <strong>de</strong> él en David,sino <strong>de</strong> lo que se trata es <strong>de</strong> mostrar “un salmista inspirado y profeta” que contrasta con la opinión <strong>de</strong> losescribas. Cf. Prins. The Messiah, Son…, p.63.102 Donahue, J.R; Harrington, D.J. The Gospel of Mark. Collegeville: Liturgical Press, 2002, p.359.103 Taylor. The Gospel according…, p.492.104 Pesch. Il Vangelo…, p.381.105 Donahue; Harrington. The Gospel of…, p.359.31


Corintios 15,25; Hebreos 1,13. ‘Mi Señor’, aquí <strong>de</strong>nominación que David da a Cristo, estambién tratamiento <strong>de</strong>l rey”. 106Según Taylor, “la cita muestra que el Salmo fue interpretado mesiánicamente porJesús y por los rabinos <strong>de</strong> <strong>su</strong> época […aunque…] esta interpretación no está en la literaturarabínica hasta más tar<strong>de</strong>; <strong>de</strong> acuerdo con Billerbeck […] no hasta la segunda mitad <strong>de</strong>ls.III”. 107 Por otro lado –prosigue Taylor–, “en el Diálogo a Trifón 32ss, 56, 83, <strong>de</strong> San Justino[…] está dicho que los judíos interpretan el salmo con referencia a Ezequías”, yconsecuentemente, se ha especulado que ese “silencio” se <strong>de</strong>ba “a la polémica anti-cristianaestimulada por la libertad con la cual el salmo fue citado en la Iglesia primitiva”. 108 Por tanto,lo único evi<strong>de</strong>nte es la interpretación mesianológica cristiana <strong>de</strong>l salmo, pues así –sostieneGnilka– “con el argumento escriturístico, la comunidad cristiana tenía un medio para perfilarel rango cristiano <strong>de</strong> <strong>su</strong> confesión en el Mesías o <strong>de</strong> Cristo y relativizar la filiacióndavídica”. 109 Pesch resalta dos puntos clave <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ese tratamiento mesianológico nuevo, asaber, “como indica el v.37, la citación se propone, <strong>de</strong> a primeras, únicamente <strong>su</strong>brayar queDavid llama al Mesías (αὐτὸν = el Cristo) <strong>su</strong> Señor; el contenido <strong>de</strong> la palabra <strong>de</strong> Dios, sinembargo, tendrá elementos <strong>de</strong>cisivos <strong>de</strong> apoyo para la calificación […] <strong>de</strong>l Cristo como señor<strong>su</strong>perior a David”. 110Finalmente, todo el trecho κάθου ἐκ δεξιῶν μου, ἕως ἂν θῶ τοὺς ἐχθρούς σου ὑποκάτωτῶν ποδῶν σου, “siéntate a mi <strong>de</strong>recha, para que así ponga a tus enemigos <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> tus pies”,remacha juntamente tanto el carácter <strong>de</strong> realeza y <strong>de</strong> exaltación <strong>de</strong>l mesías quien goza <strong>de</strong> laintervención divina en <strong>su</strong> favor. De alguna forma, ello ayuda a dimensionar el nuevo sentidoque el evangelista quiere dar a “mi Señor”, en el predicado <strong>de</strong> la primera parte <strong>de</strong> la cita. Alrespecto Donahue y Harrington comentan:[La expresión] <strong>de</strong>signaba la cercana relación entre Dios y el rey a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l exaltadostatus que el rey ahora posee como miembro <strong>de</strong> la corte celestial (lo cual) fueampliamente usado por los primeros círculos cristianos para proveer <strong>de</strong> unprece<strong>de</strong>nte bíblico para la re<strong>su</strong>rrección, ascensión y exaltación <strong>de</strong> Jesús (y con ello)enfatizar la acción <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong> <strong>de</strong>rrotar y <strong>su</strong>byugar los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> el Pecado y laMuerte a través <strong>de</strong> la muerte y re<strong>su</strong>rrección <strong>de</strong> Jesús. 111En esa línea J. Marcus compren<strong>de</strong> la citación <strong>de</strong>l Salmo 110,1 <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cuestión <strong>de</strong> la filiacióndavídica, como un indicativo que “la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> Jesús no es <strong>de</strong>finida tanto por <strong>su</strong> relación106 Gnilka. <strong>El</strong> Evangelio según…, p.200.107 Taylor. The Gospel according…, p. 492. <strong>El</strong> autor remite a la fuente rabínica Bereshit Rabba, 85.108 I<strong>de</strong>m.109 Gnilka. <strong>El</strong> Evangelio según…, p.200.110 Pesch. Il Vangelo…, p.381.111 Donahue; Harrington. The Gospel of…, p.359.32


con David, como por <strong>su</strong> relación con Dios”, y que la posición “a la <strong>de</strong>recha <strong>de</strong> la divinidadimplica co-regencia con él”. 112Versículo 37Con este versículo, se cierra el marco que contiene la cita <strong>de</strong>l Salmo 110,1. Pue<strong>de</strong>dividirse en tres partes: v.37a correspon<strong>de</strong> a la afirmación <strong>de</strong> Jesús <strong>de</strong> que David llama‘Señor’ al Cristo; v.37b es la pregunta sobre la filiación davídica –alineada perfectamente con35b–; finalmente, v.37c, en la que se muestra la reacción <strong>de</strong> los interlocutores <strong>de</strong> Jesús,funciona a<strong>de</strong>más como moldura narrativa <strong>de</strong> la perícopa.Re<strong>su</strong>lta curioso que dos preguntas (vv. 35b, 37b) encierren una citación bíblica.Se tiene ahora una variante <strong>de</strong> la pregunta <strong>de</strong>l versículo 35b. En el versículo 35a, Taylorobserva que aquí λέγει equivale a καλεῖ, “llama”, en vez <strong>de</strong> “dice” (cf. Mc 10,18; también Mt22,43.45); en cuanto a la pregunta, el adverbio πόθεν “es usado en el sentido <strong>de</strong> πῶς,‘¿cómo?’, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo cual, afirma que “ la pregunta es irónica [y] <strong>su</strong> objetivo no es negar la<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia davídica <strong>de</strong>l Mesías, sino <strong>su</strong>gerir que una visión más alta acerca <strong>de</strong> <strong>su</strong> origen esnecesario <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que David lo llama ‘señor’”. 113 Pesch agrega que la “expresión πόθεν … ἐστινno indaga tanto sobre la legitimidad <strong>de</strong> la opinión <strong>de</strong> los escribas, sino que pregunta, sobre labase <strong>de</strong> la citación <strong>de</strong>l salmo, cómo es posible que el Mesías sea hijo <strong>de</strong> David” 114 . Como sevio en el análisis <strong>de</strong>l versículo 35, Prins propone que el sentido <strong>de</strong>l adverbio es para mostrarsorpresa o admiración, cuestionando así la visión <strong>de</strong> los escribas pero no necesariamentenegando la tradición. 115 Por <strong>su</strong> parte, Pesch recalca el uso <strong>de</strong> ‘señor’ en la perícopa, no comotítulo mesiánico –aunque se preste para ello–, sino, en cuanto “representa una nuevacristología <strong>de</strong> calidad escatológica”, 116 pues ‘Hijo <strong>de</strong> David’ no es lo <strong>su</strong>ficientemente <strong>de</strong>nso,<strong>de</strong> ahí que piense luego en “un hijo diverso”, que <strong>de</strong>ba ser interpretado bajo otras acepcioneso títulos como ‘Hijo <strong>de</strong>l Hombre’ o ‘Hijo <strong>de</strong> Dios’.Gnilka, parece vislumbrar una solución, a partir <strong>de</strong> la propuesta <strong>de</strong> Daube, <strong>de</strong>consi<strong>de</strong>rar los versículos 35b y 37b como una pregunta haggádica en la que “la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> dosopiniones contrapuestas <strong>de</strong>scansa en planos distintos”. 117 De modo que la filiación davídicaque fundamenta la opinión <strong>de</strong> los escribas explica una dimensión <strong>de</strong> la realidad <strong>de</strong>l mesías,que <strong>de</strong>spués se complementa con otra dimensión <strong>de</strong> la cual da noticia el Salmo 110,1. Por112 Marcus, J. Mark 8-16, p.850.113 Taylor. The Gospel according…, p.492.114 Pesch. Il Vangelo…, p.382115 Cf. Prins. The Messiah, Son…, p. 62.116 Pesch. Il Vangelo…, p.382.117 Gnilka. <strong>El</strong> Evangelio según…, p.200.33


consiguiente, se está frente a “una especie <strong>de</strong> cristología <strong>de</strong> dos planos [don<strong>de</strong>] se presenta<strong>su</strong>cesivamente al Jesús terreno y al exaltado”, 118 como ya se hizo en Romanos 1,3.<strong>El</strong> versículo 37, termina con un pequeño marco narrativo en paralelo con elversículo 35a: “y [la] gran muchedumbre lo escuchaba con agrado”. Pesch señala que talmultitud peregrina, πολὺς ὄχλος, asociada al templo, es un componente <strong>de</strong> la historia marcana<strong>de</strong> la pasión (cf. Mc 10,1.46; 11,9.18; 12,12). 119 Prins confirma que el versículo 37c es trabajo<strong>de</strong>l evangelista, completando así el sentido <strong>de</strong>l versículo 35a y contrastando 12,34c; por tanto,da vida e i<strong>de</strong>ntidad a los interlocutores <strong>de</strong> Jesús en esta perícopa, y contrasta <strong>su</strong> reacciónpositiva con la reacción <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s judías. <strong>El</strong> contraste aquí no es ca<strong>su</strong>al, pues remiteciertamente a Marcos 11,18, en don<strong>de</strong> se narra el temor <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s por la reacción <strong>de</strong>la muchedumbre. A pesar <strong>de</strong> la “aprobación <strong>de</strong> la multitud” –que encuentra eco en Mc 11,32;12,23 y 14,2– Prins, enfocándose en la fórmula ἤκουεν… ἡδέως, halla un paralelo único enMarcos 6,20, don<strong>de</strong> aparece ahora en boca <strong>de</strong> Hero<strong>de</strong>s. Tanto Hero<strong>de</strong>s como la muchedumbreeventualmente cambiarán <strong>de</strong> actitud. 120 A pesar <strong>de</strong> ello –siguiendo a Schnei<strong>de</strong>r– tambiénpodría haber un paralelismo entre esa muchedumbre que escucha contenta a Jesús, y lainstrucción <strong>de</strong> la comunidad cristiana, por tanto fungiría como “mo<strong>de</strong>lo” <strong>de</strong> la “oyentecomunidad <strong>de</strong> discípulos”. 1213.5. Interpretaciones <strong>de</strong> una pregunta: Hacia la construcción <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>ntidadComo ya se mostró en el análisis <strong>de</strong> los versículos 35b y 37b, “las palabras πῶς yπόθεν no implican directamente el rechazo <strong>de</strong>l título Hijo <strong>de</strong> David”. Así, la cuestión noestriba en la genealogía <strong>de</strong>l Mesías, sino en <strong>su</strong> concepción, o en palabras <strong>de</strong> Prins, no tanto en“si es un hijo <strong>de</strong> David, sino, si es el Hijo <strong>de</strong> David, si el Hijo <strong>de</strong> David es un título a<strong>de</strong>cuadopara el Mesías”. 122De acuerdo con Fitzmyer, la historia <strong>de</strong> la exégesis <strong>de</strong> Marcos 12,35-37 haseguido tres gran<strong>de</strong>s vertientes. Una que, a la sombra <strong>de</strong> Juan 7,27.41b-42, estipula que elMesías no es necesariamente el hijo <strong>de</strong> David. Otra en la cual se entien<strong>de</strong> que “la pregunta,[insinúa] que el Mesías es más que un simple hijo <strong>de</strong> David”. Y una tercera en la que sesostiene que la pregunta refiere al hijo <strong>de</strong>l Hombre. 123 A pesar <strong>de</strong> esas tres posibilida<strong>de</strong>s, los118 Ibid.119 Pesch. Il Vangelo…, p.383.120 Prins. The Messiah, Son…, p.64.121 Schnei<strong>de</strong>r. Die Davidssohnfrage, p.90.122 Prins. The Messiah, Son…, 101.123 Fitzmyer. The Semitic... , p.122-123.34


matices son bastante más diversos, sobre todo en las últimas dos vertientes. La negación orelativización <strong>de</strong> la pregunta acerca <strong>de</strong> la filiación davídica va tener <strong>su</strong>s grados y acentospropios, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong>l abordaje <strong>de</strong>l exégeta.Que el Mesías era hijo <strong>de</strong> David era ya algo aceptado, por lo menos en elambiente fariseo según lo atestigua Salmos <strong>de</strong> Salomón 17,21, don<strong>de</strong> se refleja laanimadversión <strong>de</strong> ese grupo contra a la dinastía hasmonea y que añora, por tanto, eladvenimiento <strong>de</strong> un mesías legítimo, es <strong>de</strong>cir, davídico. 124 Ahora, que el mesías sea señor <strong>de</strong>David, según la interpretación <strong>de</strong>l Nuevo Testamento <strong>de</strong>l Salmo 110,1, era algo circunscrito alas comunida<strong>de</strong>s cristianas. G. Schnei<strong>de</strong>r señala que “el judaísmo en tiempos <strong>de</strong> Jesús nointerpretaba el Salmo 110 <strong>de</strong> modo mesiánico” 125 , por tanto, el uso <strong>de</strong> la argumentaciónhaggádica propuesta y <strong>de</strong>fendida por Daube, no hubiese tenido sentido alguno en esemomento. Ni en Qumrán, 126 menos aún en la tradición temprana <strong>de</strong>l judaísmo formativo, seencuentra una interpretación mesiánica <strong>de</strong> ese salmo. Es posible que el evangelista hayaaplicado ese esquema haggádico –<strong>de</strong> las cuatro preguntas– conocido en el ambiente judío, almaterial usado para componer el texto. <strong>El</strong> <strong>problema</strong>, sin embargo, es <strong>de</strong>cidir si la perícopaniega o relativiza la filiación davídica.Sea cual fuere el sentido <strong>de</strong> la pregunta, G. Schnei<strong>de</strong>r señala que lo que trata laperícopa es evitar una “comprensión unilateral-genealógica <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> David […según…]una expectativa mesiánica político-nacional”. 127<strong>El</strong>lo parece ser un consenso entre losexégetas, es <strong>de</strong>cir, que la perícopa contesta un tipo <strong>de</strong> imagen <strong>de</strong>l Mesías que no se a<strong>de</strong>cúacon Jesús. Para Gnilka, “motivaciones teológicas, no consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong> tipo político,movieron al evangelista a situar la filiación davídica en la relación que le correspon<strong>de</strong>”. 128Prins, here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> todo ese consenso, recoge muy bien en <strong>su</strong> trabajo, el estado <strong>de</strong> la cuestiónrespecto a ese a<strong>su</strong>nto y, bajo la perspectiva <strong>de</strong> cristología correctiva <strong>de</strong> Norman Perrin,sostiene lo siguiente:<strong>El</strong> título Mesías parece ser un título ambiguo que necesita ser explicado (ver 8,27-30; 14,61-62). Es un título que tiene que ser corregido por otros títulos cristológicos,tales como “Hijo <strong>de</strong>l Hombre”, porque […éste...] muestra a Jesús como un [mesías]124 Cf. Schnei<strong>de</strong>r. Die Davidssohnfrage, p. 82.125 Ibid., p.84.126 Sin embargo, en los escritos <strong>de</strong> Qumrán abundan textos que dan noticia <strong>de</strong>l advenimiento <strong>de</strong> un mesíasdavídico, sin embargo el título ‘hijo <strong>de</strong> David’ no es conocido. Quizás los textos más alusivos sean 4QFlorilegio1,11-13, don<strong>de</strong> se habla <strong>de</strong>l levantamiento <strong>de</strong> “la tienda <strong>de</strong> David”, y 4Q252 5,3-4 don<strong>de</strong> se menciona “el retoño<strong>de</strong> David”.127 Schnei<strong>de</strong>r. Die Davidssohnfrage, p.85.128 Gnilka. <strong>El</strong> Evangelio según…, p.201.35


<strong>su</strong>friente, mientras que el título “Mesías” tienen una connotación política, <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r ynacionalista. 129De ahí, que el título ‘hijo <strong>de</strong> David’ no es que sea falso, sino “in<strong>su</strong>ficiente”. Prinsdando una mirada a la perícopa en retrospectiva hacia Marcos 10,46-52 y 11,1-11, no ve sóloun Mesías que, en virtud <strong>su</strong> autoridad davídica, cure a Bartimeo –en referencia a la tradiciónque consi<strong>de</strong>raba a Salomón como agente <strong>de</strong> sanación– sino como aquel que “da al hombreciego la salvación espiritual a través <strong>de</strong> la fe”; tampoco ve un Mesías político, sino un Jesús,cuyo “interés es el templo […por lo que…] <strong>su</strong> tarea no es restaurar el or<strong>de</strong>n político <strong>de</strong> Israel,expulsando a los romanos, sino restaurar la religión judía”. 130Des<strong>de</strong> una perspectiva más política, Ched Myers, halla en la perícopa una crítica ala i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong>l mesianismo davídico. Mediante una inclusión, que refiere al “templo”,formada por Marcos 11,27 y 12,35, se articularía toda una crítica contra la estructura temploestado.131 Para Myers, “Marcos ataca la <strong>su</strong>posición popular según la cual la política mesiánicaafirma necesariamente el mito <strong>de</strong>l reino davídico restaurado”, 132 tal y como se refleja enMarcos 11,9. Entonces, Jesús “no discute la genealogía, sino la i<strong>de</strong>ología […]restauracionista” <strong>de</strong>l hijo <strong>de</strong> David, “por eso, en <strong>su</strong> interpretación, Jesús <strong>de</strong>ja claro que elMesías no es hijo <strong>de</strong> David (12,37)”. 133 Esta interpretación, <strong>de</strong> por sí forzada, soslaya elacento teológico <strong>de</strong> la imagen mesiánica que se muestra en la perícopa. En todo caso, situandola perícopa en <strong>su</strong> contexto histórico, se estaría realmente criticando un tipo <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ologíamesiánica que está en contra <strong>de</strong> la opresión romana y cuyos lí<strong>de</strong>res o mesías estaban siendoaniquilados. Si ese es el sentido, entonces se sospecharía una actitud <strong>de</strong>rrotista por parte <strong>de</strong>levangelista y <strong>su</strong> comunidad, pues se estarían abstrayendo <strong>de</strong> un movimiento popular <strong>de</strong>restauración nacional, avivado <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la caída <strong>de</strong> Jerusalén y <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l templo enaño 70 d.C. La crítica a esos mesianismos y movimientos mesiánicos, pue<strong>de</strong> inferirse, sinembargo, no es lo central <strong>de</strong> la perícopa; quizás sea más sensato <strong>de</strong>cir junto con Ra<strong>de</strong>rmakersque la tradición <strong>de</strong> un mesías davídico, percibida en Marcos 12,35-37, “no era unánime en lamanera <strong>de</strong> representarse <strong>su</strong> intervención [<strong>de</strong>l mesías] <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> <strong>su</strong> pueblo,frecuentemente interpretada <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una perspectiva nacionalista”. 134 Minette <strong>de</strong> Tillesse,<strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva más escatológica, interpreta el señorío <strong>de</strong> Jesús, en el sentido <strong>de</strong> que129 Prins. The Messiah, Son…, p.101.130 Ibid., p.102.131 Myers, Ch. O Evangelho <strong>de</strong> São Marcos. São Paulo: Paulinas, 1992, p.350-351.132 Ibid., p.381.133 Ibid., p.382.134 Ra<strong>de</strong>rmakers, J. La Bonne Nouvelle <strong>de</strong> Je<strong>su</strong>s selon saint Marc. 2. Lecture continue. Bruxelles: Institutd’Etu<strong>de</strong>s Théologiques, 1974, p.324.36


“<strong>su</strong> rol no es venir a restaurar en la tierra el reino <strong>de</strong> David o la hegemonía <strong>de</strong> Israel […] sinofundar un Reino totalmente diferente […] cuyo trono está situado a la <strong>de</strong>recha <strong>de</strong> Dios”. 135Ambas posturas en el fondo no son contradictorias, sino complementarias. Des<strong>de</strong> una visiónescatológica <strong>de</strong>l Reino y <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l Mesías –a partir <strong>de</strong> Jesús– la perícopa tambiéncontrasta una imagen <strong>de</strong> mesías davídico con tintes <strong>de</strong> reivindicación bélica y políticanacionalista.Entre tanto, Schnei<strong>de</strong>r recuerda que la tradición <strong>de</strong> la filiación davídica está en“conexión” con el templo, pues ha “<strong>de</strong> tomarse en cuenta, que el David histórico queríaconstruir el Templo [y] un hijo <strong>de</strong> David, Salomón es el constructor <strong>de</strong>l Templo [y en esesentido] Jesús quiere un nuevo templo, no hecho con manos”. 136 De ahí, que “como Hijo <strong>de</strong>David Jesús limpia el templo [pues] <strong>de</strong>be ser Casa <strong>de</strong> Oración”; <strong>de</strong>spués Jesús enseña en eltemplo, como enfatiza Marcos 12,35a. Esa situación tiene una trama que comienza con lasdisputas con <strong>su</strong>s adversarios o interlocutores, representantes <strong>de</strong> la autoridad civil y religiosa<strong>de</strong> Jerusalén, <strong>de</strong> modo que la perícopa adquiere una nueva luz interpretativa. A propósitoSchnei<strong>de</strong>r señala:[Tales disputas] llevan a la polarización entre las autorida<strong>de</strong>s y el pueblo […]Relacionado a ello, Jesús corrige la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> reino <strong>de</strong> <strong>su</strong>s oponentes. <strong>El</strong> señorío <strong>de</strong>Jesús no compite con la reivindicación <strong>de</strong> un rey (12,13-17), la re<strong>su</strong>rrección lleva ala vida a una nueva dimensión (12,18-17), el verda<strong>de</strong>ro culto y cumplimiento <strong>de</strong> laley está en el indiviso amor a Dios y al prójimo (12,28-34). Quien entienda eso, no“está lejos <strong>de</strong>l Reino <strong>de</strong> Dios” (12,34). En este contexto Marcos coloca la pregunta<strong>de</strong>l hijo <strong>de</strong> David. 137Claramente el acento puesto en la enseñanza, en el versículo 35a, es reforzado porel contexto. En virtud <strong>de</strong> ese acento, Pesch entien<strong>de</strong> que no es la negación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>nciadavídica, ni la discusión <strong>de</strong>l cual título es más a<strong>de</strong>cuado –Señor o Hijo <strong>de</strong> David–, “se trata,en vez <strong>de</strong> una interpretación <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l Cristo diversa <strong>de</strong> la mesianología farisaica […]<strong>de</strong> una ‘vuelta <strong>de</strong> la mesianología en cuanto tal’; <strong>de</strong> la instrucción mesianológica <strong>de</strong>l propioMesías”. 138 Pesch quizás reconozca el aspecto fundamental <strong>de</strong> la perícopa, sin embargo, ellono obsta para que el evangelista, por otro lado, esté intencionadamente contestando otrasmesianologías en la propia perícopa.Es posible que en Marcos 12,35-37 como en <strong>su</strong> contexto, Jesús continúeenseñando acerca <strong>de</strong>l reino <strong>de</strong> Dios y, <strong>de</strong> ese modo se esté revelando a sí mismo. De acuerdo135 Tillesse, G.M. <strong>de</strong>. Le Secret Messianique dans l’evangile <strong>de</strong> Marc. Paris: Cerf, 1968, p.331.136 Schnei<strong>de</strong>r. Die Davidssohnfrage, p.88.137 Ibid., p.88-89.138 Pesch. Il Vangelo…, p.377.37


con Tillesse, “<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l ‘secreto’ [mesiánico] aquí hay un episodio don<strong>de</strong>, <strong>de</strong>todo el evangelio <strong>de</strong> Marcos, Jesús habla más claramente y más directamente <strong>de</strong> <strong>su</strong>misión”; 139 esto es el reino “mesiánico” <strong>de</strong> Dios –y agrega– “el cual no se sitúa en el mismoplano” con el <strong>de</strong> César (cf. Mc12,13ss), sin embargo “prolonga el reino <strong>de</strong> David […] a través<strong>de</strong> una ruptura, en una trascen<strong>de</strong>ncia”. 140 <strong>El</strong> acento <strong>de</strong> ese tono trascen<strong>de</strong>nte y escatológico loda el propio Salmo 110,1. Probablemente <strong>de</strong>bido a la citación y a la aplicación cristológica <strong>de</strong>lmismo en los escritos neo-testamentarios, “estaba prevista la dimensión ‘escatológica’ <strong>de</strong>lahora-ya y <strong>de</strong>l todavía-no: Jesús en la re<strong>su</strong>rrección y exaltación ya está a la <strong>de</strong>recha <strong>de</strong> Dios[…] pero la plenitud escatológica con la <strong>su</strong>misión <strong>de</strong> todos <strong>su</strong>s enemigos bajo <strong>su</strong> señorío,todavía está pendiente”. 141 De esta forma, Schnei<strong>de</strong>r i<strong>de</strong>ntifica aquí el Sitz im Leben <strong>de</strong> laperícopa, es <strong>de</strong>cir, en la fe en la re<strong>su</strong>rrección y en el advenimiento escatológico <strong>de</strong> Cristoprofesada –y enseñada– por la comunidad cristiana.La lectura escatológico-mesiánica <strong>de</strong>l Salmo 110,1 en Marcos 12,35-37, quedareforzada a<strong>de</strong>más por la apocalíptica <strong>de</strong>l ‘Hijo <strong>de</strong>l Hombre’, que sin estar explícitamente en laperícopa, aparece casi inmediatamente en el capítulo trece. Por sí misma no se pue<strong>de</strong> probaresa relación, pero parece haber un trabajo <strong>de</strong> redacción en Marcos 14,61-62. Prins señala que<strong>de</strong>s<strong>de</strong> este pasaje “Marcos 12,36 pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse mejor [pues] la cita en Marcos 12,36 es lafusión <strong>de</strong>l Salmo 110,1 y Salmo 8,7 […] la cual pue<strong>de</strong> ser explicada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Marcos 14,61-62” 142 don<strong>de</strong> se cita otra vez el Salmo 110,1 junto con Daniel 7,13 en referencia al ‘hijo <strong>de</strong>lHombre’. Se juntan así dos tradiciones: la <strong>de</strong>l hijo <strong>de</strong> David, a la que alu<strong>de</strong> Marcos 12,35ss; yla <strong>de</strong>l hijo <strong>de</strong>l Hombre. Ahora ambas se compren<strong>de</strong>n <strong>de</strong>s<strong>de</strong> “el hijo <strong>de</strong>l Bendito” (Mc 14,61c),haciendo eco <strong>de</strong> Marcos 1,1 y 15,39b, pasajes que conforman una inclusión clave: el mesíases hijo <strong>de</strong> Dios. Prins sostiene “que para Marcos, el título <strong>de</strong> Hijo <strong>de</strong> Dios es la <strong>de</strong>signaciónmás importante <strong>de</strong> Jesús”, 143transfiguración (cf. Mc 1,11; 9,7).porque Dios mismo le llama ‘hijo’ en el bautismo y en laDes<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la argumentación midráshica propuesto por Marie N.Sabin, hay una comprensión bastante elegante <strong>de</strong>l salmo en Marcos 12,36. La autoraconcuerda con que la cita combina los salmos 110 y 8. Ambos salmos tienen un carácter <strong>de</strong>entronización; la <strong>de</strong> un sacerdote rey y la <strong>de</strong>l ser humano respectivamente. Sabin entien<strong>de</strong>esto, según el contenido y la forma argumentativa <strong>de</strong> la perícopa, como un “enigma <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>139 Tillesse. Le Secret Messianique…, p.157.140 Ibid., p.157.141 Schnei<strong>de</strong>r. Die Davidssohnfrage, p.86.142 Prins. The Messiah, Son…, p.103.143 Ibid., p.104.38


un enigma: ¿podría ser que Dios es tan ‘consciente’ <strong>de</strong> los seres humanos ordinarios (Salmo8,4) que <strong>su</strong> ungido sea uno <strong>de</strong> ellos?”, 144 ¿un ser humano común y corriente, sin po<strong>de</strong>rpolítico o religioso? Ciertamente esa nueva imagen mesiánica es más cónsone con lai<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> Jesús.Parece que la cuestión queda en <strong>su</strong>spenso, pues la filiación davídica ni se afirmani niega categóricamente. Algunos estudiosos, como Werner Kelber, que se <strong>su</strong>scriben <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong> la cristología correctiva Norman Perrin, se inclinan más por juzgar ina<strong>de</strong>cuado ein<strong>su</strong>ficiente el título davídico. Kelber sostiene que la compatibilidad <strong>de</strong> los dos títulos escaracterística <strong>de</strong> Mateo, mas no <strong>de</strong> Marcos, don<strong>de</strong> el tono argumentativo “presenta una claraalternativa”, entre la filiación davídica <strong>de</strong> los escribas y el señorío <strong>de</strong>l hijo <strong>de</strong> Dios. 145 Para él,son dos cosas irreconciliables en el evangelio <strong>de</strong> Marcos porque lo que acontece a partir <strong>de</strong> laentrada <strong>de</strong> Jesús a Jerusalén es una “ruptura”, “la reorientación hacia un nueva meta” uhorizonte, es <strong>de</strong>cir, el “reino <strong>de</strong> Dios”, que no es el reino <strong>de</strong> David. 146 Kelber arguye que elmirar <strong>de</strong> Jesús, una vez en el Templo (Mc 11,11b), es equiparable a un juicio crítico previo a“la limpieza <strong>de</strong>l templo” y las controversias con las autorida<strong>de</strong>s, mientras tanto se va creandoun “nuevo lugar”, el “monte <strong>de</strong> los olivos”, que contrasta con el “monte <strong>de</strong>l templo”; o un“templo nuevo” no construido por manos humanas. 147 Bajo esa interpretación, Marcos 12,35-37 parece adquirir un sentido más bien <strong>de</strong> refutación <strong>de</strong>l mesianismo davídico en pro <strong>de</strong> unnuevo kairós inaugurado por Jesús.Como se ha visto a lo largo <strong>de</strong> este primer capítulo, la mayoría <strong>de</strong> los exegetasactuales se han <strong>de</strong>cantado por una postura que Joel Marcus cataloga como <strong>de</strong> “harmoniosa”(harmonistic interpretation) según la cual tanto la filiación davídica como el mesías Kyrios<strong>de</strong> David no se contraponen, más bien se implican recíprocamente. Tales exégetas –comentaeste autor– “generalmente interpretan este pasaje <strong>de</strong> tal manera que tiene <strong>su</strong>s rastros enRomanos 1,2-4” 148 y <strong>su</strong> cristología <strong>de</strong> dos planos y así concluir que “Jesús no es (sólo) el Hijo<strong>de</strong> David, sino (también) el Hijo <strong>de</strong> Dios”. 149 No obstante, J. Marcus, sin llegar a la posiciónradical <strong>de</strong> Kelber, o <strong>de</strong> Norman Perrin –quienes ven en el título ‘hijo <strong>de</strong>l Hombre’, unacorrección cristológica a la mesianología tradicional– sostiene que “Marcos parece tener unacierta ambivalencia con respecto al mesianismo davídico […pues…] el texto muestra reserva144 Sabin. Reopening the Word…, p.98.145 Cf. Kelber, W. The Kingdom in Mark. Phila<strong>de</strong>lphia: Fortress Press, 1974, p.96.146 Ibid., p.97.147 Ibid., p.98.104-105.148 Marcus, J. I<strong>de</strong>ntity and ambiguity in Markan…, p. 138.149 Ibid., p.139.39


especto a la expectativa davídica”. 150 J. Marcus contempla dos razones que explican esaambigüedad en la perícopa.Por un lado, él argumenta que en el contexto histórico-social <strong>de</strong> la comunidadmarcana “la esperanza davídica parece que no sólo estaba asociada a Jesús, sino que tambiéna ‘falsos mesías’ (13,22; cf. 13,6)” 151 vistos en personajes históricos como Menajem Hijo <strong>de</strong>Judas el Galileo y Simón Bar Giora –quienes vienen <strong>de</strong> una tradición <strong>de</strong> mesías galileosproclamados o auto-proclamados, con pretensiones reivindicativas y nacionalistas. Estosmesías motivaron en gran medida la serie <strong>de</strong> <strong>su</strong>blevaciones que tomaron fuerza a partir <strong>de</strong>laño 66 d.C. J. Marcus siente que Marcos no está eximido <strong>de</strong> esa situación, cuyosacontecimientos llevaron a la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l templo y a la caída <strong>de</strong> Jerusalén, y que por lotanto, ello habría alimentado <strong>su</strong> <strong>su</strong>spicacia sobre el mesianismo davídico. A<strong>de</strong>más,probablemente “Marcos y <strong>su</strong> comunidad pudieran haber <strong>su</strong>frido en manos <strong>de</strong> tales figurasmesiánicas en parte porque la comunidad aceptaba gentiles, entre otras razones” 152 , como <strong>su</strong>fe mesiánica en Jesús.Por otro lado, J. Marcus, yendo hacia al texto y teología <strong>de</strong> Marcos, consi<strong>de</strong>ra quetal ambigüedad se <strong>su</strong>stenta también en el choque <strong>de</strong> dos imágenes representadas por Jesús enel relato evangélico. Entonces “hay una tensión entre la imagen <strong>de</strong> un Jesús como omnisciente[all-knowing seer], que predomina en los primeros trece capítulos, y la imagen <strong>de</strong> un agónico,dubitante <strong>su</strong>friente, que emerge en los capítulos 14-15”. 153 Él contrapone un Jesús, seguro <strong>de</strong>sí, que predice <strong>su</strong> pasión, y un Jesús que duda y se siente abandonado –y el primero quizásresponda más a la experiencia y fe post-pascual <strong>de</strong> la comunidad cristiana. Este autor ve en elfondo, el cual hace posible esa amalgama, “la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> kénosis”, propia <strong>de</strong> Filipenses 2,6-8, yque encuentra resonancias en la cristología <strong>de</strong> Hebreos (cf. Hb 2,9; 5,7-10; 10, 5-10). 154 Portanto Marcos 12,35-37 transparentaría esa ambigüedad i<strong>de</strong>ntitaria <strong>de</strong> Jesús en el conjunto <strong>de</strong>levangelio. <strong>El</strong> Hijo <strong>de</strong> David, si se aplica a Jesús, no es la imagen <strong>de</strong> un rey guerrero enviadopor Dios, sino aquel, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>su</strong> condición humana, profundamente a<strong>su</strong>mida, en obedienciaa <strong>su</strong> Padre encara humanamente y filialmente la cruz. J. Marcus, ateniéndose al relato,comenta el efecto que el evangelista quiso dar, para luego resaltar las consecuenciasteológicas <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica <strong>de</strong> Jesús:150 Ibid., p.137.151 Ibid., p.140.152 Ibid.153 Ibid., p.140-141.154 Cf. ibid., p.142.40


[…] la narrativa <strong>de</strong> la pasión es un drama real, y <strong>su</strong> héroe no es una estática,unidimensional figura que siempre actúa <strong>de</strong> una manera consistente y pre<strong>de</strong>cible,sino un ‘full-bodied’ personaje que fluctúa […] entre el coraje y el miedo, entre lacerteza y la duda y así, se hace un objeto <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificación para la audiencia. 155La ambigüedad <strong>de</strong> un Jesús humano, que <strong>su</strong>frió el abandono y la muerte, y unMesías celeste, “sentado a la <strong>de</strong>recha” <strong>de</strong>l Señor –constituyéndole a él mismo ‘Señor’–configura esa i<strong>de</strong>ntidad mesiánica en el relato <strong>de</strong> Marcos. En esa línea Donahue y Harringtonsostienen que “Marcos 12,35-37 es la proclamación <strong>de</strong>l señorío <strong>de</strong> Jesús […y a la vez…]sirve como recordación <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> aquel […] que pronto entrará en <strong>su</strong>pasión y muerte. <strong>El</strong> misterio <strong>de</strong> la cruz es parte <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> Jesús como Mesías ySeñor”. 156155 Ibid., p.143.156 Donahue; Harrington. The Gospel of..., p.361.41


CAPITULO IIMesías. Resignificación <strong>de</strong> imágenes y construccionesescatológicas1. IntroducciónLa i<strong>de</strong>ntidad mesiánica <strong>de</strong> Jesús no fue una mera invención <strong>de</strong> las primerascomunida<strong>de</strong>s cristianas. Hubo toda una tradición que le antecedió. Pero tampoco fue algoaccesorio, que encajó en Jesús, sino algo más profundo. Como el propio Pablo atestigua, lofundamental fue la experiencia <strong>de</strong> “Je<strong>su</strong>cristo” <strong>de</strong> esos primeros seguidores (cf. Gal 1,12).Aún así, no se pue<strong>de</strong> soslayar esa tradición mesiánica que estuvo <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> esas primerasafirmaciones <strong>de</strong> fe. <strong>El</strong> rescate <strong>de</strong> <strong>su</strong> vida y enseñanza en los evangelios parten <strong>de</strong> esaexperiencia, sí, pero re<strong>su</strong>lta que ello tiene que ponerse por escrito, reflexionarse, en unascoor<strong>de</strong>nadas culturales e históricas bien <strong>de</strong>terminadas. La narración no sólo da cuenta <strong>de</strong>Jesús, sino <strong>de</strong> una diversidad <strong>de</strong> nociones teológicas <strong>de</strong> <strong>su</strong> medio judío.La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> mesías o “Cristo” tiene una historia, no monolítica, sino increíblementeplástica y flexible, por lo que se podría hablar <strong>de</strong> diversas imágenes mesiánicas en vez <strong>de</strong>doctrina. En el evangelio <strong>de</strong> Marcos, el “Cristo” proclamado en el prólogo, admite luego ser“hijo <strong>de</strong> Dios”, “hijo <strong>de</strong>l Hombre”, e inclusive, “hijo <strong>de</strong> David”, por citar algunas. Talesfórmulas, sin embargo, no son ingenuas, pues se fraguaron a través <strong>de</strong> los siglos ganando unacarga escatológica cada vez más fuerte, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> que fueron –y son– <strong>su</strong>sceptibles <strong>de</strong> sercomprendidas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> diversos prismas i<strong>de</strong>ológicos, como pue<strong>de</strong> ser la última acepción segúnse pudo atisbar en el capítulo anterior. Ahora bien, Jesús para esos primeros cristianos marcóun hito por lo cual se le i<strong>de</strong>ntificó con el Mesías, re<strong>de</strong>ntor y salvador, es <strong>de</strong>cir, con el lenguajey las i<strong>de</strong>as propias <strong>de</strong> <strong>su</strong> modo <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r y concebir. Ahora, tal comprensión también fuediversa entre ellos.En este capítulo, se tratará <strong>su</strong>cintamente esa noción, <strong>de</strong>l ‘Mesías’, a partir <strong>de</strong> lasúltimas investigaciones que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva histórica escudriñan los pre<strong>su</strong>puestosteológicos y socio-culturales involucrados, para acabar indagando, en el siguiente capítulo,cuál imagen –o cuáles imágenes– <strong>de</strong> mesías Marcos quiso proyectar, y respecto <strong>de</strong> quéimágenes procuró distanciarse. Por lo pronto, aquí, no se busca, tanto en ahondar en los<strong>de</strong>talles con respecto a la génesis y al proceso <strong>de</strong> esas tradiciones mesiánicas, como <strong>de</strong> poner42


en relieve un contexto que haga posible una mejor comprensión <strong>de</strong> lo que está implicado en elevangelio <strong>de</strong> Marcos cuando se habla <strong>de</strong> “Cristo”.La investigación académica acerca <strong>de</strong>l mesianismo <strong>su</strong>byacente en la bibliografíareciente –y usada para este trabajo– tiene dos gran<strong>de</strong>s pioneros, Joseph Klausner y SigmundMowinckel, cuyo trabajo tuvo una gran difusión en los años cincuenta; el mesianismocristiano ya no podía ser sostenido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la <strong>su</strong>posición <strong>de</strong> W. Bousset y <strong>de</strong> laReligionsgeschichte, según la cual éste era producto <strong>de</strong>l contacto con el medio paganohelenista.1 Esos dos autores abrieron a nueva posibilidad <strong>de</strong> comprensión, a saber, el propiojudaísmo –<strong>de</strong> don<strong>de</strong> emergiera la fe cristiana– y <strong>su</strong> interacción con <strong>su</strong> entorno. Es notable lainfluencia <strong>de</strong> Mowinckel en los últimos trabajos <strong>de</strong> J. Fitzmyer y <strong>de</strong> J.J. Collins, sobre todo enlo que respecta al influjo mitológico <strong>de</strong>l oriente próximo en la configuración <strong>de</strong>l premesianismojudío previo al período <strong>de</strong>l Segundo Templo, época en la cual se gestaron lasprincipales nociones mesiánicas en el judaísmo. Ambos autores convergen en lo esencial, sinembargo Fitzmyer sostiene que el mesianismo <strong>su</strong>rge a partir <strong>de</strong> Daniel 7, y se atiene a laformulación explícita <strong>de</strong> ‘mesías’ como indicador, mientras Collins se remonta más allá yadvierte en el propio influjo <strong>de</strong>l material mítico <strong>de</strong>l entorno cultural, una i<strong>de</strong>ología ‘real’ –regia– fundamental para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> mesianismo como tal. Para el <strong>de</strong>venir <strong>de</strong> esta parte setendrá como guías tanto Fitzmyer como Collins, empero, se buscará complementarlas contrabajos recientes <strong>de</strong> otros autores. Hacia el final <strong>de</strong>l capítulo se concluirá como antesala alsiguiente capítulo, la presentación y caracterización <strong>de</strong>l Mesías en el cristianismo primitivo en<strong>su</strong> primer estadio, sobretodo, la noción que se empieza dibujar en los escritos paulinos.2. Tradición Mesiánica en el AT2.1. La voz ‘mesías’<strong>El</strong> término ‘mesías’ <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l contexto vetero-testamentario no tuvo el sentidoque hoy u<strong>su</strong>almente se le da. Para alguien cuya tradición sea cristiana –¡mesiánica!–, lapalabra refiere a una figura fundamental para <strong>su</strong> fe: ‘Jesús es el Mesías’, así como loconfesara Pedro en Marcos 8,29, o como reza el kerigma <strong>de</strong> Hechos 2,36, a Jesús crucificado“Dios lo ha constituido Señor y Cristo”. <strong>El</strong>lo quiere <strong>de</strong>cir que para la comunidad creyenteJesús es el re<strong>de</strong>ntor y salvador <strong>de</strong> la humanidad, pues es el enviado <strong>de</strong> Dios-padre. <strong>El</strong>lo no1 Collins, J.J.; Collins, A.Y. King and Messiah as Son of God: Divine, Human, and Angelic Messianic Figures inBiblical and Related Literature. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 2008, p. xii.43


dista mucho <strong>de</strong> la fe <strong>de</strong>l cristiano <strong>de</strong>l siglo I según lo hace ver Fitzmyer –en un intento <strong>de</strong><strong>de</strong>finición conceptual– con la fórmula mateana σὺ εἶ ὁ ἐρχόμενος (Mt 11,3), y la joannea οἶδαὅτι Μεσσίας ἔρχεται ὁ λεγόμενος χριστός (Jn 4,25), 2 las cuales <strong>de</strong>notan “una figura escatológica,un ungido humano, agente <strong>de</strong> Dios, quien fuera enviado por él como salvador y fueraesperado en el final <strong>de</strong>l tiempo” 3 . <strong>El</strong> mesías para el cristiano <strong>de</strong>l primer siglo significó “el queha <strong>de</strong> venir” <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> Dios.La palabra משיח (mesías) 4 en el Antiguo Testamento <strong>de</strong>nota por <strong>su</strong> parte, ‘ungido’.Klausner indica que “en las Santas Escrituras, reyes, israelitas y extranjeros, y los <strong>su</strong>mossacerdotes, son caracterizados por esta palabra, pues eran ungidos con aceite” 5 . Según seconstata en 1 Samuel 24, 7, Saúl es el primer rey israelita a ser ungido, pero a<strong>de</strong>más –sigueseñalando Klausner– también fue un adjetivo usado para reyes extranjeros como el caso <strong>de</strong>Ciro en Isaías 45,1. Luego en 1 Reyes 19,16 parece que los profetas también eran ungidos, sinembargo no se les llama ‘mesías’. <strong>El</strong> vocablo fue adquiriendo con el tiempo nuevas cargassemánticas, tornándolo parte <strong>de</strong> un lenguaje teológico especial. Aparte <strong>de</strong> <strong>su</strong> claraconnotación cristiana, Mowinckel recuerda que “la palabra ‘Mesías’ en sí misma, como títuloy como nombre, hizo <strong>su</strong> aparición en el judaísmo tardío para <strong>de</strong>signar una figuraescatológica” 6 , por lo que toda pretensión mesiánica en textos anteriores a ese período podríaser un auténtico anacronismo y producto más bien <strong>de</strong> un prejuicio cristológico posterior.Ahora, el advenimiento <strong>de</strong>l mesianismo en el judaísmo, no se pue<strong>de</strong> explicar sin ese materialescriturístico. Por tanto, lo que sí parece posible es <strong>su</strong> lectura mesiánica, sobretodo <strong>de</strong>aquellos textos que hagan referencia a la restauración davídica o <strong>de</strong>l pueblo <strong>de</strong> Israel. Ahorabien, la figura <strong>de</strong> un “ungido” no era la única en ese período –que iría, aproximadamente, apartir <strong>de</strong>l año 200 a.C. hasta la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l Segundo Templo en el año 70 d.C. Existentantas figuras como tradiciones, como es el caso <strong>de</strong>l “Hijo <strong>de</strong>l Hombre” en el libro <strong>de</strong> Daniely en 1 Henoc, o la tradición <strong>de</strong> Melquise<strong>de</strong>c en Qumrán. Entretanto –agrega Mowinckel– “elnombre <strong>de</strong> Mesías, el ‘ungido’, en cuanto título o término técnico aplicable al rey <strong>de</strong> la erafinal [escatológica] ni siquiera aparece en el Antiguo Testamento” 7 . <strong>El</strong> término bajo esa nueva2 Esto es: “tú eres el que viene” (o “el que ha <strong>de</strong> venir”); “yo sé que el Mesías viene, el llamado Cristo”.3 Fitzmyer, J. The One who is to come. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 2007, p.1.‏.מש יחא o <strong>de</strong> la forma aramea משיח 4 Técnicamente ‘mesías’ es una forma castellanizada (y latinizada) <strong>de</strong>l hebreoLa traducción griega, que caracterizó el uso cristiano, es ό χριστός, sin embargo también se usó la transcripciónμεσσίας (cf. Jn 1,41; 4,25).5 Klausner, J. The messianic i<strong>de</strong>a in Israel. From its beginning to the Completion of the Mishna. New York:Macmillan, 1955, p.7.6 Mowinckel, S. <strong>El</strong> que ha <strong>de</strong> venir. Mesianismo y Mesías. Madrid: Fax, 1975, p.4.7 Ibid.44


comprensión ya se va encontrando en la literatura inter-testamentaria y naturalmente en elNuevo Testamento.2.2. Hacia una correcta intelección <strong>de</strong>l vocabloAhora bien, es preciso establecer los límites o los criterios que ayu<strong>de</strong>n ai<strong>de</strong>ntificar cuando un texto es ‘mesiánico’ en <strong>su</strong> origen. De acuerdo con Fitzmyer, J. Klausnerconcebía un sentido amplio <strong>de</strong> mesías y distinguía entre ‘expectativa mesiánica’, queimplicaba la “esperanza profética” en “la libertad política, la perfección moral y el goceterrenal” y una “más explícita creencia en el Mesías”, la cual remitía a una figura po<strong>de</strong>rosare<strong>de</strong>ntora que al final <strong>de</strong> los tiempos iba a llevar a cabo todo aquello. 8 Fitzmyer por <strong>su</strong> parterestringe ese campo, pues tiene el riesgo <strong>de</strong> imponer en esos pasajes más antiguos un sentidoque emergió posteriormente. Por esa razón este autor, se adhiere a la distinción <strong>de</strong> Mowinckelentre “esperanza mesiánica” y “esperanza escatológica”, la primera es escatológica, pero nose pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que toda esperanza o figura escatológica sea mesiánica. 9 Para Mowinckel lai<strong>de</strong>a mesiánica “en un sentido estricto, está vinculada a la esperanza futura y a la escatología<strong>de</strong> Israel y <strong>de</strong>l judaísmo. Se pue<strong>de</strong> concebir una escatología sin Mesías pero no un Mesíasajeno a una esperanza futura”. 10Por tanto, a pesar <strong>de</strong> que el término aparezca en varios pasajes <strong>de</strong>l AntiguoTestamento, <strong>su</strong> sentido ciertamente no era ‘mesiánico’, en el sentido escatológico celeste, <strong>de</strong>últimos tiempos, sino hay que remitirse a un sentido más literal, el <strong>de</strong> ‘ungido’. H-J. Fabrydictamina que “en el judaísmo primitivo […] no se vincula a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> un re<strong>de</strong>ntor futuro”, y,más bien, “fue usado por la primera vez como <strong>de</strong>signación <strong>de</strong>l ‘Mesías’ en los Salmos <strong>de</strong>Salomón y en el Nuevo Testamento”. 11 La forma absoluta המשיח no aparece en el A.T., por loque se <strong>de</strong>scarta que <strong>su</strong> uso implicara una especie <strong>de</strong> título. La <strong>su</strong>stantivación <strong>de</strong> ‘mesías’<strong>de</strong>riva <strong>de</strong> <strong>su</strong> forma original ‘ungido’, es <strong>de</strong>cir, el término es más bien un participio pasivo enhebreo, que por <strong>su</strong> uso, funcionó luego como <strong>su</strong>stantivo. <strong>El</strong> verbo משח (ungir) <strong>de</strong> acuerdo conFitzmyer, está sesenta y nueve veces en el texto masorético, don<strong>de</strong> casi la mitad <strong>de</strong> los casosse aplica a algún personaje u objeto vinculado al culto y al sacerdocio, mientras que la otraparte se refiere a la unción <strong>de</strong> un rey. 12 Con relación a participio pasivo ‘ungido’, J.L. Sicre8 Fitzmyer, J. The one who…, p.4.9 Cf. Mowinckel. <strong>El</strong> que ha <strong>de</strong> venir…, p.4.10 Ibid., p.9.11 Fabry, H.-J., Scholtissek, K. O Messias. São Paulo: Loyola, 2008, p.25. A<strong>de</strong>más, el autor indica que comotítulo “el registro más antiguo aparece en primer lugar en Qumrán (1 QSa 2,12)”.12 Cf. Fitzmyer. The one who…, p.9.45


contabiliza 39 casos, concentrándose más en los dos libros <strong>de</strong> Samuel (18 veces) y en losSalmos (9 veces). 13 Ahora bien, el qué significara la unción ha divido a los estudiosos en dosinterpretaciones; en relación al rey, según Sicre, “unos la interpretan como acto religioso queotorga al rey el don <strong>de</strong>l espíritu y una serie <strong>de</strong> cualida<strong>de</strong>s extraordinarias […y otros] comosimple acto político y jurídico equivalente a la <strong>de</strong>signación o elección <strong>de</strong> un personaje parareinar”. 14 Sin ánimos <strong>de</strong> inducir a una mera posición conciliadora, es probable que ambasconnotaciones no estuvieran separadas en la unción, sobretodo en socieda<strong>de</strong>s teocráticascomo la israelita <strong>de</strong> entonces. J. J. Collins en <strong>su</strong> último trabajo sobre el mesianismo exploraun aspecto pre-mesiánico, el <strong>de</strong> la filiación divina <strong>de</strong>l rey, fundamental luego para la nociónmesiánica escatológica; él <strong>su</strong>ele caracterizar esto como “la i<strong>de</strong>ología real”, propia <strong>de</strong>l entornocultural <strong>de</strong> Israel –Egipto, Mesopotamia y Canaán– la cual hacía énfasis en el aspecto divino<strong>de</strong>l rey mediante <strong>su</strong> propia filiación. Collins, aunque concuerda que ‘mesías’ “toma unaconnotación escatológica en el período <strong>de</strong>l Segundo Templo”, refiriéndose así “a un reyfuturo, si bien que en ocasiones se refiera también a un sacerdote o profeta”, 15 vislumbra noobstante en textos antiguos, lo que parece ser atribuciones divinas al rey, bajo la fórmula <strong>de</strong>“Hijo <strong>de</strong> Dios”. La unción, entonces, quizás no era sólo un acto jurídico, sino tambiénprofundamente simbólico y religioso.3. Hacia los orígenes y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la noción mesiánicaEn este apartado se hará un rastreo <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as o imágenes <strong>de</strong> ‘Mesías’ en losdiferentes estadios <strong>de</strong> <strong>su</strong> evolución. Como se dijo en la introducción, aquí no se preten<strong>de</strong>hacer una historia pormenorizada <strong>de</strong> la noción, sino simplemente levantar una especie <strong>de</strong>esbozo que permita tener una perspectiva más histórica. Para ese efecto, se i<strong>de</strong>ntifican cuatrogran<strong>de</strong>s etapas que abarcan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la época <strong>de</strong> la monarquía davídica hasta el período <strong>de</strong>lSegundo Templo, a saber, el <strong>su</strong>rgimiento y la consolidación <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología monárquica,luego, a partir <strong>de</strong> la crisis en torno al exilio, la paulatina transformación <strong>de</strong> la esperanzas‘monárquicas’ en la literatura profética; posteriormente, frente a un nuevo escenario político,con el advenimiento <strong>de</strong> la apocalíptica judía, se <strong>de</strong>sarrollará un mesianismo <strong>de</strong> cuño13 Cf. Sicre, J.L. De David al Mesías. Textos básicos <strong>de</strong> la esperanza mesiánica. Estella: Verbo Divino, 1995,p.22. Los textos don<strong>de</strong> aparece ‘mesías’ son: Lv 4,3.5.16; 6,15 (aplicado a una figura sacerdotal); 1 Sm 2,10.35;12,3.5; 16,6; 24,7.11; 26,9.11.23; 26,16; 2 Sm1,14.16.21; 19,22; 22,51; 23,1; Salmos 2,2; 18,51; 20,7; 28,8;89,39.52; 105,15; 132,10.17; en los libros proféticos sólo en Hab 3,13; Is 45,1 (y aquí es aplicado al rey Ciro);Lm 4,20; 1 Cr 16, 22 (cita <strong>de</strong>l Salmo 105,15); 2 Cr 6,42; Dn 9,25.26. Llama la atención <strong>de</strong>l autor la ausencia <strong>de</strong>ltérmino en Reyes y Deuteronomio, y en los profetas Exequiel y Jeremías.14 Ibid.15 Collins, J.; Collins, A. King and Messiah…, pp.1-2.46


claramente escatológico, que se afianzará entorno al cambio <strong>de</strong> era, cuando se <strong>su</strong>sciten unagama <strong>de</strong> mesianismos y movimientos mesiánicos, como queda testimoniado en la literaturaintertestamentaria.3.1. I<strong>de</strong>ología monárquicaPodría <strong>de</strong>cirse que las fuentes, imaginarios e imágenes <strong>de</strong>l mesianismo en“sentido estricto” y escatológico, tal y como fue concebido en el siglo primero, se remontan auna época <strong>de</strong> conformación <strong>de</strong> una nación, y por consiguiente a un tiempo don<strong>de</strong> las figurasreales procuraban legitimarse. <strong>El</strong> siguiente <strong>de</strong>sarrollo no es una camisa <strong>de</strong> fuerza, sino queindica etapas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las cuales los textos bíblicos se compren<strong>de</strong>n, sin que necesariamente<strong>su</strong> redacción final corresponda a aquel o a tal momento. Lo interesante es la tradición queconllevan, que sí apunta hacia la historia, como es el caso <strong>de</strong> algunos Salmos, compuestos<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l exilio, pero sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> mirar con esperanza el pasado <strong>de</strong> la dinastía davídica.3.1.1. Tradición monárquica <strong>de</strong>uteronomistaSicre señala que tal “i<strong>de</strong>ología monárquica” está presente sobretodo en los salmosy en algunos textos proféticos; sin embargo, los “textos <strong>de</strong> entronización” <strong>de</strong> la historia<strong>de</strong>uteronomista, son útiles para luego compren<strong>de</strong>r mejor aquellos otros. 16 Las ceremonias <strong>de</strong>entronización en Samuel y Reyes son ambivalentes, pues poseen un carácter contractual entrerey y pueblo, y también un aspecto religioso, sobretodo en relación con la unción. La elecciónpública <strong>de</strong> Saúl según 1 Samuel 10,20-27 está precedida por una unción privada <strong>de</strong> tiporeligioso (cf. 1 Sm 10,1); por <strong>su</strong> parte, David antes <strong>de</strong> <strong>su</strong> “unción pública” en 2 Samuel 2,4, yahabía sido ungido previamente en privado <strong>de</strong> acuerdo con 1 Samuel 16,1-13; a pesar <strong>de</strong> queSicre du<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>su</strong> historicidad, es claro que esa unción refleja la i<strong>de</strong>a según la cual “para serrey es preciso que el Señor lo convierta en un personaje distinto, por encima <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más”, 17y por eso la venida <strong>de</strong>l “espíritu” acompaña la unción. Otro texto que Sicre <strong>de</strong>staca es el quecorrespon<strong>de</strong> a la entronización <strong>de</strong> Salomón (cf. 1 Re 1,33-35), quien, luego <strong>de</strong> montar la mula<strong>de</strong> David es ungido por Sadoc y Natán en un manantial –la fuente <strong>de</strong> Guijón que hacereferencia a Jerusalén– para luego finalmente ocupar el trono <strong>de</strong> David. Este texto pareceluego hacer eco en Zacarías 9,9, en el Salmo 46 y en Isaías 8,6. 18 En la entronización <strong>de</strong> Joás(2 Re 11,12.17.19), Sicre también distingue dos momentos, “el primero en un lugar sagrado16 Cf. Sicre. De David al Mesías…, p. 57.17 Ibid., p.59.18 Cf. ibid., pp. 60-62.47


(el templo) y el segundo en el palacio”, 19 que refleja esa ambivalencia jurídico-sagrada <strong>de</strong> lamonarquía y unción. Llama la atención al autor, la lectura <strong>de</strong>l protocolo (v.12), propia <strong>de</strong>lentorno cultural según constan en documentos egipcios, la cual da continuación a la unción,<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la que se ‘sella’ el pacto entre Dios y <strong>su</strong> pueblo y el rey –tal protocolo luego resonará enlos Salmos 2,7-9 y 110,3 (cf. 64-66 2 Cro 23,16). Pese a todo ello, la unción originalmenteindicaba nada más que la <strong>de</strong>signación a un cargo, como también implicaba <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia o“vasallaje” <strong>de</strong>l ungido con respecto a quien le ungía. De acuerdo con Sicre, en Egipto el reyno era ungido, pero ungía a <strong>su</strong>s funcionarios, 20 y cuando un rey era ungido –por ejemplo reyessirios y cananeos <strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong>l imperio <strong>de</strong> turno– era porque estaba <strong>su</strong>peditado a otro. 21En el caso israelita, pue<strong>de</strong> que esa <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia expresara la relación <strong>de</strong>l rey con Yahveh, maslo que con seguridad implicaba era la correlación <strong>de</strong> fuerzas entre las autorida<strong>de</strong>s israelitas yel propio pueblo. No es por ca<strong>su</strong>alidad que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la propia historia <strong>de</strong>uteronomista sehalle 1 Samuel 8 –en consonancia con Deuteronomio 17,14ss– que representa una posturacrítica <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> la propia monarquía judía y que, explícitamente, concibe un pacto que<strong>de</strong>limite el fuero <strong>de</strong>l rey (cf. Sm10,25). Por tanto “la unción es ante todo y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>su</strong>s tiemposmás antiguos un acto jurídico-político [que] equivale a sellar un acuerdo entre el rey y elpueblo […] sin embargo, más tar<strong>de</strong> se le dio al acto una interpretación teológica”. 223.1.2. Salmos regiosEmpero, esa interpretación –que incluso se pue<strong>de</strong> observar en las propiasceremonias <strong>de</strong> entronización antes citadas– <strong>su</strong>rge <strong>de</strong> la convicción <strong>de</strong> que Dios le ha elegido,pero no como una figura escatológica –como ya se ha discutido–, 23 sino como una figurapolítica, el rey ungido, como “aquel que restaurará Israel como pueblo, le liberará <strong>de</strong> <strong>su</strong>senemigos, reinará sobre él […] y colocará las naciones bajo <strong>su</strong>s pies”, 2448según sostieneMowinckel. Esta es la i<strong>de</strong>ología regia que prevalece en textos que luego serán interpretadosbajo un prisma propiamente mesiánico. <strong>El</strong> salmo 110, que preocupa al presente trabajo, ofrececlaramente esa imagen, la entronización <strong>de</strong>l rey (cf. v.1), ungido <strong>de</strong>l Señor (cf. vv.3-4), quiengobernará a Sión y someterá a <strong>su</strong>s enemigos (cf. vv.2.5-7). Se trata pues <strong>de</strong> una figura,19 Ibid., p.63.20 Cf. ibid., p.68.21 Según testimonio <strong>de</strong> las Cartas <strong>de</strong> el-Armana 51. Cf. Day, J. A herança Cananéia da monarquia israelita, em:Day, J. (ed.). Rei e Messias. São Paulo: Paulinas, 2005, p.85.22 Sicre. De David al Mesías…, p.69.23 Mowinckel insiste en “hacer la distinción entre dos <strong>problema</strong>s: el <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong> la expectativa auténtica <strong>de</strong> unfuturo rey salvador o Mesías, y el <strong>de</strong> la fuente <strong>de</strong> don<strong>de</strong> <strong>de</strong>riva el contenido <strong>de</strong> la figura mesiánica con <strong>su</strong>sdiversas características […que…] se <strong>de</strong>dujo <strong>de</strong>l i<strong>de</strong>al monárquico <strong>de</strong>l antiguo Israel”. Mowinckel. <strong>El</strong> que ha <strong>de</strong>venir…, p.24.24 Ibid., p.8.


sagrada –en tanto ungida– y política a la vez, con un evi<strong>de</strong>nte tono restauracionista, queproyecta un i<strong>de</strong>al monárquico.Al retomar ahora la fórmula “hijo <strong>de</strong> Dios” –que para Collins con<strong>de</strong>nsa lai<strong>de</strong>ología monárquica a la cual se ha estado aludiendo– en textos clave como 2 Samuel 7,Salmo 2, Salmo 45, Salmo 89 y el 110, se tiene la impresión <strong>de</strong> que se atribuye al rey ciertadivinidad, pero ello pue<strong>de</strong> ser más bien “una fórmula <strong>de</strong> adopción” <strong>de</strong> sentido metafórico, 25 lacual eventualmente adquiría una mayor fuerza teológica. Mientras tanto, apenas va reflejandouna relectura hecha sobre mitos tomados <strong>de</strong>l entorno mesopotámico y cananeo. La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> lafiliación divina real era una i<strong>de</strong>a bien consolidada en la cosmovisión egipcia. <strong>El</strong> faraón teníaun status divino que lo diferenciaba <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> los mortales, mientras que en el contexto másinmediato <strong>de</strong> Israel, es <strong>de</strong>cir, Mesopotamia y Canaán, la filiación divina, aún conservando unlenguaje mítico –como se podría también <strong>de</strong>ducir <strong>de</strong> textos como los salmos 2 y 110– quizásno tenía un sentido tan literal. Para Mowinckel, “la i<strong>de</strong>a dominante es la <strong>de</strong> que el rey ha sido<strong>de</strong>signado y elegido por los dioses”, 26 y no que fuera concebido <strong>de</strong> una <strong>de</strong>idad en particularcomo en Egipto; así, “la filiación <strong>de</strong>l rey no se entien<strong>de</strong> metafísicamente […sino que…]entraña una estrecha relación <strong>de</strong> confianza y obediencia […<strong>de</strong> tal forma…] que <strong>su</strong> relacióncon ellos [los dioses] se consi<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> adopción”. 27 Actualmente, J. Day <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> que en Israelbajo el influjo cananeo, “el rey era hijo <strong>de</strong> Dios por adopción, no un verda<strong>de</strong>ro hijo quenaciera <strong>de</strong> Dios [aún así] el rey era llamado hijo <strong>de</strong> Dios”, 28 como claramente se constata en elSalmo 2,7 o en el Salmo 110,3. Esto significaba en el medio cananeo que “los reyes eranconsi<strong>de</strong>rados representantes <strong>de</strong> Dios”, y eran llamados “hijos <strong>de</strong> <strong>El</strong>” <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muertos,como lo comprueban los textos ugaríticos. 29 Day advierte que el lenguaje mítico referido alrey en Antiguo Testamento, se <strong>de</strong>be a la influencia cananea, que por razones obvias –cercaníacultural y geográfica– permeó Israel.Textos como el Salmo 45,7 o Isaías 9,5 son algunos <strong>de</strong> esos ejemplos, don<strong>de</strong> seexpresa una cierta “divinidad real”, sin embargo, con un sentido hiperbólico, no literal. 30 Laprueba más contun<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> este influjo está en una figura cananea que pervivió en el judaísmoy posteriormente en el cristianismo. Al respecto, Day sostiene que el Salmo 110,4 “es la25 Cf. Collins, J.; Collins, A. King and Messiah…, p.3.26 Mowinckel. <strong>El</strong> que ha <strong>de</strong> venir…, p.40.27 Ibid., p.42.28 Day, J. A herança Cananéia..., p.87.29 Ibid., p.86. Referencia <strong>de</strong>l autor al texto ugarítico: KTU 1,11330 Cf. ibid., p.95.49


prueba explícita <strong>de</strong> la fusión <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología regia <strong>de</strong> Israel con la <strong>de</strong> los jebuseos”, 31 pues secentra en Melquise<strong>de</strong>c, “el rey-sacerdote jebuseo pre-israelita” <strong>de</strong> Salem quien tuviera unencuentro con Abraham (cf. Gn14). Es curioso que, en un Salmo cuyo Sitz im Leben es el <strong>de</strong>una entronización judía, con toda probabilidad, esté esa figura, y que luego se tome como unreferente en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l mesianismo. No es ca<strong>su</strong>alidad, como tampoco parece que lo seael hecho <strong>de</strong> estar enseguida <strong>de</strong> un versículo que haga referencia a la adopción filial divina <strong>de</strong>lrey (cf. Sl 110,3), <strong>de</strong> acuerdo con la posible traducción <strong>su</strong>gerida por Collins <strong>de</strong> la segundaparte <strong>de</strong>l verso: “<strong>de</strong>l seno <strong>de</strong> la aurora, como rocío, tu juventud vendrá a ti”. 32 Para Collins,“parece razonablemente claro <strong>de</strong> que el salmo se refiere a la generación <strong>de</strong>l rey”. 33No obstante, tal adopción queda un poco oscura en el Salmo 110,3, por ser untexto <strong>de</strong> difícil traducción. No queda <strong>de</strong>l todo claro que la generación <strong>de</strong>l rocío ‘<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la‏ּכ aurora’, se corresponda con engendrar al rey ‘<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el seno’, pues faltaría la partícula(‘como’) que ligue ambas i<strong>de</strong>as. Ahora bien, si se hace una conexión con el Salmo 2,7c sepue<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r mejor ese sentido: “Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy”. Aquíexplícitamente se usa el verbo ילד (‘engendrar’). Ambos salmos refieren a la entronización <strong>de</strong>un rey, y en ambos se habla acerca <strong>de</strong> la victoria <strong>de</strong>l ‘ungido’ <strong>de</strong> Dios sobre <strong>su</strong>s enemigos porvoluntad y acción <strong>de</strong> Yahveh. <strong>El</strong> lenguaje es muy similar, en ambos se <strong>de</strong>scribe una escenafutura don<strong>de</strong> los enemigos están bajo <strong>su</strong>s pies (cf. 2,12a; 110,1c), se ‘quebranta’ a <strong>su</strong>senemigos (cf. 2,9; 110,5, dominará las naciones (cf. 2,8; 110,2) y en ambos Yahveh <strong>de</strong>cretaque <strong>su</strong> ‘ungido’ es <strong>su</strong> ‘hijo’ (cf. 2,7b; 110,3). En Salmo 110 no aparece la palabra ‘ungido’ –tampoco ‘hijo’– pero se <strong>de</strong>ja enten<strong>de</strong>r la elección –y por en<strong>de</strong> la unción– <strong>de</strong> Yahveh en elversículo 3a y luego la propia referencia a Melquise<strong>de</strong>c en el versículo 4. Por otro lado, en elSalmo 110,7 se menciona que bebe agua <strong>de</strong>l ‘torrente’, una imagen presente en laentronización <strong>de</strong> Salomón (1 Re 1,33-35).Collins argumenta que el Salmo 2 “tiene <strong>su</strong> Sitz im Leben lo más probable en eltiempo <strong>de</strong> la monarquía, en el contexto <strong>de</strong> una ceremonia <strong>de</strong> entronización”, 34 la cual usa unlenguaje mítico tomado <strong>de</strong>l medio monárquico <strong>de</strong>l próximo oriente. No obstante, que en eltexto aparezca Dios <strong>de</strong>clarando ‘mi hijo’ al rey, sólo tiene paralelo en el ámbito egipcio, y elloquizás sea un influjo indirecto en Israel. La frase que sigue, “hoy yo te he engendrado” (v.7),31 Ibid., p.78.32Cf. Collins, J.; Collins, A. King and Messiah…, p.17. Salmo 110,3b es <strong>su</strong>sceptible <strong>de</strong> múltiplesinterpretaciones (... ); La Biblia <strong>de</strong> Jerusalén traduce “en esplendor sagrado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> elseno, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la aurora …<strong>de</strong> tu juventud” (... ). <strong>El</strong> autor usa la New Revised Standard Version (NRSV).33 Ibid., p.19.34 Ibid., p.12.בְה דְרֵ‏ י־ק֭‏ דֶׁש מֵרֶ‏ חֶם מ ‏ׁשְח ר לְָך ט לי לְד תֶ‏ ‏ַֽיָך50


Collins –siguiendo a G. von Rad– la consi<strong>de</strong>ra como indicador que el propio versículo es unafórmula protocolaria <strong>de</strong> la ceremonia <strong>de</strong> entronización. 35 Fitzmyer, a<strong>de</strong>más, i<strong>de</strong>ntifica en estesalmo “un eco <strong>de</strong>l Oráculo <strong>de</strong> Natán en 2 Samuel 7,14 […] el cual es claramente una promesadivina no sólo acerca <strong>de</strong>l rey que está siendo entronizado, sino también acerca <strong>de</strong>l carácterdura<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la dinastía davídica”. 36 Esto último es lo que se había estado queriendo expresaren varias partes <strong>de</strong> las Escrituras. La exaltación <strong>de</strong> una figura regia –sea David, Salomón oJosías– más la promesa <strong>de</strong>l ‘ungido’ <strong>de</strong> <strong>su</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia, es lo que no pocas veces ha queridoverse como originariamente mesiánico. Lo que se trata, más bien, es <strong>de</strong> un aspecto importante<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la “i<strong>de</strong>ología monárquica”, es <strong>de</strong>cir, la continuidad <strong>de</strong> la dinastía davídica con basea una promesa hecha por Yahveh.3.1.3. Historia DeuteronomistaEn la época pre-exílica, esta i<strong>de</strong>ología toma fuerza a partir <strong>de</strong> la reforma<strong>de</strong>uteronomista bajo el rey Josías. <strong>El</strong> movimiento <strong>de</strong>uteronomista es especialmente crítico a lamonarquía (cf. 1 Sm 8-12; en concordancia con Dt 17), pero por otro lado, produce –oconserva– en <strong>su</strong> seno un texto que ha sido paradigmático para aquella i<strong>de</strong>ología. En éste senarra la promesa <strong>de</strong> Yahveh a David <strong>de</strong> que adoptará a <strong>su</strong> hijo y consolidará “el trono <strong>de</strong> <strong>su</strong>reino para siempre”. A propósito Collins estipula “que la filiación divina era una parteintrínseca <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología real en Jerusalén [y ello] está confirmado por cuenta <strong>de</strong>l oráculo <strong>de</strong>Natán en 2 Samuel 7”. 37 Ahora bien, ¿cómo solventar ese aparente antagonismo entre esapostura crítica ante la monarquía y la i<strong>de</strong>ología real, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>uteronomista?La historia monárquica <strong>de</strong> Israel y Judá está plagada <strong>de</strong> faltas o infi<strong>de</strong>lida<strong>de</strong>s aYahveh, y los autores <strong>de</strong>uteronomistas no lo escon<strong>de</strong>n. Sin embargo, hay una promesa hechaa David y que se extien<strong>de</strong> a <strong>su</strong> estirpe. A pesar <strong>de</strong> las faltas, el libro <strong>de</strong> Reyes está pronto arecordar la promesa <strong>de</strong>l oráculo <strong>de</strong> Natán con el estribillo “en consi<strong>de</strong>ración a David”. 38 <strong>El</strong>propio texto, 2 Samuel 7, establece los límites a la monarquía (cf v.14b), sin embargo se tieneque tener en cuenta el telón <strong>de</strong> fondo, es <strong>de</strong>cir, la gran reforma <strong>de</strong> Josías la cual, según elhistoriador A.J. Soggin, “volvía a poner en primer plano la i<strong>de</strong>ología davídica”, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>concentrarse en el culto –centralizándolo en Jerusalén– <strong>de</strong> acuerdo con 2 Reyes 22-23 y35 Cf. ibid., p.14.36 Fitzmyer. The one who…, p.19.37 Collins, J., Collins A. King and Messiah…, p.25.38 En 1 Re 11,4.6.11-13, repite la promesa frente a los errores <strong>de</strong> Salomón, en 1 Re 11,31-39, frente a Jeroboán,en 1 Re15,11, ante la <strong>de</strong>saprobación <strong>de</strong> Asá, en 1 Re15,3-5 ante Abías, en 2 Re 8,19 ante Jorán, y finalmente en2 Re 19, 34, a través <strong>de</strong> Isaías; luego en otros textos se remite a la figura <strong>de</strong> David. De acuerdo con Sicre, larelevancia <strong>de</strong> David en Reyes indica que “es un prototipo <strong>de</strong> relación con el Señor”. Sicre. De David alMesías…, p.94ss.51


Crónicas 34-35,19. 39 También es necesario recordar que en el inicio <strong>de</strong> <strong>su</strong> reinado –siguiendoal autor <strong>de</strong>uteronomista– se halla el Libro <strong>de</strong> la Ley (cf. 2 Re 22,8ss). 40 Por tanto, en realidadla historia <strong>de</strong>uteronomista es favorable a la monarquía, pero <strong>su</strong> novedad es precisamente <strong>su</strong>visión <strong>de</strong> la monarquía. Primero “la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>uteronomista <strong>de</strong>l rey <strong>su</strong>bordinado a la Toráy <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r limitado” 41 –es compatible con la reforma religiosa y política <strong>de</strong> Josías– y luego laperenne promesa dinástica davídica <strong>de</strong> un rey i<strong>de</strong>al. J.G. McConville sostiene que la“convicción <strong>de</strong> que la historia <strong>de</strong>uteronomista forme parte <strong>de</strong>l programa <strong>de</strong> reforma <strong>de</strong> Josíasdio credibilidad a la interpretación <strong>de</strong> los personajes <strong>de</strong> la narrativa como figuras regiasi<strong>de</strong>ales”. 42 <strong>El</strong> realce <strong>de</strong> Salomón en la narrativa tiene que ver con <strong>su</strong> relación al Templo,don<strong>de</strong>, en tiempos <strong>de</strong> Josías, se centralizaba el culto. En 2 Samuel 7, se <strong>de</strong>staca la tentativa <strong>de</strong>construir el Templo, que en un inicio Yahveh rechaza la oferta <strong>de</strong> David (cf. 2 Sm7,5), peroque luego acepta <strong>de</strong> <strong>su</strong> hijo (cf. v.13; posiblemente éste sea una adición).Lo que hoy es consi<strong>de</strong>rado como la “carta magna” <strong>de</strong> la monarquía davídica 43entraña lo que finalmente hace posible la comprensión <strong>de</strong> esa figura regia <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cuerpo<strong>de</strong>uteronomista. En 2 Samuel 7 se narra un pacto, una alianza entre Yahveh y David. Yahvehle promete una dinastía dura<strong>de</strong>ra (vv.11c.12.13b.16), no obstante, Yahveh en el propio relatohace referencia a un pacto anterior, que hizo con <strong>su</strong> ‘pueblo’, el cual es actualizado en elversículo 10 que reza “fijaré un lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré allí para que more enél”. Allí se evoca el tema <strong>de</strong> la ‘tierra’, pero también implica la nueva organización políticaque se gestó. De una organización tribal cuyos lí<strong>de</strong>res eran ‘jueces’ (v.11a), se pasa a lamonarquía que fija <strong>su</strong> centro en Jerusalén –y paulatinamente se irá centralizando allí el culto.Entretanto, según W.M. Schnie<strong>de</strong>wind, la promesa hecha a David estaba relacionada con “lanecesidad <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>ología común en la cual la legitimidad <strong>de</strong> los gobernantes pudierabasarse”, y, por tanto, con ella se legitimaba el gobierno y <strong>su</strong>cesión <strong>de</strong> la dinastía davídicaa<strong>de</strong>más <strong>de</strong> justificar “la monarquía como una institución divina”. 44 Para este autor la promesa39 Soggin, A.J. Nueva Historia <strong>de</strong> Israel. De los orígenes hasta Bar Kochba. Bilbao: Desclée <strong>de</strong> Brouwer, 1997,p.305.40 Con ello, se pre<strong>su</strong>pone aquí la hipótesis <strong>de</strong> F.M. Cross –contra Noth– que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> el carácter pre-exílico <strong>de</strong>una primera edición <strong>de</strong>uteronomista <strong>de</strong> Reyes (2 Re 23,26 daría inicio a la segunda, en el contexto exílico). Seacomo sea, la dinastía davídica, vista como una realidad presente o como parte <strong>de</strong>l pasado, representa la esperanza<strong>de</strong> la soberanía <strong>de</strong> un pueblo. Cf. González Lamadrid, A. Historia Deuteronomista, en: González Lamadrid et al.Historia, Narrativa, Apocalíptica. Estella: Verbo Divino, 2000, p. 35-36.41 McConville, J.G. Rei e Messias no Deuteronômio e na história <strong>de</strong>uteronomista, em: Day, J. (ed.). Rei eMessias, p. 282.42 Ibid., p.295.43 Fitzmyer. The one who…, p.35.44 Schnie<strong>de</strong>wind, W.M. Society and the promise to David. The Reception History of 2 Samuel 7, 1-17. NewYork: Oxford University Press, 1999, p.28.52


<strong>de</strong> 2 Samuel 7 forma parte <strong>de</strong> un material oral pre-<strong>de</strong>uteronomista que concibe una monarquíaunida. <strong>El</strong> clímax se alcanza en el versículo 14a, don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>clara la filiación divina <strong>de</strong>l hijo <strong>de</strong>David. Para Schnie<strong>de</strong>wind, esa “fórmula <strong>de</strong> adopción” quiere expresar la estabilidad <strong>de</strong> lamonarquía, legalizando la <strong>su</strong>cesión davídica en el trono <strong>de</strong> Israel. 45 Así, luego para el<strong>de</strong>uteronomista, el pacto queda sellado, habiendo estabilidad dinástica y cúltica (v.12a), y esaestabilidad se ilustra con una imagen curiosamente recurrente y ambivalente en el texto. <strong>El</strong>término בית (‘casa’) <strong>de</strong>nota tanto la ‘casa <strong>de</strong> David’, es <strong>de</strong>cir, <strong>su</strong> estirpe, como <strong>su</strong> morada –opalacio–, y también refiere en el versículo 12, al Templo (cf. 2 Sm 1a.2b.5c.6a.7b.16a).La ‘promesa’ se perpetúa como i<strong>de</strong>ología según lo atestiguan una serie <strong>de</strong> textos,muchos <strong>de</strong> ellos, <strong>de</strong> índole litúrgica, como Salmo 2,7b que parafrasea 2 Samuel 7,14a,poniendo énfasis en el carácter adoptivo <strong>de</strong> la filiación divina <strong>de</strong>l rey a la hora <strong>de</strong> <strong>su</strong>coronación. Por <strong>su</strong> parte, 1 Reyes 8,15-22 hace eco <strong>de</strong>l oráculo <strong>de</strong> Natán, sin embargo, haciael final, se hace más explícito <strong>su</strong> sentido contractual, al mencionar ברית (‘alianza’). <strong>El</strong> Salmo89,4-5.37-34 también evoca el oráculo, refiriendo a un “pacto” con <strong>su</strong> “elegido” y “siervo”David (v.4), a quien el propio Yahveh le ha “ungido” (v.21. se usa el verbo: חְת ‏ַֽיו ‏.(מְׁש Esepacto según Salmo 89,31-34 –siguiendo específicamente a 2 Samuel 7,14b-15– contempla lacorrección por parte <strong>de</strong> Yahveh, en caso que el rey davídico se aparte <strong>de</strong> <strong>su</strong> observancia; noobstante, Yahveh promete que no le apartará <strong>su</strong> amor.Esta es la impronta <strong>de</strong>uteronomista en la i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong> la dinastía davídica. ParaCollins, “el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> acuerdos [o ‘pactos’] es más probable que haya sido impuesto a lai<strong>de</strong>ología monárquica por los Deuteronomistas <strong>de</strong> que haya sido parte <strong>de</strong> <strong>su</strong> concepciónoriginal”. 46 La figura regia tiene así una connotación claramente política y sagrada a la vez,pero, como remacha Fitzmyer, no tiene ningún trazo escatológico, menos mesiánico. Des<strong>de</strong>esa óptica también se <strong>de</strong>be consi<strong>de</strong>rar otros pasajes catalogados como mesiánicos, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>lcuerpo <strong>de</strong> los salmos, o <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la tradición profética don<strong>de</strong> se manifiesta aquella i<strong>de</strong>ologíareal.3.1.4. Primer IsaíasA propósito, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la tradición profética, el primer Isaías pone en manifiesto lai<strong>de</strong>ología davídica a través <strong>de</strong> textos importantísimos para el mesianismo posterior –y sobretodo <strong>de</strong> cuño cristiano y qumranita, según 4Q174. De acuerdo con Fitzmyer, Isaías 7,1-9,Isaías 8,23-9,6 e Isaías 11,1-10, reafirman tal i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong>s<strong>de</strong> unos parámetros históricos bien45 Ibid., p.39.46 Collins, J.; Collins, A. King and Messiah…, p.29.53


precisos; 47 siglo VIII a.C., en tiempos <strong>de</strong>l rey judío Ajaz (Is 7,1a), ancestro <strong>de</strong> Josías, en elcontexto <strong>de</strong> la guerra Siro-Efraimita (7,1b-2), y por tanto, en un momento don<strong>de</strong> la ‘casa’ <strong>de</strong>David estaba en riesgo. Isaías es enviado a Ajaz (7,3), y proclama la promesa <strong>de</strong> un ‘hijo’ –Ezequías, <strong>su</strong> <strong>su</strong>cesor. Esa promesa refuerza, así como en 2 Samuel 7, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la continuidad<strong>de</strong> la dinastía davídica. Ese “hijo” se llamará ע מ נּו אֵל (‘Dios con nosotros’) (7,14), sinembargo, parece que <strong>su</strong> nacimiento se concreta en otro escenario histórico –invasión Asiriasobre Siria y Samaria– varios años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l nacimiento real <strong>de</strong>l hijo <strong>de</strong> Ajaz. Ese ‘hijo’ escaracterizado como ‘luz’, que alumbra en las tinieblas, más otros títulos, entre ellos elenigmático אֵל ג בּ֔‏ ‏ֹור (‘Dios fuerte’) (Is 9,1.5). Es probable como indica Collins que el texto serefiera a un acto protocolar, con fórmulas egipcias heredadas indirectamente en el ambientecananeo, y que por lo tanto, no esté apuntando a un rey futuro, escatológico, sino a la propiacoronación o validación como rey –en tierras <strong>de</strong>l norte– <strong>de</strong>l propio Ezequías. 48 Queda ahoraIsaías 11, que promete el advenimiento <strong>de</strong> un <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> David, <strong>de</strong>signándolo como“vástago <strong>de</strong>l tronco <strong>de</strong> Jesé, retoño <strong>de</strong> <strong>su</strong>s raíces” (Is 11,1), quien traerá ‘justicia’ (11,4-5), yllevará a un nuevo or<strong>de</strong>n –ilustrado con varias imágenes idílicas (11,5-9) – porque “reposarásobre él el espíritu <strong>de</strong> Yahveh” (11,2). La situación cambió, aquí la promesa sí apunta a unfuturo rey davídico y a la restauración <strong>de</strong> <strong>su</strong> reino. Según Fitzmyer ello indica que el textoconfronta ahora el exilio <strong>de</strong> Judá. 49 Quizás la imagen <strong>de</strong>l ‘retoño’ brotando <strong>de</strong> la raíz <strong>de</strong>ltronco <strong>de</strong> Jesé podría dar esa comprensión. Tal imagen tendrá también eco en Jeremías 23,5-6, que usa ‘broto’ o ‘germen’, haciendo alusión a la dinastía davídica. Por <strong>su</strong> parte, enEzequiel, don<strong>de</strong> Yahveh a través <strong>de</strong>l profeta arremete contra los “pastores <strong>de</strong> Israel” (Ez34,2ss), sostiene la promesa <strong>de</strong> un ‘David’ futuro, quien apacentará a Israel y propiciará la‘alianza’ (Ez 34,23-25). Fitzmyer se percata que en este pasaje, David es llamado עבד י (‘misiervo’) y נשיא (‘lí<strong>de</strong>r’), pero no מלך (‘rey’) ni mucho menos ‘mesías’. 50 Todos estos textos,pese a que correspon<strong>de</strong>n a contextos diferentes, comparten un factor común, a saber, queYahveh está presente para garantizar la promesa <strong>de</strong> un futuro más promisorio.3.2. Tradición profética: transformación <strong>de</strong> la esperanza, nuevas imágenesSin embargo, esa cercanía divina iba a marcar otro rumbo, otro nuevo cauce parala esperanza, para la promesa <strong>de</strong> Yahveh. En un inicio no pue<strong>de</strong> eximirse <strong>de</strong> los clarosmatices <strong>de</strong> restauración davídica, pero, conforme se aleja <strong>de</strong> la época monárquica otros tonos47 Cf. Fitzmyer. The one who…, pp. 35-36.48 Cf. Collins, J.; Collins, A. King and Messiah…, pp.40-41.49 Cf. Fitzmyer. The one who…, p.39.50 Ibid., p.49.54


van apareciendo. La i<strong>de</strong>ología monárquica aún en la tradición profética previa al exilio,proyecta una imagen real, la cual, en vez <strong>de</strong> caracterizar a un rey en concreto, busca formularla esperanza <strong>de</strong>l pueblo, sobretodo en situaciones <strong>de</strong> incertidumbre. Por tanto, ese tipo <strong>de</strong>textos, usando palabras <strong>de</strong> Collins, “articula un i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> realeza, aunque éste exceda lasposibilida<strong>de</strong>s históricas […y ello luego permita…] la esperanza por un reino <strong>de</strong> paz dura<strong>de</strong>ray <strong>de</strong> justicia […] fundamental para la expectativa mesiánica” 51 que se iba mostrando en elhorizonte, tal y como lo ilustra el texto post-exílico <strong>de</strong> Zacarías 9,9-10. En la medida que esafigura adquiera connotaciones más universalizables, ésta es <strong>su</strong>sceptible <strong>de</strong> irse tornando enescatológica y pue<strong>de</strong> luego prescindir <strong>de</strong> carácter regio original.Los cánticos <strong>de</strong>l Siervo <strong>de</strong> Yahveh, a partir <strong>de</strong> Isaías 42, pue<strong>de</strong> que reflejen mejorese proceso. Se discute si la figura <strong>de</strong>l ‘siervo’ refiere a una colectividad, o a un individuo 52 –que podría ser una <strong>su</strong>erte <strong>de</strong> profeta i<strong>de</strong>alizado–, pero lo que es innegable es <strong>su</strong> carácterprofético en lugar <strong>de</strong>l regio. <strong>El</strong> cuarto cántico muestra la imagen <strong>de</strong> un profeta cuyo sacrificiovicario por el pecado <strong>de</strong>l pueblo (cf. Is 53,4) es reivindicado y luego él mismo será ensalzadopor Yahveh (cf. Is 52,13; 53,12). Malaquías propone, por <strong>su</strong> parte, la imagen <strong>de</strong> un mensajero,la <strong>de</strong> un precursor <strong>de</strong>l ‘Señor’, representado por el propio profeta <strong>El</strong>ías (cf. Ml 3,1.23).Ahora bien, tal y como se atisba en el texto <strong>de</strong> Malaquías 3,1b, esa figura, ten<strong>de</strong>ráa vincularse más con el Templo que con la monarquía en el post-exilio. <strong>El</strong> Templo, comoinstitución, aban<strong>de</strong>rará la restauración <strong>de</strong> Judá, y será <strong>su</strong> primer referente. Por otro lado, esoqueda claro en Crónicas, don<strong>de</strong> David y Salomón están más relacionados con el Templo –ypor en<strong>de</strong>, con <strong>su</strong> reconstrucción <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l exilio. Crónicas sigue con cierta fi<strong>de</strong>lidad el texto<strong>de</strong>uteronomista, pero también lo actualiza a las nuevas circunstancias. Sicre, a propósito,llama la atención hacia el propio oráculo <strong>de</strong> Natán (cf. 106), que es más antiguo, y que en laversión <strong>de</strong> Crónicas i<strong>de</strong>ntifica ese nuevo referente o centro gravitacional <strong>de</strong>l pueblo judío. En1 Crónicas 17,14 la promesa <strong>de</strong> Yahveh varía <strong>su</strong>tilmente y en vez <strong>de</strong> usar ‘tu casa y tu reino’,refiriéndose a la dinastía davídica según 2 Samuel 7,16, habla más bien <strong>de</strong> “yo lo estableceréen mi casa y en mi reino para siempre”, 53 aludiendo al Templo. Zacarías 3,8, haciendo eco <strong>de</strong>Jeremías 23,5, proclama el advenimiento <strong>de</strong> un צֶמ ח (‘broto’), ‘siervo’ <strong>de</strong> Yahveh, en clarareferencia a David, y particularmente a Zorobabel. Pese al entusiasmo con la restauración <strong>de</strong>la línea davídica en la figura <strong>de</strong> Zorobabel, en el inicio <strong>de</strong>l post-exilio, Zacarías contempla la51 Collins, J.; Collins, A. King and Messiah…, pp. 42-43.52 Fiztmyer prefiere pensar que se trate <strong>de</strong> una figura individual, un “futuro profeta”, mientras Sicre se adhiere ala opinión según la cual el texto más bien refiere a una colectividad, a “Israel”. Cf. Fitzmyer. The one who…,p.42. Sicre. De David al Mesías, p.238.. וְה ‏ַֽעֲמ דְת ‏ִּ֛יהּו בְבֵית ‏ִ֥י ‏ּובְמ לְכּות ִ֖ י ע ד־ה עֹול ‏ָ֑ם Crónicas: 53 <strong>El</strong> texto masorético <strong>de</strong>55


figura <strong>de</strong>l <strong>su</strong>mo sacerdote, Jo<strong>su</strong>é, dándole más protagonismo en la conducción <strong>de</strong>l pueblo (cf.Zc 6,11.13), mientras que Zorobabel tendrá el compromiso <strong>de</strong> reconstruir el Templo (v.13). <strong>El</strong>profeta lo ilustra con la imagen <strong>de</strong> los dos olivos, cada uno al lado <strong>de</strong>l ‘can<strong>de</strong>labro <strong>de</strong> sietelámparas’, los cuales representan אֵלֶה ‏ׁשְנֵי בְנֵ‏ ‏ַֽי־ה י צְה ר (los ‘dos hijos <strong>de</strong>l aceite’), al lado <strong>de</strong>lSeñor, es <strong>de</strong>cir, los dos ‘ungidos’ para guiar al pueblo (Zc 4,1-14). Esa doble imagen varetomarse más tar<strong>de</strong>, propiamente en la literatura mesiánica inter-testamentaria, especialmenteen Qumrán.Queda ahora la discusión <strong>de</strong> si tales imágenes que hasta ahora no se pue<strong>de</strong>ncaracterizar como mesiánicas en un sentido estricto, son siquiera escatológicas. Hay quienesdisocian, por ejemplo, la tradición profética –incluso aquella <strong>de</strong>l post-exilio– <strong>de</strong> losmovimientos escatológicos <strong>de</strong>l Segundo Templo. Esta posición se fundamenta en la distinciónentre una figura futura, propia <strong>de</strong>l profetismo post-exílico, tal y como lo ilustra Isaías 61,1ss,y una figura futura escatológica, a partir <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> Daniel. La primera es todavía una figuraprofética y refiere a un tiempo intra-histórico <strong>de</strong> esperanza nacional, mientras que la últimaadquiere un carácter celeste e implica un absoluto fin <strong>de</strong> los tiempos y <strong>de</strong> la historia. 54 SegúnM.J. Boda, W. Eichrodt, a partir <strong>de</strong> <strong>su</strong> distinción entre “lo sacerdotal”, que vela por el “statusquo” y el or<strong>de</strong>n permanente <strong>de</strong> las cosas, y “lo profético”, que implica una crítica a ese mismoor<strong>de</strong>n, “ve lo escatológico en el corazón <strong>de</strong> la religión profética”; mientras tanto Mowinckel,según Boda, sin negar <strong>su</strong> relación, ve más bien una evolución, que va “<strong>de</strong>s<strong>de</strong> un purofuturismo mundano a la escatología” propiamente dicha, que implica un quiebre en el or<strong>de</strong>n<strong>de</strong> cosas. 55 Parece que el común <strong>de</strong>nominador es, al final y al cabo, la orientación hacia elfuturo que tales imágenes conllevan. Ahora, <strong>de</strong> acuerdo con Boda, va a <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l modocomo se <strong>de</strong>fina la escatología lo que <strong>de</strong>termine si tal o cuáles escritos son escatológicos:Aquellos que <strong>de</strong>finen ‘escatología’ <strong>de</strong> modo a-histórico, cósmico, y final, restringenla escatología a los escritos apocalípticos tardíos <strong>de</strong> la Biblia Hebrea […por otrolado…] quienes entiendan “escatología” como una esperanza futura que vislumbrala irrupción <strong>de</strong> una nueva era, tienen una mayor apertura hacia la presencia <strong>de</strong> estefenómeno en el Antiguo Testamento. Este último enfoque parece más consistentecon la evi<strong>de</strong>ncia veterotestamentaria. 5654 Cf. Boda, M.J. Figuring the future: The Prophets and Messiah, en: Porter, S.E. (ed.). The Messiah in the Oldand New Testaments. Grand Rapids: Wm B. Eerdmans, 2007, pp.39-40,42. <strong>El</strong> autor, se adhiere a la crítica <strong>de</strong>von Rad que señala que tal distinción teórica no se contemplaba en aquel tiempo, luego a<strong>su</strong>me una posicióncrítica frente a una visión estrecha <strong>de</strong> ‘escatología’, como es <strong>de</strong>fendida por J.P.M. van <strong>de</strong>r Ploeg, como “elrepentino y <strong>de</strong>finitivo fin <strong>de</strong> una era […] para el advenimiento <strong>de</strong> una nueva”.55 Ibid., p. 41-42.56 Ibid., p.43.56


Este criterio pudiese también ser útil a la hora <strong>de</strong> abordar el mesianismo. Sudimensión escatológica hun<strong>de</strong> <strong>su</strong>s raíces en el propio profetismo. Rescatando la intuición <strong>de</strong>Eichrodt, el profetismo pudo haber impulsado o proyectado hacia el futuro la promesa <strong>de</strong>Yahveh para ir contestando el presente, inclusive <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l exilio. <strong>El</strong> ‘mesías’ iráposteriormente a con<strong>de</strong>nsar y personificar esa esperanza. Entre tanto, irán <strong>su</strong>rgiendo otrasfiguras escatológicas que luego también alimentarán las figuras mesiánicas. Las diversastradiciones se irán entreverando <strong>de</strong> tal modo que a la hora <strong>de</strong> <strong>de</strong>finir o circunscribir elmesianismo sólo se pueda llegar a aproximaciones. Es como una torta, hecha <strong>de</strong> diversascapas, en las que se mezclan los sabores; las capas <strong>de</strong>lgadas por sí solas, no dan con la‘esencia’ <strong>de</strong> la torta hasta que no se le dé un buen mordisco. A pesar <strong>de</strong> que la figuramonárquica estuvo ausente o solapada, luego, como apunta Collins, es “en el períodohelenista que encontraremos <strong>de</strong> nuevo reivindicaciones <strong>de</strong> un futuro rey <strong>de</strong> alguna maneradivino” o divinizado. 57 La figura <strong>de</strong>l rey davídico adquirirá un nuevo sabor escatológico,<strong>de</strong>bido al <strong>de</strong>sarrollo previo que hubo <strong>de</strong> la escatología en el Segundo Templo.3.3 Apocalíptica <strong>de</strong>l Segundo Templo: imágenes mesiánicas escatológicasYa en la época helenística, hacia mediados <strong>de</strong>l siglo III a. C., en Alejandría se dainicio a la famosa traducción <strong>de</strong> los LXX, y con ésta los primeros posibles indicios <strong>de</strong> unafigura mesiánica individualizada –reconociendo, eso sí, que los textos fueron reproducidospor copistas cristianos <strong>de</strong>l siglo IV, pudiéndose realizar así algunas alteraciones. 58 ParaFitzmyer, <strong>de</strong> cualquier modo, la Septuaginta, en cuanto interpretación, todavía no expresa untenor mesiánico claro en sentido estricto. Sin embargo, es allí don<strong>de</strong> el texto griego traducepor el adjetivo verbal χριστός, que “aparece con frecuencia acompañado por el משיחpronombre genitivo <strong>de</strong> la tercera persona singular”. 59 Ese término alcanzará un realce sinigual en la mesianología cristiana. No <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> llamar la atención algunas <strong>su</strong>stituciones, comoen Daniel 9,25-26 –y probablemente justificada por equívoco ortográfico– don<strong>de</strong> ‘mesías’ es<strong>su</strong>stituido por κυρίῳ (‘señor’), refiriéndose ahí a Yahveh; luego se mantiene τοῦ χριστοῦ (v.26),pero en este caso sin remitirse necesariamente a una connotación celeste o escatológica; todoello <strong>de</strong>scartaría una lectura mesianológica estricta. Pese a ello, <strong>su</strong> contenido luego va a serle57 Collins, J.; Collins, A. King and Messiah…, p.47.58 Un ejemplo claro <strong>de</strong>l influjo cristiano es el <strong>de</strong> Ezequiel 17,22d-23a, que en lugar <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir “y lo plantaré yomismo en una montaña alta; en la montaña alta <strong>de</strong> Israel lo plantaré”, traduce en el versículo 23 “y lo colgaré enlo alto <strong>de</strong> la montaña <strong>de</strong> Israel”. Según Fitzmyer, aprovechando <strong>su</strong> semejanza, el copista parece enten<strong>de</strong>r queque significa ‘colgar’, y <strong>de</strong> ahí que transponga κρεμάσω αὐτὸν ἐν ὄρει תלה ‘elevado’ se refiere más bien a ת לַּֽולμετεώρῳ τοῦ Ισραηλ. Cf. Fiztmyer. The one who…, p.80-81.59 Ibid., p.66.57


muy útil. Por otra parte, tendiendo a matizaciones más personificadas, se <strong>su</strong>stituye el<strong>su</strong>stantivo ‏ׁשֵבֶט (‘cetro’ o ‘vara’) por ἄρχων (‘gobernante’) en Génesis 49,10, y por ἄνθρωποςen Números 24,17. Hay pasajes en algunas versiones <strong>de</strong> la Septuaginta, que <strong>su</strong>gieren unaintencionalidad mayor en los cambios; tal es el caso <strong>de</strong> 2 Samuel 23,3 don<strong>de</strong> el TextoMasorético usa י רְ‏ ‏ַאת אֱֹלה ים (‘temor <strong>de</strong> Dios’), el códice B <strong>de</strong> los LXX traduce φόβον χριστοῦ(‘temor <strong>de</strong>l ungido’). 60Si bien es cierto que los LXX pudieran proporcionar el término ‘cristo’ almesianismo cristiano, aparte <strong>de</strong> algunas insinuaciones, es el libro <strong>de</strong> Daniel en cuanto tal –a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los Salmos reales y la tradición profética <strong>de</strong> Isaías y Jeremías– que dará un aporteteológico significativo al cristianismo, como también a los <strong>de</strong>más <strong>de</strong>sarrollos mesiánicosjudíos. Un texto, Daniel 9,25-26, es fundamental, <strong>de</strong> acuerdo con Fitzmyer, “en el <strong>su</strong>rgimiento<strong>de</strong>l mesianismo”. 61 La novedad, según él:[…ya…] no es simplemente la aspiración por una restauración <strong>de</strong> la dinastíadavídica, como en el post-exilio temprano, sino que nace un nuevo <strong>de</strong>sarrollo, <strong>de</strong>ten<strong>de</strong>ncia anti-hasmonea. Esta es la época en la historia <strong>de</strong>l judaísmo cuando lacreencia en la venida <strong>de</strong> David se <strong>de</strong>sarrolla en la creencia <strong>de</strong> un Mesías nacional, aquien Dios erigirá como un <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> David, un <strong>de</strong>scendiente terrenal, unafutura realización escatológica <strong>de</strong>l i<strong>de</strong>al monárquico. Tal creencia toma la forma enel libro <strong>de</strong> Daniel […] 62En el contexto <strong>de</strong> la represión seléucida <strong>de</strong> Antíoco IV Epífanes, y la <strong>su</strong>bsecuentein<strong>su</strong>rrección judía, viene una nueva comprensión escatológica. La literatura apocalíptica <strong>de</strong>esa época viene cargada <strong>de</strong> imágenes que evocan el advenimiento <strong>de</strong> un nuevo or<strong>de</strong>n. <strong>El</strong>lofunciona como un gran aliento en tiempos <strong>de</strong> resistencia frente a fuerzas y agentes opresivos.La ‘visión <strong>de</strong> las bestias’ <strong>de</strong> Daniel 7, retrata la caída <strong>de</strong> esos po<strong>de</strong>ros invasores, incluso seretrata, al propio Antíoco IV, poniendo en evi<strong>de</strong>ncia <strong>su</strong> política <strong>de</strong> imposición religiosa ycultural en Ju<strong>de</strong>a, 63 y luego <strong>su</strong>, inminente o ya acontecida caída (cf. Dn 7, 25-26). En medio<strong>de</strong> todas esas imágenes, <strong>su</strong>rge una figura insólita que marca el advenimiento <strong>de</strong> un nuevoor<strong>de</strong>n que ella misma gobernará (cf. 7,13-14). <strong>El</strong> versículo 13 la <strong>de</strong>scribe ‘como un hijo <strong>de</strong>‏.(ּכְב ר אֱנ ‏ׁש ‏ָאתֵה arameo: hombre’ (enEs posible que esa figura escatológica, medio humana medio divina, haya sidoinfluenciada por el helenismo <strong>de</strong> Palestina, y al mismo tiempo, haya tenido el propósito <strong>de</strong>60 Cf. Ibid., p.68,70-71.61 Ibid., p.56.62 Ibid., p.57.63 <strong>El</strong> texto <strong>de</strong> Daniel se alu<strong>de</strong> a la profanación <strong>de</strong>l Templo, al colocar “la abominación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>solación” (Dn8,12;11,31; 12,11) en <strong>su</strong> plaza (9,25c); se pre<strong>su</strong>me que sea una imagen <strong>su</strong>ya representando a Zeus (2 M 6,2). Cf.ibid., p.62.58


contestarlo. De acuerdo con Collins, “el culto a los gobernantes era algo bastante propagadoen mundo helénico”, 64 siendo ya conocida la famosa pre<strong>su</strong>nción <strong>de</strong> que Alejandro Magno erahijo <strong>de</strong> Zeus. Pruebas arqueológicas han <strong>de</strong>mostrado que a Antíoco IV, por ejemplo, se letenía como divino. 65 Sin embargo, Collins aclara que “en ese contexto un gobernante divinoera frecuentemente visto como representante <strong>de</strong> un dios celestial, y ese dios en <strong>su</strong> lugar, comopatrón <strong>de</strong>l gobernante humano”. 66Empero, ¿qué o a quién aludía ese ‘hijo <strong>de</strong>l hombre’? 67 ¿Era ya el Mesías?Fitzmyer admite cuatro posibles interpretaciones; una, que lo concibe como un individuohumano, como se <strong>de</strong>duce <strong>de</strong> 1 Enoc, 4 Esdras y <strong>de</strong>l evangelio <strong>de</strong> Marcos (cf. 13,26;14,62);otra que más bien lo ve como símbolo <strong>de</strong> una colectividad, la <strong>de</strong> “los santos <strong>de</strong>l altísimo” (Dn7,18), es <strong>de</strong>cir, ‘el pueblo <strong>de</strong> Israel’, si uno se atiene sólo al propio texto <strong>de</strong> Daniel; cabetambién la posibilidad <strong>de</strong> que se trate <strong>de</strong>l “representante mesiánico” <strong>de</strong> esa colectividad; porúltimo, aquella, <strong>de</strong>fendida por Collins, quien influido por la literatura qumránica (cf. 1QM; elrollo <strong>de</strong> la Guerra), sostiene que refiere mejor a una figura “angelical”, particularmente a‘Miguel’, según Daniel 12,1. 68 Ahora bien, sea cual sea la interpretación, lo que es evi<strong>de</strong>nte esel influjo <strong>de</strong> esta figura en las mesianologías posteriores, dotándoles <strong>de</strong> una dimensiónescatológica, quizás in<strong>su</strong>ficiente en fuentes más antiguas.En otro pasaje, en Daniel 9,20-27, en el cual se explica la ‘profecía <strong>de</strong> las setentasemanas’ (Dn 9,1-19), resalta explícitamente la figura <strong>de</strong> un ‘mesías’ (v.25b), para ser másexactos, la <strong>de</strong> un מ ‏ׁש יח נ ג יד (‘lí<strong>de</strong>r’ o ‘príncipe mesías’), que marca un nuevo tiempo, cuando‘se expíe la culpa y se instaure la justicia eterna’(v.24), y se vuelva a ungir el Templo, pues sehabía profanado (v.25c). Luego, <strong>de</strong> repente, aparece otro ‘mesías’, quien será <strong>su</strong>primido, o“cortado” (v.26a). Fitzmyer comenta que ésta otra figura en realidad se esté refiriendo a OníasIII, quien fuera removido <strong>de</strong> <strong>su</strong> cargo <strong>de</strong> Sumo Sacerdote, y asesinado en el año 171 –<strong>de</strong>acuerdo con <strong>de</strong> 2 Macabeos 4,30-38– precisamente bajo dominio <strong>de</strong> Antíoco IV, como seinsinúa inmediatamente (v.26b). 69 No obstante, ello no <strong>de</strong>be <strong>de</strong> extrañar, pues en el postexilio,según Levítico 4, 3.5.16, ‘mesías’ era usado para <strong>su</strong>mos sacerdotes, en tanto eran64 Collins, J.; Collins, A. King and Messiah…, p.48.65 En las inscripciones <strong>de</strong> monedas <strong>de</strong> la época se encuentra ΑΝΤΙΟΧΟΥ ΒΑΣΙΛΕΟΣ ΘΕΟΥ ΕΠΙΦΑΝΟΥΣ.66 Collins, J.; Collins, A. King and Messiah…, p.54.67 La expresión, tanto en <strong>su</strong> versión aramea o hebrea, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>notar la ‘persona humana’ o el ‘género humano’.Collins señala que la expresión aparece 93 veces en Ezequiel, todas para referirse al profeta mismo. Variosestudiosos sostienen que es un indicio <strong>de</strong>l mito oriental <strong>de</strong>l “hombre primordial”, pero ello no pasa <strong>de</strong> ser meraconjetura. Cf. Collins, J.; Collins, A. King and Messiah…, p.76-77.68 Fitzmyer. The one who…, pp.58-59. Cf. Collins, J.; Collins, A. King and Messiah…, p.78.69 Fitzmyer. The one who…,pp. 61,63.59


‘ungidos’. Collins por <strong>su</strong> parte, no consi<strong>de</strong>ra que ese ‘mesías’ –<strong>de</strong> Daniel 9,25– se refiera a unsalvador escatológico, sino más bien a un <strong>su</strong>mo sacerdote; aunque este autor no lo mencione,re<strong>su</strong>lta también sospechoso el paralelismo con ese ‘otro mesías’. Sostiene que probablementese esté refiriendo a Jo<strong>su</strong>é, que figura en la restauración <strong>de</strong> Israel <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l exilio y queaparece en el libro <strong>de</strong> Zacarías. 70 Por tanto, para Collins la figura propiamente escatológica ysalvífica en Daniel está representada por ‘Miguel’ cuyo protagonismo se nota a partir <strong>de</strong>lcapítulo 10. 71 Si en realidad Daniel 9,25 no se refiere a ese Mesías como a una figuraescatológica, sino histórica, el término ‘mesías’ en este libro todavía no tiene una connotaciónescatológica, por lo que las figuras angelicales ganan mayor realce en ese sentido. A pesar <strong>de</strong>que esto último cambia la interpretación <strong>de</strong>l pasaje –ahora sin un acento tan escatológico conrespecto al personaje y a la visión–, <strong>su</strong> carácter es aún enigmático, y la mención <strong>de</strong> ‘mesías’<strong>de</strong>ja ya un prece<strong>de</strong>nte para lecturas mesiánicas posteriores, como sería el caso <strong>de</strong>11QMelquise<strong>de</strong>c 2,18, don<strong>de</strong> se cita Daniel 9,25 con un “claro uso mesiánico en sentidotécnico”. 72 Sin embargo, Collins acertadamente, en lugar <strong>de</strong> enfocarse tanto en Daniel 9,retoma el ‘hijo <strong>de</strong>l Hombre’ <strong>de</strong> Daniel 7, como la principal fuente <strong>de</strong> don<strong>de</strong> manará lasinterpretaciones mesiánicas más representativas <strong>de</strong>l judaísmo <strong>de</strong> ese período. A propósito <strong>de</strong>la visión <strong>de</strong> Daniel 7,13, indica que “las adaptaciones más tempranas […<strong>de</strong> ésta…], en 1 Enocy en 4 Esdras 13, usan lenguaje mesiánico en referencia al ‘hijo <strong>de</strong>l Hombre’, aunque éste seauna figura trascen<strong>de</strong>nte más que una regia terrenal”. 733.4 Cuerpo Intertestamentario: consolidación y diversidadLa literatura intertestamentaria <strong>de</strong>l final <strong>de</strong>l período <strong>de</strong>l Segundo Templo, tiene yaelementos propiamente mesiánicos. Hay que aclarar, que a pesar <strong>de</strong> ello, no es lo másfundamental <strong>de</strong> los <strong>de</strong>sarrollos teológicos <strong>de</strong> ese período, por lo tanto no es una doctrinanormativa, y tampoco se presenta monolíticamente. No obstante, es un elemento que ronda enlos diversos ‘judaísmos’ <strong>de</strong>l momento. Por ejemplo, el Libro <strong>de</strong> las Parábolas o 1 Enoc y 4Esdras representan el <strong>de</strong>sarrollo ulterior <strong>de</strong> la apocalíptica <strong>de</strong> Daniel. Sin embargo, hacen yauna lectura mesiánica <strong>de</strong> <strong>su</strong>s elementos y figuras escatológicas. Su contexto ahora es otro, yeso quizás va a ser el factor común <strong>de</strong> toda esa literatura mesiánica producida hacia el final70 Cf. Collins, J. The Scepter and the Star. Messianism in the light of the Dead Sea Scrolls. Grand Rapids: Wm.B. Eerdmans, 2010, p.42.71 Cf. ibid., p. 45.72 Fitzmyer. The one who…, p.98.73 Collins. The Scepter and…, p.44.60


<strong>de</strong>l Segundo Templo. En términos políticos, tal producción estaría confrontándose, en uninicio, con la dinastía Hasmonea, y luego, más prepon<strong>de</strong>rantemente con el dominio <strong>de</strong>limperio romano. Por tanto se está hablando <strong>de</strong> un período que va aproximadamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lasegunda mitad <strong>de</strong>l siglo II a.C. –sobre todo si se toma en cuenta los primeros estadios <strong>de</strong>Qumrán– hasta finales <strong>de</strong>l siglo I d.C., entorno la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l Templo en año 70.Ahora bien, ¿qué es lo que le da el carácter estrictamente mesiánico a esos nuevos<strong>de</strong>sarrollos y figuras? J.H. Charlesworth da dos criterios básicos; uno es <strong>su</strong> “dimensiónfuturística” y otro, es “el aspecto titular <strong>de</strong>l término” ‘mesías’, que bien pue<strong>de</strong> luego reflejarsecomo sacerdote, rey o ambos. 74 Esa mezcla <strong>de</strong> imágenes mesiánicas van a caracterizar el<strong>de</strong>sarrollo propio <strong>de</strong> Qumrán, que entre <strong>su</strong> vasta producción, se hallan dispersos tratamientosestrictamente mesiánicos, que cumplen los criterios antes mencionados. Ese prece<strong>de</strong>nte esimportante para el presente trabajo porque el “uso <strong>de</strong> Mesías en el sentido estrecho <strong>de</strong>s<strong>de</strong>finales <strong>de</strong>l siglo II a. C., indica pues que la esperanza mesiánica estaba realmente establecidaen Palestina antes <strong>de</strong>l período romano, y por lo tanto no pue<strong>de</strong> ser una invención cristiana”, 75como comenta Fitzmyer.3.4.1. QumránDe acuerdo con Collins, los textos mesiánicos –en ‘sentido estrecho’– <strong>de</strong> Qumrán,a pesar <strong>de</strong> encontrase dispersos, conformando un cuerpo más bien “mo<strong>de</strong>sto en proporción alconjunto integral <strong>de</strong> los Rollos […] constituye un significativo cuerpo <strong>de</strong> indicios y arrojannueva luz al tema”. 76 Fitzmyer, <strong>de</strong> un modo simple y sistemático organiza ese conjunto,<strong>de</strong>bido, en parte, a que es difícil <strong>su</strong> datación, en tres gran<strong>de</strong>s grupos. Consi<strong>de</strong>randoexclusivamente textos <strong>de</strong> la secta, clasifica textos que “hablan <strong>de</strong> dos mesías” (v.g. 1QS 9,10-11; CD 19,35-20,1; 4Q 287; 521 8,9), otros “que hablan <strong>de</strong> un solo mesías” (v.g. 1 QSa 2, 11-21; CD 19, 10-11; 4QpGen 6,3-4; 11QMelq 2,18; 4QFlor 1, 11.18), y un tercer grupo querefiere a “profetas como ungidos” (v.gr. 1QM 11, 7-8; CD 2,12; 6QD) .<strong>El</strong> primer grupo <strong>de</strong> textos parecieran a primera vista que hacen eco <strong>de</strong> Zacarías4,13-14, pues caracterizan un mesías regio y otro sacerdotal. <strong>El</strong> texto base, se encuentra en laRegla <strong>de</strong> la Comunidad, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> argumentar sobre la observancia <strong>de</strong> la regla: “hasta elprofeta y los mesías <strong>de</strong> Aaron e Israel” (1QS 9,11). Se mencionan tres figuras, pero quizás la74 Charlesworth, J.H. From Jewish Messianology to Christian Christology: Some Caveats and Perspectives, en:Neusner, J. et al (eds.). Judaism and their Messiahs at the turn of the Christian Era. Cambridge: CambridgeUniversity Press, 2003, p. 230.75 Fitzmyer. The one who…, p.102.76 Collins. The Scepter and…, p.61.61


primera haga referencia a Moisés en alusión a Deuteronomio 18,15.18, como apuntaFitzmyer; 77 luego están los dos ‘mesías’ ‏.(משיחי)‏ Collins consi<strong>de</strong>ra que ese “mesianismobinario <strong>de</strong> sacerdote y rey, <strong>de</strong> Aaron e Israel, es visto como la norma en Qumrán y como lacaracterística más distintiva <strong>de</strong> <strong>su</strong> mesianismo”. 78 Esa doble figura mesiánica es confirmadaa<strong>de</strong>más por el Documento <strong>de</strong> Damasco 20,1. 79 Después, a pesar <strong>de</strong> que no se habla <strong>de</strong> ‘dosmesías’, sino sólo <strong>de</strong>l ‘mesías <strong>de</strong> Israel’, en la Regla <strong>de</strong> la Congregación, éste aparece siempreacompañado <strong>de</strong> un sacerdote <strong>de</strong> mayor preeminencia en la Asamblea, a quien el propio‘mesías’ se le <strong>su</strong>bordina (cf. 1QSa 2,11-13.14-15.20-21). Una serie <strong>de</strong> textos corroboran laprimacía <strong>de</strong> la figura sacerdotal. 80 De modo semejante en 4Q174 1,11 (Florilegium), con unacento más escatológico, citando e interpretando 2 Samuel 7,14, se hace la siguiente promesa:“[para siem]pre, ‘yo seré para él un padre y él será para mí un hijo’. Esto [se refiere a] ‘elbroto <strong>de</strong> David’ que se erguirá con el Intérprete <strong>de</strong> la ley”. Ahora la promesa <strong>de</strong> un mesíasdavídico está matizada por la presencia <strong>de</strong> otra figura, la cual en el contexto <strong>de</strong> la comunidad<strong>de</strong> “los hijos <strong>de</strong> Sadoc” (4Q174 1,17) claramente será <strong>de</strong> cuño sacerdotal. Tal Intérprete <strong>de</strong> laley resalta también en el Documento <strong>de</strong> Damasco 7,18, pero <strong>su</strong>rge <strong>de</strong>spués en la siguientelínea una imagen que pue<strong>de</strong> indicar uno <strong>de</strong> los fundamentos escriturísticos <strong>de</strong> esa duplamesiánica: “la estrella es el Intérprete <strong>de</strong> la ley, que vendrá a Damasco, como está escrito ‘unaestrella avanza <strong>de</strong> Jacó y se levanta un cetro <strong>de</strong> Israel’. <strong>El</strong> cetro es el Príncipe <strong>de</strong> toda lacongregación […]”. En efecto, ahí se está citando el Oráculo <strong>de</strong> Balam <strong>de</strong> Números 24,17,siendo ello un claro ejemplo <strong>de</strong> interpretación mesiánica. 81Collins señala que “todos los principales libros <strong>de</strong> reglas leyes […] <strong>su</strong>stentan labifurcación <strong>de</strong> la autoridad en la era mesiánica”, lo que pue<strong>de</strong> evi<strong>de</strong>nciar también “un dobleli<strong>de</strong>razgo en la organización <strong>de</strong> la secta”. 82 <strong>El</strong> autor <strong>su</strong>giere que el origen <strong>de</strong> ese mesianismosacerdotal se fundamenta <strong>de</strong> algún modo en textos como Levítico 4, 3.5.6 y Daniel 9,25-26 –don<strong>de</strong> <strong>su</strong>mos sacerdotes llevan la calificación <strong>de</strong> ‘mesiás’– a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l texto <strong>de</strong> Zacarías.Charlesworth explica que “la ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> elevar el sacerdocio y colocar a todos los <strong>de</strong>más,77 Fitzmyer. The one who…, p.89.78 Collins. The Scepter and…, p.80.79 Hay toda una discusión acerca <strong>de</strong> la interpretación <strong>de</strong> ese doble mesías a raíz <strong>de</strong> que el CD 20,1 aparece‘mesías’ en <strong>su</strong> forma singular.80 4QpIs, 1QSb.81 Cf. Collins. The Scepter and…, p.71.82 Ibid., pp.82-83.62


especialmente al rey, bajo <strong>su</strong>bordinación a él, es algo a ser esperado entre sacerdotes exiladosy en tensión con la clase gobernante”. 83 Collins por <strong>su</strong> parte agrega:[…] la expectativa por un mesías sacerdotal en el sentido escatológico involucra, noobstante, más que la exaltación <strong>de</strong>l oficio <strong>de</strong>l Sumo Sacerdocio. Implica unainsatisfacción con el culto oficial <strong>de</strong> entonces […que es…] ineficiente y <strong>de</strong> ahí lanecesidad <strong>de</strong> un mesías sacerdote para restaurarlos […] La alienación <strong>de</strong>l culto <strong>de</strong>lTemplo fue una <strong>de</strong> las causas-raíz <strong>de</strong>l sectarismo judío en el helenismo. 84Ese escenario lleva a repensar y contextualizar las esperanzas escatológicas queacaben <strong>de</strong> una vez por todas, una situación insostenible e irreparable. <strong>El</strong> cuestionamientoradical <strong>de</strong> una institución tan relevante y central en la vida <strong>de</strong>l pueblo judío, les lleva a pensaren una especie <strong>de</strong> re<strong>de</strong>nción nacional y religiosa, representada por una figura transcen<strong>de</strong>ntalque le dé legitimidad divina; un paralelo <strong>de</strong> esa crítica se halla en 1 Enoc 89,73. En cuanto ala a<strong>su</strong>nción <strong>de</strong> la mesianología davídica en Qumrán, para H.J. Fabry “<strong>de</strong>be ser entendidacomo crítica a las pretensiones a competencias monárquicas por parte <strong>de</strong>l <strong>su</strong>mo sacerdote, a laacumulación <strong>de</strong> cargos por los hasmoneos, sobre todo por Jonatán, y por fin, en la historia <strong>de</strong>recepción intra-qumránica, como crítica a los soberanos extranjeros”. 85Por último, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> textos que se refieren a una figura mesiánica,según la clasificación <strong>de</strong> Fitzmyer, un rollo ha llamado po<strong>de</strong>rosamente la atención <strong>de</strong> losestudiosos. Se trata <strong>de</strong> 11QMelquise<strong>de</strong>c (11Q13). Allí se presenta una figura escatológicaequiparable a la <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong>l Hombre <strong>de</strong> Daniel 7. Tiene una dimensión claramenteescatológica, ya por la naturaleza mítica <strong>de</strong> Melquise<strong>de</strong>c, pero también por las distintastradiciones que involucra según se muestra en el propio texto. Collins sostiene que“11QMelquise<strong>de</strong>c es una composición midráshica, la cual explica la ley <strong>de</strong>l jubileo <strong>de</strong>Levítico 25, mediante la yuxtaposición <strong>de</strong> varios otros textos bíblicos, entre los cuales <strong>de</strong>stacaIsaías 61”, para anunciar luego que el décimo jubileo “refiere al final <strong>de</strong> los días”, al “Día <strong>de</strong>lJuicio’ y a la “expiación <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> la luz”. 86 En 11QMelquise<strong>de</strong>c 2,18 se mencionaexplícitamente משיח נגיד en una clara cita <strong>de</strong> Daniel 9,25, equiparando así al personajeMelquise<strong>de</strong>c con un Mesías sacerdotal, pero que tiene prerrogativas regias, como ‘ejecutar’“la venganza <strong>de</strong> los juicios <strong>de</strong> Dios” (2,13) o presidir la ‘asamblea’ (2,14). Se presentatambién como profeta en tanto que “anuncia la salvación” (2,19) y da ‘con<strong>su</strong>elo’ a los‘afligidos’ e ‘instruirlos’ (2,20) y ‘librarlos’ “<strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> Belial” (2,25). Melquise<strong>de</strong>c e<strong>su</strong>na figura escatológica capaz <strong>de</strong> sintetizar no sólo el aspecto regio y sacerdotal, sino a<strong>de</strong>más83 Charlesworth, J.H. From Jewish Messianology…, p.230.84 Collins. The Scepter and…, p.92.85 Fabry, H-J., Scholtissek, K. O Messias, p.65.86 Collins, J.; Collins, A. King and Messiah…, p.79.63


incluye la tradición profética <strong>de</strong> Isaías 61 con la escatología apocalíptica <strong>de</strong> Daniel. Suplasticidad también queda reflejada en Salmo 110,4 para reforzar la i<strong>de</strong>ología monárquicadavídica. En el Nuevo Testamento tal figura va a tener un gran influjo en la Carta a losHebreos (cf. Hb 5,6.10; 6,20; 7,1.3.10.11.15.17), como instrumento para caracterizar elmesianismo <strong>de</strong> Jesús, aglutinando así una diversidad <strong>de</strong> tradiciones vetero-testamentarias.3.4.2. Salmos <strong>de</strong> Salomón<strong>El</strong> texto Salmos <strong>de</strong> Salomón marca un hito en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la mesianologíajudía davídica, en tanto que, <strong>de</strong> un modo claro y conciso, caracteriza la figura mesiánica y <strong>su</strong>sfunciones. En otras palabras –a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l testimonio <strong>de</strong> algunos documentos <strong>de</strong> Qumrán– e<strong>su</strong>n documento que da noticia <strong>de</strong>l re<strong>su</strong>rgimiento <strong>de</strong> la esperanza en una figura davídica. Adiferencia <strong>de</strong>l testimonio <strong>de</strong> Qumrán y <strong>de</strong> otros movimientos sacerdotales –como los esenios–,Salmos <strong>de</strong> Salomón representa otra forma <strong>de</strong> formular el mesianismo, acentuando aún más <strong>su</strong>carácter davídico, e i<strong>de</strong>alizando la monarquía frente a lo que varios grupos consi<strong>de</strong>ran comou<strong>su</strong>rpación hasmonea. 87 De acuerdo con L.T. Stuckenbruck, la versión original data <strong>de</strong> amediados <strong>de</strong>l siglo I a.C. “<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una generación que vivió la toma <strong>de</strong> Jerusalén porPompeyo en el año 63, que vio el <strong>de</strong>rrocamiento y humillación <strong>de</strong> los hasmoneos”, segúntestimonio <strong>de</strong> Salmos <strong>de</strong> Salomón 2,1ss, y que guarda algún parentesco con el judaísmojasídico o fariseo. 88 Las versiones que se conservan están escritas en griego y en siriaco.<strong>El</strong> pasaje clave es Salmos <strong>de</strong> Salomón 17, 21-37, pues allí se habla <strong>de</strong> lanaturaleza y la función <strong>de</strong>l mesías. En los primeros versículos <strong>de</strong>l salmo se apela a la realezaúnica y eterna <strong>de</strong> Dios, para <strong>de</strong>spués, en el versículo 4, recordar la promesa davídica. En elversículo 5 se confiesa las transgresiones –¿<strong>de</strong> la ley?– que son causa <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong>situaciones que se <strong>su</strong>ce<strong>de</strong>n a partir <strong>de</strong> ahí, <strong>de</strong>scribiendo un verda<strong>de</strong>ro estado <strong>de</strong> calamidad(5b-20), plagado <strong>de</strong> infi<strong>de</strong>lida<strong>de</strong>s (cf. vv. 6.15.19), merecedoras <strong>de</strong> castigo (cf. vv. 7-12), queencara sobre todo la <strong>su</strong>byugación por parte <strong>de</strong>l invasor (cf. vv. 13-15), <strong>de</strong>jando así un clima <strong>de</strong><strong>de</strong>solación, dispersión (cf. vv.16-18) e impiedad (cf. vv.19-20). Frente a todo ello, el salmistapi<strong>de</strong> a Dios la intervención <strong>de</strong> un Mesías: “Suscítales un rey, un hijo <strong>de</strong> David” (v. 21a), aquien versos más a<strong>de</strong>lante se le caracteriza como un “rey justo, instruido por Dios (…) elungido <strong>de</strong>l Señor” (v.32). Ese χριστὸς κ ριου –que en Salmos <strong>de</strong> Salomón 18, 5.7 tendrá unadoble réplica– tiene por tanto una i<strong>de</strong>ntidad davídica y regia –como crítica a la dinastíahasmonea, y más tar<strong>de</strong> a la herodiana– pero en tanto ‘ungido <strong>de</strong>l Señor’, es “entendido ahora87 Cf. Charlesworth, J.H. From Jewish Messianology…, p.228.88 Stuckenbruck, L.T. Messianic I<strong>de</strong>as in the Apocalyptic and Related Literature of Early Judaism, en: Porter,S.E.(ed.), The Messiah in…, p.93. Vease también: Charlesworth, J.H. From Jewish Messianology…, p.234.64


como el agente ungido <strong>de</strong> Dios en <strong>su</strong> salvación escatológica”. 89 Su tarea se expresa en lasfunciones que se esperan <strong>de</strong> él, y que se pue<strong>de</strong>n enumerar empezando por el gobierno <strong>de</strong>Israel, la purificación <strong>de</strong> Israel “<strong>de</strong> los gentiles que la pisotean”, “<strong>de</strong>sposeer a los judíospecadores <strong>de</strong> <strong>su</strong> heredad” (v.21c-24), para <strong>de</strong>spués reunir “a un pueblo santo y guiarlo conjusticia” (v.26), y ‘juzgar’ a todos los pueblos con ‘sabiduría’ (v.29). Ahora toda esa gestamesiánica no será militar (cf. v.33), pues “no confiará en caballos, jinetes y arcos [sino] quegolpeará la tierra con la palabra <strong>de</strong> <strong>su</strong> boca, pero ben<strong>de</strong>cirá al pueblo <strong>de</strong>l Señor con sabiduríay gozo” (v.33.35), porque <strong>su</strong> “el Señor es <strong>su</strong> rey, <strong>su</strong> esperanza es la <strong>de</strong>l fuerte que espera en elseñor” (v.34). Stuckenbruck cree que éste último versículo evoca el Salmo 110,1, cuandodice, “dijo el Señor a mi Señor”, 90 expresando así la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l rey a Yahveh, pero nohay mayores indicios. No obstante, es plausible que aquel verso sea la piedra que sostengatoda la construcción mesiánica <strong>de</strong>l texto.Aquí se trata <strong>de</strong> una figura escatológica, que prescin<strong>de</strong> al parecer <strong>de</strong> mediosbélicos para imponer la justicia <strong>de</strong> Dios, pero actúa implacable y con firmeza mediante “lapalabra <strong>de</strong> <strong>su</strong> boca” (cf. Is 11,4); por tanto queda en duda <strong>de</strong> que se trate <strong>de</strong> un lí<strong>de</strong>r político,sin embargo, es rey –juzgará y gobernará más allá <strong>de</strong> Israel– y a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l linaje <strong>de</strong> David,por lo que tampoco se trata <strong>de</strong> una figura colectiva ni angelical. Entre tanto no está clara <strong>su</strong>naturaleza divina o preexistente, pues como alu<strong>de</strong> el propio versículo 21, el Señor le‘<strong>su</strong>scitará’ (α ν στησον), y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> él en última instancia. <strong>El</strong> texto, por otro lado, es claro,pero esa diafanidad confun<strong>de</strong>, pues tal figura no se ajusta fácilmente a mol<strong>de</strong>spreestablecidos. Su i<strong>de</strong>ntidad parece ganar una nueva luz en tanto funge como agente <strong>de</strong> Dios,es <strong>de</strong>cir, <strong>su</strong> i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>scansa en <strong>su</strong> misión escatológica y re<strong>de</strong>ntora. Pienso que esto es elinicio real <strong>de</strong>l mesianismo, sin preten<strong>de</strong>r cristianizarlo, pues el aspecto <strong>de</strong> ‘ungido’ le ligaíntimamente con la voluntad <strong>de</strong> Dios. De acuerdo con Stuckenbruck, “<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong>lsalmista, él es agente futuro <strong>de</strong> la actividad <strong>de</strong> Dios”. 913.4.3. Primer Libro <strong>de</strong> Henoc<strong>El</strong> Libro <strong>de</strong> las Parábolas o 1 Henoc 37-71, que data probablemente <strong>de</strong>l siglo Ia.C., “contiene numerosos términos para figuras mesiánicas […] pero el término [mesías] sóloaparece en dos ocasiones”, 1 Henoc 48,10 y 52,4. 92 En 1 Henoc 46,1-6, aparecen una serie <strong>de</strong>títulos o apelativos. No obstante, Stuckenbruck indica que todas esas figuras y calificativos,89 Fitzmyer. The one who…, p.116.90 Stuckenbruck, L.T. Messianic I<strong>de</strong>as…, p.96.91 Ibid., p.97.92 Charlesworth, J.H. From Jewish Messianology…, p.237.65


entre los que <strong>de</strong>stacan, ‘Hijo <strong>de</strong>l Hombre’, ‘Justo’, ‘<strong>El</strong>egido’, y ‘Principio <strong>de</strong> los días’ refierena una figura que “ha sido introducida como agente <strong>de</strong> Dios […] para ejecutar el juicio contrael malvado”. 93 En 1 Henoc 48,2 vuelve a aparecer ‘Hijo <strong>de</strong>l Hombre’; ello lleva aCharlesworth a sostener que en el versículo 10, aquel título heredado <strong>de</strong> Daniel 7 y ‘<strong>El</strong>egido’“parecen equivalentes con el Mesías […pues…] Hijo <strong>de</strong>l Hombre y Mesías, son presentadosen el mismo escenario, y se mueven <strong>de</strong> formas idénticas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l drama […] ambos sonsimilarmente relacionados con el ‘Señor <strong>de</strong> los espíritus’: los dos le sirven”. 94 Esaequivalencia que se <strong>su</strong>ce<strong>de</strong> en el versículo 10, <strong>de</strong>ja un prece<strong>de</strong>nte muy importante en lamesianología posterior, sobre todo la <strong>de</strong>l cristianismo, la cual en el evangelio <strong>de</strong> Marcostambién equipara ambas figuras. En el versículo 4 se le <strong>de</strong>scribe como juez, “báculo <strong>de</strong> losjustos”, con un alcance universal pues es “luz <strong>de</strong> los pueblos”, y también como “esperanza <strong>de</strong>los que <strong>su</strong>fren”. Sin embargo, en los versículos 2 y 6, se insinúa <strong>su</strong> preexistencia “por eso fueescogido y elegido junto a él antes <strong>de</strong> crearse el mundo y por la eternidad” (v.6), y junto a lSeñor <strong>de</strong> los espíritus será <strong>su</strong>sceptible <strong>de</strong> adoración (cf. v.5). Frente a esos elementos, a<strong>de</strong>más<strong>de</strong> <strong>su</strong> conexión con Daniel 7, Stuckenbruck cree confrontarse con una figura mesiánicaangelical y celeste, característica <strong>de</strong>l ‘Hijo <strong>de</strong>l Hombre’. 953.4.4. Libro 4 EsdrasProbablemente hacia la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo I a.C., <strong>su</strong>rge 4 Esdras, un escritoapocalíptico judío que habla sobre la “venida <strong>de</strong>l Mesías, el día <strong>de</strong>l Juicio, y la retribución”. 96Como dato curioso <strong>su</strong> versión latina tiene alteraciones <strong>de</strong> cuño cristiano. Tal es el caso <strong>de</strong> 4Esdras 7,26-44, en cuyos versículos <strong>de</strong>l 28 al 29, Dios proclama “para que mi Hijo Jesús searevelado junto con aquellos que está con él”, mientras tanto, la versión en siriaco “mi hijo elmesías”. 97 Luego en 4 Esdras 11,12-12,36, frente a las imágenes <strong>de</strong> ‘la bestia’ o ‘<strong>de</strong>l águila’,que en ese caso estaban representado al imperio romano, <strong>su</strong>rge una figura mesiánica bastanteparticular. La visión <strong>de</strong>l ‘Mesías León’, un ungido <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> David, que tiene rasgosangelicales que insinúan <strong>su</strong> preexistencia según 4 Esdras 12,32 y siguientes. 98 Más a<strong>de</strong>lante,tal y como observa Stuckenbruck, en 4 Esdras 13,33-39, con la referencia al Salmo 2, se<strong>de</strong>staca “el rol universal <strong>de</strong>l agente escatológico <strong>de</strong> Dios”, 99 por lo que ya hay una toma <strong>de</strong>93 Stuckenbruck, L.T. Messianic I<strong>de</strong>as…, p.99.94 Charlesworth, J.H. From Jewish Messianology…, p.239.95 Cf. Stuckenbruck, L.T. Messianic I<strong>de</strong>as…, p.101.96 Fitzmyer. The one who…, p.119.97 Cf. Stuckenbruck, L.T. Messianic I<strong>de</strong>as…, p.102.98 Cf. Diez Macho, A. Apócrifos <strong>de</strong>l Antiguo Testamento. Tomo I. Madrid: Cristiandad, 1984, p.255.99 Cf. Stuckenbruck, L.T. Messianic I<strong>de</strong>as…, p.107.66


postura con respecto a la naturaleza <strong>de</strong> esa restauración <strong>de</strong> Israel en aquel contexto histórico.<strong>El</strong> cariz visa ser escatológico y no apenas la restauración <strong>de</strong>l reino davídico. Por otro lado, no<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> llamar la atención como en esos textos <strong>de</strong> 4 Esdras se amalgaman distintas imágenesmesiánicas para construir una i<strong>de</strong>ntidad escatológica, sin <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> la figura davídica.3.4.5. Segundo Libro <strong>de</strong> BarucPor <strong>su</strong> parte, 2 Baruc, también refleja ese tiempo convulso entorno a la GranRevuelta Judía. Se pre<strong>su</strong>me que el texto vino <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l Templo <strong>de</strong>Jerusalén. Textos como 2 Baruc 30,1, don<strong>de</strong> se promete “el regreso con gloria” <strong>de</strong>l Mesías y<strong>de</strong> “la re<strong>su</strong>rrección <strong>de</strong> aquellos que durmieron en <strong>su</strong> esperanza”, como también 2 Baruc 39,7o 40,1, don<strong>de</strong> se muestran visiones mesiánicas como ‘la Fuente’ o ‘la Viña’, 100 <strong>de</strong>notan unainsistencia en dar respuesta –y esperanza– frente a todo aquel caos nacional. La reivindicaciónmesiánica en Baruc tiene esa característica, sin embargo, la esperanza en ‘la restauración’ se<strong>de</strong>posita en un advenimiento <strong>de</strong> un tiempo mesiánico escatológico. <strong>El</strong> Mesías será aquellafigura que represente esa esperanza y victoria. Todo ello pue<strong>de</strong> formularse en 2 Baruc 73,1que reza: “el Mesías se sentará en el trono <strong>de</strong> <strong>su</strong> Reino”.4. Ascención <strong>de</strong> los movimientos mesiánicos en el siglo ISin preten<strong>de</strong>r hacer un recuento histórico 101 ni hacer un análisis <strong>de</strong> la génesis <strong>de</strong>los diversos grupos político-religiosos mesiánicos <strong>de</strong> la sociedad judía palestina en el primersiglo, conviene llamar la atención hacia el contexto socio-político en el cual emergió tanto esaúltima tradición mesiánica escatológica –encontrada en Qumrán, Salmos <strong>de</strong> Salomón, 1Henoc, 4 Esdras y 2 Baruc– como esa gama <strong>de</strong> movimientos mesiánicos. La dominaciónromana, con <strong>su</strong> política clientelista y fiscal, es el contexto común el cual irá tornándoseinsoportable y provocador. Surgen pues, en <strong>su</strong> mayoría, movimientos más bien <strong>de</strong> cuñonacionalista, es <strong>de</strong>cir, movimientos socio-religiosos que buscan la restauración <strong>de</strong> la soberaníanacional frente al dominio romano, pero que también eran influidos por imágenes ytradiciones anteriores, con una connotación más escatológica. Ciertamente en esa épocaambas dimensiones eran difícilmente separables, sino imposible <strong>de</strong> <strong>de</strong>senten<strong>de</strong>rlas la una <strong>de</strong> laotra. A propósito D. Scar<strong>de</strong>lai sostiene que “el mundo griego-romano antiguo contribuyó100 Cf. ibid., pp. 109-110.101 Para este apartado, tomo como base, exclusivamente, el estudio realizado por D. Scar<strong>de</strong>lai sobre losmovimientos mesiánicos <strong>de</strong>l primer siglo. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser un especialista sobre el a<strong>su</strong>nto, <strong>su</strong> trabajo esrelativamente reciente, recogiendo así el aporte <strong>de</strong> otros académicos reconocidos en el tema (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los clásicosKlausner, Mowinckel, S. Zeitlin, D. Flusser, hasta G. Vermes, J. Neusner y R.H. Horsley). Cf. Scar<strong>de</strong>lai,Donizete. Movimentos Messiânicos no tempo <strong>de</strong> Je<strong>su</strong>s. São Paulo: Paulus, 1998, p. 10-14.67


todavía para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un trasfondo favorable para el establecimiento <strong>de</strong> i<strong>de</strong>alesteocráticos judíos, mezclando esperanzas nacional, política y religiosa en un único universosocial”. 102 Un re<strong>su</strong>ltado temprano <strong>de</strong> ello, fueron las diversas escatologías apocalípticas quecaracterizaron la literatura inter-testamentaria <strong>de</strong>l final Segundo Templo. La figuraescatológica, como el “hijo <strong>de</strong>l Hombre” o <strong>de</strong> un mesías davídico i<strong>de</strong>al <strong>su</strong>rge <strong>de</strong> la interacción<strong>de</strong> aquellas esperanzas.Así la literatura apocalíptica viene a ser como una especie <strong>de</strong> “antídoto contra la<strong>de</strong>sesperación” 103 que podía producir aquella realidad tan sombría e insegura a la cual lasociedad palestina estaba sometida, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el helenismo hasta la época romana. Sin embargo,aquellas visiones o imágenes apocalípticas, ya en el primer siglo van a verse proyectas encorrelatos históricos. La inminencia escatológica heredada <strong>de</strong> aquella literatura iría a parir‘mesías’ históricos, cuya tarea sería guiar al pueblo a un nuevo or<strong>de</strong>n teocrático, por lo queuna reivindicación política –que no <strong>de</strong>scarta la contienda bélica– aparece en el horizonte, <strong>de</strong>modo que una figura davídica mesiánica encajaría bien, pues acentuaría más aún la soberaníanacional. Nuevas esperanzas mesiánicas fueron efervescentes sobretodo en las masaspopulares según <strong>de</strong>muestra la copiosa historia <strong>de</strong> rebeliones que caracterizó ese primer siglo<strong>de</strong> nuestra era –<strong>su</strong>ficientemente documentadas por Flavio Josefo en <strong>su</strong> Guerras <strong>de</strong> los Judíos–y que concluirían en dos gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>sastres nacionales, en los años 70 y 135 respectivamente;tales esperanzas cambiaban <strong>de</strong> acuerdo al momento histórico concreto en que se expresaban,por lo que no se podían fijar fórmulas comunes. Entretanto, hay que recordar que el judaísmoque prevalecía, sobretodo en tiempos menos violentos, era el que daba más realce a la halakháque al mesianismo escatológico; con todo, éste va ganando popularidad, sobretodo en tiempos<strong>de</strong> confrontación y crisis. La imagen <strong>de</strong> un mesías davídico podría re<strong>su</strong>ltar atractiva; y cuando<strong>su</strong>rgía un lí<strong>de</strong>r carismático o guerrillero, no es difícil imaginarse la resonancia que adquiereesa figura.A pesar <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong> un mesías davídico, Scar<strong>de</strong>lai <strong>de</strong>tecta “tresparadigmas <strong>de</strong> don<strong>de</strong> manaron las figuras mesiánicas <strong>de</strong>l período: el Hijo <strong>de</strong> David, el Hijo <strong>de</strong>José y el Profeta re<strong>de</strong>ntor”. 104 Alguna resonancia <strong>de</strong> éstos pue<strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>ntementeencontrarse en el Nuevo Testamento, lo que no <strong>de</strong>bería extrañar pues remiten a una fuentecomún, que es el conjunto <strong>de</strong> la Escrituras. Estos paradigmas se remiten a ellas, buscandoimágenes y símbolo <strong>de</strong> <strong>su</strong> común herencia religiosa.102 Ibid., p.30.103 Ibid., p.54.104 Ibid., p.9.68


Según Scar<strong>de</strong>lai, la figura <strong>de</strong> un mesías Profeta, quizás haciendo eco <strong>de</strong>Deuteronomio 18,15, 105 refiere a “lí<strong>de</strong>res carismáticos” que fungían como “predicadoresitinerantes”, muy populares, asociados a exorcismos, activida<strong>de</strong>s taumatúrgicas y curativas, 106y quienes pregonaban “propuestas urgentes e inmediatas <strong>de</strong> transformación social yreligiosa”. 107 Esos profetas, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l imaginario popular eran respaldos, por las tresprincipales “figuras tipológicas” <strong>de</strong>l judaísmo <strong>de</strong> ese siglo, a saber, David, <strong>El</strong>ías y Moisés. 108Flavio Josefo en Guerras II, 259 y en Antigueda<strong>de</strong>s XX, 168, los califica <strong>de</strong> “impostores y<strong>de</strong>magogos bajo el pretexto <strong>de</strong> inspiración divina”; Teudas posiblemente fue uno <strong>de</strong> <strong>su</strong>s másfamosos exponentes (cf. Ant. XX, 97; Hch 5,26). 109Por otro lado, la tradición rabínica posterior da noticia <strong>de</strong> un “Hijo <strong>de</strong> José” –quizás en alusión a <strong>su</strong> origen tribal, <strong>de</strong> Efraín–, refiriéndolo a la tradición oral <strong>de</strong> la primeramitad <strong>de</strong>l siglo II. 110 De acuerdo con el Talmud, en TB Sukka 52a, esta figura vendría a ser un“mesías Hijo <strong>de</strong> José”, precursor <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> David, y <strong>de</strong> quien <strong>de</strong>spués se llora <strong>su</strong> muerteacaecida en batalla, al interpretar Zacarías 12,10. Luego en los Targumim <strong>de</strong>l Cantar <strong>de</strong> losCantares 4,5 y <strong>de</strong> Exodo 40,11 (Pseudo-Jonatán) esa figura vuelve a salir, en el primer casoacompañando a Hijo <strong>de</strong> David; también en el Midrash <strong>de</strong> Números Rabbah XIV, 1, se alu<strong>de</strong> aun mesías guerrero “Hijo <strong>de</strong> José” precursor <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> David . 111 Según Scar<strong>de</strong>lai, esa figuramesiánica apunta a Bar Kochba, lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la revuelta judía <strong>de</strong>l año 132 al 135, quien, <strong>de</strong>acuerdo con TJ Ta’anit IV, 8, es llamado “mesías” y “estrella <strong>de</strong> Jacó” (cf. Nm 24,17) por elgran Rabbi Akiba, quien fuera uno <strong>de</strong> los mártires <strong>de</strong> aquel último levantamiento. 112 Laautoridad <strong>de</strong> Akiba difícilmente es cuestionable en el Talmud, menos aún en la época <strong>de</strong> losTannaim, sin embargo, en el propio texto se <strong>de</strong>jan percibir críticas a aquella indicación porparte <strong>de</strong>l Rabbi. 113 Probablemente, el fracaso <strong>de</strong> Bar Kochba en 135, motivara luego el<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la tradición ‘mesías Hijo <strong>de</strong> José’ en el rabinismo <strong>de</strong>l segundo siglo.Ahora bien, retornando al primer siglo, bien al inicio, en el contexto <strong>de</strong> lasrevueltas judías contra los romanos entre 4 a.C y 6 d.C., <strong>su</strong>rge un lí<strong>de</strong>r galileo quien iría areavivar el i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> la monarquía davídica, por lo menos en un sector <strong>de</strong> la población. Judas105 Cf. ibid., p.95.106 Cf. ibid., p.90.107 Ibid., p.92.108 Ibid., p.94.109 Ibid., p.100.110 Cf. ibid., pp.66-67.111 Cf. ibid., pp.73-75.112 Ibid., p.173.113 Ibid., p.177.69


Galileo, hijo <strong>de</strong> Ezequías –uno <strong>de</strong> los lí<strong>de</strong>res y mártires <strong>de</strong> la resistencia judía en la revuelta<strong>de</strong>l 44 a.C. contra Hero<strong>de</strong>s– “precipitó a la nación entera a una aventura revolucionaria sinprece<strong>de</strong>ntes”, 114 en contra <strong>de</strong>l censo y las cargas tributarias <strong>de</strong> Roma (cf. Guerras II,118), quegolpeaba especialmente la región agrícola <strong>de</strong> Galilea. <strong>El</strong> compromiso <strong>de</strong> <strong>su</strong> familia en esosmovimientos promueve una especie <strong>de</strong> “dinastía <strong>de</strong> mesías”, según Scar<strong>de</strong>lai, 115 la cual,<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la ejecución <strong>de</strong> Judas en el año 6, continuaría en virtud <strong>de</strong> una “relacióni<strong>de</strong>ológica”. De ese modo, también el carácter davídico <strong>de</strong> la siguiente <strong>su</strong>cesión <strong>de</strong> lí<strong>de</strong>resrevolucionarios, <strong>de</strong>scansa ahora en una causa i<strong>de</strong>ológica: la restauración <strong>de</strong> la soberanía <strong>de</strong>Israel, y no necesariamente, en si son realmente <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> David. Al parecer, si uno seatiene al testimonio <strong>de</strong> Flavio Josefo en Antigüeda<strong>de</strong>s XVII 27, 1-2, Judas Galileo tendríapretensiones monárquicas. Otro lí<strong>de</strong>r contemporáneo, Atronges, compartiría <strong>de</strong>mandassemejantes (Ant. XVII 284 10,7). 116Hacia el año 66 la convulsionada región tendría otro punto álgido en la llamada‘Gran Revuelta’ judía. Surgieron nuevos lí<strong>de</strong>res, como el zelota Juan <strong>de</strong> Giscala, Simón BarGiora y Menahem Ben Ezequías; este último hijo <strong>de</strong> Judas Galileo <strong>de</strong> acuerdo con FlavioJosefo. 117 Scar<strong>de</strong>lai señala que Menahem es <strong>de</strong>scrito como Rey en varios documentos,inclusive rabínicos (v.g. Guerras II 434; Lamentaciones Rabba I, 16; TB Sanedrín, 98b). 118 Enéstos se retrata la entrada <strong>de</strong> Menahem a Jerusalem, en medio <strong>de</strong> aclamaciones, pero también<strong>de</strong> conflictos con otros lí<strong>de</strong>res rebel<strong>de</strong>s quienes al final le dieron muerte. 119 Todas esas gestasacaban con la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l Templo en año 70 y el asedio <strong>de</strong> Masada en el 73.5. Hacia un nuevo panorama mesiánico: primeros atisbos cristianosLas primeras comunida<strong>de</strong>s cristianas palestinas no se eximieron <strong>de</strong> ese ambiente,ni <strong>de</strong>l contacto con tales movimientos. A<strong>de</strong>más compartieron las mismas tradicionesescatológicas, alimentadas por imágenes y tradiciones <strong>de</strong> <strong>su</strong> herencia vetero-testamentariacomún. Por otro lado, los <strong>de</strong>sarrollos apocalípticos no cristianos <strong>de</strong>l primer siglo, coinci<strong>de</strong>n envarios puntos con los propios <strong>de</strong>l Nuevo Testamento. <strong>El</strong> <strong>de</strong>sarrollo que alcanzó la figura <strong>de</strong>l‘Hijo <strong>de</strong>l Hombre’, como Melquise<strong>de</strong>c, como ya se ha visto, no es exclusivo <strong>de</strong>l cristianismo.Quizás la marca más original <strong>de</strong>l cristianismo sea la lectura mesiánica <strong>de</strong>l ‘siervo <strong>su</strong>fridor’ <strong>de</strong>l114 Ibid., p.127.115 Ibid., p.66. Más a<strong>de</strong>lante comenta el autor: “la tradición nos <strong>su</strong>giere una especie <strong>de</strong> “dinastía” <strong>de</strong>pretendientes mesiánicos cuyo punto referencial latente pue<strong>de</strong> ser buscado hasta Ezequías”; ver p.127116 Ibid., p.138.117 Cf. ibid., p. 157.118 Ibid., pp.157,160.119 Ibid., p.159.70


<strong>de</strong>utero Isaías, a la luz <strong>de</strong> la experiencia <strong>de</strong> Jesús. Pese a ello, la tradición <strong>de</strong>l “mesías Hijo <strong>de</strong>José”, pue<strong>de</strong> tener ciertos ecos <strong>de</strong> dicha figura profética.Una <strong>de</strong> las fuentes evangélicas más primitivas es ‘Q’. Scholtissek, siguiendo <strong>su</strong>rastro en Lucas, sostiene que allí, “el Jesús terreno […] se i<strong>de</strong>ntifica con el Hijo <strong>de</strong>l Hombreescatológico” (cf. Lc 7,34). 120 Eso ya iba marcar una nueva comprensión mesiánica que seexige en Lucas 7,18-23. La expectativa mesiánica, “¿eres tú el que ha <strong>de</strong> venir?” (v.19),remite a unas señales escatológicas, tomadas y reinterpretadas <strong>de</strong> Isaías 61. Esa muestra <strong>de</strong>señales acompañando la presentación mesiánica, tiene paralelos cercanos, como se vio en lasParábolas <strong>de</strong> Henoc, don<strong>de</strong> también se equipara el ‘mesías’ con el “Hijo <strong>de</strong>l Hombre”. Porotro lado, la ‘historia pre-marcana <strong>de</strong> la Pasión’ hace alusión al aspecto regio <strong>de</strong>l ‘mesías’ enrelación a la cruz <strong>de</strong> Jesús, formándose, en palabras <strong>de</strong> Scholtissek, una “tensión paradójica”que busca fundamentación en el ‘justo <strong>su</strong>fridor’ <strong>de</strong> Isaías.Al remontarse al cuerpo paulino, fórmulas como las que expresa Romanos 1,1.7,muestran a la vez una fotografía <strong>de</strong> la mesianidad <strong>de</strong> Jesús <strong>de</strong> la tradición prepaulina, la cualel propio apóstol se ufana <strong>de</strong> haber recibido (1 Cor 11,23). ‘Jesús es el Mesías’, a<strong>de</strong>más escalificado como ‘Señor’ (v.7). <strong>El</strong> grupo que proclama eso, parte a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> un trasfondoineludiblemente mesiánico, y tendrá más o menos un siglo para articular mejor <strong>su</strong> femesiánica, usando toda la gran tradición que tienen sobre <strong>su</strong>s espaldas. Pablo le vincula <strong>de</strong>una vez con el linaje <strong>de</strong> David, por tanto es un ‘mesías Hijo <strong>de</strong> David’, “según la carne” (v.3),pero “constituido Hijo <strong>de</strong> Dios”(v.4) en virtud <strong>de</strong> <strong>su</strong> re<strong>su</strong>rrección. No es raro, que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> latradición mesiánica davídica que procura <strong>su</strong>s símbolos y formas en textos propios <strong>de</strong> lai<strong>de</strong>ología monárquica –<strong>de</strong>l pre-exilio y exilio– haya esa asociación <strong>de</strong> filiación divina, segúnse vio. Scholtissek, tomando como base Gálatas 4,4-5, Romanos 1,3-4; 9,5; 15,7-9, sostieneque “Pablo reconoce en el judío Jesús, el Mesías davídico prometido a Israel”. 121 No obstante,Pablo es <strong>de</strong>udor <strong>de</strong> los <strong>de</strong>sarrollos escatológicos <strong>de</strong> la apocalíptica <strong>de</strong>l Segundo Templo,como <strong>de</strong> las ricas imágenes proféticas que <strong>su</strong>rgen en el post-exilio. Su ‘teología <strong>de</strong> la cruz’ e<strong>su</strong>n claro ejemplo <strong>de</strong> cómo Pablo retoma la tradición profética <strong>de</strong>l Cuarto Cántico <strong>de</strong>l Siervo.D. E. Aune por <strong>su</strong> parte, sostiene que lo que provocó “el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> lacristología <strong>de</strong>l más temprano cristianismo <strong>de</strong> Palestina era la convicción que, através <strong>de</strong> <strong>su</strong>re<strong>su</strong>rrección, entendida como <strong>su</strong> exhaltación y entronización a la diestra <strong>de</strong> Dios, Jesús sehabía tornado tanto ‘Señor’, como ‘Mesías’ [y] el Salmo 110 […] jugaría un importante120 Fabry, H-J., Scholitissek, K. O Messias, p.100.121 Ibid., p.91.71


papel”. 122 Ese <strong>de</strong>sarrollo cristológico es atestado con el prolífico uso <strong>de</strong> ‘Cristo’ para <strong>de</strong>signarpersonalmente a Jesús ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cuerpo paulino; <strong>de</strong> acuerdo con Aune tal <strong>de</strong>signaciónocurre 266 veces. Por tanto, el mesianismo <strong>de</strong> Jesús es algo a<strong>su</strong>mido para esa primerageneración cristiana. No obstante, sobrevino un tiempo en el que no bastaba tal proclamación.En efecto, en los Sinópticos y en Hechos <strong>de</strong> los Apóstoles apremiaba explicitar más aún esai<strong>de</strong>ntidad, por que “el estatus mesiánico <strong>de</strong> Jesús era una preocupación central”, pasando así‘Cristo’<strong>de</strong> una <strong>de</strong>signación personal a la categoría <strong>de</strong> título mesiánico adjudicado a Jesús. 123Ahora había que proclamar que ‘Jesús es el Mesías’ (cf. Mc 8,29), y profundizar en quésentido lo era y lo es. Es probable, que la nueva generación <strong>de</strong> cristianos se estuvieraconfrontando con otras imágenes o figuras <strong>de</strong> aquellos movimientos mesiánicos concurrentes.122 Aune, D. E. Christian prophecy and the messianic status of Je<strong>su</strong>s, en: Charlesworth, J. H. (ed). The Messiah.Developments in earliest Judaism and Christianity. Minneapolis: Fort Press, 1992, p. 404.123 Ibíd., pp.405-406. Es interesate como Aune en este trabajo relaciona ese <strong>de</strong>sarrollo cristológico, con laactividad y “el carácter profético” <strong>de</strong> la comunidad primitiva. Así como los profetas en el Antiguo Testamento,legitmiban a los reyes Davídicos, los cristianos, en virtud <strong>de</strong>l Espíritu, reconocía el mesianismo escatológico <strong>de</strong>Jesús. Cf. Ibíd., p.407.72


CAPÍTULO IIIDe la cuestión <strong>de</strong> la filiación <strong>de</strong>l Mesías al <strong>problema</strong> <strong>de</strong> <strong>su</strong>autoridad. Exégesis <strong>de</strong> Marcos 12,35-371. La cuestión sobre la i<strong>de</strong>ntidad o la cuestión sobre <strong>su</strong> autoridad1.1. Tradiciones mesiánicas y experiencia <strong>de</strong> Jesús<strong>El</strong> mesianismo cristiano se fragua en aquella más amplia diversidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollosy movimientos mesiánicos judíos. No sólo se remonta a las mismas fuentes escriturísticas sinotambién se nutre <strong>de</strong> los imaginarios que expresaban, mediante tipos o figuras, tradicionespopulares y religiosas que <strong>de</strong> alguna manera pretendían dar esperanza frente a la <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncianacional, o contestar el propio sistema <strong>de</strong> dominación romano en el convulso siglo primero enPalestina. Figuras davídicas –con correlatos históricos– calzaban mejor con ese último móvil,mientras que figuras más escatológicas –que también podían ser davídicas– buscaban dar unanueva luz a todo aquel caos, en torno a la Gran Revuelta judía. Los acentos no eranexclusivos, pues se podían entreverar, haciendo difícil sino imposible, dar con fórmulas fijas.<strong>El</strong> evangelio <strong>de</strong> Marcos fue una <strong>de</strong> las primeras expresiones mesiánicas cristianas en la cualconfluirían distintas tradiciones e imágenes, tomadas <strong>de</strong> <strong>su</strong> entorno cultural y religioso. Sucontexto histórico sería el mismo <strong>de</strong> 2 Baruc y <strong>de</strong> 4 Esdras, cerca <strong>de</strong> los acontecimientos <strong>de</strong>laño 70 a.C., cuando también <strong>su</strong>rjan lí<strong>de</strong>res rebel<strong>de</strong>s a quienes se les atribuían rasgos realesmesiánicos.A pesar <strong>de</strong> todo, el cristianismo marcano hun<strong>de</strong> <strong>su</strong>s raíces en la “tradiciónapostólica” post-pascual, lo cual trastoca y transforma todas aquellas imágenes y tradicionesmesiánicas vistas en el capítulo anterior. La especificidad mesiánica en el evangelio <strong>de</strong>Marcos no está exenta <strong>de</strong> una comprensión genuinamente judía, que usa los recursos que <strong>su</strong>propia tradición brinda, sin embargo, la novedad <strong>de</strong> Jesús dinamiza y relanza las nociones <strong>de</strong>‘mesías’, bajo la unicidad <strong>de</strong> Jesús. ‘Cristo’ es una experiencia <strong>de</strong> Dios cuya vocación últimaes ser comunicada, o transmitida, mediante unas formas propias <strong>de</strong>l medio en que <strong>su</strong>rgió. Noobstante, tales formas no fueron simples cascarones, sino que están en íntima relación conaquella experiencia. Se podría <strong>de</strong>cir que le son intrínsecas. Por tanto, un estudio exegéticoteológico<strong>de</strong>l mesianismo en Marcos, no pue<strong>de</strong> prescindir, si se quiere ser más certero en <strong>su</strong>73


aproximación, <strong>de</strong> aquellas nociones que se fueron armando conforme a los tiempos, ni <strong>de</strong>aquellos modos <strong>de</strong> interpretarlas y actualizarlas. De ahí la importancia <strong>de</strong>l capítulo anterior.Marcos 12,35-37 entraña esas dos dimensiones –noción e interpretaciónmesiánicas– a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> fungir como una especie <strong>de</strong> nodo don<strong>de</strong> confluyen varios recursosmesiánicos que el evangelista toma para po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>cir la experiencia <strong>de</strong> Jesús. En ese sentido, elpasaje es momento –o espacio– crítico, no sólo porque confronte o rechace un ‘mesías’davídico en términos político-militares, sino porque retoma diversas imágenes mesiánicaspara dar una nueva comprensión en conexión con el relato <strong>de</strong> la pasión. Nos podríamosanticipar, y lanzar la hipótesis <strong>de</strong> que el trabajo redaccional <strong>de</strong> Marcos tenga como propósito–a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> <strong>su</strong> claro acento en el discipulado– en reforzar una interpretación mesiánica <strong>de</strong> lapasión. Esto es la interpretación <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica <strong>de</strong> Jesús necesariamente mediadapor la Cruz. De acuerdo con Rudolf Pesch, Marcos recibe y trabaja ese relato, por lo que no esinverosímil que todo el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l relato <strong>de</strong>l evangelio vaya remachando con correctivos ycon los ‘anuncios <strong>de</strong> la pasión’, esa i<strong>de</strong>ntidad mesiánica correctamente entendida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lapasión y la re<strong>su</strong>rrección. Esto será siempre un aspecto ineludible en el estudio <strong>de</strong> Marcos, sinembargo, quedan otros aspectos ligados a esa i<strong>de</strong>ntidad que <strong>de</strong>ben ser explorados.1.2. I<strong>de</strong>ntidad o exousía: pautas metodológicasEn este capítulo se intentará esclarecer, a partir <strong>de</strong> la exegésis <strong>de</strong> Marcos 12, 35-37, la noción <strong>de</strong> Mesías a la que quiere llegar el evangelista, quien no se <strong>su</strong>bstrae <strong>de</strong> latradición mesiánica <strong>de</strong>l judadísmo palestino <strong>de</strong>l primer siglo. <strong>El</strong> camino a recorrer, <strong>de</strong>bido a lanaturaleza <strong>de</strong> la investigación, se inclinará por el método <strong>de</strong> la ‘historia <strong>de</strong> la redacción’, sinembargo, se hará hincapié –llegado el momento– en la propia metodología <strong>de</strong> interpretación<strong>de</strong>rásica que el propio evangelista utilizó en la composición <strong>de</strong> la perícopa. A partir <strong>de</strong>lestudio <strong>de</strong> D. Daube –sin la intención <strong>de</strong> adscribirse aquí a <strong>su</strong> hipótesis– se sospecha que eltexto alberge alguna forma típica judía haggádica <strong>de</strong> interpretación. Para este capítulo,tomando como base el trabajo <strong>de</strong> Agustín <strong>de</strong>l Agua, se tratará <strong>de</strong> evi<strong>de</strong>nciar más esas marcashermenéuticas. A todo ello, viene aunada la construcción semítica que <strong>de</strong>vela la perícopa y <strong>su</strong>contexto. La consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> esos elementos pue<strong>de</strong> arrojar una nueva luz a la comprensióncristológica <strong>de</strong>l evangelio <strong>de</strong> Marcos. En la medida <strong>de</strong> lo posible, los re<strong>su</strong>ltados se iráncotejando con estudios exegéticos relativamente recientes, haciendo énfasis en las raícesvetero-testamentarias e inter-testamentarias <strong>de</strong> dicha cristología.¿A qué se quiere llegar particularmente con este estudio? Ciertamente, a través <strong>de</strong>la perícopa parece que se busca mostrar una a<strong>de</strong>cuada comprensión <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica74


<strong>de</strong> Jesús –al mismo tiempo <strong>de</strong> dar con una mejor comprensión <strong>de</strong>l Mesías a partir <strong>de</strong> Jesús. Lafiliación davídica, característica tradicional <strong>de</strong>l Mesías, si no es rechazada en la perícopa, <strong>su</strong>comprensión se pone en cuestión o, por lo menos <strong>de</strong>bería matizarse. Varios autores <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>nque ‘Hijo <strong>de</strong> David’ como título o carácter mesiánico es simplemente in<strong>su</strong>ficiente. De ahí laconcurrencia <strong>de</strong> otras filiaciones, como por ejemplo ‘Hijo <strong>de</strong>l Hombre’ o ‘Hijo <strong>de</strong> Dios’, enconsonancia con la relectura cristiana <strong>de</strong> la tradición <strong>de</strong>l ‘Siervo Sufriente’ <strong>de</strong>l <strong>de</strong>utero Isaías.Ahora bien, ¿no se busca indicar algo más? ¿Habrá algo que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l propiocontexto <strong>de</strong> la perícopa se quiera recalcar? A lo largo <strong>de</strong>l Evangelio, y <strong>de</strong> un modo másintenso en el contexto previo al <strong>de</strong> la perícopa, constantemente se está aludiendo a laautoridad <strong>de</strong> Jesús. ¿Qué mensaje se quiere <strong>de</strong>jar? ¿Cuál, pues, sería el fundamento <strong>de</strong> <strong>su</strong>autoridad en todo caso? La i<strong>de</strong>ntidad mesiánica <strong>de</strong> Jesús en el Evangelio está en relacióníntima con <strong>su</strong> mensaje y hechos. Éstos, <strong>de</strong> acuerdo con el conjunto <strong>de</strong> la obra, expresan oindican la cercanía <strong>de</strong>l Reino <strong>de</strong> Dios. Es así, que el Reino –o reinado– <strong>de</strong> Dios no es unaspecto fortuito o accesorio <strong>de</strong> la actividad e i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> Jesús (cf. Mc 1,14-15). La i<strong>de</strong>ntidad<strong>de</strong>l Mesías por tanto ha <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un horizonte más amplio, que no se reduce aun momento histórico, como eran los intentos <strong>de</strong> reivindicación <strong>de</strong> la soberanía nacional. Escierto que la teoría <strong>de</strong>l ‘secreto mesiánico’ ha <strong>de</strong>fendido que tal i<strong>de</strong>ntidad se fraguó <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> la experiencia <strong>de</strong> Pascua, pero el anuncio pre-pascual <strong>de</strong>l Reino, que es la buena noticia <strong>de</strong>lpropio Jesús, le ha configurado ya como agente enviado <strong>de</strong> Dios. La cuestión entonces escómo enten<strong>de</strong>r a ese Mesías. La filiación davídica, sobreentendida en el título ‘Mesías’,adquiere una nueva connotación al relacionarse con el Reino ‘escatológico’ <strong>de</strong> Dios. <strong>El</strong>lo pi<strong>de</strong>reformular la filiación <strong>de</strong>l Mesías, quien no es ya un lí<strong>de</strong>r político, ‘Hijo <strong>de</strong> David’, sino ‘Hijo<strong>de</strong> Dios’. Entre tanto, a propósito <strong>de</strong>l llamado ‘secreto mesiánico’, hoy se <strong>su</strong>ele sostener queen Marcos se busca compren<strong>de</strong>r esa i<strong>de</strong>ntidad mesiánica a partir <strong>de</strong>l ‘relato <strong>de</strong> la pasión’,estableciendo como criterio el ‘camino <strong>de</strong> la cruz’ para el creyente. Sin negar esto último, esai<strong>de</strong>ntidad se compren<strong>de</strong> también en el contraste con otras imágenes que la propia perícopa encuestión, como Marcos 13,5-7.21-22, parece insinuar. Cada imagen remite a un tipo <strong>de</strong>autoridad mesiánica. A lo largo <strong>de</strong>l relato, dos autorida<strong>de</strong>s, dos tipos <strong>de</strong> ‘reinos’, se vancontraponiendo, hasta alcanzar <strong>su</strong> culmen en Marcos 15. Para Marcos el Reino <strong>de</strong> Dios noencajaba en una tentativa <strong>de</strong> reino mesiánico <strong>de</strong> tipo político, sino en un nuevo or<strong>de</strong>n má<strong>su</strong>niversal, que se hizo próximo con Jesús –¿tendrá Marcos 12,35-37 algo que ver con todoeso? Por consiguiente, vale la pena explorar la autoridad <strong>de</strong> Jesús en el contexto <strong>de</strong> losdiálogos en el Templo, en conexión con <strong>su</strong> propia i<strong>de</strong>ntidad como Mesías.75


Por ahora, se iniciará con un análisis lingüístico y sincrónico <strong>de</strong> la perícopa, paraluego a<strong>de</strong>ntrarse en las estrategias <strong>de</strong> redacción en torno a ésta que se puedan percibir en eltexto y contexto. Luego en <strong>su</strong> segundo momento, como ya se indicó, se <strong>su</strong>brayarán las líneasteológicas según la comprensión <strong>de</strong>l redactor en consonancia con la totalidad <strong>de</strong>l Evangelio.2. Análisis exegético <strong>de</strong> Marcos 12,35-37Este gran apartado se centrará en el análisis <strong>de</strong>l texto, intentando escudriñar laintencionalidad <strong>de</strong>l evangelista. <strong>El</strong> objetivo primordial no es llegar a una hermenéutica actual,don<strong>de</strong> se recurra prepon<strong>de</strong>rantemente a metodologías sincrónicas, en especial a las <strong>de</strong> cuñonarrativo, sino más bien, sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>l todo aquellas, el objetivo será levantar el posiblesentido original <strong>de</strong>l texto en <strong>su</strong> composición. Por tanto, como se acaba <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir, el método alcual se ten<strong>de</strong>rá es al <strong>de</strong> la ‘historia <strong>de</strong> la redacción’, por ser el más a<strong>de</strong>cuado a la naturaleza<strong>de</strong>l presente trabajo. Por lo <strong>de</strong>más, se trabajará con el texto griego.Marcos 12,35-37:v.35 a Καὶ ἀποκριθεὶς ὁ Ἰησοῦς ἔλεγεν διδάσκων ἐν τῷ ἱερῷ·b πῶς λέγουσιν οἱ γραμματεῖς ὅτι ὁ χριστὸς υἱὸς Δαυίδ ἐστιν;v.36 a αὐτὸς Δαυὶδ εἶπεν ἐν τῷ πνεύματι τῷ ἁγίῳ·b εἶπεν κύριος τῷ κυρίῳ μου· κάθου ἐκ δεξιῶν μου,c ἕως ἂν θῶ τοὺς ἐχθρούς σου ὑποκάτω τῶν ποδῶν σου.v.37 a αὐτὸς Δαυὶδ λέγει αὐτὸν κύριον,b καὶ πόθεν αὐτοῦ ἐστιν υἱός;c Καὶ [ὁ] πολὺς ὄχλος ἤκουεν αὐτοῦ ἡδέως2.1. Aspectos <strong>de</strong> crítica textual<strong>El</strong> texto es bastante uniforme en las distintas versiones y manuscritos, salvo unaanomalía en el versículo 36b con la cita <strong>de</strong>l Salmo 110,1 (LXX 109,1). Al parecer Marcos usala Septuaginta, pero modifica ὑποπόδιον por ὑποκάτω, es <strong>de</strong>cir, en lugar <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir “bajo elestrado <strong>de</strong> <strong>su</strong>s pies”, dice “<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> <strong>su</strong>s pies”. De acuerdo con el aparato crítico <strong>de</strong> la edición<strong>de</strong>l Nuevo Testamento Griego Nestle-Aland, ὑποκάτω se halla en los manuscritos “unciales”Co<strong>de</strong>x Vaticanus (B) y en el Bezae (D), 1 por mencionar los más importantes, mientras queὑποπόδιον se encuentra en el Co<strong>de</strong>x Sinaiticus ‏(א)‏ y en el Alejandrino (A). 2 B. Metzger1 A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l Diatesarón, el “uncial” W, el manuscrito “minúsculo” 28, leccionario l1353 y versiones en siriacoy copto.2 En K, L, X, Δ, Θ, Π, Ψ, en varios “minúsculos” y la mayoría <strong>de</strong> los textos “bizantinos”.76


sostiene que ὑποπόδιον en Lucas 20,43 y en Hechos 2,35 son lecturas posteriores, que corrigena Marcos <strong>de</strong> acuerdo con la Septuaginta. 3 Entre tanto, Marcos ya ha usado ὑποκάτω en 6,11 y7,28, con otro sentido evi<strong>de</strong>ntemente. A pesar <strong>de</strong> ello, ambas formas – ὑποκάτω e ὑποπόδιον–indican <strong>su</strong>stancialmente el sentido <strong>de</strong> ‘someterle a <strong>su</strong>s enemigos’. No obstante, eso queaparentemente no tiene ningún truco, pue<strong>de</strong> indicar, según J. Marcus, 4 la amalgama <strong>de</strong>l Salmo110,1 con el Salmo 8,7, que sí usa ὑποκάτω en la versión <strong>de</strong> los LXX, y con un sentidosimilar. 5 Más a<strong>de</strong>lante se abordará con mayor <strong>de</strong>talle; por ahora, era sólo lanzar talposibilidad, que explicaría ese peculiar uso, pre<strong>su</strong>ntamente más antiguo, en lugar <strong>de</strong>l usocorrecto conforme a la Septuaginta.2.2. Delimitación <strong>de</strong>l textoLa perícopa se halla en los relatos que narran las discusiones <strong>de</strong> Jesús en elTemplo, con las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Jerusalén, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Marcos 11,27. Estas discusiones a <strong>su</strong> vezforman parte <strong>de</strong> una unidad mayor que compren<strong>de</strong> a Jesús en Jerusalén (cf. Mc 11,1ss), quienfrecuenta el Templo y <strong>su</strong>s inmediaciones en tres ocasiones (cf. Mc 11,11.15.27), alternandocon <strong>su</strong>s idas a Betania, don<strong>de</strong> seguramente estaba hospedado. Aún así, la propia perícopa, enrazón <strong>de</strong> <strong>su</strong> temática, hace volver la vista hacia la curación <strong>de</strong>l ciego Bartimeo en Jericó, <strong>de</strong>camino a Jerusalén, y don<strong>de</strong> Jesús es llamado “Hijo <strong>de</strong> David” (Mc 10,46-52).La perícopa está precedida inmediatamente por Marcos 12, 28-34 y seguida porMarcos 12,38-40. Ambas perícopas adyacentes conllevan temáticas distintas. Una se refiere aldiálogo <strong>de</strong> Jesús con un escriba acerca <strong>de</strong>l mandamiento principal, mientras que en la otra,Jesús dirige una fuerte crítica contra los escribas. Marcos 12,35-37 se enfoca en la cuestión <strong>de</strong>la filiación davídica <strong>de</strong>l Mesías. La permanencia <strong>de</strong> personajes –o alusiones a los mismos enel caso <strong>de</strong> los escribas– da continuidad al relato, el cual parece ambientarse en lasinmediaciones <strong>de</strong>l Templo; el versículo 35a quiere <strong>de</strong>jarlo claro. A pesar que en las tre<strong>su</strong>nida<strong>de</strong>s yuxtapuestas se trate la relación –y luego la posición– <strong>de</strong> Jesús con respecto a losescribas, las temáticas difieren. 63 Metzger, B. A textual commentary on the greek New Testament. New York: United Bible Societies, 1971, p.95.4 Cf. Marcus, J. The Way of the Lord. Christological Exegesis of the Old Testament in the Gospel of Mark.Louisville: Westminster/John Knox Press, 1992, p.134.5 <strong>El</strong> Salmo 8,7 (LXX 8,6): πάντα ὑπέταξας ὑποκάτω τῶν ποδῶν αὐτοῦ.6 Aunque Mc 12,35-37 pueda verse como una crítica a la doctrina <strong>de</strong> los escribas sobre el Mesías, mientras que aMc 12,38-40, como una crítica a <strong>su</strong> doble moral, y así sostener una unidad temática que incluya ambos grupos <strong>de</strong>versículos, el acento no recae en el tema <strong>de</strong> los “escribas”, sino –por lo menos en el caso <strong>de</strong> Mc 12,35-37– en lacuestión <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica, como seguimiento a temas <strong>de</strong> peso teológico que se abren paso a partir <strong>de</strong> Mc11,27.77


Un indicio lexical <strong>de</strong> tal <strong>de</strong>limitación es el uso <strong>de</strong> los típicos conectores –oconjunciones <strong>de</strong> enlace– que usa Marcos entre las perícopas. <strong>El</strong> uso <strong>de</strong> καὶ, en los versículos35a y en 37c, muestra físicamente los cortes que conforman la unidad, y que al mismo tiempoenganchan con las perícopas inmediatas. Se podría argüir que el versículo 37c pueda formarparte más bien <strong>de</strong> la unidad siguiente, como una especie <strong>de</strong> introducción expectante alversículo 38ss, pero éste vuelve a usar la misma conjunción con el sentido e intención <strong>de</strong> darinicio a otro a<strong>su</strong>nto, eso sí, siempre en el contexto <strong>de</strong> la función pedagógica <strong>de</strong> Jesús en eltemplo, puesto que en el versículo 35a se usa διδάσκων y en el versículo 38a se recurre aδιδαχῇ. <strong>El</strong> hecho <strong>de</strong> volver hacer hincapié en esa situación, es <strong>de</strong>cir, la <strong>de</strong> Jesús ‘enseñando’,<strong>de</strong>nota que otro a<strong>su</strong>nto quiere ponerse bajo la enseñanza <strong>de</strong> Jesús.Por otra parte, la perícopa da continuidad a una serie <strong>de</strong> disputas y diálogosteológicos con las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Jerusalén. Sin embargo, la perícopa no confronta esta vez aninguna autoridad directamente, pues Jesús se dirige ahora a la muchedumbre que le ha idoescuchando. Pue<strong>de</strong> sostenerse luego, que Marcos 12,35-37 se pensó como puente <strong>de</strong> enlace,no obstante, <strong>su</strong> contenido es <strong>de</strong> vital importancia teológica como para ser sólo una perícopa <strong>de</strong>paso.2.3. Vocabulario y aspectos morfo-sintácticos<strong>El</strong> pequeño texto consta <strong>de</strong> sesenta y tres palabras, <strong>de</strong> las cuales, docecorrespon<strong>de</strong>n a formas verbales –contando dos participios–, luego se tiene quince <strong>su</strong>stantivos,tres adjetivos, tres adverbios, cuatro preposiciones, seis conjunciones –hay cuatro ‘καὶ’–,nueve pronombres –predominando la tercera persona singular– y el resto, pequeñas partículas,en <strong>su</strong> mayoría artículos.No hay un tiempo verbal que se imponga, sólo que al inicio y al final (vv.35a,37c), el verbo principal se halla en pretérito imperfecto –ἔλεγεν y ἤκουεν respectivamente–,constituyéndose así, el marco narrativo que encierra el discurso <strong>de</strong> Jesús. En el discurso hayuso <strong>de</strong> presente indicativo y <strong>de</strong> aoristo. Se constata pues, el cambio <strong>de</strong> tiempo verbal cuandose pasa <strong>de</strong>l relato a la forma discursiva. La concentración <strong>de</strong> aoristos alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la cita(Salmo 110,1) en el versículo 36 indica la función narrativa <strong>de</strong> Jesús <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>su</strong> discurso.Dentro <strong>de</strong> la cita, hay otros modos verbales, κάθου y ἕως ἂν θῶ, imperativo y aoristo<strong>su</strong>bjuntivo, cuyo <strong>su</strong>jeto es Dios mismo.Por otro lado, llama la atención la concentración <strong>de</strong> participios en el versículo35a: Καὶ ἀποκριθεὶς ὁ Ἰησοῦς ἔλεγεν διδάσκων ἐν τῷ ἱερῷ. Debido al carácter redundante <strong>de</strong> la78


primera frase, M. Zerwick i<strong>de</strong>ntifica allí un pleonasmo. 7 Es probable que <strong>su</strong> uso sea pormotivos <strong>de</strong> estilística y sirva también <strong>de</strong> conexión con el versículo anterior, en el cual se da aenten<strong>de</strong>r la presencia <strong>de</strong> un público ‘que no se atrevió a preguntarle más’ –<strong>de</strong> ahí que sigaἀποκριθεὶς, 8 en un sentido <strong>de</strong> dar respuesta o proseguir. Sin embargo, este participio aparececatorce veces en el Evangelio <strong>de</strong> Marcos, y siempre está ligado a un verbo conjugado queimplique <strong>de</strong>cir o respon<strong>de</strong>r. 9 Por tanto, parece que se trata <strong>de</strong> una fórmula idiomática que bienpodría catalogarse como semitismo, y no necesita referirse a un diálogo prece<strong>de</strong>nte. 10 Lasegunda frase, que pue<strong>de</strong> traducirse ‘mientras enseñaba en el Templo’, contiene un participiocuya función en la frase es adverbial, comportándose así como una frase <strong>su</strong>bordinada. Portanto toda la construcción <strong>de</strong>l versículo 35a, sirve <strong>de</strong> marco narrativo, a la vez que <strong>de</strong>marca laperícopa.Con respecto a los <strong>su</strong>stantivos que se encuentran el texto, pue<strong>de</strong> observarse quemuchos <strong>de</strong> ellos se repiten en el contexto <strong>de</strong> la perícopa. Pese a lo pequeña, ésta alberga unvocabulario bastante significativo. Un caso obvio es la referencia al Templo en el versículo35a, puesto que la perícopa se ambienta en ese sitio, a partir <strong>de</strong> las discusiones con lasautorida<strong>de</strong>s (cf. Mc 11,27). La frase ἐν τῷ ἱερω (‘en el Templo’), aparece sólo dos veces másen el relato <strong>de</strong>l Templo (cf. Mc 11, 15b.27) –y luego en Marcos 14,49. Sin embargo hay otrasreferencias, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ese gran relato, bajo formas en acusativo y en genitivo (cf. Mc11,11.15a.16). En relación con los interlocutores <strong>de</strong> Jesús, ὁ ὄχλος (la muchedumbre), aparecevarias veces en los relatos <strong>de</strong>l Templo (cf. Mc 11,18.32; 12,12.37.41). 11 En ese contexto, lamuchedumbre sigue a Jesús, per<strong>su</strong>adiendo a los lí<strong>de</strong>res que se oponen a él. En la perícopa sehace referencia a otro grupo que ya se ha rozado con Jesús previamente. En efecto, ‘losescribas’ (οἱ γραμματεῖς), conforman un grupo concurrente en el contexto <strong>de</strong> la perícopa. EnMarcos 12,38 son objeto <strong>de</strong> una fuerte crítica por parte <strong>de</strong> Jesús. Con frecuencia se les ve‘junto con los sacerdotes y los ancianos’, como en Marcos 11,18.27 (a<strong>de</strong>más cf. Mc 8,31;10,33; 14,1.53). Esa asociación refiere a las autorida<strong>de</strong>s judías <strong>de</strong> Jerusalén. De ahí, que en elrelato sean parte <strong>de</strong> los adversarios <strong>de</strong> Jesús, salvo en el caso <strong>de</strong> Marcos 12,28ss, don<strong>de</strong>, εἷςτῶν γραμματέων (‘uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong> los escribas’), atien<strong>de</strong> con interés los argumentos <strong>de</strong> Jesús.7 Zerwick, M; Grossvenor, M. Análisis Gramatical <strong>de</strong>l Griego <strong>de</strong>l Nuevo Testamento. Estella: Verbo Divino,2008, p. 174.8 <strong>El</strong> participio tiene forma pasiva, pero al ser un verbo <strong>de</strong>ponente se lee como activo.9 Cf. Mc 3,33;6,37;8,29;9,5.19;10,3.24.51;11,22;14,48;15,2.12.10 Wallace, D.B. The Basics of New Testament Syntax. Grand Rapids: Zon<strong>de</strong>rvan, 2000, p. 282-283.11 Hay aproximadamente 34 menciones directas a ‘la muchedumbre’ en todo el Evangelio <strong>de</strong> Marcos.79


Ahora bien, el texto contiene tres menciones a “David”, relacionadas con la<strong>su</strong>puesta filiación davídica <strong>de</strong>l Mesías, que parece cuestionarse. Aquí entonces, el <strong>problema</strong>no es la confrontación con las autorida<strong>de</strong>s per se, representadas ahora por los ‘escribas’, sinoque en el contexto <strong>de</strong> la confrontación con esos grupos, se aprovecha para colocar el <strong>problema</strong><strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l mesías. En el versículo 35b, la oración <strong>su</strong>bordinada ὅτι ὁ χριστὸς υἱὸς Δαυίδἐστιν; “[…] que el Cristo es hijo <strong>de</strong> David?”, plantea el <strong>problema</strong>. En Marcos ‘Cristo’ apareceotras cuatro veces (Mc 8,29; 13,21; 14,61; 15,32), más dos veces en genitivo (cf Mc 1,1;9,41). Exceptuando Mc 12,35 y 13,21 –la cual habla <strong>de</strong> falsos mesías– la mayoría <strong>de</strong> lospasajes compren<strong>de</strong>n el término como un título inherente a Jesús, <strong>su</strong>sceptible <strong>de</strong> ganar nuevosmatices, como en Marcos 14,61. La i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> Jesús es mesiánica, <strong>de</strong> ello no hay duda, puesen el prólogo como en la confesión <strong>de</strong> Pedro (Mc 8,29), no hay espacio para equívocos. Sinembargo, en la perícopa, a propósito <strong>de</strong> la <strong>su</strong>puesta filiación davídica, <strong>su</strong>rge en seguida laduda <strong>de</strong> si ‘Hijo <strong>de</strong> David’ aparece allí como título.Se podría argumentar que ‘hijo <strong>de</strong> David’ no fuera propiamente un títulocristológico, <strong>de</strong>bido a la ausencia <strong>de</strong> artículo. En el primer capítulo se abordó este <strong>problema</strong>secundario, pero como se dijo allí, ‘Hijo <strong>de</strong> David’ es un predicado nominal, por lo tanto, nonecesariamente ha <strong>de</strong> llevar <strong>de</strong> nuevo el artículo. Por otro lado, es innegable la tradición <strong>de</strong> lafiliación davídica <strong>de</strong>l Mesías <strong>de</strong> la cual ya hay noticia en Salmo <strong>de</strong> Salomón 17, 21. ‘Hijo <strong>de</strong>Hombre’, por ejemplo, se constituyó como título <strong>de</strong>bido a la tradición apocalíptica-mesiánicaque había <strong>de</strong>trás. Por otro lado, la mención más clara <strong>de</strong> ese apelativo como título en el pasaje<strong>de</strong> la curación <strong>de</strong> Bartimeo (Mc 10,46-52), justo antes <strong>de</strong> la entrada <strong>de</strong> Jesús a Jerusalén y los<strong>su</strong>bsiguientes acontecimientos en el Templo, <strong>su</strong>giere que la perícopa tiene relación con esaespecífica acepción. Allí Jesús es llamado dos veces “Hijo <strong>de</strong> David”, en vocativo (υἱὲ ΔαυὶδἸησοῦ). Se ha argumentado que el título se compren<strong>de</strong> mejor en la tradición que relaciona aSalomón, ‘Hijo <strong>de</strong> David’, con curaciones y exorcismos, según el testimonio <strong>de</strong> Flavio Josefoen Antigüeda<strong>de</strong>s Judías 5,45 (Ant. 8.2.5) y luego <strong>de</strong>l escrito apócrifo Testamento <strong>de</strong>Salomón; 12 más aún, una <strong>de</strong> las características <strong>de</strong> los lí<strong>de</strong>res rebel<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los movimientospopulares mesiánicos <strong>de</strong>l siglo I en Palestina, era la <strong>de</strong> poseer propieda<strong>de</strong>s taumatúrgicas, 13con lo cual, por libre asociación, se podría concluir que Jesús, en cuanto lí<strong>de</strong>r mesiánico, querealizaba milagros, era <strong>su</strong>sceptible <strong>de</strong> aquella calificación. No obstante, no hay pruebasfehacientes que aboguen por esa asociación. Parece, más bien, que en realidad se está12 Cf. Meier, John. Un judío marginal. Nueva visión <strong>de</strong>l Jesús histórico. Estella: Verbo Divino, 2000, vol. II/2, p.794.13 Cf. Scar<strong>de</strong>lai, D. Movimentos messiânicos no tempo <strong>de</strong> Je<strong>su</strong>s. São Paulo: Paulus, 1998, p.122.80


consi<strong>de</strong>rando ‘hijo <strong>de</strong> David’, como título aplicado al Mesías. Más a<strong>de</strong>lante se profundizarámás en ello. Vale recordar que fuera <strong>de</strong> esas dos perícopas, no hay indicio <strong>de</strong> esa tradición, es<strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> la filiación davídica, salvo Mc 11,9-10 que lo sobreentien<strong>de</strong>.La cuestión <strong>de</strong> la filiación mesiánica en la perícopa se ve reforzada por el uso <strong>de</strong>‘hijo’. Ύιὸς aparece veinte veces, <strong>de</strong> las cuales dieciocho se refieren a Jesús; <strong>de</strong> éstas, diez sonpara ‘Hijo <strong>de</strong>l hombre’, seis están asociadas al ‘Padre’ o a Dios, 14 y dos a David. Por tanto, elvocablo tiene especial relación en el Evangelio con la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica <strong>de</strong> Jesús. En laperícopa, éste está presente al inicio y al final, pero no en el marco narrativo, sino en eldiscurso <strong>de</strong> Jesús. Se insiste en si el Cristo es hijo <strong>de</strong> David. Más aún, el uso <strong>de</strong> los adverbiosinterrogativos πῶς y πόθεν parece dar un nuevo matiz a la cuestión. Πῶς significa ‘¿cómo?’,mientras que πόθεν significa ‘¿<strong>de</strong> dón<strong>de</strong>?’, ‘¿cómo?’ o ‘¿por qué?’. De acuerdo con elcontexto <strong>de</strong> la perícopa, M. Zerwick traduce el primer adverbio como “¿así que <strong>de</strong> dón<strong>de</strong>?” o“¿cómo es que?”, 15 mientras que con respecto a πόθεν, W. Haubeck y H. von Siebenthalentien<strong>de</strong>n “¿cómo es posible?”. 16 <strong>El</strong> uso <strong>de</strong> los adverbios <strong>su</strong>giere –en lugar <strong>de</strong> una negación–la necesidad <strong>de</strong> una nueva comprensión <strong>de</strong> lo planteado. Un uso similar <strong>de</strong> la fórmula καὶπόθεν se halla en Lucas 1,43, dón<strong>de</strong> la pregunta, allí, pi<strong>de</strong> expresamente una explicación, portanto se pue<strong>de</strong> traducir perfectamente con el ‘¿cómo es posible?’ propuesto.Por último, hacia el interior <strong>de</strong> la perícopa, entre los versículos 36b y 37a, hay unaconcentración <strong>de</strong> la palabra ‘Señor’ –κύριος refiriéndose a Yahveh, por <strong>su</strong> parte κυρίῳ μου yκύριον, a Cristo. Es cierto que ya la cita <strong>de</strong> Salmo 110,1 (LXX 109,1), alberga dos veces lapalabra, pero la repetición en el versículo 37a, acentúa <strong>su</strong> uso. Diecisiete veces se halla en elEvangelio <strong>de</strong> Marcos. 17 Lo interesante es el uso que se da en el Evangelio. La palabrasignifica ‘señor’, ‘dueño’, ‘amo’. Aunque más a<strong>de</strong>lante se <strong>de</strong>sarrollará el aspecto semántico,no <strong>de</strong>ja llamar la atención que en la mayoría <strong>de</strong> los casos el término refiera tanto a Dios comoa Jesús; a veces <strong>de</strong> una manera muy <strong>su</strong>til para este último como por ejemplo en el pasaje <strong>de</strong> lacuración <strong>de</strong> la hija <strong>de</strong> la sirofenicia (Mc 7,28) o cuando Jesús manda a <strong>su</strong>s discípulos a buscarun borriquillo para luego entrar en Jerusalén (Mc 11,3), y otras veces <strong>de</strong> manera expresa (Mc16,19; aunque este texto es un añadido bastante posterior). También llama la atención cómo14 En Mc 1,1 aparece ‘Hijo <strong>de</strong> Dios’ en genitivo, dándole un matiz divino al título ‘Cristo’. Esa <strong>de</strong>signación estáausente en los manuscritos mayúsculos א Θ, mientras que en B y D, está presente. Cf. Metzger. A textualcommentary on the greek..., p.62.15 Zerwick, M. Análisis Gramatical…, p.178.16 Haubeck, W., Siebenthal, H. von. Nova chave linguística do Novo Testamento Greco. São Paulo: Hagnos,2009, p. 356.17 Cf. Mc 1,3;11,9;12,11;16,20 (en genitivo); Mc 2,28;5,19;11,3;12,9.29.36;13,20.35;16,19 (en nominativo); Mc12,30.37 (en acusativo); Mc 12,36 (en dativo); Mc 7,28 (en vocativo).81


<strong>de</strong> una manera aparentemente inocente se usa, “dueño <strong>de</strong> la viña” para representar a Dios enla parábola <strong>de</strong> los viñadores asesinos (Mc 12,9), y luego más tar<strong>de</strong>, en el discursoescatológico, se use “dueño <strong>de</strong> la casa” para el Hijo <strong>de</strong>l Hombre (Mc 13,35), <strong>de</strong> quien ya sehabía dicho que era “dueño <strong>de</strong>l sábado” (Mc 2,28). De pronto, el término se torna ambiguo,pues lo que originalmente aplicaba a Yahveh, ahora en Marcos pue<strong>de</strong> referir a Jesús, como enel caso <strong>de</strong> la cita <strong>de</strong> Isaías 40,3 en Marcos 1,3, don<strong>de</strong> se alu<strong>de</strong> a Juan Bautista y a <strong>su</strong> misión <strong>de</strong>preparar el camino para el “Señor”. Ahora, en nuestra perícopa, ‘Señor’ atañe al Cristo, entanto carácter mesiánico. David, llama al Mesías ‘Señor’. <strong>El</strong>lo es posible ‘en espíritu Santo’(ἐν τῷ πνεύματι τῷ ἁγίῳ), 18 es <strong>de</strong>cir, por inspiración o influjo divino, 19 así como Juan prometeque va a ser el bautismo <strong>de</strong>l Mesías (Mc 1,8).2.4. Estructura y contexto estructural <strong>de</strong>l textoConviene ahora <strong>de</strong>stacar, antes <strong>de</strong> profundizar en el contenido semántico y en lahistoria <strong>de</strong> la redacción <strong>de</strong> la perícopa, la estructura propia <strong>de</strong>l texto, y ver <strong>su</strong> articulaciónestructural con <strong>su</strong> contexto. Distinguir bien los relieves presentes allí, pue<strong>de</strong> ayudar aesclarecer el panorama, y así lograr una comprensión más próxima acerca <strong>de</strong> los acentosteológicos <strong>de</strong>l evangelista.2.4.1. Estructura interna <strong>de</strong> la perícopa<strong>El</strong> texto posee una construcción concéntrica –rasgo típico <strong>de</strong> la retórica semítica<strong>de</strong> Marcos– don<strong>de</strong> los versículos 35a y 37c fungen como encuadre. Ambos versículos remitena una situación <strong>de</strong> enseñanza en el templo. Por un lado, se sitúa a Jesús, “enseñando en elTemplo”, y <strong>de</strong> ese modo queda integrada la perícopa en la serie <strong>de</strong> relatos en torno al Temploy Jerusalén. Por otro lado, al otro extremo, se presenta los <strong>de</strong>positarios <strong>de</strong> <strong>su</strong>s enseñanzas, la“muchedumbre” que “le escuchaba con agrado”, que también conectan con las perícopasprece<strong>de</strong>ntes en tanto se constituyen, en todo el contexto, como antítesis <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>sjudías (cf. Mc11,18; 12,12). Luego, en el corazón <strong>de</strong> la perícopa, está la cita <strong>de</strong>l Salmo 110,1.De acuerdo con J. Marcus 20 la estructura resalta <strong>de</strong> la siguiente manera:18 Aunque, <strong>de</strong> acuerdo con Mc 5,2.6, también el hombre <strong>de</strong> Gerasa, ἐν πνεύματι ἀκαθάρτῳ, reconoce la filiacióndivina <strong>de</strong> Jesús.19 Cf. Zerwick. Análisis Gramatical…, p.178.20 Marcus, J. Mark 8-16. New Haven: Yale University Press, 2009, p.849. Nota: La mayoría <strong>de</strong> los exégetasactuales coinci<strong>de</strong>n en esa estructuración. Aquí se retoma eso que ya está consen<strong>su</strong>ado, sin embargo el análisis yla corroboración <strong>de</strong> la estructura interna son fruto <strong>de</strong>l presente trabajo.82


A 35a Καὶ ἀποκριθεὶς ὁ Ἰησοῦς ἔλεγεν διδάσκων ἐν τῷ ἱερῷB 35b πῶς λέγουσιν οἱ γραμματεῖς ὅτι ὁ χριστὸς υἱὸς Δαυίδ ἐστινC 36a αὐτὸς Δαυὶδ εἶπεν ἐν τῷ πνεύματι τῷ ἁγίῳD 36b εἶπεν κύριος τῷ κυρίῳ μου, κάθου ἐκ δεξιῶν μου,36c ἕως ἂν θῶ τοὺς ἐχθρούς σου ὑποκάτω τῶν ποδῶν σουC’ 37a αὐτὸς Δαυὶδ λέγει αὐτὸν κύριονB’ 37b καὶ πόθεν αὐτοῦ ἐστιν υἱός;A’ 37c Καὶ [ὁ] πολὺς ὄχλος ἤκουεν αὐτοῦ ἡδέωςEsta construcción presenta una simetría concéntrica total, muy bien trabada notanto por uso repetitivo <strong>de</strong> lexemas, como por la organización <strong>de</strong> los sintagmas. <strong>El</strong> marconarrativo funciona como <strong>de</strong>limitador <strong>de</strong> la perícopa, como <strong>de</strong>l logion <strong>de</strong> Jesús. Los verbos enimperfecto, y la relación didáctica entre Jesús y la muchedumbre dan ese acento. Dentro <strong>de</strong>ese marco, se estructura simétricamente el discurso <strong>de</strong> Jesús.Primero en los versículos 35b y 37b, los adverbios interrogativos πῶς y πόθενjunto con el <strong>su</strong>stantivo υἱὸς y el verbo ἐστιν, forman una inclusión explícita, en forma <strong>de</strong>pregunta. En ambos versículos se <strong>problema</strong>tiza la doctrina –<strong>de</strong> los escribas– acerca <strong>de</strong> lafiliación davídica <strong>de</strong>l Mesías. Después, en el siguiente nivel, los versículos 36a y 37a, formanuna breve construcción narrativa, don<strong>de</strong>, en boca <strong>de</strong> Jesús, se plantea el meollo <strong>de</strong>l <strong>problema</strong>.En ambos versículos hay inclusión <strong>de</strong> αὐτὸς Δαυὶδ εἶπεν/ λέγει (‘el mismo David dijo/dice’). Enlos dos casos se tienen oraciones transitivas cuyo objeto directo podría verse comoequivalente, 21 es <strong>de</strong>cir, κύριον re<strong>su</strong>me lo que ha sido aludido en la cita <strong>de</strong>l Salmo 110,1.Curiosamente, si se <strong>de</strong>svincula el versículo 36a, <strong>de</strong> esa cita (v.36bc), se pue<strong>de</strong> observar comoambos versículos conforman una especie <strong>de</strong> paralelismo sintético o progresivo. <strong>El</strong> segundosintagma ἐν τῷ πνεύματι τῷ ἁγίῳ (‘en el Espíritu Santo’), <strong>de</strong>l versículo 36a, es condición <strong>de</strong> un<strong>de</strong>sarrollo ulterior, a saber, <strong>de</strong> que David llamara al Mesías ‘Señor’. Entonces, en la preguntaparece albergarse la solución, o al menos la clave para ello. Por último, en el centro <strong>de</strong> laperícopa, la cita <strong>de</strong> Salmo 110,1 –y <strong>su</strong> pre<strong>su</strong>nta alusión a Salmo 8,7– David, según elentendimiento <strong>de</strong> la época, llama al Mesías “mi Señor”. Aunque parezca que el enfoque estáen esa <strong>de</strong>signación, es <strong>de</strong>cir, en función a la i<strong>de</strong>ntidad ensalzada <strong>de</strong>l Mesías, la cita tambiénrecoge la acción divina <strong>de</strong> poner “a <strong>su</strong>s enemigos bajo <strong>su</strong>s pies” (v.36c). Más a<strong>de</strong>lante, en elanálisis semántico, se ahondará en el sentido <strong>de</strong> esa cita <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la perícopa y en <strong>su</strong>contexto.21 <strong>El</strong> objeto directo <strong>de</strong> v.36a vendría a ser la propia cita.83


2.4.2. Contexto estructural <strong>de</strong> la perícopaAhora bien, las perícopas <strong>su</strong>bsiguientes –sobre el juicio a los escribas y sobre laofrenda <strong>de</strong> la viuda– <strong>de</strong> Marcos 12,38-44, parecen dar continuidad a la instrucción <strong>de</strong> Jesús enel Templo, puesto que en la introducción <strong>de</strong>l llamado ‘discurso escatológico’ (Mc 13,1ss),Jesús sale <strong>de</strong>l Templo y está al parecer sólo con <strong>su</strong>s discípulos. Hay pues, un cambio <strong>de</strong> lugary personajes, con lo cual se ha dado comienzo a otra unidad mayor.De acuerdo con la división y estructuración <strong>de</strong> Ra<strong>de</strong>rmakers que se expuso en elprimer capítulo, Marcos 12,35-37 está inserto en una gran etapa que abarca Marcos 10,32hasta Marcos 13,37, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tercer anuncio <strong>de</strong> Jesús <strong>de</strong> <strong>su</strong> pasión, mientras <strong>su</strong>bía aJerusalén, hasta el final <strong>de</strong>l discurso escatológico. Esa etapa, titulada por Ra<strong>de</strong>rmakers “<strong>El</strong>Juicio <strong>de</strong> Jerusalén - <strong>El</strong> Reino <strong>de</strong> David”, consta <strong>de</strong> tres juicios, a <strong>su</strong> vez titulados: “<strong>El</strong> Juicio<strong>de</strong> Jerusalén en actos: la entrada mesiánica <strong>de</strong> Jesús” (Mc 11,1-25); “<strong>El</strong> Juicio <strong>de</strong> Jerusalén enpalabras: disputas teológicas” (Mc 11,27-12,34); y un tercero escatológico “Los discursosacerca <strong>de</strong> la venida <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong>l Hombre” (Mc 13). 22 Los dos primeros juicios conforman unaunidad estructural, encuadrada por una introducción, que narra los acontecimientos previos ala entrada <strong>de</strong> Jesús en Jerusalén (Mc 10,32-52) y una conclusión titulada “La últimaenseñanza en el Templo” (Mc 12,35-44). Nuestra perícopa queda así ubicada en la parteconclusiva <strong>de</strong> esa unidad; por otra parte, la sección <strong>de</strong> los discursos escatológicos quedaafuera.Sin embargo, hay un consenso generalizado en <strong>de</strong>limitar esa gran sección, quecompren<strong>de</strong> la entrada <strong>de</strong> Jesús en Jerusalén, y los diálogos en el Templo, a partir <strong>de</strong> Marcos11,1, 23 quedando Marcos 10,46-52, como pasaje <strong>de</strong> transición, y Marcos 10,32-45 –queincluye el tercer anuncio <strong>de</strong> la pasión, y la petición <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> Zebe<strong>de</strong>o–, formando parte<strong>de</strong> otra unidad estructural, en paralelismo con Marcos 10,30-37 –que correspon<strong>de</strong> al segundoanuncio <strong>de</strong> la pasión, y la discusión acerca <strong>de</strong> quién era el mayor entre los discípulos. <strong>El</strong>lo,también reorienta la ubicación <strong>de</strong> Marcos 12,35-37; S.H. Smith, bajo un esquema <strong>de</strong>dialéctica narrativa, que resalta “la relación <strong>de</strong> Jesús con <strong>su</strong>s oponentes”, sitúa la perícopa enuna construcción concéntrica cuyo centro es el pasaje sobre ‘el mandamiento principal’, yestando en relación simétrica con Marcos 12,18-27, pues en éste “los oponentes” intentan22 Cf. Ra<strong>de</strong>rmakers, J. La bonne <strong>de</strong> Je<strong>su</strong>s selon saint Marc. 1. Texte. Bruxelles: Institut d’Etu<strong>de</strong>s Theologiques,1974, pp. 49-57.23 Cf. Smith, Stephen H., The Literary Structure of Mark 11,1-12,40, en: Orton, D. E (ed.). The Composition ofMark’s Gospel. Lei<strong>de</strong>n: Brill, 1999, pp.171, 173. Véase también: Pesch, R. Il Vangelo…, p. 269.84


idiculizar la doctrina <strong>de</strong> la re<strong>su</strong>rrección en contra <strong>de</strong> Jesús, mientras en Marcos 12,35-37,Jesús ridiculiza la enseñanza <strong>de</strong> <strong>su</strong>s “oponentes”, con respecto a la filiación <strong>de</strong>l Mesías. 24A pesar <strong>de</strong> todo, la propuesta <strong>de</strong> Ra<strong>de</strong>rmakers es muy interesante pues da pistasque ayudan a compren<strong>de</strong>r la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica planteada en Marcos 12,35ss. No obstante,Marcos 12,32-45 y Marcos 12,38-44, no entrarían a formar parte <strong>de</strong> esa estructura quecompren<strong>de</strong> Marcos 12,35-37. 25 <strong>El</strong> marco lo compondrán Marcos 10,46-52 y el propio Marcos12,35-37, <strong>de</strong>bido a una relación <strong>de</strong> prolepsis y analepsis entre las dos construcciones. Enmedio <strong>de</strong> ambas hay toda una reorganización <strong>de</strong>l material tradicional, vislumbrándose dosgra<strong>de</strong>s estructuras. Pese a que una estructuración así <strong>de</strong> amplia, pue<strong>de</strong> levantar sospechas, <strong>de</strong>querer forzar algo que <strong>de</strong> repente no fue pensado <strong>de</strong> ese modo, vale la pena el esfuerzo porqueindica focos semánticos, muy <strong>su</strong>gerentes, que luego se irán a corroborar en este trabajo. Porahora, basta ubicar la perícopa en todo ese andamiaje <strong>de</strong> textos.<strong>El</strong> ciego Bartimeo reconoce al Hijo <strong>de</strong> David (10, 46-52)A. Bendito el viene en el nombre <strong>de</strong>l Señor/ Entrada en Jerusalén (11,1-10)B. La higuera estéril (11,11-14)C. Expulsión <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>dores/ Templo:Casa <strong>de</strong> oración para todas las naciones (11,15-18)B’. La higuera seca (11,19-22)A’. La fe y la oración/ Perdón <strong>de</strong>l Padre (11,23-25)A. La autoridad <strong>de</strong> Jesús / ¿Con qué autoridad haces esto? (11,27-33)B. Los viñadores asesinos/ La piedra <strong>de</strong>sechada es ahora la piedra angular (12,1-12)C. La cuestión <strong>de</strong>l tributo/ Dios y César (12,13-17)B’. La re<strong>su</strong>rrección <strong>de</strong> los muertos/ Dios <strong>de</strong> vivos (12,18-27)A’. <strong>El</strong> primer mandamiento/ Jesús respon<strong>de</strong> con autoridad (12,28-34)<strong>El</strong> Mesías, Hijo y Señor <strong>de</strong> David (12,35-37)Con algunos retoques, y <strong>de</strong> forma abreviada, la anterior es la estructura quevislumbra Ra<strong>de</strong>rmakers. Ciertamente hay inconsistencias, puesto que no hay para todos loscasos inclusión <strong>de</strong> términos o miembros sinonímicos, que amarren con mayor contun<strong>de</strong>nciatal estructura. No obstante, es <strong>su</strong>ficiente para percibir relieves que guardan una cierta simetríapor lo menos a un nivel semántico. Según esa doble construcción concéntrica que se pue<strong>de</strong>apreciar en Marcos 11,1-25 y en Marcos 11,27-12,34 –que correspon<strong>de</strong> al juicio <strong>de</strong> Jerusalén24 Smith, S.H. The Literary Structure…, pp. 185-186. En tal construcción Marcos 12,13-17 y 12, 38-40,quedarían como extremos.25 A pesar <strong>de</strong> ello, sería interesante la coinci<strong>de</strong>ncia entre Mc 10,35-45 con 12,38-40 –que correspon<strong>de</strong>n a lapetición <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> Zebe<strong>de</strong>o <strong>de</strong> “sentarse uno a <strong>su</strong> <strong>de</strong>recha y otro a <strong>su</strong> izquierda, y a la actitud <strong>de</strong> los escribasque ocupan “los primeros asientos”–, pues mostraría en qué consiste la autoridad <strong>de</strong>l Mesías en contraposicióncon una posible lectura triunfalista y política en torno al ‘Hijo <strong>de</strong> David’. En ambas perícopas, las oracionesβλέπετε ἀπὸ τῶν γραμματέων τῶν θελόντων πρωτοκαθεδρίας ἐν ταῖς συναγωγαῖς (Mc 12:38-39) y θέλομεν[…] ἐκ δεξιῶν καὶ εἷς ἐξ ἀριστερῶν καθίσωμεν ἐν τῇ δόξῃ σου (Mc 10:35.37) hacen inclusión, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> haceralusión a Marcos 12,36b.85


en hechos y luego en palabras, respectivamente– cada núcleo presenta a Jesús en <strong>su</strong>s dosfacetas, características <strong>de</strong> <strong>su</strong> misión. Por un lado, en Marcos 11,15-18, en el pasaje acerca <strong>de</strong>la expulsión <strong>de</strong> los ven<strong>de</strong>dores <strong>de</strong>l Templo, se muestra a Jesús actuando; por otro lado, enMarcos 12,13-17, Jesús, confronta esas mismas autorida<strong>de</strong>s, con <strong>su</strong> palabra. Así mismo, en elprimer núcleo, Jesús critica el culto <strong>de</strong>l Templo, 26 al citar Isaías 56,7 y Jeremías 7,11 en elversículo 17, mientras que, en el segundo núcleo, Jesús mediante un recurso sapiencial, poneen otro plano la potestad <strong>de</strong> Dios, sin que concurra con la terrenal <strong>de</strong>l César.Ahora, ¿qué tiene que ver Marcos 12,35-37 en esos a<strong>su</strong>ntos? La perícopa, según<strong>su</strong> contexto se sitúa en un área periférica, sin embargo trata un tema <strong>de</strong>stacado en todo elEvangelio <strong>de</strong> Marcos, como el <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica <strong>de</strong> Jesús, el cual se indica en elprólogo (1,1), en <strong>su</strong> bautizo en el Jordán (1,11), en la confesión mesiánica <strong>de</strong> Pedro (8,29), en<strong>su</strong> transfiguración (9,7b), en <strong>su</strong> entrada a Jerusalén (11,9-10), en <strong>su</strong> reafirmación frente alSanedrín, aludiendo otra vez al Salmo 110,1 (14,62), y en el momento <strong>de</strong> <strong>su</strong> muerte (15,29b).Quizás la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica no sea un aspecto ausente en esos núcleos, y tan sólo se hayaperdido <strong>de</strong> vista. Quizás, esa i<strong>de</strong>ntidad más bien adquiere un nuevo contenido, aunque allí nose trate explícitamente. Marcos 12,35-37, hace inclusión con el pasaje <strong>de</strong> la curación <strong>de</strong>l ciegoBartimeo (10,46-52), por la mención al ‘Hijo <strong>de</strong> David’ y la presencia <strong>de</strong> ‘la muchedumbre’,la cual en el primer pasaje, junto con <strong>su</strong>s discípulos, sigue Jesús (Καὶ ἐκπορευομένου αὐτοῦ ἀπὸἸεριχὼ καὶ τῶν μαθητῶν αὐτοῦ καὶ ὄχλου ἱκανοῦ). Esa alineación periférica pue<strong>de</strong> más bienapuntar hacia una nueva intelección <strong>de</strong> esa <strong>de</strong>signación mesiánica ‘Hijo <strong>de</strong> David’, la cualimplique la cuestión <strong>de</strong> la ‘autoridad’ <strong>de</strong>l Mesías. Bartimeo apela a la autoridad davídica,mientras que en el otro extremo se cuestiona.Hacia <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la estructura, lo que se preten<strong>de</strong>ría, por tanto, es dar con elfundamento y sentido <strong>de</strong> tal autoridad. De ese modo, los núcleos antes mencionados,refuerzan una comprensión universal y escatológica <strong>de</strong> esa autoridad. En ese sentido estaríanapuntando a la soberanía o Reinado <strong>de</strong> Dios, como fundamento último <strong>de</strong> esa autoridad. 27Por tanto, Marcos 12,35-37, en cuanto hace parte <strong>de</strong> ese encuadre exterior, remitea ese <strong>de</strong>sarrollo teológico interior, procurando pistas y un <strong>de</strong>sarrollo mayor a lo que se planteay <strong>de</strong>l alguna forma respon<strong>de</strong> internamente. A continuación se abordará un examen máspormenorizado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el ámbito semántico sobre el propio texto griego, <strong>de</strong>sarrollando con26 Crítica que se halla reforzada textualmente por las dos perícopas adyacentes, que contienen la imagen <strong>de</strong> lahiguera que no produce frutos y que se seca.27 Gnilka, en <strong>su</strong> comentario al pasaje <strong>de</strong> ‘la expulsión <strong>de</strong> los ven<strong>de</strong>dores <strong>de</strong>l Templo’, concluye “es <strong>de</strong> <strong>su</strong>ponerque la intervención en el tráfico <strong>de</strong>l templo <strong>de</strong>bía remitir simbólicamente al nuevo templo escatológico quevendrá con el reino <strong>de</strong> Dios”. Gnilka, J. <strong>El</strong> Evangelio según San Marcos, vol. 2 p.153.86


mayor <strong>de</strong>tenimiento algunos rasgos y elementos que la estructura ha ido <strong>de</strong>stacando.enfocando la autoridad mesiánica y señorío <strong>de</strong> Dios, como una clave omnipresente en toda lasección <strong>de</strong>l Templo.2.5. Análisis SemánticoLa tarea consistirá en verificar la <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> los temas y relieves <strong>de</strong>tectados en elanálisis estructural. Tanto el que se va a llevar a cabo, como el prece<strong>de</strong>nte, ya van e irándando noticia <strong>de</strong> los elementos y pistas redaccionales. En esa medida se van <strong>de</strong>velando lasestrategias <strong>de</strong> composición en torno a Marcos 12.35-37. Al final <strong>de</strong>l presente análisis, ya setendrán más elementos y criterio para ver si esa i<strong>de</strong>ntidad mesiánica, propuesta en elEvangelio, en términos <strong>de</strong> filiación, tiene aún un fundamento ulterior y primero. La tarea seráprobar si la autoridad mesiánica y el señorío <strong>de</strong> Dios, son la clave omnipresente en toda lasección <strong>de</strong>l Templo.2.5.1. Claves semánticas <strong>de</strong>l textoEn Marcos 12,35-36, siguiendo el criterio <strong>de</strong> afinidad semántica, los vocablospue<strong>de</strong>n agruparse <strong>de</strong> la siguiente manera:ἀποκριθεὶς ὁ Ἰησοῦςἔλεγενδιδάσκωνλέγουσιν οἱ γραμματεῖςἤκουενὁ ὄχλοςἡδέωςἐν τῷ ἱερῷἐστιν ὁ χριστὸςυἱὸςΔαυίδ;πῶςεἶπενΔαυὶδἐν τῷ πνεύματιτῷ ἁγίῳεἶπενκύριοςτῷ κυρίῳ μουλέγειΔαυὶδαὐτὸν κύριονκάθου [τῷ κυρίῳ]ἐκ δεξιῶν μουθῶ [ἔγω= ὁ κύριος]τοὺς ἐχθρούςὑποκάτωτῶν ποδῶν σουἐστινυἱόςαὐτοῦ;καὶ πόθενSituación didáctica Cuestión i<strong>de</strong>ntitaria Autoridad87


En cada columna <strong>de</strong>l cuadro anterior se pue<strong>de</strong> observar tres <strong>su</strong>b-columnas. La <strong>de</strong>la izquierda correspon<strong>de</strong> a acciones y a verbos copulativos –típicos <strong>de</strong> oraciones conpredicado nominal–, la <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha, refiere tanto a los personajes que interactúan en el breverelato, como a figuras/imágenes o personas/grupos, aludidos en la perícopa. En una ubicaciónintermedia están colocadas las circunstancias o condiciones que ligan una y otra <strong>su</strong>b-columna.Cada agrupación correspon<strong>de</strong> a un campo semántico i<strong>de</strong>ntificado en el texto. Llama laatención como cada grupo coinci<strong>de</strong> con los niveles estructurales concéntricos <strong>de</strong> la perícopa.a) Situación didácticaSe <strong>de</strong>tecta pues un conjunto <strong>de</strong> palabras, en el encuadre narrativo <strong>de</strong> la perícopa,que se relacionan con el templo y con la actividad didáctica <strong>de</strong> Jesús. Sin embargo, elversículo 35b, que ya no hace parte <strong>de</strong> ese marco, está imbricado con éste, en cuanto que a los‘escribas’ se les adscribe la doctrina <strong>de</strong> la filiación davídica <strong>de</strong>l ‘Cristo’. De ahí, que el uso <strong>de</strong>λέγουσιν (‘dicen’), también ha implicado una enseñanza. Regresando al marco narrativo,vemos los verbos ἔλεγεν y ἤκουεν (vv. 35a.37c) que establecen el sentido <strong>de</strong> la escena, don<strong>de</strong>Jesús ‘<strong>de</strong>cía’ y la muchedumbre ‘escuchaba’; el participio διδάσκων (‘enseñante’), la frase ἐντῷ ἱερῷ (‘en el Templo’), y el efecto <strong>de</strong> esa actividad en la muchedumbre, ἡδέως (‘conagrado’), contribuyen a dar ese tenor.b) Cuestión i<strong>de</strong>ntitariaLuego, en lo que correspon<strong>de</strong> a la parte narrativa <strong>de</strong>l discurso <strong>de</strong> Jesús, se pue<strong>de</strong>advertir la presencia <strong>de</strong>l vocablo υἱὸς que se relaciona con David y con Cristo. Empero, hayun pequeño giro, pues ‘Cristo’, bajo la condición <strong>de</strong> la inspiración divina, se alinea conκύριον. Entre tanto, el verbo ἐστιν, al inicio y al final <strong>de</strong> ese grupo, refuerza el sentido <strong>de</strong>i<strong>de</strong>ntidad en esos vocablos. Los adverbios πῶς y πόθεν ponen por <strong>su</strong> parte el sentido <strong>de</strong> duda y<strong>de</strong> replanteamiento <strong>de</strong> la filiación aludida.<strong>El</strong> elemento ἐν τῷ πνεύματι τῷ ἁγίῳ (‘en el Espíritu Santo’) que indica inspiracióndivina <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la comprensión profética, viene siendo como la condición para que Davidconfiese la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l Mesías. Al parecer la imagen <strong>de</strong> un David inspirado por el Espírituno es exclusiva <strong>de</strong>l cristianismo pues, como apunta J. Marcus, ésta se remonta a 2 Samuel23,2, y luego es encontrada en Qumrán y la literatura rabínica. 28 No obstante, el uso <strong>de</strong> esaimagen en la forma tradicional que alberga la perícopa, remite a una tradición cristiana.28 Marcus, J. Mark 8-16, p. 846. De acuerdo con el autor textos como 11Q Psª 27,2-4 y, <strong>de</strong>l Talmud babilónico,b. Ber. 4b; b. ‘Arak. 15b.88


Siguiendo a J. Marcus, 29 pue<strong>de</strong> notarse un sorpren<strong>de</strong>nte paralelismo con Romanos 1,3-4,porque “según la carne” (κατὰ σάρκα), Jesús <strong>de</strong>scendía <strong>de</strong> David, por lo tanto era Hijo <strong>de</strong>David, pero fue “constituido Hijo <strong>de</strong> Dios con po<strong>de</strong>r según el Espíritu <strong>de</strong> santidad” (τοῦὁρισθέντος υἱοῦ θεοῦ ἐν δυνάμει κατὰ πνεῦμα ἁγιωσύνης), en alusión a <strong>su</strong> re<strong>su</strong>rrección, y porconsiguiente “Je<strong>su</strong>cristo [es] Señor nuestro” (Ιησοῦ Χριστοῦ τοῦ κυρίου ἡμῶν). De ese modo,‘Hijo <strong>de</strong> David’ estaría en el nivel ‘<strong>de</strong> la carne’, mientras que ‘Hijo <strong>de</strong> Dios’ –presentetácitamente en la perícopa– y ‘Señor’ refieren al nivel ‘<strong>de</strong>l Espíritu’. La i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l Mesíasha <strong>de</strong> ubicarse en esos dos planos, prevaleciendo, ciertamente, el último. 30 Curiosamente,re<strong>su</strong>enan en uno y en el otro texto, ‘nuestro Señor’, y ‘mi Señor’. Ambas fórmulas admiten unsentido <strong>de</strong> reconocimiento, implicado en la profesión <strong>de</strong> fe que se <strong>de</strong>slinda <strong>de</strong> ellas. Pero ¿quéo quién se reconoce? Más aún, ¿cómo (πῶς) se le reconoce? La cuestión <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidadmesiánica parece dar paso hacia la cuestión <strong>de</strong> la autoridad mesíanica.c) Autoridad<strong>El</strong> último grupo reúne vocablos que tienen que ver con el ejercicio y la investidura<strong>de</strong> autoridad. Correspon<strong>de</strong> al centro <strong>de</strong> la perícopa y, por tanto, a la cita <strong>de</strong>l Salmo 110,1(v.36bc). La frase εἶπεν κύριος τῷ κυρίῳ μου, cuyas palabras se citaban en el anterior camposemántico, son <strong>su</strong>sceptibles <strong>de</strong> ser puestas nuevamente en este otro grupo, así como elversículo 37a, pues ambos lugares la referencia a ‘Señor’, da un tono <strong>de</strong> autoridad. Por tanto,allí <strong>su</strong>ce<strong>de</strong>, en la ambivalencia <strong>de</strong> esos elementos, un cambio, una ruptura que lleva laatención <strong>de</strong> la cuestión <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica hacia <strong>su</strong> propia autoridad y fundamento.Mientras tanto, los verbos usados allí, el imperativo κάθου y el <strong>su</strong>bjuntivo aoristoθῶ, tienen un carácter <strong>de</strong> ultimidad, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> <strong>de</strong>signio divino y <strong>de</strong> promesa escatológicarespectivamente. <strong>El</strong> “siéntate a mi <strong>de</strong>recha”, implica la entronización <strong>de</strong>l Mesías por la cualDavid se dirige a él como “Señor”, según la interpretación que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong>l texto, quei<strong>de</strong>ntifica la voz <strong>de</strong>l salmista con David. En ese nuevo contexto, la entronización esclaramente escatológica, por tanto la autoridad allí dada tiene el mismo valor. En cuanto alsegundo elemento, “hasta que ponga a tus enemigos <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> tus pies”, refuerza aún más esaautoridad que se manifiesta en ese nuevo tiempo. Lo más interesante, no obstante, es el autor<strong>de</strong> todo ello. <strong>El</strong> Mesías es, en ese momento, un <strong>su</strong>jeto pasivo, quien recibe la acción <strong>de</strong>l“Señor”. Dios por tanto es el fundamento <strong>de</strong> <strong>su</strong> autoridad, y <strong>de</strong> igual forma <strong>su</strong> <strong>de</strong>signio y29 I<strong>de</strong>m.30 Con ello, ni el autor, J. Marcus, ni aquí se busca adherirse sin más a las posturas conciliadoras –como la <strong>de</strong>F.Hahn y <strong>su</strong> teoría <strong>de</strong> la Cristología <strong>de</strong> ‘dos niveles’, según se vio en el primer capítulo– con respecto al títulodavídico en la perícopa, que quieren fundamentarse justamente en Rm 1,3-4. <strong>El</strong> foco no es propiamente el títulosino la i<strong>de</strong>ntidad, y luego <strong>su</strong> comprensión y fundamento.89


voluntad. La filiación, luego, retrotrayéndose al campo semántico anterior, adquiere otromatiz. La filiación davídica <strong>de</strong>l Mesías queda sometida a <strong>su</strong> i<strong>de</strong>ntidad escatológica como“Hijo <strong>de</strong> Dios”. Haciendo eco inmediatamente en pasajes antes mencionados queexplícitamente hacen alusión a esa condición mesiánica en Marcos. No obstante, lo central enla perícopa, apunta más hacia <strong>su</strong> autoridad, y por en<strong>de</strong>, a <strong>su</strong> actividad como Mesías, a lo largo<strong>de</strong>l Evangelio y, especialmente, en esta gran sección <strong>de</strong>l Templo.En el versículo 36bc, por la contraposición <strong>de</strong> los elementos κάθου ἐκ δεξιῶν μου –sobreentendiendo a τῷ κυρίῳ (v.36a)– y θῶ τοὺς ἐχθρούς ὑποκάτω τῶν ποδῶν σου, se ilustra bienla relación entre la autoridad <strong>de</strong>l Mesías y la autoridad <strong>de</strong> <strong>su</strong>s <strong>de</strong>tractores, <strong>su</strong>s “enemigos”.Éstos, por la acción divina <strong>de</strong> entronizar al Mesías, quedan sometidos ahora a <strong>su</strong> autoridad.Hay pues una especie <strong>de</strong> dialéctica en la cita que hace volver la vista hacia atrás, en especial alos diálogos <strong>de</strong> Jesús con las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Templo. Ciertamente, la cita <strong>de</strong>l Salmo en esemedio marcano, admite una lectura escatológica, según la cual la <strong>su</strong>jeción <strong>de</strong> los “enemigos”,represente el sometimiento <strong>de</strong>l mal universal, en los “días” <strong>de</strong> la venida gloriosa <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong>lHombre, según Marcos 13, 24-27. Sin embargo, el contexto <strong>de</strong> la perícope también <strong>su</strong>giereaquella otra lectura.Hacia el interior <strong>de</strong> la perícopa, al seguir la lógica <strong>de</strong> <strong>su</strong> construcción simétrica, seobserva que los campos semánticos arriba i<strong>de</strong>ntificados se or<strong>de</strong>nan así: Situación <strong>de</strong>enseñanza → I<strong>de</strong>ntidad Mesiánica → Autoridad Mesiánica. Des<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vistanarrativo, pue<strong>de</strong> notarse que la voz que prima en el primer campo es la <strong>de</strong>l autor implícito,mientras que en el segundo campo, irrumpe el discurso <strong>de</strong> Jesús, que el relato resalta, y luegoen el núcleo, es la voz <strong>de</strong> Dios que habla al Mesías, que David, en cuanto autor <strong>de</strong>l salmocitado, brevemente introduce. <strong>El</strong> fundamento <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro Mesías, y <strong>de</strong> <strong>su</strong> autoridad envirtud <strong>de</strong> la cual actúa, es la propia acción <strong>de</strong> Dios que le or<strong>de</strong>na ‘sentarse a <strong>su</strong> <strong>de</strong>recha’ y‘pone a <strong>su</strong>s enemigos bajo <strong>su</strong>s pies’. Por tanto, la centralidad es el reinado escatológico <strong>de</strong>Dios, que irrumpe con el Mesías. Ese sentido va ahora a ser el criterio para enten<strong>de</strong>r lasacciones <strong>de</strong> Jesús en y entorno al Templo.2.5.2. Resonancias semánticas <strong>de</strong>l contextoVuélvase ahora la mirada hacia el contexto <strong>de</strong> la perícopa, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ‘la autoridadmesiánica’ y ‘el reinado escatológico <strong>de</strong> Dios’, como doble eje semántico. En esa gransección ‘<strong>de</strong>l Templo’, que según la <strong>de</strong>limitación <strong>de</strong> Ra<strong>de</strong>rmakers, podría abarcar <strong>de</strong>s<strong>de</strong>Marcos 10,32 hasta el capítulo 12,44 –pero que bien podría partir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Marcos 11,1, con la90


entrada <strong>de</strong> Jesús en Jerusalén– se hallan varias resonancias que <strong>de</strong>velan esas dos clavessemánticas a lo largo <strong>de</strong>l texto.Primero, una imagen con una significativa carga <strong>de</strong> autoridad marca el inicio ycasi el final <strong>de</strong> esas escenas ligadas a Jerusalén y al Templo. En efecto, una figura mesiánicarepresentada como “aquel que viene en el nombre <strong>de</strong>l Señor” (ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου)en Marcos 11,9b, y quien previamente había sido i<strong>de</strong>ntificado como ‘Hijo <strong>de</strong> David’ (Mc10,47b.48c), re<strong>su</strong>rge como <strong>problema</strong> en Marcos 12,35, conformándose así una especie <strong>de</strong>inclusión.Al parecer, algo se quiere indicar con respecto al Mesías, y <strong>de</strong> ahí la mención a‘David’ como símbolo <strong>de</strong> promesa. Su filiación davídica queda claramente indicada al inicio<strong>de</strong> la sección, con la aclamación a Jesús, compuesta por la doble cita <strong>de</strong>l Salmo 118,25-26 y 2Samuel 7,16 (Mc 11,9-10), justo antes <strong>de</strong> <strong>su</strong> entrada ‘mesiánica’ en Jerusalén y en el Templo.A<strong>de</strong>más, la alusión a Zacarías 9,9, termina <strong>de</strong> acentuar el sentido mesiánico <strong>de</strong> esa imagen <strong>de</strong>Jesús, entrando a Jerusalén sobre un “jumento”. Entonces, la pregunta por la filiación davídicaen Marcos 12,35 no es fortuita, pues remite directamente a esa visión tradicional acerca <strong>de</strong>lMesías. Mientras tanto, Jesús es <strong>de</strong>signado ‘Señor’, en el versículo 3, aparentemente sinninguna trascen<strong>de</strong>ncia cristológica; pero más a<strong>de</strong>lante en el mismo pasaje se recurre a‘Señor’, y esta vez refiriéndose a Dios, lo cual pue<strong>de</strong> levantar <strong>su</strong>spicacias <strong>de</strong> si con ello, sequiera i<strong>de</strong>ntificar <strong>de</strong> algún modo a Jesús con Dios, quizás en términos <strong>de</strong> filiación, teniendoen cuenta como trasfondo la cita <strong>de</strong>l Salmo 110 en Marcos 12,35ss. Ahora bien, todo lo queestá comprendido entre Marcos 11,12 y 12,34, no hace ninguna referencia explícita a tali<strong>de</strong>ntidad, hasta el punto que pueda pensarse que hay un cambio <strong>de</strong> a<strong>su</strong>nto –o <strong>de</strong> a<strong>su</strong>ntos–,siguiéndose simplemente una secuencia narrativa la cual va hilvanando hechos y temáticasdiversas. Con todo, ese cúmulo <strong>de</strong> contenidos adquiere una nueva luz si se le relaciona con lai<strong>de</strong>ntidad mesiánica encarnada en Jesús, y viceversa.Siguiendo la construcción simétrica propuesta por Ra<strong>de</strong>rmakers, en la primera<strong>su</strong>b-estructura, que compren<strong>de</strong> Marcos 11,1-26, en <strong>su</strong> primera capa, llama la atención comoen el versículo 10 τοῦ πατρὸς ἡμῶν Δαυίδ (‘<strong>de</strong> nuestro padre David’) entra en juego dialécticocon ὁ πατὴρ ὑμῶν (‘nuestro Padre’) <strong>de</strong>l versículo 25. Por un lado a David se le llama ‘padre’y, por otro, Dios es <strong>de</strong>signado como Padre. Entorno a esas figuras, hay dos situaciones, que noestán necesariamente contrapuestas, pues ambas se dirigen a Dios; en el primer caso se atisbauna práctica ritual o litúrgica, en cuanto se entona el “¡Hosanna!”, y en el segundo caso, seapunta a la práctica <strong>de</strong> oración (ὅταν στήκετε προσευχόμενοι). Hechas esas conexiones, <strong>su</strong>rge91


pues, la pregunta <strong>de</strong> si el advenimiento <strong>de</strong>l Mesías se podría equiparar con la gloria <strong>de</strong>l Padre“que está en los cielos” (ὁ ἐν τοῖς οὐρανοῖς), o para plantearlo <strong>de</strong> otra manera, ¿existe laintención <strong>de</strong>l autor <strong>de</strong> contrastar el “reino que viene <strong>de</strong> nuestro padre David”, con la gloriaceleste <strong>de</strong>l Padre? Esto recuerda aquello que está implícito en Marcos 12,35-37, a saber, elcontraste entre el ‘Hijo <strong>de</strong> David’ con el ‘Señor <strong>de</strong> David’ quien comparte el trono celeste conel ‘Señor’. <strong>El</strong> contraste no <strong>su</strong>prime necesariamente a la otra figura, sino que pue<strong>de</strong> <strong>su</strong>scitar enésta una nueva comprensión. Quizás lo que se quiere trasmitir sea que el advenimiento <strong>de</strong>lMesías es escatológico.Por otra parte, curiosamente en Marcos 11,9b, la fórmula en dativo que aparece en<strong>su</strong> segundo segmento, ἐν ὀνόματι κυρίου (‘en nombre <strong>de</strong>l Señor’), se usa siete veces en elEvangelio, 31 y en todas, exceptuando este caso, refieren a Jesús, más concretamente, a laacción <strong>de</strong>l discípulo ‘en nombre <strong>de</strong> Jesús’, sea recibiendo a los niños, realizando prodigios, o‘dando <strong>de</strong> beber’. Tal fórmula implica la autorización –salvo Marcos 13,6 – <strong>de</strong> realizar talesobras. Como se infiere en esos pasajes, no es que sea una licencia que controle Jesús, o quesea una prerrogativa <strong>de</strong> <strong>su</strong>s discípulos, sino que nace <strong>de</strong>l fundamento <strong>de</strong> la propia autoridad <strong>de</strong>quien ha sido enviado. La fórmula implica a Jesús, pero al mismo tiempo apunta hacia laautoridad <strong>de</strong>l Padre. Marcos 9,37 <strong>de</strong>scribe bien esa relación: “el que recibe a un niño como aéste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, no me recibe a mí sino a aquelque me envió”. Por tanto el fundamento <strong>de</strong> esa acción está en ‘aquel que me envió’ (τὸνἀποστείλαντά με). En Juan 5,43 hay dos réplicas <strong>de</strong> la fórmula, haciendo eco precisamente <strong>de</strong>ese sentido.Hacia el interior se alinean las parábolas que refieren a ‘la higuera’, en torno aMarcos 11,15-19, cuyo núcleo, como ya se había indicado, es el versículo 17c, es <strong>de</strong>cir, la cita<strong>de</strong> Isaías 56,7. Allí “casa <strong>de</strong> oración para las naciones” (οἶκος προσευχῆς κληθήσεται πᾶσιν τοῖςἔθνεσιν) se contrapone con “cueva <strong>de</strong> ladrones” (σπήλαιον λῃστῶν), conformándose así unparalelismo antitético. En el fondo, se está cuestionando la autoridad <strong>de</strong> los lí<strong>de</strong>res <strong>de</strong>lTemplo; ello explica <strong>su</strong> reacción: καὶ ἐζήτουν πῶς αὐτὸν ἀπολέσωσιν (‘y buscaban cómomatarle’; v.18). <strong>El</strong> acto profético <strong>de</strong> Jesús es muy elocuente en ese sentido. Así, queda enentredicho, no sólo la autoridad <strong>de</strong> <strong>su</strong>s lí<strong>de</strong>res, sino también la propia vigencia <strong>de</strong>l templo,31 Sea bajo esa forma o bajo ἐπὶ τῷ ὀνόματί, o, ἐν τῷ ὀνόματί. Cf. Mc 9,37.38.39.41; 13,6; 16,17.De acuerdo con G. Kittel y G. Friedrich, en el Antiguo Testamento, “más intensamente significa por ‘por encargo <strong>de</strong>’ […] más comúnmente con referencia a Dios”; en el Nuevo Testamento, el uso con preposiciones“muestra una fuerte influencia semítica”, conservando así el sentido <strong>de</strong> “por encargo <strong>de</strong>”, “en obediencia a”,a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> implicar la fe en Cristo. Kittel. G., Friedrich, G. Compendio <strong>de</strong>l Diccionario Teológico <strong>de</strong>l NuevoTestamento. Grand Rapids: Libros Desafío, 2002, pp.679.681-682.92


como ya se comentó más arriba. <strong>El</strong> templo no refleja más el <strong>de</strong>signio <strong>de</strong> Dios, pues más bienrepresenta la autoridad <strong>de</strong> quienes lo controlan y lucran con el comercio <strong>de</strong> especies cultuales.Pasando ahora a la otra estructura interna, que compren<strong>de</strong> los diálogos ycontroversias con las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Templo y <strong>de</strong> Jerusalén, se hace más evi<strong>de</strong>nte que el tema<strong>de</strong> la autoridad está siendo reforzado. Las perícopas que se sitúan en los extremosproporcionan ese acento. Marcos 11,27-33 lo pone <strong>de</strong> manifiesto en el versículo 28: “¿conqué autoridad haces esto?, o ¿quién te dio tal autoridad para hacerlo?”. La palabra ἐξουσίᾳ serepite en este versículo. 32 Allí se cuestiona ‘la autoridad’ <strong>de</strong> Jesús pero aludiendo a <strong>su</strong>fundamento, <strong>de</strong> ahí que se use ἐν ποίᾳ –que pue<strong>de</strong> tener la acepción <strong>de</strong> ‘cuál’ o ‘qué clase’– yluego que se indague aún más acerca <strong>de</strong> “quién” (τίς) autorizó las acciones <strong>de</strong> Jesús en elTemplo. Ante la pregunta Jesús, refiriéndose expresamente a esa autoridad cuestionada(v.29c), no respon<strong>de</strong> directamente, sino mediante otra pregunta, que guarda <strong>su</strong>brepticiamenteotra intencionalidad. Al parecer el foco es el bautismo <strong>de</strong> Juan, pero la alusión a “<strong>de</strong>l cielo oera <strong>de</strong> los hombres” (ἐξ οὐρανοῦ ἦν ἢ ἐξ ἀνθρώπων;) con respecto a la autoridad, indica ladicotomía –y la <strong>de</strong>sproporción– entre dos tipos <strong>de</strong> autoridad. La palabra οὐρανοῦ (cielo), queya había salido en el versículo 25 en relación a la gloria <strong>de</strong>l Padre, tiene luego resonancia enla cita <strong>de</strong>l Salmo en Marcos 12,36, don<strong>de</strong> se alu<strong>de</strong> al trono <strong>de</strong> Dios. La autoridad venida ‘<strong>de</strong>lcielo’ es el <strong>su</strong>stento <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong> Jesús.Entre tanto, Marcos 12,28-34, que se alinea con Marcos 11,27-33, trata laautoridad <strong>de</strong> Jesús <strong>de</strong> un modo diferente. Ya no como objeto <strong>de</strong> cuestionamientos, sino entérminos <strong>de</strong> confirmación. <strong>El</strong> diálogo <strong>de</strong> Jesús con “uno <strong>de</strong> los escribas” (12,28), en un tonocordial más bien, acerca <strong>de</strong>l ‘mandamiento principal’ (ἐντολὴ πρώτη), muestra la autoridad conla cual él respon<strong>de</strong>. <strong>El</strong>lo se confirma por la actitud –antes y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la primeraintervención <strong>de</strong> Jesús en la perícopa– <strong>de</strong>l escriba quien ve “que les había respondido muybien” (ἰδὼν ὅτι καλῶς ἀπεκρίθη αὐτοῖς) y que luego avala <strong>su</strong> respuesta: “muy bien, has dichocon verdad” (καλῶς, διδάσκαλε, ἐπ᾽ ἀληθείας εἶπες). Ahora, más interesante es la respuesta <strong>de</strong>Jesús, citando Deuteronomio 6,4-5 y Levítico 19,18, pues concentra tres veces la palabra‘Señor’. La primera cita, fundamento <strong>de</strong> toda la Ley, realza el ‘señorío’ <strong>de</strong> Dios, algo quetambién ocurre en Marcos 12,36. <strong>El</strong> ‘amar al prójimo’, es luego una concreción que tiene quever con la voluntad y el <strong>de</strong>signio <strong>de</strong> Dios. Todo ello, en boca <strong>de</strong>l escriba, queda contrapuestoimplícitamente al Templo. Lo que el escriba agrega al discurso <strong>de</strong> Jesús (“es más que todoslos sacrificios y holocaustos”; v.33c), apunta hacia la situación <strong>de</strong>l Templo en Marcos32 En la perícopa aparece 4 veces. Probablemente sea resonancia <strong>de</strong>l uso redaccional en Mc 1,22.27 queenfatizan la dimensión didáctica <strong>de</strong> Jesús.93


11,15ss, haciendo eco no sólo <strong>de</strong> 1 Samuel 15,22, sino <strong>de</strong> la misma tradición profética <strong>de</strong>Jeremías 7,21-23 –e Isaías 1,11. La palabra <strong>de</strong>l escriba está dada en ese contexto, por lo queno parece ser ingenua. <strong>El</strong> escriba no sólo reconoce a Jesús, sino el propio ‘señorío’ <strong>de</strong> Dios,en contraste con esas prácticas rituales. A lo dicho, Jesús respon<strong>de</strong> οὐ μακρὰν εἶ ἀπὸ τῆςβασιλείας τοῦ θεοῦ (‘no estás lejos <strong>de</strong>l Reino <strong>de</strong> Dios’), enviando, así, la atención <strong>de</strong> vuelta aMarcos 1,15. Allí se dice καὶ ἤγγικεν ἡ βασιλεία τοῦ θεοῦ (el Reino <strong>de</strong> Dios se ha acercado), ycon ello, inicia un “cambio <strong>de</strong> tiempo” (ὁ καιρὸς). 33 Tanto lo proclamado por Jesús como loproferido por el escriba hallan un único fundamento.Luego, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> aquella misma construcción, vienen Marcos 12,1-12 y 12,18-27.Ambos pasajes contienen una parábola; en el primer caso para ilustrar la pasión <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> laViña, que termina con una imagen pascual <strong>de</strong> la “piedra angular”, 34 y en el otro caso, pararidiculizar la crítica e imagen saducea acerca <strong>de</strong> la re<strong>su</strong>rrección, y con ello <strong>de</strong>sautorizarlos. Enla parábola <strong>de</strong> ‘los viñadores asesinos’, el verbo ἀπέστειλεν (‘envió’) se usa cuatro veces.Llegado el tiempo (τῷ καιρῷ) el dueño <strong>de</strong> la viña –literalmente ‘un hombre’– envía a <strong>su</strong>ssiervos y luego a <strong>su</strong> ‘hijo querido’ (υἱὸν ἀγαπητόν). De acuerdo con Kittel y Friedrich, enMarcos el verbo aplicado a los discípulos tiene un carácter “autoritativo en el sentido <strong>de</strong> una<strong>de</strong>legación plena, seguida por un posterior regreso e informe” (cf. Mc 9,38ss). 35 Ese sentidotambién se percibe en la perícopa, sólo que con un peso teológico, quizás no mayor, pero símás evi<strong>de</strong>nte. Lo que se recalca, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l motivo cristológico-pascual, es la soberanía <strong>de</strong>Dios, al inicio <strong>de</strong> Marcos 12,1-12 y al final <strong>de</strong> Marcos 12,18-27; el hombre que plantó la viña,y envió a <strong>su</strong> hijo, es un Dios <strong>de</strong> vivos (cf.v.27).En el centro, queda Marcos 12,13-17, don<strong>de</strong> Jesús confronta esta vez, ya no lasautorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Templo, sino a los fariseos y a los herodianos, lí<strong>de</strong>res más bien populares. Leponen a prueba cuando preguntan por la licitud o no <strong>de</strong> tributar al imperio romano. <strong>El</strong> verboutilizado ἔξεστιν (irse, salir, <strong>de</strong>jar), pue<strong>de</strong> traducirse también como ‘es permitido’, 36 implicauna autoridad que ampara o <strong>su</strong>stenta cualquier <strong>de</strong>cisión respecto al cuestionamiento hecho aJesús. Mediante una especie <strong>de</strong> argumentación sapiencial, se contraponen dos figuras, César yDios. La sola yuxtaposición muestra la <strong>de</strong>sproporción abismal entre ambas. Sin embargo, loque se intenta mostrar es la autoridad <strong>de</strong> Dios, la cual está en otro nivel, por lo que la trampa33 De acuerdo con Kittel y Frie<strong>de</strong>rich, el concepto en el NT tiene una connotación temporal. En Marcos, a<strong>de</strong>mástiene un sentido <strong>de</strong> cumplimiento. Kittel, G., Frie<strong>de</strong>rich,G. Compendio <strong>de</strong>l…, p.384-385.34 Con esa última imagen, sacada <strong>de</strong>l Salmo 118,22ss, en la parábola queda sobreentendido el Templo, cuyoslí<strong>de</strong>res no produjeron fruto –según la imagen <strong>de</strong> la higuera y la <strong>de</strong> los viñadores.35 Ibid., p.76.36 Cf. Zerwick, M. Análisis Gramatical…, p.174.94


queda sin fundamento. <strong>El</strong>lo repercute indirectamente en Marcos 12,35-37, pues el Mesíastambién ha <strong>de</strong> ser comprendido en otro nivel, uno escatológico y universal. César <strong>su</strong>pone unimperio, es <strong>de</strong>cir un reino <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n político, mientras que Dios un señorío –o un reinado–, quese aproxima a quienes le siguen. La fe mesiánica conlleva recobrar la vista –así comoBartimeo– y reconocer en el Mesías ese Señorío universal y escatológico.<strong>El</strong> autor <strong>de</strong> Marcos hábilmente or<strong>de</strong>nó el material tradicional, resaltando relievessemánticos que evocan la ‘autoridad’ y ‘señorío <strong>de</strong> Dios’. Marcos 12,35-36 en concordanciacon Marcos 10,46-52 –pese a que éste último se le consi<strong>de</strong>re como un pasaje <strong>de</strong> transición–enmarcan tal organización. Su función es mostrar que dichos relieves tienen que ver con lai<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l Mesías. La filiación davídica es posible a partir <strong>de</strong> <strong>su</strong> filiación divina, en virtud<strong>de</strong> la cual es enviado y hecho “piedra angular” por el Señor (Mc 12,6.10-11), y cuya autoridadle viene “<strong>de</strong>l cielo” (Mc 11,30). Centrándonos en Marcos 12,35-37, pue<strong>de</strong> notarse, cómo a laluz <strong>de</strong> todo aquel <strong>de</strong>sarrollo, el <strong>problema</strong> <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica se <strong>de</strong>sdobla en la cuestión<strong>de</strong> <strong>su</strong> autoridad. Su núcleo, el versículo 36, muestra cómo y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> <strong>su</strong> señorío esfundado y constituido por Dios.2.6. Estrategias <strong>de</strong> redacciónTeniendo en cuenta el foco semántico que se ha abordado en este trabajo, en estasección se tratará <strong>de</strong> hacer un análisis <strong>de</strong> Marcos 12,35-37, según la metodología <strong>de</strong> la‘Historia <strong>de</strong> la Redacción’ (Redaktionsgeschichte). Con el análisis <strong>de</strong> la estructura enconjugación con el semántico, se ha podido ya vislumbrar los énfasis teológicos <strong>de</strong>l redactoren la organización <strong>de</strong>l material tradicional entorno a la perícopa. Ahora, resta confirmar esosénfasis atendiendo a otras características redaccionales, tales como recursos retóricos,vocabulario típico <strong>de</strong>l redactor, enlaces e inserciones. Des<strong>de</strong> ya hay que aclarar que unanálisis redaccional en Marcos presenta una gran limitación, pues a diferencia <strong>de</strong> los otrosevangelios, no se posee una fuente con la que se pueda comparar, y <strong>de</strong> ese modo <strong>de</strong>tectar lasten<strong>de</strong>ncias propias <strong>de</strong>l redactor <strong>de</strong> Marcos en contraste con otras. 37 Tampoco una indagaciónindirecta sería recomendable pues, llevaría mucho tiempo en <strong>de</strong>tenerse en el análisis <strong>de</strong> lospormenores redaccionales en los otros Evangelios, con el riesgo <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r en el foco <strong>de</strong>atención en este trabajo. Frente a ese <strong>problema</strong>, se optará por un análisis sobrio, <strong>de</strong> acuerdo37 Ante tal dificultad, R.H. Stein, propone una gama <strong>de</strong> técnicas que permitan <strong>de</strong>velar el trabajo editor <strong>de</strong>levangelista <strong>de</strong> Marcos. <strong>El</strong>lo <strong>su</strong>pone flexibilidad y discernimiento según <strong>El</strong> texto a analizar. Para este autor ladisposición <strong>de</strong>l material es una <strong>de</strong> tales técnicas. <strong>El</strong>lo ya fue <strong>su</strong>ficientemente abordado en el análisis semántico yestructural. Cf. Stein, R.H. The proper methodology for acertaining a Markan Redaction, en: Orton, D. E (ed.),op. cit., pp. 34ss.95


con la <strong>su</strong>gerencia <strong>de</strong> U. Schnelle, que busque i<strong>de</strong>ntificar “vocabulario y construccionesidiomáticas especiales”, “transiciones y ligamentos <strong>de</strong> contenido”, y hacer “la conexión <strong>de</strong>términos clave”, 38 para luego establecer las diversas formas <strong>de</strong> la tradición entretejidas entorno a la perícopa en cuestión. Como ya se dijo, interesa aquí el énfasis teológico <strong>de</strong>lredactor, <strong>de</strong>jando así autor, <strong>de</strong>stinatarios y contexto histórico en un segundo plano.Habiendo hecho las anteriores consi<strong>de</strong>raciones, se ve la pertinencia <strong>de</strong> que talanálisis sea introducido por un breve, pero importante estudio sobre el influjo <strong>de</strong> lahermenéutica judía, conocida como <strong>de</strong>ráš, en Marcos 12,35-37. Por tanto, se partirá <strong>de</strong> lapropia perícopa, indagando acerca <strong>de</strong> la estrategia <strong>de</strong> composición semítica que se pre<strong>su</strong>meque la perícopa tiene <strong>de</strong>trás. A. <strong>de</strong>l Agua, ve en Marcos 12,35-37 un ejemplo claro <strong>de</strong> <strong>de</strong>rášcristológico. Tal construcción no necesariamente se <strong>de</strong>be al redactor, pues más bien se leconsi<strong>de</strong>ra parte <strong>de</strong> la colección <strong>de</strong> los logia <strong>de</strong> Jesús. <strong>El</strong> redactor <strong>de</strong> Marcos toma ese logión<strong>de</strong>l material tradicional que disponía, y lo acomoda, mediante un cuadro narrativo en elcontexto <strong>de</strong> los discursos <strong>de</strong>l Templo, que albergan también material tradicional. Al interior<strong>de</strong> ese marco, sin embargo, el texto tiene <strong>su</strong> historia y <strong>su</strong> propio trabajo redaccional.2.6.1. Argumentación <strong>de</strong>rásicaSegún la Historia <strong>de</strong> las Formas (Formgeschichte), Marcos 12,35-37 correspon<strong>de</strong>a un apotegma por tener un carácter <strong>de</strong> sentencia hecha por un personaje histórico, noobstante K. Berger reconoce en esa perícopa una forma literaria griega llamada chreia, cuyacaracterística distintiva era que tal sentencia remitiera directamente a la situación vital <strong>de</strong>lpersonaje que la profería, según la retórica clásica. Ciertamente Jesús en la perícopa estáhablando <strong>de</strong> sí, aunque sea <strong>de</strong> un modo indirecto; a<strong>de</strong>más, Berger clasifica <strong>su</strong> tipo <strong>de</strong>argumentación como “epidíctica”, en cuanto se basa en la cita <strong>de</strong> un texto bíblico. 39 Alparecer la forma está ya <strong>de</strong>finida, y es perfectamente plausible.Sin embargo, esta forma posee más bien unos rasgos propios <strong>de</strong> la retóricasemítica y conlleva un tipo <strong>de</strong> argumentación rabínica propia <strong>de</strong>l primer siglo en Palestina, <strong>de</strong>lcual los primeros autores cristianos estaban familiarizados. Hay pues una forma “<strong>de</strong>rásica”, entanto que se “busca” 40 compren<strong>de</strong>r el “sentido no literal” <strong>de</strong> la Sagrada Escritura –es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>l38 Schnelle, U. Introdução à Exegese do Novo Testamento. São Paulo: Loyola, 2004, p.136.39 Berger, K. As formas literárias do Novo Testamento. São Paulo: Loyola, 1998, pp.84-85, 96.40 Derash ‏(דרש)‏ comparte <strong>su</strong> raíz con daraš, que en hebreo significa ‘buscar’.96


Antiguo Testamento. 41 Habría pues, toda una tradición <strong>de</strong>rásica en el Nuevo Testamento, porcuanto <strong>su</strong>s escritos están llenos <strong>de</strong> referencias y evocaciones al Antiguo Testamento. Eserecurso al Antiguo Testamento, hace que se le comprenda <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un carácter <strong>de</strong> cumplimiento,pues el centro neurálgico hermenéutico no es la haggadá ni la halakhá, sino el acontecimiento<strong>de</strong> Jesús Mesías. Al respecto Agustín <strong>de</strong>l Agua argumenta que “la exposición <strong>de</strong> las diversasaplicaciones <strong>de</strong>l cumplimiento <strong>de</strong>rásico <strong>de</strong> la Escritura al ministerio <strong>de</strong> Jesús, <strong>de</strong>be iniciarsepor la proclamación <strong>de</strong>l cumplimiento hecha por el propio Jesús”. 42 En Lucas 4,21 esto esclarivi<strong>de</strong>nte, pues el propio Jesús, citando al profeta Isaías (Is 61,1-2), expresamente hablaque esa escritura “hoy se ha cumplido” (σήμερον πεπλήρωται ἡ γραφὴ). Ese carácter <strong>de</strong>cumplimiento lo vemos también en Marcos 1,15, don<strong>de</strong> el propio Jesús dice que “el tiempo seha cumplido y el Reino <strong>de</strong> Dios se ha acercado” (καὶ λέγων ὅτι πεπλήρωται ὁ καιρὸς καὶ ἤγγικενἡ βασιλεία τοῦ θεοῦ). 43En Marcos 12,35-37, Jesús cuestiona la filiación davídica <strong>de</strong>l “Cristo”, y en la cita<strong>de</strong>l Salmo 110, hace referencia a un nuevo acontecimiento, a saber, el cumplimiento que elmismo salmo en <strong>su</strong> sentido original resguardaba, es <strong>de</strong>cir, la entronización <strong>de</strong>l Mesías. Pue<strong>de</strong>ahora enten<strong>de</strong>rse mejor, por tanto, ese ὁ καιρὸς que tanto Marcos 1,15 como Marcos 12,2proclaman. Su sentido es claramente escatológico y cristológico. Por tanto, se tiene en laperícopa un “<strong>de</strong>ráš cristológico” que <strong>de</strong>l Agua <strong>de</strong>fine como “el recurso al A.T. para presentarla persona <strong>de</strong> Cristo que viene a <strong>su</strong>stituir a la Torá <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>l judaísmo […y en…]<strong>su</strong> puesto entra para los cristianos la persona <strong>de</strong> Jesús, intérprete, con autoridad (cfr. Mc 1,22)<strong>de</strong> la revelación <strong>de</strong>l A.T.”. 44 Por tanto, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> <strong>su</strong> i<strong>de</strong>ntidad, lo que está en juego es <strong>su</strong>autoridad, como quedó reflejado en el contexto <strong>de</strong> la perícopa.Enfocando ahora, la técnica <strong>de</strong>rásica operada en el pasaje en cuestión, resalta en eldiscurso <strong>de</strong> Jesús la pregunta acerca <strong>de</strong> la filiación davídica <strong>de</strong>l Cristo. De acuerdo con <strong>de</strong>lAgua, la pregunta ya tiene una intencionalidad, es <strong>de</strong>cir, “el cariz <strong>de</strong> un procedimiento<strong>de</strong>rásico […<strong>de</strong>…] poner lo afirmativo en interrogativo […] para obtener sentido nuevo(<strong>de</strong>rásico)”. Luego, antes <strong>de</strong> la cita, hay una formulación que según <strong>de</strong>l Agua es un“argumento qal waḥomer” –literalmente ‘ligero y pesado’–, uno <strong>de</strong> los procedimientos41 Agua Pérez, A. <strong>de</strong>l. <strong>El</strong> método midrásico y la exégesis <strong>de</strong>l Nuevo Testamento. Valencia: Instituto SanJerónimo, 1985, pp. 34-35. Ver también: Instone Brewer, D. Techniques and As<strong>su</strong>mptions in Jewish Exegesisbefore 70 CE. Tübingen: Mohr, 1992, pp. 16-17.42 Agua Pérez, <strong>El</strong> método midrásico..., p. 97.43 Interesante aquí el uso <strong>de</strong>l perfecto, para el verbo ‘cumplir’ se utiliza en perfecto indicativo pasivo, para elverbo ‘acercarse’, perfecto indicativo activo. <strong>El</strong> uso <strong>de</strong> pasivos podría indicar la acción divina en ese cambio <strong>de</strong>tiempo.44 Ibid., pp. 154-155.97


<strong>de</strong>rásicos atribuidos a Hillel. 45 Ese clase <strong>de</strong> argumento <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la lógica y retórica clásicacorrespon<strong>de</strong> a un tipo <strong>de</strong> argumentum a fortiori, y equivaldría específicamente para este autoral <strong>de</strong> a minori ad maius (‘<strong>de</strong> menor a mayor’). Por consiguiente, en la perícopa se estaríadando a enten<strong>de</strong>r que “el Mesías (Jesús) es más que hijo <strong>de</strong> David, porque es hijo <strong>de</strong> Dios”,teniendo en cuenta el Salmo 110,3b, el cual no aparece, pero queda sobreentendido. 46 Sinnegar esto último, ese plus pue<strong>de</strong> también apuntar a ‘Señor’, que sí está presente en el texto.Es probable que <strong>de</strong>l Agua no se percatara <strong>de</strong> ello, mas podría también darse el caso <strong>de</strong> unaconjugación entre el “mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> cumplimiento” y el “mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> inserción-<strong>su</strong>stitución” que élmismo <strong>de</strong>sarrolla en <strong>su</strong> trabajo. Según ese segundo mo<strong>de</strong>lo, κύριος –título aplicado a Dios enlos LXX– es transferido a Jesús en el Nuevo Testamento. 47Regresando al recurso retórico utilizado en la perícopa, ciertamente hay unaformulación más típica para ese tipo <strong>de</strong> argumentación, y tal es el caso <strong>de</strong> ‘cuanto más’ (πόσῳμᾶλλον) que aparece por ejemplo, en Mateo 7,11 y en Lucas 12,28, como apunta el propio <strong>de</strong>lAgua. Sin embargo, ese sentido se pue<strong>de</strong> equiparar con nuestra perícopa justamente por el usoprogresivo <strong>de</strong> πῶς y πόθεν, 48 adverbios que dicho sea <strong>de</strong> paso están perfectamente alineados<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la estructura simétrica <strong>de</strong> la perícopa. La progresión sería en ese <strong>su</strong>puesto: Cristo-Hijo <strong>de</strong> David → Cristo-Señor.Por tanto, dos cosas se realizan en Marcos 12,35-37, <strong>de</strong> acuerdo con laargumentación <strong>de</strong>rásica; primero, la pregunta por la pertinencia <strong>de</strong>l apelativo ‘Hijo <strong>de</strong> David’adjudicado al Mesías, predispone ya para la a<strong>su</strong>nción <strong>de</strong> un nuevo sentido <strong>de</strong> la afirmaciónque se cuestiona, luego, mediante aquella primera forma <strong>de</strong> argumentación <strong>de</strong>rásica –la ‘<strong>de</strong>mayor a menor’– el recurso <strong>de</strong> la Escritura, o sea, el Salmo 110,1, gana un nuevo y duplosentido. <strong>El</strong> Salmo se lee ahora mesiánicamente a la luz <strong>de</strong>l acontecimiento <strong>de</strong> Jesús Cristo, ypor tanto, <strong>su</strong> sentido es escatológico.2.6.2. Pistas redaccionales: Templo, instrucción y muchedumbreMarcos 12,35-37 muestra <strong>de</strong> entrada un rasgo redaccional notable, y es que poseeun marco narrativo con un vocabulario y unas formulaciones propias <strong>de</strong>l evangelista. Esoselementos componen una especie <strong>de</strong> encuadre, otorgando una clave hermenéutica alcontenido. También se constituyen en una especie <strong>de</strong> ligamento que lo enlaza con todo un45 Ibid., p. 57.46 Ibid., pp. 172-173.47 Cf. ibid., p. 236.48 Ibid., p.173.98


contexto narrativo y teológico. Así, ese logion atribuido a Jesús y venido <strong>de</strong> la tradición,empalma con el relato <strong>de</strong> los acontecimientos y la actividad <strong>de</strong> Jesús en el Templo.En ese marco narrativo, el uso <strong>de</strong> pleonasmo en el versículo 35a (Καὶ ἀποκριθεὶς ὁἸησοῦς ἔλεγεν διδάσκων), resalta como un rasgo distintivo. De acuerdo con el estudio <strong>de</strong> E.J.Pryke, el uso redundante <strong>de</strong> participios, usando ἀποκριθεὶς, constituye ese tipo <strong>de</strong> figurasintáctico-literaria; otros ejemplos en el Evangelio están en Marcos 10, 24,51; 15,2. 49 Endicho estudio, se relaciona ese específico uso <strong>de</strong> ἀποκριθεὶς (‘respondiente’), con el mo<strong>de</strong>lodidáctico propio <strong>de</strong> la antigüedad, según el cual el maestro enseñaba “mediante la pregunta yla respuesta”; 50 luego, en el versículo 34c, se indica que “nadie se atrevió a preguntar más”,por lo que la fórmula <strong>de</strong>l versículo 35a, aún sin tener mucha coherencia lógica con el anterior,reitera esa función didáctica <strong>de</strong> Jesús, reflejada en todo el contexto <strong>de</strong> la perícopa. <strong>El</strong>lo esineludible, por el uso <strong>de</strong> διδάσκων y <strong>de</strong> la frase locativa ἐν τῷ ἱερῷ. Después, en el versículo35b, Jesús mismo, ahora en calidad <strong>de</strong> maestro, lanza una pregunta provocadora, contra lo que“dicen” los escribas. Si vemos <strong>de</strong>tenidamente, el interior <strong>de</strong> la perícope se contagia <strong>de</strong> esesentido, constituyéndose así una antítesis entre lo que ‘enseñan’ los escribas y lo que Jesúsestá ‘enseñando’. Más propiamente entre lo que “dicen” (λέγουσιν) los escribas, y lo que“dice” (λέγει) David (cf. vv.35b,37a), todo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo que Jesús “<strong>de</strong>cía” (ἔλεγεν, v.35a)mientras enseñaba en el Templo. 51 Sumado a ello, según apunta Pryke, “μαθητής y διδ σκεινson palabras altamente redaccionales” 52 en Marcos, por lo que no es <strong>de</strong>l todo extraño que enla perícopa se insista en ello. Mientras tanto, <strong>de</strong>l otro lado, en el versículo 37c, la mención a ὁὄχλος, que según se vio, es un término frecuente en el Evangelio, indica también ese carácterdidáctico, pues la enseñanza <strong>de</strong> Jesús se dirige a alguien, y en este caso a la muchedumbre.Tal carácter parece entonces ser intencional.Es necesario <strong>de</strong>tenerse ahora en esta figura, ὁ ὄχλος, tan recurrente en Marcos, 53pues se cree que proporciona una pista redaccional que no pue<strong>de</strong> quedar <strong>de</strong>sapercibida. Ya enla perícopa la correlación <strong>de</strong> los elementos ‘multitud’ y ‘en el Templo’, presentes en el marcoredaccional, no sólo indica el espacio o los beneficiarios <strong>de</strong> la actividad didáctica <strong>de</strong> Jesús,49 Pryke, E.J. Redactional Style in the Markan Gospel. Cambridge: Cambridge University Press, 1978, p.100.50 Ibid., p. 101.51 Es interesante, según Dom Benoît Standaert, que el uso <strong>de</strong> λέγει en Marcos en contraposición al uso <strong>de</strong> καλεῖen los paralelos <strong>de</strong> Mateo y Lucas, expresa una “fuerte tensión semántica entre lo que ‘se dice’ y lo que ‘se es’[…] como entre el λέγουσιν <strong>de</strong> los escribas y el λέγει <strong>de</strong> David”. Standaert, B. Évangile selon Marc.Comentaire. Troisième Partie. Dendé: Gabalda, 2010, p. 883.52 Pryke. Redactional Style…, p.101.53 Ibid., p.137. <strong>El</strong> autor contabiliza 38 casos <strong>de</strong> ‘muchedumbre’, <strong>de</strong> los cuales 27 son consi<strong>de</strong>rados con“redaccionales”.99


sino a<strong>de</strong>más, como ya se ha aludido, poseen un factor común, a saber, la cuestión <strong>de</strong> la‘autoridad’, abordada dialécticamente, entre Jesús/el Cristo y las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Templo. Estose ve con mayor claridad en el contexto previo <strong>de</strong> la perícopa, don<strong>de</strong> ‘autoridad’ y‘enseñanza’ aparecen como constantes, y ‘la muchedumbre’ como punto <strong>de</strong> inflexión.En el pasaje <strong>de</strong> la curación <strong>de</strong>l ciego Bartimeo, se hace mención a ‘lamuchedumbre’ que acompañaba junto con los discípulos a Jesús camino a Jerusalén (Mc10,46). La alusión ἡ ὁδός (‘camino’), como se ha estudiado, tiene una connotación <strong>de</strong>discipulado y <strong>de</strong> seguimiento; <strong>de</strong> ahí la imagen simbólica <strong>de</strong> la curación <strong>de</strong> Bartimeo, quien alrecobrar la vista le sigue en el camino: καὶ εὐθὺς ἀνέβλεψεν καὶ ἠκολούθει αὐτῷ ἐν τῇ ὁδῷ (Mc10,52). Luego, en la entrada a Jerusalén, a partir <strong>de</strong> Marcos 11,8, “muchos” (πολλοὶ) leaclamaron y le reconocían por el camino (εἰς τὴν ὁδόν) como “el que viene en Nombre <strong>de</strong>lSeñor” (ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου). 54 La muchedumbre también está ligada al ‘camino’, y<strong>de</strong> la muchedumbre <strong>su</strong>rgen personajes como Bartimeo. Entonces, ‘la muchedumbre’,teológicamente hablando, no está en principio opuesta a Jesús, como varios han queridointerpretar, a partir <strong>de</strong> Marcos 15,8-14, y <strong>de</strong>l propio Marcos 12,37c, don<strong>de</strong> ἤκουεν αὐτοῦ ἡδέωςse equiparía con καὶ ἡδέως αὐτοῦ ἤκουεν (Mc 6,20), estableciéndose un paralelismo entre laactitud <strong>de</strong> Hero<strong>de</strong>s con respecto al Bautista y <strong>de</strong> la multitud con respecto a Jesús. No obstante,atendiendo a la unidad <strong>de</strong>l relato, quizás sea mucha coinci<strong>de</strong>ncia el hecho <strong>de</strong> que en un primermomento, en la sección en torno al Templo, las autorida<strong>de</strong>s judías fueron per<strong>su</strong>adidas por elapoyo tácito –y el seguimiento– <strong>de</strong> la muchedumbre a la actividad <strong>de</strong> Jesús, por lo que no seresolvían a aprehen<strong>de</strong>rlo y matarlo (Mc 11,18;12,12), y que capítulos <strong>de</strong>spués, fueran esasautorida<strong>de</strong>s quienes per<strong>su</strong>adieron a la ‘la muchedumbre’, para pedir insistentemente la muerte<strong>de</strong> Jesús. 55A pesar <strong>de</strong> ese posible paralelismo, otra lectura pue<strong>de</strong> ser hecha a partir <strong>de</strong> laspropias marcas redaccionales <strong>de</strong>l evangelista. La pista la proporciona el propio adverbio queacompaña la acción <strong>de</strong> la muchedumbre en el Marcos 12,37c: “la muchedumbre le escuchabacon agrado” (ἡδέως). En los siguientes pasajes, el <strong>de</strong> los viñadores asesinos, el <strong>de</strong> la cuestión54 Si se tiene en cuenta la aclamación <strong>de</strong> Bartimeo, la aclamación por ‘la muchedumbre’, refiere a la entrada realy mesiánica <strong>de</strong>l ‘Hijo <strong>de</strong> David’, pues a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> aludirse a la paternidad <strong>de</strong> David (v.9), queda tambiéninsinuada <strong>su</strong> relación filial con Dios, en virtud a la promesa <strong>de</strong> 2 Samuel 7.55 A este respecto <strong>El</strong>izabeth S. Malbon, tiene un interesante estudio don<strong>de</strong> analiza tanto los ‘discípulos’ como ‘lamuchedumbre’ en Marcos. Esa ambigüedad con respecto a la muchedumbre también se manifiesta en losdiscípulos, que son el círculo más cercano a Jesús. Ambos “evocan una imagen compuesta <strong>de</strong> los seguidores,seguidores falibles <strong>de</strong> Jesús”. Esta autora, sostiene que tal ambigüedad hacia Jesús, tiene intencionalmente unefecto narrativo para enganchar al lector, que también pertenece “a un grupo más amplio” <strong>de</strong> quienes siguen aJesús. Malbon, E. S. Disciples, Crowds, Whoever: Markan characters and rea<strong>de</strong>rs, en: Orton, D.E. (ed.), op. cit.,pp. 144, 163-164100


<strong>de</strong>l tributo a César, en el <strong>de</strong> la cuestión <strong>de</strong>l mandamiento principal, la palabra <strong>de</strong> Jesús generaal final <strong>de</strong> cada uno, reacciones en <strong>su</strong>s diversos interlocutores. Para ilustrarlo mejor obsérveseel cuadro que sigue.PasajeViñadores asesinos/Piedra angularMc 12,1-12La cuestión <strong>de</strong>l tributo: César/DiosMc 12,13-17<strong>El</strong> mandamiento principalMc 12,28-34La cuestión <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> DavidMc 12,35-37Reacción <strong>de</strong> los interlocutoresκαὶ ἔστιν θαυμαστὴ ἐν ὀφθαλμοῖςἡμῶν (v.11) 56καὶ ἐξεθαύμαζον ἐπ᾽ αὐτῷ(v.17b)καὶ οὐδεὶς οὐκέτι ἐτόλμα αὐτὸνἐπερωτῆσαι (v.34c)[ὁ] πολὺς ὄχλος ἤκουεν αὐτοῦ ἡδέως(v.37c)Esas tres primeras reacciones que se expresan al final <strong>de</strong> cada perícopa –y en elcontexto inmediato <strong>de</strong> Marcos 12,35-37– tienen en común un carácter <strong>de</strong> admiración, que no<strong>de</strong>ja cabida a la indiferencia. Las tres últimas reacciones <strong>de</strong> esa selección, <strong>de</strong> acuerdo con elTexto Redaccional <strong>de</strong> Marcos preparado por Pryke, son claramente nexos creados por elredactor. 57 Entre tanto, ‘la muchedumbre’, en cuanto interlocutores, se <strong>de</strong>ja afectar realmentepor la enseñanza <strong>de</strong> Jesús, por lo que parece difícil que se tenga la intención <strong>de</strong> relacionarlacon Hero<strong>de</strong>s. Por otra parte, esa muchedumbre en torno a Jesús, <strong>su</strong>scita otro tipo <strong>de</strong> reacciónen las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Templo como se constata en Marcos 11,18b.32.12. En esos tresversículos, por el miedo a ‘la multitud’, las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Templo son di<strong>su</strong>adidas <strong>de</strong>cualquier acción contra Jesús.La multitud avala la autoridad <strong>de</strong> la enseñanza <strong>de</strong> Jesús, y ello queda reflejadooblicuamente por esa otra reacción oculta y callada <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Templo. Laautoridad <strong>de</strong> Jesús, con la cual lleva a cabo allí <strong>su</strong>s acciones, viene siendo lo real yúltimamente temido. Esa autoridad ‘mesiánica’ se confronta directamente con la autoridad <strong>de</strong>lTemplo, representada por los “<strong>su</strong>mos sacerdotes, los ancianos y los escribas” (Mc 11,27). Estaoposición ya fue registrada en Marcos 1,21b-22: καὶ εὐθὺς τοῖς σάββασιν εἰσελθὼν εἰς τὴνσυναγωγὴν ἐδίδασκεν καὶ ἐξεπλήσσοντο ἐπὶ τῇ διδαχῇ αὐτοῦ· ἦν γὰρ διδάσκων αὐτοὺς ὡς ἐξουσίανἔχων καὶ οὐχ ὡς οἱ γραμματεῖς. En esta cita, curiosamente están en juego todos los elementos56 Llama la atención el uso aquí <strong>de</strong> la primera persona (ἡμῶν) ¿Se estará implicando directamente al lectorcreyente?Pue<strong>de</strong> ser un indicio <strong>de</strong> lo que Malbon sostiene, <strong>de</strong> ese grupo más amplio: los lectores.57 Cf. Pryke, Redactional Style…, pp. 168-169.101


que ahora se están abordando, en la sección <strong>de</strong>l Templo, tales como, <strong>su</strong> enseñanza (ἐδίδασκεν),la reacción <strong>de</strong> la multitud (καὶ ἐξεπλήσσοντο ἐπὶ τῇ διδαχῇ αὐτοῦ), la autoridad <strong>de</strong> Jesús (ὡςἐξουσίαν ἔχων) y el antagonismo con las autorida<strong>de</strong>s, representadas en el contexto <strong>de</strong> Galileapor los escribas (οὐχ ὡς οἱ γραμματεῖς). La relación cercana <strong>de</strong> Jesús con la gente, o ‘lamuchedumbre’, se circunscribe allí también en <strong>su</strong> ‘enseñanza’, y no sólo por <strong>su</strong> actividadtaumatúrgica: καὶ πᾶς ὁ ὄχλος ἤρχετο πρὸς αὐτόν, καὶ ἐδίδασκεν αὐτούς (Mc 2,13). Ahora ¿a quétipo <strong>de</strong> enseñanza se está aludiendo?<strong>El</strong> contenido <strong>de</strong> la enseñanza <strong>de</strong> Jesús en la sección <strong>de</strong>l Templo (Mc 11,1ss) versasobre el Templo (11,15-19), el Mesías (11,27-32;12,1-11.35-37), la postura <strong>de</strong>l fiel ante laautoridad civil (12,13-17), la re<strong>su</strong>rrección (12,18-27) y sobre el fundamento <strong>de</strong> la ley (12,28-34). <strong>El</strong> autor costura todos esos contenidos, con una serie <strong>de</strong> nexos que vinculan autorida<strong>de</strong>s,muchedumbre y Templo, dándoles a<strong>de</strong>más un sentido didáctico. Sería interesante ver quérelación tienen éstos con la cercanía <strong>de</strong>l Reino predicada por Jesús al inicio <strong>de</strong> <strong>su</strong> actividad, enMarcos 1,15. Los núcleos i<strong>de</strong>ntificados en el análisis estructural, proporcionan una pistateológica. <strong>El</strong> Templo en cuanto lugar don<strong>de</strong> se reconoce la presencia <strong>de</strong> Dios en medio <strong>de</strong>Israel, es entendido como “casa <strong>de</strong> oración para las naciones”. La acción <strong>de</strong> Dios es universal,y <strong>su</strong> autoridad no pue<strong>de</strong> ser medida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ninguna autoridad terrenal. En el segundo núcleo semuestra que cualquier intento <strong>de</strong> comparar o equiparar la autoridad <strong>de</strong>l Dios con la <strong>de</strong>l Césares imposible, porque se estaría en dos planos diferentes, así, como la comprensión <strong>de</strong>l Cristoen Marcos 12,35-37. La autoridad <strong>de</strong> Dios es universal y escatológica, pues sin abstraerse <strong>de</strong>la historia, la trascien<strong>de</strong>, orientando así la esperanza mesiánica hacia un ‘nuevo’ kairós –valgala redundancia. Ambos criterios –universal y escatológico– son inherentes a la noción <strong>de</strong>Reino <strong>de</strong> Dios, en Marcos. Su ‘cercanía’, es paradójicamente <strong>su</strong> distancia con respecto areducciones mesiánicas <strong>de</strong> corte político y nacional. Por tanto, aquello que se muestra comocentral en la enseñanza y acción profética <strong>de</strong> Jesús en el Templo, es fundamento <strong>de</strong> lasmismas, respondiendo así al cuestionamiento que “los <strong>su</strong>mos sacerdotes, los escribas, y losancianos” hacen vehementemente: “¿con qué autoridad haces estas cosas?” (Mc 11,28).Esa autoridad divina cualifica mesiánicamente a Jesús, según Marcos 12,11 yMarcos 12,36, haciéndose eco, a <strong>su</strong> vez <strong>de</strong> aquellos dos núcleos teológicos. Por un lado, elSeñor le constituye κεφαλὴν γωνίας (‘piedra angular’), 58 fundamento por tanto <strong>de</strong> un nuevoTemplo, que convoque a las naciones también (Mc 12,10-11→11,17). Por otro lado, el Señorle hace sentar a <strong>su</strong> <strong>de</strong>recha (κάθου ἐκ δεξιῶν μου), un símbolo claramente monárquico, que se58 La noción <strong>de</strong> la ‘piedra’ <strong>de</strong>sechada – ‘piedra’ angular, en ese pasaje, ya conlleva el misterio pascual <strong>de</strong> lapasión y re<strong>su</strong>rrección <strong>de</strong> Jesús.102


contrasta con la monarquía terrenal, sea <strong>de</strong> César o <strong>de</strong> una visión política <strong>de</strong>l ‘Hijo <strong>de</strong> David’(Mc 12,36→12,17). En ambos versículos, el Mesías es glorificado, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>su</strong> Pascua, porel ‘Señor’. ÉL es el fundamento <strong>de</strong>l señorío <strong>de</strong>l Mesías, funda <strong>su</strong> filiación y por consiguiente<strong>su</strong> i<strong>de</strong>ntidad.2.6.3. Uso redaccional <strong>de</strong>l Salmo 110,1Habiendo regresado a Marcos 12,35-37, y específicamente a <strong>su</strong> centro, elversículo 36bc, ahora se ahondará precisamente en esa cita incluida en ese logion <strong>de</strong> Jesúsretomado por el redactor <strong>de</strong> Marcos. Aquí se consi<strong>de</strong>ra que <strong>su</strong> uso no es fortuito, y que hayuna intencionalidad redaccional a la hora <strong>de</strong> situar y estructurar la perícopa, y posiblementeuna pequeña modificación <strong>de</strong> la cita <strong>de</strong>l Salmo 110,1, como ya se atisbó al inicio <strong>de</strong> esteestudio.Según se hizo observar, J. Marcus sostiene que el redactor modificó la cita <strong>de</strong>lSalmo 110,1 según la versión <strong>de</strong> la Septuaginta, al cambiar ὑποπόδιον por ὑποκάτω, con elobjetivo <strong>de</strong> juntarla con Salmo 8,7. 59 Este autor basa <strong>su</strong> argumento primero en la cita <strong>de</strong>Salmo 110,1 en llamada Carta <strong>de</strong> Bernabé 12, 10-11, la cual, dicho sea <strong>de</strong> paso, se pre<strong>su</strong>mecomo un texto in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la influencia <strong>de</strong> los sinópticos. 60 Allí se usa ὑποπόδιον(‘escabel’, ‘taburete’, ‘estrado’), tal y como aparece en los LXX; la cita está ro<strong>de</strong>ada por unaconstrucción discursiva, don<strong>de</strong> explícitamente se rechaza la filiación davídica. 61 En segundolugar, la coligación <strong>de</strong> textos <strong>de</strong>l Antiguo Testamento es una técnica consabida en Marcos,por lo que la modificación <strong>su</strong>til, que hoy se podría, con mucha ligereza, catalogarse <strong>de</strong> error o<strong>de</strong>s<strong>de</strong>ño <strong>de</strong> copistas, era realmente un elemento intencionado, y esperado por los lectores,dada también la <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> esas citas en el texto. 62 Si esa hipótesis es cierta, la cita enMarcos, buscaría expresar <strong>su</strong>tilmente que no sólo los enemigos, sino todo estará sometido“bajo” los pies <strong>de</strong>l Mesías. Ese rasgo cósmico y universal sólo pue<strong>de</strong> ser entendido comoescatológico en el contexto religioso <strong>de</strong> Marcos.De acuerdo con A. Le Donne, el Salmo 110 no fue muy comentado antes <strong>de</strong>l sigloprimero, pues según él, <strong>su</strong> redacción <strong>de</strong>finitiva pudo haber sido tardía, quizás en el tiempo <strong>de</strong>59 Marcus, J. The way of the Lord, p.130.60 Ibid., p.132.61 Ἐπεὶ οὖν μέλλουσιν λέγειν ὅτι ὁ Χριστὸς υἱός ἐστιν Δαυίδ αὐτὸς προφητεύει Δαυίδ φοβούμενος καὶ συνίωντὴν πλάνην τῶν ἁμαρτωλῶν […] Ἴδε πῶς Δαυὶδ λέγει αὐτὸν κύριον καὶ υἱὸν οὐ λέγει (Brn12,10a.11c). Esto<strong>su</strong>pone una crítica directa al mesianismo tradicional judío.62 Por ejemplo véase los casos: Mc 1,2-3 (Mal 3,1 e Is 40,3); 11,17 (Is 56,7 y Jer 7,11); 12, 29ss (Dt 6,4-5 y 1 S15,22).103


los Macabeos, aunque esta hipótesis no acaba <strong>de</strong> ser convincente. 63 Sicre argumenta que elsalmo es mucho más antiguo –quizás <strong>de</strong>l post-exilio– pues rasgos como el uso constante <strong>de</strong>lnombre divino, como la fórmula “oráculo <strong>de</strong>l Señor”, no eran ya acostumbrados; a<strong>de</strong>más, laSeptuaginta refleja “una vocalización distinta y ciertas omisiones”, 64 lo cual hace pensar que<strong>su</strong> fuente era <strong>de</strong> difícil traducción dada <strong>su</strong> antigüedad. Ahora, lo que no se pue<strong>de</strong> objetar, esque fue un texto fundamental en el cristianismo incipiente, el cual fue <strong>su</strong>jeto <strong>de</strong> unainterpretación evi<strong>de</strong>ntemente mesiánica. No es por ca<strong>su</strong>alidad que el redactor <strong>de</strong> Marcos lohaya retomado con la utilización <strong>de</strong> ese material tradicional –digamos, <strong>de</strong> ‘dichos <strong>de</strong> Jesús’–en <strong>su</strong> propia composición. Es conveniente ahora echar un vistazo al Salmo 110,específicamente a los primeros cuatro versículos, para ver luego con más claridad los acentosimplícitos en la perícopa.a) Salmo 110,1-4: Carácter sagrado <strong>de</strong>l ‘ungido’Salmo 109,1-4 (LXX)v.1 τῷ Δαυιδ ψαλμός εἶπεν ὁ κύριοςτῷ κυρίῳ μου κάθου ἐκ δεξιῶν μουἕως ἂν θῶ τοὺς ἐχθρούς σουὑποπόδιον τῶν ποδῶν σουSalmo 110,1-4 (Texto Masorético)לְד וִ֗‏ ד מִ֫‏ זְמִ֥‏ ‏ֹור נְא ‏ֻ֤ם יְהוָ֙ה׀ ל ‏ַֽאד ‏ֹנִ֗‏ י ‏ׁשִֵ֥‏ ב ל ‏ַֽימ ינ ‏ָ֑יע ד־א ִ֥ ‏ׁשית א ֹ ֹ֣ ם לְר גְלֶ‏ ‏ַֽיָך ׃ֹ֜ ִ֗ יְבֶיָך הֲד ֹv.2 ῥάβδον δυνάμεώς σουἐξαποστελεῖ κύριος ἐκ Σιων καὶκατακυρίευε ἐν μέσῳ τῶν ἐχθρῶνσουמ טֵ‏ ‏ַֽה־ע זְָךִ֗‏ י ‏ׁשְל ‏ֹ֣ח ֭ יְהו ה מ צ יָ֑‏ ‏ֹון ֹ֜ רְ‏ ‏ִ֗דֵה בְקֶֹ֣‏ רֶ‏ בא ‏ֹיְבֶ‏ ‏ַֽיָך׃v.3 μετὰ σοῦ ἡ ἀρχὴ ἐν ἡμέρᾳ τῆςδυνάμεώς σου ἐν ταῖς λαμπρότησιντῶν ἁγίων ἐκ γαστρὸς πρὸἑωσφόρου ἐξεγέννησά σε (v.3)ע מְָךֹ֣‏ נְד ב ‏ֹת֘‏ בְי֪‏ ‏ֹום ִ֫ חֵ‏ ילִֶָ֥ך בְ‏ ‏ַֽה דְרֵ‏ ֭ י־ק ‏ֹדֶׁש מֵרֶֹ֣‏ חֶםמ ָ֑ ‏ׁשְחר ֹ֜ לְ‏ ‏ָךִ֗‏ ט ‏ֹ֣ל י לְד תֶ‏ ‏ַֽיָך׃v.4 ὤμοσεν κύριος καὶ οὐμεταμεληθήσεται σὺ εἶ ἱερεὺς εἰς τὸναἰῶνα κατὰ τὴν τάξιν Μελχισεδεκנ ‏ׁשְב ‏ֻ֤ע יְהוָ֙ה׀ וְֹלִ֥‏ א י נ ִ֗ חֵם א ת ‏ַֽה־כ ‏ֹהִֵ֥ן לְעֹול ‏ָ֑םע ל־דֹ֜‏ בְר תִ֗‏ י מ לְּכ י־צֶ‏ ‏ַֽדֶק׃De acuerdo con Schökel y Carniti, se trata <strong>de</strong> un Salmo real, “<strong>de</strong> un rey o para unrey”, cuya característica común es hacer énfasis “en las tareas primordiales <strong>de</strong> un rey <strong>de</strong> Judá63 Cf. Le Donne, A. The historiographical Je<strong>su</strong>s. Memory, typology and the Son of David. Waco: BaylorUniversity Press, 2009, p.234.64 Sicre, J. De David al Mesías. Estella: Verbo Divino, 1995, p. 160.104


[…] asegurar la continuidad <strong>de</strong> la dinastía davídica, gobernar con justicia, <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r en laguerra”. 65Hay un consenso <strong>de</strong> que éste sea un salmo que albergue un tipo <strong>de</strong> ritual oceremonia <strong>de</strong> entronización. Pese a ello, el salmo en el versículo 4 contiene un datoenigmático, pues haciendo alusión a Melquise<strong>de</strong>c –figura real y sacerdotal jebusea en Génesis14,18ss– introduce un nuevo sentido a la visión <strong>de</strong> la monarquía davídica. Schökel y Carnitiseñalan tres gran<strong>de</strong>s líneas <strong>de</strong> interpretación al respecto, a saber, la que sostiene que “el reytambién es sacerdote”, 66otra la que propone “que el sacerdote <strong>de</strong>sempeña funciones <strong>de</strong>lgobierno real”, y por último, la que ve la coexistencia “<strong>de</strong> los dos po<strong>de</strong>res”, real y sacerdotal,en razón a la <strong>su</strong>cesión <strong>de</strong> los versículos 1a y 4a, don<strong>de</strong> fórmulas alusivas estánintencionalmente colocadas. 67 La primera línea –ampliamente aceptada; v.gr. G. Wi<strong>de</strong>ngren –,para la cual la figura <strong>de</strong> Melquise<strong>de</strong>c caería como anillo al <strong>de</strong>do –encontrando respaldo en 2Samuel 6; 8,18; 24,25, como en 1 Reyes 3,15 y capítulo 8–, indicaría que el Salmo 110 tieneun origen muy antiguo, cabiendo la posibilidad <strong>de</strong> que tenga un <strong>su</strong>strato pre-exílico. Lasegunda línea –<strong>de</strong>fendida por M. Trevers–, se explicaría por la ausencia <strong>de</strong> una figura real, loque <strong>su</strong>giere que el salmo tuvo <strong>su</strong> origen bien entrado el período <strong>de</strong>l Segundo Templo, inclusose ha querido situar en el tiempo <strong>de</strong> los Macabeos, pues esa figura <strong>de</strong> Melquise<strong>de</strong>c coincidiríacon las prerrogativas <strong>de</strong> gobierno y sacerdotales <strong>de</strong>tentadas por Simón Macabeo hacia 142a.C., y posteriormente por Hircano. Por último, la tercera línea –representada por H.H.Rowley – <strong>su</strong>pondría una especie <strong>de</strong> apología <strong>de</strong> la distinción <strong>de</strong> los dos estamentos, confunciones <strong>de</strong>marcadas, lo cual pue<strong>de</strong> evocar “el establecimiento <strong>de</strong>l Jerusalén, con <strong>su</strong>sinstituciones, como capital <strong>de</strong>l nuevo reino”, 68105remontándose así a una tradicióncontemporánea al inicio <strong>de</strong> la monarquía davídica. Empero, es posible que también evoque elrestablecimiento <strong>de</strong> Judá <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l exilio cuando había esperanzas reales en la figura <strong>de</strong>Zorobabel, en un contexto don<strong>de</strong> el <strong>su</strong>mo sacerdote y Templo comenzaban a afianzarse comoreferentes nacionales.Una cuarta hipótesis, tal y como Schökel y Carniti <strong>su</strong>gieren, sería consi<strong>de</strong>rar elSalmo 110 <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un trasfondo mesiánico, y por consiguiente que contenga más bien laesperanza en una figura que “englobe los dos po<strong>de</strong>res”. 69 <strong>El</strong>lo luego pudo haber sido el origen<strong>de</strong> una lectura posterior escatológica, que no necesitó remitirse a algún tipo <strong>de</strong> concreción65 Schökel, L.A.; Carniti, C. Salmos 75-150. Traducción, introducciones y comentario. Estella: Verbo Divino,1993, p.1370.מלך ( justo’ 66 Curiosamente en el Targúm <strong>de</strong>l Salmo 110, el intérprete en lugar <strong>de</strong> leer el nombre propio, lee ‘reydavídica. separando así la dimensión sacerdotal <strong>de</strong> la figura ‏,(זכי67 Schökel, L.A.; Carniti, C. Salmos 75-150., pp. 1371-1373.68 Ibid., p.1372.69 Ibid., p.1373.


histórica; <strong>de</strong> esa lectura <strong>de</strong>rivaría el mesianismo judío en sentido propio, en torno al sigloprimero antes <strong>de</strong> Cristo.Enfocando ahora el texto, se alu<strong>de</strong> al diálogo entre dos señores, Yahveh y el rey,‘señor’ <strong>de</strong>l salmista. Sicre señala que ‏ׁשִֵ֥‏ ב ל ‏ַֽימ ינ ‏ָ֑י (‘siéntate a mi diestra’) tiene un uso similar a 1Reyes 2,10, don<strong>de</strong> se convida a la madre <strong>de</strong> Salomón a ‘sentarse a la <strong>de</strong>recha’ <strong>de</strong>l rey, por loque <strong>su</strong>pone un sentido <strong>de</strong> “dignidad”. 70 En efecto, el <strong>su</strong>stantivo הֲד ‏ֹם ֹ֣ (‘escabel’) hace imaginarun trono. Sicre consi<strong>de</strong>ra que el oráculo que correspon<strong>de</strong> al versículo 1, conjuga “invitación(“siéntate”), promesa (“exten<strong>de</strong>rá el Señor el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> tu cetro”), y or<strong>de</strong>n (“somete a tusenemigos”)”. 71Ahora bien, pese a que Marcos 12,35-37 contiene sólo la cita <strong>de</strong>l primer versículo,es justo consi<strong>de</strong>rar lo que no se citó <strong>de</strong>l Salmo, sobre todo lo que se dice en los versículos másinmediatos. <strong>El</strong> versículo 2, <strong>de</strong>sarrolla un poco más ese matiz bélico que se percibe en elanterior. La alusión a א ‏ֹיְבֶ‏ ‏ַֽיָך (‘tus enemigos’) lo refuerza. Ese tema reaparece, más explícito, enlos versículos 5 al 7, curiosamente don<strong>de</strong> acontece un cambio <strong>de</strong> persona al referirse al rey,pues se pasa <strong>de</strong> segunda persona singular a tercera singular. <strong>El</strong> uso simbólico <strong>de</strong>(‘cetro <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r’) hace alusión a <strong>su</strong> señorío justo y recto. 72מַ‏ ט ה־עֻ‏ זְּ‏ ‏ָךViene ahora un versículo <strong>de</strong> difícil traducción. Si se compara el versículo 3 con el<strong>de</strong> la Septuaginta ello luego salta a la vista. Sicre traduce <strong>de</strong>l hebreo, “Tu pueblo esgenerosidad, en el día <strong>de</strong> tu fuerza, en esplendor sagrado, <strong>de</strong>l seno <strong>de</strong> la aurora, a ti el rocío <strong>de</strong>tu juventud”. 73 La Septuaginta, por <strong>su</strong> lado, tradujo מֵרֶֹ֣‏ חֶם מ ָ֑ ‏ׁשְחר ֹ֜ לְ‏ ‏ָךִ֗‏ ט ‏ֹ֣ל י לְד תֶ‏ ‏ַֽיָך ׃ (‘<strong>de</strong>l seno <strong>de</strong> laaurora a ti el rocío <strong>de</strong> tu juventud’) por ἐκ γαστρὸς πρὸ ἑωσφόρου ἐξεγέννησά σε (‘<strong>de</strong>l vientre,antes <strong>de</strong> la aurora te engendré’). Fitzmyer señala entonces que la cita “pue<strong>de</strong> <strong>su</strong>gerir que elrey es uno concebido antes <strong>de</strong> la creación”, sin embargo, no encuentra en ello un trazo <strong>de</strong>evolución mesiánica en el sentido estricto y teológico, pues en el fondo sigue refiriéndose a laentronización <strong>de</strong> un rey davídico. 74 <strong>El</strong> lenguaje simbólico y celeste, en razón <strong>de</strong>l versículo 4,quiere cubrir ese momento <strong>de</strong> entronización con un sentido sagrado y litúrgico. Le Donnetiene razón en consi<strong>de</strong>rar el Salmo 110 como especie <strong>de</strong> resonancia <strong>de</strong> la promesa davídica <strong>de</strong>2 Samuel 7, pues “(1) David, (2) entronización, (3) herencia eterna, (4) <strong>de</strong>scanso <strong>de</strong> los70 Sicre, De David al Mesías, p.162.71 Ibí<strong>de</strong>m.72 Schökel, Carniti, Salmos 75-150, p. 1374.73 Sicre, De David al Mesías, p. 163.74 Fitzmyer, J. A. The one who is to come. Grand Rapids: Wm. E. Eerdmans, 2007, p.78.106


enemigos, (5) promesa <strong>de</strong> <strong>de</strong>scendientes, (6) juramento divino”, 75 son elementos recurrentes ycomunes. Luego en relación con el versículo 4, el texto <strong>de</strong> 2 Samuel 7,13 da a enten<strong>de</strong>r que elHijo <strong>de</strong> David, construiría el Templo <strong>de</strong> Yahveh. Por tanto, la dimensión monárquica y lasacerdotal, en la figura <strong>de</strong> la promesa davídica son complementarias, por lo que no <strong>de</strong>becausar extrañeza.En el versículo 4 aunque se pueda –quizás arbitrariamente– enten<strong>de</strong>r la frase σὺ εἶἱερεὺς εἰς τὸν αἰῶνα (‘tú eres sacerdote para siempre’) como una especie <strong>de</strong> carácter eterno <strong>de</strong>la figura o personaje real a la cual se ha venido refiriendo el salmo, originalmente <strong>su</strong> sentidoera, con mayor seguridad, una forma <strong>de</strong> respaldo o aprobación divina (‘divine endorsement’),que le habilitaba tanto monarca como sacerdote, y <strong>de</strong> ahí, el recurso tipológico <strong>de</strong>‘Melquise<strong>de</strong>c’. 76 Le Donne concluye que “el salmista […] parece haber visto en el pacto [opromesa] davídico, una legitimación <strong>de</strong>l oficio sagrado <strong>de</strong>l rey” y, por consiguiente, “el apeloa Melquise<strong>de</strong>c es tipológico en <strong>su</strong> naturaleza”. 77 Sicre sostiene que ese apelo, obe<strong>de</strong>ce a doscosas: primero a legitimarse ante el pueblo cananeo, en tanto que la figura es tomada <strong>de</strong> latradición jebusea, y segundo, tener un rango <strong>de</strong> sacerdote, que no lo tenía, al no pertenecer ala casta <strong>de</strong> Aarón; <strong>de</strong> ahí que fundamentara <strong>su</strong> sacerdocio ‘según el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Melquise<strong>de</strong>c. 78La exaltación en sentido original, se compren<strong>de</strong> entonces <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la óptica <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ologíamonárquica davídica que propugna un carácter sagrado, sacerdotal.b) Fusión tipológica en Marcos 12,36: Cristo, Melquise<strong>de</strong>c e Hijo/Señor <strong>de</strong> DavidEn el contexto <strong>de</strong> Marcos, y <strong>de</strong> la perícopa, justamente lo que se quiere acentuar,es el carácter escatológico y celeste <strong>de</strong>l Mesías. Des<strong>de</strong> allí, la cita simplemente habla <strong>de</strong> laglorificación <strong>de</strong>l Mesías, que le constituye Señor e Hijo <strong>de</strong> Dios, y le somete todo bajo <strong>su</strong>spies. La forma tradicional que había recogido Marcos tenía ya ese tenor. <strong>El</strong> redactor <strong>de</strong>Marcos <strong>de</strong>staca esa forma, colocándola en una composición don<strong>de</strong> ha movido las piezascuidadosamente, poniendo énfasis que quedan reflejados en el cuadro redaccional <strong>de</strong> Marcos12,35-37. <strong>El</strong> ‘templo’ y la ‘instrucción <strong>de</strong> Jesús’ remiten a la cuestión <strong>de</strong> la autoridad <strong>de</strong>Jesús. Ahora, la índole <strong>de</strong> esa autoridad, como se ha visto, es escatológica y universal; enotras palabras, divina. <strong>El</strong> primer rasgo está en la propia introducción y conclusión a la cita <strong>de</strong>lSalmo 110,1: David “en el Espíritu Santo”, lo llama “mi Señor” (v.36ab). <strong>El</strong>lo es <strong>su</strong>ficienteindicio para que J. Marcus i<strong>de</strong>ntifique el salmo citado en el Evangelio, como una “profecía75 Le Donne, The historiographical Je<strong>su</strong>s…, p. 238.76 Ibid., p. 237.77 Ibid., p. 240, 236.78 Cf. Sicre, De David al Mesías, pp.164-165.107


escatológica”. Este autor señala que “en el período <strong>de</strong>l post-exilio, con la incorporación <strong>de</strong>lsalmo en el Salterio, <strong>su</strong> horizonte había sido transformado [<strong>de</strong> un ritual <strong>de</strong> “coronación”] en laesperanza escatológica <strong>de</strong> que el reino <strong>de</strong> Yahveh vendría a ser universalmente efectivo en elfinal <strong>de</strong> los días”. 79 R. Watts, por <strong>su</strong> lado, sostiene que “la comprensión única <strong>de</strong> la exaltaciónen el Salmo 110, probablemente dio forma a otros dos pasajes, que fueron leídos con unsentido escatológico”, y que luego fueron fundamentales para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la mesianología‘cristiana’, como son “la exaltación <strong>de</strong>l Siervo obediente y <strong>su</strong>friente <strong>de</strong> Isaías 52,13ss” y “laexaltación <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong>l Hombre <strong>de</strong> Daniel 7,13”. 80Ya bien a<strong>de</strong>ntrado el período intertestamentario, esa trayectoria ‘escatológica’, <strong>de</strong>la comprensión <strong>de</strong>l salmo se hizo evi<strong>de</strong>nte en el documento <strong>de</strong> 11QMelquise<strong>de</strong>c. J. Marcussostiene que elementos tales como “exaltación a la mano <strong>de</strong>recha <strong>de</strong> Dios, reinado divino,victoria sobre los enemigos y juicio”, 81 son comunes tanto al documento <strong>de</strong> Qumrán como alSalmo 110. Los aspectos <strong>de</strong> ‘victoria’ y ‘juicio’ que están presentes y se <strong>su</strong>brayan en el texto<strong>de</strong> Qumrán, <strong>de</strong>notan ese acento fuertemente escatológico. En el ámbito cristiano laRe<strong>su</strong>rrección y la promesa <strong>de</strong> la Parusía también otorgaron esa clave <strong>de</strong> interpretación. Esinteresante como el autor relaciona, siguiendo a M.C. <strong>de</strong> Boer, los textos neotestamentarios,cuya cita <strong>de</strong>l Salmo 110,1 está fundida con el Salmo 8,7, con una “tradición apocalíptica” quese retomó para “hablar <strong>de</strong> la re<strong>su</strong>rrección <strong>de</strong> Cristo como victoria”. 82Sin embargo, el tono polémico que envuelve Marcos 12,35-37 tiene un valoragregado que, como se ha insistido aquí, tiene que ver con la cuestión <strong>de</strong> autoridad mesiánica<strong>de</strong> Jesús. Es claro que la exaltación es el aspecto común en textos como Hechos 2,34-35,Colosenses 3,1, Hebreos 1,3;8,1,10,12;12,2, y Marcos 14, 62 y paralelos, don<strong>de</strong> el salmo escitado, pero el tono específico <strong>de</strong> Marcos 12,35-37 re<strong>su</strong>ena en la investidura <strong>de</strong>l Señorío <strong>de</strong>l‘Cristo’. <strong>El</strong> <strong>problema</strong> <strong>de</strong> la filiación mesiánica parece atizar la polémica, al querer indagarmás sobre en qué sentido es ‘Hijo <strong>de</strong> David’. Empero, no es una cuestión apenas <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidadsino, <strong>de</strong> lo que la funda y sostiene. <strong>El</strong> tema <strong>de</strong> la filiación el cual queda remarcado en laperícopa, está <strong>su</strong>peditado a esa, digamos así, ‘investidura’ divina. Incluso ese matiz pareceganar vigor si se consi<strong>de</strong>ra el versículo 3 <strong>de</strong>l Salmo 110 <strong>de</strong> la Septuaginta, pues cuando sedice ἐκ γαστρὸς πρὸ ἑωσφόρου ἐξεγέννησά σε (‘<strong>de</strong>l vientre antes <strong>de</strong> la aurora te he engendrado’)da a enten<strong>de</strong>r que esa generación filial, otrora con un sentido <strong>de</strong> ‘adopción’, se constituye en79 Marcus, J. The way of the Lord, p.136.80 Watts, R.E. Mark, en: Beale, G.K., Carson, D.A (eds.). Commentary on the New Testament Use of the OldTestament. Grand Rapids: Baker Aca<strong>de</strong>my, 2007, pp.220-221.81 Marcus, J. The Way of the Lord, p.136.82 Ibid., p. 134. Los textos son: 1Cor 15,25-27, Ef. 1,20-23, 1 Pe 3,21b-22.108


fundamento divino <strong>de</strong>l ser y actuar <strong>de</strong>l Mesías. La filiación divina sería –y <strong>su</strong>puso en Marcos–una insoslayable consecuencia.Por <strong>su</strong> parte, el versículo 4 <strong>de</strong>l salmo, aunque no aparezca en la perícopa, pue<strong>de</strong>quedar sobreentendido, porque contiene un rasgo <strong>de</strong> autoridad que se hace explícito en laactuación <strong>de</strong> Jesús en Templo. En ese versículo el rey es <strong>de</strong>clarado “sacerdote para siempre”(σὺ εἶ ἱερεὺς εἰς τὸν αἰῶνα) “según el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Melquise<strong>de</strong>c” (κατὰ τὴν τάξιν Μελχισεδεκ). ParaAíla Andra<strong>de</strong>, a partir <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> 11QMelquise<strong>de</strong>c, esa figura sacerdotal es <strong>su</strong>sceptible <strong>de</strong>reunir “los principales elementos <strong>de</strong> las diversificadas tradiciones mesiánicas”, 83 por lo que nofue mera ca<strong>su</strong>alidad que el uso <strong>de</strong>l Salmo 110 fuera tan requerido en el ambiente cristiano.Ahora, si se presta atención al versículo 4, <strong>de</strong> nuevo el protagonismo <strong>de</strong> Yahveh esfundamento <strong>de</strong> <strong>su</strong> ‘ungido’, pues él mismo le constituye. Curiosamente, al igual que David, 84Jesús no es levita por lo que <strong>su</strong> dimensión cultual-existencial <strong>de</strong>be basarse en un sacerdocio<strong>de</strong> otra índole. En ese sentido, <strong>de</strong> acuerdo con Le Donne, “el Jesús <strong>de</strong> Marcos está usando elsalmo 110 para reivindicar una autoridad sagrada, lo cual habría sido percibido como unaamenaza por las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Templo […pues…] el Mesías también tendría unajurisdicción cúltica”. 85Por tanto, la combinación <strong>de</strong>l duplo rol –real y sacerdotal– y laexaltación <strong>de</strong> una figura escatológica son los rasgos típicos que evolucionaron hacia unatradición escatológica-mesiánica. A propósito R. Watts sostiene que:el Jesús <strong>de</strong> Marcos ya se ha i<strong>de</strong>ntificado a sí mismo con las figuras exaltadas <strong>de</strong>Daniel 7 e Isaías 52-53 (eg. 2,10.28; 8,38; 10,45; 14,62) [entre tanto] las acciones yla enseñanza <strong>de</strong> la Torá en el Templo muestran <strong>su</strong> autoridad <strong>de</strong>finitiva sobre lapureza <strong>de</strong>l culto <strong>de</strong> Israel […por tanto…] la cita no sólo implica la autoridadsacerdotal <strong>de</strong> Jesús, sino a<strong>de</strong>más que ésta, en virtud <strong>de</strong> <strong>su</strong> carácter ‘<strong>de</strong> Melquise<strong>de</strong>c’,remplaza el <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l templo. 86Para este autor, si la cuestión acaba sólo en la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica <strong>de</strong> Jesús, notendría mucho sentido incluir la parte que correspon<strong>de</strong> al sometimiento <strong>de</strong> <strong>su</strong>s “enemigos bajo<strong>su</strong>s pies”. Todo ello refuerza lo que se ha venido <strong>de</strong>fendiendo aquí, no obstante, esa autoridad,ya esclarecida, se funda en el señorío y paternidad ‘<strong>de</strong>l Señor’. Las claves, que el propioredactor recalca en la perícopa, tales como el Templo, y <strong>de</strong> un modo indirecto apoyándose enel dicho pre-marcano, <strong>su</strong>s adversarios <strong>de</strong>l Templo, los ‘escribas’ –en el caso concreto <strong>de</strong> laperícopa. <strong>El</strong>los son quienes han cuestionado anteriormente <strong>su</strong> autoridad; pese a la buena83 Andra<strong>de</strong>, Aíla L.P. <strong>de</strong>. À maneira <strong>de</strong> Melquise<strong>de</strong>que: o Messias segundo o judaísmo e os <strong>de</strong>safios dacristologia no contexto neotestamentário e hoje. Belo Horizonte: FAJE, 2008. (tesis), p. 178.84 R. Watts argumenta que “para <strong>su</strong>plantar la figura jebusea <strong>de</strong>l rey-sacerdote, los reyes davídicos seinvolucraron en varias activida<strong>de</strong>s sacerdotales” como lo atesta 2 Samuel 6,14-18;24,25 y 1 Reyes 3,4.15;8,5.62-64; 9,25. Watts, R.E. Mark, p.220.85 Le Donne, The historiographical Je<strong>su</strong>s…, p.246.86 Watts, R.E., Mark, p.222.109


actitud <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> ellos, Jesús respon<strong>de</strong> confrontando <strong>su</strong> doctrina mesiánica, y luego <strong>su</strong> moral(cf. Mc 12,38ss). Curiosamente, esos dos elementos, la instrucción en el Templo y los‘escribas’, están ausentes en los paralelos <strong>de</strong> Mateo y Lucas (cf. Mt 22,41-46; Lc 20,41-44).En Mateo adquiere una típica forma <strong>de</strong> ‘diálogo <strong>de</strong> controversia’ (Streitgespräch) enconfrontación con los fariseos, lí<strong>de</strong>res más bien populares, mientras que en Marcos, Jesúspone en cuestión, frente a la muchedumbre, la enseñanza <strong>de</strong> ‘los escribas’, reconocidos comoautoridad oficial ligada al Templo y a los saduceos. Aquí, por tanto se pue<strong>de</strong> vislumbrar unaten<strong>de</strong>ncia propia y única en Marcos, con la cual se hace hincapié, a partir <strong>de</strong> la cuestión <strong>de</strong> lai<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l Mesías, en el fundamento <strong>de</strong> <strong>su</strong> autoridad.Si se consi<strong>de</strong>ra el juicio que ha <strong>de</strong> venir ante el Sanedrín y ante Pilatos, es posiblepercibir que tal autoridad con la cual Jesús actuó y enseñó en el contexto <strong>de</strong> Templo, estépidiendo un <strong>de</strong>fensor, un garante, mayor y universal, que no se circunscribe en el culto y lagerencia <strong>de</strong>l Templo, y quien no es comparable con el César. La ‘filiación’ <strong>de</strong>l Mesías se abrepues hacia <strong>su</strong> fuente verda<strong>de</strong>ra. Es por esa razón que la filiación davídica tradicional que seformuló quizás por primera vez en Salmos <strong>de</strong> Salomón 17,21 sea ahora ‘in<strong>su</strong>ficiente’. Lo queperdura es <strong>su</strong> sentido ‘escatológico’, pues la victoria <strong>de</strong> <strong>su</strong> “ungido” Hijo <strong>de</strong> David <strong>de</strong>pen<strong>de</strong><strong>de</strong> la fuerza Dios y no <strong>de</strong> medios militares (cf. SlSal 17,32-34a), pero <strong>su</strong> dimensión máspolítica y nacionalista (cf. SlSal 17, 22.26-30), no se a<strong>de</strong>cúa al contexto <strong>de</strong> Marcos.2.7. Un título problemático: Hijo <strong>de</strong> David en el contexto vital e histórico <strong>de</strong> MarcosPese a ello, Salmos <strong>de</strong> Salomón 17 posiblemente haya sido conocido por losautores y la tradición pre-marcanos, pues el tema <strong>de</strong> la ‘purificación <strong>de</strong> Jerusalén’ por el Hijo<strong>de</strong> David (SlSal 17,30), <strong>de</strong>l invasor y <strong>de</strong>l pecador (cf. SlSal 17,22-23), prepara el camino paraque “vengan las gentes <strong>de</strong> los confines <strong>de</strong> la tierra […] para contemplar la gloria <strong>de</strong>l Señor”(SalSl 17,31), tal y como se expresa en Marcos 11,17. Es claro que nos confrontamos con untítulo mesiánico tradicional, pero escasamente usado en Marcos, y cuyo redactor prefiere darpreeminencia a ‘Hijo <strong>de</strong>l Hombre’, como el título que mejor caracteriza el mesianismo <strong>de</strong>Jesús.La in<strong>su</strong>ficiencia <strong>de</strong> ‘Hijo <strong>de</strong> David’ para expresar toda la riqueza teológica <strong>de</strong>Cristo es razón ‘<strong>su</strong>ficiente’. Figuras como Melquise<strong>de</strong>c o el Hijo <strong>de</strong> David, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> laimagen profética <strong>de</strong>l ‘Siervo’ <strong>de</strong> Isaías 52, parecen con<strong>de</strong>nsarse en la figura escatológica <strong>de</strong>Daniel 7. A<strong>de</strong>más, como se pue<strong>de</strong> sospechar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la propia perícopa, la filiación divina <strong>de</strong>lMesías es más <strong>de</strong>nsa y justa con la experiencia <strong>de</strong> fe e imagen <strong>de</strong> Jesús que la comunidadcristiana tiene. Jesús es fundamentalmente el Hijo. A este respecto, es interesante la110


comparación que D. Roure hace con 11QMelquise<strong>de</strong>c don<strong>de</strong> se recurre a las mismas fuentes.Según él, en este texto se constatan imágenes <strong>de</strong> Daniel 9,25 (‘príncipe mesías’) y <strong>de</strong> Isaías52,7 (‘mensajero <strong>de</strong> paz’), que luego se concatenan con la figura escatológica <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong>lHombre y la <strong>de</strong> Melquise<strong>de</strong>c, pero cuyo interés es sólo “presentar varias facetas <strong>de</strong> las figurasmesiánicas (no unificadas en Qumrán) <strong>de</strong> las cuales Marcos hace eco y las unifica en la figura<strong>de</strong> Jesús”. 87 Por tanto, esa experiencia única <strong>de</strong> la mesianidad <strong>de</strong> Jesús provoca que el títulopor sí mismo no logre expresar la <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> <strong>su</strong> significado para Marcos, sin embargo <strong>su</strong>función es mostrar precisamente esa reelaboración <strong>de</strong> las imágenes mesiánicas tradicionales. 88Ahora pue<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>rse en qué sentido el título es in<strong>su</strong>ficiente, y se pida por lotanto la concurrencia <strong>de</strong> otras imágenes y títulos que expresan con más fi<strong>de</strong>lidad la persona <strong>de</strong>Jesús. Llama la atención en el texto, cómo el propio Jesús hable <strong>de</strong> sí, aunque <strong>de</strong> un modoindirecto. <strong>El</strong>lo también se constata en los tres anuncios <strong>de</strong> <strong>su</strong> Pasión (Mc 8,31;9,31;10,33),don<strong>de</strong> se compren<strong>de</strong> como Hijo <strong>de</strong>l Hombre, como en la pregunta que él mismo hacepreviamente acerca <strong>de</strong> <strong>su</strong> i<strong>de</strong>ntidad, provocando así la profesión cristológica <strong>de</strong> Pedro (Mc8,27ss). Es probable que estemos frente a un contexto vital <strong>de</strong> instrucción o catequesis, don<strong>de</strong>quien pue<strong>de</strong> hablar con autoridad <strong>de</strong> sí mismo es la voz propia <strong>de</strong> Jesús, que como vimos en elcontexto <strong>de</strong> Marcos 12,35-37, es llamado y presentado como διδάσκαλε (‘maestro’; cfr. Mc12,14.19.32) o como Ραββουνί (Mc 10,51). En ese sentido, J.-M. Van Cangh afirma que“Jesús no niega <strong>de</strong> modo alguno el título <strong>de</strong> ‘Hijo <strong>de</strong> David’, pero lo consi<strong>de</strong>ra ambiguo y portanto in<strong>su</strong>ficiente para <strong>de</strong>finirle”. 89 Ahora, la cuestión va más allá <strong>de</strong>l mero esclarecimiento <strong>de</strong><strong>su</strong> i<strong>de</strong>ntidad.<strong>El</strong> Sitz im Leben <strong>de</strong> la perícopa y <strong>su</strong> contexto pue<strong>de</strong> ubicarse en un contexto <strong>de</strong>instrucción, pero la aclaración que <strong>su</strong>pone el logion <strong>de</strong> Jesús acerca <strong>de</strong> la filiación <strong>de</strong>l Cristopue<strong>de</strong> también estar reflejando una situación <strong>de</strong> confrontación que la comunidad –ocomunida<strong>de</strong>s– estuvieran viviendo. J. Marcus sostiene que Marcos “es consciente <strong>de</strong> loseventos en torno a la gran Revuelta Judía <strong>de</strong> 66-74 d.C. y que, <strong>de</strong> hecho, él y algunosmiembros <strong>de</strong> <strong>su</strong> comunidad han <strong>su</strong>frido como re<strong>su</strong>ltado <strong>de</strong> las tentativas <strong>de</strong> losrevolucionarios <strong>de</strong> purificar Israel <strong>de</strong> la influencia gentil”. 90 En el capítulo anterior se indicó,según el testimonio <strong>de</strong> Falvio Josefo, que los lí<strong>de</strong>res <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> esos movimientos87 Roure, D. La Figure <strong>de</strong> David dans l’Evangile <strong>de</strong> Marc: <strong>de</strong>s traditions juives aux interprétations évangeliques,en: Desrousseaux, J., Vermeylen J (eds.). Figures <strong>de</strong> David à travers la Bible. Paris: Cerf, 1999, p. 409.88 Cf. ibid., p. 398.89 Cangh, J-M. Van. “Fils <strong>de</strong> David” dans les Synoptiques, en: Desrousseaux, J., Vermeylen J. (eds.). Figures <strong>de</strong>David…, p. 367.90 Marcus, J. The way of the Lord, p. 146.111


evolucionarios “mesiánicos”, que proliferaron en ese tiempo <strong>de</strong> crisis, reavivaron lasexpectativas mesiánicas en Palestina. La promesa mesiánica <strong>de</strong> Salmos <strong>de</strong> Salomón 17 y todala tradición que le sobrevino ganó nuevos bríos. Quizás eso fue lo que motivó al redactor, conmayor ahínco, a incluir ese acento en la sección <strong>de</strong>l Templo, más que una contestación oreacción inmediata a una situación <strong>de</strong> persecución 91 –lo cual es perfectamente plausible enMarcos dado el énfasis en el ‘seguimiento’ y en ‘la cruz’. A pesar <strong>de</strong> que no hay pruebas <strong>de</strong>que ostentaran los títulos <strong>de</strong> ‘mesías’ e ‘Hijo <strong>de</strong> David’, –seguramente no llego a <strong>su</strong>ce<strong>de</strong>rhasta la indicación <strong>de</strong> “Mesías Hijo <strong>de</strong> José” por Bar Kokhba en el siglo segundo– los actossimbólicos retratados por Josefo, <strong>de</strong>notan la posibilidad <strong>de</strong> una aclamación mesiánica porparte <strong>de</strong> las masas. Para J. Marcus “posiblemente los lectores <strong>de</strong> Marcos pudieron ver laentrada triunfal <strong>de</strong> Jesús en Jerusalén como un anti-tipo <strong>de</strong> la entrada <strong>de</strong> Simon [bar Giora] enAbril-Mayo <strong>de</strong>l año 69”. 92 Esto llevó a la comunidad y al evangelista a replantear seriamenteel tema <strong>de</strong>l mesianismo y profundizar en el contraste <strong>de</strong> Je<strong>su</strong>cristo con esos otros “falsosmesías” (cfr. Mc 13,6-7.22). De ahí, el sentido que ganan los adverbios ‘cómo’ o ‘<strong>de</strong> dón<strong>de</strong>’,es <strong>de</strong>cir, ‘en qué sentido’ el Mesías pue<strong>de</strong> ser Hijo <strong>de</strong> David.Tal indagación lleva hacia lo que radicalmente pue<strong>de</strong> fundar tal i<strong>de</strong>ntidad. <strong>El</strong>señorío <strong>de</strong> Dios –o <strong>su</strong> Reino– le ha constituido ‘Señor’, tal y como queda ilustrado en la cita<strong>de</strong>l Salmo 110,1. Este título o apelativo tiene inequívocamente un matiz <strong>de</strong> autoridad, que enel contexto previo <strong>de</strong> la perícopa adquiere mayor realce. Las obras y palabras <strong>de</strong> Jesús en eseámbito tienen ya un respaldo, pues ellas visan recíprocamente el señorío <strong>de</strong> Dios. Suautoridad cuando es reconocida, cómo el caso <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los escribas, hace que no se esté muylejos <strong>de</strong>l Reino <strong>de</strong> Dios (Mc 1,15//12,34). Esa cercanía fue el fundamento <strong>de</strong> la misión <strong>de</strong>aquel que se sintió hijo y enviado, y <strong>de</strong> quien luego fuera llamado ‘Señor’.2.8. Jesús como KyriosLa confesión <strong>de</strong>l señorío <strong>de</strong> Jesús no era una novedad, pues ya hay testimoniosevi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> ello en pasajes como 1 Corintios 12,3 y Romanos 10,9: Κύριος Ἰησοῦς (“Jesús esSeñor”). Tal formulación, se <strong>de</strong>be en parte, siguiendo a Oscar Cullmann, al influjo <strong>de</strong> lacomunidad judía helenista y <strong>su</strong> uso <strong>de</strong> la Septuaginta, don<strong>de</strong> Kyrios <strong>de</strong>signa a Yahveh.Fitzmyer, también agrega a esa tesis, que Kyrios proviene <strong>de</strong> un uso arameo anterior al91 J. Marcus basa <strong>su</strong> argumento en el enlace que hace <strong>de</strong> Marcos 11,9-10 y 15,31, don<strong>de</strong> se hace eco en tonoirónico, <strong>de</strong> la aclamación <strong>de</strong> Jesús en <strong>su</strong> entrada a Jerusalén. La mofa, en esa lógica, representaría la oposición encontra <strong>de</strong> la comunidad. Cf. ibid., p.150.92 Ibid., p.148.112


cristianismo. 93 Así, la aclamación en arameo <strong>de</strong> maranathá (‘ven Señor’) atestada en 1Corintios 16,22, que probablemente en el ámbito judío palestino se utilizaba para aclamar aYahveh, ahora era dirijida a Jesús por los ju<strong>de</strong>ocristianos palestinos. Quizás la fórmula ἔρχουκύριε Ἰησου <strong>de</strong> Apocalípsis 22,20, sea un eco –y prueba– <strong>de</strong> esa antigua aclamación a<strong>su</strong>midapor la comunidad cristiana. No obstante, O.Cullmann advierte que esa confesión <strong>de</strong> lacomunidad cristiana no implicaba una i<strong>de</strong>ntificación, “porque él no es el Abba”, sino más bienindica una “equiparación” <strong>de</strong> Jesús (Gleichsetzung) con el señorío <strong>de</strong> Dios, para “expresar así<strong>su</strong> transcen<strong>de</strong>ncia y <strong>su</strong> status <strong>de</strong> majestad”. 94Fitzmyer concluye que se trata <strong>de</strong> unaaclamación primitiva que expresaba “la venida parousiaca, escatológica, majestuosa ytambién judicial <strong>de</strong> Jesús”. 95Ahora bien, ese carácter <strong>de</strong> Señor como se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>ducir <strong>de</strong> lo anterior, estáfunción al Padre. No se <strong>de</strong>be así mismo, como Marcos 12,35-37 lo ilustra en la cita <strong>de</strong> Salmo110,1. <strong>El</strong> señorío <strong>de</strong> Jesús Señor es relacional, pues <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l señorío <strong>de</strong> Dios, y esaconexión le autoriza <strong>su</strong> acción y actividad, terrenal y escatológica. Este carácter relacional y<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la autoridad <strong>de</strong> Jesús es la que está contenida en el título Kyrios a éladjudicado. M. Hengel en una bella interpretación <strong>de</strong> Filipenses 2,5-11, sostiene:Que la aclamación, “Jesús es Kyrios”, es hecha “a la gloria <strong>de</strong> Dios Padre”, muestraque el título “Kyrios” y el título Hijo están conectados en la mejor forma posible.Esta aclamación es el fin <strong>de</strong> la creación y <strong>de</strong> la historia, o <strong>de</strong> un modo más preciso,el fin <strong>de</strong> la auto-revelación <strong>de</strong> dios a través <strong>de</strong>l Hijo: “Cuando todas las cosas esténsometidas a él, entonces el propio Hijo va a somenterse a <strong>El</strong>, quien puso todas lascosas bajo él, para que Dios sea todo en todo” (1 Cor 15,28). 96He aquí el sentido último <strong>de</strong> la autoridad mesiánica <strong>de</strong> Jesús.3. Conclusiones teológico-exegéticas3.1 Reinado <strong>de</strong> Dios: fundamento <strong>de</strong> la autoridad mesiánicaA modo <strong>de</strong> recapitulación, hay pues cuatro posibilida<strong>de</strong>s, según J-M. Van Cangh,<strong>de</strong> interpretar el sentido <strong>de</strong> ese título ‘Hijo <strong>de</strong> David’ en la perícopa <strong>de</strong> Marcos. Una, <strong>de</strong>acuerdo a W. Wre<strong>de</strong>, que más bien prevé una “respuesta negativa” a la cuestión <strong>de</strong> si el93 Fitzmyer, J.A. To Advance the Gospel: New Testament Studies. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1998, p.221.94 Ibíd., p.223.95 Ibíd., pp. 228-229.96 Hengel, M. Christological Titles in Early Christianity, en: Charlesworth, J. H. (ed.). The Messiah.Developments in earliest Judaism and Christianity. Minneapolis: Fortress Press, 1992, p.442.113


Mesías tiene esa filiación. Una segunda interpretación consistiría “en rechazar el título […] yaceptar la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia davídica <strong>de</strong> Jesús, según la carne”. Otra “solución”, propuesta por F.Hann, sería “interpretar el texto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una cristología <strong>de</strong> dos niveles”, basándose en Romanos1,3-4. 97 Por último, Van Cangh se <strong>de</strong>canta por la posibilidad textual <strong>de</strong> contrastar el título hijo<strong>de</strong> David, con el <strong>de</strong> ‘Hijo <strong>de</strong> Dios’, que en la perícopa “está sobreentendido”, y en virtud <strong>de</strong>lcual, Jesús “merece entonces el título <strong>de</strong> Señor <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>su</strong> vida pública”. 98 En esa lógica‘Hijo <strong>de</strong> Dios’ entrañaría ese fundamento divino <strong>de</strong>l cual se está hablando a lo largo <strong>de</strong> estecapítulo. Sin embargo, todavía el acento <strong>de</strong>scansa sobre <strong>su</strong> i<strong>de</strong>ntidad.<strong>El</strong> sentido kerigmático <strong>de</strong>l Evangelio, en complicidad con la teoría <strong>de</strong>l SecretoMesiánico, obliga esa lectura. <strong>El</strong>lo no significa que aquí se le quiera <strong>de</strong>sacreditar o cuestionar,no, lo que se busca es lo que en entrelíneas se dice, y que por <strong>su</strong> contexto gana unasignificación nueva, conservando la otra clave más i<strong>de</strong>ntitaria. W. Marxsen, impugnaba latesis <strong>de</strong> A. von Harnack que sostenía que el contenido <strong>de</strong> τὸ εὐαγγέλιον τοῦ θεοῦ (‘la nuevanoticia <strong>de</strong> Dios’; Mc 1,14) era ἡ βασιλεία τοῦ θεοῦ (‘el Reino <strong>de</strong> Dios’). 99 Siendo que τοῦεὐαγγελίου Ἰησοῦ Χριστου (Mc 1,1) pue<strong>de</strong> ser un genitivo objetivo y <strong>su</strong>bjetivo, Marxsen<strong>de</strong>fien<strong>de</strong> que el contenido al cual se refiere el redactor <strong>de</strong> Evangelio, es el propio Jesúskerigmático. Jesús es la Buena Noticia <strong>de</strong> Dios (v.14) por tanto re<strong>su</strong>ltaría “obvio que elevangelista entienda por [‘evangelio’] Parusía”,acompañada <strong>de</strong> un apelo a la ‘conversión’ y a la ‘fe’.100puesto que <strong>su</strong> proclamación vaDel lado contrario, W. Kelber, consi<strong>de</strong>ra la tesis <strong>de</strong> Marxsen una “tautologíacristológica”, porque exagera <strong>su</strong> carga cristológica. 101 Para Kelber, Marcos ha sido testigo <strong>de</strong>la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l Templo, lo que <strong>su</strong>puso una gran crisis, incluso para el medio cristiano alcual pertenecía. Ante esa situación, el evangelista hace énfasis en un nuevo kairós,implicando “un nuevo lugar y un nuevo tiempo”. 102 Este autor se adscribe a la teoría <strong>de</strong> C.H.Dodd <strong>de</strong> la “escatología realizada”, a partir <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong> ὅτι πεπλήρωται ὁ καιρὸς καὶ ἤγγικεν ἡβασιλεία τοῦ θεοῦ (Mc 1,15b). Para él, los verbos πεπλήρωται (‘se ha completado’) y ἤγγικεν(‘se ha acercado’), ambos en perfecto indicativo, <strong>de</strong>notan gramaticalmente la continuidad <strong>de</strong>97 Esta postura sería la más conciliadora y la más afín a la propuesta <strong>de</strong> Daube (ver 1er cap.) según la cual laperícopa tiene una argumentación “antinómica hagádica”, don<strong>de</strong> dos afirmaciones aparentementecontradictorias, son ambas válidas y verda<strong>de</strong>ras porque respon<strong>de</strong>n a diversos niveles o planos diferentes.98 Cangh, J.-M. Van. “Fils <strong>de</strong> David”…, pp. 364-366.99 Cf. Marxsen, W. Mark the Evangelist. Studies on the Redaction History of the Gospel. Nashville: AbingdonPress, 1969, p.132.100 Ibid., p.133.101 Kelber, W.H. The Kingdom in Mark. A new place a new time. Phila<strong>de</strong>lphia: Fortress, 1974, p.6.102 Ibid., p.1.114


un evento o acción que se ha completado, por tanto, el Reino se plantea como una realidad yapresente, sin embargo escatológica. Así, W. Kelber propugna que si:la escatología es el la principal preocupación <strong>de</strong> Marcos […] No el Cristore<strong>su</strong>citado, sino la presencia <strong>de</strong>l Reino en Galilea constituye lo esencial <strong>de</strong>levangelio […por tanto…] la principal i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> Jesús es la <strong>de</strong> proclamador yportador <strong>de</strong>l Reino; todos los aspectos <strong>de</strong> <strong>su</strong> misión han <strong>de</strong> ser vistos a la luz <strong>de</strong> <strong>su</strong>acción programática por el Reino. 103De ese modo, a partir <strong>de</strong> esa clave hermenéutica, W. Kelber irá encontrando en elEvangelio una serie <strong>de</strong> rupturas o “cismas”, sean <strong>de</strong> Jesús con <strong>su</strong>s parientes, con lasautorida<strong>de</strong>s, con Jerusalén, con el Templo, 104 hasta con los discípulos en algunos momentos, yen el caso concreto <strong>de</strong> la perícopa, con la tradición mesiánica <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> ‘Hijo <strong>de</strong> David’. 105 <strong>El</strong>valor <strong>de</strong> este aporte es precisamente mostrar la novedad <strong>de</strong> la irrupción <strong>de</strong>l Reino. Sinembargo, el evangelista es cuidadoso con <strong>su</strong> sentido escatológico, puesto que cercanía no esplenitud. Esto lo hace radicalmente distinto a cualquier proyecto político. Así la acción <strong>de</strong>Jesús a lo largo <strong>de</strong>l Evangelio, realizada con ‘autoridad’, que viene ‘<strong>de</strong>l cielo’ (cfr. Mc 11,31),y que es reconocida por las muchedumbre (cfr. Mc 12,37 // 1,22), está fundamentada por eseotro proyecto que choca con Templo y <strong>su</strong>s autorida<strong>de</strong>s.Ciertamente, el Reino o Señorío <strong>de</strong> Dios, es una realidad que se abrió con eladvenimiento <strong>de</strong>l Hijo, pero no se reduce a <strong>su</strong> i<strong>de</strong>ntidad. Se está refiriendo a un ‘proyecto’escatológico, que como tal es necesariamente crítico <strong>de</strong> cualquier otro proyecto humano. Sucercanía pue<strong>de</strong> transformar modos <strong>de</strong> vida y hasta estructuras sociales, pero no llega ai<strong>de</strong>ntificarse con éstos. Esa dimensión ética será <strong>de</strong>sarrollada sobretodo en Mateo. Por ahorabasta pensarlo como un proyecto escatológico cuyos valores <strong>de</strong>ben comenzarse a vivir, y queexhorta a la comunidad cristiana a que “no sea así entre uste<strong>de</strong>s” (Mc 10,43) y a aguardar laparusía <strong>de</strong> Cristo trae consigo la plenitud <strong>de</strong> ese Reino (cf. Mc 13,33).En relación con la teoría <strong>de</strong>l Secreto Mesiánico, más que un <strong>su</strong>bterfugio <strong>de</strong> unacristología correctiva –sea <strong>de</strong> ‘la Cruz’ y ‘<strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong>l Hombre’– 106 que pue<strong>de</strong> haber <strong>de</strong>trás,podría tratarse o abordarse más bien <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong>l Reino. A propósito, MornaHooker postula una bella intuición:Si nosotros creemos que las acciones <strong>de</strong> Jesús era caracterizadas por una autoridadque pue<strong>de</strong> formularse como ‘mesiánica’, es pues, posible que el llamado secreto103 Ibid., p.11.104 Cf. ibid., 105-106.105 Cf. ibid., p.96.106 Cf. Perrin, N. The Christology of Mark, en: Sabbe M. et al. L’Évangile selon Marc. Tradition et rédaction.Gembloux: Leuven University Press, 1974, pp. 476-477, 479.115


mesiánico refleje no simplemente la tensión entre Jesús como era percibido durante<strong>su</strong> vida, y como luego fue confesado <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la re<strong>su</strong>rrección, sino la resistencia<strong>de</strong> Jesús a hacer reivindicaciones personales, pues <strong>su</strong> mensaje estaba centrado enDios y <strong>su</strong> Reino. 107La i<strong>de</strong>ntidad mesiánica <strong>de</strong>l Cristo, no se funda pues en un título, sino en <strong>su</strong> actuarautorizado, tanto en obras como palabras. Los títulos intentan expresar toda realidad que eshecha experiencia en la persona <strong>de</strong> Jesús. Así, ‘Mesías’, ‘Hijo <strong>de</strong> David’, ‘Hijo <strong>de</strong>l Hombre’ eincluso ‘Hijo <strong>de</strong> Dios’, que expresan soberanía, promesa, unción, victoria y juiciosescatológicos, se <strong>su</strong>b<strong>su</strong>men en Jesús, y en <strong>su</strong> relación única con el Padre y <strong>su</strong> Reino.Marcos 12,35-37, no sólo envuelve un dicho <strong>de</strong> Jesús, sino también la voz <strong>de</strong>Dios, justamente en la cita <strong>de</strong>l Salmo110,1. Esa voz es el corazón <strong>de</strong> la perícopa, y esa voz esreconocida como Señor. Es <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí, que el Mesías es <strong>su</strong>sceptible <strong>de</strong> ser llamado ‘Señor’.Ese señorío, es retrotraído a todo <strong>su</strong> ministerio y a <strong>su</strong> pasión. <strong>El</strong> Evangelio <strong>de</strong> Juancomprendió esto que era ya germen en Marcos. <strong>El</strong> Salmo a<strong>de</strong>más, ofrece otro dato, a saber,que la soberanía <strong>de</strong>l Cristo se compren<strong>de</strong> en el sometimiento <strong>de</strong> <strong>su</strong>s enemigos, es <strong>de</strong>cir, en lairrupción <strong>de</strong>l Reinado <strong>de</strong> Dios.Por tanto, la Buena Noticia <strong>de</strong> Je<strong>su</strong>cristo es justamente el Reino o Señorío <strong>de</strong>Dios, que le ha glorificado, sentándolo a <strong>su</strong> <strong>de</strong>recha, con el propósito <strong>de</strong> someter a <strong>su</strong>senemigos, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva escatológica y universal, refiere a todo aquello que se leopone: el mal. La autoridad <strong>de</strong>l mesías Jesús, no le viene <strong>de</strong> sí mismo, sino <strong>de</strong> <strong>su</strong> función alReino <strong>de</strong> Dios, que es al fin y al cabo, la acción <strong>de</strong> Dios en concurso con la libertad humana.3.2 I<strong>de</strong>ntidad y exousía: intelección <strong>de</strong> las figuras mesiánicasLa i<strong>de</strong>ntidad mesiánica <strong>de</strong>l Mesías en el Evangelio <strong>de</strong> Marcos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el prisma <strong>de</strong>Marcos 12,35-37, remite a muchas imágenes que luego son conjugadas con la persona <strong>de</strong>Jesús en el texto. La riqueza <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> Jesús para la comunidad marcana requiere eluso <strong>de</strong> esas figuras, pero éstas por sí solas, son sólo eso, fórmulas, títulos e imágenes. <strong>El</strong>relato <strong>de</strong> los hechos y enseñanza <strong>de</strong> Jesús ‘con autoridad’, en relación con la experiencia y elsignificado escatológico que los fieles tienen <strong>de</strong> él, llenan esas formas. Pese a ello, un textofundamental parece aglutinarlas.En efecto, Marcos 14,61-62 viene siendo como una especie <strong>de</strong> síntesis. Después<strong>de</strong> <strong>su</strong> confrontación con las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Templo (Mc 11-12) y <strong>su</strong> instrucción autoritativasobre el Templo (Mc 13), ya como el Hijo <strong>de</strong>l Hombre escatológico, Jesús es cuestionadonuevamente por la autoridad <strong>de</strong>l Templo. <strong>El</strong> Sumo Sacerdote pregunta por <strong>su</strong> i<strong>de</strong>ntidad, en107 Hooker, M. The Gospel according to Saint Mark. London: Continuum, 1991, p.69.116


términos <strong>de</strong> filiación, pero antes se ha referido al pre<strong>su</strong>nto anuncio <strong>de</strong> la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>lTemplo (Mc 14,58), como un “falso testimonio” para inculpar a Jesús. Jesús guarda silencio,e inmediatamente contrasta la pregunta sobre la filiación <strong>de</strong> Jesús. La autoridad no <strong>de</strong>scansaen el Templo, sino que ha sido dada a Jesús. La ironía <strong>de</strong> Marcos 14,58 lleva a consi<strong>de</strong>rarMarcos 13,2, don<strong>de</strong> el propio Jesús profetiza contra el Templo, luego, la mención al Templorefiere a <strong>su</strong> propia pasión y re<strong>su</strong>rrección. Luego una vez más se cita el Salmo 110,1 en elversículo 62, pero esta vez amalgamado con Daniel 7,13b. La i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong>l Hombrese entien<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>su</strong> función escatológica, tal y como <strong>su</strong>ce<strong>de</strong> en Marcos 12,35-37.En Marcos 14,61-62 están concentradas la filiación <strong>de</strong>l “Cristo”, como “Hijo <strong>de</strong>lBendito”, la imagen escatológica <strong>de</strong>l ‘Hijo <strong>de</strong> Hombre’, cuyo señorío lo sitúa “a la diestra <strong>de</strong>lPo<strong>de</strong>r” (ἐκ δεξιῶν καθήμενον τῆς δυνάμεως), y todo ello en el contexto <strong>de</strong>l relato <strong>de</strong> la pasión<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cual se proyecta también la figura <strong>de</strong>l Siervo <strong>de</strong> Isaías 52. En esos dos versículos espalpable como todas esas tradiciones y figuras confluyen, irónicamente, en Jesús, siendojuzgado. Ciertamente <strong>su</strong> autoridad es <strong>de</strong> otra índole, por lo que una filiación davídica esin<strong>su</strong>ficiente. Su autoridad es escatológica, y en virtud <strong>de</strong> <strong>su</strong> transcen<strong>de</strong>ncia, es juiciouniversal, o en otras palabras, “viene <strong>de</strong>l cielo” (literalmente: καὶ ἐρχόμενον μετὰ τῶν νεφελῶντοῦ οὐρανοῦ). Jesús finalmente respon<strong>de</strong> a la máxima autoridad <strong>de</strong>l Templo, aquello enMarcos 11,28 le preguntaban con tanto ahínco: ¿Con qué autoridad haces esto?117


CONCLUSIÓN¿Es el Mesías hijo <strong>de</strong> David? La pregunta queda abierta, porque quizás laintención no fue respon<strong>de</strong>rla unívocamente, sino más bien plantearla para iluminar otroaspecto <strong>de</strong>l Mesías. Es probable que un entendimiento restringido <strong>de</strong> la pregunta hayadireccionado interpretaciones que busquen hallar una respuesta clara y distinta. Marcos 12,35-37 es más bien un espejo –si se nos permite la imagen– <strong>de</strong> la vida y <strong>de</strong> la misión <strong>de</strong> Jesús, enhechos y palabras. Este pue<strong>de</strong> ser el contenido <strong>de</strong>l Evangelio, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectivakerigmática, pero esos aspectos propios <strong>de</strong> la persona <strong>de</strong> Jesús, remiten a otra cuestión <strong>de</strong>fondo: el señorío real <strong>de</strong> Dios en la comunidad cristiana, en el discipulado y en <strong>su</strong> misión. Portanto, antes <strong>de</strong> intentar respon<strong>de</strong>r <strong>de</strong>finitivamente a algo que el propio evangelista <strong>de</strong>jó en<strong>su</strong>spenso, ha <strong>de</strong> volverse la atención hacia la vida <strong>de</strong> quien les <strong>su</strong>scitó la fe.<strong>El</strong> actuar <strong>de</strong> Jesús no se centró en <strong>su</strong> autoproclamación, a pesar <strong>de</strong> la dobleintención que quizás haya en las formulaciones sobre el reino <strong>de</strong> Dios y el Evangelio <strong>de</strong> Jesúsy/o <strong>de</strong> Dios. Jesús acercó esa realidad y esperanza escatológica formulada en términos <strong>de</strong>Reino o <strong>de</strong> ‘reinado’, ‘señorío’. <strong>El</strong> reconocimiento <strong>de</strong> ello posibilita una comprensión máscompleta teniendo en cuenta todo el relato en Marcos. La sección <strong>de</strong> los acontecimientos en elTemplo muestra explícitamente la ‘autoridad’ <strong>de</strong> Jesús en contraste con las autorida<strong>de</strong>soficiales –saduceos, escribas y ancianos– y populares –fariseos y herodianos– <strong>de</strong> Jerusalén.Luego vemos que el plano en que ésta se ejerce es incomparable incluso con la autoridadmáxima política <strong>de</strong> la época. En ese contexto narrativo <strong>de</strong>stacan dos perícopas centrales cuyotema fundamental es la autoridad divina (cf. Mc 11,15-18; 12,13-17). Así el señorío <strong>de</strong> Diosestá en el centro <strong>de</strong> la actividad <strong>de</strong> Jesús. Esa autoridad adquiere, por <strong>su</strong> parte, <strong>su</strong> justadimensión si la retrotraemos a aquellas fórmulas iniciales y programáticas. La cercanía <strong>de</strong>lseñorío <strong>de</strong> Dios que se inicia como un nuevo kairós con la misión <strong>de</strong> Jesús, es el contenido <strong>de</strong>Buena Nueva.Al retomar la pregunta acerca <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica planteada en Marcos12,35-37 tal aspecto <strong>de</strong>be ser observado, pues es clave, ya que indica <strong>su</strong> sentido. La preguntapodría replantearse como ¿‘en qué sentido el Mesías es Señor’?. Pero antes nos <strong>de</strong>paramoscon el <strong>problema</strong> <strong>de</strong> la filiación davídica. ¿Se niega, se acepta, se redimensiona? ¿Es precisorespon<strong>de</strong>r?118


<strong>El</strong> primer capítulo nos a<strong>de</strong>ntramos a explorar acerca <strong>de</strong> las múltiplesinterpretaciones a tal cuestión. Frente a una visión más bien negativa, hubo quienes estuvierona favor <strong>de</strong> una interpretación <strong>de</strong> Marcos 12,35-36 <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un tenor más conciliador, don<strong>de</strong> searmoniza el título y tradición davídica con la mesianología marcana caracterizada por el ‘Hijo<strong>de</strong>l Hombre’. Esa nueva visión se <strong>de</strong>sarrolla en un contexto más dialogante con el judaísmo y<strong>de</strong>s<strong>de</strong> una revalorización y reconocimiento <strong>de</strong>l <strong>su</strong>strato y tradición judías <strong>de</strong>l primer siglo<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> las formulaciones mesiánicas en el cuerpo neo-testamentario. Tales interpretacionespue<strong>de</strong>n ser acertadas, pero la exégesis más reciente <strong>de</strong> esta enigmática perícopa parece irse<strong>de</strong>cantando por una posición más crítica: el título ‘Hijo <strong>de</strong> David’ es in<strong>su</strong>ficiente paracaracterizar al Mesías. No es pues una cuestión <strong>de</strong> negar o afirmar, o reconciliar dosafirmaciones aparentemente contradictorias, a saber, la doctrina <strong>de</strong> los escribas sobre lafiliación davídica <strong>de</strong>l Cristo con la interpretación mesiánica <strong>de</strong>l Salmo 110,1, sino <strong>de</strong>profundizar en una experiencia, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cual la noción Mesías gana un nuevo sentido. Esindudable la presencia <strong>de</strong> marcas o elementos <strong>de</strong> la retórica semítica <strong>de</strong>rásica en el texto, peroel efecto buscado en éstos quizás no sea una comparación antinómica haggádica comosostenía Daube, sino en profundizar, recurriendo a la Escritura, en la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica <strong>de</strong>Jesús, quedando claro <strong>su</strong> carácter escatológico.En ese sentido <strong>de</strong> profundizar en aquellas formulaciones mesiánicas retomadaspor el cristianismo, se vio la necesidad <strong>de</strong> ir hacia la historia teológica en la que se fraguaronlas diversas nociones e imágenes mesiánicas. Marcos 12,35-37 lo refleja con vivas imágenestomadas <strong>de</strong>l imaginario mesiánico y <strong>de</strong> la propia Escritura. En el segundo capítulo se pudoapreciar el proceso <strong>de</strong> ‘mesianización’ –digamos así– <strong>de</strong> las tradiciones veterotestamentarias,como la i<strong>de</strong>ología monárquica davídica <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>uteronomista, o las figurasescatológicas <strong>de</strong> la apocalíptica judía. Ciertamente la situación histórica <strong>de</strong> Palestinacatalizaría las expectativas mesiánicas en el primer siglo, generando otras o enriqueciendoaquellas heredadas <strong>de</strong> la tradición prece<strong>de</strong>nte. La figura Hijo <strong>de</strong> David –así como Hijo <strong>de</strong>lHombre– vendría a ser un ejemplo <strong>de</strong> ello. Su formulación más clara y temprana fue en Salmo<strong>de</strong> Salomón 17. Esta figura mesiánica fue quizás una <strong>de</strong> las más populares <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> aquellagama <strong>de</strong> movimientos y sectas judíos. En Marcos no se hace caso omiso a <strong>su</strong> influjo, pese queno es una <strong>de</strong> las figuras preferidas por el Evangelista. Aún así, eso no obsta para que éste sesirva <strong>de</strong> ella para profundizar acerca <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> Je<strong>su</strong>cristo.Por último, en el ejercicio <strong>de</strong> exégesis <strong>de</strong> la perícopa que aquí se intentó hacer, sevio la necesidad <strong>de</strong> abrir el tema <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad mesiánica hacia la cuestión <strong>de</strong> <strong>su</strong> autoridad,119


pues se concluyó que era exigencia intrínseca <strong>de</strong> la propia perícopa en relación con <strong>su</strong>contexto narrativo y acentos redaccionales. La filiación divina <strong>de</strong> Jesús sobreentendida en laperícopa respon<strong>de</strong> a aquella imagen <strong>de</strong> investidura real y escatológica que la cita <strong>de</strong> Salmo110,1 nos proporciona, y que en el Evangelio tiene un sentido <strong>de</strong> glorificación mesiánica. Estaglorificación es también autoritativa, pues es en virtud <strong>de</strong> ésta que la vida, mensaje y obra <strong>de</strong>Jesús –en cuanto Mesías– pue<strong>de</strong>n ser comprendidas. Esto le constituye en Hijo <strong>de</strong> Dios, algoque ya se iba <strong>de</strong>velando a lo largo <strong>de</strong>l Evangelio, hasta <strong>su</strong> culmen en Marcos 15, 39,paradójicamente en el momento <strong>de</strong> <strong>su</strong> muerte. La filiación davídica es doctrina mesiánicatradicional, y en cuanto tal <strong>de</strong>signa la figura <strong>de</strong>l Mesías, pero no logra expresar toda la riqueza<strong>de</strong> la fe mesiánica <strong>de</strong> la comunidad marcana. En ese sentido el título pue<strong>de</strong> verse comoin<strong>su</strong>ficiente, pero no es la principal preocupación <strong>de</strong>l redactor, sino acerca <strong>de</strong>l fundamento <strong>de</strong>la autoridad mesiánica <strong>de</strong> Jesús. Para Marcos, Hijo <strong>de</strong> David, remite a Mesías, simplemente.Los otros sinópticos luego lo profundizarán. Lo que urge mostrar es <strong>de</strong>s<strong>de</strong> qué autoridad Jesúsactúa en el Templo.Las estrategias redaccionales y la propia hermenéutica <strong>de</strong>l redactor <strong>de</strong> Marcos,permiten ver ese acento –en la autoridad mesiánica. La cuestión <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad implica dar unpaso más a<strong>de</strong>ntro. Llevando al lector a la propia escritura y una vez allí, contemplar la imagen<strong>de</strong>l Mesías ‘sentado a la <strong>de</strong>recha’ <strong>de</strong> Dios, y escuchar la voz <strong>de</strong> Dios que le autoriza como tal,la misma que le confirmó en el bautismo, y luego frente a <strong>su</strong>s discípulos, en latransfiguración. La consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> <strong>su</strong> filiación divina es un segundo paso, a partir <strong>de</strong> laexperiencia <strong>de</strong> <strong>su</strong> exousía, tanto en <strong>su</strong> enseñanza como en <strong>su</strong>s obras, cuyo fundamento es elSeñorío <strong>de</strong> Dios.120


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